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8/12/2019 Patricio Ibarra C. - Veteranos y prensa satrica...

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VETERANOS Y PRENSA SATRICA: DESMOVILIZADOSE INVLIDOS EN LOS PERIDICOS CHILENOS DE

CARICATURAS DURANTE LA GUERRA DEL PACFICO(1879-1884)

Veterans and satiric press: Demobilized and disables in Chileancartoon newspapers during War of the Pacific (1879-1884)

Patricio Ibarra *

RESUMEN

En sus caricaturas, artculos y versos la prensa de stira chilena contempornea a laGuerra del Pacfico (1879-1884), acogi como suyos los reclamos de los veteranos

tras servir en el Ejrcito. All desplegaron un discurso retrico y visual, para colocaresta temtica en la esfera de debate pblico, refirindose a problemas como cesanta,compensaciones impagas o las mutilaciones fsicas sufridas por los excombatientes.

Palabras clave: Guerra del Pacfico, prensa satrica, caricaturas chilenas, veteranos de guerra.

ABSTRACT

In those cartoons, articles and verses the chilean satiric press contemporary to theWar of the Pacific (1879-1884), take in war veterans complains by obtain better

life conditions after serve in army. ere spread a rhetorical and visual discourse,to put this theme in public debate sphere, about problems like unemployment,unpaid compensations or physic mutilations suffered by veterans.

Keywords: War of the Pacific, satiric press, Chilean cartoons, war veterans.

* Centro de Estudios Histricos, Direccin de Investigacin y Relaciones Internacionales, Universidad BernardoOHiggins. Santiago, Chile. Correo electrnico: [email protected]

Artculo recibido el 22 de enero de 2013. Aceptado el 6 de abril de 2013

UNIVERSUM Vol. 28 N 2 2013 Universidad de Talca

Veteranos y prensa satrica: Desmovilizados e invlidos en los peridicos chilenos de caricaturas durante la guerra del pacfico (1879-1884)Patricio Ibarra

Pp. 59 a 81


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INTRODUCCIN

La Guerra del Pacfico, conflicto que enfrent a Chile con la alianza formadapor Per y Bolivia entre 1879 y 1884, excedi por mucho a la confrontacin de tresestados nacionales que defendieron a travs de las armas sus intereses en los territoriossalitreros de Antofagasta y Tarapac. El enfrentamiento trajo aparejado, para vencedoresy vencidos, consecuencias en el mbito poltico, econmico, cultural y social.

Los veteranos, como son conocidos los supervivientes de un conflictoarmado, debieron soportar la instruccin necesaria para convertirse en hombres de

armas, luego la campaa militar en cuanto tal y a la vuelta a su terruo intentaronretomar sus vidas luego de partir al frente a defender los intereses de sus respectivospases. En el caso de los chilenos, muchos se encontraron con un trabajo malremunerado e incluso sin l. Otros, debieron enfrentar las consecuencias delas heridas recibidas: cicatrices, dolencias crnicas o, en el peor de los casos, lamutilacin de su cuerpo materializada en la prdida de uno de sus miembros.Tambin, a no pocos se les adeudaban dineros por su servicio en el ejrcito,sumndose a ello largas tramitaciones para hacer efectivo el pago de la recompensapecuniaria por parte del Estado, merced a su participacin en la guerra.

Desde su tribuna, los editores de peridicos recogieron estas situaciones,unindose a los veteranos y sus familias en sus peticiones y reclamos algobierno, incluyndolas en los temas debatidos en la opinin pblica.2

2Pese a tratarse de un concepto de difcil denicin, la opinin pblica podra entenderse como el fenmeno social, donde atravs de los medios de comunicacin se construye un espacio pblico de intercambio y discusin de ideas, practicndose unacrtica constante a las fuerzas polticas en pugna, las instituciones de la Sociedad Civil, los organismos de gobierno y poder delEstado. Segn Irving Crespi, la conformacin de la opinin pblica se trata de un proceso interactivo y multidimensional, don-de las posturas de los individuos se forman y cambian, en que las apreciaciones de las personas se transforman en una fuerzacolectiva que se pronuncia en trminos comunes, la cual es integrada en la conduccin de los asuntos del Estado. As, individuo

y grupo actan en conjunto en un ujo interminable que va continuamente de las posturas individuales a las coaliciones deopiniones y viceversa. De ese modo, expresiones tales como la opinin pblica ha hablado, o el juicio del tribunal de laopinin no son otra cosa que metforas periodsticas ntimamente ligadas al ideal liberal ilustrado que supone la existencia de undebate informado y racional, pues no se trata que el cuerpo social haya alcanzado un acuerdo en los temas en debate, sino que seha producido un nuevo equilibrio de poder poltico al respecto. Carmen Mc Evoy sostiene que durante los aos de la guerra, loseditores de los peridicos denieron lo pblico como instancia de socializacin y mediacin de lo individual y al mismo tiempoconfeccionaron un mapa cognitivo de la guerra que Chile enfrentaba con sus vecinos. Asimismo, la prensa actu como centrode noticias, organizadora de mltiples rituales patriticos, integradora de valores divergentes, tribuna del pueblo, una veces con-sejera y otra crtica del gobierno, adems de ncleo de una retrica republicano-nacionalista. Crespi, Irving.El proceso de opinin

pblica. Cmo habla la gente.Barcelona: Ariel, (1997): 27-120; Pardos-Prado, Sergi. Qu es y cmo se crea la opinin pblica?.En Eva Anduiza (coord.). Opinin pblica y medioambiente. Monografas de educacin ambiental.Barcelona: SBEA, SCEA, (2006): 39-40;Gonzlez Bernaldo de Quirs, Pilar. Literatura injuriosa y opinin pblica en Santiago de Chile durante la primera mitad delsiglo XIX,Estudios Pblicos76, primavera, (1999): 235 y Mc Evoy, Carmen. Guerreros civilizadores. Poltica, sociedad y cultura en Chiledurante la Guerra del Pacco.Santiago de Chile: Ediciones Universidad Diego Portales, (2011): 138-139.

