Paula Cohen

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1 Trabajo de Investigación La empresa, el capital social y el capital humano bajo contratos incompletos Paula Andrea Cohen Director: Miguel Ángel García Cestona Setiembre, 2006 Resumen En este trabajo se presenta una recopilación sobre la evolución de lo que es una empresa, sus límites y cómo la propiedad sobre los activos físicos ha sido utilizada como un elemento clave para resolver los problemas de coordinación y motivación entre los actores. La propiedad sobre los activos físicos ha sido utilizada como un mecanismo para resolver estos problemas. Si bien, el hecho de tener la propiedad sobre los activos físicos como una forma de ejercer poder ha prevalecido durante el tiempo, se presenta ahora una nueva tendencia en la que algunas empresas están modificando sus estructuras jerárquicas reconvirtiendo la estructura vertical a la estructura horizontal. En más escenarios el activo humano se está considerando como el recurso principal de la empresa y con estos nuevos escenarios surgen nuevos cuestionamientos sobre la propiedad, los límites de la empresa y sobre la relación entre propietarios y empleados. En concreto, nos preguntamos cuándo es necesario que los accionistas estén dispuestos a entregar poder a los empleados con el objeto de que éstos realicen inversiones óptimas implicando que esta entrega de poder reduzca los beneficios atribuibles a los accionistas. Para intentar dar una respuesta a esta pregunta, se presenta un modelo básico de inversiones en el que se ha incluido una inversión conjunta en capital social realizada por los empleados. La conclusión y el aporte de este trabajo es que, sin la existencia del capital social, el modelo de inversiones básico determina que sólo se debe dar poder al trabajador en el caso que su inversión sea específica. Sin embargo, el hecho de que se invierta en capital social en esta propuesta hace que se le deba dar poder no sólo al trabajador que invierte en capital humano específico sino también al trabajador que invierte en capital humano general. Dependiendo de la relevancia que los accionistas le den al trabajador cuya inversión en capital humano es general, podrán utilizar la entrega de poder como medio de incentivo para retener al mismo. Si bien un trabajador puede realizar inversión en capital humano general puede ser conveniente entregarle poder para que invierta en capital social y esto le genere una creación de mayor capital humano a las partes, un aumento de productividad individual y un aumento de productividad total y riqueza.

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Trabajo de Investigación

La empresa, el capital social y el capital humano bajo contratos incompletos

Paula Andrea Cohen Director: Miguel Ángel García Cestona Setiembre, 2006

Resumen En este trabajo se presenta una recopilación sobre la evolución de lo que es una empresa,

sus límites y cómo la propiedad sobre los activos físicos ha sido utilizada como un elemento

clave para resolver los problemas de coordinación y motivación entre los actores. La

propiedad sobre los activos físicos ha sido utilizada como un mecanismo para resolver estos

problemas. Si bien, el hecho de tener la propiedad sobre los activos físicos como una forma

de ejercer poder ha prevalecido durante el tiempo, se presenta ahora una nueva tendencia

en la que algunas empresas están modificando sus estructuras jerárquicas reconvirtiendo la

estructura vertical a la estructura horizontal. En más escenarios el activo humano se está

considerando como el recurso principal de la empresa y con estos nuevos escenarios surgen

nuevos cuestionamientos sobre la propiedad, los límites de la empresa y sobre la relación

entre propietarios y empleados. En concreto, nos preguntamos cuándo es necesario que los

accionistas estén dispuestos a entregar poder a los empleados con el objeto de que éstos

realicen inversiones óptimas implicando que esta entrega de poder reduzca los beneficios

atribuibles a los accionistas. Para intentar dar una respuesta a esta pregunta, se presenta un

modelo básico de inversiones en el que se ha incluido una inversión conjunta en capital

social realizada por los empleados. La conclusión y el aporte de este trabajo es que, sin la

existencia del capital social, el modelo de inversiones básico determina que sólo se debe dar

poder al trabajador en el caso que su inversión sea específica. Sin embargo, el hecho de que

se invierta en capital social en esta propuesta hace que se le deba dar poder no sólo al

trabajador que invierte en capital humano específico sino también al trabajador que invierte

en capital humano general. Dependiendo de la relevancia que los accionistas le den al

trabajador cuya inversión en capital humano es general, podrán utilizar la entrega de poder

como medio de incentivo para retener al mismo. Si bien un trabajador puede realizar

inversión en capital humano general puede ser conveniente entregarle poder para que

invierta en capital social y esto le genere una creación de mayor capital humano a las partes,

un aumento de productividad individual y un aumento de productividad total y riqueza.

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Introducción

En un contexto donde el capital humano parece adquirir una importancia creciente, ¿tiene

sentido que sigamos definiendo la propiedad de la empresa en términos del acceso o control

que tienen los participantes sobre los activos físicos? ¿Podemos incorporar nuevas formas

de propiedad basadas en el capital humano? ¿No sería razonable observar que los que

aportan este activo de importancia creciente jueguen también un mayor papel en el control y

toma de decisiones de la empresa?

En este trabajo se realiza en un primer apartado una breve recopilación sobre el estudio de

las empresas, cuáles son los límites de las mismas y cómo la propiedad sobre los activos

físicos ha sido un elemento clave que ha permitido avanzar en el conocimiento de las

organizaciones y entender mejor como resolver los problemas de coordinación y motivación

existente entre los participantes. El primer investigador que claramente tuvo incidencia en la

literatura fue Coase (1937), quien entendió a la empresa como una forma de autoridad o

poder. Más tarde, aparecieron los primeros trabajos de Williamson (1975), quien popularizó

el concepto de costos de transacción. Dentro de la misma década, surgen Alchian y Demsetz

(1972) argumentando que cualquier presencia de autoridad es ilusoria y brindan una

segunda definición de empresa a la cual consideraron como un nexo de contratos.

Posteriormente, Grossman y Hart (1986), basándose en los trabajos de Williamson,

elaboraron la primera teoría sobre contratos incompletos y expusieron una nueva forma de

ver la empresa en la que la definieron como una colección de activos físicos conjuntamente

poseídos. Estos autores junto con Moore (1990) desarrollaron la teoría de contratos

incompletos y de los derechos de propiedad. En concreto, explicaron que la propiedad es

importante debido a que determina los derechos a tomar decisiones sobre todos los aspectos

contingentes que no se encuentran explicitados en el contrato (Zingales, 1997). Es decir,

determinan los derechos residuales que les otorga tener la propiedad de los activos fijos. Es

importante destacar que en este contexto de información asimétrica, la propiedad legal no

siempre coincide con la propiedad real, tal y como la hemos definido, ya que contar con la

información puede determinar la toma de decisiones. Ejemplo de esto último es el trabajo

realizado por Tirole y Aghion (1997) en el cual distinguen entre autoridad real y autoridad

formal. La autoridad formal es la definida por Grossman y Hart (1986) y Hart y Moore (1990)

en la cual la propiedad sobre los activos otorga el poder para tomar decisiones sobre el uso

de estos activos. Sin embargo, esta autoridad formal no confiere autoridad real ya que esta

implica un control efectivo sobre las decisiones de los poseedores de los activos. Por ejemplo

los socios accionistas tienen poco poder sobre la junta de directivos. La clave de esta

diferencia radica en la presencia de información asimétrica. Estos autores formalizan este

trabajo a través de un modelo en el cual presentan el trade off generado por la delegación de

autoridad formal del principal a los subordinados. Concluyen que la delegación de autoridad

formal se intenta realizar sobre decisiones que no son de gran importancia para el principal y

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sobre las cuales el principal puede confiar en el agente, quien considera importante estas

decisiones.

En definitiva, los diversos autores han utilizado la propiedad para definir los límites de la

empresa y han ofrecido diversas soluciones para resolver los problemas de coordinación y

motivación. Se ha considerado a la propiedad sobre los activos físicos como un mecanismo

para incentivar al agente a realizar el esfuerzo óptimo o la inversión óptima dado que la

inversión que realiza el agente o el trabajador en capital humano es inherente a él, es decir la

inversión en capital humano que realiza el agente es propiedad del trabajador y no puede ser

expropiada por el accionista. El accionista no posee propiedad sobre esta inversión pero sí

puede ejercer poder sobre los mismos a través de la posesión de los activos físicos.

Sin embargo, desde hace unos años observamos una tendencia interesante, en la que los

activos físicos han perdido exclusividad y el activo humano ha tomado preponderancia,

comenzando a considerarlo, en numerosos contextos, como el activo más importante de la

empresa. Dentro de esta nueva tendencia surgen nuevos interrogantes sobre los límites de la

empresa y cómo incentivar al capital humano ya que éste es inherente a los distintos tipos de

trabajadores. Algunos autores, como Rajan y Zingales (1998), postulan el hecho de que se

debe incentivar a los trabajadores a realizar inversiones específicas a la empresa. Cuando se

refieren a inversiones específicas a la empresa no se refieren a especificidad tecnológica

sino a inversiones respecto a las necesidades idiosincrásicas específicas de la empresa1. De

esta manera, los trabajadores tendrán menores incentivos a retirarse de la misma y, al

mismo tiempo, habrá que buscar los mecanismos que les permitan una mayor participación

sobre los beneficios futuros, facilitando de esta manera que decidan realizar dichas

inversiones.

En la segunda parte de este trabajo se presenta un modelo básico de inversiones en el que

se ha incluido la inversión en capital social realizada conjuntamente por los empleados. Se

ha incluido el capital social definiéndolo como un factor de producción que es

complementario al capital humano. El capital social, que es un concepto clave en este

análisis, es la inversión social del capital humano y surge debido a que cuando las personas

interactúan entre ellas se crean redes sociales de intercambios de confianza, obligaciones,

expectativas, conocimiento, información y sanciones. Estas interrelaciones pueden generar

un aumento en la productividad individual y total de la empresa que debemos estudiar ya que

puede ayudarnos a entender mejor las nuevas organizaciones.

1 Por ejemplo un proveedor puede invertir de manera tal que su software se pueda comunicar con la computadora que procesa las órdenes de pedidos especiales de la empresa (Rajan y Zingales, 1998).

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El objetivo y motivación del trabajo, por tanto, ha sido incluir esta nueva inversión que es el

capital social y determinar a continuación, si el hecho de entregarle poder a los trabajadores

dentro de estos escenarios en que el activo humano es el recurso más importante de la

empresa, sirve como un mecanismo para incentivarlos a que inviertan de manera óptima.

Dado que el capital social es un elemento relevante en la generación de capital humano, el

poder motivar este tipo de inversión tiende a favorecer la acumulación de más capital

humano. La conclusión y el aporte de este trabajo es que sin la existencia del capital social

el modelo de inversiones básico determina que sólo se debe dar poder al trabajador en el

caso que su inversión sea específica. Sin embargo, en esta nueva propuesta el hecho de que

se invierta en capital social y dependiendo de la relevancia que los accionistas le den al

mismo como medio de incentivo para retener al trabajador, es que, si bien un trabajador

puede realizar inversión en capital humano general puede ser conveniente entregarle poder

para que invierta en capital social y esto le genere una creación de mayor capital humano a

las partes, un aumento de productividad individual y un aumento de productividad total. Es

decir, el hecho de incentivar la inversión en capital social puede ser utilizado como una forma

indirecta de incentivar a invertir más en capital humano ya que el hecho de entregarle poder

para que participe de los beneficios futuros funciona como un mecanismo de incentivo.

