P R E G Ó N · 2018-01-21 · p r e g Ó n de la semana santa de la siempre noble, leal y...

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P R E G Ó NDE LA

SEMANA SANTADE LA SIEMPRE NOBLE, LEAL

Y FIDELÍSIMA CIUDAD DE CEUTA

PRONUNCIADOEN EL TEATRO-AUDITORIO DEL REvELLíN

EN LA MAÑANA DEL v DOMINGO DE CUARESMA,2 DE ABRIL DEL AÑO DEL SEÑOR DE 2017

PorD. Juan Antonio García Ponferrada

Organizado por el Consejo Diocesano de HH. y CC.de la Ciudad de Ceuta

Impresión y diseño: Papel de Aguas, s.l. Ceuta

A mi familiaa quienes debo la paz y tranquilidad,

que me permiten hacer este pregón.

A mi Hermandad del Rocíoautentica culpable de que hoy este aquí.

Y al Movimiento de Cursillos de Cristiandadque me acercó a Jesucristo.

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“EL ÁNGEL DEL SEñOR ANUNCIÓ A MARÍA”

Llegado este momento me vais a permitir hermanos, que le hable a Ella. A esa joven aterrada por la responsabilidad que asumía y que, sin embargo, no dudo un momento. “Hágase en mi según tu palabra”..... Y el verbo se hizo carne y habita entre nosotros.

Es la hora, es tu hora, es la hora del Ángelus, esa oración tuya que cada día nos sirve para recordarnos que eres madre, que eres la madre de Dios Hombre.

Y son las doce cuando el mundo entero se postra a tus plantas, cuando las llamadas de las campanas nos anuncian que llego el momento de piropearte con la más entrañable de las oraciones. Esa llamada que desde campaniles y campanarios hace sonar la voz de esas que con sus sones nos anuncian que llegó el momento de piropearte, de rezarte al oído oraciones de amor. Esas campanas que con sus tintineos nos llevan a disfrutar de la alegría de tu nombre, María.

Cuando escucho estos sonidos se me alegra el alma, porque en mi amor hacia ti revivo hermosos momentos. Que acierto, haber abandonado tu silencio. Que acierto el haber recuperado ese entrañable sonido las campanas de nuestras parroquias, A la fe caballa le faltaba sonido, le faltaba ese grito al aire que dice: aquí estamos. Porque con amor cristiano reivindicamos el espacio que merecemos y jamás deberemos perder.

Y así, a golpe de badajo, en voz alta, entiendo que debo acercarme a África y en el camino, mi pensamiento vuela a aquellos lugares en donde delante de un Simpecado verde se me erizan los vellos cuando el tamboril llama al Ángelus. Cierro los ojos y vuelo a esos pinares del Merco o a las arenas del coto, allí en el alto del Cerro de los Ánsares. Cascabeles de mulos, sonantes campanitas de mi carreta, mi hermandad subiendo para alcanzar la cima, y allí el ángelus. Paraje desértico y muchedumbre de ojos fijos en la virgen de su Simpecado y oración cantada según lo hicieran aquellos Romeros de la Puebla... y mas y mas rezos, y más vivas y mi corazón roto de emoción

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vuela hacia ti Madre, lo mismo que hoy ante esta comprometida cita te llamo, con la voz de un hijo que necesita de tu amor materno, de tu siempre segura intercesión, para la difícil tarea que ahora mismo inicio, pregonar la pasión, muerte y resurrección de tu bendito hijo.

Sin ti María, África, Araceli, o Rocío, no sería capaz de alzar la voz para poder contar lo acontecido aquella semana de dolor, de tu corazón hecho pedazos. ¿Como yo me iba a atrever sin tu apoyo incondicional, sin tu amor de reina intercesora?

Tu Señora a la que desde niño me enseñaron a querer por encima de cualquier cosa en este mundo, eres, y lo sabes, mi camino y guía para llegar hasta Él.

Dame tú la fuerza y la claridad suficiente para gritar a los cuatro vientos un amor, un compromiso, una convicción, un ejemplo de vida de quien fue capaz de entregarse por nosotros y que en esta bendita semana será objeto de culto público.

¡Adelante Jesús! ¡Que resuenen las campanas! Que todas ellas desde sus campanarios rompan el silencio y alzando la voz anunciando que llego la hora ¡viva la madre! ¡viva su divino hijo!

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¿POR qUé YO?

Este es el momento del sol en su zenit, de la luz perpendicular, de los objetos sin sombra, por ello, voy yo a intentar, apartando las mías ser la voz que nos acerque a esa semana mágica en la que vamos a ser testigos de lo más doloroso que un ser humano pueda vivir y a la vez lo más grandioso de su experiencia de vida.

¿Pero cómo yo me presto a tan tremendo atrevimiento?... voy a retrotraerme a una tarde de hace aproximadamente diez años, cuando un querido sacerdote al que en ese momento conocía me enseñó, que es la providencia, me enseñó que a ella, es a quien hay que escuchar y en ella la voz del Señor nos irá llevando por los caminos, por el trazados.

Por su aceptación esta hoy aquí este que os habla, no después de haberse resistido a la invitación que un día le hiciera nuestra querida Presidenta del Consejo de Hermandades y querida amiga Encarni.

Pero dos razones de peso y algunos empujones me llevaron a tomar la decisión de colocarme hoy ante vosotros, en este estrado, con el corazón abierto y sometido a vuestra comprensión y benevolencia.

La primera de las razones tiene que ver con un escudo que un día colocaron en mi solapa allá por junio de 1991. En ese momento yo entendí que finalizaba mis practicas de aprendiz de caballa y me obligaba a defender esta tierra como cualquier buen ceutí. Me hizo jurar defenderla y respetarla y hacer cualquier cosa por engrandecerla. Por ello esta es la razón mundana que, a pasar de ser caballa de adopción desde hace tan solo cuarenta y dos años hoy quiera brindaros mi fotografía de lo que todos nosotros vamos a celebrar la próxima semana.

La segunda de las razones tiene que ver con la fe. Ser cristiano tiene entre otras muchas cosas un plus de compromiso con la Iglesia y una presencia de apostolado a lo que no podemos mirar de soslayo ni tu ni yo. Así, que me dije que tenía que hacerlo como un caballa mas, como un hermano mas pero sobre todo como un cristiano comprometido que conoce la falta que hace dedicarle su voz y su corazón a la causa de la fe en el Señor y su Gloriosa Madre.

Esta nuestra tierra nos necesita a todos y nos invita a los que nos hacemos llamar cristianos, a tener una presencia cada día mayor, cada día más fuerte, a ser ejemplo vivo de nuestro Señor Jesucristo.

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SALUTACIÓN

Ilmo. Sr. vicario General de la ciudad Obispado de CeutaSra. Presidenta y Pleno del Consejo de Hermandades y Cofradías de CeutaExcmo. Sr. Presidente de la Ciudad Autónoma de CeutaExcmo. Sr. Delegado del Gobierno en CeutaExcmo. Sr. Comandante General Autoridades Religiosas, civiles y militares.Hermanos cofrades, amigos todos.

