Ovnis Asesinos E-005 Vol Vi Fas 065 - Lo Inexplicado - Vicufo2

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OVIIüIS asesinos DESDE euE putpszó la oleada de observaciones de OVNIS de la postguerra, se planteó entre los ufólogos el debate acerca de las posibles intenciones hostiles de los objetos que se veían en el cielo. Algunos observadores se aferran a la creen- cia de que hay exporadores extraterrestres vi- gilando nuestro planeta. Otros van un poco más lejos y proclaman que «seres del espacio" vienen a la Tierra a advertir al hombre acerca de su mal proceder. Y otros creen que los ex- lraterfestres -o metaterrestres, si uno cree que son habitantes de «universos paralelos"- están luchando por la posesión de la raza hu- mana y que no les interesa el bienestar de la humanidad. Hay otro grupo.de investigadores convenci- dos de que los OVNIS son fenómenos psíqui- cos; otra corriente invierte los términos y afir- El terror, la ceguera y la muerte fueron el resultado de tres casos de OVNIS ocurridos en Brasil. ma que los OVNIS pueden causar manifesta- ciones de fenómenos psíquicos. Y, finalmente, están los que piensan que los OVNIS son pro- ducto de la imaginación de los testigos. De todos modos, los investigadores suelen pensar que los OVNIS son un fenómeno bené- volo. Creen que, si los seres humanos sufren ocasionalmente daños causados por los OV- NIS, se trata de consecuencias no previstas, o de respuestas puramente defensivas. En los casos relatados aquí, los testigos hu- manos de los OVNIS sufrieron daños tempo- rales o permanentes y, en un caso, la muerte. En dos de los casos podría decirse que los perjudicados provocaron la situación. Aún así, estos incidentes recuerdan el espectro que in- vocó por primera vezH. G. Wells en La gue- rra de los mundos'. un ataque de extraterres- tres a la humanidad. «Una misteriosa luz naranja, Encuentro en la segunda fase: Sáo Vicente, Sáo Paulo, Brasil, 4 de noviembre de 1957 El fuerte costeño de Itaipú está situado en Sáo Vicente, cerca del Puerto de Santos, en el esta- do de Sáo Paulo. Todo parecía tranquilo a los dos centinelas que vigilaban los emplazamien- tos de los cañones en la madrugada del 4 de noviembre de 1957. Nada les avisó que pocos minutos después se verían sometidos a una du- ra prueba para la que aún no se ha encontrado una explicación. A las 2 de la madrugada los centinelas ob- servaron una «estrella brillante» que apareció súbitamente en el horizonte sobre el Atlánti- co. Se volvía cadavez más brillante y los solda- dos se dieron cuenta de que se aproximaba a ellos a gran velocidad. El objeto brillante les asombró; pensaron que era un avión y no se les ocurrió dar la alarma. En pocos segundos el OVNI, que se despla- zaba en silencio, llegó a un punto situado enci- ma del fuerte y se detuvo. Después flotó hacia abajo hasta que quedó inmóvil a unos 50 m por encima de la torreta de cañones más elevada, bañando el terreno con una misteriosa luz na- ranja. El objeto parecía circular y, según dije- ron los soldados. tenía el tamaño de .un Dou- glas grande" (se referian. presumiblemente. a un Douglas DC-6). Los centinelas oyeron en ese momento un zumbido suave que parecía asociado a é1. Sin advertencia previa, una onda de calor abrasador cubrió súbitamente a los soldados. Parecía como si sus uniformes estuvieran ar- diendo. mientras el zumbido se intensificaba. Uno de los centinelas se tambaleó y después cayó al suelo, sin sentido. Su compañero logró llegar, tropezando, hasta un lugar relativamen- te protegido, debajo de uno de los cañones. Pero cuando llegó allí, su mente cedió: estaba aterrorizado y empezó a dar gritos que hela- ban la sangre. Esto despertó al resto de la guarnición, pero pocos segundos después se cortó la luz y las máquinas se detuvieron. Un oficial trató de poner en funcionamiento el generador de emergencia, pero no pudo. Mientras, se se- guían escgchando los gritos, y la confusión se transformó en pánico en los oscuros pasillos subterráneos. De pronto, las luces volvieron a encenderse. Los primeros oficiales y soldados que salieron antes tuvieron tiempo de ver una gran luz ana- ranjada que trepaba verticalmente antes de alejarse a toda velocidad. E1 último soldado que llegó encontró a quienes le habían precedi- do examinando al centinela inconsciente,

