Pasado, presente y futuro del libro electrónico o digital

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06El libro digital, el celular y la industria audiovisual

Todos los agentes involucrados en la industria del libro hemos escuchado hablardel libro digital o ebook como algo que vendría. En estos meses ya sabemos queha llegado y que lo ha hecho con fuerza. En este capítulo pretendemos arrojar unpoco de luz acerca de todo este nuevo mundo para los editores explicando la his-toria, los diferentes formatos, algunos conceptos asociados al libro digital y refle-xionando junto con destacados editores sobre el futuro de la edición, de losdiferentes dispositivos y de la venta de ebooks en español. Hemos querido em-pezar desde el principio e ir poco a poco para asegurar la comprensión por todos.Somos ya conscientes de que es un producto que se venderá para computadoras,para celulares y para los lectores (ereaders) especializados y que el punto deventa, esté físicamente o no en México, cubrirá todos los países porque para ellibro digital no hay fronteras.

1. ¿Qué es un libro digital?

En principio, un libro digital es un fichero informático cuyo contenido es una obraescrita. Bajo esta genérica definición cabe desde una obra publicada en papel queha sido digitalizada hasta una obra escrita y publicada directamente en formatoelectrónico. Al tratarse de un archivo informático, éste puede ser leído por variossoportes, desde una computadora hasta un celular, aunque la creación de lectores,dispositivos especialmente indicados para la lectura de texto, hace que éstos tam-bién sean conocidos popularmente como libros digitales.

Desde el mismo nacimiento de Internet los pioneros de la Red de redes entiendenque el nuevo medio ofrece posibilidades para compartir y democratizar el conoci-miento que van mucho más allá de las posibilidades anteriores. De esta forma, elfilántropo norteamericano Michael Hart financia en 1971 la creación del proyectoGutenberg destinado a la digitalización de libros cuyos derechos de autor son dedominio público con la idea de poner a disposición de cualquier ciudadano con unaconexión a Internet una extensa biblioteca de libros de forma gratuita. Hoy en díaeste proyecto tiene disponibles más de 100,000 libros de los que un 25% son gratis.

La aspiración que se esconde bajo este proyecto es la generación de libros libe-rados de su soporte en papel, que mantengan los mismos niveles de calidad y

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que sean infinitamente reproducibles y accesibles de forma inmediata desde cual-quier rincón del mundo. Se partía de la idea de que, si no gratuitamente, sí podríahaber un importante descuento en su precio, al eliminar el soporte físico único, lahoja de papel impresa, por un soporte múltiple, que permite la lectura de infinitasobras en un mismo dispositivo y al simplificar la logística y el proceso de distribu-ción. Veremos luego lo que ha sucedido con estas dos hipótesis.

La digitalización de estos documentos es inicialmente un proceso muy lento y cos-toso pues exige la generación de una copia idéntica, letra por letra, en documentosque después deben ser editados y comprobados para corregir todas las erratas in-troducidas en su digitalización. El resultado está lejos de los libros tradicionales puesse trata de ficheros cuyo formato es claramente limitado (con muy pocos atributosde texto tipo negritas, cursivas y subrayado; sin posibilidad de incluir imágenes…).

La aparición de los primeros escáneres revoluciona la forma de digitalizar librosal permitir la inclusión de imágenes en los documentos y, sobre todo, al permitir ladigitalización de textos a una velocidad mayor y con una importante reducción decostes. Este segundo aspecto es posible gracias a la aparición de las primerasaplicaciones de ROC, reconocimiento óptico de caracteres [Optical Character Re-cognition, OCR] que convierten las imágenes generadas por el escáner en textoseditables. Dichos textos exigen un delicado proceso de corrección pero gracias alos avances tanto en la calidad de los escáneres como en la de los propios pro-gramas de reconocimiento, se va reduciendo la necesidad de recursos de maneraexponencial en períodos relativamente cortos de tiempo.

No obstante, los resultados siguen siendo poco satisfactorios pues el resultadopoco tiene que ver con el origen, o con lo que el usuario final espera encontrar enun equivalente digital de lo que entiende que es un libro. El contenido se presentade forma poco atractiva, con un nivel de legibilidad bajo y muy alejado del formatooriginal. La única forma de reproducir la experiencia de la lectura en papel en unacomputadora pasa por pesados archivos de imagen que dificultan la lectura y queexigen formatos de bastante capacidad como los CD-ROM.

Por ello, el siguiente gran avance que encamina al usuario hacia el libro digital esla aparición del fichero de documento portátil o portable document file (PDF). Lamultinacional de programas de diseño Adobe desarrolla a principios de los añosnoventa un sistema multiplataforma que comienza a comercializar en 1993. El sis-tema gana en popularidad cuando Adobe decide liberar el código permitiendo aotras empresas generar sus propias especificaciones para PDF, tanto en progra-mas para generarlos como para leerlos.

La principal ventaja del sistema PDF es la adaptación del trabajo desarrollado porel grupo conjunto de expertos de fotografía [joint photographic expert group, JPEG]en el campo de la compresión de imágenes digitales y la generación de un algo-ritmo que permite la compresión del texto, en formato editable, en documentosmuy ligeros. Las diferentes versiones del formato PDF irán permitiendo la inclusión


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de imágenes, hipervínculos, video, audio… lo que permite la generación de undocumento cuyo aspecto final es similar al de un libro –se mantienen las mismasespecificaciones en cuanto a maquetación y diseño– pero que ofrece una versióndel contenido enriquecida y cuya limitación para la distribución en línea (on-line)pasa por el ancho de banda del usuario.

Al mismo tiempo que se desarrollan estas aplicaciones, el propio crecimientode la Red –en número de usuarios, en tecnología, en velocidad de acceso…–genera la aparición de libros en la Red cuya principal característica es la inclu-sión de hipervínculos que generan un hipertexto que conecta la informacióncontenida en el propio libro digital en la Red con una enorme cantidad de re-cursos externos. Este tipo de libros, además, va incorporando los avances queofrece la Red y así se añaden también en este tipo de versiones video, audio,presentaciones gráficas multimedia…

Sin embargo y a pesar de que en este punto de desarrollo podemos decir queeste tipo de libros ha superado en algunos aspectos al libro tradicional mante-niendo las características del libro en papel, aún nos encontramos con algunasventajas del libro analógico frente a sus hermanos electrónicos. En primer lugartenemos el aspecto de la legibilidad y la calidad de la reproducción. La calidad dela experiencia lectora frente a un monitor depende de la velocidad de refresco delcircuito integrado –imperceptible para el ojo, pero no así para el cerebro– y reducela duración del tiempo total de lectura sin que se convierta en una actividad mo-lesta. La aparición de las pantallas de TFT mejora esta característica pero la in-tensidad lumínica constituye un problema.

La legibilidad también sigue siendo inferior en términos de calidad de la reproduc-ción. Aun los últimos modelos de pantalla ofrecen una calidad de representaciónmáxima de 72 puntos por pulgada o, lo que es lo mismo, menos de un 30% decalidad que la que ofrece una página impresa. Este defecto de calidad, combinadocon el anteriormente mencionado, incide en la duración de las sesiones de lecturafrente a una pantalla.

Por último tenemos el aspecto de la portabilidad de los documentos. La portabili-dad de los PDF hacía referencia a la posibilidad de intercambio de los ficherosentre los sistemas operativos existentes (un PDF es legible en una computadoraque funciona bajo cualquier sistema operativo), no a la portabilidad física, puessu lectura sigue circunscrita a la utilización de una computadora. Las computado-ras portátiles siguen teniendo una duración de batería bastante limitada, un pesomuy superior al de prácticamente cualquier volumen impreso y no son claramentela mejor opción para según que entornos.