El resto del artículo se divide en varias secciones. En la primera sección se realiza una breve

revisión de la literatura que nos ayude a entender mejor cómo ha ido evolucionando el

concepto de lo que es una organización y sus límites a través de la historia y entender mejor

cómo se ha utilizado la propiedad para resolver los problemas de coordinación y motivación y

la definición de los límites de la empresa. Esta sección se encuentra, a su vez, subdividida en

tres partes: la primera referida a los principios de la teoría de la empresa y una segunda a las

nuevas tendencias sobre la teoría de la empresa. Si bien en los últimos años estos aspectos

se superponen hemos optado por separarlos de manera que clarifique la exposición. La

tercera parte es una recopilación de la literatura económica sobre capital social.

En la segunda sección se presenta el modelo de inversiones básico con los principales

resultados que se derivan del mismo. Las conclusiones del trabajo y las limitaciones del

trabajo cierran el trabajo.

1. Revisión de la literatura 1.1 Principios de la teoría de la empresa

El estudio sobre cómo definir una empresa y cuáles son sus límites ha sido uno de los

objetos de estudio para los economistas a través de los años. La literatura económica se ha

preocupado en intentar dar respuesta a los problemas de coordinación y motivación entre los

agentes intentando definir los límites de la organización.

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La primera aproximación sobre la teoría de la empresa surgió con la teoría neoclásica en la

que se entendía a la empresa en términos tecnológicos. Sin embargo, esta teoría presentaba

fuertes debilidades, no consideraba los incentivos dentro de la misma, no hacía referencia a

la estructura interna y no establecía los límites de la empresa (Hart, 1995). Dichas

debilidades dieron lugar a nuevas teorías sobre la empresa las cuales hemos dividido en dos

categorías. La primera categoría hace referencia a la teoría de los derechos de propiedad y

la teoría de los contratos incompletos. La teoría de los derechos de propiedad se basa en

cómo la propiedad de los activos, y por lo tanto los límites de la empresa, motivan la

realización de inversiones específicas (Hart y Holmström, 2002) y la teoría de los contratos

incompletos supone que debido a que existen contingencias futuras que no pueden ser

contempladas, debido a la racionalidad limitada de los participantes, no se pueden realizar

contratos completos que contemplen todas las contingencias futuras. En la segunda

categoría se encuadran los modelos de la teoría de principal agente en la que se supone que

no existe una alineación de intereses entre el principal y el agente y donde, debido a la

existencia de asimetrías en la información, el principal debe compensar al agente para que

éste invierta de forma óptima. Esta teoría tomó relevancia a partir de los años 70 y el

desarrollo posterior de esta literatura se ha basado en la realización de extensiones del

modelo básico.

Dentro del enfoque de los derechos de propiedad y de los contratos incompletos, el primer

investigador en aportar una explicación sobre la existencia de las empresas fue Ronald

Coase en 1937. Este autor explicó que mediante la organización se pueden realizar

transacciones bajo determinadas circunstancias, a un menor costo que mediante el mercado,

ya que las organizaciones aminoran las fallas de mercado y cuentan con la ventaja de

realizar contratos de empleos como una forma de ahorrar costos de transacción. A su vez,

definió a la naturaleza de las empresas como el conjunto de transacciones que son

gobernadas a través de la autoridad o del poder (Rajan y Zingales, 2001). Junto con Simon

(1951), estos autores, identificaron como la naturaleza esencial de las empresas a la

autoridad que posee el empleador sobre los empleados y definieron como, límite de la

empresa, la cantidad de empleados que posee una empresa.

En la década de los años 70 el trabajo de Coase vuelve a tomar relevancia en el sentido de

que aparecen autores que discrepan con este autor y comienza a surgir esta división del

estudio de la empresa en las categorías mencionadas anteriormente. Alchian y Demsetz

(1972) y Jensen y Meckling (1976) discreparon con el concepto de Coase entendiendo que

cualquier apariencia de autoridad en una empresa es ilusoria. Para Alchian y Demsetz las

relaciones de autoridad asociadas con las relaciones de empleo no definen las

características de la empresa, más bien, asumen que una empresa es la asociación de los

dueños de los insumos y la definen como un nexo de contratos. Además, asumen que la

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empresa está caracterizada por su estatus legal a la que llaman tecnología de producción de

equipo, siendo estos autores, los primeros que exponen el problema de riesgo moral.

En la misma época aparecen los primeros trabajos de Oliver Williamson (1975) que retoma la

noción de costes de transacción de Coase y lo modifica, aduciendo que si bien Coase

reconoce la existencia de los costos de transacción, éstos no fueron correctamente

identificados. Es Williamson, quien, populariza el concepto de costos de transacción en la

literatura. Este autor, entiende por transacción la transferencia o intercambio que se produce

entre unidades tecnológicamente separables y por contrato al acuerdo voluntario sobre las

transacciones realizadas por las partes. Este nuevo concepto facilitó una nueva forma de

pensar sobre la definición de las organizaciones donde la atención fue desviada hacia las

transacciones y los contratos.

En función de este nuevo concepto los investigadores estudiaron las características de las

transacciones, las cuales siguen prevaleciendo en la actualidad. Se definen dos dimensiones

principales de las transacciones, la primera se refiere a la información y la segunda a la

naturaleza de los activos. La información puede ser completa o incompleta y, a su vez, puede

ser simétrica o asimétrica. La presencia de información asimétrica ha dado lugar a la

caracterización de diversos problemas dentro de la organización como problemas de

negociación, la selección adversa y el problema de riesgo moral. Respecto a la segunda

dimensión de la transacción que tiene que ver con la naturaleza de los activos, estos activos

pueden ser específicos o generales. Un activo es específico cuando su valor final depende

de la actividad en la que está involucrado y es general cuando su valor no depende de la

actividad.

Este escenario dio lugar también al nacimiento de la teoría clásica del Principal – Agente que

establece que no existe una alineación de intereses entre un principal que recibe los frutos

de las decisiones o acciones adoptadas por el agente que designa, y el agente, que es quien

adopta y sufraga la decisión o la acción, pero que sólo recibe a cambio una compensación

determinada por el principal. Los intereses de ambos pueden diferir y debido a esta falta de

alineación, los economistas han intentado encontrar diferentes formas de alinearlos mediante

la resolución de los problemas de cooperación y de motivación bajo información incompleta.

La presencia de información incompleta implica que no puedan realizarse contratos ex ante

que puedan hacerse cumplir ex post, por lo que la teoría se desarrolla en un marco de

contratos incompletos.

Los investigadores han ofrecido diversas soluciones para resolver estos problemas,

básicamente analizando la propiedad de los activos y el poder que posee el principal sobre

los activos y sobre los agentes. En concreto, se ha considerado a la propiedad sobre los

activos físicos como un mecanismo para incentivar al agente a realizar el esfuerzo óptimo o

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la inversión óptima dado que la inversión que realiza el agente o el trabajador en capital

humano es inherente a él, es decir la inversión en capital humano que realiza el agente es

propiedad del trabajador y no puede ser expropiada por el accionista. El principal no posee

propiedad sobre esta inversión pero si puede ejercer poder sobre los mismos a través de la

posesión de los activos físicos.

Williamson introdujo el concepto de oportunismo y la existencia de contratos incompletos

debido a la racionalidad limitada y la incertidumbre. Explicó que debido a los contratos

incompletos y la racionalidad limitada se deben realizar renegociaciones, pero si una de las

partes involucradas en el contrato ha realizado inversiones específicas se encuentra sujeto al

poder de la otra parte que puede obtener mayores cuasi rentas mediante la amenaza de

romper la relación. Este autor presenta como solución a este problema de oportunismo la

integración vertical, es decir que la propiedad de los activos deba ser de una de las partes.

En 1986 aparecen Grossman y Hart, quienes se basan en el trabajo de Williamson,

aduciendo que debido a la existencia de contratos incompletos, las partes que integran el

proceso de producción deberán negociar las situaciones que los contratos no contemplan. A

su vez, exponen que el dueño de los activos es quien posee el poder sobre ellos sin que ello

coincida siempre con la propiedad legal de los mismos. Para alcanzar esta conclusión

analizan el caso en que las inversiones son complementarias o sustitutas y que la propiedad

de los activos deberá distribuirse de acuerdo a estas características de las inversiones, sin

que, encuentren solución para los casos intermedios. Grossman y Hart realizan un gran

aporte al estudio de las organizaciones debido a que introducen una segunda definición de

organización. Estos autores junto con Moore (1990) desarrollaron la teoría de contratos

incompletos y de los derechos de propiedad. Consideraron a la organización como una

colección de activos físicos que son poseídos conjuntamente y explicaron que la propiedad

es importante debido a que determina los derechos a tomar decisiones sobre todos los

aspectos contingentes que no se encuentran explicitados en el contrato (Zingales, 1997). Es

decir, determinan los derechos residuales que les otorga tener la propiedad de los activos

fijos.

En 1999 Holmström trata a la empresa como una sub economía. En este artículo analiza los

límites de la organización y la propiedad como mecanismo de incentivos en un escenario de

tareas múltiples. En concreto, este autor, elabora un modelo de tareas múltiples y determina

a qué trabajador (existen dos trabajadores) debe asignársele la propiedad para que ambos

realicen el esfuerzo óptimo.

La propiedad se ha utilizado, por tanto, como un mecanismo para generar incentivos y se

han desarrollado diversas soluciones para crear los mecanismos necesarios para incentivar a

los trabajadores a alcanzar los objetivos perseguidos por los principales. Básicamente, lo que

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se ha estudiado es quien debe poseer la propiedad sobre los activos físicos, como una forma

de poder sobre los agentes para que realicen el esfuerzo óptimo o las inversiones óptimas.

Debemos insistir en que se ha considerado a la propiedad sobre los activos físicos como la

fuente de poder para incentivar al capital humano ya que éste último es propiedad del

trabajador y es inherente a él.

El investigador que define en un principio que el capital humano es inherente al trabajador ha

sido Becker (1964). Becker definió al capital humano como las habilidades naturales, la

inteligencia, las habilidades aprendidas mediante la educación formal y la experiencia

adquirida en el trabajo. También expuso la diferencia entre la inversión en capital humano

específico y general. Una inversión en capital humano es general cuando posee usos

alternativos. Por ejemplo un médico clínico puede trabajar en cualquier hospital. Por el

contrario, una inversión es específica cuando los usos alternativos son escasos y es

totalmente específica cuando no posee ningún uso alternativo. Un ejemplo de inversión en

capital humano específico es que el médico se especialice en biotecnología molecular, en

cuyo caso podrá ejercer su especialidad en determinados centros hospitalarios que incluyan

esta especialidad. En su libro, Becker, estudia los incentivos que posee el trabajador para

realizar inversiones en capital humano. En concreto, explica que cuando las inversiones que

realiza el trabajador son de naturaleza específica, el principal tiene menores incentivos a

despedirlo y posee mayores incentivos a financiarlo. A su vez, un trabajador que realiza

inversiones en capital humano específicas tiene menores incentivos a dejar la empresa.

Todos estos elementos han permitido que la propiedad sobre los activos físicos haya sido

utilizada como un mecanismo de incentivos y de determinación de los límites de las

empresas.

