PEDAGOGÍA Y HERMENÉUTICA DEL CUERPO … · En los años ochenta son remarcables los trabajos de...

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CUERPOS Relacionar el cuerpo y la pedagogía se ha fundamentado, corrientemente, en la dimensión física del cuerpo y ha relegado a espacios menos discursivos su dimen- sión simbólica. Nuestra propuesta es la de repensar la relación entre cuerpo y peda- gogía, no situando al cuerpo en un terri- torio al margen de la persona, sino ocu- pando el espacio central de la escenogra- fía. Para ello partimos de la hipótesis 189 RESUMEN. El artículo aborda desde una perspectiva social, antropológica y peda- gógica el cuerpo humano. Los cambios paradigmáticos sucedidos en disciplinas artísticas así como en el campo de las humanidades permiten una lectura simbó- lica del cuerpo humano. Es esta dimensión simbólica la que nos permite presen- tarlo como un valor emergente en las identidades de los jóvenes; identidades que pasan por transformar el cuerpo a través de prácticas como la cirugía estética, los piercings y tatuajes y la post-humanización corporal. La pedagogía del cuerpo sim- bólico permite acompañar a los educandos en su proceso de transformación cor- poral. ABSTRACT. This article looks at the human body from a social, anthropological and pedagogical perspective. The paradigmatic changes which have occurred in artistic disciplines, just as in the area of the Humanities, permit a symbolic reading of the human body. It is this symbolic dimension which allows us to present it as an emer- ging value in young people’s identities; identities which are subjected to bodily transformations through procedures such as cosmetic surgery, body piercing and tattoos and corporal post-humanization. The pedagogy of the symbolic body allows us to accompany our students in their corporal transformation journeys. PEDAGOGÍA Y HERMENÉUTICA DEL CUERPO SIMBÓLICO JORDI PLANELLA(*) (*) Universitat Ramon Llull. Revista de Educación, núm. 336 (2005), pp. 189-201. Fecha de entrada: 11-04-2003 Fecha de aceptación: 04-11-2003 Le corps, en tant qu’il incarne l’homme, est en effet la marque de l’individu, sa frontière, la butée en quelque sorte qui le distingue des autres. Il est donc le lieu de la séparation et non celui de l’alliance comme dans nombre de sociétés traditionnelles où il relie l’homme aux autres, au monde, au cosmos, à l’univers invisible. Le Breton (2002, p. 16).

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CUERPOS

Relacionar el cuerpo y la pedagogía se hafundamentado, corrientemente, en ladimensión física del cuerpo y ha relegadoa espacios menos discursivos su dimen-

sión simbólica. Nuestra propuesta es la derepensar la relación entre cuerpo y peda-gogía, no situando al cuerpo en un terri-torio al margen de la persona, sino ocu-pando el espacio central de la escenogra-fía. Para ello partimos de la hipótesis

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RESUMEN. El artículo aborda desde una perspectiva social, antropológica y peda-gógica el cuerpo humano. Los cambios paradigmáticos sucedidos en disciplinasartísticas así como en el campo de las humanidades permiten una lectura simbó-lica del cuerpo humano. Es esta dimensión simbólica la que nos permite presen-tarlo como un valor emergente en las identidades de los jóvenes; identidades quepasan por transformar el cuerpo a través de prácticas como la cirugía estética, lospiercings y tatuajes y la post-humanización corporal. La pedagogía del cuerpo sim-bólico permite acompañar a los educandos en su proceso de transformación cor-poral.

ABSTRACT. This article looks at the human body from a social, anthropological andpedagogical perspective. The paradigmatic changes which have occurred in artisticdisciplines, just as in the area of the Humanities, permit a symbolic reading of thehuman body. It is this symbolic dimension which allows us to present it as an emer-ging value in young people’s identities; identities which are subjected to bodilytransformations through procedures such as cosmetic surgery, body piercing andtattoos and corporal post-humanization. The pedagogy of the symbolic body allowsus to accompany our students in their corporal transformation journeys.

PEDAGOGÍA Y HERMENÉUTICA DEL CUERPO SIMBÓLICO

JORDI PLANELLA(*)

(*) Universitat Ramon Llull.

Revista de Educación, núm. 336 (2005), pp. 189-201.Fecha de entrada: 11-04-2003 Fecha de aceptación: 04-11-2003

Le corps, en tant qu’il incarne l’homme, est en effet la marque de l’individu,sa frontière, la butée en quelque sorte qui le distingue des autres. Il est doncle lieu de la séparation et non celui de l’alliance comme dans nombre desociétés traditionnelles où il relie l’homme aux autres, au monde, au cosmos,à l’univers invisible. Le Breton (2002, p. 16).

–siguiendo la propuesta de Detrez(2002)– que el cuerpo está construidosocialmente y lleva inherente un conjuntode connotaciones simbólicas que son lasque nos permiten hablar del cuerpocomo palabra, del cuerpo como mensajey de la hermenéutica del cuerpo.

