Patrimonio Arqueológico Y Patrimonio Minero-Metalúrgico,

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Algunos Alcances Sobre Patrimonio Arqueológico Y Patrimonio Minero-Metalúrgico, Región De Atacama Carlos González Godoy Lic. en Arqueología Asesor EFIAEn el siguiente artículo presentamos algunos aspectos relacionados con los temas del patrimonio arqueológico y patrimonio minero-metalúrgico de la Región de Atacama, con el propósito de contextualizar nuestros sucesivos aportes en este portal, junto con entregar antecedentes que contribuyan a comprender nuestros ámbitos de trabajo dentro del Proyecto EFIA. En este sentido, es destacable el papel del componente patrimonial arqueológico dentro del referido proyecto, puesto que constituye uno de sus ejes de desarrollo. Patrimonio ArqueológicoPara comprender este término debemos entender que se encuentra dentro de una denominación global, correspondiente al concepto patrimonio cultural, que según la UNESCO “comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas, surgidas del alma popular, y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo; la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte y los archivos y bibliotecas" . Así entonces, asimilamos el patrimonio cultural como un legado de nuestros antepasados, siendo por ello el fundamento cultural y colectivo de nuestra nación, permitiéndonos el reconocimiento y el fortalecimiento de una identidad nacional y, en consecuencia, del país. Evidentemente, el pasado nos remite a una historia colectiva, culturalmente representativa, permitiéndonos reconocer nuestro entorno, como también a nosotros mismos , configurando un marco referencial identitario, desde un nivel individual hasta colectivo. De este modo, la identificación de un determinado patrimonio cultural responde a la significación social, a la representatividad que reviste para una sociedad en particular , como ejemplo de su singular proceso histórico. Incluso, se alcanzan niveles que integran a la humanidad en su conjunto, como acontece con las designaciones de la UNESCO sobre lugares y sitios que constituyen patrimonios mundiales únicos. Prueba de ello son, por ejemplo, las designaciones en Chile del campamento minero de Sewell en la Región de O’Higgins y del casco histórico de la ciudad puerto de Valparaíso, en la Región homónima. En este contexto se inscribe la actual postulación conjunta del Camino del Inka como patrimonio de la humanidad ante este organismo, por parte de varios países sudamericanos, entre ellos Chile. Esta postulación involucra directamente a la Región de Atacama, dado que comprende testimonios viales incaicos presentes en las comunas de Diego de Almagro y Copiapó. La designación trae consigo implicancias positivas en cuanto a visibilizar, preservar y proteger diversos bienes culturales, aunque UNESCO también comprende dentro de estas denominaciones los espacios naturales de relevancia mundial, como es el caso, por ejemplo, de las Islas Galápagos en Ecuador . Lo anterior deja entrever que el patrimonio cultural es la gran reserva de aprendizaje no sólo de un individuo respecto a su grupo humano, a nivel étnico, cultural y nacional, sino de toda la humanidad, comprendiendo distintos niveles de reconocimiento de tales expresiones, definibles como patrimonio local, regional, nacional y universal , aspectos reconocidos por UNESCO. Complementando esta visión, se reconoce que el patrimonio cultural puede dividirse en intangible, contemplando todos los aspectos culturales inmateriales, reconocidos en las costumbres, las reglas sociales, los mitos, los ritos, el lenguaje, etc. y, por otro lado, tangible, que reúne el conjunto de aspectos culturales de naturaleza material, tales como las edificaciones, los sitios arqueológicos e históricos , los sitios fúnebres (cementerios y enterratorios, que a su vez son sitios arqueológicos, de tipo prehistórico o histórico), los útiles, los artefactos manufacturados o en proceso de elaboración, entre otros, que pertenecen a un grupo o sociedad de un tiempo y un espacio determinado. Siguiendo estas especificaciones, es factible ubicar en este conjunto a la arqueología, ya que apunta hacia el estudio y el conocimiento de las sociedades humanas del pasado, principalmente a través