Parque Juan Carlos I de Madrid - BIC (Paisaje Cultural)

5/26/2018 Parque Juan Carlos I de Madrid - BIC (Paisaje Cultural)

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Asociacin Cultural Barajas, distrito BIC

Parque Juan Carlos Ide MadridEstudio para la declaracin BIC del Parque Juan Carlos I

de Madrid en la categora de Paisaje Cultural

MAYO - 2014


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Asociacin Cultural Barajas, distrito BICParque Juan Carlos I de Madrid

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AGRADECIMIENTO PORSU COLABORACIN Y APOYO

A Jos Luis Esteban Penelas, Doctor en Arquitectura y

Catedrtico de Universidad, co-autor del proyectoParque Juan Carlos I de Madrid

A Jos Luis Rayos Snchez, Arquitecto, Presidente de laAsociacin Cultural Amigos del Jardn ElCapricho


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NDICE

Introduccin 4La creciente importancia del patrimonio contemporneoEl valor cultural del Parque Juan Carlos IPaisaje CulturalBibliografa utilizada

Un nuevo concepto de parque 9La autonoma del proyecto

Lecturas para la interpretacin del Parque

Arquitectura configuradora del Parque 14Los paseosLas plazasLas pirmides

El agua, una nueva dimensin arquitectnica 23Las lminas de aguaLos pasos sobre el aguaLos balcones sobre la Ra

Juegos de agua

Arquitectura verde 31El Olivar de la HinojosaLas sendas botnicasLa Estufa FraLa senda botnica de las Tres CulturasEl Naranjal, el Laberinto y los Jardines MonotemticosLas praderas

El Jardn de las Tres Culturas 42El ParasoEl Claustro de las CntigasLa Estancia de las DeliciasEl Vergel de los Granados

La Senda de las Esculturas 50Relacin de esculturas y autores

Conclusin: un excepcional paisaje cultural 57Un olivar del principios del XVIIIOperacin estructuranteArquitectura simbitica y experimentalUn museo al aire libreUn referente social

Anexo 62Seleccin de publicaciones nacionales e internacionalesdonde ha sido recogido el proyecto del Parque Juan Carlos I(Madrid)


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I- INTRODUCCINLa creciente importancia del patrimonio contemporneo

La evolucin a travs de la historia del concepto depatrimonio cultural ha hecho que, a nivel mundial, se empiecea reconocer el valor de los elementos arquitectnicos ourbansticos del pasado siglo XX. As, si por patrimonio

cultural se entenda el conjunto de elementos heredados desdela antigedad, ahora se concibe ste como el acervo deaquellos portadores del valor cultural de la poca de la queson representativos. Paradigma de tal proceso evolutivo es ladeclaracin como Patrimonio de la Humanidad de Brasilia en1987; recientemente se han incluido en tal catlogo la perade Sidney (2007) o las Siedlungende Berln (2008).

Correlato de este proceso por el que se reconoce el valor

cultural del patrimonio contemporneo, varias ciudades yregiones espaolas estn empezando a poner el valor dediversas formas los hitos arquitectnicos y urbansticos que locomponen. La Junta de Andaluca, por ejemplo, tiene un

significativo programa de fomento de dicho patrimonio atravs del Instituto Andaluz de Patrimonio Histrico.

Reconocer el valor cultural del patrimonio contemporneo es

todava una disciplina cuyos fundamentos, aun habindosecelebrado simposios sobre ello, no estn asentadosdoctrinalmente de una manera definitiva; el corpusterico dela misma se construye a partir de los casos concretos.

El valor cultural del Parque Juan Carlos I

El Parque Juan Carlos I de Madrid, inaugurado en 1992 conmotivo de la Capitalidad Europea de la Cultura, ha sido ms

valorado hasta ahora por importancia medioambiental quepor su capacidad de integrar el conjunto de elementos quecomponen el patrimonio contemporneo madrileo. Su origenradica en la pretensin plasmada en el Plan General deOrdenacin Urbana de 1985 de recuperacin de las periferiasde la ciudad, como en este caso era la de Hortaleza-Barajas. Elproyecto y la obra correran a cargo de los arquitectos JosLuis Esteban Penelas y Emilio Esteras Martn.

En poco menos de veinticinco aos se ha convertido en unreferente social y cultural para Madrid. La singularidad de suarquitectura ha posibilitado crear un peculiar paisajismo quele ha hecho ser uno de los iconos contemporneos de la


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Vista area del Parque Juan Carlos I de Madrid. Fotografa realizada durante su construccin.


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ciudad. Se puede decir que el diseo del parque sefundamenta en una simbiosis entre los elementosarquitectnicos propiamente dichos, la jardinera y el agua. En

cuanto a los primeros, no solo cumplen su funcin dereordenar el espacio, sino que tambin son partesconstitutivas del paisajismo del Parque. La jardinera adquiereuna posicin arquitectnica al margen de la ornamental quetradicionalmente le era otorgada en otros parques y jardines.Por ltimo, el adecuado tratamiento que se le da al agua(lminas, estanques) hace de sta un elemento arquitectnicoms, en este caso horizontal.

No se puede soslayar, trascendiendo la suma de las partes quecomponen el Parque, la importancia que tiene el proyecto ens; tal no solo es cronolgicamente anterior a sumaterializacin, sino que tambin adquiere una posicinprecedente en el plano ontolgico. As, el mismo proyecto esya un elemento autnomo que, an siendo actualizadomediante los materiales que componen los elemento delParque, se nos presenta como objeto para la crtica artstica.Esto hace que el Parque, en cuanto actualizacin del proyecto,

deba ser considerado desde una perspectiva holstica.


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No se puede dejar de lado la pretensin de convertir el Parqueen un lugar para la expresin artstica: la Senda de lasEsculturas lo convierte en la mayor coleccin de esculturas al

aire libre de Espaa. La insercin dentro de su entramado, porltimo, del Jardn de las Tres Culturas merece un tratamientosingularizado por la excepcionalidad de su diseo y mensaje.

En general, el valor cultural del Parque reside en variospuntos de inters. De un lado, el valor urbanstico del mismoen cuanto proyecto para la estructuracin urbana de una zonaperifrica de la ciudad. Por otro, y como ya se ha apuntado, suvalor arquitectnico que, ms all de su peculiaridad, se erige

como un campo de experimentacin para posibles futurosproyectos del espacio pblico de la ciudad. Por ltimo, elvalor paisajista de la denominada arquitectura verde alcanzaen el Parque unos niveles de excepcionalidad difcilmenteigualables. A todo ello se une su valor ecolgico en cuantosupone la recuperacin del Olivar de la Hinojosa que,procedente de principios del siglo XVIII, se hallaba en unestado de avanzada degeneracin.

Paisaje CulturalSin duda, el Parque Juan Carlos I rene todos los elementos yvalores para ser considerado un hito del patrimoniocontemporneo de Madrid, quiz su mxima expresin. Con

un urbanismo y arquitectura propios de la sociedadpostindustrial, es abanderado del proceso por el que la capitaltoma para s los patrones urbansticos de las ms importantes

ciudades europeas. Su iconicidad le ha hecho merecer unlugar destacado en la imagen que Madrid exportainternacionalmente.

Es perfectamente identificable con la categora de PaisajeCultural, de nueva implantacin en la Ley 3/2013, de 18 dejunio, de Patrimonio Histrico de la Comunidad de Madrid,que en su artculo 3.c) define stos como los lugares que,como resultado de la accin del hombre sobre la naturaleza,

ilustran la evolucin histrica de los asentamientos humanosy de la ocupacin y uso del territorio. La implantacin de talcategora es corolario de la asimilacin del Convenio Europeodel Paisaje, firmado en Florencia el 20 de Octubre de 2000.

En el presente estudio se hace un repaso a todos los elementosque componen el Parque Juan Carlos I: desde el proyecto, queadquiere cierta autonoma respecto de su materializacin,pasando por su peculiar arquitectura simbitica, hasta su

configuracin como un museo al aire libre.


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Bibliografa utilizada

- Esteban Penelas, Jos Luis y Esteras Martn, Emilio:Parque Juan Carlos I. Proyecto y obra 1990-1992. Madrid,

1993.

- Silver Brodsky, Myriam: El Jardn de las Tres Culturas.Madrid, 2001.


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II- UN NUEVO CONCEPTO DE PARQUEEl Parque Juan Carlos I, lejos de suponer un conjuntoresultante de la mera suma de sus partes, es fruto de unproyecto que trasciende de la misma. As, se presenta desdeuna doble vertiente, como diseo independiente de su efectivarealizacin sobre el terreno, por un lado, y como obra queest, ya una vez materializada, por encima de los elementosque la configuran, por otro.

Esta independencia del proyecto respecto de sus partesintegrantes permite, asimismo, que puedan realizarse diversaslecturas o interpretaciones sobre el Parque. Desde la ciudadideal simbolizada en su trazado, hasta su constitucin comoPuerta de la Ciudad, pasando por su dimensin humanista

o por la recreacin del proceso evolutivo que conectanaturaleza y cultura.

Primer boceto del proyecto del Parque Juan Carlos I de Madrid, Junio de 1989.


