Otas de Roma

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Otas de Roma-Relatos de reinas injustamente acusadas.Literatura Española I-Medieval

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[48b] Aqu comiena el cuento muy fermoso del enperador Otas de Roma e de la infante Florenia su fija e del buen cavallero Esmero

[48b] Aqu comiena el cuento muy fermoso del enperador Otas de Roma e de la infante Florenia su fija e del buen cavallero Esmero

I. Bien ostes en cuentos e en romanos que de todas las ibdades del mundo Troya fue ende la mayor, e despus fue destroda e quemada, as quel fuego and en ella siete aos. E de aquellos que ende escaparon, que eran sabidores e hardidos [48c] e de grant proeza, esparzironse por las tierras cada uno a su parte, e puaron de guarir e poblaron villas e castillos e fortalezas. Onde dize el cuento que Anthico, el grande, pobl primeramente Anthiocha. El rey Babilono, aquel que fue muy poderoso, pobl de cabo Babiloa de buena gente, otross frica pobl la ibdat de Cartajena que llaman Tnez. E Rmolu pobl Roma, as como parese aun agora, en que fue esparzida mucha sangre de mrtires por que todo el mundo obedese a Roma. Mas por un rey Garsir, que fue fuerte e fiero e orgulloso e muy conqueridor de tierras, priso grant dao el seoro, as como agora oiredes.

II. La verdadera estoria diz que un enperador fue en Roma aquella sazn que ovo nonbre Otas, muy poderoso e muy buen christiano a maravilla. E ava una fija a que dezan Florenia, que fue a maravilla de quantas fueron en su tienpo de bondat e de pareser; por aquesta donzella veno despus atn grant guerra que nunca tan grande ovo desque Dios veno en tierra.

[48d] III. Ora, sy vos ploguier este cuento, vos dir de muy grant nobleza que fue de tienpo antiguo, que non aveno ms noble en la christiandat. Aqueste Otas, enperador de Roma, quando veno a vejez, que ava ya la cabea acorvada, tena sta su fija consigo Florenia, de que vos fabl que era muy noble e muy fermosa a maravilla, e por esto la amava mucho su padre e la tena enerrada. Quando esta Florenia nai, as plogo a Dios que la guard biva, e su madre fue luego muerta. E aquel da aveno tan grant maravilla en su naenia que llovi sangre, onde la gente fue muy espantada. E otros se conbatieron aquel da todas las bestias que en aquel regno eran, e las aves en el aire, as que todas se pelaron. E esto dio a entender que era significana de la mortandat que ava de venir por ella que fue tan grande, as como dizen las estorias, que ms de ient mil omes perdieron las vidas. Mas esta Florenia de que vos fablo, de muy grant bondat, quando lleg a hedat de quinze aos fue tan bella e tan corts e tan bien enseada que en todo el mundo non le saban par. Ya de las escripturas nin de las estorias ninguno non [49a] saba ms, de la harpa e de viola e de los otros estromentos ninguno non fue ms maestre; e con todo esto le diera Dios tal donaire que non se abondavan las gentes de or su palabra, onde ella era mucho abondada e mucho conplida. El su pareser e el su donaire en el mundo non le fallavan par, ass que dezan aquellos que la ms afemeniavan que desque Dios formara Adn e Eva que tan bella criatura non naiera, sinn una que nunca ovo par nin aver.

IV. En este tienpo que me odes, ava un enperador en Costantinopla a que llamavan Garsir, muy noble e de fiero poder a maravilla, as que bien ava en su seoro ochenta ibdades con muchos castillos e con otras grandes tierras. E con todo esto ava tan grant tesoro que en el mundo non le saban par, e porque era tan fuerte e tan rico e tan poderoso e tan desmesurado era dultado por to|do [49b] el mundo, ms de quantos saban, pero con todo esto era ya cano e viejo e flaco e usado. E non era maravilla, que bien pasava ya de iento aos, as que los cabellos de la cabea e de la barva eran ya ms blancos que la nieve, e traa los cabellos tranados con filos de oro muy noblemente. E maguer era de tal hedat, nunca quiso tomar mugier. Des era seor de la mejor cavallera que en aquel tienpo en el mundo ava, e enbi por toda su tierra que veniesen a su corte todos sus grandes omes e sus gentes. E desque todos fueron juntados, l levantose en pies as como pudo, as como tan noble seor como era, bestido de una aljuba de pao de oro listada a muy ricas piedras preiosas de muchas naturas, ca ya quanto lo enbargava el manto, e teniendo en su mano un bastn de oro a que se acostava con muchas piedras de muy grant valor, e dixo:

Vasallos e amigos, rugovos que me oyades.

E desque esto dixo, as se callaron que non ovo tal que cosa fablase.

Amigos dixo l, de una cosa s mucho agraviado que vos quiero dezir. Yo nunca quis tomar mugier, de que me [49c] arrepiento mucho; mas enpero agora la quiero aver si vs quesierdes.

E los omes buenos respondieron e dixieron:

Seor, qu es lo que nos dezides? Fazdnoslo entender.

E el enperador les dixo:

Yo vos lo dir. As es que Otas, el enperador de Roma, ha una fija, la mejor e ms fermosa e la mejor enseada e de mejor donaire que nunca ojos de omne vieron; rugovos que me la vades demandar, ca me es muy menester. Vedes por qu? Yo s viejo e flaco e cano e barvudo, e s enojado ya de torneos e de batallas, e muy laso, as que tanta pena llev que ya me trieme el cuerpo e el corasn, de guisa que me quiero ende dexar. E porende vos ruego que me vayades demandar a Florenia. E, si me la troxierdes, quiero con ella folgar en paz e en alegra e dexarme de otra mala ventura.

Sus omes, quando aquesto oyeron, dixieron:

Seor, ns vos la iremos demandar pues a vs plaze, ca otros dizen que en todo el mundo non ha tan vella cosa, e esto es verdat. E quando a vs ploguier, nos moveremos de aqu.

Amigos dize el enperador, vs bien sabedes que [49d] el enperio de Costantinopla muy grant seoro de muchas ricas villas e de muy buena tierra e muy rica. E bien sabedes de m cmo la mantove fasta aqu, que non fue tal que se comigo osar tomase. Porende tengo por bien que vayan all luego quales yo dir.

Entone llam un grifn que llamavan Acaria, mucho onrado omne e de grant linage que era natural de Catenalie, e dxole:

Vs iredes a Roma e llevaredes quarenta cavalleros muy bien guisados e bestidos muy ricamente en vuestra conpaa. E averedes aver para vuestra despensa quanto querades. E llevarme hedes para el enperador Otas veinte camellos cargados de oro e buenos cavallos e palafrenes e mulas, los mejores que podamos fallar, e muchos ricos paos de seda. E saludarme hedes a l e a toda su conpaa, e dezirle hedes que me d a su fija Florenia por mugier e por amiga. E sy me la dier, que baratar bien; e si me la dar non quesier, juro por Dios, fijo de santa Mara, que le non fincar cosa de aqu fasta los puertos de las Alpas que yo todo non conquira.

Desque el enperador escogi aquellos que avan de ir, dxoles que cosa non fincase que todo non lo dixiesen al enperador Otas, as [50a] como les l mandava. Des fezo afleitar una nave de todas aquellas cosas que le menester seran; des metironse en ella con todo quanto llevavan. El tienpo faza muy bueno, que era en esto. Los marineros erguieron las velas e comenaron de xinglar. E avnoles as que pusieron un mes en aquel viaje e aportaron a Otreeuta derechamente. Des echaron sus ncoras e fezieron erguir por la nave muchas ricas seas, e fezieron saber por la tierra que eran de el enperador de Costantinopla que enbiava su mesage al enperador de Roma. Des fezieron sacar de la nave sus cavallos e sus armas e todo su guisamiento, e los camellos e los palafrenes e todo aquello que llevavan en presente al enperador. E desque todo lo pusieron fuera, fezieron cargar los camellos e los soumeres. Des acogironse por su camino e comenzaron de andar, as que atravesaron Pulla e pasaron Benavente e toda la montaa, e andaron tanto que llegaron a Roma. E quando entraron por la ibdat, los burgeses e las gentes todos salan a las puertas e a las feniestras por ver aquella conpaa que iva tan ricamente guarnida, que era grant maravilla de ver, ca todos [50b] los quarenta cavalleros ivan vestidos de paos ricos de seda; e llevavan cavallos e armas frescas que reluzan al sol, e llevavan treinta cavallos al enperador cubiertos de paos de seda e palafrenes e mulas otros. E ivan muy apuestamente los cavalleros de dos en dos a par; e as fueron fasta que llegaron al palaio del enperador. All desendieron de los palafrenes e de las mulas, e subieron por las gradas e fueron antel enperador que sea en su alto asentamiento, e antl muchos condes e omes de grant guisa. E all sea su fija, la muy fermosa Florenia, que todo su logar resplandea de la claridat della. E desque se le omillaron, as como era costunbre, Acaria fabl e dixo su razn en tal guisa, as como aquel que saba el lenguaje:

Dios salve el enperador Otas e su fija e todos aquellos e aquellas que los bien quieren.

Amigos dixo el enperador, bienvenidos seades. Cyos sodes, o de qul tierra venides?

Seor dize Acaria, ns somos mensageros del enperador Garsyr de Costantinopla, que venimos a vs con su mandado e con su presente; tramosvos aqu veinte camellos cargados de oro e de plata e treinta cavallos de preio, todos de una color, e muchos ricos paos de oro e de seda. El [50c] enperador, nuestro seor, pero que es ya en tal hedat, non quiso nunca tomar mugier; mas agora por quanto bien oy dezir de la muy fermosa Florenia, vuestra fija, enbavosla pedir e rugavos que gela dedes por mugier. E sy gela dierdes, que barataredes bien; sy non, mndavos dezir as que l vern sobre vuestra tierra con quanto poder l ha e que la conquerir de vs.

E el enperador le respondi muy mansamente:

Ora vs id folgar, e yo fablar entre tanto con mis omes e aver mi consejo sobresto, e despus respondervos he de lo que ovier de fazer.

Mas en quanto sean ante el enperador, pararon mientes en su fija, que sea ms ricamente guarnida que ser poda, vestida de un rico iclatn listado de oro e orlado a piedras preiosas con ofreses. Mas del pareser della fueron todos maravillados, as que dezan que nunca le vieron par de fermosura; e con todo esto, tan sinple e tan cortesa e de tan buen donaire, que era la mayor maravilla del mundo. E de la su clara faz e de las piedras preiosas onde ava mucho abondadamente por los paos e de [50d] muchas naturas, esmeraldas e estopaas e robs, sala una tan grant claridat que todo el logar enderredor era alunbrado. En la cabesa tena una guirlanda de oro do eran engastonados muchos robs e muchas afiras de muy grant valor que paresan bien; mas pero bien dezan los griegos que la catavan, que todo non era nada contra el pareser della, de manera que bien se otorgavan que era la ms bella cosa del mundo, as que dezan que Dios se la feziera con sus manos por su grant poder. E bien cuidavan que sy la pudiesen llevar a su seor que buen gualardn averan dl.

V. Mas pero los griegos eran de grant nonbreza, non osaron cosa decir, sinn Acaria, que saba bien el lenguaje de la tierra. E dixo: Enperador de Roma, od lo que vos quiero dezir. Esto me mand el enperador Garsyr que vos dixiese, que vos faza ierto de su amor, que omne deste mundo non amava tanto; e que por esto quera tomar vuestra fija por mugier, por vos la onrar e guardar. Pues enbidgela por ns luego; e bien vos digo que sy esto non queredes fazer que partido es el vuestro amor e el suyo, [51a] as que l vos vern ver a vuestra tierra de guisa que a vs non plazer, que vos non dexar un palmo de tierra. As lo jur ante ns sobre toda su creenia, que jams non folgara nin quedara de vos guerrear fasta que oviese Florenia en su poder.

