Paradigma nº 9 - ALBERT CAMUS

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    R e v i s t a u n i v e r s i t a r i a d e c u l t u r a

    n m e r o 9

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    En el presente ao se conmemora el cincuenta aniversario de la muerte de Albert

    Camus, una figura cuyo pensamiento resulta imprescindible para entender el devenir de la

    historia y del individuo contemporneo. Adems, ste adquiere especial importancia en un

    tiempo como el actual, que ha dejado a un lado la exigencia en la claridad y cohesin de

    ideas. Mientras se escribe, parece que todo ocurre y nada acontece. La importancia del

    tiempo, el esplendor de la palabra, el peso de lo que vamos dejando en nuestro frgil caminar,

    deviene en una suerte extraa de ideas no meditadas con la mesura y el respeto que stasmerecen (en palabras de Gnter Grass: y usars el traje una y otra vez/sin llevar nuncaun traje nuevo ). Desde Paradigma queremos rendir homenaje a un hombre que fueconsciente, como pocos, del uso de la palabra y sus consecuencias; del desierto que supone

    el pensamiento. Un pensador que crea en el firme compromiso del escritor para con la

    sociedad .

    Consejo Editorial

    - Cristina Consuegra Abal - Jos J. Reina Pinto - Antonio Heredia Bayona -

    Diseo y maquetacin- Jos J. Reina Pinto -

    Correo electrnico

    [email protected]

    DL: MA-1343-2005ISSN: 1885-7604

    El equipo editorial de Paradigma quiere agradecer el esfuerzo realizado por todas aquellas personas que hacen

    posible esta publicacin. Especialmente agradece a Alejandro Heredia su colaboracin en la correccin de

    pruebas que con celeridad y meticulosidad lleva a cabo en cada nmero.

    Los miembros del consejo editorial de esta publicacin no se hacen responsables de las opiniones vertidas por

    los autores de los artculos, poemas, u otras formas de expresin incluidas en este nmero.

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    Camus y Sar tre: el debate de la l iber tad

    Salvador Rivas

    La tic a c omo r azn de ser del periodismo

    M Jos Mendoza

    A lb er t C am us : t am bi n u n h om br e d e t ea tr o

    Santiago Snchez

    L a v io len ci a d e l os j us to s: r ef le xi on es n o o bs ol et as a s se e sp er ac on C am us

    Alfredo Fierro

    A lb er t C am us: po r q u E sp a a?

    ngel Ramrez Medina

    Un c omen tar io sinestsico sobr e El Mito de Ssifo de Albert Camus

    Cristina Centenera Garca

    U n p u ado de s ol itar io s y r eb el de s

    Regina Lpez

    M ak in g o ff

    J. L. Gonzlez Vera

    E l p eq ue o c osm os de l h om br e

    Miguel ngel Contreras

    Pjaros

    Alejandro Prez Guilln

    I lustraciones

    Pablo Caro - ndice -Carmen Moreno Or tega - pArAdigmA 7, 9 y 10 -Maldi to 4 (Bea t r iz Blzquez , Ana Fer re r, Franc isco J . Lpez

    y Juan C. Bar roso) - pArAdigmA 23 -

    Sara Maese Gonzlez - pArAdigmA 2 7 -Blanca Monta lvo - pArAdigmA 28 -

    El carro del heno

    a e x is t en ci a c on ti gu aAgust n Sierra

    a casa de i rmenLorenzo Rodrguez Garr ido

    p A r A d i g m

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    El siglo XX nos ofreci la oportunidad la oportunidad de que coincidieran en el tiempo, y entablaran unarelacin, dos de los ms grandes pensadores y literatos de la centuria, Albert Camus y Jean Paul Sartre. Sin ellos el exisprobablemente, no hubiera pasado de ser una ancdota filosfica sin mayor relevancia que unas pocas lneas en los libescolares.

    Durante casi una dcada, entre 1943 y 1952, mantuvieron un intenso contacto que, como el mundo que les rotradujo en no pocas convulsiones, que desembocaron en el distanciamiento y la irreconciliable ruptura final. La conclGuerra Mundial, el surgimiento de la poltica de bloques y la Guerra Fra marcaron de forma paralela la amistad enSartre, su coincidencia inicial y sus cada vez ms acusadas diferencias: personales, polticas, literarias y filosficas.

    Fue una poca en la que, efectivamente, se buscaba un sentido a cuanto ocurra en torno al ser humano, que eraa un mundo absurdo en el que se senta perdido. El capitalismo y el comunismo se consolidaban como las dos opabsolutas por las que optar, y la pugna entre ellas impregnaba el pensamiento, el arte y la literatura. Es el momento de de los intelectuales comprometidos, de una influencia social que sera impensable en la actualidad.

    Camus ya haba publicado El extranjero en 1943, mientras que Sartre despuntaba como literato y pensador. Ade izquierdas: Camus militaba en el Partido Comunista y Sartre se alineaba con esta ideologa, pero nunca fue miembrLos dos proponan la superacin de un sistema social que provocaba un profundo vaco existencial. En este sentido, Cacentrarse en las realidades cotidianas del individuo, mientras que Sartre insista en el compromiso pblico y actintelectuales.

    No obstante, las notables coincidencias de partida fueron desplazadas paulatinamente por las sutiles diferenciaconvirtieron en brechas insalvables. La poltica se entrelazaba de forma inevitable con la literatura y la filosofa, intelectual derivaba en no pocas rencillas personales. La admiracin mutua que se profesaban se desliz poco a popendiente: Camus consagraba la libertad personal y la accin no violenta como motor del cambio social, oponindostotalitarismo; Sartre justificaba el estalinismo y el uso de la violencia, por encima de los derechos individuales.

    La ruptura se consum en 1951, tras la publicacin del ensayo El hombre rebelde por parte de Camus, obrpblicamente por Sartre, que para entonces ya era una incontestable celebridad mundial. El hombre rebelde es aquel qua la opresin, pero que no renuncia, sino que al mismo tiempo dice s a la accin para cambiar el mundo, desde laconciencia y la tica. Camus analiza en el texto el fenmeno revolucionario, denuncia el asesinato organizado y sealacon su ausencia de valores, como uno de los males del momento.

    Una ausencia de valores que, cincuenta aos despus de su muerte, se ha acrecentado incorregiblemente en la actual, en la que las ideologas polticas y las escuelas de pensamiento han sido vaciadas casi completamente de contdebates filosficos sobre nuestra propia naturaleza, la existencia humana, la organizacin social y el poder, han sido suuna demanda insaciable de satisfacciones inmediatas, y por el desalojo de cualquier reflexin en los espacios pblicos.

    Es inevitable que nuestras simpatas se decanten por un Camus que rechazaba la violencia y la dictadura, desprestigiado, tambin personalmente, por el crculo de incondicionales de los poderosos Jean Paul Sartre y Simone dPorque, al fin y al cabo, se haban convertido en aquello que tanto rechazaban: un poder establecido intolerante y radicacapaz de asumir las crticas, y cuya base terica se apag, asfixiada y aislada, por el propio peso de la Historia.

    Camus y Sartre: eldebate de la libertad

    Salvador Rivas

    Salvador Rivas es periodista

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    La frase que encabeza este artculo contrasta con otrade cariz bien distinto pronunciada por la editora Jacqueline Lvi-Valensi, responsable de las Obras Completas de Camus, quiendijo que En el fondo, a Camus no le gustaba el periodismo.

    Sin embargo, a tenor de los pensamientos recogidospor el premio Prncipe de Asturias de Comunicacin yHumanidades Jean Daniels en su libro "Camus. Acontracorriente ", ambas afirmaciones tienen una concatenacinlgica, dado que si algo caracteriz la faceta periodstica delgran literato francs fue su ambicin por liderar un tipo deperiodismo tico, responsable y con una carga de lucha muyalejada del concepto informativo aunque banal que tiene elperiodismo en la actualidad, en el que los sucesos, losescndalos y las declaraciones copan la mayor parte de laspginas de los diarios. Desde las columnas del clandestinoCombat , que l lider, utiliz el periodismo como forma deexpresin y reflexin contra las grandes amenazas de su poca:los totalitarismos y el terror.

    El paso de Albert Camus al periodismo se produjo en1938. En esa poca impera en su pas natal, Argelia, una prensacolonial que rene todo lo que el escritor rechaza: racismo,vulgaridad intelectual, despotismo capitalista y conformismo.Poniendo en prctica un periodismo como gnero de literaturacomprometida, el autor de El extranjero enarbol la bandera dela concepcin periodstica como informacin crtica.

    Y es que, segn pone de manifiesto Daniels en susreflexiones sobre Camus, ste fue un escritor que siempre quisoser periodista, fruto de una generacin arrastrada por los dos

    grandes dilemas franceses planteados entre 1930 y 1960: elcomunismo y la descolonizacin, dos cuestiones que losintelectuales de Francia vivieron con una intensidad creativa ypolmica. Ellos mismos fueron dos grandes amigos ycolaboradores. Sin embargo, una diferente concepcin de larealidad de Argelia ambos compartan nacionalidad y pasinpor el periodismo les hizo distanciarse, si bien esaconfrontacin de matices no impidi que Daniels, fundador de Le Nouvel Observateur , contara en este libro su propia versin deCamus, en la que pone de manifiesto la devocin por la profesinperiodstica de una de las personalidades ms intensas de supoca.

    Experiencia profesional

    Albert Camus ha trascendido a la historia por su facetacomo novelista, ensayista y dramaturgo. Sin embargo, no hayque olvidar la pasin que desbord en su labor periodstica. Unode los primeros diarios en los que trabaj Camus fue todava enla Argelia colonizada el del Frente Popular, donde dio susprimeros pasos a favor de la independencia de manera rotunda:su artculo La miseria de la Kabylia , publicado en 1940, suscitla indignacin de las autoridades, que decretaron el cierre delperidico. Pas tambin por Alger Rpublicain en 1935, porParis-Soir en 1942, por la elaboracin clandestina de algunosnmeros de Combat , por la direccin de esta misma publicacindurante ms de dos aos y por la proteccin ofrecida a Caliban antes de colaborar en LExpress de Servan-Schreiber en 1956.

    Pero con Combat era l quien animaba, imaginaba,impulsaba y creaba el peridico. Fue la poca en que la

    direccin de diario consuma la vida de su director y esa vidaapasionada y frustrante al mismo tiempo, activista yculpabilizadora, intensa y vana, urgente y perecedera fue la queam Camus con la misma intensidad que tambin pondra en elteatro. As lo afirma su amigo y colaborador y as lo atestiguansus innumerables artculos y editoriales.

    De hecho, el primer editorial oficial de Combat ,publicado el 21 de agosto de 1944 (fecha en que concluy laliberacin de Pars), es hoy recordado como fundamento moralde la nueva Francia. Ese espritu combativo chocaba contra lasgrandes servidumbres de la prensa desviaciones, segn suspalabras que, a juicio de Camus, no eran otras que elsometimiento al poder del dinero, la obsesin por agradar acualquier precio, la mutilacin de la verdad con un pretextocomercial o ideolgico, el gancho sensacionalista y el desprecioa los interlocutores. En suma, reducir los medios de informacina una simple empresa comercial sometida a la ley capitalista dela oferta y la demanda o a un instrumento de poder sujeto a laregla totalitaria de la propaganda.

