Pedro Tapia, La Lira de Homero. Un Acorde Sangriento

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  • LA LIRA DE HOMERO: UN ACORDE SANGRIENTO 19

    Noua tellus, 24 1, 200619 u

    La lira de Homero: un acorde sangriento(Odisea, IX, 375-401)

    Pedro C. TAPIA ZIGAUniversidad Nacional Autnoma de Mxico

    [email protected]

    RESUMEN: Despus de evaluar la conjetura de Voss, nta, en Od., IX, 388, esteartculo defiende el nta de la tradicin manuscrita, relacionndolo con dinomenmediante una construccin quistica; esta relacin explica semnticamente alparticipio mediante el verbo. En tal forma, la estructura de este verso del cega-miento del Cclope, uno de los ms crueles de Homero, describira plsticamenteel girar de la estaca taladrando el ojo del monstruo.

    * * *

    ABSTRACT: After assessing Voss conjecture nta in Od., IX, 388, this paperdefends the transmitted nta by linking it with dinomen in a chiastic relationship.This connection would allow the participle to be explained semantically by theverb. Thus, the verse that relates the blinding of the Cyclops, one of the cruelest inHomer, would vividly describe the spin of the stake gouging the eye of the monster.

    PALABRAS CLAVE: cclope, estaca, yermw, Homero, lira, Odisea, quiasmo.RECEPCIN: 8 de febrero de 2006.ACEPTACIN: 6 de marzo de 2006.

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  • LA LIRA DE HOMERO: UN ACORDE SANGRIENTO 21La lira de Homero: un acorde sangriento(Odisea, IX, 375-401)

    Pedro C. TAPIA ZIGA

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    En el Canto IX de la Odisea, entre los versos 375-401, Odiseoy sus compaeros le taladran el ojo al Cclope Polifemo. Justoal centro de esta narracin, en el verso 388, Odiseo les descri-be a los feacios lo que parece el clmax de la maniobra: di-nomen, tn d ama perrree yermn nta.1 En su comentario,Hentze escriba:

    Igual que Nitzsch, Bekker y Kayser (cf. J. La Roche, Hom.Stud., 72, 8) tom de J. H. Voss, Hymn. an Dem., p. 110, unaconjetura que Ameis refut, nta en lugar del nta de la tradi-cin manuscrita (Voss dice: y caliente sangre circumflua alre-dedor de esa, que iba continuamente; de manera que yermn,fervorosamente caliente, pertenece a ama, y el nta correspondeal trxei). La aadidura yermn nta no tiene gracia, mientrasque yermn se junta eficazmente con ama, y el nta, que deacuerdo con el trxei del verso 386 explica el uso y sentido de lacomparacin, da un momento casi imprescindible.2

    * Agradezco al Prof. Dr. Manfred Erren todos los comentarios y sugerenciasque me hizo cuando yo trabajaba este pasaje de la Odisea.

    1 la (estaca) hacamos girar (en el ojo del cclope) y la sangre brotaba alre-

    dedor del caliente palo; as se lee en la traduccin de Luis Segal y Estalella,Madrid, Clsica universal (nuevas estucturas), 2000, p. 137; el texto es idnticoen la edicin de Antonio Lpez Eire, Mxico, Coleccin Austral, p. 202.

    2 Ich habe mit Nitzsch, Bekker, Kayser (vgl. J. La Roche Hom. Stud. 72, 8)

    von J. H. Voss Hymn. an Dem., p. 110, die von Ameis bekmpfte Konjekturnta statt des berlieferten nta angenommen: und Blut umflo ihn hei,den immerfort gehenden, so da yermn siedendhei zu ama gehrt und ntadem trxei entspricht, Voss. Der Zusatz yermn nta ist matt, whrend yermn

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    Como se ve, a pesar de que la tradicin manuscrita es unni-me en la lectura de este verso, Johann Heinrich Voss, seguidopor Carl Hentze y otros, objet el participio nta. Algunasediciones registran en sus aparatos crticos el nta, la conje-tura de Voss, pero pocas la introducen en el texto. Curiosa-mente, casi nadie traduce abiertamente el nta, siendo / queestaba caliente.

    A partir del Prlogo a su traduccin de la Odisea, no sesabe si Luis Segal y Estalella conoci los comentarios deAmeis-Hentze-Cauer, pero s, que tuvo a la vista la traduccinde Voss; no sabemos, pues, si conoci la conjetura de ste,pero resulta claro que su traduccin no le hizo mayor gracia; ala luz de su la (estaca) hacamos girar (en el ojo del cclope)y la sangre brotaba alrededor del caliente palo, vemos que noley ama yermn, sino tn (sc. moxln) yermn, y que, al decirdel caliente palo, quiso dar a entender del palo, que estaba(nta) caliente; as, con coma antes del relativo. Esta ver-sin no puede objetarse. Las interpretaciones espaolas noson unnimes.3 Valga anotar que segn intentar mostrarlo

    wirksam zu ama tritt und nta dem trxei 386 entsprechend zur ausfhrendenAnwendung des Vergleichs ein fast unentbehrliches Moment giebt; cf. K. F.Ameis, Anhang zu Homers Odyssee, II. Heft (Erluterungen zu Gesang VII-XII),dritte umgearbeitete Auflage, besorgt von Prof. Dr. C. Hentze, Leipzig, Druckund Verlag von B. G. Teubner, 1889, p. 69.