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La estrategia periodstica respecto de combatientes y veteranos fue coherente.Durante la primera etapa de la guerra, ensalz la actuacin del roto,

representante del bajo pueblo, en los campos de batalla.3 Una vez que estosvolvieron del norte, exigieron una retribucin acorde su participacin enla campaa. De este modo, incorporaron la problemtica de los veteranosen el espacio de discusin de la esfera pblica, cuestionando el actuar de lasautoridades de gobierno y la poltica oficial respecto de los excombatientes.Esto comenz a poco de la llegada de los primeros soldados licenciadosdurante la guerra y se mantuvo hasta aos despus de terminado el conflicto.4

La prensa de humor poltico tambin particip de las denuncias y solicitudes de

veteranos y sus familias, incluyendo en sus ediciones artculos, versos y caricaturasdonde seal las penurias sufridas por los veteranos. Adems, la editada por JuanRafael Allende que, en concordancia con el resto de su obra, mezcl la causa delos excombatientes con la agenda liberal del ltimo cuarto del siglo XIX, valedecir, la lucha por la secularizacin del Estado, la libertad electoral, la defensa delos derechos del bajo pueblo y de los incipientes grupos medios, entre otras.5

En las pginas que vienen a continuacin, se revisar cmo estos rotativosrecogieron e hicieron propia la lucha por reconocimiento y recompensas para losexcombatientes. Este trabajo tiene por objeto principal describir y analizar el discurso y

3Gabriel Cid explora en la creacin del roto como referente para el ideario nacionalista chileno de nes del siglo XIX enUn icono funcional: la invencin del roto como smbolo nacional. 1870-1888. En Gabriel Cid y Alejandro San Francisco(eds.).Nacin y nacionalismo en Chile. Siglo XIX.Vol. I. Santiago de Chile: Centro de Estudios Bicentenario, (2009): 221-154.Un anlisis de la prensa escrita chilena durante los aos de la guerra en Rubilar, Mauricio. Escritos por chilenos, para loschilenos y contra los peruanos: la prensa y el periodismo durante la Guerra del Pacco (1879-1883). En Carlos Donosoy Gonzalo Serrano (eds.). Chile y la Guerra del Pacco.Santiago de Chile: Centro de Estudios Bicentenario, 2010.4Los problemas sufridos por los veteranos chilenos de la Guerra del Pacco: cesanta, recompensas impagas y la nece-sidad de aparatos ortopdicos para quienes resultaron mutilados, han sido estudiados en varias monografas especcas.

All se mencionan las instituciones en que se agruparon y como el gobierno chileno se hizo cargo de sus reclamos. Vase,Rodrguez, Sergio. Problemtica del soldado durante la Guerra del Pacco. Santiago de Chile: Estado Mayor General del Ejrcito,1985; el artculo de Donoso, Carlos y Couyoumdjian, Juan. De soldado orgulloso a veterano indigente. La Guerra del Pa-cco. En Rafael Sagredo y Cristin Gazmuri (eds.). Historia de la vida privada en Chile. Tomo II. Santiago de Chile: Taurus,(2006): 237-273. Los trabajos ms completos al respecto son Mndez, Carlos. Hroes del silencio. Los veteranos de la Guer ra delPacco (1884-1924).Santiago de Chile: Centro de Estudios Bicentenario, 2004 y del mismo autor Desierto de esperanzas. De la

gloria al abandono. Los veteranos chilenos y peruanos de la guerra del 79.Santiago de Chile: Centro de Estudios Bicentenario, 2009.Recientemente el propio Mndez dio a la luz un nuevo estudio, donde analiza lo acaecido con los veteranos bolivianos.Mndez, Carlos. Dolor y olvido. Los excombatientes bolivianos en la Guerra del Pacco.Santiago de Chile: Centro de EstudiosBicentenario, 2013.5La obra de Juan Rafael Allende puede ser estudiada en los trabajos de Maximiliano Salinas y otros. Vase, El que reltimo caricaturas y poesas en la prensa humorstica chilena del siglo XIX.Santiago de Chile: Centro de Investigaciones DiegoBarros Arana, 2011; en la del propio Salinas, Erotismo, humor y trasgresin en la obra satrica de Juan Rafael Allende,Mapocho 57, primer semestre, 2005 y en la de Cornejo, Jos Toms. La Repblica como mujer en los peridicos de JuanRafael Allende: Un discurso poltico en caricaturas,Mapocho59, 2006.

