Orientaciones Universitarias 46

OrientacionesUniversitarias

Discursos

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Orientaciones UniversitariasPublicación periódica de la Rectoría de la Pontificia Universidad Javeriana

Nº 46Dircursos

Director Jorge Humberto Peláez PiedraHita, S.J. Rector Pontificia Universidad Javeriana

Compilación y Jairo Humberto CifuenteS madrid

Coordinación editorial Secretario General

CarloS Julio CuartaS CHaCón Asesor del Secretario General Preprensa e impresión Fundación Cultural Javeriana de Artes Gráficas – JAVEGRAF

Bogotá, D.C., agosto de 2014

Presentación Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J., 7Rector de la Universidad

POSESIÓN DEL RECTOR DE LA UNIVERSIDADBogotá, D.C., 28 de febrero de 2014

Palabras de despedida del Rector salienteJoaquín Sánchez, S.J. 9

Palabras del Vice-Gran Canciller de la UniversidadFrancisco de Roux, S.J. 11

Palabras del nuevo Rector de la UniversidadJorge Humberto Peláez, S.J. 15

POSESIÓN DEL RECTOR DE LA SECCIONAL CALICali, 25 de marzo de 2014

Palabras del Rector de la UniversidadJorge Humberto Peláez, S.J. 27

Palabras del Vice-Gran Canciller de la UniversidadFrancisco de Roux, S.J. 29

Palabras del nuevo Rector de la SeccionalLuis Felipe Gómez, S.J. 31

CONTENIDO

ORIENTACIONES UNIVERSITARIAS Nº 464

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POSESIÓN DEL VICERRECTOR ACADÉMICO DE LA SEDE CENTRAL

Bogotá, 6 de mayo de 2014


Palabras del Vicerrector AcadémicoLuis David Prieto 51

POSESIÓN DE LA VICERRECTORA ADMINISTRATIVADE LA SEDE CENTRAL

Bogotá, 1° de julio de 2014


Palabras de la Vicerrectora AdministrativaCatalina Martínez de Rozo 63

OTROS DISCURSOS DEL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD

Posesión de Decanos de Facultad de la Sede Central• FacultadesdeCienciasJurídicas,dePsicología,ydeCiencias PolíticasyRelacionesInternacionales 14 de marzo de 2014 69• FacultadesdeCiencias,deCienciasEconómicasyAdminis- trativas,ydeEducación 9 de abril de 2014 73• FacultadesdeComunicaciónyLenguaje,deEnfermería, ydeArtes 14 de julio de 2014 79

Foro internacional “Maestro siempre” MinisteriodeEducaciónNacional5 de mayo de 2014 85

ProclamacióndeProfesoresTitularesyDistincióndeProfesoresEméritos5 de junio de 2014 89

SeminarioInternacionalGobiernoUniversitario23 de julio de 2014 93

GALERÍA FOTOGRÁFICA

PRESENTACIÓN

Hace 25 años, el nuevo Rector de la Universidad, P. Gerardo Arango Puerta, S.J., decidió crear la colección Orientaciones Universitarias, con el fin de recoger y divulgar documentos de interés para el conoci-miento de la Javeriana y la reflexión sobre la institución universitaria. En la presentación del primer número, que incluyó los discursos del P. Gerardo Remolina, S.J., Vice-Gran Canciller, y del Padre Arango en los actos realizados con motivo de la posesión de este último como Rector, el P. Jaime Bernal Escobar, S.J., Secretario General, se refirió en los si-guientes términos a la finalidad de la nueva publicación, con la claridad y precisión que siempre le caracterizaron: “Estas Orientaciones pretenden que la Comunidad Universitaria Javeriana reciba vientos favorables que la conduzcan a conquistar la meta que sus Estatutos le señalan”.

En estos cinco lustros que abarcan los periodos de tres rectores de la Universidad, el Padre Arango, 1989-1998, el Padre Remolina, 1998-2007, y el P. Joaquín Sánchez García, S.J., 2007-2014, se han publicado 45 números de Orientaciones Universitarias que en sus páginas han acogido los escritos de alrededor de 130 autores, entre ellos el P. Peter-Hans Kolvenbach, S.J., General de la Compañía de Jesús y Gran Canci-ller de la Universidad en el periodo 1983-2008, a quien se debe el mayor número de textos, un total de 33, de los cerca de 250 que han salido en estas páginas.

Hoy nos complace presentar esta nueva edición, que incluye, por una parte, los discursos pronunciados durante los actos de posesión del Rector de la Universidad y el Rector de la Seccional Cali, realizados el 28 de fe-brero y el 25 de marzo pasados, respectivamente; así como del Vicerrector Académico y Vicerrector Administrativo de la Sede Central, que tuvieron lugar el 6 de mayo y el 1° de julio de 2014, respectivamente; y también de los nuevos Decanos de nueve Facultades de la Sede Central, llevados a cabo en las ceremonias convocadas para el 14 de marzo, el 9 de abril y el 14 de julio de este año. En todos ellos han quedado consignados plantea-


mientos importantes sobre la función directiva en la Universidad y cómo concebimos el ejercicio de la autoridad. Por otra parte, consideramos de interés publicar también tres intervenciones del Rector de la Universidad, una de ellas sobre el gobierno de las universidades, tema que se relaciona estrechamente con lo tratado precisamente en los actos de posesión; y dos, acerca de la labor de los Profesores en un centro de Educación Superior. Sin duda alguna, la publicación de todos estos discursos nos permite, por una parte, recoger el pensamiento de la Javeriana, y por otra, hacer una reflexión sobre nuestra propia Universidad a la vez que identificar la forma como hacemos realidad su proyecto educativo.

De esta forma damos continuidad, con renovado impulso, al proyecto iniciado en 1989, que hoy nos ofrece un valioso material bibliográfico de referencia para el estudio y análisis de la vida universitaria, del sentido de su quehacer, en términos de institución que forma parte importante de la sociedad y que como organización debe repensarse permanentemente para estar a la altura de los desafíos que le presenta el mundo contemporáneo.

Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J.Rector

POSESIÓN DEL RECTOR DE LA UNIVERSIDADBogotá, D.C., 28 de febrero de 2014

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De igual forma a como he procedi-do durante mi mandato como Rector de la Universidad, estas palabras, apreciados amigos, serán breves, bastante breves. Porque, siguiendo aquí a Baltasar Gracián y Morales, escritor y jesuita español, citado ya varias veces por estos días en la Universidad: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno; y lo malo, si poco, no tan malo.”

Estas palabras están acompaña-das de sentimientos bastante pareci-dos a los que están presentes en los discursos y saludos que se ofrecen, en esa bella y milenaria tradición, tan propia de la academia universitaria, como son las ceremonias solemnes de grado.

Me refiero a los sentimientos de nostalgia por el cierre de un ciclo

exigente y profundamente deter-minante en la vida del graduando, de sus familias y de la misma uni-versidad que ve culminado el pro-yecto de formación que unos años atrás ofreció con generosidad a su estudiante – cuando se está en las ceremonias de grado, –o en la vida del rector y de toda la comunidad universitaria– cuando se está en la conclusión de un periodo rectoral.

Hago alusión también a los sen-timientos de alegría, por la satisfac-ción del deber cumplido, de los retos asumidos, del logro alcanzado, de los sueños realizados.

No es este el momento para rea-lizar una relación exhaustiva de los retos asumidos y logros alcanzados en este sexenio que termina. Les participo que preparamos en este momento un muy completo informe que será compartido con Ustedes en las próximas semanas y en el

PALABRAS DE DESPEDIDA DEL RECTOR SALIENTE

* Bogotá, D.C., 28 de febrero de 2014.

Joaquín Sánchez García, S.J.*


que daremos cuenta de lo logrado y alcanzado por la Universidad, bien como hitos o bien como avances de su desarrollo institucional.

Pero quiero insistir en una clave lectura para el informe que se pre-parara: Lo que allí se indique no es el resultado únicamente del trabajo del Rector; es el resultado del trabajo mancomunado y del compromiso de una comunidad educativa que se esfuerza por alcanzar, día a día, los mejores y mayores resultados de su actividad académica, administrativa y del Medio Universitario.

En otras palabras es la satisfac-

ción de haber acompañado, animado y servido a esta extraordinaria co-munidad educativa javeriana en la realización de su proyecto educativo javeriano de excelencia.

Comparto también, en esta tarde, los sentimientos de esperanza por el provenir. La Universidad Jave-riana queda dispuesta para seguir prestando su servicio con calidad y pertenencia al país. Para ello, mi sucesor en el cargo, el Padre Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S.J., cuenta con una larga experiencia en la Javeriana: Rector de la Seccional, Vicerrector Académico en la sede Central y en la Seccional, y Decano de las facultades de Teología y Medicina. Sus conocimientos y su experiencia así como como su especial afecto por la Javeriana, serán la mejor garantía del éxito en su gestión rectoral.

Y finalmente, y más importantes, sentimientos de gratitud.

Gratitud a los padres Alfonso Quintana y Alfonso Borrero Cabal,

quienes orientaron y estimularon mi vocación de servicio a la Univer-sidad, hace ya 45 –largos pero tan bien fugaces– años atrás.

Gratitud a los ex rectores Alfon-so Borrero, Roberto Caro, Jorge Hoyos, Gerardo Arango y Gerardo Remolina, quienes fueron siempre una fuente exquisita de inspiración y guía en este exigente trascurrir de la rectoría.

Gratitud a la Compañía de Jesús, y en especial a los Padres Genera-les Peter Hans Kolvenbach y Adolfo Nicolás, y a los Padres Provinciales, Gabriel Ignacio Rodríguez y Francis-co José de Roux, por la confianza que depositaron en mi para asumir esta importante responsabilidad rec-toral, y también por su permanente orientación y apoyo.

Especial agradecimiento a los funcionarios del Gobierno Nacional, representados en la Señora Minis-tra de Educación Nacional, y a los señores rectores de las universida-des colombianas con quienes tanto aportamos al fortalecimiento de un sistema de educación superior, que debe ofrecer palabras de optimismo para el futuro de este país.

Mil y mil gracias a todos y cada uno de los miembros de la Comunidad Educativa Javeriana, estudiantes y profesores, personal administrativo, compañeros jesuitas. De ustedes son los logros y los éxitos de la Univer-sidad en estos últimos seis años.

Y finalmente mi inmensa gratitud a Dios, de quien todo procede y a quien todo debo.

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Padre Joaquín Emilio Sánchez, rector de la Universidad hasta el día de hoy.

Padre Jorge Humberto Peláez, que asumes en este acto la Rectoría de la Universidad.

Personas todas de responsabi-lidades universitarias, religiosas y públicas que nos acompañan con su presencia, y todos ustedes javerianos y javerianas, amigas y amigos, gracias por haber aceptado la invitación a hacerse presente en este acto solmene.

Querido Padre Joaquín Emilio Sánchez, compañero de camino desde la primera juventud. El Pa-dre Adolfo Nicolás, Gran Canciller de la Universidad me ha pedido

que te exprese, delante de toda la Universidad y de nuestros amigos, la sincera gratitud de los Jesuitas de Colombia y del mundo. Lo hago con mucho gusto y con especial aprecio por lo que ha sido tu obra, en palabras tuyas, acompañando, animando y sirviendo a esta comu-nidad universitaria. Gracias por tu dedicación y generosidad, por tus aportes a la educación del país, por tus logros significativos en lo académico, en el desarrollo del cam-pus; por tu cuidado en comunicar y difundir el bien serio y científico que se origina estos claustros, por tu sentido de justicia en la exten-sión de programas sociales, por tu entrega cotidiana para mantener la universidad unida y entusiasta, por haber logrado la reforma de Es-tatutos. Podría seguir enumerando cosas pero, como bien has dicho, no es el lugar. Quiero solamente decir que si bien son realizaciones

PALABRAS DEL VICE-GRAN CANCILLER DE LA UNIVERSIDAD


Francisco De Roux, S.J. *


de la Universidad, no habrían sido posibles sin tu liderazgo y por eso eres felizmente responsable de todas ellas. Personalmente quiero darte gracias por tu amistad fraterna, por tu generosidad y lealtad para con la Provincia Colombiana de la Compa-ñía de Jesús y para con la Iglesia. La nostalgia que nos compartes no la llevas solo, ya está en el corazón de estos claustros vivos. Donde Dios te quiera, has sido y serás hasta el final parte de esta Javeriana que te quiere entrañablemente.

Padre Jorge Humberto Peláez. El Gran Canciller, habiendo conocido el sentir de la Universidad, y particu-larmente de sus cuerpos directivos y del Consejo de Regentes, ha juz-gado que eres la persona más apta y mejor preparada para asumir esta bella y exigente responsabilidad. Fundamenta este juicio en tu alta formación y autoridad académica, en tu larga experiencia de treinta y tres años en que has desempeñado de manera excelente distintas tareas en la Universidad tanto en Bogotá como en Cali: profesor, decano, y vicerrector en la sede central e igual-mente profesor, vicerrector y rector de la seccional; en tu buen juicio sobre las personas y los asuntos internos y externos de la univer-sidad, en tus amplias relaciones y acogida como líder universitario en el mundo empresarial y público; en tu visión universal y conexiones in-ternacionales de educación superior; y de manera especial en tu fidelidad personal a la Iglesia Católica y a la Compañía de Jesús.

Tu nombramiento ha sido recibi-do por la Universidad con profunda

satisfacción, gran optimismo y un sentimiento generalizado de tran-quilidad y confianza. En nombre de todos y personalmente, como compañero tuyo desde la primera juventud, te expreso con profunda alegría y decidida satisfacción mi más sincera y fraterna felicitación.

Padre Jorge Humberto tomas la rectoría de una Universidad que co-noces en profundidad porque le has entregado a ella toda tu vida y una Universidad que te conoce. Tienes por eso la autoridad para acompa-ñar, orientar y consolidar, trabajan-do en equipo como te es propio, los grandes cambios que la comunidad educativa ya tiene en proceso y las nuevas transformaciones que quie-re hacer bajo tu liderazgo, tanto al interior de la Universidad, y que tu avizoras en la consolidación del aseguramiento de la calidad y en la formación de profesores y directivos, como en respuesta a las expectativas del país.

Tienes clara conciencia de que los centenares de javerianos que hoy nos reunimos al lado de amigos invitados en este escenario somos los herederos de una construcción colectiva de decenas de miles de mujeres y de hombres que desde los inicios del siglo 17 han contribuido a hacer de la Javeriana lo que hoy es, cada vez más fortalecida, más cua-lificada, más profunda, más audaz.

Recibes el encargo de un grupo de 16 rectores de gran significado que te han precedido desde que estos claus-tros se reabrieron en 1930. Todos ellos con una vocación decidida de servicio, todos conscientes de que el

13PALABRAS DEL VICE-GRAN CANCILLER DE LA UNIVERSIDAD

Rector es el animador, el orientador, el emblema de la identidad de una totalidad universitaria mucho más grande que sus mismos conducto-res, formada primero por profesores y estudiantes y por los directivos y los egresados y las personas que cuidan de la vida cotidiana. Todos ellos con un magistral sentido de la responsabilidad universitaria.

La opinión pública y la dirección del país han recibido con buen ánimo y mucho interés las palabras en que has manifestado tu determinación de acompañar, convocar y orientar la Universidad para incluir en sus tareas el servicio a las exigencias del post conflicto. Este par de palabras suponen una larga tarea de cons-trucción de paz y reconciliación lue-go de un largo y degradado conflicto, lo cual implicará acontecimientos por venir fuertes y difícilmente pre-visibles, conllevará retos y exigen-cias profundas a toda la sociedad que postulan nuevos comienzos y desafíos para la identidad javeriana.

Esta determinación tuya de servir al país universitariamente cuando buscamos la reconciliación nacional, corresponde profundamente a los deseos de la Compañía de Jesús, que se propuso desde los documentos fundacionales la reconstrucción de la comunidad humana rota por las desavenencias, las injusticias, los odios y las guerras, y que lo vuelve a formular en su última Congrega-ción General como un componente central de su misión de defensa de la fe y promoción de la justicia. La Javeriana, bajo tu dirección sabrá hacerlo como Universidad, con la to-tal autonomía y soberanía en la bús-

queda de la verdad y con una opción incondicional por el ser humano, independiente de las ideologías, de los intereses del poder político y de las restricciones que quieran impo-ner financiadores o grupos sociales, en construcción interdisciplinaria, siempre como comunidad académi-ca y el en el espíritu renovante de la tradición Javeriana.

Para esto, como para la consolida-ción interna de los procesos de cali-dad y de la formación de profesores y estudiantes que son igualmente prioridades en que has mostrado propósitos, la Universidad no parte de cero, antes bien tus palabras la invitan a tener la audacia de dar pasos adelante. Audacia de lo nuevo, que nos han mostrado un Papa que renuncia y otro que con sus gestos y declaraciones desplazan tradiciones casi intocables de nuestra Iglesia milenaria. Este dar pasos adelante solo es posible, lo sabes por tu ex-periencia de Rector en Cali y lo has asumido como método, porque eres parte de un equipo, la Universidad, que es voluntad colectiva, confianza mutua, búsqueda desinteresada y libre, esfuerzo compartido.

Te acompaño con muchos otros en esta determinación de quien se atreve a comenzar. Como teólogo moral sabes que la búsqueda seria de la verdad y de la responsabilidad ética de la misma exige tener el coraje del comenzar, y que todo comienzo o recomienzo pide asumir riesgos. Este es el coraje del arranque, condición de la realización de las demás virtu-des que comienzan en el umbral de la decisión inaugural. Este coraje de empezar también ante las circuns-


tancias nuevas y exigentes del país es la más claras manifestación de voluntad, en la que nosotros nos confiamos.

Quiero concluir estas palabras anticipando los documentos pro-tocolares del nombramiento, reto-mando y retocando el texto que los jesuitas usamos para entregar las grandes misiones y que solíamos llamar el Cum de tua probitate ac prudentia.

Amado en Cristo Jorge Humberto Peláez, Salud y paz, confiado en el Señor respecto a tu integridad y pru-dencia, Adolfo Nicolás, Gran Canci-

ller de la Pontificia de la Pontificia Universidad Javeriana, y Prepósito General de la Compañía de Jesús después de haber recibido aproba-ción y confianza de la Santa Sede sobre tu persona, te elije y nombra Rector de la Pontificia Universidad Javeriana y te confiere toda la auto-ridad, gracias y facultades inheren-tes a este cargo como misión de la Compañía de Jesús, y reconoce toda la autoridad, derechos y deberes que la misma Universidad pone en ti como Rector según sus Estatutos; y te encomienda a la Divina Bondad para que se digne guiarte y ayudarte en el desempeño de tus deberes a su mayor honor y gloria.

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La vida universitaria tiene unos ritos que se vienen celebrando desde la Edad Media. Entre estos ritos po-demos mencionar la acogida de los nuevos estudiantes, la inauguración del año académico, las inducciones a las personas que se vinculan por primera vez a la Universidad, las ceremonias de graduación, la pose-sión de los Decanos, Vicerrectores y Rector.

Agradezco la presencia de todos ustedes en este recinto. Impacta la significación de quienes han acudido a esta cita. Interpreto su presencia como un reconocimiento del papel que desempeñan las Universidades en la marcha de una sociedad. Las Universidades han sido, desde sus orígenes, lugar de encuentro de los diversos colectivos sociales, casa de la sabiduría en la que hay espacio

para todos, se escuchan todas las voces sin mordazas, y se discuten los problemas de la sociedad de manera civilizada.

Conscientes del lugar central que ocupan las Universidades en la vida de una sociedad, sus directivos debemos cuidar el tesoro de esta institucionalidad para que todos los actores sociales se sientan reconoci-dos y respetados, y en los claustros universitarios puedan construir el proyecto de país con el que todos soñamos.

Agradezco al Superior General de los jesuitas, P. Adolfo Nicolás, quien es el Gran Canciller, por el voto de confianza al escogerme para este ser-vicio. Agradezco a la Congregación de la Educación Católica por acoger mi nombre; al Consejo de Regentes de la Universidad, presidido por el P. Francisco de Roux, Vice Gran Can-

PALABRAS DEL NUEVO RECTOR DE LA UNIVERSIDAD


Jorge Humberto Peláez, S.J.*


ciller, que me presentó en la terna de candidatos. Y delante de todos ustedes quiero expresar mi profundo afecto y admiración por el P. Joaquín Sánchez, con quien he compartido muchas etapas de mi vida, y en quien siempre encontré amistad franca, solidaridad y estímulo.

Estos doce últimos años los he vivido en Cali, de donde guardo los recuerdos más gratos. Allí me realicé plenamente como persona, como sacerdote y como académico. ¡Gracias, Cali, por su generosa aco-gida y por la calidad de vida que me proporcionó!

Y, por encima de todos estos agradecimientos, está mi emotiva acción de gracias a Dios por el don de la vida, por el don de la fe y por las oportunidades de realización que he tenido a lo largo de mi vida, oportunidades que conllevan una obligación de retornar a la sociedad los beneficios recibidos.

Cuando reflexionaba sobre las palabras que pronunciaría este día, me encontré con la dificultad de se-leccionar algunos tópicos, pues en la agenda universitaria hay muchísimos asuntos que merecen ser destacados. Después de muchas vacilaciones, he decidido focalizar mi conversación alrededor de tres puntos: En primer lugar, deseo compartir con ustedes las convicciones universitarias que están ancladas en lo más profundo de mi ser; en segundo lugar, quiero expresar unos compromisos grandes que asumo, teniendo a esta asam-blea como testigo; en tercer lugar, les manifestaré con sencillez cómo será el estilo de mi gestión.

