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    Resumen: El presente artículo tiene como propósito realizar

    un análisis sobre la adaptación y reinterpretación del concep-

    to urbano de ciudad jardín en función de los procesos de

    modernización en diferentes momentos históricos durante la

    primera mitad del siglo  xx . Acotando el estudio, se toman tres

    publicaciones como referencia, las revistas El Arte y la Ciencia 

    (1899-1911), Planificación (1927-1936) y Arquitectura: México 

    (1938-1978), en las que diversos autores plantean proyec-

    tos con variantes de la ciudad jardín como Miguel Ángel de

    Quevedo, Carlos Contreras y José Luis Cuevas. Es interesante

    cómo se va transformando el concepto original de ciudad jardín

    propuesto por Ebenezer Howard en 1902 en el libro Garden

    Cities of To-morrow , en el que proponía un equilibrio entre

    el campo y la ciudad como respuesta a la industrialización de

    las ciudades; después están las iniciativas desarrolladas en el

    periodo de entreguerras y en la posguerra principalmente en las

    ciudades europeas, donde se inicia la construcción de suburbios

    retirados de los principales centros urbanos para evitar mayor

    destrucción. Otras propuestas se basan en aplicar este concepto

    urbano como respuesta a la industrialización y la contaminación

    que ésta genera, proponiendo la creación de espacios verdes

    para generar pulmones naturales en las ciudades; pero ninguna

    de las propuestas modernas retoman los elementos fundamen-

    tales planteados por Howard a principios del siglo  xx .

    Palabras clave: ciudad jardín, urbanismo, industrialización, gue-

    rra, contaminación.

    Abstract: This paper aims to analyze adaptation and rein-

    terpretation of the urban concept of garden city, in terms of

     modernization processes in different historical moments during

    the first half of the Twentieth Century. In order to narrow the

     study, three publications were taken as reference: the magazi-

     ne El Arte y la Ciencia (1899-1911), Planificación (1927-1936)

    and Arquitectura: México (1938-1978); where various authors

     propose projects with variations of city garden as Miguel Ángel

    de Quevedo, Carlos Contreras and José Luis Cuevas, among

    others. It is interesting how the original concept of Garden

    City proposed by Ebenezer Howard in the text “Garden Cities

    of Tomorrow”, in 1902, has been transformed. He proposed

    a balance between rural and urban areas in response to city

     industrialization. Then, there are initiatives developed during

    the interwar and post-war periods, especially in European cities,

    where construction began in suburbs away from major urban

    centers in order to prevent further destruction. Other proposals

    are based on the application of this concept in response to ur-

     ban industrialization and pollution, proposing creation of green

     spaces generating natural lungs for towns. In each period the

     needs of urban growth proposed interpretations of garden city,

     but none incorporates key elements proposed by Howard in

    the early Twentieth Century.

    Keywords: Garden Cities, Urbanism, Industrialization, War,

    Pollution.

    La ciudad jardín. Huellasdecimonónicas en el urbanismomoderno

    Alejandra Contreras Padilla*

    * Estancia posdoctoral, Universidad Autónoma Metropolitana-

     Xochimilco.

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    El credo de las ciudades jardín

    Yo creo en la nobleza de la vida

    Creo en la dignidad del trabajo, del trabajo honrado, efectuado

    con alegría, remunerado como se debe.

    Creo en la utilidad del descanso y de las recreaciones sanas

    Creo que cada familia debería tener su hogar

     y cada casa su jardín

    Creo en la necesidad de una buena alimentación

    Creo en el culto de la existencia humana;

    en la conservación de la salud 

    Creo en el encanto de las flores, en la armonía de la naturaleza

    Creo en el respeto debido a la mujer,

    en la santidad de la infancia

    Creo en la ciudad feliz 

    Creo en la potencia soberana de la belleza

    Creo en el amor y en la bondad 

    Creo que la dicha es de este mundo

    Asociación de Ciudades Jardín en Francia, 1927.

    Introducción

    La Revolución Industrial fue la suma de una serie de

    acontecimientos económicos, políticos y sociales, que

    en el campo urbano hicieron de las ciudades deci-

    monónicas apasionantes campos de batalla entre los

    legados de un pasado tenazmente arraigado en con-

    tra de la modernidad social, ideológica y tecnológica

    producto del siglo  xix . Esta modernidad trajo cambios

    que no buscaban conservar las estructuras anteriores:

    el objetivo era hacer nuevos espacios acordes con las

    nuevas necesidades de la población industrializada;

    es así como esta revolución no sólo fue industrial,

    sino también influyó en el tema de la producción del

    espacio urbano. Los cambios en la agricultura, en los

    medios de transporte y comunicación permearon, a

    su vez, las ideas económicas y sociales.

    El mayor desarrollo fabril se dio principalmente

    en Inglaterra con la industria textil, para ello contribuyó

    el clima que era favorable para la expansión de más

    fábricas. Éstas eran movidas por energía hidráulica,

    por lo que se establecieron a lo largo de las corrientes

    fluviales, en lugares específicos para ubicar molinos

    con los que se obtendría energía eléctrica. Para lograr

    ese desarrollo industrial se requirió de mano de obra,

    factor clave en el nuevo sistema de producción, lo

    que provocó un incremento de la población en los

    centros urbanos, hasta llegar al punto de aglomerarlospor el arribo de los inmigrantes rurales.

    El sector industrial se convirtió poco a poco en el

    dueño de generosas porciones de tierra y empezaron

    a manipular el suelo urbano a favor de sus intereses.

    Las fábricas se colocaban en lugares estratégicos para

    que contaran con todos los servicios, “si era necesa-

    rio establecer una central térmica en las márgenes

    inmediatas de un río, aunque el humo y el acarreo

    del carbón destrozaran parajes que podían haber sido

    de gran belleza natural. Así se colocaron las centrales

    térmicas de Nueva York y de Londres” .1

    El movimiento de industrialización, que se originó

    a principios del siglo  xix , trajo muchas consecuen-

    cias nocivas para las ciudades, como la explotación

    del suelo, la saturación de zonas habitacionales, la

    contaminación del agua, el aire y los suelos; éstos

    acarrearon graves problemas, entre ellos, las enferme-

    dades que no pudieron controlarse, ante la contami-

    nación del agua y el aire, convirtiéndose en severos

    problemas de salud: epidemias de cólera o influenza

    cobraron la vida de cientos de personas. Las condicio-

    nes por las que pasaban las ciudades a mediados del

    siglo decimonónico, generaron reflexiones y escritos

    de las personas interesadas y los gobiernos involucra-

    dos, estudios que analizaban situaciones problemáti-

    cas y que dieron paso a una serie de recomendacio-

    nes y posteriormente a determinadas legislaciones

    o propuestas; a este fenómeno se le denominó

     Movimiento higienista. En este movimiento también

    participaron empresarios e industriales, quienes se

    involucraron en las propuestas urbanas, y con ello se

    desarrollaron distintos proyectos. De estas propuestas,

    las más representativas son las siguientes:

    1 Fernando Chueca Goitia, Breve historia del urbanismo. Geo-

     grafía, 3a. reimp., Alianza, Madrid, 2002, p. 171.

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    Alemania y el higienismo

    Alemania era una nación que a mediados del siglo

     xix  no estaba industrializada como Inglaterra. Existía

    en ella una urgencia por atender los problemas deinsalubridad que se generaban en las ciudades, y prin-

    cipalmente fueron especialistas del área de medicina

    quienes intervinieron en las acciones para lograr mejo-

    res condiciones en la calidad de vida de los habitantes.

    Argumentando que las epidemias eran producidas por

    el hambre y la pobreza, planteaban que éstos debían

    atacarse de raíz, por medio de reformas políticas que

    dieran soluciones específicas a los problemas urbanos.

