Pentecostalismo Latinoamericano III

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Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III

Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III

Historia, teologa, identidad

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Pagina con datos de la publicacin

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Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III

Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III Historia, teologa, identidad Juan Seplveda Heinrich Schfer Miguel Mansilla Nury Concha Byron Mazariegos Jos A. Watanabe Wilma Wells Davie Cecilia Castillo Jairo Cruz Vernica Prez Editores Daniel Chiquete Luis Orellana Consejo editorial Daniel Chiquete Cecilia Castillo Luis Orellana Bernardo Campos Coleccin Centenario del movimiento Pentecostal Faltan datos

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En Blanco

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Contenido Presentacin (Carmelo lvarez) / Prlogo (Comit Editorial) / Captulo 1: Perspectiva histrica / Ensayo 1: Juan Seplveda (Chile) Valparaso, cuna del pentecostalismo chileno / Introduccin / Protagonismo de Valparaso en el avivamiento pentecostal chileno / El escalamiento del conflicto y la cuestin de la fecha del nacimiento del pentecostalismo chileno / Captulo 2: Perspectiva sociolgica / Ensayo 2: Heinrich Schfer (Alemania) La generacin del sentido religioso observaciones acerca de la diversidad pentecostal en Amrica Latina / Insercin pentecostal y rupturas histricas / Ubicando los pentecostalismos el espacio social de los estilos religiosos / Generacin de sentido religioso los 80 en Guatemala / Transformaciones sociorreligiosas / Generacin del sentido religioso hiptesis para el presente / Ensayo 3: Miguel ngel Mansilla (Chile) Cuando el Diablo anda suelto: Las representaciones del mal en el pentecostalismo chileno, 1909- 1938 / Introduccin / El Diablo como el Otro / El Diablo en Chile / El Diablo en el pentecostalismo chileno / Promueve el cisma / Produce la enfermedad / Promueve la intolerancia / Es antimesinico /

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Resalta la antisociabilidad humana / La ilusin de la omnipotencia del mal / Conclusin / Ensayo 4: Nury Concha (Chile) Libertad entre los cautivos: Aproximacin al proceso de construccin de la identidad carcelaria pentecostal en el Complejo de Cumplimiento Penitenciario en Alto Hospicio / Introduccin / Vida Intra-muros / APAC: Amando al Preso, Amando a Cristo / La Iglesia Interna / Conclusin / Captulo 3: Perspectiva bblico-teolgica / Ensayo 5: Byron Mazariegos (Guatemala) La teologa medular del pentecostalismo latinoamericano / Introduccin / Presupuestos hermenuticos de la teologa Pentecostal / El carcter histrico-teolgico de los escritos lucanos / Factores crtico-hermenuticos / Lucas-Hechos como una sola obra histrica-literaria y teolgica / El problema de los precedentes bblico-teolgicos / El carcter carismtico de la pneumatologa lucana / La terminologa carismtica de la Septuaginta / Los motivos carismticos de la pneumatologa del Antiguo Testamento / Acercamiento exegtico-teolgico a los fundamentos pentecostales / La pneumatologa peculiar de Lucas-Hechos / La recurrencia del don de lenguas en Hechos: Es fundamento de su prctica? / El lenguaje peculiar de Lucas / La recurrencia del hablar en lenguas: fundamenta el principio pentecostal clsico? / Es pertinente el don de lenguas para la iglesia pentecostal de hoy? /

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Cuestiones estadsticas / Propuesta para una revitalizacin del pentecostalismo / Ensayo 6: Jos A. Watanabe (Per) Pensamiento pentecostal: Un acercamiento a la cosmovisin pentecostal / A modo de introduccin / Marco terico / Construccin de un marco terico general de la cosmovisin / La legalidad psquica pentecostal / El proceso de aculturacin de la cosmovisin pentecostal / Proceso / La asimilacin de la cosmovisin de la cultura pentecostal / Un ejemplo de construccin de la cosmovisin pentecostal laica peruana con respecto a la accin social / Nota previa / Cosmovisin pentecostal / Construccin de la cosmovisin pentecostal (aplicacin de la semitica) / Conclusin / Ensayo 7: Wilma Wells Davies (Irlanda del Norte) La naturaleza de la conversin pentecostal en la Argentina: Implicaciones misiolgicas / Introduccin / Un modelo de la conversin evanglica: escuchar a los telogos locales / Tres telogos latinoamericanos / Implicaciones para el evangelismo / Predicacin y testimonio / Evangelismo como solucin de los problemas diarios / Evangelismo como enfrentamiento con el mal / Implicaciones para la conversin personal / Tres historias de conversin / Interpretando la conversin al mundo / Una conversin adecuada? / Implicaciones para el crecimiento de la iglesia en Argentina / Reflexin sobre los que se apartan /

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Implicaciones para el cristianismo global / Conclusin / Captulo 4: Perspectiva de gnero / Ensayo 8: Cecilia Castillo Nanjar (Chile) Imgenes y espiritualidad de las mujeres en el pentecostalismo chileno / Introduccin / Imgenes y espiritualidad de las mujeres / Auto-imgenes de las mujeres pentecostales / La percepcin de su vida cotidiana / La espiritualidad / La mujer pentecostal es el pilar de su iglesia: otra posibilidad de interpretacin / Actitud machista e interpretacin literal de la Biblia: posible explicacin de la marginacin de las mujeres en el culto pentecostal / mile Durkheim: creencias religiosas caracterizadas por sagrado / profano / Profundizacin de las sospechas / Captulo 5: Perspectiva testimonial / Ensayo 9: Jairo Cruz (Colombia) Resignificando la comunidad pentecostal: Un comentario / Ensayo 10: Vernica Prez (Nicaragua / Guatemala) Experiencias locales Pentecostales que aportan al desarrollo en Guatemala / Introduccin / Dando voz a los sujetos invisibilizados / Testimonios que cobran fuerza en el caminar / Superacin de los desafos y las limitaciones / Los desafos y las limitaciones personales / Los desafos externos / Rasgos de esperanza de visualizacin / Las mujeres: Claves para el desarrollo pentecostal y social / Nuestra religiosidad pentecostal / Conclusin /

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PresentacinEl movimiento Pentecostal moderno que sacudi al cristianismo mundial en la primera dcada del siglo XX ha sido una fuerza renovadora, a veces arrolladora, dentro de aquel cristianismo. Los prejuiciosos y las crticas, algunas de ellas extremas, han creado, en no pocas ocasiones, un sentido de rechazo y marginacin, particularmente hacia las iglesias pentecostales. Algunas de las crticas insisten en que los y las pentecostales no tienen teologa. Algunos prejuicios apuntan al exagerado nfasis de las iglesias pentecostales en la experiencia y el testimonio. Ese panorama ya ha comenzado a cambiar dramticamente, con resultados muy prometedores. Existen sociedades de estudios pentecostales en Estados Unidos y en Europa, con grupos de reflexin teolgica al ms alto nivel en todos los continentes. En Latinoamrica y el Caribe hemos visto como cientistas sociales se han avocado a estudiar con detenimiento y seriedad al movimiento pentecostal. Atrs quedaron algunos de los rechazos y los prejuicios. Pero todava hay mucho camino por recorrer. Continuar en ese proceso es la tarea que con disciplina y paciencia deben asumir pastores y pastoras y telogos y telogas que reclaman sin reservas y con suma integridad, ser pentecostales. De eso es que trata este libro. Los trabajos de investigacin incluidos en estos tomos, variados en temtica, con metodologa y enfoque multidisciplinar, tienen un eje central de consenso: tomar en serio al movimiento pentecostal. Algunos de los escritores y escritoras son figuras reconocidas en el movimiento ecumnico y en instituciones de educacin teolgica de Amrica Latina y el Caribe, Europa y Estados Unidos. Hay un nmero significativo de nuevas voces que reclaman su espacio y oportunidad para decir su palabra. Y lo hacen con integridad y gratitud. A esto hay que aadir la diversidad denominacional, racial, cultural y de gnero que hay que admirar y destacar. Los distintos aportes han sido sabiamente organizados en cinco perspectivas: histrica, sociolgica, bblico-teolgica, de gnero y

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testimonial. Ello coadyuva grandemente en la lectura del texto, y ofrece la posibilidad al lector y la lectora de acercarse desde la distancia, e intentar captar aunque sea limitadamente parte de la riqueza del dilogo que tuvo lugar aquellos das inolvidables en Santiago durante el encuentro de RELEP, en mayo del 2008. Este es un libro colectivo, fruto de un intercambio honesto y un aprendizaje comunitario. Y conserva la libertad intelectual de cada participante de ofrecer por escrito su contribucin y ofrecerla al gran pblico! El Tercer Encuentro de la Red Latinoamericana de Estudios Pentecostales, llevado a cabo en Santiago de Chile, 20-23 de mayo del 2008, ha sido un aporte significativo en la bsqueda de una reflexin teolgica pentecostal pertinente en medio de los desafos y oportunidades que enfrentan las iglesias pentecostales de Latinoamrica y el Caribe. Recomendamos a los y las lderes pentecostales de nuestro sub-continente que se acerquen a este libro con profunda devocin, y procedan a dialogar con el libro, y por ende con sus autores y autoras, en esa bsqueda incesante de una teologa pentecostal que mantenga ese sabio balance entre el afecto y la razn. En ese proceso el Espritu ser nuestra gua. Ello premiar con creces lo que en este esfuerzo literario se ha pretendido: Y conoceris la verdad y la verdad os har libres. (Juan 8: 32) Carmelo lvarez Chicago, IL 24 de octubre 2008

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PrlogoEl ao 2009 se estar cumpliendo el primer Centenario del Pentecostalismo latinoamericano. Ha sido sin duda un siglo complejo y fascinante, difcil y esperanzador, donde el panorama religioso de Amrica Latina y de todo el mundo ha sido radicalmente trasformado por la presencia pentecostal, con toda su fuerza espiritual, sus contradicciones, su impacto en las clases populares, sus nfasis teolgicos, su diversidad y el desafo que representa para las tradiciones cristianas ms establecidas. Es en esta situacin histrica que la Red Latinoamericana de Estudios Pentecostales (RELEP) realiz su Tercer Encuentro Internacional en Santiago de Chile, del 20 al 23 de mayo del 2008, en la Casa de Retiros Francisco Javier, institucin catlica de larga e inspiradora tradicin en Chile. En el encuentro participamos ms de treinta estudiosos y estudiosas del pentecostalismo, representantes de 14 pases, la mayora miembros activos de comunidades pentecostales, incluyendo un buen nmero de pastores y pastoras. Adems del encuentro de reflexin teolgica, momento central del programa, RELEP tuvo la oportunidad de entrar en dilogo con miembros de iglesias y estudiosos de Chile, visitar algunas comunidades pentecostales, as como tambin viajar un da a Valparaso, cuna del pentecostalismo latinoamericano, para visitar algunos de los lugares simblicos de nuestra historia. Es de conocimiento comn que ha habido una permanente exigencia o deseo de parte del mundo ecumnico hacia el pentecostalismo de que formule por escrito su teologa. A esa exigencia hemos ido respondiendo en los ltimos 20 aos de manera humilde, limitada, pero constante con diversas contribuciones, desde reflexiones pastorales y testimoniales en folletos y revistas de circulacin local hasta tesis doctorales presentadas en prestigiosas universidades del mundo. Pero han sido esfuerzos aislados, espordicos,