Empecemos por compartir las convicciones universitarias que están ancladas en lo más profundo de mi ser. Asumo este servicio con un respeto reverencial hacia el ser de la Universidad como corporación de profesores y estudiantes, que se agrupan alrededor del conocimiento, para contribuir a la construcción del tejido social a través de sus tres funciones sustantivas: la docencia, la investigación y la extensión.

En el templo de la sabiduría que son las Universidades, estamos abiertos a todos los saberes con sus metodologías particulares. En este templo de la sabiduría no hay pre-guntas políticamente incorrectas. En una sociedad desgarrada por la intolerancia y la exclusión, como comunidad universitaria debemos dar testimonio de respeto, de plu-ralismo y de reconocimiento de la diversidad. Este respeto reverencial hacia la institución universitaria se sintetiza en la palabra autono-mía, cuyo sentido y alcances están expresados en nuestros Estatutos (nn. 24 a 27).

Las Universidades debemos estar en permanente vigilancia para no cambiar el rumbo; no somos una ONG, no somos un partido político, no podemos asumir las tareas que son responsabilidad del Estado. Sirvamos al país y contribuyamos a la solución de sus problemas desde nuestro ser y naturaleza universi-tarios.

Asumo este servicio con un res-peto reverencial a la naturaleza de la Javeriana como Universidad católica y pontificia, fundada y regentada por

17PALABRAS DEL NUEVO RECTOR DE LA UNIVERSIDAD

la Compañía de Jesús. Los Estatutos de la Universidad, en los numerales 10 a 14, exponen, con claridad y contundencia, este rasgo esencial de nuestra Universidad.

El Papa Francisco invita a los miembros de la Iglesia a salir de las estructuras en las que nos sentimos seguros, para escuchar las voces que claman desde la periferia. Las Universidades católicas somos el es-pacio idóneo para escuchar todas las voces de los actores sociales: aquí se expresan las culturas juveniles, in-vestigan y discuten los científicos, los humanistas confrontan sus diversas comprensiones del ser humano y de la historia. Por eso las Universidades católicas son un privilegiado punto de encuentro para este diálogo entre la fe y las culturas.

El Padre Adolfo Nicolás, Gran Canciller de la Universidad, reca-pitula en cuatros palabras latinas los objetivos de la educación que ofrecemos las 200 Universidades jesuitas dispersas por el mundo; estas cuatro palabras son utilitas, iustitia, humanitas y fides. Veamos el alcance de esta propuesta.

¿Qué significa la utilitas o espíritu útil? Esta expresión nada tiene que ver con la corriente filosófica del Utilitarismo de corte anglo – sajón. Es la intención de conectar las fun-ciones sustanciales de la docencia, la investigación y la extensión con las personas concretas, con el mundo real, con las necesidades del entorno. En palabras del P. Nicolás, la docen-cia útil o práctica debe orientarse a la formación de buenos profesionales que, siendo técnicamente competen-

tes, sepan descubrir y vivir el sentido social de toda profesión, que es el servicio experto a la sociedad en un campo concreto.

Este concepto de espíritu útil o utilitas deja su impronta en el perfil del javeriano que queremos formar. “No formamos a los mejores del mundo, sino que formamos a los mejores para el mundo”

La segunda finalidad de la forma-ción jesuita la expresa el P. Nicolás en términos de un espíritu de justicia. Sabemos que la promoción de la jus-ticia es una dimensión esencial de la misión de los jesuitas. Toda la vida universitaria debe estar impregnada del espíritu de justicia: en su orga-nización interna; en sus relaciones con los stakeholders; en la investi-gación que lleva a cabo; en los ideas y proyectos que buscan la equidad; sensibilizando a los estudiantes para que los pobres estén presentes en su futura vida profesional.

La tercera finalidad de la forma-ción jesuita la expresa el P. Nicolás como un espíritu humanista. En el discurso que pronunció en Deusto, con motivo de los 125 años de funda-ción de esta Universidad, afirmó que en las Universidades confiadas a la Compañía de Jesús no es suficiente la educación científico-técnica y ra-cional, sino que es necesario dar una sólida formación humanística, que favorezca ese conocimiento superior que es la sabiduría, que es mucho más que el torrente de información que nos ofrece internet. A este res-pecto, invita a la comunidad univer-sitaria a buscar el equilibrio entre las disciplinas científico-técnicas y


las humanísticas, a fomentar las investigaciones para que propongan modelos más justos de economía y gobernanza, y también las invita a propiciar el diálogo intercultural e interreligioso. Si logramos este equilibro, superaremos la dictadura del mercado.

La cuarta finalidad de la formación jesuita es lo que él llama espíritu de fe. En palabras sencillas y coloquia-les, manifiesta cuál es la experiencia religiosa que los jesuitas queremos compartir con nuestros compañeros de camino: el Dios en el que creemos y confiamos está muy cerca de cada uno de nosotros; no es un Dios gue-rrero ni intransigente ni excluyente; es como un padre que festeja el re-greso del hijo; como un buen sama-ritano que ayuda a las víctimas de la violencia por los caminos del mundo.

El concepto de espiritualidad que inspira a las universidades jesuitas es amplio, incluyente, respetuoso de la pluralidad de opciones. Repro-duzco literalmente las palabras del P. General: “Los jesuitas estamos a gusto trabajando codo a codo con personas que comparten la pasión por la utilitas, la iustitia y la huma-nitas, aunque no compartan nuestra fe [….] Creemos que juntos podemos trabajar el espíritu humano. Esto significa trabajar nuestra capacidad de amar, nuestra libertad profunda, la calidad de nuestras relaciones; trabajar para que las personas, los colectivos y las sociedades sean más sensibles y maduros, más justos y solidarios”.

En coherencia con nuestra iden-tidad como Universidad católica y

pontificia, ratifico nuestra voluntad de servicio a la Iglesia local y a la Conferencia Episcopal, como lo ha venido haciendo la Javeriana desde sus orígenes.

Después de compartirles mis hondas convicciones universitarias en cuanto a la institucionalidad y a la identidad, quiero contarles cómo ha sido mi proceso de reinducción a la Universidad, después de pa-sar 12 años en una gratificante experiencia regional. Mis primeros interlocutores han sido los Decanos de Facultad, quienes tienen contac-to inmediato con los miembros de la comunidad universitaria. Visité cada una de los 18 Facultades y, en una atmósfera informal, les hice dos preguntas: la primera relacionada con la Universidad, y la otra con su Facultad. Sobre la Universidad, les pedí que me ayudaran a identificar los puntos más importantes que requieren una atención prioritaria del Rector al comenzar su gestión; sobre la Facultad, les pedí que me compartieran cuáles eran los proyec-tos más desafiantes que tenían entre manos y el punto crítico que estaba en el centro de sus preocupaciones.

Estas visitas me han permitido un primer contacto con las Facultades, saludar al equipo de colaboradores y levantar un primer mapa de las forta-lezas y desafíos de la Universidad. En medio de la natural diversidad de las conversaciones, he logrado identificar comunes denominadores que serán objeto de mi atención prioritaria.

Después de estos diálogos con los Decanos, he continuado con-versando con los Vicerrectores y


con el Rector. Estos diálogos con las autoridades personales de go-bierno y sus equipos continuarán. Igualmente, pienso reunirme pronto con los delegados de los profesores y estudiantes que participan en los diversos Consejos de la Universidad y con mis hermanos Jesuitas con quienes compartimos este reto del diálogo entre la fe y las culturas.

Dada mi trayectoria universi-taria, quiero darle a este servicio que hoy asumo una impronta muy académica; en un respeto profundo a las funciones que los Estatutos y Reglamentos establecen para los Decanos y Vicerrectores, quiero estar muy cerca de los profesores, apoyando su formación disciplinar y su fortalecimiento como educa-dores; quiero animar la actividad investigativa de la Universidad. Los profesores son los grandes actores del proceso educativo; por eso quiero caminar junto a ellos para estimular la excelencia humana y académica de nuestra docencia, la pertinencia de la investigación y la incidencia en la vida del país a través de la educación continua y consultoría.

En este solemne rito universita-rio, delante de testigos altamente cualificados, quiero expresar los compromisos que asumo como Rector.

Expreso mi total compromiso con la Javeriana como Universidad católica y pontificia, fundada y re-gentada por la Compañía de Jesús. En concreto, ¿qué significa esto?

Me comprometo a que la genera-ción y difusión del conocimiento sea

el centro de todas las actividades universitarias. Esto significa que seré celoso guardián de la autonomía universitaria, tal como la Javeriana la entiende y expresa en sus Esta-tutos, aprobados por el Gobierno Nacional y por la Santa Sede en cuanto Universidad Pontificia.

Me comprometo con el fortaleci-miento de la identidad de la Jave-riana, en los términos definidos por los Estatutos. Este compromiso con el fortalecimiento de su identidad es igualmente un compromiso con el respeto a la libertad de conciencia de los miembros de la comunidad universitaria y al pluralismo de opciones personales. La Javeriana ratifica su voluntad de colaboración con las iniciativas y proyectos de la Conferencia Episcopal Colombiana. Seremos fieles a las enseñanzas de la Iglesia, y acataremos las Orien-taciones Generales de la Compañía de Jesús y las Orientaciones Par-ticulares del Consejo de Regentes.

En segundo lugar, expreso mi total compromiso con las políticas de aseguramiento de la calidad, que han tenido consecuencias muy po-sitivas para la educación superior. Han sido muy rigurosos los procesos que conducen a las acreditaciones de los programas de pregrado y pos-grado, y de las instituciones.

Quiero seguir el ejemplo de mis hermanos jesuitas Rectores de la Javeriana, quienes trabajaron, junto con los colegas de las Universidades públicas y privadas, por la calidad de la educación superior. Estaremos en continua comunicación con el Ministerio de Educación Nacional


proponiendo políticas, inspirando reformas, oponiéndonos a aquellas medidas que consideramos invasi-vas de la autonomía y que hacen muy complicada la gestión académica por los innumerables formatos que hay que diligenciar.

En tercer lugar, expreso mi total compromiso con la implementación de la Reforma Estatutaria y con la formación permanente de los profe-sores y cuadros directivos. La iden-tidad de la Universidad Javeriana y la calidad de nuestros servicios educativos dependen, en una altí-sima proporción, de sus profesores y de la manera como desempeñen sus cargos los directivos de la Uni-versidad.

De ahí la importancia de llevar a cabo unos cuidadosos procesos de selección; y, una vez vinculados, es necesario acompañarlos en un pro-ceso, nunca terminado, de formación como personas, como académicos, como pedagogos, y que los lleve a interiorizar nuestro proyecto edu-cativo, profundamente anclado en la experiencia espiritual de Ignacio de Loyola.

La Universidad está empezando a implementar una retadora Reforma Estatutaria, que modifica la estruc-tura de gobierno de las Facultades, pasando de la figura de dos Decanos, uno Académico y otro del Medio Universitario, a la figura de un De-cano único de Facultad, quien debe asumir, junto con los Directores de Carrera, los Consejeros académicos y los profesores, el reto de hacer realidad en el currículo la formación integral. La declaración de la Misión

de la Universidad no puede ser un discurso teórico, sino que exige ser encarnada en estrategias pedagógi-cas que aseguren que la formación integral permea todas las actividades de la vida universitaria.

La Universidad ha diseñado un sólido programa de formación para sus profesores y directivos, que se viene implementando con gran acep-tación de los participantes. Somos conscientes de que está en juego la identidad de la Universidad como obra educativa de la Compañía de Jesús. De ahí la importancia del compromiso del nuevo Rector con estos procesos de formación de profesores y directivos.

En cuarto lugar, me comprome-to a ser promotor entusiasta de la construcción de la nueva institucio-nalidad que será la gran agenda en el postconflicto; esta nueva institu-cionalidad tendrá como escenario un país de regiones.

Las Universidades tenemos que apostarle a la paz. Reconocemos que esta convicción debe resistir los embates del escepticismo y de la desconfianza, consecuencia de ilusiones de paz abortadas. La firma de un acuerdo de paz será punto de partida de un largo y difícil proceso de configuración de una nueva insti-tucionalidad que nos permita nacer, vivir, amar, trabajar y morir en paz. El diseño de la nueva institucionalidad exige el trabajo articulado del Estado, la empresa, la academia y las organi-zaciones sociales. En mis seis años como Rector de la Seccional, fuimos anfitriones de enriquecedores desayu-nos de trabajo. Por la Rectoría pasaron


los empresarios, los funcionarios del gobierno local y departamental, líde-res sindicales, gobernadores indíge-nas. Así fuimos creando relaciones de confianza y de conocimiento mutuo, que se concretaron en proyectos de gran impacto para la región. Quiero replicar este modelo.

Las Universidades tenemos una responsabilidad histórica en el postconflicto. Tomemos la iniciativa, teniendo claridad respecto a nuestro ser universitario anclado en el cono-cimiento. En este día, convoco a los diversos colectivos javerianos para que avancemos en esta dirección. Todas las Facultades tienen mucho que aportar en este nuevo capítulo de la historia de Colombia. Los exhorto, eso sí, a no dispersarnos en muchas acciones. Debemos focalizarnos en aquellos tópicos que tengan mayor impacto en la vida nacional.

En los diálogos que he venido sos-teniendo con los Decanos, los Vice-rrectores y con el P. Joaquín Sánchez, es explícita esta voluntad de atender el clamor de las voces de la paz y de la reconciliación.

Es interesante anotar que esta fir-me voluntad de compromiso con los clamores del país real, durante los últimos años ha adquirido un fuerte acento regional. La comunidad uni-versitaria desea fervientemente que este compromiso con la construcción de una nueva institucionalidad tenga en cuenta que Colombia es un país de regiones. La Universidad debe salir de su campus en la ca-pital para hacerse presente en las diversas regiones del país. Para ello cuenta con aliados naturales.

Su primer gran socio es la Sec-cional de Cali, que obtuvo su Acre-ditación Institucional por ocho años y goza de gran reconocimiento en el sur-occidente colombiano; el trabajo conjunto entre la Sede Central de la Javeriana y la Seccional es una veta riquísima que hemos explotado tímidamente; podemos hacer mu-chísimo más. Está igualmente la red de colegios jesuitas, que están presentes en las principales ciu-dades del país y que han formado muchas generaciones de ciudadanos honestos. Ya estamos trabajando con ellos en Barranquilla, Bucara-manga y Pasto, y próximamente lo haremos en Medellín. Les digo a los colegas Rectores aquí presentes que no queremos ser percibidos como unos invasores. No queremos ofrecer más de lo mismo; nuestra oferta de educación continua y de algunos posgrados buscará nuevos nichos, para así contribuir al desarrollo de las regiones.

Después de expresar estos com-promisos significativos, quiero decir una palabra sobre mi estilo de ges-tión. Durante 33 años he transitado por estos claustros javerianos y, por lo tanto, he estado sometido al escru-tinio de mis alumnos, de los colegas académicos, de mis hermanos jesui-tas y de mis jefes. Muchos de ustedes conocen mis debilidades y fortalezas. No habrá, pues, sorpresas.

El mundo académico ve con sos-pecha las vanidades personales y los protagonismos individualistas; la corporación de profesores y es-tudiantes se gestiona mediante el fortalecimiento de los equipos de trabajo. Equipos críticos que van


definiendo sus rutas en el marco de la Planeación institucional.

En los cuerpos colegiados de la Javeriana, las decisiones no se to-man por mayoría de votos, sino por consenso. Esto exige que quienes los presiden – Decanos, Vicerrectores, Rector, Vice Gran Canciller - ten-gan la habilidad para ir tejiendo los consensos a partir de la diversidad de los aportes.

Hace unos meses visité una fábrica de alfombras en Capadocia. Allí observé, casi hipnotizado, el paciente trabajo de estas artesanas turcas que, teniendo delante de sus ojos el diseño del tapete que quie-ren realizar, cuidadosamente van eligiendo los hilos, los van tejiendo en un telar y así, poco a poco, va emergiendo la magia de formas y colores de las alfombras orientales.

Los que presidimos los cuerpos colegiados de la Javeriana podemos inspirarnos en esas artesanas tur-cas, y teniendo ante nuestros ojos el diseño cuidadosamente elaborado del Proyecto Educativo y de la Pla-neación Institucional, iremos tejien-do cuidadosamente los consensos a partir de la realidad variopinta de los debates universitarios.

Las personas que han trabajado conmigo conocen mi estilo directo. No habrá que contratar los servicios profesionales de una sibila que des-cifre los oráculos del Rector o sus mensajes subliminales.

En mi estilo de gestión, soy un académico pragmático, que busca resultados. En los diálogos con los

Decanos, ellos expresaron la nece-sidad de revisar las rutas que segui-mos para la aprobación de nuevos programas, definición de políticas, etc. Tenemos que reconocer que nuestros procesos académicos son lentos y tortuosos. Comparo esta situación con la infraestructura vial del país; muchas de nuestras carreteras fueron trazadas según la tecnología existente a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando las vías seguían el mismo trazado de nuestra compleja geografía. Las autopistas del siglo XXI superan los obstáculos de la naturaleza con túne-les y viaductos. Tenemos que avanzar hacia unos procesos académicos eficientes, que nos permitan tomar decisiones acertadas y rápidas en un mundo cambiante y competitivo. Para eso necesitamos construir los túneles y viaductos de la academia. Es una tarea que considero urgente. Al frente de este proyecto de reinge-niería de procesos académicos estará el nuevo Vicerrector Académico, Dr. Luis David Prieto, quien goza de gran autoridad epistemológica y ha mostrado ser un eficiente gestor.

La comunidad universitaria está constituida por cuatro estamentos: profesores, estudiantes, egresados y personal administrativo. Represen-tantes de estos cuatro estamentos están presentes en este recinto para el rito universitario de la posesión de un nuevo Rector. Los javerianos de hoy somos herederos de una hermosa tradición, Pero no podemos vivir de las glorias pasadas. Tenemos que reinventarnos cada día.

Como lo expresaba al comienzo, he tenido que dejar fuera de esta


conversación temas de la mayor importancia. He querido compar-tir con ustedes unas convicciones profundas, unos compromisos y he trazado un boceto de mi estilo de gestión.

Le pido a Dios que me bendiga, me dé el vigor para caminar junto a ustedes y la capacidad de escuchar todas las voces de la academia y del entorno. Gracias por su presencia en esta tarde.

POSESIÓN DEL RECTOR DE LA SECCIONAL CALIDE LA UNIVERSIDAD

Cali, 25 de marzo de 2014

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Es muy grato este reencuentro con todos ustedes, con motivo de la posesión del P. Luis Felipe Gómez como Rector de la Seccional. Me trasladé a Bogotá el 25 de febrero. Ha sido un mes muy intenso de emociones y actividades: despedidas y bienvenidas, innumerables reunio-nes, asimilación de gran cantidad de información, entrevistas a los medios, cambio de equipo de trabajo, comunidad, clima. ¡Confieso que los extraño mucho!

Hoy nos convoca un aconteci-miento muy importante en la vida de la Seccional, como es la posesión de su nuevo Rector. Un indicador importante de la madurez de las instituciones es el establecimiento de unos periodos para los cargos directivos. Esta cultura organiza-

cional impide que los funcionarios se perpetúen en sus dependencias, permite una renovación de los es-tilos de gobierno, acoge nuevas ini-ciativas y abre el paso a las nuevas generaciones.

En la agenda institucional de la Universidad se integran, en síntesis creativa, la estabilidad y el cambio.

La estabilidad institucional pro-viene de la cuidadosa aplicación de los Estatutos, Reglamentos y Proyecto Educativo, la fidelidad a la Misión, la cual es tutelada por el Consejo de Regentes, y la ejecución de la Planeación que es el resultado de una construcción colectiva.

El cambio surge del cuidadoso análisis de las necesidades del en-torno y del momento socio-político de la región y del país, de las opor-tunidades que se van descubriendo

PALABRAS DEL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD

* Cali, 25 de marzo de 2014.



y del carisma de sus directivos para anticiparse a los acontecimientos. Esta síntesis dinámica entre estabi-lidad y cambio se va construyendo en los diálogos cotidianos y en los consensos que se van tejiendo.

En las conversaciones sostenidas con el P. Luis Felipe y con los Vice-rrectores de las dos Sedes, hemos manifestado la firme voluntad de es-trechar los vínculos de colaboración entre la Sede Central y la Seccional. Con Luis Felipe y los Vicerrectores, vamos a convocar a los respectivos Decanos de Bogotá y Cali para que hagan la tarea de identificar áreas de colaboración y formulen propuestas concretas de trabajo colaborativo en docencia, investigación y extensión.

Luis Felipe, trabajar en la Sec-cional es lo más cercano a vivir en el paraíso terrenal antes de que la serpiente dañara el clima organiza-cional. Tus compañeros de trabajo son personas de gran calidad huma-na y profesional y están totalmente comprometidas con este hermoso sueño. La Universidad, cuya direc-ción hoy asumes, goza de un gran reconocimiento y es protagonista muy destacada en los procesos so-ciales de la región.

Te deseo muchos éxitos en esta misión que te confía la Compañía de Jesús. Cuentas con mi apoyo y mi amistad.

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Nos reunimos hoy en este auditorio Alfonso Borrero que lleva la memoria del maestro jesuita de la Universidad para entregar la rectoría de la Ja-veriana en Cali al Padre Luis Felipe Gómez, en esta ceremonia que es realmente una cambio de mando ya que el Padre Jorge Humberto Peláez ha pasado a ser el Rector de la Universidad en Bogotá.

Quiero ante todo expresar la gratitud de la Universidad y de la Compañía de Jesús al Padre Jorge Humberto por los logros significa-tivos que consiguió durante más de diez años que estuvo en Cali. Expresar igualmente mi gratitud a todo el equipo de vicerrectores, de-canos, colaboradores y compañeros jesuitas que acompañaron a Jorge Humberto con dedicación, lealtad y creatividad. Jorge Humberto, hoy

tienes la satisfacción de entregar la Javeriana de Cali en pleno desarro-llo, económicamente fuerte y viable, conectada internacionalmente, consciente de su responsabilidad regional, orgullosa de su espíritu ignaciano, inspirada en la ética personal y pública que surge del Evangelio y guía a los javerianos y javerianas, fuerte en sus nuevas facultades y postgrados.