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OVIIüIS asesinosDESDE euE putpszó la oleada de observacionesde OVNIS de la postguerra, se planteó entrelos ufólogos el debate acerca de las posiblesintenciones hostiles de los objetos que se veíanen el cielo.

Algunos observadores se aferran a la creen-cia de que hay exporadores extraterrestres vi-gilando nuestro planeta. Otros van un pocomás lejos y proclaman que «seres del espacio"vienen a la Tierra a advertir al hombre acercade su mal proceder. Y otros creen que los ex-lraterfestres -o metaterrestres, si uno creeque son habitantes de «universos paralelos"-están luchando por la posesión de la raza hu-mana y que no les interesa el bienestar de lahumanidad.

Hay otro grupo.de investigadores convenci-dos de que los OVNIS son fenómenos psíqui-cos; otra corriente invierte los términos y afir-

El terror, la ceguera y lamuerte fueron el resultadode tres casos de OVNISocurridos en Brasil.

ma que los OVNIS pueden causar manifesta-ciones de fenómenos psíquicos. Y, finalmente,están los que piensan que los OVNIS son pro-ducto de la imaginación de los testigos.

De todos modos, los investigadores suelenpensar que los OVNIS son un fenómeno bené-volo. Creen que, si los seres humanos sufrenocasionalmente daños causados por los OV-NIS, se trata de consecuencias no previstas, ode respuestas puramente defensivas.

En los casos relatados aquí, los testigos hu-manos de los OVNIS sufrieron daños tempo-rales o permanentes y, en un caso, la muerte.En dos de los casos podría decirse que losperjudicados provocaron la situación. Aún así,estos incidentes recuerdan el espectro que in-vocó por primera vezH. G. Wells en La gue-rra de los mundos'. un ataque de extraterres-tres a la humanidad.

«Una misteriosaluz naranja,

Encuentro en la segunda fase:Sáo Vicente, Sáo Paulo, Brasil,4 de noviembre de 1957

El fuerte costeño de Itaipú está situado en SáoVicente, cerca del Puerto de Santos, en el esta-do de Sáo Paulo. Todo parecía tranquilo a losdos centinelas que vigilaban los emplazamien-tos de los cañones en la madrugada del 4 denoviembre de 1957. Nada les avisó que pocosminutos después se verían sometidos a una du-ra prueba para la que aún no se ha encontradouna explicación.

A las 2 de la madrugada los centinelas ob-servaron una «estrella brillante» que apareciósúbitamente en el horizonte sobre el Atlánti-co. Se volvía cadavez más brillante y los solda-dos se dieron cuenta de que se aproximaba a

ellos a gran velocidad. El objeto brillante lesasombró; pensaron que era un avión y no se

les ocurrió dar la alarma.En pocos segundos el OVNI, que se despla-

zaba en silencio, llegó a un punto situado enci-ma del fuerte y se detuvo. Después flotó haciaabajo hasta que quedó inmóvil a unos 50 m porencima de la torreta de cañones más elevada,bañando el terreno con una misteriosa luz na-ranja. El objeto parecía circular y, según dije-ron los soldados. tenía el tamaño de .un Dou-glas grande" (se referian. presumiblemente. a

un Douglas DC-6). Los centinelas oyeron enese momento un zumbido suave que parecíaasociado a é1.

Sin advertencia previa, una onda de calorabrasador cubrió súbitamente a los soldados.Parecía como si sus uniformes estuvieran ar-diendo. mientras el zumbido se intensificaba.

