ORGANIZACIÓN Y ESTRUCTURA DEL SERVICIO … · competitivo como en el estudio preparticipación a...

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19 1 ORGANIZACIÓN Y ESTRUCTURA DEL SERVICIO MÉDICO DE UN EQUIPO DE FÚTBOL PROFESIONAL Dr. J.J. López Martínez La existencia de un servicio médico adecuado contribuye en gran medida a la mejora de los resultados deportivos, y es un apartado al que cada vez se le da más importancia dentro de los clubes profesionales (Brukner, 1993). Para ello, es necesaria una organización jerárquica en las distintas áreas médicas en función del presente deportivo de la entidad, atendidas por un personal cualificado que responda a las exigencias establecidas. Los servicios médicos de un equipo de fútbol profesional deben estar com- puestos por (figura 1.1): 1. Jefe de los servicios médicos 2. Médicos especialistas 3. Nutricionista 4. Podólogo Figura 1.1. Un jugador lesionado se retira del terreno de juego acompañado del médico del equipo y su fisioterapeuta tras sufrir un traumatismo facial.

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1ORGANIZACIÓN Y ESTRUCTURA

DEL SERVICIO MÉDICO DE UN

EQUIPO DE FÚTBOL PROFESIONALDr. J.J. López Martínez

La existencia de un servicio médico adecuado contribuye en gran medida a la mejora de los resultados deportivos, y es un apartado al que cada vez se le da más importancia dentro de los clubes profesionales (Brukner, 1993). Para ello, es necesaria una organización jerárquica en las distintas áreas médicas en función del presente deportivo de la entidad, atendidas por un personal cualificado que responda a las exigencias establecidas.

Los servicios médicos de un equipo de fútbol profesional deben estar com-puestos por (figura 1.1):

1. Jefe de los servicios médicos2. Médicos especialistas3. Nutricionista4. Podólogo

Figura 1.1. Un jugador lesionado se retira del terreno de juego acompañado del médico del

equipo y su fisioterapeuta tras sufrir un traumatismo facial.

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rte 5. Fisioterapeutas

6. Clínicas concertadas7. Equipo médico en viajes

JEFE DE LOS SERVICIOS MÉDICOS

El proyecto de un equipo de fútbol profesional debe tener un responsable con formación en prevención, diagnóstico clínico, seguimiento y recuperación en lesiones deportivas, así como en las distintas áreas médicas de interés para el futbolista. Independientemente de su especialidad médica, debe conocer las pe-culiaridades de la medicina en el mundo del futbolista profesional y tener cono-cimientos elevados de Traumatología y Medicina del Deporte (Frontera, 2008).

MÉDICOS ESPECIALISTAS

La prevención deportiva es un amplio campo que requiere especialistas en la materia. Los jugadores de fútbol profesional, debido a la exigencia de su trabajo, que les puede acarrear distintas lesiones por desajustes fisiológicos, precisan de revisiones periódicas.

Para poder llevar a cabo estas revisiones con garantías se necesita como mínimo:

a) Médico fisiólogo. Es el responsable de la gestión, la realización, el diag-nóstico y el seguimiento de los controles analíticos del deportista, que en este deporte resultan básicos para la prevención de lesiones musculares. Se debe encargar, además, junto con el cardiólogo y el preparador físico del equipo, de la parcela de la suplementación deportiva y de las distin-tas pruebas de esfuerzo para los deportistas.

b) Médico auxiliar. Al igual que el médico del primer equipo, debe tener conocimientos de Traumatología y Medicina del Deporte, y es el encarga-do de toda la plantilla filial y las bases del primer equipo en el caso de que las hubiese. Una de sus funciones es suplir al jefe del servicio médico por enfermedad o indisposición. En ocasiones, y debido a los ajustes de pre-supuesto en los clubes de fútbol, el médico auxiliar puede ser también el fisiólogo o el cardiólogo.

c) Cardiólogo. Se precisa un médico o una clínica externa relacionados con el club en el área de Cardiología. Por todos es conocida la reciente sensi-bilización acerca de la muerte súbita del futbolista y las crecientes pato-logías cardíacas, cuyo origen no tiene de momento explicación. El futbo-lista de élite requiere como mínimo cuatro revisiones cardiológicas al año en forma de electrocardiogramas, ecocardiogramas y test de esfuerzo.

