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6 LA REVISTA AGRARIA / 106 Una sola empresa, Gloria, compra el 70% de toda la leche que se destina a la indus- tria de lácteos en el Perú, sea que ésta se produzca en Arequipa, Lima o Cajamarca. En el mercado de algodón pima, dos em- presas, Textil Piura y Creditex, compran el 100% de la producción de los secos valles de la costa de Piura, la única región del país en donde crece esta variedad, consi- derada una de las más finos del mundo. La fibra de las alpacas que esquilan los pas- tores de puna van a dar, en más de un 80%, a solo tres empresas exportadoras: Miche- ll, Inca Tops y Productos del Sur. En todos estos casos, se puede decir que existe lo que los economistas llaman un oligopso- nio: situación de mercado en donde exis- ten pocos compradores y muchos vende- dores 1 . Uno de los efectos más dramáticos de los oligopsonios es la influencia de las empresas dominantes en la formación de precios. La cantidad reducida de compra- dores permite que al menos uno de los com- pradores (el dominante) tenga suficiente poder para fijar el precio. En cambio, la gran cantidad de vendedores hace que cada uno de ellos tenga una capacidad de negocia- ción de precios prácticamente nula. Los mercados de productos agropecua- rios son especialmente propensos a la for- mación de oligopsonios. Entre otros fac- tores propiciatorios, están las barreras de entrada a nuevos compradores, conse- cuencia de las elevadas inversiones inicia- les que implica montar una red de acopio (de leche, por ejemplo) o la construcción de infraestructura (una planta desmotado- ra); las barreras de salida de los producto- res, a quienes suele resultar costoso cam- biar de cultivo y acondicionar sus tierras para la siembra de un nuevo producto; el carácter perecible de los productos agra- rios, lo que les resta movilidad e impide muchas veces que sean vendidos más allá de un espacio geográfico restringido; y la considerable dependencia del productor respecto al procesador industrial, conse- cuencia de las pocas posibilidades de uti- lizar el producto en una industria agrope- cuaria distinta. En el caso peruano, hay que sumar a estos factores una oferta atomiza- da, estacional y constante, constituida por pequeños productores no organizados. El impacto en los productores Que un puñado de empresas domine un mercado no es negativo en sí mismo, al menos no según la legislación peruana 2 . De hecho, desde el punto de vista de la mera eficiencia económica, puede ser po- sitivo porque se generan economías de escala, entre otras cosas. Lo que nuestra legislación sanciona es el «abuso» de la posición de dominio. El punto es que pa- gar precios muy bajos —la queja más fre- cuente de los productores ante las empre- sas con posición de dominio— no es con- siderado por todos los especialistas como un abuso de su privilegiada posición. De acuerdo con Miguel Ángel Luque, secretario técnico de la Comisión de De- fensa de la Libre Competencia de Indeco- pi, hay una serie de acciones que constitu- yen, desde un punto de vista estrictamen- te legal, abuso de posición de dominio. Por ejemplo, la negativa injustificada a contra- tar, la discriminación de precios o las cláu- sulas de atadura. Pero, según Luque, pa- gar precios bajos no se encuentra en esta lista. «Los precios dependen de la oferta y la demanda, no son una respuesta directa de los costos. Si tenemos un mercado con tres compradores y mil vendedores, enton- ces estamos frente a una demanda reduci- da y una oferta muy grande. ¿Qué va a pa- sar con el precio del producto que se co- Para comerte mejor Cuando un puñado de empresas domina el mercado, los productores se quejan de prácticas abusivas y bajos precios ESPECIAL OLIGOPSONIOS Tres empresas acopian el 90% de la leche que va al mercado nacional.

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6 LA REVISTA AGRARIA / 106

Una sola empresa, Gloria, compra el 70%de toda la leche que se destina a la indus-tria de lácteos en el Perú, sea que ésta seproduzca en Arequipa, Lima o Cajamarca.En el mercado de algodón pima, dos em-presas, Textil Piura y Creditex, compran el100% de la producción de los secos vallesde la costa de Piura, la única región delpaís en donde crece esta variedad, consi-derada una de las más finos del mundo. Lafibra de las alpacas que esquilan los pas-tores de puna van a dar, en más de un 80%,a solo tres empresas exportadoras: Miche-ll, Inca Tops y Productos del Sur. En todosestos casos, se puede decir que existe loque los economistas llaman un oligopso-nio: situación de mercado en donde exis-ten pocos compradores y muchos vende-dores1.