Los trabajos de Berger y Luckmann(1988), y más recientemente el de Burr(1997) fundamentan la hipótesis de laconstrucción social del cuerpo, aunqueexisten otros autores que defienden posi-ciones más biologicistas en la conceptua-lización del cuerpo (Marzano, 2001). Losautores construccionistas plantean, comouno de los fundamentales de esta corrien-te de pensamiento de las ciencias socia-les, la necesidad de cuestionarse la formacomo nos han educado a mirar el cuerpoy a mirar el mundo, y la necesidad deponer en duda la idea que nuestras obser-vaciones del mundo nos dan de él unaimagen fiel. El objetivo de nuestro trabajoes repensar la mirada que hacemos,desde la pedagogía, sobre los cuerpos delos educandos, y analizar cómo la pedago-gía educa a los sujetos pedagógicos sobresu propio cuerpo. Para ello partiremos dealgunas de las estrategias que una partede los adolescentes utilizan para dar a suscuerpos usos diferentes de los que habi-tualmente han tenido.

Con la intención de ofrecer una sínte-sis de las principales miradas sobre loscuerpos revisaremos las teorías contem-poráneas de las ciencias sociales que hantenido como objeto de estudio el cuerpoy su dimensión simbólica. La revisión delas diferentes teorías nos permitirá estu-diar la formación y la transformación delos cuerpos en la postmodernidad. Estatransformación de los cuerpos parte de laidea de que el yo-cuerpo es la materiaprima que podemos modelar y que nospermite completar el cuerpo que en suestado natural no estaba finalizado. Sobreesta posibilidad de completar el cuerpo

propio, Fullat afirma que l’uomo è uncorpo che deve essere educato (...) Ilcorpo umano è un corpo vivo, che non èsempre corpo-ogetto, ma è anche corpo-propio (2002, p. 25-26). Educar el cuerpoque debe ser educado es uno de los retosque hay que plantearse cuando hacemosreferencia a la pedagogía y hermenéuticadel cuerpo simbólico.

En el contexto discursivo de la histo-ria del arte, Borel, afirma que l’anatomiepremière, l’anatomie donnée est toujoursconsidérée comme inacceptable. La chairà l’état brut semble aussi intolérable quemenaçante. Le corps, la peau, dans leurseule nudité, n’ont pas d’existence possi-ble. L’organisme n’est acceptable quetransformé, couvert de signes. Le corpsne parle que s’il est habillé d’artifices(1992, p.15). Este cuerpo que necesita sertransformado para decir, hablar y comuni-car es el cuerpo que los adolescentes,sobre todo, han decidido modificar y per-sonalizar con el uso de variadas prácticascorporales. Entre otras analizamos aque-llas tres que nos parecen más significati-vas en el contexto cultural postmoderno yque son: dibujar el cuerpo, transformar elcuerpo y vivir sin cuerpo.

En el último apartado reflexionamossobre la significación de incorporar en losdiscursos pedagógicos la dimensión sim-bólica del cuerpo del educando y paraello reflexionamos sobre algunas ideas,que entendemos son fundamentales eneste proceso de construcción del cuerpoen la praxis educativa. La propuesta de laincorporación del cuerpo simbólico en lapedagogía pasa por la sistematización delos fundamentos de lo que hemos deno-minado pedagogía del cuerpo simbólico.

MIRAR EL CUERPO DESDE LA TEORÍA

La reflexión sobre el cuerpo, desde laperspectiva simbólica que presentamos, seha desarrollado a través de diferentes

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perspectivas a lo largo de la historia delpensamiento. Compartimos con Paturet(2001) que la question du corps a préoc-cupé et préoccupe toujours la plupart desphilosophes; y no solamente a filósofos,sino también a investigadores de otras dis-ciplinas del campo de las ciencias socialescomo la historia, la historia del arte, la lite-ratura, la sociología, la lingüística, laantropología, la teología, etc. Para Vilanou(2001) ha tenido lugar un cambio dedirección y actualmente «el cuerpo huma-no ha dejado de ser objeto exclusivo de labiología» convirtiéndose en un tema com-partido por muchas otras disciplinas.

Desde el Antiguo Testamento –dondese nos presenta una visión antropológicamonista– hasta la actualidad –donde asis-timos a un resurgimiento de la antropolo-gía dualista, ahora calificada de virtual–,pasando por la hedonización del cuerpo apartir de mayo del 68 –cuando dejó de serun simple reproductor de la especie ypasó a ser un experimentador de place-res–, el cuerpo ha sido un punto de refe-rencia para la ordenación y la interpreta-ción de la sociedad. Los trabajos de Mauss(1936) sobre las Techniques du corps yaapuntaban en esta dirección y se convir-tieron en el punto de partida del estudioantropológico de los usos simbólicos delcuerpo. Después de los trabajos deMauss, la obra de Foucault ocupará unespacio central en los ejercicios de her-menéutica corporal1.

El proyecto de Foucault –sobretodo

los trabajos publicados a partir de los añossetenta– gira entorno a los procesos dedocilización de los cuerpos en las diferen-tes sociedades, desde lo que él denominóbiopolítica o la ciencia del control políti-co de los cuerpos de los ciudadanos. En elpensamiento de Foucault el cuerpo esconsiderado un espacio de investimientodel poder y es entendido como domina-ción, como control y como escenario parael ejercicio de la opresión. En relación alcuerpo el autor dirá que «el poder se haintroducido en el cuerpo, se encuentraexpuesto en el cuerpo mismo» (1992, p.104). Para Foucault existen dos formas cla-ves para el ejercicio del control de loscuerpos: las disciplinas –ejercidas directa-mente sobre los cuerpos de los ciudada-nos– y las regulaciones de la población–ejercidas a través de los sistemas institu-cionales de organización de grupos y per-sonas– (Planella, 2001ª, p. 26). De formaparalela a los trabajos de Foucault,Goffman (1981) nos llevará a descubrir lapresentación de los cuerpos de las perso-nas en la vida cotidiana. El sociólogo nor-teamericano desarrollará una sociologíacentrada en las condiciones sociales de lainteracción y del encuentro, en las que elcuerpo ocupa un espacio central comosoporte entre lo individual y lo colectivo.Para Goffman, los individuos, a través desus cuerpos, definen sistemas de valoresque sirven de referentes para determinarconductas que deben ser adoptadas endiferentes situaciones2.