Luis Felipe, me ha correspondió, como Vice Gran Canciller de la Uni-versidad, recoger el sentir de la Ja-veriana de Cali sobre los candidatos a esta rectoría, presidir el Consejo de Regentes que estableció la terna y tomar la decisión de nombrarte como Rector.

Lo hago con la plena convicción de que eres la persona más apro-piada para conducir la Universidad Javeriana de Cali, y cumplidos todos

PALABRAS DEL VICE-GRAN CANCILLER DE LA UNIVERSIDAD

Francisco De Roux, S.J. *



los reglamentos estatutarios, me complace presidir este acto solem-ne en que juras asumir esta tarea que es para la Compañía de Jesús una misión querida por Dios, en la historia de tu vida, que jugaste toda por la causa de la fe y la justicia.

Con alegría, con todos los pre-sentes, celebro la confianza que en ti deposita la Universidad y todos nosotros tus compañeros jesuitas. Te comparto las felicitaciones y la confianza del Padre General, Gran Canciller, en la firmeza de tus vir-tudes, tu capacidad de gobierno, tu juicio recto, tu respeto a las perso-nas, tú claro conocimiento de lo que espera la Compañía de Jesús en la misión que te encomienda.

Quiero resaltar dinámicas enrai-zadas en la Javeriana de Cali que sé que vas a profundizar para hacer cada vez más diáfano y sostenible el camino emprendido por la Uni-versidad en esta comarca querida.

La determinación de formar muje-res y hombres del más alto nivel aca-démico comprometidos con el Valle del Cauca y el Pacífico, para esta región que necesita profesionales, científicos y líderes de gran calidad humana, alta preparación y fortaleza de carácter.

La consolidación en el empeño de hacer de los javerianos y javerianas ciudadanos del mundo, articulados con las doscientas veinte universi-dades jesuitas del planeta, y con los grandes centros académicos de todos los continentes; preparados como corresponsables de esta aldea global en la que compartimos un mismo destino.

La profundización, fuerte ya en este campus, de los valores cristia-nos, para que estudiantes, profeso-res y directivos se identifiquen con los grandes desafíos que inspiran hoy a la universidad jesuítica dentro del respeto a la autonomía y libertad académica: la lucha por la justicia hasta superar toda exclusión como evidencia de un Dios que nos ama a todos; y la protección de la natu-raleza y del medio ambiente.

Y finalmente, como se lo ha pro-puesto el Padre Jorge Humberto Peláez, como lo quiere la Compañía de Jesús, el hacer de la Javeriana también en Cali, una Universidad líder en la tarea de la construcción de la paz y la consecución de la recon-ciliación de los colombianos; tarea que es ética y científica, cultural y social, de desarrollo integral y de política, de justicia y de fe.

Estoy seguro que realizarás esta tarea en estrecha unión con la sede central de Bogotá, que encontrarás en todos los profesores de la Univer-sidad y en todo el cuerpo directivo compañeros de camino dispuestos a entregarlo todo, con audacia y pru-dencia, con rigor y sentido de equipo, para poder cumplir esta misión; y sobre todo con la certeza de que te dejarás llevar por Dios, quien será tu fortaleza y te dará la claridad y la sabiduría indispensables.

Que ese mismo Dios te proteja y guarde, a ti y a toda esta comunidad universitaria que parte contigo a continuar su camino.

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Cuando ejercía como decano de Ciencias Económicas y Administra-tivas en Javeriana Cali, le pregunté al P. Gerardo Arango, S.J., ilustre ex rector de la Javeriana Bogotá, qué me recomendaba para la Seccional. “Sin dudar ni poder dudar”, como era Gerardo para todo, me dijo: “hagan bien la tarea que es propia de las Universidades de la Compañía de Jesús, no se comparen con otros experimentos aunque sean exitosos, nosotros tenemos nuestra especifi-cidad y eso es lo que tenemos que aportar a la sociedad”.

Desde esta inspiración, los invito a que profundicemos en nuestra identidad y desde allí fecundemos a Cali, al Valle, a Colombia.

Siguiendo estas sabias palabras del padre Arango, deseo detenerme específicamente en tres aspectos concretos: en primer lugar, abor-daré la pregunta acerca de qué es propiamente “lo específico” de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali; en un segundo momento, ahondaré en mis convicciones sobre el liderazgo ignaciano universitario en una realidad desafiante. Y fi-nalmente, abordaré la respuesta al contexto desde la perspectiva del proceso de regionalización, ¿cuáles son nuestras fronteras?

I. La Universidad Javeriana de Cali y su especificidad

A lo largo de estos años de vida y de docencia con frecuencia he tratado de indagar acerca de qué es lo propio o más específico en una

PALABRAS DEL NUEVO RECTOR DE LA SECCIONAL

Javeriana Cali desde su especificidad Al servicio de la región y sus gentes

Luis Felipe Gómez Restrepo, S.J.*



institución universitaria de la Com-pañía de Jesús. Sin lugar a dudas, esta pregunta puede ser abordada a partir de muchos horizontes, unos más concretos y otros más inspiradores, fundamentándose en distintos documentos corporativos y, especialmente, en las palabras de los últimos padres Generales.

Los años vividos aquí en Cali, así como la experiencia obtenida en Bo-gotá, me han permitido reflexionar sobre la pregunta antes planteada y a continuación quiero trazar al-gunos aspectos fundamentales que nos permitan comprender nuestras especificidades como una Universi-dad de la Iglesia, de la Compañía de Jesús y de la Provincia Colombiana.

• Integralidad y humanismo

De acuerdo con el Gran Canciller, la Universidad debe comprender la integralidad de nuestra propuesta educativa en el contexto de una his-toria de más de cuatro siglos como educadores:

“La tradición jesuita de minis-terio académico, a manera de contraste, siempre ha combinado una saludable apreciación de la razón, pensamiento y cultura hu-mana, por un lado, y un profundo compromiso con la fe, el Evangelio y la Iglesia, por el otro. Este com-promiso comprende la integración de fe y justicia en un diálogo entre religiones y culturas”1.

1 NICOLAS, ADOLFO. Profundidad, uni-versalidad y ministerio académico: De-safíos a la educación superior jesuita de hoy. 2010.

Es precisamente a partir de esta integralidad que surge entonces la necesidad de profundizar en la bús-queda y construcción del sentido de la vida en cada uno de los miembros de nuestra comunidad educativa, profesores, estudiantes, personal de apoyo, etc. Para ello debemos ser capaces de generar momentos de vida muy fecundos e intensos, fundados sobre experiencias vitales que permitan lograr una verdadera transformación.

Este horizonte nos recuerda el modo en que nuestra labor se ha cimentado a través del tiempo en una profunda tradición humanis-ta, ésta se nos presenta como otro aspecto fundamental de nuestra propuesta. El P. Fernando Montes, S.J. jesuita chileno primer rector de la Universidad Alberto Hurtado, señala al respecto:

“Los primeros jesuitas en Europa asumieron, como un método para evangelizar, el humanismo tal como se definía en el siglo XVI y eso tuvo dos consecuencias. En primer lugar supuso una pro-funda apertura de espíritu para aceptar que los clásicos y los no cristianos tenían mucho que en-señarnos en la comprensión cabal del Evangelio. Creer que nadie ni nada, por alejado que esté de la verdad deja de tener algo de verdad, es una actitud clave para ser fieles a nuestra tradición. Esa opción por encarnar el cristianis-mo en el humanismo, tuvo una segunda consecuencia. Al asumir el humanismo greco latino con las enseñanzas filosóficas, morales, estéticas de la antigüedad, los je-

33PALABRAS DEL NUEVO RECTOR DE LA SECCIONAL

suitas reconocieron que la genui-na evangelización no se limitaba a lo estrictamente religioso, sino que comprendía la formación inte-gral, la formación cívica y política, la formación estética, literaria y moral. El que es humanista no es sólo un experto en religión. Tiene una visión capaz de asumir las otras dimensiones del saber y de la existencia humana”2.

En esa vía, este humanismo de la tradición que nos inspira, se concreta hoy en las megas institucionales, en el compromiso con las necesidades existenciales de la región y el país. Esto requiere ubicarse también en aquéllas fronteras y lugares donde existen tensiones, contradicciones e injusticias, pues son estos los es-cenarios donde la re-creación de un nuevo humanismo adquiere mayor sentido; una visión y labor que vela por respetar y favorecer la vida, la inclusión y la dignidad, que busca siempre ampliar sus horizontes de comprensión para acercarse a las demandas y situaciones actuales, en un constante diálogo con lo propio de cada sociedad y cultura.

La tarea que nos proponemos entonces en nuestra seccional de Cali es la de seguir avanzando en este camino trazado por nuestra labor formativa: una búsqueda de impregnar cada uno de nuestros distintos procesos con un profundo sentido humanista, en la enseñanza así como en el aprendizaje, en la investigación, el servicio y la ad-

2 MONTES FERNANDO. La Universidad Jesuita como nuevo Proyecto Humanis-ta. 2010.

ministración. Que estas distintas dinámicas nos permitan entrar en un diálogo abierto y franco con la cultura y que desde allí sea nuestro aporte concreto a la transformación de la ciudad, de la región, del país y por qué no del mundo.

En tal sentido, contamos con el valioso apoyo y orientación del Consejo de Regentes, quien desde ya ha solicitado a toda la Javeriana un reposicionamiento de la teología y la filosofía como áreas fundamentales para la orientación y guía de nuestro quehacer universitario. Solicitud pertinente y muy precisa y que hace emerger en nuestra seccional un compromiso en profundizar mucho en este aspecto. Recordemos que el espíritu humanista es “creer profun-damente en el amor de Dios al ser humano y en sus capacidades de trascendencia”3, tal como nos lo ha recalcado el P. General.

Desde esta lógica humanista comprometida con grandes trans-formaciones sociales y culturales junto con una visión integral de la educación, quisiera señalar otros dos aspectos que juzgo de vital im-portancia para nuestro quehacer específico universitario.

• Tener una perspectiva regional desde una mirada

global

Una presencia activa de nuestra universidad en la ciudad, en el de-partamento del Valle y en el Pacífico,

3 NICOLAS, ADOLFO. Misión y Universi-dad: ¿Qué futuro queremos? 2008.


es fundamental; esto nos dota de un carácter muy específico que nos arraiga a un territorio. Nuestros in-dicadores han de reflejar un compro-miso concreto con nuestra región, con el aparato productivo presente en esta porción del territorio nacio-nal, con las particulares tensiones sociales que vivimos aquí, con nues-tras víctimas de la violencia, con nuestros indígenas y en general, con todos aquellos hombres y mujeres de bien que desean comprometerse en la construcción de una región con una calidad de vida incluyente y sostenible. Así, desde nuestra labor educativa en lo regional podemos aportar e influir positivamente en lo nacional y proyectarnos al mundo.

Hace ya 44 años que buscamos seguir respondiendo a ese impulso de compromiso con la región que tanto ha querido ahora la Planea-ción de la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús. Este sen-tido profundo de responsabilidad con nuestra gente debe reflejarse radicalmente en nuestras preocu-paciones académicas, tanto en la oferta de nuestros programas como en los desarrollos investigativos que realicemos; asimismo, en la orien-tación de nuestras consultorías y nuestros programas de educación continua; en esa medida, debemos estar muy atentos a los signos de los tiempos en nuestro entorno, a esas oportunidades y posibilidades que van apareciendo en el devenir de nuestra región; para nuestro hu-manismo resulta entonces de gran importancia desarrollar una sensibi-lidad de análisis a esas novedades y tensiones, pues esa realidad propia que nos circunda la tenemos que in-

tegrar cada vez más en la raíz misma de nuestro quehacer universitario.

En este sentido, la opción regional tiene que estar en la misma espina dorsal de todas nuestras decisio-nes; para que desde ella puedan impulsarse apuestas de formación y temas de investigación y activida-des que permitan ampliar la mirada global a situaciones de la región que requieran atención y apoyo.

• Cercanía a aquellos que más nos necesitan

Ni se trata de demagogia ni de ideología, sino de esa profunda so-lidaridad con nuestros hermanos, especialmente allí donde la digni-dad humana está en peligro. Esta solidaridad que es preferencial y no excluyente, debe animarnos desde nuestras entrañas, para que nuestro quehacer académico tenga un cora-zón de carne, un sentido anclado en lo humano. Para que las políticas de inclusión de la Universidad cada día tengan mayor fuerza, para que poda-mos ser más sensibles a reconocer el llamado de aquellas voces que han sido silenciadas por el acontecer de la historia, para que nos acerque-mos como comunidad educativa a sentir la acción de Dios y de los hombres en medio de la pobreza. Aterrizar el espíritu de justicia que nos tiene que caracterizar, “acoger lo que Jesús llamaba ‘el Reinado de Dios’ la llamada a transformar el mundo en pos de la solidaridad y la reconciliación”4 como lo ha planteado el P. Adolfo Nicolás. Formamos para transformar la realidad.

4 Idem.


Estos son, pues, los principales aspectos que deben caracterizar nuestra formación: la integralidad, el humanismo, la perspectiva re-gional y la opción preferencial por los pobres.

II. Convicciones sobre el Liderazgo Ignaciano Universitario

Un segundo tema que quiero tratar es el del liderazgo ignaciano en una universidad. Lo presento a modo de una invitación abierta a toda la comunidad, trataré enton-ces algunos puntos que me parecen esenciales para la orientación de nuestra gestión.

En primer lugar, la calidad aca-démica. Tenemos que apostarle a fondo a la excelencia, la necesidad de la constancia y de la intensidad en nuestra labor resulta impres-cindible, pues la medianía puede hacernos mucho daño en nuestras responsabilidades y obligaciones. Por ello, es necesario estar evaluán-donos para hacer cada día mejor las cosas, sin miedo a que los otros nos interpelen. La acreditación institucional, conjuntamente con la Sede Central, fue un paso muy importante; ahora debemos velar por dinámicas que mantengan la calidad en marcha para todas las dimensiones de nuestro proyecto educativo. La integración profunda de las nuevas tecnologías podran abrirnos grandes espacios.

El P. General Adolfo Nicolás equi-paró la calidad al magis ignaciano, como “una profunda comprensión y aprecio de lo que es importante”.

Realizar este compromiso nos de-manda templarnos más, ser más es-trenuos, exigirnos más. Esto implica poner a funcionar todos los talentos, no podemos dejarlos guardados bajo la tierra. La calidad no se improvisa, pasa necesariamente por la forma-ción de todos y especialmente de nuestros profesores y profesoras, no solamente de aquellos con formación especializada como los doctorados (bien necesarios para la academia) sino también en todas las prácticas pedagógicas, en la aplicación de los valores en la labor de cada uno de los que pertenecemos a esta comunidad, siempre orientados a salvaguardar la identidad jesuítica e ignaciana.

En segundo lugar, creo profun-damente en que debemos construir y sostener nuestra comunidad educativa. Es de la esencia de una Universidad; si no la hay, nuestra Universidad pierde su alma, agota su espíritu y nos sentimos perdidos. Cuidado, no podemos suponerla, no la podemos dar por dada solamente por el hecho de tener en nuestro nombre el sustantivo Universidad. La comunidad educativa se cons-truye y se afianza en un marco de profundo respeto por el otro, en nuestra capacidad de escucha, en nuestra posibilidad de crítica abierta y constructiva, en una actualización constante de nuestro proyecto edu-cativo en pos de una sana creatividad innovadora. El llamado es a ofrendar nuestro ser, abrirlo y extenderlo al encuentro con el otro.

El trabajo de hacerse consciente de cómo los “egos” interfieren en la consolidación de la comunidad educativa resulta así un desafío al


que también estamos convocados. Desarmados de la necesidad de proteger nuestro “yo”, facilitamos los procesos, y así podemos focalizar nuestra fuerza en la construcción del bien común. Todos podemos aportar con firmeza y convicción desde lo que somos, pero sirviéndonos de la humildad y la apertura, haciendo crecer en nuestras acciones la capa-cidad de tejer consensos virtuosos y enriquecedores, allí donde los egos nos condicionan a atrincherarnos. La comunidad educativa son fun-damentalmente los profesores, son ellos los que tienen la autoridad epistemológica. Por ello, los que tenemos cargos directivos debemos estar a su servicio, nuestra labor es suscitar espacios, generar lugares de intercambio y discusión e impulsar y animar las iniciativas. Eso habla de un estilo de liderazgo y gestión menos directivo. Por eso los Rectores no tenemos “programa personal de gobierno” sino que nos ponemos al servicio de la construcción de aquello que la “comunidad sabia” va encon-trando y emprendiendo. Y entre más dinámica, fuerte, briosa y profunda sea el producto de esta comunidad, la autonomía de la Universidad la mantendremos, la potenciaremos y nos definirá.

En tercer lugar, recordemos que los cargos de dirección son funda-mentalmente un servicio para la comunidad educativa; el ejercicio de nuestra autoridad es, ante todo, un servicio. El Papa Francisco nos ha llamado a “oler a oveja”—conocer existencialmente el rebaño—, esto supone cercanía, acompañamiento y reconocimiento. Que esas auto-ridades sean realmente un respeto ganado por la capacidad de escucha y construcción en común, más que por una definición de funciones en

una descripción de cargos. Se requie-re entonces sumo cuidado, caminar hacia la elegancia y contundencia de hacernos cirujanos en el trato a la dignidad humana, respetarla en nuestras relaciones como comuni-dad educativa para que nunca pueda ser algo negociable. El respeto por los demás debe ser una caracterís-tica visible en nuestra universidad y quienes tienen cargos directivos tendremos que ser muy sensibles a este tema. En ello nos debemos ayudar unos a otros.

Este respeto lo debemos trans-mitir a nuestros y nuestras estu-diantes, lo cual implica ofrecerles un mejor acompañamiento, ser presencia activa en su aprendizaje, oírlos con mayor atención, man-tener continuamente una actitud de examen de nuestras prácticas. Atendemos entonces al liderazgo ignaciano trazado por el P. General: el líder es el que hace buenas cosas, no solamente cosas buenas. Es aquél que se preocupa por la capacitación de su gente, el que comunica y mo-tiva en esa visión común que debe ser compartida por todos, porque gestiona el sentido profundo de la institución. Es aquél que es digno de confianza, porque es honesto, directo y consistente5. Ejerce su liderazgo con pasión y una buena dosis de humor y finalmente expresa su amor por los demás. Gran desafío que debemos asumir con la ayuda de todos y todas.

En cuarto lugar sabemos que en la actualidad la academia debe responder a las necesidades del

5 Cfr. NICOLAS, ADOLFO. Conferencia sobre Liderazgo Ignaciano. (6 mayo 2013).


entorno. Por este motivo nuestro actuar académico requiere mante-ner una sana relación con el sector productivo, con las comunidades sociales, con el sector público, con la realidad. Se trata en este punto de ir y volver al acontecer de nuestra región, de empaparnos de realidad y ser capaces de tomar distancia para reflexionar e investigar de modo activo y participativo, para regresar a hacer parte nuevamente de lo real. Este movimiento de doble vía nos dota de una mirada versá-til y práctica a las necesidades de nuestro entorno. Nuestro campus ha de extender muchos puentes con la realidad: acercarnos a un Cali vivo, a un Valle concreto, a un Pacífico que clama. No caigamos en la tentación de encerrarnos en este hermoso campus, que puede seducirnos y hacernos alejar de las fronteras que debemos atender. La incubadora de la innovación y del emprendimiento tiene que ser ese maravilloso trampolín para zambu-llirnos en la realidad de una manera creativa.

En quinto lugar, es esencial reconocer que hoy la interdiscipli-nariedad es una oportunidad de apertura; una puerta para abordar en profundidad la complejidad de nuestra realidad; el diálogo entre saberes evita que caigamos en re-duccionismos o aún en simplismos disciplinares frente a aquello que exige múltiples miradas. Ello implica asumir que la discusión y el diálogo con los otros no sean considerados una pérdida de tiempo. Lo interdisci-plinario debe erigirse entonces sobre la optimización de la comunicación entre facultades y departamentos

especialmente en un trabajo colabo-rativo para enfrentar conjuntamente problemas complejos. Nuestra crea-tividad nos debe llevar a transitar sin miedo y con confianza por todo el campus académico. El ejemplo del Centro de Estudios Interculturales de la seccional es una esplendorosa experiencia que tenemos que po-tenciar articulándolo a fondo en lo académico, aquí tenemos una gran dinámica de transformación para la Universidad.

En sexto lugar, debemos contem-plar la centralidad de la Pastoral universitaria abierta, incluyente y que hace preguntas a la inteligencia. Experiencia de Dios en la academia y desde lo que es la academia. Te-ner una Universidad es contar con una oportunidad maravillosa para dejar huella en los corazones de los y las jóvenes que pasan por nuestra institución en una etapa decisiva de su vida. Si el contribuir a resolver la pregunta por el sentido de la vida, por el lugar que le dan a la trascendencia en sus existencias, no está presente, o no tiene la suficiente fuerza, es porque algo nos está faltando. En medio del secularismo debemos dar primero que todo testimonio de una vida según el espíritu, así podremos ser creíbles. Igualmente, la pregunta por la solidaridad, la transformación de estructuras in-justas, por la participación política, etc., debe colocarse en el centro de los corazones y mentes de los y las jóvenes. Pero ello no es res-ponsabilidad solamente del Centro Pastoral San Francisco Javier, o de la Vicerrectoría del Medio, sino de toda la comunidad apostólica, es decir, de todos los que trabajamos


aquí. Por ello, valoro enormemente el proceso de formación de directi-vos que se está llevando a cabo en la seccional, en el que se ha abierto un espacio a esas preguntas sobre la trascendencia, sobre el sentido de la vida y de ser un directivo en la javeriana. Qué bueno que poda-mos exportar este proceso a otras obras de la Compañía de Jesús en Latinoamérica.