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puntuales. RELEP ha nacido como un espacio para aglutinar estos esfuerzos, para reflexionar y producir estudios serios en forma conjunta y coordinada, con el deseo de ser un referente para nuestras propias iglesias pentecostales, as como para las diversas instituciones acadmicas y ecumnicas que se interesen por dialogar con el pentecostalismo. La mayora de los participantes de RELEP se caracterizan por una profunda identidad con la tradicin pentecostal, poseen una slida formacin acadmica y comparten una visin ecumnica, un vivo inters por dialogar crticamente con otras tradiciones cristianas. Fruto de esa reflexin teolgica son los libros Voces del pentecostalismo latinoamericano II y Voces del pentecostalismo latinoamericano III, que ahora ofrecemos en forma simultnea a todas las personas que tengan inters en conocer ms nuestras tradicin teolgica, su historia, algunas de sus manifestaciones regionales y participar del dilogo ecumnico. Junto con Voces I (2003) se completa una triloga que consideramos marca un hito histrico en la reflexin pentecostal, pues no slo se cierra un ciclo cronolgico por su coincidencia con el Centenario, sino tambin porque el pentecostalismo se abre a una nueva etapa en su reflexin y produccin, cada vez ms profunda y slida. Por ello ahora ofrecemos en estos dos libros el fruto de nuestra ms reciente reflexin. Son 22 artculos que hemos organizado (un tanto artificialmente) en cinco perspectivas: histrica, sociolgica, bblicateolgica, de gnero y testimonial. En ellos se recogen las voces de hombres y mujeres diversos en sus perspectivas, lugares de origen, experiencias acadmicas y religiosas, pero de fondo unidos por nuestro profundo amor al pentecostalismo. Por ello en no pocas de las contribuciones hay sealamientos crticos de aspectos problemticos de esta espiritualidad, as como tampoco estn ausentes las tendencias apologistas. Pero ah est una de las riquezas de la triloga de Voces: es un reflejo de la complejidad y diversidad de los pentecostalismos latinoamericanos. Ojal Voces II y Voces III sean escuchados en muchos crculos y sirvan para un conocimiento ms cercano del pentecostalismo. Tambin que generen mayor inters por un dilogo abierto, directo y sincero con nuestra tradicin y algunos de sus participantes. Con el Centenario se cierra un ciclo del pentecostalismo y tambin de Voces, y confiamos que se abre tambin otro ciclo para el pentecostalismo, el dilogo ecumnico, RELEP y los estudios pentecostales.

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En este prlogo queremos dejar constancia tambin de nuestro profundo agradecimiento a dos instituciones que hicieron posible nuestro tercer encuentro: la Evangelisches Missionswerk in Deutschland (Obra Misionera de Alemania EMW) y la Comunidad de Educacin Teolgica Ecumnica Latinoamericana y Caribea (CETELA), quienes no slo sufragaron la mayor parte de los gastos del encuentro, sino que tambin de manera permanente han estado animando a RELEP con su consejo y acompaamiento fraterno. Dejemos que Voces se escuchen y entremos juntos y juntas a un nuevo siglo de desafos y oportunidades, confiando que el Dios de la Vida sigue siendo un fiel y proveedor compaero de camino para su pueblo. Comit Editorial de RELEP 31 de octubre (da de la Reforma) de 2008

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Captulo 1 Perspectiva histrica

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Ensayo 1: Juan Seplveda (Chile) Valparaso, cuna del pentecostalismo chilenoIntroduccin El papel de Valparaso como cuna del avivamiento1 pentecostal chileno ha sido suficientemente documentado. Sin embargo, en lo que se refiere a la apreciacin de la significacin histrico-religiosa de los acontecimientos que sacudieron al naciente metodismo porteo durante la primera dcada del siglo XX, la importancia de Valparaso ha sido eclipsada tanto en la literatura acadmica sobre el pentecostalismo, como en la propia tradicin pentecostal chilena. En los estudios sobre el pentecostalismo mundial, contina predominando lo que David Martin, socilogo ingls, resume con la siguiente afirmacin: Lo que la calle Aldersgate, en Londres, fue para el metodismo, fue la calle Azusa, en Los Angeles, para el pentecostalismo.2 Esta comparacin da cuenta muy bien del predominio de aquella interpretacin

Licienciado en Teologa del Instituto Superior Evanglico de Estudios Teolgicos (ISEDET), Buenos Aires, Argentina; PhD de la Universidad de Birmingham, Inglaterra; Pastor Presbtero de la Misin Iglesia Pentecostal; Director de Planificacin Institucional del Servicio Evanglico para el Desarrollo (SEPADE), y profesor de la Comunidad Teolgica Evanglica de Chile. 1 Traduccin del ingls revival, avivamiento es el trmino tcnico para referirse a los movimientos de renovacin espiritual que caracterizaron el desarrollo del cristianismo evanglico en Gran Bretaa y Norteamrica, y ms tarde del pentecostalismo. 2 Tongues of Fire. The Explosion of Protestantism in Latin America. Oxford: Basil Blackwell, 1990, 29.

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histrica que otorga al avivamiento de 1906 en calle Azusa, Los Angeles, Estados Unidos, el privilegio de ser la cuna comn del movimiento pentecostal global. Segn esta versin, todas las expresiones del pentecostalismo actual tendran sus races, ya sea directa o indirectamente, en el avivamiento de Los Angeles, lo que tiende a obscurecer el papel que le correspondi a otra ciudad del Pacfico, Valparaso, como escenario de un avivamiento independiente que dio origen a una vertiente particular del pentecostalismo mundial, el pentecostalismo chileno. Con la proximidad del centenario del pentecostalismo local, el liderazgo de las principales denominaciones pentecostales chilenas, influenciado por la versin oficial sostenida por la Iglesia Metodista Pentecostal, ha logrado posicionar el 12 de septiembre de 1909 como la fecha de nacimiento del pentecostalismo chileno.3 Dado que esa fecha hace referencia a incidentes ocurridos en Santiago, es esta ciudad la que termina asumiendo el protagonismo, desplazando a Valparaso del epicentro de los hechos. Sobre este trasfondo, el propsito de este trabajo es reivindicar el protagonismo que la ciudad de Valparaso tuvo como cuna del pentecostalismo chileno, un movimiento que en el contexto ms amplio del pentecostalismo mundial puede reclamar legtimamente cierta especificidad o particularidad. De paso, se plantea la necesidad de reabrir la discusin acerca de la fecha ms adecuada para conmemorar el centenario del pentecostalismo chileno. 1. Protagonismo de Valparaso en el avivamiento Pentecostal chileno

Por su condicin de puerto principal, y de lugar de residencia de una creciente colonia de extranjeros venidos del norte de Europa y de Norteamrica, Valparaso se convirti en la principal puerta de ingreso del3

Tras convocatoria de un comit denominado Chile para Cristo, encabezado por dirigentes de la Iglesia Metodista Pentecostal, el 12 de Septiembre de 2004 se efectuaron a lo largo de todo Chile reuniones masivas de conmemoracin del 95 aniversario del pentecostalismo chileno. La resea histrica leda en esos encuentros se concentr fundamentalmente en los hechos del 12 de septiembre de 1909 en Santiago. Ver nota de prensa en pgina web de SEPADE: Pentecostalismo chileno celebra sus 95 aos (http://www.sepade.cl/contenido.php?id=89).

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protestantismo a nuestro pas, luego que la independencia respecto de Espaa creara un nuevo espacio para el reconocimiento de la libertad de pensamiento, aunque no todava para la libertad religiosa. Fue en Valparaso, precisamente en respuesta a la peticin de un grupo de extranjeros residentes, donde el gobierno de OHiggins realiz, en 1819, el primer gesto de apertura a la integracin de los protestantes a la vida nacional: la autorizacin de la instalacin de un cementerio para disidentes. Todava durante el gobierno de OHiggins, Valparaso fue una de las ciudades donde Diego Thomson, educador y misionero bautista escocs, organiz por encargo del propio Director Supremo una escuela lancasteriana y difundi la Biblia en espaol.4 Tambin en Valparaso tuvo lugar, alrededor de 1825, el inicio de la celebracin privada de cultos anglicanos, y luego la llegada regular de capellanes consulares de cuyo trabajo surgi la primera congregacin anglicana de la ciudad.5 Luego de vencer variadas resistencias y obstculos, esta comunidad complet en 1858 la construccin de su templo, la Iglesia San Pablo, declarada Monumento Nacional en 1979.6 En 1844 un grupo de extranjeros residentes en Valparaso envi a la Sociedad Evanglica Extranjera de Nueva York, y a la Sociedad de Amigos de los Marineros, la solicitud del envo de un ministro para predicar en ingls, y tambin para traer el Evangelio a los chilenos. 7 En respuesta a este pedido, en la Navidad de 1845 desembarc en el puerto quien llegara a ser reconocido como el ms influyente pionero de la presencia evanglica en Chile, el pastor congregacionalista David Trumbull. A partir de su inmediato trabajo pastoral con los extranjeros se organiz en 1847 la Union Church, cuyo templo considerado el primer templo protestante construido en la costa del Pacfico fue inaugurado en 1856. De su predicacin entre los4

J. Seplveda, De peregrinos a ciudadanos. Breve historia del cristianismo evanglico en Chile. Santiago: Fundacin Konrad Adenauer; Facultad Evanglica de Teologa, 1999, 25s. y 39s.; M. Graham, Diario de mi residencia en Chile en 1822. Santiago: Editorial del Pacfico, 1953, 49 y 62. 5 B. Bazley, Somos anglicanos. Santiago: Imprenta Editorial Interamericana, 1995, 177-217. 6 M. Covarrubias, Iglesia Anglicana de San Pablo, en: El Mercurio, Edicin Internacional, 14-20 de abril, 1994, 8. 7 F. Smith, Some Significant Aspects of the History of the Chile Mission, en: W. Reginald Wheeler, editor, Modern Missions in Chile and Brazil. Philadelphia: The Westminster Press, 1926, 112-151, aqu 121.

