Patrimonio Cultural Inmaterial No. 5

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    Los Sacha Runa y la Conservacin: Una lucha histrico-identitaria en la Amazona

    Los Paisajes Culturales y los Territorios Culturales: Algunas Reexiones Celebrando la esta de Los Caporalesen el Pueblo Salasaka

    Locales en donde or misaen la Cuenca de los siglos XVI y XVII

    Fanesca Comunitaria en la parroquia Multitud, Chimborazo

    Revista de Patrimonio Cultural Inmaterial Ecuador

    NRO.5/ JUNIO-SEPTIEMBRE2012/AO2

    PatrimonioCultural

    InmaterialNRO. 5 / ABRIL- JUNIO 2012 / AO 2

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    fotografa: Xavier Castro

    Raael Correa DelgadoPresidente Constitucional de la

    Repblica del Ecuador

    Mara Fernanda Espinoza GarcsMinistra Coordinadora de Patrimonio

    Erika Sylva CharvetMinistra de Cultura

    Ins Pazmio GavilanesDirectora Ejecutva del Instituto Nacionalde Patrimonio Cultural

    Santiago Ordnez CarpioDirector Regional 6 del INPC

    DELEGADOS DEL DIRECTORIO INPC

    Gabriela Eljuri JaramilloSubsecretaria de Patrimonio Cultural. Ministerio de CulturaPresidenta del Directorio del INPC

    Diego Falcon GarcsDelegado del Seor Ministro del Interior

    Gustavo MartnezDelegado del Seor Ministerio de Deensa Nacional

    Richard GarcaDelegado de la Conerencia Episcopal Ecuatoriana

    Eduardo Crespo Romn

    Delegado de la Casa de la Cultura Ecuatoriana alDirectorio del INPC

    Mara Ins RivadeneiraDelegada del Secretario Nacional de la SENESCYT

    Csar JaramilloAsesor del Ministerio Coordinador del Conocimiento yTalento Humano

    Coordinacin EditorialElena Noboa JimnezSantiago OrdezXavier Pesntez

    Produccin

    INPC- Regional 6

    Foto PortadaDiego Castro OchoaProcesin esta Pascua Ramos Sisid-Caar

    Diseo y DiagramacinIdeando Publicidad

    ImpresinGrcas Hernndez Cia. Ltda

    PCI Patrimonio Cultural InmaterialRevista del Instituto Nacional de PatrimonioCulturalwww.inpc.gob.ec

    Comentarios y [email protected], abril-junio 20122.500 ejemplares / Circulacin gratuita

    Pichicha Procesin Jess del Gran

    PodeFotografa: Gabriela Guevara

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    IndicePresentacin 5

    Ensayo:

    Los Sacha Runa y la Conservacin: Una lucha histrico-identitaria

    en la Amazona(Allison Korn) 6

    Los Paisajes Culturales y los Territorios Culturales: Algunas

    Refexiones (Arq. Silvia Onnis) 10Un arquitecto mirando al patrimonio cultural inmaterial: Un enoque desde

    los espacios de la arquitectura (Fausto Cardoso) 13

    Maniestaciones:

    Maniestaciones de la Semana Santa (Gabriela Guevara) 17Celebrando la esta de Los Caporales en el Pueblo Salasaka. (Vernica Morales) 19

    La esta del Pascua Ramos en Sisid - Caa (Diego Castro Ochoa ) 24

    Ramos Santos y oraciones a Santa Brbara, combinacin protectora

    contra rayos, tormentas y granizo (Santiago Ordez ) 26

    Histrico:

    Locales en donde or misa en la Cuenca de los

    siglos XVI y XVII (Diego Arteaga) 30

    Registro Nacional del PCI

    Fanesca Comunitaria- Multitud, Chimborazo (INPC) 32

    Cartelera 33

    Fotograa del mes (Diego Castro) 35

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    Presentacin

    Tungurahua Montados, Salasaka

    Fotografa: Vernica Morales

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    Presentacin

    R e v i s t a d e P a t r i m o n i o C u l t u r a l I n m a t e r i a l E c u a d o r

    E n busca de ortalecer el conocimiento ciudadano sobre el valor del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI),como elemento destacado para la cohesin y valoracin de nuestras identidades, ponemos a su considera-cin el quinto ejemplar continuo de la Revista PCI, rgano de diusin del rea de Patrimonio Cultural Inma-terial del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), con cuyos artculos esperamos cumplir con esteobjetivo, el de despertar el inters por las mltiples maniestaciones culturales encerradas en los mbitosdel Patrimonio Inmaterial, que no son otra cosa que el patrimonio con dimensin humana, aquel patrimoniodotado de vida y dinamismo y cuya riqueza en nuestro pas es inagotable.

    En el presente nmero, correspondiente al trimestre abril / junio, presentamos interesantes colaboracionesplasmadas en artculos divididos en secciones temticas, as entre otros, en la seccin Ensayos, presentamosartculos que teorizan sobre varios aspectos del PCI como el Patrimonio Inmaterial percibido desde la pticade un arquitecto, las tensiones generadas entre la preservacin de reas naturales vacas del componente

    humano y el reclamo de sus ocupantes ancestrales desplazados, tema analizado en relacin a los SachaRunas del Napo, esta seccin adems presenta la visin terica del manejo de un nuevo concepto aplicadoal manejo patrimonial, los Paisajes Culturales, que hace de nexo entre los patrimonios material e inmaterialy cuya aplicacin en el pas est dando sus primeros pasos.

    A estos ensayos conceptuales, se suman artculos sobre maniestaciones como los Ramos Santos delDomingo de Ramos y su asociacin con el control de los enmenos meteorolgicos, la celebracin de laSemana Santa en Quito, el ciclo de la esta de Los Caporales de la parroquia Salasaka de Tungurahua.

    Esperamos que esta entrega sea de su agrado y despierte su inters por la riqueza de nuestro patrimonio.

    Ins Pazmio GavilanesDirectora Ejecutiva del INPC

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    Los Sacha Runa y la Conservacin:Una lucha histrico-identitaria en la Amazona

    Allison Korn

    Antroploga

    aba pasado una hora desde que dejamos atrs el asalto de la carretera y habamos cruzado tres crista-linos ros en los cuales mis pies se sentan como peces nadando en el interior de mis agujeradas botas. Lidia,la amiga que me acompaaba, me avis que estbamos entrando al terreno de sus padres. Los rboles nosmiraban desde arriba y el aire ola a verde. Unos minutos despus, escuch un uerte y loso silbido comollamndonos, pjaros? le pregunt. No. Son los Sacha Runa. Siempre avisan cuando un extrao entraen sus bosques. Saben que estamos aqu y nos avisan que nos estn mirando, contest Lidia, con certeza.

    Despus de cinco meses de haber vivido en Jondachi, una comunidad de los Kichwa/Quixos en la provinciadel Napo, y de haber sostenido mltiples conversaciones y entrevistas con los moradores de la zona comoparte de mi trabajo de tesis acerca de estos espritus del bosque, me qued sorprendida, escuchando conatencin a los Sacha Runa. Mucho ms que unos espritus olclricos que suelen adornar las descripcionestursticas de la zona, los Sacha Runa viven en la selva, y exigen respeto. Los silbidos que yo escuchaba noprovenan de ningn cuento antstico de la imaginacin; los Sacha Runa tampoco estaban dndome la bien-

    H

    Napo Jondachi, comunidad de los Kichwa/Quixos

    Fotografa: Allison Korn

    Ensayos

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    venida idlica del imaginario comn de la Amazona, en el cual,todo lo relacionado a la selva es considerado mstico y puro,como si nada hubiese cambiado desde el comienzo de tiem-po (Conklin, 1997; Gow, 1993; Rafes, 2002; Taussig, 1987).Ms bien, Lidia me ayud a entender que los Sacha Runa nosestaban dando un exigente mensaje: nos dejaban entrar a sus

    bosques, pero tenamos que entrar bajo una relacin en la quedebamos orecerles respeto y pedirles permiso.

    El propsito de mi caminata era llegar hasta la casa de lospadres de Lidia, Francisco y Antonia, para entrevistarlos. Fran-cisco es un viejo Yachak , y vive solo con su esposa en unterritorio de 39 hectreas. Francisco es generalmente calladoy su mirada es tan prounda que uno no duda en imaginar eltiempo que ha pasado en el mundo de los Sacha Runa.

    Sus poderes los recibi de los Sacha Runa que habitan enesta selva, y los utiliza para curar a la gente, para conectarsecon otros tiempos y espacios de sabidura, manteniendo asviva su identidad cultural. Cada Yachak aprende de dierentesespritus, ya sea el espritu de la cascada, de la piedra, de lacueva, del pantano, o de la selva, y as mismo recibe die-rentes poderes. En el proceso, el aprendiz debe someterse arigurosas dietas, y pasar mucho tiempo aislado en los luga-res en donde habitan los espritus. Muchas veces, el aprendizdesaparece por algunos meses, durante este tiempo, la ami-lia sabe que se ha ido al otro mundo, al mundo de los SachaRuna. Este mundo es real, y es posible introducirse en l atravs de los sueos, de tomar ayahuasca, de umar tabaco, osimplemente de caminar en el bosque. Es aqu en este mundodonde el Yachak aprende y recibe nuevos poderes de curacin

    y cuando vuelve con su amilia, regresa con ms poder, lo

    cual le brinda ms respeto ante la gente.La selva en la cual Lidia y yo nos habamos introducido eraconsiderada la selva de su padre, Francisco, porque l tenacontacto, comunicacin, y relacin con los Sacha Runa de eselugar, y por ello, tenamos que pedirle permiso a l para entrar.

    Pero los Sacha Runa no solo dan poder. Me haban aconse-jado que antes de entrar en la selva, se debe umar tabacocomo proteccin contra ellos. Los Sacha Runas son buenossi uno les orece respeto y son respetados los espacios de lanaturaleza que son sus hogares, pero cuando se produce unaalta de respeto, se vuelven peligrosos. Se dice que los SachaRuna (hombres) y las Sacha Warmi (mujeres) son espritusmuy apuestos, rubios, y seductores. Si el Yachak aprendiz, ocualquier persona comn, llegase a altarle el respeto a losespritus, estos, (que aparecen en mltiples ormas), suelenhacer que la persona se extrave en el bosque, volvindolavulnerables y cilmente seducibles. Si una persona es espiri-tualmente uerte, a veces la dejan regresar al mundo terrenal;en otras ocasiones permanecen junto a los Sacha Runa parasiempre.