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retrica en clave satrica, desplegada en sus ejemplares explorando, a travs de ellas, enla visin de los editores de esos peridicos y dibujantes respecto de la situacin en que

se encontraban los veteranos. Para ello, se utilizarn los artculos, versos y caricaturaspublicadas en los peridicos Digenes, El Corvo y El Jos Peluca. Adems, de loseditados por Juan Rafael Allende: El Ferrocarrilito, El Padre Cobos y El Padre Padilla.6

All, se puso de manifiesto a la opinin pblica de la poca la situacin en que seencontraron muchos de los soldados que hicieron la campaa al Per y Bolivia, a su vueltaa Chile, tanto los que resultaron ilesos y, especialmente, quienes quedaron mutiladosproducto de las heridas recibidas en combate u otras en tareas de ndole militar.

As, conocer lo expuesto en la prensa chilena de humor a propsito delproblema especfico de los veteranos de guerra, da cuenta de una de las formasde deliberacin y debate producidos en la esfera pblica chilena decimonnicamientras en paralelo se desarrollaba un enfrentamiento armado contra dos nacionesal unsono, donde fueron utilizados todos los recursos discursivos, retricos ygrficos disponibles, aprovechando el formato y caractersticas de la stira, ademsdel espacio de tolerancia temtica y de contenidos otorgado por la libertad de prensaconsagrada en la ley de 1872. Al mismo tiempo, permite sealar como los escritos eimgenes presentadas en los peridicos de caricaturas a propsito de las vicisitudesde los excombatientes, sirvieron de vehculo para exigir recompensas y reparacionespor los servicios prestados al Estado, por ciudadanos transformados en soldadosproducto del estallido de la guerra, mostrndolos adems como smbolo del esfuerzopatritico del roto, de la inoperancia y desdn de los gobiernos de Anbal Pinto yDomingo Santa Mara ante los problemas del pas, del predominio de los interesesde la oligarqua por sobre los del pueblo, as como de las consecuencias de la guerramaterializadas en individuos concretos; todo ello en el marco de las ideas y valorescolectivos correspondientes del ltimo cuarto del siglo XIX, periodo clave en la

6El mtodo utilizado para analizar las caricaturas presentadas en este escrito, est basado en los planteamientos de losmiembros de la Escuela de Warburg durante la primera mitad del siglo XX, adems de algunas de las propuestas del histo-riador britnico Peter Burke expresadas en su libro Visto y no visto.El uso de la imagen como documento histrico. Barce-lona: Crtica, 2001. En sntesis, se trata de la descripcin de las imgenes (iconografa), como lo sugiri Edwin Panofsky en1939, distinguiendo tres niveles de signicado en cada obra. El primero de ellos est relacionado con la denominada des-cripcin preiconogrca, referida al signicado natural de los elementos incluidos en una caricatura, es decir, identicarlos objetos (personas, armas, emblemas, etc.) y situaciones (batallas, reuniones, conversaciones, etc.). El nivel siguiente tratadel estudio iconogrco en sentido estricto, entregando el signicado convencional de las imgenes, donde se identicay dene el acontecimiento al que se reere el dibujo para no confundirlo con otro. Finalmente se procede a interpretaciniconolgica, donde cada grabado fue colocado en su contexto histrico y material, en bsqueda de su signicado y de laorientacin intrnseca del testimonio visual referida al fenmeno estudiado. Burke, Peter. Visto y no visto. El uso de la imagencomo documento histrico.Barcelona: Crtica, (2001): 44-45 y 239-240.

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consolidacin del Estado Nacional y el sistema republicano, tanto por la expansinterritorial como tambin el afianzamiento de la identidad moderna de los chilenos.7

1. LA PROBLEMTICA DE LOS VETERANOS DE LA GUERRA DELPACFICO Y SU REVERSO SATRICO

Los artculos, versos y caricaturas publicados en los peridicos satricoschilenos durante la Guerra del Pacfico, sealaron y fijaron el punto de vista desus creadores respecto de las distintas alternativas del conflicto. As, como partedel tribunal de la opinin, participaron del debate producido en Chile a propsito

del estallido, desarrollo y consecuencias del conflicto de 1879, librndose durasbatallas y combates, donde se esgrimi la palabra, la pluma y la tinta.

No obstante, la guerra no monopoliz la temtica de sus escritos ograbados pues nunca dejaron de referirse a las luchas partidistas de la poca, asfuera la intervencin electoral propiciada desde el poder ejecutivo o la lucha porsecularizacin del Estado, entre otros temas significativos del perodo.8

En artculos y versos los editores de los peridicos satricos sealaron superspectiva respecto de la contingencia desde el formato escrito. A ello se sumanlas caricaturas, que desde su aparicin se constituyeron como un eficaz medio dedifusin de puntos de vista y de tentativa por influir en la opinin pblica. Cadadibujo implica una reflexin aguda respecto del acontecer de la sociedad, pues