De ahí que la aparición de la tinta electrónica –a veces llamada papel electrónico–suponga una gran revolución tecnológica relacionada con la generación de librosdigitales. La tinta electrónica es, en realidad, un tipo de pantalla que supera a laspantallas de las computadoras en su ángulo de visión, contraste (es visible aun


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en entornos con mucha iluminación), consumo de energía (la tecnología que lasustenta no necesita retroiluminación) y en movilidad (su grosor de 3mm permitela implantación en dispositivos mucho más pequeños que una computadora por-tátil). Su principal inconveniente temporal es que los aparatos disponibles única-mente permiten la reproducción en una mayor o menor escala de grises y notienen altavoces, pero ya hay anunciados lectores con pantallas de tinta electró-nica en color y con sonido cuya comercialización se espera para el primer semes-tre de 2010. En este sentido invertir en los lectores que ahora se ofertan no parecela mejor inversión. Es cierto que los libros digitales actuales son casi meras re-producciones del libro en papel, pero las editoriales más punteras ya están dise-ñando productos especialmente concebidos para un entorno audiovisual queintegre color y sonido que es lo que demanda la generación Y.

Los lectores actuales permiten la reproducción de todo tipo de formatos, desdetexto sin formato (archivos txt) hasta texto con hipervínculos (basados en HTML)pasando por formatos propietarios propios (desarrollados por los fabricantes decada uno de los aparatos, como por ejemplo mobipocket) o formatos universales(como, por ejemplo, PDF o archivos de texto enriquecido, .rtf). De momento sonel libro digital más cercano al libro analógico, con algunas desventajas frente aéste pero con muchas ventajas igualmente sobre el formato tradicional, ventajasy desventajas que analizaremos más adelante en este mismo capítulo.

2. Lo que está por venir

¿Cuál será el siguiente avance? La aplicación de la tinta electrónica en color de-vendrá en la aparición de una nueva generación de pantallas (no olvidemos quela referencia de tinta electrónica es a un tipo de pantalla) apta para cualquier tipode dispositivo (desde computadoras de sobremesa, portátiles… hasta celularesinteligentes o agendas electrónicas) cuyo rendimiento aumentará al beneficiarsede las características que este tipo de pantallas incorpora.

Creemos que habrá una convergencia entre el portátil, el celular y el lector deforma que un solo aparato cubra todas las necesidades además de la conectividadque da la cámara y demás accesorios. ¿Quiere decir que será muy grande? No,será cada vez más pequeño, más ligero y con más capacidad de memoria y debatería pero, a la vez, con más accesorios conectados por cable o bluetooth quepermitan disponer de un teclado, una pantalla o unos auriculares adecuados parala necesidad de cada momento y usuario.

Una de las principales ventajas de los lectores de libros digitales es la posibilidadde presentar gráficamente el contenido para su visualización en pantalla en fun-ción de los gustos y necesidades del lector. De esta forma una persona con proble-mas de visión no tiene por qué leer un texto con el cuerpo que el editor determinóen el momento de enviar a imprenta el libro con el objeto de ahorrar unas páginasy, en consecuencia, una importante cantidad de dinero en función de la tirada


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completa del título en cuestión. Igualmente otra de las principales ventajas del librodigital pasa por la inclusión de hipervínculos y elementos multimedia.

Técnicamente esto se hace posible a través del etiquetado de los textos en funciónde diferentes consideraciones. Este tipo de etiquetado es el que subyace en cual-quier representación electrónica de un texto, desde nuestros procesadores detexto integrados en las aplicaciones de ofimática hasta los complejos programasde maquetación. El etiquetado puede ser abierto y compartido (como, por ejemplo,en el caso de los sitios en la Red, cuyo etiquetado se basa en el lenguaje de mar-cado o etiquetado hipertextual o HyperText Markup Language, el conocido HTML)o ser propietario (es decir, propiedad de una empresa concreta) como en el casode los archivos generados por un programa de maquetación. De esta formalos archivos pueden ser visionados en cualquier tipo de navegador de Internet(Microsoft Explorer, Mozilla Firefox, Apple Safari…) o deben ser visionados en elmismo programa en el que se generó (por ejemplo, no podemos abrir un ficherogenerado con QuarkXpress en el programa Adobe InDesign a menos que tenga-mos un conversor de formato que lo traduzca para su uso en dicho programa).

Aquí nace uno de los principales obstáculos para la popularización de los lectoresde libros digitales: la carencia de un estándar aceptado por la industria como tal(pues sin ese estándar la decisión de compra del usuario queda comprometidapor su apuesta personal por un determinado formato, de la misma forma que laspropias editoriales deben apostar por un determinado lector para la publicaciónde sus obras, desechando el resto de dispositivos o incurriendo en costes extraen la adaptación de sus contenidos al resto de plataformas).

Inicialmente existía una gran diversificación de formatos propietarios para cadauna de las plataformas. Esta diversificación estaba vinculada a cada uno de losdispositivos físicos de lectura de libros digitales dado que la batalla comercial es-taba centrada en la cuota de mercado de los dispositivos físicos y las principalescompañías involucradas (Sony, Amazon…) pretendían que sus propios formatospropietarios se convirtieran en el estándar universal ganando así una posición deprivilegio que les hiciese agentes predominantes en el mercado.

Esta vertiente tecnológica (aún mantenida por alguno de estos fabricantes de dis-positivos) ha ido dando paso a la adaptación de un formato universal, libre yabierto, basado en el lenguaje generado por un grupo de expertos (auspiciado porla Organización Internacional de Normalización, International Standards Organi-zation, ISO): el XML. El lenguaje de etiquetado extensible [eXtensible Markup Lan-guage] es una versión del SGML [Standard Generalized Markup Language olenguaje normalizado de etiquetado generalizado] cuya principal característica esla extensión de sus etiquetas o marcas de etiquetado.

Explicado brevemente, el lenguaje de etiquetado permite la edición de textos enfunción de una serie de etiquetas que sirven para identificar cualquier tipo de textoen conjunto y por diferentes grados de conceptualización. De esta forma podemos


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reconocer todo un texto desde el inicio hasta el final del mismo, subdividirlo enpárrafos (etiquetando la apertura y el cierre de cada uno de los párrafos), deter-minar el tipo de párrafos (si es texto general, si forman parte de una lista o si estáninsertos en una tabla), distinguir el tipo de formato de texto que va dentro de cadapárrafo (si va en negrita, en cursiva, subrayado…)… y así con cada una de lascaracterísticas que consideremos dentro del texto. Este etiquetado está recopiladoen una norma general (la versión del XML que estemos empleando) que puedeser adaptada a las necesidades propias de cada uno de los usos que pretendamoshacer. De esta forma existen muchos formatos propietarios para determinadoslectores de libros digitales (como Open Electronic Package para el lector eBookSystems, Arghos Diffusion para el Arghos Diffusion, o FictionBook para HaaliReader y FBReader).

Sin embargo, el grupo de expertos agrupado en el Foro Internacional de EdiciónDigital [International Digital Publishing Forum, IDPF], otro grupo de expertos sinánimo de lucro, ha generado un XML que puede convertirse en el estándar universal,teniendo en cuenta que son cada vez más los soportes que incorporan un lectorcapaz de leer archivos codificados con este tipo de etiquetado (conocido comoePUB). En la actualidad los lectores Sony, Nook (creado por la cadena de libreríasBarnes&Noble), BeBook, Adobe Digital Editions, Lexcycle Stanza, BookGlutton,AZARDI, Aldiko y WordPlayer (que funciona en el sistema operativo que promueveGoogle para celulares, el Android) así como la extensión OpenBerg (para el nave-gador Mozilla Firefox), incorporan lectores del formato ePUB. Igualmente otros lec-tores como dotReader, FBReader, Mobipocket, uBook y Okular están desarrollandosus plataformas para incluir el estándar ePUB entre sus especificaciones.

