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  • REVISTA ASTURIANA DE ECONOMA - RAE N 37 2006

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    CLIO Y LA ECONOMADEL QWERTY1

    Paul A. David2Stanford University

    El punto principal del relato quedar bastante claro: a veces no esposible descubrir la lgica (o ilgica) del mundo que nos rodea sincomprender cmo tom ese camino. Una secuencia de cambios eco-nmicos se denomina dependiente de la trayectoria cuando losacontecimientos remotos desde un punto de vista temporal, inclu-yendo sucesos dominados por elementos de azar en vez de por fuer-zas sistemticas, pueden tener una gran influencia sobre los resulta-dos finales. En dichas circunstancias los accidentes histricos nipueden ser pasados por alto ni pueden ser puestos hbilmente encuarentena para los propsitos del anlisis econmico; el procesodinmico en s mismo adopta un carcter esencialmente histrico. Eladvenimiento de la escritura al tacto fue decisivo, ya que esta inno-vacin fue adaptada al teclado QWERTY de la Remington desde suinicio. La escritura al tacto dio origen a tres rasgos del sistema de pro-duccin naciente que tuvieron una importancia crucial para que elQWERTY llegara a quedar locked in (encerrado) como el sistemade teclado predominante. Estos rasgos eran la interrelacin tcnica,las economas de escala y la cuasi-irreversibilidad de la inversin.Ellos constituyen los ingredientes bsicos de lo que podra denomi-narse QWERTY-noma. Creo que hay muchos ms mundos QWERTYtendidos en el pasado, en la frontera del ordenado universo del ana-lista econmico moderno; mundos que an no hemos percibido oentendido totalmente, pero cuya influencia, como la de las estrellasnegras, se prolonga no obstante para determinar la esfera de influen-cia visible de nuestros asuntos econmicos contemporneos. Palabras clave: Paul A. David, dependencia de la trayectoria, eco-noma del QWERTY, papel de la historia en la economia, procesosno-ergdicos, cuasi-irreversibilidad de la inversin, interrelacintcnica, externalidades de red, "lock-in", proceso de urna de Polya.

    (1) American Economic Association (http://www.aeaweb.org). La versin original de este art-culo, titulada Clio and the Economics of QWERTY, se public en The American EconomicReview, vol. 75, n 2, mayo de 1985, pp. 332-337. La presente traduccin se publica en Revis-ta Asturiana de Economa con el consentimiento del autor y la autorizacin de la AmericanEconomic Association. La traduccin ha sido realizada por Mario Piera y ha sido revisadapor el autor y Alejandro Molnar.

    (2) La ayuda prestada para esta investigacin, en forma de subvencin al Programa de Inno-vacin Tecnolgica del Center for Economic Policy Research, Stanford University, se reco-noce con gratitud. Douglas Puffert proporcion una competente asistencia de investigacin.Parte, pero no toda, de mi deuda con la visin de Brian Arthur respecto al QWERTY y a lostemas similares se hace constar en las referencias bibliogrficas. Asumo toda la responsa-bilidad por los errores respecto a los hechos y las interpretaciones, as como por las opi-niones peculiares resumidas en este trabajo. Una versin ms detallada con referenciascompletas pueden encontrarse en David (1986). [Nota del Editor: la referencia original delautor al documento de trabajo ha sido reemplazada por la cita a la versin publicada].