    Como periodista, Albert Camus fue inmensamentesobresaliente y maestro. Uno de los editorialistas msinfluyentes de Francia y de Europa con ecos extraordinarios en elcontinente americano. Este legado, como el resto de su prosa, lo

    mantienen vigente para el aprendizaje de su moral democrticay republicana, profundamente laica y humanista.

    La tica comorazn de ser delperiodismo

    El periodismo es el oficio ms hermoso del mundo

    Albert Camus. Revista Caliban .

    M Jos Mendoza

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    Feliz como editorialista

    Jean Daniels resume as su etapa en Combat : Camusfue feliz en su oficio de editorialista. Delante de la platina entrelos tipgrafos, escribiendo un editorial en la sala de redaccin oen una reunin de redactores que muestran su reaccin ante unsuceso, Camus viva la plenitud de un equilibrio dinmico. Para lel periodismo no era el exilio, sino el reino. En l se encontrabacomo en su casa. Se senta plenamente satisfecho, de acuerdoconsigo mismo, sin nostalgia, sin lamentar para nada lo que elperiodismo le impeda hacer; sin ninguno de los dramas ntimosque definen a la mayora de los periodistas como exiliados:literatos reprimidos, filsofos amargados o profesoresarrepentidos.

    En su opinin, el periodista es un historiador de larealidad diaria cuya primera preocupacin es la verdad, porcuanto que se encarga de informar al pblico sobre losacontecimientos del da anterior. Pero reconoca Camus que no

    hay nada ms difcil que esta actividad, dado que loshistoriadores tienen la ventaja de la perspectiva, de la quecarece el periodista.

    Y ah entra en juego su valoracin de la prensafrancesa, a la que achacaba un anhelo desmesurado por reflejarel estado de nimo de quienes la elaboran, en lugar de mostrarel del pblico. Fue en un artculo que escribi para el ltimonmero de Caliban , en el que no obstante no desaprovech laocasin para afirmar su respeto por el periodismo y su orgullopor pertenecer a la profesin.

    Violencia injustificable

    En el ejercicio del periodismo Camus se neg a ejercerun poder injusto, a caer en la tentacin de censurar o elogiar. Encuanto empez a reflexionar sobre la violencia y el asesinato sealej de otros pensadores de su poca. Es el momento en queescribe, nada ms acabar la guerra, las "Cartas a un amigo alemn ". Camus decide que la violencia no puede justificar depor s las iniciativas humanas ms nobles. Denuncia el sofismade que, si la violencia es legtima, entonces el nico medio dealcanzar un fin justo consiste en practicar una violenciasbitamente justificada.

    Porque para Camus la violencia es injustificable. Seindign con el entusiasmo con el que fue recibida la primerabomba atmica contra Hiroshima. Incluso Daniels se atreve aaventurar que, si viviera en la actualidad, Camus no tolerara laviolencia de ninguna de las partes del conflicto palestino-israel.

    Muy discutida fue su actitud en la evolucin poltica deArgelia. Camus confiaba en garantizar los derechos y laseguridad de los ciudadanos argelinos no musulmanes.Protegerse del maximalismo de los pieds-noirs (ciudadanosfranceses de origen europeo o judo que residan en Argelia yque se vieron obligados a abandonar el pas tras laindependencia del 62) y del maniquesmo de los intelectualesparisinos. Era partidario de negociar un estatuto que ligarafederalmente a Argelia con Francia: se opona, en suma, al

    espritu de la poca, que se diriga hacia una Argelia francesa oa una Argelia argelina, rabe en definitiva. El autor se ganseveros ataques por recordar en prensa que Argelia no era slomusulmana, que no deba ceder ante los fanticos y que al fin ya la postre era necesario vivir juntos y en paz o morir juntos y enguerra, acentuando la soledad de argelinos y franceses, as como la desgracia de ambos.

    Este pensamiento le alej de Jean Daniels y le hizoarrinconarse en las trincheras del periodismo pasivo: se dispusoa no escribir si corra el riesgo de estimular la violencia de losunos y justificar la represin de los otros. Slo quera dartestimonio contra la guerra y hacerlo de una manera ajena alperiodismo.

    La leccin camusiana de este hombre, que vivi variasguerras y fue testigo de varias revoluciones, consisti en buscaruna verdad no en lo que deca ni en lo que decan los dems,sino en las obsesiones del presente. Opinaba que Una prensalibre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca

    ser otra cosa que mala (sic). Y es que la verdad fue la granobsesin de Camus. Y no vio mejor medio para buscarla que elperiodismo, al que sigui ligado en L'Express .

    Deprisa, deprisa

    A Camus todo le fue siempre muy deprisa. Director deun peridico una edad en la que abundan los becarios, escritorclebre a los 25 aos, intelectual a los 35, premio Nobel a los44 Hasta su muerte a los 47 en un accidente de trfico fuesobrevenida.

    Segn Sartre, intelectual francs con el queconfraterniz y combati dialcticamente hablando, Camus erala admirable confluencia de un hombre de accin y una obra.Representaba lo contrario a lo que se entiende por un burgus, y,en este aspecto, el periodismo con lo que implica de bsqueday encuentro, tumulto y vorgine responda igualmente a sudisposicin interior.

    Slo hay que conocer su concepcin de los principiosque deba defender un peridico: justicia, honor y felicidadpara valorar la importancia que atribua a la profesin bienejercida. Para l, la informacin consista en la apuestaapasionada segn la cual es posible interesar al lector y

    conseguir su fidelidad hacindole pensar. Por ello, segn recogeJean Daniels, exige a los intelectuales y periodistas quecumplan con cuatro obligaciones: reconocer el totalitarismo ydenunciarlo, no mentir, negarse a dominar y no utilizar eldespotismo.

    Un trabajo bien hecho

    Camus se vanagloriaba de haber hecho durante dosaos un peridico absolutamente independiente que nunca sedeshonr. Fruto de su tica profesional y como resultado de sutrabajo al frente de Combat es la frase con el que cerr su etapaal frente del mismo: Al menos no mentimos. Genio y figura.

    M Jos Mendoza es periodista de la Direccin General de Comunicacin de la Universidad de Mlaga

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    Hemos ledo artculos dnde se reconoce el valor ticoAlbert Camus y su enorme importancia como ensayista, noveperiodista. Pero, el teatro, su amor por el teatro, ha quenormalmente en un segundo plano. Sin embargo, l se reconocaun apasionado del mundo del teatro, de la fuerza que este arte tener.

    En las siguientes lneas recogeremos una serie de artcunotas y declaraciones que tanto Albert Camus como personas alla l hicieron respecto a su condicin de hombre de teatro.

    Nos hemos servido de testimonios personales recogidoalgunos ejemplares de reciente aparicin e incluso, en algunos inditos en castellano, caso de la obra de su hija Catherine CAlbert Camus. Solidaire et Solitaire, editada por Michel La

    2.009; el libro de Danielle Boone Camus de Ediciones Henry V87 o el ejemplar especial publicado por Telerama en Francia condel cincuenta aniversario de su desaparicin, con el ttulo de Cadernier des justes. Tambin hay que sealar el documental Camus. La Tragedie du Bonheur de Jean Daniel et Jol Calaparecido en 2.009 bajo el sello de Chilo Productions.

    Si queris vivir la verdad, haced teatro.

    El propio Albert Camus le confiesa a Mara Casares:siento inocente en el teatro. Un escenario de teatro es, simplemuno de los lugares del mundo donde soy feliz. Y aade, en hago teatro?: Entre la sociedad intelectual, no s porqu, sitengo la impresin de tener que pedir perdn. No puedo evisensacin de haber transgredido alguna regla del clan. Eso me ser natural y, claro, al no ser natural me desagrado a m mismembargo, en un escenario me siento completamente natural, es depienso en ser de tal o cual manera simplemente comparto cocompaeros los problemas y alegras de una accin comn. Eso sllamar, creo, camaradera, que ha sido una de mis grandes satisfacen la vida.

    El teatro pues entendido como lugar de felicidad y de ver

    Las luces del escenario no perdonan y todos los trucomundo no impedirn jams que el hombre y la mujer, que camhablan en esos sesenta metros cuadrados, se confiesen y, a su mareconozcan, a pesar de los disfraces y los vestidos, su verdidentidad. S, creedme, para vivir en la verdad, haced teatro.

    Albert Camutambin,

    un hombre dteatro

    Santiago Snchez

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    Este ltimo texto, recogido por Fabienne Pascaud en el citado nmero de Tlerama, se completa con ainformaciones de gran inters como que, si no hubiese desaparecido en la carretera aquel 4 de Enero de 1.960 ymanera tan estpida como no se le hubiese podido ocurrir siquiera a algunos de sus hroes rebelados contra el absurmuerte Albert Camus tena muchas posibilidades de acabar dirigiendo un teatro. El ministro de Cultura francs, Andslo pensaba en qu sala le iba a confiar para fundar, a partir de Septiembre de 1.960, una compaa estable dedicrepertorio contemporneo: el Nuevo Teatro. El Thatre de lAtene era el previsto; se dice incluso que ese 4 de Enerohaba intentado una cita para proponerle la Comdie-Franaise Pero hay algo todava ms emocionante. En el mcuero negro que qued en la cuneta a pocos metros del coche accidentado, haba un ejemplar de una edicin escolar dde William Shakespeare, una de las tragedias que adoraba, dnde, entre otras anotaciones, se poda leer una obratodos los personajes tienen su justificacin y, sin embargo, nadie es justo

    Una vida obsesionada por el teatro. Actuar fue uno de sus primeros oficios en Argelia. En la poca de su miliel Partido Comunista fund en 1.935 un Thatre du Travail de grandes resonancias militantes: Su esfuerzo ser el dalgunos valores humanos y no el de aportar nuevos sujetos de pensamiento. Cuando abandona el P.C. argelino, vuelvjunto a sus compaeros, un Thatre de lEquipe, ahora desembarazado de toda ideologa y abierto al gran repertoriocontemporneo y que anuncia en su manifiesto fundacional:

    El teatro es un arte de carne y hueso que ofrece a cuerpos vivos el cuidado de traducir sus lecciones, un arte

    y sutil al mismo tiempo, un entendimiento excepcional entre movimiento, voz y luces. Pero al mismo tiempo convencional de las artes, basada completamente en esa complicidad excepcional entre actor y espectador que apoconsentimiento tcito y explcito a la misma ilusin: Arte convencional que exige al mismo tiempo verdad y simviolencia de los sentimientos y la crueldad en la accin. Por ltimo recoge este primer manifiesto que esa compaponerse al servicio de: Un teatro cuya consigna sea trabajo, investigacin, audacia; no creado para prosperar sino psin someterse.