Uno de los efectos más dramáticos delos oligopsonios es la influencia de lasempresas dominantes en la formación deprecios. La cantidad reducida de compra-dores permite que al menos uno de los com-pradores (el dominante) tenga suficientepoder para fijar el precio. En cambio, la grancantidad de vendedores hace que cada unode ellos tenga una capacidad de negocia-ción de precios prácticamente nula.

Los mercados de productos agropecua-rios son especialmente propensos a la for-mación de oligopsonios. Entre otros fac-tores propiciatorios, están las barreras deentrada a nuevos compradores, conse-cuencia de las elevadas inversiones inicia-les que implica montar una red de acopio(de leche, por ejemplo) o la construcciónde infraestructura (una planta desmotado-ra); las barreras de salida de los producto-res, a quienes suele resultar costoso cam-biar de cultivo y acondicionar sus tierraspara la siembra de un nuevo producto; elcarácter perecible de los productos agra-rios, lo que les resta movilidad e impidemuchas veces que sean vendidos más alláde un espacio geográfico restringido; y laconsiderable dependencia del productorrespecto al procesador industrial, conse-cuencia de las pocas posibilidades de uti-lizar el producto en una industria agrope-cuaria distinta. En el caso peruano, hay quesumar a estos factores una oferta atomiza-da, estacional y constante, constituida porpequeños productores no organizados.

El impacto en los productoresQue un puñado de empresas domine un

mercado no es negativo en sí mismo, al

menos no según la legislación peruana2.De hecho, desde el punto de vista de lamera eficiencia económica, puede ser po-sitivo porque se generan economías deescala, entre otras cosas. Lo que nuestralegislación sanciona es el «abuso» de laposición de dominio. El punto es que pa-gar precios muy bajos —la queja más fre-cuente de los productores ante las empre-sas con posición de dominio— no es con-siderado por todos los especialistas comoun abuso de su privilegiada posición.

De acuerdo con Miguel Ángel Luque,secretario técnico de la Comisión de De-fensa de la Libre Competencia de Indeco-pi, hay una serie de acciones que constitu-yen, desde un punto de vista estrictamen-te legal, abuso de posición de dominio. Porejemplo, la negativa injustificada a contra-tar, la discriminación de precios o las cláu-sulas de atadura. Pero, según Luque, pa-gar precios bajos no se encuentra en estalista. «Los precios dependen de la oferta yla demanda, no son una respuesta directade los costos. Si tenemos un mercado contres compradores y mil vendedores, enton-ces estamos frente a una demanda reduci-da y una oferta muy grande. ¿Qué va a pa-sar con el precio del producto que se co-

Para comerte mejorCuando un puñado de empresas domina el mercado, los productores se quejan

de prácticas abusivas y bajos precios

ESPECIAL OLIGOPSONIOS

Tres empresas acopian el 90% de la leche que va al mercado nacional.

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Algodoneros vs. desmotadorasEl 23 de junio de 2004, Federico León y León, presidente de la Asociación Nacio-

nal de Productores de Algodón (Anpal), denunció ante la Comisión de Libre Compe-tencia de Indecopi a las empresas Ucisa S.A, Industria Textil Piura S.A. y CompañíaIndustrial Textil Credisa Trutex S.A.A. (Creditex) por la presunta negativa concerta-da a prestar el servicio de desmote —necesario para comercializar el algodón— ypor la concertación de precios de compra de algodón pima en rama en el departa-mento de Piura. Después de una serie de investigaciones, el 1 de agosto de 2005 laSecretaría Técnica de esta comisión emitió un informe sobre el tema. En este seindicaba que no existían pruebas sobre la conducta concertada entre Creditex, TextilPiura y Ucisa para negarse a prestar el servicio de desmote. Pero también se señala-ba que las dos primeras empresas sí habían concertado precios de compra del algo-dón pima producto de la campaña agrícola 2003-2004, y por ello se recomendaba a lacomisión imponerles como multa 38 y 37 UIT, respectivamente. Sin embargo, enenero de 2007, después de analizar los descargos expuestos tanto por Creditex comoTextil Piura, la secretaría emitió un segundo informe, en el que reafirmaba que ambasempresas concertaron los precios de compra de algodón, pero durante los meses deoctubre y noviembre de 2000 (ya no en la campaña 2003-2004). En esta ocasióntambién se recomendaba una multa, esta vez de 158 UIT a Textil Piura y de 54 UIT aCreditex. En vista de este segundo informe, la Comisión de Libre Competencia indi-có que el alcance de su pronunciamiento se encontraba limitado por el periodocomprendido en la denuncia —los años 2003 y 2004—, por lo que determinó que,aun cuando se hayan detectado indicios de práctica anticompetitiva en 2000, nopodía pronunciarse al respecto; por ello resolvió declarar infundadas ambas denun-cias interpuestas por Federico León y León. El fallo fue apelado y llevado a la Sala deCompetencia de Indecopi, que en febrero de 2008 ratificó la resolución de la Comi-sión de Libre Competencia. Actualmente el caso está en el Poder Judicial.

