Pedraza - Manual Literatura Virreinal

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Felipe B. Pedraza Jiménez (coordinador) Manual de literatura hispanoamericana 1 / Epoca virreinal GALA BLASCO JUAN ANTONIO BUENO CELSA-CARMEN GARCÍA VALDÉS LUIGI GIULIANI HITOS HURTADO CONSUELO LóPEZ PILAR PEDRAZA JIMÉNEZ MELQUÍADES PRIETO ARTURO RAMONEDA FERNANDO RAYO Cenlit Ediciones

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Pedraza Jiménez, Felipe. Manual de literatura hispanoamericana I: Epoca virreinal. Navarra: Cénlit, 1991.

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Felipe B. Pedraza Jiménez(coordinador)

Manual de literaturahispanoamericana

1/

Epoca virreinalGALA BLASCO

JUAN ANTONIO BUENOCELSA-CARMEN GARCÍA VALDÉS

LUIGI GIULIANIHITOS HURTADOCONSUELO LóPEZ

PILAR PEDRAZA J IMÉNEZMELQUÍADES PRIETOARTURO RAMONEDAFERNANDO RAYO

Cenlit Ediciones

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(() ,.J ·.,..,.-: B1BU01ECA CENTRAL ~,~~¡,d,e,~gtihrAf.l

CÉNLIT Ediciones, S.L., 1991

© Copyright by Felipe B. Pedraza JiménezMilagros Rodríguez Cáceres

ISBN 84-85511-25-5 (Tomo 1)ISBN 84-85511-26-3 (Obra completa)Dep. Legal.: NA-2.009-1991

Fotocomposición: Cénlit Ediciones, S.L.Impresión: Gráficas Lizarra - Ctra. Tafalla, Km. 1 - Estalla (Navarra)

CÉNLIT Ediciones, S.L. - Apartado 3289 - BERRIOZAR (Navarra)

DECLARACIÓN DE INTENCIONES

Este Manual de literatura hispanoamericana es comple­mento y continuación del Manual de literatura española quedesde hace más de diez años venimos publicando en CénlitEdiciones Milagros Rodríguez Cáceres y yo. Como su pre­decesor, aspira a ser un puente entre el lector y el texto, sinpretender nunca sustituir con sus explicaciones la lecturadirecta de la obra literaria. Nuestros desvelos se han dirigidoa no dejar en sombra ningún aspecto de relieve de esemagno mosaico que es la creación literaria de la Américahispana. En sus páginas se encontrará una amplia informa­ción sobre las figuras de primera línea, pero sin olvidar a losautores de menor relieve, que generalmente no aparecen enlas historias al uso.

Este Manual de literatura hispanoamericana es obra co­lectiva y a cada autor corresponden los aciertos y deficien­cias de sus respectivos capítulos. Es responsabilidad mía latarea -más compleja de lo que a simple vista pueda parecer­de coordinar y armonizar el conjunto. De la corrección depruebas y de seguir el complejo proceso de edición se hanocupado Yolanda Mancebo, Juana Jiménez Hiniesta, Enri­que Hualde y Manuel Castillo. Conste aquí mi agradeci­miento.

Confío en que unos y otros hayamos acertado en nuestramisión y el lector encuentre el panorama amplio, completo yveraz que nos hemos propuesto ofrecerle.

Felipe B. Pedraza Jiménez

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VOLTAIRE, Fr a n co is-Ma r ieArouet: 76, 704, 716, 744, 745.

VOSSLER, Karl: 378, 444, 446.

WAGNER, Fernando: 620, 679.WAGNER, Henry: 50, 135, 220.WARDROPPER, Bruce W.: 465,

595.WEBER DE KURLAT, Frida:

625, 679.WOLD, Ruth: 707, 808.WOODFORD, Archer: 632, 674.

XAMMAR, Luis Fabio: 385, 444.XIM~NEZ, fray Francisco: 543.XIRAU, Ramón: 359, 379, 444.XUFRÉ DEL ÁGUILA, Melchor:

416-.

YÁNEZ, Agustín: 465, 471, 473,588, 635.

YUPANQUI, Titu Cusí: 204.

ZALDIERNA DE MARIACA,Miguel: 458, 459.

836

ZALDUMBIDE, Gonzalo: 439,770, 798.

ZAMORA, Alonso de: 19, 543.ZAMORA, Antonio de: 787.ZAMORA, Vicente de: 794.ZAMORA VICENTE, Alonso:

50, 57, 58, 82.ZAPATA DE CHAVES, Luis:

268-269, 316, 321.ZAPATA GOLLÁN, Agustín: 221.ZARAGOZA, Justo: 158.ZÁRATE, Agustín de: 193-196,

220, 561.ZÁRATE, Julio: 445.ZARCO, Padre: 336.ZAVALA, Sergio: 221.ZEA, Francisco Antonio: 707, 709,

734, 741.ZEQUEIRA Y ARANGO, Ma-

nuel: 706, 722, 775.ZERTUCHE, F. M.: 319.ZORITA, Alonso de: 27, 77, 162.ZUMÁRRAGA, fray Juan: 69, 71,

73, 74, 164, 169, 602, 611.ZUMAYA, Manuel: 788.ZÚÑIGA, Gonzalo de: 202, 232.ZURITA, Alonso de: 254.

CONTENIDO

DECLARACIÓN DE INTENCIONES . 7

l. LA ÉPOCA VIRREINAL. LA LITERATURA HISPANOAMERICA·NA EN su CONTEXTO (de Gala Blasco, Juan AntonioBueno, Consuelo López y Fernando Rayo) .

l. l. Aspectos generales .1.1.1. Las épocas literarias .

1.1.1.1. El Renacimiento1.1.1.2. El Manierismo .1.1.1.3. El Barroco ~ .1.1.1.4. El Neoclasicismo .

1.1.2. Distribución geográfica .1.1.2.1. Méjico .1.1.2.2. Perú .1.1.2.3. Otras áreas .

1.1.3. Problemas de clasificación .1.1.3.1. Clasificación por literaturas nacio-

nales .1.1.3.2. Clasificación temática .1.1.3.3. Clasificación por géneros literarios1.1.3.4. Clasificación por periodos .

1.2. Contexto socio-cultural .1.2.1. El descubrimiento .

1.2.1.1. Palabras preliminares .1.2.1.2. La impronta del descubrimiento

en la sociedad .1.2.1.3. El aliento económico del descubri-

miento .1.2.2. La colonización .

1.2.2.1. Sucesos históricos .1.2.2.2. Los pueblos indígenas .

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1.2.2.3. Los inmigrantes........................... 291.2.2.4. La impronta de la colonización en

la sociedad .................................. 301.2.2.5. El aliento económico en la colonia 32

1.2.3. Los Austrias y las colonias..................... 341.2.3. l. Una nueva administración y su

economía .................................... 341.2.3.2. La sociedad................................. 361.2.3.3. La crisis...................................... 37

1.2.4. Los borbones y el fin de la colonia......... 391.2.4.l. La sociedad ilustrada................... 391.2.4.2. El auge de la economía .... ....... .... 401.2.4.3. El despotismo ilustrado............... 41

1.3. La lengua en hispanoamericana durante la épo-ca colonial..................................................... 42

1.3.l. América a la llegada de los conquistado-res........................................................ 43

1.3.1.l. Introducción............................... 431.3.1.2. Adaptación del castellano a la rea­

lidad americana........................... 431.3.1.3. Las lenguas de América.............. 45

1.3.2. La política lingüística española en Améri-ca......................................................... 45

1.3.2.l. Diversidad de lenguas................. 451.3.2.2. Reacción española....................... 47

1.3.3. Cuestiones lingüísticas de interés............ 481.3.3.l. Superestrato, adstrato y sustrato.. 481.3.3.2. Influjo de las lenguas indígenas en

el español ................................... 491.3.3.3. Voseo......................................... 501.3.3.4. Los tratamientos......................... 521.3.3.5. El andalucismo del español de

América...................................... 531.3.3.6. Seseo y ceceo.............................. 561.3.3.7. Yeísmo 581.3.3.8. Vocalismo y otros fenómenos de

interés........................................ 581.3.4. La lengua literaria................................. 60

1.3.4.l. La expresión culta....................... 61

838

1.3.4.2. La expresión popular................... 621.3.4.3. Conclusión.................................. 62

1.4. Aspectos generales de la literatura hispanoa­mericana en la época virreinal........................ 63

1.4.1. Introducción.......................................... 631.4.l. l. El verso...................................... 631.4.1.2. La prosa .. .. 661.4.1.3. El teatro..................................... 68

1.4.2. La educación......................................... 691.4.2.l. Los primeros pasos...................... 691.4.2.2. Las universidades........................ 71

1.4.3. La trasmisión literaria............................ 731.4.3.1. Evolución de la imprenta............. 731.4.3.2. La producción literaria................ 74

1.4.4. Autores del Nuevo Mundo.................... 76Bibliografía citada................. 79Otros estudios de interés....... 82

2. LA PROSA DEL SIGLO XVI (de Hitos Hurtado, LuigiGiuliani y Pilar Pedraza Jiménez) ...... ..... .... .... .... . 85

2.1. Preliminares .................................................. 872.1.1. Carácter literario de la prosa del siglo

XVI...................................................... 872.1.1.1. Memoria escrita y defensa de inte-

reses........................................... 872.1.1.2. Rasgos de estilo.......................... 89

2.1.2 Criterios de clasificación......................... 902.2. Cristóbal Colón . .. ... 91

2.2.l. Notas biográficas. La Historia del almi­rante de Hernando Colón ...................... 91

2.2.2. Los relatos de los viajes......................... 932.2.2. l. El primer viaje............................ 942.2.2.2. El segundo viaje .. 952.2.2.3. El tercer viaje............................. 952.2.2.4. El cuarto viaje .. . 95

2.2.3. El testamento........................................ 962.2.4. Las Cartas y otros documentos............... 97

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Page 5: Pedraza - Manual Literatura Virreinal

2.2.5. La lengua de Cristóbal Colón .2.3. Crónicas e historias generales .

2.3.1. Textos en otras lenguas .2.3.1.l. Pedro Mártir de Anglería (1457-

1526) ··········································2.3.1.2. Americo Vespucio .2.3.1.3. Francisco de Vitoria y las Relectio-

nes theologicae (1492-1546) .2.3.2. Gonzalo Fernández de Oviedo (14780-

1557) ····················································2.3.2.1. Biografía .2.3.2.2. Carácter y formación .2.3.2.3. La General y natural historia de las

Indias .2.3.2.4. Sumario de la natural historia de

las Indias .2.3.2.5. Otras obras .