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    Lo primero que nos pide Cicern a los historiadores es que contemoshistorias verdaderas. Tratar de cumplir totalmente mi deber en esta oca-sin, dndoles un trozo modesto de historia econmica narrativa en laque una condenada cosa se deduce de otra. El punto principal de la his-toria quedar bastante claro: a veces no es posible descubrir la lgica (oilgica) del mundo que nos rodea sin comprender cmo tom ese cami-no. Una secuencia de cambios econmicos se denomina dependiente dela trayectoria cuando los acontecimientos remotos desde un punto devista temporal, incluyendo sucesos dominados por elementos de azarms que por fuerzas sistemticas, pueden tener una gran influencia sobrelos resultados finales. Los procesos estocsticos de ese tipo no convergenautomticamente a una determinada distribucin de resultados, y se lesdenomina no-ergdicos. En tales circunstancias los accidentes histri-cos ni pueden ser pasados por alto ni pueden ser puestos hbilmente encuarentena para los propsitos del anlisis econmico; el proceso din-mico en s mismo adopta un carcter esencialmente histrico. En smisma, mi historia ser simplemente ilustrativa y no establece qu por-cin del mundo funciona de esta manera. Esa es una cuestin empricapendiente y sera impertinente si me adjudicase el haberla resuelto o siindicase lo qu procede hacer respecto a la misma. Confiemos simple-mente en que el cuento les resulte ligeramente ameno a los que esperanque se les diga si el estudio de la historia econmica es algo necesario enla formacin de los economistas y por qu.

    1. LA HISTORIA DEL QWERTY

    Cul es la causa de que la fila superior de letras del teclado de su orde-nador personal se deletree QWERTYUIOP y no cualquier otra cosa? Nosconsta que no hay nada en la ingeniera de los terminales de ordenador queexija el incmodo diseo del teclado conocido en la actualidad comoQWERTY, y todos somos lo suficientemente mayores como para recordarque de alguna manera se nos ha trasmitido el QWERTY desde la Era de lasMquinas de Escribir. Es evidente que nadie ha sido convencido por los lla-mamientos para dejar el QWERTY realizados por los apstoles del DSK (elteclado simplificado de Dvorak) en publicaciones comerciales tales comoComputers and Automation a principios de la dcada de los 1970 por quno? Los partidarios del sistema de teclado patentado en 1932 por AugustDvorak y W. L. Dealey han mantenido durante mucho tiempo la mayor partede los rcord mundiales de velocidad respecto a la mecanografa. Adems,los experimentos realizados durante los aos 40 por la Marina de los Esta-dos Unidos haban demostrado que la mayor eficiencia obtenida con el DSKamortizara los costes de reconvertir a un grupo de mecangrafos en los pri-meros diez das de su posterior empleo a tiempo completo. El fallecimientode Dvorak en 1975 le libr de cuarenta aos de frustracin por el terco recha-zo por parte del mundo de su contribucin; vino demasiado pronto comopara que pudiera ser consolado por la llave incorporada en el ordenadorApple IIC, que convierte instantneamente su teclado desde el QWERTY alDSK virtual, o para que se agravase todava ms por las dudas que le entra-sen respecto a que la llave no sera empleada a menudo.

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    Si, como seala ahora la publicidad de Apple, DSK le permite escri-bir a mquina un 20-40% ms rpido cul es la causa de que este dise-o superior se tope en lo esencial con el mismo rechazo que las sietemejoras previas al teclado QWERTY que se haban patentado en los Esta-dos Unidos y Gran Bretaa durante los aos 1909-1924? Fue este resul-tado el fruto del comportamiento no racional, tradicional, de innumera-bles individuos socializados para mantener una tradicin tecnolgica anti-cuada? O, como el propio Dvorak insinu alguna vez, haba habido unaconspiracin entre los miembros del oligopolio de las mquinas de escri-bir con el fin de ocultar una invencin que, segn ellos teman, incremen-tara tanto la eficiencia de las mquinas de escribir que, a la larga, reduci-ra la demanda de sus productos? O quizs deberamos fijarnos ms bienen la otra famosa Teora del Demonio, y preguntarnos si la interferen-cia y la regulacin poltica en el funcionamiento del libre mercado hasido la causa de la ineficiente estandarizacin de los teclados? Tal vez sepueda echar la culpa de todo ello al sistema de escuela pblica, como detodo lo dems que sale mal?