    3 Lugones no pas por este Canto; cf. Leopoldo Lugones, Obras poticas

    completas, prl. Pedro Miguel Obligado, Madrid, Aguilar, 1949-1959, pp. 1448-1457 (despus del Canto VI, siguen unos fragmentos del XI); en Calvo puedeleerse: hacamos dar vueltas (... a la estaca), y la sangre corra por la estacacaliente, cf. Homero, Odisea, ed. y trad. Jos Luis Calvo, Madrid, Ctedra,2000, undcima edicin, p. 178; en Pabn: la punta encendida... / daba vueltasen l; borbotaba caliente la sangre / en su torno, cf. Homero, Odisea, intr. CarlosGarca Gual, trad. Jos Manuel Pabn, Barcelona, Biblioteca bsica Gredos, 2000,p. 142; en Garca Gual: (empujando en su ojo el palo...) le dbamos vueltas, y lasangre iba baando la estaca ardiente, cf. Homero, Odisea, trad. y prl. CarlosGarca Gual, Madrid, Clsicos de Grecia y Roma, Alianza editorial, 2005, p. 202.Una mencin especial merece la Odisea de Homero, o sean Los trabajos deUlises, en metro castellano, por Mariano Esparza, Mgico, impreso por M. Ar-valo, en la oficina de Galvn, 1837, tomo I, p. 242; cito los cuatro primerosversos de la octava correspondiente: La estaca en el ojo nico clavada / estaba

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    en seguida es igualmente intil, o simplemente ornamental,el hablar de sangre caliente o de estaca caliente, ya que,por una parte, es difcil que no est caliente una sangre quesale de un cuerpo vivo y, en el caso, se derrame en torno a laestaca, y, por la otra, es casi imposible que, a la altura de esteverso, la estaca estuviera fra.

    En pro de que no se trata de una sangre caliente, sino deuna estaca, cabra hacer notar que la descripcin de esta heri-da cruel que se le infiere al Cclope no sigue un procesonatural, anatmico, como se vera en una batalla o en algnproceso judicial, sino que recoge impresiones fsicas de unaescena dramtica: la preparacin de la estaca en el fuego, elimpacto en el ojo, el movimiento de la estaca, su rotacin,la aparicin de la sangre, el vapor de la pupila ardiente yel silbido del ojo, el gemido del Cclope, pero, sobre todo, elcalor: yermanoito, para que (la estaca) se calentara (v. 376);n pur, en el fuego (v. 378); purifikea (punta de la estaca)aguzada en el fuego (v. 387); yermn, caliente (v. 388); esen(el vapor) quem (v. 389); kaiomnhw (cuando la pupila) arda(v. 390); pur (la raz del ojo chirriaba) en el fuego (v. 390).Ante este nfasis de Homero, el posible calor de la sangreresulta fro; vamos, una sangre caliente parece sin gracia: lasangre del Cclope en ese momento no est ms caliente queantes. As, bien cabe referir yermn a moxln, y traducir: lasangre flua alrededor de esa (estaca), que estaba caliente. Elparticipio le dara a yermn el valor de una oracin subordi-nada, quiz modal; se tratara de una estaca que, como sededuce del contexto, no slo estaba caliente, sino muy caliente.

    Este insistir de Homero en el calor, puede decir algo ms, yhorrendo de ver, si se piensa en la punta de una estaca calien-

    yo asimismo revolviendo, / y la sangre del ojo dimanada / en contorno calienteiba saliendo. Posiblemente, un buen acadmico de la lengua dira que en estasversiones no vale ni la estaca caliente ni la estaca ardiente, puesto que no setrata de objetos que se escogen de entre otros; se trata de la nica estaca quehaban preparado. Se trata, pues, de un adjetivo especificativo.

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    tsima, a punto de arder. Normalmente, cuando algo muy ca-liente se pone en contacto con la sangre, sta se coagula, sequema (de ah que se hable de cauterizar una herida). Portanto, cuando el poeta hace nfasis en que la sangre flua entorno a dicha estaca, cabe imaginar el crepitante horror de unahemorragia abundantsima, y tanta, que no permita su coagu-lacin; la herida no se cauterizaba, sino que la sangre corraalrededor (a pesar de que la estaca estaba muy caliente).