mercia en dicho mercado? Va a tender abajar», explica el funcionario. «La posiciónde dominio, justamente, se define por lacapacidad de una empresa para influir enel precio. Sancionar ese comportamientosería sancionar un actuar racional, porqueese es el comportamiento natural en esemercado; no digo que deseable, pero esepodría ser el resultado natural en ese mer-cado. Ahora, si encontramos que la bajaen los precios no responde a un actuar in-dividual de las empresas, sino que estánactuando de manera coordinada, entoncessí corresponde sancionarlas».

Santiago Roca, profesor principal de laUniversidad ESAN, coincide con Luque enque la legislación peruana no sanciona losbajos precios como una práctica de abusode posición de dominio. Pero, en su opi-nión, ese es un grave error. «La nueva Leyde Competencia, aprobada a raíz de las mo-dificaciones al TLC, ha eliminado increí-blemente la posibilidad de que la autori-dad de competencia dilucide casos de abu-so de posición de dominio por prácticasexplotadoras (precios abusivos), y ha de-jado para su revisión solo los casos de abu-so de posición de dominio por prácticasexclusorias», sostiene. «Con estos cam-bios en la ley, también será difícil que losfuncionarios de Indecopi acepten casos deprecios predatorios en el mercado interno,excepto en los casos de comercio interna-cional, en donde la legislación antidumpingpermite algún tipo de protección. Paradóji-camente, la ley interna defiende menos elbuen funcionamiento del mercado, que lasleyes internacionales y las de la mayoríade países del mundo, que aceptan y san-cionan denuncias por precios abusivos».

En el sector agropecuario existen variosmercados en los que un puñado de empre-sas ejerce gran influencia, una influenciatal que pueden determinar los precios enun valle, una región y hasta el país entero.En varios productos es conocida la situa-ción de los problemas de comercializacióne intermediación que, en medio de un marde informalidad y especulación, estable-cen brechas importantes entre el preciochacra y el precio al consumidor. Para ejem-plificar la situación en que se encuentranvarios mercados agrarios en el Perú, revi-saremos a continuación la situación en quese encuentran los circuitos comerciales dela leche, el algodón pima y la fibra de alpa-ca —mercados todos ellos en donde la pre-sencia y dominio de una empresa o un pu-ñado de ellas resulta muy evidente.

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Indecopi encontró que las dos empresas que dominan el mercado de algodón pima concertaronlos precios de compra.

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Fibra esquiladaUno de los mercados oligopsónicos más

visibles del agro peruano es el de la fibra dealpaca. Es verdad que son miles los acopia-dores que recorren los parajes altoandinosen busca de los criadores de alpaca. Perotoda la fibra que recogen estos pequeñoscomerciantes va a parar a las manos de solocinco empresas textiles, de las cuales tres tie-nen una clara posición de dominio en el mer-cado. En 2008, el 92% de todos los produc-tos elaborados con fibra de alpaca que seexportan del país salieron de las plantas deMichell y Cia S.A., Productos del Sur S.A. eInca Tops S.A. (ver infografía), todas ellascon base en Arequipa.

Según la Sociedad de Criadores de Al-pacas y Llamas (SPAR) —que agrupa a al-rededor de 10,000 alpaqueros—, estas em-presas, gracias a su posición de dominio,fijan un precio para los acopiadores, conlo que indirectamente ponen un techo parael que reciben las 180 mil familias alpaque-ras peruanas.