Es la hora de los agradecimientos. De esas palabras que nacidas del corazón abrazan desde la caridad cristiana a los que realmente son los pilares y a la vez destinatarios de este mi pregón.

El primero será para ti, amigo Eusebio por tus cariñosas palabras de presentación que, aunque inmerecidas, acojo con el mismo calor, con el que viví el año pasado, tu magnifico pregón y del que quiero destacar en este momento su comprometido mensaje, cristiano sin edulcorar, y del que quisiera hacer míos los que tu destacaste como principios de tu fe, “los valores de respeto, tolerancia e igualdad”.

Eres ejemplo de cofrade y lo has demostrando día a día al frente de tu hermandad. Gracias de nuevo hermano.

A ti Encarni debo abrazarte con el mas fraternal de los abrazos. Eres grande en el compromiso con este nuestro mundo de las cofradías y hermandades, compromiso que te ha llevado, sin desvincularte de tu Cofradía del valle, a trabajar con dedicación, amor y tesón al frente del Pleno del Consejo, y hacerlo en un momento difícil y lo estas sacando a flote con tu impronta de generosidad, cariño y ausencia de protagonismo.

Es preciso que los cofrades conozcamos a fondo y tomemos nota de lo que somos y de los que representamos. Si todos los cristianos debemos ser ejemplo de la fe que profesamos, no digo nada de lo dirigentes de nuestras hermandades y cofradías. Nosotros estamos doblemente obligados. Las hermandades y cofradías como asociaciones públicas de la Iglesia adquieren

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un plus en la obediencia y la defensa de sus fines y en el respeto y amor a sus pastores. Pase lo que pase seamos cristianos en el justo sentido de la palabra, seguidores de Cristo, entre los que no debe existir la critica ácida, la intolerancia y mucho menos el insulto. También reconduzcamos nuestros prontos hermanos, y abandonemos la intransigencia sostenida por mi verdad y tomémosla con generoso amor de cristiano. Que nuestro comportamiento sea, de verdad ejemplo de los que decimos ser y representar.

Y por ultimo permitidme un gesto de agradecimiento a mí familia, la de sangre y las de amor cristiano.

Primero a mi madre a la que además de la vida, le debo que desde muy chiquitín, me enamorase de la virgen.

A mi hermana Mari Carmen, a mi mujer Pilar, a mis hijos Araceli y Antonio, y a mis nietos Rocío, Yanni, Niko, Paula, ellos son mi sustento y fortaleza, sin olvidar a esos otros luceros que desde el cielo iluminan mi caminar diario.

Gracias a mi Hermandad del Rocío culpable de encauzar el diario de mi fe a la primera madre entre las madres y que sostiene mi pasión por la virgen del Rocío. Son ya treinta años juntos en lo malo pero sobre todo en lo bueno. En el abrazo fraternal de los hermanos que como yo tenemos la misma madre.

Y a mis hermanos del Movimiento de Cursillos de Cristiandad a los que debo de agradecer que el señor utilizando a mi amigo Eduardo los pusiera en mi camino y me enfrentaran a esa experiencia de Cristo que me ha llevado a dar un profundo sentido a una fe adormecida en mi corazón, despertando en mi la necesidad de la lucha diaria por ser mejor, de hacer vivo apostolado, de pretender a pesar de las caídas seguir el camino de la fe.

Gracias a todos.

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ÁFRICA

Hace ya cuarenta y dos años que un joven nacido en un pueblo de Córdoba un Miércoles Santo, tuvo que ser así sin estar previsto, porque aun faltaba un mes para que el embarazo llegara a término. Sin embargo cuando las procesiones de esa tarde pasaban por la acera del Coso, mi madre se empezó a sentir mal y un rato después vino al mundo este ochomesino entre ruido de cornetas y tambores.

Pasado veintitrés años era Ceuta quien acompañado de mi hermano me recibía y providencialmente vine a parar a la Plaza de África. Yo, criado entre gentes enamoradas de su patrona fui aprendiendo a querer a la virgen y llegaba a Ceuta con la lección aprendida, solo que allí era Araceli la más grande. África me empezó sonando extraño y de hecho cuando la vi por vez primera su imagen me trasladaba a la virgen de Piedra de la semana Santa de Lucena.

No te imaginaba yo Señora, con tu Hijo sin vida en tu regazo. Duro golpe el de aceptar que tu no jugabas con tu pequeño pastorcito, que no sonreías con las travesuras de ese Jesús infante que revoluciona los hogares cristianos.

No te imaginaba así, aunque no tarde y quizás hasta por razones de vecindad, a irme acostumbrando a tu imagen bella. A irme prendando de esa belleza que surge de tu corazón dolorido y de unos ojos ensangrentados por no poder derramar mas lagrimas, y a pesar de ello nos ofreces a tu hijo, para que tu pueblo que tantísimo te ama se gloríe en El.

Y pasaba el tiempo y permitías que me fuese haciendo tu amigo, que nuestra relación fuese creciendo, Madre. Tu imagen se me iba haciendo próxima y hasta fuimos emparentando. Permitiste que primero nuestra hija entrase a formar parte de la familia cristiana a tus plantas. Mas tarde seria nuestro hijo, quien por la gracia del tuyo todopoderoso, recibiera su bautismo bajo tu atenta mirada. Y así desde aquel siete de enero de 1975 hasta hoy, ese pequeño santuario y mi corazón comparten una misma perla.

Soy humano y sabes que hubo tiempos en mi en los que no te iba a visitar todo lo que debiera sin embargo, iban pasando los días y descubrí la falta que siempre me haces y fui aprendiendo a quererte con toda mi alma, con todo mi corazón, con todas mis fuerzas. Eres la madre a la que ahora, añoro el día que no voy a verte. Eres mi norte y mi guía, eres mi devoción sincera, eres razón de mi vida y eres la madre mía.

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Quisiera pedirte Madre que ilumines los corazones de tus hijos para que por el amor que te profesamos, no seas utilizada como instrumento de rencillas entre hermanos. Y no permitas que nos enzarcemos con la excusa de quererte más que ningún otro hermano. Conduce nuestras conductas y haznos dóciles a la palabra de tu hijo. Enséñanos a compartir tu amor de verdad y a no utilizarlo contra ningún hermano.

Por ultimo Madre asísteme y reconoce a este humilde caballa como el último de tus hijos para que pueda compartir tu celestial protección. ¡Cúbreme con tu manto virgen de África.!

CUARESMA

Recién nacido marzo, ese mes pasado de tiempos cambiantes, de vientos crecidos en temporales que nos recuerda aquello tan de nuestra tierra... “por San José....”, comienza para nosotros los cristianos un tiempo nuevo.

Las Hermandades, las capillas y parroquias, son un hervidero de gentes de todas las edades, los cofrades van llegando a ellas para realizar distintos trabajos.