    No obstante, alguien puede argumentar, y con razn, queno es intil apuntar que la sangre estaba caliente, ya queal menos desde la perspectiva de Homero es posibleque la sangre que brota de una herida ya NO est caliente. Engeneral, en los dos grandes poemas homricos, yermn se juntahabitualmente con dkrua o con dvr; sin embargo, tambinpueden verse otras junturas; en concreto, en la Odisea, serefiere a lgrimas (4, 523; 19, 362, y 24, 46), a baos (8, 249y 451), a trozos de carne (14, 77), al agua (19, 388); en laIlada, a lgrimas (7, 426; 16, 3; 17, 438; 18, 17 y 235), abaos (14, 6 y 22, 444), e inequvocamente, a sangre, en 11,266. En este verso, mediante el adverbio ti, Homero es muyclaro: fr o am ti yermn nfinoyen j teilw.4 En estesentido, no sera superfluo decir que la sangre estaba caliente;el uso de Homero no impide que, en el verso 388 del libro 9de la Odisea, yermn se refiera a sangre, a ama.

    Qu entiende, qu entenda un oyente de Homero cuandooa que algo estaba caliente, yermn? No es fcil saberlo a laluz de los pasajes en que el poeta usa este adjetivo. Cabepensar en una temperatura que va desde la de fluidos corpo-rales como las lgrimas y la sangre, hasta la del agua calien-te que hay que mezclar con la fra para un bao agradable,5

    4 Cf. Ilada, 11, 266: en tanto que an caliente la sangre floreci de la

    herida; cf. Homero, Ilada, intr. ver. rtm. y nts. Rubn Bonifaz Nuo, Mxico,Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Coordinacin de Humanidades (Bi-bliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana), 1996.

    5 Cf. Odisea, 19, 388.

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    pasando por la temperatura de unos trozos de carne queEumeo, el porquero de Odiseo, tras asar, llevndolos todos,de Odiseo al lado los puso, / calientes, en los mismos espe-tos.6 Por qu querra Voss, y otros tras l, que en el verso dela Odisea, yermn se refiriera a sangre, ama? Lo ignoro. Esposible que el comentario de Hentze recoja algunas razones aldecir: (en el verso) 388, yermn se refiere a ama, e nta atn: mientras ella (la estaca) estaba en movimiento, circulaba.Cf. trxei ae en el verso 386.7 Segn este comentario, Vossparece haber pensado en un quiasmo como el siguiente:8 en elcentro, el verbo perrree, circumfluir); en seguida hacia loslados yermn modificara a ama, y en los extremos, ntareferido al demostrativo tn. En esquema, esta parte quisticadel verso quedara as:

    tn d ama / perrree / yermn / nta.|||

    |||X

    El quiasmo no tiene defectos; sin embargo, al hecho de que,como vimos, yermn s puede referirse a tn, a esa (estaca)y no cabe fiarse de un simple yermn nta no tiene gra-cia, se aaden unos peros que podran formularse as: Porqu, en este verso (o en su quiasmo), parece sobrar el verbodinomen, girbamos (la estaca), que est al principio del ver-so? Qu quiere, qu quiso Homero con el participio? Por

    6 Cf. Odisea, 14, 76-77.

    7 388 yermn zu ama. nta zu tn: whrend er in Bewegung war, umlief.

    Vgl. trxei ae 386. Cf. Homers Odyssee fr den Schulgebrauch erklrt von Dr.Karl Friedrich Ameis, 1. Band, 2. Heft, Gesang VII-XII, bearbeitet von Prof.Dr. C. Hentze, Leipzig-Berlin, Teubner, 1922, p. 91.

    8 Para quiasmo y construcciones quisticas cf. Heinrich Lausberg, Elementos

    de retrica literaria: introduccin al estudio de la filologa clsica, romnica,inglesa y alemana, vers. espaola Mariano Marn Casero, Madrid, Gredos (Bi-blioteca Romnica Hispnica, III. Manuales, 36), 1975, 37, 1; 392.

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    qu Voss prefiere nta (yendo), en lugar del nta de latradicin manuscrita? Confieso que desconozco el comentariode Voss,9 no s si pens en este quiasmo, pero es seguro quequiso un nta que hiciera juego con el verbo trxei, ese que,en el verso 386, describe el movimiento giratorio de un enor-me barreno, un instrumento que ciertos artesanos usaban comotaladro.10

    Veamos los versos 375-388. El Cclope, despus de tragar-se a otros dos compaeros de Odiseo, y tras beber ignorante ydesesperadamente un vino muy concentrado, haba cado bocaarriba, vomitando licor y pedazos de carne humana, ebrio,pesado de vino. Y entonces, Odiseo relata:

    ... g tn moxln p spodo lasa pollw, 375evw yermanoito: pessi d pntaw tarouwyrsunon, mfi tw moi podesaw nadh.ll te dfl tx moxlw lnow n pur mllencesyai, xlvrw per n, diefaneto d anw,ka tt gn sson fron k purw, mf d taroi 380stant: atr yrsow npneusen mga damvn.o mn moxln lntew lnon, jn p kr,fyalm nreisan: g d fperyen reisyewdneon, w te tiw trup dru nfiion nflrtrupn, o d t neryen posseousin mnti 385cmenoi kterye, t d trxei mmenw ae.w to n fyalm purifikea moxln lntewdinomen, tn d ama perrree yermn nta.11

    9 Igualmente desconozco los argumentos con que Ameis refutaba esta conje-

    tura; cf. nota 2.10

    trpanon, hapax; a large auger as opposed to the smaller gimlet, tretron;cf. Alfred Heubeck / Arie Hoekstra, A Commentary on Homers Odyssey,Volume II, Books IX-XVI, Oxford, Clarendon Press, 1990, p. 34.