En séptimo lugar, el arte y el deporte deben habitar la vida del campus. Tengamos esto muy pre-sente, pues el ejercicio del deporte y la práctica de las artes contri-buye de modo contundente en el desarrollo de hombres y mujeres más equilibrados, entrenados en aplicar impulso de creación en su cotidianidad, con afectividades más espontáneas, genuinas y creativas. Declaro mi convicción del lugar importante que estos ámbitos jue-gan en la vida de los estudiantes como un llamado a contribuir por la preservación y sostenimiento de los mismos. De otra parte, pero de modo complementario, está la nece-sidad que tenemos de incentivar la pertenencia a grupos estudiantiles, es la manera de ir fortaleciendo la generación de tejido social a través de la asociación por intereses, ello prepara para la experiencia de una sociedad civil. Propiciar el fortale-cimiento de la participación estu-diantil e incentivar la creación de nuevos grupos y el compromiso de los existentes es fortalecer aquello que ha sido nombrado en la Uni-versidad como “cultura ciudadana”. Oigo desde ya propuestas creativas para que sigamos construyendo una ciudadanía responsable desde lo íntimo y lo público.

En octavo lugar, la globalización debe hacernos tomar conciencia de la posición que tenemos que desa-rrollar ante la internacionalización. Este es un esfuerzo en el que hemos caminado en buena dirección. El P. Peláez junto a su equipo de trabajo, le dio mucha importancia y hemos tenido experiencias exitosas tem-pranas; a partir de ellas, podemos escalar significativamente a la caza de nuevos objetivos. La red de uni-versidades de la Compañía de Jesús en el mundo es una fortaleza que no hemos explotado lo suficiente; igual-mente, la red de convenios existentes debemos operativizarlos. Somos ciu-dadanos del mundo, vivimos en la aldea global, hay que elevar anclas para comunicar nuestra experiencia de lo regional hacia lo global. Se hace imprescindible entonces reforzar la adquisición de inglés como segunda lengua, la construcción de canales cooperativos con otros países para la movilidad y la inclusión de la pers-pectiva internacional en el currículo.

En noveno lugar, nos encon-tramos con el respeto por el medio ambiente, no solamente contemplado como condición necesaria para pos-tular la sostenibilidad, sino también como una profunda responsabilidad con la creación como don de Dios. En esto el Colegio Berchmans, her-mano nuestro, nos incentiva; en efecto, su certificación en las nor-mas ISO 14000 medio ambientales ISO 28000 de cuidado de personas es estimulante. Nuestras prácticas en nuestro hermoso campus deben ser totalmente coherentes con el cuidado del medio ambiente; eso tiene sus costos, no es gratis, pero es una prioridad y así es perentorio impulsarlo, como Institución y desde


nuestra individualidad. En este tema nos ponemos en sincronía con la reconciliación con la naturaleza, refe-rida en la Congregación General 35.

Y por último lugar, quisiera hacer un llamado a la austeridad, no como limitación amarga, sino como un valor que nos permita aprovechar al máximo todo lo que tenemos, como exigencia de hacer rendir a fondo todos los talentos con los que contamos. Como en toda universi-dad colombiana, nuestros recursos resultan escasos para la gran can-tidad de necesidades, demandas y propósitos que debemos afrontar. Así, los invito a que generemos una conciencia sobre el mejor uso que puede hacerse de nuestros recur-sos, para que podamos apalancar nuestros objetivos del mejor modo posible; una mirada que no sea considerada o experimentada como tacañería o avaricia, sino como una aplicación apropiada de recursos; esto a fin de que podamos inver-tirlos en aquello que genere mayor impacto institucional, mayor bien universal, tal como lo señalaría San Ignacio. E igualmente, volquemos nuestro esfuerzo común a apoyarnos creativamente en la generación de ingresos institucionales. Veamos, no solo el lado del ahorro, sino también la urgencia que tenemos de explotar debidamente y potenciar todos los recursos que ya tenemos en la Universidad. Es un hecho que tenemos muchos recursos ya acumulados, mucha experiencia, mucho conocimiento, sobre la base de este patrimonio podemos seguir desarrollando nuestra creatividad, a fin de dar frutos de modo abun-dante y útil.

Estas son las diez directrices que espero impulsar y profundizar en la gestión de la Universidad; cada una de ellas es un llamado a cada uno de ustedes para que avancemos en ellas como comunidad. Me gustaría ahora compartirles una breve revi-sión de nuestro entorno.

III. La respuesta a nuestro entorno

La respuesta a nuestro entorno tiene un derrotero, que es la Planea-ción Estratégica de Javeriana Cali que recientemente fue adoptada. Es una carta de navegación que con la sabia conducción del P. Jorge Hum-berto ustedes han construido y sobre la cual continuaremos trabajando, ahora potenciada con la misión conjunta recientemente aprobada para las dos sedes de la universidad. Sabiendo que estos procesos de pla-neación no son camisa de fuerza, ni tampoco de carácter inamovible, han sido criterios, apuestas, nortes que, con los cambios de contexto, con los retos sobrevinientes y como el pro-ducto de la evaluación continua que realizaremos, podremos seguirlos afinando entre todos y especialmente desde las facultades. No hay, pues, cambio de carta de navegación. Las 5 Megas que se definieron son nuestros faros: Excelencia humana y académica; Investigación; Dinámica internacional; Innovación y empren-dimiento; y Responsabilidad Social.

Seguiremos trabajando para colo-rearlas día a día, en la cotidianidad, en aquello que cada uno de nosotros realiza, en nuestro granito de arena. Ese esfuerzo de todos y todas, de cada uno de los que conformamos


la comunidad educativa, desde nuestros profesores y profesoras y los estudiantes en el aula de clase, pasando por nuestras secretarias, por los directivos, por los adminis-trativos, por miembros de servicios operacionales, por los impulsores de la pastoral, en fin, todo aquél que se diga javeriano tiene una respon-sabilidad en la construcción de este sueño institucional.

La respuesta a nuestro entorno pasa necesariamente por escuchar, visitar, palpar y analizar nuestra región. Es lo que nos ha pedido tam-bién el Papa Francisco, al invitarnos a descentrarnos, al ir al encuentro de los demás, a soltarnos de nuestras seguridades para estar vulnerables. Es pues, yendo a las fronteras, allí donde se está generando la novedad, allí donde la dignidad humana esté amenazada, allí donde podemos aportar un valor específico.

Qué bueno que nuestra expe-riencia académica y de campo la podamos aportar cerradamente en un esperado post-conflicto. En ese momento de rehacer al país, de profundizar la equidad y la partici-pación. Bien señaló la Congregación General 35:

“La complejidad de los problemas que encaramos y la riqueza de las oportunidades que nos ofrecen piden que nos comprometamos a extender puentes entre ricos y pobres, estableciendo vínculos en el terreno de la incidencia po-lítica para la colaboración entre aquellos que ostentan el poder político y aquellos que encuen-tran dificultades en hacer oír sus

intereses. Nuestro apostolado intelectual nos proporciona una ayuda inestimable para estable-cer estos puentes, ofreciéndonos nuevos modos de entender en profundidad los diversos meca-nismos e interconexiones de los problemas actuales.”6

Debemos ayudar a consolidar la paz, ya no de papel, sino la real, la del postconflicto. Con una esperanza grande en ese futuro de justicia, paz, equidad, democracia real, nosotros como cristianos estamos llamados a sembrar esperanza, aún allí en me-dio del desierto. La fecundidad llena de creatividad y de amor por nuestra gente nos tiene que impulsar.

Nuestra realidad clama. Lo que ocurre en Buenaventura, por ejem-plo, es muy doloroso. La dignidad humana está siendo atropellada. Y no se trata de una militarización del puerto, sino de un construir tejido social que pueda ser capaz de asumir dinámicas de desarrollo integral. Allí podríamos ayudar con nuestro granito de arena.

En el proceso de regionalización se han visto con claridad fronteras sobre las cuales como conjunto de obras de la Compañía de Jesús de-bemos actuar en nuestro territorio. Es lo que llamamos la Missio Dei, la misión de Dios a la cual nos sentimos llamados a colaborar y que nos exige salir de nuestro campus.

Gracias P. Francisco de Roux,

6 CONGREGACION GENERAL 35 Decreto 3 n. 28.


S.J. por confiar en esta Universidad, gracias padre Vice Gran Canciller por su constante animación y por advertirnos que no podemos acomo-darnos, que estamos en camino, que debemos estar en permanente dis-cernimiento de nuestras fronteras.

Gracias P. Jorge Humberto Pe-láez, S.J., por todo lo que acompañó y trabajó en Javeriana Cali, los frutos hablan bellamente de su gestión. Igualmente, Gracias, P. Joaquín Sánchez, S.J., nuestro querido Joaco, por el apoyo que le brindó a la Seccional estos años. Que el Señor con su Espíritu los siga inspirando.

Gracias a quienes nos han acom-pañado hoy, a los empresarios, a las autoridades públicas, a los colegas del sector educativo, a los amigos y amigas, a mis hermanos jesuitas y a mi querida familia. Sean ustedes testigos de los compromisos que renovamos hoy y diariamente de servicio a la región.

Gracias también por su presencia a los profesores, alumnos, personal administrativo y de servicios, cada uno desde nuestro papel específico, construimos Universidad. Cada uno de nosotros, desde el cumplimiento de nuestras responsabilidades y con nuestra creatividad, generamos comunidad educativa.

Queridos javerianos y javerianas, queridos miembros de la comunidad educativa de la Javeriana Cali, cuen-ten con mi sencillo pero generoso y atento servicio, continuemos la construcción de este sueño que se ha venido levantando en más de 40 años, démosle un renovado impulso.

Los invito pues, como nos reco-mendaba el P. Gerardo Arango, S.J., que construyamos y entreguemos eso que es específico a una univer-sidad de la Compañía de Jesús.

¡Entreguémonos a esa misión!

POSESIÓN DEL VICERRECTOR ACADÉMICO DE LA SEDE CENTRAL

Bogotá, D.C., 6 de mayo de 2014

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Nos encontramos reunidos esta tarde para presenciar la posesión del ingeniero Luis David Prieto Martínez como nuevo Vicerrector Académico de la Sede Central de la Javeriana. La posesión de un nuevo vicerrector, máxime si se trata del Vicerrector Académico, constituye un evento de la mayor importancia institucional.

En efecto, la Comunidad Edu-cativa Javeriana reconoce formal-mente a la persona que, en el nivel general de la Universidad, orientará y dirigirá las acciones y estrategias correspondientes al aseguramiento de la calidad y de la pertinencia de los programas académicos que con-ducen a título en educación superior; a la consolidación y al desarrollo académico del Cuerpo Profesoral, y a los asuntos de la gestión académica de los estudiantes.

Esta tríada de temáticas –pro-gramas académicos, profesores y estudiantes– da cuenta de que las responsabilidades del Vicerrector Académico se ubican en el alma misma de la Universidad, en sus dimensiones sustantivas como ins-titución de educación superior.

En esta posesión, la Comunidad Educativa Javeriana se convierte también en testigo de la promesa que el nuevo Vicerrector hace de atender pronta y eficazmente las funciones que se le confían, de guardar lealtad a la Universidad, de guiarse por los prin-cipios que la inspiran, y de cumplir fielmente los Estatutos y reglamentos.

Participamos, pues, en un acto institucional y solemne de gran sig-nificado y valor para la Universidad. Muchas gracias por su presencia en él.

Permítanme expresar, en nom-bre de la comunidad académica, el


* Bogotá, D.C., 6 de mayo de 2014.


reconocimiento y especial agrade-cimiento al P. Vicente Durán Casas por su compromiso con la calidad académica. Durante seis años estuvo al frente de esta Vicerrectoría, cuyos procesos lideró con inteligencia, ri-gor académico y fino trato. También quiero agradecer a la Dra. Consuelo Uribe su disponibilidad para atender los asuntos de esta Vicerrectoría durante el mes de abril, en un pe-riodo de transición.

El ingeniero Luis David Prieto res-pondió positivamente al llamado que le hizo su Alma Mater. Para él, fue una decisión difícil por los vínculos que había creado en la Universidad Tecnológica de Bolívar. Durante su paso por la Rectoría de esta reco-nocida institución, dio muestras de su firme liderazgo académico y de su capacidad de convocatoria. La comunidad académica y la sociedad cartagenera así lo reconocen y la-mentan profundamente su partida.

Gracias, Luis David, por tu ge-nerosa disponibilidad. Hemos sido testigos de tu carrera académica, la cual empezaste como alumno y luego como Director de la carrera y de la maestría de Ingeniería Electrónica. Has sido evaluado como excelente docente e investigador; tienes una amplia perspectiva internacional; tus resultados como Decano y como Rector dan fe de tus competencias como eficiente gestor. Como Regente de la Universidad tuviste una amplia visión de los procesos universitarios en el contexto más amplio de las orientaciones de la Compañía de Jesús. Y, por encima de todo esto, has sido un javeriano ejemplar que te has identificado con nuestro

proyecto educativo. La comunidad académica te respeta, te quiere y valora tu liderazgo. De ahí el voto de confianza que te pone al frente de la Vicerrectoría Académica.

En la Javeriana, el ejercicio de la autoridad se entiende como un ser-vicio y se ejerce en un enriquecedor trabajo en equipo con el Rector y los Vicerrectores, los Decanos, los Directores de Programa, de Departa-mento, de Instituto, con los profeso-res y estudiantes, y con el personal administrativo. En la Universidad no hay lugar para las agendas indivi-duales; nuestra agenda se construye mediante el consenso en los cuerpos colegiados de gobierno.

Dada la complejidad de las acti-vidades de docencia, investigación y extensión, el Consejo Directivo juzgó conveniente crear tres Vicerrecto-rías para una mejor gestión de los asuntos académicos, que son cada día más exigentes y especializados.

Por eso, Luis David, uno de tus más importantes retos como Vice-rrector será tu atención permanente en la realización de nuestra opción estatutaria del carácter esencial-mente unitario del proceso educa-tivo, construido obviamente a partir de la pluralidad de las actividades que se realizan en la Universidad. (Est. 82). No en vano nuestros Esta-tutos señalan que “los objetivos de la Universidad se logran mediante el ejercicio aunado y orgánico (subrayo los calificativos, aunado y orgánico) de la función específica que corres-ponde a cada miembro en alguna de las actividades básicas de la vida universitaria.” (Est. 32)

47PALABRAS DEL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD

Por vía de ejemplo, espero, Luis David, que, como Vicerrector Acadé-mico, junto con tus pares Vicerrec-tores, se logre la mejor articulación de las directrices relacionadas con el plan de trabajo de los profesores, de manera que no se dé la impresión de tener que responder por tres agendas paralelas; que se asegure que cada una de las tres actividades académi-cas –docencia, investigación y exten-sión– tenga un lugar fundamental en la agenda de cada una de la Faculta-des de la Universidad. Tu profundo conocimiento de la vida académica y tus capacidades de comunicación facilitarán la articulación del trabajo de las tres Vicerrectorías de lo aca-démico, en aquellas temáticas en las deben trabajar juntas.

Otra de las principales responsa-bilidades del Vicerrector Académico será asegurar la coherencia de los currículos con la Misión, la Visión y el Proyecto Educativo de la Uni-versidad. Estas declaraciones de principios y valores no pueden ser retórica vacía, sino que deben inspi-rar nuestras prácticas pedagógicas, de manera que nuestros alumnos vayan asimilando, a lo largo de su formación, el proyecto educativo que les ofrecemos. La coherencia entre la Misión, la Visión y los currículos debe ser monitoreada a través de unos indicadores que nos permitan avanzar continuamente hacia el magis ignaciano.

La reforma del gobierno de las Facultades ha cambiado sustan-cialmente el perfil de los Decanos. Igualmente cambia el perfil de los Directores de pregrado y posgrado y el perfil de los Directores de Depar-

tamento y de Instituto, así como de los Secretarios de Facultad. Como el nombramiento de estos funcionarios depende del Vicerrector Académico, te pido una particular atención en los procesos de selección, de manera que tengan un compromiso muy firme con la formación integral y con la identidad de la Universidad. Y, una vez posesionados, estos Directores y Secretarios deberán ser acompaña-dos en un proceso continuo de forma-ción, para lo cual la Universidad ha diseñado un interesante programa que se ha construido conjuntamente por las Vicerrectorías Académica, del Medio Universitario y Administrativa.

Una de las mayores expectativas de la comunidad académica acerca de la gestión que llevarás a cabo tiene que ver con la eficacia de los procesos que acompaña la Vice-rrectoría Académica. Tenemos que revisar las rutas que seguimos para la aprobación de nuevos programas y para hacer ajustes curriculares, pues somos muy lentos en las res-puestas. Hay que aprender de las mejores prácticas de universidades reconocidas por su calidad y eficien-cia. El represamiento de propuestas genera desánimo y paraliza la crea-tividad de las Unidades académicas. Deberás ser innovador y generador de innovación en términos de nuevos y renovados programas académicos de pre y posgrado, presenciales y virtuales, profesionales, disciplina-res e interdisciplinares. Tienes el conocimiento y la experiencia para lograr en este campo los mejores resultados para la Universidad

Es importante que desde la Vice-rrectoría Académica se fomente el


diálogo de los Comités de Currículo con los egresados. Hay que escuchar las voces de los que están en el ejer-cicio profesional. Sus comentarios, fruto de la experiencia, nos ayudarán a ajustar perfiles y a desarrollar las competencias que exige el entorno. No le tengamos miedo a los ajus-tes curriculares que harán más competitivos a nuestros egresados; no le tengamos miedo a cerrar los Énfasis que perdieron su vigencia, ni a explorar nuevas y novedosas formas educativas apoyadas en las tecnologías de la información y la comunicación.

Igualmente y de acuerdo con la Planeación Universitaria, que en el presente ejercicio culmina en dos años, te corresponderá avanzar con gran celeridad en temas como:

- La búsqueda de una mayor pre-sencia de la filosofía y la teología en el Núcleo de Formación Funda-mental de los currículos de pre-grado, y fortalecer su incidencia en el proceso de formación.

- La formulación de un plan de desarrollo que agrupe de manera integral el desarrollo del cuerpo profesoral y que considere los diferentes aspectos críticos y oportunidades de mejoramiento del mismo.

- La consolidación de las Conseje-rías a Estudiantes y la búsqueda de la mayor reducción posible de la deserción, ese escandaloso problema de nuestro sistema educativo universitario.

El Centro Ático constituye una poderosa herramienta que es única en el contexto universitario. Cierta-

mente, Ático ofrece laboratorios e infraestructura tecnológica que es utilizada por muchos estudiantes; Ático ha ganado premios nacionales e internacionales; y con la Vicerrec-toría de Extensión está avanzando en la oferta de Diplomados virtuales. Quiero invitarte, Luis David, a que, trabajando en equipo, se fortalezca la interacción de Ático con las Fa-cultades y que de allí resulte una transformación de las prácticas pe-dagógicas. Con una herramienta tan poderosa como Ático, deberíamos ser los líderes de la educación virtual en Colombia. Lamentablemente, no lo somos.

Bien conoces el valor y el alto ni-vel académico de nuestra Biblioteca General Alfonso Borrero Cabal y de nuestro sistema de Bibliotecas y Centros de Documentación. Igual-mente, conoces la consolidación significativa alcanzada en nuestra Editorial Pontificia Universidad Ja-veriana con sus indicadores extraor-dinarios de publicación bibliográfica y de apoyo a las publicaciones pe-riódicas. Tendrás en estas unidades una importante plataforma para consolidar y enriquecer cada vez más esos maravillosos ejercicios de conservación y transmisión del saber humano, funciones primigenias de la institución universitaria.

Una unidad que se encuentra ac-tualmente adscrita a tu Vicerrectoría es el CENDEX, de gran reconoci-miento nacional e internacional, por sus investigaciones y consultoría en desarrollo y en salud. Encontrarás allí un proceso avanzado para su transformación en un Instituto de Salud Pública, llamado a confirmar


la presencia de la Universidad en esta temática.

Luis David, es importante que desde la Vicerrectoría Académica se fortalezcan los lazos con la Seccional. Ciertamente, en los últimos años se han producido avances importantes. Menciono algunos de estos logros: las Vicerrectorías Administrativas mantienen una continua comunica-ción y realizan Comités conjuntos. La Oficina Javeriana Colombia es un es-pacio común de oferta de educación continua; en Internacionalización se están dando los primeros pasos. Las Vicerrectorías del Medio Uni-versitario han trabajado los temas de identidad y formación. La revista Pesquisa es un significativo avance en la colaboración entre los grupos de investigación. Desde la Vice-

rrectoría Académica tenemos que remover los obstáculos que impiden la movilidad de nuestros estudian-tes de pregrado y posgrado, y la posibilidad de compartir cursos. Es doloroso reconocer que es más fácil entenderse con otras Universidades que entre las Sedes hermanas.

Luis David, los puntos sobre los cuales he hablado no agotan la agen-da del nuevo Vicerrector Académico. Como se diría en la gastronomía italiana, son apenas el antipasto y el primo piatto; el resto del menú lo irás descubriendo. Las expectativas son muy grandes. Cuentas con el respeto, el afecto y el apoyo de todos nosotros. Te deseamos sinceramen-te lo mejor en el camino que ahora empiezas a recorrer.