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La autonoma del proyecto

El proyecto, aislado de su plasmacin real, adquiere unaentidad propia para convertirse por s mismo en un objeto de

contemplacin expuesto a la crtica. Sus formas, a caballoentre el cubismo y el constructivismo, configuran una precisasintaxis, una imagen que nos salta a la vista causndonos yauna sensacin. El proyecto es anterior al Parque, no solocronolgicamente, sino en el plano ontolgico.

Las formas del proyecto, que se corresponden en sumaterializacin con elementos del Parque, no tienen por quconcretarse necesariamente de la forma que en la que se han

actualizado. El espacio que ocupa el agua, por ejemplo, podraser el dedicado a los paseos, mientras que los elementosarquitectnicos podran haberse correspondido con jardines.La autonoma del proyecto respecto del Parque hace que stapudiera haberse materializado de varias maneras posibles apartir de aqul.

Pero es ahora, en el plano de su materializacin, cuando elobservador debe hacer un constante esfuerzo para aprehender

la totalidad de la obra. El visitante se halla inserto en la tramaque forman los elementos arquitectnicos del Parque y, de pors, no percibe el proyecto plasmado sobre el terreno. Es porello que una visin superior, desde la 5 fachada, hace

posible que el observador pueda, como si se tratase de lasfiguras de Nazca, percibir el proyecto-obra en su totalidad.

Lecturas para la interpretacin del Parque

A la autonoma del proyecto respecto de su concrecinmaterial da lugar a una concepcin holstica del mismo; elproyecto del Parque, y ste como un todo, es trasmisor de unmensaje independiente al que sus elementos nos puedan hacerllegar individualmente. As, es posible hacer ciertas lecturasinterpretativas del Parque Juan Carlos I.

Memoria de la ciudad

El Parque Juan Carlos I intenta reconstruir la ciudad ideal. Esimportante, en este sentido, su estructuracin en base a latrama hipodmica, emulando as el hecho de que la mayorparte de las ciudades nacen y se desarrollan alrededor de unro (la Ra). Asimismo, como tambin sucede en las ciudades,en su configuracin adquieren relevancia los paseos, plazas ylugares de reunin.

Son tambin notorios hitos como el Anillo circundante, en

clara referencia a las murallas de las antiguas urbes y losaccesos diferenciados de entrada al mismo, puertas de laciudad. En el interior del Anillo se encuentras los elementos


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Proceso evolutivo del proyecto del Parque Juan Carlos I.


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ms cuidados del Parque, diferencindose as de los mslibres de tratamiento sitos en su exterior.

Dimensin humanista

El Parque nace como un lugar ldico, construido a base deelementos naturales, en el que el ser humano desarrolla granparte de su actividad. Dado el carcter de centralidad queostenta, este lugar se convierte en el escenario donde elciudadano desarrolla gran parte de comportamientostrascendentales para su vida cotidiana: el paseo, la relacincon los dems, la meditacin, el descanso

El Parque, por tanto, rene gran parte de los elementosrelacionados con la actividad humana: msica (anfiteatro),arquitectura (plazas, prticos), geometra (trazado regulador),arte (esculturas) y fsica (el agua y su tratamiento).

Experimentacin de espacio pblico

El proyecto arquitectnico del Parque Juan Carlos I recoge ungran nmero de nuevos elementos artsticos y arquitectnicosque suponen una anticipacin de innovaciones en la

concepcin del espacio pblico urbano. As, gran parte de suselementos configuradores podrn ser trasplantados a losnuevos trazados de la ciudad en un futuro ms o menoslejano. En este sentido, es de resear la simbiosis que se da

entre la arquitectura propiamente dicha y las artes figurativas,por un lado, y con la vegetacin y el agua, por otro.

Lugar de recreacin

El Parque tambin puede ser entendido como una re-creacin,un volver a crear el proceso evolutivo que traza un continuumentre la naturaleza y la cultura. As, sobre el terreno existentese superpone el agua, la vegetacin, los animales y el hombre;la arquitectura, creacin de este ltimo, se asienta de formaarmnica sobre lo anterior.

Planos visuales: el paisajismo

La configuracin arquitectnica del Parque incide en elsentido visual del visitante al crear una serie de planos que,intersectndose y superponindose entre s, consiguenconfigurar diversas sensaciones de profundidad. Lacombinacin del Olivar con los hitos arquitectnicos, lospaseos con las lminas de agua o, la interrupcin de estas porpasarelas, por ejemplo, generan diversos planos perceptivosque cambiarn a medida que discurre el paseo.

La ubicacin de las diversas esculturas abstractas, que hace deeste Parque un autntico museo al aire libre, propiciaparticipar de esta concepcin paisajista al erigirse como hitosdesde los que se crean tramas visuales.


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As pues, el Parque no se crea a partir de una perspectivacnica, sino que se concibe a partir del arte abstracto. Estacontinua y cambiante superposicin de tramas y planos

generan un lenguaje que exige al espectador, el paseante, undilogo constante para su compresin. El ser humano, msque espectador, se convierte en protagonista del paisaje, puesla configuracin de ste depender del punto de vista deaquel.

Puerta de la ciudad

Por lo general, los parques y jardines estn concebidos de unmodo bidimensional, constituidos en el plano horizontal. Sin

embargo, el Parque Juan Carlos I se concibe con la pretensinde que, al margen de esa visin horizontal, exista otra decarcter cenital que permita al visitante visualizarlo desdediferentes puntos de vista y altura. El punto de mximavisualizacin estara colocado a lo largo de la lneaperpendicular a la superficie del terreno, haciendo posible queel observador pudiera percibirlo en su totalidad.

La situacin de Parque en las inmediaciones del aeropuerto,

unido a esta visin global del mismo desde la altura, hace quese constituya como una autntica Puerta de la ciudad que, dela misma forma que las figuras de Nazca, solo podra serdivisada desde el cielo.

El crculo

El Parque, con ciertas connotaciones histricas y cosmolgicas,se estructura a partir del Anillo dentro del que se encuentran

la mayora de los elementos arquitectnicos del mismo.


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III- ARQUITECTURA CONFIGURADORADEL PARQUE

Aunque en el Parque Juan Carlos exista una perfecta simbiosisentre la arquitectura, la jardinera y el agua, es posibleentresacar de la primera los elementos que sirven conreferentes configuradores de aqul, al tiempo que se erigen

como espacios estanciales para el visitante. En este sentido, sepuede decir que el diseo global del Parque quedaconfigurado a partir de un trazado de paseos de diferente tipoen el que se insertan hitos horizontales, las diferentes plazas, yverticales, las pirmides.

Los paseos

Los paseos cumplen la doble funcin de ofrecer lugares detrnsito al visitante y de configurar arquitectnicamente el

Parque. Las elocuentes diferencias entre ellos generan unadiversidad de sensaciones al paseante al estar imbricadosentre la jardinera y los diversos elementos arquitectnicos.

El Anillo Circundante

Simbolizando el lmite del Paraso Ordenado que se halla en

su interior, el paseo circular que lo delimita se constituye

como el autntico punto de referencia del Parque Juan CarlosI, un punto descentrado que ofrece innumerablesposibilidades de contemplacin paisajstica. La circunferencia,inmutable e infinita, es, no obstante, cambiante y heterognea.

No siendo un crculo perfecto, al existir dos discontinuidadesen la lnea de su circunferencia, hace posible que en su interiorcoexistan dos semicrculos ordenados con diferentearquitectura. El semicrculo norte se haya configurado con una

maya ortogonal que emula la ordenacin de las ciudades


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modernas; en tal estructuracin se insertan el olivar y el Jardnde las Tres Culturas. El semicrculo sur est configurado apartir de paseos lineales que buscan horizontes ilimitados en

los que se insertan algunas de las Pirmides, elementosreferenciales del Parque. Uno y otro diseo dan lugar adiferentes sensaciones para el paseante.

El paseo anular del Parque, la circunferencia que sirve en todomomento con su referente, no es homogneo; el paseo circularse divide en cuatro tramos que, emulando el continuo cambiode las estaciones del ao, simboliza de igual forma este eternocambio. Cada uno de esas partes est diseada de distinta

forma para significar los cambios meteorolgicos de lascorrespondientes estaciones que inciden en el nimo del serhumano. Asimismo, tal mutante arquitectura se haceacompaar de la diversa flora que jalona el paseo con el fin deambientar simblicamente la estacin correspondiente.

El Paseo Central

Relacionado con el proceso de entrada al Parque, simbolizadoeste por el paso elevado sobre la ra, tiene su inicio en la Plaza

del Recibimiento y, una vez adentrado en el crculo central,discurre configurndose como un mirador lineal hacia la zonasur del Parque, que se halla en un nivel topogrfico ms bajo.La masa central de olivos se alza como elemento configurador

de este paseo, haciendo funciones de remate, teln de fondoverde y simbolizando la naturaleza originaria de la zona, el

Olivar de la Hinojosa. El Paseo Central desemboca en la PlazaCentral, uno de los elementos arquitectnicos msimportantes del Parque.


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Paseos de la Ra

onformados de diferente forma al Anillo y al Paseo Central,los paseos que se extienden a ambos lados del cauce de la Ra

Central transmiten al paseante una sensacin de serenidad, derecogimiento. Un nuevo pasaje y unas nuevas sensaciones songenerados por un recorrido jalonado por diferentes clases devegetacin y efectos creados por la lmina de agua de la Ra.