    Es así como se creó la Escuela Alemana de la Planea-

    ción de Ciudades2 en la que participan activamente

    Reinhard Bauhmeister, Joseph Stübben y Camilo Sitte.

    Esta Escuela tuvo la preocupación de definir una

    estructura de planeación, conocer las condiciones

    óptimas de las viviendas, la organización del tráfico, la

    delimitación de las alturas de los edificios, el abasto

    y el desalojo del agua, la eliminación de la basura, la

    creación de plazas, parques y siembra de árboles para

    lograr mejores condiciones de salud pública.3 

    Es así como se desarrollarían diferentes mode-

    los de ciudad que buscaron una nueva organización

    espacial, a partir de las necesidades de la población:

    el transporte y las comunicaciones, la separación de

    las zonas agrícolas, la división de las zonas en rela-

    ción con los usos de suelo y, en particular, la nueva

    ideología económica y social que debía materializarse

    en los nuevos conjuntos urbanos: el origen de la

    planeación urbana.

    El Plan de París y Hausmman

    En un principio se buscó hacer un ensanche de la

    ciudad de París, rompiendo con los antiguos barrios

    que eran considerados zonas de albergue de delin-

    cuentes, así como lugares de hacinamiento, insalu-

    bres, angostos, con callejones que no permitían un

    recorrido libre; básicamente ésta era una opinión de

    la policía. Esta remodelación urbana propuesta por el

    barón Haussman se desarrolló entre 1853 y 1870.4 

    Se tomó como base un proyecto con trazos radia-

    les, que inicia en el Arco del Triunfo, lo que provocó

    la destrucción de las estrechas calles de los barrios

    medievales donde se habían asentado numerosos

    grupos de clases bajas. El objetivo principal de esteensanche fue mejorar las condiciones de seguridad

    en la ciudad para convertir el centro de París en un

    espacio funcional e higiénico.

    España y la ciudad lineal

    Este proyecto se debe al urbanista Arturo Soria y Mata,

    creado en 1882; con él se intentaba dar una solución

    urbana al ensanche que sufrió Madrid en la segunda

    mitad del siglo  xix .5 La propuesta ibérica tomó como

    eje fundamental para llevarse a cabo las vías del

    ferrocarril, proponiendo la ciudad lineal . El objetivo de

    este desarrollo era resolver el problema de comu-

    nicaciones con una vía única, que permitiera una

    prolongación indefinida, impidiendo la concentración

    de edificios en zonas determinadas, rompiendo así el

    prototipo de ciudad radio céntrica.

    La ciudad bella y Norteamérica

    En el caso de Estados Unidos de América, la visión

    sobre el mejoramiento de las ciudades básicamen-

    te estaba en función de un conjunto de principios

    estéticos que plantean una serie de propuestas para

    la creación de nuevas ciudades y para mejorar las ya

    establecidas. En primer lugar está Charles Mulford

    Robinson quien, en su texto The improvement towns

    and cities (1902),6 expone sus preceptos a favor de

    la mejora de las ciudades y propone una serie de

    2 Gerardo Sánchez, Planeación moderna de ciudades, Trillas,

    México, 2009, p. 54.

    3 Camilo Sitte, “Construcción de ciudades según principios

    artísticos”, en Bernd Evers, Teoría de la arquitectura. Del

     renacimiento a la actualidad , Taschen, Italia, 2003, p. 662.

    4 Chueca, op. cit., p. 162.

    5 Leonardo Benevolo, La proyectación de la ciudad moderna,

    3a. ed., Gustavo Gili, Barcelona, 2000, p. 229.

    6 Sánchez, op. cit., p. 31.

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    lineamientos para lograr una ciudad bella. Estas bases

    de la belleza cívica se darían a partir de la buena

    ubicación de una ciudad, el desarrollo de las calles y

    las construcciones de equipamiento elementales. De-

    sarrolla un análisis sobre la importancia de los árboles,así como la posibilidad de hacer jardines, parques y

    paseos con esculturas urbanas.

    La propuesta de ciudad jardín surgió en Inglaterra.

    El análisis de las distintas adaptaciones de la ciudad

     jardín se abordarán desde el proceso de la moderni-

    zación, que se entiende como el conjunto de proce-

    sos tecnológicos, económicos y políticos asociados

    a la Revolución Industrial y sus consecuencias.7 Esta

    propuesta es el objeto del presente artículo.

    Reino Unido y la ciudad jardín

    Las ciudades inglesas sufrieron los mayores estragos

    de la industrialización desde la primera mitad del siglo

     xix . Londres especialmente se encontraba en condi-

    ciones precarias, con una sobrepoblación en la zona

    sur y niveles altos de contaminación de aire y agua,

    provocando insalubridad en sus habitantes. Había re-

    currentes epidemias, principalmente de cólera, lo que

    llevó a tomar medidas de higiene. En las ciudades

    industriales se desarrollaron los barrios obreros, cons-

    truidos para albergar la mano de obra de las fábricas.

    A éstos les llamaban slums8 y sus condiciones eran

    deplorables, por la elevada densidad demográfica en

    territorios reducidos, carentes de espacios abiertos.9

    Carlos Marx y Federico Engels mencionan en sus

    textos la situación de hacinamiento y precariedad que

    se vivía en las zonas habitacionales de las clases obre-

    ras; ellos enfatizaban la necesidad de dar solución a

    estos problemas, ya que se habían incrementado los

    índices de mortandad. En estos barrios, las condicio-

    nes de vida eran insalubres y representaban un foco

    infeccioso para toda la población. En Public Health,

    Eighth Report of London, de 1866,10 informe utilizado

    por Carlos Marx en El Capital, se describe lo siguiente:

    El enorme aumento de la población de ciudades no

    fue el único aumento de ese cambio, sino que las an-

    tiguas y pequeñas ciudades compactas se convirtieron

    en centros en derredor de los cuales las construcciones

    se elevan por todas partes, y no dejan llegar aire por

    ninguna. Los ricos, que ya no las encuentran agra-

    dables, las abandonan para dirigirse a los suburbios,

    donde se sienten más a sus anchas. Los sucesores de

    estos ricos acuden entonces a ocupar sus grandes fin-

    cas; una familia se instala en cada habitación, inclusive

    con sus locatarios. Así es que toda una población se

    instaló en habitaciones que no estaban destinadas para

    ella y donde se encontraba absolutamente desplazada,

    entregada a influencias degradantes para los adultos y

    perniciosas para los niños.11

    Para mitigar los efectos negativos de la industrializa-

    ción surge la propuesta urbana de ciudad. El movi-

    miento de las ciudades jardín tiene dos referentes

    importantes: uno relacionado con la inercia que se

    desarrolló en el siglo  xix  sobre la tradición utópica

    de la comunidad autosuficiente, como una síntesis

    entre el campo y la ciudad; otra, la del desarrollo de

    la vivienda unifamiliar con jardín. De esta última, las

    primeras iniciativas en los conjuntos urbanos fueron

    de los empresarios. El primer proyecto fue de M. Le-

    ver, en 1887, un empresario de jabón que construye

    600 viviendas en un terreno de 50 ha, reuniendo las

    viviendas en pequeños núcleos rodeados de jardín.

    El segundo proyecto lo desarrolló el fabricante de

    chocolate, G. Cadbury, quien en1895 construyó 500

    viviendas en un terreno de 180 hectáreas.12 

    7 Charles Harrison, Modernismo: movimientos en el arte, Serie

    Tate Gallery, Encuentro, Londres, 2000, p. 6.

    8 Término anglosajón que describe los barrios obreros que secaracterizaron por mantener condiciones precarias, zonas

    altamente densas, carentes de espacios libres, iluminación y

    ventilación natural.

    9 Chueca, op. cit., p. 172.

    10 Anthony S. Wohl, Endangered lives. Public Health in Victorian

    Britain, University Press, Cambridge, 1983.