VI. El enperador de Roma, como era omne de buen seso, quando aquellos mensageros vio fablar tan atrevidamente non quiso catar aquello, mas fue muy mesurado e muy sofrido. E mand al su mayor senescal que les fuese dar posadas muy buenas e quanto les fuese menester, e que los toviese muy viiosos e a plazer de s. Entre tanto enbi el enperador por los mayores omes de su consejo, e fabl con ellos e con su fija.

Amigos dixo l, bien ostes lo que me dixieron estos mandaderos del enperador Garssir. Ora catad lo que me consejaredes, e lo que fuer ms ma pro e vuestra.

Seor dixieron ellos, bien podedes en vuestro corasn entender que por esto que vos enba dezir el enperador de Costantinopla que pues por fuera quier aver a vuestra fija, que es achaque de vos fazer [51b] guerra e de vos deseredar.

ertas dixo el enperador, si as es, tuerto me faz; e bien me semeja que me demanda sobervia, ca sy esto fuese as que gela non quesiese dar, l non deva querer, seyendo tan viejo como es e tan flaco e tan desapoderado que sl non puede sobir en bestia.

Seor, por Dios, meret dixo la infante, ante me mandat tajar la garganta, ca este casamiento es muy descomunal; la nia con viejo e la vieja con el nio, esto es cosa por que anbos pueden parar mientes a mal.

VII. El enperador Otas ovo consejo con sus altos omes buenos e de buen recabdo sobre aquello; des partironse dende, e mucho bien fizo pensar de los mensageros. Otro da enbi el enperador por ellos, e desque fueron antl, dxoles:

Mensageros, non tengo por bueno el mensage que me vs troxiestes de vuestro seor. Ante me semeja fuera e orgullo e sobervia; e por esto de quanto me l enba dezir non far nada, mas sy l quier entrar en mi tierra por me fazer mal yo gela defender a todo mi poder, si Dios quesiere, de guisa que nunca fall quien le [51c] tanto diese a fazer. E si me l venier en batalla, luego me le quiero rendir.

Enperador de Roma dixieron ellos, ertas vs avedes fuerte corasn quando vs tal guerra queredes comenar, ca bien sabedes que non ha agora omne en el mundo tan poderoso como el enperador Garsir; e tal cuida estar bien que estar edo mal. Quando vierdes vuestra tierra destror e matar e despedaar vuestros omes e destruir e robar esta vuestra ibdat de Roma, non vos aver ya menester vuestro repentimiento. E de aqu vos dezimos que nuestro seor vos desafa non vos lo queremos ms encobrir pues que le non queredes dar vuestra fija. Bien vos fazemos saber que en este primero esto que bien, lo veredes aqu con ms de trezientas vezes mil omes de armas para sojornar en vuestra tierra a quienquier que plega o pese.

Ora dixo el enperador Otas, amigos, pensad de amenazar, ca Dios nos puede bien ayudar sy quesier. Yo bien s quel enperador Garsir es muy preiado, e non digo yo que en mi tierra non poder entrar e fazer dao, mas bien cuido que l perder dos amigos que ama; e yo non lo aseguro sy l [51d] entra.

Seor dixo Acaria, yo non vos quiero losenjar nin traer, mas quirovos desengaar. Fazet a vuestros omes derribar las puentes, ca nuestro seor non demorar mucho, que luego aqu ser e non vos dexar un palmo de tierra.

E desque los mandaderos desafiaron el enperador de parte de su seor, salironse luego de palaio e desendironse por los andamios, e todo su aver que troxieran les fue dado, e los camellos e las bestias, que cosa ninguna non mengu; des salironse de la villa, que non quesieron ms estar, e fueron su carrera. E el enperador, como era omne bueno, mand por toda su tierra que non fuese tal que les feziese enojo nin pesar nin destorvo ninguno, sy non que lo mandara enforcar sy muy alto omne non fuese, porque todo mensagero debe andar en salvo por doquier que andudiere.

VIII. Despus desto el enperador Otas mand llamar sus cavalleros, e dxoles:

Amigos, bien ostes la sobervia que me enbi dezir el enperador de Costantinopla por sus mandaderos, que si le non diese mi fija a su voluntad que me tollera mi tierra e todo quanto en el mundo ava, e [52a] que destruira Roma, esta noble ibdat. Mas fo en Dios e en vs e en el derecho que tengo que non poder, dems que los griegos non son tan osados darmas como vs nin saben tanto de guerra. Loado Dios, grande tierra avemos e buena, e l es omne que se tiene mucho en su palabra e dize que ser conusco a este esto primero que viene; e bien s que lo non dexar por ninguna guisa del mundo que non venga, pues que lo ha jurado. Mas yo enbiar por toda mi gente e farela yuntar, e juntarme he con l en medio de el canpo; e a quien Dios quesier dar la onra, livela.

Mucho fue saudo el enperador de Roma del desafiamiento del enperador de Costantinopla, Garsir. E Agravayn e un su hermano Sansn le respondieron as:

Seor enperador, por qu avedes vs saa? Ca vs bien sabedes que los griegos son la peor gente del mundo. Nuestro Seor vos los traya ac por su meret. Cuidades vs que ha en el mundo poder contra el vuestro? Ya ac tantos non vernn que non mueran. Enbiad vuestros mensageros con vuestras cartas por toda vuestra tierra que vengan, [52b] e non aver tal que ose fincar quando vuestras cartas vieren.

Agrevayn dixo el enperador, vs sodes buen vasallo e leal, e a vs dexo yo esto que lo fagades.

Desque el enperador mand fazer las cartas, fizo dar pregn por toda su tierra, de los montes de Mongeu fasta Brandiz, que non fincase omne darmas, por los ojos de la cabea, que a Roma non veniese.

IX. Los mandaderos del enperador andudieron tanto por sus jornadas que llegaron a Costantinopla. E quando le contaron el recabdo que fallaron en el enperador de Roma ovo ende grant pesar, e mucho les pregunt que le dixiesen qu cosa era Roma e el estado della e lo que les semejava del poder de Otas. E Acaria le dixo:

Seor, bien ostes dezir muchas vegadas que so la copa del ielo non ava tan buena ibdat como Roma, e as es verdat; sta es la villa de la mayor nobleza que ha en el mundo. De quanmaa es non vos lo podera omne devisar, mas bien me semej que ha en ella un grant da de andadura de buen palafrn. En la villa ay sesenta [52c] duques muy poderosos que son a mandamiento del enperador, e ay bien quatro mil cavalleros que an de ir bofordar cada da ante el palaio del enperador. De costunbre ha siete mil turcos contados, e otra gente que non ha cuento. Mas del palaio del enperador Otas vos podera omne contar maravillas, ass que todos los pilares son de oro e de cristal; e Dios non fizo en el mundo cosa que omne all non pueda ver, as de bestias como de aves, como de todas las estorias que nunca fueron, as que cuido que en un ao non lo podera omne bien saber. E corre por el palaio una muy grant agua, muy clara e buena. E quien aquel palaio cat, bien se puede nenbrar que nunca otro tal vio. El enperador es muy granado a maravilla; mucho se trabaja de onrar sus omes e de les fazer con que les plega, as que los puede aver para su serviio cada que quisier. Los juizios que se en Roma dan, stos non puede ninguno falsar por aver que porende diese, [52d] nin losengero nin mal omne con Otas non podera guarir, as que de todas buenas cosas ha ende l grant parte. Por la ibdat de Roma va un ro a que llaman Tibre, por do entran naves con muchas merchandas e navos, que es grant pro para la villa, e en que ha pescados de muchas naturas, por que es tan abondada que en el mundo non le sabe omne par. Mas quequier que vos omne ende cuente, todo non es nada contra la maravilla de la infante Florenia, ca a la su beldat nin al su pareser nunca omne vio par. Quin vos podera dezir de su apostura nin del buen donaire suyo, nin qun conplida es de buena palabra e de mesura e de todo bien que Dios puso en mugier? E bien creo que en el mundo otra tal non poderan fallar. E quando yo vy que su padre non vos la quera dar, desafielo de vuestra parte.

ertas dixo Garssir, ante que pasen quatro meses yo ir sobre l por mar o por tierra con quanto poder he, de guisa que quando l vier mis gentes, par estos mis graones blancos, que le pesar comigo. E par aquella cruz en que Dios [53a] prendi muerte, que dl nin de sus omes ninguna meret non aver.

X. Grande fue la buelta por el palaio quando el enperador esto jur. E l, como era omne fuerte e de fiera catadura, e ava la barva blanca que dea fasta la inta, e estava vestido de una prpura con muchas esmeraldas, as que los paos eran muy ricos a maravilla, e de como era tan grande e tan valiente, llam sus omes e jur por Dios del ielo e por su fijo Jhesu Christo que l fara tan grant pesar al enperador de Roma que ira sobre l e que le tollera la tierra e todo quanto ava, que cosa ninguna non catara fasta que dl su fija non oviese, ca por l non dara nada.

XI. Despus quel enperador tal jura fezo, las cartas e los mandaderos fueron por toda su tierra e por muchas otras tierras, que todos veniesen quantos armas pudiesen tomar, ca el enperador ava jurada aquella [53b] guerra, e que luego movera con su hueste. E por esto tanta gente fue ayuntada que del tienpo de Alexandre que fue de tan grant poder, que conquiso Babiloa la grande e toda aquella tierra doriente fasta la mar salada, nunca tan grant hueste fue ayuntada. All fueron ient mil cavalleros griegos, mas de las naves e de los navos que fueron ayuntados non vos podera omne dezir el cuento; e desque los navos fueron basteados de quanto avan menester de viandas e de cavallos e de armas, el enperador se meti dentro con toda su hueste sin tardana. Des mandaron alar las velas por una grant maana. El da faza muy claro e el viento muy rezio, que dava en las velas por una grant tormenta.

XII. Grande fue la hueste de los griegos maravillosamente, as que bien pensaron que ava quatroientas vezes mil [53c] omes de armas. As corrieron la mar, mas en la nave del enperador iva enima del mstel una carbuncla que luza tan mucho que toda la hueste alunbrava por la muy escura noche, as que todas las naves se vean tan bien como si fuese da; otros se podan guardar de las rocas e del peligro de la tierra. Mucho ivan fieros e orgullosos e a grant baldn e amenazando mucho al rey Otas e a su gente, e que destruiran la iudat de Roma. E juravan que sy lo pudiesen coger a la mano, que le cortaran la cabea e que por onra de su seor, el enperador Garssir, que la llevaran a Costantinopla, e que enchiran toda la tierra e traeran ende la muy fermosa Florenia, su fija, as como ellos dezan. Esto era en el mes de mayo, quando el enbierno era salido e faz el tienpo muy bueno e muy sabroso. E dexaron al diestro la iudat de Salerna, que era una de las ms abondadas e de las ms deleitosas del mundo, de aguas e de molinos e de montes e de riberas e de todo otro viio. As se iva el enperador Garsir con tan grant hueste como odes. E yendo as por la mar, veno a ellos una tormenta de travieso tan fuerte que los mastes fueron quebrados e las velas despedaadas; de los [53d] cavallos que en las naves ivan e de las otras bestias morieron muchos, e otros fueron mal feridos. Mucho fue Garssir desmayado quando aquesto vio, e desque as andaron grant piea en tal tormenta, dixo: Ay, Dios, d somos, o en qul tierra? Seor Jhesu Christo, que de la santa cruz feziestes vuestro escudo quando quebrastes los infiernos por fuera de la vuestra virtud, guiadme, Seor, a puerto de salut.

Seor dize Sinagons, vs non fuestes bien aconsejado, nin a plazer de Dios non sacastes vuestra grant hueste nin a su serviio. Mas, qu vos quit a vs el enperador de Roma? Tal cuida conquerir a otro que queda conquisto e que pierde el cuerpo.