7Los La obra de Carmen Mc Evoy, Guerreros civilizadores, ya citada, permite reconocer el profundo impacto y trascen-dencia del conicto en la Sociedad Civil en el plano emocional, discursivo, simblico y cultural, a partir de la retrica ydiscurso nacionalista desplegado por las autoridades, instituciones y prensa contemporneas, que ha dejado una huella in-deleble en la memoria histrica de los chilenos, ms all de si efectivamente Chile llev adelante una cruzada civilizadora

que legitim el uso de la fuerza, como lo propone la historiadora peruana en su obra. En ese mismo sentido, debe tenerseen cuenta lo armado por William Sater en Chile and the War of the Pacic,quien, al analizar la vida cotidiana del frenteinterno durante el conicto a partir del anlisis de un gran volumen de peridicos y documentacin de archivo, armaque la Guerra del Pacco no cambi dramticamente la sociedad chilena a nivel poltico, pues no se involucr en unaguerra total; en tanto no se modic el sistema econmico, los aliados nunca amagaron su territorio, no hubo caresta dealimentos y, sobre todo, la estructura social no se modic sustancialmente. Sater, William. Chile and the War of the Pacic.Lincoln: University of Nebraska Press, (1986): 177.8Isabel Cruz de Amenbar y Trinidad Zaldvar en su artculo El trazado fronterizo de la caricatura. Confrontacin y co-hesin en el proceso limtrofe chileno 1879-1902, estudian algunas caricaturas publicadas durante el periodo de la guerradesde la perspectiva de la presentacin ldica de los hechos, recurriendo a la irona y la parodia transformado el conictoen juego de nios, por parte de editores de peridicos y dibujantes haciendo la informacin asequible a la mayoradel pas. Cruz de Amenbar y Zaldvar, Trinidad. El trazado fronterizo de la caricatura. Confrontacin y cohesin en elproceso limtrofe chileno 1879-1902, Boletn de la Academia Chilena de la Historia106 (1996):122-158.



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ensea al observador de la obra, la posicin y percepcin del autor respecto delos hechos, generalmente relacionados con la contingencia poltica. En esencia,

los rotativos de humor poltico eran una prensa militante y de batalla, puespodan abanderizarse a favor o en contra de personas, instituciones o ideologas.9

En general, desde su irrupcin en 1858 con El Correo Literario, los peridicoschilenos de caricaturas adscribieron a los ideales y valores de la modernidad polticadecimonnica, materializada en el liberalismo republicano, a su vez influenciado porlas ideas de las revoluciones francesa de 1830 y 1848, donde se incorpor lenta peroinexorablemente al pueblo, en el lenguaje y simbolismo de la disputa poltica. Haciamediados de la dcada de 1870, y especialmente la de 1880, su lenguaje visual y escrito

se torn cada vez ms acre y desenfadado, al atacar a las personas e instituciones.10

Pese a las masivas manifestaciones populares registradas a la llegada delas tropas desde el norte, especialmente tras la toma de Lima, muchos de lossoldados desmovilizados pasaron por diversas vicisitudes para reinsertarse en lasociedad chilena. La prensa de stira recogi aquella problemtica y materializ suvisin al respecto en columnas de opinin, caricaturas y versos, inspirados en esosindividuos y sus familias, hacindose parte y visibilizando en la esfera de discusinpblica esas reivindicaciones.

Como ya se mencion en lneas precedentes, uno de los inconvenientespara los veteranos que resultaron ilesos en la campaa, fue que tras volver a Chileaccedieron a empleos mal remunerados, inestables o bien permanecieron largotiempo cesantes. Adems, la demora en los pagos correspondientes a sus sueldospor los servicios prestados en el Ejrcito fue una constante. Empero, gracias a lapromulgacin de leyes especiales, los excombatientes pudieron acceder a exiguaspensiones, que en la mayora de los casos slo alcanzaban para el sustento bsico.11

Estas y otras situaciones, motivaron la aparicin de asociaciones y mutualesorganizadas por los propios veteranos, cuyo objetivo era articular su accin comn,

9Guerrero, Cristin. Los capitanes de la industria a travs de las caricaturas contemporneas, 1870-1920, Cuadernos deHistoria16 (1996): 1.10Zaldvar, Trinidad. El papel de los monos. Breve crnica de un tercio de siglo de prensa de caricatura 1858 - 1891. En

ngel Soto (ed.).Entre tintas y plumas: historias de la prensa chilena del Siglo XIX.Santiago de Chile: Universidad de los Andes,Centro de Investigacin de Medios Andes, CIMA, Facultad de Comunicacin, (2004): 140-145.11Mndez, Carlos. Hroes del silencio, 30.

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en pos de conseguir una pronta solucin para sus padecimientos.12

Figura 1

La discusin respecto de cul deba ser la recompensa apropiada paralos ex combatientes, y especialmente para quienes haban resultado heridos degravedad y amputados alguno de sus miembros, se inici en el Congreso hacia1880 y se materializ en una ley a fines de 1881. Una de las controversias alrespecto, fue si esta considerara a todos los efectivos movilizados durante la guerrao slo a aquellos que resultaron heridos o invlidos. Otra arista de la discusinse encontr en cmo establecer criterios uniformes de calificacin respecto del

nivel de incapacidad, total o parcial, de cada soldado dado de baja por problemasfsicos, con el objeto de asignar el pago correspondiente a uno de ellos.13

12Es el caso del Crculo de Veteranos del 79, la Sociedad de Defensores de Chile, el Crculo de Jefes y Ociales delEjrcito y la Marina y la Liga Patritica Militar. Por su parte, el Estado chileno creo algunas instituciones para apoyar alas viudas y hurfanos de la guerra. Entre ellas se cuentan la Escuela agrcola de Agua Negra, Escuela agrcola para hijoshurfanos de la guerra y Sociedad protectora de viudas y hurfanos de los mrtires de la Patria (Sociedad Protectora de