    Cuando llegamos a la casa de Francisco, nos percatamos deque l estaba muy preocupado, tanto que rompi su herm-tico silencio para contarme de los dolores de su selva. El y suamilia han vivido en la zona por cientos de aos, siempre mo-vindose de acuerdo a la vida semi-nmada de su cultura. En1970, los militares del gobierno militar empezaron a colonizarla zona a travs de la construccin de la carretera Baeza-Tena,dentro de la nueva Ley de Reorma Agraria y Colonizacin deesa poca. Segn la agenda poltica de gobierno, la selva era

    considerada como tierra balda debido al desconocimiento

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    Napo Doa Lidia, Yachak Kichwa/Quixos

    Fotografa: Allison Korn

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    Napo Jondachi, comunidad de los Kichwa/Quixos

    Fotografa: Allison Korn

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    R e v i s t a d e P a t r i m o n i o C u l t u r a l I n m a t e r i a l E c u a d o r

    en cuanto a la orma y estructura social y cultural de los in-dgenas que habitaban en esos lugares que los generalizabacomo sociedades primitivas y retrasadas que no encajabandentro del paradigma de la produccin y desarrollo capitalistaque promova el gobierno nacional (Macdonald, 1999; Mura-torio, 1998; Wilson, 2010).

    La mayora de indgenas de la zona sentan que la nica or-ma de deender y mantener su territorio era mediante la ob-tencin de las escrituras de sus tierras. Para obtenerlas, elgobierno no solo les oblig a pagar por el terreno ancestralen el que ya habitaban, sino que en las escrituras otorgadasse estipulaba que tenan que talar por lo menos el 50% de lapropiedad para la produccin agrcola, predominantementepara la ganadera; caso contario, el Estado embargara dichapropiedad. Dentro de solo unos aos, gente como Francisco,que casi no haba conocido el dinero, ue sometida a prs-tamos de los bancos para poder adquirir las escrituras queles permita seguir viviendo en su territorio; ueron orzados

    a destruir la mayor parte de su selva para la ganadera, e in-troducidos en un crculo vicioso de endeudamiento para laadquisicin de ganado, como dice Lidia, antes la gente deca,indios no pueden trabajar, son vagos, por eso no tumban,tiene que tumbarse, tiene que limpiar la selva. Actualmente,mucha gente como Francisco sigue trabajando con la ganade-ra porque es la nica orma de pagar las deudas y los nuevosgastos que vienen con la modernizacin.

    Ahora la amilia de Lidia tiene un conficto grave: este ao,sus 39 hectreas pueden ser reducidas por la mitad, y pasara ormar parte de la Reserva Ecolgica Antisana. Con estaexpropiacin, Lidia y su amilia perderan el acceso a parte desus tierras ancestrales, a los espacios sagrados, y a los Sa-cha Runa que los habitan, cuyo patrimonio da alimento, vida yayuda a mantener su identidad como indgenas de esa selva.Aunque la amilia de Lidia siempre ha respetado, cuidado, yamado su selva, en el pasado ueron obligados a destruir granparte de ella para no perder su territorio y por ende su vida,a causa de los proyectos de desarrollo capitalista y de colo-nizacin. Actualmente son vistos como un problema para laconservacin, por ser incapaces de cuidar la selva donde hanvivido por siglos.

    Despus de tanta lucha para deender su territorio de los co-

    lonos, el terreno va a ormar parte de una reserva ecolgica,libre de seres humanos que habiten el lugar. Varios autoreshan argumentado que el acto de encerramiento en el nombrede la proteccin del medio ambiente es un acto de desposei-miento (Duy & Moore, 2010; Holmes, 2010; Igoe, 2004; Li,2007; Whitehead, 2003). Al perder la soberana sobre su te-rreno, la amilia de Lidia siente que pierde su orma de vida ysu identidad al verse impedida de conectarse con los espaciossagrados de la selva donde siempre han vivido, donde vivenlos Sacha Runa y de donde reciben salud, sabidura, y vitali-dad. Ahora, en vez de pedir permiso a los espritus del bosquey al abuelo Yachak para entrar a la selva de su tierra ancestral,

    tendrn que hacerlo a un guardabosque. La amilia de Lidiano se opone a la conservacin, pero saben que ellos son unaparte undamental de la selva tambin y que al perder lasoberana sobre sus terrenos ancestrales, perderan tambinsu uerza espiritual, la uente de su sabidura ancestral y suidentidad cultural.

    Obras Citadas

    Conklin, B. A. (1997). Body Paint, Feathers, and VCRs: Aesthe-

    tics and Authenticity in Amazonian Activism. American Ethno-

    logist, 24(4), 711-737.

    Duffy, R., & Moore, L. (2010). Neoliberalising Nature? Elephant-

    Back Tourism in Thailand and Botswana. Antipode, 42(3), 742-

    766. doi: 10.1111/j.1467-8330.2010.00771.x

    Gow, P. (1993). Gringos and Wild Indians: Images of History

    in Western Amazonian Cultures. LHomme, 126(8), 327-347.

    Holmes, G. (2010). The Rich, the Powerful and the Endan-

    gered: Conservation Elites, Networks and the DominicanRepublic. Antipode, 42(3), 624-646. doi: 10.1111/j.1467-

    8330.2010.00766.x

    Igoe, J. (2004). Seeing Conservation through the Global Lens

    Conservation and Globalization. Belmont, CA: Thomson/Wad-

    sworth.

    Li, T. M. (2007). The Will to Improve. Durham: Duke University

    Press.

    Macdonald, T. (1999). Ethnicity and Culture Amidst New

    Neighbors: The Runa of Ecuadors Amazon. Boston: Allyn

    and Bacon.

    Muratorio, B. (1998). Rucuyaya Alonso y la Historia Social y

    Econmica del Alto Napo, 1850-1950. Quito: Abya-Yala.

    Oberem, U. (1980). Los Quijos: Historia de la Transcultura-

    cin de un Grupo Indgena en el Oriente Ecuatoriano. Otavalo,

    Ecuador: Instituto Otavaleo de Antropologa.

    Rafes, H. (2002). In Amazonia: A Natural History. Princeton:

    Princeton University Press.

    Ruiz Mantilla, L. (1992). Jumandi: Rebelin, Anticolonialismo y

    Mesianismo en el Oriente Ecuatoriano, Siglo XVI. In F. Santos

    Granero (Ed.), Opresin Colonial y Resistencia Indigena en la

    Alta Amazonia (pp. 77-101). Quito: FLACSO.

    Taussig, M. (1987). Shamanism, Colonialism, and the Wild

    Man: A Study in Terror and Healing. Chicago: University of Chi-

    cago Press.

    Whitehead, J. (2003). Space, Place and Primitive Accumula-tion in narmada Valley and Beyond. Economic and Political

    Weekly, 38(40), 4224-4230.

    Wilson, P. C. (2010). Federaciones Indgenas, ONG y el Estado:

    El Desarrollo y la Politizacin de la Cultura en la Amazona

    Ecuatoriana. Quito: Ediciones Abya-Yala.

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    Per Valle de Urubamba-Machu Picchu,Per

    Fotografa: Silvia Onnis

    Los Paisajes Culturales y los TerritoriosCulturales: Algunas Reexiones

    Arq. Silvia Onnis

    Arqueloga

    n todos los paisajes podemos distinguir las huellas del pasado, es decir de la larga, intima y complejainteraccin entre el hombre y su medio ambiente.

    El hombre modica su ambiente para satisacer sus necesidades materiales y espirituales, en el continuoesuerzo de adaptarse a la naturaleza, dejando rasgos de su cultura (religin, creencias, conocimientostcnicos y cientcos, losoa, poltica) en el mundo material.

    En el mundo hay una extensa variedad de paisajes modelados por las dierentes civilizaciones; con el n deprotegerlos y valorizarlos, la UNESCO incorpor en su poltica el concepto de Paisaje Cultural, tema que hacausado mucha conusin y que ha sido debatida por muchos especialistas del mbito cultural.

    EL PAISAJE CULTURAL EN LA POLTICA DE LA UNESCO

    La Convencin del Patrimonio Mundial ue adoptada en Pars en 1972 por la UNESCO para promover y codi-car la proteccin del patrimonio mundial cultural y natural.

    E

    Ensayos

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    Hasta el 2011, se han adherido a la Convencin 188 EstadosSoberanos - de los 195 reconocidos a nivel internacional locuales se comprometen a proteger los sitios en su territorio ya ayudar a los dems Estados Partes en la deensa y protec-cin de un patrimonio que, ms all de la pertenencia a unanacin determinada, tiene que ser percibido como Patrimoniode la Humanidad, por su valor universal excepcional.

    Inicialmente, se identicaron dos categoras de sitios: lossitios culturales y los sitios naturales, pero con la evolucin

    del concepto de patrimonio en 1992 se plante la posibili-dad de introducir la categora de paisaje cultural, de hechoya presente in nuce en el artculo 1 de la Convencin dePars, donde se habla de creaciones conjuntas del hombre yla naturaleza.

    De esta manera, la Convencin se transorm en el primerinstrumento jurdico internacional para identicar, proteger,conservar y legar a las generaciones uturas los paisajes cul-turales de valor universal excepcional .

    Defnicin de Paisaje Cultural

    Los paisajes culturales, resultado de la interaccin Hombre /Naturaleza, ilustran la evolucin de la sociedad humana ysus asentamientos a lo largo del tiempo, condicionados porlas limitaciones y/o oportunidades sicas que presenta su en-torno natural y por las sucesivas uerzas sociales, econmicasy culturales, tanto externas como internas .Por lo tanto, queda claro como el contexto geogrco con suscaracteristicas sicas (orograa, hidrograa, clima, fora, au-na, etc) juega un papel importante en la interrelacin, ya quepuede ser dicil u hostil y obliga al hombre a adaptarse, desa-rrollando tcnicas propias de gestin de la tierra y del mar ydiseando un hbitat arquitectnico y urbano adecuado.

    Adems de satisacer sus necesidades materiales, el hombredesde la prehistoria siempre tuvo la necesidades espiritual deasociar signicados y smbolos al paisaje, para representar susistema de valores.

    Hay muchos enmenos culturales que pueden dar orma alpaisaje: las creencias ancestrales, religiosas ( los montes, lasormaciones naturales sagradas, etc.), la diusin de modelosculturales y las ideologas (p.e. los paisages modelados porlos ideales del Renacimiento, o del Absolutismo), la imposicin

    de modelos externos que se di con las conquistas en dieren-tes pases y tiempos (p.e. la colonizacin europea de Amrica,rica y Australia), etc.

    El trmino abarca una amplia variedad de maniestacionesde interaccin entre el hombre y su medio ambiente naturaly desde el principio ueron identicadas tres sub-categoras:

    1. el paisaje diseado, concebido y creado intencionalmentepor el hombre por razones estticas: por ejemplo los jardinesbotnicos, parques y jardines histricos que pertenecen a vi-llas y palacios nobles o a edicios religiosos.

    2. el paisaje evolutivo u orgnicamente desarrollado: refejaen su orma actual, el proceso evolutivo de su relacin con elentorno natural, al cual contribuyeron enmenos de origensocial, econmico, administrativo y religioso.

    El paisaje evolutivo puede ser un paisaje sil (o relicto) o unpaisaje viviente, este ltimo an habitado y cultivado, dondeel proceso que model el territorio contina. Es el caso de lospaisajes vitivincolas europeos, los campos de arroz de Asia, olos antiguos andnes incas que an se cultivan en Per.

