Parroquias de La Vileta y Son Roca · alma”, explica María José Moreno, adoradora en Toledo....

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Año II Nº 22 Septiembre 2018 www.parroquialaviletaysonroca.com Son Roca La Vileta y Parroquias de H acia el año 320 la Emperatriz Elena de Constanti- nopla encontró la Vera Cruz, la cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo, La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio del descubri- miento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia. Años después, el rey Cosroes II de Persia, en el 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo. Pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo y recu- peró la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año. Para ello se realizó una ceremonia en la que la Cruz fuellevada en persona por el emperador a través de la ciudad. Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz. El cristianismo es un mensaje de amor. ¿Por qué entonces exaltar la Cruz? Además la Resurrección, más que la Cruz, da sentido a nuestra vida. La Cruz es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria. Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo redentor. Jesús no ha venido a suprimir el sufrimiento: el sufrimiento seguirá presente entre nosotros. Tampoco ha venido para explicarlo: seguirá siendo un misterio. Ha venido para acompañarlo con su presencia. En presencia del dolor y muerte de Jesús, el Santo, el Inocente, el Cordero de Dios, no podemos rebelarnos ante nuestro sufrimiento ni ante el sufrimiento de los inocentes, aunque siga siendo un tremendo misterio. En toda su vida Jesús no hizo más que bajar: en la Encarnación, en Belén, en el destierro. Perseguido, humillado, condenado. Sólo sube para ir a la Cruz. Y en ella está elevado, como la serpiente en el desierto, para que le veamos mejor, para atraernos e infundirnos esperanza. Pues Jesús no nos salva desde fuera, como por arte de magia, sino compartiendo nuestros problemas. Jesús no está en la Cruz para adoctrinarnos olímpicamente, con palabras, sino para compartir nuestro dolor solidariamente. Pero el discípulo no es de mejor condición que el maestro, dice Jesús. Y añade: "El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y me siga". Es fácil seguir a Jesús en Belén, en el Tabor. ¡Qué bien estamos aquí!, decía Pedro. En Getsemaní se duerme, y, luego le niega. Es la ambigüedad del dolor. El que no sufre, queda inmaduro. El que lo acepta, se santifica. El que lo rechaza, se amarga y se rebela. Exaltación de la Santa Cruz 14 de septiembre La tradición. Según la leyenda, la imagen origi- nal de la Virgen la encontró un niño llamado Lucas, (Lluc en mallor- quín), en torno al año 1250. Era hijo de un matrimonio musulmán convertido al catolicismo tras la conquista catalana de las Baleares y se encargaba de llevar a las montañas el rebaño de cabras y ovejas de su padre para que allí se alimentasen. Un día, tras ver una luz en la montaña, el niño encontró sobre una roca la efigie y decidió entregársela al párroco local, el cual destinó al valioso hallazgo un puesto de honor en la pequeña iglesia, pero al día siguiente la imagen había regresado allí donde el pequeño Lluc la halló, por lo que este hecho se interpre- tó como el deseo de la Virgen de permanecer en el lugar en el que se la había encontrado y se le construyó una pequeña ermita, origen del actual monasterio. Fue tanta la devoción que le profesó el pueblo mallorquín a la Virgen de Lluc que pronto fue reconoci- da como patrona de la isla de Mallorca, aunque la histórica patrona del Reino de Mallorca era la Inmaculada Concepción. La fiesta litúrgica de Nuestra Señora de Lluc se celebra el 12 de septiembre. Nuestra Señora de Lluc

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Año II Nº 22 Septiembre 2018 www.parroquialaviletaysonroca.com