    11 yo met la estaca debajo del abundante rescoldo para calentarla, y anim

    con palabras a todos los compaeros: no fuera que alguno, posedo de miedo, seretirase. Mas, cuando la estaca de olivo, con ser verde, estaba a punto de arder yrelumbraba intensamente, fui y la saqu del fuego; roderonme mis compaeros,y una deidad nos infundi gran audacia. Ellos, tomando la estaca de olivo, hinc-

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    A la luz del contexto, parecen claras las intenciones de Voss:as como al final, aquel barreno (trupn, v. 385) trxei mme-nw ae, siempre incesante se mueve (v. 386), as, la estacade Odiseo y sus compaeros no era algo que estaba (nta),sino algo que se mova, que iba (nta). En su traduccin,Voss escribi: drehten, und heisses Blut umquoll die dringendeSpitze;12 sin embargo, a pesar de que, sin duda, la conjeturaes seductora y la traduccin elegantsima, puede gustarnos ono. Para calibrar el gusto de los lectores, cabe advertir queslo en su contexto, y muy poticamente, trxei mmenw aepuede decir, como quiere Voss, er flieget in dringender Eile,13y lo mismo vale para su die dringende Spitze14 del verso 388.Cualquiera puede consultar el diccionario griego. Por lo de-ms, semnticamente, el casi indefinido significado del ntaest igualmente cerca del dinomen del principio del verso 388;que Voss, mediante su traduccin (dringend), lo acerque altrxei del verso 386, es cuestin de fidelidad a su conjetura,incluso de buen gusto. No obstante, qu tan profundamentepodra penetrar (dringen), la estaca de Odiseo en el ojo delCclope? Le habra destrozado el cerebro. Para argumentar loseductora que resulta su conjetura, valga citar la traduccin deMurray: (we took the fiery-pointed stake and) whirled it

    ronla por la aguzada punta en el ojo del cclope, y yo, alzndome, hacala girarpor arriba. Del modo que, cuando un hombre taladra con el barreno el mstil deun navo, otros lo mueven por debajo con una correa que asen por ambas extre-midades, y aqul da vueltas continuamente, as, nosotros, asiendo la estaca degnea punta, la hacamos girar en el ojo del cclope y la sangre brotaba alrededordel caliente palo; cf. Homero, Odisea, traduccin de Luis Segal y Estalella...,p. 137.

    12 la girbamos, y la sangre caliente flua en torno a la punta que iba pene-

    trando; cf. Homer, Ilias, Odyssee, bertragung Johann Heinrich Voss, Dssel-dorf, (Patmos-) Albatros Verlag, 2003 (nach dem Text der Erstausgabe, Hamburg1793, 1781), p. 561.

    13 el (taladro) volaba con prisa penetrante (cf. Homer, Ilias, Odyssee, ber-

    tragung Johann Heinrich Voss, ibidem).14

    la penetrante punta (cf. Homer, Ilias, Odyssee, bertragung Johann HeinrichVoss, ibidem).

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    (around in his eye), and the blood flowed round it, all hot asit was.15 Por lo visto, el gran Murray nos dej un verso tanambiguo (?) como el de Homero. A quin se refiere el it deall hot as it was?

    Desde luego, cabe hacer nfasis en que como probable-mente ya est claro se trata de un verso horrible, tremendo,en cuanto a su contenido. Quiz se trate de uno de los versosms crueles del buen Homero, uno de esos que inspiraron elprincipio de alguna de las Anacrenticas: dte moi lrhn Omfi-rou / fonhw neuye xordw.16 Ser tan semnticamente horri-ble, como formalmente hermoso? Me apunto entre quienesdisfruten la conjetura de Voss; sin embargo, no es posible nover los peros; hay que admitir que la cuestin es difcil, yno tengo ni conozco una solucin definitiva. Si hay que insistiren los alcances de la conjetura, hay que buscar por otro lado,sin descuidar las objeciones.