Uno de los centinelas se tambaleó y despuéscayó al suelo, sin sentido. Su compañero logróllegar, tropezando, hasta un lugar relativamen-te protegido, debajo de uno de los cañones.Pero cuando llegó allí, su mente cedió: estabaaterrorizado y empezó a dar gritos que hela-ban la sangre.

Esto despertó al resto de la guarnición, peropocos segundos después se cortó la luz y lasmáquinas se detuvieron. Un oficial trató deponer en funcionamiento el generador deemergencia, pero no pudo. Mientras, se se-

guían escgchando los gritos, y la confusión se

transformó en pánico en los oscuros pasillossubterráneos.

De pronto, las luces volvieron a encenderse.Los primeros oficiales y soldados que salieronantes tuvieron tiempo de ver una gran luz ana-ranjada que trepaba verticalmente antes dealejarse a toda velocidad. E1 último soldadoque llegó encontró a quienes le habían precedi-do examinando al centinela inconsciente,

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mientras el otro seguía acurrucado en su es-condite. llorando histéricamente.

En la enferryrería se descubrió que los dossufrían <<quemaduras de primer y segundo gra-do. profundas, la mayor parte en zonas que ha-bían estado protegidas por sus ropas». E,l cen-tinela que había conservado el conocimientopadecía una profunda conmoción nerviosa ypasaron varias horas antes de que pudiese ha-blar.

Los relojes eléctricos del fuerte se habíandetenido a las 2.03; eso sugería que la pesadi-llesca experiencia sólo había durado unos cua-tro minutos.

Esa misma mañana, el coronel al mando delfuerte de Itaipú dio una orden que prohibía co-municar el incidente. Los oficiales de inteli-gencia se pusieron rápidamente a investigar yenviaron un informe al cuartel general. Unosdías después llegaron al fuerte oficiales de lamisión militar norteamericana, junto con ofi-ciales de las Fuerzas Aéreas brasileñas. Mien-tras tanto. los centinelas fueron enviados enavión a Río de Janeiro e ingresados en el Hos-

DOGUMENTO§ OVf,¡lpital Central del Ejército, donde quedaroncustodiados por fuerzas de seguridad.

Tres semanas después, un oficial del fuerteque se interesaba en los OVNIS buscó al doc-tor Olavo Fontes, que había participado en lainvestigación del famoso Antonio Villas Boas(véase página 1231). El oficial había estado enel fuerte durante eI incidente y después de ase-gurarse de que su nombre nunca sería divulga-do, comunicó todos los detalles de lo sucedidoal doctor Fontes. Éste consultó a sus colegasdel hospital. quienes le confirmarcut que dossoldados eran atendidos por quemaduras gra-ves. pero no quisieron decirle nada más.

Sin más pruebas. el doctor Fontes no podíadar publicidad al caso. de.modo que quedó ensu archivo hasta mediados de 1959 cuando, porcasualidad. el doctor cc¡noció a otros tres ofi-ciales que. eR el curso de una conversación.confirmaron lo sucedido. Gracias a las indis-creciones no autorizadas de los oficiales quehablaron con el doctor Fontes. el mundo sabealgo, bastante incompleto, de la visita que hizoun OVNI poco benévolo al fuerte de ltaipú.

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((como unapalanganaboca abaio»

Encuentro en la tercera fase:Pilar de Goiás, Brasil,13 de agosto de 1967

Analfabeto, simple, honrado, reservado y dig-no de confianza; así fue descrito por su patrónInácio de Souza, peón de una hacienda brasile-ña. Le esperaba un trágico fin. aparentementecomo resultado de un encuentro con un OVNIen el cual, a consecuencia del temor que sintió.utilizó la violencia v fue pagado con la mismamoneda.