En resumen se observa cómo el concepto de lo que es una empresa ha ido evolucionando a

lo largo del tiempo. Partiendo de Coase que la presenta como una forma de autoridad o

poder hasta llegar a Grossman, Hart y Moore con su nueva forma de entender a la empresa

a la que definen como una colección de activos físicos conjuntamente poseídos. Todos los

autores nombrados hasta el momento y que han realizado sus aportes al estudio de la

empresa y del gobierno corporativo han asumido que la propiedad sobre los activos físicos

es lo que genera los derechos para tomar decisiones. Poseer la propiedad sobre los activos

físicos genera poder sobre la empresa y sobre los empleados que se especializan en el uso

de estos activos. Básicamente los límites de la empresa dependen del poder. La fuente de

poder es la propiedad de los activos físicos y la distribución del poder implica determinar

quién debe poseer los derechos residuales para impulsar y proteger las relaciones de

inversiones específicas que poseen escaso valor de salida bajo un escenario de contratos

incompletos

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Las diferentes teorías suponen que el principal invierte en capital físico mientras que el

trabajador lo hace en capital humano y que a partir de la propiedad de los activos se pueden

alinear los intereses del agente respecto a los intereses del principal, que busca la

maximización de sus beneficios. Sin embargo esta tendencia a pensar que la propiedad

sobre los activos físicos genera poder sobre el capital humano está siendo cuestionada

debido a los cambios que se están produciendo en el mundo consecuencia de una mayor

competitividad, innovación y globalización. Ejemplo de esto último es el creciente cambio

tecnológico que ha sufrido el sistema financiero generando una mayor facilidad al acceso del

crédito, por lo que algunos empleados o directivos pueden recurrir a financiamiento para

adquirir activos físicos y generar nuevas empresas que compitan con las empresas en las

que inicialmente trabajaban.

1.2 Nuevas tendencias en la teoría de la empresa Desde hace unos años se están produciendo cambios en la estructura corporativa de las

firmas. Las empresas norteamericanas junto con las empresas del resto del mundo están

considerando al capital humano como el recurso más importante de la organización. Esta

nueva tendencia implica revisar los límites de la empresa, debido a que por lo expuesto

anteriormente, el capital humano es inherente al trabajador.

En el escenario anterior, los límites de la empresa, se encontraban bien definidos al ser la

propiedad sobre los activos físicos los que otorgaban poder a los dueños de las empresas.

Sin embargo bajo este nuevo escenario el problema que surge es cómo lograr poder sobre el

capital humano ya que éste no es apropiable.

Rajan y Zingales (1998) señalan dos cambios importantes. Primero la importancia que está

adquiriendo el capital humano y segundo que las empresas están adoptando estructuras más

horizontales por lo que se está produciendo una tendencia declinante sobre la estructura

vertical. El hecho de que las empresas estén adoptando estructuras del tipo horizontal puede

radicar en dos causas (Rajan y Wulf, 2003). Primero la respuesta del medio ambiente a los

cambios tecnológicos donde la competencia requiere que los trabajadores posean mayor

autonomía para responder más rápidamente a estos cambios y segundo la creciente

importancia del capital humano, la cual, genera estructuras más horizontales cuando las

empresas no poseen exclusividad sobre los activos físicos. En concreto, Rajan y Zingales

reconocen tres causas que generan este cambio. La primera se debe a que las empresas

están requiriendo trabajadores más calificados, con habilidades más especializadas. La

segunda es el cambio tecnológico que se ha producido, especialmente en el sector

financiero, desarrollo tecnológico que ha incrementado la accesibilidad al financiamiento lo

que conlleva a que se pueden financiar más inversiones. La tercera causa es que los costos

de la comunicación se han reducido de forma dramática. Estos tres aspectos generan una

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mayor competitividad en los mercados requiriendo a las empresas innovación y calidad y

para conseguir ambas las empresas necesitan trabajadores talentosos.

En la época en que Coase realizó su investigación sobre la naturaleza de las empresas

estudió, entre otras organizaciones, a la General Motors. Esta empresa mantenía la

propiedad sobre los activos físicos que empleaba, los cuales resultaban muy difíciles de

imitar. En la actualidad, donde el acceso al financiamiento es más fácil, los trabajadores

talentosos pueden retirarse de la empresa en la que trabajan, solicitar financiación para

comprar los activos (físicos) necesarios, crear una nueva empresa y competir con su

empleador anterior en el mercado. No sólo son las grandes empresas americanas las que

sufren este proceso, las empresas japonesas también han experimentado dificultades en

este nuevo contexto, ya que si bien potenciaban el uso de información tácita entre sus

empleados o colaboradores, el hecho de que más detalles e informaciones puedan ser

digitalizadas y fácilmente transmitidas hace que pierdan parte de su ventaja competitiva en el

nuevo contexto.

Rajan y Wulf postulan que el capital humano ha cobrado especial relevancia debido a dos

causas: la primera es que el hecho de que la competencia se haya incrementado implica que

los activos fijos pierden exclusividad con lo que los empleados disfrutan, a su vez, de

mayores valores de salida. Así, la relación activo – empleado ha perdido especificidad. La

segunda causa es la innovación requerida debido a que la competencia genera cambios y es

necesario que los empleados posean mayor autonomía con el objeto de brindarles mayor

iniciativa y mayor capacidad de innovación en la creación de bienes y servicios (Rajan y

Wulf, 2003).

Para una mejor comprensión de la importancia sobre el capital humano se transcribe un

ejemplo de Rajan y Zingales (2000). Es el caso de la agencia publicitaria británica Saatchi y

Saatchi. En 1994 Maurice Saatchi, presidente de Saatchi y Saatchi, propuso un generoso

paquete accionario para él. Los directivos de los fondos financieros, quienes controlaban el

30 por ciento de las acciones, se enfadaron debido a que el stock de acciones tenía baja

rentabilidad desde hacía varios años y lo último que los directivos deseaban era

recompensar al presidente. Por lo tanto la propuesta fue rechazada. El rechazo de la

propuesta ocasionó la partida del presidente, quien rápidamente fue seguido por otros

ejecutivos claves de la corporación. Estos ejecutivos junto con los hermanos Saatchi

comenzaron otra empresa que competía con la que abandonaron. En un período corto de

tiempo capturaron las cuentas más importantes de la empresa Saatchi y Saatchi original. La

empresa original cambió de nombre por Cordiant y fue severamente dañada. El error de los

directivos fue considerar que el poder lo poseían por tener el 30 por ciento del paquete

accionario, es decir sobre el capital físico o financiero en este caso.

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Rajan y Zingales plantean como solución a este nuevo dilema sobre los límites de la

organización y sobre el poder sobre los activos humanos la creación de

complementariedades. En un sentido económico, complementariedad significa que dos

recursos generan mayor valor agregado juntos que separados. Es decir, debemos crear

situaciones en las cuales se creen complementariedades entre los empleados y los activos

cruciales para la empresa. Estos autores distinguen entre especificidad tecnológica, que es

generar especialización entre un activo y el empleado, y la especialización específica de la

empresa. Esta última significa “especializarse respecto a las necesidades idiosincrásicas de

la empresa” (Rajan y Zingales, 2000) y es a través de la especialización específica de la

empresa que se puede adquirir control sobre los activos humanos. Dado que bajo estas

circunstancias los empleados, al especializarse, perderían valores de salida se genera el

cuestionamiento de cómo incentivar a los empleados para que inviertan en inversiones

específicas de la empresa. Para solucionar esto, los autores utilizan el “acceso” como una

forma de incentivo diferente de la propiedad. El acceso implica que la empresa le otorgue

acceso privilegiado a la empresa o a sus activos cruciales generando, de esta manera

incentivos para que los empleados se especialicen y puedan participar de beneficios futuros.

La forma de que los empleados ganen control sobre los beneficios futuros dependerá del

grado de especialización en el que inviertan.

También contemplan Rajan y Zingales el tema de la propiedad como una manera de

incentivar a los empleados. Esto ocurre cuando unos pocos activos poseen propiedad

conjunta. Las empresas basadas en conocimiento representan el típico caso en el que se da

la situación de pocos activos y lo que estos autores plantean para este tipo de empresas es

utilizar stock options para los empleados. Estas stock options son una manera de dar poder a

los empleados y motivarlos a realizar inversiones específicas. A su vez, los empleados tienen

un grado de control debido a que sus futuros beneficios dependen de factores que ellos

controlan.

Esta tendencia a que el activo humano sea el factor más importante de la empresa ha

llevado a otros autores a estudiar sobre el tema debido al reconocimiento de lo que implica

perder el activo humano cuando las empresas no tienen exclusividad sobre los activos

físicos. Se ha establecido un creciente debate en la literatura sobre la participación de los

trabajadores dentro del gobierno corporativo. El tema central del debate es qué tipo de

estructura de gobierno debe adoptarse en contextos donde la importancia del capital humano

es mayor. Existen dos posturas contrapuestas que pueden ilustrarse, por un lado, por la

estructura corporativa del sistema alemán-japonés, en la cual los activos humanos tienen

mayor participación versus la estructura de la empresa anglosajona donde la participación

del activo humano es muy baja y el objetivo principal es la maximización de los beneficios de

los accionistas. Básicamente la discusión radica en determinar si el capital humano es tan

importante como para asignarle poder y participación en la toma de decisiones, de manera

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que esto permita alcanzar mayores beneficios. A la luz de este debate, Roberts y Van den

Steen (2000) estudian la importancia de la participación de los trabajadores en el gobierno

corporativo debido a que perciben que el capital humano está adquiriendo importancia en la

producción. Esto último lo exponen reflejando que los CEOS líderes reportan, en mayor

medida, una gran dedicación de su tiempo a la dirección de los recursos humanos y que lo

consideran, a su vez, como la responsabilidad más importante de sus trabajos. En concreto,

citan como ejemplo de estos casos a los CEOS de Citigroup y de Nokia. Para analizar la

importancia de la participación del capital humano en el gobierno corporativo, estos autores,

desarrollan un modelo en el que asumen dos agentes: un accionista y un empleado que

realiza inversiones en capital humano específicas a la empresa con el objeto de que los

accionistas alcancen su objetivo, que es la maximización de beneficios. Consideran tres

formas de conceder poder a los empleados: la primera es otorgar a los empleados el derecho

a reclamar parte de los beneficios de la empresa.; la segunda es conceder poder de

negociación a los empleados con el objeto de negociar ex post los beneficios de la empresa

y, finalmente, la tercera consiste en dar a los empleados peso respecto a sus intereses

mediante la participación en la junta de directivos. La conclusión a la que arriban estos

autores es interesante ya que, para que los socios capitalistas alcancen sus objetivos, es

necesario ceder a los empleados un papel dentro del gobierno corporativo, con el objeto de

motivar sus inversiones en capital humano específicas a la empresa. Sin embargo estos

autores sólo consideran que se les debe dar poder a los empleados que realizan inversiones

en capital humano específico considerando que a los empleados que realizan inversiones en

capital humano general no se les debe asignar poder ya que suponen que el mercado les

ofrece protección a sus inversiones debido a que poseen valores de salida si la negociación

se quiebra. Este punto es interesante debido a que, en nuestro trabajo, analizamos el efecto

que posee sobre los incentivos de los empleados a invertir en forma óptima, el hecho que los

mismos reciban poder de negociación. Sin embargo, a diferencia de estos autores, incluimos

los dos tipos de empleados, tanto el que realiza inversiones en capital humano específicas

como generales.