Synagons dixo el enperador, bien vos entend. Vs bien sabedes cmo el rey Otas me desde tan mal; mas dexadme, ca sy yo puedo venir a puerto salvamente mucho me aveno bien. ertas, l non me tern por viejo nin por recado, que ante non aya ient castillos derribados e veinte mil romanos non sean despedaados, o yo tern Florenia cabo m.

As fueron en aquel peligro fasta que la tormenta qued. Entone fueron muy ledos quando vieron la mar amansada, e ergieron sus velas e xinglaron todas en uno mucho a sabor de s; e furonse contra [54a] tierra de Roma derechamente, e fueron por cabo de una villa que ava nonbre Gaita. E fueron portar a una villa a que dezan Olifante, que non era de Roma ms de seis leguas. All salieron los griegos de sus naves, e pusieron los cavallos e las armas e la vianda fuera; e tan grant gente eran que los montes e los valles cobran. All tendieron la grant tienda del rey Garsir en la ribera de una grant agua, que por corra en un buen prado. La tienda era de ricos paos de seda a bandas en que eran figurados quinze paos de oro, e en la cuenca ava una carbuncla que de noche dava muy grant lunbre; las cuerdas eran de buena seda. En ella ava tantas figuras que nunca Dios fizo bestia nin ave nin pescado que all non oviese, nin ibdat nin castillo nin manera de gente que non fuese fegurado, todo a oro e a plata. La tienda estava armada en un cabeo alto por que ava muy buena vista a todas partes; all oirades cavallos reninchar, e taer cuernos e vozinas, e armas reluzir al sol, e tal buelta que semejava que todo el mundo era ayuntado, [54b] de guisa que non oira omne turbn.

XIII. Quando las nuevas llegaron a Roma de aquella grant hueste de los griegos que portaran en su tierra, dixo el enperador: Ay, Dios, que de la Virgen santa Mara naiste en Bethllem, bendito seas t, ca agora avern romanos lo que tanto deseavan. Yo he muy grant tesoro, e darlo he muy granadamente a mi gente, ca por astroso tengo el que non despiende el su bien quando le es mucho menester, as que los vasallos e los servientes sean ende muy pagados. Mas ora vos dexar el cuento a fablar desto, e tornar a fablar del rey dOngra. Un rey ovo en Ongra que fue de grant poder, mas a morir le conveno, que por l non pudo pasar, onde dos fijos que ava lo fazan bien guardar, que eran muy fermosos donzeles; mas la reina, que oyera ya dende fablar, non los amava porende e esposose con un rey que mora por matar los moos. Mas ellos avan un buen ayo que fuy con ellos de noche, e fuese a estraas [54c] tierras e enseoles buenas maas e fzoles aprender tablas e axedrez e a bofordar, e fzoles usar las armas e a justar uno por otro, as que en aquella tierra non ava dos tan preiados. El menor ovo nonbre Esmerado, que mucho era grande e fermoso e bien enseado, e quanto ms crea tanto se trabajava ms de valer algo. Al mayor dezan Miles, mas ste fue malo e falso e de mal pensar, e quando deviera parar mientes a bien detvolo la follona; mucho fue escarnidor e baratador e sabidor de mal, ca otros ava muy malas fechuras. Quando el rey Filipo fue muerto, seor de Ungra, la reina se despos con un rey de Suria a mal grado de sus vasallos, mas los fijos salironse de la tierra e furonse al rey dEsclavonia, que los guis muy ricamente e los fezo cavalleros a una fiesta de Ramos, que aquel rey tovo su alta corte, as que los infantes bofordaron aquel da en un prado. E uno dellos traa el escudo pintado de maravillosa pintura, el canpo [54d] de oro e un palonbo blanco; e ste era Esmer, e esto dava a entender que sera corts e omildoso contra sus amigos. E Miles traa len, que dava a entender que sera buen cavallero darmas. A atanto que veno un palmero, natural de Ongra, que vena de sant Pedro de Roma, e quando vio los infantes comenolos a llamar a altas bozes, e dxoles: E qu fazedes aqu, gente esbafarida?. E quando lo as oyeron fablar, parronse aderredor dl por or las nuevas que contava. Seores dixo el palmero, as me vala Dios, como yo vengo de Roma, e non dexar que vos non diga. Una fija ha el enperador Otas, que nunca tan bella cosa vy en toda mi vida. Agora demndagela Garsir, el de la barva blanca, e quier llevar dl la tierra de Lonbarda, onde sabed quel enperador ha menester grant ayuda. E bien s que sy vs all fusedes que vos dara grant aver a maravilla, e quanto quesisedes. Quando esto entendi Esmer, llam su hermano e rogole que fuesen all con tanta conpaa como tenan. ertas dixo Miles, yo non dexara de [55a] ir por me dar todo el oro de Taberia. Despus desto tornronse los infantes a la iudat e fueron al rey, e dixironle que se queran ir. Mucho pes ende al rey, pero otorgoles ayuda e dioles grant aver. Des espedironse e llevaron ende veinte cavalleros e treinta escuderos guisados, e andaron tanto por sus jornadas que llegaron a la mar. E fallaron una nave presta e entraron en ella, e ovieron tan buen tienpo que fueron toste de la otra parte. E desque salieron de la nave cogironse a su camino, e andaron tanto que llegaron a la iudat de Roma. E desvironse de la hueste e pasaron por un prado, e entraron en la villa e fueron posar a casa de un burgs rico e avonado, e despus que comieron comenronse a alegrar. E Esmer llam el burgs, e dxolle:

Buen husped, dezitme por vuestra cortesa del rey Otas cmo se mantiene. Quier dar soldadas a cavalleros, o ha en s esfuero para se defender? Ca ns por esto venimos a l, yo [55b] non vos lo quiero encobrir. ertas, sy ns con l fincamos, ante de un mes le dar yo algunos griegos presos o muertos.

Par mi fe dixo el husped, vs avedes bien dicho. Ante vos digo que plazer mucho convusco el enperador, ca l ha una fija la ms fermosa criatura de toda la cristiandat a que dizen Florenia, e quierla aver dl por fuera Garsir; e veno aqu con tamaa hueste que bien troxo quatroientas vezes mil omes darmas. Pues vs id a l e dezitle vuestra fazienda, e bien s que l vos dar aver quanto vos sea menester; siquier veredes la beldat de la donzella que vos digo.

Non lo he yo por su aver dixo l, que asaz avemos, meret a Dios, que para estos siete aos tenemos abondamiento por que mantengamos nuestra conpaa.

Con aver dixo el husped vos poder yo bien acorrer, sy comigo posardes a vuestra voluntad. De batalla vos aveno bien, que oy and el pregn por toda la iudat que de maana sean todos los cavalleros armados e las gentes, ca el enperador ha jurado que les d batalla.

As folgaron ya aquella noche [55c], e de maana tanto que amanei fueron armados los de Costantinopla e llegaron a las puertas de la iudat bien diez mil de los mucho ardidos. Aquestas nuevas sopieron Miles e Esmer, e el mayor dixo: Hermano, mucho nos aveno bien, armmosnos todos e salgamos fuera e fagamos de tal guisa que todos ende fablen. E armronse luego ellos e los veinte cavalleros, e salieron de la villa por un postigo. E todos llevavan armas frescas en que dava el sol, e fazalas relozir que semejava que echavan llamas. El enperador sea entone a unas feniestras del su grant palaio, e su fija cabo l. E cat contra riba del ro de Tibre e vio venir los infantes por medio del canpo. Quando los vieron los griegos, movieron luego contra ellos bien quarenta, mucho orgullosos, que justaron con ellos. Mas los griegos, que non eran tan usados en armas, non ovo tal que en siella fincase. Quando esto vio el enperador tomose mucho a rer, e despus dixo: Ay, Seor Dios, e quin conose aquellos cavalleros? Dios, cmo agora fueron [55d] buenos, e qu bien guisados andan. Entone enbi all un donzel, e dxole: Sabe quin es aquel cavallero que trae aquel escudo del canpo dorado e el palonbo blanco, ca me semeja que nunca tan bien armado omne vy.

XIV. Ass como odes justaron Miles e Esmer con los griegos e derribaron quarenta, pero non eran ellos ms de veinte, de lo qual fueron los griegos muy desmayados. Entone movieron de la hueste ms de trezientos, que se dexaron correr quanto los cavallos los pudieron llevar; e desque quebraron las lanas, metieron mano a las espadas e comenronse a dar muy grandes golpes por do se alcanavan. Mas Miles e Esmer juntaron a s su conpaa e regironse bien, ca sy en otra guisa lo feziesen non los pudieran durar. Mas Esmer puso las espuelas al cavallo e apret su espada muy tajador en la mano, e fue ferir a uno dellos por ima del yelmo, que lo fendi todo fasta la inta, a|s [56a] que taj el arzn de la siella e el cavallo fue a tierra. Quando esto vieron los griegos, ovieron tal pavor dl que lo non atenderan por ningunt aver del mundo. El enperador de Roma, sea a las feniestras de su palaio, lo vio bien; e su fija Florenia, que sea con l, dxole:

Por Dios, seor, mandatlos acorrer, e siquier sabremos quin es aquel cavallero que tan grant golpe dio a aquel grifn.

Fija dixo el rey, yo vy bien que fue aquel cavallero que trae en el escudo un palonbo blanco.

XV. Entone llam el rey gravays e a Sansn, que eran hermanos e los ms dos privados de su casa. Amigos dixo el enperador, ora me entendet. Tomad toste quatroientos cavalleros e acorred ana aqullos, que los non perdamos, ca dondequier que sean s que son de nuestra parte. Ellos dixieron que de grado lo faran, e salieron luego con ellos tales sieteientos cavalleros, que non ava mejores en la iudat, e furonse a poder de cavallos. Aquella ora arrencaron [56b] los griegos. Quando esto vio Esmer, puso las espuelas al cavallo e sali ante todos; all fue tal ferir e tal golpear e acapellar e el martillar de las espadas e el quebrar de las lanas que las entellas ivan al ielo. De aqulla fueron derribados ms de mil griegos, que jams por clrigo nunca tomaron confesin. E los otros comenaron a fuir sin tornar, que non quedaron fasta las tiendas, as quel enperador Garsir los vio bien e mei la cabea e fue muy saudo, e jur para el cuerpo de sant Lzaro que l metera la ibdat de Roma a fuego e a llama que ante non se partira dende. Despus que los griegos as dexaron el canpo e los otros fincaron muertos, cogironse los infantes a la iudat e sus escuderos salieron contra ellos, e cada uno llev de ganania un buen cavallo. Des los otros furonse a sus posadas desarmar, mas el husped veno ante los infantes por les dezir palabras de solaz e de alegra. E ellos le dixieron: Amigo, nos salimos fuera por ganar, ca mucho nos es menester como omes deseredados; mas por el buen acogimiento que nos anoche feziestes tomad los mejores dos [56c] cavallos destos que ganamos, e an ms averedes sy Dios quesier. E el husped gelo gradei mucho, e ellos dixieron a su husped que queran ir ver al enperador por fablar con l. Entone cavalgaron los infantes con sus veinte cavalleros e fezieron llevar cavallos e sus armas, as como era de costunbre de soldaderos, e as se fueron al palaio. Mas agora dexaremos de fablar dellos por fablar de la hueste.