    3. el paisaje culturl asociativo: no es tan importante la pre-

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    Alrededores de Holanda

    Fotografa: Oland-Sweden

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    sencia de rasgos culturales tangibles, pero existe la uerteasociacin entre elementos naturales y enmenos religiosos,artsticos y culturales. Pueden denirse paisajes culturlesasociativos no solo esos lugares representados en las obrasde arte, literrias o poticas, sino tambin los lugares sagra-

    dos o importantes para las culturas indgenas locales.

    En 1994 se introdujo la categora de paisaje lineal, que com-prende los itenerarios o caminos recorridos por motivos reli-giosos, administrativos y culturales, por ejemplo las rutas queunan Roma con el Imperio Romano, las rutas de peregrina-cin hacia Santiago de Compostela. O el mismo Qhapaq an,el sistema vial andino, obra de ingeniera que sigue siendosica, uncional y simblicamente relevante para los pueblosandinos de la actualidad.

    Consideraciones

    La inclusin de la categora de paisaje cultural exprime unacreciente sensibilidad a la importancia del paisaje: testimo-

    nios monumentales individuales ya no se pueden concibircomo separados del contexto. El paisaje puede ser un mar-

    co adecuado a la emergencia monumental, agregarle valor ybrindarle al observador ms datos de comprensin y conoci-miento del contexto cultural en el que se concibi el monu-mento.La proteccin, por lo tanto, se extiende a la escala territorial.

    Si el paisaje diseado es cilmente reconocible y limitable entoda su amplitud, el paisaje evolutivo viviente al contrario delanterior suele tener lmites no denidos y desvanecerse enotras zonas, a menudo trascender los lmites administrativosactuales, imponiendo la colaboracin entre dierentes Estados(bienes tranronterizos) o Provincias para la proteccin del

    area, histricamente concebida como unitaria y conorme porsus peculiaridades.

    El Paisaje cultural viviente puede asumir un caracter identi-tario: los habitantes que se identican con el, son ms atentosen cuidar el territorio y permiten que se conserve a travs desu continuo uso, sico, religioso, cultural, productivo.

    Esto es muy importante no slo para omentar el tursmo res-ponsable, sino principalmente para restablecer una nueva re-lacin entre los habitantes y su medio ambiente en consonan-cia con la modernidad, que permita el desarrollo sostenible yla conservacin integrada , y que pueda parar la migracin dejvenes que abandonan sus tierras hacia las grandes ciuda-des industrializadas, que parecen orecer ms oportunidadesde empleo.

    Si pensamos que la nica solucin para el hombre de hoy esel desarrollo sostenible, tenemos que apostar por la conserva-cin de los paisajes culturales, donde todava existen ormas

    tradicionales de vida respetuosas del medio ambiente y de labio-diversidad del sitio.

    BIBLIOGRAFA

    Unesco, Convencin del Patrimonio Mundial, Paris, 1972, http://whc.unesco.org/en/conventiontext

    lat. En esbozo

    Mechtild Rssler, Los paisajes culturales y la Convencin del Patri-

    monio Mundial Cultural y Natural:resultados de reuniones temticas

    previas

    Unesco, Operational Guidelines for the Implementation of the World

    Heritage Convention, http://whc.unesco.org/en/guidelines

    Fichas de los Sitios Patrimonio de la Hmanidad, http://whc.unesco.

    org/fr/list

    Silvio Piccardi, Il Paesaggio Culturale, Ptron Editore, Bologna, 1986.

    Tatiana Kirova, Beni dellumanit non pi i singoli monumenti ma i

    territori, 2008, entrevista por el periodico online www.galatina.it

    Colombia: Paisaje Eje Cafetalero,

    Fotografa: Silvia Onnis

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    Un arquitecto mirando al patrimonio cultural inmaterial:Un enoque desde los espacios de la arquitectura.

    M

    Fausto Cardoso Martnez

    Arquitecto Restaurador

    Profesor Universidad de Cuenca / Director Proyecto

    Vlir-CPM

    e toc recorrer, en una de las experiencias ms intensas de mi vida, contada a partir de mi niez, lasintimidades de los recovecos cuencanos, a la bsqueda no solo de esos lugares ocultos, espontneos yantsticos que la gente concibe a lo largo de su vida, en sus ambientes ms ntimos, sino tambin, la vida

    misma de la gente. La vida expresada en actitudes, tradiciones, mitos y costumbres.

    Liberado de la aislante lmina de cristal, que separa al automovilista de la realidad inmediata que desla antelos ojos, subido en un par de ruedas o caminando simplemente, me dej llevar por los chifones de vientoque indicaban que tras el pasillo deba existir un patio abierto, por la luz del ondo o por la clida invitacinde un vecino, artesano o propietario.

    Ingresar en ciertos locales era dar un salto de dcadas, desplazarse a ambientes en los que el viejo calen-dario solo serva de testimonio de su propia llegada: 1985. Una atractiva mujer, de moda un poco pasada,pero de juventud impecable, regala al visitante su invariable, eterna y algo azulada sonrisa, con un jarrn decristal y una popular marca de cerveza por delante. El polvo se posa sutilmente sobre los abombamientosde la imagen.

    Al lado, un poco ms adelante, una contrapuerta de cristal tambin separa dos mundos:

    Mesas y reglas de corte, otograas de rubios personajes en blanco y negro, bocetos de diseo de modasde los aos 50s, imgenes de Jess y la Virgen, y de un perro mal encarado con gorra de marinero que nosobserva, desaante. Un depsito de memoria impresionante que encierra, seguramente pequeas historiasy ugaces momentos de la vida de esa gente.

    El anciano sastre, por sobre los lentes asentados en la montura de su nariz, con sus dos hijos dedicados alocioso trabajo de la costura -ambos sobre los 50- observa con curiosidad nuestra imprevista presencia. Latela con sus puntadas se mantiene inamovible sobre el brazo que en perecta posicin horizontal cruza supecho. Yo he hecho los ternos a muchos alcaldes seala al encenderse la conversacin, para luego, trasganar un pice de conanza, contarme que conoci a mi abuelo y que visti tambin a mi pap. Ambos nosdejaron: hace casi 30 aos mi padrey unos aos antes, mi abuelo.

    R e v i s t a d e P a t r i m o n i o C u l t u r a l I n m a t e r i a l E c u a d o r

    Ensayos

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    Al rente del local, en el espacio del bullicio actual, una paredextraamente grande y ciega, tambin recoge los sedimen-tos de la vida reciente: Una obra de una bienal se desvaneceante la implacable accin diaria del sol, mientras la sociedadde hoy se maniesta con rases inimaginables hace solo dos

    dcadas, rases sostenidas por ese mismo muro: Sin miedosni culpa las mujeres abortamos

    Y cada vez que el anciano sastre sale de su taller, la rase lecomunica el mensaje: Sin miedos ni culpa las mujeres abor-tamos

    Una mujer indgena, del Chimborazo, con una carretilla carga-da de mangos -rojos a ms no poder- y cerezas (importadas),camina delante del grande y silencioso muro en el que un dano solo los maestros, sino tambin los artistas y los activis-tas sociales han dejado su huella. Luego pasa un hombre, un

    poco entrado en aos, mirando las puntas de sus pies. Es lavida diaria, que se volatiliza en el tiempo y que se deposita, aveces, en los espacios de la arquitectura.

    La carne, con su intenso color rojo impresiona, cuando el patiode la casa de adobe, impecablemente limpio, se abre ante

    los ojos del visitante. La carne que pende de hilos, anticipa lavspera de la esta en medio de un silencio absoluto, roto solopor el trino de algn pjaro que picotea un higo medio madu-ro, en un arbusto cercano. Las rocas siempre imponentes, en-marcan la casa y el patio y ms all el camote recin cultivadodescansa, o espera hasta que la actividad de preparacin dela esta se retome. El espacio se ha vuelto ms intenso. Hayvitalidad latente en medio del intrigante silencio.

    Ms abajo, cerca de la capilla, la vecindad se acerca con ar-dos al hombro, con pequeos animales, con ruta y pan. A

    cada recin llegado se le orece un vaso de chicha y luego, adiscrecin, chicha con punta.Es la esta del Pinshe, que por la proximidad de la SemanaSanta pone en movimiento a toda una comunidad en tornoa las casas de dos vecinos. Mario, uno de los priostes de

    la esta, impecable en su vestir como pocas veces, invita atodos a pasar a su casa en cuyo interior, durante una semanaal menos, hay gente que se sirve los alimentos preparadospor un grupo de mingueros de la alimentacin: Las mujeres alinterior con na organizacin pican las verduras, limpian lasvsceras, preparan las morcillasLos hombres alimentan eluego, mueven mesas de un lado a otro, acarrean los produc-tos. Alguien se acerca a recibir un gallo recin llegado que nover el amanecer siguiente.

    Las ollas bullen con caldos, sopas, granos, mote, asentadassobre parrillas que uncionan con lea. Un poco ms all, un

    hombre no pierde la concentracin mientras trocea con unno machete la carne que pasar a las grandes ollas que semantienen calientes por ms de una semana.

    Un arco triunal colorido por fores rescas an, dignica elacceso y salida de las personas al predio del Prioste, mientras

    la noche cae y las luces se encienden, mientras la laboriosaactividad se mantiene sin darse tregua. Al ondo, en la anti-gua capilla, cnticos y alabanzas trascienden sus muros paraanunciar a toda la comunidad que en el pueblo hay Fiesta, hayFe y hay Comunidad.

    Son dos experiencias, una de ellas muy reciente, de apenaspocos das atrs, en lugares que siendo azuayos, casi no tie-nen entre s relacin. Pero esto es aparente, pues en realidadla relacin subsiste en la religin compartida como uerzamotivante para las expresiones de e, en la historia compar-

    Azuay Susudel, Oa, La Fiesta del Pinshe.Los alimentos se intercambian entre el Prioste y la Comunidad.El Prioste ofrece alimentos cocinados, la Comunidad los entrega crudos.Fotografa: Fausto Cardoso M.

    Azuay Susudel, Oa, La Fiesta del Pinshe.La preparacin colectiva de alimentos.Fotografa: Fausto Cardoso M

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    con la rearmacin cotidiana de la e, o la intensidad de lossonidos que completan los espacios.

    Hay por lo tanto, en la construccin del espacio, una arqui-tectura sobre la arquitectura. Una arquitectura no solo de

    ormas y espacios, sino tambin de olores, sonidos, eventos,memoria, mitos y actitudes humanas de las cuales la ciudady la idea del espacio-lugar- no pueden abstraerse. Esa es laarquitectura de la memoria.

