Tomado del libro“El Paralelo 10º norte”del Escritor Herediano

Eduardo Villalobos Yannarellaquien le ha dado importancia al paralelo 10º norte. el cual

la inmensa myoría de los haredianos, no se percatan de este hecho, ni les importa, pues la citada línea imaginar

no tiene la menor importancia.

Para orientar y localizar eficazmente los diferentes lugares de nuestro planeta, se ideó un sistema de meridianos o líneas imagi-narias que recorren nuestro globo de polo a polo y un sistema de paralelos, que se orientan de este a oeste.

La línea del Ecuador (paralelo 0), es la más impor¬tante por-que divide a nuestra tierra en dos hemisferios, el norte y el sur. Al-gunas gentes se dan el lujo de viajar a ciertos lugares de Sudamérica o de África por donde transita la línea para poner un pie en cada hemisferio.

Resulta que, el paralelo 10 norte, situado a no muchos kiló-metros de distancia de la línea ecuatorial, pasa exactamente por el centro de la ciudad de Heredia. Muchas veces y sin darnos cuenta, pasamos de norte a sur sobre dicha línea.

Durante muchos años existió en la esquina nordes¬te del Par-que Central, una chapa de bronce que indicaba que nuestro parale-lo transcurría precisamente por ese lugar donde se cruzan la calle Central con la avenida Central. ¿Casualidad? Esto quiere decir que atravesé el paralelo 10 norte durante seis años para ir a la escuela, otros tantos para estudiar en La Escuela Normal, uno en la Normal Superior y dos en la UNA.

Casi simultáneamente a la construcción del Palacio del Depor-te, el Servicio Geográfico de la UNA, colocó con más precisión, un

Ciencia,coincidenciay agüizote

mojón indicador en la esquina noreste de dicho complejo deporti-vo, señalando el punto por donde transcurre nuestro paralelo (150 m más al norte de donde se señalaba anteriormente). Lógicamente viene pasando por la UNA, continúa por el Barrio Corazón de Jesús y atraviesa Fátima siguiendo su camino por Cubujuquí. Ahora que habito muy cerca de donde se colocó recientemente el mojón y suelo atravesarlo por lo menos dos veces al día, tengo la rara sensación de que la “confisgada” línea me persigue con la intención de que escri-ba sobre ella. ¿Será acaso porque los lugareños nunca le hemos dado la impor¬tancia que se merece? Y es que en verdad a la línea que se vanagloria en evidenciar en el globo terráqueo a una ciudad muy pequeña pero llena de tradición y fantasía que es nuestra bella Ciu-dad de las Flores, nunca se le ha dado el reconocimiento merecido.

Ahora bien, que una línea tan infinitamente delga¬da, que sólo cabe en la imaginación del hombre, pase por Heredia, es bastante coincidencia. Pero lo que más me asombra, es que esta línea atra-viesa nuestro glorio¬so estadio Eladio Rosabal Cordero. Y, más aún, pasa rozando el marco norte de la cancha.

Lo anterior es tanta casualidad, que equivale a pegarle al gor-do navideño durante muchos años consecutivos. “¡Ah caray!”, diría nuestro Presidente don Abel Pacheco.

Con razón oí repetidas veces decir a los comenta¬ristas depor-tivos: “Al equipo Herediano siempre le es muy difícil anotar goles en el marco norte”. Al parecer, la majadera línea imaginaria se inter-puso más de una vez para que los riflazos de Mario Murillo, de los Montero o los jupazos de los Wanchope no pudieran perforar la red. Se dio el caso del famoso artillero “Pin Gómez”, que no pudo anotar ahí ni un sólo gol en todo un campeonato completo.

Ciencia, coincidencia o agüizote, no lo sé. Pero sí les aseguro que mis siguientes observaciones dejarán pálidos a los que inven-tan pretextos como el muñeco de maleficio enterrado de Cartago, el viento que desvía los disparos de los delanteros saprissistas o los malefi¬cios que dicen eventualmente haberle echado al Morera Soto.

Si usted no cree en lo que le estoy narrando, podría estar a la siguiente pregunta: ¿Por qué a nuestro glorioso estadio se le inclinó

y desequilibró el segmen¬to de tapia por donde exactamente trans-curre el paralelo10 norte? Si no le encuentra respuesta a la pregunta cuidadosamente mi relación.

Antes de existir la “Garra”, la “Ultra” y la “Doce” (que no son sino un mal híbrido entre hooligans y chapulines), el máximo grito que se oía en el estadio era “Soque Esparta, que Heredia aguanta”. Las perso¬nas jóvenes que lean este artículo, le pueden preguntar a sus padres y abuelos, y ellos les confirmarán que antes, durante y después del partido, en toda la ciudad se oía el mismo grito.

“Soque Esparta, que Heredia aguanta”, era el grito de guerra de los antiguos seguidores de nuestro presti¬gioso equipo, indepen-dientemente de que el rival de turno fuera Alajuela, Orión, Cartago o cualquier otro equipo nacional o extranjero.

Entonces... ¿Qué tienen que ver nuestros amigos espartanos con el asunto, si más bien en esa bella ciudad había, como en todo el resto del país, muchos simpatizantes del Club Sport Herediano? Hay que tomar en cuenta además que Esparta nunca tuvo equipo de fútbol en primera división.

Resulta que hace algunos años, la Comisión de Nomenclatura descubrió que el nombre “Esparta” no el que correspondía a dicha comunidad, sino Esparza. Nombre ya no relacionado con la valerosa y guerrera ciudad de la antigua Grecia, sino, con espar¬zo, que se-gún el diccionario significa una “planta graminácea de largas fibras filiformes y duras con las cuales se hacen cuerdas”. Lo que equivale en nuestro lenguaje al mecate de cabuya.

Entonces, lo que los antiguos fanáticos del team florense que-rían decir era “¡Soque el mecate que Heredia aguanta!”

No sé qué asegurar, pero lo que sí les digo, y ustedes pueden confirmar en un mapa, es que la línea aria, cuerda, mecate o lo que sea: ¡el paralelo también atraviesa la ciudad de Esparza!

¡Aunque usted no lo crea!

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