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2RECONOCIMIENTO MÉDICO DEL

FUTBOLISTA PROFESIONALDra. M.I. Álvarez RecioDr. J.J. López Martínez

INTRODUCCIÓN

Medicina y actividad física han estado ligadas a lo largo de los tiempos hasta llegar a nuestros días. La primera ley del deporte que aparece en España data de 1961 y es la denominada «ley Elola», por haber visto la luz pública durante el mandato del entonces delegado nacional de Educación Física y Deportes, José Antonio Elola Ola-so (véase FEMEDE en la bibliografía). Ese mismo año nacía la Mutualidad General Deportiva, entidad que desde entonces ampara al deportista lesionado en nuestro país, excepto en el fútbol, deporte que tiene su mutualidad especial. A partir de ese momento se comenzó a exigir en la obtención de la licencia federativa un reconoci-miento médico que determinara la aptitud para el deporte concreto que se quería practicar, pero no fue hasta la década de los ochenta, y coincidiendo con la obliga-toriedad en España de realizar controles antidopaje, cuando se legisló la presencia de médicos en las plantillas de los equipos de fútbol profesional.

Esta normativa se recoge en el Reglamento General de la Real Federación Española de Fútbol. En concreto, el artículo 94 g) del Libro XI establece: «Tratán-dose de clubes de Primera, Segunda y Segunda División B, deben contratar los servicios de un profesional de la Medicina que, adscrito a su plantilla, tendrá como funciones específicas, además de las que se le pudieran exigir por parte del club, estar presente y de servicio durante el transcurso de los partidos y en-trenamientos, y asumir las responsabilidades concernientes al control antido-paje. El médico deberá estar en posesión de una licencia específica que le acre-dite como titular de las funciones a que se refiere el apartado precedente.» Así mismo, por exigencia del Reglamento General, el artículo 361 en su apartado 5.º del Libro XXI establece: «Los clubes deberán notificar a la Comisión Antidopaje, al comienzo de cada temporada, la identidad de su médico responsable y de su eventual sustituto, indicando su especialidad y número de colegiado.»

En 1989 se funda en España la Asociación Española de Médicos de Equipos de Fútbol (AEMEF), que fue creada para la cooperación entre todos los profesio-nales médicos que ejercen su labor en equipos de fútbol, con la finalidad de que

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2. Reconocimiento m

édico del futbolista p

rofesional

Exploración física

Después de recoger los datos princi-pales en la historia clínica, es necesa-rio realizar una exploración por apa-ratos y sistemas con el fin de detectar posibles alteraciones que pudieran afectar la práctica deportiva del ju-gador.

Es imprescindible tanto la valora-ción del sistema musculoesquelético como la del sistema cardiovascular.

Exploración del sistema musculo-esqueléticoEl diagnóstico de las anomalías del aparato locomotor tiene como ob-jetivo principal la prevención de le-siones.

En el futbolista profesional es in-dispensable la exploración de colum-na vertebral, pelvis y extremidades inferiores, y se ha de prestar especial atención al tobillo y la rodilla (figura 2.2). En el caso de los porteros, no se debe olvidar la extremidad superior.

Si fuera necesario, además de la exploración física, se deben utilizar pruebas complementarias de confirmación, tales como radiología simple, ecografía musculoesquelética, RMN y TAC (figura 2.3).

Figura 2.1. Reconocimiento médico de

un portero de fútbol. Se observa una escápula

alada por axonotmesis parcial de nervio

torácico largo tras un traumatismo. No es apto

para la práctica deportiva.

Figura 2.2. Exploración

del ligamento cruzado

anterior mediante la

maniobra de Lachman.