2.3.3. Fray Bartolomé de Las Casas (1484?-1566) ····················································

2.3.3.1. Biografía .2.3.3.2. Formación, personalidad y proyec-

ción .2.3.3.3. La polémica Sepúlveda-Las Casas2.3.3.4. Brevísima relación de la destrui-

ción de las Indias .2.3.3.5. La Historia de las Indias .2.3.3.6. Apologética historia .2.3.3.7. Otras obras .

2.3.4. José de Acosta (1540-1600) .2.3.4.1. Vida .2.3.4.2. Historia natural y moral de las In-

dias .2.3.4.3. De procuranda indorum salutem ..

2.4. Crónicas de la Nueva España .2.4.1. Hernán Cortés .

2.4.1.l. Rasgos biográficos .2.4.1.2. Las Cartas de relación: ediciones y

contenido .2.4.1.3. El estilo .

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2.4.2. Berna! Díaz del Castillo .2.4.2.1. Biografía .:2.4.2.2. Historia verdadera de la conquista

de Nueva España: ediciones .2.4.2.3. La Historia verdadera: el hombre,

la indignación y la memoria .2.4.2.4. La interpretación de la realidad .2.4.2.5. El estilo y la lengua .

2.4.3. Francisco López de Gómara .2.4.3.1. Biografía .2.4.3.2. La Hispania victrix: historia edito-

rial .2.4.3.3. La Hispania victrix: contenido y

enfoque .2.4.3.4. Las fuentes .

2.4.4. Álvar Núñez Cabeza de Vaca .2.4.4.1. La vida .2.4.4.2. Naufragios .2.4.4.3. Comentarios .

2.4.5. Otros historiadores .2.4.5.1. Francisco Cervantes de Salazar .2.4.5.2. Juan Suárez de Peralta .2.4.5.3. Crónicas menores de la conquista

2.4.6. Historiadores y etnógrafos misioneros ....2.4.6.1. Fray Toribio de Benavente (Moto-

linía) .2.4.6.2. Fray Bernardino Ribeira de Saha-

gún .2.4.6.3. Diego de Landa .2.4.6.4. Fray Diego Durán .2.4.6.5. Fray Andrés de Olmos .2.4.6.6. Otros historiadores religiosos .

2.4.7. Médicos y naturalistas .2.4.7.1. Juan de Cárdenas .2.4.7.2. Francisco Hernández .

2.4.8. Crónicas indígenas de la conquista .2.4.8.1. Otra visión de la conquista .2.4.8.2. Crónicas náhuatl .2.4.8.3. Crónicas mayas .

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2.5. Crónicas del Perú, Chile y Río de la Plata 1742.5.l. Pedro de Cieza de León 174

2.5.1.l. Biografía 1742.5.1.2. Fuentes 1762.5.1.3. La Crónica del Perú: estructura y

materia ....................................... 1782.5.1.4. La narración: estilo. Relaciones

«yo cronista»-lector ..................... 1832.5.1.5. Ediciones 184

2.5.2. Pedro Pizarra........................................ 1852.5.2.1. Biografía 1852.5.2.2. Relación del descubrimiento y con­

quista de los nuevos reinos del Perú 1862.5.2.3. El estilo y las fuentes 1872.5 .2.4. Ediciones.................................... 188

2.5.3. Francisco de Jerez................................. 1892.5.3.l. Biografía 1892.5.3.2. Verdadera relación de la conquista

del Perú...................................... 1902.5.3.3. Difusión y conocimiento de la

obra de Jerez.............................. 1922.5.3.4. Relación Sámano-Jerez 193

2.5.4. Agustín de Zárate 1932.5.4.l. Vida 1932.5.4.2. Historia del descubrimiento y con­

quista del Perú ............................ 1942.5.4.3. Búsqueda de un manuscrito. Edi-

ciones......................................... 1962.5.5. Diego de Trujillo 1972.5.6. Fray Gaspar de Carvajal........................ 1982.5.7. Francisco Vázquez................................. 1992.5.8. Otros historiadores del Perú.................. 2012.5.9. Crónicas incas 203

2.6. Crónicas de Chile y Río de la Plata................ 2052.6.l. Jerónimo de Vivar. 205

2.6.l.l. ¿Seudónimo o personaje? 2052.6.1.2. Crónica de los reinos de Chile 2062.6.1.3. El manuscrito y sus ediciones 208

2.6.2. Pedro Sarmiento de Gamboa 209

2.6.3. Otros historiadores................................ 210Bibliografía citada................. 212Otros estudios de interés....... 220

3. Poesía LÍRICA Y ÉPICA DEL SIGLO XVI (de Celsa-Car-men García Valdés) ............................................ 223

3.1. Introducción 2253.2. La poesía tradicional...................................... 226

3.2.l. Testimonios de la presencia del romance-ro viejo en América.............................. 226

3.2.2. Romances escritos en América............... 2293.2.3. Otras composiciones de tipo tradicional . 2333.2.4. Pervivencia del romance en América 235

3.2.4. l. Reliquias del romance tradicional 2353.2.4.2. El romance como forma culta...... 236

3.3. La lírica culta................................................ 2363.3.1. Pervivencia de formas medievales 2383.3.2. Nuevas formas renacentistas.................. 240

3.3.2.1. Formas tradicionales y metros ita­lianizantes................................... 240

3.3.2.2. Causas de la pronta expansión delos metros italianos en América... 241

3.3.3. Presencia de poetas españoles en Améri-ca 243

3.3.3.l. Gutierre de Cetina 2433.3.3.2. Un cancionero mejicano de poesía

petrarquista................................. 2443.3.3.3. Eugenio Salazar de Alarcón 2473.3.3.4. Diego Mexía de Fernangil 2493.3.3.5. Enrique Garcés 2513.3.3.6. Diego Dávalos y Figueroa 2533.3.3.7. Otros 254

3.3.4. Primeros poetas nacidos en América 2573.3.4.l. Francisco de Terrazas. Obra lírica 2573.3.4.2. Fernando de Córdoba y Bocane-

gra 262

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3.3.4.3. Leonor de Ovando. Elvira deMendoza. Francisco Tostado 262

3.3.4.4. El Discurso en loor de la poesía... 2643.3.4.5. Otros 266

3.4. La poesía épica.............................................. 2673.4.1. Introducción.......................................... 2673.4.2. El ciclo «cortesiano».............................. 268

3.4.2.1. Luis Zapata de Chaves y GabrielLobo Lasso de la Vega................ 268

3.4.2.2. Antonio de Saavedra Guzmán..... 2703.4.2.3. Nuevo Mundo y conquista de Fran­

cisco de Terrazas.......................... 2723.4.2.4. José de Arrázola y Salvador de

Cuenca 2733.4.2.5. Poemas desaparecidos................. 274

3.4.3. Juan de Castellanos........................ 2753.4.3.1. Biografía 2753.4.3.2. Elegías de varones ilustres de In-

dias: estructura y contenido......... 2763.4.3.3. Valor y sentido 278

3.4.4. Alonso de Ercilla y Zúñiga. ....... . 2813.4.4.1. Biografía 2813.4.4.2. La Araucana: estructura y conte-

nido 2843.4.4.3. Historia y poesía......................... 2883.4.4.4. Españoles y araucanos................. 2903.4.4.5. La unidad de acción 2923.4.4.6. Virtudes y defectos...................... 2943.4.4.7. Influencias 2953.4.4.8. Éxito y ediciones 296

3.4.5. Pedro de Oña........................................ 2973.4.5.1. Biografía 2973.4.5.2. El arauco domado: génesis yapa-

rición 2983.4.5.3. Frente a Ercilla 3013.4.5.4. La «interesada cortesanía» 3023.4.5.5. Otros poemas de Pedro de Oña 303

3.4.6. Otros seguidores del ciclo «araucano».... 305

3.4.6.1. Diego de Santisteban Osorio 3053.4.6.2. Hernando Álvarez de Toledo 305

3.4.7. Otros poemas épicos del siglo XVI 3063.4.7.1. Relación de la conquista ... de Nue-

va Castilla ................................... 3063.4.7.2. Los actos y hazañas valerosas del

Capitán Diego Hernández de Ser-pa 307

3.4.7.3. La Florida 308Bibliografía citada.............. 309Otros estudios de interés .... 317

844

4. POESÍA LÍRICA Y ÉPICA DEL SIGLO XVII (de Celsa-Carmen García Valdés) 325

4.1. La lírica en los primeros años del siglo XVII .. 3274.1.1. ¿Una promoción manierista? 3274.1.2. Generaciones y estilos ........................... 3284.1.3. Los virreyes poetas 3294.1.4. La Epístola a Be/ardo 330

4.2. La lírica gongorista 3334.2.1. Primeras manifestaciones....................... 333

4.2.1.1. Matías de Bocanegra................... 3334.2.1.2. Fray Juan de Ayllón 3354.2.1.3. Fray Miguel de Guevara 3354.2.1.4. Rodrigo de Carvajal y Robles 336

4.2.2. Defensa de Góngora en América: Juande Espinosa Medrano, El Lunarejo 339

4.2.2.1. Apunte biográfico 3394.2.2.2. El Apologético: contenido 3404.2.2.3. el Apologético: significación......... 344

4.2.3. Los poetas del Ramillete de varias flores. 3444.2.3.1. Una antología culterana ... . 3444.2.3.2. Jacinto de Evia 3454.2.3.3. Antonio de Bastidas.................... 3464.2.3.4. Hernando Domínguez Camargo... 347

4.2.4. Carlos de Sigüenza y Góngora y los poe-tas del Triunfo parténico........................ 349

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Page 8: Pedraza - Manual Literatura Virreinal

4.2.5. Dignificación del romance 3514.2.5.1. El romancero nuevo en América. 3514.2.5.2. 1_'ejeday Guzmán........................ 3514.2.5.3. Alvarez de Velasco 3534.2.5.4. Pineda y Bascuñán 354

4.3. Sor Juana Inés de la Cruz 3544.3.1. Biografía 354

4.3.1.1. Infancia 3544.3.1.2. En la corte virreinal 3564.3.1.3. En el convento............................ 3574.3.1.4. Problemas de una monja intelec-

tual 3594.3.2. Ediciones.............................................. 3614.3.3. Obra en prosa....................................... 363

4.3.3.1. Carta atenagórica 3634.3.3.2. Respuesta a sor Pilotea y otros es-

critos .4.3.3.3. El Neptuno alegórico .

4.3.4. Obra lírica .4.3.4.1. Intentos de ordenación .4.3.4.2. Poesía de circunstancias .4.3.4.3. Poesía filosófica y moral.. .4.3.4.4. Poesía amorosa .4.3.4.5. Poesía religiosa .4.3.4.6. Poesía jocosa .4.3.4.7. Los villancicos .4.3.4.8. Primero sueño .

