PEQUEÑECES

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PEQUEÑECES efraínrojasbruschetta “El tiempo está a favor de los pequeños, / de los desnudos, de los olvidados…” (Silvio Rodríguez) Dedicado a x, a y, a z, a… etc. Cada vez que se rebelan y se revelan. Cada vez que deciden amar en vez de odiar, luchar más que insultar… Cada vez que florecen. Una compañera en nuestros andares y preguntares zapatistas dijo una vez que la dignidad es la conducta más contagiosa. Lo creo, aunque la experiencia parezca refutarla a menudo. En todo caso, desde abajo, donde estoy y donde pertenezco, me conmueve a diario la digna grandeza de quienes sin alarde, además de ganarse la vida, la defienden con la sabia humildad de quienes no se arrastran para que desde arriba l@s vean, y más bien, en el cotidiano aquí y ahora, libran batallas sin hacer ruido para, en su medida, resistir y oponerse al despotismo, a la falsa virtud, al absurdo y la estupidez hechos criterio dominante, a la injusticia. Tras varias semanas de comentar respecto al circo electoral recién pasado, tal vez resulte extraño para quien tiene la amabilidad de leernos, el que hoy no hablemos del tema. En realidad, hay muy poco qué decir al respecto. El panorama confirma en esencia más de lo mismo: la complacencia del autoritarismo y sus corifeos, el predecible ascenso de figuras y fuerzas “nuevas” que una vez revisando muestran ser vino viejo en odres remozados, el acomodo de las banderías partidistas al gusto de los poderes fácticos, los sesudos análisis de los líderes de opinión descubriendo el hilo negro y aplaudiendo “la derrota del abstencionismo” (reduciéndolo despectivamente a un mazacote indigno de ser analizado), etc. Más me importa, ahora, mirar hacia la faena cotidiana. Ahí donde la vida y la lucha cobran sentido en la construcción de perspectivas que no atraen reflectores, pero señalan rumbos. Donde mediante prueba y error tanteamos caminos y, sobre todo, compartimos preguntas, búsquedas, sentires, pareceres,

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Valoración de la importancia de los microuniversos y microprocesos sociopolíticos y afectivos como posibilidades de transformación social. Artículo de divulgación.

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PEQUEECESefranrojasbruschetta

El tiempo est a favor de los pequeos, / de los desnudos, de los olvidados(Silvio Rodrguez)

Dedicado a x, a y, a z, a etc. Cada vez que se rebelan y se revelan.Cada vez que deciden amar en vez de odiar, luchar ms que insultarCada vez que florecen.

Una compaera en nuestros andares y preguntares zapatistas dijo una vez que la dignidad es la conducta ms contagiosa. Lo creo, aunque la experiencia parezca refutarla a menudo. En todo caso, desde abajo, donde estoy y donde pertenezco, me conmueve a diario la digna grandeza de quienes sin alarde, adems de ganarse la vida, la defienden con la sabia humildad de quienes no se arrastran para que desde arriba l@s vean, y ms bien, en el cotidiano aqu y ahora, libran batallas sin hacer ruido para, en su medida, resistir y oponerse al despotismo, a la falsa virtud, al absurdo y la estupidez hechos criterio dominante, a la injusticia.

Tras varias semanas de comentar respecto al circo electoral recin pasado, tal vez resulte extrao para quien tiene la amabilidad de leernos, el que hoy no hablemos del tema. En realidad, hay muy poco qu decir al respecto. El panorama confirma en esencia ms de lo mismo: la complacencia del autoritarismo y sus corifeos, el predecible ascenso de figuras y fuerzas nuevas que una vez revisando muestran ser vino viejo en odres remozados, el acomodo de las banderas partidistas al gusto de los poderes fcticos, los sesudos anlisis de los lderes de opinin descubriendo el hilo negro y aplaudiendo la derrota del abstencionismo (reducindolo despectivamente a un mazacote indigno de ser analizado), etc.

Ms me importa, ahora, mirar hacia la faena cotidiana. Ah donde la vida y la lucha cobran sentido en la construccin de perspectivas que no atraen reflectores, pero sealan rumbos. Donde mediante prueba y error tanteamos caminos y, sobre todo, compartimos preguntas, bsquedas, sentires, pareceres, en una suerte de acumulacin molecular de construcciones y deconstrucciones; una sinapsis de narrativas que se enriquecen en la diversidad; una conjugacin de paisajes, caminos, horizontes, andares. En donde las razones de abajo se nutren y nutren lo que vive y crece, irrumpiendo como la hierba en las grietas del pavimento.

Hemos insistido en la necesidad de organizarse. Pero la concepcin misma de organizacin debe remontar los modelos y dinmicas al uso: acostumbrados por el discurso del sistema a la importancia de lo macro y el desdn por lo micro, no vemos fcilmente la importancia estratgica del rejunte de voluntades al que nos han ido obligando la crisis econmica, la violencia criminal, la necesidad misma de sobrevivir a la pesadilla. La reconstitucin de la familia extensa por necesidad econmica, el cuidado mutuo y el autocuidado frente a la criminalidad, la urgencia y la posibilidad de analizar en conjunto lo que ocurre y nuestras estrategias para salir adelante, pueden y deben asumirse como grmenes organizacionales en una perspectiva donde el proceso organizativo se asume ya, de dos personas en adelante. As: en pequeo pero slido, trascendiendo desde lo cotidiano y mnimo.Y es que es en estos microuniversos, en estas microdinmicas, donde podemos revisar nuestras visiones del mundo, nuestros valores y actitudes, nuestra tica y nuestra esttica como parmetros existenciales. Donde podemos cambiar la manera de cambiar al confrontarnos con el Estado que llevamos dentro (como bien deca un activista gay) y con nuestras contradicciones, que podemos superar dialcticamente o arrastrar idiotamente convertidas en incongruencias.

Cada pequeo gesto en donde superamos la autocomplacencia egosta aprendiendo a comprender y compartir, cada pequea actitud que remonta el individualismo consumista para crear solidaridad comunitaria, cada pequeo espacio y tiempo en donde nos atrevemos a sentir, pensar, hablar y actuar distinto, est re-evolucionndonos y revolucionando. Viendo y vindonos aqu, en y desde abajo, donde estn las semillas y desde donde se crece, poco a poco, sin ruido, sin prisa pero sin pausa, tal como las races y el alba.

Bien que lo dijo el viejo Tatahualpa Yupanqui: Yo soy de los del montn,no soy flor de invernadero.Igual que el trbol camperocrezco sin hacer barullo:me aprieto contra los yuyosy as lo aguanto al pampero.

https://www.youtube.com/watch?v=5Hgu_33i6OQ

http://elregional.com.mx/Noticias/?id=68351