    El patrimonio inmaterial es el alma de los espacios sicos, esel soplo vital que lo llena de intensidad y de razn de ser. Laproteccin del patrimonio en consecuencia, debe cuidar porsu salud y por su bienestar, con tanto nasis con el que se hainteresado por el patrimonio material. Es ms, son inherenteslas dos ormas de patrimonio. Lo inmaterial, con su sola au-sencia, determina la conversin de la cultura (entendida como

    maniestacin viva) en pasado, en memoria, en recuerdo, ycon ello, en una prdida dolorosa para la realidad sica delpatrimonio edicado. Los muros silentes podrn poseer ca-

    pacidad de evocacin, las piedras podrn mostrar las huellasmarcadas por el paso de la gente, el esuerzo humano estarcondensado en los sillarespero todo esto no podr reem-plazar la presencia del rito intenso, de la calidez de la estao la intensidad de la plegaria. O simplemente la idea queun da hizo que en el taller del sastre, el perro mal encaradocon gorro de marinero je su vista perenne sobre el posible yrecin llegado cliente.

    tida (cada grupo humano con roles dierentes, ciertamente),en rasgos idiosincrticos comunes, en materiales, espacios,lenguajes es un mundo de elementos que han construidoambientes ms all de los muros con los que los ambientesse resuelven.

    A los espacios de la ciudad les corresponde construccionesmltiples, oleadas de acciones sucesivas, unas acertadas yhermosamente sorprendentes, otras lamentables y degradan-tes. Las construcciones no se remiten exclusivamente a loque los propietarios privados o las administraciones pblicashan ido implementando poco a poco hasta congurar el espa-cio, sino tambin a las grandes y pequeas acciones humanascuya huella sutil o contundentemente, se ha depositado sobreel lugar, que a ms de ser un lugar dominantemente sico seha transormado en ambiente creado, en ambiente vital, queinvita a pasar de la contemplacin a la integracin.

    La ciudad, de acuerdo a la armacin de Renato Bonelli , esLa vida impregnada en ormasy son ormas impregnadas

    de vida. Formas impregnadas de vida que deben ser en-tendidas no solo como elementos que guardan el pensamien-

    to humano en su concepcin, el esuerzo intelectual y sico ensu construccin, la respuesta a una orma u opcin de vida enel uso del espacio, sino tambin la irrupcin de la vida diaria,la presencia del rito, la huella del diletante, el paso emero deuna presencia, el tiempo depositado como ptina en el am-biente. Pero adems el da a da, la eervescente actividad quetrastorna la idea acadmica -recuentemente extremada enargumentos racionalistas o uncionales, que dejan poco espa-cio a la belleza o a la vida real- y que convierte al espacio enarquitectura de arquitecturas que se maniesta por oleadas,en donde cual catedral o teatro, el ambiente vibra a plenitud

    R e v i s t a d e P a t r i m o n i o C u l t u r a l I n m a t e r i a l E c u a d o r

    Cuenca, Azuay, Sastrera en la calle Juan Montalvo.El ambiente de los aos 60s se mantiene casi intacto.Fotografa: Autor, Fausto Cardoso M.

    Azuay Susudel, Oa, La Fiesta del Pinshe.La Comunidad compartiendo los alimentos en los das previos a laSemana Mayor.Fotografa: Fausto Cardoso M

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    Azuay La Fiesta del Pinshe. La preparacin colectiva de alimentos. Susudel, Oa.

    Fotografa: Fausto Cardoso M.

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    Maniestaciones de la Semana SantaGabriela Guevara

    Antroploga

    as calles del centro de Quito, y las distintas parroquias eclesisticas se tornan en el escenario de lasrepresentaciones, construcciones y reconstrucciones de experiencias religiosas colectivas pblicas, deno-

    tando sentidos proundos de la e.

    sta celebracin que rememora la pasin, muerte y resurreccin de Cristo, posibilita con su dinmica laconvergencia de mltiples mbitos del patrimonio cultural inmaterial, las oraciones, los cantos, las historiastrasmitidas oralmente, los olores, los sabores, los colores, las emociones de Semana Santa se evidencianen tradiciones como la msica sacra; las ceremonias religiosas, las procesiones; la anesca (plato tpicopreparado con pescado seco salado, y doce granos andinos en representacin de los apstoles, cuyaelaboracin rene a la amilia.

    Semana Santa, es un tiempo extraordinario que comienza con El Domingo de Ramos, en evocacin de laentrada de Jess a Jerusaln reconocido como el Mesas, quien ue recibido con palmas. Este da en lascelebraciones eucarsticas se bendice los ramos de los eles, mismos que son usados como amuletos deproteccin en los hogares, y en ocasiones para realizar limpias.

    L

    Pichincha Cucuruchos

    Fotografa: Gabriela Guevara

    Manifestaciones

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    Con el tiempo se ha orjado la memoria cristiana en torno a

    la Ceremonia de Resea, conocida como el Arrastre deCaudas, antiguo ritual unerario romano que se lo realizabacuando un general mora en batalla, ste ritual, pas de Sevi-lla a Lima, y de all Quito lo hered como dicesis suragarade Lima.

    En la catedral primada de Quito, el rito relatado (MircolesSanto), es presidido por el Arzobispo de la ciudad, en el altares colocada una bandera negra con una cruz roja en el cen-tro, al tiempo que la tropa de sacerdotes, precedida por elArzobispo toma sus puestos silenciosamente a los costadosdel altar.

    Ocho cannigos visten de negro usando la sotana, una pe-quea capa y la capucha de la que se desprende la cauda,(una capa negra que se arrastra simbolizando los pecadosde la humanidad). Cada cannigo va acompaado por tresaclitos, dos de ellos han recibido previamente velas blancasencendidas por las monjas y un tercero cuida la extremidadde la cauda.

    Todos caminan al son de la marcha nebre, por las naves dela Catedral, al concluir esto; el Arzobispo toma la insignia (delSantsimo expresada en una cruz de oro con piedras precio-sas, que lleva segn la tradicin incrustados ragmentos del

    madero donde se dice Jess muri crucicado. En este punto,los Obispos se arrodillan en los cojines rojos adecuados parala ceremonia al tair la campanilla portada por un sacerdote.,mientras el Arzobispo barre la mesa del altar y famea labandera de espaladas a los sacerdotes, quienes estn acos-tados, y por encima de los eles, quienes permanecen derodillas.

    Finalmente, el Arzobispo golpea tres veces el suelo, los ca-nnigos se levantan en seal de la resurreccin y vuelven alatrio despojados de la cauda que queda en el suelo, la cruzes colocada en el altar y se canta El Magncat.

    En la bsqueda y el encuentro de la relacin con lo sagrado,las ceremonias religiosas del Jueves Santo cumplen el rol

    de rememorar el acto de humildad de Jess al lavar los piesde sus Apstoles en la misa llamada Crismal, en la que tam-bin se recuerda la Cena Pascual, suceso que instaura las pri-meras semillas de la celebracin eucarstica y del sacerdocio.

    El Viernes Santo, al medio da, luego de la lectura de lasentencia, durante aproximadamente cuatro horas por lasprincipales calles del centro histrico como una orma de pe-nitencia colectiva que data de 1961 1300 personas vestidasde cucuruchos y vernicas de color morado, as comounos cuantos personajes vestidos de romanos realizan laprocesin en honor a Jess del Gran Poder. Acto signicativo

    de este da, previo a la procesin, es la visita a las iglesiasy los rezos del Viacrucis. En el interior de la iglesia de SanFrancisco desde las 6 de la maana las amilias, los amigos, oaquellos que van solos, alistan sus trajes, pues, de ah partirel reerido recorrido, los voluntarios colocan rosas entregadaspor los devotos alrededor de las andas en las que se hallala imagen de la Virgen de los Dolores y la de Jess del GranPoder.

    Esta celebracin, Impulsada uertemente por la devocin,concluye en una misa en la iglesia de San Francisco, en laque se da la adoracin a la Santa Cruz, el sermn de lassiete palabras, (ltimas dichas por Jess antes de morir);

    y la ceremonia del descendimiento, en la que el sacerdote,desde el plpito, narra cmo las santas mujeres y un grupo deapstoles dieron sepultura a Jess. Durante esta celebracin,los monaguillos quitan los clavos de la imagen de Cristo cru-cicado y depositan su cuerpo en manos de mujeres vestidascon tnicas blancas, quienes tienen un core con fores. Trasel descendimiento, inicia la procesin interna con el Cristodiunto llevado por los Santos Varones, hombres que llevanun turbante blanco en la cabeza.

    As, la Semana Santa o Semana Mayor, es un tiempo de reno-vacin aanzamiento de creencias, costumbres y esperanzas.

    Pichincha Procesin Jess del Gran Poder

    Fotografa: Gabriela Guevara

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    Celebrando la festa deLos Caporales en el Pueblo Salasaka.

    L

    Vernica Morales

    Antroploga

    a esta de los Caporales es una celebracin ritual y estiva, que acontece anualmente en el PuebloSalasaka1, en donde intervienen distintos personajes que personican la esta y la caracterizan comoun espacio de representacin social, donde se rompen los lmites establecidos, principalmente entrela institucionalidad religiosa y el poder estructural, a continuacin presento un breve recorrido etno-grco por el Pueblo Salasaka durante la celebracin de la Fiesta de los Caporales.

    El Domingo de Ramos, rene alrededor de los templos catlicos, a un gran nmero de personas queasisten a la eucarista, llevando palmas o ramos, para ser bendecidos por el sacerdote. En Salasaka,tambin se celebra la misa de ramos, pero a dierencia de los ramos y la actitud de recogimientocaractersticas de la echa, en Salasaka se baila y se esteja por los uturos Caporales, quienes ueronanunciados como principales de esta esta durante la eucarista, dando inicio as al sistema de esti-

    vidades que se ha denominado como: La Fiesta de los Caporales. Este sistema estivo, se componede cuatro momentos, repartidos a lo largo del ao, dando inicio en el mes de Marzo a Mayo (echamvil segn el calendario cristiano), con el ya dicho: Anuncio de los uturos Caporales; entre Abril a

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    Tungurahua Banda de Msica Popular, Salasaka

    Fotografa: Vernica Morales

    Manifestaciones

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    Diciembre del mismo ao, se realiza la seleccin de los personajes, es el proceso mismo de preparacin de la esta;en Diciembre a Enero del siguiente ao, se celebran las estas previas, todos los viernes del mes de enero en casa del

    Caporal y la uo a manera de preparacin de la gran esta; para culminar con la Fiesta de los Caporales propiamentedicha en el mes de Febrero, la que durar tres das continuos, con lo que se da trmino al ciclo del Caporal y su aoestivo.

    El Caporal, la uo, los Negros, las Doas y los Montados; adems de la participacin de la banda tradicional Salasaka yla banda de msica popular, son los personajes que intervienen en el sistema de estividades, el proceso para designara stos personajes es largo y requiere de la participacin de la amilia y amigos del Caporal, quienes acudirn comorespaldo y compaa del Caporal a solicitar la participacin de la gente del pueblo en la esta, a quienes se acude hastacon seis meses de anticipacin, con el n de solicitar que le acompaen en la caracterizacin de los personajes; quiensolicita, lleva consigo pan, cola, cerveza, licor y dems alimentos, para agradar y obtener el avor de contar con la parti-cipacin del solicitado como uno de los personajes que integrarn la esta, ya sean estos Negros o Doas, a dierenciade la uo, que se designa antes del Domingo de Ramos, es decir antes de hacer pblico el anuncio del priostazgo.