La temperatura de lo que va a ser nuestra Semana Santa va creciendo hasta ese soñado día en que nuestro paso se ponga en la calle con aires de majestad para recorre las calles de tu Ceuta, para hacer su estación de penitencia.

Entre tanto la mayoría de los caballas nos sentiremos ajenos a tan ardua actividad, esa explosión que nos lleva a la limpieza de enseres, reuniones de cuadrillas que anteceden a los ensayos, en las que los capataces van poniendo orden e ilusión en sus hombres, en sus costaleros. Las calles, a esas horas tomadas ya por la luna van acogiendo a los distintos pasos que con su música enlatada, cargas provisionales y desvestidos de todos sus ornamentos vienen y van aunando esfuerzos para que sus titulares puedan pasear por su Ceuta querida como si lo hiciesen sobre las mismas olas de un mar en calma.

Pero en cuaresma no todo es mundano, este tiempo es un tiempo fuerte para la Iglesia a la que pertenecemos, y está repleto de cultos que se van sucediendo en honor de sus Santos Titulares. Todos preparamos nuestros

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altares con el mejor de los gustos. Priostes y Mayordomos sacan a relucir su sapiencia en ese difícil arte de embellecer, más si cabe, sus imágenes.

Todo apunta a la preparación de la gran fiesta de la Pascua.

¿y nosotros, estamos en concordancia con el tiempo de conversión que vivimos? ¿Se está preparando nuestro corazón igual que nuestros hombros? No soy yo precisamente ejemplo, pero tampoco quiero dejar pasar la oportunidad para hacer un cariñoso llamamiento a la conversión, al arrepentimiento y esa revirá que apunte nuestras vida en la dirección de Cristo, para que como buenos hermanos podamos vivir la gloria de estar cada día más cerca de Él.

Para que con Él abandonemos egoísmos, orgullos, envidias y vanidades y mediante la reflexión, penitencia y oración derribemos esos muros que a veces levantamos entre los hermanos. El Señor nos quiere como hijos de una misma madre, como hermanos de su Divino Hijo, caminando hacia Él con paso firme. Abrazando su Cruz, siendo generosos, compartiendo con los más necesitados, perdonando a los que nos ofendieron, viviendo, en definitiva actitudes de fraternal amor cristiano, para de esta manera parecernos más a Jesucristo.

Desde el miércoles de ceniza en donde los cofrades caballas confraternizamos en el acto formal de aprobación de las nomina de salida de las Hermandades y Cofradías, hasta el jueves Santo en esa cena de los hermanos con su Padre, abracemos la Cruz de su pasión y honremos a nuestros titulares desde la fe de quien se sabe comprometido además de con su cofradía, con el evangelio que Jesús nos dejo. Asistamos a los cultos. Ser cofrade es un acto voluntario al que nadie nos obliga, pero que nos hace titulares de derechos y obligaciones a los que no debemos dar la espalda.

Seamos, cada uno, heraldo que da testimonio de su confianza en Jesucristo plasmada en la devoción a unas imágenes. Seamos ejemplo de identidad cristiana y de compromiso eclesial. ¡No hagamos de nuestra Semana Santa una fiesta popular más!

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VINIENDO DE TIEMPO ATRÁS

Decía yo que pocos méritos tengo y menos en la Semana Santa de esta querida tierra que me acoge como hijo suyo, aunque sí quiero contaros que soy cofrade casi desde que nací.

Rondaría los cinco años cuando por primera vez mi madre me colocaba una túnica morada con un cordón pajizo, heredada de mi hermano y nos llevaba a los dos juntos a acompañar a nuestro padre Jesús Nazareno.

Permitidme que os cuente que en mi Lucena natal, el mundo de la santería es una cultura que se vive todo el año que además marca y engancha.

¡vamos daos prisa, que ya esta Jesús en la Plaza Nueva y debemos estar allí para la bendición! De esta manera nos acuciaba mi madre para que llegásemos a ese momento entrañable. No os podéis imaginar lo que para los ojos de un niño era ver a Nuestro Padre soltar la mano derecha de su cruz y bendecir a su pueblo que abarrotaba la plaza presidida por la parroquia de San Mateo.

Pasadas pocas Semanas Santas, cuando rondara los ocho o diez añillos tuvimos mi hermano y yo la gran suerte de que nos regalaran nuestra primera procesión, un lavatorio. Un trono de madera con cuatro varales y su peana sobre la que se asentaban las figuras de Jesucristo y San Pedro, conmemoración del Sagrado Lavatorio.

Eran tiempo difíciles y cuando la mayoría de los chiquillos paseaban una caja de zapatos con una cruz hecha de dos ramas cruzadas, nosotros fuimos la envidia del barrio de la virgen de Araceli.

Nuestros amigos y conocidos se esforzaban en acercarse a nosotros a conseguir que les “aviásemos”, así se llama allí dar un sitio en una procesión.

Y el Lavatorio salía tantas veces como hiciera falta y otras se quedaba en casa, como respuesta a las disputas que entre hermanos manteníamos por aquello de ser el manijero. Dichas disputas siempre traían como consecuencia que el trono se quedase encerrado. Mi madre ponía paz de esta manera.

En la casa que había sido de mis abuelos mi tía Anita conservaba una virgen de los Dolores a la que durante algunos años estuvimos admirando hasta que un día cercano ya a la quincena, nos concedió el premio de

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autorizarnos a procesionarla. La colocamos sobre la peana de un trono antiguo de la Capilla que ya estaba en desuso y a la calle. Esto se parecía mas a un paso de los de verdad.

La providencia quiso que mi primera inmersión en la Semana Santa procesionando de verdad, fuera en un Domingo de Ramos llevando sobre mis hombros a la virgen de los Servitas. Mi hermano Abelardo acababa de proponer la creación de una Hermandad cuyo titular era, en lucentino, “la Salvita”. Imagen de una dolorosa, chiquitita, de corazón clavado por siete puñales y que ese año la mandaba como manijero. Y quiso aviarme con un buen sitio, la contraesquina, de la esquina mala.

Aquello fue como el pasaporte que me identificaba como un hombre. Ya había sido santero en Lucena. Ya dejaba de ser joven y debería asumir responsabilidades de adulto. Ser santero en Lucena es una cosa seria.

Se produjo una segunda vez y esa fue poco más tarde, el año que mi amigo Rafalin Serrano mando el Preso de los Moras.

Ya era yo aprendiz de ceutí cuando hubo una tercera oportunidad. Una de las procesiones más grandes en Lucena es “la Columna”. Pues bien, mi hermano tuvo la suerte de que por sorteo le tocara mandarla y yo, claro desde que lo supe, le estuve suplicando un sitio. El con criterio de manijero responsable me preguntaba con mucha seriedad si yo, iba a asistir a todas las Juntas del año, a lo que contesté, “no te lo puedo asegurar hermano, intentare venir a todas las que pueda”, “entonces no tienes sitio”, aquel año sufrí ese Jueves Santo como nunca lo había hecho.