Son Roca La Vileta y

Parroquias de

H acia el año 320 la Emperatriz Elena de Constanti-nopla encontró la Vera Cruz, la cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo, La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio del descubri-miento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia. Años después, el rey Cosroes II de Persia, en el 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo. Pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo y recu-peró la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año. Para ello se realizó una ceremonia en la que la Cruz fuellevada en persona por el emperador a través de la ciudad. Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz. El cristianismo es un mensaje de amor. ¿Por qué entonces exaltar la Cruz? Además la Resurrección, más que la Cruz, da sentido a nuestra vida. La Cruz es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria. Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo redentor. Jesús no ha venido a suprimir el sufrimiento: el sufrimiento seguirá presente entre nosotros. Tampoco

ha venido para explicarlo: seguirá siendo un misterio. Ha venido para acompañarlo con su presencia. En presencia del dolor y muerte de Jesús, el Santo, el Inocente, el Cordero de Dios, no podemos rebelarnos ante nuestro sufrimiento ni ante el sufrimiento de los

inocentes, aunque siga siendo un tremendo misterio. En toda su vida Jesús no hizo más que bajar: en la Encarnación, en Belén, en el destierro. Perseguido, humillado, condenado. Sólo sube para ir a la Cruz. Y en ella está elevado, como la serpiente en el desierto, para que le veamos mejor, para atraernos e infundirnos esperanza. Pues Jesús no nos salva desde fuera, como por arte de magia, sino compartiendo

nuestros problemas. Jesús no está en la Cruz para adoctrinarnos olímpicamente, con palabras, sino para compartir nuestro dolor solidariamente. Pero el discípulo no es de mejor condición que el maestro, dice Jesús. Y añade: "El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y me siga". Es fácil seguir a Jesús en Belén, en el Tabor. ¡Qué bien estamos aquí!, decía Pedro. En Getsemaní se duerme, y, luego le niega. Es la ambigüedad del dolor. El que no sufre, queda inmaduro. El que lo acepta, se santifica. El que lo rechaza, se amarga y se rebela.

Exaltación de la Santa Cruz 14 de septiembre

La tradición. Según la leyenda, la imagen origi-nal de la Virgen la encontró un niño llamado Lucas, (Lluc en mallor-quín), en torno al año 1250. Era hijo de un matrimonio musulmán convertido al catolicismo tras la conquista catalana de las Baleares y se encargaba de llevar a las montañas el rebaño de cabras y ovejas de su padre para que allí se alimentasen. Un día, tras ver una luz en la montaña, el niño encontró

sobre una roca la efigie y decidió entregársela al párroco local, el cual destinó al valioso hallazgo un puesto de honor en la pequeña iglesia, pero al día siguiente la imagen había regresado allí donde el pequeño Lluc la halló, por lo que este hecho se interpre-tó como el deseo de la Virgen de permanecer en el lugar en el que se la había encontrado y se le construyó una pequeña ermita, origen del actual monasterio. Fue tanta la devoción que le profesó el pueblo mallorquín a la Virgen de Lluc que pronto fue reconoci-da como patrona de la isla de Mallorca, aunque la histórica patrona del Reino de Mallorca era la Inmaculada Concepción. La fiesta litúrgica de Nuestra Señora de Lluc se celebra el 12 de septiembre.

Nuestra Señora de Lluc

NOTICIAS DE LA IGLESIA UNIVERSAL

El Papa Francisco comentó en el “Angelus” del domingo 19 de agosto en la Plaza de San Pedro el

pasaje del Evangelio del día (Jn 6, 51-58), en el que los discípulos de Jesús se muestran escandalizados ante la idea de que hay que comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios para tener la vida eterna. La gente intuye entonces que no debe esperar del Me-sías "triunfos y espejismos de éxito", sino que les invita "a entrar en comunión con Él... para compartir con Él el don de la vida para el mundo... Es el sacrificio de Jesús, que se ofrece a sí mismo por nosotros". "Este pan de vida, sacramento del Cuerpo y de la San-gre de Cristo, viene a nosotros como un don gratuito en la mesa de la Eucaristía" , continuó el Papa, y "cada vez que participamos en la Santa Misa, en cierto sentido anticipamos el cielo sobre la tierra, porque del alimento eucarístico, el Cuerpo y la Sangre de Jesús, aprende-mos qué es la vida eterna". De ahí la importancia de asistir al sacrificio de la Misa y de participar en él mediante la comunión: "Cuando comulgamos, recibimos la vida misma de Dios" . Y alimentándonos así, "podemos entrar en plena sintonía con Cristo, con sus sentimientos, con sus comportamien-tos. Esto es muy importante: ir a misa y comulgar, porque recibir la comunión es recibir a Cristo vivo, que nos transforma interiormente y nos prepara para el cielo".