El paseo interior presenta un recorrido suave, curvilneo, alresguardo de los taludes tapizados con toda clase devegetacin; tan solo irrumpen en dicho paseo arquitecturas

como la Proa, la Cua, las Columnas de la Plaza Central o laPasarela de la Lluvia, sugiriendo sensaciones de inestabilidad.

Por el contrario, el paseo exterior de la Ra, en la orillacontraria, se estructura con formas angulosas y lneas rectas,

Paseo exterior de la Ra Paseo interior de la Ra


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proporcionando diversas sensaciones por su mayorartificialidad. En dicho discurrir se superponen los distintosplanos conformados por las arquitecturas, arbolados y

geometras que salen al paso.Paseo de los Recintos

Inicindose desde una de las puertas del Parque ydiscurriendo diagonalmente a la retcula ortogonal delsemicrculo norte, el Paseo de los Recintos se presenta comoun itinerario ms intimista que los anteriores, en parte debidoa estar jalonado por cipreses. El paseante es invitado a lameditacin hasta llegar al Jardn de las Tres Culturas, uno de

los hitos escultrico-arquitectnicos del Parque.

Paseo de los Cipreses

Rompiendo diagonalmente la estructura rectilnea de lospaseos del semicrculo sur, ofreciendo as una alternativa a los

mismos, el Paseo de los Cipreses traslada al paseante desde laRa Central, situada en un nivel topogrfico ms alto, hasta elmirador del Lago. El paseo se halla protegido por una pantallade cipreses que conforma una arquitectura verde rectilneaque contrasta con la masa de olivos que se alfombra la zona.

Paseo de los Cipreses Paseo de los Recintos


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Las plazas

Lugares de encuentro y estanciales para el paseante, las plazasque alberga el Parque se configuran de diferente forma

dependiendo del lugar en que se encuentren. Asimismo, sonhitos arquitectnicos referenciales para el paseante.

La Plaza del Recibimiento

Preludio del Parque, se configura una gran plataformacuadrada en la que convergen dos de las direccionesestructurantes de la fisonoma de aqul: la retcula ortogonalde la Ciudad Ideal y el eje conformado por el Paseo Central,

trnsito ste entre el exterior y el interior.La Plaza contiene elementos que avanzan temticamente lacomprensin integral del Parque. Por un lado, el Mirador, quese asienta sobre una pirmide natural en la que se incrustanlas esculturas de Jorge du Bon, se configura como uno de lospuntos referenciales y de orientacin. Las Pilastras, por otro,con unas dimensiones monumentales, se constituyen enmarco del paisaje del Parque simbolizando la transicin desde

el medio urbano al natural.Asimismo, elementos naturales como lo son el agua,introducida como una lmina, y la masa arbrea, que

Plaza del Recibimiento (arriba). Plaza Central (abajo).


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constituye un ejemplo de arquitectura verde, suponen un

avance de dos de las temticas principales del Parque.

La Plaza Central

Situada, como su nombre lo indica, en la zona central delParque, es el lugar en el que confluyen las dos masas arbreasdel Olivar de la Hinojosa. Se erige, al estar elevada sobre laRa, como un magnfico mirador sobre la zona sur del Parquey la Alameda de Osuna.

Mencin especial merece la escalinata, que hace las vecestambin de gradero, punto donde convergen la Ra, el Olivar

y la misma Plaza. Es uno de los puntos de importanciaarquitectnica del Parque al que dota de un profundosignificado al hacer confluir sus tres elementos principales:agua, vegetacin y arquitectura. Por otro lado, lamonumentalidad de la Plaza la constituye como un espacioevocador de lo que sera la Ciudad Ideal que el Parquesimboliza.

Plaza del Este

Situada a nivel de la Ra, constituye uno de los dos puntos deinterrupcin del Anillo del Parque. En este lugar confluyen losPaseos de Primavera e Invierno creando un espacio estancialde encuentro. La monumentalidad del prtico central avisa al

Plaza del Este


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Juego de agua en la Plaza Sur

paseante de la interrupcin y la confluencia de losmencionados paseos con el puente sobre la Ra, que se adentraen el interior del Parque.

Plaza Sur

Surgiendo a los pies de la Pradera de las Cometas,aprovechando el desnivel de la misma, se abre un granespacio rectangular en cuyo centro se sita un juego de agua,

y que se constituye, en su lateral este, como un mirador desdeel que divisar varios de los planos arquitectnicos del Parque.Dos rampas dan acceso a una gran plataforma que,

aprovechando el desnivel, combina espacios estanciales con elescalonado descenso del agua hacia el Estanque Sur, sobre elque se alza asimismo como mirador. Otra rampa har llegar alpaseante al nivel de la Ra Central y al Paseo Interior,conformando todo el conjunto un proceso de cambio en el quelas distintas arquitecturas ofrecen al visitante sendosambientes para su paseo.

Las pirmides

Erigindose en diversos lugares del Parque, las cincopirmides se constituyen en elementos referenciales delpaisaje del mismo y, al tiempo, en miradores desde los quecontemplarlo en distintas direcciones. Asimismo, laconstitucin de estos hitos arquitectnicos supone todo unejemplo de aprovechamiento y reciclaje de escombros, pues selevantan a partir de las tierras levantadas para crear el Parque.As, ste tambin participa del simbolismo que ofrece lapirmide en la historia de la arquitectura.


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Pirmides exteriores

En las afueras del Anillo, como dos claros referentes visualespara el paseante, se levantan las dos pirmides de mayor

tamao del Parque. La Pirmide II, recordando a los antiguoszigurat mesopotmicos, se configura con un doble accesocompuesto por sendos caminos que, cindose a suestructura, ofrece al paseante una gran diversidad de vistassobre el Parque. Desde su cima, donde se halla la escultura deJos Miguel Utande, se domina la zona norte del mismo, elcampo de golf y, ms a lo lejos, el aeropuerto de Barajas.

La Pirmide V, tambin de grandes dimensiones, se sita al

este del Parque, dominando las vistas sobre gran parte delOlivar de la Hinojosa, el Lago y la arboleda de El Capricho.Se configura a partir de dos laderas de csped, que se utilizancomo rea de descanso, una compuesta por rboles y arbustosy otra truncada por un muro alineado con uno de los paseoslineales del semicrculo sur del Parque. En la cima se erige laescultura del japons Bukichi Inoue.

De menores dimensiones, junto a la II, se sita la Pirmide I,

ofreciendo el cierre del Parque respecto de los Feriales.

Pirmides III (al frente) y V (al fondo).


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Pirmides interiores

Dentro del anillo se alzan los otros dos elementosarquitectnicos. La Pirmide III es la que presenta un diseo

ms artificial. Una gran rampa empedrada constituye elpaulatino ascenso a la cspide en la que se erige Espacio

Mxico, la escultura de Andrs Casillas y Margarita Garcia .El ascenso, que se va estrechando a medida que se acerca a talhito escultrico, est flanqueado por dos laderas de arbustosque realzan ms el diseo arquitectnico de la pirmide.

De formas ms suaves, emulando una colina natural, laPirmide IV invita a la relajacin al permitir el descanso del

visitante a lo largo de su loma, sobre la que se crecen 17 olivosque simbolizan la importancia que la vegetacin tiene en elParque. Desde sta se dominan las vistas sobre la Ra y sobreel Lago.

Vista de la Pirmide III (arriba) y planta (izquierda).


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IV- EL AGUA, UNA NUEVA DIMENSINARQUITECTNICA

Siendo el agua un elemento esencial en la conformacin decualquier espacio ajardinado, en el Parque Juan Carlos Iadquiere una importancia que, ms all de su funcionalidad,incide en la creacin de una nueva dimensin arquitectnica.As, junto a la arquitectura propiamente dicha y a laconformacin de desniveles orogrficos, el agua configura unplano arquitectnico ms del Parque, en este caso horizontal.Asimismo, el agua invita a crear elementos arquitectnicosque, como los pasos sobre la Ra o los balcones y miradores, seconfiguran como hitos dentro del paisajismo del Parque, almargen de su funcionalidad.

Las lminas de agua

Las diferentes lminas cumplen una funcin ordenadora delespacio; tanto separan las diferentes zonas temticas delmismo como las unen suturndolo. No se puede soslayartampoco la vertiente sonora del agua que, junto con la visual,

Vistas nocturnas de la Ra (arriba) y el Lago (abajo).


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conforman un contexto ambiental paralelo al de la botnica.Los sonidos producidos por grgolas, juegos de agua o suavesdesniveles inciden en estimular la emotividad del paseante.

La Ra Central

Contrapunto al Anillo, el recorrido principal del Parque, la Rase configura como la alternativa acutica al mismo; elrecorrido en barca por sus 1.900 metros supone una nuevavisin del Parque, de los elementos que lo conforman, altiempo que lo estructura en sus dos grandes zonassemicirculares.