    En contraste con los personajes anteriores, el Montado es un orneo de la comunidad, quien no est ligado con el Ca-poral, l recibe una remuneracin econmica por su participacin, acto que no debe ser entendido como un simple con-trato de servicios, porque ste no existira de no haber una relacin previa de amistad entre el Caporal y la Persona quecoordina al grupo de Montados, quienes al igual que cualquier personaje podrn comer y beber lo orecido en la esta.

    Durante los cuatro nes desemana que anteceden a laesta misma del Caporal (Di-ciembre / Enero), se renenen la casa del prioste todoslos personajes, a manera de

    pequeas estas, acto que re-cibe el nombre de Ubiachi, enel que la amilia del Caporalbrinda a los asistentes comida,cerveza, y bebida alcohlica;desde se momento se crea-r una relacin directa entrelos personajes y el Caporal aquien llamarn Taita durantetoda la celebracin.

    Estas estas previas a la gran

    celebracin son el espaciopara ensayar los giros que

    darn el Caporal y sus personajes como parte de la danza tpica de los Caporales, la instruccin de esta clase de danzala dan los msicos tradicionales de la esta de los Caporales, ya que son ellos los que conocen y practican esta bailecada ao.

    1.-El Pueblo indgena Salasaka, est conformado por dieciocho comunidades indgenas, asentadas mayoritariamente en la parroquia Salasaca*, y en menor nmero

    poblacional en las parroquias de Rosario y Bentez, a dems de estos asentamientos histricamente conocidos, un gran nmero de personas que se identican como

    Salasakas tienen su domicilio en las Islas Galpagos.

    *La parroquia Salasaca tiene una extensin aproximada de 14,3 Km2, y representa el 8.4 por ciento de la supercie total del cantn Pelileo, provincia de Tungurahua.

    Al referirse a la parroquia Salasaca, se ha de escribir la palabra con la letra c, mientras que al pueblo Salasaka, debe escribirse con k, stas diferenciaciones

    gramaticales se deben al proceso de unicacin de la lengua kichwa a nales de los aos 80, a pesar de ello se conserva la forma gramatical de los nombres propioscomo es el caso de la parroquia Salasaca que fuere elevada a tal categora con anterioridad a la unicacin del idioma en cuestin.

    Tungurahua Personaje Doa, SalasakaFotografa: Vernica Morales

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    R e v i s t a d e P a t r i m o n i o C u l t u r a l I n m a t e r i a l E c u a d o rR e v i s t a d e P a t r i m o n i o C u l t u r a l I n m a t e r i a l E c u a d o r

    Concluido el ltimo sbado del ciclo deestas pequeas o repasos, inicia la

    esta grande de los Caporales, por logeneral los das domingo, lunes y mar-tes de la ltima semana del mes de Ene-ro, echa que puede variar y a dierenciade las estas preparatorias, se realiza ainicio de semana.

    La celebracin empieza en la casa delprioste, quien recibe a los personajesy a los invitados en su hogar durantelos tres das de la esta; a la casa delCaporal asisten la uo, los Negros, las

    Doas y los Montados, en horas de lamaana; cada personaje que ingresedeber dar cuatro giros a la casa, dosa su derecha y dos a su izquierda, sien-do esta danza una tradicin que cadaparticipante de la esta deber cumplir.

    Con esta obligacin realizada el Ca-poral da la bienvenida a los personajes,entregando un plato de caldo de res ymote acompaado de un vaso de purode caa o chicha de jora. En muchas

    ocasiones puede sustituir al Caporal enla labor de reparticin de alimentos unade sus hermanas, asignada a realizaresta labor durante el desarrollo de laesta.

    La pirotecnia es caracterstica de laesta, que a ms de ser un elementode distraccin, sirve para inormar a lacomunidad donde est aconteciendo la esta. Durante lamaana, los Negros y las Doas bailan entre s, ya seacon la msica tradicional Salasaka, o con la banda po-

    pular; por su parte el Caporal en compaa de la uoelije al Negro Mayor, quien ser escogido de entre sussemejantes por su vos de mando y autoridad para guiar alos Negros, l ser el lder de los Negros y solo obedeceral Caporal.

    Al medio da se pide terminar con la msica a n de quelos personajes se acerquen a la mesa que es dispuestasobre manteles de colores uertes, en la que se colocamote, chicha, cerveza carne de res y carne de cerdo; ade-ms adornan la mesa el azadn que ser llevado por elCaporal durante toda la esta y junto a ste la imagencon fores del nio Caporal, como representacin de la

    imagen religiosa del nio Jess, vestida con ropajes tradi-cionales salasakas.

    Antes de servirse los alimentos una persona respetada porla comunidad, agradece al Caporal y a los asistentes supresencia, y bendice los alimentos entre oraciones catli-cas, seguidamente interviene el Caporal quien pide a losNegros cuidar de la uo y de las Doas, as como deacompaarlo en todo momento, tambin les pide la parti-cipacin pacca de encontrarse con otros Caporales en elrecorrido, peticin que se realiza en los ltimos aos de-bido a que se recuerda grandes peleas acontecidas entreNegros de dierentes Caporales.

    Tungurahua Msicos salasakas

    Fotografa: Vernica Morales

    Tungurahua Personaje del Negro, Salasaka

    Fotografa: Vernica Morales

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    Tungurahua Reparticin colectiva de alimentos Fiesta de los Caporales, Salasaka

    Fotografa: Vernica Morales

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    Los Negros mayores reparten a sus Negros dos porcionesde comida a cada participante, debido a que cada perso-naje tiene un acompaante, quien recibe el mismo tratoque el personaje, quien acompaa est encargado de se-guir a su pareja durante toda la esta, as al Caporal loacompaan dos personas que no llevan un traje especial,los Negros tienen un acompaante, que por lo general sonhombres, quienes caminan detrs del Negro a n de vigi-lar las pertenencias que ste lleva, en especial la espaday el casco (que suelen ser de alquiler), las doas tambinson acompaadas por mujeres, quienes generalmente sonsu madre o hermana mayor.

    Cuando se ha terminado de comer y beber, los Negrosmayores que retiraron la espada a sus Negros, son losencargados de devolvrsela y con esta entrega tambin,se le obliga a tomar un vaso de puro de caa y uno dechicha de jora, como parte de la preparacin que el negro

    recibe antes de salir a recorrer la ruta del Caporal, debidoa que la representacin del negro se la hace como una

    persona desinhibida, que atemoriza a la gente, ya sea conacrobacias sicas, o con loas kichwas alusivas a la echa.

    Con esto continan los bailes y se preparan para el reco-rrido que se realiza siguiendo un orden especial, primerosalen los msicos salasakas, seguidos de la banda demsica popular, a la que le sucede el Caporal con su uo,luego los Montados y nalmente los Negros.

    La representacin del Nio Caporal, imagen de la religincatlica, es llevada durante el recorrido de la esta porlos padres del Caporal y de no tenerlos por los hermanos,acto que se practica durante un solo da. La imagen que

    representa al Nio Caporal es de propiedad de la iglesia deSalasaka Centro, y es prestada a los dierentes caporalesdel sector por pocas horas, durante los das de la esta.

    Los personajes de la esta del Caporal recorren los ca-minos de la comunidad compartiendo con el pueblo queobserva el acto, son los negros quienes en el trayecto vanlibando y molestando a las mujeres, sean salasakas o no,perodo que transcurre entre bailes y algaraba hasta lle-gar a la iglesia de Salasaka, donde se ha preparado pornica vez la misa del nio Caporal, para recibir al Caporaly sus acompaantes.

    Despus de la misa, los personajes bailan, rodeando acaballo la plaza central de Salasaka y se dirigen a la co-munidad de Chilcapamba al sector de Callian, en don-de se danza nuevamente al comps de la banda y de losmsicos tradicionales, para continuar su recorrido hasta

    Cruzpamba sitio Sagrado de los Salasakas, en donde sebaila por varias horas, hasta entrada la tarde, cuando se

    dirigen a la iglesia de Pelileo, sitio en el que no se lespermite la entrada, continuando la danza en las aueras.

    El recorrido se repetir por los das siguientes, a excep-cin de la misa a la que solo se acude el primer da. En losltimos aos se ha incluido como elemento de la esta,la participacin de bandas de msicos no salasakas, quepresentan su show en la plaza central del pueblo. En horasde la noche, cada Caporal coloca una tarima con msicoscontratados en honor a las personas que lo acompaarondurante la esta, que ha concluido en el mes de enero delao siguiente a aquel para el que ue proclamado comoCaporal del Pueblo Salasaka.

    Tungurahua Personaje del Negro Mayor, Salasaka

    Fotografa: Vernica Morales

    Tungurahua Personaje del Caporal, Salasaka

    Fotografa: Vernica Morales

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    La festa del Pascua Ramosen Sisid - Caar

    a esta del Pascua Ramos, empieza el Sbado Santo por la tarde, cuando la pasadora o el pasador (padreso algn amiliar cercano del prioste ausente por haber migrado, encargado de realizar la esta en representacin), losayudantes (personas que ayudan en la esta) y los devotos, bajan en procesin al son de la msica entonada enacorden y giro hasta la Plaza Central de Sisid Anejo para arreglar la capilla, adornndola con cortinas, fores, huiru(nombre con que se le conoce a la planta de caa de azcar), naranjas, velas, incienso quemado en los platillos(nombre con que se conoce a un plato de barro con carbn empleado con esta nalidad), etc.

    Al tiempo que los priostes arreglan la capilla, uera de ella, el mastro acorden (maestro del acorden) y el mastro

    giro (maestro del giro) entonan melodas. Una vez arreglada la capilla alrededor de las 8 de la noche la pasadora oel pasador de la esta, con permiso del prioste mayor o principal (nombre con que se le conoce a la persona duea dela esta, cargo que le ha sido otorgado por herencia), sacan la imagen de la Virgen de Guadalupe de la capilla de SisidAnejo en andas, siendo portada por los ayudantes.

    Quienes abren la procesin son los mayordomos, portando los guiones (cetros), muy bien arreglados con chumbis(ajas) y cintas. La procesin al son de la msica se dirige hacia la casa del pasador de la esta, sitio donde sevelar la imagen de la Virgen durante la noche.

    Una vez que la procesin arriba a la casa, los asistentes proceden a orar, una vez concluidas las oraciones, el antrininvita a comer a todos los presentes, para lo que previamente se ha matado una res, luego se da paso a la esta, en laque se bailara y beber hasta el amanecer.

    El da domingo la imagen que paso la noche en casa del Pasador, es llevada nuevamente en andas hasta la capilla deSisid Anejo. Una vez que la imagen ha llegado a la capilla, el Cura celebra la Santa Misa, misma que es pagada por elprioste. Antes de que el Padre de la bendicin, la imagen de la Virgen de Guadalupe es sacada en sus andas en proce

    L

    Caar Nia devota, Sisid Anejo

    Fotografa: Diego Castro

    Caar Preparativos Fiesta Ramos, Sisid Anejo

    Fotografa: Diego Castro

    Manifestaciones

    Lcdo. Diego Castro OchoaConservador

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    sin alrededor de la plaza, al tiempo que los ayudantes de la estasacan a la plaza desde el interior de la capilla los arcos que la ador-nan, para decorar con ellos la estructura cuadrangular construidaen el exterior con palos de balsa por otro grupo de ayudantes dondese colgara el turno, Nombre con que se conoce a una madera de

    orma circular, que es adornada con rebozos o huallcarinas de colorverde y lacre, rematadas con una gasa de color blanco y cintas decolores, donde se sentar el ngel, personaje por lo general repre-sentado por una nia de 7 u 8 aos de edad, quien es amiliar delpasador o pasadora de la esta, y tendr como uncin proclamar almushuc (nombre con que se conoce al nuevo pasador de la esta.