    Por su parte Catherine Camus en la magnfica obra citada recoge las diferentes etapas que marcan la relacipadre con el teatro, comenzando muy joven, a principios de los aos 30, con su encuentro con Jacques Copeau (Yohora apasionante con un ser lleno de tics, inquieto, desordenado, pero de una inteligencia deslumbrante), y siguinuevo, por su declaracin al frente del Thatre de lEquipe el 21 de Enero de 1.939:

    El teatro sirve naturalmente a los grandes sentimientos, simples y ardientes, alrededor de los que gira el desthombre: amor, deseo, ambicin, religin. Pero, por otra parte, responde a una necesidad de realizacin que es natural dEsta oposicin hace el teatro, lo dispone para servir a la vida y tocar a los hombres. El Thatre de lEquipe pondr en oposicin, es decir, que pedir a sus obras verdad y sencillez, violencia en los sentimientos y crueldad en la accin. Asu mirada en las pocas dnde el amor por la vida se mezclaba con la desesperacin de vivir

    Un teatro sin partido poltico ni religioso que intenta hacer de sus espectadores, amigos.

    Luego, llega Pars. La amistad con Pablo Picasso, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Mara Casareexperiencia de Le dsir attrap para la queue de Picasso dirigida por Camus; su primer xito: El Malentendidotriunfo de Calgula, con Gerard Philippe, a las que seguirn La Peste, El Estado de Sitio, Los Justos como

    una entrevista a Paris-Theatre: He reflexionado mucho sobre la tragedia moderna son intentos, en caminos a sudiferentes y estilos variados para acercarme a esa tragedia moderna. Y una vez ms se reafirma en su amor por el esta declaracin a France Soir: He encontrado en el teatro esa amistad y esa aventura colectiva que necesito y que touna de las formas ms generosas de no estar solo.

    Es una poca marcada por su relacin con la actriz Mara Casares que, en su libro Residente privilegiada escribe sobre Camus:

    Ante su mirada lcida, clarividente, abierta, cruelmente informada pero siempre compasiva; y esa voz seapasionada, dolorosamente vehemente, orgullosa, irnica, fraternal; y su testimonio vivo que, sin prostituirse jams, sa dar testimonio, rindiendo as homenaje y dignidad a quien lo escuchaba; y su grito incansable, el NO a los dioshombres injustos, a la mentira, al sufrimiento y a la muerte, y a toda orden que, bajo el pretexto que fuere, tienda a sohombre y a apartarlo del camino de su gran aventura: la del espritu; finalmente, ante el combate que libraba consigcontra el hasto, la rabia, la indiferencia, la distraccin, el orgullo, las tentaciones de todo tipo; frente a las contraddigo, que hacen de un bpedo un hombre cuando las reconoce y las domina, se revelaban a menudo en m, miscontradicciones y con ellas, senta vivir, la promesa de la mayor felicidad as como del ms cruel y ms puro dolor (.

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    La gnesis de este artculo ha determinado intensamente su carcter y su contenido. No est de ms, por ecomenzar por referir las circunstancias en que el autor se ha puesto a escribirlo o, ms bien, reescribirlo.

    En febrero de 2010, uno de los editores de Paradigma , Antonio Heredia, me invita a participar en el presente

    monogrfico sobre Albert Camus, que cerrar a mediados de junio la recepcin de originales.Me acuerdo entonces de haber tenido a punto de terminar hace unos aos un artculo sobre la violencia d

    justos en la obra de Camus; y acepto el encargo pensando en retomar y actualizar aquel artculo.A comienzos de mayo me dispona a cumplir el encargo, pero, de momento, y para no verme influido por lo

    aos atrs, quise empezar a escribir sin releerlo. Precisamente poco antes, el 27 de abril, Jean Daniel, director del Observateur, haba escrito en El Pas sobre la no violencia en trminos extensibles a la violencia justa. En l se haca eco dunas declaraciones del primer ministro palestino, Salam Fayad, que deca haber decidido adoptar una nueva estrateno dudaba en calificar de "no violenta". A partir de ah, Jean Daniel, separaba de cualquier utopismo esa estratsealaba algunos de sus ms prestigiosos adelantados. Deca as:

    El problema fue planteado en el pasado de diferentes maneras. Por Jesucristo, Tolstoi y Gandhi. Estn

    partidarios de la no violencia como aceptacin del martirio y, adems, aquellos que, como Camus, inspirado por SWeil, dijeron que si, al emplear las mismas armas, el justiciero termina parecindose a su enemigo se priva a s mismposibilidad de juzgarle y de las razones de combatirle .

    La mencin de Camus era demasiado tentadora para desaprovecharla y, transcribiendo el prrafo antecomenc mis propias reflexiones, destinadas ya a Paradigma, del siguiente modo:

    Las declaraciones de un dirigente palestino le han servido a Jean Daniel, para traer a actualidad un viejo temade la no violencia. Cita a Jesucristo, Gandhi y Tolstoi. Verdad es que este ltimo entendi as al Jess de los evangeque Gandhi, con quien se carteaba, practic la no violencia. Es peliagudo, sin embargo, entrar en el jardn de discuentre exegetas sobre el Jess de la historia: hay quien le ha acercado a los celotas, revolucionarios violentos de su plos evangelios le atribuyen declaraciones nada pacifistas no he venido traer la paz sino la guerra, a poner al hijo copadre, a la hija contra la madre, que impiden alinearle con Gandhi. Pero sin regresar dos mil aos atrs, ni aludir taa maestros religiosos, el pasado siglo ha conocido la estrategia y el xito de la no violencia en algn lder laico inolvcomo Nelson Mandela. Tampoco sera acertado y Jean Daniel no lo hace alinear a Albert Camus entre los moralisla no violencia. Ms bien fue un moralista de la violencia justa ante la tirana. Tema recurrente suyo y destacado, tansu pieza teatral Los justos como en algunas pginas de El hombre rebelde, es la violencia de los hombres honestos, la que puede llegar al asesinato del tirano. Realmente, adems, su tema son los justos y no tanto la justicia. Es conociddesplante que le dio a sta en un acto ante la prensa en Estocolmo el da de la recepcin del premio Nobel: Si hubieelegir entre mi madre y la justicia, antes elegira a mi madre que a la justicia.

    As comenzado mi trabajo, recuper del disco duro mi inconcluso artculo, redactado en la segunda semamarzo de 2003, cuando era inminente aunque incierta en no pocos aspectos la invasin de Irak, consumada de hda 20. A partir de aquel da los acontecimientos se produjeron con tal celeridad y en direccin a veces tan imprevcada semana mi escrito se quedaba ya obsoleto. Slo caba escribir un da concreto, con la noticia de la ltima viol

    La violencia de losjustos.Reflexiones no obsoletaas se espera con Cam

    Alfredo Fierro

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    la vspera, y hacer el oportuno comentario poltico y moral. Al da siguiente, era ya otro tema, otra violencia, por loinjusta, criminal. Imposible en esas condiciones redactar un ensayo sobre la violencia de los justos en Albert Camus.que el peridico al que lo enviara se retrasara un par de fechas en publicarlo para que resultara inactual. El artculo sen suspenso, inacabado o, ms bien inacabable, en vsperas de la irrupcin militar en Irak.

    Refresco a los lectores de hoy la memoria de algunos hitos y fechas en aquella invasin, a la que sirvi de e

    un presunto arsenal de armas de destruccin masiva en manos del tirano Sadam o Satn Hussein. El 1 de mayo, despus de la invasin, el presidente Bush anunciaba con pompa y solemnidad el fin victorioso de la guerra: se alcanzado con xito todos los objetivos militares. Sin embargo, el satans iraqu, mientras sus estatuas eran apeadaspedestales, sigui por un tiempo en paradero desconocido. No sera descubierto y apresado hasta diciembre de 200ser juzgado y ejecutado un par de aos despus, cuando, por otro lado, incluso mandos militares de la zona empezreconocer que no dispona de tales armas masivamente destructoras.

    Al recuperar ahora, en mayo de 2010, lo que escrib en 2003 me pareci que haban pasado no siete sino seaos: tantos sucesos graves de violencia han acontecido desde entonces. De algunos de los hechos que all se mencioquedaba un recuerdo en extremo impreciso. Y entend que era intil o imposible retomar aquel archivo para elabactualizarlo, en su enfoque de entonces, como anlisis moral de un hecho de actualidad, tomando otro acontecimi

    ahora mismo. Un enfoque as me condenaba a quedar enseguida tan atascado como en aquel viejo ensayo: cualquieral da hoy sera maana ya inactual, caduca. Por ello, no he querido actualizar tomando como pie un hecho gravsimomismo, que plantea parecidas cuestiones morales que la invasin de Irak, aunque en otro escorzo: la legtima asiempre problemtica violencia de los justos frente a la tirana y al terrorismo de Estado, la elemental y necesaria dientre la agresin y la defensa, la necesidad de retrotraerse en el anlisis a los primeros actos de una secuencia agresivcondiciones de una guerra justa y de una accin violenta justificable.

    Estoy escribiendo esta pgina al da siguiente de la accin israelita contra una flotilla, con unos 600 activistarmados, portadores de ayuda humanitaria a los palestinos de la franja de Gaza, sujeta a bloqueo por Israel. La aperpetrada el 31 de mayo en aguas internacionales y contra todo derecho de gentes, ha dejado nueve muertos; y, momento de escribir, ha merecido repulsa en todo el mundo, pero no ha desplegado an todas sus consecuencias.

    pues, tratar de contemplar el suceso con lente de Camus. Podra enmarcar este hecho de piratera, se ha dichotambin de terrorismo de Estado en la secuencia de otras acciones delictivas de Israel en la propia Gaza y en otros lCabra analizar la accin de los activistas humanitarios en trminos sea de no violencia o, mejor, de violencia de loPero en un mes, cuando este nmero de Paradigma se coloque en la web, los comentarios al intento humanitario de lay al acto criminal de tropas israeles sern del todo ya inactuales.

    He optado, pues, por otro enfoque: enjuiciar a la luz de Camus no hechos de ayer, sino acontecimientos que yhistoria, los sucedidos entre 2001 y 2003, aquellos mismos que contemplaba mi viejo escrito; y, por tanto, remParadigma , tal cual, ese antiguo artculo, solamente con algunas notas aclaratorias, que necesitaba y no haba llegadredactar, y otras de recuerdo histrico. A sabiendas de que cualesquiera reflexiones, sea sobre Gaza e Israel, o sofuerzas internacionales en el Irak de 2010, estn condenadas a quedar en pocas horas obsoletas, estas reflexiones optar por la obsolescencia de los clsicos, como Camus lo es; y, asumiendo la cuota de obsolescencia imputable slovan a consistir en retomar las anteriores de 2003, reproducidas a continuacin sin cambio alguno, slo con notas infoy anotaciones crticas del autor, que se relee a s mismo para distanciarse, si hace falta, de lo pensado hace siete aosconsultado con el director de Paradigma y no me ha disuadido de proceder as. En justa correspondencia a su amabilidad lehe pedido que, de no satisfacerle el resultado, enve a la papelera mi archivo. Lo entender perfectamente. Por tanto,a aparecer en la revista, es que tambin l ha visto de inters estas reflexiones recicladas.