De aspecto intencionadamente artificial, a la Ra Central seasoman varios de los elementos arquitectnicos msrelevantes del Parque: el Anillo, que corta en tres de suspuntos, y del que sobresale por el norte, el Paseo que laacompaa por su borde; las Pirmides III y IV, la Pasarela dela Lluvia, la Plaza Central y los conceptos arquitectnicoscomo la Proa y la Cua; todos estos elementos hacen que laRa adquiera un aspecto esttico distinto a cada paso,conformando su particular paisajismo.

El Lago

Escenario acutico que, contrariamente a los canales, dota a lazona de una gran serenidad y quietud. En ste se encuentran

Planta de la Ra


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varios elementos simblicos del Parque, como la isleta de losolivos, la plataforma rectangular que se introduce en l, elmirador y las esculturas de Paul van Hoeydonck.

El Lago queda dividido en dos partes por el puente quehabilita el paso del Anillo y que conforman dos ambientesdiferentes. El interior es ms recogido, propenso para lareflexin y relajo, mientras que el exterior se configura deforma lneas con el fin de habilitar el paseo sito entre ste y lapradera.

El Canal

Es el elemento originario del anillo acutico, desde donde sevierte el agua a los estanques norte y sur de los que nace la RaCentral. Ubicado en la zona que da acceso al Parque, seconfigura como un elemento simblico y conceptual delmismo; al estar enclavado en un valle artificial, supone unlmite entre el exterior y el interior, un elemento de transicin,que debe ser salvado mediante el paso en alto de la PuertaPrincipal.

Los EstanquesEl Canal finaliza en sus extremos norte y sur en sendasconfiguraciones arquitectnicas que posibilitan que el aguadiscurra entre estanques para unirse con la Ra Central en sus

El Canal


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dos correspondientes extremos. Tales espacios conjugan eljuego de desniveles por los que el agua transita con losespacios estanciales para los visitantes, haciendo de estaszonas lugares ambientados visual y sonoramente.

El Estanque Norte presenta una estructura escalonada quepermite que el agua vaya bajando por un juego de suavescascadas; la parte colindante con el Anillo queda jalonada poruna fila de columnas paralelas al mismo que acompaan el

pasear de los visitantes produciendo sensaciones con sucontraste con el agua. Unas isletas, extensin de la ribereapradera, separan esta zona de la ms interior, que quedaresguardada por muros y miradores en alto. Una bveda desurtidores marca la unin del estanque con la Ra Central.

El Estanque Sur supone una zona ms estancial en la quezonas de descanso se intercalan con los aljibes. Estos se nutrende dos grandes grgolas por las que se precipita el agua del


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Canal y desembocan en otras veintisiete, de ms pequeasdimensiones, que vierten la vierten a un estanque ms grande.Esta lmina de agua queda interrumpida por la isleta en laque se sita la escultura de Toshimitsu Ima y queda unidacon la Ra por una suave rampa por al que el fluido se deslizasuavemente.

Los pasos sobre el agua

La arquitectura se funde con el tratamiento que se le da alelemento acutico mediante la creacin de diversos pasossobre el mismo que, dependiendo del lugar, adquirirn una uotra configuracin. En todos los casos, al margen de la

funcionalidad de las pasarelas, todas ellas participan en elconcepto paisajista del Parque al obtener notables efectosestticos en su conjuncin con las lminas de agua. Asimismo,tales pasos se constituyen en miradores que dominan susrespectivas zonas adyacentes.

El arco formado entre sus dos puntos de apoyo en laspasarelas metlicas rompe con la linealidad de su paso. stasestn provistas de una zona estancial en su trayecto gracias al

doble acceso, por rampa y escalera, que tienen desde uno desus extremos. En su contacto con el suelo, surgen hitosarquitectnicos referenciales para el paseante que sealan lospuntos de paso sobre la Ra Central.

La interseccin del Anillo con la Ra Central es tratada con lacreacin de puentes apoyados en pilares circulares que dancontinuidad al paseo al tiempo que ofrecen vistas sobre lasuperficie del agua. Asimismo, y debido a su colocacin,tambin adquieren una importancia simblica al significar eltrnsito de estaciones. El contraste de los mencionados pilarescirculares con la superficie del agua genera bellos efectosestticos que se potencian por la noche con la iluminacin delos puentes.


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La Pasarela de la Lluvia es una estructura porticada apoyadasobre dos filas de columnas de hormign en la que quedasuspendido un tablero inclinado. Un sistema de pulverizacinde agua a lo largo de su trayecto produce, al margen delrefrigerio del paseo en los das estivales, un efecto de arcoris,reforzando as el paisajismo de la zona.

Por ltimo, el Puente de Acceso, sobre el que se sita elprtico, salva el Canal siendo un hito orientativo y referencialdel Parque.

Los balcones sobre la ra

Otro de los ejemplos en los que la arquitectura y el agua vande la mano en el Parque son los elementos englobados dentrode esta categora. El hormign que los constituye en susvariadas formas, adems de componer figuras estticas en smismas, interactan con la Ra para obtener determinadosefectos visuales.

La CuaEs el elemento ms abstracto y misterioso del Parque, estandosu significado a caballo entre dos interpretaciones: de un lado,se presenta como una compensacin por la desaparicin delAnillo producida por la irrupcin de la Ra. De otro, tambinse presenta como una cuchilla clavada en la ladera para, de

esta forma, volar sobre la Ra. Ambas interpretaciones estnrelacionadas, pues esta cuchilla podra corresponderse con

la porcin de Anillo desaparecida.

Este elemento est cosido al terreno de tal forma que tambinpuede interpretarse como una posible salida del recintointerior. El Paseo de la Ra discurre por debajo entre columna


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que emulan el tratamiento gaudiano en el Parque Gell deBarcelona.

La Proa

Elemento formado por dos muros de hormign convergentesvolcado hacia la Ra. Surge por el hecho de mantener elterreno del olivar en su cota original, conectando ste con elPaseo de la Ra mediante sendas escalinatas contiguas a losmencionados muros. La plataforma superior se erige comomirador del Parque al tiempo que es el soporte de la obra deAmadeo Gabino, Homenaje a Galileo Galilei.

La Plaza Central

Otro elemento arquitectnico enlazado con el tratamiento quese le da al agua en el Parque es la Plaza Central, cuyaproyeccin en el espacio, materializada por una estructura devigas e hormign, penetra en la Ra consiguiendo un efecto defusin entre la arquitectura en s y el medio acutico.

Juegos de agua

Con una clara pretensin esttica, aunque tambin funcional,al erigirse como elementos de referencia visual en algunoscasos, el Parque acoge a lo largo de su extensin determinadosjuegos de agua que varan entre los geiseres hasta las matrices

tridimiensionales, pasando por nubes cromticas y bvedasde agua. El punto culminante de esta categora es la fuenteciberntica que se halla en el Auditorio

Proyeccin de la Plaza Central sobre la Ra


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V- ARQUITECTURA VERDELejos del habitual papel ornamental que la arquitectura haotorgado a la jardinera, sta es en el Parque un elementoarquitectnico y paisajstico ms hasta el punto que no sepodra comprender el proyecto original sin contar con ste.Empezando por la recuperacin del Olivar de la Hinojosa,procedente del siglo XVIII, que estructura y condiciona gran

parte del proyecto y diseo del parque, para terminar con elcarcter marcadamente paisajista tanto de este elemento comode los dems componentes de la jardinera del Parque, sepuede decir que todos ellos confluyen en el concepto dearquitectura verde.

El carcter dinmico de esta arquitectura verde, el crecimientode los ejemplares arbreos y la mutacin estacional de lavegetacin, harn que el Parque adquiera un paisajismo

evolutivo.

Por otro lado, la gran variedad de especies vegetalesexistentes en el Parque, reminiscencia de la importancia

botnica del cercano Jardn Histrico de El Capricho, hacen

que aqul adquiera una importante dimensin didctica decara al visitante, quien podr instruirse sobre aquellas graciasa una adecuada cartelera explicativa.

El Olivar y la Pirmide III


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El Olivar de la Hinojosa

Uno de los conceptos del Parque Juan Carlos I es el respeto ypreservacin del Olivar de la Hinojosa, el elemento ms

importante del emplazamiento a nivel ecolgico ymedioambiental. En las 220 Has. destinadas a la creacin delParque subsistan un total de 2.202 olivos distribuidos en ochogrupos que ocupaban un total de 21 Has. Con el fin de unirestos grupos diferenciados se trasplantaron otros 600ejemplares.

En la actualidad, el de la Hinojosa es el olivar ms importantede la ciudad de Madrid, no ya solo por su extensin, sino por

el trabajo realizado para su recuperacin. Asimismo, su

insercin en la trama arquitectnica del Parque Juan Carlos Iensalza todava ms su valor cultural.

Origen histrico

El Olivar debe su nombre al Tesorero General de Hacienda entiempos de Felipe V, Nicols de la Hinojosa, quien aprincipios del XVIII no dud en distraer dinero pblico con elfin de adquirir esta finca que contaba con un total de 368 Has.As, el actual Olivar de la Hinojosa quedaba inserto en unamasa verde mucho mayor compuesta por 10.000 olivos y50.000 cepas que se extenda entre los trminos de Canillas,Barajas y Rejas, en cuyo centro se eriga la conocida Casa de la

Hinojosa, en la actualidad desaparecida. No sera esta la nica


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compra que realizara con el expolio de los 4,5 millones dereales que progresivamente fue extrayendo de las arcaspblicas.