Como os decía yo estaba ya en Ceuta y empezaba a descubrir una Semana Santa distinta, una Semana Santa que me era absolutamente desconocida.

Entonces, un número importante de pasos hacia su recorrido sobre plataformas rodadas, otros sobre el cuello de quienes las portaban. Aun no conocía ni el vocabulario propio. Era un mundo desconocido para mí en donde:

Los santos, eran ahora imágeneslos tronos, pasoslos varales, trabajaderaslos timbres, llamadoreslos pasos no llevan santeros, llevan costaleros

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el manijero aquí es el capataz y no portala Juntamarca, en Ceuta se llama igualáa los pasos no los acompañan tamboreros, llevan bandas,y así sorprendido, fui entendiendo que una chicotá era, para mí, una horquillá.

No es fácil asumir y tener que cambiar esos esquemas mentales que me acompañaban desde niño, pero como dice el refrán “el roce hace el cariño” y poco a poco y con ayuda de los amigos, esos que ellos saben y que están aquí presente, fui aprendiendo a querer a nuestra Semana Santa. No deseo engañaros. No reniego de mis raíces sino que por el contrario, me siento enriquecido por las dos Semanas Santas, y más de una vez entre las dos reparto mi presencia en ellas.

Cuando he podido, he viajado a Lucena para esta el viernes Santo con Jesús, del que sigo siendo hermano. Si no es posible, la red ahora, me permite cuando son las seis de la mañana viajar hasta El y acompañarle.

En Ceuta ya os adelanto que tengo mi corazón entregado hace tiempo y disfruto de unos amores que seguramente a lo largo del pregón iréis descubriendo y que en este momento no quiero desvelar.

MEDINACELI

Pocos lugares conozco en donde la Semana Santa se adelante a las vísperas con unas vivencia cofrade tan fuerte. Parecería que nuestra Semana Santa estuviera necesitada de un heraldo de postín, mi Cristo de Medinaceli, nuestro Cristo de Medinaceli, Señor de Ceuta y amor de sus hijos.

Cada pregón es distinto porque nos habla de Jesucristo y su Santísima madre desde visiones y vivencias personales. Porque desde un compromiso de sinceridad nace del alma de un creyente. Porque al fin y al cabo es una confesión que el pregonero hace a corazón abierto.

Recordáis que os hablaba de mi experiencia de santero en el Preso de los moras. Aquella experiencia que me marcara siendo tan joven, el gran amor por aquel cautivo fue renaciendo en mi cuando por primera vez vi tu cara. Fue como un amoroso salto atrás, fue como un regreso a la juventud que me hizo sentir que a partir de ese momento intentaría por todos los medios, ser tu amigo, gozar de tu confianza, ser testigo de tus milagros.

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Aun no sabía yo que eras el Señor de Ceuta, que tu imagen de Dios bueno, con esa mirada de humilde aceptación y esas manos cruzadas ante ti y amarradas en tu sufrimiento, era objeto de cristiana adoración en una ciudad a la que apenas conocía.

Eras ese Señor que en otro lugar yo conocí cuando en tiempo de noviazgo con Pili, hoy mi mujer y madre de mis hijos, me pedía que la acompañase a San Mateo a rezarle a su Medinaceli. Ella es también la culpable de que un día nos acercásemos a tu fervorosa hermandad para ingresar en la nomina de tus hermanos.

Poco a poco como un caballa más se fue creando ese lazo entre nosotros. Tu amor de Padre bueno cuida y protege nuestra casa y nosotros, en ti confiamos nuestras penas y alegrías y de ti recibimos ese amor que nos hace continuar teniéndote como referente y guía.

¿Como puede ser el sábado de pasión un día tan grande en nuestra Semana Santa de Ceuta cuando aun nosotros no hemos visto en la calle las palmas?

Y los es porque Ceuta tiene un padre, cuenta con un Señor, que desde su atalaya en el príncipe ha decidido venir a bendecir a sus hijos, esos hijos que quizás durante el año nos hemos olvidado de ir a visitarlo. Pero no importa El en su amor no nos lo tiene en cuenta.

Son las cinco de la tarde y mi Ceuta se encamina a golpes de autobús para acompañarte. Poco después caminas en una parihuelas, sobre un mar de corazones que te alaban sin cesar. “Cuanta complicidad de esos hijos con su padre”. Silencios que se hacen oraciones en lo más profundo de sus almas, y tu caminar erguido, y tu melena al viento, llaman sus miradas a fijarlas en tu cara cuando son capaces de levantar la vista del suelo. Día grande para Ceuta. Ojalá se vaya produciendo lo mismo con ese Lunes Santo, cuando tu, Cautivo y Rescatado realizas tu estación de penitencia acompañado de tu santísima madre de los Dolores, que más que de los dolores debería ser de la bondad, porque a pesar de su sufrimiento, eso es lo que transmite su preciosísima cara, bondad.

Salgamos todos a la calle a recibir esa paz que serena nuestras almas, a cobijarnos bajo su manto, a sentir su redentor amor.... sí, tú eres mi cautivo, tu eres el callao que soporta mi caminar, tu eres quien me sostiene en mi diaria lucha... tu eres mi Señor.

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SER COFRADE

Ya os comenté que tan joven era cuando comenzó a abrazarme la cofradía, esa cofradía que desde el principio me haría crecer a la sombra de su titular, aquel Nazareno que me acompaña a lo largo de mi vida.

De mis mayores y hermanos aprendí que ser cofrade es mucha más que semanasantero, y que una cofradía no es una peña cultural. Ser cofrade es un honor y un orgullo, es presumir de nuestros sagrados titulares y ser partícipe de la vida de un pueblo cristiano y hacer de la fe y de la esperanza señas de identidad. En definitiva ser cofrade solo es posible siendo un buen cristiano.

Ser cofrade esta sustentado en la fe, es creer y participar de la eucaristía, confesar nuestros pecados, y bautizar a nuestros hijos después de haber bendecido nuestro amor.

Por ello la cofradía es un lugar para venerar a la Santísima virgen y alabar a su Hijo. Una cofradía es una asociación pública de fieles que no podemos olvidar que pertenecemos a la iglesia católica. Las cofradías no pueden alejarse de la palabra de Dios, no pueden salir a la calle a hacer su estación de penitencia sin oración, no nos pertenecen a ninguno de nosotros ni deben ser lugar propicio para el figureo.

No es mejor cofrade el que más claveles pincha o mas hora dedica a limpiar la plata, si alguno yo destacaría seria a ese cofrade que sin aspavientos le reza a sus titulares desde un corazón de hijo amoroso.

Una cofradía no debe ser un ente aislado que compita con los demás por quien es mejor o quien estrena más y mejores enseres. Las cofradías son hermanas gemelas, hijas de un mismo padre y de una misma madre, vienen de la misma cuna y abrigadas en sus parroquias comparten una misma morada, nuestro Consejo de Hermandades y Cofradías, que sabiamente nació para ayudarnos en nuestro caminar. Que cada día intenta que nos llevemos como buenos hermanos y si surgen conflictos y desencuentros, los arreglemos con el dialogo fraternal en la mesa de camilla. Por ahí, no olvidéis que hay gente que se alegra de nuestro desencuentro, cuando ven que nos peleamos por un lugar en las listas de las juntas de gobierno o cuando conocen que una candidatura no tiene recorrido.