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3EL CORAZÓN DEL FUTBOLISTA.

ADAPTACIONES Y

RECONOCIMIENTO MÉDICO

CARDIOVASCULARDr. D.A. Pascual Figal

Dr. J.J. López Martínez

INTRODUCCIÓN

El corazón es, sin duda, el principal músculo del cuerpo humano, el más comple-jo, y un factor determinante de la capacidad de esfuerzo.

El fútbol es un deporte con alto componente dinámico intermitente, en el que el corazón no solo está sometido de forma aguda a un trabajo de alta inten-sidad, sino que a la vez es uno de los principales determinantes del nivel de rendimiento y esfuerzo alcanzado. Se podría decir que el corazón es el único músculo cuya actividad es elevada durante los noventa minutos del partido. De ahí que sea indudable la importancia de la cardiología tanto en el alto nivel competitivo como en el estudio preparticipación a cualquier nivel deportivo, tal y como dejan claro diversas guías de consenso (Maron, 2007; Corrado, 2005).

Abordaremos este capítulo con el objetivo de conocer la respuesta fisiológi-ca o adaptación normal del corazón al esfuerzo y veremos qué parámetros de-ben considerarse en el reconocimiento médico deportivo de un futbolista, y qué situaciones anómalas deben tomarse en consideración durante la práctica deportiva y la competición, con especial atención al riesgo de muerte súbita.

ADAPTACIONES DEL CORAZÓN AL ESFUERZO DEPORTIVO

Respuesta fisiológica al ejercicio

Durante el esfuerzo, el corazón debe aumentar su rendimiento para incremen-tar el flujo sanguíneo y así suplir las demandas de oxígeno en los distintos siste-mas musculares. Este rendimiento o flujo sanguíneo generado se denomina gasto cardíaco, y es el resultado de multiplicar el volumen de sangre que expulsa en cada latido por el número de latidos por minuto o frecuencia cardíaca. Si bien en reposo el gasto cardíaco o flujo sanguíneo es de 5 litros por minuto, en es-

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3. El corazón del futbolista. A

daptaciones y reconocim

iento médico cardiovascular

RECONOCIMIENTO MÉDICO CARDIOVASCULAR EN EL FUTBOLISTA

La importancia del reconocimiento

La importancia y necesidad de realizar un adecuado reconocimiento cardiovas-cular antes de la participación en cualquier competición deportiva está bien establecida (Maron, 2007; Corrado, 2005) (figura 3.2). Este reconocimiento no es exclusivo de deportistas de élite, sino que también incluye el resto de los niveles de competición, comprendidos los escolares. Diversos trabajos han demostrado que la implementación de estos programas conlleva una reducción importante de la incidencia de muerte súbita en el deporte (Corrado, 2006; Corrado, 2008).

En el caso del futbolista, como ya se ha reseñado, existe además un esfuerzo fí-sico con alto componente dinámico y elevada intensidad y duración. Las altas de-mandas y el estrés a que es sometido el corazón durante un partido de competición determinan la importancia de identificar cualquier anomalía que pueda suponer un riesgo vital en una situación de alta exigencia como es el fútbol profesional.

El objetivo del reconocimiento cardiovascular es identificar cualquier enfer-medad, lesión o patología cardíacas que puedan suponer un riesgo vital o inter-ferir con la práctica deportiva, bien porque el deporte pueda agravar dicha en-

Figura 3.2. Equipo necesario para un reconocimiento cardiológico completo: electrocardiograma,

prueba de esfuerzo y ecocardiograma.