XVI. Mucho fueron grandes las huestes quel enperador fizo juntar a Roma, e los cavallos e las armas. Quin viese tanto buen cavallo e tanta buena loriga, tanta lana, tanta espada, tantas seas desplegar al viento! As que la buelta e el rodo era tan grande que toda la tierra semejava que tronava, as que se maravillara quien lo viese. Mas en el palaio del enperador avan tan buena costunbre que quando l fablava non ava ninguno que osase nada fablar, porque le cortasen los mienbros. Amigos dixo el enperador, bien sabedes como Garsir veno a mi [56d] tierra e cudanos destruir todos e toller a m la tierra; mas vs pensad de la defender, ca yo vos dar aver quanto menester ayades. Mucho sodes buenos cavalleros de armas, e que vos conbatiestes sienpre muy bien. Ora, pues los griegos son entrados en mi tierra por nos fazer mal, bien he fiuza en Dios que se non podern dende partir tan ligeramente como cuidan, que ante dapo non prendan. Pensad de ser buenos e non temades cosa. Yo far tirar la mi grant sea e quarenta mil cavalleros armados muy bien por nos conbatir con ellos, e non sea tal que fuya, ca sy alguno fuyer ierto sea que perder la cabea. Mucho fue grande por Roma la buelta e el rodo e el son de los cuernos e de los cascaveles; des fezieron taer un grant cuerno como era de costunbre en el grant palaio. Esto fue a una fiesta de Pascua que los condes e los ricos omes e los de grant guisa comieron con el enperador. All verades tanto prnipe e tanto infann, tantos seores de castiellos e de fortalezas! E el enperador se asent a su muy alta mesa, [57a] e los otros quiso que se asentasen cada uno do ava de ser. El palaio fue cobierto de rosas e de flores e de muchas buenas yervas que davan buen olor. En todo esto ah vs aqu do vienen los infantes dOngra con sus veinte cavalleros, que entraron por el palaio muy ricamente vestidos e adovados; los cavallos e las armas fincaron afuera. Ellos eran bestidos de un rico pao de simo; nunca omne vio mejor. Anbos eran de una hedat e de una longura, de guisa que de mejor fechos dos cavalleros non vos podera omne fablar. As se pararon antel enperador. Entone Miles, que era mayor de das, fabl primeramente, e dixo: Seor, ns somos anbos hermanos; e omos fablar de vuestra guerra, e venimos a vs por vos ayudar e vos servir. E el enperador les pregunt por sus nonbres e nde eran. Seor dixo Miles, a m dizen Miles e a mi hermano Esmer. Fijos somos del rey Filipo, que fue seor de Ongra. Mas aveno as que l mori grant tienpo ha; e nuestra madre, que nos amava poco o nada, enbi luego por Justamont de Suria e casose con l. E ns, [57b] que ramos moos pequeos, echonos de la tierra e quesiranos matar; mas nuestro ayo fuy connusco de noche, e por esto guarimos. Des este otro da fzonos cavalleros el rey dEsclavonia por su meret. E entone omos fablar de vuestra guerra, e porende venimos para vs e queremos fincar convusco. En quanto l esto deza, todos los omes que sean se callaron e los catavan a maravilla. E desque enem su razn, el enperador le respuso que mucho le plaza con ellos. Entone veno el mayordomo e fzoles dar agua a las manos. E el enperador fizo ser a Miles, que era mayor, cabo s; e a Esmer sentaron cabo Florenia, que lo resebi muy bien. E en quanto sean comiendo, par mientes Florenia en Esmer; e violo tan bello e tan bien fecho, as como se lo Dios feziera, e que coma tan esforadamente, que dixo en su voluntad que valiente deva ser omne que as coma. E as lo fue despus, ca de mejor cavallero darmas non vos sabra omne contar.

XVII. Ass sea catando la donzella el donzel. l era grande e nenbrudo e muy bien tajado, e catava muy fermoso; e era blanco [57c] como flor de lis e tan bien colorado que era maravilla. Los ojos ava verdes, las sobreejas bien puestas, cabellos de color de oro; ancho era despaldas e delgado en la inta. E tanto se pag Florenia dl, que dixo: Seor Jhesu Christo, que fuestes puesto en cruz por nuestro salvamiento, sy este donzel oviese en s tanta de bondat como yo veo en l de beldat e de pareser, sy comigo casase, l librara esta tierra ante de un ao, en guisa quel viejo Garsir perdera la cabea. Mas ya tanto era enamorada de Esmer que tena que non ava mejor qul en el sieglo, e mucho fue bueno. E su hermano Miles mucho fue buen cavallero, si en s oviese fe e lealtad, mas mucho fue falso. Desque todos comieron a su plazer en el palaio prinipal e las mesas fueron aladas, griegos e armios pararon sus azes escontra la marisma, por esos prados, por mandado del enperador Garssir, ca l quera saber del enperador Otas por qu le non quesiera dar su fija e por qu despreiara su mandado. Entone le dixo un rey de Greia:

Par Dios, seor, el enperador Otas es de muy alto linage, e por qu le queredes destruir su tierra e matar [57d] su gente fasta que fabledes con l? E enbiadle dezir que venga fablar convusco, e sy quesier fazer vuestra voluntad; sy non entone fazed lo que por bien tovierdes.

E Garssir dixo:

Esto non far. E pues me l port mala fe, yo destruir toda su nobleza. Ora, va dixo Garssir, todos armados contra la iudat de Roma, ca me la non puede defender Otas.

Ellos dixieron que faran su mandado. estava entone un omne natural de Roma que and por esculca, que era vestido como griego e andava de aquella manera, e aprendiera bien el griego. E partiose de la hueste e metiose en la iudat. E fuese corriendo al palaio del enperador, e dxole: Seor, mucho estades seguro. El enperador Garssir es muy desmesurado; e agora estando antl un rico rey de Greia que es muy su privado le dixo, oyndolo yo, que vos enbiase su mandado, e que por qu matara vuestros omes nin destruira vuestra tierra si querades fazer su voluntad. E l dixo que ya ninguna avenenia non avera; ante destruira toda vuestra nobleza. Mas maravllome d pudo ayuntar tanta gente, que ms de [58a] ient vezes mil omes armados vy agora estar antl. Quando esto oy Miles, que estava antel enperador, dixo:

Seor, un poco me ascuchat. Por la fe que devedes a Dios, fazet armar vuestra gente e suban en los muros e en las torres, e defendet vuestra iudat e guardatla.

Seor, por Dios, meret dixo Esmer, pero s tan manebo un poco me ascuchat. Mo hermano es muy buen cavallero, mas si vos plaz nunca tal consejo tomedes, ca ana serades por a vergooso e escarnido. Sabed que sy los vs as ac dentro atendedes, yaziendo enerrado, que esto non sera ley de cavallero; a un pobre infann estara mal. Mas salgamos fuera, sy lo vs mandardes, e conbatmosnos con ellos, ca el derecho es vuestro e el tuerto suyo; esto sabemos bien. E si Dios quesier, venerlos hemos. Vs sodes mucho amado de vuestras gentes, e todos irn de buen corasn e ayudarvos an quanto ms pudieren; des grifones son muy covardos, yo los prob bien. E en poco de tienpo los veredes fuir como puercos ante canes.

All fue el infante muy catado de [58b] todos, e comenaron a dezir antl e detrs dl: Por buena fe, sin engao, buen omne fieramente es Esmerado. Mejor consejo que ste nunca omne podra dar. E dixieron al enperador:

Por Dios, seor, non vos fagades desto afuera.

Yo lo otorgo dixo el enperador, pues que a vs plaz. Tiren fuera las seas e salgamos a ellos.

Florenia, la fermosa fija del enperador, era muy nia e fue mucho espantada quando sali a las feniestras del palaio, que vio tan grant gente armada que todos los canpos ende eran llenos; e vio yelmos lozir e armas sonar, e tantas seas e tanta gente. Ovo ende grant pesar, e dixo: Seor Jhesu Christo, e d pudo tanta gente ser ayuntada como yo aqu veo, nin tan grant cavallera?. Entone fue al enperador, e dxole:

Padre, seor, fazetme dar ante al enperador que non aver con l batalla, ca si fuer non puede ser sin grant peligro e sin grant prdida. Yo non s ms de una mugier, e vs sodes ms de quinientas vezes mil omes; yo non querra que por m se comenase batalla en que poderan morir ms de ient vezes mil omes a martirio e a dolor.

Fija dixo l, de qu vos quexades? Dexatvos desto, ca despus [58c] que yo fuer armado enima del mi buen cavallo Bondifer, e tovier la mi muy preiada espada en la mano, veredes qu dapo les yo far, que ms de quarenta yarn ende mal vailidos.

XVIII. Seores dixo el enperador Otas, oy ms non tardedes; pensemos de salir fuera, e trabajadvos de dar de vuestras donas a los griegos quales las ellos meresen. E aquel que lo bien feziere, quando ac tornar, yo le dar tanto de aver e gelo gualardonar tan bien que l e su linage ser ende tan rico e ensalado por sienpre. E porende roguemos aquel Seor que por ns priso muerte en la vera cruz que l me d ende la onra por la su santa piadat.

Miles fue desto muy ledo, e Esmer mucho alegre. Des salieron los infantes del palaio, e los plegones fueron dados por la villa que todos saliesen, e que aquel que fincase que fuese ierto que sera escarnido de uno de los mienbros. El enperador Otas non quiso tardar ms, e demand luego sus armas e dirongelas. E Florenia, [58d] su fija, lo serva e lo ayudava a armar. E vestironle una loriga muy fuerte e muy bien guarnida, e dironle un yelmo muy rico en que ava muchas piedras preiosas de grant valor, e eironle una espada que de mejor non saba omne parte. E despus que fue guarnido de todas armas, sobi en el su buen cavallo Bondifer, que ya estava muy bien armado. Este cavallo fuera natural de frica, e troxironlo al enperador en presente; ste era el ms corredor e mejor adereado que otro cavallo, e ms valiente. El enperador cavalg en su cavallo e, comoquier que era cano, non dexava por eso de ser sano e arreziado, e iva muy corajoso a la batalla. Desque el enperador fue enima de su cavallo, bien semej barn e esforado. Entre tanto, ah aqu a Esmer e Miles con sus veinte conpaeros, que non ava tal que non troxiese pendn en la lana o trenas. Mas Esmer era muy leal e sin follona, e sy en Miles non oviese orgullo nin traiin, non demandara omne por mejor cavallero que l. E anbos ivan armados de armas de sus seales, e sus coberturas tendidas muy apuestamente. [59a] E quando llegaron antel enperador, pagose mucho, e dxoles:

Semejades ngeles que vienen del ielo por me ayudar.

Seor dixo un su duque que llamavan Sansn, que era el mejor cavallero de su casa, aquste es Esmer, e su hermano, e estos otros son sus conpaones.

O! bien dixo el enperador, veo que estn bien guisados de batalla.

Seor dixo Esmer, entendet mi razn. Por vuestra grant meret, un don me otorgat.

O! bien dixo el rey, de grado. Esmer dixo el enperador, t me demandaste un don, mas non s qu se es.

Seor dixo Esmer, yo vos lo dir. sta es la primera justa; si me la lana non quebrar, vs veredes fierro e fuste pasar de la otra parte, e veredes que ante de medio da sern desbaratados en guisa que ver Garsir tanta de mortandat de su gente que le non sera menester por la iudat de Frisa nin por tierra de Frania. Vdesnos do estamos aparejados yo e mi hermano para vuestro serviio.

Mas la muy fermosa Florenia, por la muy buena palabra que dixo Esmer, tomose a rer, e dixo entre sus dientes muy pa|so: [59b] De vs s pagada.