El Consejo somos todos y es de todos. Y tiene ya, historia suficiente para, sin querer hacerlo con las personas, yo quiera agradecer el trabajo diario

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de quienes dedican su tiempo a mantener y reforzar la llama de nuestras hermandades, de todas las hermandades y cofradías de Ceuta, de quien vela porque hermanos tan distintos caminemos juntos y que cuando surgen diferencias deben poner orden, eso si desde el amor, con el único y exclusivo fin de hacer, cada día más grande, nuestra Semana Santa.

Cuesta mucho poner en la calle un desfile procesional, por ello el trabajo de una cofradía no se limita a los días previos a la Semana Mayor. Son muchas reuniones, muchos actos, muchos cultos y muchas horas de trabajo. A veces muchos sinsabores y muchos disgustos. Horas quitadas a las familias y amigos y que si hay buen ambiente, cordialidad y armonía, se hace con sumo gusto. Por desgracia, las cofradías son a veces, testigos de división, enemistad y discordia.

No permitamos hermanos que nuestras hermandades y cofradías se conviertan en campos de batalla. No permitamos que alguien desee convertir la hermandad en su cortijo. No permitamos en nuestras casas grupos de poder.

El futuro para nuestra Iglesia y para nuestras cofradías estará en las manos de gente buena, emprendedora, trabajadora, también con defectos, con prontos y con genio, pero capaces de como buenos cofrades, no guardar para mañana ninguna de las diferencias surgidas. ¡En ello esta nuestro futuro hermanos!

DOMINGO DE RAMOS

¡Alegrémonos caballas!, comienza la Semana Santa y la primavera prepara a Ceuta para vivir acontecimientos de indescriptible belleza que se van a iniciar con el Domingo de Ramos y terminaran con el Domingo de Resurrección, dos hitos de excelsa alegría para nosotros. Entre ellos, pasión.

Día grande entre los grande, día de infante alegría en el que los mas jóvenes, los niños, serán los protagonistas de una experiencia que recordaran toda su vida.

El sol luce más que nunca cuando la gente, a oleadas, se apresura cuesta arriba por Otero. van camino esa plazoleta del barrio de Manzanera, en donde está aquella capillita, pequeñita y coqueta que guarda sus tesoros.

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Que digo yo, pequeñita, si la habéis hecho grande por dentro, grande como vuestros corazones. Esos que nos acogen cada año cuando terminada nuestra misa de romeros, nos disponemos a caminar para verla. ¡Que grandes sois hermanos pollinicos!

vuestra disposición hacia mi hermandad ha fraguado lazos que son ya permanentes. Hace mucho tiempo nos abristeis vuestros corazones y vuestra casa a todo lo que necesitáramos sin pedir nada a cambio.

Esa salve que dedicada a las dos madres eleva al Cielo plegarias por la Palma y por Rocío aviva en nuestras entrañas la llama de amor filial que es la mecha que prende en ese fraternal encuentro.

Gracias pollinicos en nombre de mi hermandad.

Y siguen llegando gentes y la pequeñita iglesia ocupada por sus titulares y en la que parece que no cabe un alfiler acoge a los más pequeñitos que llegan vestidos con sus galas de hebreo. Y la explana es un bullicio, padres, hermanos y abuelos, todos vestidos de nuevo, acompañan a los más pequeños a la espera de que aquellas puertas se abran.

Esas palmas pajizas cimbrean la alegría de la fe, esa fe en quien va a llegar montando en su pollino.

En el interior no se cabe. Dos bellas imágenes abrirán las puertas de nuestra Semana Santa.

Ceuta se hace Jerusalén para recibir a un Mesías de dulce nombre que es aclamado y vitoreado mientras camina despacio a lomos de un pollino. “Mas humildad imposible”.

Le acompaña Madre de Dios de la Palma, su madre, que con ese hoyito en la barbilla que hace crecer la guapura de su cara, no es capaz de vivir la alegría del momento. Parecería que presintiera que estas palmas se tornarán lanzas que atravesaran el costado de su hijo. Y camina con la mirada baja triste y llorosa, pero guapa. Guapa de perfil helénico sin perder de vista la imagen de esa palmera que resguarda del sol a su hijo querido.

Ceuta será testigo de uno de los momentos bellos de su Semana Santa con el paso de estas imágenes por los Jardines de la Argentina. Ceuta vivirá la estación de penitencia de la mano de una Cofradía ejemplo de amor a sus titulares, de generosa hermandad y de integración de los jóvenes.

¡Buen Domingo de Ramos Hermanos!

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MI ENCUENTRO

El Martes Santo en Ceuta es un día especial. En pocos lugares se vivirán momentos de tan intensa emoción como los que en este día vivimos los caballas.

Siete años fueron testigos de mis estancia en la plaza de África, en donde nos asentamos recién llegados a Ceuta, y ello me dio la oportunidad de sorprenderme este día de un año allá por los setenta, por un río verde que discurría por la cercanía de nuestra casa y rodeaba la plaza. Eran los caballeros legionarios que iban tomando posesión para engrandecer un encuentro que de por sí ya es sublime.

Eran los tiempos en que el Ejército guardaba carrera al discurrir de los pasos. Nostálgica imagen que quedo fijada en mi memoria y prendida en mis retinas.

Agradable imagen para los ojos y los oídos, la de esos soldados firmes como los pinos. Los miradas elevadas al cielo mientras del corazón les brotan las notas de “un Novio de la Muerte” que es capaz de erizar los vellos de un pueblo entero que se ha concentrado a las puertas de su Casa.

Pero no nos olvidemos de lo fundamental, hace un rato se han abierto las puertas de la morada de Nuestra Reina, esa perla que luce en su retablo y pasea su patronazgo desde el Hacho hasta Benzú para recibir el fervor de sus hijos.

Hoy quien atraviesa su pórtico no es ella sino esa Madre esperanzada que camina al encuentro de su hijo el nazareno. ¡Que dolor!

Me viene a la memoria el recuerdo de esas palabras que un día predicara un gran hombre, sacerdote jesuita, extraordinario predicador y mejor rociero. Y que me pusieron en situación de tratar de comprender el dolor de esa madre. ¿Que mujer de vosotras sería capaz de soportar lo que tuvo que vivir María?¿que madre resistiría ver que a su hijo le escupen a la cara, lo apalean, lo arrastran, le ponen una caña en la mano y una corona de espinas y se mofan de el? Y no contentos con ello, le cargan con una cruz que rompe su desnudo hombro y le obligan a caminar hasta donde será crucificado en su presencia.

Decidme madres, ¿el inmenso amor que tenéis por vuestros hijos sería capaz de resistir esa prueba sin que defendiéndolo tuvierais su mismo final?