del estudio de los restos materiales abandonados, también comprendidos como cultura material . Por lo tanto, la vinculación más directa de la arqueología es con el patrimonio cultural tangible, aunque ello no objeta aproximaciones al conocimiento de realidades intangibles de una sociedad humana extinta, como sus creencias, por ejemplo, a través del estudio del arte rupestre o las prácticas funerarias. Los restos materiales se encuentran por lo general dentro de sitios arqueológicos de diversa funcionalidad, siendo testimonios de vida y de comportamientos sociales de grupos y poblaciones humanas ya desaparecidas, que nos entregan información sobre sus conductas, percepciones y modos de vida, independiente si son sociedades de tiempos prehistóricos o históricos. En este punto, valga destacar que pese a la preferente dedicación de las investigaciones arqueológicas hacia sociedades prehistóricas (previo de los registros escritos), la existencia de evidencias materiales de tiempos históricos posibilita también la implementación de estudios arqueológicos, los que se complementan con los registros escritos disponibles. En este contexto, los estudios de los sitios mineros como por ejemplo Chañarcillo o de las instalaciones de la Guerra del Pacífico existentes en Caldera, pueden ser foco de preocupación arqueológica, permitiendo la contrastación con los testimonios escritos; temas aun pendientes en la Región de Atacama. Por consiguiente, el patrimonio arqueológico en Chile como en cualquier otro lugar del mundo, nos permite acceder por medio de su estudio, conservación, difusión y puesta en valor, al conocimiento de nuestro pasado remoto y reciente como sociedad, representado una herramienta científica y social que posibilita conformar, junto con otros aportes, una base identitaria del país y, en nuestro caso, de su realidad pluriétnica, como también del devenir histórico que nos singulariza. En esta dirección se comprende la relevancia de proteger y conservar el patrimonio arqueológico, ya que simboliza presencias sustitutivas que hacen de nexo entre personas y sociedades separadas por el tiempo, “por lo que son testimonio de ideas, hechos y situaciones del pasado” , son manifestaciones concretas de vivencias humanas. En nuestro país existe desde 1970 un marco legal que protege el patrimonio arqueológico, que igualmente considera el patrimonio paleontológico, histórico, arquitectónico y natural. Nos referimos a la Ley Nº 17.288 de Monumentos Nacionales y Atacama Viva http://www.atacamaviva.cl Potenciado por Joomla! Generado: 6 May, 2010, 00:26

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Algunos Alcances Sobre Patrimonio Arqueológico Y Patrimonio Minero-Metalúrgico, Región De Atacama Carlos

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Algunos Alcances Sobre Patrimonio Arqueológico Y Patrimonio Minero-Metalúrgico,Región De Atacama

Carlos González GodoyLic. en ArqueologíaAsesor EFIAEn el siguiente artículo presentamos algunos aspectos relacionados con los temas del patrimonioarqueológico y patrimonio minero-metalúrgico de la Región de Atacama, con el propósito de contextualizar nuestrossucesivos aportes en este portal, junto con entregar antecedentes que contribuyan a  comprender nuestros ámbitos detrabajo dentro del Proyecto EFIA. En este sentido, es destacable el papel del componente patrimonial arqueológicodentro del referido proyecto, puesto que constituye uno de sus ejes de desarrollo.Patrimonio ArqueológicoPara comprender este término debemos entender que se encuentra dentro de una denominaciónglobal, correspondiente al concepto patrimonio cultural, que según la UNESCO “comprende las obras de susartistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas, surgidas del alma popular, y elconjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividadde ese pueblo; la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte y losarchivos y bibliotecas" . Así entonces, asimilamos el patrimonio cultural como un legado de nuestros antepasados,siendo por ello el fundamento cultural y colectivo de nuestra nación, permitiéndonos el reconocimiento y el fortalecimientode una identidad nacional y, en consecuencia, del país. Evidentemente, el pasado nos remite a una historia colectiva,culturalmente representativa, permitiéndonos reconocer nuestro entorno, como también a nosotros mismos ,configurando un marco referencial identitario, desde un nivel individual hasta colectivo.     