El 13 de agosto de 1967, a eso de las,l de latarde, De Souza y Luiza, su muier, padres decinco hijos, volvían andando a la hacienda des-pués de haber ido de compras al pueblo máscercano. La hacienda estaba cerca de Pilar deGoiás, a unos 240 km de Brasilia, la capital deBrasil. La pareja alcanzaba ya el primer edifi-cio de la hacienda cuando vieron a tres «perso-nas» que, aparentemente. estaban jugando enla pista de aterrizaje. (El propietario de la ha-cienda, un homtire muy conocido v extrema-damente rico. poseía varios aviones.) De Sou-za creyó que los intrusos iban desnudos, pero

su mujer dijo que llevaban ropas amarillasmuy ajustadas. Al mismo tiempo. los intrusosparecieron ver a la pareja y se dirigieron haciaellos.

Fué entonces cuando De Souza distinguióuna extraña aeronave al final de la pista. Esta-ba sobre el terreno. o flotaba justo por encima,v parecía una palangana boca abajo. Súbita-mente. el peón sintió miedt¡. descolgó su cara-bina

-que llevaba en aquel momento colgan-

do del hombro-. apuntó y disparó a la figuramás próxima.

Casi inmediatamente. la extraña aeronaveemitió un rayo de luz verdosa. El rayo dio enla cabeza ¡r el hombro de De Souza, que cayóal suelo. Mientras su esposa corría hacÍa él vic'r

a las tres «personas» entrar en la aeronave queentonces despegti verticalmente a gran veloci-dad, emitiendo un ruido parecido al zumbidode las abejas.

Durante los días siguientes De Souza sequejó de insensibilidad, hormigueos por todoel cuerpo y fuertes náuseas^ Al tercer día lasmanos y la cabeza comenzaron a temblar. E,sedía el patrón de la hacienda fue informado de1o ocurrido y trasladó a su empleado a Goia-nia. a más de 30(l km, para que lo examinaraun médico.

Se le descubrieron «quemaduras, en la ca-beza y el tronco; tenían la forma de círculosperfectos, de unos 15 cm de diámetro. El mé-dico pensó que podía tratarse de una erupcióncausada por irlguna planta venenosa.

Mientras el doctor exponía su opinión. el ha-cendado le contó la historia del encuentro deDe Souza con el OVNI y sus ocupantes. Elsorprendido médico prescribiii análisis de san-gre. orina y materias fecales, recetó un un-g.üenlo para las qucmaduras y expresri su opi-nión de que De Souza habría sufrido una aluci-nación, consecuencia de alguna enfermedad

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previa. Expresó claramente su desinterés porlas historias de platillos volantes: no creía a DeSouza, y mejor sería que no se hablase más delasunto.

El enfermo y su patrón se quedaron cincodías en Goiania. mientras continuaban los exá-menes y el tratamiento. Cuando De Souza fuedado de alta la enfermedad había sido diagnos-ticada: se trataba de leucemia. El pronósticoera sumamente malo: no le daban más de 60

días de vida. Y, de hecho, el enfermo decayórápidamente, cubierto de manchas blancas yamarillentas. De Souza murió el 11 de octubrede 1967.

DOCUMENTOS OVNI¿Mataron los extraterrestres al peón? Tal

vez el médico de Goiania prefirió silenciar lahistoria pensando que podía provocar el pá-n1co.

Ése pudo ser el motivo de que el doctor for-mulara su teoría de la «alucinación», que nosoportaría un examen. Si De Souza sufrió unaalucinación, su esposa la compartió, a menosque mintiera por lealtad hacia su marido. Y sise produjo una alucinación conjunta, entoncesalgo debe haberla causado, un agente cuya na-trraleza es tan misteriosa como la extraña «ae-ronave» y las «personas>) que creyó ver la pa-reJa.

«¡Estoy ciego!»

Encuentro en la segunda fase:Itat¡án¡a, Río de Janeiro, Brasil,30 de agosto de 1970

Brasil parece tener una elevada proporción de

incidentes con OVNIS en los que algunos testi-gos han sufrido daños o han muerto. Pocosaños después de la desastrosa experiencia deInácio de Souza, otro brasileño padeció unbreve y terrible encuentro con un objeto mis-terioso, que le causó un daño irreparable. Enesta ocasión. la víctima fue Almiro Martins deFreitas, un vigilante que estaba de servicio enese momento.