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María sí. Ahí la tenéis caminando en busca de ese hijo suyo Nazareno, que es luz en una plaza abarrotada de corazones que lo aclaman. Camina despacio Esperanza que quiero disfrutar de tu cara. Esa preciosa y serena cara que escondida en contraluces quiere disimular su perfil de llanto.

Y se produce el momento que Ceuta espera. La madre y el hijo se tienen enfrente. Avanzan hasta que los capataces no caben entre ellos y Ángel a dos manos agarra los llamadores para realizar la más grandes de las levantás mientras que esos corazones de su pueblo gritan un “olé” que estremece y nos traslada al Cielo de un tirón.

“Caballas presumir de nuestro encuentro”

MIéRCOLES SANTO

Discurrían los años ochenta cuando un buen amigo, en la feria, en “Los varales” me solicitaba ayuda para un proyecto ilusionante. Pretendían elevar una capilla a los titulares de su hermandad, ahí empezó nuestra relación, ahí fui presentado a ti Caridad, y a tu hijo flagelado y desde ese momento mi pensamiento volando se trasladaba a la Parroquia de Santiago y a mi Cristo de la Columna a quien, ya os dije, profeso un especial cariño y así, de esta manera sería, que esa virgen recortadita, con bella carita de niña de comunión y su hijo Jesús de la Flagelación, ese Señor atado a la columna, empezaron a ocupar un rincón en el corazón de este que os habla.

Pasaron los años y aquel sueño se hizo realidad y conseguisteis aquel anhelado oratorio, ese que se viste de gala el miércoles Santo para que esta sobria hermandad inicie carrera hasta su estación de penitencia.

Este año te podremos disfrutar mas Señor, el viernes de Dolores nos vas a obsequiar con un adelanto a tu salida procesional. Este año presidirás ese acto piadoso por excelencia que es el vía Crucis, que con tanto cariño nos ofrece nuestro Consejo de hermandades y Cofradías. De la mano de tu cofradía y acompañado del resto de la familia cofrade recorrerás el camino que recorriste aquel triste día, el camino del Calvario, y nosotros contigo, tus hijos, te ayudaremos a llevar el peso de la cruz de nuestros pecados.

Al mismo tiempo que tu sales, Caridad en otro lugar distante y querido por mi se abren las puertas de otra casa de hermandad, la mas reciente de las que existen en esta Ciudad.

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Tengo que confesaros que no hace tanto tiempo que descubrí a los señores de San Juan de Dios. La Providencia nos llevo un día hace poco mas de 10 años, a mi Hermano Mayor, de entonces , y a mi a esa modesta pero gran Parroquia.

Allí hice dos descubrimientos. Mientras esperábamos conocí de cerca a la virgen de la Amargura y a su hijo Caído. ver a ese Señor tan próximo, tan cercano a la altura de los ojos rompe el corazón del menos creyente. Con mi otro descubrimiento me honro en contar con su amistad y compartir caminos juntos.

Aun retienen mis retinas la imagen de la Amargura y su hijo Caído. por el peso de la cruz saliendo por esas enormes puertas que encierran otro no menos enorme trabajo de la hermandad que les tiene por titulares.

Tu cara señora refleja esa amargura, que nos muestra el sufrimiento al que sometimos a tu hijo y que tu viviste como privilegiada espectadora. Demasiado sufrimiento para ti que solo podrás soportar con divino amor. Caído y Amargura enfilan la avenida caminando despacio para alejándose de su barrio, producir imágenes repletas de belleza y emoción en las inmediaciones del Puente del Cristo o en los Jardines de la Argentina.

Son muchas horas de carrera y siempre bien acompañados, pero el regreso a tu Casa de Hermandad se hace pesado y necesita del calor de tus hijos... ¡ayudemos a estos benditos vecinos de villajovita de regreso a su casa!

JUEVES SANTO

Judas lo había preparado. El traidor tenia todo amasado en su rencor y solo faltaba un beso, el beso que lo entregará. Yo no me atrevo a mirarte a la cara Señor hasta no abrazar y pedir perdón a mi amigo, porque hoy va a ser un día duro, porque duro tuvo que ser para ti madre ver sufrir a tu hijo, y yo no pretendo agrandar tu dolor con mis obras.

Yo quisiera que hoy se secasen las lagrimas del que sufre, igual da que sea en una casa, en un hospital, en una residencia o en una valla.

Hoy te pido yo Señor que cubras con el bálsamo de tu amor las heridas de tus hijos y que llenes las alforjas de sus almas con la fe, que les de fuerzas para no desfallecer en el camino hasta llegar a ti.

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Hoy es hermanos, uno de esos tres jueves que brilla mas que el sol...

Hoy es Jueves Santo. Por ello cada parroquia hoy exhibe sus mejores galas. Flores y velas, velas y flores se empeñan en mostrarnos que todo es nuevo, sencillamente bello porque hoy Señor quieres sentarnos a tu mesa y enseñarnos un mandamiento nuevo: “que os améis como lo hago yo” y nos llamas a comer tu cuerpo y beber tu sangre para fortaleza de nuestras almas.

Este jueves brilla mas que el sol porque de ahí nace la eucaristía....

Este pobre e imperfecto cristiano que intenta servirte allá donde Tu lo has puesto, se dirige a Ti allá, muy cerquita, al lado de donde su hija dio sus primeros pasos mientras el hacia sus practicas de milicias. Fuimos vecinos durante cuatro meses y que pena, que poco te visité, que poco me acerque a ti para con amor secar tus lagrimas... que ocasión perdida.

Hoy Señora quiero pedirte perdón y en esta encrucijada de mi vida animarte con mi amor a ti y a tu hijo, a seguir caminando por ese tu San José para el disfrute de todas las miradas limpias, que te abren con cariño su corazón. Para que esos Guardias Civiles y esos Regulares puedan presumir de ser tus hijos predilectos a los que siempre cubres y proteges bajo tu celestial manto.

Que difícil te deberá ser mantener ese perfil sereno por el que ruedan tus lagrimas viendo a ese hijo tuyo en la encrucijada de su muerte, clavado en la cruz de nuestras faltas.

¡Alégrate madre! porque aunque no sea tras él, salgas a la calle a sus pies. No te quedes en casa, no dejes jamas a tus hijos sin tu presencia en el jueves Santo de Ceuta.

Y me vuelvo al centro a esa plaza que cuenta con otro rey mas, el del Cielo y allí una cofradía, que para mi, tiene para ofrecer a nuestra semana santa mucho y bueno.... ya os decía que en algún momento se me vería el plumero, que notaríais por donde andaban mis debilidades.

En esta cofradía guardo un amor de padrino, de compadre y casi de padre y ello me hace sentir un cariño especial por sus titulares. A esos a los que vosotros padre e hijo queréis con locura, con la locura que un día te inculcó a ti Javi el lelo Rafael. Este abuelo que os habla, también ha sentido el honor de ver al mayor de sus nietos vestido de librea delante del paso Cristo, igual que la hacia Pablo.