Las tierras de la zona Este de Madrid eran muy apreciadas porla aristocracia de la poca, como as lo atestiguan las antiguasfincas de recreo de Torre Arias y, por supuesto, El

Capricho. Precisamente esta ltima se nutrira de las aguas

subterrneas del Olivar de la Hinojosa.

La recuperacin del olivar

Cuando se iniciaron los trabajos para la creacin del Parque,debido a la falta de cuidados y a las recogidas incontroladas

de aceitunas, el olivar presentaba un estado muy avanzado dedeterioro. Para su recuperacin se procedi a la eliminacinde las partes semipodridas de los ejemplares, al drenaje de lasoquedades con paredes delgadas y a la limpieza de los troncospara evitar la rpida propagacin de cualquier incendio.


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A continuacin, se procedi a una exhaustiva poda paraeliminar los deterioros que podas anteriores podran haberproducido. En este sentido, se eliminaron ramas y tocones quepresentaran sntomas de ataques parasitarios o de sequedad.Tuvo lugar tambin una poda de carcter esttico con el fin dearmonizar el conjunto del olivar con ejemplares mshomogneos morfolgicamente.

Simbiosis Olivar-Parque

El respeto hacia el Olivar de la Hinojosa no solo desemboc ensu recuperacin sino en su insercin en el Parque como unode sus elementos principales, siendo uno de los

condicionantes para su configuracin. La presencia del Olivarse hace patente en algunos de sus elementos msrepresentativos, como en El Laberinto, donde olivos originalesconviven con los arbustos bajos que conforman aqul; en laPirmide IV, en la que 17 ejemplares jalonan su irregularcresta; en la isla del Lago, donde tres olivos testimonian losque existieron en origen en aquel lugar; y en la Plaza del Este,donde simbolizan el paso del Paseo de Invierno al dePrimavera.

Las sendas botnicas

Ligadas a los cuatro paseos de subdividen el Anillosimbolizando el paso de las estaciones, las sendas botnicas

proporcionan al visitante un nuevo elemento paisajista. En eltrasfondo de todo esto est la inextricable relacin del serhumano con el rbol, con el mundo vegetal, que tiene sumxima expresin en el papel central que las zonas verdestienen en las ciudades contemporneas. Los recorridosbotnicos se erigen, asimismo, como espacios didcticos en losque el visitante pues informarse sobre las diversas especiesque los componen gracias a la cartelera informativa que lasacompaa.

Paseo de Invierno

Aun estando en la zona menos agradecida del Parque, elPaseo de Invierno pretende realzar la belleza de esta estacinmediante los juegos visuales que proporciona la presencia delagua, que pueden ser contemplados desde los miradores enlos que quedan constituidos los dos pasos elevados sobre laRa Central que realiza el Anillo. La vegetacin, acorde con la

poca, es escasa y est compuesta por rboles de hoja perenneen su mayora, que contrastan con las ramas y la cortezablanca de los abedules cuyas hojas germinarn en la estacinsiguiente.


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Plano en el que se sealan las sendas botnicas correspondientes con los cuatro paseos que componen el Anillo.


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Paseo de Primavera

Un grupo de olivos que simbolizan la germinacin de lasemilla aletargada durante el invierno abre el Paseo de la

Primavera, que se extender desde la Plaza del Este hasta, unavez descendido de nivel, el paso elevado sobre el Lago. Elvisitante es invitado a recorrer, a su vez, otros senderosaccesorios al Anillo en los que se asientan grupos de rboles yarbustos caducifolios que ofrecen la cromaticidad propia de laestacin. Olmos, acacias, rboles del amor o castao de lasIndias jalonan un paseo que gana en anchura respecto delanterior, haciendo posible panormicas paisajistas en las queintervienen las lneas proyectadas por las pirmides IV y V del

Parque.

Paseo de Verano

El agua, uno de elementos bsicos del Parque, y la sombraproyectada por frondosos ejemplares refrescarn este paseoque, de igual forma que el de primavera, se complementa consendos paseos paralelos a ambos lados del Anillo, en los quese asentarn gran parte de los arbustos que, ya florecidos en

esta estacin, dotarn la estancia del visitantes de unacromaticidad y fragancia que emula la poca estival. La rosade Siria, la cincoenrama, la sfora o la morera, entre otras,crecen a la vera de grandes pinos pioneros, pltanos o


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cipreses, estos ltimos preludio del otoo. El paisajismovuelve a ser relevante gracias el mirador que constituye elpuente sobre el Lago, desde donde el visitante puede disfrutarde las vistas hacia el interior del Parque y hacia la frondosaarboleda de El Capricho

Paseo de Otoo

El cruce entre el Paseo Central y el Anillo permite que stequede convertido en el Paseo de Otoo, en el que laespaciosidad del mismo es acompaada por el espectculocromtico de los tonos rojizos de los robles americanos yamarillentos de ginkgos y chopos. Las distintas especies

arbreas que componen la senda tambin se asientan en dos

plazas anexas al paseo: la Plaza de Anna Frank, de carcterestancial, y otra de transicin hasta el Estanque Norte. En todomomento, los confines del Parque se recortan respecto delltimo horizonte, la Sierra de Madrid.

La estufa fra

La Estufa Fra del Parque Juan Carlos I se concibe como unjardn climatizado didctico, se compone de dos reasclaramente diferenciadas: por un lado, el rea de exposiciones,que constituye el Museo de la flora del clima Mediterrneo, y,por otro, el rea de umbrculos, el Jardn de ClimaMediterrneo, lugar en el que el visitante se adentra en el

mundo vegetal. Es precisamente esta ltima rea la que

Vista exterior de la Estufa Fra. Vista interior de la Estufa Fra


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arquitectnicamente presenta un mayor valor al configurarsecomo un espacio abierto y cerrado simultneamente, en el quelos lmites entre lo interior y exterior quedan diluidos.Contribuyen esencialmente a la creacin de este efecto laestructuracin de los cerramientos que se conforman en base asucesivas pieles a su vez.

Arquitectura postindustrial

La Estufa Fra, situada en la parte central del Parque JuanCarlos I de Madrid, para por ser un notable ejemplo dearquitectura postindustrial. Constituyendo un viaje iniciticoal mundo de la botnica, su concepto es el de un contenedor

de naturalezas que remite al de las manos protectoras delmundo natural. Se trata de una estructura compuestabsicamente por tres elementos: el hormign, como baseconstructiva, el acero, predominante en cubrimientos, y elpropio vegetal, como configurador del espacio interior,verdadero protagonista del edificio.

La construccin, del ao 1996, es de base rectangular, y estconstruida en hormign y cristal, semienterrada, con cubierta

y laterales constituidos por lamas de hormign. Su superficiees de 4.000 m2 y su altura de 12 m. Su eje mayor est


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orientado oeste-este, quedando la mayora de las superficiescultivables expuestas al norte-sur, con una pendiente queprotege parcialmente en su lado Norte.

Espacio climatizado

La Estufa Fra no dispone de ningn mecanismo generador decalor, sino que produce sombra, humedad y aire fresco atravs de techos formados por lminas de hormignorientadas para difuminar la luz solar y crear las zonas depenumbra adecuadas para refrescar las plantas. Adems, unosaspersores de agua generan la humedad suficiente para evitarque las plantas se hielen en invierno. Estos elementos y un

leve soterramiento en el terreno consiguen una climatizacinnatural que permite albergar una variedad de plantas quehabitualmente no sobreviven en el clima de Madrid.

220 variedades botnicas

En la Estufa Fra del parque Juan Carlos I conviven 220especies y variedades botnicas, entre las que se encuentranejemplares tan exticos para el clima de Madrid comobambes, palmeras, ctricos, helechos y plantas acuticas.Estn distribuidas en 12 zonas que recrean atmsferas yambientes propios como, por ejemplo, el bosque de riberas o

el jardn japons. Tambin cabe subrayar, en el exterior, eljardn autctono de clima mediterrneo.

Senda botnica de las Tres Culturas

Se tratar ms adelante la importancia arquitectnica ypaisajista del Jardn de las Tres Culturas, pero es necesariohacer referencia a la cuidada jardinera que se entremezcla contales aspectos. El Jardn, diseado para simbolizar laconvivencia entre las culturas judaica, islmica y cristiana enEspaa durante la Edad Media, recoge la variedad de especiesvegetales (rboles, arbustos) que eran tpicos de aqullaElVergel de los Granados (el jardn judo), a modo de oasis en el

desierto, contiene en su interior arbustos como vides,granados, mirtos y rboles como cipreses y olivos. La Estanciade las Delicias(el jardn islmico) alberga especies como la rosa,el jazmn, lilas o el naranjo, que aportan toda su fragancia alenclave. Por ltimo, el Claustro de las Cntigas (el jardncristiano), acompasando su estilo austero, recoge arbustoscomo el romero, la lavanda, el lirio o el laurel, y rboles comoel manzanEstos tres jardines, presididos por las palmeras delEl Paraso, tienen al agua como elemento comn, la cual es

tratada de


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diferentes maneras, emulando las respectivas formas quehacan tales culturas en sus jardines.