En 2008, los precios —que durante2007 llegaron a alcanzar picos de S/.10por libra— se derrumbaron hasta llegar aS/.3 por libra en algunas zonas, amena-zando con colapsar la economía de loscriadores. Si bien la caída del precio es

atribuible en gran medida a la crisis eco-nómica internacional, que ha reducidosensiblemente las exportaciones de fibra,lo cierto es que desde hace años los pre-cios de la fibra de alpaca se mantienencrónicamente bajos, con un promedioanual que no supera los S/.7 por libradesde el año 2000.

En varias oportunidades, los gremios al-paqueros han intentado acopiar ellos mis-mos la fibra y vender directamente a lasempresas textiles, buscando así mejorar susingresos. Julio Postigo, investigador deCepes, pudo observar meses atrás cómo elSPAR, en Macusani, no solo acopió la fi-bra de sus asociados, sino que la categori-zó de acuerdo con las diferentes calidades(la práctica usual de los acopiadores escomprar sin distinción alguna, «al barrer»).Las empresas, sin embargo, se negaron acomprar, aduciendo que el precio no lesconvenía.

En varias ocasiones el Estado ha debi-do intervenir en el sector alpaquero paraevitar un conflicto social de proporciones,como lo hizo en 1995 y 1996 a través delPronaa, que compró la fibra directamente alos alpaqueros y la vendió luego en el mer-cado nacional e internacional, una vez in-dustrializada. Posteriormente esta respon-

sabilidad fue transferida al Ministerio deAgricultura (Minag), y continuó vigentehasta el año 2000. De manera lamentable—como señala el INIA en un estudio so-bre esta experiencia—, el sistema de co-mercialización implementado no pudo sos-tenerse, al no construirse formas de orga-nización de la oferta ni fortalecerse la ca-pacidad de negociación de los propios pro-ductores alpaqueros.

Hoy, el presidente del Consejo Minis-tros, Yehude Simon, se ha comprometido atramitar un apoyo de S/.26 millones para lacompra de 250 mil chompas de alpaca a lospequeños criadores del país. Pero, más alláde este tipo de intervenciones de últimahora, el SPAR reclama que los precios seanfijados con base en las cotizaciones en elmercado internacional. Para ello, proponenque se establezcan mecanismos que per-mitan a los compradores en el exterior ad-quirir la fibra, lavada o sucia, directamentede los productores alpaqueros. Para lograresto, sin embargo, se requiere el apoyodecidido del Estado.De acuerdo con estapropuesta, los gobiernos regionales po-drían contribuir con la implementación deplantas de lavado y cardado, para despuéspromover la venta internacional de esta fi-bra, ya clasificada, a través del Minag.

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La fibra de más de 3 millones de alpacas es procesada por 5 empresas.

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Las CALes: productores unidos que fueron vencidosHace más de diez años se formaron en Arequipa los Centros de Acopio de Leche

de Majes, conocidos también como las CALes. La iniciativa fue posible gracias auna inversión de más de US$1 millón proporcionada por organismos de la coopera-ción técnica internacional. El objetivo del proyecto era que los productores de lechede la zona pudieran contar con la tecnología necesaria para vender leche enfriada,así como con los medios para recolectarla, controlar su calidad y transportarla.Como resultado de todo ello se esperaba que su capacidad de negociación con laindustria mejorase. Efectivamente, así fue, y consiguieron, en los primeros cincoaños, un mejor precio de venta final por litro de leche. Sin embargo, según explicaFernando Gallegos, actual presidente de las CALes, los problemas empezaron cuan-do la industria (Gloria, Nestlé, Laive) estableció una estrategia para debilitar la fuerzaque habían adquirido estos centros de acopio: las empresas incrementaron el precioque pagaban a sus acopiadores, y estos a su vez ofrecieron un mejor precio a losganaderos por la venta individual de su producción, a fin de evitar que los produc-tores vendieran su leche en grupo. De esa manera debilitaron la asociación, sedisminuyó el volumen de leche acopiada y con ello se perdió el poder de negocia-ción obtenido en la primera etapa. Actualmente, las CALes siguen operando, perono han vuelto a tener la capacidad negociadora que alcanzaron en conjunto.

los ganaderos, las empresas accedieron aotorgarles un aumento del 9%, monto bas-tante inferior al solicitado (30%).