    11 Sánchez, op. cit., pp. 24-25.

    12 Leonardo Benevolo, Historia de la arquitectura moderna, 8a.

    ed., rev. y amp., Gustavo Gili, Barcelona, 2007, p. 382.

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    Orígenes de la ciudad jardín

    El movimiento urbanístico de las ciudades jardín

    fue fundado por Sir Ebenezer Howard. Sus concep-

    tos sociológicos y urbanísticos se concentraron enel libro To-morrow : a Paceful Path to Real Reform 

    (1898), y Garden Cities of To-morrow ,13 la versión

    completa apareció en 1902. La actividad principal

    de Howard fue el periodismo, no el urbanismo, pero

    su preocupación sobre el bienestar de la población,

    primordialmente la de las grandes ciudades, lo motivó

    para realizar este proyecto. El libro está dividido en 12

    secciones, tres que hablan sobre la forma en la que

    deben funcionar las ciudades jardín y la teoría de los

    tres imanes, y nueve referentes a la cuestión adminis-

    trativa y financiera del manejo de estas ciudades, así

    como un apartado del futuro de Londres.

    Con el ejemplo metafórico del imán, Howard

    equilibró las ventajas e inconvenientes de las con-

    diciones de vida entre la ciudad y el campo, para

    proponer en un tercer imán, Town-Country , las

    ventajas que representaba la combinación de ambas;

    anunciando que esta ciudad del futuro traería como

    ventajas belleza y naturaleza, mayores oportunidades

    sociales, parques de fácil acceso, rentas y alquileres

    bajos contra salarios altos, agua y aire puros contra la

    contaminación, libertad y cooperación.14

    Howard plantea que existen dos grandes imanes

    que generan gran atracción hacia la población, el

    autor lo compara con la física, argumentando que la

    población se asemeja a pequeños alfileres que son

    atraídos hacia dos grandes imanes: el campo y la

    ciudad. En el texto expone los beneficios y perjuicios

    que proporcionan éstos, al haber mayor o menor

    concentración en uno o en otro.

    El fundamento para desarrollar esta ciudad era

    que la congestión y las condiciones de vida cada vez

    más precarias en Europa debido a la industrialización,

    tenían que modificarse para hacer una ciudad más

    habitable. Se plantea una nueva valorización de los

    ambientes campesinos y de la vida suburbana; el

    objetivo principal en este sentido era plantear una

    reincorporación con la naturaleza.

    Los principios fundamentales de la ciudad jardín

    eran: tamaño limitado, aproximadamente de 2 400

    ha, tener menos de 32 000 habitantes, mantener un

    orden unificado y separación de funciones. Para ello,

    Howard planteó el esquema de una estructura radial

    con áreas distribuidas concéntricamente. Él describió

    su proyecto así:

    En el centro se encuentra un jardín redondo, alrededor

    del cual se alzan los edificios públicos y los centros de

    cultura. Alrededor de todo esto se extiende un amplio

    parque central limitado por un palacio de cristal de

    forma anular, en el que se encuentran los grandes

    almacenes y demás comercios. Sobre las franjas con-

    13 Ebenezer Howard, Garden Cities of To-morrow , (1902), Gene-

    ral Books, Memphis, 2009.

    14 Ibid ., pp. 5-10.

    Figura 1. Los tres imanes. Base teórica que sustenta la propuesta

    de las ciudades jardín, en las cuales tiene que existir un equilibrio

    entre el campo y la ciudad, de no ser así cualquiera de ellas “como

    imán” ejercerá una fuerza que atraiga hacia ella a la población,

    provocando un desequilibrio. Fuente: Evers, op. cit., p. 669.

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    céntricas se extiende el área destinada a vivienda, que

    consta de pequeñas casas unifamiliares con jardines

    en terrenos angostos de seis metros y superficies de

    30 o 40 metros de superficie. El área residencial está

    dividida por una amplia avenida para pasear, enmar-

    cada a su vez por casas adosadas. En el anillo exterior

    de la ciudad-jardín se encuentran las fábricas y los

    almacenes y mercados, a los que se accede por una

    línea de ferrocarril tangencial. Alrededor de la ciudad

    central se extiende un cinturón libre de construcciones

    de carácter rural, con superficies de usos agrícolas para

    garantizar el suministro de alimentos a la población.15

    En la figura 2, se observa el jardín central y alrededor

    de él la zona de equipamientos, que incluye hospital,

    librería, teatro, sala de concierto y museo. Posterior-

    mente, un parque central y la primera avenida en

    donde se ubica el Palacio de Cristal. Otro espacio

    importante es la gran avenida en donde se encuen-

    tran las escuelas y se concentra la zona habitacional.

    En la zona periférica se observa la línea de ferrocarril

    concéntrica y la zona de las fábricas que le rodea.

    La concepción de Howard se proyectó como un

    sistema más amplio, en el que había varias ciudades

     jardín y una ciudad central, para evitar la aglomeración

    en cada uno de estos desarrollos. Esta idea de ciudad

    tuvo gran influencia en el urbanismo del siglo  xx .

    Administrativamente estas ciudades tendrían

    estas características: serán por una sociedad anónima,

    15 Ebenezer Howard, “To-morrow: a Paceful Path to Real Reform”,

    en Evers, Bernd, op. cit ., p. 668.

    Figura 2. Diagrama básico de la ciudad jardín. Combinación de las calles radiales y las avenidas en anillos. Fuente:

    Benevolo, op. cit ., p. 385.

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    propietaria del terreno, pero no de las viviendas, de

    los servicios o las actividades económicas; esto per-

    mitiría una vida más libre, normada únicamente por el

    reglamento ciudadano, pero con el beneficio de una

    convivencia regulada. Así se lograría una comunidad

    autosuficiente con base en el equilibrio armónico

    entre la industria y la agricultura. También propuso

    que la ciudad jardín fuera ocupada por viviendas e

    industrias controladas: la sexta parte del terreno para

    la ciudad jardín y el resto para la agricultura; y dispuso

    además que en torno al núcleo urbano hubiera un

    cinturón de fábricas dependientes de la sociedad

    anónima.16

    Esta ciudad estará rodeada por un cinturón vegetal

    y comunidades rurales de 3 a 1 respecto a la super-

    ficie urbanizada. El conjunto, especialmente el suelo,

    sería propiedad de la comunidad, en forma asociada,

    con el fin de evitar la especulación con los terrenos.17 

    La Garden City Association promovió la fun-

    dación de la primera ciudad jardín en Letchworth,

    ciudad inglesa situada a 55 km de Londres. Ésta fue

    construida por los arquitectos Barry Parker y Raymond

    Unwin e inaugurada, en 1903, por Howard, fundador

    de la asociación Garden Cities Association; fue la

    primera ciudad jardín.18 

    16 Benevolo, Historia de la arquitectura moderna…, op. cit ., p.

    383.

    17 Howard, Garden Cities of To-morrow…, op. cit., p. 10.

    18 T. H. Hughes y E. A. G. Lamborn, Towns and Town Planning.

     Ancient and Modern , Clarendon Press, Oxford, 1923, p. 117.

    Figura 3. Diagrama esquemático de la ciudad jardín. Esquema que representa la ciudad jardín donde se combinan posibilidades de

    trabajo con áreas verdes, superficies agrícolas, centros sociales y líneas de ferrocarril. Fuente: Evers, op. cit ., p. 671.