XIX. Mucho se comen la guerra grande e fuerte, as que se non acordaron de paz nin de tregua. Quando el enperador sali de la iudat, llev fermosa conpaa e mucho esforada. Veinte mil soldaderos aguardavan Oro e Flama, la su sea cabdal, e ivan todos corajosos. Esmer, el donzel a quien fue otorgada la primera justa, fezo a guisa de buen cavallero; e tan bien enpleg su golpe e tan bien lo fizo aquel da que la corona de Roma fue porende ensalada, e Miles se fue en pos l con su conpaa por el grant sabor que avan de fazer mal a griegos. Despus dstos salieron los lonbardos, e de Miln e de Plazenia e dAlverna e de Pavia; mas bien vos fago saber que aquel tienpo non podran fallar mejor cavallero que Esmer de Ongra. Esforadamente comenaron su batalla aquel da, e eran treinta mil de muy buenos cavalleros; grande fue la buelta e el quebrar de las lanas en los prados. E esto fue de aquella gente en que se el rey [59c] ms fiava. De la otra parte estava Garssir, el de la barva alva, que non ava ms sabidor omne en la tierra; mas esto non era seso, comoquier que en boda canten, omne de ient aos demandar amiga. ertas, ante semeja grant sandee; pero muchas vezes esto aveno, que un sabidor omne comiena a las vezes grant folla por su orgullo e muy sin razn, findose en su seso. Mas sy a Dios plaz, que todas las cosas tiene en poder, as far a ste. Despus desto salieron persianos e genoveses e los dAncona e los de las galeas dOssyne e los de Luca e toscanos e pulleses, de que fueron ms de tres azes. stos non venan armados a guisa de burgeses, e los da marina, que grant sabor avan de destruir grifones, noblemente venan armados a maravilla e muy bien regidos, los cavallos dEspaa cubiertos de sus coberturas. As pararon sus azes muy bien regidas por ese canpo de contra la marina. Un rey sali de Roma que llamavan Bruybent, que era seor de Veneia con todas sus pertenenias, pero que era moro l e toda su gente; mas tena del rey Otas su tierra e dvale de parias cada ao [59d] veinte mil marcos de plata. E oyera fablar de aquella guerra e veniera en ayuda al enperador. E traa bien quatro mil omes darmas. ste par su haz muy buena en ribera del ro, e muy bien regida; despus que stos salieron, salieron los naturales de Roma en su haz. sta fue la postremera, porende venieron tan tarde. E Agravayn e Berart venan por cabdiellos de la az, e Clamador e Gaudins e Genois de Pusarte, que otros guiavan quarenta mil de muy buenos cavalleros que rogavan a Dios muy de corasn e a los santos, que as como ellos tenan derecho, que as los ayudase e destroyese los que contra ellos venan a tuerto. stos eran aquellos cavalleros que aguardavan e guiavan la grant sea cabdal, que llaman estandarte, que traan sobre un carro que traan por engeo e por arte; mas non creades que fue de madera de bosco nin de otra manera, ante fue de buen oro e de marfil e de argn. E era una carbuncla que dava tan grant lunbre que semejava que arda.

XX. Agora vos fablar de la grant sea del rey, e del carro e de sus fechuras. El carro era [60a] marfil, muy grande, e los exes de plata e las ruedas eran de oro, que eran quatro con muchas piedras preiosas por ellas, bericles e de muchas naturas. E tirvanlo treinta cavallos mucho arreziados; los cavallos llevavan los collares muy fuertes, cobiertos de palio, e las cuerdas eran de seda fina e las clavijas de oro. E los que lo traan e guiavan non eran baviecas nin venan guisados como rapazes, ca non ava tal que non andase vestido de pelin darmios o de briales de seda o de rico icratn. E cada uno llevava en su mano una verga de oro. Sobre el carro iva un rbol de tal fechura que era todo de oro e de plata, muy fermoso e muy alto, e enima una asta, as que de quatro leguas podera omne ver el dragn que era figurado en la sea. E esto demostrava la fereza del enperador Otas. Aderredor de la sea ivan los nobles cavalleros, ms de quarenta mil, todos escogidos, que non ava tal que non pensase de fazer lo mejor, que ya non fuira por pavor de los griegos. Del estandarte era tal razn que todos se acogan a l, as que non guari|ra [60b] todo el oro del mundo que non perdiese la cabea a qualquier que fuyese. De la otra parte eso mesmo movi el enperador Garsir, de los graones blancos, con su muy grant hueste a maravilla, de tal manera que se venan por grant fereza e por grant baldn. E as como fallamos escripto, desde que Dios veno en tierra prender carne de la Virgen santa Mara por la salut del ngel, nunca por una mugier fue tan grant destruimiento como fue por Florenia, la fija del rey Otas. Seores, aquesta estoria non es de oy nin de ayer; ante es de tienpo antiguo. El enperador Garsir era muy preiado e era muy buen guerrero, segunt cuenta la escriptura, de guisa que a su tienpo non fue ninguno tan fuerte nin tan fiero, as que se non tom con tal que lo non metiese so su poder. l era destruidor de sus enemigos e ensalador de sus amigos. Mucho fue buen cavallero darmas en su tienpo. Enpero entone vista una muy buena loriga doblada, e el yelmo que llevava era de muy buen azero, e por l muchas ricas piedras preiosas. E la su barva blanca le iva so los braos blanqueando, as que paresa sobre el cavallo de una parte e de otra; en tal manera se iva contra la iudat de Roma. Mas desta guerra se deva omne [60c] maravillar, ca los grifones eran ms de ient e inqenta mil omes darmas, as que cavalgava Garsir mucho apoderadamente, en tal manera que durava su hueste bien dos leguas en luengo. E ya ava nuevas iertas de aver su batalla con los romanos, ca ya echaran su estandarte fuera de Roma; mas Garssir non preiava esto solamente un dinero, ca por su grant hueste cuidava destruir toda la tierra, e por esto cuidava ser seguro.

XXI. El enperador de Roma llam a Esmer e Miles e Leonme e Clamador el Fuerte e Agravayn e Sansn e el preiado Josu, e de los ms altos omes de la tierra e de mayor linaje. Amigos dixo l, nenbratvos de cmo sodes de alto linaje e muy buenos cavalleros. Puad de aver muy buenos coraones, e promtovos que aquel que lo mejor fezier oy en este canpo que l ganar preio para sienpre, de guisa que l ser rico e onrado en toda su vida, ca yo le dar a Florenia, mi fija, que es de tan grant beldat, as qul ser seor de Roma e de quanto yo he despus de mi muerte. Quando [60d] esto oyeron los altos omes, esforronse muy fieramente, de guisa que el ms covardo ser ardido por aquella buena promesa. Ay, Dios dixo Esmer, Rey de magestat, que en la cruz morte prendiestes de vuestro grado por nuestro salvamiento, ertas mucho sera de mal corasn e de cativo de tantos omes buenos que yo aqu veo, que bien ay ms de ient mil, el que se ende non entrometiese; mas grant bien far Dios a aquel que el prez ende llevar. Quando esto entendieron los romanos, catronse unos a otros; entre tanto se juntaron las azes, que non ovo otra falla, e metieron las lanas so los braos e furonse ferir. Mas Esmer iva delante, que lo mucho deseava, el escudo enbraado e la lana so el brao. E de la otra parte venieron las azes de los grifones. E un turco vena ante su faz que era tan duldado que non fallava omne que se con l osase tomar; e tena la tierra de Moralla e de Siria, e non saban tan buen cavallero en toda la tierra, de guisa que dos cavalleros non se atrevan a l. E veniera a su sueldo del enperador Garsir, e el enperador le dio tanto de su aver que finc con l. ste movi contra Esmer, e era grande e fuerte e valiente; mas pero [61a] por esto non lo dubd Esmer, e diole por el escudo redondo que traa e falsole la loriga e metiole la lana por los pechos que pas de la otra parte. E dio con l en tierra del cavallo, de guisa que se non pudo levantar. E quando aquesto ovo fecho Esmer, dio bozes e dixo: Seores, meted ste en cuenta. A estos pleitos movironse para acorrer de una parte e de otra; as fue el torneo mezclado. Desta parte movieron pulleses e los de Senegaylla por acorrer a Esmer e a los suyos, e los griegos de la otra parte. Despus desto fue ferir Esmer al rey Otesanz e quebr en l su lana; des meti mano a la espada e comen a dar con ella muy grandes golpes a diestro e a siniestro, de guisa que contra su golpe non podan durar. As se cometieron las azes en aquel canpo. E Agravayns aguij su cavallo, e Clamador e Berart Favel e Sansn e Mandoy. A atanto ah aqu do vien Eleame sobre su cavallo morzillo e Gaudins otross, e el duque dAgenes e Brunbans de Veneia e Brandinsor Bayarte e Renersor Batel e Galern e John Trael e Sal de Viterna e el duque dAtrierna, Soreaus Pea Vera e el conde dArrondel e Guy de la Montaa e Sadoynes, Gaguel Sorpinel e el [61b] conde Jofr de Pisa e Reyner Amigante e Rayer de Castil Blanco e Ferramus Bauent e Angier Corberel e John Pie de Cobre e Felipe Fauvel e Adans Estelie e Guyllem Clavel. E Esmer de Ongra aguij ante todos, su escudo al cuello, en que era pintado un palomo blanco e muchas ricas piedras preiosas por l e por el yelmo que bien valan un grant aver; el escudo enbraado e la lana en el puo. E con l venan tales quatroientos cavalleros que todos eran fijos de prnipes e de altos omes e muy bien guisados, que llevavan pendones en las lanas. E fueron ferir en la priesa tan fieramente que cada uno derrib el suyo, as que bien verades muchos cavallos ser sin seores por ese canpo. E desque quebraron las lanas, metieron manos a las espadas e comenaron a dar muy grandes golpes, ass que ros de sangre fazan ende salir. De la otra parte lanavan saetas tan espesamente e dardos, que esto era grant maravilla; de la otra parte eran tales treinta mil, que mucho eran preiados. Desque las azes fueron mezcladas verades la tierra cobierta de gente, e los golpes que se davan de las espadas sobre yelmos e sobre escudos eran tan grandes e tan espesos que non oira omne torvn por rezio que fuese. E el enperador Garssir, que era de grant [61c] poder, orden sus azes por tal guisa que inqenta mil cavalleros meti; e l fue por medio de las azes aguijando muy fieramente su cavallo, e llamando a grandes vozes:

D es el rey Otas, d es? Non te convin asconderte. Bien puedes venir a m si quesieres, e esto ser cortesa, ca yo s enperador e t mucho as grant seoro; e sy eres cano, yo he otros la barva blanca. Ora renovemos nuestra cavallera. Enpero ms viejo s que t bien quarenta aos, non dexar que contigo non juste.

ertas dixo el rey Otas, desto plaz a m mucho.

Entone aguij el su buen cavallo Bondifer, e Garssir el suyo, que mucho era fuerte e corredor, e furonse ferir quanto los cavallos los pudieron llevar. E Garsir dio a Otas tal lanada sobre el escudo, que era pintado a flores, quel fals; e la lana se detovo en la loriga, que mucho era fuerte. E Otas feri otros a Garssir en tal guisa que anbos cayeron de los cavallos. E Garssir se ergui primero, e meti mano a su espada e feri a Otas sobre el yelmo que traa de Pavia; e oviralo mal llagado, mas la espada bolvi al seniestro. E dxole:

Ay, rey lleno de grant locura, con esta espada vos toller Roma e Romania, e far de la muy fermosa Florenia mi amiga, e tenerla he en quanto [61d] me pagar; despus darla he al mi camarero Josas.

Par Dios diz Otas, ya yo muchas cosas o, e creo que sant Pedro de Roma non sofrira esto. Siquier an non es parada la batalla de ns anbos; ante vos conviene a fazer ms que cuidades.