Frustrados por la falta de resultados, losganaderos reunidos en Agalep presenta-ron el año pasado, por primera vez, unadenuncia contra Gloria ante Indecopi porabuso de posición de dominio de merca-do. Pronunciàndose en primera instancia,Indecopi ha declarado infundada la deman-da. La sentencia no descarta que existaabuso de posición de dominio de Gloria,pero señala, en una declaración que algu-nos han visto como una lavada de manos,que «el D.Leg. 757, Ley Marco para el Cre-cimiento de la Inversión Privada, en con-cordancia con lo dispuesto en el régimenconstitucional económico, el marco legalvigente y el objetivo de la política de com-petencia, impide a esta Comisión sancio-nar supuestos de precios “excesivos” o“abusivos”, pues aquello implicaría aten-tar contra la prohibición de la fijación ad-ministrativa de precios que proscribe di-

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Adiós algodónA pesar de ser uno de los cultivos con

mayor tradición en la costa peruana, el cul-tivo del algodón pima disminuye año a año.Los culpables, según los productores: losoligopsonios que controlan el desmote deesta variedad de algodón. Con dos empre-sas integradas verticalmente (Creditex yTextil Piura), captando el 89% de las com-pras del algodón pima nacional, la posi-ción de dominio en este mercado resultaevidente. En 2002, un estudio3 encontróevidencias de abuso de poder de mercado,lo que estaría demostrado por los menoresprecios relativos del algodón pima nacio-nal en comparación con el producto susti-tuto importado; por la política de discrimi-nación de precios hacia los compradores,frente a productos similares; y por la polí-tica de discriminación de compra hacia loscompradores por razones no justificadaseconómicamente. El estudio concluyó queesta situación ha traído como consecuen-cia «la disminución de los precios y unapérdida de eficiencia social que se expresaen la disminución de las unidades de pro-ducción».

De acuerdo con los productores, el pre-cio que las empresas les pagan por suscultivos no les permite cubrir sus costosde producción, y carecen del poder de ne-gociación para mejorar su situación. Poreste motivo, muchos productores de algo-dón pima han decidido migrar hacia culti-vos más rentables. Según Federico León yLeón, presidente de la Asociación Nacio-nal de Productores de Algodón (Anpal), sien 1970 se cultivaban hasta 72 mil hectá-reas de algodón pima, actualmente apenasse llega a las 2 mil 700. Ante esta situación,Anpal ha denunciado a varias empresasante Indecopi —pero sin éxito—. No obs-tante, en el curso de este proceso, el orga-nismo estatal produjo un informe en el quese encontró evidencia de concertación deprecios para el mercado de algodón pimade Piura (ver recuadro en pág. 7).

Leche derramadaComo otros mercados agrarios, el mer-

cado de leche en el Perú se encuentra do-minado por un puñado de empresas. Pero,en este caso, el poder de mercado de unasola empresa —Gloria, que controla el70%— sobresale de tal manera que algu-nos especialistas lo consideran más bien«cuasi monopsónico» (Laive y Nestlé con-trolan el restante 30%, en partes iguales)4.

Las quejas de los ganaderos se dirigen,sobre todo, contra Gloria S.A., que acopialeche de más de 15 mil productores. «Des-de 1997 o 1998, los precios prácticamentese han quedado congelados. Es verdadque ha habido algunas alzas, pero han sidomuy pequeñas y no compensaban paranada los precios de los alimentos para lasvacas, que subían tremendamente debidoa una mayor demanda de consumo de le-che a nivel mundial», sostiene Javier Vale-ra, presidente de la Asociación de Ganade-ros Lecheros del Perú (Agalep). «Noso-tros sufrimos la subida de los insumos, perono la subida de la leche. Llegó un momen-to en que los costos de producción sobre-pasaron al precio de venta y la producciónde leche dejó de ser rentable. Entonces tu-vimos que salir a las calles para llamar laatención del gobierno, de la opinión públi-ca y, por supuesto, de la industria, sobrecómo estábamos sufriendo un maltrato muygrande por los precios». El año pasado, yluego de varias jornadas de protesta de

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cho dispositivo legal». Actualmente, elproceso está en segunda instancia.