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    La representación de las ciudades jardínen tres publicaciones

    La importancia de analizar tres publicaciones se debe

    a que éstas corresponden a diferentes momentos

    históricos y tuvieron difusión masiva con el propósito

    principal de inducir las innovaciones arquitectónicas

    y urbanas en México. El proceso de modernización

    también se puede interpretar en tres momentos his-

    tóricos, coincidiendo con el de las publicaciones. La

    primera fue El Arte y la Ciencia, y en ella se plantea

    que el proceso de modernización se desarrolló en

    función de la industrialización con la consecuente

    contaminación; la segunda es la revista Planificación,

    del periodo entre guerras, en la cual se describen

    los estragos del crecimiento desmesurado de las

    ciudades, los problemas ocasionados por las vialida-

    des saturadas y la escasez de espacios abiertos; en la

    tercera, Arquitectura: México, se presentan artículos

    relacionados con la reconstrucción de las ciudades,

    principalmente inglesas, después de la Segunda

    Guerra Mundial.

    El Arte y la Ciencia

    Paralelamente al surgimiento de las propuestas urba-

    nas de finales del siglo xix  y principios del xx se publicó

    El Arte y la Ciencia. En algunos textos de esta revista

    se trataba la problemática generada por la industrializa-

    ción de las ciudades y sus efectos negativos y propo-

    nía la creación de más espacios verdes. Si bien en ese

    tiempo no se puede hablar de la ciudad jardín como

    tal , se estaban generando las bases para la creación

    de este concepto, es decir, los principios que rigen

    esta iniciativa ya se evidenciaban en las páginas de

    esta revista . Esta extensa publicación abarcó el periodo

    de enero de 1899 a junio de 1911, y su director fue el

    arquitecto Nicolás Mariscal, quien escribió una crónica

    de los avances en el arte y la ciencia en México, que

    de alguna manera se constituyó como un archivo de

    la cultura porfirista y del acontecer mundial y de sus

    protagonistas.

    En el artículo “La ciudad ideal”,19 de Ricardo

    Halsey20 y Basil Holmes,21 se abre la discusión acerca

    de los elementos que debería tener una ciudad para

    ser perfecta y armónica; también hace referencia a los

    Figura 4. Imagen propagandística de la ciudad jardín de Howard.

    Fuente: Benevolo, op. cit ., p. 385.

    Figura 5. La casa aislada. Estándares de edificios en la ciudad

    industria: se define la barrera vegetal de setos o árboles, que debe

    formarse entre la vía y las viviendas. Fuente: Benevolo, op. cit., p. 29.

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    elementos que una ciudad no debería tener desde el

    punto de vista estético. Centra el análisis en la ciudad

    de Londres; la realidad que enfrenta ésta, en primera

    instancia, denota una desaprobación hacia las accio-

    nes que se están tomando. El punto medular, no obs-tante, es la crítica que todos hacen en torno a asuntos

    abstractos, pero cuando se requiere que planteen

    soluciones desaparecen quienes habían señalado los

    problemas. Halsey y Holmes señalan que la solución

    de los problemas urbanos no dependía sólo del gre-

    mio de los arquitectos, a quienes consideran como:

    “Los hombres de inteligencia cultivada, los hombres de

    gusto, los que se fijan en la materia, que han tenido

    la oportunidad de hacer sus observaciones en otras

    ciudades y que han reflexionado sobre ellas”.22

    Problematizando la situación de Londres, los

    autores plantearon que cada día ésta sea una ciudad

    más decadente: “Nunca oímos hablar de derrumbar

    una casa vieja por fea, sino que tememos ver cons-

    truir en su lugar otra más fea aún. Nunca vemos un

    proyecto arquitectónico bien combinado, conforme

    lo son algunos de nuestros parques y calles como

    Stratford Place y otros; otro problema que enfrentan

    las ciudades es que se están convirtiendo en ciuda-

    des dormitorio”.23

    Londres es un gran centro en el cual se trabaja todo el

    día y de donde aquellos que son bastante ricos para

    poderlo hacer, huyen todas las noches, acabando su

    trabajo, para irse a dormir en el campo, saturando las

    estaciones ferroviarias y las vialidades para llegar a ellas.

    Por eso es necesario determinar la importancia de las

    estaciones de ferrocarriles, ensanchemos y rectifique-

    mos el camino que las separa, concentremos en un

    círculo, si es posible, el núcleo de los barrios industria-

    les que separaremos de los barrios destinados a las

    residencias, por medio de una zona aisladora, dejando

    un ancho espacio libre. Así, no embelleceremos la

    ciudad, pero embelleceremos tal vez a los barrios.

    Entonces ¿qué haremos? Estoy hablando de la

    Ciudad Ideal y permito a mi imaginación que tome

    el vuelo, lo cual podrá ser criticado por no ser muy

    práctico, por más que trato de quedarme por este lado

    de “la Utopía”. En la ciudad ideal habría una inspección

    oficial ejercida sobre las calles, de modo de hacer que

    presentasen un aspecto uniforme. Tampoco se dejaría

    nada a la casualidad, por falta de previsión, siempre

    que la expansión del tráfico en las calles nos permitiera

    hacer algunas correcciones. Las grandes corrientes del

    tráfico se cruzarían a ángulos rectos.

    Asegurémonos, pues, algunos lugares de refugio

    y descanso, cuando se puedan encontrar en Londres, y

    procuremos tener la certidumbre de que dichos asilos

    no sean invadidos arbitrariamente y servirían de lugares

    destinados especialmente a nuestros monumentos.

    La arquitectura en nuestras ciudades debería ser la

    expresión de nuestras ideas, de las ideas de la comu-

    nidad; de nuestros deseos colectivos, no de nuestros

    deseos individuales. Hay en nuestra ciudad ideal, la

    cuestión del color, natural y artificial: ambos tienen una

    gran importancia con respecto a la estética y ambos

    necesitan una gran combinación artística. El color más

    natural es el de la yerba, de los árboles, de las plantas

    y de las flores.

    Siempre que fuera posible, se debería ensanchar

    el campo de la vista, de modo que se pueda echar

    19 Ricardo Halsey y Basil Holmes, “La ciudad ideal”, en El Arte y la

    Ciencia (1899-1911), ed. digital, col. Raíces digital, t. IV, núm.

    10, Facultad de Arquitectura, unam, 2010, pp. 149-153.

    20 Arquitecto inglés. Entre sus principales obras escritas en torno

    al problema del mejoramiento de las ciudades están: “De las

    habitaciones y muebles”, en Arts and Crafts Essays (1893),

    Las instalaciones de nuestras calles (1918) y Las enseñanzas

     históricas de la arquitectura (1922).

    21 La señora Basil Holmes fue una activista a favor del mejo-

    ramiento de ciudades y el rescate de lugares abiertos en la

    época victoriana. Publicó otro artículo ti tulado “Espacios, jardín

    y parques abiertos de juegos”, en el marco del Congreso

    Internacional de Urbanismo organizado por The Royal Institute

    of British Architects (riba), presentado en 1910 en el áreade Consideraciones arquitectónicas relativas al urbanismo,

    congreso en el que también participaron Ebenezer Howard

    y Joseph Stübben. En 1911, la obra de Holmes se publicó

    como libro en el Reino Unido. Véase Corso di urbanística. VIII.

    Il Consolidamento della cultura urbanística tra ́ 800 e ´900,

    en http://www.uniroma2.it/didattica/URB/deposito/Urb_10-

    11_lez_08.pdf, consultado el 1 de marzo de 2010.