4.4. La sátira: Juan del Valle y Caviedes .4.4.1. La sátira en la Colonia .4.4.2. Juan del Valle y Caviedes .

4.4.2.1. Una biografía imaginaria .4.4.2.2. Vida del poeta .4.4.2.3. Ediciones .4.4.2.4. Poesía satírica: contra los médicos4.4.2.5. Otros poemas satíricos .4.4.2.6. Poemas religiosos y morales .4.4.2.7. Poemas amorosos .

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4.4.2.8. Poemas de circunstancias 3904.4.2.9. Influjos y características de las sá-

tiras 3914.5. La poesía épica 392

4.5. l. Entre la historia y el arte....................... 3924.5.2. Bernardo de Balbuena 394

4.5.2.1. Biografía 3944.5.2.2. Grandeza mexicana..................... 3954.5.2.3. El Bernardo, o Victoria de Ronces-

valles: origen 3984.5.2.4. El Nuevo Mundo en El Bernardo 3994.5.2.5. El Bernardo: modelos, valor y sen-

tido............................................. 4014.5.2.6. Siglo de Oro en las selvas de Erífile 403

4.5.3. Otros poemas del ciclo «Cartesiano» 4054.5 .3.1. Gaspar Pérez de Villagrá .. 4054.5.3.2. Arias de Villalobos...................... 4054.5.3.3. Bartolomé de Góngora 4074.5.3.4. Juan Cortés Ossorio 409

4.5.4. Juan de Miramontes y Zuázola 4104.5.4.1. Biografía 4104.5.4.2. Armas antárticas y su circunstancia 4114.5.4.3. Armas antárticas: contenido y va-

lor 4124.5.5. Otros poemas de tema araucano 415

4.5.5.1. Juan de Mendoza y Monteagudo . 4154.5.5.2. Melchor Xufré del Aguila............ 416

4.5.6. Otros poemas históricos......................... 4164.5.6.1. Rodrigo de Valdés 4164.5.6.2. Martín del Barco Centenera 4174.5.6.3. Silvestre de Balboa Troya y Que-

sada 4194.5.6.4. Otros.......................................... 422

4.5.7. Fray Diego de Hojeda 4224.5.7.1. Biografía 4224.5.7.2. La Cristiada: génesis, ediciones 4234.5.7.3. La Cristiada: temas y fuentes 4254.5.7.4. Fervor místico 427

847

Page 9: Pedraza - Manual Literatura Virreinal

4.5.7.5. Aciertos descritivos e intensidadlírica .

4.5.8. Otros poemas de tema religioso .4.5.8.1. Sobre la vida de San Ignacio de

Loyola .4.5.8.2. Sobre Santo Tomás de Aquino .4.5.8.3. Poemas de tema mariano .4.5.8.4. Otros .

Bibliografía citada .Otros estudios de interés .

5. LA PROSA BARROCA (de Arturo Ramoneda) .5. l. Prosa de ficción .

5.1.1. Introducción .5.l. l. l. Escaso desarrollo de los géneros

narrativos .5.1.1.2. Censura y prohibiciones .5.1.1.3. Mezcla de géneros .5.1.1.4. Otras causas .5.1.1.5. Relaciones con la prosa española .5.1.1.6. Escritores incluidos .

5.1.2. Bernardo de Balbuena .5.1.2.1. Obras menores .5.1.2.2. Siglo de Oro en las selvas de Erifi­

le: datación, ediciones, fuentes ....5.1.2.3. Tradición y heterodoxia en Siglo

de Oro .5.1.3. Francisco Bramón y Los sirgueros de la

Virgen .5.1.3.1. Apunte biográfico .5.1.3.2. Una novela pastoril a lo divino .5.1.3.3. Contenido .5.1.3.4. Una obra mariana .5.1.3.5. Novela en clave .5.1.3.6. Peculiaridades estilísticas .5.1.3.7. Auto del triunfo de la Virgen .

5.1.4. Juan Mogrovejo de la Cerda .5.1.4.1. Vida y obras menores .

848

464ii464.1465467il1468.\,4691

470471473473

5.1.4.2. La endiablada: fecha de composi-ción y ediciones .

5.1.4.3. La endiablada:primera parte .5.1.4.4. La endiablada:segunda parte .5.1.4.5. Una obra satírica .

5.1.5. Carlos de Sigüenza y Góngora .5.1.5.1. Biografía .5.1.5.2. Teatro de virtudes políticas .5.1.5.3. Obras históricas .5.1.5.4. Una curiosa polémica .5.1.5.5. Infortunios de Alonso Ramírez: fi-

nalidad de la obra .5.1.5.6. Contenido de los Infortunios .5.1.5.7. Los Infortunios y sus relaciones

con la picaresca .5.1.5.8. Los Infortunios : historia o nove-

la .5.1.5.9. Obras perdidas .

5.1.6. Juan de Palafox y Mendoza .5.1.6.1. Biografía .5.1.6.2. Obras mejicanas .5.1.6.3. Tratados, epístolas y memoriales

mejicanos .5.1.6.4. El pastor de Nochebuena .5.1.6.5. Otras obras .

5.2. Crónicas novelescas .5.2.1. Introducción .5.2.2. Juan Rodríguez Freyle y El carnero .

5.2.2.1. Biografía .5.2.2.2. El carnero: fuentes y finalidad de

la obra .5.2.2.3. Historia del Nuevo Reino de Gra-

nada .5.2.2.4. Crónica de la vida cotidiana .5.2.2.5. Relatos intercalados .5.2.2.6. Aspectos didácticos .5.2.2.7. Ediciones y título .

5.2.3. Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán ..5.2.3.1. Biografía .

475476478479480480481482484

485486

487

489490491491492

494496497498498500500

501

502503504506508509509

849

Page 10: Pedraza - Manual Literatura Virreinal

5.2.3.2. El cautiverio feliz: Manuscritos yediciones..................................... 510

5.2.3.3. El cautiverio............................... 5115.2.3.4. Razones de las dilatadas guerras

de Chile .5.2.3.5. Aspectos didácticos .5.2.3.6. Historia o novela .

5.2.4. Catalina de Erauso y sus Memorias .5.2.4.1. Su singularidad .5.2.4.2. Ediciones de sus Memorias .5.2.4.3. Contenido .5.2.4.4. Sus últimos años .

5.2.5. Francisco Loubayssin de la Marca .5.3. ~a prosa histórica y los cronistas mayores de

indias .5.3.1. Rasgos generales .

5.3.1.1. Tendencia a las historias particula-res .

5.3.1.2. Mayor coherencia y unidad .5.3.1.3. Menor carga ideológica .5.3.1.4. Escaso rigor científico .5.3.1.5. Historiografía de las órdenes reli-

giosas .5.3.1.6. Autores incluidos .

5.3.2. Cronistas oficiales de Indias .5.3.2.1. Antonio de Herrera y Tordesillas5.3.2.2. Sucesores de Herrera: Luis Tribal­

dos, Tomás Tamayo y Gil Gon-zález Dávila .

5.3.2.3. Antonio de León Pinelo .5.3.2.4. Antonio de Salís .5.3.2.5. Otros cronistas .

5.4. Historiadores de la Nueva España .5.4.1. Cronistas generales: Fernando de Alva

Ixtlilxochitl y Baltasar Dorantes de Ca-rranza .

5.4.2. Cronistas de las órdenes religiosas .5.4.2.1. Los franciscanos: Juan de Tor­

quemada, Agustín de Vetancurt,

Alonso de la Rea, Antonio Tello y Bal-tasar de Medina 5.38

5.4.2.2. Los agustinos.............................. 5405.4.2.3. Los jesuitas: Francisco de Floren-

cia, Andrés Pérez de Ribas y JuanAntonio de Oviedo ..................... 541

5.4.2.4. Los dominicos 542

5.5. Guatemala y Yucatán, Nueva Granada y Vene-zuela 542

5.5.1. Cronistas religiosos de Guatemala y Yu-catán 542

5.5.1.1. Los dominicos: Antonio de Reme-sa! y Antonio de Malina .............. 542

5.5.1.2. Los franciscanos: Bernardo de Li-naza y Diego López Cogolludo .... 543

5.5.1.3. Cronistas seglares: Francisco An­tonio de Fuentes y Guzmán y JuanVillagutierre de Sotomayor.......... 544

5.5.2. Nueva Granada y Venezuela 5455.5.2.1. Cronistas generales: Lucas Fer­

nández de Piedrahita................... 5455.5.2.2. Los franciscanos: Pedro Simón,

Laureano de la Cruz y Matías RuizBlanco 546

5.5.2.3. Los dominicos: Jacinto de Carva-jal............................................... 547

5.5.2.4. Jesuitas del Orinoco: Pedro deMercado ..................................... 548

5.5.2.5. Jesuitas en el Amazonas: ManuelRodríguez, Cristóbal de Acuña yFrancisco de Figueroa ................. 549

5.6. El Perú. El inca Garcilaso de la Vega............. 5505.6.1. Vida y cultura....................................... 550

5.6.1.l. Años peruanos 5505.6.1.2. Estancia en España 5515.6.1.3. Entre dos culturas 553

5.6.2. Carácter de su obra............................... 5555.6.2.1. Ejemplaridad de la historia 555

851850

Page 11: Pedraza - Manual Literatura Virreinal

5.6.2.2. Valor documental... 5575.6.3. Obra histórica....................................... SS&

5.6.3.l. La Florida 5585.6.3.2. Comentarios reales 5595.6.3.3. Historia general del Perú.............. 5615.6.3.4. Difusión...................................... 562

5.7. Otros historiadores de Perú, Chile y Río de laPlata .

5.7. l. Crónicas peruanas .5.7.l.l. Un historiador naturalista: Berna-

bé Cobo .5. 7 .1.2. Cronistas generales: Fernando

Montesinos Y reginaldo de Lizá-rraga .

5.7.1.3. Los franciscanos: Buenaventurade Salinas y Córdoba y Diego deCórdoba y Salinas : .

5.7.1.4. Los dominicos: Juan Meléndez .5.7.1.5. Los agustinos: Antonio de la Ca-

lancha y Bernardo de Torres .5.7.1.6. Los jesuitas: Anello Oliva .5.7. l.7. Los extirpadores de idolatrías:

Francisco de Avila, Pablo José deArriaga y Hemando de Avendaño

5.7.2. Crónicas de Chile .5.7.2.l. Introducción .5.7.2.2. Historiadores militares: Alonso

González de Nájera .5.7.2.3. Historiadores religiosos: Alonso

de Ovalle .5.7.2.4. Diego de Rosales .