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Luis David Prieto Martínez*

Este acto académico, de profunda significación institucional y per-sonal, es propicio para retomar el proceso de diálogo con la comunidad educativa Javeriana a la cual he servido de tiempo atrás, y siempre serviré. Permítanme, entonces, iniciar con una primera reflexión que surge del profundo proceso de discernimiento que he desarrollado recientemente y que me ha llevado a tomar la decisión de regresar a mi alma mater … a mi mater nutrice. Lo hago en el marco de la hones-tidad, la justicia y el respeto, tres elementos que considero de esencial importancia en la tarea permanente de construir la interioridad del ser humano y la fortaleza institucional.

En los últimos 15 meses tuve la oportunidad de servir como Rector de una institución a la cual aprendí

a sentir como propia y a la que me entregué en cuerpo y alma bajo la plena y genuina convicción de que el desarrollo del país se construye también desde lo regional. Cualquier cálculo que hubiera hecho sobre los resultados personales y profesiona-les a obtener en tan corto tiempo fueron ampliamente sobrepasados y por tanto, el proceso de desapego que significa mi presencia hoy frente a ustedes,, ha marcado de manera particular mi vida y ha sido fuente de una experiencia que ha tocado lo más hondo de mi existencia. Quedan tejidos lazos de profundo aprecio y cariño con los miembros de la comunidad educativa de la Universidad Tecnológica de Bolívar, con las autoridades y el tejido em-presarial de la noble e ínclita ciudad de Cartagena y en general con una región que me robó el corazón, por la sencillez, la calidez en el trato y la calidad humana de sus afortunados

PALABRAS DEL VICERRECTOR ACADÉMICO

* Bogotá, D.C., 6 de mayo de 2014.


habitantes. Es mi compromiso que la historia de las dos universidades en las cuales he servido se entrelace como un ejemplo claro de mutuo aprendizaje y de cómo construir unidad nacional desde la educación superior, aumentando su influjo en una clase media en ascenso que es el semillero para ganar en democracia y ciudadanía. Doy sentido a esta grata experiencia a través de un impor-tante aforismo de la espiritualidad ignaciana: non multa sed multum, no importa la cantidad sino la calidad.

Con este mismo espíritu y con decidido entusiasmo, asumo hoy las funciones que los estatutos y regla-mentos establecen para el Vicerrector Académico de la Pontificia Universi-dad Javeriana en su Sede Central. Expreso mi vivo agradecimiento, al Padre Francisco de Roux, S.J. Vice-Gran Canciller de la Universidad y Prepósito Provincial de los Jesuitas en Colombia, al Padre Rector Jorge Humberto Peláez, S.J., a los miem-bros del Consejo de Regentes y el Consejo Directivo Universitario, así como a los profesores, estudiantes, egresados y empleados administra-tivos de la Comunidad educativa de nuestra querida Universidad, por el voto de confianza que se ha reflejado en esta honrosa designación. A mi familia le manifiesto mi infinita gra-titud: a mis padres y mis hermanos que me han prodigado el amor, el cuidado y las enseñanzas propias de un hogar firmemente católico; a mi esposa y mi hija cuyo amor infinito, cariño irrestricto y sobre todo com-prensión permanente han sido una inspiración para dar siempre lo mejor de mí. Y sobre todo, mi agradecimien-to a Dios de quien proviene todo Don,

así como la Gracia, el Discernimiento y la Fortaleza que abren maravillosas posibilidades a todo ser humano.

Asumo esta opción de servicio con la convicción de aunar mis es-fuerzos y mi vigor a una de las obras más importantes de la Compañía de Jesús y a una Institución de Educación Superior que ha tenido un gran impacto en el país y de la cual se esperan contribuciones efectivas para la construcción de la paz, con justicia y equidad. Lo hago igualmente motivado por el espíritu de Colaboración en la Misión que se encuentra reflejado en el D6 de la CG35 (n30), que expresa el sentido y la forma como los Laicos nos unimos al servicio de las diferentes obras de la compañía de Jesús:

“Para responder hoy a las acu-ciantes necesidades de nuestro complejo y frágil mundo, necesi-tamos sin duda muchas manos. La colaboración en la misión es nuestra respuesta a esta situa-ción: expresa nuestra verdadera identidad como miembros de la Iglesia, la complementariedad de nuestras diversas vocaciones a la santidad, nuestra mutua respon-sabilidad por la misión de Cristo, nuestro deseo de unirnos a las personas de buena voluntad en el servicio de la familia humana y la llegada del Reino de Dios. La colaboración es una gracia que se nos regala en este momento, en perfecta coherencia con nuestro modo jesuita de proceder” (CG 35, D.6, n.30).

Al sumarme entonces a esta obra, quiero ratificar mi fidelidad con los

53PALABRAS DEL VICERRECTOR ACADÉMICO

principios educativos y las orienta-ciones de la Compañía de Jesús, así como con las disposiciones del pro-yecto educativo, del derecho interno de la Pontificia Universidad Javeria-na y todas aquellas que definen su Ser y Naturaleza. Todos ellos son el fundamento de la planeación uni-versitaria que nos sirve de carta de navegación, determinando el rumbo y la distancia que debemos recorrer, por supuesto recordando, las pala-bras del P. Rector en su discurso de posesión: “somos herederos de una hermosa tradición, pero no podemos vivir de las glorias pasadas. Tenemos que reinventarnos cada día”.

Junto con este llamado, el P. Peláez ha reiterado su compromiso con el fortalecimiento de la Identidad y la autonomía universitaria; con el aseguramiento de la calidad, con la implementación de la Reforma Esta-tutaria y la formación permanente de los profesores y cuadros directivos; y finalmente, con la construcción de la nueva institucionalidad que será la gran agenda en el postconflicto.

En este orden de ideas quiero señalar cómo desde la Vicerrectoría Académica a través de un proceso basado en cuatro pilares asumimos el sentido de estos llamados a la acción y apoyaremos de manera decidida su transformación en re-sultados concretos.

En primer lugar, quiero expresar mi convicción en desarrollar un proceso que mantenga una clara vocación de CONSTRUIR SOBRE LAS FORTALEZAS ALCANZADAS a lo largo de casi 400 años de historia y en la que tantos hombres y mujeres han consagrado lo mejor de sí, tanto

en el desarrollo de las funciones mi-sionales de docencia, investigación y servicio, como de las actividades académicas, administrativas y del medio universitario. En honor a lo apenas mencionado, quiero hacer un especial reconocimiento a mi an-tecesor, el P. Vicente Durán Casas, S.J., por la labor cumplida durante los últimos seis años durante los cuales se dio un impulso significativo a la actividad académica, dejando trazado un importante camino, con múltiples retos y grandes oportuni-dades que debemos atender con el firme propósito y férrea voluntad de continuar transitando por la senda de la excelencia en nuestro mandato misional.

De manera particular y consi-derando el momento histórico de transición que la Universidad vive con la implementación de la re-forma estatutaria, con las nuevas directrices de planes de trabajo y las orientaciones de composición de la planta profesoral, considero de esencial importancia que el pro-ceso de construir sobre las fortale-zas tenga su base fundamental en sabernos reconocer y aunar como comunidad educativa, favoreciendo la edificación permanente del me-dio universitario, y haciendo vivo y genuino el concepto de ética del mutuo cuidado que debe siempre acompañar nuestro actuar.

Esto significa para la Vicerrecto-ría Académica el mantener un ritmo sostenido de trabajo y ratificar el compromiso de enmarcar nuestras actividades como equipo humano en una completa vocación de servicio, centrada en el valor de la persona,


y en la permanente participación y dialogo con directivos, profesores y estudiantes, bajo la convicción de ser unidades de apoyo que con su trabajo favorecen el cumplimiento de los objetivos que reglamentariamen-te han sido asignados a las unida-des académicas. La presencia de la Dirección de Asuntos estudiantiles y de la Dirección de asuntos profeso-rales en la Vicerrectoría Académica, constituye un llamado a estos dos estamentos de nuestra comunidad educativa para que trabajemos con-juntamente en una mirada integral de atención, procesos y servicios. Nosotros nos debemos a nuestros profesores y este es por tanto, un llamado a la acción, al trabajo en equipo que nos permita hacer vivas las palabras del P. Gerardo Remo-lina, S.J.: “la Universidad debe ser toda ella educadora, debe ser Maes-tra!”. Así mismo, como profesores nos debemos a los estudiantes de quienes esperamos sean siempre mejores que sus predecesores; que aprendan no solo a reclamar los de-rechos sino a imponerse los deberes; a no vivir solamente mirando dónde no se ejercitan los derechos, sino a no cejar en la promoción de los de-beres ciudadanos. Es de mi mayor interés el mantener una relación franca, directa y de confianza con profesores y estudiantes, basada en un dialogo continuo que tendremos la oportunidad de iniciar prontamen-te con los miembros de los consejos de facultad.

En segundo lugar, quiero mani-festar mi plena convicción de que la actividad vital de la universidad es un proceso unitario que integra las áreas académica, del medio uni-

versitario y administrativa, siendo la docencia, la investigación y la extensión actividades propias de lo académico. En virtud de lo an-terior, se hace necesario el poder redoblar esfuerzos para alcanzar una mayor y mejor ARTICULACIÓN entre las vicerrectorías a cuyo car-go se encuentran las áreas antes mencionadas evitando, entre otros aspectos, que las Facultades se vean desbordadas por la multiplicidad de requerimientos que las diferentes unidades de gestión podamos for-mularles. En espejo a lo anterior, es indispensable que dentro de los protagonistas de la actividad académica, haya una plena con-vicción de que la administración es igualmente una corresponsabilidad de todos. Apelo al reconocimiento de la profunda riqueza que para la Universidad representan sus Facul-tades e Institutos, lo cual implica siempre esfuerzos de articulación y de armonización, no de homogenei-zación, que basados en criterios de equidad e interdisciplinariedad nos permitan mantener el influjo positivo que nuestros estatutos establecen como parte de los objetivos primarios de la Universidad.

El tercero de los cuatro pilares

hace referencia a los puntos de an-claje indispensables para mantener la condición de “bien social” de la Universidad, frente a los múltiples retos y oportunidades que se con-figuran tanto en los ámbitos regio-nal, nacional e internacional, cuya enumeración rompería la lógica de cualquier trabajo académico. Den-tro de ellos me permito destacar los siguientes puntos que permiten FOCALIZAR esfuerzos y miradas

55PALABRAS DEL VICERRECTOR ACADÉMICO

desde la actual configuración de la Vicerrectoría Académica:

- De una parte, debemos insistir en el aseguramiento de la calidad, que implica la formalización de una intencionalidad de mayor aliento como es el desarrollo institucional centrado en calidad, en donde la autoevaluación y sobre todo la autorregulación no sean actividades discontinuas, sino actitudes permanentes que garanticen los rasgos de calidad en programas y procesos ins-titucionales. Es indispensable por tanto, que el reconocimiento nacional e internacional de tales rasgos a través de la acreditación de todos los programas acredita-bles, tanto en pregrado como en posgrado, y la futura renovación de la acreditación institucional, sean consecuencias alcanzables y no fines aislados que promue-van la dispersión de esfuerzos y recursos.

- Por otra parte, debemos procu-rar el fortalecimiento de la oferta académica, tanto en el dominio virtual como en el presencial, no solo garantizando pertinencia y relevancia sobre necesidades actuales o programas existen-tes, sino también anticipando aquellas que en un trabajo man-comunado con el sector externo puedan vislumbrase como opor-tunidades de incidencia formativa para la Universidad. Me asiste la certeza de que la nueva oferta será una oportunidad de trabajo colaborativo entre múltiples de-partamentos y en donde nuestro Centro Ático brillará como una

punta de lanza en materia de su apoyo a procesos pedagógicos polimodales. Este fortalecimiento requiere igualmente de un acom-pañamiento intencional en la for-ma como implementamos nuestro proyecto educativo y nuestro modelo pedagógico, motivando de esta forma la configuración de un esfuerzo institucional por un centro de enseñanza-aprendizaje y evaluación.

- No menos importante es el proceso de modernización en la gestión de procesos académicos, que permi-tirá la construcción de los túneles y viaductos académicos a los que el P. Rector hizo referencia en su discurso de posesión. Tal proceso deberá concretarse en un sano equilibrio entre la gestión que adelantan las oficinas del gobierno general y la labor de las Faculta-des, de tal forma que se asegure el acompañamiento que requieren y se logre su mayor empoderamien-to como unidades responsables de la actividad académica.

Finalmente debo referirme al cuarto pilar. Se trata de VIGORIZAR LA CAPACIDAD DE INCIDENCIA DE LA UNIVERSIDAD EN SU ENTORNO desde lo que le es propio. En este sentido debo expresar mi plena convicción en que tal incidencia se construye esencialmente en un trabajo mano a mano con nuestros egresados. Son ellos el cordón um-bilical que une a la universidad con su entorno, ellos son el conducto nutriente por el que le llega a la universidad la savia de la vida, la percepción de las necesidades, la obligación de superación, el ánimo


de servicio. Y son ellos también, en gran parte, los que crean el ambien-te en el cual puede desarrollarse e incidir la universidad. Para poder hacer de ella un centro del cono-cimiento, un faro del desarrollo y un templo de la verdad, se necesita que la región que la alberga sea simultáneamente- impulsadora y receptora: impulsadora de nuevos y mejores nodos de conocimiento, y receptora de los productos que ella entrega. Tengo la certeza de que a través de la decidida voluntad de apoyo a su alma mater lograremos con nuestros egresados configurar y anticipar una oferta académica que responda plenamente a los retos y oportunidades que nos corresponde asumir en nuestra indeclinable vo-luntad de “servir a la comunidad hu-mana, en especial a la colombiana, procurando la instauración de una sociedad más civilizada, más culta y más justa, inspirada por los valores que proclama el Evangelio”, tal como lo señalan nuestros estatutos.

Quiero concluir mi intervención recordando que las principales uni-versidades del mundo, fueron en sus inicios y durante muchos años, universidades locales o regionales. Se necesitaron varios siglos y mu-chas generaciones, para que ellas se volvieran nacionales o globales. El renombre que ganaron Oxford o Cambridge, Paris o Salamanca se debió al esfuerzo continuo de mu-chos años y miles de personas. Si hoy figuran en los primeros lugares de los polémicos rankings mundiales es porque se desvelaron profesores y estudiantes, porque se mejoraron cada día y porque sus alumnos al pasar al trabajo no abandonaron la universidad. Es por esto que hago un llamado directo, franco y claro al mayor tesoro de nuestra Univer-sidad, que lo constituye el pleno de sus estudiantes, profesores, emplea-dos administrativos y egresados, para que reunidos como comunidad educativa, asumamos la tarea de lo más, de lo mayor, de lo mejor, como impulso de nuestra trascendencia.

POSESIÓN DE LA VICERRECTORA ADMINISTRATIVADE LA SEDE CENTRAL

Bogotá, D.C., 1° de julio de 2014

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En este día la comunidad javeriana se reúne por un motivo que tiene la mayor importancia, como es la posesión de la Dra. Catalina Martí-nez de Rozo como Vicerrectora Ad-ministrativa. Sucede en el cargo al Ingeniero Roberto Enrique Montoya Villa quien, durante nueve años, desempeñó este cargo con gran profesionalismo. Próximamente, la Universidad le rendirá un homenaje al Ingeniero Montoya para agrade-cerle su excelente gestión.

Hoy quisiera destacar dos im-portantes avances logrados en la Vicerrectoría administrativa en los pasados nueve años:

Se recuperó el valor de la confian-za, perdida interna y externamente por los hechos que antecedieron a su posesión como Vicerrector y que

obviamente no vale la pena recordar aquí. Confianza que se convierte hoy por hoy en valor ineludible e impres-cindible en nuestra Universidad.

Es destacable también la institu-cionalización lograda de los comple-jos procesos que son responsabilidad de la Vicerrectoría Administrativa. A partir de su identificación y cui-dadosa organización pasamos de un modelo de gestión fuertemente influenciado por los funcionarios que estaban al frente de las diversas de-pendencias de la Universidad, a unos procesos con unas responsabilida-des y unos momentos claramente definidos, donde los protagonistas no son ahora los individuos sino los equipos de trabajo cuidadosamente seleccionados. ¡Gracias, Roberto, por la excelente tarea que cumpliste!

Catalina Martínez de Rozo llega a esta alta posición después de re-


* Bogotá, D.C., 1° de julio de 2014.



correr un camino profesional que le ha permitido desarrollar las compe-tencias necesarias para asumir las delicadas responsabilidades que la Universidad le confía. Resalto en su vida profesional su muy valiosa y destacada experiencia en el sector financiero, así como en empresas de servicios de gestión documental y en la gerencia de una destacada institu-ción de educación básica en Bogotá.

Igualmente importante ha sido su experiencia previa en la Javeriana: directora en su momento de una uni-dad que integraba la Carrera y el De-partamento de Ingeniería Industrial, y más recientemente su reconocido paso por la Dirección Financiera y la asesoría al Vicerrector Administrativo, que confirman su afecto por la Univer-sidad y su comprobado compromiso con la generación de condiciones para el mejor desarrollo de nuestra misión y proyecto educativo Javeriano.

Su nombramiento como Vicerrec-tora Administrativa ha tenido una gran aceptación en la comunidad universitaria, pues Catalina ha sa-bido ganarse el respeto y el aprecio de todos nosotros.

La hoja de ruta está trazada por las funciones que le asignan los reglamentos de la Universidad, las orientaciones del Consejo de Re-gentes, las políticas definidas por el Consejo Directivo Universitario y las metas de la Planeación Institucional.

No pretendo recapitular la rique-za de esas pautas y orientaciones. Solamente quiero llamar la atención sobre algunos aspectos de particular importancia.

La sostenibilidad de la Universi-dad debe ser una preocupación cons-tante de todos los directivos. Dentro de esta responsabilidad colectiva, la Vicerrectora Administrativa es protagonista central en el mejora-miento continuo de los ingresos operacionales y no-operacionales, las inversiones y la permanente racionalización de los gastos. Per-mítanme ser muy claro en el tema: Este enorme esfuerzo por garantizar la sostenibilidad de la Universidad no es, ni puede ser, un fin en sí mismo, sino un medio para asegurar la calidad humana y académica de nuestro servicio educativo.

La Universidad necesita ingentes recursos que le permitan generar las mejores condiciones para nues-tros profesores, para continuar su proceso formativo y para vincular a nuevos profesores con las más altas credenciales académicas, de tal ma-nera que nuestro cuerpo profesoral logre destacarse por su excelencia para el mayor y mejor desarrollo de nuestro Proyecto Educativo.

La Universidad está comprometi-da con el mejoramiento permanente del talento humano y de su gestión; esta es la expresión organizacional de nuestro compromiso con la for-mación integral de la comunidad educativa y con el magis expresados en nuestros documentos institu-cionales. Esto se traducirá en unos cuidadosos procesos de selección, en unos estimulantes mecanismos de compensación salarial, lo que contribuirá al mejoramiento del clima organizacional con las conse-cuencias positivas para la marcha de la Universidad.


Desde hace muchos años la Javeriana está haciendo esfuerzos para atraer a excelentes jóvenes de escasos recursos económicos. Esto exige ejecutar un amplio abanico de acciones para poder otorgar becas con recursos propios y de donan-tes, y diseñar unos mecanismos de financiación que respondan a las necesidades particulares de los estu-diantes. Esta operación de apoyo se ha vuelto extremadamente compleja, pero la Universidad la asume con gusto porque esto nos hace cada día más incluyentes, favorece la retención estudiantil y da un claro mensaje de responsabilidad social.

En el Plan Maestro de Desarrollo de la Planta Física de la Univer-sidad están previstas cuantiosas inversiones, y para su desarrollo se cuenta ya con la aprobación de las autoridades distritales. Igual-mente, la Universidad ha definido un ambicioso Plan de Desarrollo de Tecnologías, en el componente de gestión, especialmente con la consolidación de los sistemas de información administrativa y de las demás herramientas que apoyan el análisis institucional.

Estos son solamente algunos ejemplos de las importantes inver-siones que la Universidad debe hacer para seguir avanzando por el camino de la excelencia, de la vinculación de una cualificada planta de profesores y de empleados administrativos y de fortalecimiento de la identidad de la Javeriana como institución educativa de la Compañía de Jesús.

Catalina, en esta solemne reunión con motivo de tu posesión quiero

poner de relieve el profundo acento humano y ético que debemos dar a nuestra gestión:

• Que la búsqueda de resultados positivos al presentar los Estados Financieros no nos distraiga de los grandes propósitos que hemos definido en el texto de la MISIÓN, y que son la razón de ser de esta po-derosa estructura organizacional.

• Que la cura personalis sea huella inconfundible en las relaciones que establecemos con todos los miembros de nuestra comuni-dad y, en general, con nuestros stakeholders.

• Que los procesos de evaluación sean absolutamente transparen-tes evitando cualquier aprecia-ción subjetiva.

• Que seamos capaces de cerrar los ciclos laborales –sea por jubilación o por renuncia o por no-renovación de contrato– con amabilidad y delicadeza. Te-nemos que saber armonizar la claridad jurídica de nuestras comunicaciones con expresiones que sean coherentes con nuestros valores.

• Que cuando tengamos que decir NO a algún proyecto o iniciativa, sepamos hacerlo con una firmeza razonable y amable, de manera que el proponente no se sienta maltratado ni descalificado.

• Que logremos una impecable ges-tión de contratistas empresariales y naturales que genere el mejor balance entre la más alta calidad


del servicio prestado, el producto recibido y el respeto.

• Que logremos ubicar al “be-neficiario de nuestra acción” como el centro de gestión de la Vicerrectoría, especialmente en los servicios universitarios y en nuestras infraestructuras físicas y tecnológicas.