    22 Halsey y Holmes, op. cit ., p. 149.

    23 Ibid ., p. 150.

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    una ojeada sobre la verde yerba de nuestros parques

    o los jardines de nuestros muelles. El color, lo mismo

    que cualquiera otra cualidad de la arquitectura, se debe

    emplear con el objeto de expresar, no simplemente

    nuestra fantasía individual y nuestro capricho, sino

    también un fin social.24 

    En este artículo, son de mucho interés las coinciden-

    cias entre la propuesta de estos autores y la que está

    desarrollando, en el mismo año, Ebenezer Howard

    con la ciudad jardín; esto muestra cómo el aprove-

    chamiento de los espacios abiertos y la creación de

    parques y jardines fue una solución a la que varios

    llegaron. En dos aspectos difieren con lo propuesto

    por Howard: en el primero, ellos plantean soluciones

    y mejoras a los poblados que ya existen, así como la

    creación de anillos que rodeen las ciudades, unidos

    mediante una red de comunicaciones, a diferencia

    de Howard, quien propone construir nuevas ciudades

    que complementarán las que ya existen; en el se-

    gundo, Halsey y Holmes plantearon usar los espacios

    verdes como una tradición de las calles inglesas,

    como una forma de eliminar la fealdad de las calles,

    producto de una arquitectura decadente, considera-

    ron como solución cubrir las paredes de hierba para

    rescatar la estética natural de la ciudad y lograr una

    ciudad limpia y sana, dando prioridad a la higiene y a

    los beneficios que se obtendrían por salud pública de

    las ciudades limpias, por sobre el aspecto estético.

    Siete meses después, se publicó la segunda

    parte de este texto titulada “La ciudad ideal. Parques

    y terrenos sin construcciones”,25 escrito por Basil

    Holmes, secretaria de la Metropolitan Public Gardens

     Association. Ella trató de exponer la necesidad de

    estos autores por buscar alternativas de uso en los

    terrenos libres de construcciones, y cómo la pobla-

    ción y las autoridades se han encargado de conservar-

    los o de construir en ellos. Hace también referencia

    a los modos de vida de los londinenses, como la

    tradición de pasar los días de fiesta y de vacaciones

    fuera de las ciudades, cerca del campo, en medio de

    los árboles en localidades cercanas. Los más antiguos

    cronistas de Inglaterra describen toda clase de diver-

    siones en los campos: las fiestas de la primavera, los

     juegos campestres en los bosques y los pasatiempos

    en terrenos libres cercanos a las ciudades.

    De la manera en que se plantea el diseño de ciu-

    dad de Letchworth (figura 5), también se hace a nivelurbano, en el que las ciudades deberán tener límites

    espaciales y de población; en cuanto a las viviendas,

    la proximidad entre éstas deberá quedar limitada por

     jardines y contarán con patios por delante; además

    habrá parques y lugares de paseo público.

    El fundamento de estas propuestas es el resul-

    tado de un proceso que se dio a lo largo del siglo xix,

    en el que el crecimiento de las ciudades fue tan rá-

    pido, que obligó a realizar un enérgico esfuerzo para

    asegurar espacios verdes para los habitantes; desde

    1847, en el Parlamento se han turnado propuestas

    totales o parciales de conservación o adquisición de

    terrenos libres. Esto ha dado como resultado que

    grandes parques y terrenos comunes se conser-

    ven, tanto en las ciudades como alrededor de ellas:

    cementerios, jardines públicos y otros pequeños espa-

    cios en donde se han plantado árboles y colocado

    asientos para los transeúntes. La pregunta por hacer

    es ¿los ciudadanos se habrán conformado con los

    escasos esfuerzos de las autoridades, cuando, en prin-

    cipio, fue la propia sociedad la que tuvo las primeras

    iniciativas? Al parecer la respuesta fue negativa, ya

    que estas asociaciones han continuado luchando por

    la conservación de estos espacios, dando gran impor-

    tancia a las áreas verdes en la purificación del aire y la

    ventilación de la ciudad.

    En relación con las asociaciones civiles, se hace

    un recuento de las creadas en el país, en el siglo xix, 

    en torno a movimientos higienistas y a favor de los

    espacios verdes. Al respecto Edwin Chadwick fundó el

    movimiento The Modern Open Space Movement,26 

    y desarró las primeras reformas sanitarias en 1842,

    24 Id .

    25 Basil Holmes, “La ciudad ideal. Parques y terrenos sin construc-

    ciones”, en El Arte y la Ciencia, op. cit ., t. V, núm. 4, pp. 54-56.

    26 E. M. Walker, Pioneers of Public Health. The Story of Some

    Benefactors of the Human Race, Library of Congress Catalog

    Card Number: 68-26483, eua, 1930, pp. 71-85.

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    deslumbrada las ventajas que representaba la vida en

    las ciudades, y emigraba hacia las grandes poblacio-

    nes, abandonando el campo. Esto dificulta la vida

    en la ciudad, ya que han aumentado los transportes

    públicos; si bien había más facilidades de comunica-ción, también se dio una aglomeración urbana que

    hace inaccesible el uso del espacio, que describe de

    la siguiente manera:

    Tuvo así que surgir el gran movimiento salvador,

    transformando las viejas ciudades, de estrecha aglo-

    meración edificada, en ciudades de amplias calles y

    avenidas y de extensas plazas que proporcionan el

    aire y la luz necesarios, elementos aún más indispen-

    sables que el agua por proveer en grandes dotaciones

    y que la extracción de los desechos putrescibles del

    conglomerado que constituyen otros fundamentales

    problemas del urbanismo.31 

    Miguel Ángel de Quevedo se convirtió en un eslabón

    muy importante entre el desarrollo urbano mexicano

    de la primera modernidad, ubicada en el Porfiriato, y

    el del periodo posrevolucionario. Él estudió en París

    la carrera de Ingeniero Civil con especialidad en inge-

    niería hidráulica. En 1887 regresó a México: trabajó

    inicialmente como supervisor de las obras del desagüe

    del Valle de México, con el objetivo de evitar las

    inundaciones. Asistió al Primer Congreso Internacional

    de Higiene Pública y Problemas Urbanos en París

    en 1900, en el que los delegados recomendaron

    que 15 % de las zonas urbanas fuesen cubiertas con

    parques como medida de salud pública.32 Se apoyó

    en el informe de la conferencia para convencer a los

    funcionarios del Gobierno mexicano de que estable-

    cieran parques en beneficio del interés público.

    Conocedor del tema de la ciudad jardín, Que-

    vedo fue el encargado de la Comisión de Embelle-

    cimiento de la Ciudad de México, con motivo del

    festejo del Centenario. De ahí que él aprobara las

    propuestas de los nuevos conjuntos urbanos y en

    algunos casos hasta desarrolló propuestas en las que

    se incluyeran los principios que regían los nuevos

    cánones de higiene para la Ciudad de México.33

    Cuando se solicitó el permiso oficial para cons-

    truir un nuevo fraccionamiento, Quevedo estableció

    que por cada 10 manzanas se tenía que donar una

    para parque, plaza o jardín. Los dueños de las fraccio-

    nadoras se comprometerían a sembrar árboles en di-chos espacios, además de las vías públicas. Él definió

    que los elementos primordiales de la vida y la salud

    eran el aire y la luz. Así las ciudades con espacios li-

    bres en proporción suficiente, resueltos por medio de

    plazas y la ampliación de calles y avenidas lograrían

    favorablemente este objetivo, lo que describió de la

    siguiente manera:

    La inspiración del artista jardinero llevará hasta las solu-

    ciones las más delicadas y vistosas, con las innúmeras

    combinaciones de las pequeñas plantas floridas, para

    realizar la Ciudad Jardín, pero el requisito fundamental

    que se tiende a llenar es el de la ciudad provista de

    buenas atmósferas, teniendo de ahí que ser en las

    regiones expuestas a bruscos cambios térmicos, a

    fuertes heladas y con cielos despejados, como los de

    la altiplanicie de nuestro territorio, la ciudad bosque

    el ideal, con un sistema de parques, calles y avenidas

    arboladas.