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Este pregonero vivió, contigo, tu lucha por que tu Cristo de la Humildad y paciencia y su Santísima Madre pudieran salir de su templo, y aun hoy sigo pensando que un día se abrirá esa puerta por la que tu tanto y tanto luchaste con amor y valentía.

Siento sana envidia de ver a unos cofrades jóvenes comprometidos, perseverantes, responsables y hechos, de oído a la experiencia, forjados en horas de limpieza de enseres y observación y escucha a sus mayores y todo ello trabajando y trabajando y para hacer cada día mas grande la Semana Santa de nuestra ciudad.

Hoy quiero Señora de las Penas darte gracias, si aquí en publico, ya te las di en privado. Tu fuiste capaz de proteger a tu capataz en su peores momentos. Tu fuiste su fuerza cuando las físicas lo abandonaron postrándolo por dos veces en aquella cama y eso no lo podré olvidar, eso será mi permanente deuda contigo.

Aunque las tuyas, tus penas, sean difíciles de aliviar por lo duro de tu sufrimiento caminando tras ese hijo tuyo, yo voy a intentar aliviarlo con la humildad y la paciencia de tu hijo amado... ese hijo al que vemos profanado a golpes y salivazos. Al que cubrieron con un trapo y le colocaron en la mano una caña y lo coronaron de espinas para con sarna, con burla presentarlo como el Rey de los Judíos. ¡Que duro debió ser Madre! Pero ellos esos que tanto te quieren van a consolarte con un paseo por Ceuta, por tu Ceuta, vestida de gala en este día grande, por los rincones de esa nuestra Ceuta en donde tu cara se hace mas bella cuando, en una revirá te ilumina el farol de la esquina. Que palio tan bello, que movimiento tan acompasao, que gracia tan especial meces cuando tus jóvenes costaleros soldados a sus trabajaderas te hacen sentir grande entre las grandes.

Y te voy a seguir pidiendo por el, Madre, que le sigas iluminando en esta nueva singladura. Que perdones sus faltas si las tuviera y, también a los que le han podido causar sufrimiento y por amor a ti y a tu hijo, haz justicia.

¡Gracias virgencita de las Penas!

Y la tarde de Ceuta va cayendo y en África surgen rumores de que un bullicio se esta agolpando a la espera de la salida de la Hermandad de Nazarenos de la vera Cruz.

Seriedad, sobriedad, y orden canalizan el amor de sus hijos hacia ti, que con serena belleza vas a colaborar en hacer lucir mas grande este día.

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No sientas Desamparo Señora porque aquí esta tu madre y en Ceuta tienes a tus hijos, esos que te aman, que te quieren como su referencia y que abrazan tu cruz para la salvación del mundo.

La noche camino de dar paso a la madrugada y negros nubarrones ennegrecen los cielos como si quisieran ser presagio de lo que va a suceder mañana y con el cambio de día haces estación de penitencia en la Catedral Septense antes de tu regreso al templo, para desde allí, cumplida tu misión de hoy, seguir cuidando de todos tus hijos, muy especialmente por los que nos dedicamos al servicio publico de los caballas.

MADRUGÁ

Palabra que me pone los pelos de punta. Momento especialmente sentido en nuestra casa. La televisión nos traslada cada año a la madruga sevillana para que mi mujer Pili se alegre el alma con su Señor de la Sentencia y pasemos un rato a la vez que disfrutando, enfrentando opiniones de quien es la mas guapa si la Macarena o la Trianera, la Trianera o la Macarena. Entre el Cristo de la Sentencia o las Tres Caídas no hay nada que discutir, lo tiene claro.

Pero he de contaros que esto surgió hace muchos años como excusa para esperar la amanecida cuando el Torralbo haciendo sonar su cornetín, recorre las calles y va sumando a los santeros del Señor conduciéndolos a la Capillita para allí colocarlo a los pies de Jesús.

Perdonad que llegado este momento no pueda evitar recordar que mis raíces cofradieras, nacieron y vivieron tantísimas veces acompañando a nuestro Padre Jesús Nazareno.

vuelvo a mi Ceuta, para en ese cambio de día que se esta produciendo, vivir uno, de los que sin duda es de los momentos mas electrizantes, para que aquellos que con fe vivimos nuestra Semana Santa.

La noche se hace silencio para que Ceuta reciba a su Cristo del Buen Fin y a su madre María Santísima de la Concepción. Quien no la haya presenciado diría que es imposible, que ese paso no cabe por ahí, que no es capaz de revirar en ese callejón tan bien nombrado. Sin embargo el contenido aplauso que no se escucha y un suave murmullo nos comentan el secreto: una buena

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cuadrilla aunada y dirigida por un gran capataz. Tu me enseñaste, Antonio, lo poco que se del arte de la costalería y yo a ti de la santería, y juntos compartimos el amor a la mas grande, nuestra virgen del Rocío.

Muy serio, como debe ser, encaminas a tus señores para hacer estación de penitencia y pasear la carrera oficial con orden y compostura, ejemplo de aquellos que tan profundamente aman a sus titulares. Ceuta disfruta con la presencia de esta hermandad con solera.

VIERNES SANTO

Que pena, la pasión da paso a la muerte y ya casi no nos acordamos de esos vítores y palmas con los que te recibimos por Manzanera. Aquello quedo ya atrás. Ese fue el camino de tu sufrimiento que te dirigió al Calvario y que te paseó por las Puertas del Campo para prenderte, por Teniente Pacheco para flagelarte, por la Plaza de África y por San José para cargarte con la cruz o por la Plaza de los Reyes para humillarte.

Hoy vuelves a África para que en presencia de tu madre del Amor te atraviesen con esa maldita lanza afilada por nuestros pecados, mientras tu clavado en la cruz elevas tu alma al padre espirando.

La gente se mueve y un río de almas va Calle Real arriba. van buscando una iglesia en las que las campanas suenan con mejores timbres, con mas alegría desde su reciente restauración. La Parroquia de las remedios se abre de par en par para que por su puerta surjan sus tesoros. El Cristo de la Buena Muerte y su Madre del Mayor Dolor.

Es la Hermandad de los Remedios una hermandad con solera que cuenta entre la nomina de hermanos con personas de reconocido valor para la Semana Santa de Ceuta. Algunos como Pepe Remigio tuvieron ya, con su Señor un buen fin, otros como Pepe Gallardo y Paco te han dedicado con el alma, todo su amor para que sus titulares luzcan sus mejores galas, al igual que lo hicieran con nuestra Virgen del Rocío en un año tan significado para nosotros como fue el veinticinco Aniversario. Con el mismo mimo preciosista que vistieron a su anciana Madre del Mayor dolor para que luciera en la calle como la mas bella de las adolescentes.

Mas arriba en el valle iglesia pequeñita en tamaño y grande en la fe de sus parroquianos, descansa un grupo escultórico que cobra vida como Paz

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y Piedad, y que tan familiar me resulta. Todos los jueves nos abraza como sede provisional del Movimiento de Cursillos.