De este modo, la identificación de un determinado patrimonio cultural responde a la significación social, a larepresentatividad que reviste para una sociedad en particular , como ejemplo de su singular proceso histórico. Incluso, sealcanzan niveles que integran a la humanidad en su conjunto, como acontece con las designaciones de la UNESCOsobre lugares y sitios que constituyen patrimonios mundiales únicos. Prueba de ello son, por ejemplo, lasdesignaciones en Chile del campamento minero de Sewell en la Región de O’Higgins y del casco histórico de laciudad puerto de Valparaíso, en la Región homónima. En este contexto se inscribe la actual postulación conjunta del Caminodel Inka como patrimonio de la humanidad ante este organismo, por parte de varios países sudamericanos, entre ellosChile. Esta postulación involucra directamente a la Región de Atacama, dado que comprende testimonios viales incaicospresentes en las comunas de Diego de Almagro y Copiapó. La designación trae consigo implicancias positivas en cuanto avisibilizar, preservar y proteger diversos bienes culturales, aunque UNESCO también comprende dentro de estasdenominaciones los espacios naturales de relevancia mundial, como es el caso, por ejemplo, de las Islas Galápagos enEcuador .  Lo anterior deja entrever que el patrimonio cultural es la gran reserva de aprendizaje no sólo de un individuorespecto a su grupo humano, a nivel étnico, cultural y nacional, sino de toda la humanidad, comprendiendo distintosniveles de reconocimiento de tales expresiones, definibles como patrimonio local, regional, nacional y universal ,aspectos reconocidos por UNESCO. Complementando esta visión, se reconoce que el patrimonio cultural puede dividirseen intangible, contemplando todos los aspectos culturales inmateriales, reconocidos en las costumbres, las reglassociales, los mitos, los ritos, el lenguaje, etc. y, por otro lado, tangible, que reúne el conjunto de aspectos culturales denaturaleza material, tales como las edificaciones, los sitios arqueológicos e históricos , los sitios fúnebres (cementerios yenterratorios, que a su vez son sitios arqueológicos, de tipo prehistórico o histórico), los útiles, los artefactosmanufacturados o en proceso de elaboración, entre otros, que pertenecen a un grupo o sociedad de un tiempo y unespacio determinado. Siguiendo estas especificaciones, es factible ubicar en este conjunto a la arqueología, ya queapunta hacia el estudio y el conocimiento de las sociedades humanas del pasado, principalmente a través del estudiode los restos materiales abandonados, también comprendidos como cultura material . Por lo tanto, la vinculación másdirecta de la arqueología es con el patrimonio cultural tangible, aunque ello no objeta aproximaciones al conocimiento derealidades intangibles de una sociedad humana extinta, como sus creencias, por ejemplo, a través del estudio del arterupestre o las prácticas funerarias. Los restos materiales se encuentran por lo general dentro de sitios arqueológicos dediversa funcionalidad, siendo testimonios de vida y de comportamientos sociales de grupos y poblaciones humanas yadesaparecidas, que nos entregan información sobre sus conductas, percepciones y modos de vida, independiente si sonsociedades de tiempos prehistóricos o históricos. En este punto, valga destacar que pese a la preferente dedicación de lasinvestigaciones arqueológicas hacia sociedades prehistóricas (previo de los registros escritos), la existencia de evidenciasmateriales de tiempos históricos posibilita también la implementación de estudios arqueológicos, los que se complementancon los registros escritos disponibles. En este contexto, los estudios de los sitios mineros como por ejemplo Chañarcilloo de las instalaciones de la Guerra del Pacífico existentes en Caldera, pueden ser foco de preocupación arqueológica,permitiendo la contrastación con los testimonios escritos; temas aun pendientes en la Región de Atacama.  