5.7.3. Historiadores del Río de la Plata .5.7.3.l. Ruy Díaz de Guzmán .5.7.3.2. Los jesuitas: Antonio Ruiz de

Montoya y Nicolás del Techo .5.8. Prosa jurídica, religiosa .

5.8.l. Juan de Solórzano y Pereira .5.8.2. Otros autores .

5.8.2.l. Gaspar de Escalona y Agüero .

852

5.8.2.2. Pedro Mexía de Ovando 5815.8.2.3. Fray Gaspar de Villarroel............ 5825.8.2.4. Juan de Barrenechea, Luis de Te-

jada y Martín de Velasco 5835.8.3. Otros géneros literarios......................... 584

5.8.3.l. Literatura religiosa 5845.8.3.2. Prosa científica............................ 5845.8.3.3. Literatura panegírica 585

Bibliografía citada .............. 586

6. EL TEATRO EN LOS SIGLOS XVI v XVII (de Celsa­Carmen García Valdés) ....................................... 599

6.1. El teatro en el siglo XVI................................ 5996.1. l. Introducción.......................................... 5996.1.2. Teatro prehispánico............................... 6006.1.3. Teatro evangelizador 6016.1.4. Teatro escolar o humanista 604

6.1.4. l. Teatro escolar en lengua latina:Bernardino de Llanos .................. 606

6.1.4.2. Teatro escolar en castellano: Eltriunfo de los santos..................... 608

6.1.5. Teatro criollo 6106.1.5.l. Alrededor de la fiesta del Corpus 6126.1.5.2. Autores dramáticos en el virreina-

to del Perú.................................. 6146.1.5.3. Autores dramáticos en el virreina-

to de Nueva España 6166.1.6. Fernán González de Eslava.................... 618

6.1.6. l. Apunte biográfico....................... 6186.1.6.2. Obras y ediciones........................ 6206.1.6.3. Coloquios 6216.1.6.4. Las loas 6236.1.6.5. Entremeses 6236.1.6.6. La lengua del teatro de Eslava..... 625

6.2. El teatro barroco........................................... 6256.2. l. Introducción.......................................... 625

853

Page 12: Pedraza - Manual Literatura Virreinal

6.1.5.3. Autores dramáticos en el virreina-to de Nueva España 616

6.1.6. Fernán González de Eslava.................... 6186.1.6.l. Apunte biográfico 6186.1.6.2. Obras y ediciones........................ 6206.1.6.3. Coloquios 6216.1.6.4. Las loas...................................... 6236.1.6.5. Entremeses 6236.1.6.6. La lengua del teatro de Eslava 625

6.2. El teatro barroco........................................... 6256.2. l. Introducción.......................................... 6256.2.2. Autores y obras..................................... 6206.2.3. Las Églogas de Diego Mexía Fernangil .. 6296.2.4. Coloquios del siglo XVII....................... 630

6.2.4.l. Cristóbal Gutiérrez de Luna 6306.2.4.2. Juan de Cueto y Mena .. . 631

6.2.5. Una comedia y un auto mariales 6336.2.5.l. Fray Diego de Ocaña: Comedia de

la Virgen de Guadalupe .6.2.5.2. Francisco Bramón: Auto del triun-

fo de la Virgen .6.2.6. Comedias hagiográficas .

6.2.6. l. Matías de Bocanegra .6.2.6.2. Francisco de Acevedo .

6.2.7. Drama bíblico: Juan de Espinosa Medra-no, «el Lunarejo» .

6.2.8. El teatro breve .6.2.8.l. Juan del Valle y Caviedes .6.2.8.2. Fernando Fernández de Valenzue-

la 6406.2.9. Las comedias-zarzuelas de un dramatur-

go cortesano: Lorenzo de las Llamosas .. 6426.2.10. Dos autos en lengua quechua 644

6.2.10.l. El hijo pródigo de Espinosa Me-drano 645

6.2.10.2. El pobre más rico de GabrielCenteno de Osma .

6.2.11. Otros autores .

854

6.3. Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza 6486.3. l. Algunos datos biográficos ...................... 6486.3.2. Ataques de sus colegas y favor público ... 6496.3.3. Obras y ediciones.................................. 6516.3.4. Problemas cronológicos......................... 6536.3.5. Algunas comedias representativas.......... 656

6.3.5.l. La verdad sospechosa 6566.3.5.2. Los favores del mundo 6576.3.5.3. La prueba de las promesas........... 658

6.3.6. Consideraciones críticas......................... 6586.4. El teatro de sor Juana Inés de la Cruz............ 659

6.4. l. Características e influencias ................... 6596.4.2. Teatro profano...................................... 662

6.4.2.l. Un festejo teatral: Los empeños deuna casa...................................... 662

6.4.2.2. Festejo de Amor es más laberinto 6656.4.2.3. Loas .. ..... .. .... .. .. .... ... ... ... .... ..... ... . 666

6.4.3. Teatro religioso: los autos y las loas sacra-mentales ............................................... 668

6.4.3.l. El divino Narciso 6696.4.3.2. El mártir del Sacramento, San Her­

menegildo ................................... 6706.4.3.3. El cetro de José........................... 671

Bibliografía citada .............. 673Otros estudios de interés .... 679

7. LITERATURA DEL SIGLO XVIII (de Melquíades Prieto) 6837.1. Introducción.................................................. 685

7. l. l. Condiciones sociopolíticas...................... 6857.1.1.1. La situación colonial en los Reinos

de Indias..................................... 6857. l.1.2. La regionalización .. ... ... ... ... ..... .... 6877. l.1.3. Las provincias de Ultramar.......... 6887.1.1.4. De la reforma a la independencia 6817.1.l.5. Las repúblicas americanas 692

7.1.2. Cultura y enseñanza .............................. 6957. l.2.1. Las nuevas metrópolis................. 6957. l.2.2. Las instituciones culturales . 699

855

Page 13: Pedraza - Manual Literatura Virreinal

7.1.2.3. La enseñanza .7.1.2.4. Los círculos literarios .

7.1.3. Libros y periódicos .7. l. 3. l. La imprenta .7.1.3.2. Las publicaciones periódicas .

7.1.4. Caracteres de la literatura hispanoameri-cana del siglo XVIII .

7.1.4.1. Lengua española .7.1.4.2. Literatura española, literatura

americana 7117.1.4.3. Las nuevas realidades poéticas 7127.1.4.4. La búsqueda de una voz propia 714

7.1.5. Los impulsos creadores 7167.1.5. l. División cronológica.................... 7187.1.5.2. Pervivencia barroca..................... 71'J7.1.5.3. La Ilustración americana 71t7.1.5.4. La transición revolucionaria 720

7.2. La prosa del siglo XVIII 7227.2. l. Rasgos formales .................................... 12a "7.2.2. Crónica e historia 724,I7.2.3. Prosa histórica 721'

7.2.3.1. La expulsión de los jesuitas 72&',7.2.3.2. Francisco Xavier Clavijero 730

7.2.4. La prosa científica 7317.2.4.1. Las expediciones científicas .. 7317.2.4.2. Mutis y Malaspina 7347.2.4.3. Los jesuitas científicos 7357.2.4.4. Francisco José de Caldas 7367.2.4.5. José Hipólito Unanue 737

7.2.5. La prosa religiosa 7377.2.5.1. Madre Castillo 738

7.2.6. Prosa política 7397.2.6.1. Los patriotas............................... 7407.2.6.2. José Servando Teresa de Mier 7417.2.6.3. Simón Bolívar 743

7.2.7. Pablo de Olavide 7447.2.7.1. Biografía : 7447.2.7.2. Obra 746

856

7.2.7.3. El evangelio en triunfo 7477.3. El lazarillo de ciegos caminantes y la prosa satí-

rica 7487.3.1. Literatura de compromiso 748

7.3.1.1. Eugenio de Santa Cruz y Espejo .. 7487.3.2. Concolocorvo, Alonso Carrió de la Van-

dera 7507.3.2.1. Alonso Carrió de la Vandera 7507.3.2.2. El lazarillo de ciegos caminantes .. 7527.3.2.3. El género literario 7537.3.2.4. Crónica e historia 7547.3.2.5. Elementos picarescos 7557.3.2.6. Guía de viaje 7567.3.2.7. Reflejo social.. 7577.3.2.8. Humor y sátira 758

7.4. El Periquillo Sarniento 7597.4.1. El nacimiento de la novela..................... 759

7.4.1.1. Los precedentes .......................... 7597.4.2. Fernández de Lizardi 760

7.4.2.1. La obra de El pensador mexicano 7617.4.2.2. El Periquillo Sarniento 7627.4.2.3. La Quijotita y Don Catrín 7647.4.2.4. Noches tristes y día alegre 765

7.5. La poesía del siglo XVIII.. 7657.5.l. Rasgos formales y cronología................. 7657.5.2. Académicos y barrocos 766

7.5.2.1. Epígonos barrocos 7687.5.3. Líricarococó 769

7.5.3.1. Juan Bautista Aguirre 7707.5.3.2. Fray José Manuel Navarrete 772

7.5.4. Los neoclásicos 7747.5.4.1. La poesía satírica 7757.5.4.2. Poesía popular 7767.5.4.3. Manuel José de Lavardén 777

7.6. El teatro del siglo XVIII 7787.6.1. La vida teatral.. 7787.6.2. Rasgos formales y cronología 781

857

Page 14: Pedraza - Manual Literatura Virreinal

7. 6. 3. Teatro de la primera mitad del sigloXVIII 782

7.6.3.l. Peralta Barnuevo 7827.6.3.2. Fray Francisco del Castillo Andra-

ca 7857.6.3.3. Otros dramarturgos de la primera

mitad del XVIII .7 .6.4. Teatro de la segunda mitad del siglo

XVIII .7 .6.4. l. Manuel José de Lavardén .7.6.4.2. El teatro costumbrista .7 .6.4.3. Otros autores .

7.6.5. El teatro en lengua indígena .7.6.5.l. Anacronismo e historia .

· 7.6.5.2. Ollantay .7.6.5.3. Usca Páucar y El fin de Atahualpa

Bibliografía citada .

ÍNDICE DE AUTORES Y OBRAS ANÓNIMAS .

CONTENIDO ·.:: .

858

Page 15: Pedraza - Manual Literatura Virreinal

·-\lf:1, l. LA ÉPOCA VIRREINAL. LA LITE­RATURA HISPANOAMERICANAEN SU CONTEXTO

Gala BlascoJuan Antonio Bueno

Consuelo LópezFernando Rayo

Page 16: Pedraza - Manual Literatura Virreinal

)

\

1.1. ASPECTOS GENERALES1.1.1. Las épocas literarias

En las páginas siguientes trataremos de poner en claroalgunas de las peculiaridades de la literatura hispanoameri­cana colonial.