El incidente ocurrió a las 9.30 de la noche el30 de agosto de 1970. De Freitas. casado y pa-dre de tres hijos, trabajaba en el servicio espe-cial de patrullas de seguridad interna de la re-presa de Funil de Itatiánia. en el estado de Ríode Janeiro. Esa noche había salido de patrulla,inspeccionando la zona de la que era responsa-ble. Había llovido mucho y el terreno estabamojado. Había llegado casi al final de su rondacuando vio en la cima de un montículo una ma-sa redondeada que exhibía una hilera de lucesmulticolores. El naranja, el rojo y el azul figu-raban entre los colores de la luz que emitía elobjeto.

De Freitas se sintió inquieto. pero se sobre-puso a su primer impulso instintivo de retirarserápidamente. Comenzó a acercarse cautelosa-mente al objeto. pero aún a unos 15 m de dis-tancia no consiguió distinguir su forma con cla-ridad.

En ese momento un ruido intenso llegó a sus

oídos. Era como el sonido de un motor a reac-ción y lo ensordeció. Sorprendido, sacó su re-vólver y comenzó a disparar hacia las luces.Después de su segundo disparo el objeto emi-tió un brillante destello, aparentemente dirigi-do a é1. De Freitas quedó cegado... Disparó untercer tiro y después se sintió rodeadr¡ por unaola de calor. Descubrió que estaba inmovili-zado.

Poco después otro vigilante y un motoristaque pasaba llegaron al lugar. Presenciaron unaescena surreal. De Freitas estaba de pie, rígi-do, junto a un montículo de tierra, blandiendosu revolver y gritando advertencias: ¡«No mi-réis! ¡Cuidado con el destello! ¡Estoy ciegol»Los dos recién llegados lograron llevarlo hastael coche. Al cabo de un rato consiguió mover-se, pero no recobró la vista.

Un hecho significativo. que confirmaba elrelato de De Freitas, fue comprobado en el lu-gar de los hechos. En el punto en que apare-cieron las luces multicolores había una zonacircular de terreno que habia permanecido se-ca. a pesar del diluvio que había empapado latierra en todos lados.

Desde ltatiánia. el vigilante fue trasladado a

un hospital de Guanabara. donde psiquiatras yoftalmólogos le sometieron a exámenes físicosv psicológicos. Las pruebas mostraron que. fi-siológicamente. el paciente era normal. Los in-vestigadores decidieron que su ceguera habíasido provocada por un shock. De Freitas se

mostraba muy inquieto siempre que hablabade su experiencia.

El 3 de septiembre el incidente apareció re-señado en varios periódicos brasileños. Cuan-do aparecieron esos artículos. aunque ya ha-bían pasado tres días, De Freitas no había re-cuperado la vista.

A partir de ese momento, las investigacio-nes quedaron en manos de las autoridades deseguridad del gobierno; el papel principal co-rrespondió al departamento encargado del es-

tudio de los OVNIS. Los investigadores civilesde OVNIS que trataron de saber más detallesdel caso descubrieron que la investigación ofi-cial se llevaba en secreto. Evidentemente. elgobierno brasileño se tomó en serio este últi-mo incidente en la cadena de hechos violentoscon participación de OVNIS acaecidos en elterritorio nacional.

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PI|\IIX?UCADOEL MUNDO DE LO EXTR,ANO,INSOLITO Y MISTER,IOSO

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Vol. Vl-Fasc. 65

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EL REY ARTUR()José de Arimatea y los Caballeros Templariosdesempeñaron un papel importante en la trayectoria que

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SAN MALAOUIASNapoleón Bonaparte aparecÍa citado enla profecía sobre los papas; se le daba

el nombre de "Aquila rápdX».

fascículo

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