Porconsiguiente, el patrimonio arqueológico en Chile como en cualquier otro lugar del mundo, nos permite acceder por mediode su estudio, conservación, difusión y puesta en valor, al conocimiento de nuestro pasado remoto y reciente comosociedad, representado una herramienta científica y social que posibilita conformar, junto con otros aportes, una baseidentitaria del país y, en nuestro caso, de su realidad pluriétnica, como también del devenir histórico que nos singulariza.En esta dirección se comprende la relevancia de proteger y conservar el patrimonio arqueológico, ya que simbolizapresencias sustitutivas que hacen de nexo entre personas y sociedades separadas por el tiempo, “por lo que sontestimonio de ideas, hechos y situaciones del pasado” , son manifestaciones concretas de vivencias humanas.En nuestro país existe desde 1970 un marco legal que protege el patrimonio arqueológico, que igualmente considera elpatrimonio paleontológico, histórico, arquitectónico y natural. Nos referimos a la Ley Nº 17.288 de Monumentos Nacionales y

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su reglamento de 1990, que categoriza, registra, custodia, reglamenta el acceso y las intervenciones a los monumentosde tipo cultural y natural. Este cuerpo legal se complementa con la Ley Nº 19.300 de Bases Generales del MedioAmbiente de 1994, cuyo articulado y reglamento de 1997 establece las regulaciones sobre impactos ambientales deproyectos y/o actividades que generen modificaciones sobre el patrimonio cultural. No obstante, la promulgación de estemarco legal no garantiza el respeto hacia la temática patrimonial que nos preocupa, sino que, y coincidiendo conplanteamientos de la Sociedad Chilena de Arqueología, “serían responsables de la protección y conservación delPatrimonio Arqueológico todas las personas naturales y jurídicas, así como las instituciones privadas y del Estado. En estesentido, nos interesa destacar que es responsabilidad de las personas e instituciones no sólo la conservación de los sitiosy objetos arqueológicos, sino también el registro de sus asociaciones contextuales” . Testimonio de lo señaladoson algunos recientes ejemplos en la Región de Atacama por asumir compromisos en la temática patrimonialarqueológica, como lo efectuado por los municipios de Freirina y Diego de Almagro, apoyando diversos trabajos en estadirección, procurando institucionalizar y proyectar en el tiempo el tema, o la recientemente creada unidad de arqueología yconservación del Museo Paleontológico de Caldera, también con apoyo municipal. Asimismo, es destacable el impulso yla continuidad de las investigaciones arqueológicas por parte de División Salvador de Codelco-Chile. Estos ejemplos hantrascendido el básico e indispensable cumplimiento a la normativa legal que implican el SEIA (Sistema de Evaluación deImpacto Ambiental; Ley Nº 19.300), que comprende Declaraciones o Estudios de Impacto Ambiental que requieren unaprevia evaluación arqueológica a los diversos proyectos productivos, de desarrollo y de inversión que se presentan.Lo quedestaca en esta perspectiva, dentro de los ejemplos señalados, es la preocupación por conjugar arqueología,conservación y educación, comprometiendo a las comunidades locales en la protección y cuidado del patrimonioarqueológico presente, incluso a partir de sus propios reconocimientos. Hacia esa dirección apunta el trabajo desarrolladopor el Proyecto EFIA.En efecto, en el caso de División Salvador de Codelco-Chile se han implementado planes y políticasa corto y mediano plazo en torno a la educación patrimonial arqueológica, lográndose también reconstrucciones respectoa la historia de varias localidades de la comuna de Diego de Almagro. De esta forma, se registraron y estudiaron duranteel año 2006 numerosos sitios arqueológicos de cazadores recolectores del Período Arcaico (circa 5000 AC) presentes enel área del Tranque Pampa Austral, ubicado a 16 km al norte de la ciudad de Diego de Almagro y a 60 km al suroestede El Salvador. Junto a estos trabajos arqueológicos, se apoyaron actividades educativas patrimoniales para estudiantesy comunidades de la Provincia de Chañaral, desarrollándose también un programa de charlas obligatorias de inducciónarqueológica para todos los trabajadores que ingresaban a cumplir diversas funciones en la ampliación del tranque. Estasactividades fueron posibles por el trabajo conjunto de División Salvador