Las conclusiones a que arriban los investigadores mencionados en esta sección parecen

demostrar que el activo humano ha tomado relevancia y que las empresas están

comenzando a plantearse este cambio. De hecho, algunas están cambiando sus jerarquías

verticales a estructuras del tipo horizontal para poder mejorar los canales de información y

comunicación. Además, se está considerando la alternativa de que los trabajadores

participen en el gobierno corporativo frente a la creciente competitividad e innovación

requeridas en el mercado. En el trabajo de Rajan y Wulf, citado anteriormente, que se basa

en un estudio empírico de datos de panel para 300 empresas de Estados Unidos se observa

la reconversión de la estructura vertical a la estructura horizontal. Los autores concluyen que

el control de los CEOS se está incrementando mientras que los niveles jerárquicos que

separan a los managers de los CEOS están decreciendo. A medida que las empresas se

Page 13: Paula Cohen

13

vuelven más horizontales, los salarios y bonos entre las jerarquías son mayores y los

incentivos de largo plazo se distribuyen a través de la empresa

Para enfrentarse a esta nueva exigencia de innovación y competencia es necesario que las

empresas busquen la forma de retener e incentivar a los empleados que poseen talentos y

habilidades para innovar y competir. Una de las alternativas que hemos mencionado sería

crear complementariedades, accesos y entrega de poder para lograr incentivar a los

empleados a permanecer en la empresa y que lleven a cabo inversiones que se especialicen

en las necesidades idiosincrásicas de la empresa.

Por todo ello, y dada esta nueva tendencia, hemos planteado la posibilidad de estudiar la

importancia de la inversión en capital humano dentro de la empresa. En concreto, la pregunta

de investigación surge a partir de un artículo de Vicente Salas (2006) en el cual una de las

preguntas de investigación recoge una preocupación ya formulada por Roberts y Van den

Steen y que motiva nuestro análisis: entender bajo qué circunstancias los accionistas

principales de la empresa están dispuestos a entregar poder a los empleados para que estos

últimos se vean motivados a realizar inversiones óptimas. La diferencia que planteamos

respecto a estos dos artículos es que aparte de las inversiones en capital físico y capital

humano, introducimos dos tipos de trabajadores y la realización de una inversión conjunta

que llevan a cabo las partes a la que hemos llamado capital social. La idea ha sido incluir dos

tipos de trabajadores diferentes, un manager y un trabajador en la que se supone que la

inversión en capital humano del manager es más específica que la del trabajador, debido a

que se espera que el manager posea un mayor background que el trabajador. Si bien el

modelo original supone que en caso de entregar poder a algún trabajador, éste debería ser

atribuido al que posea inversiones en capital humano de carácter específico, la idea es

observar si el hecho de incluir el capital social hace que estas conclusiones sigan

prevaleciendo o que, por el contrario, haya que asignarle poder al trabajador que posee

inversiones en capital humano del tipo general debido a la complementariedad existente

entre el capital social y el capital humano. Por lo tanto, esta inclusión nos lleva a

preguntarnos: ¿puede afectar (esta inclusión) la decisión del socio capitalista respecto a

quién se le debe entregar poder?, ¿es necesario entregar poder?, ¿hasta qué punto?

Esta inversión conjunta que realizan las partes y que es un elemento importante en nuestro

análisis la hemos definido como capital social. A continuación exponemos la motivación y la

explicación de por qué hemos utilizado este término para la inversión conjunta

1.3 Capital Social

Como expusimos en el apartado anterior la motivación para realizar este estudio surge a

partir de la tendencia de que el capital humano ha tomado preponderancia respecto al capital

Page 14: Paula Cohen

14

físico y que existen interrelaciones entre las partes que generan un crecimiento en la

productividad individual y un aumento en la productividad total. Las partes hacen una

inversión conjunta para obtener una mayor productividad y la propiedad, en el sentido que las

partes pueden atribuirse parte de los beneficios que genera la inversión en capital social, es

compartida por las partes. Es a esta inversión conjunta a la que hemos denominado capital

social.

El capital social es un tema que se ha estudiado en la economía adquiriendo importancia a

partir de los años 80. Este tema ha sido tratado tanto por lo sociólogos como por los

economistas y se ha utilizado de diversas maneras en la literatura. Si bien es un concepto

que ha sido exhaustivamente estudiado carece de una definición única, sin embargo sus

diferentes acepciones se encuentran aceptadas mayoritariamente. Existen varias formas de

capital social y dependiendo de cómo se lo defina se lo ha utilizado para explicar un inmenso

rango de fenómenos que abarcan desde la participación política hasta el desempeño

institucional dentro de la investigación de las ciencias sociales (Sabatini, 2006).

El concepto de capital social ha comenzado a tener popularidad a partir de Bourdieu (1980,

1986), Coleman (1988, 1990) y Putnam (1993,1995). En 1980 Bourdieu define al capital

social como “la suma de recursos, actuales o virtuales, que acumula un individuo o un grupo

de individuos en virtud de poseer una red de trabajo de relaciones institucionales de

conocimiento y reconocimiento mutuo que dure en el tiempo”. Este autor puso énfasis en los

conflictos de clases: las relaciones sociales son utilizadas con el objeto de incrementar la

habilidad de un actor para alcanzar sus intereses y el capital social se convierte en un

recurso de los enfrentamientos sociales. El capital social posee dos componentes: el primero

es que es un recurso poseído por un agente dado, el cual, depende de las conexiones de las

redes que efectivamente puede movilizar (Bourdieu, 1986) y segundo es la calidad producida

por la totalidad de las relaciones entre actores y no la “calidad” del grupo (Bourdieu, 1980).

A finales de los años 80 Coleman enfatiza el concepto de Bourdieu y define al capital social

cómo un recurso productivo. Coleman comienza su exposición criticando a la rama

sociológica y económica y dice que debe existir un amalgamiento entre estas dos líneas.

Expone que si se toma la teoría de acciones racionales en donde los actores poseen cierto

control sobre ciertos recursos y, a su vez, poseen interés sobre determinados eventos

entonces el capital social constituye una especie de recurso al alcance del actor. El capital

social está definido por su función. Como un recurso no es una entidad sola, sino una

variedad de entidades con dos elementos en común: todos ellos se componen de algún

aspecto de las estructuras sociales y segundo, facilitan ciertas acciones de los actores, ya

sean personas o actores corporativos dentro de la estructura.

Page 15: Paula Cohen

15

Coleman explica que al igual que el capital físico y el capital humano, el capital social no es

completamente fungible y es específico a ciertas actividades. Una forma determinada de

capital social puede ser valiosa para facilitar ciertas acciones, sin embargo, puede ser útil

para algunos y dañino para otros. Distinto de otras formas de capital, el capital social es

inherente a la estructura de relaciones entre actores. No se encuentra encerrado ni en los

actores ni en los elementos físicos de producción.

El capital social proviene del cambio en las relaciones entre las personas que facilitan

diversas acciones. Si bien el capital físico es tangible, el capital humano es menos tangible,

el capital social es aún menos tangible debido a que reside en las relaciones entre personas.

A su vez, así como los otros capitales facilitan la actividad productiva, el capita social también

lo hace.

Coleman determina tres formas de capital social. A la primera la llama obligaciones,

expectativas y estructura de confianza; a la segunda: canales de información y, por último, la

tercera son las normas y sanciones efectivas. La primera forma la explica de la siguiente

manera. Si el individuo A hace algo por el individuo B, entonces, A confía que B será

recíproco en el futuro. Esto genera una expectativa para A y una obligación para B. Esta

obligación puede ser considerada como un crédito para A. Esta forma de capital social

depende de dos elementos: confianza del medio ambiente social lo cual significa que las

obligaciones serán pagadas y segundo poseer la obligación. Si la parte que debe pagar no lo

hace esto genera una pérdida para el otro actor o para el resto de los otros actores. La

segunda forma es la información potencial que es inherente a las relaciones sociales. La

información es necesaria para proveer las bases de las acciones. Una forma de obtener

información es a través de las relaciones sociales. La tercera forma que define son las

normas y sanciones efectivas. Cuando una norma existe y es efectiva constituye al capital

social en una fuente de poder.

El punto interesante del trabajo de Coleman es que expone que el capital social posee un

efecto en la creación del capital humano. Para explicitar mejor este punto transcribo el

ejemplo presentado por él en su estudio. Coleman demuestra que para explicar los

resultados escolares de los niños el background de los padres es esencial. El background de

los padres se encuentra compuesto por tres aspectos, el capital financiero, el capital humano

y el capital social. El capital financiero está medido por el ingreso de las familias, el capital

humano está medido por la educación de los padres y provee el ambiente cognitivo potencial

para ayudar a los niños en su aprendizaje. Sin embargo el capital social es diferente de estos

dos. Para explicarlo pone un ejemplo de una escuela pública en los Estados Unidos donde

los textos escolares los compraban las familias de los estudiantes. Las autoridades del

colegio se sorprendieron al notar que los padres de los estudiantes que provenían de Asia

compraban dos libros de textos, uno para el estudiante y otro para la madre para ayudarlo en

Page 16: Paula Cohen

16

sus tareas. A pesar que el capital humano de estos padres era bajo respecto a los padres

americanos, el capital social de las familias asiáticas era mucho mayor. Los niños se ven

influenciados por el capital humano de sus padres pero este capital sería irrelevante para los

niños si los padres no son una parte importante en la vida de sus hijos.

Coleman considera al capital social como un recurso con características de bien público, que

lleva a una sub inversión del mismo. La mayoría de las inversiones de las distintas formas de

capital social no implican que las partes se puedan llevar todo el beneficio que genera esta

inversión. Por ejemplo invertir en una forma de capital social como la confianza implica que el

actor analizará si confiará o no en función de los costos y beneficios que esto le genera. La

decisión que adopte influirá en el accionar de los otros actores. Sin embargo, existen formas

de capital social que tienen la propiedad que sus beneficios pueden ser capturados por

quienes invierten en él. Consecuentemente, los actores racionales no sub invierten en él. Las

organizaciones que producen un bien privado son ejemplo de esto último. Pero, en general,

el capital social posee características de bien público por lo que los actores que lo generan

sólo capturan una parte de los beneficios que éste genera.

El concepto de “capital” ha sido criticado por varios autores de la rama económica, en el

sentido que el término capital se refiere a cosas que pueden ser poseídas. Por ejemplo,

Bowles y Gintis (2002) sostiene que el término “comunidad” sería más apropiado que el

término “capital” debido a que “captura de mejor manera los aspectos de un buen gobierno

que explica la popularidad del capital social, y, que pone énfasis en lo que los grupos hacen

en vez de en lo que las personas poseen”.

Debido a la diversidad de acepciones el capital social presenta dificultades a la hora de

medirlo, Paldam y Svendsen (1998) realizan un estudio para determinar como se debe medir

el capital social dependiendo de si es un factor de producción, si es un mecanismo para

reducir los costos de transacción o de si sirve para realizar monitoreo de manera de reducir

el problema de riesgo moral. La conclusión a la que arriban estos autores es que si el capital

social es un factor de producción debe incluirse en la función de producción al igual que el

capital físico y el capital humano, para los otros dos casos se debe formalizar como se

realiza a nivel agregado, debe tomar el carácter de un factor de escala para la producción.

Por otra parte Glaeser, Laibson y Sacerdote (2001) realizaron un trabajo empírico para medir

la formación del capital social utilizando un modelo de decisiones de inversión óptimas

individuales. A diferencia del tratamiento del capital social como “comunidad”, estos autores

lo tratan como las características individuales para invertir en capital social, asumen que es la

inversión social de la inversión en capital humano. Cuando los individuos invierten en capital

humano simultáneamente invierten en capital social.