E sac luego su espada, e fuele dar un golpe sobre el yelmo tal que le derrib ende las flores e las piedras preiosas, e atordei de guisa que dio con l en tierra. Yo cuido que la batalla de anbos fuera fecha, mas acorrieron los griegos a Garsir. E Otas, que tena su espada en la mano, dava con ella muy grandes golpes por salvar su vida, ca mucho le era mester ayuda. A atanto lleg el buen barn Esmer, que Dios bendiga. Grande fue all la batalla e el acapellar e el ferir de las espadas. El enperador Otas tena su buena espada, e firi en la priesa quanto ms pudo; e muerto lo ovieran los griegos, que lo enerraron entre s, si non fuese Esmer que los abaldon a librarlo. E fue ferir un duque, fijo de una griega, de una lana que tena, de tal golpe que escudo nin loriga non le prest, que lana e pendn non fue de la otra parte; e dio con l muerto del cavallo en tierra tan grant cada que la tierra ende son. Des fue tomar el buen cavallo Bondifer del enpera|dor [62a] por la rienda e fugelo dar, e dxole omildosamente: Seor, cavalgat. E el enperador cavalg luego, e gradeigelo mucho. E dexose ir a los griegos, e Esmer con l, que lo ovo muy menester. En todo esto ah aqu Miles en medio de la priesa; e fue ferir un buen cavallero, que dio con l del cavallo en tierra. Mas tales dos mil lo vieron a que pes mucho, que puaron luego de lo calomiar, ca se dexaron correr a l ms de quarenta, que lo ferieron por medio del escudo en tal manera que dieron con l del cavallo en el prado; e muerto lo ovieran, mas Esmer, que lo vio, aguij entre unos rvoles quanto ms pudo, e dixo quando lo vio yazer en tierra: Seor Dios, que en la santa cruz muerte prendiste, dame mi hermano, ca yo non quiero daqu llevar cavallo nin palafrn. Despus que Miles fue a tierra, erguiose lo ms toste que pudo, e puso en su corasn de se defender; e sac su espada e comen a dar della muy grandes golpes, mas los griegos lo cometan de todas partes. Quando aquello vio Esmer, pesole de corasn, e a uno que lo ms coitava aguij a l de mal talante, e bax la lana e fuelo ferir, que lo non pop nada, e alcanolo por so la [62b] broca del escudo e falsgelo, e la loriga otros, de guisa que la tela del fgado e del coran le fendi e dio con l muerto en tierra, e as pas por l. E ste era omne de tan alto linage que muy grant duelo fizo por l Garssir. Despus Esmer meti mano a su espada e metiose en la priesa, e comen a dar golpes tan grandes que el que l alcanava fecha era la suya, as que ms de treinta grifones prendieron muerte. E tanto fizo que libr a su hermano, e psolo a cavallo. Mas los griegos se dexaron correr a l e firironlo de todas partes. Ay, Dios, acrrelo, que muy menester le faz! All le mataron el cavallo e dieron con l en tierra, pero toste se levant; mas si de all podier escapar, mucho bien le far Dios. Quando Miles, su hermano, lo vio en tan grant peligro, plogole dende, e dixo: Esmer, ya vs yazedes, donde cuido que nunca saldredes. Ora veo lo que mucho desse; mucho rades sesudo e fuerte e sabidor, as quel mi seso non se poda igualar al vuestro. Dios confonda mucho a quien vos acorrier!. Des torn las riendas al cavallo e comenose de ir a grant galope, e fuese encobriendo de unos rboles. E l as enfurtando se top con Otas, el enperador, que vena aguardado muy bien de [62c] diez mil cavalleros de sus naturales en que se l mucho fiava. E quando vio a Miles, llamolo e preguntole por su hermano Esmer, e dxole:

D es aquel que mi cuerpo e mi vida salv a meret de Dios? Jams non se me olvidar la grant proeza que contra m fezo en cmo me acorri.

Seor diz Miles, una cosa vos non quiero yo encobrir. ertas, el rey Garssir me enbi agora su mandado, que me fuese para l e que me dara muy grant aver, e yo non vos quise dexar. Mas Esmer all es ido; en mal punto l nai, que jams nunca l bien far. Pues que tal traiin fizo, yo cuido bien que nunca l fue fijo de mi padre, mas que algunt falso lisongero se lleg a mi madre e lo fizo en ella.

Quando esto el enperador oy, cat contra su conpaa e maravillose ms que de cosa que nunca oyese.

XXII. Mucho fue Miles lleno de grant falsidat quando l as errava a su hermano; mas Esmer era leal e corts e ardido, as que mejor cavallero non ovo que l aquel tienpo en la cristiandat. E sy bueno era a cavallo, fuerte e fiero fue quando se vio a pie; e despus tir su espada [62d] e enbra su escudo e comen a dar della muy grandes golpes a diestro e a seniestro, e a defenderse muy fieramente. E estando en tal priesa fue ferir del espada un grifn al travs por la inta e cortolo todo, que fizo dl dos pieas. Quando aquello vieron los grifones, fieramente fueron espantados e tirronse afuera dl, maravillndose del golpe; e de all le lanavan sus espadas, as que ms de treinta golpes le dieron en el escudo de tal guisa que le ronpieron la loriga en muchos logares, pero mal non lo llagaron. l as estando, ah aqu viene el enperador Otas sobre el su buen cavallo Bondifer, muy bien armado, e con l bien veinte mil cavalleros; e firieron por las azes e ronpieron apriesa, as que las pasaron de la otra parte. E cataron e vieron el infante Esmer cmo se estava conbatiendo, e conosironlo luego por el escudo dorado e un palomo blanco en l. Por buena fe dixo el rey Otas, veo yo acull estar Esmer conbatindose a pie. Perdido ha el cavallo; ora s bien que me non dixo verdat su hermano. Ay, por Dios, cavalleros, acorredlo!. Entone movieron grant piea de cavalleros, e fueron ferir aquellos que lo tenan [63a] entre s, de guisa que ms de mil derribaron ende por los prados. All fueron griegos fechos afuera. E el enperador puso espuelas a su cavallo e meti la lana so el brao e fue ferir un grifn sobre un escudo quadrado que traa que lo pas de la otra parte, e metiole la lana por el cuerpo as que fierro e fuste pas del otro cabo, que el puo ovo ende sangriento, e dio con l en tierra. Des tom el cavallo por la rienda, que era muy bueno, e fuelo dar a Esmer. E Esmer cavalg luego e tvogelo en muy grant meret, e aguij por ese canpo. Grant pavor ovieron griegos quando lo vieron a cavallo, e l tir entone la espada de que se bien saba ayudar. Quien le entone viese griegos matar e espedaar, bien terna que le devan doler los braos de los muchos grandes golpes que dava. Dios dezan los de la su parte, este nuestro conpan non ha canas damenazar! Ante pua de ensalar nuestro prez. Bien sera de ser nuestro senescal mayor que oviese de aguardar la sea.

[63b] XXIII. El da faza bueno e claro, sin viento e sin polvo, e la batalla fazindosse por aquellos prados, atanto que veno Garsir, de la cara ardida, e quarenta mil aguardavan su sea. E furonse ferir con sus enemigos en tal manera que quebraron las lanas, as que las rachas ivan ende al ielo a diestro e a siniestro, de guisa que una grant legua durava el canpo que non vera omne a todas partes sinn lid e torneos, que nunca omne ms fuertes vio. Las seas estavan en medio del canpo, e tanto dur la batalla que tantos yazan ya muertos por los prados que todo el canpo ende era sangriento. Mas los romanos fueron fechos afuera ms de un trecho de arco, as que se pararon a so la torre do sea la muy fermosa Florenia fija del enperador Otas a sus finiestras, e con ella sus donzellas Audegons e Gondree e Aglantina e Frandin e la bella Salatree, Blanchaflor e Mahenz e Gaudina la Mansa e la bella Marimonda, que fue de Piedra Lada. Non ava tal que non fuese de tan alto linage e tan fermosa que non deviese ser reina coronada. E vieron la batalla quando se ayuntara, e [63c] vean entone cmo se conbatan al pie de la torre muy fieramente. E Florenia dixo: Seor Dios, que me feziestes naer por la vuestra piadat, fazet oy ir Garsir de aqu malandante, e que se vaya luego para su tierra, que nunca aqu ms venga. Entone cat contra los de su parte, e vio entrellos a Esmer, que lo faza mejor de quantos eran, e dava tan fuertes golpes de la espada que traa en la mano que era grant maravilla, as que toda ende era sangrienta. Entone llam udegons, e dxole:

Ves t aquel cavallero del escudo dorado e del palomo blanco? Contra la parte do l torna, non le dura ninguno; semjame que mucho duldan su espada.

Seora diz la donzella, aqul es Esmer.

Par Dios diz Florenia, por su cavallera le otorgo yo mo amor.

Seora diz Audegons, bien dezides, ca tanto es bel e corts que nunca ende seredes blasmada.

Mucho fue grande la batalla ante la grant torre prinipal. Garssir ava grant poder, e la batalla non era en egual; all non tenan lanas, que ya las quebraran en s, mas conbatanse a las espadas. Esmer aguij delante, su buena espada apretada en la mano, e fue ferir un duque de tal [63d] golpe que le fezo bolar la cabesa de entre los onbros, que dio con ella en un canto de la torre. E Florenia le dixo entone a muy alta boz:

Sy me ayude Dios, amigo, vs sodes buen cavallero e leal.

Entone cat Esmer contra suso a las ventanas, e vio estar Florenia ms blanca que un cristal, e dxole:

Seora, non me lo tengades a mal; aquste es nuestro menester. Yo non he l por que guaresca, mas vs me semejades tal como una estrella matinal.

E vs a m dixo Florenia el mejor cavallero que nunca troxo armas nin sobi en cavallo, e la vuestra grant proeza me meti tal amor en el corasn que sienpre vos querr bien. E aun si Dios quesier, corona enperial ternedes en cabea.

Seora dixo Esmer, ora librar esta plaa por vuestro amor, como veredes.

XXIV. Quando ovo entendido lo que le la muy fermosa Florenia deza, mucho le cresi ms porende su corasn e su ardimento. E fue ferir en la mayor priesa, as que en poca de ora ovo de muertos e derribados grant piea. Entone dixo Florenia: Santa Mara, qu se fizo de Esmer, que en tan poca de ora lo perdimos?.

[64a] Seora dize Audegons, muy fuerte e rezio es a maravilla e de buen corasn. Nunca omne de mejor vio.

Por buena fe dixo Florenia, ms querra solamente la palabra de Esmer que el viejo de Garsir con quanta riqueza l ha.