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chilenos, iniciada recin despus de haber logrado en 1865 la Ley Interpretativa del artculo V de la Constitucin de 1833, naci la obra presbiteriana en Chile. A Trumbull se le atribuye adems un papel protagnico en el logro de las llamadas leyes laicas de 1883-1884.8 Valparaso fue tambin el primer punto de contacto con Chile para William Taylor, cuando en 1849 navegaba como misionero metodista desde Baltimore a California, va el Cabo de Hornos. Durante su breve escala, Taylor fue husped de Trumbull, y predic en la Union Church. Aos ms tarde, su vasta carrera misionera internacional lo llev a una fructfera estada en el Sur de India, que lo transform en un crtico de los mtodos misioneros predominantes. La memoria de su paso por Valparaso inspir a Taylor para escoger la costa oeste de Amrica del Sur como un campo apropiado para desarrollar su experimento de misiones de sostn propio. La metodologa misionera promovida por Taylor es un antecedente fundamental para comprender el desarrollo posterior del pentecostalismo en Chile. Ms que una propuesta de innovacin, Taylor entenda su modelo como una restauracin de los mtodos misioneros de la poca apostlica, y en particular, del Apstol Pablo. Segn Taylor,Pablo coloc la entera responsabilidad del trabajo de la iglesia y el gobierno eclesistico sobre sus convertidos nativos, bajo la inmediata supervisin del Espritu Santo, tan pronto como l y sus experimentados y confiados compaeros misioneros pudieron dejarlos bien organizados, evitando cualquier interferencia fornea. Sus obispos administradores generales fueron nativos de los pases extranjeros en los cules l haba plantado iglesias: hombres tales como Timoteo y Tito.9

Entre octubre de 1877 y marzo de 1878, Taylor realiz un viaje exploratorio entre Callao, en Per, y Concepcin, en Chile. En cada una de sus escalas qued formado un comit local integrado por extranjeros residentes, con la tarea de recolectar fondos para el traslado de un misionero que el propio Taylor reclutara en los Estados Unidos. Los misioneros enviados iniciaran su trabajo como educadores en pequeas escuelas,8

I. Paul, Un reformador yanqui en Chile. Vida y obra de David Trumbull. Santiago: Iglesia Presbiteriana de Chile, 1995, passim. 9 W. Taylor, Ten Years of Self-supporting Missions in India. New York: Phillips and Hunt, 1882, 66.

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orientadas primariamente a los hijos de los extranjeros, las que le proveeran su sustento. Pero tendran como tarea complementaria la celebracin de servicios religiosos evanglicos, inicialmente en ingls, y ms tarde en castellano. En la mayora de los casos, los comits locales no cumplieron su compromiso. Este incumplimiento se atribuye al temor de que la oposicin catlica local al proyecto, podra tener un impacto negativo para los negocios de los extranjeros residentes. Taylor, en cambio, s cumpli su parte en el acuerdo, y a los pocos meses envi a Chile el primer grupo de misioneros. Para financiar el viaje Taylor debi recolectar rpidamente fondos en los Estados Unidos, con lo que alcanz solamente para pasajes en cubierta. Uno de los integrantes de ese primer grupo, el Rev. Ira LaFetra, lleg a Valparaso el 30 de Julio de 1878.10 Como all ya se haba iniciado el trabajo misionero, y la ciudad contaba con dos templos protestantes, Taylor, probablemente en acuerdo con Trumbull, haba resuelto que el misionero enviado se concentrara en el servicio de capellana a los marineros extranjeros, trabajo que los metodistas denominaban Bethel work. Este servicio consideraba la celebracin de cultos en los barcos extranjeros atracados en el puerto, y la visita pastoral a los marineros en sus lugares de residencia temporal, o en el hospital, cuando fuera el caso. La presencia metodista en Valparaso se mantuvo en este mbito por ms de una dcada, y al menos dos misioneros sucedieron a Ira LaFetra en esa labor, cuando ste se traslad a Santiago en 1879, donde llegara a destacarse por la fundacin del Santiago College, y por su liderazgo sobre el conjunto de la Misin Metodista en Chile. La formacin de la congregacin local donde ms tarde tendra lugar el avivamiento pentecostal, comenz con la llegada a Valparaso, en Abril de 1895, de Jos Torregrosa.11 Convertido al protestantismo en Espaa, Jos10

Para los antecedentes acerca de los inicios de la Iglesia Metodista de Valparaso, hemos seguido a F. Snow, Historiografa de la Iglesia Metodista de Chile: 18781918. Concepcin: Ediciones Metodistas, 1999, Tomo I, 21 y 252s. 11 R. Valenzuela, Breve historia de la Iglesia Metodista de Chile: 1878-1968. Santiago: Ediciones Metodistas, 2000, 36, hace referencia a un intento anterior de organizar una iglesia local en Valparaso, entre 1890 y 1894, a cargo de Alberto Vidaurre, mencionado como el primer chileno en servir como pastor de la naciente Iglesia Metodista de Chile. Sin embargo, las fuentes recopiladas por Florrie Snow establecen con claridad que Vidaurre perteneca en ese entonces a la naciente Iglesia Presbiteriana, y es en el nombre de esa iglesia que efectu dicha labor inconclusa

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Torregrosa emigr a Argentina junto a su familia, escapando de la intolerancia religiosa en su pas de origen. En la Iglesia Metodista Episcopal de La Plata lleg a ser predicador laico, desde donde volvi a emigrar, esta vez con la comisin de trabajar como colportor 12 de la Sociedad Bblica de Valparaso. Una vez en Chile, Torregrosa se puso a disposicin de Ira LaFetra, quien le encomend la tarea de iniciar la formacin de una congregacin metodista en Valparaso. La dinmica y efectiva labor misionera de Torregrosa permiti que ya el 8 de diciembre de 1895 se organizara la Iglesia Metodista Episcopal de Valparaso, en un local ubicado en calle Maip (actual Av. Pedro Montt) No. 365, sector El Almendral. Torregrosa fue designado pastor de la joven congregacin, responsabilidad que ejerci hasta fines de 1897, cuando fue trasladado a Santiago para encargarse de la formacin de una congregacin metodista en la capital. Entonces fue reemplazado por el misionero estadounidense Edward Wilson, quien ejerci su ministerio en Valparaso hasta fines de 1901. Ambos pastores demostraron una gran capacidad para la evangelizacin y la consolidacin de la congregacin local, de manera que la naciente Iglesia Metodista de Valparaso se transform rpidamente en una de las de mayor crecimiento en Chile.13 Puede afirmarse que la historia del acontecimiento conocido como el avivamiento pentecostal chileno, comienza con la llegada a la Iglesia Metodista Episcopal de Valparaso de su nuevo pastor, el Rev. Willis Collins Hoover. El movimiento que comienza a desarrollarse en dicha iglesia desde ese momento est ampliamente documentado en el testimonio de primera mano dejado por el propio Hoover, publicado por captulos en Chile Pentecostal, entre los aos 1926 y 193014, y ms tarde como libro: Historia del avivaviento pentecostal en Chile. Tratndose de una obra de carcter bsicamente testimonial aunque con abundantes citas de cartas, actas y otros documentos contemporneos a los hechos podra afirmarse que no cumple con los requerimientos mnimos de un trabajo acadmico.15 Sin embargo, el relato de Hoover calza perfectamente aunque con diferencias(Historiografa de la Iglesia Metodista de Chile: 1878-1918, 252). 12 El trmino colportor es un galicismo referido a la labor de un vendedor ambulante, que en ingls se aplic especficamente al vendedor ambulante de Biblias y literatura cristiana. 13 R. Valenzuela, Breve historia de la Iglesia Metodista de Chile: 1878-1968, 40. 14 L. Orellana, El fuego y la nieve. Historia del movimiento pentecostal en Chile: 1909-1932. Concepcin: CEEP Ediciones, 2006, 136.

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de interpretacin con la reconstruccin de los hechos efectuada por Jean Kessler, sobre la base de su investigacin de archivos de la poca 16, y con la recopilacin ms reciente de fuentes primarias efectuada por Florrie Snow.17 Al hablar de los efectos del terremoto de 1906, Hoover menciona la destruccin del local donde por muchos aos la iglesia se haba reunido, en la calle Chacabuco, esquina con Doce de Febrero.18 Dado que en su relato no menciona el traslado desde el local de calle Maip N 365 donde la iglesia se organiz originalmente a esta nueva direccin, podemos suponer que cuando Hoover lleg a Valparaso, la Iglesia Metodista Episcopal ya estaba funcionando en calle Chacabuco, y ste sera el lugar donde ocurri la primera fase del avivamiento. Sin embargo, esto no se ha podido establecer fehacientemente, por la ausencia de referencias a este traslado en las fuentes disponibles. Nacido el 20 de julio de 1858 in Freeport, Illinois, Hoover estudi medicina en Chicago. Sin embargo, habiendo despertado a la vocacin misionera, en 1889 abandon su carrera para ofrecerse como voluntario a la misin de William Taylor. Ese mismo ao fue enviado como profesor al Iquique College, establecimiento que dirigi hasta 1893, ao en que decidi dedicarse por entero a la predicacin del Evangelio en espaol. En poco tiempo logr organizar dos congregaciones en Iquique y Huara, y al ao siguiente fue nombrado pastor de la Iglesia Metodista de esa ciudad.19 Desde Iquique fue

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De entre las distintas ediciones publicadas, hemos utilizado: W. C. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile. Valparaso: Imprenta Excelsior, 1948. Hoover cita cartas y notas de su propia autora y de otras personas. Salvo excepciones, no menciona los autores de tales cartas, por lo que no siempre es posible distinguir acaso se est citando a s mismo o a otra persona. A pesar que el espaol fue su segundo idioma, la redaccin del texto no fue revisada por los editores, seguramente por respeto a su autoridad eclesistica. 16 J. B. A. Kessler, A Study of the Older Protestant Missions and Churches in Peru and Chile. Goes: Oosterbaan and Le Contre N.V., 1967, 108-133. 17 F. Snow, Historiografa de la Iglesia Metodista de Chile: 1878-1918, 252285. 18 W. C. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 13. 19 J. B. A. Kessler, A Study of the Older Protestant Missions and Churches in Peru and Chile, 108.