Apreciada Catalina: Recibe mi reconocimiento por la amplia postu-lación que la comunidad educativa realizó de tu nombre para ocupar el cargo que ahora se te encomien-da y por la positiva valoración que realizó de tu persona el Consejo de Regentes y el Vice Gran Canciller de la Universidad. Te felicito por esta extraordinaria oportunidad que tienes de prestarle un muy valioso servicio a tu Alma Mater, en

uno de los cargos de liderazgo más significativos en ella como es la de Vicerrectora. Te deseo lo mejor en tu gestión y los mayores logros. Cuenta con mi acompañamiento personal y con mi apoyo. Te pido que en todas las responsabilidades que asumirás y en todos los desafíos que deberás afrontar, tengas siempre presente, primero, que en la Javeriana la autoridad tiene un carácter de ser-vicio, que se ejerce con un profundo respeto por la persona humana, con compresión y estima por cada uno de los miembros de la comunidad educativa (Est. 55), y segundo, que todas nuestras acciones se orientan a servir con efectividad a la comu-nidad humana, en pos de una so-ciedad más civilizada, más culta y más justa, inspirada por los valores que proclama el evangelio (Est. 6).

63

Catalina Martínez de Rozo*

Gracias a todos ustedes por acom-pañarme en este acto, en el cual asumo un nuevo compromiso con la Universidad, al tomar posesión del cargo de Vicerrectora Adminis-trativa. Durante los últimos ocho años tuve la oportunidad de des-empeñarme, primero como Direc-tora Financiera, y posteriormente como Asesora de la Vicerrectoría Administrativa. En ambos cargos tuve el privilegio de trabajar bajo la dirección de Roberto E. Montoya, una persona maravillosa y un jefe ejemplar. Quiero agradecerle a él por todo lo que me enseñó, por todas las labores y procesos que emprendió y por los logros cosechados, los cuales nos permiten seguir adelante en la tarea de edificar la Vicerrectoría Administrativa. El reto para mi es

darle continuidad a estos procesos, lograr mejoras donde se requiera e iniciar otros que sean necesarios, con el fin de asegurar un trabajo ad-ministrativo responsable y eficiente.

Quiero expresar mi gratitud al Padre Francisco de Roux, Vice Gran Canciller de la Universidad, al Con-sejo de Regentes y al Rector, Padre Jorge Humberto Peláez Piedrahita, por su voto de confianza al conside-rarme para el cargo de Vicerrectora Administrativa. Me siento muy hon-rada. Recibo con mucha alegría este nombramiento y, al mismo tiempo, con plena conciencia del desafío inmenso que implica asumir estas funciones. Me anima la experiencia que he adquirido con el equipo de trabajo de la Vicerrectoría Adminis-trativa, con sus directores, porque juntos hemos logrado éxitos y supe-rado obstáculos que han fortalecido y enriquecido nuestra labor. Gracias

PALABRAS DE LA VICERRECTORA ADMINISTRATIVA

* Bogotá, D.C., 1° de julio de 2014.


a todos ellos por su trabajo serio y comprometido.

Mi gratitud también se extiende al Padre Gerardo Remolina y el Padre Joaquín Sánchez, los dos rectores anteriores, porque en su momento, aceptaron que yo hiciera parte del equipo de la Vicerrectoría Adminis-trativa.

Quisiera ahora compartir con ustedes algunos de los principios y presupuestos que guiarán mi ges-tión, así como algunas reflexiones sobre temas que creo que debemos abordar en diferentes áreas de las que se encarga la Vicerrectoría Administrativa, como son gestión humana, asuntos económicos, ser-vicios a la comunidad universitaria, tecnología e información, recursos físicos y tecnológicos.

Una de las grandes lecciones que aprendí de Roberto, es su visión de la función administrativa. La considero pertinente porque propone combinar nuestros anhelos, ideales y sueños con lo que es posible en la práctica, a la luz de los recursos económicos y financieros disponibles. En este contexto, la Vicerrectoría Adminis-trativa es un ente de servicio para las actividades académicas, las acti-vidades del medio universitario, así como también para las actividades administrativas a cargo de las demás unidades y dependencias.

Pero el papel de la Vicerrectoría va más allá de encontrar el balance entre lo deseado y lo posible. Como lo señaló el premio nobel de economía James Tobin en 1974, los adminis-tradores de las universidades deben

manejar los recursos de tal forma que promuevan la preservación del patrimonio de las generaciones futuras.

Así pues la búsqueda del balan-ce entre sueños y posibilidades, y la preservación del patrimonio son dos principios que siempre deben orientar el rol de la Vicerrectoría Administrativa.

En el área de Gestión Humana es fundamental garantizar para todas aquellas personas vinculadas a la Javeriana óptimas condiciones laborales. Para lograrlo aún existen numerosos desafíos como son la con-solidación del sistema de compen-sación de profesores y del personal administrativo, y la sostenibilidad de salarios competitivos. En este contexto no basta con tener un clima organizacional amable y positivo; también es necesario fortalecer una cultura organizacional que reconoz-ca el valor intrínseco del ser humano, tal como está planteado con acierto en el Proyecto Educativo de la Ja-veriana; una cultura organizacional acorde con los principios de servicio, justicia, pluralismo ideológico, vida en sociedad, respeto al ser humano; en una palabra, el humanismo que es el pilar de la identidad Javeriana. Promoviendo estos valores, forta-lecemos el sentido de pertenencia, consolidamos el trabajo en equipo, y fomentamos la solidaridad en la Javeriana.

Dentro de las áreas de trabajo de la Vicerrectoría Administrativa los asuntos económicos son extre-madamente importantes. Por tanto, para asegurar la base económica que

65PALABRAS DE LA VICERRECTORA ADMINISTRATIVA

soporte las actividades y operaciones de la vida universitaria, es crucial administrar y obtener los recursos co-rrespondientes bajo los términos más favorables posibles. A esto le seguire-mos apostando desde la Vicerrectoría, con el fin de mantener la generación de excedentes operacionales. De esta forma, no solo podemos contribuir a realizar los sueños e ideales trazados, sino que también preservamos el patrimonio de la Universidad.

Ahora bien, todo esto es posible si se garantiza la mayor transpa-rencia en el manejo de los recursos económicos. Por eso mismo, es crucial consolidar los mecanismos de control institucional que velan por la transparencia financiera, asegurando la sostenibilidad de la Universidad en el tiempo. Sin em-bargo, el Buen Gobierno no depende únicamente de la efectividad de estos mecanismos, sino que compete a todas las personas vinculadas a la Universidad. En ese sentido, enrai-zar los ideales de buen gobierno en la labor de todos los miembros de la comunidad educativa javeriana, es indispensable para asegurar la transparencia, eficiencia y eficacia de la función administrativa. Por eso queremos que tenga plena vigencia el Código de Buen Gobierno en la cotidianidad de la vida universitaria.

Sin ser un asunto directamente a cargo de la Vicerrectoría Adminis-trativa, quisiera hacer una anotación breve sobre la deserción escolar, la cual es motivo de preocupación, porque implica una inversión de recursos ineficiente, porque significa que potenciales profesionales se des-vinculan del sistema educativo y de

la posibilidad de una mejor calidad de vida, asociada a los beneficios económicos y sociales que vienen con la educación superior. La deserción escolar y otros temas problemáticos han llevado a la Javeriana a imple-mentar sistemas de información integrados, para generar indicado-res que permitan tomar decisiones acertadas y oportunas, que deriven en soluciones a situaciones como la deserción estudiantil. En el área de tecnología daremos continuidad a estos procesos de tal forma que los directivos puedan identificar y ges-tionar sus actividades con informa-ción analítica, objetiva y de calidad.

En el área de infraestructura, trabajaremos para asegurar la via-bilidad financiera y logística que re-quiere la ejecución del Plan Maestro de Planta Física, con la construcción de nuevos edificios, aunado a un mantenimiento y cuidado de nuestro campus universitario.

De igual manera, en una época en que la globalización impone cambios acelerados en campos tan diversos como los mercados, la cultura, el medio ambiente, la tecnología y la política, es imperioso innovar y sa-ber gestionar los cambios que sean necesarios para adaptarse a nuevas necesidades. En este sentido, es pertinente contemplar la dimensión ambiental y tecnológica en los desa-rrollos que emprendamos. Debemos tener presente que la infraestruc-tura e innovación tecnológica de la javeriana son un recurso para profundizar en la expansión regional de la educación superior, a través de la virtualización y la educación a distancia.


En cuanto a los Servicios Univer-sitarios, es posible impulsar mejoras en los Servicios de Alimentación, la Tienda Javeriana, Compras, correspondencia, parqueaderos, que hoy en día son bien distintos de los que conocí en mis años de estudiante y profesora, que ahora parecen tan lejanos. Pero también procuraremos estudiar la viabilidad de nuevos proyectos para apoyar y continuar su evolución. La perma-nente participación en las entida-des vinculadas a la Universidad, el Hospital Universitario San Ignacio, Javesalud, Javegraf, la emisora Javeriana y Javeturismo, seguirá siendo un derrotero en la gestión de la Vicerrectoría, asegurando si-nergias, servicios y su viabilidad y sostenibilidad.

Finalmente, quiero dar gracias a Dios por bendecirme con una familia

hermosa y por las múltiples opor-tunidades de realización personal y profesional que me ha concedido. Soy increíblemente afortunada. Gra-cias a mis hijos Andrés y Juan Pablo, y a mis nueras Natalia y Mariana, por todo su apoyo, cariño y estímulo. Gracias a mi nieta, Valentina, por toda la felicidad y amor que ha traído a mi familia, y en especial gracias a mi Lalo, mi esposo Eduardo, por su afecto incondicional, y por acompa-ñarme y creer siempre en mí. Sin su apoyo y compañía no habría llegado a ser lo que soy.

Son muchísimos los retos que tenemos por delante, pero como lo expresó el Premio Nobel de la Paz, Nelson Mandela, “Las cosas siempre parecen imposibles, hasta que se realizan”.

OTROS DISCURSOS DEL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD

69

Nos encontramos reunidos en este recinto para asistir a lo que, en len-guaje castrense, sería una ceremonia de trasmisión del mando en tres Fa-cultades de la Universidad: Ciencias Jurídicas, Psicología, Ciencias Polí-ticas y Relaciones Internacionales.

Ante todo, expreso el profundo agradecimiento de la comunidad universitaria por el trabajo realizado por el Dr. Carlos Ignacio Jaramillo y el Ingeniero Carlos Julio Cuartas, en la Facultad de Ciencias Jurídicas; por las doctoras Blanca Patricia Balleste-ros y Mónica Betancur, en la Facultad de Psicología; y por el P. Edwin Murillo, quien deja de ser Decano Académico para convertirse en Decano único de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.

En sus años de servicio como De-canos de las Facultades de Psicología y Ciencias Jurídicas, han sido los líderes de los procesos de docencia, investigación y extensión de sus Facultades; han acompañado a los profesores, estudiantes y personal administrativo en su crecimiento personal y profesional; han sido protagonistas muy importantes en la construcción de la Planeación y en los debates universitarios sobre temas de la mayor importancia; han sido leales con los principios de la Universidad. Pueden sentirse satisfe-chos por la labor realizada. Entregan sus Facultades con altos niveles de calidad y reconocimiento social.

A su turno, en los pocos meses al frente de la decanatura académica, el Padre Murillo logró demostrar su liderazgo y desatar importantes procesos académicos que tendrán

POSESIÓN DE DECANOS DE FACULTAD DE LA SEDE CENTRALDE CIENCIAS JURÍDICAS, DE PSICOLOGÍA,

Y DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES

* Palabras del Rector de la Universidad, Bogotá, D.C., 14 de marzo de 2014.



honda significación en la Facultad. De allí el reconocimiento unánime que realizaron los miembros del Consejo de Facultad y del Consejo Directivo Universitario para solici-tarle al Rector su nombramiento como decano de facultad.

Tradicionalmente, las tomas de posesión de los Decanos han tenido como testigos a los respectivos Con-sejos de Facultad. En esta ocasión, hemos querido dar un mayor realce a este acto académico, en razón del momento que vive la Universidad por el profundo cambio que se ha producido en el gobierno de las Facultades.

Han desaparecido las figuras tradicionales de los dos Decanos, Académico y del Medio Universitario, para crear una nueva figura, la del Decano único de Facultad, el cual tiene un perfil diferente.

No se trata de que una persona haga el trabajo que antes hacían dos. La reforma estatutaria no es una mera simplificación del gobier-no de las Facultades mediante la concentración y yuxtaposición de las funciones establecidas para el Decano Académico y para el Decano del Medio Universitario, en la figura de un Decano de Facultad.

Lo que se busca es que el nuevo Decano tenga el horizonte de la formación integral y se preocupe de promoverla con acciones y procesos concretos y verificables. En este nue-vo tipo de gestión, los Directores de Carrera, los Consejeros Académicos y los profesores asumen responsa-bilidades que quizás habían estado

asignadas, por la inercia de la vida diaria, a un cargo específico de la Facultad, como lo era el Decano del Medio Universitario. Todos son corresponsables de la formación in-tegral; todos ellos deben ser actores del acompañamiento personal, que es un elemento central de la tradición educativa de los jesuitas.

¿Qué espera la comunidad uni-versitaria de sus nuevos Decanos?

Deseo proponerles algunos pun-tos que considero de la mayor im-portancia en la dirección estratégica de la Universidad, reconociendo, obviamente, que existen muchos otros, y sobre los cuales deberemos también trabajar en profundidad

• Espera un compromiso muy se-rio con la implementación de la reforma estatutaria. Ello no será posible sin un cuidadoso plan de formación de profesores y directi-vos, que complemente, además de lo específicamente disciplinar, la formación en pedagogía y el uso de las TIC, la apropiación de los postulados de nuestro proyecto educativo. En este momento de su historia, la Javeriana le está apostando, con particular insis-tencia, al fortalecimiento de su identidad.

• Se espera que los nuevos Decanos consoliden el diálogo de su comu-nidad académica con los diversos actores sociales (sector público y político, rama jurisdiccional, organizaciones sociales, sector productivo), y, como consecuen-cia de esta interrelación, revisen permanentemente los perfiles de los profesionales que queremos

71POSESIÓN DE DECANOS

formar, y se exploren las ofertas de posgrado que nuestro país requiere, bien para ajustar nues-tras especializaciones, maestrías y doctorados o bien para propo-ner con dinámica nuevos pos-grados. Los rápidos procesos de transformación social que vive el país, por su dinámica interna –al portas del posconflicto– y por su inserción en un mundo globaliza-do, piden un monitoreo continuo para que no se produzca una bre-cha entre nuestra oferta educativa y el entorno que cambia.

• Se espera que los nuevos Decanos trabajen muy de cerca con la Vi-cerrectoría de Investigación y con los Directores de Departamento para que los grupos de investi-gación estén en consonancia con las necesidades del desarrollo científico, tecnológico y social del país, y estén muy articulados con las Maestrías y Doctorados.

• Se espera que los nuevos Decanos saquen a sus Facultades de las aulas de clase y de los laborato-rios para participar en los debates donde se traza la ruta del país. La sociedad espera que la voz de la Javeriana resuene con vigor y contundencia en los medios de comunicación, en las reuniones gremiales y en los escenarios don-de se deciden las políticas públicas.

• Se espera que los nuevos Deca-nos motiven a sus profesores y estudiantes para que participen activamente en la construcción de la nueva institucionalidad que necesita el país, desgarrado por más de cinco décadas de guerra, desmotivado por la mediocridad de sus dirigentes y debilitado por el cáncer de la corrupción que ha

hecho metástasis en todos los órganos de la vida nacional.

• De los nuevos Decanos de Fa-cultad, la Universidad espera un decidido compromiso con la rea-lización de las grandes apuestas de la Universidad, expresadas en su recientemente expedida Misión de la Universidad, en la Visión de la Universidad que está próxima a ser aprobada por el Consejo Di-rectivo y en los ocho propósitos de la planeación universitaria. Dejo en sus mentes unas palabras que marcan algunos de esos desafíos institucionales, sin desarrollarlos, para que los tengamos siempre presentes en nuestras agendas y sobre los que deberemos dar cuenta en su realización:

- Interdisciplinariedad y diálogo ciencia y fe,

- Regionalización y educación virtual,

- Internacionalización y arti-culación con universidades extranjeras, centros de inves-tigación y desarrollo,

- Reforma de la estructura aca-démica de la Universidad.

Dr. Julio Andrés Sampedro, Dra. Sandra Patricia Romero, P. Edwin Murillo: sus nombres fueron pos-tulados por sus colegas, lo cual favorece la gobernanza de sus Fa-cultades; cuentan con el respaldo y la confianza de los Vicerrectores y el Rector. Sus cualidades personales, su experiencia y el apoyo de toda la comunidad crean las condiciones ideales para llevar a cabo una exce-lente gestión en este momento de la vida de la Javeriana. ¡Felicitaciones!

73

Hemos convocado este acto para dar posesión a tres nuevos Decanos de Facultad: Concepción Puerta Bula, Decana de la Facultad de Ciencias; Andrés Rosas Wulfers, Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas; y José Guillermo Martínez Rojas, Decano de la Facul-tad de Educación. Cada uno hará la promesa de rigor ante el Rector de la Universidad, firmará el acta de posesión y recibirá en esta ceremonia el sello que al ser estampado junto a su firma, dará fe de su investidura.

Todos sabemos la importancia

que tiene este cargo en la institución universitaria, porque la figura del Decano surgió desde hace muchos siglos como autoridad personal frente a ese grupo particular de

maestros y estudiantes que reunidos alrededor de un campo específico del saber, constituyó la Facultad y se convirtió en el núcleo esencial de la universitas. No hay que olvidar que en el seno de la Facultad se desa-rrolla primordialmente la actividad académica de la Universidad, en un Medio Universitario específico que tiene también la impronta de las disciplinas y profesiones co-rrespondientes, y que requiere de una eficiente labor administrativa. Debemos tener siempre presente que el ser de la Universidad cobra vida realmente en sus Facultades y de manera particular en el quehacer de sus Profesores.

Esto explica la distinción que se hace en nuestros Estatutos entre el Gobierno General de la Universidad, en cabeza del Consejo Directivo Uni-versitario y el Rector, quien lo presi-

POSESIÓN DE LOS DECANOS DE LAS FACULTADES DE CIENCIAS, DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS,

Y DE EDUCACIÓN,

* Palabras del Rector de la Universidad, Bogotá, D.C., 9 de abril de 2014.



de, y el Gobierno de las Facultades, en cabeza del Consejo de Facultad y el Decano, quien lo preside

En este contexto, los Decanos juegan un papel de especial rele-vancia, dado que también partici-pan en el Gobierno General, como miembros del Consejo Académico, cuerpo colegiado en el cual todos tienen asiento; y como miembros del Consejo Directivo Universitario, del Consejo del Medio Universitario o del Consejo Administrativo, según resulten elegidos.

Por esta razón no es de buen reci-bo que, a veces, desde las Facultades, se hable de ‘la Universidad’ para referirse al Gobierno General. La Uni-versidad somos todos, la formamos y le damos vida con el concurso de todas sus unidades y dependencias, de todas las personas que hacemos parte de la Comunidad Educativa.

Ahora bien, estos tres nuevos Decanos asumirán sus funciones en un momento histórico porque la reciente reforma de Estatutos, no sólo nos plantea grandes desafíos en cuanto al esquema de gobierno de las Facultades, sino también en lo relativo al significado del Medio Universitario.

El Medio Universitario, por su-puesto, está asociado a unas activi-dades determinadas que tienen unos propósitos claramente definidos en los Estatutos de la Javeriana, pero no se puede reducir a la organización y desarrollo de dichas actividades. En el sentido amplio de esta expresión, el Medio Universitario es el conjun-to de condiciones que resultan de

nuestro quehacer, de la forma en que lo realizamos, de la manera en que nos comportamos y relacionamos los unos con los otros.

El gran riesgo que la Universidad siempre ha tenido presente ha sido creer que la realidad universitaria se puede fragmentar de tal forma que una cosa es lo académico, y otra muy distinta el Medio Universitario, así como también considerar que lo administrativo es asunto de terceros. Pensar así o lo que es peor, actuar así, equivale a ignorar la globalidad de la institución y la estrecha inte-rrelación que se da entre todas las actividades universitarias, sean ellas académicas, del Medio Universitario o administrativas.

Con la reforma de los Estatutos aprobada el año pasado, la Univer-sidad ha querido retomar el sentido auténtico del Medio Universitario, como asunto de todos. Porque en las Facultades la preocupación por el Medio Universitario debe estar en lugar destacado de la agenda del Decano, de la de los Directores de Departamento, de Carrera y de programas de Posgrado, de la de los Secretarios de Facultad, de la misma forma que merece su aten-ción la gestión administrativa que se requiere para el buen desarrollo de la actividad académica.

Quisiera subrayar entonces que nuestro propósito con la reforma estatutaria, más allá del cambio en el gobierno de las Facultades, que sustituye el esquema de Decano Académico y Decano del Medio Uni-versitario por el de Decano de Facul-tad, ha sido el fortalecimiento de la


mirada integral sobre todo nuestro quehacer, que en esta Universidad da primerísima importancia al Medio Universitario. Y este es el contexto en el cual los Decanos que hoy to-man posesión de sus cargos deben asumir sus funciones.

La comunidad universitaria espe-ra, entonces, de sus nuevos Decanos un serio compromiso con la imple-mentación de esta reforma estatuta-ria, el fortalecimiento de la identidad institucional y la realización de las grandes apuestas de la Universidad, consignadas tanto en la planeación institucional y la iniciativa de revisión de la estructura organizacional, como en las formulación de la Misión, revi-sada el año anterior, y de la Visión, que está próxima a ser adoptada. Así lo señalé hace apenas pocas semanas, en el acto de posesión de los primeros tres Decanos de Facultad, acto en el cual también me referí a otras tareas de especial relevancia, como son:

• la consolidación del diálogo de su comunidad académica con los diversos actores sociales, con mi-ras a precisar las necesidades del país y nuestra oferta académica;

• la sintonía cada vez mayor de los grupos de investigación con las necesidades del desarrollo científico, tecnológico y social del país, y la mejor articulación con las Maestrías y Doctorados;

• la activa participación en los de-bates donde se traza la ruta del país, y en la construcción de su nueva institucionalidad.