    As, pues, el artculo que en su momento quiso ser filosofa moral de peridico pasa aqu a ser filosofa mohechos de historia. Se transcribe lo escrito en marzo de 2003 incrementado nada ms con notas o acotaciones a pgina, en la esperanza de que siete aos ms tarde mantenga significado. De ser as, lo entonces escrito o, ms Camus, habr pasado con xito la prueba de obsolescencia.

    pArAdigmA 11

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    La violencia de los justos[escrito en 2003]

    Desde luego, la plantilla tica con la cual los telogos morales enfocaron el tiranicidio lcito y la guerra jus1 estactualmente inservible. Est fuera de servicio, primero, porque las condiciones de cualquier accin de ese gneroatentado han cambiado por completo; y, segundo, y sobre todo, porque se ha desvanecido la hiptesis bsica sobre laoperaban, la hiptesis-Dios, el escenario de un juicio final divino capaz de corregir los humanos errores, incluidos los

    del bien y combatientes del mal. En caso de que haya Dios para ajustar las cuentas en juicio final a los humanos, entonca evitar horrores terrenales, y aun sin certeza absoluta de que slo con la accin emprendida sea posible poner catrocidades, est permitido incluso correr el riesgo de cometer errores, tales como provocar esta o aquella muerte, ya ladel tirano cruel, ya la accidental ("colateral") de alguna vctima inocente no propuesta. Otra cosa es si no hay Dios o que le haya, o si la creencia religiosa no autoriza a hacerle entrar en el cmputo y reparacin de los daos humanos: si ssuma, sin la hiptesis-Dios, como en 1945 se anticip a decir el telogo Bonhoeffer2 desde una prisin nazi de la que slo saldrapara ser fusilado. Entonces todo cambia: no queda instancia alguna para corregir humanos daos.

    Pensaba Dostoievski3 que, si Dios no existe, todo est permitido. Con razn se le ha replicado, sin embargo, volvienrevs su sentencia, que, antes bien y por el contrario, en ausencia de Dios o en caso de irrelevancia suya al no ent

    cuentas de la historia-, entonces hace falta hilar ms fino en la demarcacin de lo permitido y de lo prohibido, en la adde la justicia, en la proteccin eficaz de los derechos y en la justa defensa de las vctimas.

    Donde se deca e invocaba "Dios" cabe, adems, leer e interpretar tambin "Historia", o "la posteridad", o "el trihistoria", que algn da juzgar. Tampoco sta sirve de instancia reparadora que a la postre llegar a ajustar las cuposteridad y el futuro no redimirn del pasado, ni de los holocaustos, ni de los errores cometidos por los justicieros. Ehumanidad, como mucho, se despertar la nostalgia y el grito de protesta por las vctimas que no debieron ser y, dentro vctimas equivocadas, las del "fuego amigo", como se dice obscenamente, las causadas sin querer, pero tambin sin requienes estaban llenos de bienhechora voluntad de proteccin y justicia.

    Sin instancia superior que repare los daos cometidos en nombre de la justicia, la violencia necesaria para hacerderechos de las vctimas y para socorrerlas, si se la quiere ejercer de manera lcita, exige un rigor superior en el anlisrequisitos. As que hubiera sido preciso hilar delgado en el anlisis de las circunstancias y de las posibles consecuenciaemprendieron acciones armadas tan varias, por otra parte, como las intervenciones recientes en Kosovo4 y luego en Afganistn5, otambin, en otro orden, en el asalto de fuerzas de seguridad al teatro moscovita de Dubrovka para liberar rehenes6. El anlisis, desdeluego, ha de ser sumamente escrupuloso ante el propsito y pronstico de lo que se preconiza como ataque preventivcomo ofensiva de guerra, tal es su nombre, frente a Irak.

    Empresas de esa naturaleza Kosovo, Afganistn, Irak, aun dentro de sus claras diferencias, presentan un rasgodoble, el de desarrollarse como acciones armadas a medias justicieras y a medias preventivas de sospechados males mmovilizacin de un ataque a Irak parece, desde luego, responder a ese doble objetivo, al menos en el orden de lo cdejando aparte posibles objetivos inconfesables. Se propone eliminar al tirano y su rgimen, en parte para hacer justiciapara atajar el peligro mundial que supone su probable o presunta posesin de armas de destruccin masiva.

    En una situacin as, quienes hemos crecido gracias a la lectura de algunos maestros de humanidad, de mconvivencia humana en paz, nos preguntamos: qu hubieran dicho de esto Kant o Rawls, o Brecht, o Russell? Nec

    1. El tema del asesinato del tirano est en el Padre Mariana (1536-1624). El de la guerra justa, ms frecuentado, estaba ya antes en Francisco de Vitoy en muchos otros. Puede verse en Alex J. Bellamy, Guerras justas: de Cicern a Iraq. Fondo de Cultura Econmica, Madrid 2009.2. En epistolario pstumamente publicado bajo el ttulo de Resistencia y sumisin, Esplugues / Barcelona, Ariel, 1969. La expresin aunque no hubidel jurista luterano Grocio, destacado iniciador del derecho internacional, en Sobre el derecho de guerra y de paz (1625)3. Lo dice Ivn en Los hermanos Karamazov.4. La ofensiva de Kosovo por parte de fuerzas de la OTAN se realiz entre marzo y julio de 1999. Con esa intervencin y la contraofensiva de Serbia,muertos civiles y cerca de un milln de desplazados.5. Empezada la guerra o invasin a finales de 2001, tras el atentado del 11-S en las Torres Gemelas, casi diez aos despus no ha terminado la sangraese torturado pas.6. En ese teatro Duvrovka, el 28 de octubre de 2002, durante la representacin de un musical con un millar de espectadores, irrumpen 40 encapuchadoque mantienen all secuestrados a los ciudadanos durante dos das. Finalmente asalta el teatro el ejrcito ruso con un gas lacrimgeno y otro, paralizantoxicidad, cuya naturaleza el gobierno ruso nunca especific. El hecho es que murieron 167 inocentes, dos de ellos por disparos, el resto intoxicados.

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    poderles consultar. Por desgracia, segn la metfora de Hegel, el bho de Minerva, el de la inteligencia, levanta eatardecer: la inteligencia moral, la razn y reflexin tica, suele llegar tarde a los acontecimientos, juzga de ellos cuandproducido. Tiene algn peso esa reflexin antes de los hechos y en orden a evitarlos? Es optimista pensarlo as; pero, destiempo, tarde ya, ello no dispensa de pensar y recabar la asistencia de maestros. Las reflexiones ticas que siguconsultadas con Albert Camus y son deudoras de una lectura de su obra como pensador moral7.

    Una intervencin que causa muertos, sean militares o civiles, deliberados o accidentales, no puede derivar jus

    tica de un simple clculo estimativo de las bajas probables. Las vctimas provocadas de manera directa por la propiganan legitimidad moral slo por la dudosa estimacin de que muchas ms vctimas llegaran a producirse sin tal accsecuestrador con algunos rehenes ahora en sus manos: quiz les d muerte y, si anda suelto maana todava, proseguircriminal con an ms vctimas. Eso no justifica, sin embargo, que el sheriff con mejor puntera del condado, para acabarla lejana y sin consultar a los rehenes, dispare a su cabeza en medio del grupo con peligro de hacer saltar por los aires cabeza, alguna otra vida, segn sucedi en el teatro Dubrovka. Desde la responsabilidad moral de quien dispara o lamortfero cabe el clculo de preferir dos muertos hoy por accin justiciera a diez o veinte muertos pasado maancriminal?8

    Las responsabilidades imputables por accin, de efectos ciertos y por mano propia, no son equiparables a la

    siguen por una omisin de consecuencias inciertas, debidas, adems, a acciones criminales ajenas que escapan al propLas vctimas mortales y de otra clase, caso de no haber irrumpido fuerzas de asalto en aquel teatro, tal vez hubieran alcrealidad, nunca lo sabremos) un nmero mayor que las causadas con esa intervencin. Pero basta una conjetura y estimel aire para la justificacin poltica? No basta, desde luego, para una justificacin tica.

    Cmo estar justificado, cmo ser justos en situaciones extremas de tirana que slo pueden empezar a resolvalgunas muertes? En El hombre rebelde habla Camus de "asesinos delicados": rebeldes justicieros que en algunos magnicidioatentados, entre 1878 y 1903, hicieron coincidir el necesario asesinato con la renuncia a la vida propia. Son los mism Los justos , cuyo drama y desgarro interior dimana del reconocimiento del carcter inevitable a la vez que injustificable de revolucionaria. Es preciso, s, ejercer la violencia y quiz matar a uno o a unos pocos, para que muchos otros, los ms, v9.

    Pero esos asesinos de conciencia sutil y rigurosa son sabedores de la imposibilidad de justificacin moral de tal accin10. Aceptan,pues, ser criminales y asumen la imperdonable culpa con el fin de que nunca ms haya crimen de Estado. Por eso, se enmismos a la justicia como nica aunque imposible justificacin de su acto. Deciden pagar con su vida las vidas que arhacen en la esperanza de que este doble holocausto alumbre la promesa de un valor, de un porvenir mejor. No es que deno son kamikazes, ni fanticos tampoco; no esperan ni les espera paraso alguno. No desprecian la vida ajena, ni la propvida, desde luego, en ellos mismos, pero la aman tambin en los dems: no slo en los humillados por el tirano, sino intirano. No hay causa digna alguna que justifique matar; pero, si algo se aproxima a la imposible justificacin moral, es qmatar o atentar comporte la propia condena a muerte.

    El "justo" de Camus no se parece en nada al terrorista suicida, al hombre-bomba que estalla y muere junto

    vctima11. Mucho menos se parece a quien hace volar por los aires a distancia o con temporizador un vehculo estilo ETAbombardea con misil de largo alcance la residencia del dictador12. No atentar, adems, si en la hora y lugar sealados para abatiral tirano se encuentra a su lado su familia o un nio cualquiera13. El acto criminal de tales "justos", sin voluntad terrorista ni tampoco

    7. Mi deuda con Camus se remonta a mi inicial lectura de l, hace ms de cuarenta aos. En esos aos, sin embargo, he percibido que tambin envejecen. Al releerle ahora, encuentro demasiado afectada de existencialismo romntico la grandilocuencia de muchos de sus hroes. Me resulta Ccercano cuando celebra la dicha sin nubes de una sensualidad mediterrnea.8. Al plantear estas preguntas estaba pensando todava en otro hecho, semejante al del teatro Duvrodka, y, por los resultados, ms complejo de enjuiciaEn diciembre de 1976, 14 guerrilleros tumaparos retuvieron como rehenes a 600 personas en la embajada de Japn en Lima. Liberados muchos de cabo de cuatro meses, en abril, quedaban todava 72 personas. El presidente peruano Fujimori hizo entonces asaltar la embajada por comandos. Emurieron un rehn, dos comandos y todos los secuestradores, algunos de los cuales fueron asesinados, pese a haber sido capturados vivos. Fujimori al

    liberacin como de un xito completo, pues en efecto lo fue, sobre todo si se la compara con la del teatro Duvrodka cinco aos ms tarde; y se hizo foun orgulloso triunfador, en el lugar de la operacin.9. En Los justos, el tiranicida Kaliayef, lo proclama: Matamos para construir un mundo en el que nadie volver a matar. Aceptamos ser criminales parfin se cubra de inocencia.10. Kaliayef duda de su propio acto revolucionario criminal: Por una ciudad lejana, de la que no estoy seguro, no ir a golpear el rostro de mis hermaaumentar la injusticia viva por una justicia muerta. 10.000 muertos civiles y cerca de un milln de desplazados.11. Despus de 2003 se han multiplicado mucho los casos de esa inmolacin fantica a la vez que criminal.12. Como caba temer y de hecho sucedi en Irak y Afganistn: bombardeos sobre lugares donde se presuman estar Sadam, o algunos de sus fieles.13. Es as como en Los justos Kaliayef, en una primera oportunidad, no lanza la bomba contra la calesa del gran duque, por ir ste acompaado de sus

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    justiciera, se hace acreedor a un respeto, porque al precio de su condena a muerte paga el riesgo de injusticia, de error oclculo en su accin.