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rte Tabla 3.3. ECG. Hallazgos no relacionados con el entrenamiento que requieren

una evaluación específica

– Bradicardia sinusal extrema (<30 lpm o pausas > 3 s)

– Bloqueos completos de rama, derecha o izquierda, o un QRS > 120 ms

– Bloqueo AV de segundo grado Mobitz tipo II o de tercer grado

– Desviación del QRS a la izquierda (>–30°) o a la derecha (>120°)

– Preexcitación ventricular (PR<120 ms y onda delta en QRS)

– Onda épsilon (deflexión negativa al final del QRS en V1 y/o V2)

– Inversión de la onda T en dos o más derivaciones adyacentes

– Descenso del ST en dos o más derivaciones adyacentes

– Patrón de Brugada (ST elevado en V1-V3, con elevación del punto J y descenso

posterior o patrón de silla de montar)

– Intervalo QT prolongado (QTc >470 ms en varones, >480 ms en mujeres

o >500 ms inequívoco)

– Intervalo QT corto (QTc < 340 ms)

– Signos de crecimiento auricular izquierdo o derecho

– Extrasistolia ventricular frecuente (dos o más por ECG, dupletes, tripletes o

taquicardias ventriculares no sostenidas)

– Arritmias auriculares sostenidas

5. Ecocardiografía. Si bien no es obligatorio y no formaría parte de un reconocimiento básico, sí es recomendable en futbolistas federados y profesionales la realización al menos de un estudio ecocardiográfico al inicio de la temporada. Este estu-dio aporta información valiosa acerca de las dimensiones de las cavidades cardíacas, así como de la morfología y función, y permite descartar miocardiopatías y ano-malías congénitas y valvulares que pueden suponer un riesgo de empeorar con el deporte o de desencadenar una muerte súbita. También informa sobre el grado de adaptación al entrenamiento. En la actualidad, todo futbolista que participe en competiciones profesionales debería tener un es-tudio al inicio de la temporada (fi-gura 3.7).

Figura 3.7. El Dr. Domingo Pascual

realizando un estudio ecocardiográfico

a un deportista profesional durante la

pretemporada.

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MUERTE SÚBITA

EN EL FUTBOLISTADr. D.A. Pascual Figal

Dr. J.J. López Martínez

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IMPORTANCIA Y DEFINICIÓN DEL PROBLEMA

La práctica de actividad física prolonga la vida y protege de las enfermedades cardiovasculares; sin embargo, también es cierto que la práctica de una activi-dad deportiva de competición incrementa el riesgo de muerte súbita durante la misma, que se estima en 2,5 veces mayor (Corrado, 2003).

Por muerte súbita se entiende aquella que ocurre bruscamente, o en la pri-mera hora del inicio de los síntomas, en un individuo previamente sano. En la mayoría de los casos se debe a un paro cardíaco inesperado, que puede tener diferentes causas, si bien en un elevado número de ocasiones su origen está en una enfermedad cardíaca. Cuando esta afección ocurre durante la práctica de-portiva o inmediatamente después, se considera relacionada con el deporte (figura 4.1).

El jugador de fútbol es el paradigma de persona joven y sana; sin embargo, está expuesto a un mayor riesgo de muerte súbita. Cuando esta ocurre tiene un impacto enorme en el entorno personal y social, e incluso trasciende a los me-dios de comunicación, que amplifican su repercusión. Este ha sido el caso de

Figura 4.1. Futbolista

retirado del terreno de

juego tras sufrir un

desvanecimiento.

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4. Muerte súb

ita en el futbolista

PREVENCIÓN Y GESTIÓN DE LA MUERTE SÚBITA EN EL FÚTBOL

La prevención y la gestión de la muerte súbita son de gran trascendencia tanto en el fútbol como en el deporte en general. Sin embargo, la alta incidencia que tiene en el fútbol y el elevado número de practicantes de este deporte en nues-tro país hacen más necesaria su implementación. Las medidas que se deben tener en cuenta son fundamentalmente cuatro:

1. Reconocimiento médico. Deben efectuarse reconocimientos médicos que incluyan una adecuada valoración cardiológica, tal y como se ha descrito en el apartado previo. Estos reconocimientos los deben realizar profesionales con formación específica y deben exigirse en todo el ám-bito federativo, especialmente en las categorías inferiores. Este hecho quedó claramente demostrado en un estudio (Corrado, 2006) en el que la aplicación sistemática de reconocimientos deportivos se asoció a una importante reducción (10 veces menor) de la muerte súbita en deportis-tas (pasó de 1,5/100.000 y año a 0,15/100.000 y año).