Page 17: Paula Cohen

17

A partir de la revisión de la literatura sobre el capital social nuestro objetivo es estudiar al

capital social como una inversión conjunta que realizan los participantes. La definición que

adoptamos para definir el capital social está en línea con Coleman (1988) en la que se

considera al capital social como un factor de producción y que es, a su vez, un factor para

generar capital humano. En el desarrollo del modelo, dado que el capital social es

considerado un factor de producción lo incluimos en la función de producción siguiendo a

Paldam y Svendsen (1998).

La idea principal es desarrollar un modelo en el que el accionista invierte en capital físico el

cual es totalmente apropiable por éste último. También se incluyen dos tipos de trabajadores

que invierten en capital humano, un tipo de trabajador, el manager, realiza inversiones en

capital humano específico y el otro tipo de trabajador realiza inversiones en capital humano

general. Estas inversiones son inherentes a cada trabajador y los dos trabajadores, a su vez,

invierten en capital social, que es una inversión de propiedad común y donde cada uno

puede obtener beneficios de la inversión. De hecho, ninguno de los actores puede apropiarse

de la totalidad de los beneficios de esta inversión conjunta por lo que esta inversión tiene

características de bien público y es de esperar que sub inviertan en él. El primer objetivo es

observar qué parte debe financiar las diferentes inversiones y analizar en caso de no

alcanzarse las inversiones óptimas, si el accionista estará dispuesto a sacrificar poder con el

objeto de incentivar a los trabajadores a invertir de manera óptima y obtener así un mayor

valor agregado.

Para clarificar la idea del trabajo se retoma el ejemplo de Saatchi y Saatchi en el que los

accionistas consideraban que tener el poder sobre los activos físicos era la forma de

controlar al capital humano. Si bien Rajan y Zingales exponen que lo que no tuvieron en

cuenta los directivos fue el capital humano del presidente, podemos entender, que aparte del

capital humano del presidente lo que no consideraron los accionistas fue el capital social

creado entre Maurice Saatchi y el resto de los ejecutivos al igual que sus relaciones con los

clientes. Los accionistas no tuvieron en cuenta la creación de redes sociales que existían

entre estos actores las cuales generaban obligaciones, expectativas, confianza, información

y sanciones. Es decir, no tuvieron en cuenta, en los términos que utilizamos aquí, el capital

social generado y que se llevaron cuando se retiraron de la empresa. Este capital social es la

inversión conjunta que realizaron los actores para generar mayor capital humano y mejor

productividad y que al llevársela con ellos a la nueva empresa que formaron produjeron

daños severos y pérdida de competitividad a la empresa original. De acuerdo a este ejemplo

se observa que si bien el capital humano de los empleados tiene un carácter fundamental

para el desarrollo de la empresa también lo tiene el capital social generado por los mismos.

Una vez clarificados los diferentes conceptos y la motivación del trabajo, pasamos ahora al

desarrollo del modelo.

Page 18: Paula Cohen

18

2. Modelo

Como ya se ha mencionado, un punto de partida importante de nuestro modelo es el trabajo

de Vicente Salas (2006). En su modelo Salas analiza, entre otros temas, si es conveniente

darle poder a los trabajadores con el objeto que estos últimos realicen inversiones óptimas

en capital humano que son también cuestiones relevantes en nuestra investigación. No

obstante, la propuesta de este trabajo es expandir dicho modelo con el fin de incluir un tipo

de trabajador adicional, que denominaremos manager, con un grado de especificad diferente

en sus inversiones y poder incorporar así el hecho de que los actores del modelo realizan

una inversión conjunta en capital social. Así, si en Salas (2006) existe un accionista que

invierte en capital físico y un trabajador que invierte en capital humano, siendo éste de

carácter específico o general, en este modelo expandido hay un accionista que invierte en

capital físico, un manager que invierte en capital humano específico y otro trabajador que

invierte en capital humano general. Por último los dos tipos de empleados (manager y

trabajador) invierten conjuntamente en capital social.

2.1 Supuestos del modelo

El accionista invierte en capital físico K , el manager invierte en capital humano 1Hλ , dónde

el parámetroλ mide el grado de especificidad de la inversión. Cuanto menor seaλ la

inversión será más específica, siendo totalmente específico cuandoλ sea igual a cero.

Supondremos para nuestro análisis que la inversión que realiza el manager es específica.

Por otro lado, el trabajador invierte en capital humano 2H . En este caso, y para simplificar el

análisis, se asume que la inversión de este trabajador es totalmente general por lo que el λ

es igual a 1. Además, consideramos que el manager y el trabajador invierten conjuntamente

en capital social jH .

Esta inversión conjunta es la suma de las inversiones individuales para crear jH , hacemos

este supuesto con el fin de simplificar el análisis. En este contexto sólo invierten en capital

social los actores que invierten en capital humano, ya que al adoptar la definición de

Coleman el capital social es un recurso para generar capital humano y como también hemos

seguido a Glaeser, este autor, aduce que el capital social es la inversión social del capital

humano, son complementarias, es decir, cuando los individuos invierten en capital humano y

se interrelacionan entre ellos, simultáneamente invierten en capital social

El modelo se desarrolla bajo la existencia de contratos incompletos. Es decir, existen

contingencias futuras que no se pueden prever ex ante por los participantes y por lo tanto no

Page 19: Paula Cohen

19

se pueden hacer cumplir ex post. Debido a la existencia de información incompleta los

distintos actores negociarán sus beneficios futuros, los cuales dependerán a su vez del poder

de negociación con que cuente cada una de las partes. Por simplificación, no entraremos en

el problema de negociación y supondremos que hay unos poderes de negociación exógenos

y por todos conocidos. Si bien es una limitación de nuestro trabajo, el poder de negociación

no se determina dentro del modelo sino que viene dado por el medio ambiente que enfrenta

la empresa, por ejemplo podría ser el poder de sindicato que posean los trabajadores

determinado por las regulaciones laborales. Así, se supone que el manager posee un poder

de negociación 1α , que el trabajador posee un poder 2α y que el accionista posee el resto

211 αα −− . Los valores de salida, es decir, los valores si la negociación se rompe también

son conocidos: para el accionista K , para el manager 1Hλ , mientras más cercano seaλ a

cero, menor será el valor de salida por su especificidad y para el trabajador es 2H por su

carácter de inversión general. Respecto a la inversión conjunta jH , este capital social puede

aumentar su valor de salida y se supone que si el manager deja la empresa se llevará jHγ y

si es el trabajador quien se retira de la empresa se llevará jHθ . Los parámetros γ yθ en

principio se suponen exógenos y pertenecen al intervalo [0,1]. La suma de θγ + no

necesariamente debe ser igual a 12, ya que el capital social posee características de bien

público, por lo tanto el flujo de beneficios futuros no puede ser absorbido totalmente por una

de las partes. Las inversiones se realizan simultáneamente. En resumen el valor de salida

para el manager es jHH γλ +1 mientras que para el trabajador alcanzaría el valor

jHH θ+2 .

Suponemos, como suele ser habitual, que los actores son neutrales al riesgo para no

incorporar inicialmente elementos de diversificación del riesgo. El otro supuesto que se

realiza es que partimos de una asimetría financiera ya que mientras el accionista puede

financiar todas las inversiones necesarias, el manager y el trabajador sólo pueden financiar

sus inversiones en capital humano y la inversión en capital social. Sin embargo, para el

cálculo del first best se asume la existencia de información completa, por lo que se suponen

contratos completos. Bajo este escenario cualquiera de los actores puede financiar las

diferentes inversiones.

El producto se obtiene mediante la combinación de las diferentes inversiones realizadas

K , 1H , 2H y jH . Insistir en que se incluye el jH como un factor de producción debido a

2 En caso de que fuese igual a 1 entonces las partes estarían absorbiendo todos los beneficios y el capital social perdería esta característica. Este último caso se encuentra contemplado en la sección 1 del presente trabajo.

Page 20: Paula Cohen

20

que se ha tomado la definición de capital social que lo considera como tal y, por lo tanto, se

incluye en la función de producción ya que afectará a ésta. Denotamos como

ξ+≡ ),,,( 21 jHHHKFU al producto, medido en unidades monetarias, donde ξ es el

término aleatorio con ( ) 0=Ε ξ y varianza 2σ . La función F es la función de producción, que

supondremos cóncava, por lo que las derivadas primeras respecto a sus diferentes

argumentos son positivas y las derivadas segundas son negativas. Además, las derivadas

cruzadas entre las inversiones en capital humano y capital social son positivas, es decir son

complementarias entre ellas. Las derivadas cruzadas respecto al capital son cero. Este

supuesto implica que si se sub invierte en capital social o en capital humano no se sub

invertirá en capital físico. Este último supuesto se realiza con el fin de simplificar el análisis.

Pasamos a continuación a describir la secuencia temporal del modelo que plantemos.

2.2 Horizonte temporal del modelo

El accionista es el dueño del capital físico, el manager es el dueño de su capital humano y el

trabajador es el dueño de su capital humano general. Decir que son los dueños significa que

poseen los derechos residuales sobre estas inversiones, en el sentido de que tienen el

derecho sobre las decisiones de las mismas. El manager y el trabajador son, de forma

conjunta, los dueños del capital social, en el sentido que pueden apropiarse de parte de los

beneficios que genera esta inversión. Pero a diferencia del capital humano la proporción que

pueden llevarse del capital social no necesariamente será igual a uno, puede ocurrir que

parte del capital social, si los trabajadores se retiran de la empresa, permanezca en la

misma. Creemos que éste es un elemento importante, ciertamente crítico en nuestro modelo

pero que se justifica con lo que observamos en las situaciones empresariales reales.

A continuación se presenta el horizonte temporal del modelo

Momento 0 Momento1 Momento 2

l------------------------------------------------I-----------------------------------------------l

las partes deciden quién se deciden los montos Determinación de

financiará las inversiones de las inversiones los beneficios de la

negociación. Resul-

tados y pagos.

En el momento 0 las partes deciden quién financia las inversiones en capital humano y en

capital social. En el momento 1 se deciden los montos a financiar y en el momento 2 se

determinan los beneficios y pagos de la negociación. Debido a la existencia de información

incompleta, estaremos en un contexto de contratos incompletos, donde los agentes decidirán

Page 21: Paula Cohen

21

sus inversiones en función de los beneficios futuros (esperados) generados en el momento 2.

Las decisiones de los momentos 0 y 1 tomarán en cuenta los beneficios futuros que esperan

obtener las partes en el momento 2. Para simplificar el cálculo, se supone que la tasa de

descuento es uno por lo que la tasa de interés es cero. A continuación, pasamos a resolver el

modelo, calculando en primer lugar el resultado de referencia, el óptimo global.