    Puede que ya se haya dado cuenta de que no son stas las lneas msprometedoras a la hora de buscar una interpretacin econmica del pre-dominio actual del QWERTY. Los agentes relacionados en la actualidadcon las decisiones de compra y produccin en el mercado de teclados noson prisioneros de las costumbres, las conspiraciones o el control delestado. No obstante, aunque son, como decimos ahora, perfectamentelibres para elegir, su comportamiento est condicionado en gran medi-da por acontecimientos olvidados desde hace mucho tiempo y moldeadopor circunstancias en las que ni ellos ni sus intereses cuentan. Como losgrandes hombres sobre los que escribi Tolstoi en Guerra y Paz, cadauna de sus acciones, que les parece un acto de su propio libre albedro,no es en un sentido histrico libre en absoluto, sino que es deudora delcurso entero de la historia pasada... (Parte IX, cap. 1).

    Sin embargo, sta es una historia reciente. As, comienza hace pocoms de un siglo con el inventor nmero cincuenta y dos de la mquina deescribir. Christopher Latham Sholes, de Milwaukee, Wisconsin, era de ofi-cio impresor y de vocacin mecnico aficionado. Con la ayuda de sus ami-gos, Carlos Glidden y Samuel W. Soule, haba construido una mquina deescribir rudimentaria para la que se present una solicitud de patente enoctubre de 1867. Los muchos defectos que haba en el funcionamiento dela Type Writer* de Sholes obstaculizaron su introduccin comercialinmediata. As, el punto de impresin no era completamente visible parael operario, al estar ubicado debajo del carro del papel. La no visibilidadsigui siendo un rasgo desafortunado de sta y otras mquinas de golpehacia arriba mucho despus de que el carro plano del diseo originalhubiera sido sustituido por soluciones que se parecan mucho al carrocilndrico continuo moderno. Consecuentemente, las palancas de lostipos tendan a chocar y a atascarse si se tecleaba rpido, lo que resulta-

    (*) Escritora de tipos o mquina de escribir (nota del traductor).

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    ba un defecto especialmente grave. Cuando una palanca se atascaba en ocerca del punto de impresin, la pulsacin de las letras posteriores sloserva para repetir la primera impresin, con lo que se terminaba con unasucesin de letras repetidas que solo se descubra cuando el mecangra-fo se molestaba en elevar el carro para ver lo que haba escrito.

    Animado por el optimismo intimidatorio de James Densmore, el promo-tor-capitalista de riesgo con el que se haba asociado en 1867, Sholes se esfor-z durante los seis aos siguientes en perfeccionar la mquina. Como frutode las reordenaciones ensayo-error realizadas por el inventor respecto alorden alfabtico de las teclas del modelo original, efectuadas para reducir lafrecuencia de los choques de las palancas, surgi un teclado de maysculasy cuatro filas que se aproximaba al estndar moderno QWERTY. En marzo de1873, Densmore logr que E. Remington and Sons, los famosos fabricantesde armas, tomasen los derechos de fabricacin de la Type Writer Sholes-Glidden, que se haba transformado sustancialmente. Los mecnicos deRemington completaron prcticamente la evolucin del QWERTY en pocosmeses. Entre sus muchas modificaciones se incluyeron algunos ajustes deldiseo del teclado en el curso de los cuales la letra R termin en el lugarasignado previamente al punto . De esta manera, se juntaron en una filatodas las letras que precisaba un vendedor para impresionar a los clientestecleando rpidamente el nombre de la marca: TYPE WRITER.