    Pero en las ciudades ya de antiguo formadas bajo

    planos o distribuciones no inspirados en estos moder-

    nos principios, es imposible venir a realizar la Ciudad

    Jardín o la Ciudad Bosque. Por otra parte, siendo que la

    provisión natural de aire llega a la ciudad, no a plomo

    o de alturas cenitales, sino por vientos transversales

    más o menos rasante, la provisión de buen aire está

    supeditada al Estado.34 

    31 Miguel Ángel de Quevedo, “Los problemas del urbanismo en

    su relación con los espacios libres, las arboledas y las reservasforestales”, en revista Planificación , t. 1, núm. 1, septiembre de

    1927, p. 16.

    32 Instituto Nacional de Ecología, en http://www.2.ine.gob.mx/

    plublicacione/libros/118/cap4.html.

    33 Para mayor información véase Ángel Zimbrón, “Bases gener-

    ales de trazo e higiene a que deben sujetarse las nuevas colo-

    nias”, en Juan Bribiesca, Memoria del Ayuntamiento, Imprenta

    dirigida por L. Aguilar Vera, México, 1911.

    34 Miguel Ángel de Quevedo, op. cit., p. 17.

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    35 “Forest Hills Gardens”, en revista Planificación, Órgano de la

    Asociación Nacional para la Planificación de la República Mexi-

    cana, t. 1, núm. 3, México, noviembre de 1927, p. 7.

    Si bien los principios urbanos que rigieron a Miguel

    Ángel de Quevedo fueron establecidos cuando tuvo

    cargos públicos como en la Dirección de Obras Públi-

    cas de la Municipalidad de México, o como Director

    de los Proyectos de Embellecimiento de la Ciudadcon motivo del Centenario en los primeros años del

    siglo  xx , su función y sus ideales no se truncaron

    con el movimiento de la Revolución Mexicana, por

    el contrario tomaron fuerza y siempre fueron el

    principio que rigió su labor profesional. El interés por

    dotar de espacios abiertos jardinados a las colonias y

    a la ciudad por medio de jardines y parques, a las re-

    giones y al país mediante bosques, siempre subsistió

    con el objetivo de mejorar la calidad del aire en las

    ciudades, evitar las polvaredas, las epidemias provo-

    cadas por el esparcimiento de microbios en el agua

    y el aire. Este principio urbano tiene un anclaje muy

    profundo en el México porfirista en el que la higiene

    pública fue el tema que reguló la modernización de

    las ciudades.

    En la revista Planificación también se encuentra

    el texto “Forest Hills Gardens” , que analiza la construc-

    ción de una ciudad en el distrito de Queens, en Long

    Island, a 15 km de la estación de Pensilvania en la

    ciudad de Nueva York. En ellas se define como una

    ciudad parque de gran belleza natural, que incluye

    campos de juego y otras oportunidades de recreo.

    Este proyecto fue elaborado por el arquitecto paisajis-

    ta Federico Law Olmstead, quien desarrolló para éste

    tres principios urbanos:

    Primero. Las arterias principales de circulación deben

    ser directas, con calles de 24 metros de ancho y un

    boulevar de 37 metros.

    Segundo. las calles que no se trazaron como avenidas

    principales se diseñaron con el fin de que sirvan como

    calles residenciales.

    Tercero. Se reservaron zonas comunes para uso común

    y recreación de los residentes, además lo que es

    considerado en este proyecto como una innovación

    es la existencia de parques privados en algunas de las

    manzanas construidas para el uso de aquellos que

    viven en los lotes contiguos. 35 

     Tipos de arterias en las principales ciudadesdel mundo

    En este artículo el arquitecto-urbanista Carlos Con-

    treras Elizondo presenta un estudio de seccionestransversales de las avenidas principales de algunas

    ciudades del mundo y de las arterias principales de la

    Ciudad de México. No existe texto ni explicación algu-

    na en las imágenes que se presentan, pero a partir de

    ellas hay varios elementos que deben mencionarse:

    Primero. El elemento que sobresalta en estos

    dibujos es la vegetación, los bulevares, los espacios

    verdes que se presentan en las avenidas.

    Segundo. Resalta la cantidad de vías que tienen

    las calles, por ejemplo, las avenidas de los Campos

    Elíseos, The Ocean Parkway, en Nueva York, el bulevar

    circular de Bruselas, la Carrera del Prado en Marsella y

    la Unter den linden en Berlín, en donde aparecen dos,

    tres o hasta cinco carriles de circulación para auto-

    móviles. En otros casos se presentan cortes de calles

    como Queens Boulvear en Nueva York, el camino

    circular en Viena, la calle Bismarck-Charlottenburg y

    la Kings Way en Londres, en donde combinan las

    circulaciones vehiculares con los carriles específicos

    para los tranvías.

    Tercero. En el caso mexicano se presenta en

    primer lugar el Paseo de la Reforma con su glorieta

    de la Independencia, de 200 m de largo; es un dibujo

    acotado que muestra las dimensiones de los cuatro

    arroyos vehiculares, de los bulevares y de la glorieta.

    También nuestra Calzada de la Exposición (hoy Paseo

    de la Reforma a la altura del Auditorio Nacional), la

    Avenida Chapultepec, la Calzada de la Piedad de Ta-

    cubaya, Tacuba y las avenidas Sonora y Jalisco, entre

    otras.

    Cuarto. Todas estas vialidades nacionales e interna-

    cionales se realizaron a finales del siglo  xix  o principios

    del  xx ; éstas corresponden al periodo de la primera

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    Figura 7. Sección transversal del Paseo de la Refor-

    ma. Fuente: Ibid ., p. 14.

    Figura 6. Estudio de secciones transversales. Tipos

    de arterias en las principales ciudades del mundo.

    Fuente: revista Planificación, Órgano de la Asociación

    Nacional para la Planificación de la República Mexica-

    na, t. 1, núm. 3, México, noviembre de 1927, p. 13.

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    modernización de la ciudad; en los proyectos urbanos

    regían los principios higienistas basados en la creación

    de espacios verdes para mejorar la calidad de vida de

    la población urbana. Esta modernización también se

    percibe en los espacios para los medios de transporte,

    ya sea vehículos o tranvías, pero particularmente se

    denotan el equilibrio entre la vegetación y las vías de

    comunicación.

    Quinto. Se hace una división de este tipo de vías

     jerarquizando dimensionalmente las calzadas, los

    bulevares, los paseos, las avenidas y las calles.

    El último artículo registrado en esta publica-

    ción fue “La ciudad jardín”, del arquitecto José Luis

    36 José Luis Cuevas, “La ciudad jardín”, en revista Planeación ,

    Órgano de la Asociación Nacional para la Planificación de la

    República Mexicana, t. 2, vol. 4, México, 1934, p. 30.

    Figura 8. Tipos de arterias en la Ciudad de México. Fuente: Ibid ., p. 16.

    Cuevas.36 `Éste es una transcripción de

    la conferencia presentada por Cuevas,

    en la que hizo una reflexión sobre el

    origen y el desarrollo de las ciudades

     jardín. Él ubicó el origen de estos desa-rrollos como consecuencia de la vida

    industrial y la necesidad de realizar un

    mejoramiento en las ciudades, princi-

    palmente en las casas de los obreros

    por ser las más afectadas. El objetivo

    era construir viviendas dignas, fuera

    de las aglomeraciones, dotándolas de

    terrenos amplios y abiertos para que

    cultivaran sus propios jardines. En este

    sentido se plantea el principio de ciu-

    dad jardín, es decir, hacerlas ciudades

    autosustentables.