El Naranjal, el Laberinto y los Jardines Monotemticos

Lejos de ser elementos aislados sin referencia al conjunto queconforma el Parque, estos tres hitos de la jardinera se insertanen el contexto paisajista del mismo aportando diferentessensaciones al paseante.

El Naranjal se compone de un plano enterrado unos cuatrometros bajo la superficie de la pradera donde se halla; estohace que est protegido del fro y, al tiempo, que se constituya

en un espacio recogido y tranquilo. Sobre el mismo levita laescultura de Miguel Berrocal, Manolona Opus 397, haciendodel conjunto un llamativo elemento que conjuga estticamentela jardinera y el arte.

El Laberinto irrumpe en la linealidad de los paseos y en elOlivar del semicrculo interior rozando la falda lateral de laPirmide III, insertando unos y ejemplares del otro en suentramado. Est compuesto por arbustos de escasa alturaemulando los antiguos parterres, y se divide en dos partesintercaladas: un laberinto infantil, cuadrado y de pequeasdimensiones, y otro para adultos, circular y de un tamaobastante mayor.

Por ltimo, los Jardines Monotemticos se extienden entre lafalda lateral de la Pirmide III y el Anillo, transmutado enPaseo de Verano. Concebidos como un jardn interior, seconfiguran como una estructura escalonada que permitedivisar, desde su punto ms alto, el Lago y los rboles de El

Capricho. Estn presididos por la escultura de Leopoldo

Maler, Los Cantos de la Encrucijada.

Las praderas

Merece, asimismo, mencin la utilizacin del csped paraconformar las praderas que se distribuyen por determinadas

El Naranjal


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zonas del Parque. Tales praderas no slo cumplen una funcinestancial para el visitante, sino que tambin tienen uncomponente paisajstico que las hace estar imbuidas del valorcultural que acompaa a los dems elemento del mismo.

Se ha hecho muy popular, por el paulatino uso que losvisitantes de han dado a lo largo del tiempo, la Pradera de lasCometas; situada entre el Prtico de acceso y la Plaza Sur, estaextensin aprovecha perfectamente las corrientes de airedebido a su posicin elevada respecto al restos del Parque.Esto mismo hace que se convierta en un mirador naturaldesde el que contemplar los diversos planos arquitectnicosde ste. La pradera est surcada por el Canal propiciando la

creacin de un valle por donde transita el paseo paralelo almismo.

Es de resaltar tambin el valor paisajstico de la pradera que sesita en el margen SE del Parque. Su elevacin respecto alnivel del Lago hace que la Av. de Logroo, vial que discurreparalelo a dicho margen, quede oculta a la vista del visitantehaciendo que el plano visual del Parque se una con los rbolesdel Jardn Histrico de El Capricho, situado al otro lado del

vial.

Entre el Paseo de Verano y los Jardines Monotemticos se abreotra extensin de csped que conforma otra pradera que

desciende paulatinamente hasta desembocar en el nivel delagua del Lago. La visin producida, tanto desde la praderacomo desde el Lago, hace que la visin de ambos adquierauna continuidad respecto del otro.

Isletas de la Pradera del Estanque Norte


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VI- EL JARDN DE LAS TRES CULTURASEl Jardn de las Tres Culturas, obra de la paisajista argentinaMyriam Silber Brodsky, est situado dentro del Parque JuanCarlos I de Madrid, y pasa por ser un notable ejemplo dearquitectura semitica, destinada a hacernos llegar un mensajea travs del lenguaje de los distintos elementos que locomponen. Al margen de aqullos que tienen una ms clara

referencia, ser la geometra la que dote al conjunto de undiscurso unitario, la que nos haga llegar el sentido profundode la obra proyectada: la existencia de una esencia ltima ytrascedente a las tan diferentes como equiparables culturasdeviene en la implantacin de los valores ticos universales dela tolerancia y la convivencia.

El Jardn, si bien no compone un crculo cerrado, se configuraen base a una estructura circular que se expande desde unpunto central desde el que se irradian crculos concntricosque, a modo de gradaciones del ser, dan lugar al surgimientode ciertos elementos cuadrados. El punto central y el crculo

El Arbol del Bien y del Mal.


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Plano general del Jardn de las Tres Culturas.


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irradiado desde l, simbolizan la perfeccin, la homogeneidadfrente a la estabilizacin e inmovilismo que denotan loselementos cuadrados, copias stos defectuosas de aqul.Dicho de otro modo, y centrndonos en el mensaje que

expresa el Jardn, el Paraso ideal y perfecto tiene susmanifestaciones mundanas en las diferentes culturas yreligiones. En este caso concreto, sern estas manifestacioneslas correspondientes a las culturas cristiana, islmica yjudaica, las que convivieron en Espaa durante la EdadMedia.

El lenguaje de la geometra implantado en la arquitectura nostrasmite ese mensaje que Myriam Silber Brodsky quiere

hacernos llegar: no slo las culturas y religiones de estemundo no son superiores unas a otras, sino meramentecontingentes. Esta idea queda todava corroborada con elhecho de que el crculo en el que se proyecta el jardn no estfsicamente concluso, pudiendo dar a entender que podrahaber otras manifestaciones mundanas del mismo Parasocentral del mismo rango que las ya existentes. En definitiva, lanecesidad de un Dios en sentido metafsico frente a lo

accesorio de las religiones.


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El paraso

Simbologa: el anhelo por lo perdido

Como todo mito, el del paraso tiene varias interpretaciones enel texto bblico. Su inclusin en la estructura del Jardn de lasTres Culturas responde a la cristalizacin de algunas de ellas.El paraso, en un primer momento, es aquello que se haperdido y que, por tanto, se anhela en el presente, que obracomo horizonte al que dirigir tanto el intelecto como accin.

As, y desde una perspectiva gnoseolgica, el intento dealcanzarlo escala el conocimiento humano desde la simpleintuicin hasta el conocimiento mstico, pasando por laevocacin y la interpretacin filosfica. La existencia delParaso obliga al ser humano a ese esfuerzo intelectivo parallegar a l.

Por otro lado, si el Paraso nos obliga a un esfuerzo intelectivopara su conocimiento tambin nos impele a una accin moralque nos acerque progresivamente a ese mundo prstino en elque no exista la dualidad entre el Bien y el Mal.


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Descripcin general

El trayecto por una pasarela, a modo de viaje inicitico,desemboca en una elemento desde cuyo centro se levantan

dos pilares de hormign que simbolizan El rbol de la Vida,vnculo del hombre con lo trascendente; desde all se abrenpaso cuatro acequias, representando los cuatro ros quesurcaban el Paraso segn el Gnesis, que desembocan en otraque, circundando la zona, la estructura de forma circular.Desde all descienden tres escalinatas hacia los jardines quesimbolizan cada una de las tres culturas, dando as a entender,por estar en una situacin de elevacin con respecto a stos, latrascendencia y supremaca jerrquica de aqul.

Los jardines, que representan a cada una de las culturas,tienen una planta cuadrada y estn al mismo nivel unos queotros, indicando as la equiparacin jerrquica de cada una deellas. Queda as reflejado en ellos el intento de estas culturaspor recrear en la tierra el Paraso a ellas trascendente. Por otrolado, se hace notar la existencia entre los jardines cuadradosde senderos que los unen evocando la necesidad deacercamiento y dilogo entre las culturas

El Claustro de las Cantigas

Simbologa: el microcosmos

La alta Edad Media fue un periodo de continuas guerras einvasiones, demasiado turbulento para que el acerbo culturalhubiese podido subsistir por s mismo. Tal cmulo deconocimientos solo pudo ser preservado en los monasterios.

El jardn medieval no se abre hacia afuera sino que,simbolizando esa defensa frente al exterior, lo hace haciaadentro. El jardn, debido a esta tesitura, debe contener en stodos los elementos que simbolizan la vida y el conocimiento.Es, en definitiva, un microcosmos.


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De planta cuadrangular, en su centro se instala un elementosimblico desde el que se desarrollan, siempre de formageomtrica, el resto de los elementos.

Descripcin generalEmulando el claustro de un convento, una columnata enmarcael recinto cuadrado en cuyo centro se erige un templete cuyaforma evoca los arcos de medio punto de una catedral gtica.Tal templete queda circundado por un gradero que delimitacuatro pequeos estanques. Desde el punto central seextienden cuatro trayectos que estructuran la planta del jardnen forma de cruz. Particularmente significativa es la

colocacin de una campana que pende del prtico de entradaal jardn.

La Estancia de las Delicias

Simbologa: la abundancia

El jardn, para los musulmanes, es el fiel reflejo en la tierra delparaso celestial. Queda configurado de forma que cualquiercarencia terrenal quede erradicada.

El principio bsico del jardn musulmn es el oasis, lugar deabundancia en medio del rido desierto. El viajero es acogidopor su frondosa sombra y por la gran variedad de frutos de


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sus muchas plantas. El agua, el elemento ms apreciado enclimas desrticos, es parte esencial del jardn, simbolizando asfertilidad, frescor y vida carente de sufrimientos.

La perfecta geometra del jardn islmico diferencia esteparaso terrenal del caos exterior produciendo, adems, unaostensible sensacin de calma y seguridad.