Mas dEsmer vos digo que tanto entr en la priessa de los griegos que fue esperdido; mas tales diez mil aguijaron de los romanos por que fue bien acorrido, e ayudronlo los suyos por que ovieron lo mejor. Otas, el enperador de Roma, fizo ayuntar su gente a su sea de una parte e de otra. E quando pararon mientes en Esmer, cmo lo faza tan bien, derramaron a acorrerlo e fueron ferirlos en la priesa. All fue la mortandat de los griegos e de los armios tan grande, e de los derribados e presos, que bien dur ende el alcano una legua. E yendo as, aveno que el enperador Otas fue tan coitado de grant calura que faza que se tir a una parte por le dar el viento, e desarmose de la cofia e del yelmo. E do fueran ya de aquella los griegos muertos e perdidos fasta en la mar, la ventura, de que se ninguno non puede guardar, guis que un ballestero fue por all e lan una saeta; e d ira la ocasin e la mala ventura sy non que fue dar al enperador Otas en la cabea, que ava desarmada, [64b] as como vos dixe, que toda la saeta le meti por ella? As que luego Otas se dex caer sobre el cuello de su cavallo Bondifer e perdi la vista de los ojos. Quando esto vieron los omes buenos que con l estavan, corrieron a l e tomronlo por los braos e tovironlo que non cayese. Despus deironlo paso del cavallo, e echronlo en tierra. Qu vos dir ms? En tal guisa fue ferido que a morrer le conveno. Quando estos sus omes lo vieron ferido a muerte, comenaron por l a fazer el mayor duelo del mundo. Quando los romanos vieron el duelo e las bozes tan grandes, todos corrieron contra all; e vanse maravillando, e dezan unos a otros: Santa Mara, val! Esto qu puede ser? Ora ya tenamos el viejo de Garssir venido e toda su gente presa. Dnde nos veno tan mala ventura, que tal dapo prendimos?. E desque llegaron a su seor, comenaron a llaner e a llorar e fazer el mayor duelo del mundo. E dezan: Ay, corona de Roma, cmo sodes derribada! Jams en esta tierra non ser justiia mantenida. E el enperador yaza esmoreido e ya ava la catadura turbada, de guisa que con la grant coita de la muerte el cuerpo le trasuava; e grant piea yogo as el enperador, [64c] que non fabl. E ante que muriese dixo una palabra que fue de grant buena ventura, que mand que diesen a Florenia, su fija, por mugier a Esmer. E puede ser dixo l la tierra defendida por l e la iudat de Roma, ca sy non en otra guisa toda sera perdida. Quando esto entendi Miles, a pocas se non afog, e dixo una palabra, pero que gela non entendieron, que ante l querra aver la garganta tajada ca su hermano cobrar ende tan grant seoro; mucho por eso ovo grant pesar. E otross fazan los omes buenos grant duelo por el enperador. E mientra fazan aquel grant duelo, Esmer aguij por el torneo, e traa en su conpaa bien quatro mil de cavallo que cada uno le prometa de le non falleer a su grado porque lo vean tan bueno darmas. E dezan entre s que bien deva ser l grant senescal de Roma e maestre de toda la cavallera. Ay, Dios, que entone ellos non sopieron la ocasin del enperador Otas, ca se tornaran! Mas non quiso Dios que lo sopiesen. E ellos as aguijando, fallronse con un grifn a que dezan Synagog, mucho orgulloso, que era pariente de Garssir e mucho su amigo, que traa en su conpaa ient vezes mil grifones que se [64d] juntaron con quinze mil de los romanos. All verades el torneo mezclado e renovado; all verades tanta blanca loriga desmallada e falsada en muchos logares; all davan tales golpes e tantos de espada sobre yelmos e sobre escudos, que el reteir ende oiran ms de una grant legua. All aguij Esmer e fue ferir un grifn por el escudo dorado que traa, de guisa quel fierro de la lana le pas por las espaldas e metiolo muerto en tierra del cavallo. Quando esto vieron los griegos, dexronse correr a l tales treinta que puaron de lo agraviar; e ferironlo cada uno por do pudo, e dironle tales feridas sobre el yelmo de espadas e de porras que le quebraron el yelmo en quatro partes, de guisa que dieron con l en tierra. Pero erguiose toste, como aquel que era de grant bondat de armas, e enbra el escudo e sac su buena espada e comen a dar della muy grandes golpes a sus enemigos a diestro e a siniestro. E estvose as defendiendo grant piea, que nunca se mejor defenda cavallero. Mas la fuera de los griegos era tan grande sobre l que lo ercaron a todas [65a] partes, e lo apresaron en tal guisa que dieron con l en tierra; e muerto lo ovieran, sy non porque lleg Synagot, que les dio bozes que lo non matasen. E llevarlo hemos dixo l bivo al enperador Garsir a su tienda. E por tanto escap de muerte, e posironlo en un palafrn e as lo llevaron entre s muy bien guardado. E los quinze mil que se ante tenan muy juntos e bien regidos por Esmer, tanto que lo perdieron luego fueron desbaratados e fuyeron. De oy ms mantenga Dios Roma por su piadat, e la muy fermosa Florenia, ca su padre le mataron griegos e llevaron preso el buen donzel Esmer. Mas Audegons segundo el curso de las estrellas echara sus suertes por saber quin sera casado con Florenia, a que fincase el enperio de Roma.

XXV. Mucho fue grande el duelo que fazan por el enperador Otas, e enbiaron por el apostligo Symen que sali all muy corriendo. E aveno tan bien al enperador que resebi por l confesin e comonin, e fue luego muerto. Dios le aya mered del alma! All fueron grandes [65b] las bozes e duelo maravilloso, ass como era guisado. Mas el fijo del rey dOngra, el mayor, a que dezan Miles, hermano de Esmer, estava armado; e tena el trann de su lana en la mano, e mucho era buen cavallero e bien fecho; e tena su escudo, que as era ferido e tajado que sl non devisavan en l el len que fuera pintado. E desque se asent, dixo su razn tal que todos cuidaron que era verdat e que lo deza lealmente, que non saban lo qul tena en su corasn, ca de tal non cuida omne que mucho mal yaz so su capirote. Miles era grande e fermoso e muy bien fecho, mas en el sieglo non ava tan folln. E adelante oiredes la traiin que fizo a su hermano, que nunca tan estraa ostes en fabla nin en retraer. E dxoles: Seores, por Dios, qu faremos? Ca sy Garsir sabe la grant prdida que prendimos, vern en pos ns en el alcano. E Dios non fizo hueste, desque el seor an perdido, que valan cosa nin se defiendan. Fazet fazer ana unas andas en que lo echen, e llevmoslo a la iudat muy toste; e pensemos de nos acoger todos ante que la priesa de los griegos sea conusco. Aqueste consejo tovieron por bueno.

Seores dixo Miles, por el amor de Dios non fagades tan grant duelo, ca non ha aqu [65c] quien se tanto deviese coitar como yo, que perd mi hermano Esmer.

Pensemos de nos acoger dixo Guylem, ca de fazer ns es ste buen consejo, ca la su gente es mayor que la nuestra. E de maana salgamos todos, nuestras azes paradas; e si Dios e santa Mara me deparase ende Garsir yo cuidara llevar dl la cabea.

Des fezieron luego tajar dos palos e fezieron las andas, e echaron el enperador e sobre l un xamete muy rico. E llevronlo con grant dolor e con grant llanto a la iudat, e fezieron tornar el estandarte; e verades gentes acogerse a Roma. Quando Florenia vio las andas e el grant duelo que venan faziendo con ellas contra la villa, signose, e dixo como espantada: Algunt omne bueno traen all muerto, que tan grant duelo vienen faziendo con l, que non ay tal que se non coite. Omne es de alta guisa. Entone llam udegons, que era muy sesuda, e dxole: Esta noche suava un sueo maravilloso e fiero, e querra que vs me consejsedes. Vea venir un rayo de alto, e fera en aquesta grant torre e dava con ella en tierra, e menuzvala toda en guisa que sala ende muy grant polvo. Des vea levantar un grant fumo, e bax|vase [65d] sobre Roma en guisa que toda la iudat se aenda e se quemava; e vea al enperador, mi padre, yazer flaco e amarillo, e non dava porende nada. E quando catava vealo estar en un ron por so un palio indio, e echvase e adormea de guisa que nunca lo despus poda espertar. Des partame de aquel sueo, e a cabo de un poco comen a soar e semejvame que vea en visin que andava a caa. E faza llevar ante m el mejor gaviln que yo ava, e cavalgava por riba deste ro de Tibre, e mandvalo echar e venan todas las aves a l e feranlo e desplumvanlo. E quando esto yo vea, maravillvame mucho, e l alvase e posava en lo ms alto ramo que fallava. E por la elada, que era grande, apertvase mucho en guisa que nunca lo ende poda aver. Entone me tornava e entrava en la iudat, e vename para el palaio e oa un tal duelo que a pocas non mora de pesar. E este sueo me semeja que es de grant peligro, e s ende fieramente espantada. E ella esto deziendo, cat e vio venir por ante s el mortal duelo con las andas; e vea a los grandes omes de la tierra carpir sus fazes e mesar sus barvas, e ante las andas traan el buen cavallo Bondifer. Entone entendi [66a] el su mortal dapo e el su pesar e dexose venir por los andamios corriendo, como mugier coitada e sanda, por llegar a las andas; mas ante que llegase, la mesquina cay esmoreida. All non vala ya conforto.

XXVI. Con tal pesar e con tal duelo entraron en la iudat, e furonse al grant palaio e deieron las andas. All renovaron los duelos todos los de la iudat. Entone Clamador, natural de Tudela, puso su mano en su faz e comen a ementar el enperador Otas e a sus grandes noblezas, e las muchas bondades que en l ava, e su lealtad e su buena cavallera, que por todo el mundo era nonbrada. l as faziendo su duelo, aqu viene Florenia, la muy fermosa donzella, toda carpida e cuitada e mesquina de duelo e de pesar. E desque lleg, comen a ementar su padre, e deza: Padre, seor, fablatme vs que me tanto amvades. Oy vos partistes de m, e dexstesme desanparada. E quin se doler de m?. All era tan grande el duelo que se [66b] non saban consejo. Despus ella comenava su duelo, e deza: Padre, pues vs sodes muerto, oy ms nos estruir Garssir, e grifones e armios sern entregados de nuestra tierra. E ns seremos dende echados e desterrados, e los que fincaren fincarn en servidunbre. Mas, Seora santa Mara, madre de Jhesu Christo, dame ante la muerte que yo tan grant pesar non vea nin llegue aquel da. Entone trav en su caben de una piel armia e ronpiose toda, e tir por sus cabellos e firi de los puos en sus pechos; e tanto fue grande el su duelo que fizo llorar a muchos. Grant duelo fue fecho en el palaio, de una parte por el enperador, de la otra parte por su fija, que vean esmoreer a menudo e su color tal como muerta, yaziendo en tierra. E dezan en el palaio: Se a mucho dexan mantener este duelo, non ay l sinn muerte. E cuenta la escriptura que la llevaron dende esmoreida, e furonla echar en una su cmara muy rica en que ava muy ricas piedras preiosas que davan muy grant claridat. Aun van agora demandar los de Roma las buenas afiras e las otras buenas piedras, e fallan dellas, e fallarn fasta la fin del mundo. La cmara fuera fecha por tan grant soti|leza [66c] e de tal fechura que en el mundo non ava omne que por muy saudo que fuese, o cuitado, que luego non perdiese pesar e duelo. All echaron a la infante en un lecho de marfil e dexronla . E furonse all do tenan el cuerpo del enperador, e fezironlo guisar e balsamar muy maravillosamente; des metironlo en su sepultura e comendronlo a Dios. E all fizo Dios por l muchos fermosos miraglos. Mas esto non se puede encobrir luengamente que Garsir non lo sopiese, ca le contaron quel enperador, que tanto fuera conqueridor de tierras e tan buen cavallero darmas, a qul ocasin fuera muerto, e que agora podera fazer de Roma e de Florenia su voluntad. Mucho fue ledo el vejaz con tales nuevas, e de plazer comen a trebejar e devanear con la cabea. E la barva traa tan luenga que le dava por la inta, as quel dea al cuello del cavallo; mucho era de grant bondat de armas, e vanse meneando sus graones. Des dixo a sus omes: Cavalguemos tan fieramente que nos metamos por la villa todos, e catad que omne non vos escape de muerte, ca par esta mi barva cana non aver meret dellos en toda mi vida. E non ser tal que me porende ruegue [66d] a que yo la cabea non le taje con mi espada. E yo cuido fazer tanto de Roma como fizo Menalao de Troya, que la quem toda. Quando entendi Garssir que muerto era Otas, enperador de Roma, sy l pensava follona, dixo a guisa de corts: Per ma fe diz, enperador, encortadas son tus chufas; mas ertas, mucho es grant dapo, ca muchos cavallos e muchas armas avades dadas e mucho bien avedes fecho. E bien defenderades vuestro cuerpo seeramente a tres cavalleros; mas grant peso tomastes quando comigo tomastes guerra, que non preiastes nada mi mandado. Entone llam Synagot, e dxole: Vasallo, yo me vos quito de la tierra dAncona e vos d toda Lonbarda. Quando esto oy Synagot, aguij un buen cavallo morzillo en que estava e desenvolvi la sea que tena en la mano, que era de diaspre, en que era figurado sant Jorge, e las cuerdas eran de orofreses; e quella sea se tenan los grifones e armios. Quando los vieron los romanos fueron muy espantados e puaron de defender su ibdat, lanando saetas e dardos e piedras; as se defendieron bien un mes. Fieramente los conbatan cada da. Quando vieron los romanos que los tanto cuitavan fueron en grant coita, ca mucho eran lasos e trabajados. Entone mand parar Garssir su erco derredor [67a] de la iudat, e a cada puerta mand parar tres mil cavalleros armados. Quando esto vieron los de dentro quisieron salir a ellos, mas los omes sesudos non los dexaron; as dur el erco grant piea. E los de fuera gastavan toda la tierra, e non era maravilla de aver fanbre dentro, ca el pan que ante vala un dinero vala despus un marco de plata. Grant fanbre avan en la villa, mas de aver avan assaz. Mas la muy fermosa Florenia, que sea en su cmara muy triste e muy coitada, llam udegons, e dxole:

Amiga, consejatme, por Dios. Aquel que mat mi padre e me destroy mi tierra me quier aver por fuera, e de la muerte de mi padre he yo mayor pesar que de todas las otras cosas del mundo. De la otra parte, los desta villa son muy irados contra m. Non ostes nunca fablar de tal maldat. E grifones nos tienen ercados e travados de todas partes, e los passages nos an quitados, que non averemos ya pan nin vino nin vianda de ninguna parte. Yo pens as que sy un cavallero de grant guisa oviese en esta tierra que conveniese para rey, que fuese tan bueno e tan sesudo que nos defendiese de Garssir, yo lo tomara por marido.