    Revisando la Odisea, salta a la vista que nta, el participiode em, al final de verso, normalmente est inmediatamenteprecedida de su modificante; al respecto, pueden verse lossiguientes versos: Ayopaw ... thly ntaw (1, 22); yeow ...an ntaw (1, 263, 378; 2, 143; 8, 365); trefe tutyn nta(1, 435); Thlmaxon, ... polmuyon nta (2, 200); g d minoh ngnvn toon nta (4, 250); kixfisato d ndon ntaw (6,51); tn xron ... ggw nta (9, 181); tn d ama perrreeyermn nta (9, 388); tw me yen lofrato monon nta(10, 157), etctera. En realidad, incluso en otros lugares delverso, el participio nta normalmente va precedido de su

    15 Cf. Homer, Odyssey, English transl. A. T. Murray, rev. George E. Dimock,

    London, Harvard University Press (The Loeb Classical Library, 104-105), 1998.16

    Cf. Anacrenticas, II: dnme la lira de Homero / sin la sanguinaria cuer-da, en la versin de Mauricio Lpez Noriega que, pensando en un Homerosanguinario, nos remite a la Ilada, 16, 159, y a la Odisea, 18, 95-100. Cf. Mau-ricio Lpez Noriega, Carmina Anacreontea, tesis de licenciatura asesorada por ladoctora Amparo Gaos Schmidt, Mxico, Universidad Nacional Autnoma deMxico (Facultad de Filosofa y Letras), 1996, p. 129.

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    modificador.17 Por qu, en el verso 9, 388, yermn nta notiene gracia? Quiz valga una primera conclusin: la construc-cin quistica nos remite a ama yermn, pero los usos hom-ricos parecen pedir yermn nta (o nta).

    Curiosamente, o de la misma manera, nta, el participiode emi, al final de verso, normalmente est precedido de unadverbio o frase adverbial: de un modificador; pueden verselos siguientes ejemplos: Trohyen ntew, o -nti (3, 276; 4,488, y 9, 38); mf nakta knew dathyen nta (10, 216);okad ntew (7, 188, etc.); peyesyai ntaw (9, 88; 10, 100);blbetai d te gonat(a) nti (! 13, 34); okad nta (16,463); p nhw nti (19, 238); p gaan nti (19, 284); to sylo san rniyew nti (! 24, 311); en la Ilada, entremuchos otros ejemplos, tenemos ysson nta (17, 654) ysson nta (22, 92). Ante estos ejemplos admitiendo quela construccin del participio nta al final del verso es msvariada quiz valga otra conclusin, tambin parcial: casinormalmente, tanto el participio de em como el de emi, alfinal del verso, piden que los anteceda un modificador, ex-plcito o mental (por elipsis o por nfasis). En tal forma, nofaltar quien afirme que, dados los usos homricos, la conje-tura de Voss no justifica la sustitucin del nta de la tradi-cin manuscrita.

    A qu ms puede deberse esa preferencia de Voss porla juntura ama yermn? Aqu, la temperatura normal de lasangre no dice mucho. Es posible que, a la vista del yermnsiedendhei que nos transmite Hentze,18 valga pensar queVoss imaginaba algo as como lo siguiente: todos sabemosque la estaca estaba muy caliente, a punto de arder (Homerono tena que repetirlo); por tanto, cuando ella penetr en el ojodel Cclope, la sangre no slo flua alrededor de ella, sino que

    17 Cf. Odisea, 7, 64: tn mn kouron nta; 8, 308: w m xvln nta; 8, 331

    ktatn per nta; 10, 441: ka ph per nti, tutyn nta 20, 210, etctera.18

    Cf. nota 2.

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    herva al entrar en su contacto. Esto, segn parece, as fue, yHomero tampoco tena que hacerlo explcito gramaticalmente.

    No obstante, dados los usos homricos, podemos afirmarcon cierta seguridad que yermn est referido a tn (moxln)mediante el participio nta, y que ste le da al adjetivo yer-mn el valor de una oracin modal: la estaca esa, que estaba ala temperatura adecuada para taladrar, o, que estaba a la tem-peratura de un taladro en movimiento. El mensaje de que lasangre tena su temperatura normal no dice nada, y un eptetoornamental no suele darse con una cpula; al contrario, elmensaje de que esa estaca estaba caliente (como deba es-tarlo despus de ponerla en el fuego) contina la descripciny hace nfasis en las maniobras de un Odiseo que explci-tamente tuvo el cuidado de que la punta verde de la estacaque hallbase asaz refulgente,19 no se quemara; vanselos versos 378-380. Por lo dems, slo en este contexto, lasangre fluye porque el taladro de Odiseo ha atravesado la pielcrnea del ojo del Cclope, una piel que el poeta se imaginamuy dura y resistente.20 De hecho, aunque quizs Homero nolo saba, el globo vtreo del ojo no contiene sangre actual-mente se habla del humor vtreo, y por otra parte, cabrarecordar que, si Odiseo y sus compaeros hubieran manejadola estaca con la fuerza que Homero nos describe, la estacahabra atravesado el ojo hasta llegar al cerebro, y habra fluidomucha, muchsima sangre. Por supuesto, en ese caso, Homerono habra podido decir que el Cclope gimi fuerte, horrible-mente,21 y, mucho menos, que pidi auxilio; el Cclope yano habra hablado, ni recriminado a su cobarde e intil hus-ped llamado Nadie.

    19 diefaneto d anw. Cf. Odisea, 9, 379.

    20 En tiempos de Calmaco (siglos IV-III a. C.) se descubri una cuarta mem-

    brana del ojo, y en Himnos, III (Artemis), v. 53 buscando efectos poticos,dice que los ojos de los cclopes son iguales a escudos de cuatro cueros debueyes, skei sa tetraboe.