    Lo que Camus escribi del francotirador y del grupo revolucionario vale tanto para una patrulla guerrillera revcomo para una alianza militar. Puede que en anlisis slo poltico el clculo o, mejor, la comparacin toscamente estimhorrores derivados del atacar o de no hacerlo, sea suficiente para dar luz verde al ataque preventivo, ayer en Kosovo yhoy en Irak, maana en otro pueblo. Pero en el juicio tico resulta crucial no slo el grado de certeza o ms bien

    probabilidad de los diversas consecuencias posibles, sino el agente que causa los daos: producidos por la accin del senfrentado al dilema de actuar de este modo o de aquel otro; o bien, y en cambio, por la de aquellos a quienes con razno ya inmorales, sino criminales. Las actuales o potenciales vctimas de un rgimen tirnico o de una organizacin terrode contrapeso para las vctimas no menos reales de una accin con voluntad justiciera o de humanitarismo, de proteccidbiles. Entre los respectivos efectos de la accin en un lado y de la omisin en otro (y adems, quin dijo omisinmodos de actuar, no con las armas), no existe simetra alguna para un balance moral.

    Es probable o quiz cierto que las vctimas en Irak del poder ejercido por Sadam Hussein slo puedan ser dmediante una resuelta accin militar. Es ya, en cambio, del todo incierto que las potenciales vctimas del terrorismo inen la invocada "seguridad mundial" slo tengan ese mismo modo de defensa y salvaguardia. Al igual que en otros es

    guerra, tambin ahora se prev emprender la intervencin desde las bases de lanzamiento de misiles a distancia de centkilmetros o bien desde los cinco mil metros de altura de los bombarderos. Cuando son bien reales la sangre y la destotro lado de la pantalla del monitor de tiro, resultan ms que inquietantes las semejanzas -cmodo silln, tablero de manriesgo- entre un ataque de esta ndole y el entretenimiento ante una consola de juegos electrnicos o de realidad virtupensamiento de esa semejanza resulta estremecedor.

    Adems, el balance de empresas semejantes en el pasado reciente en Afganistn sin duda, y todava por veBalcanes ha sido de fracaso espectacular14 respecto a los fines proclamados. Ha habido daos trgicos, centrales y colateraldaos que no se hubieran producido con otra clase de ciruga poltica: centenares de muertes y cientos de miles de exilmisma poblacin inocente que se dice defender15. Se acta manifiestamente con escaso rigor tico; y los graves desatinos moral

    pronto se muestran coincidir con burdos errores de clculo en la previsin del curso de los hechos por parte de los militares. El implacable desmantelamiento de un pas ya desmantelado anteriormente no ha logrado mejorar el paisajeexpeditivo asalto al teatro de Mosc tampoco ha contribuido a mejorar el escenario checheno. La paz resultante de accla de los cementerios. Lo haba escrito el romano Tcito: "A robar, aplastar y violar le llaman Imperio; y cuando crean llaman paz".

    Existen vas y propuestas alternativas a la accin armada convencional? Los ciudadanos han de reivindicar el repudiar los ataques preventivos y de manifestarse contra ellos, aunque condenen no menos, y antes, los crmenes de lostiranos el de Sadam no es el nico, sin estar obligados tampoco, por otra parte, a proponer alternativas operativas aSon los gobernantes quienes con el poder y con la informacin en su mano han de disearlas y llevarlas a cabo. Los

    estn autorizados tambin a denunciar la impresentable justificacin militar de ataques escasamente precisos desde los cvoluntad de no tener ni una sola baja en el ejrcito atacante. Y no menos es para denunciar que a los oficiales del ejrcitodemocrtico ni se les pase por la cabeza plantear objecin de conciencia no general contra las armas, pero s especparticipar en una accin armada de dudosa eficacia poltica y de base jurdico-moral aun ms dudosa: la aberracin depreventivo, cuyo verdadero nombre es guerra de agresin ante una amenaza indefinida e incierta procedente de Irak.

    Por consiguiente, son falaces el reproche y la pretensin de que deben callar las condenas de una accin armllevan aneja la propuesta de una solucin eficaz alternativa. Contra ese reproche, y por el contrario, cabe muy bien decbombas!", y no saber qu proponer, o limitarse a proponer lo que desde el principio pudo haber sido: para empezapertrechado y robustecido a esos tiranos y terroristas, a cuyo caldo de cultivo ha contribuido la misma potencia militarahora la cruzada y caza del demonio en ellos; despus, para continuar, mayor firmeza y sutileza en la negociacin dipl

    14. En Afganistn y en Irak, siete aos despus, se ha confirmado el fracaso. En los Balcanes no ha ido tan mal la historia. En cuanto a Checheniaabierto.15. En Irak, desde 2003, no menos que en esas otras regiones.

    pArAdigmA 14

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    apoyo en medidas de fuerza de otra naturaleza, de embargo de armas, de bloqueo econmico selectivo e incluintervencin militar en tierra con exacta precisin en los objetivos. Malparadas tanto la tica como la eficacia poltvez ms se hace patente que una causa limpia no se deja defender por medios de dudosa legitimidad jurdica y mtambin, y a la recproca: si los medios no son limpios, ello sucede porque tampoco lo es el fin, la causa invocada.

    Hay alguna iniciativa que proponer? Sin ningn anclaje textual explcito en Camus, pero s en consonanciaperfil de los "justos" en su obra, podra disearse la siguiente propuesta, con cierto tinte idealista, mas no utpicacreacin y reclutamiento de un cuerpo de intervencin armada integrado por voluntarios, convencidos del deber mintervenir aqu y ahora un aqu y un ahora no designados a dedo por el "wanted !" del gran sheriff en injerencia humanitariay que arriesgan la vida por exigencias del guin de esa injerencia: para su eficacia y tambin en testimonio de la grmoral de su acto. En el riesgo asumido atestiguan el desgarro de conciencia inherente a cualquier uso tico de las armuna causa humanitaria, la conciencia de quien sabe estar cometiendo un acto tan necesario como quiz injustificaquien acaso incluso teme estar equivocado de causa o bien de estrategia.

    Para el logro de sus fines esos voluntarios operan sobre el terreno, nico espacio donde es posible defend

    veras a los indefensos. A estos voluntarios, como al soldado, se les presume el valor, mas no madera de hroes o mPara asegurar al mximo su xito y tambin su seguridad necesitan de toda clase de apoyo logstico y cobertura por pun ejrcito convencional areo o tambin de tierra, que sin embargo no agrede, solamente hace de escudo suyo defensuministra, protege y ayuda en sus movimientos estratgicos sobre el terreno. Aun as, al igual que los cooperantesONG en territorio amenazado, ellos tambin se hallan amenazados, estn jugndose la vida y el bienestar con una gsolidaridad nacida de la decencia tica de quien se toma en serio que hay otras vidas bajo riesgo.

    Los cascos azules de las Naciones Unidas16corresponden a ese perfil, el de "los justos"?17De ser as, la propuestano sera nueva, ni tampoco idealista: estara ya inventada; slo hara falta ponerla en prctica una vez ms, vigorimbuida de esa virtud moral que Camus reconoci en los rebeldes enfrentados a la necesidad histrica de matar

    embargo, pese a ello, justos.

    Hay que insistir, de todos modos, en que no son los ciudadanos, simples lectores de Camus u otros maesquienes han de concebir alternativas a la aberracin de una guerra preventiva18. Eso corresponde a los gobiernos. Losciudadanos cumplen con recordar que ste es un gnero de guerra que no contemplan como justa o justificada ningunmaestros, religiosos o laicos, de nuestra tradicin, ni los clsicos del derecho de gentes, de Francisco de Vitoria a Gtampoco la juridicidad internacional actual. Y, al recordarlo, no estn incurriendo en utopa19.

    16. Lo mismo cabe decir de otros cuerpos militares en paradjica tambin ambigua- misin de paz.17. Hay que sospechar que no, aunque acaso se aproximan al perfil. Tambin cabe sospechar que la figura del justode Camus, una figura no slo mreligiosa, sacrificial, no es trasladable a un colectivo armado, ni puede tampoco implementarse en una estrategia militar. Lo cual obliga a cerrar el aparca conclusin: aunque no coincidan con la idea que he extrado de Camus, los cascos azules representan lo ms semejante a ella en un realismo crusiempre el de los conflictos violentos. Si se permite sugerir alguna mejora en las fuerzas de Naciones Unidas, la sealara en su reclutamiento, qhacerlo no de oficio, casi forzado para los soldados que cada ejrcito nacional aporta a esas fuerzas, sino por vocacin, por una verdadera elecciEse modo de reclutar contribuira a eliminar o rebajar los casos de torturas, de violencia, abuso sexual, rapia y otros abusos, en que en ocasionesindividuos o grupos del contingente de Naciones Unidas.18. Aberracin cometida en Irak.19. Son reflexiones con indudable aroma de utopa, no ms utpicas, empero, que las de Jrgen Habermas en su teora social de la accin comunicativde utopa inherente a cualquier propuesta tica. Su mayor debilidad est su inconcrecin, su vaguedad, en la ausencia de un anlisis polticinseparablemente acompaar al tico. En la Edad Moderna, ha tenido Occidente muchos maestros morales: de Montaigne a Camus, pero apenas maMaquiavelo ense bien a los prncipes. La violencia de los justos est esperando todava a su Maquiavelo.

    pArAdigmA 15

    Alfredo Fierro es catedrtico de Psicologa de la Personalidad en la

    Universidad de Mlaga

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    El 4 de noviembre de 1948 cuando, finalizada la Segunda Guerra Mundial, la dictadura franquista pareca afaparece en Les Nouvelles Littraires un artculo donde Gabriel Marcel acusa a Camus de cobarda y deshonestidad (o, al mede dejarse aconsejar mal) por haber situado en Cdiz el desarrollo de la trama de Ltat de sige , tragedia en la que sedenuncian las atrocidades de los regmenes totalitarios. Por qu no eligi uno de los pases atravesados por los Cpongamos por caso?

    Un mes despus, con sus acostumbradas rotundidad y elegancia, Camus responde a Marcel desde las pgiCombat , el peridico de la Resistencia, bajo el ttulo Pourquoi lEspagne?

    .

    Camus eligi Espaa porque en este pas, en Guernica, y por vez primera, la poblacin civil fue vctimbombardeo indiscriminado mientras dorma, con el resultado de cientos de muertos. Nueve aos despus es preciso pues la sangre de esos inocentes desnuda el farisesmo de los Estados libres que, en la Guerra Civil, no acudieron en legtimo gobierno republicano, ni tampoco lo hicieron despus para acabar con la dictadura:

    En su inters por lo espaol influyeron razones biogrficas, pues su madre, Catherine Hlne Sints, aunque nArgelia, era hija y nieta de espaoles originarios de Menorca .