    A pesar de estos trucos para vender ms, las primeras vicisitudescomerciales de la mquina, con la que el azar haba unido el destino delQWERTY, continuaban siendo horriblemente precarias. La crisis econmi-ca de la dcada de 1870 no era el momento ms adecuado para el lanza-miento de un pieza original de material de oficina que costaba 125 $, y alas alturas de 1878, cuando Remington sac su mejorado Modelo Dos(equipado con tecla de desplazamiento del carro), toda la empresa estabaal borde de la bancarrota. Consecuentemente, a pesar de que las ventascomenzaron a aumentar su ritmo con la salida de la depresin y la pro-duccin anual de mquinas de escribir se increment hasta las 1200 uni-dades en 1881, la posicin de mercado que el QWERTY haba logrado consus primeros pasos estaba lejos de estar muy afianzada; la cantidad totalde mquinas QWERTY en los Estados Unidos es posible que no excedie-ra mucho de las 5000 cuando se inici la dcada de 1880.

    Tampoco estaba muy protegido su futuro por alguna necesidad tecno-lgica imperiosa. As, exista la posibilidad de hacer una mquina de escri-bir sin el mecanismo de las palancas que golpeaban hacia arriba que habadado lugar a la modificacin QWERTY, y fueron apareciendo en la escenaamericana diseos rivales. No solamente haba mquinas con palancas degolpe hacia abajo y golpe de frente que aportaban un punto de impre-sin visible; el problema del choque de las palancas podra ser sorteadoprescindiendo totalmente de las palancas, tal como haba hecho ThomasEdison hijo con su patente de 1872 de un cilindro de impresin elctrico quese convirti posteriormente en la base de las mquinas de teletipo. LucienStephen Crandall, el inventor de la segunda mquina de escribir que llegal mercado americano (en 1879) dispuso los tipos en un manguito cilndri-co: se hizo el manguito para girar hacia la letra requerida y llevarla al puntode impresin, bloquendola en el alineamiento correcto. (Y despus hablandel carcter revolucionario del diseo pelota de golf de la IBM 72/82).

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    Liberadas del legado de las palancas de los tipos, las mquinas de escribirque tuvieron xito comercial tales como la Hammond y la Blickensderferlucieron por primera vez un sistema de teclado que era ms cmodo que elQWERTY. El entonces denominado teclado Ideal tena la secuencia DHIA-TENSOR en la fila dominante, diez letras con las que uno puede escribirms del 70 por ciento de las palabras de la lengua inglesa.

    El auge de las mquinas de escribir comenz en la dcada de 1880, aosque fueron testigos de una rpida proliferacin de diseos competitivos,compaas manufactureras y sistemas de teclado que competan con elQWERTY de la Sholes-Remington. Sin embargo, a mediados de la siguientedcada, justo cuando ya era evidente que cualquier base micro-tecnolgicaque pudiera justificar el predominio del QWERTY estaba siendo eliminadapor el progreso de la ingeniera de las mquinas de escribir, la industria delos Estados Unidos se estaba mudando rpidamente hacia el estndar deuna mquina de golpe vertical frontal con un teclado QWERTY de cuatro filasque se denomin el Universal. Durante el perodo 1895-1905, los principa-les productores de mquinas que no utilizaban palancas de tipos lo acatarony ofrecieron el Universal como una opcin alternativa al teclado Ideal.

    2. QWERTY-NOMA BSICAPara entender lo que haba pasado en el fatdico intervalo de 1890, el

    economista debe fijarse en el hecho de que las mquinas de escribir esta-ban comenzando a ocupar su lugar como un elemento de un sistema deproduccin bastante complejo, ms amplio, que estaba interrelacionadotcnicamente. Adems de los fabricantes y compradores de las mquinasde escribir, este sistema inclua los operarios de las mquinas de escribiry la diversidad de organizaciones (tanto privadas como pblicas) que sededicaron a formar a la gente en tales destrezas. Todava ms importantepara el resultado fue el hecho de que, en contraste con los sub-sistemasde hardware de los que el QWERTY y otros teclados eran una parte, el sis-tema de produccin ms amplio no fue el diseo de nadie. Ms bien comola proverbial Topsy, y como otras muchas cosas en la historia de las eco-nomas, simplemente creci.