Valparaso). A ellos se debe agregar el Asilo de la Patria establecimiento creado por la Iglesia catlica, aunque reciba-nanciamiento scal, el cual se ocupaba de dar alojamiento, alimentacin y educacin a hijos de soldados fallecidos durante elconicto. Ibd., 44-54. Home, David. Los hurfanos de la Guerra del Pacco: El Asilo de la Patria, 1879-1885.Santiago de Chile:Centro de Investigaciones Diego Barros Arana de la Direccin de Bibliotecas, Archivos y Museos y LOM Ediciones, 2006.13Mndez, Carlos. Hroes del silencio, 57.



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En ese contexto, el primer peridico que se abander junto a los veteranosfue El Ferrocarrilito, editado por Juan Rafael Allende. El rotativo recogi lo

ocurrido en la sesin de la Cmara de Diputados del 30 de julio de 1880, dondeel representante por Talca Enrique Mac Iver, seal que recompensas y medallasdeban ser entregadas slo a quienes participaron en las victorias chilenas, y node las derrotas, como a su juicio fue el caso de la batalla de Tarapac, donde lastropas chilenas sufrieron un revs ante el ejrcito peruano replegado tras la batallade Dolores. Las declaraciones de Mac Iver, junto con la polmica desatada enla propia sala, significaron ganarse la malquerencia del peridico, que el 14 deagosto de 1880 public una caricatura donde se le muestra como un hombre

hundido y repudiado tras su ataque a los Hroes de Tarapac (Figura 1).14

Al ao siguiente, El Corvo hizo notar los problemas que comenzaban atener los veteranos que ya haban regresado a Chile. En marzo de 1881, a dos mesesde la conquista de Lima y faltando pocos das para la vuelta del grueso del EjrcitoExpedicionario del Norte, public una serie artculos y grabados donde hizohincapi en los malos tratos sufridos por los soldados, as como en los inconvenientespara encontrar un empleo.15Una de esas caricaturas muestra a un hombre quetrabaja como pen agrcola luego de ser desmovilizado del Ejrcito. La leyenda queacompaa el grabado, lo muestra quejndose de sus bajos ingresos, pese a haberservido y librado sin rasguo en la campaa que acababa de terminar (Figura 2).16

En otra caricatura, El Corvo se hizo cargo de los apuros econmicos en que seencontraron quienes resultaron invlidos de por vida. La ilustracin muestra a unsoldado, quien perdi su pie izquierdo y por ello apoyado en una muleta, implorandoy recibiendo limosna de una mujer en la entrada de una casa. Fue publicado el 12de marzo de 1881, al da siguiente de la llegada del general Manuel Baquedanoa Valparaso con parte de la parte de las tropas que tomaron Lima (Figura 3).17

14El Ferrocarrilito,Santiago, agosto 14 de 1880.15Destripaduras, En:El Corvo,Santiago, marzo 5 de 1881.16Idem.17Idem.

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Figuras 2 y 3

El Corvo se caracteriz por sus crticas a las autoridades y la litegobernante, desde una perspectiva cercana a los intereses de artesanos y obreroscalificados. Desde all, despleg una cruda irona, estilo que sera adoptadopor el resto de los peridicos de stira que se refirieron a la problemtica de losveteranos, especialmente en lo relativo a quienes resultaron mutilados productode las heridas de guerra que recibieron. Su inters de denuncia tambin

alcanz a la problemtica de los heridos en combate, acusando que la atencinmdica recibida por los lastimados en las batallas de Chorrillos y Miraflores erainsuficiente, adems de no recibir dinero para satisfacer sus necesidades bsicas.Apunt sus dardos contra el entonces presidente Pinto, espetndole que AUsted no le importa eso, porque ya concluye su gobierno, y nada ha de avanzarcon remediar las faltas de los que han dado lustre a su perodo presidencial.18

18Idem.



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Hacia mediados del ao 1881, con la guerra entrampada en la instalacindel gobierno provisional peruano de La Magdalena, las negociaciones de paz y

el inicio de la Campaa de la Sierra, la situacin vivida por muchos veteranoscomenz a ser ms evidente. Juan Rafael Allende, en ese momento escribiendoen El Padre Cobos, protest por la lentitud del gobierno para promulgar una leyde compensaciones, en vista de las apreturas econmicas que sufran muchos delos excombatientes. En la oportunidad, acus que los miembros de los poderesejecutivo y legislativo, estaban preocupados de las intrigas de la poltica palaciegaen los pasillos de La Moneda y el Congreso, en vez de solucionar los problemas delos soldados y sus familias:

Y el proyecto de ley de recompensa?Duerme el sueo de los justos.Mientras tanto, gobierno y cmaras se dejan estar o politiquean sin tomar en cuenta que losdas y semanas perdidos en ftiles discusiones de amor propio o de odios personales, son otrostantos pasos que hacen dar hacia la miseria, la desesperacin o le crimen a los que, por ir adefender los sagrados intereses de la Patria, han quedado reducidos a desesperante situacin.19