    Una vez que el ngel se ha sentado en el turno, realiza una peque-a oracin a la Virgen de Guadalupe, agradece al cura por celebrarla misa, al prioste mayor por permitirles realizar la esta, luego pidea la Virgen de Guadalupe que cuide y bendiga al pasador o pa-sadora de la esta, continua agradeciendo a los mayordomosy a los ayudantes por su colaboracin; agradece tambin a los

    devotos y todos los presentes por participar de la esta, y por l-timo le pide a la Virgen que bendiga y cuide al nuevo mushuc yque la esta del prximo ao sea mejor. Dicho esto, el ngel lanzapuados de caramelos mezclados con trocitos de papel de coloresa los asistentes.

    Terminado este acto el ngel procede a retirar con su mano unpauelo de color azul que ha sido colocado sobre la corona de laVirgen de Guadalupe y lo lanza para que sea tomado por el nuevomushuc que ha sido ya designado con anterioridad, ya sea porquel lo ha pedido o porque le tocaba el turno, quedando comprometidopara realizar la misa y la esta del prximo ao.

    Una vez que se ha designado al nuevo mushuc, contina la pro-cesin hasta la iglesia, donde el cura bendice las imgenes llevadaspor la gente y agradece a todos por haber participado de la cere-monia.

    Terminada la misa, la pasadora o el pasador, recibe los quipi nom-bre con que se conoce a pequeas uentes con alimentos llevadaspor los priostes para la pampamesa, quienes no llevan alimentos,suelen entregar una cola o una botellita de trago o dinero en eec-tivo.

    Antes de empezar a preparar la pampamesa, el Presidente de lacomunidad de Sisid Anejo, con una pequea oracin bendice los

    alimentos, a continuacin los ayudantes van colocando sobre elgran mantel los alimentos trados en los quipis por los comu-neros, mismos que contienen papas enteras cocinadas con y sincscara, mote con iguales caractersticas, tashno (maz y habas tos-tadas), habas tiernas cocinadas, choclo, carne seca, aj, etc. Una vezcolocado todos los alimentos en la pampamesa, la gente, hombres,mujeres y nios, comienzan a comer.

    Llama la atencin el rol jugado por las mujeres en la pampamesa,ellas tienen dos opciones (a dierencia de los dems participantes)en este contexto, una integrarse al sitio donde estn todos los par-ticipantes reunidos comiendo y la otra en un sitio separado, dondeestn solo las mujeres, a quienes se les entrega en platos de barro

    los alimentos que han sido trados en los quipis por los devotos.

    La chicha, el trago y la cola, son repartidos por los ayudantes du-

    rante toda la pampamesa, una vez que esta termina, se procede alevantar la mesa y el aulajano (mesero) reparte lo que ha sobradode la pampamesa a las mujeres para que lleven a sus casas, actoque se conoce con el nombre de guanzha.

    Concluida la pampamesa, comienza el baile, los primeros en bailarson la o el Prioste Mayor, la o el Pasador de la esta, el Mushuc y elPresidente de la comunidad, una vez que ha concluido el primer bai-le, los dems participantes comienzan a bailar al son del acordeny el giro, mientras toman chicha y trago.

    La esta en la plaza central de Sisid Anejo se extiende aproxima-damente hasta las cinco de la tarde, momento en que se renennuevamente en procesin el prioste mayor, el Presidente de la co-muna, los Ayudantes, los Mayordomos y las personas que deseenacompaarlos hasta la entrada a la plaza central de Sisid Anejo; unavez all, el Prioste mayor, el Presidente de la comunidad y su co-mitiva, van a sus respectivos hogares donde continan celebrandocada uno de ellos junto a sus amilias, mientras que la pasadora oel pasador de la esta con sus mayordomos, ayudantes y amiliarescontinua caminado en procesin, bailando y tomando hasta llegar ala casa, donde son invitados a tomar caldo de res con mote, chichay trago hasta que el cuerpo avance.

    El da lunes, la pasadora o el pasador de la esta da de comer nue-vamente a los invitados, esta vez caldo de gallina criolla, dondeadems entrega a los ayudantes de la esta un quipi consistenteen un canasto grande con mote, papas, habas, cuy y gallina comomuestra de agradecimiento por la ayuda brindada durante los dasde esta, dando as por terminada la misma.

    Cabe recalcar que el rol de la Iglesia en esta esta, es tan solo la decelebrar la misa, mientras que el del Presidente de la comuna tienegran importancia, ya que es l quien otorga el permiso al prioste ysus ayudantes para que organicen la misa y la esta en su comu-nidad, ya que es en su territorio donde se encuentra la iglesia. lmismo participa en la procesin con su bastn de mando, ademsde ser el encargado de hacer la oracin antes de empezar la pam-pamesa, por ello es considerado un invitado especial de la esta,al que se muestra agradecimiento y reciprocidad por el gesto depermitir el desarrollo de la esta y de la misa, acto este ltimo de

    especial trascendencia para las comunidades que no cuentan conuna iglesia.

    Caar Procesin Fiesta Ramos, Sisid Anejo

    Fotografa: Diego Castro

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    Ramos Santos y oraciones a Santa Brbara,combinacin protectora contra rayos,tormentas Y Granizo

    E

    Santiago Ordez CarpioAntroplogo

    INPC Regional 6

    l domingo anterior al inicio de la Semana Mayor de la Iglesia Catlica, la Semana Santa, da conocidocomo Domingo de Ramos, en el que segn la tradicin se rememora la entrada triunal de Jess a Jerusa-ln para dar inicio al ciclo de su pasin y muerte en la cruz; lleva este nombre debido a que los eles portanramos elaborados de materia vegetal de varios tipos como una emulacin de lo que se maniesta en variosde los evangelios del Nuevo Testamento:

    Y la multitud, que era muy numerosa, tenda sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de losrboles, y las tendan en el camino1.

    En la actualidad, este da es recordado por los eles alrededor del mundo cristiano con procesiones, misas,y la bendicin de los citados ramos, (palmas y ramas de olivo). As, en el Ecuador como en otros puntos deAmrica 2, en esta echa se tejen ramos de palma, tradicin originaria de Europa3 que se anc tras laconquista en varios puntos de las ex-colonias espaolas.

    Azuay Misa de Domingo de Ramos en Cuenca

    Fotografa: Santiago Ordez Carpio

    Azuay Venta de ramos en la Catedral

    Fotografa: Santiago Ordez Carpio

    Manifestaciones

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    aire estivo en el que se hace patente una caracterstica un-damental de la cotidianidad de esta ciudad, la convivencia delo rural con lo urbano y de lo sagrado con lo proano.

    En medio de este ambiente, durante la semana los ramos vancopando el paisaje del centro histrico hasta el da central, elDomingo de Ramos, en que se convocan millares de cre-

    yentes de toda la regin, dando continuidad a esta centenariaprctica4, que como expresa una de sus tejedoras, Los ra-mos son tejidos desde siempre

    Los ramos en la actualidad son coneccionados obedecien-do la orma tradicional de tejido de la palma, conocimientotransmitido de generacin en generacin, consistente en eltrenzado de la materia prima ormando guras como lazos,cruces, abanicos y estrellas, e innovaciones en las ormalescomo botas y conos que muestran la vitalidad y adaptabili-dad de esta maniestacin.

    Si bien, estos ramos en s mismo constituyen objetos artesa-

    nales de notable belleza cuya elaboracin requiere una seriede conocimiento para su elaboracin5, lo ms llamativo deellos es su uso, y no hago reerencia al uso puntual de estosen el marco ceremonial del Domingo de Ramos, (da impor-tante por ser en el que se le dota de poder con la bendi-cin, pasando de ser simples ramos a constituirse en ramosbenditos), sino al uso popular generalizado que mantendr alo largo del ao que se extiende hasta el siguiente da de ra-mos, ciclo anual durante el cual cumplir con una importanteuncin, la de proteger los hogares y sus habitantes de losenmenos meteorolgicos (tormentas, rayos y granizo), eincluso de la accin negativa de ciertos seres sobrenatura-

    les que producen espanto y a los que el humo puricador delos ramos quemados espanta, siendo buenos para hacercorrer al cuco, motivo por el que este poderoso objeto pro-tector se encuentra exhibido permanentemente en un lugarespecial y visible de la casa (usualmente las entradas) hastaque su accin directa sea requerida 6.

    Esta arraigada prctica, se ha conservado particularmente enla ciudad de Cuenca, sitio que desde la poca colonial (s.XVI),se convirti en un centro regional que atraa y estructuraba lasactividades tanto de sus habitantes, como de los de aquellospequeos poblados ubicados en su perieria, estructuracinejercida a todo nivel (comercial, administrativo o de e).

    Fue en este contexto que la celebracin tradicional del Do-mingo de Ramos cuencano, con el tiempo ue adquiriendo ca-ractersticas particulares, siendo uno de sus actos principalesaquel de poseer un ramo, objeto que ha de ser bendecidoen alguna de las multitudinarias y tradicionales misas cele-bradas en las iglesias del centro histrico.

    El ramo, elemento que la tradicin a constituido en indispen-sable, es un objeto tejido hbilmente por mujeres, mayorita-riamente provenientes de los poblados periricos de Cuenca,mismas que con el transcurrir de la semana se van posesio-nando de lugares estratgicos al exterior de los templos de laciudad, transormando el ambiente del centro urbano en unespacio donde se mezcla la solemnidad de la echa con un

    R e v i s t a d e P a t r i m o n i o C u l t u r a l I n m a t e r i a l E c u a d o r

    1.- Evangelio de San Mateo.

    2.- Mxico, Colombia.

    3.-Aun hoy en algunos puntos de Espaa como Elche (Alicante), se conserva esta prctica considerada una artesana de origen medieval.