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trasladado a Valparaso a comienzos de 190220, en reemplazo de Edward Wilson. Al preguntarse acerca de la fecha o el evento que podra reconocerse como el comienzo del movimiento que condujo al avivamiento pentecostal chileno, Hoover considera algunos hechos autobiogrficos previos a su llegada a Valparaso, entre otros, una experiencia que le conmovi mucho mientras haca uso de su ao sabtico en 1895: su visita a una iglesia en Chicago que viva en constante avivamiento.21 Sin embargo, opta por iniciar su relato en el momento en que se hizo cargo de la Iglesia de Valparaso. Esta opcin parece ser la ms adecuada, puesto que su propio relato muestra que la congregacin que lo recibi en Valparaso y particularmente algunos de sus miembros cuyos nombres no siempre son mencionados tuvo un alto nivel de protagonismo en el movimiento. Tal protagonismo parece haber sido tan evidente, que muchos aos ms tarde, la versin de los hechos en un informe evidentemente crtico presentado por los pastores Ezra Bauman y Philip Walter ante una Conferencia Evanglica Regional realizada en Santiago en 1916, sealaba que el pastor de una de las iglesias ms grandes, un misionero, lamentablemente se dej llevar por un desequilibrio en lo religioso y ser sobrepasado por fanticos ignorantes y a veces maliciosos.22 Hay, por lo tanto, antecedentes suficientes para afirmar que los hechos se desencadenaron a partir del encuentro entre la congregacin metodista de Valparaso, que viva entonces una intensa bsqueda espiritual, y un pastor ms que dispuesto a acompaarla y guiarla en dicha bsqueda. Esta bsqueda de la congregacin se expres pronto en los estudios bblicos preparatorios para la Escuela Dominical:En el ao 1902 se estudiaba los Hechos de los Apstoles. En un estudio de profesores en el principio del ao, un hermano dirigi al pastor una pregunta: Qu impide que nosotros seamos una iglesia20

Las fuentes citadas por Florrie Snow, fechan la llegada de Hoover a Valparaso el 28 de marzo de 1902 (Historiografa de la Iglesia Metodista de Chile: 1878-1918, 252). El propio Hoover menciona febrero de 1902 como fecha de inicio de su conexin con la Iglesia Metodista de Valparaso (Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 10). Seguramente esta ltima fecha corresponde a su nombramiento, mientras que la primera a su llegada a la ciudad. 21 Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 9. 22 Committee on Cooperation on Latin America, Regional Conferences in Latin America. New York: The Missionary Education Movement, 1917, 99-110, aqu 101.

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Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III como esta iglesia primitiva? El pastor le respondi: No hay impedimento ninguno sino el que est en nosotros mismos. As que todo el ao en la Escuela Dominical esto era nuestro blanco; y todo acto, toda persona, toda manifestacin de Dios en las lecciones se nos present como estmulo en esta direccin.23

El co-protagonismo del propio Hoover en el proceso se expresa en el siguiente texto que da cuenta de su diagnstico de la situacin espiritual de la congregacin de Valparaso, y de su programa de acompaamiento pastoral. Al mismo tiempo, el texto muestra que la convergencia entre la bsqueda de la congregacin y la gua de su pastor, condujo ya ese mismo ao a un primer avivamiento:En los testimonios tan prestos, y an animados, se notaba en muchos una vaguedad que dio origen a una serie de sermones tendentes [sic.] a aclarar el testimonio del Espritu a la salvacin. En seguida, una enseanza clara y directa sobre la santidad. La semilla cay en tierra bien preparada y hubo un avivamiento notable durante el ao. [...] Se hace mencin de estos incidentes para mostrar que el Avivamiento de 1909 tuvo sus antecedentes en el de 1902, y que as la iglesia fue en una manera preparada para esperar manifestaciones cuando Dios obraba. Hubo varios casos de conversin y santificacin tan notables que faltaban poco para igualar a los de 1909. La iglesia creci y la organizacin fue ampliada hasta tener reuniones por casi toda la ciudad. Los guas de clases eran abnegados y muy empeosos en visitar y atender a su clase. Varios de ellos que disponan de su tiempo en su trabajo, destinaban medio da en la semana para visitar a su clase y eran constantes en informar al pastor del estado de sus miembros. La ganancia de este ao de 1902 fue de cerca de cien personas.24

La interpretacin de esta primera experiencia se hace enteramente dentro de la tradicin wesleyana, con nfasis en el testimonio (certidumbre) de la salvacin que se recibe del Espritu Santo, y en la santificacin como una obra de la gracia posterior a la justificacin. No aparece todava un lenguaje especficamente pentecostal. El impacto del avivamiento en la organizacin de la iglesia local, con sus varias clases a cargo de guas23

W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 10 (destacado en cursivas en el original). 24 W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 11s.

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laicos, se inscribe tambin claramente dentro de la tradicin wesleyana, pero a la vez va a modelar la posterior metodologa de crecimiento del pentecostalismo chileno. Es evidente que este primer avivamiento marc desde el comienzo la vida espiritual y la prctica misionera de la Iglesia Metodista de Valparaso. Pero los aos inmediatamente siguientes se caracterizaron por la permanencia de este estado de bsqueda espiritual, en un contexto marcado por desafos internos y externos. Desde el punto de vista interno, la congregacin se puso el desafo de la construccin de su templo central, para lo cual adquiri, en febrero de 1903, la propiedad de Calle del Olivar (actual Simn Bolivar) N 12425, mientras que el ao 1904, el pastor y su familia tuvieron un perodo sabtico para visitar su tierra, quedando como Encargado de Obra el hermano Carlos Leighton, ayudante de Hoover. Desde el punto de vista externo, el ao 1905 estuvo marcado por los estragos de la viruela, y el ao 1906, por el famoso terremoto del 16 de agosto. El terremoto, y los incendios que le siguieron, causaron la destruccin de las edificaciones de las calles Chacabuco y Olivar, por lo que la congregacin debi dispersarse en las sedes de las clases, dando mayor protagonismo a los laicos guas de clase. Una vez despejado el terreno de Olivar, se instal una gran carpa enviada por la Sociedad Misionera de la Iglesia Metodista Episcopal de los Estados Unidos, y se construy al fondo del terreno la casa pastoral. Esto permiti que toda la congregacin pudiera volver a reunirse, aunque en condiciones inadecuadas: mucho fro en el invierno y mucho calor en el verano. Mientras esto ocurra en Valparaso, en la ciudad de Los Angeles, Estados Unidos, el famoso avivamiento de calle Azusa ya se encontraba en pleno desarrollo. El movimiento all haba comenzado con la llegada, el 22 de febrero de 1906, del predicador negro William Seymour. Su predicacin se caracterizaba por la enseanza de que hablar en lenguas, cuyo modelo se encuentra en la experiencia de Pentecosts (Hechos 2), es la evidencia fsica del Bautismo en el Espritu Santo establecida por la Biblia. Esta doctrina haba sido popularizada apenas iniciado el siglo XX por Charles Parham. Ya en abril de ese ao, la predicacin de Seymour haba generado tal impacto que se hizo necesario arrendar un viejo templo en mal estado, ubicado en la Calle Azusa No. 312. Este lugar se transformara rpidamente en la sede de25

W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 12 (mencionada en otros lugares como Calle Olivar, y tambin Olivares).

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un avivamiento permanente que atrajo a multitudes de personas de diversas razas, al punto que llegara a ser considerado la cuna del movimiento pentecostal global.26 En las primeras fases de este avivamiento se mantuvo la creencia de que las lenguas extraas que las personas hablaban como evidencia de su bautismo en el Espritu Santo eran lenguas extranjeras vivas. Se trataba, pues, de un equipamiento espiritual para la rpida evangelizacin de todo el mundo. Es interesante notar que el impacto del terremoto que destruy la ciudad de San Francisco el 18 de abril de 1906 contribuy a las condiciones que favorecieron a la difusin del avivamiento de Los Angeles, donde solamente se sintieron algunas rplicas. Miles de tratados fueron distribuidos, y muchos sermones predicados, interpretando la catstrofe como una advertencia divina, y la salvacin de Los Angeles como una consecuencia del avivamiento que all se viva. El mismo da del terremoto, The Los Angeles Daily Times haba publicado el primer artculo reporteando, desde una perspectiva muy negativa, las reuniones de calle Azusa 27, lo que pareca confirmar la relacin entre ambos acontecimientos. Llama poderosamente la atencin que el relato de Hoover no registra indicio alguno de interpretaciones similares del terremoto de Valparaso, que en este caso los afect directamente. Posiblemente haya aqu otro indicio interesante sobre las diferencias entre ambos movimientos. Al ao siguiente se produce el primer contacto de Hoover con la emergente teologa y experiencia pentecostal, lo que dio un nuevo impulso a la ya intensa bsqueda espiritual de la Iglesia Metodista de Valparaso:En el ao 1907 lleg a manos del pastor un folleto que daba la historia de una obra maravillosa del Espritu Santo, acompaada por fuego, que tuvo lugar en la India en los asilos para nias viudas de la Pandita Ramabai, en donde tenan asiladas varios centenares de esas nias. El folleto fue escrito por la Miss Minnie Abrams, una colaboradora con la Pandita, que haba sido condiscpula con la Mrs. Hoover en Chicago all por el ao 1887. La circunstancia de conocer a la autora que era la que nos lo haba mandado, nos hizo examinar la historia con ms atencin. La maravilla para nosotros era que el folleto hablaba de un bautismo claro y definitivo con Espritu Santo y fuego, como cosa26

C. M. Robeck, The Azusa Street Mission & Revival. The Birth of the Global Pentecostal Movement. Nashville, Tennessee, Thomas Nelson Inc, 2006, passim. 27 C. M. Robeck, The Azusa Street Mission & Revival, 76s.

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Voces del Pentecostalismo Latinoamericano III adicional a la justificacin y la santificacin, cosas que hasta entonces creamos que comprendan el total de la experiencia cristiana.28

Entre quienes sostienen la hiptesis del origen comn del pentecostalismo global en los eventos de calle Azusa, precisamente este contacto con India es interpretado como una relacin indirecta entre los avivamientos de Valparaso y Los Angeles. Cecil Robeck quien reconoce cierta autonoma del avivamiento chileno lo explica de la siguiente manera:En Chile, el Reverendo Willis C. Hoover fue tocado por los informes que recibi acerca de calle Azusa a travs de correspondencia con Minnie Abrams, quien haba recibido su Pentecosts en la calle Azusa. Las iglesias [pentecostales] establecidas ms tarde en Amrica Latina va inmigracin o trabajo misionero claramente recibieron influencia directa de calle Azusa, mientras las tempranas iglesias autctonas, tales como la obra de Hoover en Chile, fueron ms indirectamente tocadas, y mucho menos influenciadas por fuerzas externas en aos posteriores.29

Pero en realidad, este contacto indio es ms bien un argumento a favor de la independencia entre los avivamientos de Valparaso y Los Angeles. El avivamiento al que se refiere el folleto de Minnie Abrams tuvo lugar en la Misin Mukti, en Kedgaon, India, a mediados de 1905. Se trata, por lo tanto, de un avivamiento completamente independiente de Azusa. Su origen se remonta a la participacin de Pandita Ramabai en la Convencin de Keswick, Inglaterra, en 1898, donde pidi, ante un pblico de 4.000 cristianos, la oracin por un derramamiento del Espritu Santo sobre todos los cristianos de India.30 Apenas retorn a India, Ramabai inici la bsqueda del avivamiento, formando grupos de oracin entre las nias de sus hogares, y mantuvo contactos con movimientos similares en distintos lugares del imperio britnico (Australia y Gales), hasta que finalmente se produjo el28 29

W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 14. C. Robeck, Pentecostal Origins from a Global Perspective, en: H. Hunter y P. Hocken, editores, All Together in One Place. Theological Papers from the Brighton Conference on World Evangelization. Sheffield: Sheffield Academic Press, 1993, 166-180, aqu 177. 30 Citada por Shamsundar Manohar Adhav, Pandita Ramabai. Madras: The Christian Literature Society, 1979, 216. Este texto contiene una versin del relato de Minnie Abrams, 225-229.