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(1) La perspectiva foucaultiana para la interpretación de los cuerpos será el punto de parti-da de dos autores centrales de esta disciplina. Se trata de Bryan Turner con The Body andSociety (1983) y de Donna J. Haraway con Simians, Cyborgs and Woman. The Reinvention ofNature (1991). A ambos autores la obra de Foucault les sirve de punto de referencia para estu-diar la construcción política y social de los cuerpos.

(2) De Goffman es especialmente relevante el planteamiento que hace en su libro Estigma.Al hablar del significado del término para los griegos, dice que consistía «en cortes o quemadu-ras en el cuerpo y advertían que el portador era un esclavo, un criminal o un traidor –una per-sona corrupta, ritualmente deshonrada, a quien debía evitarse, especialmente en lugares públi-cos» (1998, p. 11).

En los años ochenta son remarcableslos trabajos de Le Breton y Turner, encua-drados en los contextos de la antropolo-gía y la sociología, respectivamente. Elprimero ha estudiado el cuerpo desdediferentes perspectivas y dimensionespublicando diversas obras, entre las quedestacan Anthropologie du corps etmodernité (1990) y Signes d’identité.Tatouages, piercings et autres marquescorporelles (2002). Para Le Breton, ladimensión simbólica del cuerpo es clara ylo plantea diciendo que a travers sa cor-poréité, l’homme fait du monde la mesu-re de son expérience (...) Emetteur ourécepteur, le corps produit continuelle-ment du sens, il insère ainsi activementl’homme à l’intérieur d’un espace socialet culturel donné (1992, p. 4). El cuerpo,para Le Breton, no sólo encarna la dimen-sión física, sino que necesariamente tam-bién su dimensión simbólica, afirmandoen su última obra que le corps se faitsimultanément archive de soi et décora-tion. La surface cutanée accueille les tra-ces d’une rélation amourese, d’un anni-versaire, la naissence d’un enfant, laréussite d’un projet, etc. (2002, p. 10).Esta mirada al cuerpo como revelador dela historia personal será uno de los ele-mentos clave aportados al estudio delcuerpo por parte de Le Breton.

Lo más significativo de la sociologíadel cuerpo de Bryan Turner es que el

cuerpo pasa a ser el tema central de lateoría social contemporánea. Esta nuevaconcepción es planteada en su libro, obrade referencia en teoría del cuerpo, TheBody and Society: Explorations in SocialTheory (1984) y también en Recent deve-lopments in the theory of the Body(1994). Para él, el pensamiento feministaha puesto en juego el tema del cuerpo alcriticar el determinismo existente delcuerpo sexuado (1989). El cuerpo ha sidoun tema relevante en el pensamiento y lapráctica política, a pesar de que a menu-do ha sido presentado de forma encubier-ta. En la revisión que realiza sobre teoríadel cuerpo, Turner dirá que: the idea thatthe body is the central metaphor of poli-tical and social order is in fact a verygeneral theme in sociology and history(1994, p. 5). Los trabajos de Turner hanhecho un gran impacto en el estudio delcuerpo en los países de habla inglesa, ytambién en los de habla castellana a raízde la traducción , en 1989, de The Bodyand Society.

Sobre la teoría del cuerpo elaboradadesde la pedagogía, existen pocos autoresy trabajos que hayan conducido sus inves-tigaciones en esta dirección3. Con todo,son significativos los estudios realizadospor Fullat entre los años ochenta y noven-ta, en los que manifestaba esta necesidadde tener presente, en el pensamientopedagógico contemporáneo, la diferencia

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(3) Otros trabajos sobre el tema son: S. SHAPIRO: Pedagogy and the politics of the body: acritical praxis. Nueva York, Garland Pub; E. GERVILLA: Los valores del cuerpo educando.Barcelona, Herder, 2000; F. BÁRCENA; J. C. MÈLICH: «El aprendizaje simbólico del cuerpo»,Revista Complutense de Educación. Madrid, vol. 11, nº 2, 2000, pp. 59-81; VILANOU, C.: «Danzasy contradanzas de la modernidad: un nuevo imaginario cultural y pedagógico», a A. F. ARAUJO iJ. MAGALHAES (eds.): História, educação e imaginario. Braga, Universidade do Minho, 2000, pp.117-139. También es significativo el monográfico de la revista Educaçao & Realidade, vol. 25,nº.2, 2000, dedicado a la «Produçâo do corpo». No podemos olvidar uno de los trabajos másprofundizados sobre la pedagogía del cuerpo simbólico; se trata del capítulo escrito para P.MCLAREN, «Enseñanza del cuerpo posmoderno. Pedagogía crítica y política de encarnamiento»en Pedagogía crítica y cultura depredadora. Barcelona, Paidós, 1997.