    Una segunda mujer representa en la vida de Camus su pasin por Espaa: la actriz Mara Casares. sta intervestreno de Le malentendu tambin interpret papeles en Ltat de sige y Les justes , entre otras. Hija de Santiago CasaresQuiroga, presidente del gobierno de la Segunda Repblica espaola en 1936, se exili en Francia con sus padres dgolpe militar del general Franco y pronto trab amistad con Camus Albert Math en la clandestinidad. A ella se refdiarios (Carnets ), aunque sin nombrarla, utilizando iniciales. Elogia su fuerza dramtica y su capacidad para intepersonajes trgicos. Sus relaciones intimaron a partir de 1944 segn cuenta la actriz en sus memorias, publicadas bajResidente privilegiada (Argos Vergara, Barcelona, 1981). Camus viva ese ao en un apartamento anejo a la vivienda deGide, en la calle Venau de Pars. Casares escribe: .

    Sin embargo, tambin fue un factor decisivo para l el valor simblico que Espaa tena como lugar donde librado una feroz batalla por la libertad. Camus concibe un mito de Espaa como tierra de rebeldes libertarios amavida.

    Albert Camus:por qu Espngel Ramrez Medin

    >

    (Prface lEspagne libre, 1946)

    pArAdigmA 16

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    La tuberculosis que padece le impide enrolarse en la guerra de Espaa en la que participan personas que admirSimone Weil o Andr Malraux. ste escribe La esperanza , germen de la pelcula Sierra de Teruel y comand un grupo de avionesde combate (la Escuadrilla Espaa). Esta guerra constituye para Camus una epopeya con la que forja una imagesimblica del pas: una civilizacin hecha a medida del ser humano con una forma particular de existir, el amor fati nietzscheano,y una defensa a ultranza de la libertad. Es el mito de un pas que slo visit una vez y al que se senta vinculado ideolpor las revoluciones libertarias y la lucha contra el fascismo; y estticamente por sus poetas y su teatro. Espaa, dijoenseado a dar a la palabra libertad su contenido eterno>>.

    Lo que sigue es, sin pretensin de exhaustividad, una narracin cronolgica de las principales intervenciones den torno a lo que podemos llamar el problema espaol .

    1935: Mallorca

    En el verano de 1935 realiza su primer y nico viaje a Espaa. Visita Mallorca e Ibiza, y recoge sus impresiobreve ensayo Amour de vivre (1936) contenido en Lenvers et lendroit :

    Este ensayo va precedido por La mort dans lme donde describe su en Praga. ElMediterrneo frente a Centroeuropa como dos maneras de concebir la existencia. En el frenes vital del MediterrnCamus se siente en su medio existencial y espiritual: es lo que, aos despus, denomina en ssobre la rebelda (1951). , contrapunto camusiano al idealismo filosfico triunfante e(del que tambin es un epgono el materialismo histrico), artfice de dos fetichismos: el de la razn (hiperracionalismtemporalidad (historicismo). Ambos provocan una fuga de la realidad, un descontento con lo fctico que les lleva a phacia un horizonte histrico al que vale la pena sacrificar cualquier valor y cualquier vida.

    La sabidura mediterrnea que l cree hallar en sus otras patrias (Espaa y Argelia), es el amor fati , sustanciado en un,en nuestra opinin, caduco sentido del honor (a veces, habla de un ), una aristocracia moral e la defensa de la libertad y dignidad de cada individuo, la renuncia a las utopas desmesuradas, el sentido de la medida de lo humano, la aceptacin natural de la muerte, la rebelda, la sensualidad en una Naturaleza luminosa y feraz, as arte que expresa el . Esta idealizacin, y ocurre con todas, soslaya aspectos ms sombros analfabetismo y el fetichismo religioso que han hecho a Espaa vctima del integrismo en tantos episodios de su histnuestro filsofo-poeta no fue sistemtico, aunque s ambicioso en su pretensin de crear un nuevo modelo de civilizac

    1936: Rvolte dans les Asturies

    Ese ao Camus expresa su compromiso con Espaa al ocuparse de la revolucin anarquista en Rvolte dans les Asturies . La primera batalla que libra su pluma es, pues, en apoyo a la causa libertaria reprimida por el gobierno repudurante el Bienio Conservador. La CEDA de Gil Robles haba ganado las elecciones. Gobierna, por encargo de Alcal

    Partido Radical Centrista de Alejandro Lerroux, con apoyo de la coalicin de derechas.

    La Alianza Obrera Asturiana agrupaba a socialistas, comunistas y anarcosindicalistas. El lder fue el socialistGonzlez Pea. Ese mismo mes de octubre, Llus Companys haba proclamado la Repblica Catalana, que fracasa. El encarcelado.

    Se trata de un drama-reportaje que contiene una exposicin superficial, muy emotiva, de la insurreccin oboctubre de 1934. Los mineros se levantan en una huelga general revolucionaria apoyada por la CNT y una parte Mientras los obreros se dirigen a Oviedo, en las cuencas comienzan diversos ensayos revolucionarios como las libertarias. En Oviedo toman la Universidad y el Banco de Espaa. La revuelta es reprimida por legionarios comandadluego protagonizara el golpe militar, Francisco Franco. El recuerdo de otro episodio sangriento, la cruel represin deanarquista de Casas Viejas (Cdiz) donde los campesinos ocuparon tierras por parte del gobierno de Azaa en 19muy fresco.

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    As, en esta obra de Camus no hay tanto un apoyo a la Repblica espaola, cuanto una adhesin a los movimrevolucionarios libertarios que se producen bajo la misma. Es llamativo que estos hechos histricos no aparezcan meen Lhomme rvolt , el estudio camusiano sobre la rebelda histrica. Aqu, como ejemplo de rebelda no-metafsica, es deespuria (por no estar mancillada por utopas desmesuradas que sacrifican la libertad y la dignidad individual), cita denomina , Dora Brilliant y Yanek Kaliayev (que atenta contra el Gran Duque Sergio), protLes justes , y que pertenecan a la Organizacin de Combate, fundada en 1903 en el seno del Partido Socialista RevoluRuso. Dos son los valores que presiden esa obra: la dignidad inviolable de cada ser humano (nico valor al que le apelativo de , en el sentido kantiano de incondicional) y la libertad, que no puede ser suprimida ni tanprovisionalmente como exige la utopa marxista.

    En 1937 tuvo lugar en Argel la primera representacin teatral de Rvolte dans les Asturies , bajo el ttulo de LEspagne 1934 . Hubo de sortear la prohibicin del alcalde argelino Augustin Rozis, por la defensa del anarquismo espaol contesta temprana obra. Camus la presenta como fruto del trabajo en equipo desarrollado en la compaa Thtre du Travail luegolquipe , creada en 1936. l pertenece en ese momento al Partido Comunista y quiere hacer un

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    de Cervantes, adems de poemas de Antonio Machado, M. Altolaguirre, Vicente Aleixandre y Cernuda, as como la Baladilla de los tres ros , de Federico Garca Lorca.

    En el segundo nmero, el texto de Camus Lt Alger que se publicar con otros ensayos breves bajo el ttulo deNoces en 1939 comparte protagonismo con veinticuatro coplas andaluzas. El tercero, un monogrfico dedicado a Lretirado por las autoridades de Vichy, que confisc y destruy las planchas.

    Fundado en octubre de 1938, Alger Rpublicain se convirti en un firme defensor de la Repblica espaola. Durante eltiempo en que Camus fue redactor en este peridico argelino, slo firmaba artculos de poltica interior, salvo cuandode defender a la Espaa republicana. As, el 18 de febrero de 1939 escribe aqu sobre La Pasionaria.

    1944-1945: Combat

    Las experiencias de la revolucin anarquista y la lucha contra el fascismo en Espaa y el resto de Europa, conCamus de la posibilidad de una accin transformadora basada en una moral de la dignidad humana, en una metafsentido. As abandona el absurdo e ingresa en su poca de rebelda (1942-1951): los tres (Ltranger, Le Mythe de Sisyphe y Caligula ) dan paso a sus tres libros de la rebelda (La peste, Ltat de sige y Lhomme rvolt ); aunque en Caligula ,que escribe en 1940, ya haba un cierto progreso hacia el sentido por cuanto se daba una condena de la razn de Esta

    absolutizacin de los fines.

    Camus, que colabora en Combat , el peridico de la Resistencia, est convencido de que no habr Europa mientras smantenga Franco, porque no hay unidad posible all donde la conciencia est desgarrada. Y gran ofensa a la conciences el mantenimiento de una dictadura ilegal y sangrienta por las mismas naciones que dicen luchar contra el totalitaris

    Por eso, el 7 de septiembre de 1944 escribe Nos frres dEspagne en Combat : Y vuelve a insistir en este mismo peridico los das 5 de de noviembre y 10 de diciembre en que escribe:

    Ya el 7 de enero del ao siguiente aparece en este mismo peridico LEspagne sloigne .

    1946: Por Espaa libre

    En su prefacio a LEspagne libre , conjunto de artculos y discursos de varias personalidades (Calmann-Lvy, 194Camus reprocha a la Iglesia catlica su alianza con el poder poltico, y defiende la legitimidad republicana ante el gofranquista, condenando una vez ms el abandono de la Repblica por Europa. Entre las funestas consecuencias del goasesinato de Lorca y la muerte de Antonio Machado en Colliure en 1939, tras diez meses de reclusin en el campo dede Argels que no duda en calificar como . Se refiere tambin a la entrega a FrancCompanys, y, aunque fue obra del gobierno de Vichy, afirma que Hace un nuevo llamamiento al mundo libre para que se posicione frente al franquismo, pues la democracitener fronteras y cuando es despreciada en algn lugar, la amenaza es global: . Por ltimo, se refiere a los testimonios en defensa de la dignidad humana contenidos en la obra que pronecesarios, dice, en un .

    1948: Contactos con crculos libertarios

    En su respuesta a G. Marcel con que inicibamos este trabajo (Pourquoi lEspagne? ), Camus vuelve a referirse a laentrega a Franco de Companys, que se haba refugiado en Francia. . Denuncia asimismo el papel desempeIglesia catlica en la contienda, por el apoyo de la jerarqua al ejrcito golpista, y habla del escndalo de ver aespaoles . Afirma luchar contra el silencio y el olvido, porque desespvctimas y son aliados del totalitarismo. Asimismo dice avergonzarse del Estado francs por el trato dispensado a los

    republicanos, que califica de cobarde.La agona de Machado durante el ltimo ao de su vida representaba, a un tiempo, la derrota de la Espaa li

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    hipocresa occidental. El abandono del poeta en el campo de refugiados presagiaba el de la Repblica exilada. En unaconcedida al semanario Espaa Republicana , sostiene que Franco mat a Garca Lorca y .

    1948 es un ao clave para las relaciones de Camus con el anarquismo. Andr Prudhommeaux, escritor anarquvinculado a Espaa, editor de Le Libertaire y Le Monde Libertaire , le introduce en los crculos anarquistas invitndole a asistir auna reunin del Cercle des tudiants Anarchistes. Se iniciaba una relacin que ya no se interrumpira nunca.

