Parlamentarismo en Colombia
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DEFECTOS DEL SISTEMA PARLAMENTARIO
Al sistema parlamentario o de gabinete se le señala también varios defectos. Entre otros, se le apuntan el de tener parlamentos y gabinetes muy numerosos, el de ofrecer los gobiernos menos estabilidad, el de contar con un jefe del Estado, ya sea rey o presidente, que no es más que una costosa figura decorativa. Se le critica también:
a). La fusión entre el ejecutivo y el legislativo. Dicen algunos que tal unión atenta contra el principio de la triple separación de los poderes. Consideran, asimismo, que el hecho de que los ministros sean al mismo tiempo miembros de la cámara le quita mucho tiempo y energías que deben dedicar a sus funciones administrativas.
b). El carácter excesivamente partidista del gobierno. Opinan algunos que los gobierno de gabinete están muy dominados por la política partidista. Alegan que los ministros tienen que perder largas horas en discusiones parlamentarias de naturaleza puramente política. Agregan que los mismo ministro son políticos profesionales, antes que técnicos y conocedores del departamento o ministerio que representan.
c). Excesiva concentración de poder. Dicen algunos autores que, por lo menos en algunos sistemas parlamentarios, el gabinete dirige al mismo tiempo la legislación y el gobierno, por lo que quita a la cámara casi toda iniciativa legislativa. Esto ocurre especialmente en Inglaterra donde el gabinete elabora y presenta casi todas las leyes.
d). Importancia excesiva a asuntos triviales. Los críticos indican que en algunos países con sistemas de gabinete tal fue el caso de Francia los gobiernos caen y suben por cosas sin importancia. Debido a la multiplicidad de partidos y al uso excesivo del voto de censura, los gobiernos carecen de permanencia y estabilidad.
FUNCIONES DEL PARLAMENTO
Los parlamentos modernos realizan diversas funciones. Además de la idea inicial del debate, es usual que los parlamentos estén involucrados en la redacción de leyes, en el control del presupuesto, en la representación de la población del país y en la decisión de la composición del gobierno. En muchos sistemas democráticos el parlamento se constituye mediante elecciones legislativas. Los ministros participan en el parlamento aunque a veces, como en la V República de Francesa, no lo tienen permitido.
Elecciones legislativas o parlamentarias son en Colombia las elecciones en las cuales el pueblo elige a senadores y representantes ante el Congreso
PARLAMENTARISMO EN COLOMBIA:
El sistema presidencial colombiano está en crisis. Se han realizado grandes esfuerzos por dotarlo de
mayor agilidad, transparencia, gobernabilidad, organización y cultura democrática, pero lo que se ha
conseguido es muy poco y, en muchos casos, los problemas se han exacerbado: persiste el desprestigio
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de la actividad política; los partidos continúan fraccionados; tenemos una oposición poco seria; los
mecanismos institucionales para afrontar y solucionar crisis políticas graves que amenacen la continuidad
constitucional, siguen siendo escasos y poco eficaces; tenemos un ejecutivo acosado y atareado por la
confusión en una misma persona de las funciones y responsabilidades de jefe del Estado, jefe del
gobierno y suprema autoridad administrativa; continúa la rigidez de los períodos del presidente y los
congresistas, lo que impide a los ciudadanos terminar rápidamente con la gestión de los malos
funcionarios o reelegir indefinidamente a los buenos; las relaciones entre el ejecutivo y el Congreso
siguen en una eterna rivalidad, que lleva a negociaciones burocráticas y acuerdos secretos para
garantizar la gobernabilidad.
Todas estas fallas de nuestro funcionamiento institucional encuentran buena parte de su origen en la
estructura del sistema presidencial que nos rige. No hay razón para que Colombia se mantenga en esta
situación. Por ello, la opción del parlamentarismo se impone, porque se trata de una herramienta
orientada a prevenir muchos de los principales problemas que sufre nuestro sistema político.
Los que se oponen a que avancemos hacia esa forma de organización del gobierno aducen, entre varias
objeciones, que en Colombia no cumplimos con las condiciones necesarias para llegar al
parlamentarismo, pues no tenemos unos partidos políticos sólidos y tampoco contamos con la suficiente
cultura política. Pero esto no es verídico, porque estas y otras supuestas “condiciones” para tener un
sistema parlamentario son, en realidad, consecuencias del funcionamiento de dicho esquema de
gobierno.
La experiencia nos muestra que en los regímenes parlamentarios los partidos políticos tienden a ser más
sólidos y disciplinados que en los sistemas presidenciales, dado que en el parlamentarismo los partidos
cuentan con incentivos para mantenerse cohesionados: de un lado, los partidos o el partido del gobierno
buscan mantenerse en el poder y de otro, los partidos o el partido de oposición tienen la posibilidad de
desbancar, en cualquier momento, al gobierno de turno. Además existen estructuras de bancada con
disciplinas de partido muy organizadas.
Toda esta dinámica estimula esquemas de oposición seria y responsable, puesto que los grupos
opositores no se limitan a criticar, sino que, además, deben plantear propuestas de gobierno realistas y
creíbles. Así se va llegado, gradualmente, a una mayor cultura política, no sólo de la oposición, sino
también de la ciudadanía en general, pues los debates de propuestas e ideas no se limitan a los períodos
previos a los comicios, sino que se mantienen durante la controversia política cotidiana en el Parlamento y
en los medios de comunicación. Asimismo, los políticos se ven obligados a elaborar más sus discursos y
a ser más persuasivos en sus proyectos.
Así pues, instaurar el parlamentarismo en Colombia no sólo resulta conveniente, sino que, además, se
trata de una propuesta viable, siempre y cuando sepamos analizar con cuidado y paciencia las
características del debate que nos lleve a un gran consenso nacional, para abordar la reforma
constitucional necesaria, que permita hacer realidad este cambio de sistema de organización política.
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