    El autor reconoce que sólo en In-

    glaterra se resolvió con mayor éxito este

    desarrollo urbano, ya que ellos iniciaron

    un nuevo tipo de ciudad que estableció

    una reconciliación entre la ciudad y el

    campo, de la cual brotaría una vida y

    una civilización nuevas. Las bases fun-

    damentales de la obra de Howard, el

    creador de la ciudad jardín, Cuevas las

    explicó de la siguiente manera:

    I. Antes de abrir una cepa, debe estar perfectamente

    definido el proyecto de la nueva ciudad, teniendo en

    cuenta las conveniencias de la comunidad, la preserva-

    ción de las bellezas naturales y la coordinación de las

    debidas comunicaciones;

    II. Restringir estrictamente el número de casas por

    hectárea dentro de la ciudad, para que dispongan del

    sol y el aire que puedan necesitar, de un jardín propio

    y amplio y que tengan inmediatos campos deportivos

    apropiados;

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    III. Que la ciudad cuente en su perímetro con una faja

    de tierra laborable y boscosa con pequeñas granjas e

    industrias agrícolas, pero de un área total equivalente al

    doble de la urbana;

    IV. Limitar el interés del capital invertido a un máximo

    de 5 %, aplicando el excedente a beneficio de la propia

    comunidad y

    V. Que el carácter de la ciudad no sea residencial, sino

    que sea fundamentalmente industrial y comercial.

    El autor concluyó que en México no había sido

    expuesto ningún proyecto que reuniera la forma

    financiera y social para resolver el problema de la ha-

    bitación obrera. No había una población que hubiera

    hecho un intento en ese sentido. Refirió el caso de

    Orizaba, en donde se concibió la idea de una colonia

    ferrocarrilera, en cuya proyección colaboró.

    El bienestar de las futuras generaciones de mexicanos depen-

    de de la labor, de la previsión, de la sabiduría de la actual y de

     las que la han precedido.

    José Luis Cuevas

    Hay una nota que evidencia la importancia y la

    relación entre la asociación de ciudades jardín y los

    grupos de urbanistas en México. En la sección de

    Editores, de la revista número 9 de 1928, se dio la

    noticia: “Sir Ebenezer Howard ha muerto”.

    La Asociación Nacional para la Planificación de la

    República Mexicana, tiene la sincera pena de partici-

    par a nuestros consocios la muerte del eminente Sir

    Ebenezer Howard, presidente de The Internacional

    Federation for Housing and Town Planning y miembro

    honorario de nuestra Asociación, acaecida en la Ciudad

     jardín de Welwyn, Inglaterra, el martes 1° de mayo

    de 1928. Nuestro más cálido y férvido homenaje de

    admiración y respeto por la obra insigne de su vida,

    con estas líneas, como débil ofrenda sobre su tumba,

    a sus méritos superiores, a su devoción y cariño por

    la obra profundamente humana de redención de las

    ciudades.37

    Asunto de gran relevancia en la Asociación Nacional

    para la Planificación de la República Mexicana, ya que

    en los propios créditos de esta publicación, en la re-

    lación de miembros honorarios, aparece Sir Ebenezer

    Howard, presidente de la Internacional Federation forHousing and Town Planning de Londres.38

     

     Arquitectura: México

    Esta revista estuvo en circulación de 1938 a 1978 y

    se publicaron 119 números de ella; su director fue

    el arquitecto Mario Pani. La revista pasó por distintas

    etapas, que corresponden a los editores que traba-

     jaron en cada una. En estos 40 años fueron publica-

    dos cuatro números por año. Se vendía en México,

    Estados Unidos y América Latina, principalmente, ya

    que parte de su éxito fue la buena distribución de

    los ejemplares. Los textos que hacían referencia a la

    ciudad jardín estaban relacionados con la reconstruc-

    ción de las ciudades después de la Segunda Guerra

    Mundial. Los artículos que se presentaban eran casos

    de estudio elaborados en ciudades inglesas.

    “Reconstrucción en la ciudad de Londres” es un

    extracto del informe del Comité de Mejoras de

    Planificación,39 que explica los pasos que se conside-

    raron para la preparación del esquema de planeación

    en la posguerra de la ciudad de Londres. En él se

    presentaron una serie de lineamientos para lograr la

    reconstrucción de las ciudades y se describieron los

    elementos que se consideran para este proyecto. Se

    incluyó un informe de los efectos de la guerra en la

    ciudad y se propuso que la reconstrucción tenía que

    ser a partir de construir nuevas ciudades con espacios

    abiertos.

    Se expusieron estudios sobre la congestión y

    corrientes de tráfico en la posguerra; además, un

    37 Revista Planeación, Órgano de la Asociación Nacional para

    la Planificación de la República Mexicana, t. I, vol. 9, México,

    mayo de 1928, p. 28.

    38 Ibid ., p. 1.

    39 Revista Arquitectura: México, núm. 20, México, abril de 1946,

    p. 270.

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    17/20

            3        1

    40 F. J. Osborn, “Nuevas ciudades para la Gran Bretaña”, en revista 

     Arquitectura: México, núm. 27, México, abril de 1949, p. 75.

    proyecto para una vía de circunvalación primaria y

    mejoras en las calles secundarias, incluidos otros para

    los muelles, ferrocarriles y un aeropuerto. También

    una propuesta de legislación y cambio de administra-

    ción en la ciudad para poder adquirir terrenos en los

    que pudieran generarse más áreas verdes.

    Una de las medidas tomadas por el Gobierno

    británico después de la guerra fue limitar el creci-

    miento de las grandes poblaciones, construir ciudades

    industriales completamente nuevas y financiar la ex-

    pansión de centros rurales, y es el tema que aborda F.

    J. Osborn en el artículo “Nuevas ciudades para la Gran

    Bretaña”. En él se hizo referencia a la construcción de

    750 000 viviendas en los cuatro años que transcurrie-

    ron desde la terminación de la guerra en 1945. Esto

    significó la rehabilitación de más de dos millones y

    medio de personas. Aunque la extrema escasez de

    materiales y mano de obra ha sido un obstáculo muy

    serio para la industria de la construcción, los ingleses

    han hecho grandes esfuerzos para sobreponerse a

    estas dificultades.

     

    Los métodos industriales modernos y la evolución de

    los sistemas de electricidad y transporte hacen practi-

    cables muchos tipos de industria y comercio en urbes

    de 30 000 a 60 000 habitantes. Las ciudades de ese

    tamaño pueden ser provistas de eficientes instalaciones

    de alumbrado y energía eléctrica, agua y alcantarilla-

    do, y se las puede dotar de las facilidades sanitarias

    y culturales que un núcleo urbano requiere. Las

    poblaciones se limitarán en tamaño para que tengan

    un nivel de cohesión y conciencia de sí mismas. Por

    eso, bajo los auspicios del Gobierno, van a construirse

    nuevas poblaciones con arreglo a un plan determinado.

    Las ciudades consagradas se reducirán en densidad

    de población y algunas poblaciones rurales se verán

    reforzadas. Entre las viejas y las nuevas urbes, habrá

    “cinturones verdes” reservados para el cultivo.40

    Osborn atribuyó el crecimiento de las grandes capi-

    tales a la industrialización del Reino Unido, asociado

    con el de las ciudades del siglo  xix . Reconoció la labor

    de la política nacional de impuestos y las medidas de

    seguridad social que distribuyeron entre los ciudada-

    nos los beneficios de una elevada producción indus-

    trial. En el texto se aclara que no se pretendía debilitar

    con estas medidas la eficiencia en la producción de la

    industria manufacturera del país, por el contrario, se

    planteó que era necesaria una producción mayor para

    que el nivel de vida siguiera elevándose.

    Se identificaron algunos elementos que contri-

    buyeron a la agudización de esta problemática: el

    crecimiento incontrolado de las grandes ciudades,

    la concentración de fábricas y oficinas de excesivas

    dimensiones y lejos de las zonas urbanas, que pro-

    vocaron la necesidad de que los empleados reco-

    rrieran grandes distancias, originando el incremento

    de las redes de transporte. Trataron de dar solución

    al problema de movilidad de la población e hicieron

    propuestas de alojar a los trabajadores en edificios

    de varios pisos construidos en la proximidad de sus

    trabajos. Desafortunadamente no hubo buena recep-

    ción de los habitantes, ya que no estaban acostum-

    brados a vivir en grandes edificaciones. Osborn afirma

    que 90 % de las familias querían disponer de una

    Figura 9. Casas inglesas de construcción moderna, con reminiscen-

    cias de la ciudad jardín (véase figura 5). Fuente: revista Arquitectura:

     México, núm. 27, México, abril de 1949, p. 76.