    4.-Esta arraigada prctica cultural, debido a este elemento fundamental de la celebracin, (los ramos tejidos de palma); hoy nos enfrenta a una compleja encruci-

    jada, aquella que (no sin falta de argumentos vlidos), enfrenta la defensa del medio ambiente frente a ciertos excesos con el entorno natural producidos por ciertasprcticas culturales, violentando los inditos Derechos de la Naturaleza constantes en nuestra Constitucin Poltica. Al mismo tiempo, la prohibicin de uso de

    determinadas materias primas de origen natural, fundamentales para determinadas manifestaciones culturales, podran en un futuro prximo, alterar de manera

    irreversible ciertas manifestaciones de alto valor, poniendo incluso en serio riesgo su continuidad. Sobre este punto y en relacin al tema que nos ocupa, este

    ao se dio la prohibicin explcita por parte de las autoridades medioambientales del uso de la materia prima tradicional para la confeccin de ramos, (la hoja de

    palma), optando los artesanos en buena medida por elaborarlos de materiales vegetales alternativos; sin embargo y pese a ello, el imaginario popular indica que el

    uso del material, no es tan solo un elemento de valor esttico, sino este tambin est asociado con la efectividad propiciatoria intrnseca a l desde el momento en

    que recibe la bendicin en la misa de Domingo de Ramos, convirtindose en un elemento dotado como veremos de importantes poderes destinados a la proteccin

    de sus propietarios y sus bienes, en asociacin con oraciones dirigidas a Santa Barbar, Santa protectora de las tormentas. Es debido a esta razn que la prohibi-

    cin impuesta, pese a la notable disminucin de la comercializacin de ramos de palma, estos aun siguen tejindose ante la demanda, siguen pidiendo como

    siempre, es lo tradicional ya de tantos aos manifest una tejedora ubicada en el atrio de San Francisco, mientras trenzaba las tiras de hoja de palma al tiempo

    que relataba haber aprendido el ocio desde nia.

    5.- provenientes de una antigua tradicin de origen medieval europea.

    6 .-Los Ramos son empleados a ms de su referida presencia protectora general, en casos puntuales tales como la presencia de tormentas, momento en que,

    fragmentos de este objeto sacralizado por la bendicin sacerdotal del Domingo de Ramos, son incinerados para alejar la tormenta y evitar sus daos.

    Azuay Bendicin de los Ramos

    Fotografa: Santiago Ordez Carpio

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    Azuay Compra de los Ramos antes de la misa

    Fotografa: Santiago Ordez Carpio

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    R e v i s t a d e P a t r i m o n i o C u l t u r a l I n m a t e r i a l E c u a d o rR e v i s t a d e P a t r i m o n i o C u l t u r a l I n m a t e r i a l E c u a d o r

    El reerido uso mgico de los Ramosbenditos, como elemento protector rentea las tormentas, est asociado de maneradirecta con oraciones destinadas a pedirel avor de Santa Brbara7, Santa mrtir

    de la iglesia catlica protectora contra losrayos y tormentas, quien segn la hagio-graa cristiana ue degollada por su pa-dre Discoro, por haberse convertido alcristianismo, habiendo cado su asesinoulminado por un rayo tras la ejecucinparricida; de all su asociacin con los e-nmenos meteorolgicos teniendo comosignos icnicos en sus manos una espada,simbolizando su degollamiento, una hojade palma en seal del martirio8 y un clizcaracterizando su conversin al catolicis-

    mo.

    Dcadas atrs ante la presencia de tor-mentas en Cuenca y sus alrededores, eracomn al tiempo que se incineraba unragmento del ramo protector, recitar unaoracin destinada a ganar el avor de laSanta:

    Santa Brbara doncella,que en el cielo sois estrella,lbranos del rayo mal airadoCon Jess SacramentadoEn la mesa del altar. 9

    Con la combinacin de estos dos elementos, (ramo incine-rado y oracin a la Santa), se espera aplacar la tormenta yreducir sus daos espantar el granizo. Cosa similar ocu-rra en la Europa medieval, donde se empleaban amuletostales como colocar en las cornisas de las ventanas cuchillos yhoces con sus los apuntando el cielo, tijeras con sus puntashacia arriba, echar sal al uego o trazar cruces en el suelocon ella, e incinerar las ramas de rboles como el romero y

    el laurel, mismas que haban sido bendecidas previamente elDomingo de Ramos.

    Esta asociacin entre imgenes y objetos con valor sagradodesde la lgica cristiana, como intercesores para el controlde enmenos meteorolgicos en la zona de Cuenca, no sonuna rareza. As, la ciudad de Cuenca en el siglo XVI ue enco-mendada a San Marcial como mediador contra las heladas,hasta la echa y desde hace siglos, en poca de sequa se

    trae en procesin solemne al Seor de Girn10 esperandoque por su intermedio caigan las tan esperadas aguas;con el mismo sentido del mencionado Cristo gironense, enla proximidad rural de Cuenca ante la presencia de sequasprolongadas el Seor de los Milagros de Nulti, cambia decasa con Nuestra Seora de los Dolores de Paccha (po-blados cercano), imgenes que en un punto del camino sonintercambiadas por los eles de cada poblado, quienes retor-nan al punto de origen con la imagen cambiada, acto consi-derado propiciatorio de las lluvias.

    En este sentido, vale la pena anotar que este tipo de elemen-tos propiciatorios y protectores, no son una constante nicade la tradicin cristiana llegada al continente americano tras

    la conquista. En los Andes prehispnicos, existieron una seriede asociaciones entre divinidades y enmenos meteorolgi-cos, de all que no sera de extraar que al menos parte de lasmaniestaciones arriba citadas y su proundo enraizamientoen la regin se deban a la existencia de una doble matriz, lacristiana europea y la andina prehispnica.

    Representacin de Santa Brbara

    7.-Esta prctica, recitar oraciones a Santa Brbara, hoy prcticamente ha desaparecido en el mbito urbano

    8.-En el cristianismo, la palma iconogrcamente representa el martirio, en la tradicin romana precedente simbolizaba la victoria.9.-Versin recitada en Cuenca hasta hace pocas dcadas atrs en el rea urbana de Cuenca. Informacin Martha Carpio V.

    10.-Poblado perifrico de Cuenca al igual que Nulti y Paccha.

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    Locales en donde or misa en la Cuencade los siglos XVI y XVII

    L

    Diego Arteaga

    Historiador

    a conquista espaola de Amrica ue militar y espiritual, como parte de las obligaciones impuestaspor esta ltima, se encontraba la obligacin de or misa que tenan sus habitantes. Esta actividad se lapoda realizar en lugares construidos para el eecto tanto en las ciudades como en los sectores rurales.

    En el caso de la historia de Cuenca y su regin, tenemos que las tierras de los aborgenes caaris ueronincorporadas al imperio incaico hacia 1460. En este lugar se und Tomebamba. Luego del arribo de los es-paoles a esta regin, a partir del segundo tercio del siglo XVI, la religin catlica va hacindose presente,as, en la dcada de los 40 existi incluso, la intentona de ray Jodoco Ricke por construir un monasterio; sinembargo, es slo luego de su undacin espaola realizada en 1557, cuando empiezan a erigirse dierenteslocales para or misa. Entre ellos est la iglesia mayor -como parte de la plaza central- y las de las dieren-tes comunidades religiosas masculinas y emeninas; as como las ermitas y humilladeros.

    La poblacin acuda a estos locales, dependiendo, en gran medida, de su condicin tnica, social y econ-mica. De otro lado, la presencia de sacerdotes en Cuenca ue dndose paulatinamente; sin embargo, no essino a comienzos del siglo XVII cuando su nmero era tan grande como para que el eclesistico Vzquezde Espinoza sealara que la urbe tiene ms de 50 clrigos hijos de vezinos de la ciudad que por tenertantos la llaman Cuenca de los Clrigos 1.

    Para la celebracin de estas misas en estos edicios tambin se contaba con capillas. Entre las que per-

    tenecan a amilias estn las que ueron construidas al interior de la iglesia mayor a lo largo de los siglosen estudio. As tenemos la de los Avendao, la de Juan de Narvez, la de los Capitanes Ruy Lpez de Nar-vez y Antonio de Mora, la de Guillermo Hernndez, hasta aquellas sealadas nicamente como capillaparticular cuyos propietarios desconocemos. En estas capillas se decan misas perpetuas por el alma delpropietario, as como por las de sus amiliares. En este local tambin se acoga a las coradas de carcterreligioso que tenan entre sus estatutos la obligatoriedad de or misa. Entre ellas tenemos las siguientes:Nuestra Seora de la Limpia Concepcin, Nuestra Seora de la Asuncin de los Montaeses, SantsimoSacramento, San Pedro y nimas del Purgatorio2.

    En cambio, en el Hospital Real se lo haca a las de Nuestra Seora de Copacabana y Nuestra Seora de laCaridad; en San Francisco a la de la Santa Veracruz de los Naturales; mientras tanto en el convento de SanAgustn se lo haca con la de la Cinta de San Agustn.

    Estas iglesias con sus capil las se encuentran dentro de la traza citadina. Algunas marcaran sus lmites, (doscuadras alrededor de la plaza central), deniendo la margen donde iniciaba el espacio rural.

    En las parroquias de indios, en cambio, tenemos en San Blas a la corada homnima y en San Sebastin ala de las nimas del Purgatorio de los Naturales y a la de San Lorenzo.

    Otras coradas, cuyos lugares de culto desconocemos son la de la Natalidad de Nuestra Seora, la de SanJacinto, la de Nuestra Seora de la Gracia de los espaoles, la de San Miguel y la de El Nombre de Jess.

    1.-Antonio Vzquez de Espinoza, [1621] 1948, Compendio y Descripcin de las Indias Occidentales, Edited by Charles Upson

    Clarck, Washington D.C., pgina 354

    2.-Diego Arteaga, 2000, La cofrada religiosa en Cuenca. Notas para su estudio (siglos XVI-XVII), Revista de Antropologa, N16, Seccin de Antropologa y Arqueologa del Ncleo del Azuay de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, pp. 136-150

    3.-Ricardo Mrquez Tapia, 1965, La primera misa en la ermita del Usno, Cuenca Colonial, Talleres Grcos del Clero,

    Cuenca-Ecuador, pp. 28-33

    Histrico

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    A ms de estas edicaciones existan las ermitas y los hu-milladeros que albergaban a algunas advocaciones. Estasconstrucciones van asomando en Cuenca a nales del sigloXVI, aunque no es sino en el siglo XVII cuando van tomando

    auge al igual que lo que ocurra en el mbito de la Amricahispana e incluso en la misma Espaa.

    Por denicin, las ermitas ueron construidas en lugaresdescampados o apartadas de los ncleos urbanos y rurales.

    En ella viva la persona que la cuidaba y que era conocidacomo ermitao. Su principal caracterstica era su aislamien-to geogrco. Sin embargo en Cuenca, una ermita surgeapenas a dos cuadras de su traza: se trata de la de Todos losSantos -en donde la tradicin seala que su existencia seremonta a los tiempos anteriores a la undacin espaola de

    la ciudad3

    -; otra lo hace a siete cuadras de ella, en la pa-rroquia de indios de San Sebastin con las advocaciones deSan Fabin y San Sebastin. En los dos casos nada sabemosde la existencia de ermitaos en estos locales. Algo distan-te de Cuenca, en Baos, tenemos la ermita de los baos-termales-, contrariando a la denicin pues lo hace en unlugar que estaba considerablemente poblado por personasde dierente condicin tnica -blancos e indios- y econmi-ca. De esta ermita solamente sabemos que en ella viva elermitao Miguel Snchez quien era del hbito de San Jer-nimo. Este nombre parecer ser ms que un homnimo delsacerdote, escritor y telogo mexicano que en 1648 publicla obra Imagen de la Virgen Mara Madre de Dios de Gua-

    dalupe, milagrosamente aparecida en la ciudad de Mxicoen la que hace una descripcin e interpretacin teolgicarespecto de la aparicin de esta advocacin al indio JuanDiego4 Este local acoga a la corada de Nuestra Seorade Guadalupe.