Sin embargo, no nos extenderemos sobre los fundamen­tos teóricos del Renacimiento, el Barroco o el Neoclasicismoen cuanto tales movimientos culturales de carácter general,ya que eso se hizo con la precisión y el rigor oportunos en elManual de literatura española (tomos II, III y V) de Pedrazay Rodríguez Cáceres.

1.1.1.1. El Renacimiento

En las Indias Occidentales desembarcó una suerte deidealismo medieval teñido de ciertos rasgos renacentistas.Las sucesivas oleadas de hidalgos y buscadores de fortunaletrados que llegaron a América, asentaron los gustos predo­minantes en la península. Como es imposible hablar en estaépoca de conciencia americana, no resulta raro que fuesenreacios a aceptar modelos distintos a los que habían dejadoen España. Por esto fue constante de la colonia el retrasocon que los movimientos literarios florecían con respecto ala metrópoli. Solo cuando llegaban plumas y cabezas aveza­das a otros aires, como en el caso de Cetina, se imponían lastendencias ya consagradas en la otra orilla del Atlántico.

Casi mediado el siglo, prende en la poesía de América lallama de las formas italianas asentadas por Boscán y Garcila­so. En 1546, con la llegada de Gutierre de Cetina, Méjico

11

Page 17: Pedraza - Manual Literatura Virreinal

1. La época virreinal. La literatura hispanoamericana en su contexto

enarbola la bandera de esta escuela. En Perú, el italianismose difundió a través de la Academia Antártica de Lima. A lolargo de la segunda mitad del siglo XVI triunfa, no sinreticencias, el espíritu clásico en la literatura del NuevoMundo.

En general, son muchos los críticos que señalan la escasaimportancia del Renacimiento americano frente al posteriorauge barroco. Para Leguizamón [Hlh, 104], «salvo contadasexcepciones, no hubo en Hispanoamérica una literatura clá­sica». Faltaron también algunos de los subgéneros y de lastendencias que configuran la literatura española de la época,aunque, como señala Anderson [Hlh, 17], «hubo casos aisla­dos de erasmistas». Sin embargo, cuando pudieron llegar lasenseñanzas de Erasmo al Nuevo Mundo, estas estaban yabajo la condena implacable de la Inquisición en muchoscasos.

l.l.1.2. El Manierismo

Mucho se ha escrito sobre la existencia de una etapaintermedia entre el Renacimiento y el Barroco. Nosotroscreemos que los límites cronológicos entre los escritoresmanieristas y los barrocos son difusos y poco claros; además,pensamos que los recursos expresivos empleados por ambosno difieren en su sustancia. No obstante, no le han faltado alManierismo defensas ardorosas como la de Carilla o la deArrom, sólidos investigadores en ambos casos.

Para Carilla [Hlh], autores a caballo entre los siglos XVIy XVII -corno Fernán Fernández de Eslava, Mateo Rosasde Oquendo y Bernardo de Balbuena, entre otros- forma­rían parte de la escuela. Parecida opinión es la expresadapor Arrom [Eglh], que los engloba en la llamada generaciónde 1594.

l.l.1.3. El BarrocoAunque, como sostiene Carilla [LbH, 32], «la literatura

barroca llegó tempranamente a América», no por ello tuvouna muerte prematura. Entró con fuerza en el siglo XVIII ylo ocupó en buena parte. En 1662, Juan de Espinosa Medra­na escribe su Apologético en favor de Góngora, príncipe de

12

1.1.1.3. El Barroco

los poetas, sin que hayan triunfado plenamente las escuelasque ya se baten en retirada en la metrópoli. Se han buscadodiversas explicaciones para justificar la larga vida del Barro­co americano. Leguizamón [Hlh, 105] cree que «cierta pecu­liaridad barroca indígena, efecto de un arte autóctono yfantaseador, es decir, anti-clásico por esencia», influye deci­sivamente en su duración. Sin embargo, es difícil suponerque una literatura escrita por blancos, ajenos casi siempre alas culturas precolombinas, encerrados en pequeños cenácu­los de urbes distinguidas, se beneficiara de esa corrientesubterránea. Quizá sea mejor buscar las causas en razonessociales y políticas: aislamiento, retraso en la llegada de lasnuevas ideas, contrarreforma, estructuras fosilizadas, co­mercio del libro insuficiente y rudimentario, etc ... En estesentido coincidimos con la respuesta que Carilla [Hlh, 256]da a su propia pregunta: «¿hay relación entre el sello políticosocial del virreinato (o sistema colonial) y la larga vida de laliteratura barroca en Hispanoamérica? Yo creo que sí, en lamedida en que particulares condiciones de esa organizaciónpolítico-social encuentran ecos (para bien o para mal) en losrasgos íntimos que, a mi modo de ver, dan el perfil de laliteratura barroca». Anderson [Hlh, 1], por su parte, sostie­ne que América tomó de España, agudizadas, las ideas de lacontrarreforma. Para él, en Indias se acentuaron la intransi­gencia y el escolasticismo, lo que quizá ayude también aexplicar la extensión del Barroco americano en el tiempo.

Paralela a la discusión anterior, corre la siguiente: ¿tuvoel Barroco de América características propias? Arrom[Eglh, 66] se muestra concluyente: «el Barroco de Indias espropio de las Indias». Sin embargo, a nosotros se nos hacedifícil suponer que una literatura que bebía unánimementeen fuentes españolas y que recogía las escuelas y los gustospeninsulares, pueda afirmar un barroquismo congénito co­mo el que defiende, además de Arrom, Sánchez [Nhla]. Sinnegar las peculiaridades de los autores americanos, ni lasingularidad que pueda ofrecer el conjunto, creemos que esinexplicable el Barroco hispanoamericano sin el español.

La literatura barroca en América conoció el auge, princi­palmente, de la poesía. En la formación de esta tuvo unaimportancia capital el magisterio de Góngora. Así lo recono­ce Bellini [Hlh, 131]: «tanto la poesía lírica como la épica

13

Page 18: Pedraza - Manual Literatura Virreinal

1. La época virreinal. La literatura hispanoamericana en su contexto

están dominadas en el siglo XVII, al igual que durante granparte del siglo siguiente, por la tendencia culterana, si bienno faltan actitudes conceptistas que se inspiran sobre todoen Quevedo». Para la presencia de Góngora en Américaresulta imprescindible el documentado libro de Carilla Elgongorismo en América [gA], en el que repasa, país por país,la obra de los autores que escribieron bajo el influjo delpoeta cordobés. El estudio se divide en tres secciones: laprimera comprende el siglo XVII; la segunda el siglo XVIII;la tercera habla de la ruptura y ulterior recuperación deGóngora, ya en el siglo XIX. Pero, aparte de Góngora,otros autores españoles -como Herrera, Quevedo, Lope yCalderón- también dejaron su impronta en la literaturaamericana. Además, deben consignarse fuentes italianas yclásicas: Tasso, Vírgílío, Horacio, Ovídío ...

\

1.1.1.4. El Neoclasicismo

El paso del Barroco al Neoclasicismo recibe, por partede algunos críticos, el marbete de Rococó. Su escasa impor­tancia, reflejo de la poca que tuvo también en España, asícomo el que sus autores puedan ser adscritos con facilidad alBarroco o al Neoclasicismo, nos hace desestimar la sub­división.

El Neoclasicismo llegó tarde a América, a finales delsiglo XVIII y en vísperas de las revoluciones de independen­cia. La razón de esta tardanza, constante de la literaturahispanoamericana hasta el Modernismo, la explica bien Ca­rilla [Hlh, 269-270]: «la demora en la llegada del Neoclasicis­mo obedeció, sobre todo, a la continuidad y vigor del barro­quismo, que desborda mucho más allá del siglo XVII y quepermanece con bastante lozanía, hasta bien avanzado elsiglo XVIII». A esta causa fundamental podrían añadirseotras: los efectos de la contrarreforma, la prohibición quepesaba sobre muchos libros, el cerrado sistema social de lacolonia, la escasez de imprentas, los precarios circuitos dedifusión de la palabra escrita, etc ...

Las ideas ilustradas que comenzaban a abrirse paso en lasegunda mitad del siglo XVIII, tuvieron como primera conse­cuencia una proliferación de autores en prosa. A los periodis­tas José Antonio de Alzate (1729-1799), José Ignacio Barto-

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1.1.2. Distribución geográfica

lache (1739-1790) y Joaquín Velásquez de Cárdenas y León(1732-1786), entre otros, les sucedió el primer grupo impor­tante de pensadores. Pertenecen al mismo el historiadorlñigo Abad Lasierra (1745-1824), el bibliógrafo José Maria­no Beristáin de Souza (1756-1817) y el independentista ve­nezolano Francisco de Miranda (1750-1816). Tras estos, lle­gó la promoción de las grandes personalidades y autoresneoclásicos americanos: Simón Bolívar (1783-1830), AndrésBello (1781-1865), José Joaquín Fernández de Lizardi (1776-1817)...

Junto al auge de la prosa, otra característica se alza comopropia del periodo neoclásico. Mientras que en los siglosanteriores las fuentes españolas -con excepción, en algúncaso, de las clásicas y de las italianas- habían sido las únicasque proporcionaron modelos a los autores americanos, amedida que avanza el siglo XVIII crece la sugestión por losescritores franceses, según lo refrendan las siguientes pala­bras de Belliní [Hlh, 195]: «la literatura empieza a abando­nar lentamente los esquemas coloniales, la estrecha depen­dencia -pese a las afirmaciones individuales de originalidad­respecto de la Madre Patria y se orienta a Francia, inspira­dora política de la que absorbe una influencia destinada aperdurar en el tiempo, desde el periodo romántico a nues­tros días». Además, con el discurrir de la centuria y lallegada de la siguiente, otras literaturas penetraban tambiénen Hispanoamérica: norteamericana e inglesa, principal­mente; en menor medida, alemana e italiana.

1.1.2. Distribución geográficaLa literatura hispanoamericana colonial se concentró

principalmente en los dos grandes virreinatos: Perú y Méji­co. Allí la actividad social, política y cultural era mayor, loque permitió un temprano florecimiento de las letras. Encambio, otros territorios, que no conocían grandes núcleosde población y permanecían aislados de los focos de activi­dad literaria, hubieron de esperar mucho tiempo para que seasentara una literatura de cierto peso. En algunas zonasdispersas, como veremos a continuación, la colonia apenas síprodujo alguna obra de escaso valor.