Mentiras que persisten todavía hoy: La Iglesia católica apoyó a Hitler y calló

ante el Holocausto. Durante los años 60 empezó a circular la falsa acusación de que el Papa Pío XII había hecho la vista gorda ante el Holocausto y por ende que la Iglesia católica no se opuso al nazismo, lo que ha llegado a nuestros días. Pero son numerosas las pruebas de que este Papa salvó a miles de judíos de la muerte, que apoyó tres intentos de derrocamiento de Hitler y que fue uno de los responsables, siendo secretario de Estado Vaticano, de la Encíclica Mit brennender Sorge de 1937 en la que quedaba clara la incompatibilidad del nazismo con el cristianismo. El libro, Cristianos contra Hitler muestra claramente como la Iglesia Católica luchó contra el régimen nazi empezando desde los obispos, pasando por miles de sacerdotes que acabaron en campos de concentra-ción donde muchos murieron y acabando por simples laicos que se jugaron la vida para salvar la de otros.

Cardenal de Sarajevo ante el radicalismo islámico, «Europa debe redescubrir sus

raíces cristianas» El Cardenal Vinko Puljic, Arzobispo de Sarajevo y Prima-do de Bosnia y Herzegovina, ha afirmado en una reciente entrevista que Europa debe redescubrir sus raíces cristianas para así no temer y hacer frente al radicalismo musulmán que se acentúa en el continente cada vez más En diálogo con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Vinko Puljic advirtió que Bosnia y Herzegovina es una de las puertas de entrada a Europa para el islam radical, que se está extendiendo rápida-mente por el viejo continente. “Hay una gran inversión de los países árabes que cons-truyen mezquitas e incluso aldeas enteras para hacer

vivir a quienes vienen aquí desde sus naciones. Con los musulmanes eslavos tenemos buenas relaciones, pero con los radicales islamistas que vienen del mundo árabe es difícil hablar. Sobre todo porque, especialmente a nivel político, ignoran nuestra presencia”, comentó a Ayuda a la Iglesia Necesitada. Señaló que “Europa no conoce bien al islam y no entiende qué significa vivir al lado del radicalismo islámico”. “Europa debe aprender a proteger sus raíces cristianas, de lo contrario seguirá temiendo al radicalismo”, aseguró. El Arzobispo de Sarajevo también relató a Ayuda a la Iglesia Necesitada que debido a la difícil situación política y a la discriminación que sufren en el país desde el final de la Guerra de Bosnia en 1995, se estima que unos 10 mil católicos emigran cada año.

1 San Josué.

2 DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO / B

3 San Gregorio Magno, Papa y Doctor de la Iglesia.

4 San Moisés, profeta.

5 Santa Teresa de Calcuta.

6 Sam Eleuterio de Spoleto.

7 Santa Regina.

8 FESTIVIDAD DE LA NATIVIDAD DE LA VIRGEN

MARÍA

9 DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO / B

10 San Nicolás de Tolentino.

11 San Pafnufio de Egipto.

12 Nuestra Señora de Lluc (Mallorca).

13 San Juan Crisóstomo.

14 FESTIVIDAD DE LA EXALTACIÓN DE LA

SANTA CRUZ

15 Nuestra Señora de los Dolores.

16 DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO / B

17 Santa Hilegarda de Bingen, Doctora de la Iglesia.

18 Sant José de Cupertino.

19 San Jenaro de Nápoles.

20 San Andrés Kin Taegón y compañeros mártires.

21 FESTIVIDAD DE SAN MATEO, APÓSTOL

Y MÁRTIR

22 San Emeramo de Ratisbona.

23 DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO / B

24 Nuestra Señora de la Merced.

25 San Cleofás, discípulo.

26 Santos Cosme y Damián.

27 San Vicente de Paúl.

28 San Wenceslao de Bohemia.

29 Santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel.

30 DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO / B

Santoral de septiembre 2018

LITURGIA MENSUAL

DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO / B 2 de Septiembre de 2018