    El advenimiento de la escritura al tacto, un claro avance respecto almtodo busca-y-teclea de cuatro dedos, se produjo al final de 1880 y fuedecisivo, ya que esta innovacin fue adaptada al teclado QWERTY de laRemington desde su inicio. La escritura al tacto dio origen a tres rasgos delsistema de produccin naciente que tuvieron una importancia crucial paraque el QWERTY llegara a quedar locked in (encerrado) como el sistemade teclado predominante. Estos rasgos eran la interrelacin tcnica, las eco-nomas de escala y la cuasi-irreversibilidad de la inversin. Ellos constituyenlos ingredientes bsicos de lo que podra denominarse QWERTY-noma.

    Interrelacin tcnica, o la necesidad de compatibilidad de sistemas entreel hardware del teclado y el software representado por la memoria delos mecangrafos al tacto respecto a una determinada ordenacin de lasteclas, significaba que el valor actual esperado de una mquina de escribircomo instrumento de produccin dependa de la disponibilidad de software

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    compatible creado por las decisiones de los mecangrafos respecto al tipode teclado que deberan aprender. Antes del crecimiento del mercadodomstico de mquinas de escribir, los compradores del hardware eran nor-malmente empresas comerciales y, por lo tanto, distintos de los propietariosde las destrezas correspondientes a la mecanografa. En aquel momento (ytambin posteriormente) existan pocos incentivos para que una empresacualquiera invirtiera en proporcionarle a sus empleados una forma de capi-tal humano general que se podra llevar tan fcilmente a otra parte (recur-dese que fue la Marina de los Estados Unidos en tiempos de guerra, no suempleador habitual, quien acometi el experimento de reconvertir mecan-grafos al teclado Dvorak). Sin embargo, la adquisicin por parte de unempleador potencial de un teclado QWERTY transfera una externalidadpecuniaria positiva a los mecangrafos al tacto con formacin compatible.En la medida en la que esto incrementase la probabilidad de que los poste-riores mecangrafos decidieran aprender QWERTY, antes que otro mtodopara el que el stock de hardware compatible no fuera tan grande, el coste deluso del capital de un sistema de mecanografa basado en el QWERTY (o encualquier teclado concreto) tendera a disminuir conforme ganase en acep-tacin respecto a otros sistemas. En el mercado de formacin en escritura altacto imperaban condiciones esencialmente simtricas.

    Estas condiciones de costes decrecientes o economas de escala delsistema tuvieron varias consecuencias, entre las que la ms importantefue sin duda que la competencia inter-sistemas tendiese a una estandari-zacin de facto, a travs del predominio de un nico diseo de teclado. Aefectos analticos, el asunto se puede simplificar de la siguiente manera:supongamos que, de un modo uniforme, los compradores de mquinas deescribir no tuvieran preferencias inherentes respecto al teclado, y que sola-mente les interesase cmo estaba distribuido el stock de mecangrafos altacto entre los distintos modelos de teclado. Supongamos, por la otraparte, que los mecangrafos fueran heterogneos en lo que respecta a suspreferencias a la hora de aprender un mtodo de escritura al tacto basa-do en el QWERTY, en contraposicin con otros mtodos, pero que tambinestuvieran atentos a la forma en la que se distribuyera el stock de mqui-nas respecto a los modelos de teclados. Ahora imaginemos que los miem-bros de esta poblacin heterognea toman, de forma aleatoria, decisionesrespecto al tipo de formacin en mecanografa que van a adquirir. Sepuede ver que, con costes decrecientes de seleccin no acotados, cadadecisin estocstica en favor del QWERTY aumentara la probabilidad (aun-que no la garantizara) de que la persona que seleccionara a continuacinoptase por el QWERTY. Desde el punto de vista de la teora formal de losprocesos estocsticos, lo que estamos considerando ahora es equivalentea un modelo urna de Polya generalizado. En un modelo sencillo de esetipo, se obtiene una muestra con reposicin de una urna que contienebolas de diferentes colores, y cada extraccin de una bola de un color con-creto lleva a que se introduzca en la urna una segunda bola de dicho color;las probabilidades de que se aadan bolas de colores concretos son, porconsiguiente, funciones (lineales) crecientes de las proporciones en las quelos respectivos colores estn representados dentro de la urna. Un teoremareciente, de W. Brian Arthur et al. (1983; 1985), nos permite decir que, si seampla indefinidamente una forma generalizada de dicho proceso (caracte-

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    rizado por rendimientos crecientes no acotados), la participacin propor-cional de uno de los colores converger, con probabilidad uno, a la unidad.