Entre los formatos propietarios merece la pena destacar el formato Mobipocket desa-rrollado por la empresa homónima que en 2005 fue adquirida por Amazon. El formatoofrece las ventajas propias del XML pero además tiene funcionalidades propias comola incorporación de pequeños programas basados en lenguaje JavaScript, de marcospara organizar el contenido y de consultas SQL (que permiten consultas y búsquedasmás rápidas y completas que las ofrecidas por el etiquetado XML). Mobipocket, ade-más de ser el sistema nativo utilizado en el lector de Amazon, el Kindle, es un sistemaprácticamente multiplataforma, es decir, que funciona con diferentes sistemas ope-rativos: Windows, Symbian –sistema operativo para teléfonos móviles utilizado porNokia, SonyEricsson…–, BlackBerry y Palm. En Macintosh y Linux ya existen ver-siones de Mobipocket que leen ficheros Mobipocket sin encriptar.

Sin embargo, el Kindle utiliza una versión ligeramente diferente de Mobipocket, conel único objeto de que los libros comprados en la librería de Amazon no puedan servisualizados en otros soportes que no sean el propio Kindle y que sus usuarios sólopuedan comprar sus libros en Amazon. La historia ha demostrado que este tipo deestrategias propietarias sólo tienen éxito a corto plazo y que la competencia y crea-tividad del conjunto del mercado terminan por superar al líder que pretende conver-tirse en monopolista. Pero a veces el corto plazo no es tan corto y Microsoft llevacamino de superar los veinte años de cuasimonopolio en sistemas operativos.


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De esta forma podemos destacar que Mobipocket se está abriendo camino comoestándar en el ámbito de los dispositivos móviles fuera del ámbito de los lectores es-pecíficos de libros digitales. En este sentido, tendrá un gran impacto la puesta enmarcha del conversor Mobigen, un programa que permitirá la conversión automáticade archivos en formato ePUB a archivos Mobipocket. Este posible estándar deberáluchar con los formatos propietarios de Apple para el iPhone o de JIL, desarrolladoconjuntamente por Vodafone, Verizon Wireless, China Mobile y Softbank Mobile. Esteconsorcio –ver jil.org– presenta en cada mercado un portal de aplicaciones con unnombre relacionado con la operadora de ese mercado, por ejemplo, opera en Españadesde noviembre de 2009 bajo la marca Vodafone 360. El primer libro disponible enel mundo en esta plataforma ha sido Búsqueda de empleo for rookies de LID Editorial.Como es lógico en un celular, el libro incorpora el audio completo de todo el textopor lo que cabe conceptuarlo también de audiolibro, sin necesidad de soporte físico.

Por último, conviene señalar que, además de los formatos propios destinados alos dispositivos lectores de libro digital, la mayoría de estos aparatos son capacesde leer otro tipo de formatos más universales como los archivos sin formato (.txt),los documentos de texto (.rtf y .doc), los archivos de HTML (.htm y .html) y los do-cumentos PDF (.pdf).

3. Ventajas y desventajas de los lectores de libros digitales

Ventajas:

l Pueden venderse y distribuirse con un coste inferior para el editor (según queplataformas).

l Son adquiridos en firme, sin devoluciones ni impagados.l No tienen costes de almacenamiento (según las plataformas) ni de impresión,

lo que permite mantener los títulos vivos más tiempo.l Pueden utilizarse para imprimir libros bajo demanda en papel, en algunos

casos con las especificaciones que cada lector desee.l Permiten la búsqueda en el texto y la inclusión de hipervínculos.l Un mismo soporte puede contener una biblioteca completa (lo que incide en el

coste de espacio y de peso para el usuario, por ejemplo, viajeros frecuentes).l Permiten la notación y el subrayado (al igual que los libros).l Facilitan la remaquetación de los textos (cuerpo del texto, tipografía…).l Permiten la inclusión de materiales multimedia.l Ahorran energía (pueden ser leídos a oscuras con un consumo menor al de

una bombilla de bajo consumo).l Existe una gran cantidad de textos gratuitos (en dominio público). Los títulos a la

venta tienen, en la mayoría de los casos, un precio inferior al de los libros impresos.l Puede generar lecturas automáticas del texto (a veces, como en el programa

presentado por Baker&Taylor en la Feria de Fráncfort de 2009, con distintasvoces, prácticamente con la misma calidad que la de los audiolibros grabados).


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l Se abren en la última página leída de forma automática.l En el caso de que los derechos de reproducción lo permitan, se pueden hacer

copias de seguridad para prevenir pérdidas o destrucciones de los libros.l Facilitan la autopublicación.l Puede utilizarse para la promoción de libros impresos y ayudar a las ventas de

éstos, por ejemplo, mandándolos antes a los medios de comunicación.l Es más ecológico: no necesita papel ni tinta para fabricarse y utiliza un tercio

de materias primas comparado con la fabricación de un ejemplar en papel (asícomo 78 veces menos cantidad de agua).

Desventajas:

l Necesitas un dispositivo y/o un programa para poder leer los libros y quedarárápidamente obsoleto.

l El formato de bolsillo, aplicado a un ejemplar, es más fácil de transportar queun libro digital.

l Los libros digitales son dispositivos más delicados que los libros impresos ymás atractivos para ser robados.

l Pueden dejar de funcionar por problemas tanto en el dispositivo físico comoen la aplicación informática.

l Pueden ser difíciles de leer en determinadas condiciones lumínicas.l No hay equivalente electrónico de todos los títulos publicados, aunque pronto

habrá muchos libros digitales que no estén en papel.l Desde el punto de vista editorial son (relativamente) fáciles de piratear.l Si te roban o se te estropea el soporte, puedes perder una gran cantidad de libros.l Pese a que la resolución de la pantalla ha aumentado, aún ofrece una calidad

inferior (en torno al 50%) a la del papel.l Los usuarios no pueden prestar ni revender sus libros digitales a otros lectores,

aunque pronto los podrán regalar con dedicatoria incluida.l No son universales (algunos usuarios pueden no poder leer un libro porque no

esté en el formato de su plataforma).l No son tan ecológicos, pues se utilizan materiales peligrosos en su fabricación

y no son biodegradables.l Son caros para los usuarios que lean pocos libros al año.l Mientras que los libros pueden durar durante siglos, los libros digitales dependen

de que la tecnología (de lectura, de almacenamiento…) no cambie, algo que sepuede asegurar que no sucederá.

l A pesar de que pueden almacenar miles de libros, el hecho cierto es que la ma-yoría de los lectores no leen miles de libros, así que esta característica es irrele-vante a menos que utilices tu libro digital como una biblioteca de referencia.

l No están a salvo de interferencias electromagnéticas y de sobrecargas eléctricas.