    De otro lado, segn el Diccionario de Autoridades, el humi-lladero es un Lugar devoto, en el qual hai colocada algunaimagen de Christo Seor nuestro, de Nuestra seora, de al-gn Santo, de la Santa Cruz: el qual uele etar en los ca-minos, o en los extremos de los Lugares. Dioele ete nombreporque all e postran los paajeros para hacer oracin5. El

    humilladero en Cuenca asoma a comienzos del siglo XVII conel nombre de San Cristbal -el patrn de los caminantes-.

    Estaba ubicado a unas siete cuadras de la traza - que secorresponde con el actual sitio en donde est construida laiglesia de San Jos de El Vecino. Para la poca de su origen,este sitio constitua el paso obligado desde Cuenca hacia el

    norte del virreinato peruano. En todo caso, nada sabemos siconstitua algn lmite de la urbe.

    Los lugares en donde se poda or misa en Cuenca y su reginestaban distribuidos en su traza en un rea bastante peque-a de 25 manzanas que la convertiran en una gigantescasacrista. De estas iglesias y sus capillas son algo conocidassus historias; por el contrario, de las ermitas de sus inmedia-ciones es menos lo que se sabe.

    Por un lado, estamos al tanto que los ermitaos ueron des-apareciendo, no as las ermitas tanto en Amrica como enEspaa. Sin embargo, en algunos pases, como por ejemploen Portugal, durante el siglo XVIII algunas ermitas estabanubicadas en el corazn de los poblados6. Puede ser quealgo parecido haya ocurrido en este sentido en la villa deci-monnica de Azogues -que en ese entonces perteneca a laregin cuencana- con la ermita de Puezar que, si bien estdocumentada en los inicios del siglo XIX, pudo haber sidoconstruida con anterioridad en un lugar que estaba prctica-mente en su traza, y que contaba en sus inmediaciones con

    algunas viviendas de particulares aunque no acoga a ermi-tao alguno. Por otro, la historia del humilladero en Cuencaes menos conocida: nicamente sabemos que en el sector seconstruy una iglesia en una echa an desconocida. De sulado, la ermita de Baos con el paso del tiempo se convirtien una capilla y luego en una iglesia pero conservando suinicial advocacin.

    R e v i s t a d e P a t r i m o n i o C u l t u r a l I n m a t e r i a l E c u a d o r

    4.-Adriana Narvez Lora, 2009, La virgen de Guadalupe: construccin barroca del criollismo novohispano en la obra de Miguel Snchez, Universidad Iberoameri-

    cana, Mxico D. F. 141 pginas.

    5.-1734, Diccionario de la lengua castellana, en la que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o modos de hablar,

    los proverbios o refranes, y otras cosas convenientes al uso de la lengua, Imprenta de la Real Academia Espaola, por los herederos de Francisco del Hierro, tomocuarto que contiene las letras G-N.

    6.-Robert Ricard, 1980, Ermita: ermitage, chapelle, sanctuaire?, Mlanges de la Casa de Velzquez, Tome 16, pp. 453

    Azuay Advocacin mariana: La ms antigua

    pintura mural de Cuenca.

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    Fanesca Comunitaria en la parroquia

    Multitud, Chimborazoa anesca es una sopa (tipo locro, por su espesor), tpica de la cocina ecuatoriana, se sirve tradicio-

    nalmente en Semana Santa. Unos creen que este gran plato tiene origen incsico, otros aseguran que locrearon los primeros cristianos que llegaron a Amrica; tambin hay versiones de que ue inventado por unatal Juana, cocinera de una hacienda de la Sierra Ecuatoriana en tiempos de la Colonia (juanesca-anesca).

    Pero no altan quienes creen que la anesca es producto de la cosecha de granos, que coincide con laabstinencia por Semana Santa, de ah la aureola religiosa que rodea a la anesca: tiene 12 ingredientes quesimbolizan a los 12 apstoles y a las 12 tribus de Israel; el pescado simboliza a Cristo y a la orma en que sumensaje llega a la comunidad cristiana.

    Por lo complejo del proceso de preparacin de la anesca, amilias y amigos se renen a preparar este platoen los hogares.

    En la parroquia de Multitud, en cambio, se prepara la anesca comunitaria. Esta preparacin congrega a lamayora de la poblacin que participa activamente en la elaboracin de un gran plato comunal. El da de lapreparacin de la anesca hay un verdadero ambiente de amiliaridad entre los pobladores, las dierenciasy malos momentos se olvidan. La mayora de la gente aporta con uno de los granos que se requiere parala anesca y que ha sido previamente sembrado y cosechado de las parcelas amiliares. Se entrega a unencargado y entre todos pelan y sazonan la sopa.

    Ingredientes: Zapallo, zambo, calabaza, arveja, lenteja, maz, rjol rojo, haba, chocho, melloco, man y ce-

    bolla blanca.

    Preparacin:

    En este caso, se preparan para unas 200 a 300 personas.Se ponen los granos a cocer y se le aumenta el pescadosalado.

    Aqu se agrega el palmito para que de un sabor especiala la comida. Todos ayudan inclusive los hombres, aca-rrean el agua, parten la lea, pelan las habas, los chochosporque se hace en la iglesia o la escuela. Se empieza alas 9 de la maana y tiene que estar a las 12 porque hay

    mucha gente que ayuna y pasa orando.

    FICHA DE INVENTARIO DEL INPC,

    PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA NACIN

    Cdigo: IM-06-02-55-000-08-002058

    Denominacin: Fanesca Comunitaria-Multitud

    Provincia: Chimborazo

    Cantn: Alaus

    Localidad: Barrio Central

    Parroquia: Multitud

    mbito: Conocimientos y usos relacionados con la

    naturaleza y el universo

    Submbito: Gastronoma Festiva

    Registrado por: Luis Poaquiza

    Fecha de registro: 16/08/2010.

    RegistroNacional del PCI

    Gastronoma tradicional de Semana Santa: Fanesca

    L

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    INPC REALIZA LA PRESENTACIN DEL DVD PATRIMONIO SONORO SHUAR, EN LA FIESTA DELINTI RAYMI, INGAPIRCA 2012

    El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, a travs del rea de Patrimonio Cultural Inmaterial, a partir del ao 2009 se hapropuesto ejecutar proyectos encaminados a la Salvaguardia del patrimonio vivo, entendindose la salvaguardia comoaquellas medidas dirigidas a garantizar la viabilidad de las maniestaciones del PCI mediante su identicacin, investigaciny promocin.

    En esta lnea institucional, la Regional 6 del INPC, emprendi la ejecucin de Digitalizacin, Catalogacin y Transcripcin delPatrimonio Musical de la Nacionalidad Shuar de Morona Santiago

    Dicha investigacin, enmarcada en la salvaguardia del Patrimonio Sonoro de la Nacionalidad Shuar de la Amazona ecuato-riana, o de la gente verdadera como ellos se autodenen, pretende diundir la riqueza de esta maniestacin de alto valor

    patrimonial, omentando as su puesta en valor.

    Es por ello que dentro de los eventos del Inti Raymi de Ingapirca 2012, se realiz la presentacin de esta investigacin a car-go del antroplogo Juan Carlos Franco y el Etnomusiclogo Rodrigo Covacevich, quienes expusieron sus investigaciones enpresencia de autoridades regionales y pblico que se dio cita para compartir estas estividades en la parroquia de Ingapirca.En el presente DVD interactivo, se podr tener un acercamiento a la extraordinaria riqueza del patrimonio sonoro de la Nacio-nalidad Shuar, en el que las ormas poticas y discursivas, cargadas de un proundo simbolismo, cobran un nuevo sentido alque no estamos acostumbrados, en el que la palabra y el sonido, la poesa y la msica orman una unidad indisoluble.En el presente DVD, este conjunto sonoro, ha sido recuperado de archivos de audio con varias dcadas de antigedad, lo quelo convierte en un importante aporte para la transmisin y conocimiento de esta memoria, en medio de una contemporaneidadagresiva que enrenta a las particularidades culturales Shuar a drsticos cambios en sus ormas de vida, que hoy se rees-

    tructuran entre la tradicin y la modernidad. Este disco ser diundido en bibliotecas, universidades y centros de consulta entodo el pas.

    El edicio tambin cuenta con espacios exteriores y miradores destinados a jardinera y recreacin de turistas y visitantes.

    Cartelera

  • 7/29/2019 Patrimonio Cultural Inmaterial No. 5

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    El INPC Regional 3 realiza registro delPCI en la provincia de Pastaza

    Actualmente, el INPC Regional 3 lleva a cabo el Regis-tro de Patrimonio Cultural Inmaterial en la provincia dePastaza, en los cantones de Santa Clara y Arajuno, ysus parroquias rurales como son Curaray y San Jos.Danilo Delgado, consultor del proyecto, maniesto elinters, por parte de las comunidades y autoridades delos GADs municipales de Pastaza y Mera, para que seplanique una segunda ase en el 2013.El registro del Patrimonio Inmaterial contempla los m-

    bitos y sub mbitos de las tradiciones y expresionesorales, artes del espectculo, usos sociales, rituales, ac-tos estivos, conocimientos y usos relacionados con lanaturaleza, el universo as como: tcnicas artesanalestradicionales, que por su vigencia son pertinentes paralas comunidades de estos dos cantones amaznicos.Este proyecto se convierte en un instrumento que per-mitir establecer una lnea base, para la elaboracin dediagnsticos participativos, investigaciones a proundi-dad y planes de salvaguardia, orientados a la trasmi-

    sin, y valoracin de los conocimientos tradicionales.

    INPC R3 inici proyecto de investigacinsobre el Jahuay, Canto Ritual Indgena

    de la Cosecha PuruhEste proyecto que est encabezado por el especialistaen msica ecuatoriana Mario Godoy, busca la salva-guardia de los saberes tradicionales de este repertorioancestral vinculado a la cosecha del trigo y la cebada,que tiene como ejes: una contextualizacin histrica enbase a uentes bibliogrcas, grabaciones in situ y me-moria oral.

    Adems, el proyecto contempla realizar un levantamien-

    to etnogrco musicolgico, inormacin que permiti-r realizar los lineamientos para su revitalizacin, a tra-vs de entrevistas a inormantes tales como: cantoressolistas (paquis), bocineros, msicos indgenas y lderescomunitarios detentores de estos conocimientos.Se tiene previsto que este proyecto concluya en no-viembre de 2012. Los resultados sern socializados conlas comunidades indgenas, lderes y dems autorida-des, a n de lograr que este canto representativo deChimborazo contine vigente en la memoria colectiva,

    propiciando una integracin social y cultural.

    Cartelera

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    Caar Cosecha Sisid

    Fotografa: Diego Castro

    Fotografa del mes

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    PatrimonioCultura lInmaterial