2. Consejo médico. Hay que ofrecer el adecuado consejo médico a los fut-bolistas con cardiopatía, para lo cual existen guías de consenso y actua-ción que especifican claramente, ante el hallazgo de una cardiopatía, qué tipo de contraindicación debe aplicarse y a qué deportes (Corrado, 2005; Maron, 2007).

3. Educación del futbolista. Debe procurarse una conveniente educación del futbolista que incluya la presentación clara de los síntomas de alar-ma por los que debe consultar con su médico, y también cuáles son los riesgos asociados al uso de sustancias no permitidas en el deporte, que en ocasiones están también implicadas como desencadenantes.

4. Equipos de reanimación. Es fundamental la dotación de equipos para reanimación avanzada en instalaciones deportivas, incluido un desfibri-lador semiautomático (figura 4.3).

Figura 4.3. Desfibrilador

semiautomático, de obligada

presencia en instalaciones deportivas.

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NUTRICIÓN, HIDRATACIÓN Y

SUPLEMENTACIÓN EN EL

FUTBOLISTA PROFESIONAL*

Dr. F.J. Cuenca Muñoz

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NUTRICIÓN. INTRODUCCIÓN GENERAL

La energía es necesaria para crecer, para elaborar procesos intelectuales como pensar o estudiar, para los diferentes procesos vitales internos (funcionamiento del sistema digestivo, renal, hepático…) y, en gran porcentaje, para el movi-miento y el trabajo muscular.

El cuerpo humano puede conseguir esta energía de tres fuentes diferen-tes: las proteínas, las grasas y los glúcidos, conocidos también como hidratos de carbono o carbohidratos. Estas tres sustancias, denominadas globalmente principios inmediatos, se encuentran en diferentes proporciones en los ali-mentos.

La utilización de las proteínas como fuente de energía es pobre, ya que su función principal es plástica, pues dotan al cuerpo del material necesario para construir los músculos y otros tejidos. Las grasas sí son un buen combustible, y tenemos una gran cantidad almacenada bajo la piel, pero deben ser transporta-das desde estos depósitos hasta su zona de consumo en los músculos. Se trata de un transporte efectivo, pero lento; por ello, son el combustible preferente en actividades de larga duración pero de baja intensidad, como andar, trotar o ir en bicicleta a un ritmo medio-suave.

Los glúcidos o carbohidratos tienen la ventaja de que se almacenan en el interior de los músculos (en forma de glucógeno), de manera que su utilización puede ser inmediata. Permiten obtener una gran cantidad de energía por se-gundo, y ahí radica su importancia en actividades de alta intensidad como co-rrer rápido, subir cuestas y, por supuesto, en la mayoría de los deportes de equi-po, como es el caso del fútbol.

* Nota. Este capítulo reúne una serie de artículos, con algunas actualizaciones, publicados en el diario La verdad (edición de Murcia) en 2011.

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rte Glúcidos (o hidratos de carbono)

En el fútbol, los glúcidos suponen el combustible preferente y determinante de la actividad. De la posibilidad de disponer de un adecuado depósito de glucó-geno en los músculos depende el rendimiento del futbolista a lo largo del parti-do, así como su capacidad de asimilación de los esfuerzos. Los hidratos de car-bono tienen también una especial importancia en la prevención del sobreentre-namiento, la sobrecarga y las lesiones musculares.

Vamos a ver en qué alimentos se encuentran los glúcidos o carbohidratos, y cómo deben gestionarse para conseguir esa energía.

Los alimentos que contienen carbohidratos se pueden clasificar según el valor de su índice glucémico (IG), un valor que debe tenerse en cuenta, ya que cuanto mayor sea este índice, más rápido se absorben en el tubo digestivo y más rápidamente aumenta su concentración en sangre. A veces el incremento sanguíneo de glúcidos es tan alto que, si el músculo no los consume de inme-diato, una parte de ellos no se asimilan y se transforman en grasa.