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    casa con jardín, aunque ello supusiera residir lejos

    del trabajo. Por eso, se ha dispuesto en las grandes

    ciudades del Reino Unido que éstas se encuentren

    rodeadas por amplios suburbios abiertos.

    El apartado La afición a la vida del campo

    41

     deeste artículo, tiene una relación muy directa con

    el propuesto por Basil Holmes quien describió los

    gustos de los ingleses por la vida del campo. Esto

    se puede interpretar como una solución natural por

    tratar de regresar al origen para poder emprender los

    nuevos desarrollos urbanos.

     

    Aunque la mayoría del pueblo británico viva principal-

    mente en ciudades, conserva una profunda afición por

    la vida en el campo, a la mayoría le gustaría estar en

    un sitio que concentrará las ventajas de la ciudad y el

    campo.

    Esa fue la idea que, en 1898, le inspiró al célebre

    londinense Ebenezer Howard, su libro Las ciudades

     jardín del mañana, alentando el movimiento interna-

    cional de las ciudades jardín. Pero los principios de

    Howard fueron mal interpretados y se confundieron

    con una tendencia a los suburbios abiertos, de los que

    difería considerablemente el pensamiento del autor de

    la citada obra. Lo que Ebenezer Howard propuso fue

    que se interpretara el crecimiento de las grandes pobla-

    ciones, y que, en su lugar, se construyeran pequeños

    núcleos de dimensiones limitadas, siendo cada uno

    de ellos un centro industrial en el que la gente pudiera

    trabajar y vivir. Esos núcleos habrían de responder a un

    proyecto de conjunto y estar circundados por am-

    plios espacios de campiña. La tierra necesaria para el

    emplazamiento de cada una de esas urbes habría de

    pertenecer a una sola organización de carácter público

    o cooperativo, a fin de que la planificación y el desarro-

    llo pudieran ser debidamente regulados.42

    Reflexiones finales

    La evolución que tuvo el proyecto urbano de ciudad

     jardín en el periodo de la primera mitad del siglo  xx  

    tuvo su acento en diferentes prioridades, que depen-

    dieron de la necesidad social, económica y urbana de

    cada etapa referida. El proyecto original de Ebenezer

    Howard de 1902, proponía un equilibrio entre la ciu-

    dad y el campo, para lograr comunidades autosustenta-

    bles que pudieran funcionar como ciudades satélite en

    torno a las grandes capitales inglesas. El proyecto deHoward planteó básicamente un esquema económico

    de su funcionamiento, esto no significa que lo urbano

    se consideró por añadidura. El objetivo básico de

    Howard era replantear las nuevas zonas urbanas en

    función de una organización con base en la agricul-

    tura y sugiriendo los beneficios económicos que la

    propia administración pública tendría al apoyar estos

    desarrollos urbanos. Esta propuesta surgió como

    una respuesta para poner freno a los problemas de

    hacinamiento de las grandes capitales, disminuir la

    contaminación o al menos vivir en lugares alejados de

    los focos contaminantes, las ciudades.

    El proceso de modernización responde al énfasis

    que en cada periodo la sociedad atribuye a las ne-

    cesidades sociales, tecnológicas y económicas. En el

    cambio de siglo ( xix-xx ), el problema que ya empeza-

    ban a generar los medios de comunicación masiva y

    el incremento de la población urbana son el motivo

    para pensar en adoptar este esquema urbano. En una

    primera etapa, como vimos en los artículos presenta-

    dos en el Arte y la Ciencia, en el primer decenio del

    siglo  xx  se denota una preocupación por recuperar

    los espacios sin construcciones para convertirlos en

    espacios verdes, con el objetivo principal de disminuir

    la contaminación en las grandes capitales industriali-

    zadas, consolidar los espacios ya existentes, pero esto

    se expresa sólo en artículos de casos ingleses y no los

    hay relacionados con la aplicación de estos preceptos

    en la Ciudad de México.

    En el periodo posrevolucionario, representado

    por la revista Planeación, encontramos las mismas

    preocupaciones por generar espacios verdes como

    parte del proyecto urbano de la ciudad, creando

     jardines, plazas y parques para evitar la contaminación

    ambiental. En las ilustraciones de Carlos Contreras se

    41 Ibid., pp. 79-80.

    42 Ibid., p. 79.

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            3        3

    enfatizó la relación de los grandes camellones arbo-

    lados con las vialidades creadas durante el siglo  xix  y

    principios del  xx , ya sea vías vehiculares, peatonales y

    en algunos casos los caminos para los tranvías.

    En la década de los veinte, cuando circulaba estarevista, existía una estrecha relación entre las aso-

    ciaciones urbanas, como la Asociación de Ciudades

    Jardín , las cuales tenían un vínculo directo con Carlos

    Contreras, editor de la revista, y Miguel Ángel de

    Quevedo. La función de Quevedo en la generación

    de propuestas y en la supervisión, como parte del

    propio gabinete del gobierno local de la Ciudad de

    México, permitió que los preceptos de ciudad jardín 

    o c iudad bosque, como él denominó a su concepto

    urbano de ciudad, contribuyeran a la creación de

    desarrollos urbanos bajo estos lineamientos. Esta

    publicación, sin duda, es la que más comprometida

    estuvo con el desarrollo de nuevos proyectos urba-

    nos que dieron solución a los problemas nacionales

    de ese periodo.

    Mientras que en la revista Arquitectura: México,

    al igual que en la primera publicación, los casos de

    estudio son ingleses, lo interesante es ver cómo se

    considera la pertinencia de “regresar” a los proyectos

    urbanos decimonónicos, para dar una solución urba-

    na a los nuevos retos que enfrenta el Reino Unido.

    La Segunda Guerra Mundial provocó destrucción en

    las grandes capitales, dejando a la población aislada

    y en desabasto alimentario y sin ayuda. Con base en

    esto se propuso hacer pequeñas ciudades satélite,

    basadas en los lineamientos de la ciudad jardín para

    tener comunidades autosustentables que no depen-

    dieran de los grandes centros urbanos, y buscando unequilibrio entre la población urbana y la rural.

    El tema de la ciudad jardín es vigente hasta el día

    de hoy. La revisión de las propuestas decimonónicas

    permite dar solución a los problemas actuales, ya que

    son los mismos: crecimiento descontrolado de la po-

    blación, niveles altos de contaminación y como con-

    secuencia mala calidad del aire y la saturación de las

    vialidades. En la actualidad, los espacios urbanos desa-

    rrollados bajo la influencia de la ciudad jardín, como

    la colonia Roma, la Condesa, Chapultepec Heights

    (hoy día Lomas de Chapultepec) o la Hipódromo, que

    cuentan con grandes áreas verdes, mantienen un alto

    nivel de plusvalía. Estos modelos urbanos siempre

    han estado asociados con los principios de higiene y

    saneamiento, y no a principios estéticos.

    A pesar de existir diversas propuestas con estos

    lineamientos, ninguno ha planteado un desarrollo

    basado en un principio administrativo, como un orga-

    nismo en el que estén equilibradas las dos realidades

    urbanas o, como decía Howard, los dos grandes

    imanes que representan la ciudad y el campo, ha-

    ciendo un tercer imán que sea la síntesis de las dos

    anteriores.

  • 8/16/2019 PAPER: LA CIUDAD JARDÍN

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