Durante gran parte de 1881, la contingencia poltica, entre ellas la intervencin

electoral por parte del poder ejecutivo, la asuncin a la presidencia de la Repblicade Domingo Santa Mara, las luchas por la secularizacin del Estado, el desarrollode las negociaciones para finalizar con la guerra, la administracin de la ocupacinchilena del Per y las alternativas de la campaa de la Sierra, monopolizaron el tenorde los escritos y caricaturas de El Padre Cobos. Empero, en mayo de 1882, volvi ala carga quejndose amargamente respecto de los alcances de la ley de recompensaspara los veteranos de guerra, promulgada el 22 de diciembre de 1881, la cual paraacceder a los beneficios les exiga inscribirse en la Oficina Calificadora de Servicios.20

En esa ocasin afirm que la mencionada Ley era una mala broma para los veteranos,

la cual se asemejaba a la que las madres les hacan a sus hijos cuando, con un dulce ensus manos, les dicen: ste dulce ser para el que no lo quiera. Los chicos se quedanmudos como una tapia o se limitan a balbucear entre dientes: Yo no lo quiero.21

19Soldados o mendigos En:El Padre Cobos,Santiago, Julio 5 de 1881.20El Padre Cobos,Santiago, mayo 30 de 1882. Entre lo establecido en el cuerpo legal, se inclua el pago de pensiones porinvalidez parcial o absoluta, adems de la provisin de aparatos ortopdicos para intentar suplir los miembros mutiladosde quienes los perdieron producto de las heridas recibidas. Ley de recompensas por la campaa contra el Per y Boliviade 1881, En Mndez, Carlos. Hroes del silencio..., 112.21Nada, nada y nada, En:El Padre Cobos,Santiago, mayo 30 de 1882.

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efecto. All escribi:

Todos los das estamos viendo que se licencia un cuerpo, se le suele pagar hasta la tropa,aunque mal y por mal cabo, la gratificacin de los tres meses, se les da a jefes, oficiales ysoldados las muchas gracias de cajn yabur, peseta! Soldados, oficiales y jefes pidenque se ajusten sus atrasados haberes, los haberes de dos y ms aos; pero se les contestainvariablemente: Hoy no se paga maana si Y por qu no se paga hoy? Porque elencargado de hacer los ajustes no ha presentado an compaginadas sus cuentas. 26

Un tpico especialmente importante para Allende, fueron las muertes ysuicidios producidos entre excombatientes que no recibieron las compensaciones

estipuladas en la ley. Las pginas de El Padre Cobos, consignaron el fallecimientode un capitn de ejrcito antes que pudiera realizar los trmites necesarios paraacogerse a los beneficios que le correspondan.27As tambin, inform respecto delsuicidio del teniente de Guardias Cvicas Roberto Pradel. Luego de presentar unpanegrico respecto del oficial, Allende asegur que se trataba de una vctima de lainjusticia del gobierno, pues otros militares sin valor alguno consiguieron ascensossolo por ser favoritos de los mandamases del gobierno:

Ayer no ms salan de aqu tenientes y subtenientes, de infantera unos, de artillera otros,y, sin haber sin olido la plvora, los vemos hoy da pavonendose por nuestras calles concinco y ms galones!! Siga el gobierno supremo su obra destructora y agregue esta nuevavctima de su desaparicin al haberde su cuenta administrativa, que aqu liquidaremos.28

As tambin, consign el caso del capitn de Granaderos a Caballo Jos LuisContreras, quien tambin habra terminado con su vida, producto de continuosvejmenes y postergaciones de las que era vctimas en las filas del Ejrcito.29

Por otra parte, Allende denunci una modificacin a la ley de recompensas,la cual trajo como consecuencia la discriminacin en la entrega de prtesis para losveteranos mutilados, dependiendo de su graduacin en el escalafn del Ejrcito. Afirmque a jefes y oficiales se concederan aparatos ortopdicos articulados, mientras quepara suboficiales, clases y tropa, seran miembros fijos confeccionados en madera.30

26Tramposo!, En:El Padre Padilla,Santiago, octubre 28 de 1884.27Era pobre!, En:El Padre Cobos,Santiago, agosto 22 de 1882.28Una vctima de la Ingratitud, En:El Padre Cobos,Santiago, junio 13 de 1882.29Otra vctima de don Domingo el Cruel, En:El Padre Cobos,Santiago, agosto 19 de 1882.30Ridcula economa, En:El Padre Cobos,Santiago, julio 12 de 1883.

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En ese contexto, Allende aprovech los problemas que afectaban alos veteranos en otra direccin. En sus caricaturas y escritos dados a la luz enEl Padre Cobos sum a los excombatientes, mutilados, viudas y hurfanosde la Guerra del Pacfico con los sectores postergados de la sociedad chilena,caracterizndolos como un grupo opositor a las autoridades de gobierno y a suspolticas de administracin del Estado. As, en dos caricaturas los excombatientesy sus familias fueron sumados simblicamente, a la campaa del peridico encontra del presidente Santa Mara y la Iglesia Catlica. Ms an, en muchas desus editoriales se desprenda que los verdaderos enemigos de Chile no eran elPer y Bolivia, ya irremediablemente derrotados por las armas, sino la oligarqua

y los especuladores al servicio del capital financiero. All acus que compaasextranjeras deseaban hacerse de las riquezas salitreras conquistadas a sangrey fuego en la guerra, en circunstancias que en justicia los dueos deban sertodos los chilenos, en especial los excombatientes y los deudos de los cados encombate. Por ejemplo, en la columna intitulada Las salitreras del Toco, se quejapor la propiedad de las salitreras, en manos de ingleses, en circunstancias queen manos de chilenos podran entregar recursos suficientes para solucionar, porejemplo, problemas como los de los veteranos, hurfanos y viudas de la guerra.31