El Perú no es el único país en donde sehan presentado conflictos entre ganade-ros y la industria láctea como consecuen-cia de la concentración de mercado. Pero,a diferencia del nuestro, en muchos paísesel Estado ha optado por promover la crea-ción de instituciones imparciales que es-tudian los costos de producción y los pre-cios internacionales, y luego proponenprecios mínimos que la industria debe pa-gar a los productores. Un ejemplo de elloes el Milk Institute, de Canadá, una insti-tución privada financiada por la industria,los productores y el gobierno. En otros paí-ses, como Puerto Rico —en donde, porcierto, opera Gloria—, el precio que debenpagar por la leche cruda a los productoresestá regulado directamente por el Estado.

¿Un futuro diferente?Un estudio encargado por Conveagro

en 20075, concluyó que en los casos enque existía posición de dominio en los mer-cados analizados, esta se traducía en «abu-so de poder al utilizar prácticas anticompe-titivas como la concertación entre empre-sas, la discriminación de compras y pre-cios, el precio abusivo y la utilización debarreras de ingreso a la competencia».

Tener poder en el mercado no es un pro-blema en sí mismo, pero es un problemapotencial porque implica la posibilidad delabuso. El asunto, entonces, es cómo setrata de evitar que el poder se convierta enperjudicial para los que carecen de él. El roldel Estado, como defensor del bien común,es crucial aquí. En mercados como el de laleche, otros países han sancionado a lasempresas que ejercían posición de domi-

nio y han limitado su participación en elmercado: es decir, no solo castigaron elhecho; tomaron medidas para prevenirlo.

Este es un tema de poder. Una empresaque tiene posición de dominio tiene un po-der bastante significativo en el mercado. Y,como dice Eduardo Zegarra, economista deGrade, «si no hay algo que contrapese esepoder, esa empresa va a usar ese poder ensu beneficio». El asunto es cómo generarun contrapeso. Hay varias formas. Una esque el Estado tenga órganos reguladores, yestos hacen el contrapeso en algunos ca-sos. Pero probablemente el contrapeso másefectivo es que los productores se organi-cen, formen empresas proveedoras, mane-jen una escala significativa y, por ende, es-tén en capacidad de negociar con el com-prador en mejores condiciones.

Notas1 Los economistas también hablan de «concen-tración de mercado» y «posición de dominio».

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Cuando existe un solo comprador y varios ven-dedores, se dice que hay un monopsonio. Lostérminos (más familiares para el común de losmortales) monopolio y oligopolio hacen refe-rencia a situaciones similares, pero cuando laposición de dominio se ejerce desde empresasvendedoras hacia consumidores.2 Otras legislaciones castigan la formación deoligopsonios al impedir la fusión de empresascuando ello implica una concentración de mer-cado que se juzgue excesiva. También se puedeforzar a una empresa a dividirse en dos si sucrecimiento la lleva a obtener una posición dedominio.3 Mathey y Chocano (2002), «Análisis del fun-cionamiento del mercado de algodón pima ramaen Piura y la existencia de un abuso de poder demercado de los compradores en el año 2001».4 Las cifras consignadas se aplican al 54% de laleche producida en el país, que es la que se des-tina a la industria. Del saldo, el 9% se destina alautoconsumo, y el 37% a la fabricación artesa-nal de manjar blanco, quesos y otros derivadoslácteos de producción local.5 Santiago Roca, Juan Francisco Rojas y LuisSimabuko (2008). «Promoviendo el buen funcio-namiento de los mercados agropecuarios».

Los pequeños ganaderos cajamarquinos –que suelen dejar sus cilindros llenos al pie de la carreterapara que los recoja el camión— reciben alrededor de 80 centavos de sol por litro de leche. Ellos piden30% más.

Según un estudio realiza-do el 2004 por la Interna-tional Farm ComparisonNetwork (IFCN), el mar-gen de ganancia de los in-dustriales lácteos en el Perúes mayor –y el de los pro-ductores es menor— que enla mayoría de países estu-diados. Así, mientras lasindustrias lácteas peruanasse llevan el 66% del pre-cio final de la leche, losganaderos obtienen sólo el34%. El promedio mundiales de 45% para los pro-ductores y 55% para lasindustrias.

Fuente: Universidad Agraria La Molina/IFCN. * US$ por 100 kg de leche.