    Puede haber muchos candidatos que renan los requisitos para obte-ner la supremaca, y desde una posicin ventajosa ex ante no podemosdecir con la correspondiente certeza cul de entre los colores contendien-tes o sistemas de teclado rivales ser el que obtendr finalmente el pre-dominio. Esa parte de la historia es probable que sea determinada poraccidentes histricos, es decir, por la secuencia concreta de eleccionesrealizada cerca del principio del proceso. Es all donde factores efmeros,esencialmente aleatorios, tienen ms posibilidades de ejercer una graninfluencia, tal como ha sido demostrado ingeniosamente por Arthur (1983)en su modelo de la dinmica de la competencia tecnolgica bajo rendi-mientos crecientes. La intuicin indica que si las elecciones fueran hechaspensando a largo plazo, en lugar de en forma miope, sobre la base de lascomparaciones entre los costes prevalecientes en la actualidad en los dife-rentes sistemas, el resultado final podra venir determinado fuertementepor las expectativas. Un sistema concreto podra triunfar sobre sus rivalesslo por el hecho de que los compradores del software (y/o el hardware)esperasen que lo hara. Esta intuicin parece estar respaldada por los an-lisis formales recientes de Michael Katz y Carl Shapiro (1983), y Ward Han-son (1984), de mercados en los que los compradores de productos rivalesse benefician de las externalidades asociadas al tamao del sistema com-patible o red a la que de ese modo se terminan uniendo. Aunque el lide-razgo inicial logrado por QWERTY a travs de su asociacin con la Reming-ton fue cuantitativamente muy exiguo, una vez amplificado por las expec-tativas es posible que haya sido suficiente como para garantizar que alfinal el sector estuviera encerrado de facto en un estndar QWERTY.

    El que este lock-in (encierro) se produjera tan pronto como amediados de la dcada de 1890 parece que se debe tambin en parte alelevado coste de la conversin del software y la consiguiente cuasi-irreversibilidad de la inversin en destrezas especficas respecto a lamecanografa al tacto. As, en lo que se refiere a los costes de conver-sin del teclado, haba aparecido una asimetra importante entre loscomponentes software y hardware del sistema que se estaba gestando:los costes de la conversin del software de la mquina de escribir esta-ban subiendo al mismo tiempo que estaban disminuyendo los de la con-versin del hardware. A la vez que las tecnologas nuevas, sin palancasde tipos, desarrolladas durante la dcada de 1880 estaban liberando alos teclados de la sujecin tcnica al QWERTY, de la misma manera, losfabricantes de mquinas de escribir estaban liberndose de los costesfijos de la sujecin a cualquier disposicin concreta de las teclas. Losfabricantes de mquinas no QWERTY que pretendieran ampliar su cuotade mercado podran, con bajos costes, cambiar, con el objetivo de lograrla compatibilidad con los ya existentes stocks de mecangrafos adies-trados en el QWERTY, que, por su parte, no podran realizar dicho cam-bio. Fue, pues, sta una situacin en la que los detalles concretos res-pecto a la secuencia de desarrollo en el tiempo haban llevado a quefuera rentable en trminos privados a corto plazo adaptar las mquinasa los hbitos de los hombres (o de las mujeres, como ocurri de formacreciente) en vez de al revs. Y las cosas han sido as desde entonces.