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La voz en directo de los editores

En este Informe omniprom hemos usado también la encuesta cualitativa y abiertaa editoriales de forma que pudieran expresar su opinión con sus propias palabrasy en su propio nombre.Entre todas las editoriales participantes existe unanimidad acerca de que el librodigital dominará el futuro. Todas coinciden en que se trata de un paso necesarioespecialmente, como señalan desde Geco, para evitar desperdiciar papel en li-bros con un público muy limitado (apuestan también por la sustitución del catá-logo en papel por una versión en formato electrónico que se beneficie de todaslas ventajas que el nuevo soporte ofrece para dicho contenido, opinión que com-parten desde la editorial Desclée de Brower).Hay cierta coincidencia en que hay un margen para abaratar el precio de los li-bros digitales si bajan los costes de distribución y hay un recorte significativo delos soportes electrónicos (algunas voces como Olimpic proponen que éstos ten-gan un precio simbólico que los convierta en herramientas verdaderamente ac-cesibles a todos los públicos).Desde Madrasa se insiste en que la idea de rebajar el precio del libro digital suponeuna devaluación del concepto y que el nuevo formato exige inversiones para hacerfrente a los retos que supone este tipo de publicaciones, con lo que no queda nadaclaro que el precio vaya a experimentar una reducción significativa.En Galaxia remarcan que el sector será capaz de beneficiarse de este nuevosoporte y que quienes corren verdadero peligro de exclusión son todos aquellosdistribuidores físicos, que se verán abocados a la desaparición o a la reconver-sión en otro tipo de servicios.Trifaldi recuerda que la evolución del sector estará controlada por los agentesinvolucrados en el mismo y que éstos son las empresas fabricantes de disposi-tivos pero también los editores, dueños de los contenidos.Editec habla con cierto pesimismo acerca de la dispersión y la confusión en la infor-mación existente y valora estos factores como un serio obstáculo para el desarrollodel libro digital a corto plazo, mientras que en Bohodón, en Noufront y en Sepha re-saltan que la edición digital permite un mercado hispanohablante único real y en igual-dad de condiciones para todas las editoriales, lo que abre un abanico de posibilidadesque permitirá que los pequeños y medianos editores experimenten cierta sensaciónde igualdad de condiciones con los grandes grupos.La editorial Ideaspropias insiste en el papel del editor como «un puente que fa-cilite y habilite contenidos en el entorno digital», pero sin dejar de lado los pro-blemas a los que se enfrenta: hábitos de lectura, digitalización de fondos,integración de librerías y canales de distribución y la tramitación relacionada conla gestión de derechos digitales.La Mirada Malva indica que el futuro pasará por un único dispositivo portátilque conjugue las funciones de varios aparatos: telefonía, foto, video, acceso a


4. Contenidos digitales, precios de venta y márgenes de distribución

Hasta este momento hemos hablado del libro digital como formato. Pero ¿quépasa desde el punto de vista del editor? ¿Cuál es el valor de los dispositivos sinun contenido atractivo? La industria editorial aún mantiene una posición de poderal controlar la propiedad de los contenidos y debería aprender la lección de otrasindustrias culturales como la música o el cine que, al embarcarse en la reproduc-ción digital de sus contenidos con la aparición del disco compacto (CD) y del discoversátil digital (DVD), perdieron el poder sobre el control de la reproducción y ladistribución de los contenidos, resultando en un aumento exponencial de su vul-nerabilidad frente al pirateo de sus contenidos.

Claramente la industria editorial debe utilizar los avances tecnológicos –que sue-len ser más lentos al principio de lo esperado, para luego acelerar– pero debeaprender de lo sucedido en otras industrias. En una encuesta entre profesionalesde la Feria de Fráncfort de 2009 se veía una confluencia de opiniones en tornoa que en menos de una década el libro digital superará en ventas al libro enpapel. No deja de ser una opinión porque una previsión a diez años es verdade-ramente a muy largo plazo y suelen suceder otros acontecimientos, por ejemplo,nadie podía anticipar el éxito del iPhone hace apenas cinco años. Pero, ojo, esos

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Internet, lectura de libros digitales, memoria para almacenar todo tipo de datos,portabilidad, juegos, programas de gestión...La editorial Cardona afirma que el libro digital para ellos ya es presente. Tienenvarios títulos publicados para el lector Vook, que venden con un precio ligera-mente inferior al de sus versiones en papel. El vook [video+book] es un soporteque a día de hoy no es reproducible en los lectores de libro digital (por la inte-gración de color y video) y cuyo entorno principal son las computadoras y loscelulares. LcL por su parte también ha digitalizado todos sus fondos para podercomercializarlos como libros digitales como una solución de presente que lespermite evitar los defectos de presencia en librerías que las distribuidoras suelencometer con las pequeñas editoriales.EILA señala su temor ante la amenaza de que en esta situación de indefiniciónel libro digital caiga en un sistema dominante que se impulse desde una posiciónmonopolística que ponga en riesgo el futuro de los pequeños editores.Editorial MAD apuesta por una experiencia de lectura 2.0 en la que el lector tengatambién la posibilidad de interactuar con otros lectores, con el autor... y en unentorno en el que disponga de información de valor añadido, pues ese es el ver-dadero interés de los libros digitales.Editorial Renacimiento afirma encontrarse en una situación de debate interno antelas posibilidades y las amenazas que supone el salto al libro digital. En su opiniónes importante crear un punto de encuentro sectorial sobre el que colocar los cimien-tos y anticipar los nuevos escenarios de cambio para afrontar los retos de futuro.


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acontecimientos suelen ser para acelerar las tendencias que ya se manifiestan,no para revertirlas. El libro en papel nunca desaparecerá, pero esa no es la cues-tión, sino ¿cuál será su cuota de mercado? Seguimos llevando a nuestros hijosal circo, pero una vez en su vida, cuando cumplen cinco años. El circo existe,pero su cuota de mercado en el mundo del ocio familiar es ridícula.

Cuando pensamos en quiénes son los diez grupos editoriales mayores del mundopor facturación nos imaginamos las grandes editoriales de literatura. Pues no,ocho de ellos son grupos basados en libros CTA (científico-técnico-académicos),con más del 90% de sus ventas centradas en bases de datos y revistas científicas,todas ya en formato digital y en la gran mayoría de los casos sin soporte en papelequivalente, por ejemplo, en derecho y medicina. Habrá quien diga: esos no hacenlibros, no son editores, están en el negocio de contenidos. Bueno, esos editorescon suerte compartirán el destino del Gran Circo Ruso, líder en su sector. ¡Amenos que sean el Cirque du Soleil!

Otro dato interesante: el 94% del presupuesto de compra de material de las bi-bliotecas universitarias holandesas se dedicó en 2008 a la suscripción a revistascientíficas digitales y sólo el 6% a la compra de libros, en papel y digital.

Respecto a la protección frente a la copia, Adobe ha desarrollado un sistema degestión de derechos de autor [Digital Rights Management, DRM] que en la actua-lidad es el más extendido. Los niveles de protección son verdaderamente muysofisticados (vinculados a multitud de parámetros como identificación del usuario,identificación del lector...) y permiten una restricción compleja para que losusuarios menos expertos encuentren dificultades serias para poder romper por símismos los códigos que restringen la copia.

Sin embargo, esa misma restricción ofrece un desafío a informáticos de todo elmundo obsesionados con ser los primeros en romper la protección y esto haceque prácticamente cualquier sistema basado en programación (e incluso en pro-gramación y dispositivos físicos, como en el caso de las videoconsolas) ofrezcaaún serias dudas. Sin ir más lejos, según Alicia Wise, consultora de PublishersAssociation, en un tiempo inferior a 72 horas los piratas habían sido capaces dedesproteger el último libro de Dan Brown. Pero, aún peor, en algunos casos usua-rios que han comprado legalmente sus libros digitales experimentan problemaspara leerlos por culpa del DRM de Adobe.