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avivamiento en 1905, esparcindose desde Kedgaon a otros lugares de India. La experiencia de hablar en lenguas fue un aspecto importante de las manifestaciones espirituales de este avivamiento, pero no fue considerada como la evidencia del Bautismo en el Espritu Santo. Minnie Abrams (1859-1912), misionera metodista que desde 1897 colaboraba en la Misin Mukti, escribi la narracin que recibieron los Hoover. Recin entre los aos 1908 y 1910 estuvo nuevamente en los Estados Unidos. En 1910 Minnie Abrams visit en Los Angeles la Misin del Aposento Alto, dirigida por Elmer Fisher, una de las iglesias de la rama blanca del pentecostalismo, cuando conflictos entre Parham y Seymour ya haban separado a los pentecostalismos blanco y negro.31 En febrero de 1908, Hoover y su congregacin deciden desarmar la carpa e iniciar la construccin de su anhelado templo con recursos y materiales aportados por los propios miembros, lo que concentrar gran parte de sus esfuerzos durante ese ao. Esto implic que la congregacin nuevamente tuvo que dispersarse en los distintos locales donde se reunan las clases, pero el liderazgo de los guas y exhortadores laicos permiti mantener viva la bsqueda espiritual. Por esos das Hoover registra la visita a Valparaso de F. Fransen, un pastor misionero en gira, cuyas predicaciones en las iglesias metodista y presbiteriana se centraron en la prxima venida del Seor. Uno de los tpicos de la conversacin privada de Fransen con Hoover, vers sobre el bautismo del Espritu Santo con la manifestacin de hablar en nuevas lenguas. Nos cont de una carta que haba recibido de un amigo a quien le haba venido esta experiencia, en la que describa la extraeza de sentir las mandbulas y la lengua movidas sin su volicin, emitiendo sonidos y palabras que l no las entenda.32 Sin embargo, no se menciona explcitamente alguna relacin entre esta experiencia y los acontecimientos de calle Azusa, ni con la doctrina31

G. McGee, Abrams, Minnie, en: Burgess, McGee y Alexander, editores, Dictionary of Pentecostal and Charismatic Movements. Grand Rapids: Regency Reference Library, 1988, 7; Padmini Sengupta, Pandita Ramabai Saraswati. Her Life and Work. London: Asia Publishing House, 1970, 305-308. 32 W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 15. Cecil Robeck (Pentecostalism and Mission. From Azusa Street to the Ends of the Earth, en: Missiology. An International Review, Vol. XXXV, No. 1, January 2007, 75-92, aqu 84, identifica a este visitante como el Rev. F. Franson, pastor en la ciudad de Chicago, pero sueco de nacimiento.

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de la evidencia inicial. Este testimonio, sumado a otros similares, estimul aun ms la bsqueda de Hoover y su comunidad. El nuevo templo, aun sin terminar completamente, fue usado por primera vez el 31 de diciembre para la vigilia de espera del ao nuevo. Este culto especial seal el inicio del gran avivamiento de 1909, ya que a travs del sermn, los testimonios, la oracin y los cnticos, relata Hoover, entramos en la tierra de promisin.33 Desde ese momento, una serie de hitos irn aumentando la intensidad del avivamiento: la semana de oracin tradicionalmente celebrada a comienzos de ao; vigilias especiales de oracin convocadas por iniciativa laica, mientras el pastor participaba en la Conferencia Metodista celebrada en Temuco, pero aprobadas por l a su regreso. Hoover manifiesta cierta impaciencia, porque mientras muchos integrantes de su congregacin, hombres y mujeres de todas las edades, ya han recibido la buscada bendicin, l mismo no obstante ser el pastor todava no ha recibido respuesta. Tal respuesta parece haber llegado el 15 de abril:En seguida or el hermano Castillo. Poniendo la mano sobre el hombro del pastor daba gracias por la unin que exista entre los dos en la obra porque, dijo, la obra no es humana. Al or estas palabras, como que una flecha traspasa el corazn vino una risa al pastor tan violenta e irresistible que quedaron los dos por quince minutos all bajo su poder. Sentndose en seguida, se pusieron a conversar sobre la dulzura de la comunin con Dios cuando, de repente, comenzaron las palabras a salir de la boca del pastor en golpes y gritos, como de un volcn en erupcin, vino la familia para ver, quedando atnitos. A buen rato la violencia de la manifestacin se calm; pero todo el da el habla vino con golpes como de empuje interior forzndola, acompaada por lgrimas.34

Con el subttulo La lluvia, metfora frecuente para describir el derramamiento del Espritu Santo, Hoover indica que hacia fines de junio estaban llegando al punto culminante.35 La Iglesia Metodista de Valparaso se encontraba ya en pleno avivamiento, el que desde su principio fue acompaado por manifestaciones extraordinarias de diversas clases risas,33 34

W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 17. W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 22. 35 W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 27.

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lloro, gritos, cantos, lenguas extraas, visiones, xtasis en las que la persona caa al suelo y se senta trasladada a otra parte al cielo, al Paraso, a campos hermosos, con experiencias variadas hablaban con el Seor, con ngeles, o con el diablo. Los que pasaban por estas experiencias gozaban mucho y generalmente fueron muy cambiados y llenados de alabanzas, del espritu de oracin, de amor.36 En este listado, las lenguas extraas aparecen mencionadas como una entre otras manifestaciones de la presencia del Espritu Santo. Respecto a su propia experiencia, citada ms arriba, Hoover no aclara acaso las palabras que emiti en ese momento de habla compulsiva correspondieron a lenguas extraas. La omisin sugiere que se trat ms bien de expresiones inteligibles, aunque compulsivas, de alabanza. Todo esto confirma que la doctrina de las lenguas como necesaria evidencia inicial del bautismo en el Espritu, propia del avivamiento norteamericano, estuvo completamente ausente en esta experiencia. A partir de sus contactos con Minnie Abrams en 1907, Hoover haba comenzado a corresponder con otras personas influenciadas por el emergente movimiento pentecostal a nivel mundial. Entre las personas que menciona aunque sin ubicar en el tiempo el inicio de tales contactos se puede establecer que dos de ellas recibieron indirectamente el impacto del avivamiento de calle Azusa. Uno de ellos, el pastor metodista noruego Thomas Barratt, recibi el bautismo en el Espiritu Santo, con la evidencia de hablar en lenguas, a mediados de noviembre de 1906. Esto ocurri en Nueva York al entrar en contacto con misioneros provenientes de la Misin de Azusa, mientras Barratt estaba en una campaa de recoleccin de recursos para un proyecto de su iglesia en Christiania.37 Al volver a Europa, Barratt se convertira en uno de los principales lderes pentecostales de ese continente, y un activo misionero mundial. Pero, como se constata en carta dirigida a Hoover despus que ya se haba producido el cisma en Chile, Barratt tampoco suscribi la doctrina de la evidencia inicial, y reinterpret su experiencia pentecostal en el marco de su tradicin wesleyana.38 El otro es Max Wood Moorhead, presbiteriano que ocupaba el cargo de Secretario de la YMCA en Ceylon, actual Sri Lanka. Moorhead fue una de las personas que prest apoyo a Alfred y Lillian Garr, el primer matrimonio36 37

W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 32. C. Robeck, The Azusa Street Mission & Revival, 254s. 38 Carta publicada en extenso en el libro de W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 95-98.

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de misioneros de Azusa que se embarc hacia India en enero de 1907, con la confianza de que el Espritu Santo les permitira hablar las lenguas locales sin necesidad de aprenderlas previamente. Esta esperanza se vio frustrada, lo que, sumado a otros casos, contribuy al abandono de esta interpretacin del hablar en lenguas como xenolalia (lenguas extranjeras vivas), dando paso a su comprensin como glosolalia (lenguas extraas). Esto oblig a los Garr a limitar su accin, por lo menos al principio, a la poblacin de habla inglesa, lo que implicaba moverse entre cristianos occidentales. Moorhead arrend un local en Calcuta para los cultos de avivamiento dirigidos por los Garr, y all se vivieron experiencias similares a las de calle Azusa. 39 No tenemos ningn indicio del contenido del intercambio entre Hoover y Moorhead. Lo interesante de su mencin es que Moorhead parece ser, como lo ha demostrado Allan Anderson, el responsable de la errnea suposicin de que el avivamiento de India [en la Misin de Pandita Ramabai] fue una consecuencia directa del avivamiento de calle Azusa. 40 Esta suposicin errnea contribuy al desarrollo de la hiptesis del origen nico del pentecostalismo moderno en calle Azusa. La nica referencia explcita al avivamiento de Los Angeles en las fuentes escritas sobre el avivamiento de Valparaso, aparece en un artculo con el ttulo Manifestaciones que Hoover incluye como apndice en su libro, indicando que lo tradujo el ao 1909, porque representaba bien su propia posicin sobre el tema.41 En este artculo, cuyo autor no mencionado por Hoover parece haber participado personalmente en los cultos de la Misin de Azusa, el avivamiento de Los Angeles se menciona entre otros eventos similares, destacando que se caracteriz especialmente por las experiencias de hablar y de cantar en lenguas. Es notable que un participante directo en Azusa haya interpretado la importancia de Azusa en el marco de eventos similares que marcaron los orgenes del pentecostalismo moderno. Se trata,

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C. Robeck, The Azusa Street Mission & Revival, 250s. The present word-wide revival brought up in India. Pandita Ramabai and the Origins of Pentecostalism. Paper given at the Society for Pentecostal Studies Annual Meeting, Regent University, Virginia Beach, U.S.A., Marzo 2005, 9. D. Maxwell, Networks and Niches: The Worldwide Transmission of the Azusa Street Revival, en: H. Hunter and C. Robeck, editores, The Azusa Street Revival and Its Legacy. Cleveland, Tennessee: Pathway Press, 2006, 127-139. 41 W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 123-128.40