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    3. MENSAJEEn lugar de una moraleja, quiero dejarles con un mensaje de fe y cier-

    ta esperanza. La historia del QWERTY es una historia bastante intrigantepara los economistas. A pesar de la presencia del tipo de externalidadesque el anlisis esttico estndar nos dice que afectaran al logro del gradode compatibilidad del sistema ptimo socialmente, la competencia enausencia de mercados perfectos de futuros conduce prematuramente alsector hacia la estandarizacin en el sistema inadecuado en el que lasdecisiones descentralizadas tomadas posteriormente han bastado paramantenerlo. Los resultados de este tipo no son tan raros. El que pasentales cosas es ms que probable en presencia de fuertes interrelacionestcnicas, economas de escala, e irreversibilidades debidas al aprendizajey a la formacin de hbitos. No son una sorpresa para los lectores prepa-rados por los pasajes clsicos de Thorstein Veblen en Germany and theIndustrial Revolution (1915), sobre el problema de los vagones de ferroca-rril ms pequeos de lo normal de Gran Bretaa y las penalizaciones portomar la delantera (vanse pp. 126-27); pueden ser dolorosamente fami-liares para los estudiantes que han sido obligados a asimilar los detallesde escritos merecidamente menos reconocidos (vanse mis trabajos de1971 y 1975) acerca de los obstculos puestos por el sistema de cantos ysurcos en el camino de la mecanizacin de las explotaciones agrarias, y lainfluencia de acontecimientos remotos en la historia del precio de los fac-tores de Estados Unidos en el siglo XIX sobre el posteriormente emer-gente sesgo hacia mejoras tecnolgicas ahorradoras de trabajo en el sen-tido de Hicks en la produccin de ciertas ramas de las manufacturas.

    Creo que hay muchos ms mundos QWERTY tendidos en el pasado, enla frontera del ordenado universo del analista econmico moderno; mun-dos que an no hemos percibido o entendido totalmente, pero cuyainfluencia, como la de las estrellas negras, se prolonga no obstante para darforma a la rbita visible de nuestros asuntos econmicos contemporneos.La mayor parte del tiempo estoy seguro de que los apasionantes placeresy los tranquilos terrores de explorar los mundos QWERTY bastarn paraatraer a los economistas intrpidos hacia el estudio sistemtico de proce-sos dinmicos esencialmente histricos, tentndoles as por los caminos dela historia econmica, hacia una mejor comprensin de su tema.

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    Veblen, Thorstein (1915): Imperial Germany and the Industrial Revolution,Nueva York, MacMillan.

    ABSTRACT

    The main point of the story will become plain enough: it is some-times not possible to uncover the logic (or illogic) of the worldaround us except by understanding how it got that way. A path-dependent sequence of economic changes is one of which impor-tant influences upon the eventual outcome can be exerted by tem-porally remote events, including happenings dominated by chan-ce elements rather than systematic forces. In such circumstanceshistorical accidents can neither be ignored, nor neatly quaranti-ned for the purpose of economic analysis; the dynamic processitself takes on an essentially historical character. The advent oftouch typing was critical, because this innovation was from itsinception adapted to the Remingtons QWERTY keyboard. Touchtyping gave rise to three features of the evolving production sys-tem which were crucially important in causing QWERTY to beco-me locked in as the dominant keyboard arrangement. Thesefeatures were technical interrelatedness, economies of scale, andquasi-irreversibility of investment. They constitute the basic in-gredients of what might be called QWERTY-nomics. I believe thereare many more QWERTY worlds lying out there in the past, on thevery edges of the modern economic analysts tidy universe;worlds we do not yet fully perceive or understand, but whoseinfluence, like that of dark stars, extends nonetheless to shape thevisible orbits of our contemporary economic affairs.

    Key words: Paul A. David, path-dependence, economics ofQWERTY, role of history in the economy, non-ergodicity, quasi-irreversible investments, technical interrelatedness, networkexternalities, "lock-in", Polya urn process.

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