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1. La época virreinal. La literatura hiKp11nou111cric111111en su contexto

1.1.2.1. Méjico

Desde los primeros tiempos de la conquista, la extrañezadel paisaje y los sucesos fabulosos que ocurrían, movieron aciertas plumas españolas a dejar constancia histórica de loshechos. Así, abundan los cronistas de diverso género: Her­nán Cortés, Berna! Díaz del Castillo, Bartolomé de las Ca­sas, Motolinía, etc... Incluso algunos hombres que jamáspisaron tierra mejicana, como López de Gómara o Antoniode Herrrera, se dejaron fascinar por aquel territorio lejano ymisterioso. En el devenir del siglo XVI, surgieron tambiénlos primeros poetas y dramaturgos de importancia en Méji­co: Francisco de Terrazas, Fernán González de Eslava. Asi­mismo existe una prolija producción de poesía de circuns­tancias, conmemorativa de diversos sucesos y satírica enocasiones; no falta tampoco algún ejemplo de prosa didácti­ca, como la primera parte de Los problemas y secretosmaravillosos de las Indias de Juan de Cárdenas.

En el siglo XVI, poetas españoles como Juan de la Cuevay Bernardo de Balbuena se habían establecido en Méjico.Esto preparó el camino a una generación de grandes poetassurgidos al calor del magisterio de Góngora y Quevedo,principalmente. En el siglo XVII escriben Matías de Boca­negra, Miguel de Guevara y Francisco Bramón. Junto a ellosexiste un inmenso grupo de burdos remedadores de losexcesos culteranos y conceptistas. Pero, la gran figura delsiglo en Méjico -y en América entera- es sor Juana Inés dela Cruz. Junto a ella destaca el dramaturgo Juan Ruiz deAlarcón. La prosa tuvo también cultivadores de regularfortuna: Pedro de Avendaño, fray Juan Villa y el poetaFrancisco Bramón; a finales del siglo escribe Carlos de Si­güenza y Góngora, el más estimable de todos.

El siglo XVIII significa una cierta decadencia de la litera­tura escrita en Méjico. No existe ninguna figura del calibrede sor Juana o de Ruiz de Alarcón. La poesía vive unagotamiento de las formas culteranas en boga en el sigloanterior. Miguel de Reyna Ceballos o Francisco Ruiz deLeón son algunos nombres que así lo demuestran. Tampocolos jesuitas exiliados en Italia Diego José Abad y RafaelLandívar, que escribieron en latín, logran sacar al verso delmarasmo en el que se encuentra. La prosa, por su parte, vive16

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1.1.2.2. Perú

las primeras inquietudes reformadoras de la mano de Fran­cisco Javier Alegre, Francisco Javier Clavijero y José Anto­nio de Alzate. Ya entrado el siglo XIX, aunque todavía bajola égida neoclásica, publica José Joaquín de Lizardi su Peri­quillo Sarniento. Por último, constatemos la aparición enesta época de dos bibliógrafos: José de Eguiara y Eguren yJosé Mariano Beristáin de Souza.

1.1.2.2. Perú

La conquista no dio en Perú un volumen de obrascomparable al que produjo en Méjico. No obstante, espa­ñoles como Pedro de Cieza de León y José de Acosta eindígenas como Juan Santa Cruz Pachacuti y Felipe Gua­rnan Poma de Ayala dejaron rastro escrito de aquellaépoca. Poco después, aparece el gran escritor de la litera­tura peruana colonial: el Inca Garcilaso de la Vega. Enpoesía, existe un nutrido grupo de versificadores del queforman parte, entre otros, Diego Dávalos y Figueroa yDiego Mexía de Fernangil, nacidos ambos en España. Lapoesía narrativa conoce en Perú un gran auge que penetraen el siglo XVII: Pedro de Oña -que escribió sobre Chile,pero se formó en Lima-, Juan de Miramontes y Zuázola,fray Diego de Hojeda ...

En el sigo XVII, junto al auge ya apuntado de la épica,surgen con fuerza los dos grandes poetas del Perú colo­nial: Juan de Espinosa Medrano, el Lunarejo, y Juan delValle Caviedes. El primero fue además un importanteprosista. En prosa, escribieron también santa Rosa deLima, Antonio de la Calancha, Juan de Solórzano y Perei­ra ... El teatro, por su parte, no tuvo figura de relieve en elPerú Colonial.

El siglo XVIII llegó al Perú literario, como había ocurri­do en Méjico, exangüe y estéril. Una poesía de poco valor,cultivada por seguidores de escuelas ya agotadas, la escri­bían Pedro José Bermúdez de la Torre, Pedro de PeraltaBarnuevo, el conde de la Granja, etc. Tampoco en prosahay nombre alguno que merezca destacarse de la atoníageneral; si acaso, mencionaremos al jesuita Alonso Messía yal también poeta Pedro de Peralta Barnuevo.

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l. La época virreinal. La literatura hispanoamericana en su contexto

1.1.2.3. Otras áreas

En el sur del continente, Chile ocupó la cabeza de laliteratura colonial. Desde el siglo XVI, la conquista delterritorio araucano produjo obras de diverso género e inte­rés, entre las que destaca, por supuesto, La araucana deAlonso de Ercilla. En la centuria siguiente se observa uncierto decaimiento, aunque no faltan poetas menores comoel dominico Francisco López. El siglo XVIII no hace sinoconfirmar esta decadencia, aunque en él escribiera un nutri­do grupo de prosistas: Felipe Gómez de Vidaurre, JuanIgnacio Malina, Manuel Lacunza -jesuitas que acabaron susdías desterrados en Italia-, Miguel de Olivares ...

En Argentina, Uruguay y Paraguay la literatura tuvo undesarrollo tardío. En el primer caso, la falta de un centro depoblación importante y el escaso interés que tuvo en unprincipio para los colonizadores, explican la sequía. Apartede algún cronista ocasional -como Domingo Martínez deIsla y Alvar Núñez, entre otros-, de narradores en verso-como Luis de Miranda y Luis del Barco Centenera- y depequeños brotes de la lírica -Luis José de Tejeda y Guz­mán-, la literatura argentina es casi inexistente. Ya en elsiglo XVIII, escriben el poeta José Baltasar Maciel -antece­dente del subgénero gauchesco- y el dramaturgo ManuelLabardén. En Uruguay no hay testimonios escritos anterio­res al siglo XIX; en Paraguay, debido a su escarpada orogra­fía y a los núcleos de población dispersos y reducidos, ape­nas si existen tampoco.

En los actuales territorios de Bolivia y Ecuador hubo unadiscreta producción literaria, aunque sin ninguna figura derelieve. En ambos casos, la ausencia de vida cortesana flore­ciente maniató las posibilidades, sobre todo, de la poesía.Venezuela, tierra descubierta en los primeros tiempos de laconquista, recibe la preocupación de algunos cronistas ypoetas: Pedro de Aguado, Juan de Castellanos, etc. Des­pués la actividad literaria se enfría en exceso, hasta el puntode que el primer libro impreso en Caracas data de 1810.

Colombia tuvo una importancia literaria de primer or­den, solo superada por Méjico y Perú. Los siglos XVI yXVII presentan una nómina que se extiende a diversosgéneros: poesía épica -representada por Juan de Castella-

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1.1.3. Problemas de clasificación

nos-, crónicas -fray Pedro de Aguado, el conquistador Gon­zalo Jiménez de Quesada, Alonso de Zamora, José de Gu­milla, etc.-, costumbrismo -Juan Rodríguez Freyle, autorde El carnero-,,poesía lírica -Hernando Domínguez Camar­go, Francisco Alvarez de Velasco, etc.- En el siglo XVIIIescribe Francisca Josefa del Castillo y Guevara, más conoci­da por la madre Castillo, que había tenido ya antecedentesen la literatura religiosa colombiana, como Juan BautistaToro.

América central, sumida en el atraso económico y cultu­ral, encerrada en una naturaleza generosa pero hostil, tuvopoca repercusión en la literatura colonial. Guatemala, queacogió durante mucho tiempo a Berna! Díaz del Castillo, esla tierra más floreciente de la región. Hubo cronistas ehistoriadores, como el franciscano Francisco Vázquez y eldominico Antonio de Remesa!; ya en el siglo XVIII, algúnpoeta de cierto nombre, como Matías de Córdoba, y unapublicación mensual llamada La gaceta. La Española tuvouna atención literaria preferente en los primeros años delsiglo XVI. Aparece en los Diarios de Colón y en las obras deBartolomé de las Casas, Gonzalo Fernández de Oviedo,Juan de Castellanos, etc. Luego, pese a que en la isla recala­ron Bernardo de Balbuena y Tirso de Malina, presenta unaliteratura escasa y de poco valor. En Cuba, cabe anotaralgún florecimiento tardío: los poetas dieciochescos JoséSurí, Lorenzo Martínez de Avileira y Mariano José de Alvay Monteagudo y los cronistas Pedro Agustín Morell de SantaCruz y José Martín Félix de Arrato, igualmente del sigloXVIII. Otros lugares, como Panamá -olvidada provincia deColombia- o Puerto Rico, vivieron prácticamente ajenos ala literatura durante los tres primeros siglos de colonia espa­ñola.

1.1.3. Problemas de clasificaciónEstudiar, a veces apretadamente, tres siglos de literatura

escrita en latitudes muy diversas, presenta obvios problemasde clasificación. Las divisiones, necesarias en cualquier ma­nual de historia de la literatura, nunca resultan perfectas. Enalgunos casos, como hacen J. Franco [Hlh] y A. Coester[HlAe], el conflicto se solventa agrupando el periodo en

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1. La época virreinal. La literatura hispanoamericana en su contexto

unas pocas páginas bajo el nombre genérico de literaturacolonial. Sin embargo, estudios más extensos suelen dedicarvarios capítulos al periodo que, aproximadamente, se ex­tiende desde la conquista hasta la independencia. Examina­mos a continuación algunas de las soluciones propuestas.

1.1.3.1. Clasificación por literaturas nacionales

Durante mucho tiempo no se puede hablar con propie­dad de literaturas nacionales en América. Si acaso, señalar,eso sí, la existencia de dos núcleos fundamentales: Méjico yPerú, a los que con el discurrir de los siglos fueron añadién­dose otros. Sin embargo, no ha faltado quien, sin olvidardivisiones más amplias, ha entregado primacía a este crite­rio. Así lo ha hecho, por ejemplo, Lazo [Hlh], que presentasu historia en dos grandes apartados: el primero, que a suvez se divide en dos capítulos por orden cronológico, abarcala producción literaria de Méjico y Perú; el segundo relacio­na, por medio de epígrafes más pequeños, las obras escritasen otras latitudes.