    21 smerdalon d mg mvjen. Cf. Odisea, 9, 395.

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    A estas alturas, cabe reconocer que no es muy claro por qula temperatura exacta de la punta de la estaca sea tan impor-tante, y que el adjetivo yermw no indica exactamente esa tem-peratura adecuada o necesaria para taladrar el ojo. Hacetiempo, comentando este pasaje con el Profesor Erren, y ex-ponindole que desde mi punto de vista nta no mepareca tan problemtico como para sustituirlo por nta, ala-b mis preocupaciones, pero me hizo un comentario que nodeja de parecerme interesante y digno de estudio; no cito suspalabras textuales, pero la idea es justa:

    a pesar de todo, me parece que el problema est en el adjetivoyermn, y que no se puede rechazar fcilmente la idea de que ellopuede deberse a una tradicin manuscrita corrupta. Cabe pensarque haya sido una laguna del texto la que provoc un epteto dela sangre que fluye, de acuerdo con la Ilada, 11, 266. Me pare-ce, pues, que si existe en el verso alguna corrupcin, sta no esten nta, sino en yermn, y que ella se origin de la relacin deyermn con ama, al tomar la palabra sangre como entrada, queluego se desvi hacia la imagen de la herida de aquel guerreroante Troya.22

    Podemos suponer que el texto es corrupto no creo quellegue a la altura del dnaton, pero no podemos negarque se es el texto de la tradicin manuscrita, con su yermn ycon su nta, y que as se ley durante siglos; hay que buscarlealgn sentido. Eso intentan las siguientes lneas que, en elfondo, no rechazan la conjetura de Voss, pero no la considerannecesaria: desde otra perspectiva, me parece, el nta puededecir lo mismo que el nta. Qu gran diferencia hay entreuna estaca que estaba caliente, y una estaca que iba caliente?No en igual forma, sino en una forma muy parecida a la delverbo ser, el verbo ir casi slo en gramtica se usa y conjugaaisladamente: voy, vas, va, etctera. En el discurso, normal-

    22 Manfred Erren, en mensaje electrnico del 19 de noviembre de 2004.

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    mente van modificados: decimos o esperamos que nos diganla forma, la manera o la direccin en que se va, o la forma y lamanera en que se est. Tanto nta como nta necesitan,respectivamente, su modo de ser o de estar, y su modo de ir ode caminar. Voss quera un nta que se explicara reforzandola comparacin mediante un elemento extrao al verso; estaslneas quieren que el nta (o el nta) se expliquen en sumismo verso y refuercen el sentido del mensaje; si Voss queraun quiasmo parcial, las siguientes reflexiones buscan un versototalmente quistico; no s si Voss estara de acuerdo conmigo.

    Cuando Voss quiere un nta que, de acuerdo con el trxeidel verso 386 explique el uso y sentido de la comparacin,parece admitir que el movimiento del verbo emi (ir), es untanto vago, y que, tambin en este hexmetro, no se trata deun simple ir, sino de un ir trxvn (corriendo), o de un irmmenw ae (continuamente), de acuerdo con el verso 386; esdecir, admitira que hace falta algo que exprese la manera deir: eso es lo que parece implicar su dringend: ir penetrandopor, ir pasando a travs de; en suma, el simple nta resultaindefinido. Sin duda, sucede algo semejante con el em, por-que hay diferentes maneras de ser o de estar; sin embargo, yopreferira el original nta. Vale examinar la forma externadel verso bajo la hiptesis de que su estructura quiere mostrarplsticamente la accin que se describe, el girar, medianteuna construccin quistica perfecta. Visualicemos el verso (lasdos primeras diagonales marcan cesuras respectivamente,la tritemmera y la que est despus del tercer troqueo; latercera marca la diresis buclica):

    dinomen, / tn d ama / perrree / yermn nta. |||

    || X

    Ya se habl de la posibilidad de este quiasmo parcial dentrodel verso; falta decir que no se trata de una construccin hom-

    |

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    rica aislada. Si comenzamos a leer la Odisea en busca defiguras semejantes, haremos alto en el verso 3: polln dnyrpvn / den stea ka non gnv.23 Aqu, ms o menoscomo en 9, 388, tenemos dentro del segundo colon del verso,en el centro, la conjuncin ka; en seguida hacia los ladoslos objetos directos stea y non, y en los extremos, los verbosden y gnv. Tambin ante este verso, igual que se hizo ante elesquema anterior, cabra preguntarse: Por qu parecen quedarsobrando los genitivos polln d nyrpvn (de muchos hom-bres), que estn al principio del verso y aislados del quiasmomediante una cesura pentemmera? Aqu no parece habermayor problema: el genitivo, aislado del quiasmo, est unidoa l sintcticamente y, sintcticamente, podra repetirse al finaldel mismo: Odiseo de muchos hombres vio las ciudades yaprendi las costumbres de muchos hombres. No podra ha-cerse algo igual en el verso 9, 388: en este verso, el verbodinomen est encabalgado con el verso anterior.