As, en Obra de Verdugos!, se queja respecto de la posibilidad que lacompaa francesa Dreyfus y Compaa, se hiciera cargo de toda la produccinde salitre en Tarapac. As como, segn Allende, sucedi con el cobre y eltrigo, que ya en ese momento estaban en manos de capitalistas privados. 32

En esa misma lnea de anlisis, en abril de 1883 afirm: Tenemos ya enChile la oligarqua de los millones. Hasta el da todos nuestros gobiernoshan gobernado con los banqueros, por los banqueros y para los banqueros.33

En definitiva, Allende escriba desde el desencanto, sealando que pese

a la victoria militar obtenida en base a la movilizacin y sacrificio de los rotos,los beneficios econmicos que trajo la conquista de Antofagasta y Tarapac, erandisfrutados por capitalistas y oligarcas.

31Las salitreras del Toco, En:El Padre Cobos,Santiago, junio 24 de 1882.32Obra de verdugos!, En:El Padre Cobos,Santiago, julio 11 de 1882.33Vamos al feudalismo, En:El Padre Cobos,Santiago, abril 28 de 1883.



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Figura 5

En la misma lnea de interpretacin, en otra caricatura los invlidos de la guerraexpresan su gratitud al Padre Cobos participando de una fiesta a la cual llevan grancantidad de comida y licor. En el grabado, el dibujante mezcla dos temas de importanciapara El Padre Cobos. En primer lugar, su preocupacin por la suerte de los mutilados yluego su batalla por la laicizacin de la sociedad chilena del ltimo cuarto delsiglo XIX. Entre los aportes a la reunin se observan brebajes tales como Coacmatrimonio civil, Jerez laico y Pisco registro civil. Adems los asistentes albanquete portan dos bebidas alusivas al peridico: Aguardiente del Padre Cobosy Vino blanco El Negro. El grabado se intitula Manifestacin de los invlidosal Padre Cobos y fue publicado el 29 de junio de 1883, cuando la guerra seencontraba prcticamente terminada (Figura 5).35Es aqu, donde con claridad seengarzan simblicamente el ideario poltico liberal del ltimo cuarto del siglo XIXen Chile, con la problemtica de los veteranos.

35El Padre Cobos, Santiago, junio 29 de 1883.



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Figuras 6 y 7

Por su parte, El Padre Padilla, otra creacin de Allende, incluyen la edicin del martes 23 de septiembre de 1884, ocho vietas en laserie intitulada Cosas de Invlidos donde se muestran varias escenasdonde se representan irnicamente las vicisitudes de la cotidianidadde los veteranos mutilados, que sufrieron en carne propia el rigor delconflicto.36A continuacin se reproducen dos de ellas, la nmero cuatro (Figura6) y la ocho (Figura 7). La primera muestra una pelea de dos veteranos y esacompaado por el siguiente verso:

Sin piernas, pero con brazos,Dos recomendables cojos,

Pues no pueden a sablazos,Casi se sacan los ojosA piernazos i piernazos.

36El Padre Padilla,Santiago, septiembre 23 de 1884.

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La segunda reza:

Prudencio Artiga FlebotoVaya! Que nombre tan griego!Dice que saca los callosSin dolor? Mucho me alegro!Pues conmigo don FlebotoVa a sacar su macho a tiempo!

En las postrimeras del conflicto al Jos Peluca, peridico de corteconservador y adversario poltico de El Padre Cobos, tambin hizo propia la causa

de los veteranos.

Critic cidamente al presidente Santa Mara, responsabilizndolo por elestado de abandono en el que se encontraban los excombatientes:

Si hemos de juzgar por lo que el gobierno ha hecho por las viudas, hurfanos y porel porvenir de nuestros valientes. Resta ver da a da por la calle el estado de miseria yde abandono en que se tiene a los invlidos de la guerra; esos heroicos mutilados. 37

El Digenesmuestra una de Las gangas de la guerra en su edicin del 1de agosto de 1884, ya con el conflicto en la prctica finalizado, pues a la sazn ya sehaba firmado el Tratado de Ancn con el Per y pronto se protocolizara el pactode tregua con Bolivia. Un veterano que perdi ambas piernas las cuales fueronreemplazadas por prtesis de madera, comenta que una miniatura de soldadoha tenido menos fortuna que si mismo, pues l es entero de palo (Figura 8). 38

37Los invencibles, En:Jos Peluca,Santiago, abril 26 de 1884.38Digenes, Santiago, agosto 1 de 1884.