Igualmente, si tomamos como referencia a la industria musical, vemos que éstaestá eliminando los programas de protección por las molestas interferencias quecrean a los compradores legales de los CD y MP3 (y por la escasa tasa de éxitoen la protección de derechos) y que el único DRM que está resultando efectivo yque no ofrece problemas a los usuarios es el vinculado a un soporte (caso deliPod y las licencias de Apple iTunes que gestionan el contenido para que los ar-chivos descargados sólo puedan utilizarse en un máximo de cinco computadoraso reproductores y que, en cualquier caso, también es muy violable).


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Opiniones de los hispanos y del conjunto del mundo

En esta tarea de dar la voz a los protagonistas del sector, nos ha parecido útilcomparar las opiniones recogidas en dos encuestas realizadas en octubre de2009. La posición de los asistentes al LIBER, fundamentalmente españoles ehispanoamericanos, ha sido estudiada por dosdoce.com y ediciona con una en-cuesta que tuvo 277 respuestas. Las ideas de los europeos y del resto del mundo(74% de las respuestas vinieron de Europa) se conocen por la encuesta quedesarrolló la feria de Fráncfort en colaboración con Publishers Weekly y buchreporty que consiguió 840 contestaciones.La digitalización llega o ha llegado ya pero ¿cómo avanza de rápido? ¿Cuál serála principal fuente de ingresos en 2020? Los hispanos contestamos este año enun 44% que los libros en papel seguirán siendo el principal segmento de negocio,aunque el año pasado era un 48%. Los europeos opinan en un 50% que en 2018las ventas digitales ya serán mayores que las de papel y el año pasado eran sóloun 40%. En 2008 había un 27% de europeos que pensaban que el papel nuncaperdería su posición predominante y ahora ya sólo son un 22%. Nos parece interesante destacar que, en las variables demográficas del estudiode Fráncfort, un 36% tienen más de 50 años y sólo un 10% menos de 30 años,es decir, no hay un sesgo que pondere en más la juventud.En la encuesta hispana se consideran otras vías de ingresos como: ventade libros digitales, venta de libros en POD (¿es otro producto o una simplemanera de imprimir distinta?), venta de licencias para uso del fondo, dere-chos digitales, publicidad en línea y venta de dispositivos electrónicos. Lasegunda vía, libros digitales, ha aumentado mucho de 2008 a 2009 al pasarde un 16% que pensaba que los productos digitales serían el segundo seg-mento a un 28%. Evidentemente los hispanos pensamos que el cambio vaa ser más lento.Pero bueno, partamos de la base de que conviene que nos vayamos digitali-zando, ¿cómo lo hacemos? Para los hispanos las principales decisiones son:definir el modelo de negocio con un 58%, negociar los derechos digitales, for-marse en las nuevas tecnologías, rediseñar el sitio (web) y usar las redes so-ciales. Aunque la mayoría opina que el uso de estas herramientas demarketing son la quinta prioridad, hay ya un 11% que las sitúa en segundolugar.En Europa el 72% considera, de forma similar, que el principal reto es el desa-rrollo de nuevos modelos de negocio, nuevos productos multimedia y estrategiasde marketing adecuadas. Son tres aspectos distintos y todos ellos vitales. Lo que es importante y diferente es que el 80% ven el contexto digital como unaoportunidad más que como una crisis. Compárese esa cifra con la de los editoresmexicanos que vimos en el capítulo 3.


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Antes de llegar a una pregunta crucial –¿cuál es el precio adecuado para un librodigital?– en Europa se estudiaron otros modelos de negocio. Un 25%, principal-mente de Europa continental, abogaban por una suscripción fija que permitieseacceder a todo el fondo de un editor. Pero un 23%, mayoritariamente en el mundoanglosajón, favorecía los micropagos por contenidos concretos, incluso un capí-tulo de un libro. ¡Hasta en esto se percibe la diferencia entre un mundo cartesianoy uno liberal! Una tercera opción, que reúne a un 16% de partidarios, es una mezcla, es decir,una suscripción fija barata y un pago adicional por contenidos selectos.Y llegamos a la clave pregunta del precio. Las opciones y su porcentaje de par-tidarios fueron en Europa y España las siguientes:

Opción Porcentaje Fráncfort Porcentaje LIBER

Más caro que el papel 4 3Igual precio 15 1110% menor 1120% menor 1730% menor 14 27Más del 30% menor 14 40Precio fijo (p.ej. 9.99) 15Otro sistema 6

Nota: en la encuesta del LIBER la opción de 10% y 20% menor era en realidad del15% y la opción de más diferencia del 30% se fijaba en un 50%. No había otras op-ciones. La suma no es 100 en los dos casos por el redondeo a la hora de presentarla información.

El rango de respuestas es enorme y no hay una moda clara en la encuestaeuropea. Podríamos estimar que la media estaría alrededor de un 20% menor.En el mundo hispano sí hay una moda clara, una diferencia del 50%. En este sentido, no sería sorprendente el pavor al mundo digital, ya que el díaque se imponga se estaría vendiendo la mitad. Pero hay otras opciones, comodemuestran los europeos: no ser tan drásticos en los precios y buscar modelosde negocio complementarios.En las preguntas no se podía distinguir entre ahora y en un futuro con produc-ciones mayores y plataformas de venta más baratas, lo que quizás hubiera con-tribuido a aunar algunas respuestas.En lo que sí hay una coincidencia extraordinaria –en el 58% de los europeos yel 59% de los hispanos– es en que consideran que la protección de los derechosdigitales (DRM) seguirá siendo importante dentro de cinco años.

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Desafortunadamente el componente de copia digital (copia idéntica sin pérdida decalidad) también significa copia exacta en el caso de productos pirateados lo queresta todo el valor al contenido que los usuarios terminan identificando como gratuito(el único valor para ellos está en el soporte, toda vez que ellos son capaces de pro-ducir su copia por un coste ínfimo y ese es el valor que otorgan al producto final).Igualmente aparecen más y más contenidos con licencia Creative Commons (librosque el autor comparte libremente con los usuarios), lo que incide en la idea de queel contenido es gratuito y que las editoriales, y mucho más las librerías, son inter-mediarios eliminables en la cadena de producción y distribución de contenidos.

A veces no se reconoce que la industria editorial añade un valor importante al con-tenido. Más allá de su función típica en el proceso de producción, el editor juega unimportante papel como estimulador y director de los autores, como sugeridor deideas que no se ven compensadas ni reconocidas en los contratos de autor y comofiltro y prescriptor de contenidos, como garantía de calidad de los mismos. Mantiene,pues, una situación de poder frente a la industria tecnológica (insistimos en que loslectores de libros digitales son aparatos sin utilidad si carecen de contenidos de ca-lidad) para reclamar su posición a la hora de alcanzar acuerdos globales que per-mitan un sostenimiento eficaz de sus estructuras sin caer en los razonamientos dequienes están interesados en vender aparatos lectores y no libros digitales. ¿Porqué, si quieren incentivar el consumo de esos aparatos, no los venden a su preciode coste de cerca de 30 dólares y los venden a diez veces más y piden el sacrificioa los editores? Actúan como las bibliotecas que, después de pagar a los construc-tores del edificio y a sus empleados, piden a las editoriales los libros gratis.

Por ejemplo, uno de los argumentos que utilizan los vendedores de lectores de li-bros digitales es que, aunque el dispositivo tiene un precio alto, el coste por librodigital será sensiblemente inferior al libro en papel (en algunos sitios se utilizacomo argumento el hecho de que existen cientos de libros pirateados a disposiciónde los cibernautas para su descarga a través de programas de P2P como eMuleo BitTorrent, lo que amortiza la inversión del lector de forma casi inmediata). Sinembargo, el sector debe tener en cuenta todos los factores antes de aplicar unapolítica de precios a la baja por el mero hecho de reducir o no, como veremos acontinuación, los costes de distribución o de ahorrar los costes de imprenta porquehabrá que pagar los costes de digitalización.