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por lo tanto, de una temprana visin policntrica del nacimiento del pentecostalismo.42 El anlisis precedente de las fuentes disponibles permite concluir que el avivamiento de Valparaso fue, efectivamente, un movimiento independiente del avivamiento norteamericano de 1906, en Los Angeles. El movimiento en Valparaso ya comenz en 1902, ao en que se experiment un primer avivamiento, aunque tuvo menor impacto nacional y fue interpretado enteramente en el marco de la terminologa teolgica de la tradicin wesleyana. El primer contacto entre este avivamiento local y experiencias similares en otros lugares del mundo, ocurri en 1907, a travs del folleto de Minnie Abrams que narraba el avivamiento de la Misin Mukti, en India, iniciado en 1905. Este contacto aport nuevas claves para interpretar la experiencia que estaba viviendo la Iglesia Metodista de Valparaso en el marco de la emergente terminologa pentecostal, y una nueva atencin especial a la experiencia de hablar en lenguas como una de las manifestaciones de la presencia del Espritu Santo. Al avivamiento de India se le ha restado importancia como acontecimiento relevante para los orgenes del pentecostalismo moderno, en parte porque no tuvo como resultado el nacimiento de un movimiento pentecostal independiente en ese pas, y en parte porque su asociacin42

C. Robeck (Pentecostalism and Mission, 84) ha estudiado cartas que May Hoover, esposa del pastor Hoover, envi a diversas publicaciones pentecostales entre 1909 y 1910. En una carta publicada en The Upper Room 1:6 (Enero de 1910), May Hoover menciona un tratado (folleto) escrito por George B. Studd, My Convictions, publicado por primera vez en Los Angeles el 22 de julio de 1908, como una de las lecturas que los estimul en su bsqueda de la experiencia pentecostal. Es muy probable, entonces, que el artculo traducido por Hoover en 1909 e incluido posteriormente como un apndice en su libro, corresponda al tratado de George Studd, quien efectivamente tuvo una intensa participacin en la Misin de Azusa desde enero de 1908 (C. Robeck, The Azusa Street Mission & Revival, pgs. 287299). Este sera, entonces, el contacto ms directo entre los avivamientos de Los Angeles y Valparaso. En todo caso, se trata claramente de un contacto posterior (entre uno y dos aos) al tenido con India, que el propio Hoover considera como el ms determinante para el movimiento local. Cabe destacar adems que Studd rechaz explcitamente la doctrina de la evidencia inicial (The Holy Ghost Received, The Upper Room 2:4, January 1911), como lo ha notado Harold Hunter (Aspects of Initial-Evidence Dogma: A European-American Holiness Pentecostal Perspective, en: Asian Journal of Pentecostal Theology 1-2: 1998, 185-202).

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explcita con el movimiento pentecostal habra sido formulada a posteriori por terceros.43 Sin embargo, el hecho comprobado de que fue ese avivamiento, y no el de Azusa, el que ayud a encausar al avivamiento de Valparaso como un afluente del emergente movimiento pentecostal moderno, es suficiente para reivindicar su importancia histrica. Otros contactos, como el de Max Wood Moorhead, probablemente ocurrido cuando el avivamiento local ya estaba en pleno desarrollo, no parecen haber tenido ningn impacto particular en su orientacin. El intercambio con Thomas Barratt parece haber sido muy importante. Este fue un sabio consejero cuando ya se haba producido la ruptura definitiva con la Iglesia Metodista Episcopal. En lo que se refiere a los aspectos diferenciales entre el pentecostalismo nacido en Valparaso y pentecostalismo nacido en Los Angeles, Hoover encontr en Barratt sobre todo apoyo e inspiracin para perseverar en la especificidad del movimiento local. La demostracin de la independencia entre ambos avivamientos no tiene una importancia meramente anecdtica, sino una relevante significacin histrico-teolgica. El predominio de la hiptesis del origen nico del pentecostalismo global en calle Azusa ha servido de sustento para otorgar a la doctrina de la evidencia inicial un carcter normativo universal para la definicin de lo que significa ser pentecostal, al menos en el marco del denominado pentecostalismo clsico. Aqu se origina la visin reduccionista de que ser pentecostal significa hablar o haber hablado en lenguas. Aunque ciertamente debatida, esta autodefinicin contina siendo normativa para las grandes denominaciones pentecostales surgidas del avivamiento norteamericano.4443 44

Ver C. Robeck, Pentecostal Origins from a Global Perspective, 171s. G. McGee, editor, Initial Evidence. Historical and Biblical Perspectives on the Pentecostal Doctrine of Spirit Baptism. Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 1991. Con ocasin de las celebraciones del Azusa Street Centennial (Los Angeles, 25-29 de Abril de 2006), en los discursos y ponencias de los principales oradores predomin la tendencia a reafirmar la doctrina de la evidencia inicial como elemento central de la identidad del pentecostalismo global. Sin embargo, una de las importantes publicaciones dadas a conocer a propsito del centenario, asume con toda claridad la diversidad del pentecostalismo mundial, y menciona explcitamente al pentecostalismo chileno como un movimiento independiente del avivamiento de Azusa: J. Hayford and D. Moore, The Charismatic Century. The Enduring Impact of the Azusa Street Revival. New York: Warner Faith, 2006, 4s. y 103s. Lo mismo puede decirse de varios de los artculos publicados en H. Hunter and C. Robeck,

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Desde esta perspectiva, el avivamiento pentecostal de Valparaso debe ser reconocido como fuente de una construccin distinta de la identidad pentecostal, enriquecida por sus contactos internacionales ajenos a Los Angeles. Al tratarse de un avivamiento prcticamente contemporneo al de Azusa, esta construccin distinta de identidad no debe interpretarse como una desviacin respecto de la identidad pentecostal clsica, sino como una versin de la identidad pentecostal que ha coexistido desde un principio con aquella. Se trata de una identidad pentecostal que no se define por la ruptura con el movimiento de santidad de raz wesleyana, sino por una ampliacin o enriquecimiento de esta tradicin con el nfasis en la experiencia del poder transformador del Espritu Santo.45 Tal nfasis conlleva la restauracin de las manifestaciones que acompaaron al derramamiento del Espritu Santo en los tiempos apostlicos, pero en lnea con la tradicin wesleyana se renuncia a darles a tales manifestaciones, o a una de ellas, un carcter normativo como evidencia definitiva. En este sentido, como se ilustra en la sntesis ya citada ms arriba, el libro de Hoover contiene abundantes referencias que sugieren que el carcter divino de las manifestaciones extraordinarias, se confirma finalmente por las vidas transformadas de quienes las experimentan. Como pastor de la Iglesia de Valparaso, Hoover admite que prefiri no detener de antemano manifestaciones que parecan excesivas, por el temor de interferir en la obra del Espritu Santo, confiando en que, con el tiempo, el mismo Espritu le ayudara a separar el trigo de la paja.46 El criterio para ese discernimiento parece haber sido siempre el testimonio ulterior, esto es, el cambio de vida de las personas tocadas por el avivamiento. Aqu aparece nuevamente la huella de la herencia de Juan Wesley, para quien los frutos del Espritu eran ms importantes que los dones del Espritu, aun cuando crea en la vigencia de estos ltimos.47editores. 45 J. Fletcher, colaborador suizo de Wesley, ya haba anticipado este nfasis pneumatolgico al asociar la santificacin con el bautismo del Espritu Santo. Ver D. Dayton, Races teolgicas del pentecostalismo. Buenos Aires: Nueva Creacin, 1991, 29-31. 46 W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 33-35. 47 D. Dayton, Races teolgicas del pentecostalismo, 25s. Es muy importante notar que el propio William Seymour, lder de la Misin de Azusa, adopt una posicin similar abandonando, por lo tanto, la doctrina de la evidencia inicial, luego que

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El escalamiento del conflicto y la cuestin de la fecha del nacimiento del pentecostalismo chileno

Hasta fines de 1908, lo que ocurra en la Iglesia de Valparaso era seguido con atencin, y hasta con simpata, por la mayora de los dems pastores e iglesias metodistas de Chile, como tambin de otras iglesias evanglicas. Numerosas visitas llegaban a Valparaso, o partan de all, para compartir las experiencias y bendiciones espirituales que estaban viviendo. Despus de todo, lo que ocurra en Valparaso se enmarcaba plenamente dentro de la visin que William Taylor el iniciador de la misin metodista en Chile haba tenido, y Willis Hoover responda mejor que nadie al perfil del misionero que haba imaginado el fundador. Que en 1906 Hoover haya sido nombrado Superintendente del Distrito Metodista Central de Chile48, muestra que su trabajo contaba con el reconocimiento de sus pares. Cabe notar que por entonces la mayora de los misioneros metodistas que permanecan en Chile haban sido reclutados por Taylor entre adherentes al movimiento wesleyano santidad en el marco de su experimento de misin de sostn propio. Sin embargo, este modelo ya haba sido oficialmente abandonado tras la muerte de Taylor, luego de un largo y complejo proceso iniciado aos antes.49 Ahora todos los misioneros tenan contrato con la Junta Misionera de la Iglesia Metodista Episcopal de los Estados Unidos, y era sta la que seleccionaba a los nuevos misioneros, quienes tenan una formacin teolgica de orientacin ms bien liberal. Durante el ao 1909, a medida que el avivamiento fue tomando fuerza, comenz a sentirse la oposicin de otros pastores. Pero este conflicto entr en un proceso irreversible cuando el avivamiento de Valparaso impact con fuerza a la 1 Iglesia Metodista de Santiago pastoreada por William Rice, quien haba llegado a Chile recin en 1908 y la 2 Iglesia pastoreada porconflictos con Charles Parham provocaran la divisin entre blancos y negros en el naciente pentecostalismo norteamericano. Ver C. Robeck, William Seymour and The Bible Evidente, en: G. McGee, editor, Initial Evidence, 72-95. 48 J. B. A. Kessler, A Study of the Older Protestant Missions and Churches in Peru and Chile, 110. 49 G. F. Arms, History of the William Taylor Self-Supporting Missions in South America. New York: Methodist Book Concern, 1921; J. Seplveda, De peregrinos a ciudadanos, 76-81.