2.3 Contratos completos e incompletos Determinación del first best o benchmark

Para calcular el “first best” y dado que tenemos tres actores suponemos, como mencionamos

anteriormente, que no existen problemas de información, es decir que se puede realizar un

contrato completo en donde se puedan contemplar todas las contingencias futuras. El

accionista es el dueño del activo físico, y los dos tipos de trabajadores invierten en capital

humano y en capital social. Si bien la teoría de capital social asume que los beneficios no

pueden ser totalmente absorbidos por las partes que invierten en éste por lo que sub

invertirán, también explicita que en el caso de que los beneficios sean totalmente

apropiables, los agentes racionales invertirán en forma óptima3. Bajo contratos completos y

que pueden hacerse cumplir ante terceras partes, calculamos el benchmark de cada

inversión ya que cada actor financiará su inversión óptimamente. Las partes maximizarán las

siguientes ecuaciones de beneficios netos para determinar el monto a financiar. Hemos

supuesto que tanto el manager como el trabajador pueden financiar su inversión en capital

social por lo que calculamos el caso para ambos con el objeto de demostrar que se alcanza

el mismo resultado. Se asume que los empleados pueden financiar todas las inversiones de

acuerdo a la siguiente ecuación

( ) Jj HHHKHHHKF −−−− 2121 ,,,

Las condiciones de primer orden son por tanto:

1´ =kF

1´ 1=hF

1´ 2=hF

1´ =hjF éste sería el volumen óptimo.

Bajo contratos completos y sin problemas de información el costo marginal de las inversiones

medido en unidades monetarias es igual a 1. Las inversiones óptimas se obtienen, por tanto,

3Coleman, J. 1988. Social Capital in the Creation of Human Capital. American Journal of

Sociology, 94, 95-120

Page 22: Paula Cohen

22

cuando el producto marginal de las inversiones es igual al costo marginal de las mismas que

hemos supuesto igual a 1. Se obtienen los mismos resultados para el caso que el trabajador

financie todas las inversiones. Estos resultados representan el óptimo para llevar a cabo las

comparaciones con los siguientes casos.

Pasamos ahora a considerar diversos escenarios de financiación de las inversiones para

poder comparar sus consecuencias en términos de la inversión que propician.

2.4 Escenario1: Caso en que el accionista financia todas las inversiones

Dado que el accionista es dueño del capital físico pero no del capital humano, aunque lo

financie, procederá a calcular sus beneficios futuros esperados en el momento 2 para

determinar el monto de inversión que llevará a cabo en el momento 1. Así, en el momento 2

el accionista calcula los beneficios a obtener si financia las inversiones teniendo también en

cuenta que los términos de la negociación se pueden quebrar en dicho momento. Los

beneficios para el accionista en el momento 2 dependerán, por tanto, de su poder de

negociación sobre el total de los beneficios futuros. Los beneficios esperados netos a

maximizar por el accionista son los presentados en la ecuación 1 y surgen de comparar los

beneficios que obtendría si sigue la negociación frente a la situación de no acuerdo,

incorporando también los costos de financiar las correspondientes inversiones.

Los pagos netos esperados que deben ser maximizados por el accionista son:

( ) ( )[ ] jjjj HHHKHHHHKHHHKFK −−−−−−−−−−−+ 21212121 ,,,1 θγλαα (1)

Las condiciones de primer orden son:

1´ =kF

( )[ ] ( )21211 1/11´ ααααλ −−−−+=hF (2)

( )[ ] ( )21212 1/11´ αααα −−−−+=hF (3)

( )( )[ ] ( )2121 1/11´ ααθγαα −−+−−+=hjF (4)

De las condiciones de primer orden surge que en el caso de la financiación del capital físico

se alcanza la solución óptima, el first best. Sin embargo, para el caso en que el accionista

financia la inversión en el capital humano del manager el costo marginal es mayor a uno por

lo que el accionista sub invierte en esta inversión. En el caso que financie la inversión en

capital humano del trabajador, que es de carácter general, el costo marginal siempre será

mayor a uno, por lo que también sub invierte en esta inversión. Esto ocurrirá incluso cuando

el accionista posea todo el poder de negociación. Respecto a la inversión en capital social el

costo marginal es mayor que uno por lo que también se sub invierte en esta.

Page 23: Paula Cohen

23

Proposición 1: cuando el accionista financie todas las inversiones, el resultado es que sub

invertirá en todos los insumos, excepto para la inversión en capital físico, ya que no puede

apropiarse de todos los resultados de dichas inversiones. En otros términos, el costo

marginal es mayor que uno para los diferentes casos, excepto para el capital físico.

Se observa que para el caso de la financiación en capital humano del manager, si la

inversión es normalmente inferior al óptimo, éste puede alcanzarse cuando la inversión en

capital humano sea totalmente específica con 0=λ y el accionista posea todo el poder de

negociación, es decir, que 1α y 2α sean iguales a cero. No ocurre lo mismo para el caso del

trabajador que posee una inversión en capital humano general donde siempre se observarán

niveles de inversión inferiores al óptimo. Finalmente para el caso de la financiación en capital

social se alcanzará el first best cuando el accionista posea todo el poder de negociación y

además 0== γθ . Es decir cuando ninguno de los dos empleados, el manager y el

trabajador, puedan apropiarse de la inversión conjunta lo cual no concuerda con la propia

noción de capital social.

2.5 Escenario 2: Caso en que el manager financia su inversión en capital humano 1H y

financia la inversión conjunta. Ahora es el manager quien debe decidir sus inversiones teniendo en cuenta sus beneficios

netos futuros en el momento 2 según la siguiente ecuación:

Manager:

( )[ ] jjjjj HHHHHHKHHHKFHH −−−−−−−++ 1212111 ,,, θγλαγλ (5)

Las condiciones de primer orden son:

( ) 111 /1´ αλαλ +−=hF (6)

( )[ ] 111 /11´ αθααγ +−−=hjF (7)

Proposición 2: el costo marginal de financiar 1H es mayor al first best por lo que el

manager sub invierte en capital humano debido a que al ser su inversión de carácter

específico, su valor de salida es muy bajo implicando que mientras existan contingencias

futuras, no posee la certeza de atribuirse los beneficios correspondientes a su inversión El

costo marginal de financiar la inversión conjunta es mayor a 1 por lo que también sub-invierte

en esta inversión. La explicación de esta sub inversión también radica en la falta de certeza

en el momento de negociar los beneficios generados por esta inversión.

Page 24: Paula Cohen

24

Estas inversiones sólo alcanzarán el first best para el caso de 1H , cuando el 11 =α y 1=λ .

Es decir, cuando el manager tenga todo el poder de negociación y la inversión sea

totalmente específica. Para el caso de la inversión en capital social, jH , se alcanzará el first

best sólo cuando 0=θ y además 1=γ o bien 11 =α y 0=θ . En este último caso el

manager posee todo el poder de negociación y la parte que se puede apropiar el trabajador

de la inversión conjunta es cero. El primer caso se cumple si el manager puede apropiarse

de toda la inversión conjunta jH y el trabajador de nada.

2.6 Escenario 3: Caso en que el trabajador financia su inversión en capital humano

2H y además financia jH

Los beneficios netos estimados para este trabajador son:

( )[ ] jjjjj HHHHHHKHHHKFHH −−−−−−−++ 2212122 ,,, θγλαθ (8)

Al maximizar esta ecuación, las condiciones de primer orden que se obtienen son:

1´ 2=hF (9)

( )[ ] 222 /11´ αγααθ +−−=hjF (10)

Proposición 3: para el caso en que la inversión en capital humano es totalmente general se

alcanza el first best respecto al capital humano individual debido a que si la negociación se

quiebra el trabajador obtiene el mismo valor de su inversión en el mercado. Sin embargo,

continuamos observando una situación de infrainversión respecto a la inversión conjunta ya

que el costo marginal es normalmente superior a 1.

Para el caso de la inversión conjunta sólo se alcanzará el first best cuando 0=γ y además

1=θ o bien que 12 =α y 0=γ . En el segundo caso el trabajador posee todo el poder de

negociación y la parte de la inversión conjunta que pueda apropiarse el manager de la

inversión conjunta es cero. También se alcanza el óptimo cuando el trabajador se pueda

apropiar de toda la inversión conjunta jH y el manager no pueda apropiarse de nada.

Después de haber alcanzado estos resultados, el siguiente paso consiste en calcular qué

ocurre en el momento cero y por tanto determinar quién debe financiar las inversiones en

aras a conseguir una mayor riqueza.

Page 25: Paula Cohen

25

2.7 Momento 0: quién debe financiar las inversiones

En el momento cero del horizonte temporal determinamos cuál de las partes debe financiar

las inversiones en capital humano y en capital social.

2.7.1 Determinación de quien financia 1H

Para determinar quién debe financiar la inversión en el capital humano del manager se

comparan los costos marginales obtenidos en la sección anterior. El costo marginal del

accionista cuando financia 1H es ( )[ ] ( )21211 1/11´ ααααλ −−−−+=hF y el costo

marginal del manager si financia su capital humano es ( )[ ] 111 /11´ αθααγ +−−=hjF . Todo

lo que debemos hacer ahora es calcular la condición que determina que el costo marginal del

accionista sea mayor que el costo marginal del manager. Es decir

( )[ ] ( ) ( ) 112121 /11/11 αλαλααααλ +−>−−−−+

La condición para que el costo marginal del accionista sea mayor que el costo marginal del

manager es:

( )211 1/1 αααλ −−−> (11)

Manteniendo 1α y 2α constante, si la inversión en capital humano que lleva a cabo el

manager tiende a ser más general (es decir mayorλ ) mayor será el costo marginal del

accionista o, dicho de otra manera, cuando la inversión que realice el manager sea más

específica menor será el costo marginal del accionista. Esto ocurre debido a que, como se

estableció en la proposición 2, si la inversión en capital humano tiende a ser específica, el

valor de salida que enfrenta el manager es menor que el valor de invertir en la empresa por

lo que si la negociación se rompe y este empleado no posee el suficiente poder de

negociación sobre los beneficios futuros, entonces, enfrenta un mayor riesgo de pérdida por

lo que su costo marginal será mayor que el del accionista que no enfrenta este riesgo. De

esto se deriva que si mantenemos el valorλ constante, cuando 1α , el poder de negociación

del manager, sea mayor que 211 αα −− , el poder de negociación del accionista, el costo

marginal del accionista será mayor que el costo marginal del manager. Por lo que si el

accionista posee mayor poder de negociación que el manager su costo marginal será menor.

Proposición 4: dado unos poderes de negociación constantes, a mayor especificidad de la

inversión menor es el costo marginal del accionista y dada la especificidad constante cuando

el poder de negociación del accionista sea mayor que el del manager menor será su costo

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26

marginal. Por lo que, cuando la inversión en capital humano sea específica y el accionista

posea mayor poder de negociación, el accionista debe financiar 1H .

La condición para que el costo marginal del accionista sea igual al costo marginal del

manager es ( )( )211 11 ααλα −−−= . Dado que, obviamente el manager posee una

inversión en capital humano específico, puede ocurrir que en un caso extremo, ésta sea

totalmente específica. En ese caso el valor de λ será igual a cero y los poderes de

negociación entre el manager y el accionista serán iguales dependiendo del poder de

negociación del trabajador, que es lo mismo que decir que la igualdad de los costos

marginales dependerán del poder de negociación del trabajador. Por ejemplo si 2α es igual

a cero, los costos marginales del accionista y del manager serán iguales cuando 1α sea

igual a ½. Para valores mayores a ½ deberá financiar el manager estas inversiones, por otra

parte si 2α es igual a 1, entonces los costos marginales serán iguales para un 1α igual a

cero, por lo que, para valores mayores a cero convendría que el manager financie la

inversión.