En primer lugar deberíamos empezar estableciendo que el coste de distribución sereduce en según qué casos. Por ejemplo, Amazon pedía (en el momento de lanza-miento de Kindle y en los primeros meses de la apertura de su tienda para su dis-positivo) un descuento del 65%, algo que supera el coste medio de distribución decualquier editorial para sus libros en papel. Este porcentaje se ha ido reduciendocon el paso del tiempo hasta un 40% de descuento para las editoriales medianas yun 30% para las editoriales grandes. Lo mismo con Baker&Taylor que empezó conel 50%. Es cierto que la industria discográfica ha pactado que las plataformas deventa –por ejemplo iPhone como paradigma de plataforma de aparato– se quedencon el 30% de comisión de venta y den el 70% al proveedor de la aplicación, la

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misma comisión que pide JIL para su plataforma de operadora de celulares. Y esoque son plataformas sin apenas competencia. Sin embargo, son muchas las plata-formas de libros digitales que pretenden quedarse hasta con un 75%, a compartir ono con otros actores, y dar a los editores sólo el 25%.

En cuanto al ahorro en coste de producción debemos redefinir el libro digitaldesde el punto de vista del contenido. Si entendemos por libro digital una simpletraslación del libro en papel, está claro que hay un ahorro de costes de impresión.Pero no parece que sea ese el tipo de producto que demandan los usuarios, dadoque el contenido se debe desvincular del soporte y adaptarse a las posibilidadestecnológicas que éste ofrece. El mercado pide que el libro digital sea más sofis-ticado y completo que su versión en papel y ofrezca ventajas competitivas clarastambién en el contenido (no sólo en las herramientas de búsqueda): contenidomultimedia, hipervínculos a fuentes externas, versiones con audio de calidad. Ac-tualmente los costes de imprenta y logísticos suponen alrededor de dos dólarespor libro y los costes fijos de los desarrollos digitales aplicados a las unidadesvendidas son más de dos dólares.

Este tipo de mejoras deberán ser asumidas por el editor que tendrá que intentar mini-mizar su impacto sobre el precio de venta al público para evitar una caída de ventas acausa del aumento del precio final. Los costes, como vemos, se mantienen (o inclusopueden verse sensiblemente aumentados) y deben ser los editores quienes valoren demanera adecuada su contenido, dado que es su negocio central.

Siempre hemos de tener en cuenta en el capítulo de costes las diferentes aplicacionesy los distintos desarrollos necesarios para adaptar los contenidos ya existentes a lasdiferentes plataformas, así como los costes de digitalización de dichos fondos (aunqueel coste por página sigue disminuyendo, aún sigue siendo un gasto a tener en cuenta).

Y hay otros tres aspectos cruciales a tener en cuenta: autores, gastos indirectos y fi-jación de precios por valor aportado. Los autores tienen que vivir y seguir produciendoy si no se les garantizan unos ingresos no habrá nueva creación. Hay muchos mo-delos de negocio, como Google, basados en que los contenidos los generan otros ose han acumulado en el tiempo pero llega un momento en que se tiene que pagar aalguien para que haga algo nuevo. En la mayoría de los casos los autores cobran unporcentaje de los ingresos teóricos a precio de venta o reales a precios netos perosi el precio de venta disminuye a la mitad al final el ingreso del autor disminuye o eldel editor todavía disminuye más comparativamente.

Los gastos indirectos de una editorial para cubrir su estructura editorial, de adminis-tración y de promoción suelen ser al menos tanto como los derechos de autor o losgastos de imprenta y logísticos. Con tiradas pequeñas, favorecidas por el bajo costemarginal de los libros digitales, los costes indirectos todavía son relativamente ma-yores. Y, como tales gastos fijos, no dependen de lo que se venda. Si se vende lamitad porque el precio de venta de los libros digitales es la mitad, y la mayoría de lasventas pasan a ser digitales, esos gastos fijos se comerán los ya magros beneficios.


El acuerdo de Google con los editores de noviembre de 2009

El 13 de noviembre de 2009 se ha llegado a un acuerdo ante un tribunal deNueva York entre los editores y Google para que éste pueda proveer librosdigitales.

El acuerdo es complejo por lo que destacamos lo que más nos afecta:

l incluye por ahora sólo a los editores de Estados Unidos, Canadá, Gran Bretañay Australia.

l reparte el ingreso de venta de un libro entre el editor que recibe un 63% yGoogle y la librería afiliada que haya podido contribuir a venderlo que se llevanel 37%. El acuerdo original era 70% para el editor menos un máximo del 3.75%para la librería siempre y cuando Google diera otro tanto o más a la librería.Esta modificación perjudica a los editores porque era previsible que muchasventas fuera directas de Google y oculta el reparto de Google con cada librería.Por otro lado, indica que es previsible que las librerías se lleven al menos un7.50%. No se descarta, pero no se recoge explícitamente, que un editor puedaactuar como librería de su propio fondo y remitir ventas a Google para no tenerque montar su propio sistema de venta y entrega.

l se establecen puntos de precio en 0, de 1.99 a 9.99 en cada dólar, 14.99, 19.99y 29.99. Se prevé que estas tres últimas categorías sólo representen un 19%de los títulos, lo que nos llevará a precios medios de venta inferiores a los delos libros físicos. En la medida que el descuento medio del editor fuera mayorde ese 37% el precio neto recibido no sufrirá tanto.

l el precio se fija por el editor aunque éste también puede delegar en Google quemediante un algoritmo secreto que no está obligado a explicar ni siquiera a losposibles árbitros de una disputa pondría un precio a cada libro que maximizasesus ventas. Se supone que el algoritmo podrá evaluar la esencia de cada libro,ver con quien compite y ponerle el precio. Más amenazador que sorprendentees posible que el algoritmo termine acertando, aunque el editor siempre puedevolver al régimen que prefiera.

l Google mostrará el 20% inicial de cada libro y en un proceso de búsqueda lasdos páginas anteriores y posteriores. El lector no podría ir buscando sucesivaspáginas metiendo la última frase de cada bloque porque se dejarán al menosdos páginas en medio sin mostrar. En las novelas no se mostrarán nunca laspáginas finales.

El acuerdo también facilitará la impresión bajo pedido y otros sistemas dedifusión y de generación de ingresos, principalmente la inclusión de publi-cidad.

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Y, finalmente, lo más importante. El precio de venta no se debe fijar en función delos costes propios sino del mercado y éste se debería basar en el valor aportado alusuario. Si el libro digital le supone más ventajas que inconvenientes al usuario,éste debería estar dispuesto a pagar más y si se le ofrece color y sonido todavíamás. En todo caso, será la competencia la que termine fijando los precios a largoplazo.