existente entre el cuerpo-objeto y el cuer-po-propio. Para Fullat, «los actos educan-tes van transformando progresivamenteel cuerpo educando en cuerpo parcial-mente educado» (1989, p. 161). La críticade Fullat a la pedagogía se apoya en elabandono del estudio del cuerpo-propio,y en centrarse especialmente en el estu-dio del cuerpo-objeto. Para Fullat apareceuna nueva perspectiva «la de mi cuerpo-propio, mi cuerpo en cuanto experimen-tado por la conciencia personal, nocoincidiendo con el cuerpo estudiado eintervenido por los tecnocientíficos de laeducación» (1989, p. 163). Con la aporta-ción de Fullat, ampliada a través de lapublicación de Le parole del corpo(2002), podemos afirmar que el cuerpo-propio ya no es un objeto para la perso-na, sino que constituye su propia existen-cia. Siguiendo la línea hermenéutica de lapedagogía iniciada por Fullat, ConradVilanou más recientemente ha estudiadolas formas de construcción social de loscuerpos y la hermenéutica que les corres-ponde. En este sentido, algunos de lostrabajos más significativos son «Imágenesdel cuerpo humano» (2001) y «Memoria yhermenéutica del cuerpo humano en elcontexto cultural postmoderno» (2002),donde se platean las bases para una her-menéutica pedagógica del cuerpo.

La revisión de las principales teoríasexistentes sobre el cuerpo nos conduce aafirmar que éste ha jugado un papel des-tacable en determinadas disciplinas, espe-cialmente en la sociología y la antropolo-gía, aunque ha permanecido prácticamen-te al margen del discurso pedagógico

contemporáneo, más centrado en el estu-dio y la intervención sobre el cuerpo-objeto. La institución educativa ha nega-do el cuerpo tanto por lo que se refiere alos discursos como a las prácticas4.

LA HERMENÉUTICA CORPORAL:EL CUERPO COMO TEXTO

En un trabajo reciente hemos abordado latemática de la dimensión simbólica de loscuerpos en el contexto cultural postmo-derno (Planella, 2001a) y uno de losaspectos más significativos que plantea-mos fue que los cuerpos toman la palabraal «sujeto» y emiten mensajes cargados designificados. No se trata sólo de «lucir» laanatomía corporal, sino de dejar aflorarlos símbolos que los cuerpos pueden lle-gar a transmitir. Con los trabajos deCassirer (1971) se abre la posibilidad alcuerpo de formar parte del sistema sim-bólico tal y como lo hacen el lenguaje, losmitos, el arte, la religión, etc. Pero el des-arrollo de esta dimensión simbólica nosiempre se realiza de la misma forma nicon la misma intensidad. Los cuerpos noson aceptados por igual por las personas,por las familias, por las comunidades edu-cativas o por la sociedad. Durantemuchos años el cuerpo ha sido estigmati-zado fundamentándose en la idea platóni-ca expuesta en el Fedón que el cuerpo esuna prisión para el alma (sõma semã).Esta visión negativa del cuerpo se vioreforzada por la antropología cristiana,para la cual, durante muchos siglos elcuerpo era sinónimo de pecado y a travésdel cual el hombre sólo podía aspirar a

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(4) Creemos que es significativa esta acción de «negar», pues si bien el cuerpo ha sido ungenuino objeto de intervención en las prácticas escolares, a menudo lo ha sido como ejerciciode negación de las posibilidades y dimensiones de la corporalidad de la persona. Un ejemplo deello es la negación de su dimensión simbólica y las dificultades para el sujeto pedagógico de for-marse como cuerpo-sujeto.

estados y valores negativos5. El objetivomás importante era apartar al hombre delas tentaciones corporales y permitirlevivir una vida «pura», aislada de la expe-riencia corporal. En este sentido, Sennettmantiene que «a la civilización occidentalle resulta difícil honrar la dignidad delcuerpo y la diversidad de los cuerposhumanos» (1997, p. 17). Esta visión nega-tivizada que estigmatiza los cuerpos dife-rentes convive actualmente con otravisión para la cual los cuerpos diferentestienen su espacio y pueden expresar sudimensión simbólica y su diferencia6.

Será en el cambio de siglo que tendrálugar una situación de convivencia dediferentes formas de entender los usosdel cuerpo que en ocasiones puedenrepresentar una posición conflictiva. Asípues, los cuerpos oscilan entre la concep-ción de Körper7 (cuerpo-objeto-orgánico)y la de Leib8 (cuerpo-sujeto-intencional).El cuerpo Körper es un cuerpo dócil, uncuerpo que puede ser objetivado fácil-mente y construido o modelado a imagende una sociedad que define qué espera apriori de los cuerpos. El surgimiento denuevos modelos pedagógicos que apues-tan por la dimensión corporal fundamen-

tada también en la idea de un cuerpoLeib, permite desarrollar su dimensiónsubjetiva. Esta propuesta coincide plena-mente con la tesis de Le Breton en la cualplantea que le corps légué par les parentsest à modifier (...) Il souhaite faire peauneuve (2002, p. 11). El cuerpo no estáfinalizado y todos podemos añadir nues-tra propia marca, nuestro propio signo deidentidad. Esta personalización del cuer-po servirá para algunos autores para dife-renciar al hombre de los animales (Borel,1992; Le Breton, 2002) porque la marca,lo que inscribimos y con lo que persona-lizamos nuestro cuerpo, nos desmarca. Elcuerpo pasa a ser la materia manipulabley transformable para la persona que loencarna.