Seora dixo Audegons, yo ove echadas mis suertes sobre vuestro casamiento, segundo el curso de [67b] la luna e de las estrellas, e fall que con uno dstos avades de ser casada, non s con qul dellos. Bien sabemos que son fijos de grant rey, e desta guerra ellos llevaron ende mejor prez; mas bien vos digo que Esmer es ms fermoso e de mayor proeza e ms corts.

Verdat es dixo Florenia, mas dixironme que el otro da, quando mataron a mi padre, que llagaron a l de muerte.

Seora diz Audegons, vs tomad el mayor, ca mucho es buen cavallero, e envialde luego vuestro mensage; mas guardat que esto ande en grant secreto, ca sy lo sopiesen los prnipes e los ricos omes non plazera a algunos. E as non poderades fazer vuestra voluntad.

Amiga diz Florenia, bien avedes dicho. A este consejo me atengo.

XXVII. Del rey Garssir vos digo que fizo armar la su grant tienda en ribera de Tibre en muy buen logar, de que podan aver la agua e abevrar las bestias e aver el pescado de ro a su guisa. Un da aveno que seyendo Garssir a la mesa, ah aqu do viene Sinagot, su conestable, e trxole a Esmer, el buen cavallero, que era grande e muy bien fecho. E quando lo vio Garssir, dxole:

Amigo, dnde eres t? Dime verdat, non me mientas.

Seor diz Esmer, yo s [67c] natural de Ungra, e fui fijo del rey Filipo, que era tan preiado como podedes saber. Mas grifones, que son ricos e poderosos e fuertes, llevaron de m el cavallo e finqu a pie, e prendironme.

Quando esto oy Garssir fue maravillado, e dxole:

Por Dios, amigo, es verdat que fueste fijo del rey Filipe dOngra?

S dixo l, sin falla, e he un hermano que es muy buen cavallero; e deseredonos Justamont de Suria e venimos a esta guerra, ca non avemos de nuestro en qu guareer nin sl vala de un dinero sy lo non ganarmos por nuestras armas.

A esto respondi Synagot, e dixo:

Seor, quitadlo, e faredes grant cortesa.

Sinagot diz Garssir, para esta mi barva, que quando yo conqus las mis parias dOrcania mucho me vali su padre e me ayud, que sy por l non fuese yo perdiera la vida. E por amor de su padre quito a l e su conpaa, e vyanse con todo lo suyo a buena ventura, e catad que les non menge ende cosa.

Seor diz Esmer, yo non vos querra engaar. Despus que yo fuer en Roma, salir fuera, e sy ganar cavallos o bestias o alguna cosa non vos pese ende.

E el enperador le respondi:

Folla dizes. Vete e faz todo tu poder, ca ya por ty non ser mi hueste destorvada; nin a ty nin a los de Roma non preio yo una meaja, ca se non conplir una semana que vos prende|r [67d] por fuera e far quemar la villa toda.

Mucho era Garssir atrevido, e vea estar ante s aquel que era tan preiado, mas tanto era desmesurado que lo non preiava cosa. Ante le otorg que lo feziese, mas non tard mucho que se le torn en pesar. A Esmer troxieron el su buen cavallo e la su buena espada, que le avan tomada, e todas las armas. E desque fue armado, cavalg e fue su carrera para la villa con su conpaa. Mas agora vos contar cmo aveno a Florenia con Miles, por que enbiara.

XXVIII. Ass como consej Audegons a la infante Florenia, as lo fizo ella, que lo non quiso detardar. E l, tanto que oy su mandado, cavalg con sus dos conpaeros e fuese. E quando llegaron al palaio, deieron e subieron por los andamios muy toste. E entraron en el palaio e fueron do sea la infante, e fincaron los inojos ante ella. E Florenia tom por la mano a Miles, e dixo:

Vs seredes cabo m. Grant onra vos est aparejada sy la osardes tomar. Bien sabedes cmo los grifones me an muerto mi padre e nos gastaron toda la tierra, e tinennos ercados e afanbrados. Sy vs sentides en vuestro corasn tanta proeza que vos atrevades a ser enperador de Roma, que podades defender la tierra e man|tenerla, [68a] yo vos resibir por marido e fazervos he seor de todo; mas catad, sy non cuidades ser bueno e esforado, que me non tomedes. Bien vos guardat ende, ca sy en vs non oviese grant bondat e grant franqueza, grant enbargo tomarades para vs.

Duea dixo Miles, datme agora plazo de aqu en la maana, e consejarme he.

Cmo? dixo Florenia. Plazo me demandades, como pleito de otra merchanda? Dios me confonda sy me vs nunca ya avedes!

Quando Miles esto entendi, a pocas non fue sando de pesar, e por todo el oro del mundo non quesiera aver dicha aquella palabra. Des erguiose de all e vnose por el palaio saudo e de tan mal talante que fue maravilla. Entre tanto lleg Esmer a Roma armado en su cavallo.

XXIX. El da faza bueno e claro e el tienpo sabroso, ca era en el mes de junio quando los prados son verdes e cantan las paxarillas por los rvoles, quando l lleg a la iudat muy ledo e muy loano. E jur para el cuerpo de sant Gervs que anda l fara a grie|gos [68b] grant pesar. Mas quando dl sonaron las nuevas por la villa, mucho ovieron ende todos grant plazer. E Florenia metiose en su cmara con grant pesar de Miles, que tena por vil e por malo. Seora, diz Audegons l ama mucho la paz e porende se non quier encargar de tan grant cargo. Mucho fue grande la alegra que ovieron con Esmer, el buen fidalgo, as que las nuevas llegaron ende a Florenia.

Seora dixo Audegons, yo vos dixe a vs ayer lo que me las suertes dezan, que me non mentiran por cosa. Venido es el bueno e el preiado Esmer. E an ende todos grant plazer, cavalleros e los omes darmas; e fazen grant derecho, ca es muy bueno e muy esforado en batalla, as que lo an fecho porende alfrez sobre todos los otros e maestre. Seora, fazet agora bien e enbiadlo saludar, e enbiadle dezir que vos venga ver e fablar convusco.

Yo lo otorgo dixo la infante.

Entone llam un su privado, a que dezan Beringuel, e dxole:

Idme a Esmer e saludtmelo, e dezilde que le ruego que venga fablar comigo.

Seor diz l, bien far vuestro mandado.

Entone se fue el mandadero toste a Esmer, que lo fall fuera de la villa, que saliera fuera armado por fazer alguna justa. [68c] E ava derribado un cavallero e ganara dl el cavallo, e traalo por la rienda. Quando lo vio el mensagero, fue a l derechamente e tirolo a una parte, e dxole a la oreja: Seor, mucho vos devedes de preiar, que la ms alta donzella del mundo e la mejor vos enba dizer por m e rogar que vayades fablar con ella; e sta es la infante Florenia. Ora, pensat de ir all. Quando Esmer aquesto oy, non se detovo cosa e dio el cavallo luego que ganara al mensajero. Des dei e llam a Sansn e gravayn, que eran muy buenos dos cavalleros, e furonse al palaio. E non quiso ir por Miles, su hermano, de que fue ms sabidor. Des sobieron por los andamios e furonse a la muy rica cmara do sea la infante, que cobra un manto entone de un rico endal. Entre tanto entr Esmer, que anda non saba el corasn de la infante. Ora lo defienda Dios de fablar follamente, e podr ser enperador sy lo non refusar!

XXX. Mucho fue buen cavallero Esmer, de buen contenente e de muy buenas maas e muy [68d] sabidor. E desque entr en la cmara, e los dos ricos omes con l, furonse a la infante que sea en el lecho que era de marfil muy bien obrado e sobre l yaza una colcha tendida de un palio, muy rica. E quando Esmer vio la infante, tan fermosa criatura, omildose mucho contra ella, e dixo:

Nuestro Seor Dios, Rey de magestad, salve la muy fermosa Florenia.

Seor dize la infante, Dios acresiente en vuestra onra.

Entone se asentaron todos tres en un estrado. E la infante comen a catar a Esmer e parar en l bien mientes, e violo tan bel e tan bien fecho e tan bien tajado que se pag dl mucho e lo am en su corasn. E desque lo afemeni grant piea, erguiose e fuelo tomar por la mano, e sobi suso con l a una cmara e asentolo cabo s e moviole su razn en esta guisa:

Por buena fe, donzel, mucho vos fizo Dios fermoso e bien fecho; des diovos tan grant bondat de cavallera, segunt me contaron, as que bien devades a ser seor de un grant reino.

Esmer ergui entone la cabea, e dixo:

Par Dios, seora, sy me lo Dios diese yo puara de lo mantener.

Bien respondistes dixo Florenia, agora vos dir todo el mo [69a] pensar. Esmer dixo Florenia, mucho he el corasn quebrantado por la muerte de mo padre que me tanto amava. Des griegos me quitan la tierra e la roban, e porque vs sodes tan buen cavallero bien cuido que la corona de Roma ser en vs bien enpleada, ca non conviene sinn para muy buen omne e muy conplido de todas bondades. Sy vs sodes de tan buen corasn que vos atrevades a mantener vuestra tierra e a defender vuestro derecho e destruir aquellos que contra ns vienen e nos tan grant dao an fecho, yo vos juro que yo casar convusco.

Seora dixo Esmer, muy de grado luego sea fecho, e non sera bueno nin leal el que a vs refusase por cosa del mundo. E vs, seora, fazedes a m en esto grant bien e grant onra e grandes meredes, e Dios vos lo gradesca por m. Mas guardatvos, seora, que esto non lo sepa ninguno, ca se deve fazer muy encubiertamente. E ns somos aqu tres cavalleros, yo e Clamador e Heleaume, e quirolos meter; e quiero que sean primeramente mis vasallos, ca son muy leales e quirenme bien. Des enbiaremos por los otros, e como llegaren as les faremos luego jurar el omenage, despus tres a tres. E desque los altos omes me ovieren fecho o|menage, [69b] la otra gente bien farn lo que les mandardes. E sy ovier tal que el omenage non quiera fazer por vuestro mandado, amenazarlo he con esta mi espada, e con pavor averlo ha de fazer, ca sy enbisedes por ellos todos de consuno los ms ende non lo querran otorgar.

Esmer dixo Florenia, nunca mejor cavallero vy que vs. E sy para esto armas avedes menester, yo vos las dar quales quesierdes, que all sen en aquella cmara lorigas e espadas e yelmos. E vs vestid una buena loriga doblada e enima una piel. E yo enviar luego por mis omes, por Jufreu de Pisa e Galter dEspolia, e sy quesieren fazer omenage, sy non mueran, ca yo non quiero amar ninguno que contra vs venga.

Entone mand a Agravays que entrase