Proposición 5: Los costos marginales entre el accionista y el manager serán iguales cuando

la inversión sea totalmente específica, sin embargo, sus valores monetarios dependerán del

poder de negociación del trabajador, ya que se podrán determinar los valores que igualan los

poderes de negociación del manager y el accionista.

2.7.2 Determinación de quien financia 2H

En este caso no hace falta determinar mediante cálculos más detallados quién debe financiar

esta inversión ya que el costo marginal del trabajador es el óptimo. En concreto, el costo

marginal para el accionista de financiar 2H es ( )[ ] ( )21212 1/11´ αααα −−−−+=hF y el

del trabajador es 1´ 2=hF .

Proposición 6: cuando la inversión en capital humano es totalmente general el costo

marginal de financiar esta inversión por parte del trabajador es la óptima por lo que debe ser

el trabajador quien financie esta inversión.

La explicación de esta proposición es similar a la expuesta en la proposición 3. Dado que el

valor de salida del trabajador es igual al que invierte en la empresa, si la negociación se

rompe, este empleado quedará en igual situación siga o no siga en la empresa.

2.7.3 Determinación de quién debe financiar jH

Page 27: Paula Cohen

27

a) entre los empleados

Para analizar la conveniencia de quién es el actor que debe financiar la inversión conjunta

primero analizo entre los dos tipos de empleados. El costo marginal del manager es

( )[ ] 111 /11´ αθααγ +−−=hjF y el costo marginal del trabajador es

( )[ ] 222 /11´ αγααθ +−−=hjF . La condición para que el costo marginal del manager sea

menor que el costo marginal del trabajador es:

( ) ( )θαγα −>− 1/1/ 21 (12)

Para unos poderes de negociación constantes, cuanto menor sea θ , la parte que es

apropiable por el trabajador, menor será el costo marginal del manager y cuanto mayor sea

γ menor será el costo marginal del manager. Para valores de γ y θ constantes, cuando el

poder de negociación del manager 1α sea mayor, menor será su costo marginal y cuanto

menor sea el poder de negociación del trabajador 2α , menor será el costo marginal del

manager. Por otro lado, estos costos marginales serán iguales cuando γ y θ sean iguales

lo que implica que los poderes de negociación entre los empleados serán iguales. A partir de

que los valores de γ sean mayores que los valores de θ será el manager quien deba

financiar esta inversión. En este caso no se puede determinar a priori cuáles serán los

valores de los poderes de negociación de los empleados. Esta es una limitación que se

presenta debido al supuesto de que los poderes de negociación son exógenos.

En este caso quién deba financiar la inversión es quien pueda apropiarse de mayores

beneficios futuros ya sea porque posee mayor poder de negociación sobre los mismos o bien

sea porque puede atribuirse una mayor proporción, ya que el que se encuentre en peor

situación tenderá a sub invertir en capital social.

Proposición 7: cuanto mayor sea el poder de negociación del manager y cuanto mayor sea

la proporción de beneficios que puede absorber del capital social, el costo marginal de éste

será menor que el costo marginal del trabajador, por lo que, en principio, si éste es el caso

debería financiar el manager esta inversión conjunta. En caso contrario lo deberá hacer el

trabajador.

b) entre el accionista y el manager

Realizando el mismo procedimiento el costo marginal del accionista es

( )( )[ ] ( )2121 1/11´ ααθγαα −−+−−+=hjF y el costo marginal del manager es

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28

( )[ ] 111 /11´ αθααγ +−−=hjF . El costo marginal del accionista será mayor cuando se

cumpla la siguiente condición:

( ) ( )211 11/ ααγα −−>− (13)

Dado los poderes de negociación constantes, cuanto mayor sea γ mayor será el costo

marginal del accionista. Dado γ constante cuanto mayor sea el poder de negociación del

manager mayor será el costo marginal del accionista. En este caso deberá financiar la

inversión quien pueda apropiarse de los beneficios. El manager en este caso posee dos

formas de hacerlo, ya sea mediante un poder de negociación mayor que el del accionista o

mediante la porción apropiable de los beneficios generados por el capital social respecto a la

posibilidad de que el accionista pueda quedarse con parte de este beneficio. Esta última

opción se encuentra sujeta a la parte apropiable de los beneficios del trabajador, dado que si

es éste quien puede quedarse con mayores beneficios y permanecer en la empresa, es una

forma de que quede para el accionista.

Proposición 8: cuanto menor sea la parte apropiable del capital social por parte del manager

y mayor sea el poder de negociación del accionista menor será el costo marginal del

accionista, por lo que convendría que este actor financiase esta inversión si se dan estas

condiciones.

Si bien lo expuesto es correcto surge la pregunta de hasta qué punto es conveniente que

financie la inversión el accionista o el manager. De la ecuación (13) surge que si el valor deγ

es cero entonces se obtiene que ( ) 2/1 21 αα −= por lo que el valor para que los costos

marginales sean iguales dependerá del poder de negociación del trabajador. Suponemos los

casos extremos. Primero para el caso en que 2α = 0, en este caso los costos marginales

serían iguales para un 1α = ½, es decir que, si bien la parte apropiable por el manager es

cero, si su poder de negociación, asumiendo 2α = 0, es mayor a ½ entonces es el manager

quien debe financiar esta inversión. El otro caso extremo es que 2α sea igual a 1, en este

caso los poderes de negociación del manager y del accionista serían iguales a cero por lo

que en función de la proposición 8 debería ser el accionista quien financie esta inversión. Por

otra parte si el valor de γ es 1, entonces es el manager quien debe financiar esta inversión.

c) entre el accionista y el trabajador

Page 29: Paula Cohen

29

El costo marginal del trabajador es ( )[ ] 222 /11´ αγααθ +−−=hjF y el del accionista es

( )( )[ ] ( )2121 1/11´ ααθγαα −−+−−+=hjF . El costo marginal del accionista será mayor

que el costo marginal del trabajador cuando se cumpla:

( ) ( )212 11/ ααθα −−>− (14)

Dado los poderes de negociación constantes, cuanto mayor sea θ mayor será el costo

marginal del accionista. Dado θ constante, cuanto mayor sea el poder de negociación del

trabajador mayor será el costo marginal del accionista.

En este caso ocurre la misma situación que la comparada con el manager y el accionista.

Quién deba financiar la inversión será aquel que pueda obtener mayores beneficios futuros.

Proposición 9: cuanto menor sea la parte apropiable del capital social por parte del

trabajador y mayor sea el poder de negociación del accionista menor será el costo marginal

del accionista, por lo que convendría que este actor financiase esta inversión si se dan estas

condiciones.

De acuerdo a lo expuesto para el caso anterior, nos podemos formular la mima pregunta:

¿hasta qué punto es conveniente que financie la inversión el accionista o el trabajador? De

la ecuación (14) surge que si el valor deθ es cero entonces se obtiene ( ) 2/1 12 αα −= por

lo que el valor para que los costos marginales sean iguales dependerá del poder de

negociación del manager. Suponiendo los casos extremos, primero para el caso en que 1α =

0. En esta situación los costos marginales serían iguales para un 2α = ½, es decir que si

bien la parte apropiable por el trabajador es cero, si su poder de negociación, asumiendo

1α = 0, es mayor a ½ entonces es el trabajador quien debe financiar esta inversión. El otro

caso extremo es que 1α sea igual a 1, en este caso los poderes de negociación del

trabajador y del accionista serían iguales a cero por lo que en función de la proposición 9

debería ser el accionista quien financie esta inversión. Por otra parte si el valor de θ es 1,

entonces es el trabajador quien debe financiar esta inversión.

Después de haber analizado los resultados en función de los parámetros y sus valores

relativos, pasamos ahora a reflexionar sobre las circunstancias que favorecen la participación

de los empleados en la toma de decisiones.

2.8 ¿Se debe dar poder a los trabajadores para que alcancen las inversiones óptimas?

Page 30: Paula Cohen

30

Si bien en este trabajo se ha considerado que los poderes de negociación son exógenos, si

levantásemos este supuesto por un momento se podría suponer que la elección de dar poder

a los empleados depende del accionista. Existen varias alternativas posibles a la hora de

fomentar una participación: una de las formas que establece la literatura es permitir la

participación de los empleados en la junta de directivos o en el proceso de toma de

decisiones, otra forma es otorgar a los empleados el derecho a reclamar parte de los

beneficios de la empresa y la tercera es conceder poder de negociación a los empleados con

el objeto de negociar, ex post, los beneficios de la empresa. En este trabajo se ha pensado

que esta última forma se adaptaría al análisis llevado a cabo en nuestro modelo.

En el caso en que sea el accionista quien financie las inversiones, analizando las condiciones

de primer orden, se determina que el accionista no estará dispuesto a sacrificar poder debido

a que esto le generaría un mayor costo marginal y una pérdida de beneficios. Sin embargo, si

son los trabajadores quienes financiarán las inversiones la situación puede cambiar. Si

suponemos por un momento que no existe inversión en capital social y analizamos sólo las

inversiones en capital humano, los resultados que obtuvimos implican que para el caso de la

inversión en capital humano del manager, el costo marginal del accionista es mayor que el

costo marginal del manager cuando: ( )211 1/1 αααλ −−−> indicando que a medida que

la inversión fuese general y el manager tuviese mayor poder de negociación que el accionista

es éste quien debe financiar esta inversión. Por otra parte si se observa el resultado obtenido

para el trabajador se ve que éste alcanza el first best por lo que en ausencia de inversión en

capital social no sería necesario otorgarle poder a este trabajador, el 2α sería igual a cero.

Bajo estos supuestos, en el análisis de quién debe financiar 1H esta situación sería

indiferente si la ecuación (11) se iguala, obteniendo: ( )( )211 11 ααλα −−−= Para el caso

extremo en que 0=λ y dado que el trabajador alcanza el first best, y por lo tanto 02 =α ,

se alcanzan las mismas conclusiones que en el modelo de Salas, en donde será indiferente

quien financie esta inversión cuando el poder de negociación del accionista y del manager

sea igual a ½. Para valores mayores a ½ es el manager quien debe financiar la inversión en

1H y para un poder de negociación menor a ½ es el accionista quien debe hacerlo en

términos de mayor bienestar cuando la inversión es totalmente específica.

Observando los beneficios del manager (ecuación 5), sin contemplar la inversión en capital

social, se le debería entregar poder de negociación al manager cuando λ sea menor a 1, ya

que si el poder de negociación fuese cero el manager no invertiría en capital humano. En

resumen y como resulta razonable si no existiese inversión en capital social se alcanzan las

mismas conclusiones que el modelo propuesto por Salas.