1.1.3.2. Clasificación temática

Abordar la historia literaria de un continente atendiendoa los temas de las obras resulta sugestivo, pero altamentepeligroso. Grossmann [Hplh] divide la colonia en tres capí­tulos: Renacimiento, Barroco y Clasicismo. En cada uno deellos otorga un epígrafe para cada género. Hecho esto,estudia las obras agrupadas en torno a un tema, de caráctergeneral y, a menudo, con títulos tan forzados como «líricapopular ingenua de la época colonial» o «poesía de ocasiónen el Renacimiento latinoamericano». Si los inconvenientesde la periodización literaria son muchos, esta variante nohace sino multiplicarlos. Se hace en la práctica imposibleencontrar una clasificación temática exhaustiva que abarquesin fuerza las obras. Además, a esta desventaja fundamentalse añade otra no menos onerosa: el riesgo de que la produc­ción de un autor aparezca en lugares distintos y dispersos.

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1.1.3.4. Clasificación por periodos

1.1.3.3. Clasificación por géneros literarios

Una tercera posibilidad, más acertada que las anterioressegún nuestro criterio, consiste en dividir la época colonialatendiendo a los géneros. La obra que, dirigida por Iñigo[Hlh], han preparado diversos especialistas para la editorialCátedra, opta por esta solución. Aparte de un capítulo intro­ductorio, el tomo recoge las cinco secciones siguientes: car­tas, crónicas y relaciones; épica hispanoamericana colonial;lírica hispanoamericana colonial; teatro hispanoamericanocolonial y novela hispanoamericana colonial. Sin negar cier­tas ventajas que el método posee, no nos parece pertinentesubordinar otros criterios -como el temporal- al de los géne­ros literarios. Por su parte, también Bellini [Hlh] otorgapreeminente valor a estos. Pero, en aquellos géneros en losque la producción fue dominante en la colonia, sí efectúadivisiones por siglos o, lo que viene a ser casi lo mismo, porperiodos culturales. A su vez, agrupa la literatura neoclásicae ilustrada en dos secciones.

1.1.3.4. Clasificación por periodos

En la literatura colonial se hace fácil identificar tresperiodos culturales distintos -Renacimiento, Barroco y Neo­clasicismo- con otros tantos siglos: XVI, XVII y XVIII.Aunque existen ciertos desajustes, este planteamiento pue­de darse por bueno; nos beneficiaremos así de las ventajasmetodológicas y pedagógicas que ofrece. No obstante, en unestudio amplio se imponen otras subdivisiones ajenas a lacronología. En este caso, nos parecen indicadas las seccionesque agrupan las obras de un género determinado en un sigloo en un periodo. Como es lógico, no todas las épocas produ­cen idéntico caudal en cantidad y calidad. Por ello, aboga­mos por la flexibilidad que permita distinguir, en capítulosdistintos, la obra escrita en un siglo o de agruparla toda enuno solo. Tampoco descartamos, en el caso de algún géneroque no alcanzó especial resonancia, la agrupación de las trescenturias en un único apartado. Desde nuestro punto devista, esta integración de criterios complementarios favoreceel tratamiento adecuado de cada autor y de cada obra.

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1. La época virreinal. La literatura hispanoamericana en su contexto

1.2. CONTEXTO SOCIO-CULTURAL1.2.1. El descubrimiento1.2.1.1. Palabras preliminares

El periodo histórico que comprende la literatura colonialhispanoamericana se inicia a finales del siglo XV y terminaen el primer decenio del XIX. Algo más de tres centurias através de las cuales se fueron configurando todas las nacio­nes situadas al norte y al sur del río Grande.

1492 representa la fecha en la que se inicia el dominioespañol en el Nuevo Mundo. Sin embargo, existen otrashuellas descubridoras, como las vikingas que cita GuillermoCéspedes del Castillo [Ah, 44]. Aunque establecieron asen­tamientos muy rudimentarios, exploraron, entre 985 y 1016,Terranova,la península del Labrador y el estrecho de Hud­son. Igualmente, aduce Céspedes del Castillo [Ah] pruebasindirectas sobre la posibilidad de que Colón conociera enMadeira a un piloto de Huelva que fue arrastrado por losalisios hacia las costas americanas. El, su tripulación y sunave pudieron regresar gracias a la dirección cambiada delos nuevos vientos que les salieron al paso.

Dos avances, la carabela y la brújula, ayudaron a Colóna iniciar el periplo. Partió de Huelva con tres barcos yrepostó en Canarias. Meses más tarde, el día 12 de octubre,Rodrigo de Triana dio la voz de «tierra». La aventura, quecomenzó el día 3 de agosto, terminó en una pequeña isla delCaribe a la que bautizaron San Salvador y que hoy se conocecon el nombre de Watling.

Los primeros hombres que llegaron a América creyeronque se encontraban en las Indias. Sin embargo, expedicionesrealizadas entre 1492 y 1502 (año en el que Américo Vespu­cio llegó a un lugar indeterminado en la costa suramericana)demostraron que aquella gran masa de tierra se interponíaentre España y la especiería. Este nuevo espacio geográficofue bautizado por los castellanos con la expresión «islas ytierra firme del mar océano»; pero después recibió los nom­bres de Indias Occidentales y Nuevo Mundo. El último tér­mino se comenzó a utilizar a partir de 1513, año en el queVasco Núñez de Balboa descubrió el océano Pacífico.

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1.2.1.2. La impronta del descubrimiento en la sociedad

l.2.1.2. La impronta del descubrimiento en la sociedad

El primer viaje de Colón llevó a tierras desconocidas aun grupo social heterogéneo. Había en las carabelas repre­sentantes de los tres estamentos medievales. A todos estosprotagonistas se les supone un enorme deseo de enriquecer­se y un carácter intrépido y tenaz. Sin restar méritos a suingente hazaña, se impone precisar algunos aspectos.

España había conseguido reducir a un solo reino detaifas, el de Granada, a los musulmanes; se sentía portadorade los ideales cristianos de la cruzada contra el infiel y estabaacostumbrada a un estado de guerra prolongado duranteocho siglos. Las fuentes de riqueza habían comenzado abuscarse en zonas extrapeninsulares como Canarias, en lasque los castellanos se asientan definitivamente en 1402, yCeuta, conquistada en 1415. Así se unieron a la cruzadareligiosa intereses económicos.

El acicate que los lusos representaron en la aventuraespeciera, junto con todo lo anterior, configuró un espíritupeculiar en los descubridores. Sin embargo, los ánimos deestos hombres flaquearon numerosas veces, a pesar de queel viaje fue relativamente corto. Colón refleja en su Diario,como señala Lucena [en Iñigo: Hlh, I, 12], la alegría quesintió al descubrir los vientos de poniente que permitirían elregreso a España. Antes de esto, la tripulación permanecíaexpectante, pues las naves eran fuertemente empujadas porlos alisios hacia el continente americano.

Desde el primer contacto con los indios, los españolessucumbieron a su trato amable. Los indígenas que encontra­ron estos pioneros europeos eran dóciles. Al contemplar alos visitantes creyeron que se trataba de dioses a los quehabía que homenajear. Las mujeres aborígenes respondíanal canon de belleza impuesto por el Renacimiento: eranestilizadas, de piel tostada y rasgos apacibles en el rostro. Laprimera impresión de Colón al verlos queda anotada en suDiario (Lipschutz: PrcA, 13]: «muy bien hechos, de muyhermosos cuerpos y muy buenas caras». Más difíciles deconstatar son las opiniones de los naturales sobre los reciénllegados. No hay testimonios de ese primer encuentro ytodos los documentos pertenecen a los españoles. Sus mani-

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1. La época virreinal. La literatura hispanoamericana en su contexto .

festaciones más antiguas son de una época posterior y estánmediatizadas por lo que supuso para ellos la colonización.

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1.2.1.3. El aliento económico del descubrimiento

Las monarquías europeas en los años del descubrimientose sostenían económicamente gracias a un débil sistema derentas que, a menudo, hacía aguas. Las familias reales cuyocetro se imponía en los territorios más pobres encabezaronla mayoría de las empresas descubridoras. Por ello, fue lacosta ibérica del Atlántico la más emprendedora. Inclusoresulta curioso comprobar como los puertos poderosos deEspaña y Portugal, situados respectivamente en Bilbao yOporto, no se distrajeron de su rico comercio con el Nortede Europa. Fueron los puertos más pobres del sur los quebuscaron en la ruta de las especias negocio seguro. Una vezrecorridas las costas africanas, tanto por lusos como porespañoles, y gracias a una favorable coyuntura científica, seintentó llegar a Catay (China) a través del gran océanoAtlántico. Colón entró en tratos con la monarquía de losReyes Católicos y convino las condiciones de su viaje en lasCapitulaciones de Santa Fe (1492).

Según estas, Isabel y Fernando eran propietarios a partesiguales de todas las tierras que descubriera el marino. El, asu vez, se convirtió en socio de los monarcas, pues recibiríala décima parte de las ganancias que obtuviera. El resto delos hombres que participaron en el incierto viaje eran consi­derados jornaleros. Recibían, en concepto de salario, unaparte proporcional del botín. Si luchaban como soldados,aportando únicamente su espada, eran recompensados conlo correspondiente a una persona; pero si eran caballeros, yutilizaban su montura, se les premiaba con lo de dos. Elnegocio tuvo desde el principio carácter privado, aunque,como veremos en el siguiente epígrafe, las aspiraciones delos que llegaban a América se concentraron en obtener unterreno en el que asentarse.

Múltiples fueron los enemigos de don Cristóbal y de losmonarcas católicos. El primero se enfrentó a una tierra en laque no pudo encontrar lo que buscaba. Los segundos vieroncasi perdido su dinero y exaltados los ánimos de los vecinosportugueses. La solución que buscó el oscuro navegante fue

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1.2.2. La colonización

hacer acopio de las riquezas que le ofrecían las islas y llevarconsigo algunas almas a las que poder bautizar. La reina seconformó con la labor evangelizadora y creyó en la posibili­dad de recuperar el capital invertido a través de las perlas yde los metales preciosos.

La otra dificultad, la suspicacia portuguesa, desatada yaen el primer viaje, se evitó con el tratado de Tordesillas( 1494). En él se delimitaba como frontera entre las coloniasde ambas naciones el meridiano situado a 370 leguas al oestede las islas de Cabo Verde.

l.2.2. La colonización1.2.2.1. Sucesos históricos

El segundo viaje hacia el continente inicia lo que seconoce como colonización. La primera y mejor definidaetapa de este periodo se extiende desde 1493 hasta 1511. Sellevó a cabo en las islas del Caribe y en la franja quecomprende desde la desembocadura del Orinoco hasta elistmo de Panamá.