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William Robinson, quien haba regresado a Chile en 1906 bajo los auspicios de la Junta Misionera, despus de un periodo anterior bajo la misin de Taylor (1883-1889). En el mes de septiembre, Nellie Laidlaw, conocida como la hermana Elena, que viajaba a Santiago por motivos personales, recibi carta de recomendacin de Hoover para asistir a las iglesias de la capital mientras se encontrara all. Elena era una nia inglesa, tal vez de treinta aos de edad, viniendo del hospital convaleciente de una operacin [en el mes de Agosto]. Fue recibida y acogida por la esposa del pastor. Era una nia mala, habindose apartado del camino que le fue inculcado en un orfanatorio metodista donde fue criada. La Mrs. Hoover la llev a las reuniones y fue convertida de una manera poderosa, y bautizada con el Espritu Santo.50 Estando en Santiago, la hermana Elena entr en contacto primero con un grupo de la 2 Iglesia que ya vena celebrando reuniones de avivamiento. La noche del 11 de septiembre particip en una vigilia en casa de un hermano del local de Montiel. En acuerdo con los asistentes, plane visitar al da siguiente la 2 Iglesia y su local de Montiel, y por la noche la 1 Iglesia, con el propsito de compartir las bendiciones del avivamiento de Valparaso, tal como lo haba hecho en la mencionada vigilia. Sin embargo, ni el pastor Robinson ni el pastor Rice le permitieron hablar. En el local de Montiel, los asistentes se reunieron a escucharla en el patio, despus del culto. El intento de un hermano de abrazar al pastor en seal de reconciliacin, y para convencerlo de que la visitante traa un mensaje autnticamente divino, termin con Robinson cayendo al suelo, aparentemente al esquivar a su interlocutor, y con una herida en la cabeza. Rice, por su parte, advertido de la visita de la hermana Elena, solicit resguardo policial, de manera que cuando sta intent hablar al trmino del culto, fue arrestada, generndose un tumulto entre quienes la apoyaban.5150 51

W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 34ss. El texto de Hoover habla del local de Montel, pero versiones posteriores hablan de Montiel. Hoover narra estos incidentes sobre la base de citas textuales de cartas que recibi de algunos participantes en los das siguientes, sin identificar sus autores (Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 35-38). Kessler (A Study of the Older Protestant Missions and Churches in Peru and Chile, 116ss), quien considera poco plausible la versin de Hoover, recoge versiones de otros testigos que contribuyen a una visin bastante ms negativa de las intenciones y el papel de Elena en el conflicto. Informa adems que las reuniones de avivamiento del grupo de la 2 Iglesia se haban iniciado, con la autorizacin del pastor Robinson, despus que Victor

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La consecuencia directa de los incidentes del 12 de septiembre en Santiago, fue que dos grupos, convencidos de la autenticidad del avivamiento de Valparaso, siguieron celebrando reuniones de avivamiento al margen de sus respectivas iglesias. Todo esto transform a Rice y Robinson, pero especialmente al primero, en activos impulsores de acciones orientadas a terminar con el avivamiento de Valparaso. Tales acciones, relatadas en detalle por Hoover52, incluyeron gestiones antes las autoridades pblicas, en las que involucraron al cnsul de los Estados Unidos, y ante las autoridades de la Iglesia Metodista Episcopal de los Estados Unidos. A tales esfuerzos se sumaron la prensa local, escandalizada por el fanatismo religioso que se expresaba en las reuniones, y los misioneros presbiterianos, preocupados por el descrdito que estos hechos podan traer sobre toda la obra evanglica. Rice, editor de El Cristiano, peridico oficial de la Iglesia Metodista, vet la publicacin de cualquier informe proveniente de la propia Iglesia de Valparaso, mientras que publicaba artculos en oposicin al movimiento. Los grupos separados de Santiago recurrieron a Hoover en busca de consejo, quien les recomend acercarse a sus iglesias con espritu de reconciliacin, pidiendo perdn y su reincorporacin. Al menos el grupo separado de la 2 Iglesia, dirigido por Victor Pavz, sigui este consejo, pero sin ningn resultado. Hoover recomend entonces escribir cartas de apelacin al Obispo Bristol, cosa que hicieron ambos grupos, y esperar que la Conferencia Anual, que se celebrara en Valparaso en algunos meses, reconsidere su situacin. Sin embargo, la Conferencia Trimestral de Santiago, celebrada en diciembre de 1909, resolvi romper toda relacin oficial con ambos grupos.53 El resultado de las gestiones ante las autoridades pblicas fue la obligacin de poner lmites a la hora de trmino de las reuniones, que solan continuar hasta altas horas de la noche, pero esto no impidi la continuacin del avivamiento. As estaban las cosas cuando se celebr la Conferencia Anual, del 4 al 10 de febrero de 1910. Para abordar el problema de Valparaso se constituy una comisin especial, la que tras recibir diversos testimonios, redact una resolucin condenatoria del movimiento, y levant cargos especficos en contra de Hoover.Pavz Toro, el ayudante del pastor, visitara la Iglesia de Valparaso ya en mayo de 1909. 52 Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 38s. 53 Kessler, A Study of the Older Protestant Missions and Churches in Peru and Chile, 122.

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Pero juzgar al pastor de la iglesia local de mayor crecimiento y desarrollo, cuya vitalidad resultaba evidente para todos los asistentes a la Conferencia, no pareca sencillo. Buscando una salida negociada, la comisin procur convencer a Hoover que aceptara tomarse un ao sabtico. Este finalmente cedi, pensando que eso le dara la oportunidad de informar veraz y directamente acerca del movimiento a la Junta Misionera. Por lo tanto, la Conferencia concluy con una condena contra algunas de las enseanzas y manifestaciones del movimiento, consideradas irracionales, anti-metodistas y contrarias a las Escrituras. Los cargos contra Hoover fueron retirados y fue confirmado como pastor de Valparaso, pero, en el entendido de que pronto viajara a los Estados Unidos, fue relevado de la Superintendencia del Distrito Central. Aunque los grupos separados de Santiago haban enviado representantes ante la Conferencia, su situacin ni siquiera fue considerada, y el Obispo no cumpli una promesa de visitarlos. En consecuencia, durante el mismo mes de febrero, ambos grupos resolvieron organizarse definitivamente en forma separada, adoptando los nombres de 1 y 2 Iglesia Metodista Nacional.54 Hoover, por su parte, apenas terminada la Conferencia se arrepinti de haber aceptado la propuesta de un ao sabtico, al tomar conciencia de que al hacerlo abandonara a quienes crean en el carcter genuinamente divino del avivamiento. Al da siguiente comunic al Obispo su decisin de permanecer en Valparaso. Con esto, es obvio que las relaciones entre la Iglesia de Valparaso y las dems iglesias metodistas estaban muy tensas. Esta tensin se manifest en la Conferencia Trimestral celebrada en Valparaso el 4 de abril, presidida por William Rice, quien reemplaz a Hoover en la Superintendencia. Los representantes de la Junta de Oficiales de la Iglesia de Valparaso se sintieron presionados a pronunciarse sobre su lealtad a las autoridades de la Iglesia Metodista o, de lo contrario, presentar su renuncia. A los pocos das, algunos miembros de la Junta de Oficiales confidenciaron a Hoover su intencin de renunciar, lo que lo llev a considerar su propia situacin, en dilogo con su esposa. El 9 de abril, el matrimonio Hoover ya haba llegado a la conviccin de que deban acompaar a los miembros de la Junta de Oficiales y de la congregacin de Valparaso que decidieran renunciar. Al da siguiente, 18 miembros de la Junta de Oficiales se reunieron y convocaron al matrimonio pastoral para54

L. Orellana, El fuego y la nieve, 35.

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comunicarles su decisin de renunciar. Hoover les pidi esperar una semana antes de hacer pblica esa decisin, con el objeto de preparar y redactar su propia renuncia. El Domingo 17 de abril de 1909, tras haber celebrado la Santa Cena, Hoover ley su carta de renuncia ante la congregacin, declarando que se separaba, por motivos de conciencia, de la organizacin de la iglesia pero no del metodismo. El 25 de mayo, el grupo separado de Valparaso se organiz con el nombre Iglesia Metodista Pentecostal, con Willis Hoover como su pastor.55 La sede de esta nueva iglesia fue la propiedad de calle Retamo No. 555.56 Dos semanas ms tarde, habindose informado de la renuncia del grupo de Valparaso, los dos grupos de Santiago deciden unirse a ste, e invitar al pastor Hoover a asumir como Superintendente de la nueva Iglesia. Hoover acept, pero luego de pedir que el nombre comn de la nueva iglesia sea el que se haba adoptado en Valparaso. Para Hoover, la decisin acerca del nombre no era una cuestin menor, ya que ste deba ser expresivo tanto de los verdaderos motivos de la separacin, como de la identidad de la nueva iglesia. En su carta de renuncia haba escrito:No piense ninguno que hay algo de nacional en este acto. Dios perdone tal pensamiento, y nos libre de tal error. [...] Esto no es hostilizacin contra la Sociedad Misionera [...] ni las misiones extranjeras. Mil veces, no. El enemigo de las almas tendra gusto en sembrar esa semilla infernal. Todo lo que el mundo entero sabe y experimenta del poder de la Sangre de Jesucristo, lo debe a los servicios abnegados de los millares [...] de cristianos que, siguiendo el ejemplo de su divino Maestro, han dejado casa, parentela y tierra, en alegre obediencia a su mandato.57

Por entonces, uno de los desafos complejos que enfrentaba el movimiento misionero, era el de cmo enfrentar el proceso de transicin desde el liderazgo misionero al liderazgo local de las llamadas iglesias jvenes. La convivencia entre los pastores misioneros y los primeros ministros nativos estaba cargada de tensiones, entre otras razones, por los desniveles en los salarios y en la participacin en las decisiones. En la literatura misionera, la presin de las iglesias jvenes a favor de su55 56

L. Orellana, El fuego y la nieve, 36. L. Orellana, El fuego y la nieve, 42. 57 Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 74.

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independencia reciba el nombre de nacionalismo, y la cita precedente deja claro cul era la opinin de Hoover frente a esa tendencia.58 Su vehemencia puede explicarse porque durante su ministerio en Iquique haba sufrido en carne propia el impacto del nacionalismo: Durante su sabtico del ao 1895, el chileno Alberto Vidaurre haba quedado a cargo de la Iglesia de Iquique y su local en Huara. Cuando Hoover regres, tras fracasar en el intento de mantener el cargo pastoral, Vidaurre se separ con gran parte de la congregacin de Iquique y Huara, para formar una iglesia nacional que tuvo una existencia efmera.59 Con el cambio de nombre, Hoover quera dejar bien en claro a todo el mundo, pero especialmente a los grupos de Santiago donde la tensin entre chilenos y misioneros norteamericanos efectivamente haba jugado un papel en el conflicto60 cul era el verdadero motivo de la separacin: la libertad para seguir viviendo y predicando la experiencia pentecostal, aunque sin abandonar las races metodistas.58

Kessler (A Study of the Older Protestant Missions and Churches in Peru and Chile, 288s.) destaca una constante contradiccin en el estilo pastoral de Hoover. Por una parte, manifest un gran respeto a la iniciativa de sus hermanos y hermanas chilenos en la conduccin del avivamiento y su difusin, acatando en muchos momentos decisiones e instrucciones de estos. Por otra parte, en lo que se refiere al gobierno eclesistico, mantuvo hasta su muerte una evidente desconfianza en las capacidades de los chilenos. Su resistencia a delegar el gobierno eclesistico al liderazgo local, fue un factor determinante de los conflictos que llevaran ms tarde a la primera gran divisin del pentecostalismo chileno. 59 Kessler, A Study of the Older Protestant Missions and Churches in Peru and Chile, 108s. Todo el estudio de Kessler sobre las antiguas misiones protestantes en Chile y Per, se desarrolla desde el punto de vista de la tensin entre misioneros y obreros nacionales. 60 En efecto, el nombre que los grupos de Santiago eligieron inicialmente para la nueva iglesia, sugiere que la reivindicacin de los derechos eclesisticos de los chilenos era para ellos un aspecto central en el conflicto. Kessler muestra, por ejemplo, que el trato que Victor Pavz Toro recibi de parte de los misioneros, por haber participado en el grupo separado de la 2 Iglesia, fue un tema muy sensible para ellos. Pavz, uno de los conversos de Torregrosa en Santiago, haba recibido su licencia como predicador en 1902 de parte de un pastor chileno, Cecilio Venegas, y al momento del conflicto era el ayudante del pastor Robinson. En virtud de lo anterior, Pavz y su familia vivan en una propiedad de la Iglesia, la que tuvieron que abandonar luego de un litigio. Kessler, A Study of the Older Protestant Missions and Churches in Peru and Chile, 116 y 122.