    1949: Comendador de la Orden de la Liberacin Espaola

    En febrero acepta el nombramiento de Comendador de la Orden de la Liberacin Espaola en un texto tLEspagne . Dicho galardn le fue impuesto en la residencia oficial de la Repblica espaola, en el nmero 35 de la Avenpor su presidente Diego Martnez Barrio.

    Aunque la actitud de Camus le haca merecedor de tal laurel, s que echamos de menos que, en estos aos,ocupara del maquis, la ltima resistencia armada organizada internamente contra el franquismo que, aun siendo vctiprogresivo aislamiento internacional, consigue mantener la lucha durante los diez aos posteriores a la victoria de Fran

    1951: Solidaridad Obrera

    La Casa de Catalua organiza en el parisino teatro Rcamier un acto por el decimoquinto aniversario del estallGuerra Civil. Junto a Camus intervienen Octavio Paz y Fernando Valera, ltimo jefe del gobierno republicano en el exdisolucin en 1977. Las palabras de Camus aparecen en Solidaridad Obrera el 4 de agosto bajo el ttulo 19 Juillet 1936 : ese da y sta an no ha terminado, pues el cinismo de los gobiernos desostiene an al franquismo. Elogia la grandeza de la lucha espaola, .

    1952: Espaa, en la UNESCO

    En abril aparece Chroniques en Esprit , donde vuelve a desarmar el silencio y pasividad del mundo libre respecto afranquismo, que comparte as la responsabilidad de sus torturas. Critica tambin el colaboracionismo catlico en duros

    El 30 de noviembre pronuncia la conferencia LEspagne et la culture en la Sala Wagram, en un mitin de la izquierda nocomunista. Se refiere al ingreso de la Espaa franquista en la UNESCO para rechazar los dos argumentos de quienes esa integracin en las instituciones internacionales: la poltica de no intervencin y la supuesta contencin al comunFranco ejerca. El primero, por ocultar con hipocresa lo que, en realidad, no era sino un claro apoyo. El segundo, plibertad lo nico que puede frenar al totalitarismo. , sostiene con rotundidad. Ya haba presentado su dimisin en este organismo el 12 de junio cuanunci la adhesin de representantes oficiales de Espaa. A su vez, se dirigi a otras personalidades pidindoles similar, sin obtener respuesta.

    A este acto de protesta, donde, junto a Camus tambin interviene Salvador de Madariaga (escritor y mrepublicano), asiste Emilianne Morn, Mim, la compaera del lder del anarquismo espaol, Jos Buenaventura Durr

    1953: La ley del silencio

    En mayo participa en el mitin organizado en Saint-tienne por la CNT espaola y el Comit de Liaison Intersyndicale de la Loire , bajo el lema Defensa de las libertades. En su intervencin, Le pain et la libert , lamentando el avance de losdogmatismos, dijo: .

    El 18 de julio aparece Le sicle de la peur en la cuarta pgina de Solidaridad Obrera , artculo ilustrado con un sombrodibujo de guardias civiles de tricornio. Camus escribe que vivimos como perros acorralados pues el dilogo ha sido npor la tirana de las ideologas. En el caso espaol, como en otros, se va imponiendo la ley del silencio que emana de

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    . En ededicada en exclusiva a autores franceses, escriben tambin Maurice Yoyeux y Henri Bouye.

    1955: Espaa en la ONU

    El 23 de octubre tiene lugar en La Sorbona una Sesin Cervantina organizada por la CNT espaola. Asiste de Madariaga y preside Camus, quien glosa la lcida locura del hidalgo manchego, .

    En octubre se ha recibido en la ONU la solicitud de ingreso de Espaa. Ya el 4 de noviembre de 1950, la AGeneral (Resolucin 386, V) haba allanado el camino, levantando las sanciones econmicas que pesaban sobre elfranquista desde 1946, con el apoyo de treinta y nueve pases (entre ellos EEUU), la oposicin de diez (la URSS y oabstenciones (una de ellas, Francia).

    Preocupado, Camus publica el 12 de noviembre LEspagne et le donquichottisme , en Le Monde Libertaire , yDmocrates , couchez-vous el 18 del mismo mes en LExpress . En ambos denuncia la posibilidad de que el rgimen franquista seaadmitido en el seno de la ONU.

    Pero la aceptacin por la Asamblea General llegar el 14 de diciembre. Dicho ingreso es saludado por La Vanguardia de Barcelona con un rotundo . Han sido cincuenta y cinco votos a favor (entre ellos, el deMjico y EEUU se han abstenido, pero el embajador norteamericano se apresura a felicitar a Espaa por tal ingreso.sovitico subraya an ms la soledad internacional de la Repblica.

    1956: Salvador de Madariaga

    Tras una poca de transicin, Camus sufre una recada en el pesimismo: es su segunda etapa del absurdo (1956Escribe en ella obras tan descorazonadoras como La chute o Le rengat , y adapta Los endemoniados de Dostoievski, . Aunque sumido en uun silencio autoimpuestos, y aquejado de una depresin que le incapacita para el trabajo, hay luchas en las que seguir

    presente, y una de ellas es la espaola.En 1956 escribe Fidlit a lEspagne , prefacio para un nmero especial de aniversario de Tmoins , que aparece en

    primavera. Vuelve a referirse al tiempo y el olvido como aliados del totalitarismo, y reitera su denuncia de la comignominiosa de las potencias aliadas con Franco.

    El 30 de octubre pronuncia el discurso Le parti de la libert en un homenaje a Salvador de Madariaga organizado por elgobierno republicano en el exilio. Critica la impostura de pensadores de derecha e izquierda, que justifican la aboderechos fundamentales si tal opresin se ejerce bajo un marco ideolgico afn a sus preferencias polticas. Se traiciodignidad humana y la honestidad intelectual en pro de un pragmatismo poltico .

    Le concede a Madariaga el mrito de encarnar el mejor rostro del liberalismo que, en su opinin, tiene otro Jos Ortega y Gasset, defensores ambos de la democracia vertebrada en torno a lites intelectuales y morales, con unabasada en la proteccin de los desfavorecidos, la igualdad de oportunidades y el respeto a las minoras.

    1957-1958: El Nobel

    Cuando recibe el Nobel en diciembre de 1957, Camus vive ya un exilio interior que le mantiene alejado de actopblicos y relaciones sociales en general. Pero unos das despus, el 22 de enero de 1958, s acepta acudir a un pequehomenaje que le tributan sus amigos republicanos espaoles. Les dice que su amistad le ha ayudado a vivir y que esa aaunque inmerecida, es el orgullo de su vida, una vida pblica iniciada y concluida con los espaoles que haban mantenlucha por la libertad: los mineros asturianos y los exiliados republicanos.

    ngel Ramrez Medina es Doctor en Filosofa y Profesor en

    el Instituto "Alhambra" de Granada.Publicaciones sobre Albert Camus:El pensamiento trgico de Albert Camus, Alfa. Revista de la Asociacin Andaluza de Filosofa , 5, enero-junio de 1999, pgs. 151-171, ISSN 1137-8360La filosofa trgica de Albert Camus: el trnsito del absurdo a la rebelin , Analecta Malacitana, Universidad de Mlaga, 2001 (174 pginas), ISBN 84-95073-19-6Bibliografa sobre Albert Camus, Contrastes. Revista internacional de Filosofa , IX, 2004, pgs. 213-236, ISSN 1136-4076Anti-teodicea y atesmo en Albert Camus, Pensamiento. Revista de Investigacin e Informacin Filosfica (Universidad de Comillas, Madrid), nmero 241, vol. 64, sept-2008, pgs. 487-498, ISSN 0031-4749.Los sentidos del absurdo. Destino y tragedia en Albert Camus , Universidad de Granada (e-book), junio de 2010 (En maquetacin).

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    Nos hace reparar Camus en un tal Ssifo que est ejerciendo de mito, esto es, informando a las sucesivasgeneraciones, una tras otra, da tras da, ab ovo usque ad mala 2, de la futilidad de un esfuerzo que en s mismo sloda lugar a un ritmo (Allegretto , 7 Sinfona de Beethoven: http://www.youtube.com/watch?v=4uOxOgm5jQ4: unasola estrofa meldica, repetida constantemente con alguna sutil variacin, como la vida de Ssifo en el inframundNo se extiende en explicarnos cul es el pecado que Ssifo expa, ya que expiar sin ms es lo habitual del hroclsico nada que ver con la imposicin de justicias al vuelo, que es lo habitual del clsico hroe. Sin embargo importante saberlo, para entender por qu quien fue capaz de escapar de la aurea mediocritas 3, de rebelarse contrael destino que le haban preparado los dioses, sin tal vez siquiera saber cul era, y hasta de detener y luego volver burlar a la muerte, asume ahora su condicin de miserable y acepta el castigo. Es importante para saber si Ssifo e

    un avispadillo tarareando un que me quiten lo bailao o si realmente es un hroe ejemplar cuya lucha contra eestablishment o tal vez la nomenklatura jovianos debe iluminar per secula seculorum al resto por venir de humanosinconformes y preguntones. Hay un elevado tanto por ciento de probabilidades de que al final hasta esta mismdiferencia de igual, sobre todo porque quot homines tot sententiae 4, y tan hroe ser para unos por desagregarse dela inopia iter criminis 5 como para otros admirable aplicando el faber suae fortunae unusquisque est ipse 6, hastallegar a tener palacio y poder poner en la entrada Per angusta ad augusta 7. Y aqu dejo de ensayar el estilocamusino: Camus, no s si de pensar en francs y sentir en rabe, o por no haber podido hablar con su madre sordaanalfabeta, escribe inestructuradamente. Es un esfuerzo tambin seguir sus oleadas lquidas de informacin, eso

    1. Entrgate al Genio, elijamos las cosas agradables, es de cada uno lo que cada uno vive! Llegars a ser ceniza, y cuerpo muerto y fbula! Vive acordhora se escapa. Este momento en que estoy hablando ya es pasado.2. Literalmente, desde el huevo a la manzana: desde la sopa hasta el postre. Horacio, Sermones , 1, 3, 6.3. Auream quisquis mediocritatem diligit, tutus caret obsoleti sordibus tecti, caret invidenda sobrius aula . (Cualquiera que ama la mediocridad dorada, en la que est seguro y ntiene las suciedades de una casa vulgar y es moderado en sus aficiones, carece tambin de un palacio que despierta la envidia.) Horacio, Odas 2, 10, 5.4. Tantos hombres, tantas opiniones. Terencio, Phormio , 4545. Camino del crimen.6. Cada uno es el fabricante de su fortuna. Salustio, Epistula ad Caesarem senem , II, 2). O, citando tambin a Don Quijote, como hace Camus, "Cada uno es hijo de sus ob7. Divisa de Ernesto de Brandeburgo: por caminos angostos llegar a lo ms elevado.

    Un comentario sinestsicosobre El Mito de Ssifo de

    Albert Camus Cristina Centenera Garca"Me lo describs y me enseis a clasificarlo. Me enumeris sus leyes y en mi sed de saber consiento en que sean ciertasu mecanismo y mi esperanza aumenta. En ltimo trmino, me enseis que este universo prestigioso y abigarrado se r

    y que el tomo mismo se reduce al electrn. Todo esto est bien y espero que continuis. Pero me hablis de un invplanetario en el que los electrones gravitan alrededor de un ncleo. Me explicis este mundo con una imagen. Reconozc

    habis ido a parar a la poesa: no conocer nunca. Tengo tiempo para indignarme por ello? Ya habis cambiado de tciencia que deba ensermelo todo termina en la hiptesis, esta lucidez naufraga en la metfora, esta incertidumbre s

    obra de arte. Qu necesidad tena yo de tantos esfuerzos?"