La isla Española fue la primera factoría establecida enAmérica. De aquí saltaron a tierra firme. Colón llegó aHonduras en 1502; la península de Yucatán fue visitada pornáufragos en 1506. Los fuertes y campamentos diseminadospor estos territorios adoptaron el aspecto de ciudades, por loque comienza a fomentarse una pequeña industria privada.Se buscaron nuevas colonias en Puerto Rico (1508), Jamaica(1509) y Cuba (1511). Todas estas exploraciones se dirigíandesde Castilla y fueron costosas desde el punto de vistasocial y económico.

El periodo más importante del momento corresponde ala aparición de los grandes conquistadores. Estos hombres,que surgieron entre las filas de una nobleza empobrecida ydestinada a luchar para sobrevivir, vieron en el descubri­miento la posibilidad de un ascenso social.

Santa María de la Antigua, situada al oeste del golfo deUraba, conocida como Castilla del Oro, fue el punto departida del primero de ellos, Vxsco NúÑEZDEBALBOA.EnAmérica llevó una vida mediocre y oscura hasta que graciasa varias acciones obtuvo el mando de la ciudad. Núñez de

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1. La época virreinal. La literatura hispanoamericana en su contexto

Balboa eliminó el tributo de los indios e indagó sobre elorigen del oro que entregaban. Así se encaminó hacia lacuenca del río Atrato, viajó hacia el sur, atravesó el istmo dePanamá y descubrió el océano Pacífico. El rey tuvo queaprobar la acción del intrépido hidalgo. Pero, pasado untiempo, mandó un ejército de 1500 hombres y un nuevogobernador. La actuación de las tropas fue desastrosa. Aca­baron con la vida de Balboa y, gracias a sus crueldades, seganaron el odio de la población.

Otro de los grandes conquistadores fue HERNÁNCORTÉS.Llegó a América en 1504. Sus biógrafos lo consideran unhombre inteligente y, sobre todo, gran político. El goberna­dor de Cuba le encomendó la,misión de viajar a Méjico pararecoger náufragos en 1518. El aprovechó esta oportunidadpara crear con su propio capital un modesto ejército degente afín. Tras el desembarco inició la conquista del impe­rio azteca. El primer botín que obtuvo se lo envió en sutotalidad al rey a través de una ruta marítima por el golfo deMéjico. El rey le nombró gobernador y capitán general.

El último de los grandes conquistadores no realizó suhazaña hasta la tercera década del quinientos, quizás porquelas dificultades geográficas que encontró fueron más peno­sas. FRANCISCOPrzARROse obstinó en llegar al territorio Incay lo consiguió en 1532. Desde Túmbez partió a Cuzco através de los Andes. Aunque la pacificación de Perú fuecostosa y lenta, los castellanos buscaron asentamientos fuer­tes como Lima, que, fundada en 1535, aseguró el comerciopor el Pacífico.

La cultura hispánica se extendió, hacia territorios másalejados en la última de las etapas colonizadoras. DesdePanamá llegó a Nicaragua (1524), Costa Rica, Guatemala,El Salvador, Honduras e, incluso, hasta la región colombia­na del Choco. Méjico central, en manos de la corona caste­llana desde 1522, permitió el acceso hacia el imperio maya,que fue conquistado en 1543. Esto abrió una doble vía: unacomercial hacia el Pacífico y otra colonizadora hacia losterritorios áridos del sur de los Estados Unidos. Desde elimperio descubierto por Pizarro se llegó a Quito (1534) y aSanta Fe de Bogotá (1536). Por el este avanzaron haciaBolivia y Chile y, desde aquí, se accedió a Santiago delEstero y a Córdoba, consolidadas ya en 1573.

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1.2.2.2. Los pueblos indígenas

La colonización de la costa atlántica se inició desde Bue­nos Aires, fundada en 1536. Los diversos enfrentamientoscon los aborígenes provocaron el abandono de la ciudad y lacreación de Asunción (1537), que abrió el camino haciaParaguay. La zona este de Estados Unidos supuso muchosproblemas y se abandonó.

l.2.2.2. Los pueblos indígenas

Los españoles dividieron en dos grupos a los indígenas:llamaron taínos a aquellos que no se enfrentaron a la inva­sión y caribes a los que rechazaron su presencia con lasarmas. Desde un principio los emigrantes consideraron a losindios como hermanos menores a los que había que prote­ger. Creyeron que el territorio que pisaban era la India, yesta, según una bula de Nicolás V, estaba ya semicristianiza­da. Por ello, no pudieron rebajar su condición de hombreslibres, aunque fueron obligados a pagar un tributo en oro oen trabajo, lo que les convirtió en siervos.

Los naturales no poseían una cultura uniforme. Los habi­tantes del Caribe llevaban una vida rudimentaria, recogíanfrutos y se establecían en zonas en las que abundaba elalimento. Los aztecas poseían una civilización compleja.Según Alonso Cano [Ps, 117], «la organización política delMéjico precolombino era una teocracia militar». Los jefesejercían como sacerdotes y militares y gobernaban medianteun régimen señorial. La Universidad Autónoma de Méjicorecoge, en Nueva colección de documentos históricos mexi­canos, una relación de los señores de Nueva España realiza­da por Alonso de Zorita. Méjico poseía tres grandes linajesentre los cuales se nombraba a los dirigentes, cuyos hijos,nietos y biznietos heredaban el cargo y desempeñaban lasfunciones de embajadores, ministros y ejecutores de justi­cia. A estos les servían otros caciques inferiores nombradosgracias a sus hazañas. Su título no tenía carácter hereditario.Las tierras las obtenían gracias a sus actos y no podían pasara sus hijos. En la base de la pirámide social existía unacompleja diversidad de agricultores, siervos y jornaleros quese agrupaban en torno al calpulli. Era una especie de comu­nidad agrícola ancestral que reunía a un barrio de genteconocida o relacionada mediante lazos de sangre. Trabaja-

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1. La época virreinal. La literatura hispanoamericana en su contexto

ban comunalmente Ja tierra y repartían sus beneficios. Si elcalpulli era apresado militarmente, sus miembros se conver­tían en siervos. Cuando llegó Hernán Cortés a Méjico sehabía impuesto Tenochtitlan sobre todos los estados feuda­les. Los demás señores vieron en esos extraños guerreros laposibilidad de acabar con sus verdaderos enemigos y apoya­ron a Jos españoles. Quizá así se pueda explicar como 500aventureros acabaron con un imperio tan establecido.

El territorio maya poseía una estructura social y econó­mica como la de Europa en Ja alta Edad Media. Sus dirigen­tes ejercían un poder absoluto y vivían en palacios construi­dos por Jos siervos. Estos, a su vez, practicaban Ja agricultu­ra en un terreno que era comunal. Las divergencias entre Joscaciques más poderosos y Jos débiles favorecieron también aJos conquistadores. Los mayas dejaron constancia de susimpresiones sobre Ja colonización en Jos libros de ChilamBalam. En Ja traducción de Alfredo Barrera Vásquez ySilvia Redón [ChBl, 128-129] podemos leer frases comoestas: «perdida será Ja ciencia, perdida será Ja sabiduríaverdadera( ... ) será la muerte a Jos grandes linajes».

El imperio inca estaba organizado en torno a Ja propie­dad comunal de Ja tierra. Esta propiedad, llamada ayllu, eragobernada por un curaca y, según señala Louis Baudin [!si],se Ja relaciona con la forma de producción socialista, ya queexistía una planificación total de Ja economía. Al entrar encontacto con este pueblo, Pizarro se encontró una sociedadestragada por las luchas intestinas que enfrentaban a Joscaciques Atahualpa y Huáscar, Jo que Je facilitó no poco Jaconquista.

Habitaban en América otros pueblos, cuyas huellas estánaún hoy presentes. Los araucanos no vivían en un régimenfeudal y estaban acostumbrados a guerrear. Por eso, Josespañoles no Jos sometieron definitivamente hasta el sigloXIX. Los primitivos habitantes de Buenos Aires fuerontambién hostiles y obligaron a abandonar en numerosasocasiones Ja empresa colonizadora. Sin embargo, Jos guara­níes recibieron con amabilidad a Jos visitantes.

El continente no se pacificó con rapidez. El proceso duróincluso siglos en algunos Jugares, en Jos que las rebelionesfueron numerosas. A pesar de todo, Ja cultura europea se

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1.2.2.3. Los inmigrantes

instaló en toda América. Las siguientes palabras de MagnusMórner [MrhA, 23] aportan una explicación a este hecho:

Con todos los respetos debidos a las muchas ex­presiones sublimes y sutiles de las culturas precolom­binas y a la agricultura avanzada de las tierras altas,debemos tener presente que todas estas sociedadeseran fundamentalmente inferiores desde el punto devista tecnológico a la civilización europea de la épo­ca. La ausencia de hierro constituiría un factor im­portante; la ausencia de la rueda otro. Y la estructurasociopolítica de las civilizaciones precolombinas, conformas variables de colectivismo y teocracia, refleja­ba etapas más remotas de desarrollo.

1.2.2.3. Los inmigrantes

El grupo colonizador estaba formado por hombres, lamayoría de ellos solteros procedentes de Extremadura, An­dalucía, Canarias y el País Vasco. Solían ser hidalgos, aun­que también llegaron campesinos y artesanos. Es difícil cal­cular el número exacto de españoles que viajaron al NuevoContinente. Magnus Mórner [MrhA] asegura que entre 1509y 1559 se inscribieron 15.000 personas para partir, pero enrealidad Jo hicieron 100.000. Sus aspiraciones sociales alllegar a América se resumían en dos anhelos: acceder a laconsideración de nobles de Castilla por sus acciones y dis­frutar de tierras propias. Pretendieron comportarse comoseñores feudales y formar una aristocracia militar para go­bernar, como si de vasallos se tratase, a Jos indígenas.

Dos grupos sociales tuvieron restricción expresa de Jamonarquía para viajar al recién descubierto territorio: losjudíos y Jos extranjeros. Los primeros, como afirma LucíaGarcía de Proodian [JA], fueron vetados por Jos ReyesCatólicos para evitar que en América renaciesen conflictosya superados en Ja península. Sin embargo, Jos semitas llega­ron a estas nuevas tierras a través de Ja milicia o del séquitode alguna personalidad. Ejercieron el comercio y ciertasprofesiones liberales. Algunos estuvieron relacionados conactividades ilegales como Ja trata de esclavos, el contraban­do y Ja usura. La reacción de Jos españoles americanos antesu presencia fue similar a Ja provocada en España. La Inqui-

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