1ª Lectura: Deuteronomio 4, 1-2. 6-8 Salmo Responsorial: 14, 2-5 2ª Lectura: Santiago 1, 17-18. 21-22. 27

Evangelio: San Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23 En aquel tiempo los fariseos y algunos maestros de la ley de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que al-gunos de sus discípulos se ponían a comer con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado. Porque los fariseos y todos los judíos, siguiendo la tradición de sus mayores, no se ponen a comer sin haberse lavado cui-dadosamente las manos; y si vienen de la plaza, no co-men sin haberse lavado; y tienen otras muchas prácti-cas que observan por tradición, tales como lavar copas, jarros y bandejas. Así que los fariseos y los maestros de la ley preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no observan la tradición de los mayores, sino que comen con las manos impuras?». Él les contestó: «Hipócritas, Isaías profetizó muy bien acerca de vosotros, según está escrito: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto enseñando doctrinas que son preceptos humanos. De-jáis el mandamiento de Dios y os aferráis a la tradición de los hombres». Llamó de nuevo a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended bien: Nada que entra de fuera puede manchar al hombre; lo que sale de dentro es lo que puede manchar al hombre. Porque del corazón del hombre proceden los malos pensamientos, las fornica-ciones, robos, homicidios, adulterios, avaricia, maldad, engaño, desenfreno, envidia, blasfemia, soberbia y estu-pidez. Todas esas cosas malas salen de dentro y hacen impuro al hombre».

DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO / B 9 de Septiembre de 2018

1ª Lectura: Isaías 25, 4-7 Salmo Responsorial: 145, 7. 8-9. 9bc-10 2ª Lectura: Santiago 2,1-5

Evangelio: San Marcos 7, 31-37 En aquel tiempo salió Jesús del territorio de Tiro, fue por Sidón y atravesó la Decápolis hacia el lago de Galilea. Le llevaron un sordo tartamudo y le rogaron que le impu-siera sus manos. Jesús lo llevó aparte de la gente, le metió los dedos en los oídos, con su saliva le tocó la lengua, alzó los ojos al cielo, suspiró y le dijo: «¡Epheta!», que quiere decir «¡Ábrete!». Inmediatamen-te se le abrieron los oídos y se le soltó la atadura de la lengua, de modo que hablaba correctamente. Les encar-gó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo or-denaba, más lo proclamaban. Y en el colmo de la admi-ración decían: «Todo lo ha hecho bien, hasta a los sor-dos hace oír y a los mudos hablar».

DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO / B 16 de Septiembre de 2018

1ª Lectura: Isaías 50, 5-9 Salmo Responsorial: 114, 1-2. 3-4. 5-6. 8-9 (R./: 9) 2ª Lectura: Santiago 2, 14-18

Evangelio: San Marcos 8, 27-35 En aquel tiempo salió Jesús con sus discípulos hacia las aldeas de Cesarea de Filipo, y en el camino les pregun-tó: «¿Quién dice la gente que soy yo?». Ellos le dijeron:

«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías y otros que uno de los profetas». Él les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?». Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías». Y Jesús les ordenó que no se lo dijeran a nadie. Desde entonces comenzó a declararles que el hijo del hombre tenía que padecer mucho, ser rechaza-do por los ancianos, los sumos sacerdotes y los maes-tros de la ley, morir y resucitar al tercer día. Esto lo de-cía con toda claridad. Pedro se lo llevó aparte y se puso a reprenderle. Jesús se volvió y, mirando a sus discípu-los, riñó a Pedro diciéndole: «¡Apártate de mí, Satanás!, porque tus sentimientos no son los de Dios, sino los de los hombres». Llamó a la gente y a sus discípulos y les dijo: «El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mí y por el evangelio la salvará.

DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO / B 23 de Septiembre de 2018

1ª Lectura: Sabiduría 2, 12. 17-20 Salmo Responsorial: 53, 3-4. 5. 6. 8 2ª Lectura: Santiago 3, 16. 4, 3

Evangelio: San Marcos 9, 30-37 Salieron de allí y atravesaron Galilea. Jesús no quería que se supiera, porque estaba enseñando a sus discípu-los. Les decía: «El hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y, después de muerto, a los tres días resucitará». Pero ellos no enten-dían estas palabras y no se atrevían a preguntarle. Lle-garon a Cafarnaún y, una vez en casa, les preguntó: «¿Qué discutíais por el camino?». Pero ellos callaban, porque en el camino habían discutido sobre quién entre ellos sería el más grande. Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: «El que quiera ser el primero que sea el último y el servidor de todos». Tomó en sus brazos a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo: «El que acoge a uno de estos pequeños en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no es a mí a quien acoge, sino al que me ha enviado a mí».

DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO / B 30 de Septiembre de 2018

1ª Lectura: Números 11, 25-29 Salmo Responsorial: 18, 8. 10. 12-13. 14 2ª Lectura: Santiago 5, 1-6

Evangelio: San Marcos 9, 38-43. 45. 47-48 En aquel tiempo Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba los demonios en tu nombre y no anda con nosotros, y se lo hemos prohibido». Jesús dijo: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede después hablar mal de mí; y el que no está en contra de nosotros está a nuestro favor». «El que os dé de beber un vaso de agua por ser del Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa». «Al que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valdría que le ataran al cuello una rueda de molino y lo tiraran al mar. Si tu mano es para ti oca-sión de pecado, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al fuego que no se apa-ga. Más te vale entrar cojo en la vida que ser arrojado al fuego con los dos pies. Más te vale entrar con un solo ojo en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.

“Reza, espera y no te preocupes. La preocupa-ción es inútil. Dios es mi-sericordioso y escuchará tu oración… La oración es la mejor arma que tene-mos; es la llave al corazón de Dios”.

Consejo del Padre Pío

INTENCIONES DEL PAPA

PARA EL MES DE

SEPTIEMBRE

En septiembre, la intención de oración del

Papa es “para que los jóvenes del continente

africano tengan acceso a la educación y al

trabajo en sus propios países”.

Bautismos

Ariadna Hidalgo Calbet Nelia Aranega Contreras

Primera Comunión Naray Aranega Contreras

Funerales José Vico Teocías María del Carmen Martínez Martínez Rafael Serrano Zamora Nadia Breladé Francisco Bosch Martí

Despacho parroquial

La Vileta: Lunes y miércoles de 17:00 a 18:30 h.

Teléfono de contacto : 971793426

Confesiones: Cada día media hora antes de la

misa. También se puede pedir en la sacristía.

Movimiento parroquial

Cuando sientas que has perdido el tiempo en

tu vida, reza esta oración

Hay momentos en la vida en que sentimos

que ha pasado un día, un mes o un año en

vano, un tiempo perdido. Volviendo la vista

atrás, vemos nuestra propia necedad, cómo

no supimos usar nuestro tiempo sabiamente

y, en vez de eso, lo empleamos en cosas inú-

tiles.

Puede ser un pensamiento deprimente, pero

la buena noticia es que Dios puede redimir

ese tiempo y ponerlo bajo su divina voluntad.

Santa Teresa de Ávila compuso una hermosa

oración sobre este tema, implorando a Dios

que transformara ese tiempo de “pérdida en

ganancia”. Si te sientes especialmente desilu-

sionado por tu pasado, reza esta oración y

confía en que Dios traerá un bien mayor de

cualquier tiempo derrochado.

¡Oh Dios mío! ¡Fuente de toda misericor-dia! Reconozco Tu poder soberano. Al recordar los años desperdiciados que pasaron, creo que Tú, Señor, en un instante puedes convertir esta pér-dida en ganancia. Miserable como soy, sin embargo, creo firmemente que puedes hacer todas las cosas. Por favor devuélveme el tiempo perdido, dándome Tu gracia, tanto ahora como en el futuro, para que pueda aparecer ante Ti con “prendas nupciales”.

Amén.