Debemos tener en cuenta que aún no hay un dispositivo ganador y que cualquiermovimiento en este aspecto es una apuesta editorial importante. Muchas de las pre-dicciones del mercado se basan en el mercado norteamericano del libro, mucho másmaduro y con ganadores temporales como el Kindle de Amazon o el Nook deBarnes&Noble, dos reproductores vinculados a cadenas de librerías o librerías vir-tuales. La posición de estas cadenas es dominante en el mercado del libro y si loslectores sólo sirven para libros mantendrán una posición fuerte. Pero nuestra previ-sión no es esa, los aparatos lectores no sólo servirán para libros sino que habrá unaconvergencia entre los tres dispositivos, portátil, celular y lector, porque nadie quiereir cargado con tantos aparatos. Como dice el lema del líder japonés de celulares,NTT DOCOMO, «el celular será lo único que necesitarás» ya que servirá como mo-nedero electrónico en vez de llevar tarjetas, de llave para entrar en casa, etc. En elmomento en que se defina el mercado relevante no sólo como el de libros, sino comoel del conjunto de aplicaciones, música, juegos, sexo y todas las demás; las compa-ñías que pretendan basarse en tecnologías propietarias que sólo sirven para un mer-cado relativamente marginal, como el del libro, perderán su posición frente a losgrandes monstruos: ya sean operadores de telefonía, empresas de hardware comoNokia o de software como Google con Android o mixtas como Apple. Recordemosque Kindle ha vendido 500,000 aparatos y iPhone 60 veces más.

El escenario que vemos con más posibilidades de convertirse en realidad es elde que los celulares se conviertan en los lectores preferidos por los usuarios. Pocoa poco estos dispositivos han ido aglutinando diferentes tecnologías además delteléfono: cámara de fotografía y video que aporta una gran conectividad y capaci-dad de emitir a un público grande, reproductor musical, punto de acceso a Internet,agenda, despertador y todas las que se están probando. Las ventas de libros estánaumentando de forma considerable y en octubre de 2009 iTunes declaraba queel 20% de sus 75,000 aplicaciones disponibles eran libros y ya habían superadoa las de juegos.

El freno mayor para la creación de contenidos de libros para celulares han sido:la multiplicidad de sistemas operativos, la falta de plataformas de venta y la lentaadaptación de la industria editorial a contenidos audiovisuales. Veámoslos conmás calma. Hasta hace unos meses cada fabricante tenía distintos sistemas ope-rativos, incluso variaban de modelo a modelo. Así era imposible preparar conteni-dos porque servirían para muy pocas unidades y, además, el público ni siquieraera consciente de qué sistema usaba su celular. La aparición del iPhone cambiaesta situación al crear un sistema operativo válido ya para treinta millones de apa-ratos y con la razonable expectativa de que sigan creciendo y que los dispositivos


futuros de Apple sigan siendo compatibles. Además, crea una plataforma de ventaque cubre todo el mundo de forma inmediata, sin gastos fijos y con una comisiónde venta competitiva, un 30%.

Resulta interesante comparar la estrategia de Apple en telefonía móvil con la deNokia, el líder indiscutido del mercado, pero ¿de qué mercado estamos hablando?En 2008 Nokia vendió 140 millones de terminales, de aparatos, y Apple sólo 7.5millones. Y Nokia ganó 1,100 millones de euros, lo que no está nada mal. PeroApple gano, sólo con el iPhone, 1,600 millones de euros. Ninguno de los dos esoperador o factura por tiempo o volumen de datos transportados, y ya sabemoscuáles son los beneficios de los operadores. Nokia ha fallado en el momento dever que el mercado no era sólo el hardware sino las aplicaciones, que el públicoya no ve tanta necesidad de comprar aparatos mejores y ya casi todo el mundotiene al menos uno; mientras que Apple tiene un negocio creciente con la ventade aplicaciones que hace el resto del mundo para su sistema, con apenas costede mantenimiento de su red de ventas y con un margen competitivo frente a losusuales en el sector del libro, pero enorme en comparación con el coste marginalque tiene. ¿Es el triunfador claro y definitivo? Ya sabemos que eso no existe yApple puede cometer el mismo error que con el Mac: no se trata de ser el primeroo el mejor, hay que saber entender el mercado y saber cuando se puede mantenerun sistema propietario y cuando no.

Google ha reaccionado lanzando un sistema operativo libre para celulares, elAndroid, que será usado por los fabricantes de terminales que no aspiren a ser do-minantes sino a sobrevivir. La suma de esos fabricantes y la probabilidad alta deque incluso los grandes creen algunos modelos compatibles con este sistema abrenuna nueva plataforma para contenidos con una expectativa de tamaño razonable.

La iniciativa de JIL Joint Innovation Lab, que ya hemos comentado, dará accesoa 1,100 millones de usuarios en un plazo de dos años según vayan cambiandolos usuarios de los terminales y si siguen fieles a sus operadores actuales. Es sig-nificativo que esta compañía, que agrupa a grandes operadores, también hayaimplantado un modelo de venta con el 30% de comisión, aunque también ofreceuno con el 50/50 si el marketing lo hace el operador, aspecto que comentaremosmás adelante por ser también significativo.

Tengamos además en cuenta que el acceso a estos terminales está subven-cionado parcialmente por las propias operadoras, conscientes de que su nego-cio está en el tráfico de voz y de datos y no en la venta de dispositivos. Esto esespecialmente relevante en un país como México en el que existen práctica-mente seis teléfonos celulares por cada ordenador (según los datos proporcio-nados por The Economist). El número de lectores es ridículo y no soporta la másmínima comparación.

Dado que ya hay base de compradores y forma segura, rápida y barata de llegara ellos sólo falta preparar contenidos adecuados. ¿Qué tipo de contenidos se

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demandan por la generación Y, ya nacida en el mundo de las computadoras? Puesno es arriesgado apostar por contenidos audiovisuales, interactivos o que sepuedan compartir y ampliables o actualizables. Eso, de nuevo, lo puede dar el ce-lular pero no el lector actual, ni siquiera el lector de 2010 con tinta digital en colory sonido o si lo dan los lectores futuros será una cuestión de nombre porque sitienen capacidad de comunicarse bien se podrían llamar teléfonos celulares. Nohemos considerado que la pantalla de tinta electrónica sea una gran defensa parael lector frente al celular porque es muy fácil que se convierta en un dispositivoperiférico como ahora lo son unos auriculares.

Para ver la utilidad de un celular pensemos en una editorial que ha preparado undiccionario chino-español. ¿Podemos teclear una palabra en chino para buscarlao mirar un diccionario en orden alfabético, por ejemplo, cuando estamos leyendoun menú en un restaurante? Y ¿puede el chino buscar la nuestra? Vamos a ima-ginarnos ahora que le hacemos una foto al menú, le pasamos el OCR, lo convierteen texto, lo traduce y lo pronuncia en tu idioma. Esto ya es posible y LID Editorialestá preparando 600 diccionarios bilingües para celulares.

Con lo que la pregunta clave es: ¿quién preparará esos nuevos contenidos? Sinos fijamos en la lentitud de adaptación de la industria editorial, en que su ima-ginación al pensar en productos digitales es hacer algo lo más parecido posiblea un libro en papel, no estamos seguros de que la mayoría de los contenidosvengan de esa industria y es más probable que aparezcan nuevos jugadores oque las productoras audiovisuales que trabajan para las grandes empresas demedios reaccionen más rápido. Tomemos el ejemplo del cine hace cien años eimaginemos que estamos en el negocio del teatro. No pensaríamos que el cinemudo, con cartelas para poder seguir el argumento, en blanco y negro va a qui-tarnos mucho mercado. Pero luego vino el cine en color, y la televisión enblanco y negro, y en color y la Red. ¿Subsiste el teatro? Claro que sí, subven-cionado y con más cuota que el circo, por cierto. Creemos que la capacidad deadaptación de la industria editorial es en este momento el mayor freno, el definirnuestro mercado como el del libro en papel, en vez de como contenidos quedifunden conocimientos, enseñan o entretienen. Es como el fabricante de som-breros para caballero en los cincuenta, que no ve que su mercado es el de com-plementos de vestir.