USOS DEL CUERPO COMO ESPACIO DEINSCRIPCIÓN SUBJETIVA

En el apartado anterior hemos expuestolas diferentes perspectivas que nos pue-den permitir interpretar las concepcionesexistentes en la sociedad sobre los cuer-pos humanos. Pasemos, a continuación, aconcretar cuáles son los usos que losjóvenes hacen de sus cuerpos como fina-

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(5) Con el trabajo del cardenal C. M. Martini, Elogi del cos (Barcelona, Claret, 2000) pode-mos afirmar que la visión del cuerpo en el cristianismo ha dado un giro retornando a una con-cepción más neutral y positiva del cuerpo que se desprendía de la antropología del AntiguoTestamento. Igualmente puede ser de interés la consulta del trabajo de Brian Edgar (2002)«Biblical Anthropology and the Intermediate State: Part II», The Evangelical Quaterly, 74 (2), pp.109-121.

(6) Cada vez menos se asimilan los cuerpos «diferentes» a sujetos que buscan una vida «vivi-da» al margen. A principio del siglo XXI los cuerpos diferentes comienzan a ser vividos y a servistos como formas normalizadas de encarnar el cuerpo. A pesar de este renacimiento positivohacia la mirada de los cuerpos diferentes (y por cuerpos diferentes entendemos los cuerpos dis-capacitados, los cuerpos envejecidos, los cuerpos enfermos de Sida, los cuerpos de las personasinmigrantes, los cuerpos tatuados y/o anillados, etc.) también se hace evidente la radicalización,la condena y la marginación de las personas que encarnan esos cuerpos.

(7) El primero en hablar de esta diferencia fue el filósofo alemán Husserl. (8) El concepto de Leib expresa la dimensión simbólica, existencial, subjetiva y relacional de

la persona y le permite poder interaccionar con otros cuerpos, esto es, con otras personas. Enla perspectiva que situamos nuestro trabajo, es la visión del cuerpo que más nos interesa.

lidad de inscripción subjetiva. Las prácti-cas de transformación corporal que anali-zaremos son: escribir y marcar la piel,operarse el cuerpo y negar el cuerpo en laera Internet.

ESCRIBIR Y MARCAR LA PIEL

Es significativo el aumento de las prácti-cas de transformación corporal en lasociedad occidental en los últimos diezaños9. En un trabajo anterior (Planella,2001a) estudiamos las diferentes formasde transformación corporal y presenta-mos una primera aproximación del esta-do de la cuestión. Decíamos que «el tatua-je –como una de las prácticas de transfor-mación corporal– ayuda al sujeto a definirsu identidad, pero no necesariamente aposicionarle en un margen de la socie-dad» (Planella, 2001b, p. 83). Hablar demarcar, dibujar, anillar, ampliar, quemarla piel o el cuerpo, significa hacer referen-cia a la dimensión simbólica de estosactos. Es notable el conjunto de publica-ciones que en la última década han surgi-do sobre el tema, siendo el trabajo de LeBreton (2002) el que afronta más directa-mente la dimensión simbólica del cuer-po10. A criterio nuestro, el aspecto más

relevante de esta publicación es que seencuentra fundamentada en un trabajode campo de más de 400 entrevistas ajóvenes que se han tatuado o anillado sucuerpo. Para Le Breton la práctica delpiercing y del tatuaje tiene una finalidadmuy clara: le bricolage des signes identi-taires amène certains à vivre une expé-rience décrite comme spirituelle (...) ils sesentent métamorphosés en sortant de laboutique ou après avoir inscrit les signeseux-mêmes sur leur corps (2002, p. 11).

Los cuerpos tatuados ya no son sinó-nimo de marginal, preso o marinero;ahora muchas personas han decidido, pormotivos más o menos claros, inscribiralgún mensaje en su piel. Para los jóvenesy adolescentes, en un mundo en el cualbuena parte de las cuerpos desaparecen ose convierten en efímeros, el tatuajerepresenta la permanencia, aquello queno caduca y que persiste y les acompañaa lo largo de la vida en su propia piel.Tatuarse y/o anillarse el cuerpo es sinóni-mo de recuperación de los rituales depaso de la infancia a la adultez (a travésde la juventud) que en las sociedades tri-bales todavía juega un papel central enlos procesos de socialización de los suje-tos11. Para Borel esta comparación con los

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(9) Como marco de referencia citamos el estudio realizado por While Sperry’s (1991) en elcual se sitúa en el 25% el porcentaje de jóvenes, entre 15 y 25 años, que han tatuado o anilladosus cuerpos. El tema del tatuaje en los estudiantes ha estado insistentemente tratado por Myrna L.Amstrong y su equipo de investigadores. Uno de los trabajos más relevantes es «College Tattos:more than skin deep», Dermatology Nursing, vol. 14 (5), pp. 317-323. Lo más interesante de ésteúltimo trabajo son las orientaciones para la intervención educativa, especialmente desde la educa-ción para la salud, dirigida a jóvenes y adolescentes susceptibles de tatuarse o anillarse su cuerpo.

(10) Si bien son notorias las publicaciones en inglés, francés y italiano, resultan insignifican-tes las publicaciones que se han realizado en lengua castellana, a excepción de los trabajos deÁlvarez-Uría (1990), Duque (1997), Planella (2001a), etc. Para una exposición detallada de laspublicaciones actuales que estudian el uso de los tatuajes nos remitimos a la obra de Le Breton(2002). En Planella (2001b) también se puede encontrar una selección de bibliografía sobre estatemática.