Descripcin general

La perfecta geometra del jardn islmico, que hace referenciaal refugio del orden implantado en su interior frente al caosexterno, queda sustentada por un octgono en cuyo centro se

levanta un pabelln con puertas direccionadas a cada uno desus lados. Dentro del mismo se erige una fuente que la quemana el smbolo de la vida, el agua, que, rebalsando su plato,anega un estanque inferior al pabelln mencionado del queparten dos acequias que desembocan en sendas tranquilasacequias.

El Vergel de los Granados

Simbologa: la fertilidad

Vergel, huerto con abundante variedad de frutos y flores. Lafertilidad del terreno conseguida a partir de un manantial de

agua marca la cultura hebrea de los tiempos bblicos, la cualgira en torno a los ciclos agrcolas de siembra y recolecta.El jardn hebreo, que encuentra su principio bsico en elhuerto, es un lugar diferenciado respecto al desierto exterior,

un recinto amurallado que combina sabiamente la obrahumana y la naturaleza. Una visin plenamente ecologista.Elagua sigue siendo el elemento bsico, alrededor del cual girala existencia del jardn y de la ciudad circundante.


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Descripcin general

Emulando el trazado ortogonal de las ciudades de la antiguaJudea, queda el firme del jardn delineado en base a una

cuadrcula nicamente rota por el dibujo de la estrella deDavid, el cual queda ligeramente ladeado con respecto alcentro. Del interior de la estrella surge una fuente en alto cuyaagua emanada baja por una estructura espiral hasta unaacequia que, recorriendo irregularmente el recinto, desembocaen una alberca. El recinto se halla delimitado por la imitacinde unas murallas de una imaginaria ciudad judaica.


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VII- LA SENDA DE LAS ESCULTURASEl Parque naci con el objetivo de convertirse en un espaciointegrador de las artes, confirmndolo al servir como espaciode exposicin permanente de la mayor coleccin de esculturasal aire libre de Espaa. Con motivo de la celebracin de lacapitalidad Europea de la Cultura recada en Madrid en 1992,una serie de escultores de reconocido prestigio internacional

desarrollaron sus obras en diferentes lugares del Parque.

El diseo de las obras y su ubicacin sera una labor quellevaran a cabo los artistas estando en permanente contactocon los arquitectos que disearon el Parque, por lo que talesesculturas se insertan en la trama arquitectnica del mismo.

Progresivamente, a las diecisiete primeras esculturas, se hanido adhiriendo otras con el fin de conformar un autnticomuseo al aire libre.

Imagen nocturna de Espacio Mexico (Andrs Casillas y MargaritaCornejo)


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Relacin de esculturas y autores

Monumento a Don Juan (Vctor Ochoa). Situado en la glorietade entrada al Parque, este monumento fue inaugurado en

1994 tras la muerte del homenajeado. Se trata de un busto enbronce erigido sobre un monolito de acero. Su altura asciendea 16 metros.

Viga (Jorge du Bon). Obra que enlaza la arquitectura con laplstica en una combinacin de materiales de gran robustez,lo que unido a lo elevado del terreno dota a la pieza de unagran majestuosidad.

Manolona. Opus 397 (Miguel Berrocal). Escultura que ofrece

mltiples puntos de vista, sus formas de inspiracin humanase entrelazan en un juego de tensiones de evocacin clsica,pero ahora reinterpretados por la mano del artista.

Encuentros (Mustaffa Arruf). Obra conmemorativa del VCentenario de la ciudad de Melilla, forma parte de unacomposicin repartida entre Bruselas, Melilla y Madrid comohomenaje a la interculturalidad.

Fisicroma para Madrid(Carlos Cruz Dez). Original pieza en lasque forma y color se combinan sorprendentemente. Basada enuna secuencia laminar de multitud de colores proyectada por


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A i i C l l B j di i BIC


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toda la obra y en los efectos visuales producidos en funcin dela luz y posicin del viandante.

Sin ttulo(Jos Miguel Utande). Escultura abstracta inscrita en

un cubo virtual de tres por tres metros. Habiendo sidoinstalada sobre la Pirmide II del Parque, se erige como unautntico referente visual de la zona norte del mismo.

Pasaje Azul (Alexandru C. Arghira). A medio camino entrearquitectura y escultura, la obra se sintetiza con el entornoutilizando idnticos materiales vegetales, creando suavesondulaciones que discurren paralelas al paisaje circundante.

Homenaje a Galileo (Amadeo Gabino). De clara intencin

potica, los diversos elementos giran en torno a un vacocentral. La grandiosidad constructivista, los diversos juegosde planos de cada pieza y rigor de las lneas y movimiento delconjunto, transfieren a esta pieza unidad y diversidadsimultneas.

Dedos (Mario Irarrzabal). Escultura monumental figurativade gran carga simblica, tiene especial fuerza su carcterinsinuante al mostrarse saliendo de la tierra. Simboliza la

indefensin a la que estamos expuestos antes fuerzasamenazadoras.

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Sin ttulo(Dani Karavan). Creada como elemento de entrada alas plantaciones de olivos, nico elemento original del Parque,pretende establecer un dilogo entre el hombre y la naturalezamediante varios elementos integradores.

Los Cantos de la Encrucijada (Leopoldo Maler). Monumentalpieza que se alza sobre el eje del canal que discurre a su lado.Consta de dos piezas: la exterior, emulando a las pirmidesprecolombinas, y la interior, a la que se accede por un angostopasadizo.

Espacio Mxico (Andrs Casilla y Margarita Cornejo).Concibindose como una gran obra arquitectnica al modo de

las pirmides precolombinas, es una de las piezas mscaractersticas del Parque. Adems, por su vistosidad, es unode los puntos de referencia visuales para el visitante.

Viaje Interior(Michael Warren). Su mimetismo con el entronopor el empleo de materiales orgnicos y su situacin hace quesea difcil encontrar tal esta escultura. Eso es lo que el artistabusca realmente, un viaje interior, una reflexin personal.

My Sky Hole / Madrid(Bukichi Inoue). Situada en la cima de la

Pirmide V, se trata de una semiesfera pulida que refleja escielo que nos rodea; un intento de comunicacin universal yde reflexin entorno a nosotros mismos.

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Asociacin Cultural Barajas, distrito BIC Parque Juan Carlos I de Madrid

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Eolos (Paul van Hoeydonck). En la zona del Lago se nosaparece esta pieza surgiendo de sus aguas. Sus formashumanoides hacen referencia a la sucesin generacional, alfamilia y al legado de la sangre.

Homenaje a Agustn Rodrguez Sahagn (Toshimitsu Imai).Creacin inspirada en el jardn japons, o ishigumi, comometfora de la naturaleza. En ella se distribuyenasimtricamente diversas rocas (simbologa oriental de loeterno) cubiertas de pan de oro, como referencia al mundo delo espiritural.

Paseo entre dos rboles (Jorge Castillo). Contraste entre la

naturaleza viva y muerta, nos sorprende esta pieza por suaparente estado catico. Una maraa de hierros semejando lasramas sobre las que se posan unas siluetas de pjaros.

Monumento a la Paz(Yolanda dAusburg). Escultura en la que,pese a la rigidez de los materiales, se busca en todo momentouna plasticidad envolvente.

Holocausto(Samuel Nahn). Un lugar dedicado a la reflexin,a la meditacin y al recuerdo de las vctimas, tanto judas

como no, del exterminio nazi durante la II Guerra Mundial.

Asociacin Cultural Barajas distrito BIC 57


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VIII-CONCLUSIN: UN EXCEPCIONALPAISAJE CULTURAL

Con menos de veinticinco aos de historia, se puede decir queel Parque Juan Carlos I se ha convertido, por derecho propio,en uno de los iconos de la ciudad de Madrid, exportandointernacionalmente una imagen vanguardista de la misma, yen uno de los referentes socioculturales para sus vecinos. Es

paradigma de cmo el patrimonio contemporneo creadorecientemente se ha instalado en el simbolismo madrileotanto como algunos de los monumentos ms importantes de laurbe, haciendo posible un alto grado de identificacinciudadana. En definitiva, ha creado a su alrededor toda unacultura local.

El Parque Juan Carlos I ha contribuido decisivamente,asimismo, a la potenciacin de la calidad de vida de los

ciudadanos al constituirse en uno de los ms importantesespacios para el recreo y esparcimiento de los vecinos deMadrid; un lugar que, con clara dimensin humanista, hace

posible la realizacin de actividades que redundan en elbienestar psicosocial de la ciudad.