El consumo de alimentos de alto IG puede ser importante durante la realiza-ción de ejercicio físico e inmediatamente después de terminar. Por otro lado, aquellos alimentos de bajo índice glucémico se absorben más lentamente y el sistema muscular tiene tiempo de incorporarlos casi en su totalidad. Estos ali-mentos deben predominar en la comida previa a las actividades físicas o depor-tes de alta intensidad, para llenar de energía los depósitos musculares y, sobre todo, y mucho más importante, en la comida posterior a la realización de un entrenamiento de alta intensidad o un partido.

Durante las dos horas siguientes a la realización de un ejercicio que haya utilizado de manera importante como combustible las reservas de glucógeno intramuscular (un partido de fútbol, por ejemplo), la capacidad de asimilación de glucógeno tras la ingestión de alimentos ricos en glúcidos es del 150 % sobre la normal, y permanece aumentada hasta cuatro horas después del ejercicio. Transcurrido este tiempo, la influencia del ejercicio sobre la asimilación de glu-cógeno intramuscular es pobre.

Algunos alimentos de alto IG son: azúcar, miel, plátano, dulces, galletas, pan blanco o refrescos; mientras que la pasta, el pan integral, las manzanas, las peras, los higos, el melocotón o los cacahuetes son alimentos de bajo IG (figura 5.1).

Figura 5.1. La pasta es una fuente de hidratos de

carbono de bajo índice glucémico (IG).

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INTRODUCCIÓN

La homeopatía está mostrando un nuevo camino para abordar la lesión en Me-dicina Deportiva, y se sitúa cada vez más como una terapia válida en este ámbi-to, ya que regula la propia respuesta reparadora del organismo, al estimular los mecanismos de reparación y cicatrización endógenos de los pacientes.

Cuando en fisioterapia se aplican microondas o láser sobre una zona, se in-crementa la temperatura bajo la piel, con lo que se aumenta el flujo sanguíneo a nivel local y se acelera la curación. En este caso, en realidad, se ha producido una pequeña inflamación controlada, que posee una filosofía similar al funcio-namiento de la homeopatía.

La homeopatía no es excluyente de la utilización de otras terapias o fárma-cos (antiinflamatorios, relajantes musculares…) y no presenta riesgos en los controles antidopaje.

INDICACIONES

Lo primero que hay que hacer ante un paciente que nos llegue a la consulta es establecer un buen diagnóstico. Hay que saber qué ha pasado, y qué elementos anatómicos están implicados y en qué grado; para ello se deben realizar las ex-ploraciones o las pruebas complementarias que se consideren necesarias, aun-que una buena anamnesis aporta siempre mucha información. Una vez estable-cido el diagnóstico, se pasa al tratamiento.

Así, las principales indicaciones homeopáticas para el tratamiento de las le-siones deportivas hacen referencia a:

HOMEOPATÍA Y LESIÓN

DEPORTIVA*Dr. F.J. Cuenca Muñoz

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* Nota. Capítulo adaptado y actualizado por el autor a partir de su artículo «Stop lesiones sin medicamentos: homeopatía para deportistas», publicado online en abril de 2013 por la revista Sport Life.

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rte ciones más frecuentes son la ro-

dilla (sobre la rótula) y el codo (figura 6.2).

Su tratamiento inicial es con antiinflamatorios y reposo de-portivo. También puede estar in-dicado, en algunos casos, extraer ese exceso de líquido, para dis-minuir así la presión y, por tanto, el dolor. Para decidir el trata-miento homeopático, el médico debe valorar qué signos o sínto-mas destacan. Así, ante un enro-jecimiento en la piel y dolor in-tenso, se suele utilizar Belladona 5CH. Si el dolor mejora con el re-poso y cualquier movimiento lo empeora, el tratamiento de elección es Bryonia alba 9CH, y si el dolor me-jora con el frío, se prescribe Apis 15CH.