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31

Sin embargo, una vez que se incluyen las inversiones en capital social algunos resultados

cambian. Si es el accionista quien financia estas inversiones no tendrá incentivos en otorgar

poder ya que esto le generaría mayores costos marginales y menos beneficios como ya

ocurría antes. Pero si son los distintos tipos de trabajadores quienes financian estas

inversiones se produce una tensión entre el hecho de aumentar los incentivos a los

trabajadores para que inviertan de forma óptima y la pérdida de beneficios que sufre el

accionista. A diferencia de cuando existe inversión en capital social si esta inversión es

relevante para crear mayores beneficios mediante el aumento de la productividad, entonces

el trabajador debe recibir cierto poder para que su inversión en capital social no sea cero o

negativa. El hecho de entregar poder al trabajador para incentivarlo a que invierta en capital

social puede ser utilizado como un mecanismo indirecto de incentivos a invertir en capital

humano, generando a su vez que el trabajador pierda la motivación para retirarse de la

empresa y genere inversiones que sean específicas a las necesidades idiosincrásicas de la

empresa. Es de esperar que si el trabajador invierte en capital social y esto, a su vez, le

sirve para incrementar su capital humano futuro, entonces, es más probable que desee

permanecer en la empresa y que sus inversiones, a su vez, tiendan a ser más específicas

respecto a las necesidades que la empresa requiere. Al observar los beneficios netos del

momento 2 del manager y del trabajador en las siguientes ecuaciones:

Trabajador = ( )[ ] jjjjj HHHHHHKHHHKFHH −−−−−−−++ 2212122 ,,, θγλαθ

Manager = ( )[ ] jjjjj HHHHHHKHHHKFHH −−−−−−−++ 1212111 ,,, θγλαγλ

Claramente se observa que si los trabajadores no poseyeran poder de negociación, sus

inversiones serían no positivas, es decir no se llevarían a cabo las inversiones. Además si

1α es cero el beneficio del manager será:

Manager = ( ) ( )111 −+− γλ jHH , eligiendo 1H y jH iguales a cero para λ y γ menores

que uno.

De forma similar si el poder de negociación del trabajador es cero su beneficio neto futuro

será:

Trabajador = ( )1−θjH , eligiendo jH igual a cero para valores de θ menores a uno, su

decisión respecto a 2H no se verá alterada directamente por el poder de negociación pero sí

de forma indirecta ya que la inversión en capital social es complementaria de la inversión en

capital humano. Al ser estas inversiones complementarias el hecho de que el trabajador no

invierta o sub invierta en capital social provocará que invierta menos en capital humano de lo

que podría invertir, por lo que el trabajador no alcanzaría el first best aún cuando su inversión

en capital humano sea totalmente general. Consideramos que este resultado es el aporte de

nuestro trabajo ya que contrapone lo establecido por la teoría económica, la cual determina

que sólo debe asignársele poder al empleado que invierte en capital humano con

características específicas. Este aporte nos resulta interesante debido a la nueva tendencia

que parece tener el capital humano en las empresas, ya que, entonces, se deriva que el

Page 32: Paula Cohen

32

capital social puede ser utilizado como un mecanismo de incentivos para invertir en capital

humano independientemente de su grado de especificidad.

Frente a la existencia de capital social el accionista deberá plantearse la importancia de este

capital para la obtención de mayores beneficios y para lograr los incentivos necesarios que

hagan que los trabajadores inviertan de forma óptima. Debido a que por definición el capital

social es complementario al capital humano y en este trabajo se lo ha considerado como un

recurso para crear capital humano es también relevante para el accionista observar la

importancia que poseen las inversiones en capital humano de cada una de las partes ya que

al incentivar la inversión en capital social se está incentivando indirectamente la inversión en

capital humano. Este punto posee una relevancia destacada si el activo humano es el

recurso más importante de la empresa ya que las nuevas tendencias indican que el activo

humano ha tomado preponderancia en los últimos años. El hecho de incentivar a los

trabajadores a que realicen inversiones respecto a las necesidades idiosincrásicas a la

empresa parece ser una forma de solucionar el tema de la falta de propiedad sobre el activo

humano. En este trabajo se ha analizado el hecho que los trabajadores tengan poder como

un mecanismo de incentivo a que realicen inversiones óptimas en la empresa. Resta analizar

quién es conveniente que posea mayor poder de negociación para lo cual se debería

expandir el modelo con el objeto de incluir una variable que recoja la importancia y calidad de

las inversiones tanto en capital social como en capital humano, aunque este punto quedará

para un futuro trabajo.

3. CONCLUSIONES

En este trabajo se ha intentado establecer un marco histórico y teórico del análisis de la

evolución de las empresas, sus límites y la utilización de la propiedad como una forma de

generar los incentivos necesarios para que los diferentes tipos de trabajadores realicen las

inversiones óptimas. Desde un principio el estudio sobre la existencia de la empresa y sus

límites se han basado en la autoridad y en la jerarquía como una forma de poder y de

aminorar las fallas que el mercado posee. Los investigadores han ido analizando este

concepto de poder y de cómo alinear los intereses entre los trabajadores y accionistas. El

tema central ha sido resolver los problemas de coordinación y motivación entre las partes

integrantes de la empresa. El concepto de empresa ha ido evolucionando a lo largo de los

años en el sentido de que la propiedad sobre los activos físicos ha jugado dos funciones:

primero establecía los límites de la empresa y segundo servía como mecanismo de

incentivos para lograr que los trabajadores realizaran las inversiones o el esfuerzo óptimo

para alcanzar el objetivo principal del accionista que es la maximización de sus beneficios.

Sin embargo en la actualidad las empresas del mundo están cambiando, en muchas de ellas

sus estructuras jerárquicas del tipo vertical están convirtiéndose al tipo horizontal,

Page 33: Paula Cohen

33

especialmente en aquellas en las cuales el capital humano ha tomado preponderancia

respecto al capital físico. El creciente cambio tecnológico y la globalización han mejorado y

facilitado el acceso al crédito por lo que es posible que algunos empleados o directivos se

puedan retirar de una empresa, acceder al crédito y comprar los activos físicos necesarios

para comenzar empresas competitivas de sus antiguas empresas.

Esto significa que el hecho de tener la propiedad sobre los activos físicos ya no es una fuente

de poder sino que la nueva tendencia implica innovación y competencia y son los activos

humanos talentosos los que pueden innovar y no tanto los activos físicos. El hecho de que la

competencia se haya incrementado implica que los activos fijos han perdido exclusividad y, a

su vez, los empleados poseen mayores valores de salida, la relación activo – empleado ha

perdido especificidad.

Esta nueva tendencia presenta nuevos interrogantes en la investigación respecto a cuáles

son los límites de la empresa y cómo lograr coordinar y motivar a los empleados dado que el

capital humano es inherente a ellos y no puede ser objeto de expropiación. Algunos autores,

como Rajan y Zingales, postulan el hecho de que se debe incentivar a los trabajadores a

realizar inversiones específicas a la empresa. Cuando se refieren a inversiones específicas

no están refiriéndose a la especificidad tecnológica sino de inversiones específicas a la

empresa, es decir, respecto a las necesidades idiosincrásicas específicas de la empresa,

logrando, de esta manera, que los trabajadores pierdan incentivos a retirarse de la misma y,

a su vez, se deban buscar los mecanismos para que participen de los beneficios futuros para

que decidan realizar dichas inversiones. La cuestión de si se debe incentivar a los empleados

a que posean participación en los beneficios futuros y en la toma de decisiones es un tema

clave en la literatura de gobierno corporativo. Ejemplo de esto es la existencia de opiniones

contrapuestas sobre la estructura del gobierno corporativo utilizado por Alemania y Japón, en

los que se les da preponderancia a los trabajadores frente al modelo anglo - sajón en el que

la participación de los trabajadores es baja y el objetivo principal es la maximización de

beneficios de los accionistas.

A partir de este escenario, hemos planteado aquí la necesidad de estudiar si es conveniente

entregarle poder a los trabajadores para que realicen inversiones óptimas en capital humano

y en capital social. Se ha incluido el capital social definiéndolo como un factor de producción

que es complementario al capital humano. El capital social es la inversión social del capital

humano. Esta inclusión surge debido a que cuando las personas interactúan entre ellas se

crean redes sociales de intercambios de confianza, obligaciones, expectativas, conocimiento,

información y sanciones. Estas interrelaciones generan un aumento en la productividad

individual y total de la empresa creando valor.

Page 34: Paula Cohen

34

A diferencia del capital humano, el cual es inherente a los empleados, el capital social es

inherente a las redes sociales creadas, se encuentra en ellas y sirve de mecanismo para

crear capital humano. Este tema nos parece importante en este marco de cambio ya que si

bien es quizá apresurado decirlo, existen autores que están planteando al capital social como

el “missing link” de la función de producción para entender mejor el proceso actual.

Consideramos que es aventurado llamarlo de esta manera debido a que no se ha llegado en

la literatura a un consenso sobre la definición del mismo y de cómo medirlo adecuadamente.

Sin embargo la mayoría de los investigadores están reconociendo que existen estas redes

sociales mediante las cuáles se pueden explicar crecimiento y desarrollo económico.

El objetivo del trabajo ha sido incluir esta nueva inversión que es el capital social y

determinar dentro de la nueva tendencia si el hecho de entregar poder a los trabajadores

sirve como un mecanismo para incentivarlos a que inviertan de manera óptima. Dado que el

capital social posee una gran importancia en la generación de capital humano, el hecho de

motivar este tipo de inversión genera una motivación para crear mayor capital humano

respecto a las necesidades idiosincrásicas específicas a la empresa.

Se ha presentado un modelo básico de inversiones en el cual se han incluido dos tipos de

empleados que realizan inversiones en capital humano y que conjuntamente realizan

inversiones en capital social. Lo que se desprende del modelo y que consideramos como un

aporte es el hecho de que sin la existencia del capital social el modelo de inversiones básico

determina que sólo se debe dar poder al trabajador en el caso que su inversión sea

específica. Sin embargo, en esta nueva propuesta el hecho de que se invierta en capital

social y dependiendo de la relevancia que los accionistas le den al mismo como medio de

incentivo para retener al trabajador, obtenemos que si un trabajador puede realizar inversión

en capital humano general puede ser conveniente entregarle poder para que invierta en

capital social y esto genere una creación de mayor capital humano a las partes involucradas,

que se traducirá en un aumento de productividad individual y, en definitiva, un aumento de

productividad total y riqueza. Si además la inversión en capital social es complementaria de

la inversión en capital humano se suma el hecho que si el empleado no invierte o sub invierte

en capital social también lo hará en capital humano, independientemente de que la inversión

en capital humano sea totalmente general. Existiría un caso extremo, cuando no posea poder

de negociación y este trabajador pueda atribuirse todos los beneficios generados por las

inversiones en capital social para lo cual se podría evitar la opción de otorgarle poder, pero

esta situación será independiente del carácter de la inversión en capital humano (es decir

sea específica o general) sino que dependerá de la porción atribuible de los beneficios del

capital social del empleado. Por lo tanto, si el empleado no puede atribuirse todos los

beneficios generados por la inversión en capital social, el hecho de incentivar a la inversión

en capital social puede ser utilizado como una forma indirecta de incentivar a invertir en

Page 35: Paula Cohen

35

capital humano ya que entregarle poder al empleado para que participe de los beneficios

futuros es un mecanismo de incentivo.

Si bien este es un trabajo simple creemos que los resultados observados son importantes y

robustos. Se debería generalizar el análisis para contemplar el caso en que los trabajadores

sean adversos al riego o la posibilidad de que no exista colusión entre ambos y que se

generen problemas de riesgo moral. Más crítico es el supuesto de que las proporciones que

pueden atribuirse los trabajadores respecto a los beneficios que les genera el capital social y

los poderes de negociación de los participantes son exógenos, Sería interesante observar

qué resultados se obtendrían si los poderes de negociación se endogeinizan También se

podría plantear un juego en el que las decisiones no fueran simultáneas sino secuenciales y

observar que resultados se obtendrían. Queda analizar la posibilidad de testar el modelo de

forma empírica y determinar cómo medir al capital social y qué resultados se obtendrían.

Todas estas posibilidades de análisis quedan abiertas para futuros trabajos que puedan

tomar elementos de este primer trabajo.

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