La Ley de Patrimonio Histrico de la Comunidad de Madrid

define los paisajes culturales como los lugares que, comoresultado de la accin del hombre sobre la naturaleza, ilustranla evolucin histrica de los asentamientos humanos y de laocupacin y uso del territorio (art. 3.c). As pues, laconsideracin del Parque Juan Carlos I como Paisaje Cultural,de acuerdo con la normativa regional, que se hace eco de las



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directrices del Convenio Europeo del Paisaje firmado enFlorencia el 20 de Octubre de 2000, no solo reforzara suimportancia sociocultural; con carcter general dotara aMadrid y, por extensin, al resto de la regin de un

excepcional bien cultural en el que confluyen varios valoresque, ya por separado, aportan un gran inters al Parque:histrico, urbanstico, arquitectnico, artstico, ecolgico ysocial. Pasamos, a continuacin, a resear tales valoresconcretados en los elementos que configurar este espacio:

Un olivar de principios del siglo XVIII

Uno de los pilares fundamentales del proyecto del Parque

Juan Carlos I es la recuperacin del Olivar de la Hinojosa;proveniente de principios del siglo XVIII, era una de las msgrandes extensiones dedicadas al cultivo de este arbusto enaquella poca a las afueras de Madrid. En la actualidad, y trasel trabajo de recuperacin, es el olivar ms importante de lacapital.

Con la recuperacin del Olivar de la Hinojosa, el proyecto delParque subrayara, no solo su inters histrico al hacer llegar

hasta nuestros das esta parte del pasado de Madrid, sino elinters ecolgico al preservar los ms de 2000 ejemplares quealcanzan hoy da a los trescientos aos de edad, verdaderostestigos del devenir histrico de la zona este de la capital.

Operacin estructurante

El Plan General de Ordenacin Urbana de 1985 fue unadecidida apuesta por la recuperacin y potenciacin de laperiferia de la ciudad de Madrid. Hortaleza-Barajas centra

gran parte del inters al proyectarse una de las mayoresoperaciones urbanas habidas hasta la fecha: Los RecintosFeriales y el Parque Juan Carlos I se configuran como un



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proyecto de estructuracin de la ciudad de Madrid, derecuperacin de una zona especialmente deprimida y con unalto grado de degeneracin.

El inters urbanstico del Parque adquiere una dimensinespecial al confluir en el proyecto la pretensin de crear unespacio medioambiental para el ciudadano con la deestructurar la ciudad en una de sus periferias ms deprimidas.Por este hecho le fue otorgado uno de los premios msimportantes de los muchos de los que ha sido merecedor, elconcedido por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid enla categora de urbanismo.

Arquitectura simbitica y experimentalEl inters arquitectnico del Parque Juan Carlos I pasa por undiseo en el que la propia arquitectura, la jardinera y el aguase compenetran de tal forma que establecen entre s unaperfecta simbiosis. Los elementos arquitectnicos propiamentedichos no se pueden comprender si no es en el contextoofrecido por el tratamiento otorgado a la botnica y al agua,que, asimismo, adquieren tambin una dimensin

arquitectnica configuradora del paisaje.Los elementos arquitectnicos crean planos que se intersectanentre s creando un juego de profundidades cambiante a



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medida que se desarrolla el paseo. Esto hace que el visitante seconvierta en algo ms que un mero espectador sino;, ms all,exige de l un dilogo constante para protagonizar la creacindel paisaje. El visitante se convierte en parte del Parque.

La mencionada simbiosis profundiza el inters arquitectnicodel Parque al contribuir en la configuracin de nuevosconceptos destinados a su posible futura implantacin en eldiseo urbano. De esta forma, el Parque Juan Carlos I puedeentenderse como un campo de experimentacin arquitectnicay urbanstica.

Un museo al aire libre

Dentro de esta simbiosis se puede insertar la coleccin deesculturas de arte contemporneo, emanadas del Simposio

Internacional de Esculturas al Aire Libre celebrado en Madridcon motivo de la Capitalidad Europea de la Cultura. Estasesculturas forman parte del paisaje combinndoseperfectamente con los elementos arquitectnicos, la jardineray el agua, llegando a ser verdaderos iconos de la capital, comoes el caso de Espacio Mxico.



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Asimismo, esta dimensin musestica del Parque se proyectahacia la botnica. Los recorridos didcticos que se extiendenpor l ofrecen al visitante una gran oportunidad para conocery estudiar especies vegetales de todo mundo.

Un referente social

Por ltimo, en poco ms de veinte aos, desde que fuerainaugurado en 1992, el Parque se ha convertido en unautntico referente para los vecinos de Madrid, quienes lovisitan masivamente en todas las pocas del ao. El Parque,asimismo, es escenario de una gran diversidad deacontecimientos deportivos de trascendencia regional. En el

plano cultural, el auditorio est infrautilizado pero ofrece unenorme potencial para la celebracin de eventos importantes.

Asociacin Cultural Barajas, distrito BIC 62


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ANEXO

Seleccin de publicaciones donde ha sido recogido elproyecto Parque Juan Carlos I (Madrid)

-Libro Parque Juan Carlos I, editado por Ayuntamiento deMadrid, 240 pginas, 1993.

-Libro El Parque Juan Carlos I, Fundacin Caja de Madrid,ed., 103 pginas. 1994.

-Libro El Parque Juan Carlos I , Fundacin Caja de Madrid,ed. 2001.

-Libro Arquitectura Espaola 35 Aos de Democracia. Ed.Ministerio de Fomento. Madrid. 2012.

Madrid 100% Arquitectura. Ed. Colegio Oficial deArquitectos de Madrid. 2009.

-Libro: 7 Labyrinths from Madrid. Ed. Aedes. Berln, Mayo2009. Proyectos.

-Libro: "Metforo MF 21. Madrid.Edit. Ministerio de

Fomento. Dir. General de Arquitectura. Madrid. Ed. Rueda.2000.

-Libro Le Architetture Dello Spazio Pubblico N. pgs.: 3. Ed.Electa , Miln. 1997.

-Libro Bienal de Arquitectura Espaola 1991-1992. Ed. MinObras Pblicas/Consejo Sup. Arquitectos Espaa/Univ. Int.M. Pelayo. 1993.

-Libro -Premios COAM 1971-1993. Ed. Fund. COAM. 1993.-Libro -Civil Engineering. Nature Conservation and LandReclamation. Arco Ed. 1991.

-Catlogo Libro: Joven Arquitectura Espaola. Ed. FundacinCamuas. 1992.

-Libro: Madrid Metrpoli. Ed. Ayuntamiento de Madrid. 1991.

-Revista Arquitectura del Colegio Oficial de Arquitectos deMadrid n 285, 1990.



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Parque Juan Carlos I de Madrid63

-Revista Urbanismo del Colegio Oficial de Arquitectos deMadrid n 17, 1992.

-Libro Madrid 92. Equipamientos para una Ciudad Europea.

Ayuntamiento de Madrid, 1992.-Libro-Catlogo de la Exposicin VIII Premios de Urbanismo,Arquitectura y Obra Pblica del Ayuntamiento de Madrid,

1999.

-Revista Tops. European Lanscape Magazine n23. 1998.

-Revista Lumnica n3. Obra de la Estufa Fra. Madrid. Marzo2003. Pgs.: 48 a 54.

-Revista Eme Dos. Obra de la Estufa Fra y Museo de la FloraMediterrnea, Madrid,n.108. 2003. Pgs.. portada;1;15;64;145;113;183.

-Revista Diseo de la Ciudad. Obra de la Estufa Fra y Museode la Flora Mediterrnea, Madrid. Abril 2003. Pgs.. 107 a 113.

-Revista BIA del Colegio Oficial de Arquitectos Tcnicos deMadrid, n148. 1991.

-Revista Cauce 2000 del Colegio Oficial de Ingenieros deCaminos Canales y Puertos, Madrid, n45. 1991.

-Libro Trabajando por Madrid. Dos Aos de Gestin. 1989-1991 Ayuntamiento de Madrid.1991.

-libro Encuentros en Madrid. Simposio Internacional de

Escultura al Aire Libre. Ayuntamiento de Madrid. 1992.-Gua de Madrid. Nueva Arquitectura, n5. Ramn GuerraEd.1992.

- Memoria de la Escuela Tcnica Superior de Arquitectura deMadrid 1991-1993. Publicaciones de Obras y Proyectos deprofesores. 1993.

-Revista Arquitectos del Consejo Superior de Arquitectos de

Espaa n 128. 1993-Revista especializada Arquitectos del Consejo Superior deArquitectos de Espaa, n 130. 1994.

-Libro Madrid. Guide of Recent Architecture. EllipsisEditorial. Londres. 1997.

-Gua de Arquitectura Madrid. Circuitos 1980-1997. 1998.

-Gua de Arquitectura: Madrid. Circuitos 180-1997. Ed. PorDecotec, Veteco, Ofitec. 1998.



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Parque Juan Carlos I de Madrid64

-Incluida en el Archivo Europeo del Espacio Pblico del Centrode Cultura contempornea de Barcelona, Espaa. 1999.

-Catlogo de la exposicin La reconquista de Europa: Espacio

pblico urbano (1980-1999).Barcelona. 1999.LibroContemporary Gardens in Europe. Ed. Fonds Mercator.Blgica. 2000.

- Libro Parchi. Europa 1985-2000. Federico Motta Editore.Miln. Octubre 2000.

- Libro The Nature of Landscape. Autor: Lorzing, Han. 010Publishers, Rotterdam 2001

- Libro I Muestra de Arquitectura Espaola (1980-1990) yBienales de Arquitectura Espaola (1991-2001). Ed. ConsejoSuperior de los Colegios de Arquitectos de Espaa. 2002-03.

Parque Juan Carlos I de Madrid - BIC (Paisaje Cultural)

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