(11) En este sentido es significativo el trabajo de Bryan Turner (1999) «The possibility of pri-mitiveness: towards a sociology of body marks in cool societies», Body and Society, vol. 5, 2-3,pp. 39-50. Para Turner, el uso de piercings y tatuajes en las sociedades occidentales no son actosingenuos, si no que se trata de rituales de paso, que sirven para recuperan las formas de orde-namiento de las relaciones sociales.

rituales primitivos es clara, ya que l’ab-sence apparente de rituels destinés auxadolescents dans le monde contempo-rain occidental est peut-être d’ailleursl’un des causes d’une crise extrême. Ladisparition, ou plûtot la réduction durite abandonne l’individu à lui-même(1992, p. 46). Esta iniciación a través delos rituales pasa por someterse al dolor através de permitir la penetración en lapiel de la tinta de los tatuajes o del titaniode los piercings12.

CAMBIAR LA FORMA DEL CUERPO

La segunda práctica de modificación cor-poral que hemos estudiado ha sido el usode la cirugía estética entre los jóvenes.Desde la Antigüedad hasta nuestros días,han existido diferentes modelos de corpo-ralidad que han definido, según múltiplescriterios, el ideal de belleza aceptado. Sibien a lo largo de los siglos se ha tratadode patrones estéticos para hombres ymujeres, actualmente se encuentranmucho más marcados y predefinidossocialmente los modelos femeninos queno los masculinos. Ya desde mediados delsiglo XX esos patrones estéticos de bellezafemenina representaban a mujeres extre-madamente delgadas. Desde siempre hanexistido defensores y detractores de lasprácticas de embellecimiento del cuerpo,pero la realidad es que cada vez más se

presenta como una salida a determinadosmalestares personales debidos a una clarano-aceptación del cuerpo que les ha toca-do vivir y encarnar.

Para muchas personas, mostrarse«bello» en la sociedad representa muchomás que ser físicamente bonito. Pérez, enun estudio sobre el cuerpo en la publici-dad, afirma que «lo bello, según el estere-otipo se identifica con la bondad, con lajusticia, la profesionalidad, la inocencia,la equidad, etc. arrinconando socialmentea las personas menos agraciadas» (2000,p. 68). Es evidente esta incongruenciaentre aquello bonito y aquello bueno,pero se pone de manifiesto este funciona-miento social que determina los valoresinherentes a los modelos corporales.

Esta necesidad de sentirse a gusto ensu cuerpo y que el cuerpo sea aceptadosocialmente empieza a estar muy presen-te –aunque solamente en este período–en la adolescencia, época en la que emer-ge el deseo de intervención estética sobreel cuerpo13. Para Borel, las personas bus-can se sculpter, se (re)metre en forme, semouler dans les normes véhiculées parles photos et les magazines (1992, p.209). La adolescencia transita de un esta-tus corporal dado a un estatus corporalque es necesario ir conquistando. Tal ycomo pasa con los jóvenes y adolescentesque transforman su cuerpo con piercingsy tatuajes, pasar por el quirófano para

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(12) Por motivos de espacio no podemos desarrollar las modalidades de transformación cor-poral ligadas a lo que se conoce como tatuajes y piercings. Nos remitimos a nuestro trabajo(Planella, 2001b) centrado especialmente en la sistematización de dichas prácticas de transfor-mación corporal.

(13) En algunos casos se ha llegado al extremo de adolescentes que pedían, como regalo decumpleaños a sus padres, una operación de cirugía para llevar a cabo alguna de estas prácticasque hemos mencionado. Esta temática ha sido estudiada con detalle en el reportaje realizadopor N. MOSCARA y otros (2002). Entre los aspectos más significativos se pone de manifiesto elpeligro que se puede correr al llevar a cabo este tipo de intervención médica. Se recogen casosy testimonios con experiencias positivas y negativas de esta tipología de práctica de modificacióncorporal.

operarse el cuerpo puede convertirse enun ritual de crecimiento o de paso.

La práctica de modificar los cuerpos através de la cirugía ha venido dada sobre-todo a través del cine y de la música y deallí ha pasado al resto de la sociedad14.Pero a la vez el mundo de la moda y losconcursos de belleza, muestran cuerposque a nivel social los podemos calificar deminoritarios, hasta el punto que han fina-lizado por marcar los patrones estéticosque la mayoría habría de seguir. En lasrevistas, y también a través de la radio yde la televisión, se bombardea el públicocon anuncios como: ahora es posibletener pechos a la carta con los implantesanatómicos, modelamos tu figura, hace-mos que la gente se gire para mirarte allídonde la espalda pierde su aburrido etc.Estos anuncios que ilusionan a la socie-dad con la posibilidad de tener cuerposperfectos terminan convirtiéndose en laguía o patrón de jóvenes y adolescentesque desean incrementar el volumen de supecho, perder peso a través de técnicascomo la liposucción, redondear los labiosa través de la inyección de silicona, etc.

Pero no siempre se consiguen losobjetivos que se buscan y a veces la trans-formación del cuerpo no sólo no mejorala imagen que se tiene de sí mismo, sinoque la empeora. Como consecuencia deeste hecho han nacido asociaciones depersonas víctimas de la cirugía estética.Un buen ejemplo es el de una clínica deAtlanta donde, a parte de tratar enferme-dades calificadas como inclasificables, se

tratan las mujeres que han sido víctimasde la cirugía estética. También es el casode AVCE que ofrece apoyo psicológico alas mujeres que han sufrido traumascomo consecuencia de operaciones decirugía estética, que teóricamente teníanque servir para su bienestar personal15.