En presencia del P. Luis Felipe Gómez, Rector de la Seccional, los invito a avanzar, con creatividad y

clara voluntad política, en la cons-trucción de sólidos vínculos de colaboración entre la Sede Central y la Seccional: extensión de pro-gramas, investigaciones conjuntas, movilidad de profesores y estudian-tes, fortalecimiento de la oferta de Educación Continua y Consultorías a través de nuestras Oficinas de Javeriana Colombia.

Permítanme que ahora haga breve referencia a los desafíos que debe-mos enfrentar de manera particular en cada una de las tres Facultades que a partir de hoy tendrán un nuevo Decano. Se trata de igual número de áreas del conocimiento que son de especial importancia para nuestra Universidad.

En primer lugar, la Facultad de Ciencias. Todos sabemos de la importancia de las disciplinas y profesiones que se encuentran en esta Facultad, no solo por lo que representan en materia de Ciencia y Tecnología para el desarrollo nacio-nal, sino también por su incidencia en la docencia y la investigación de muchas otras disciplinas y profesio-nes que son propias de otras Facul-tades, y por lo tanto de la realización del proyecto Educativo Javeriano.

Tal como se lo manifesté en la carta de nombramiento a la Decana Concepción Puerta, es indispensable un liderazgo de vanguardia, centra-do en las personas, en una Facultad supremamente exigente y de gran complejidad en todos sus retos. Es necesario, entonces, que bajo su dirección se exploren diversos cami-nos para consolidar la alta calidad de la docencia, la investigación y la


extensión de la Facultad, siempre en el marco de un profundo respeto y consideración -cura personalis- de nuestros profesores, estudiantes y personal administrativo.

En cuanto a la Facultad de Cien-cias Económicas y Administrativas, se hace necesaria una profunda reflexión que permita identificar los factores diferenciadores de la formación Javeriana de los econo-mistas, administradores de empre-sas y contadores para el mundo de hoy y de mañana. En este proceso de redireccionamiento de nuestros programas de pregrado y posgrado, es muy importante que escuchemos la voz de nuestros egresados más destacados y que ocupan puestos de liderazgo en la sociedad.

Finalmente, hago breve referencia a la Facultad de Educación. Esta área del conocimiento es de la mayor importancia, no sólo porque la Edu-cación es una función determinante de toda institución universitaria, sino también por graves problemas que enfrenta nuestro país en materia educativa. Son realmente alarman-tes las noticias de los últimos días sobre el lugar que en el contexto internacional ocupa Colombia en cuanto a calidad educativa. Para nadie es un secreto el papel que la educación juega en el desarrollo de una nación. Precisamente el Papa Francisco el domingo pasado ad-virtió que “¡Invertir en educación significa invertir en esperanza!”.

En este contexto, al Decano Mar-tínez, le expresé nuestro interés en que la Facultad de Educación haga lo necesario para que la Javeriana

vuelva a la posición de liderazgo que en este campo ostentó y la distin-guió durante muchos años, en el nivel nacional e internacional. Es un asunto que a la Universidad le corresponde atender con urgencia, como parte de su responsabilidad académica y social.

A los Decanos que han concluido su labor en este cargo, la Doctora Ingrid Schuler y el Padre Elkin Arango, S.J., Decana Académica y Decano del Medio Universitario, respectivamente, de la Facultad de Ciencias; el Doctor Gustavo Tobón y el Padre Gilberto Cely, S.J., Deca-no Académico y Decano del Medio Universitario, respectivamente, de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas; y el Doctor Carlos Gaitán, Decano Académico de la Facultad de Educación, expresamos nuestra sentida gratitud por la labor realizada al frente de sus cargos. Todos sabemos que el privilegio y el honor de ser Decano, está acom-pañado de grandes esfuerzos y no pocos desvelos. Muchas gracias, por su dedicación y compromiso.

Para terminar quisiera que recor-dáramos que en la Universidad Ja-veriana el desempeño de los cargos directivos no es un asunto de poder, sino de autoridad, una autoridad que, según lo establecido en nues-tros Estatutos (n. 60), por una parte está “inspirada en los valores que proclama el Evangelio”, y por otra, “tiene el carácter de servicio a la Co-munidad Educativa”. Dentro de esta concepción no cabe la arbitrariedad que desconoce la historia y la cultura de una Facultad, tampoco la com-placencia, orientada solamente por


el afán de aceptación y acogida; una y otra, son expresiones censurables de poder. El camino de la autoridad es bien distinto; se fundamenta en una exigencia razonable, respetuosa y rigurosa, avalada por el testimonio personal y el compromiso evidente con la tarea de gobierno, que se traducen en verdadero respeto de superiores, de colegas y subalternos. En este sentido, el Decano debe bus-car con sabiduría el sano equilibrio entre la continuidad necesaria para asegurar el desarrollo de proyec-tos y procesos en curso que así lo requieren, y el cambio que exigen los desafíos de la hora presente, consultando en todo caso el sentir de la Comunidad Educativa que se reúne en cada Facultad, y el bien general de la Universidad.

A los Decanos que concluyen su periodo, y a sus familiares que han compartido a su lado la experiencia de estos años, reitero nuestra sin-cera gratitud. A los nuevos Decanos les renuevo, no sólo nuestras felici-taciones, sino también la confianza que ha depositado en Ustedes la Universidad. Nuestro agradecimien-to se hace extensivo a sus familias que de cierta forma los acompaña-rán en las exigencias que conlleva el nuevo cargo.

Quiera Dios que con la labor de estos nuevos Decanos y la de todos nosotros, la Javeriana avance de-cididamente por el sendero trazado de un mayor y más eficaz servicio al país.

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Nos encontramos reunidos para dar posesión a un nuevo grupo de Decanos de la Universidad, en un acto que sigue el mismo protocolo: cada uno hace la promesa de rigor ante el Rector de la Universidad, firma en seguida el acta de posesión correspondiente; y al final recibe el sello que da fe de su investidura, al ser estampado junto a su nombre.

En primer lugar presento mis

felicitaciones a los nuevos Decanos: la Doctora Marisol Cano Busquets, Decana de la Facultad de Comu-nicación y Lenguaje; la Enfermera Fabiola Castellanos Soriano, Decana de la Facultad de Enfermería; y el Maestro Carlos Enrique Mery Con-cha, Decano de la Facultad de Artes; todos ellos nombrados recientemen-

te, luego de haberse surtido los pro-cesos correspondientes, de acuerdo con lo dispuesto en los Estatutos. De esta forma, en nueve de las dieciocho Facultades de la Universidad, se da aplicación de la reforma estatutaria que modificó el esquema de gobierno de las facultades, con el propósito de fortalecer en ellas el proyecto edu-cativo de formación integral a la luz de nuestra naturaleza universitaria e identidad jesuítica.

Como lo he señalado en distintas ocasiones, tenemos un gran desa-fío al respecto, porque no podemos correr el riesgo de entender de ma-nera simplista una reforma, que fue resultado de una profunda reflexión sobre la identidad universitaria y las alternativas que tenemos para mejor llevar a la práctica nuestro Proyecto Educativo; no podemos pensar que la tarea concluye con el nombramiento

POSESIÓN DE LOS DECANOS DE LAS FACULTADES DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE, DE ENFERMERÍA Y DE ARTES

* Palabras del Rector de la Universidad, Bogotá, D.C., 14 de julio de 2014.



del Decano, que como autoridad personal de gobierno debe asumir la dirección inmediata de todas las actividades universitarias. Debemos tener presentes las implicaciones que conlleva esta decisión, especial-mente en lo relativo al sentido del Medio Universitario, y a los procesos que hemos previsto para que su puesta en marcha se traduzca en beneficio para los profesores, estu-diantes, personal administrativo y egresados de las Facultades.

Deseo insistir entonces en que el Medio Universitario no se puede reducir a la organización y desa-rrollo de unas actividades que se diferencian de las actividades aca-démicas y de las administrativas. En su sentido más amplio, a lo que hace referencia la expresión Medio Universitario, acuñada a comienzos de la década de los setentas, es al conjunto de condiciones que rodean nuestro quehacer, y en particular, al tipo de relaciones que establecemos entre los diversos actores de la vida universitaria, las cuales deben llevar la impronta de un profundo recono-cimiento de la dignidad humana.

En la Javeriana siempre se ha

ponderado este humanismo, que se refleja, primero, en el buen trato, que para nada riñe con la exigencia; y que también se hace evidente en el cuidado de la persona, porque más allá de la cortesía y la buena educa-ción, nos preocupa la situación del otro, su formación y su desarrollo, sus sentimientos, necesidades y afanes, su bienestar. De eso trata la cura personalis que es una carac-terística de la educación jesuítica, fundamento de la construcción de una auténtica comunidad.

Cabe precisar que el humanismo Javeriano, expresado en la preocu-pación por el otro, por el próximo, no se limita exclusivamente a la actividad docente en favor de nues-tros estudiantes, a los diseños cu-rriculares. Dicho humanismo debe estar presente también en nuestras actividades de producción de conoci-miento y de extensión de dicho saber a la sociedad. Es la opción, desde nuestro actuar académico, por los demás, especialmente por los más necesitados de nuestro país. Similar exigencia es predicable en nuestra gestión académica y administrativa.

Este es el contexto en el cual asu-men sus funciones los Decanos que hoy toman posesión de su cargo. La tarea de gobierno que se les confía, así como el ejercicio de la autoridad y el liderazgo que la Universidad les pide, tiene ese marco preciso de referencia: Sin una genuina consideración del Medio Universitario, del humanismo y de la cura personalis, la autoridad y el liderazgo pueden fácilmente desvirtuarse y quedar sometidos solamente a los lineamientos que se derivan de una gestión eficiente, orientada por meros indicadores, y en ocasiones, convertirse en plata-forma de poder y no de autoridad en el sentido de servicio que nos es propio de nuestro ethos Javeriano.

Para nosotros, en la Javeriana, estas dos perspectivas de la realidad de la Universidad, la que nos plan-tea el Medio Universitario, y la que nos exige la administración, deben conjugarse armoniosamente. De lo contrario, dejaríamos de ser lo que hemos sido y abandonaríamos el camino que nos indican los princi-


pios y los valores que dan cuerpo a la identidad javeriana.

Bajo estas consideraciones, cobra especial importancia el cargo de De-cano en una institución universitaria como la Javeriana. Ustedes, Marisol, Fabiola y Carlos Enrique, quedan al frente de un grupo de personas muy distintas, en funciones y en edad, en situaciones de vida, porque junto a los jóvenes alumnos están los profesores que llevan años en la Universidad, así como los empleados administrativos que hacen posible toda la labor académica; y muy cerca, los egresados, de muchas genera-ciones, que conservan un vínculo entrañable con su Alma Mater. Todos ellos fijarán su mirada en Ustedes, los Decanos; quedarán bajo su cuidado, y esperarán sus orientaciones para dar continuidad a una historia de lustros y décadas, que se ha hecho cultura y debe ser reconocida, para poder dar pasos adelante.

En efecto, los cambios en las autoridades personales de gobier-no, abren nuevos horizontes en las instituciones y permiten explorar otros rumbos y ajustar el norte, según las nuevas circunstancias y oportunidades; porque el desarrollo y el progreso no se encuentran ni en el conformismo ni en el triunfa-lismo, tampoco en el desprecio de lo pasado; sino en una evaluación rigurosa y objetiva, en el cambio y la innovación responsables, en los sueños y desafíos, en el esfuerzo y la perseverancia, en el sano balance entre la osadía y la prudencia.

Debo recordar también que la comunidad universitaria espera,

además de su compromiso con la implementación de la reforma es-tatutaria, el fortalecimiento de la identidad institucional y la realiza-ción de las grandes apuestas de la Universidad, consignadas tanto en la planeación institucional como en la Misión y la Visión. Otras tareas de especial relevancia serán:

• la consolidación del diálogo de su comunidad académica con los diversos actores sociales, con mi-ras a precisar las necesidades del país y nuestra oferta académica;

• la sintonía cada vez mayor de los grupos de investigación con las necesidades del desarrollo científico, tecnológico y social del país; el fortalecimiento, acorde con las directrices académicas, de Maestrías y Doctorados; todo ello en la perspectiva de la inter-disciplinariedad.

• la activa participación en los debates donde se traza la ruta del país, y en la construcción de su nueva institucionalidad; bus-cando una mayor vinculación a proyectos de contenido social, a su incidencia en política pública, y al acompañamiento al país en el posconflicto.

• la contribución, desde los De-partamentos, a la revisión de las recientes directrices sobre el plan de trabajo del profesor, en térmi-nos de equidad, reconocimiento a la diversidad y motivación para el ejercicio de la función docente.

• el acompañamiento, de forma muy propositiva, a la reforma de la estructura académica de la Universidad, expresada en la reducción del número de facul-tades.


Ahora bien, es importante que enunciemos, así sea en forma breve, algunos de los desafíos que enfren-tan cada una de estas tres Facul-tades, a lo cual hice referencia con detalle en las respectivas cartas de nombramiento, dado que constitu-yen el marco de referencia particular para la labor de cada una de ellas.

En primer lugar, destaco en la Facultad de Comunicación y Len-guaje, el momento tan importante de su re-significación, tanto como unidad como en su proyecto aca-démico de formación y producción de conocimiento en cada uno de los tres campos del conocimiento que la integran: Comunicación Social, Len-guas, y Ciencias de la Información – Bibliotecología. Debemos generar un proyecto cohesionado de Facultad, orientado a la coordinación, más que a la unificación, producto del consenso de los colectivos profeso-rales que integran sus tres campos del conocimiento. Hemos hablado de la recuperación de su liderazgo en el país y la identificación de sus factores diferenciadores.

Por su parte, en la Facultad de Enfermería, es necesario desarro-llar una profunda reflexión sobre la modernización del ejercicio de la profesión y la respectiva formación universitaria. Ello implicará inno-vación, cambio de perfiles profe-sionales, identificación de factores innovadores, transformación de los paradigmas existentes de formación, exploración de nuevos niveles; así como consideración de nuevas visio-nes de la profesión y la disciplina de enfermería, y su ejercicio liberal. Por supuesto, es importante fortalecer el

trabajo con el Hospital Universitario San Ignacio.

Finalmente, hago breve referen-cia a la Facultad de Artes, de gran complejidad en sus retos académicos y artísticos, caracterizada por la di-versidad y la riqueza de su talento humano profesoral, estudiantil y administrativo. Es indispensable realizar una reflexión pedagógica so-bre la ‘enseñabilidad’, el aprendizaje y la evaluación en artes, orientada a la cualificación y a la innovación de la función docente; así como, aprovechar para la consolidación de la Facultad, el alto impacto cultural y académico que tendrá el nuevo edificio y la reciente apertura de la Carrera en Artes Escénicas.

A los Decanos que han concluido su labor en este cargo, el Doctor José Vicente Arismendi y el Doctor Ismael Rolón, Decano Académico y Decano del Medio Universitario, respectivamente, de la Facultad de Comunicación y Lenguaje; la Enfer-mera Luz Stella Medina y el P. Sergio Bernal, S.J., Decana Académica y Decano del Medio Universitario, respectivamente, de la Facultad de Enfermería; y la Maestra Leonor Convers y el P. Jairo Bernal, S.J., Decana Académica y Decano del Me-dio Universitario, respectivamente, de la Facultad de Artes, expresamos nuestra sentida gratitud por la labor realizada al frente de sus cargos. Todos sabemos que el privilegio y el honor de ser Decano, está acom-pañado de grandes esfuerzos y no pocos desvelos. A sus familiares, que han compartido a su lado la experiencia de estos años, extiendo nuestro agradecimiento.


Solo me resta reiterar a los nue-vos Decanos la confianza que ha depositado en Ustedes la Universi-dad. Tienen el inmenso desafío de construir una nueva concepción de decanatura de facultad. Tienen la gran responsabilidad de fortalecer el proyecto educativo Javeriano de for-mación integral, a la luz de nuestros principios y valores. Aunque es de su entera responsabilidad, no están solos en ello. Nuestros programas de inducción especial para decanos, de socialización y acompañamiento en la implementación de la reforma estatutaria que muy próximamente iniciaremos, así como el programa de formación “Cardoner: sentido javeriano”, serán valiosos acompa-ñamientos en esta exigente labor.

A los familiares de Marisol, Fa-biola y Carlos Enrique, que de cierta forma los acompañarán en las exi-gencias que conlleva el nuevo cargo, les hago llegar también nuestro agradecimiento.

Luego de este acto, que a manera de un alto en el camino nos ofrece la oportunidad de renovar el ánimo y revisar rutas y equipaje, retorne-mos al camino, porque ya mismo se inicia una nueva travesía. La hora nos indica que debemos continuar en nuestro esfuerzo de servicio al país, iluminados por los ideales javerianos.

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Para la Pontificia Universidad Jave-riana es muy grato recibir en su sede y dar una cordial bienvenida a los participantes en el Foro Internacional “Maestro siempre”, convocado por el Ministerio de Educación Nacional y que tiene como propósito promover una reflexión acerca de La calidad y la transformación de la práctica pedagógica. En verdad, es un acierto que el mes del maestro se inicie con un evento como el que nos congrega en el día de hoy.

Saludo de manera especial a la Señora Ministra y a los Viceminis-tros que participan en este evento, así como a todos los conferencistas y panelistas invitados.

El tema del foro, “Maestro siem-pre”, es, en verdad, provocador y

estimula el análisis acerca de un asunto de vital importancia para el desarrollo social y el porvenir de un país. Todos sabemos que la ins-titución educativa, en sus diversos niveles, se apoya principalmente en el profesor, en el educador, tanto así que en el nivel terciario de la edu-cación se oye decir, con frecuencia que “una universidad es lo que son sus profesores”. De ahí, la perma-nente preocupación por la calidad del profesorado, por su formación permanente y por las condiciones que afectan su bienestar.

Permítanme, entonces, que apro-veche esta ocasión para compartir con ustedes algunos pensamientos al respecto.

Al leer la expresión “Maestro siempre”, pensé primero en la im-portancia de la vocación, un término que hace referencia a esa natural

FORO INTERNACIONAL "MAESTRO SIEMPRE"MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL

* Palabras del Rector de la Universidad, Bogotá, D.C., 5 de mayo de 2014.



disposición que tiene una persona para aprender bien y con cierta facilidad un arte o un oficio, una profesión o una disciplina, que es de su interés. Y cuando la vocación encuentra el aprendizaje adecuado, generalmente lo que resulta es un excelente profesional.

En el caso del maestro, la voca-ción se enfoca en el proceso ense-ñanza – aprendizaje, que ocurre en el entorno de esa valiosa relación profesor - alumno. Hay hombres y mujeres que, no sólo saben enseñar y lo hacen bien, sino que además les gusta hacerlo y en verdad lo disfru-tan. Su motivación se arraiga en lo más profundo de su ser. Esa es su vocación, lo cual es bien distinto de su empleo. Y los alumnos lo notan, lo disfrutan y se sienten atraídos. El buen profesor es agradable, no aburre, despierta interés y contagia su entusiasmo; es evidente que sabe lo que enseña y que prepara sus ejercicios formativos; no improvisa. Al final, ese profesor se hace a un lugar en la memoria de sus alumnos y su recuerdo será siempre grato.

También pensé, al leer el tema

de este Foro, “Maestro siempre”, en la permanencia y la constancia que debe tener un profesor, en su dedicación, porque se trata de un proceso continuado de construcción que se realiza a lo largo de toda una vida. Al respecto, bien vale la pena recordar algunos apartes de ese elocuente texto que nos legó el P. Alfonso Borrero Cabal, S.J., quien fuera Decano y luego Rector de nues-tra Universidad, y por muchos años Director Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Universidades, texto

que aparece publicado bajo el título de “El maestro”, en la obra que re-cogió su riguroso estudio sobre la institución universitaria.

Debe recordarse, en primer lugar, que el Padre Borrero se une a aque-llos que establecen una diferencia entre ser profesor y ser maestro, –“una acomodaticia distinción”, como él mismo dice–, en los siguien-tes términos:

Al profesor se le demanda y exige el saber comprobado. El maestro rebasa el dominio de sus conocimientos. De él se dice, sin más, que es maestro. El profesor es sujeto de responsabilidades intelectuales; el maestro ejerce, sin ostentarla, la más alta res-ponsabilidad espiritual. Enseña con honradez moral el respeto escrupuloso por las normas de la justicia, la honestidad intelectual y el aprecio por la verdad. Hecha esta puntualización, Al-

fonso Borrero se aventura a descri-bir el camino que debe recorrerse para que una persona llegue a ser verdaderamente un maestro. Sus palabras son estas:

Se nos antoja que el maestro adquiere su dignidad y preemi-nencia por reconocimiento de sus pares y acatamiento de sus alumnos. Y ello parece cierto. Ser maestro no es un grado académico otorgado tras discu-siones, ni depende de exámenes y concursos. Ser maestro deriva de espontáneos consensos. No es la asignación de una tarea burocrática. No es un honor de

87FORO INTERNACIONAL "MAESTRO SIEMPRE"

compraventa. Cualquiera sea el dominio intelectual del maestro, algo lo señala como modelo.

Y, a renglón seguido, nos entrega una frase lapidaria: “La maestría muestra, sin necesidad de demos-trarla, la conquista del hombre so-bre sí mismo”. Luego continúa su descripción:

Nadie llega a ser maestro por designación rectoral, ni por voto electorero o acuerdos de consejos administrativos. Mucho menos por arreglos y componendas po-líticas. La dignidad del maestro se adquiere sin procurarla, sin buscarla, promoverla, convenirla o negociarla entre colegas.