Cuantas eucaristías, cuantos testimonios, cuantas reflexiones y cuantos abrazos de hermanos, presencias piadosamente , Señora, mientras sostienes a tu Hijo sin vida en tu regazo.

Tu sabes piedad cual es nuestro compromiso y pase lo que pase con nuestra Casa, seguiré manteniéndote el filial cariño que te proceso y te iré a ver de vez en cuando, buscando la paz de tu Hijo.

Mientras tanto a los pies de la Patrona se prepara el mas doloroso de los cortejos. Tu, Señora en tu soledad vas a caminar a hombros de costaleras en el sufrimiento de contemplar a tu hijo yacente, delante tuya.

Santo Entierro del Rey de Reyes. El Hijo de Dios hecho hombre recorre el centro con penoso caminar entre corazones afligidos.

¡Sino conociera el desenlace moriría de pena contigo Señor!

RESUCITÓ

vuelve a ser Domingo y este otro Domingo nos devuelve a la alegría. Esa alegría que llena en su plenitud los corazones de aquellos que con fe cristiana compartimos el compromiso de un Dios vivo.

Muchos años estuviste Ceuta, sin el sagrado símbolo de quien venció a la muerte. Por suerte un querido cofrade pensó que a nuestra semana Santa le faltaba el colofón con el que celebrar que Dios ha vencido a la muerte y dedicó su tiempo y su cariño a encauzar a un grupo de hermanos que hicieran posible poner en las calles de Ceuta a Jesús Resucitado.

Gracias Hermandad del Triunfo por que has devuelto la alegría, que vivimos aquel Domingo de Ramos. Gracias por poner a nuestro alcance la imagen de ese Cristo Resucitado que nos recuerda que somos hijos de una Iglesia viva. Gracias por recordarnos que somos fieles seguidores de un Dios vivo y que por ello, viva debe ser nuestra fe.

¡Gracias a ti Señor!

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PENTECOSTéS

La semana Santa precisamente terminó porque Jesús resucito después de su pasión y muerte, y ahora nos toca vivir tiempos de inmensa alegría que nos llevaran a Pentecostés.

Caminando hacia ese tiempo de mis amores quiero recordarte Alejandro a ti, que tan cerca estuviste de nosotros cuando nuestra Hermandad se disponía a nacer. A ti que nos descubriste a nuestro adormecido y casi olvidado Patrón que con sus Compañeros Mártires es el titular de una celebración que poco a poco se va haciendo grande. La ilusión y perseverancia de un grupo de cofrades caballas en su mayoría mujeres mantienen viva la llama de una devoción a San Daniel que cada día gana mas el amor en los corazones de sus hijos.

Y a ti San Antonio tantas veces te he visitado, tantas veces te he cantado.... una devoción centenaria te concede el favor de los caballas que año tras año celebran clamorosamente tu onomástica.

Quiero recordar que por causa de ese amor que te profesamos un día en el que vivía tu romería, te hice patrón de Ceuta, hecho que propició el que fuese objeto de la crítica de todos aquellos caballas que estuvieron atentos a mis expresiones.

Desde tu atalaya en esa coqueta Ermita elevada para ti en el Hacho, cuida de nosotros tus hijos, para que podamos transmitir nuestra fe y devoción en ti, generación tras generación.

Al llegar pentecostés, todo se pone en camino, abrazado por la fe va mi Simpecao Divino.

Ceuta cuenta con un Simpecado que año tras año desde hace treinta, navega hasta las marismas para llevar el amor de los caballas por su virgen de África a los pies de su hermana del Rocío ¡Que grande es la fe rociera hermanos!

Parece que fuera ayer cuando la descubrí y ya nunca me desprendí de ella.

Por si fuera poco mi amor por ti, dos veces desplegaste tu manto para cobijarme de manera que creaste en mi una deuda que no podré pagarte Señora, por mas años que viva.

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Que suerte tuve Madre cuando me puse en tus brazos aquel lejano agosto de 1986, que maravillosa sensación la de, dos años después, poder sentir tus costeros en mi hombro y de esa manera decirte desde lo mas profundo ¡Gracias Señora!

Nunca me has olvidado, tu fuiste mi luz y mi salvación aquella noche entre la que tanto aparato no me dormí y te recé y tu alargaste tus manos para que ese hijo tuyo me ayudara a superar el trance.

Tu eres parte fundamental en mi vida virgen del Rocío. Tu eres parte de mi familia que te adora igual que yo, tu permites que cada año viaje a verte con mi mujer, con mis hijos y con mis nietos para contarte lo que tu ya sabes. Pero te haces de nueva y me escuchas, y te rezo, y te canto y te lloro.

Todo eso lo hago en el seno de una Corporación que tu propiciaste en esta lejana pero mariana tierra. Tu filial hermandad numero 77 cumple este año su trigésimo aniversario como embajadora de Ceuta ante tu excelsa majestad.

La Providencia quiso poner en mi camino a aquel jerezano entonces vecino y hoy hermano del alma, para que con algunos enamorados mas, construyera un nido para ti en este lado del estrecho.

La semilla rociera voló hasta Ceuta para enraizar en nosotros y enseñarnos la fe de tu pueblo y desde aquel momento, “como cigüeña que en primavera buscan donde anidar, por tierra y mar hasta la rocina Ceuta camina con su Hermandad”.

Y por si todavía no me habías concedido dones, me regalaste el orgullo de presidir tu hermandad, la hermandad del Rocío de mi Ceuta querida. Y permitiste que la fe en ti y en el Pastor Divino inunde mi casa llenado todos los rincones del resplandor de tu cara.

¿Tu sabes Madre lo que para un viejo rociero es, que su nieto tirándote del pantalón le diga “ahora cuando cantemos la salve, yo quiero gritar los vivas...” ? claro que lo sabes. Y sabes que cuando mis ojos se llenaban de lagrimas era por el gozo de comprobar que mi sangre va a seguir queriéndote. Que has calado en los corazones de Yani, de Niko, de Rocío y de Paula, que con su corta edad pactan su compromiso con profesores y entrenadores para así liberar las fechas del Rocío. Para así asegurarse el poder ir a verte.

Porque tu eres su esperanza y en ti confían, se faro que los ilumines y luz que le guíe en su vida.

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A mi pueblo caballa cúbrelo con el Rocío del Espíritu Santo y cuida de que ese nido que un día te hiciera entre dos mares, jamás quede huérfano de hijos.

Y a mi, Señora, cuando llegue al final de mi camino, muéstrame a ese Pastor Divino fuente de amor y de fe. Y sálvame Señora y llévame siempre prendío hasta las marismas eternas.

Y para terminar y siguiendo con los mensajes de esta nuestra Salve, quiero despedirme de la misma forma que comencé “Dios te Salve, fue el saludo que el Ángel te dio”

He dicho

y quedo a la espera de vuestra benevolencia.