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Lo dicho hasta aqu es suficiente para demostrar que la eleccin del 12 de septiembre de 1909 como punto de referencia para celebrar el centenario del avivamiento pentecostal chileno, conlleva, en primer lugar, una injusticia histrica respecto del papel protagnico que efectivamente tuvo la Iglesia de Valparaso. Pero adems, al marcar como fecha de nacimiento un conflicto sobre el cual persisten versiones divergentes, termina definiendo al pentecostalismo como un factor de divisin. Sera mucho ms positivo escoger una fecha que, junto con hacer justicia al protagonismo de Valparaso, ponga el acento en el aporte positivo de la experiencia y la identidad pentecostal al desarrollo del cristianismo evanglico en Chile. Si la opcin es conmemorar el avivamiento propiamente tal, habra que buscar una fecha ms temprana. El propio testimonio del pastor Willis Hoover sugiere dos alternativas: la vigilia del 31 de diciembre de 1908, cuando sintieron que entraron en tierra de promisin61; o el 29 de junio de 1909, fecha en que se inicia el relato de la lluvia, es decir, el punto culminante del avivamiento.62 Si se trata de conmemorar la fecha del nacimiento de la primera iglesia chilena explcitamente pentecostal, la fecha ms clara es el 25 de mayo de 1910, cuando, segn lo documenta la edicin de Chile Evanglico del 9 de junio de 1910, se organiz en Valparaso la Iglesia Metodista Pentecostal.

Captulo 261 62

W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 17. W. Hoover, Historia del avivamiento pentecostal en Chile, 27.

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Perspectiva sociolgica

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Ensayo 2: Heinrich Schfer (Alemania)

Heinrich (Enrique) Schfer es doctor en teologa y en sociologa. Ha realizado estudios de campo sobre el movimiento Pentecostal en Guatemala y Nicaragua en 1983, 1985 y 1986. Ha sido profesor en la Universidad Bblica Latinoamericana y en la Universidad Nacional, Costa Rica. Tiene nexos de cooperacin y simpata de muchos aos con el movimiento Pentecostal en Amrica Latina. Actualmente es catedrtico de teologa y sociologa en la Universidad de Bielefeld, Alemania.

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La generacin del sentido religioso observaciones acerca de la diversidad pentecostal en Amrica Latina63No es necesario explicar que el trmino pentecostalismo designa un amplio movimiento religioso que alberga una gran variedad de grupos con formas de prctica muy diferentes. La pregunta es a qu se debe tal variedad? Esta pregunta ser respondida de manera diferente segn las premisas tericas bajo las cuales uno analiza el movimiento. Para no solamente describir las diferencias sino tambin explicarlas, es imprescindible orientarse explcitamente por premisas tericas. Es muy diferente, por un lado, ver el pentecostalismo principalmente como un factor dentro de un proceso general de modernizacin segn el modelo cultural protestante norteamericano y, as, enfocar procesos macro-sociales (a lo que tiende David Martin64) o explicarlo, por el otro lado, a partir de las decisiones individuales y libres en un libre mercado de bienes religiosos y enfocar procesos micro-sociales (como lo prefiere Gill65, en base a la teora de la eleccin racional [rational choice]). En el presente aporte nos basamos en la sociologa de Pierre Bourdieu y, dentro de este marco, nos concentramos en una sola perspectiva terica (si bien fuera de ella existen muchas ms posibilidades de anlisis): la pregunta sobre la relacin que existe entre las posiciones sociales de los grupos de creyentes y sus disposiciones religiosas, de las cuales se generan diferentes estilos religiosos. Dicho de forma ms amplia y coloquial: qu influencia mutua se da entre las condiciones sociales y las formas de fe, de modo que resultan diferentes modos de vivir la fe y la63

Agradezco a mi asistente de investigacin Adrin Tovar haberme echado la mano con el espaol de este aporte y por sus observaciones crticas. 64 D. Martin, Tongues of Fire. The Explosion of Protestantism in Latin America. Oxford: Blackwell, 2003.65

A. Gill, The Economics of Evangelization, en: P. E. Sigmund, editor, Religious Freedom and Evangelization in Latin America. The Challenge of Religious Pluralism. Maryknoll, N.Y.: Orbis, 1999, 70-84.

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vida en general. O sea, explicamos un aspecto del pentecostalismo dentro del marco de las contradicciones y las luchas sociales. Esto lo hacemos con base en un mtodo bien especfico. No intentamos dar un retrato exuberante de virtualmente todos los factores importantes para el pentecostalismo latinoamericano. Por ejemplo, excluimos concientemente de nuestras consideraciones a las relaciones dentro del campo religioso mismo, o sea las relaciones de fuerza entre el pentecostalismo, el protestantismo histrico, los evangelicales y la Iglesia Catlica. Nuestra limitacin, por el otro lado, nos permite extraer modelos fundamentales de relacionamiento entre los cambios de la estructura social y las transformaciones en la praxis religiosa del movimiento pentecostal. Para entender esto ms a fondo, tambin limitamos nuestro enfoque temporal a una comparacin diacrnica entre la situacin a mediados de los aos 80 con la situacin actual del campo pentecostal. Esperamos que los modelos como tales permitan a los lectores en sus condiciones particulares entender mejor a los grupos religiosos de su propio inters. No obstante tenemos que subrayar que por causa del reducido espacio del que disponemos aqu no podemos desarrollar alrededor de los modelos todas las prcticas correspondientes con la exuberante variedad de la vida religiosa cotidiana. Por ello hay que estar todo momento advertido de que los modelos que proponemos a continuacin realmente son modelos, o sea abstracciones y como tales los resultados de un proceso de cristalizacin de una gran cantidad de observaciones en unas estructuras bsicas que se reiteran con cierta regularidad en las corrientes del movimiento pentecostal en juego. Los modelos solo dan orientacin bsica. No es lcito, por tanto, ni suponer una relacin de determinacin entre las estructuras sociales y el comportamiento religioso ni tomar el modelo de una corriente x como una imagen de la realidad. Slo si los modelos se leen como una orientacin metdicamente reducida puede evitarse leerlos como verdad reduccionista y los modelos pueden volverse tiles al probar si permiten una nueva lectura de la realidad con algn grado de vigencia o no. La base emprica de este aporte o sea el material a partir del cual se destilaron los modelos consiste en datos cualitativos provenientes de investigaciones de campo propias en Centroamrica durante 1983, 1985/86 as como entre 1993 y 2003, 2007 y 2008, adems de investigaciones explorativas, cooperacin con iglesias pentecostales, vistitas a cultos, entrevistas con expertos en varios pases latinoamericanos, anlisis de pginas web, as como de lectura de la vasta literatura cientfica acerca del fenmeno. Adems recurrimos, para informacin adicional, a datos

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estadsticos de dos encuestas cuantitativas mayores recientes. 66 Finalmente consideramos de algn peso tambin, que las observaciones sobre el pentecostalismo actual en este ensayo han sido discutidas y validadas por acadmicos pentecostales reconocidos de todo el continente en el encuentro de la RELEP 2008. Una breve digresin histrica nos permite esbozar algunos trazos de la historia del movimiento segn el enfoque analtico de este aporte y as, al mismo tiempo, introducir al lector en nuestro enfoque. Luego, con una muy breve enunciacin del mtodo de anlisis, se discuten los resultados ms importantes de las investigaciones de los aos 80. Seguimos con un breve esbozo de las transformaciones sociorreligiosas hasta la actualidad y terminamos el aporte con unos modelos hipotticos de los diferentes estilos religiosos dominantes en el movimiento pentecostal actual. 1. Insercin pentecostal y rupturas histricas

Es ampliamente conocido que el protestantismo histrico se inserta en Amrica Latina durante el siglo XIX aprovechando la ruptura sociopoltica entre la clase dominante colonial conservadora e ntimamente aliada a la jerarqua catlica y la clase ascendente de comerciantes liberales e independentistas. De all resulta su insercin inicial (y principal) en la clase media ascendente, su enfoque sobre la educacin y la atencin mdica y su estrategia de ganar influencia social precisamente a partir de la escolarizacin de la clase media. El estilo religioso de este protestantismo histrico encaja con y se orienta en los valores de esta misma clase: oscila entre intelectualista (presbiterianos) y litrgico (luteranos y episcopales) y se centra en ambos casos sobre la doctrina de la justificacin del pecador a travs de la gracia exclusivamente (no por las obras), afirmando as la autonoma del individuo liberal y de su conciencia frente a conceptos conservadores corporativistas de la sociedad y de la vida religiosa. De este modo, el66

Bertelsmann Stiftung, editor, What the World Believes: Analysis and Commentary on the Religion Monitor 2008. Gtersloh: Verlag Bertelsmann Stiftung, 2008. Monitor de la religin, de la Fundacin Bertelsmann, Alemania, una encuesta representativa en 21 pases a nivel mundial efectuada en 2007, as como de la encuesta titulada Spirit and Power, PEW Research Center, 2006, del Pew-Forum, Estados Unidos, efectuada en 2006. Ver publicaciones de H. Schfer en la bibliografa.

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protestantismo histrico encuentra su lugar especfico dentro de la sociedad y del campo religioso satisfaciendo una demanda de sentido religioso y de legitimacin de una clase social especfica y se confina con ello a esta clase. Estructuralmente es la misma lgica entre demanda y oferta que, varios decenios ms tarde, rige la insercin del protestantismo evangelical y, sobre todo, del pentecostalismo en las clases sociales bajas formando as la base para desarrollar a lo largo del siglo una competencia real a la posicin monoplica de la Iglesia Catlica. Si bien los avances numricos de esta nueva alternativa religiosa se explican tambin por sus campaas masivas de evangelizacin o sea a una fuerte propagacin proselitista de su oferta religiosa no obstante el factor clave est en que esta oferta satisface una demanda especfica. El evangelicalismo y, sobre todo, el pentecostalismo, se dirigen a las clases bajas o sea, precisamente a los trabajadores en las fbrica