con el Departamento de Cultura y Turismo de laIlustre Municipalidad de Diego de Almagro, manifestando con ello la posibilidad que distintas instituciones se unan por laprotección y cuidado del patrimonio arqueológico local, lo que hasta ahora, lamentablemente, no ha ocurrido en otraslocalidades de la Región de Atacama, existiendo más bien una disociación de intereses y esfuerzos aislados, quegeneralmente no contemplan implicancias sociales y un soporte educativo. De esta manera, el patrimonio arqueológicoen estos espacios, sistematizado desde el año 2003, integra las evidencias arcaicas de Pampa Austral y lasinvestigaciones realizadas en El Salvador, presentando en esta última localidad significativas evidencias mineraslapidarias en el sitio Mina Las Turquesas, explotado desde tiempos formativos (500 AC aprox.) hasta históricos (1950 DC), sumando también el cercano Cementerio Las Turquesas, un sitio funerario de los mineros caravaneros atacameñosque explotaban la turquesa (alrededor del 1300 DC). También está integrado por las explotaciones mineras cupríferasde tiempos incaicos (1500 DC), y por un tramo de Qhapaq Ñan o Camino del Inka , prolongándose desde El Salvadorhacia Finca de Chañaral, Inca de Oro, Tres Puntas, Medanoso, en dirección a Copiapó. Igualmente, se suman lasocupaciones productivas (mineras) históricas en Potrerillos, Inca de Oro y los variados asentamientos Collas emplazadosprincipalmente en la precordillera de la Comuna de Diego de Almagro, en su mayoría abandonados estos últimos,representados por enclaves ganaderos y de pequeña minería, además de una minoritaria producción agrícola.Esteconjunto testimonia significativamente que el patrimonio arqueológico de la comuna de Diego de Almagro puedecaracterizarse con mayor propiedad bajo la categoría de patrimonio minero-metalúrgico, singularizado por distintivosdistritos mineros que abarcan tanto épocas prehistóricas como históricas. Hacia esa concreta definición patrimonial apuntael siguiente capitulo. Patrimonio Minero-MetalúrgicoLas variaciones en el tiempo de los procesos productivos minerosen Chile, como en todo el mundo, han producido una serie de evidencias de gran importancia patrimonial, que reflejanlos diferentes momentos del desarrollo tecnológico en torno a la explotación de los minerales, al igual que demuestran lasdistintas aproximaciones sociales de los diversos grupos humanos que han configurado una verdadera cultura minera.Estas evidencias, los espacios productivos y los asentamientos mineros, conforman un patrimonio minero querepresenta la historia de los hombres que en distintos momentos del tiempo han estado vinculados a estos trabajosproductivos.  Por esta razón, se ha considerado relevante conocer los procesos históricos mineros y las localidadesasociadas, no sólo como una fuente de interés científico, sino también como espacios alternativos, especialmenteaquellos abandonados, puesto que permitirían, por medio de un turismo cultural sustentable –con la debidaprotección de los sitios arqueológicos-, el desarrollo de zonas mineras deprimidas .Según Carvajal y González (2006)existe en la actualidad una preocupación mundial por preservar para las generaciones futuras los utensilios y losmateriales vinculados con las industrias tradicionales, entre ellos los vinculados con la minería, particularmente luegoque finalizan sus faenas productivas, contándose en el presente con un sinnúmero de testimonios del antiguofuncionamiento de tales industrias. Esta situación puede observarse en casos “como los ferrocarriles, centraleseléctricas, instalaciones industriales del acero, textil ó carbón que forman parte de nuestra historia más reciente y que lasnuevas tecnologías, la utilización de nuevos materiales –plásticos, por ejemplo- y modernas actividades handejado en desuso y, en muchos casos, olvidadas (Carvajal y González, 2003)” . Desde este punto de vista, losrestos materiales industriales abandonados, como por ejemplo los de diversos distritos mineros de la Región de Atacama(Potrerillos, Chañarcillo, Tres Puntas, entre otros), han transitado desde un contexto sistémico, de funcionamiento