    Los muros absurdos en El mito de Ssifo , Albert Camus

    "Una de las nicas posiciones filosficas coherentes es, por lo tanto, la rebelEs una confrontacin perpetua del hombre con su propia oscurida

    Es exigencia de una transparencia imposible."

    La libertad absurda en El mito de Ssifo , Albert Camus

    "Indulge genio, carpamus dulcia, nostrum est quod vivis!Cinis et manes et fabula fies! Vive memor leti!

    Fugit hora, hoc quod loquor inde est"1

    Saturae, 5, 135, Persio

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    cambios de densidad del medio en el que quiere que asimilemos que todos los despiertos pensamos en el suicicomo nica solucin coherente contra la incoherencia (Opening en Glassworks de Phillip Glass:http://www.youtube.com/watch?v=imbwn6iVryQ&feature=related: son olas de notas, como la forma de escribCamus). Me voy a quedar con su apertura homenaje al mundo latino, por lo mucho y bueno romano que hayArgelia, y con lo que los mitos evidencian desde hace ms de 200 generaciones de humanos, que nihil novum sub

    sole 8.

    Ssifo era el Rey de las pasas, el fundador de lo que sera Corinto: a este entrepreneur le iba bien, dedicadobsicamente a esquilmar turistas; incluso se atreva con el trfico de influencias y gestion un trasvase para la fuede Corinto a cambio de un chivatazo que destapaba la lujuria de Zeus Ocurre mucho en el Mediterrneo. Pero qes Zeus aqu: Camus dedica uno de los captulos al Donjuanismo y sin embargo no hace ninguna mencin tammitolgica a la lbido extraordinaria de Zeus. En los Museos de todo el mundo hay grandes formatos, que son clas fotos del Hola de hoy, plasmando a Zeus en actitud enroscativa bajo los ms diversos disfraces, como buscandodesesperadamente en cada transformacin una identidad ms perenne. El fin de Zeus es la reproduccin en todoscasos, y se transmuta por pura variabilidad gentica adaptativa: Zeus es la Naturaleza en estado puro, lbricpromiscua y victoriosa.

    El fin que Ssifo se impone o le acaban imponiendo es luchar contra ella: empieza creando una ciudaque ya es per se contraria al antiguo orden natural de las cosas; pero es que adems se atreve a mirar, registrar ytraficar con la informacin que obtiene observando las aparentemente desordenadas actividades ldicas de Zeuscastigo enviado para el que denuncia el comportamiento amoral de las leyes de la naturaleza dura lex, sed lex 9 esla muerte, pero Ssifo la captura: detiene as el tiempo, alarga la historia al prolongar la vida de los hombres, tiempo de observacin, de reflexin, de construccin, es decir, reta a Zeus a dejar de ser todopoderoso y caprichporque ahora se le observa desde la ciudad. Zeus responde esta vez combatiendo al hombre con sus propias armes la guerra la que devuelve a los hombres al estado de naturaleza, silent leges inter arma 10.

    Ssifo consigue de nuevo zafarse de las represalias, esta vez alegando que sin ritos de paso no haymutacin en el orden de lo humano o cultural, ahora separado del orden natural, separados ambos mundos tamb

    en sus leyes. Su afn de perdurar en el mundo mediato o de en medio y su previo intento de desestabilizar equilibrio entre los mundos despoblando el Hades es castigado con el movimiento perpetuo (Mozart describe bien la ira de un Dios en su Requiem http://www.youtube.com/watch?v=KqyYlYUUTWo): posiblemente su nicoconsuelo, cuando empieza a or rodar cuesta abajo su piedra por ensima vez, es pensar que le han hechresponsable de las mareas, bendita vanidad. O tal vez piensa que vali la pena el desplante torero, porque cre uciudad, que es un foco de resistencia a lo imprevisible. O confa en que, habiendo creado ya un surco en la tierrael ir y venir de su carga, antes o despus conseguir dejarla en la cima: Incipe, dimidium est facti coepisse 11.Posiblemente tan slo disfruta de la descarga de endorfinas que produce el esfuerzo.

    Pues el da que consiga llevar su piedra hasta la cima, sta rodar por el otro lado y habr que empezar dnuevo o dar un rodeo para volver al principio: despus de todo hace dos dcadas que Fukuyama anunci el fin d

    Historia y an seguimos aqu, el cuarto y mitad bendecido de la poblacin mundial, sin ideologas ni religiorevenidos de posmodernismo y sin ni casi ilusiones, acorralados por las fes ciegas y por sus hijos hambrientos... cantes de la Edad Media, pero con roca lunar a la espalda, y seguimos. S, Ssifo es un smil de la vida alienada trabajador que no controla la plusvala de su trabajo, del ama de casa que no obtiene nada sublime en la repeticimecnica hasta de sus actos de amor (qu diferente del concepto de amor supremo que destila La mamma morta dela pera de Umberto Giordano [http://www.youtube.com/watch?v=N7kPHMpuLxc]), del cientfico que tiene quea empezar de cero cuando constata que se ha equivocado en su hiptesis, del tanguista que no consigue ejercer misin de artista, que es concienciar de que la semana sobra cuando no hay pasiones, y que no hay que tardar darse cuenta de que la vida se cuida los zapatos andando de rodillas (se sale, Julio Sosa, el Varn del Tango ,versionando Qu me van a hablar de amor! http://www.youtube.com/watch?v=6LYmrPIIStw&feature=related),

    8. Nada nuevo bajo el sol.9. Ley dura, pero ley. Ulpianus, De adulteriis, 410. Que callen las leyes entre las armas. Cicern, Pro T. Annio Milone , 1011. Comienza: haber comenzado es la mitad de la empresa. Ausonio, Epigramas , 81, 1.12. El fin corona la obra es un dicho popular latino.

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    porque cuando no hay fin, o finalidad y en la vida del que cometi el glorioso error de pararse a pensar en granthink big , no hay finis coronat opus 12 posiblequ justifica el esfuerzo? O la inercia o la pasin. O Ssifo maduro yciego, o Ssifo joven y rebelde. Esto no cambia.

    Ssifo y otros tantos se han olvidado de que hay otros hroes callados, tal vez menos ciegos, queinteriorizaron el mantra siempre el ritmo, siempre la repeticin, como un corazn externo que hace sentir vBeatus ille qui procul negotiis 13. Han sabido con mucha antelacin que se nos mete en la vida con mucho falso peroadmitido maria montesque polliceri 14; conocen que la primera y ltima carga es tener que cuidar de tu propio soportefsico, tu cuerpo, y procuran huir del mundo y sus pompas, aplicando el ne quid nimis 15. A ojos cientficos puedencomportarse como bacterias de individualidad anulada, pero tal vez ellos han entendido el ars longa, vita brevis 16delestoico Sneca como hay que entenderlo: que perduren nuestras obras, que lo nuestro es estar de paso y, estando paso... Io Bacchae! 17 Alienados o no, sin esta mesocracia aristotlica no hay grandes avances en lo humano: estosseres sincitiales destruyen cualquier indicio de grandeza que asome entre sus filas, pero sin su trabajo callaninguna polis puede apoyar a sus excelentes. Vivieron con angustia Mayo del 68, y para ellos el infierno eranotros, los tumultuosos Parturient montes, nascetur ridiculus mus 18. Ssifo debi entender esta otra postura muy alfinal, cuando admite su castigo como ejemplarizante metfora del nulla dies sine linea 19: para alterarle la vida a Zeushaba que prepararse mucho ms y utilizar sus propias armas. La Naturaleza no es tonta, seora.

    13. Beatus ille qui procul negotiis, et prisca gens mortalium paterna rura bobus exercet suis, solutus omni fenore, neque excitatur classico meles truci neqiratum mare, forumque vitat et superba civium potentiorum limina . (Dichoso aqul que lejos de los negocios, como la antigua raza de los hombres, dedica su tiempotrabajar los campos paternos con los bueyes, l ibre de toda deuda, y no se despierta como los soldados con el toque de diana amenazador, ni tiene mieddel mar, que evita el foro y los soberbios palacios de los ciudadanos poderosos). Horacio, Epodos , 2, 1. O, en nuestra tradicin, "Qu descansada vida la del que huye elmundanal ruido y sigue la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido. Fray Luis de Len, Vida Retirada .14. Prometer montes y mares. Salustio, De coniuratione Catilina e, 23, 3.15. Nada en demasa. Terencio, Andria , 61.16. Sneca, De brevitate vitae I, 1.17. Es el grito de alegra de las sacerdotisas de Baco.18. Los montes se pondrn de parto, y nacer un ratoncillo minsculo. Horacio, Ars poetica , 13919. Apelli fuit alioqui perpetua consuetudo numquam tam occupatum diem agendi, ut non lineam ducendo exerceret artem, quod ab eo in proverbium ve (Por lodems Apeles, el pintor, tuvo la misma costumbre constante, que nunca tena un da tan ocupado de obligaciones que no trabajara en su arte al menos tlnea, y eso ha quedado como proverbio desde entonces). Plinio el Viejo, Historia natural , 35, 84.

    M a l d i t o 4

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    En la antologa de surrealistas franceses que est leyendo durante sus vacaciones en Acapulco con supadre, B descubre y se obsesiona con uno de los poetas del grupo, un poeta menor llamado Gui Rosey, que cierda desapareci misteriosamente sin dejar huella y por quien nadie pareci preocuparse.

    Esta brevsima sinopsis argumental pertenece al cuento ltimos atardeceres en la tierra, del chilenoRoberto Bolao1. Tres das antes de leer este relato, me sucedi una cosa parecida con cierta antologa de poesafrancesa del siglo XX2: con asombro descubr tres poemas de un tal Georges Ribemont-Dessaignes (1884-1974), aquien el antlogo sita justo despus de Francis Picabia y justo antes de Tristan Tzara. Primer golpe de efecto decasualidad?

    Segundo y definitivo golpe del seguro azar: varios das despus ojeo El hombre rebelde 3,detenindome en el captulo que Camus le dedica a la poesa rebelde. Lautramont y la trivialidad, Rimbaud compoeta de la rebelin, y llegamos al surrealismo. El autor ofrece su opinin sobre el movimiento surrealista y

    forja, que tanto debe a los dadastas a quienes califica de nihilistas de saln. Lo curioso llega cuando, parilustrar la no-significacin y la contradiccin propias del dadasmo, Camus cita lo siguiente: Qu est bieQu es feo? Qu es grande, fuerte, dbil?... No lo s! No lo s! . Esta suerte de manifiesto breve est extradde los Artichauts que Georges Ribemont-Dessaignes (otra vez, l) firma en el n 7 de la revista Dad 4, aunqueCamus no menciona la fuente ni el autor.

    Resulta cuando menos llamativo que Camus cite las palabras de GRD (as sola firmar sus obras) sinhacer mencin a su artfice, si bien es cierto que a menudo los miembros del movimiento dadasta ven susnombres difu