Lesiones en las articulaciones (luxación). Ocurre cuando un hueso se sale de la articulación (figura 6.3). Las luxaciones son muy dolorosas y nece-sitan ser reducidas, pero debe hacerlo un profesional con experiencia, ya que puede haber riesgos importantes si no se procede correctamente. Se debe ser muy riguroso con los plazos de inmovilización, porque los ries-gos de recaída son muy frecuentes. Una vez reducida, el dolor no suele ser

Figura 6.2. Bursitis de codo derecho.

Figura 6.3. Luxación

posterior de codo.

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En las especialidades médicas de Cirugía Ortopédica y Traumatología así como de Medicina Deportiva, el tratamiento con plasma rico en plaquetas (PRP) —mal llamado factores de crecimiento, a secas— se ha acogido con esperanza para abordar numerosas patologías. Los avances en la comprensión de los me-canismos de reparación de los tejidos y el papel principal que desempeñan los factores de crecimiento han estimulado el uso de las terapias de plasma rico en plaquetas por los traumatólogos y los médicos del deporte, tanto en lesiones de tratamiento quirúrgico como en aquellas de tratamiento ortopédico (Sánchez, 2009).

Sin embargo, no todo ha sido un camino de éxitos, ya que la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) prohibió en 2010 esta terapia en infiltraciones intramuscula-res en atletas en competición, porque se presuponía que una mayor formación de factores de crecimiento podía aumentar el rendimiento del atleta. Pero esta prohibición se eliminó en 2011 debido a la falta de aval científico de la misma (Wasterlain, 2013). En el fútbol, sobre todo a nivel profesional, es una terapia con una gran acogi-da y de uso sistemático para patologías cotidia-nas del futbolista.

PREPARACIÓN DEL PLASMA RICO EN PLAQUETAS

El plasma rico o enriquecido en plaquetas (PRP) se obtiene de la extracción de una mues-tra de sangre del propio paciente. Esta muestra se centrifuga para separar la fracción con plas-ma y concentrado de plaquetas, retirando siempre las células rojas. Esta fracción de pla-quetas necesita ser activada para que estas li-

INDICACIONES Y USO DEL

PLASMA RICO EN PLAQUETAS

EN EL FÚTBOLDr. J.J. López Martínez

Dr. R. Cano Gea Dr. F.J. Carrillo Piñero

Dr. P. Fernández Nicolás

7

Figura 7.1. Ampolla de cloruro

cálcico para la activación del PRP,

previa a su implantación.

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7. Indicaciones y uso del plasm

a rico en plaquetas en el fútb

ol

INDICACIONES DEL PLASMA RICO EN PLAQUETAS EN EL FUTBOLISTA PROFESIONAL

En el aparato locomotor, el PRP se usa para el tratamiento de patologías de los tejidos blandos (tendones, ligamentos y músculos) y de los huesos. Numerosos estudios en patologías, como lesiones del tendón de Aquiles, fascitis plantar, tendinopatías del manguito de los rotadores, entesitis de la musculatura aductora y rodilla del saltador y rodilla del corredor, entre otras, avalan el uso del PRP (Fi-cek, 2011) en la patología del futbolista.

Existen numerosos estudios que respaldan la utilización del plasma rico en plaquetas, pero también son muy abundantes aquellos que critican la falta de pruebas científicas. Esta disparidad en la valoración de los resultados es fruto de la gran variedad de formatos disponibles en la actualidad (Hall, 2009), y así, se pueden encontrar estudios positivos y negativos en cada patología. Concreta-mente, en el caso del futbolista, podría ser una terapia efectiva en:

Patología tendinosa. Las patologías tendinosas más frecuentes en el fut-bolista atañen al tendón de Aquiles y al tendón rotuliano. Hay autores que diferencian su uso según la estructura afectada del tendón (Vos, 2010) y el estado de vascularización del mismo (tendinitis/tendinosis). La aplicación más usual de esta técnica se centra en aquellos casos con déficit de vascu-larización de los tendones (tendinosis), debido al reclutamiento celular que produce el PRP.