    Como ya se dijo, la posibilidad de que yermn se refieraquisticamente a ama, y nta a tn no explica sintctica-mente el porqu de una sangre tan caliente; el juntar yermncon ama, y no con nta, parece contrariar los usos hom-ricos; pide sustituir por nta el nta de la tradicin manus-crita, y se olvida del verbo dinomen que est al principio delhexmetro. Qu pasa si, manteniendo el nta de la tradicinmanuscrita, se intenta un quiasmo ms extenso, uno que inte-gre al verbo dinomen? El verso, todo quistico, quedara de lasiguiente manera:

    din o mn o mn o mn o mn o men, / tn d ama / perrree / yermn nn nn nn nn nta a ||| a1

    b || b1c || c1

    X

    23 Odiseo de muchos hombres vio las ciudades y aprendi sus costumbres.

    ||

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    Aqu podemos ver que el eje de la X es el preverbio per;que en los extremos se encuentran los verbos dinomen y ntasi aqu nicamente es mi obsesin la que me hace or sonidoscasi idnticos (-neom- -n eon-), podemos olvidarlo; que aldemostrativo tn le corresponde su modificante, el adjetivoyermn, y que, al centro tenemos ama, como sujeto de (per)rree.Sin duda, la cesura tritemmera marca y asla, quiz por elencabalgamiento, a dinomen, tercera persona del plural, y steparece no tener nada que ver con el participio nta; sin em-bargo, cabe establecer alguna relacin semntica entre ellos:cabe pensar que dinomen nos indica la forma de estar de nta.

    De otro modo: se trata de una estructura quistica sui ge-neris, que gira en torno al ncleo del sujeto (a : ama) y alncleo del predicado (a : perrree); en seguida, la estructurase expande hacia el objeto (b : tn) y hacia su predicado (b :yermn), para rematar, en dos extremos sintcticamente desi-guales, pero semejantes semnticamente: la cpula (c : nta)adquiere un nuevo y mejor sentido, si se entiende bajo la luzde su correspondiente extremo (c : dinomen). Por supuesto,pueden verse otras relaciones; por ejemplo, yermn, que quis-ticamente est conectado con el demostrativo tn, tambin serelaciona sintctica (y homricamente) con nta. Sin embar-go, esa repeticin, o asimetra, puede marcar el punto devuelta del taladro homrico: es un taladro que no gira constan-temente en un solo sentido, como uno de los nuestros, sino deida y de vuelta: unos jalan la cuerda de un lado (y el taladrova en un sentido), y otros del otro (y el taladro vuelve ensentido contrario). Podemos leer de a) hacia b1), y luego, re-pitiendo, pasar a c1: la sangre flua en torno a esa estacacaliente: caliente, porque estaba girando.

    El nta parece un rabioso eco del dinomen, y la estructuradel verso, mediante una construccin quistica perfecta, pare-ce mostrar plsticamente la accin que se describe, el taladrardel movimiento giratorio de la estaca. El poeta parece rego-dearse vengativa y sanguinariamente contra la crueldad del

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    Cclope. Si nos gusta, podemos dejar el nta, pero, para en-tenderlo, no necesitamos recurrir al trxei (mmenw ae) delverso 386, y tanto menos, cuanto all se busca taladrar unmadero de lado a lado, y ac slo se intenta sacarle o destruir-le el ojo al Cclope.

    Si esta interpretacin es vlida, la temperatura de yermndeja de ser problemtica: desde luego, no se refiere a ama,sino al demostrativo tn, a aquella estaca, y el verso mismoda la temperatura exacta; estaba caliente, no slo porque lahaban calentado, sino porque estaba girando: se trata dela temperatura que adquiere un taladro cuando est en movi-miento taladratorio, cuando gira penetrando en algn objeto.Cualquiera puede imaginar dicha temperatura, y si no, segnlos usos homricos, recordar la temperatura de los trozos decarne que el porquero Eumeo le sirvi a Odiseo, tan calientescuanto lo estn unas brochetas, unas carnes que, tras ser asa-das, se sirven en los mismos espetos.

    Ensaado contra el Cclope, Homero ilustra la descripcinde su cegamiento con dos comparaciones; en la primera nosdice: tomando la estaca de olivo, hincronla por la aguzadapunta en el ojo del cclope, y yo, alzndome, hacala girarpor arriba. Del modo que, cuando un hombre taladra con elbarreno el mstil de un navo, otros lo mueven por deba-jo....24 Al final, tras el pasaje que vimos,25 el poema contina:

    El vapor quem todos sus prpados y sus cejas en torno,al arder la pupila. La raz, bajo el fuego chirriaba.Como cuando en el agua fra sumerge el herrerouna gran hacha, o una azuela, con mucho chillido,a fin de templarlas ello es la nueva dureza del fierro:as su ojo silbaba alredor de la estaca de olivo.26