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pleno, a un contexto arqueológico , de abandono de sus procesos productivos, como de la vida cotidiana de los mineros ysus familias.En esta proyección cultural y social se concibe el patrimonio minero, que procura la preservación, conservacióny divulgación de cada uno de los elementos que lo caracterizan, siendo identificado en propiedad como patrimonio minero-metalúrgico, ya que no sólo contempla las etapas iniciales de la extracción minera, sino también las fases finales de esteparticular proceso productivo geominero . De esta forma, se comprende la importancia de preservar los enclavesmineros y sus distintos rasgos, en especial aquellos abandonados o que son parte de un proceso de cierre minero. Anivel mundial estos espacios forman parte de ecomuseos, parques culturales o museos abiertos (como el caso deSewell), reuniendo una amplia variedad de aspectos patrimoniales que, por lo general, permiten una visión integral de lacultura minera, abarcando lo tecnológico y lo social. Finalmente, lo que nos preocupa es enfatizar el empleo delpatrimonio minero abandonado como posibilidad real de desarrollo local, bajo ciertas cláusulas de protección y puestaen valor con implicancias sociales. Previamente, deben realizarse investigaciones arqueológicas, antropológicas e históricasque den cuenta de las actividades mineras y sus entornos sociales, con la finalidad de reconstruir tanto los procesosproductivos como la vida de las comunidades mineras, posibilitando un conocimiento integral de las culturas minerasdesaparecidas . Esta situación se constata en algunas localices y distritos mineros de la Región de Atacama, pero aun esincipiente y, en la mayor parte de los casos, un tema para nada abordado. Por último, debe entenderse que el patrimonio minero prehispánico e histórico presente en la región es de un potencial científico, informativo, educativo ytambién de desarrollo, que la identifica y singulariza en el contexto nacional.Conferencia Mundial de la UNESCO sobre el patrimonio cultural, México, 1982. BALLART, J. El Patrimonio histórico yarqueológico: valor y uso. Editorial Ariel, Barcelona, 1997, p. 43. SIMONETTI, S. El Consejo de Monumentos Nacionales.1er Seminario Minería y Monumentos Nacionales: 98-104. Editores Gastón Fernández y Paola González Carvajal,Santiago, 2005, p. 98.  Ver información en: http://whc.unesco.org/   SIMONETTI, S., op. cit.Ibíd. RENFREW, C. y P. Bahn.Arqueología. Teorías, Métodos y Práctica. Editorial Akal, Madrid, 1998, p. 9BALLART, J. El Patrimonio histórico yarqueológico: valor y uso. Editorial Ariel, Barcelona, 1997, p. 66.  SCHA Ms., Presentación de la Sociedad Chilena deArqueología (SCHA) ante la Comisión para la Nueva Institucionalidad Patrimonial de Chile, Santiago, 2007.GONZÁLEZ,C., Ms. Tercer y  Final Informe de inspección arqueológica (Período 1 Julio–15 de Septiembre), “ProyectoAmpliación Tranque Pampa Austral, IV Etapa”. Taguatagua Consultores Ltda., División Salvador, Codelco-Chile, ElSalvador, 2006. GONZÁLEZ, C. y C. Westfall. Consideraciones sobre la prehistoria de Atacama: El Salvador y susaportes locales e interregionales. Boletín Sociedad Chilena de Arqueología 38: 53-70, Santiago, 2005. WESTFALL, C. yC. González, Ms. Rescate Arqueológico Mina Las Turquesas. Tomos I y II: Arqueología. Informe Rev. 1. Sierra y PlazaIngeniería y Servicios Ltda. Informe desarrollado para Codelco División Salvador, El Salvador. 754 pp. y anexosfotográficos y topográficos, 2004.GONZÁLEZ, C. y C. Westfall, En Prensa. Qhapaq Ñan, arquitectura vernácula y delInka en El Salvador, Región de Atacama. Reconocimientos iniciales. Actas del XVII Congreso Nacional de ArqueologíaChilena, Valdivia, 2006. WESTFALL, C. y C. González, En prensa. Estudio micromorfológico de un tramo del Camino del Inka y sitios asociados,El Salvador, III Región, Chile. Actas del XV Congreso de Arqueología Argentina, Río Cuarto, 2004.   CARVAJAL, D. J. y A.González. Patrimonio Minero, en el ámbito Inter e Intranacional, Ponencia 1, Jornada sobre el Patrimonio Minero deBurguillos del Cerro, Burguillos del Cerro (Badajoz), 2006.CARVAJAL, D. J. y A. González, op. cit. SCHIFFER, M.Archaeological Context and Systemic Context. American Antiquity 37 (2), 1972, pp. 156-165. CARVAJAL, D. J. y A.González, op. cit.CARVAJAL, D. J. y A. González, op. cit.Ibíd.

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