La eminencia del maestro se insinúa paso a paso y sin osten-taciones. Llegar a ser maestro no es aparición repentina y ofus-cante. Es un lento amanecer tan prolongado como la propia vida, que no conocerá ocasos. El ser maestro define una existencia en viaje irreversible hacia el saber y la verdad.

No voy a extenderme en la cita de este texto que bien vale la pena leer y repasar de vez en cuando. Sin embargo, compartiré con Ustedes un último aparte porque hace referencia a unas condiciones que permiten identificar al genuino educador. Escribe el Padre Borrero:

Pese a ser acatado, el maestro poco retiene para sí. Permanece solitario. Ni siquiera guarda en su haber la satisfacción justa de ser reconocido, porque conoce las medidas de la sencillez y la humildad. No se molesta por ser dicho maestro. El derecho de lla-marlo así les pertenece a otros. Pero no se engríe. Prefiere alojarse silencioso en las dimensiones de su reducto espiritual.

El dominio del maestro no es publicitario y bullanguero. El maestro guarda el silencio sabio del espíritu. Sabe que la popu-laridad es mala consejera. Se adhiere al tamaño de su persona y desdeña las ilusiones fatuas del personaje.

Estos ideales, planteados de ma-nera magistral por Alfonso Borrero, que en verdad han servido de ins-piración a tantos hombres y muje-res que asistieron a sus lecciones, constituyen un buen marco para el desarrollo de la agenda prevista en este Foro, el cual cuenta con la participación de muy connotados conferencistas y panelistas.

A todos ustedes les reitero nuestro cordial saludo de bienvenida y les deseo el mejor de los éxitos en el desarrollo de un evento que por su temática toca los fundamentos de la educación en Colombia y, por lo tanto, del futuro del país.

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Como ya es tradicional, la Univer-sidad convoca todos los años a una ceremonia como esta, con el fin de oficializar dos decisiones que ponen en evidencia nuestro reconocimiento a la labor de sus Profesores, a su actividad académica, que sin duda alguna es neurálgica para el que-hacer de todo centro de Educación Superior.

Por una parte, se trata del ascenso a la categoría de Profesores Titulares, de un selecto grupo de hombres y mujeres de universidad, que han cumplido los respectivos requisitos, y que de esta forma quedan ubicados en el más alto nivel del Escalafón Profesoral, siendo así llamados a ser ejemplo para sus colegas.

Por otra parte, en este acto rea-lizamos la distinción de los nuevos Profesores Eméritos de la Javeriana, cuatro distinguidos Profesores que entran a formar parte de los Pro-fesores que inscribirán su nombre en la memoria institucional, preci-samente porque han demostrado plenamente, “a través de su trayec-toria académica, excelencia en su trabajo y un alto compromiso con la Universidad”.

Quisiera entonces hacer una bre-ve reflexión sobre las dos variables, o si se quiere, indicadores, que se han tenido especialmente en cuenta para tomar la decisión correspon-diente: excelencia y compromiso, dos palabras que hoy cobran particular relevancia.

En la vida de todo ser humano, sus ejecutorias están directamente

PROCLAMACIÓN DE PROFESORES TITULARES Y DISTINCIÓN DE PROFESORES EMÉRITOS

* Palabras del Rector de la Universidad, Bogotá, D.C., 5 de junio de 2014.



relacionadas con el esfuerzo em-peñado para su realización. Un objetivo se puede alcanzar de muy diversas maneras; sin embargo, el resultado no puede ser el mismo, porque la calidad crea diferencia. Y el mejor ejemplo lo tenemos en una experiencia que a todos nos es muy familiar, que se resume en una simple expresión: dar clase.

Para un observador desprevenido que pase por uno de tantos corre-dores de la Universidad, en todos los salones donde vea a un Profesor con sus alumnos, le quedará claro que se cumple con lo previsto: dictar clase. Sin embargo, la experiencia en cada una de esas aulas puede ser muy distinta, debido al Profesor, y esto sí que lo detecta con claridad el Estudiante; porque él sabe, no sólo si el Profesor domina el tema, investiga y estudia, se actualiza, sino también si preparó debidamente la clase; él siente si al Profesor le importa, más que ser atendido con respeto, el aprendizaje y la forma-ción de sus alumnos; él constata si el Profesor establece un diálogo cordial y reconoce que no todo lo sabe y que también debe aprender; en fin, él se da cuenta del valor que tiene escuchar y seguir al Profesor en un acto que lo enriquece y le da la posibilidad de convertirse en un mejor ser humano.

Todos sabemos lo que se siente cuando termina una buena clase, esa satisfacción y complacencia, si-milar a la que sienten los espectado-res al salir de un magnífico concierto o un maravilloso partido de fútbol. ¿Qué oye uno decir? Pues que valió la pena, que no se perdió el tiempo

ni el dinero pagado para adquirir la entrada o la boleta. Esa es la sen-sación que tienen los Estudiantes cuando salen de una buena clase. Y, por supuesto, no solo ellos son los beneficiados, sino también los Profesores, porque afianzan su cre-dibilidad y el respeto que merecen.

Debemos recordar que al dictar clase nos exponernos al juicio severo de los Estudiantes, a su escrutinio riguroso, que no depende, como algunos erróneamente creen, a la ca-lificación obtenida en las evaluacio-nes. Afirmar que es bueno el Profesor de una asignatura que apenas unos pocos lograr aprobar, es tan falso como que lo es el de una asignatura que se aprueba con facilidad; porque las evaluaciones y las calificaciones no tienen el propósito de medir la magnanimidad del Profesor, sino el nivel de aprendizaje de sus alumnos que, en buena medida, está sujeto a la pedagogía y la competencia del Profesor. Por eso, pasados los años, el Estudiante guardará en su memo-ria los nombres de aquellos hombres y mujeres doctos, que lo hicieron bien en la cátedra, y los recordará con respeto, con afecto y gratitud.

Ahora bien, debemos tener pre-sente que la acceso del Estudiante al conocimiento es cada vez mayor, y en gran medida esto se debe a la tecnología. Otros eran los tiempos en que el Profesor poseía libros y apuntes que le daban cierto domi-nio sobre el tema. Hoy la situación es muy distinta, y por lo tanto, el desafío está en el aporte personal que puede hacer al compartir con sus alumnos en el aula, los caminos del aprendizaje, al despertar en ellos

91PROCLAMACIÓN DE PROFESORES TITULARES Y DISTINCIÓN DE ...

su curiosidad y la pasión por los temas de su asignatura, y sembrar las semillas que en el futuro pueden convertirlos en prominentes inves-tigadores. Como puede verse, no se trata simplemente del uso de ayudas extraordinarias que pueden hacer entretenidas y más interesantes las clases para el joven alumno, que nació y creció en medio de pantallas, íconos y redes inalámbricas; se trata de la comunicación y el diálogo entre dos individuos que se encuentran, que buscan conjuntamente su cre-cimiento personal, el progreso de la ciencia y la cultura, y también la construcción de un mundo mejor.

El perfil que he descrito a propó-sito de la docencia, y que podríamos desarrollar también en términos de la investigación, solamente se puede hacer realidad si el Profesor hace una opción clara y decidida por la excelencia, si en lugar de contentarse con el mínimo esfuerzo necesario para atender sus obliga-ciones contractuales, va más allá, y hace evidente que su labor respon-de a una vocación, la de profesor universitario.

Ahora bien, junto a la excelencia, nosotros evaluamos el compromiso del Profesor con la Universidad, con un Proyecto Educativo que ha se ha ido transformando de acuerdo con las circunstancias, pero que conserva en su médula los rasgos distintivos de una institución fun-dada por la Compañía de Jesús, que por primera vez abrió sus puertas en tiempos coloniales, en una sede que se recuerda como la Casa de las Aulas, y que desde entonces, y superados los años de interrupción

de sus labores, ha continuado pres-tando su servicio al país.

En efecto, casi cuatro siglos des-pués de haberse iniciado nuestra historia, a la Universidad Javeriana se le reconoce en Colombia su iden-tidad, en términos de institución universitaria que ha tenido un pa-pel protagónico en el desarrollo del país, y también de obra apostólica, en la medida en que se inspira en los valores que proclama el Evan-gelio, y asegura la presencia de la fe católica, dentro del ecumenismo religioso y el pluralismo ideológico que nos caracterizan.

En este sentido, la labor del Profesor en la Javeriana, tiene este marco de referencia preciso, que de ninguna manera limita la libertad de cátedra, que en nuestra Univer-sidad debe cumplirse plenamente, según lo expuesto en el perfil, las funciones, los deberes y derechos del Profesor, definidos en el Reglamento del Profesorado.

Expuesto todo lo anterior, pode-mos apreciar mejor lo que significa para un Profesor el estar compro-metido con la Universidad, asunto que supera el ámbito estrictamente jurídico, porque hace referencia a los afectos. El compromiso se refleja en el amor a la institución, en la defensa de sus intereses, en el esfuerzo que se hace en pro de su desarrollo, en síntesis, en su cuidado.

Señoras y señores: El Profesor excelente y comprometido con la Universidad, hace realidad los ideales javerianos en la labor que desarrolla todos los días, porque


da testimonio de coherencia entre el discurso y las obras. Y Ustedes, los nuevos Profesores Titulares y Profesores Eméritos han merecido el reconocimiento que hoy les hace la institución porque a lo largo de los años en que han estado vinculados

a la Javeriana han demostrado su excelencia y su compromiso con la Universidad. Al expresarles nuestras sinceras felicitaciones a todos Us-tedes, Señores Profesores, también les manifestamos la gratitud de su Alma Mater.

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Para la Pontificia Universidad Jave-riana es muy grato recibir en su sede a los participantes del I Seminario Internacional sobre Gobierno Uni-versitario, organizado por nuestra Universidad, la Universidad de los Andes, la Cátedra Unesco de Direc-ción Universitaria de la Universidad Politécnica de Cataluña, y el Minis-terio de Educación Nacional. Sean todos Ustedes bienvenidos.

Saludo de manera especial a la Señora Ministra de Educación Nacional, doctora María Fernanda Campo Saavedra, al señor Rector de la Universidad de los Andes, doctor Pablo Navas Sanz de Santamaría, quienes amablemente nos acompa-ñan en esta sesión de instalación.

Expreso también un saludo afec-tuoso a los 50 colegas rectores de Instituciones de Educación Superior, a la doctora María José Lamaitre, Directora Ejecutiva de CINDA, a los ex rectores amigos de la Universidad de los Andes, Carlos Angulo, y de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Alfonso Muga, a los seño-res directivos del Ministerio de Edu-cación Nacional que nos acompañan, así como a todos los destacados conferencistas y panelistas invitados nacionales e internacionales que tendrán a su cargo la exposición y consideración de las temáticas de este Seminario, y los más de 192 participantes provenientes de ocho países de América Latina: Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile, Ecuador, Panamá, Venezuela y México, y a los demás colegas directivos de las instituciones de educación superior públicas y privadas de Colombia.

SEMINARIO INTERNACIONAL GOBIERNO UNIVERSITARIO

El gobierno en la institución universitaria

* Palabras del Rector de la Universidad, Bogotá, D.C., 23 de julio de 2014.



Las reflexiones que tendremos en este seminario son de la mayor importancia para la Educación Su-perior: la articulación entre políticas públicas en educación superior y las políticas institucionales; los desafíos de la dirección estratégica universitaria en términos de planea-ción pertinente, su implementación y comunicación; las estructuras y formas de gobierno universitario; las estrategias de diferenciación y economías universitarias; el go-bierno corporativo universitario y la Política Pública de Buen Gobierno. Estos temas serán un insumo muy rico para el análisis de la situación actual de la función directiva en la Educación Superior y darán un renovado impulso al trabajo que vienen realizando los países en torno a la cualificación de sus sistemas de educación superior.

Quisiera aprovechar esta oportu-nidad para compartir con Ustedes algunas reflexiones que surgen cuando se habla de gobierno, es-pecialmente en el entorno univer-sitario, donde cobran relevancia los términos ‘autoridad’ y ‘poder’. Quien gobierna es investido de au-toridad, de ordinario por elección o nombramiento, y se le otorga poder para que pueda ejercer dicha autori-dad, de acuerdo con unas funciones establecidas y dentro de un marco jurídico y axiológico que es propio de cada institución, según los rasgos característicos de una identidad que se ha forjado a lo largo de los años y es fruto de procesos culturales.

A diferencia de otras organiza-ciones, las universidades están caracterizadas en su esencia por la

corporatividad, es decir, por el con-curso de personas, que en este caso, se congregan alrededor de intereses compartidos, la formación y el co-nocimiento, dentro de la diversidad que nos ofrecen las disciplinas y las profesiones, así como las multifacé-ticas tareas académicas.

De lo anterior se desprende el valor de las autoridades colegiadas de gobierno que, en casos como el de nuestra Universidad, están por encima de las autoridades persona-les de gobierno.

Tal vez por esta razón, en el en-torno universitario se usa el término ‘directivo’ y no el de ‘gobernante’, palabra ésta que tiene la connotación de jefe o mandatario, el que manda por encargo, más apropiado cuan-do se habla de naciones y estados. En esta Universidad, por ejemplo, siempre hemos hablado del Consejo Directivo Universitario y del Conse-jo de Facultad como “autoridades colegiadas de gobierno” que tienen a su cargo “la dirección general” de la Universidad, en el primer caso, y “la dirección inmediata” de la Facultad, en el segundo. Lo mismo ocurre cuando se hace referencia a los cargos de Rector y de Decano, que son las correspondientes “au-toridades personales de gobierno”. De esta forma, los verbos gobernar y dirigir se conjugan en una función que se encomienda a una autoridad en particular.

Queda claro entonces que el go-bierno universitario se realiza en el contexto que establece la naturaleza corporativa de los centros de Educa-ción Superior, en el cual se reconoce

95SEMINARIO INTERNACIONAL GOBIERNO UNIVERSITARIO

la llamada autoridad epistemológica, aquella que se fundamenta en el saber, a diferencia de la autoridad deontológica que proviene del cargo asignado.

En su extensa y rigurosa obra sobre la Universidad, el Padre Al-fonso Borrero, S.J., quien fuera Rector de esta casa de estudios en los años setentas, nos recuerda que “la autoridad epistemológica es propia del universitario en cuanto científico y hombre de letras, en calidad de maestro o investigador”. Y aclara, a renglón seguido, que “la (autoridad) deontológica caracteriza a quien acontece ser rector, decano, director de departamento, adminis-trador académico”. También hace notar el Padre Borrero cómo esta última se relaciona con “el poder de gobierno depositado por algún tiempo en la persona, razón por la cual la autoridad deontológica es delegable en cuanto a la función, pero no siempre y salvo justa causa, de la responsabilidad”.

Estas consideraciones nos per-miten destacar la relevancia que en estos asuntos ocupa la persona que asume un cargo directivo en la institución universitaria, su selec-ción, formación y competencia, su dirección y acompañamiento, su evaluación y seguimiento, porque es indispensable que comprenda la naturaleza particular de la institu-ción que gobierna, especialmente a la hora de acoger en su propio entorno, valiosas teorías y probadas experiencias, surgidas en el mundo de otras organizaciones, que bien pueden contribuir al desarrollo de los centros de Educación Superior.

Ciertamente, el directivo es pieza fundamental en la vida universitaria, y por lo tanto debe tener la capacidad de conjugar el rigor y la exigencia que demanda una gestión, con el humanismo de una institución que desde sus orígenes se ha movido en torno a las personas y la comunidad académica que integran, en una dinámica que centra su atención en el conocimiento y la cultura.

El directivo, como el gobernante, es el responsable, en última instan-cia, de traducir el gobierno en deci-siones concretas para determinar de esta manera, el curso de la historia institucional que no es otro que el conjunto de sus huellas.

Finalmente, quisiera hacer una breve referencia a esa herramienta de la gestión moderna que se ha de-nominado Código de Buen Gobierno, que tal como lo hemos entendido en esta Universidad, consiste en una declaración orientada a facilitar el conocimiento y reconocimiento de “valores, principios, normas y direc-trices que deben inspirar y orientar la labor de una entidad, y enmarcar su responsabilidad ante la sociedad”. En efecto, solo recientemente se empezó a hablar de “buen gobierno” en el mundo de las universidades, de buenas prácticas, en un esfuerzo por perfeccionar los mecanismos que desde tiempo atrás tratan de asegurar en los centros de Educación Superior una buena administración o todavía más, una excelente gestión, que en la actualidad apunta a promo-ver la confianza y la transparencia.

El Código de Buen Gobierno cons-tituye una magnifica ayuda para las


deliberaciones que tienen lugar en forma previa a la toma de decisio-nes, así como para el fortalecimiento del espíritu corporativo en todos los miembros de la institución. Porque siempre existe el riesgo de reducir los asuntos de gobierno al cuerpo directivo, desconociendo la impor-tancia capital que tienen todas las demás personas que hacen parte de la organización, y en el caso de la uni-versidad, de la Comunidad Educativa.

Todos sabemos que el desarrollo de los países se ve seriamente afectado por la relación que se da entre gober-nantes y gobernados, por la distancia que los separa, por el grado de parti-cipación de estos últimos, así como por la responsabilidad de los primeros y la credibilidad que merecen. Y la gobernabilidad es consecuencia de la combinación de esos factores.

Un cuerpo directivo debe estar al tanto de la realidad de los universita-rios en general, de sus necesidades y aspiraciones. Con facilidad se puede abrir una brecha entre el mundo que constituyen las personas con funcio-nes de gobierno, especialmente en el nivel general de la universidad, y aquellas que tienen su espacio en el ámbito de unidades particulares que asumen en forma inmediata las funciones sustantivas de estos centros educativos. Esta brecha se hace evidente cuando la comunidad académica empieza hablar de ‘la universidad’ como un ente ajeno, del cual no hacen parte, y que in-cluso llega a tomar decisiones que consideran cuestionables.

En este sentido, una de las prin-cipales tareas que debe acometer el

gobierno de toda universidad es ase-gurar la debida consulta y la suficien-te ilustración que se requiere antes de preceder a la deliberación y toma de decisiones, de tal forma que pueda conciliarse el interés particular y el horizonte institucional, dentro de un auténtico espíritu corporativo.

Permítanme finalizar con los dos párrafos finales con que Jairo Cifuentes Madrid, presenta este seminario:

“En conclusión, los desafíos de un entorno altamente cambiante, competitivo y complejo, aunados a las características tan propias, particulares y únicas de las Institu-ciones de Educación Superior, que impactan tanto su gobernabilidad como el ejercicio de sus activida-des en torno a la formación de las personas y al conocimiento, exigen hoy claramente una opción definida por la profesionalización, el fortaleci-miento y la innovación del gobierno y la gestión universitaria, y de sus autoridades personales y colegiadas de gobierno.

“De esta manera las instituciones de educación superior se dispondrán de mejor forma para contribuir efi-cazmente al desarrollo sostenible de las sociedades en que se encuentran insertas y para asegurar su soste-nibilidad.”

Con estas consideraciones en mente, que solo quieren dar realce a la importancia de los temas que han de tratarse en este Seminario, reitero a todos ustedes nuestro cordial saludo de bienvenida a la Universidad Javeriana, y les deseo

97SEMINARIO INTERNACIONAL GOBIERNO UNIVERSITARIO

los mayores aprendizajes y el mejor de los éxitos en el desarrollo de un evento de tanta relevancia para el

progreso de la educación superior en nuestros países.

GALERÍA FOTOGRÁFICA

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POSESIÓN DEL RECTOR DE LA UNIVERSIDADP. JORGE HUMBERTO PELÁEZ PIEDRAHITA, S.J.

Bogotá, D.C., 28 de febrero de 2014

Portada de Hoy en la Javeriana N° 1.294, de enero-febrero de 2014, dedicada a la posesión del nuevo Rector de la Universidad. En la fotografía (abajo) se aprecia un aspecto general de la ceremonia que tuvo lugar en el coliseo del Centro Ja-veriano de Formación Deportiva y que contó con la participación de la Orquesta Sinfónica Javeriana.


Toma de juramento que hizo el P. Francisco De Roux, S.J., Vice-Gran Canciller de la Universidad, al P. Jorge Humberto Peláez, S.J., nuevo Rector de la Univer-sidad (fotografía - arriba). El P. Joaquín Sánchez, S.J., Rector saliente, saluda al P. Peláez luego de la imposición de la insignia de la Orden Universidad Javeriana en el grado de Gran Cruz (fotografía - abajo).

103GALERÍA FOTOGRÁFICA

POSESIÓN DEL RECTOR DE LA SECCIONAL CALI DE LA UNIVERSIDADP. LUIS FELIPE GÓMEZ RESTREPO, S.J.

Cali, 25 de marzo de 2014

Portada de Hoy en la Javeriana N° 1.295, de marzo de 2014, dedicada a la posesión del nuevo Rector de la Seccional de la Universidad en Cali. En la foto-grafía (abajo) se aprecia un aspecto general de la ceremonia que tuvo lugar en el Auditorio Alfonso Borrero Cabal, S.J., ubicado en la sede de la Javeriana en la capital del Valle.


Toma de juramento que hizo el P. Francisco De Roux, S.J., Vice-Gran Canciller de la Universidad, al P. Luis Felipe Gómez, S.J., nuevo Rector de la Seccional de la Universidad en Cali (fotografía - arriba). A continuación, el Padre Gómez se dirigió a los asistentes. Al fondo, en la pantalla aparece proyectada una imagen del P. Gerardo Arango Puerta, S.J. (fotografía – abajo).

Orientaciones Universitarias 46

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