    24 Cf. Odisea, 9, 382-384.

    25 Vase el texto de la nota 11.

    26 Cf. Odisea, 9, 389-394: pnta d o blfar mf ka fraw esen #tmfl /

    glfinhw kaiomnhw, sfaragento d o pur =zai. / w d t nflr xalkew plekun

  • 36 PEDRO C. TAPIA ZIGA

    En la primera comparacin se habla de taladrar un palo deun navo; sin embargo, dado que la palabra trupn (barreno)no vuelve a aparecer en la literatura griega, no es posiblesaber exactamente qu tipo de artesanos, al construir un navo,realizaba esta tarea. Pudieron ser herreros, pudieron ser car-pinteros. En la segunda, el poema es explcito: se trata deherreros. Valga anotar que Homero no recurre a comparacio-nes blicas que nos recordaran al Odiseo peleando ante Troya,ni a acciones de tipo quirrgico que hicieran alusin a inter-venciones mdicas, sino, indudablemente, siguiendo mitos an-tiqusimos, al arduo trabajo de los cclopes. Segn Hesodo,de Urano, Gea

    otra vez, procre a los Cclopes de corazn soberbio:Brontes y Estropes y Arges de nimo recio,que a Zeus dieron el trueno y fabricaron el rayo.27

    No se sabe dnde vivan; al respecto, Homero nos da algunasreferencias: los feacios, que habitan en Esqueria,

    antao habitaban Hiperia, de amplios espacios de danza,cerca de los cclopes, unos hombres soberbios.28

    Pero, dnde quedaba Hiperia? Etimolgicamente cabe decirque Hiperia es la tierra ms all del horizonte.29 Es posible

    mgan skparnon / en dati cuxr bpt megla xonta / farmssvn: t grate sidfirou ge krtow stn / w to sz fyalmw lan per moxl.

    27 Teogona, vv. 139-141; cf. Hesodo, Teogona, est. general, intr., vers. rtm.

    y nts. Paola Vianello de Crdova, Mxico, Universidad Nacional Autnoma deMxico, Coordinacin de Humanidades (Bibliotheca Scriptorum Graecorum etRomanorum Mexicana), 1978.

    28 Cf. Odisea, 6, 4-5.

    29 The land beyond the horizon; cf. Alfred Heubeck / Stephanie West / J. B.

    Hainsworth, A Commentary on Homers Odyssey, Volume I, Books I-VIII, Oxford,Clarendon Press, 1990, p. 293. Das Oberland, nrdlicher als Sxerh (Od., 5.34)gedacht; cf. Homers Odyssee fr den Schulgebrauch erklrt von Dr. Karl FriedrichAmeis, 1. Band, 1. Heft, Gesang I-VI, dreizehnte Auflage, bearbeitet von PaulCauer, Leipzig-Berlin, Teubner, 1920, p. 180.

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    que estos cclopes homricos del Canto VI de la Odisea seanlos mismos del Canto IX, y de stos, slo puede decirse quevivan cerca de los lotfagos, pero, nuevamente, dnde habi-taban estos comedores de loto? En Libia? Tucdides cuentaque, segn una antigua tradicin, los cclopes haban vividoen Sicilia,30 y all, o cerca de all, los ubicaba Calmaco, en laisla de Lpara (antao, Meligunis), donde tenan sus fraguas.31Lo cierto es que los primeros herreros fueron unos cclopes.

    De nuestro Cclope, de Polifemo, Homero dice que fue hijode Posidn y de la ninfa Toosa.32 l y sus compaeros sonpastores, no parecen tener nada de herreros, aunque, amn desoberbios como aqullos, eran salvajes, sin leyes, monstruo-sos, sin ningn temor de los dioses33 y antropfagos, segncuenta Homero en la Odisea. Querr el poeta decirnos algoms, cuando, al cegar al Cclope, compara las maniobras deOdiseo con las candentes maniobras y actividades de los he-rreros cclopes, sus antepasados?

    Finalmente, nunca sabremos acerca de las verdaderas inten-ciones de Odiseo; es muy probable que haya querido matar alCclope, taladrndole todo el cerebro, y que no logr sus inten-ciones simplemente porque segn cuenta, ante la sangui-naria violencia de la estaca, Polifemo despert, y

    gimi fuerte, horriblemente; alredor retumbaba la piedra;nosotros, temiendo, retrocedimos. Mas ste, la estacaarranc desde su ojo, empapada de sangre abundante;luego, lejos de si la tir con las manos, rabiando.34

    30 Cf. Tucdides, VI, 2, y III, 88.

    31 Cf. Calmaco, Himnos, III (Artemis), vv. 46-61; la descripcin del trabajo

    herrero de los cclopes es, me parece, impresionante.32

    Cf. Odisea, 1, 70-71.33

    Cf. respectivamente, Odisea, 2, 19; 9, 106; 9, 187 y ss., y 9, 274-276.34

    Cf. Odisea, 9, 395-398: smerdalon d mg mvjen, per d axe ptrh, / mewd desantew pessmey: atr moxln / jrus fyalmoo pefurmnon amatipoll. / tn mn peit rricen p o xersn lvn.