5. El mercado mexicano, gran oportunidad

Hemos hablado un poco de la historia reciente, de las tendencias futuras y nostoca ahora, antes de sacar unas conclusiones finales, aplicar estas reflexiones almercado mexicano. ¿Podemos proyectar estos movimientos a México? ¿En quése diferenciará de otros mercados como el de España?

Ciertamente México y España seguirán las mismas tendencias, con los debidosretardos derivados de la capacidad económica y de la educación. Como ya hemos


mencionado en otra parte de este informe, las medias estadísticas mienten másque ilustran a la hora de hablar de mercados relevantes. Al comparar países con110 y 45 millones de habitantes las medias ocultan que las clases más acomoda-das mexicanas, las A y B, son tan grandes y tan consumidoras como las españo-las. El PNB total es casi igual con lo que la media española es más del doble quela mexicana pero hay 10 millones de personas en ambos países con similar for-mación, renta disponible y hábitos de consumo.

En este caso las diferencias que hay favorecen a México. Las peculiaridades delpaís y de su población le convierten en un terreno especialmente fértil para la crea-ción de un gran mercado para el libro digital. Cuatro son los factores fundamentalesque nos llevan a esta previsión: las características de la población, la cercanía aEstados Unidos, el peso de lo audiovisual y la debilidad de la distribución.

El mercado del libro en español en Estados Unidos

El historiador británico Henry Kamen destacaba unos datos sobre la poblaciónhispana en Estados Unidos que convierten el triunfalismo de algunos políticosen meros espejuelos de baratillo. Para empezar la oficina del Censo de Esta-dos Unidos ya no usa el término hispánico sino el de latino con lo que incluyeminorías caribeñas o brasileñas que hablan francés, brasileño o, incluso, in-glés. No sabemos la finalidad de este cambio. Sí es cierto que el mercado his-pánico de Estados Unidos es el segundo del mundo por delante del españoly sólo detrás del mexicano pero no precisamente para lectura en español. Eltotal de la población crecerá de 300 a 405 millones en 2050, los anglos pasa-rán del 85% al 47% y los latinos del 14% al 29%, permaneciendo los negrosen el 13%. Evidentemente, por la continuación de la inmigración, por una tasade fertilidad más alta y, sobre todo, por una población más joven. Sin embargo,la tendencia es que en la tercera generación sólo el 17% de los hispánicoshablará español con fluidez y en la cuarta el 5%.Ciertamente esta tendencia a perder el idioma minoritario se puede revertir comohan demostrado en la práctica los gobiernos nacionalistas de ciertas comunida-des españolas. En este caso: si se mantuviera la población concentrada en cier-tas ciudades, se resucitara el orgullo de la raza o si el nivel económico yeducativo creciera tan rápidamente que no hubiera que asimilarse hasta perderla lengua materna para lograrlo se podría conservar el influjo del español comolengua vehicular y no simplemente como secundaria. Basta intentar infructuosa-mente hablar en español con adolescentes claramente hispánicos en Nuevo Mé-xico o California, que ostentan nombres anglos y apellidos adaptados, paraconstatar el rechazo a lo que les recuerde un pasado familiar en el que no sequieren reconocer.En la actualidad el mercado en español para hispanos se concentra en el libroreligioso, de autoayuda o para recién llegados y es menor que el de libro infantilmixto, español como segundo idioma o literatura para los angloparlantes. Algu-nas editoriales que publican en español en Estados Unidos exportan más que

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venden en su propio país.

En primer lugar el ser una población más numerosa y con menor educación y rentaque España hará que el mercado absoluto sea mayor y el coste relativo menor yque los productos que sean más fáciles de comprender se extiendan más rápida-mente. Relacionado con eso, una población más joven, más volcada en su for-mación, más experta en las nuevas tecnologías será una población másdemandante de los productos digitales, por no llamarlos libros si libro es sóloblanco y negro y texto.

La proximidad al mercado más avanzado también favorecerá este proceso,sobre todo, dado el gran número de mexicanos que viven o tienen parientes enEstados Unidos. La influencia anglo será mayor en los mexicanos que al revéspor el deseo de emulación y de triunfo que tienen los que se consideran reciénllegados o más débiles.

No es sólo el mayor peso de la cultura audiovisual en la gran mayoría de la pobla-ción sino la existencia de una gran industria audiovisual, la que favorecerá la cre-ación de estos productos digitales. Y, por último, las carencias que muestran lasredes de distribución de productos físicos y la extensión del país que colocan acualquier producto que pueda distribuirse mediante la Red o la telefonía en unaposición de privilegio.

6. Conclusiones

Nuestra opinión es que queda aún mucho camino por recorrer en términos de de-sarrollo tecnológico y que aún estamos en un estado muy temprano para podermedir las implicaciones que conlleva el libro digital. Intervienen también factorespolíticos y de grupos de presión que pueden acelerar o frenar estos cambios.

La realidad es que el libro digital y en papel sobrevivirán y que es más un tema decuota de mercado de cada uno. En un país como México, donde el libro de textoes la mitad del mercado, el factor clave es si en la enseñanza básica se va haciael libro digital como muchas escuelas catalanas ya lo han hecho este año o si seretarda esta inexorable tendencia. Lo que sí es indudable es que tan pronto lasnuevas generaciones de escolares se eduquen con libros digitales de texto esteformato pasará a dominar el mercado y que, según vayan demandando otro tipode libros, también serán digitales. Hasta entonces ambos formatos convivirán máso menos pacíficamente, pasando los libros CTA a ser más susceptibles de sercomprados en formato electrónico, al poder aprovecharse mejor las funcionalida-des que ofrece. Y siempre podremos leer un libro de poemas sentados tranquila-mente debajo de un manzano, mientras haya manzanos, claro.

En cualquier caso debemos estar preparados –con aspectos tan básicos como lainclusión de cláusulas en los contratos con los autores que incluyan la difusión de


los contenidos en formato electrónico, sea cual sea el tipo de terminal final– yabiertos a las posibilidades que este nuevo producto ofrece, sin confiar ciegamenteen que se trata de una oportunidad única a la que hay que unirse a cualquier preciosin valorar los recursos disponibles, el horizonte de recuperación de la inversióny los posibles inconvenientes.

Mencionamos también otras conclusiones, sin creer que de manera necesaria sedarán así, sino simplemente como los escenarios más probables:

l los actuales dispositivos lectores en B/N y sin sonido no sobrevivirán más deun año.

l se tenderá en dos años a un dispositivo común, en torno al actual celular (esdecir, con conectividad e identificación de usuario y de muy poco peso y volu-men), con periféricos opcionales adaptados a las necesidades de cada usuario.

l el precio del libro digital debería estar en torno al actual del libro en papel, aun-que es probable que sea algo más bajo por la presión actual y porque los már-genes de la distribución bajarán.

l el descuento para las plataformas de venta convergerá hacia el 30% antes deun año y hacia el 15% en dos años.

l entrarán nuevos creadores editoriales desde la industria audiovisual y las fron-teras entre el mundo editorial y el audiovisual se irán borrando.

l el concepto libro digital incorporará no sólo texto y gráficos sino sonido (seráaudiovisual en color) y, además, será interactivo (compartir comentarios yreseñas con el autor y otros lectores), ampliable y actualizable.

l la mayoría de las editoriales actuales, sobre todo las independientes en quelos propietarios son mayores de 50 años, abandonarán.

l las plataformas de venta multiproducto (operadoras de telefonía) se impondránsobre las librerías virtuales.

Con toda seguridad no será así, pero apostamos por estar más cerca de lo queserá realidad en cinco años que por los que piensan que casi nada cambiaráen ese plazo.

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Pasado, presente y futuro del libro electrónico o digital

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