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Figura 8 y 9

Otro ejemplo de incorreccin poltica es el grabado visto tambinen el Digenes el 3 de octubre de 1884, un veterano con su pierna izquierdamutilada portando un uniforme y medalla, sentado en un escao de unparque donde a lo lejos se observa la estatua de algn prcer militar, semofa de su prtesis de madera afirmando que sta al llegar la primaveracomienza a florecer al igual que el resto de la vegetacin (Figura 9).39

Por ltimo, la ms acre de las crticas del Digenesrespecto de lo sucedidocon los veteranos de guerra y el resto de los soldados movilizados. Muestra como unexcombatiente en uniforme, portando algunas condecoraciones y cuyo brazo y piernaderecha le fueron amputados, lee atentamente el diario imponindose tardamente

39Digenes,Santiago, octubre 3 de 1884.

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de las razones por los cuales combati y, ms importante an, porque su cuerpo fuemutilado transformndolo en un lisiado permanente. La leyenda de la imagen dice:

Terminada la guerra, el militar tiene derecho para leer en los diarios los motivos porque ha peleado. La caricatura sali de las prensas el 11 de junio de 1884 (Figura 10).40

Figura 10

REFLEXIONES FINALES

Los artculos, versos y caricaturas publicadas en los peridicos satricos

chilenos durante la Guerra del Pacfico, mostraron la visin de sus creadoresrespecto de las diversas alternativas del conflicto, fueran estas diplomticas,militares o de otra ndole. As, como parte de la opinin pblica, los artistas yeditores de los medios de prensa dedicados al humor de contingencia, participarondel debate producido en Chile a propsito del estallido, desarrollo y consecuenciasdel conflicto de 1879.

40Digenes,Santiago, junio 11 de 1884.



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Una vez lograda la conquista de Lima, los artculos, versos y caricaturaspublicadas en los rotativos de humor poltico dedicadas a temticas relativas a la

guerra cedieron frente a las relacionadas con las disputas respecto de la eleccinpresidencial de 1881, el conflicto entre Iglesia y Estado, entre otras temticas. Enla prctica, una vez que se consider resuelto el conflicto, pese a iniciarse luegola Campaa de la Sierra, la discusin en la esfera pblica se volc hacia los temasrelacionados con la administracin interior.

Sin embargo, para los peridicos de stira an quedaba una batalla comn.De manera transversal, diarios de distinta adscripcin ideolgica, fustigaron al

gobierno y a la clase poltica, por no ser capaces de dar una solucin integral alos problemas sufridos por quienes sirvieron en las filas del ejrcito y se vierondirectamente afectados por el conflicto. Muchos veteranos, ilesos, heridos omutilados, que tuvieron problemas para reinsertarse a la vida civil tras la vueltade combatir en mar o en tierra. Esta causa, la quienes sufrieron en carne propia elrigor de la guerra y sus consecuencias, fue tambin la de editores de los rotativossatricos chilenos. Ellos utilizaron el humor negro, la sorna, la irona, la burla y laincorreccin poltica, con el objeto de criticar y denunciar a las autoridades de losgobiernos de Anbal Pinto y Domingo Santa Mara, los cuales en su interpretacin,se revelaron como inoperantes para satisfacer las necesidades de los excombatientesy sus deudos. Caricaturistas y editores, no tuvieron inconveniente alguno enexponer sin tapujos las mutilaciones sufridas por los soldados desmovilizados. Ajuzgar por sus escritos y grabados, consideraron pertinente explotar la imagen delveterano discapacitado, aunque de esa manera pudiera menoscabar a los veteranoso a sus familias. En ese sentido, aprovecharon la libertad de expresin que gozabala prensa del periodo, consagrada por la ley de imprenta de 1872, adems de lasposibilidades discursivas y recursos estticos de la stira, colocndolas al servicio

de la causa de veteranos y mutilados, en pos de visibilizarla en la esfera pblica dediscusin respecto de la contingencia poltica chilena durante los aos de guerra.

La idea fuerza del discurso desplegado en artculos, versos y caricaturasera la necesidad que el Estado y, en definitiva, la sociedad chilena premiara y sehiciera cargo apropiadamente de las necesidades de quienes arriesgaron su vida enpos de la victoria de la causa de Chile, en especial de los veteranos mutilados. Astambin, cumplan su rol como censores y fiscalizadores de la accin del Estado

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y los gobernantes, propio de una sociedad con instituciones e ideario liberal-republicano, como lo era la chilena durante el siglo XIX.

As tambin, los problemas de los excombatientes, salpicaron las querellasrelativas a la administracin del Estado. La delgada lnea entre la defensa de los interesesde los veteranos y la guerrilla ideolgica fue traspuesta en una y otra direccin. Todoello con un marcado tinte de desencanto, pues los beneficios de tras la victoria delas armas chilenas no eran aprovechados por quienes la hicieron posible. Juan RafaelAllende en El Padre Cobos, fue el principal exponente de aquella situacin.

Los peridicos de stira cuestionaron las polticas implementadas y elactuar de las autoridades respecto de los veteranos de guerra. Hicieron suya sucausa y no cabe duda que a travs de sus pginas, proporcionaron un estmulo paraque la sociedad chilena, tomara conciencia de la situacin por la cual atravesaronmuchos de quienes empuaron las armas en pos de la defensa de la causa chilenaen la Guerra del Pacfico.

REFERENCIAS

Peridicos

El Ferrocarrilito, Santiago (1880-1881).El Padre Cobos, Santiago (1881-1883).El Corvo,Santiago (1881).El Padre Padilla, Santiago (1884).Digenes, Santiago (1884).Jos Peluca, Santiago (1884).

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