Transformar el cuerpo en el quirófanopuede representar la posibilidad de apro-piarse de una imagen corporal positiva.Esta apropiación puede ayudar a la perso-na a sentirse mejor con ella misma. Elcuerpo se convierte en un valor que esnecesario preservar y mantener, aunquees cierto que esta práctica puede llegar atener unas consecuencias muy negativaspara la persona.

CUERPOS POSTHUMANOS

Algunos de los teóricos del ciberespacioafirman que el cuerpo toma, a la luz de ladimensión virtual, una nueva perspectiva(Haraway, 1995; Dyaz, 1998; Dery, 1998;Leary, 1996). Según Dery, «en la cibercul-tura el cuerpo es una membrana permea-ble cuya integridad es violada y su santi-dad amenazada por rodillas de aleaciónde titanio, brazos microeléctricos, huesosy venas sintéticos, prótesis de senos y depene, implantes cocleares y caderas artifi-ciales» (1998, p. 254). Para estos autoresel cuerpo es una especie de vestigioarqueológico, prueba de la existencia deuna antigua humanidad (que podríamoscalificarla de civilización asentada en locorporal), que busca pasar a un nuevo

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(14) Algunos de los cantantes que han realizado cambios corporales a través de operacionesde cirugía estética han sido Cher, Madonna, Michael Jackson, etc.

(15) Association Française des Victimes de la Cirurgie Esthetique. Algunos datos que se pre-senten en el trabajo MOSCANA y otros (2002) cifran que el 1998 hubo 43.000 mujeres que se ope-raron y que en los últimos 15 años ha habido, en el mundo, 118 muertos debidos a la cirugíaestética. Los autores apuntan que el número de muertes por estas causas podría ser mucho máselevado, porque las causas de fallecimiento de determinadas mujeres que habían sido implanta-das son aún poco claras.

estadio en el que la mente se ha liberadode los límites corporales.

A partir de estos planteamientosentendemos que se ha retornado almodelo antropológico dualista, aunqueen la era de Internet se trata de un «dua-lismo virtual». Esta antropología dualistavirtual es defendida por el especialista enrobótica Moravec: «dans l’état actuel deschoses nous sommes d’infortunés hybri-des, mi-biologiques mi-culturels: beau-coup des traits naturels ne correspondentpas aux investions de notre esprit» (1992,p. 11). Para ello, el cuerpo arruina la tareadel nuestro espíritu aferrándose estricta-mente al pensamiento cartesiano16.

Pero todos estos discursos, que nospueden parecer extraños y con un ciertoaire de pronóstico futuristas, tienen enestos momentos aplicaciones y realidadesmuy definidas. Éstas van desde todas lasopciones reales de los usos que ofreceInternet, hasta la nueva dimensión de loscuerpos diferentes en el ciberespacio. ParaLe Breton la nueva perspectiva de loscuerpos en el ciberespacio es muy impor-tante porque «la suppression du corpsfavorise les contacts avec nombreux inter-locuteurs» (2001). Esta «supresión» virtualdel cuerpo posibilita, ya en estos momen-tos, que algunas personas con discapaci-dad puedan «navegar» por la red sin topar-se con barreras arquitectónicas, culturalesy/o sociales que les priven de ser conside-rados sujetos de pleno derecho17.

En el espacio virtual se han borradolos rostros, el estado de salud, la edad, elsexo, la configuración física, etc. Sobreeste tema Yehya propone que «también

un individuo deforme podría aceptar laoportunidad de abandonar su maltrechocuerpo para que su mente pudiera sertrasladada a una base de datos« (2001, p.18). Los internautas se encuentran en unasituación de igualdad delante de todosaquellos que pululan por el ciberespacio.

Por otra parte, el espacio virtual ofre-ce una nueva dimensión que interesaespecialmente a los jóvenes: la ciberse-xualidad. Velena propone que el ciberse-xo es una especie de psicoanálisis alterna-tivo donde todos los usuarios pueden«desnudarse» de sus máscaras, de suscorazas, sin que nadie se ría de nadie(1995, p. 149). El miedo al contagio a tra-vés del cuerpo (el SIDA como principaltemor) ayudan a desarrollar una dimen-sión bastante significativa de la ciberse-xualidad.

PEDAGOGÍA DEL CUERPO SIMBÓLICO

Hasta aquí hemos visto cuál es el papelque juega el cuerpo en la vida de los jóve-nes y cómo éste se ha ido construyendo yabriendo nuevos caminos más allá de lamodernidad. En la última parte de esteartículo, proponemos un primer plantea-miento para la elaboración de lo quehemos denominado pedagogía del cuer-po simbólico. Hablar de pedagogía delcuerpo simbólico es hablar de una peda-gogía substancialmente diferente a la queestudia Foucault en su libro Vigilar y cas-tigar cuando se refiere a un poder quemide, califica, jerarquiza y aprecia loscuerpos de los educandos18. Estos cuer-pos descritos por Foucault eran cuerpos

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(16) Es importante notar el parecido entre la afirmación de Moravec y la sentencia dePlatón: «el cuerpo arruina el espíritu» dirá del primero; «el cuerpo es una prisión para el alma»dirá el segundo.

(17) En estos momentos existen programas que facilitan la navegación a personas conceguera o con baja visión. Igualmente cada vez aumentan las interficies para que las personascon discapacidad física puedan accionar las nuevas tecnologías que dan acceso a la red virtual.

anulados o tutelados y ahora los cuerpostienen la posibilidad de decir, de subjeti-var su realidad; de pasar, en definitiva desu estado físico a su estado simbólico.

