PC2 Taller de comunicación y estilo

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Tokyo, Harajuku, de Julia Fullerton-Batten, 2013 Requisitos 1. En su texto, deberán incluir, obligatoriamente y como mínimo, lo siguiente: - Dos circunstanciales antepuestos o pospuestos -Dos predicativos antepuestos o pospuestos -Un uso del punto y coma (ustedes elijan cuál) - Dos usos diferentes de los dos puntos (ustedes elijan qué usos) - Un uso del paréntesis Los demás usos son libres. Pero recuerden lo siguiente: su lector necesita un texto que fluya. Los signos de puntuación trabajados permiten, precisamente, una construcción eficaz del documento. Es decir, todo su texto debe hacer uso de patrones oracionales, según las necesidades expresivas de sus párrafos.

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Tokyo, Harajuku, de Julia Fullerton-Batten, 2013Requisitos

1. En su texto, deberán incluir, obligatoriamente y como mínimo, lo siguiente:- Dos circunstanciales antepuestos o pospuestos-Dos predicativos antepuestos o pospuestos-Un uso del punto y coma (ustedes elijan cuál)- Dos usos diferentes de los dos puntos (ustedes elijan qué usos)- Un uso del paréntesis Los demás usos son libres. Pero recuerden lo siguiente: su lector necesita un texto que fluya. Los signos de puntuación trabajados permiten, precisamente, una construcción eficaz del documento. Es decir, todo su texto debe hacer uso de patrones oracionales, según las necesidades expresivas de sus párrafos.

Texto: Una noche bajo la lluvia de Tokio

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La fotografía fue capturada en un ambiente urbano (quizás un paradero o una estación del metro) de la ciudad asiática más moderna: Tokio. Al fondo, tres máquinas dispensadoras, dos anaranjadas y una blanca, llenan el espacio y, al mismo tiempo, lo iluminan. Abastecida de botellas de distintas marcas y colores, una de las máquinas alumbra el tétrico lugar. Esta, por su resaltante publicidad e inusual apariencia, llama la atención de cualquier transeúnte. La máquina blanca, por el contrario, no exhibe ningún tipo de propaganda; solo está protegida por un pequeño toldo naranja. Al extremo izquierdo, se logra apreciar parte de una máquina dispensadora negra (posiblemente, de café). Brillante por la humedad, el piso negro de la calle deja a la vista los resultados de una intensa llovizna. Una figura circular de color beige —destacándose en medio del sombrío y monótono pavimento— parece dirigir el agua hacia el alcantarillado de la ciudad. Cerca del supuesto sumidero, un reluciente tubo de metal atado a una cadena cumple una función poco precisa: aparentemente debe unirse a otro. El mal estado de las paredes del lugar evidencia los vestigios de las frecuentes lluvias; en la más amplia, se encuentra una instalación de tres tuberías descuidadas de diferentes tamaños y un aparente conducto de ventilación de un color amarillo desgastado. En el extremo superior derecho, una escalera de emergencia esconde, entre sus estribos de fierro, un indescriptible graffiti rojo. A su costado, una puerta de vidrio pavonado con un contorno de metal conduce, al parecer, a la entrada de un establecimiento.

En un primer plano, una esbelta mujer se adueña de la fotografía. Ella, probablemente agotada luego de una jornada laboral, trata de escapar del aguacero de la capital japonesa. Para refugiarse del gélido clima, viste prendas invernales en tonalidades cenicientas: un abrigo gris y una bufanda oscura. Los pantalones negros, ceñidos a sus delgadas piernas, completan su sobrio estilo. Esta recatada combinación de prendas deja al descubierto a una joven tímida, aunque segura de sí misma. Con elegancia y cierta gracia, sostiene con su mano izquierda un húmedo paraguas: la constante lluvia lo empapó. En la misma mano, luce un gran anillo rojo, similar a una rosa; esconde su mano derecha en el bolsillo para protegerla del frío; y, con su antebrazo izquierdo, sujeta un bolso rojo y gris con estampado primaveral. Este, haciendo contraste con el resto de su vestuario, pide a gritos el regreso de tan anhelada estación. A pesar de la humedad, el lacio cabello de la joven permanece intacto y, dejando caer un cerquillo por su frente, realza sus finas facciones. Completamente turquesa, este peinado —curioso y estrafalario— revela su preferencia por lo extravagante. La perfección de su pálido rostro, apenas maquillado, destaca ante la uniformidad de su vestimenta. Con la mirada fija a un costado, la protagonista de la imagen se muestra pensativa: solo espera que la lluvia deje de caer.