A menudo el papel que ha jugado elcuerpo en los discursos pedagógicos hasido el de «cuerpo educado», un cuerpoque estaba regularizado y controlado; uncuerpo a menudo molesto a ojos de deter-minados modelos pedagógicos, al cual nose le ha permitido actuar autónomamente.Desde esta nueva dimensión que el cuerponos ofrece creemos que es necesariohablar de «educar desde el cuerpo». Unatarea que en palabras de McLaren se con-vierte en un «imperativo que, como educa-dores en la era posmoderna, empecemos aexaminar aspectos como la feminización yla masculinización del cuerpo y la cosifica-ción del cuerpo político» (1997, p. 100). Elimperativo pasa también por partir de laperspectiva holística del educando en lacual la mente no esté separada del cuerpo,sino que ambas se interrelacionan, ydonde es necesario pensar en la educaciónsimbólica del cuerpo.

Es necesario buscar formas de educar ala persona desde el cuerpo para que esta«comunique» lo que sea vital par ella, tam-bién a través de su cuerpo. Ya no se trata,tal y como propone Quenzer, de discipli-nar o corpo, por meio de um trabalhoexaustivo tornando-o forte e saudável,mas disciplinar o individuo em sua totali-dade (1997); se trata, más bien, de repen-sar que pedagogía corporal existe y cuál esel papel del cuerpo en esta praxis. Paranosotros, la pedagogía ha de posibilitarinstalar en los cuerpos metáforas liberado-

ras, para poder restituir un espacio dema-siadas veces silenciado y negado desde losdiscursos pedagógicos. Sobre esta idea queplanteamos, Fullat afirma que «es necesa-rio educar la conciencia corporal o cuerpo-propio, en el sentido de avivarla y alimen-tarla, y no en el sentido de manufacturarlao confeccionarla» (1989, p. 164).

Nos encontramos en un cruce decaminos en el cual se entrecruzan unapedagogía del cuerpo físico y una peda-gogía del cuerpo simbólico. No se tratatampoco de abandonar la pedagogía delcuerpo físico (Körper), sino más bien dedar cobijo a la pedagogía del cuerpo sim-bólico (Leib) que hasta el momento seencontraba, mayoritariamente, en estadode latencia. Es evidente que en las relacio-nes pedagógicas el cuerpo es el quemedia el encuentro, el que permite lasrelaciones sociales reales. Estas relacioneses concretan a partir de lo que denomina-mos «encarnación del cuerpo del indivi-duo» en su cultura. Tomar cuerpo en sucultura implica «ser educado corporal-mente en la cultura» y esta educación enla cultura pasa porque el cuerpo desarro-lle la dimensión simbólica, tal y como lohace el lenguaje. Desde esta perspectiva,podemos afirmar que las personas noaprendemos solamente a través del inte-lecto sino que lo hacemos también a tra-vés de todo el cuerpo19. La finalidad últi-ma de la pedagogía simbólica del cuerpoes permitir a los educandos «estar bien ensu cuerpo» y poder aportar su perspectivaen esta «construcción social del cuerpo».

La pedagogía del cuerpo simbólico hade permitir relativizar algunas de las prác-

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(18) Foucault dice sobre los usos del cuerpo: «En el buen empleo del cuerpo, que permiteun buen empleo del cuerpo, nada debe permanecer ocioso o inútil (...). Hay que tener el cuer-po derecho, un poco vuelto y libre del lado izquierdo, y un tanto inclinado hacia adelante»(1976, p. 156).

(19) Seguimos el planteamiento de las inteligencias múltiples de H. Gardner, entre las cua-les se encuentra la corporal-kinestésica. Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica.Barcelona, Paidós, 1995.

ticas corporales, especialmente aquellasque tienen efectos más negativos y noci-vos sobre el cuerpo, ya que los sujetosque han sido educados desde su cuerpopueden tener muchos más elementospara aceptar o rechazar su corporalidad20.El cuerpo ha pasado de un estado denegación total a un estado de exaltación yde casi idolatría. El uso de la cirugía esté-tica, las inscripciones y las perforaciones,y la nueva vivencia del cuerpo en el espa-cio virtual han sido los elementos de aná-lisis que hemos utilizado para recorrer losdiferentes puntos de nuestra propuesta.

Al hilo de lo dicho, es necesarioseguir pensando el papel del cuerpo en lasociedad y cómo ésta construye diferen-tes modelos corporales, especialmentepara ofrecer la posibilidad de concreciónde lo que hemos denominado pedagogíadel cuerpo simbólico. Un cuerpo simbóli-co que ha de tener la posibilidad de decir,de comunicar, de subjetivar, pero que noha de pasar necesariamente por prácticascorporales o negaciones corporales quepuedan representar vivencias dolorosasdel cuerpo. La pedagogía tiene un retoimportante: reflexionar sobre cómo edu-car no solamente a partir de los valores, elintelecto y el cuerpo físico, sino tambiéncómo debe hacerlo de forma conjuntapara formar a la persona globalmente.

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(20) Entre otras, la resistencia a la alimentación que desemboca en patologías alimentarias,los abusos de las perforaciones e inscripciones corporales (que han hecho resurgir asociacionesde padres de hijos que presenten ciertas patologías mentales por abuso de estas prácticas), elriesgo que representa pasar por un quirófano para hacerse una operación de cirugía estética,etc.

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