En cuanto al tendón de Aquiles, en lesiones agudas que precisan de cirugía, hay estudios que reportan una mayor y mejor curación en tendo-nes en los que se ha aplicado PRP (Bava, 2011), mientras que estudios so-bre tendinopatías crónicas (Monto, 2012) no aconsejan su uso como trata-miento de primera línea.

Por lo que respecta a la patología del tendón rotuliano, no se encuen-tran trabajos de revisión sistemáticos que demuestren su validez, si bien la efectividad del PRP parece aumentar en patología aguda (De Almeida, 2012) y disminuir en patología crónica del tendón rotuliano (Kon, 2009).

Patología articular. En el futbolista se usa esta terapia en lesiones de car-tílago o gonartrosis leves, con estudios que apoyan su uso frente a otras terapias, como las infiltraciones de ácido hialurónico o los corticoides (To-rrero, 2012; Filardo, 2010; Filardo, 2012), con una mejoría en cuanto al dolor y a corto plazo.

Patología muscular. A pesar de que su uso es extendido, la literatura científica no aporta pruebas de una mejora en la recuperación de la lesión muscular, tanto aguda como crónica (Andia, 2011) (figura 7.4).

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Se considera dopaje la administración a una persona sana de una sustancia con el único fin de aumentar artificialmente y de forma ilegal el rendimiento depor-tivo, ya sea cuando participe en competición o durante los entrenamientos; y esto conlleva riesgo para la salud.

Es precisamente el concepto de salud el que más preocupa en este momen-to a la sociedad, y especialmente a los profesionales sanitarios que atienden a los deportistas. Por eso se está luchando con el objeto de que estas prácticas ilícitas no supongan un riesgo grave para el deportista, sin olvidar que al mismo tiempo implican una manipulación de los resultados deportivos y adulteran el espíritu competitivo (Casajús, 2005) (figura 8.1).

Un deportista puede cometer una infracción considerada dopaje no solo utilizando una sustancia o método prohibido, sino que también se estima que comete la infracción de doparse en estas circunstancias:

Si se negara a realizar un con-trol antidopaje.

Si se produce cualquier situa-ción que impida o dificulte la realización de un control de dopaje.

Si no informa de dónde se en-cuentra para realizar controles fuera de competición.

Si promociona sustancias o méto-dos prohibidos o incita a su uso.

El organismo internacional que regula las normativas en el dopaje es la World Anti-Doping Agency (WADA) o Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que establece la lista de sustancias

EL DOPAJE EN EL FÚTBOLDr. J.J. López Martínez

Dr. M. Medina Quirós 8

Figura 8.1. El dopaje en el deporte es una

lacra contra la que hay que luchar desde todos

los frentes.

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8. El dopaje en el fútb

ol

La normativa actual establece que puede realizarse un control de dopaje a cualquier deportista con licencia federativa para participar en competiciones nacionales e internacionales. Estos controles se podrán llevar a cabo durante competiciones, entrenamientos, concentraciones, torneos o en cualquier mo-mento a lo largo de todo el año.

En la nueva ley hay una serie de novedades, como por ejemplo:

El control de dopaje debe realizarse bajo la responsabilidad de un médico o de personal sanitario debidamente habilitado en casos como la extrac-ción de sangre, si bien no son necesarias estas figuras cuando se precise solo la muestra de orina.

Se hace mayor hincapié en la obligación de guardar secreto profesional en la realización de controles de dopaje, con un régimen sancionador para estos casos.

No pueden realizarse controles antidopaje entre las 11 de la noche y las 8 de la mañana, salvo en casos debidamente justificados.

Otro aspecto muy importante que hay que destacar es la posibilidad de que cualquier persona implicada en el proceso fraudulento sea sancionada. Es decir, pueden ser sancionados:

– deportistas, – médicos, – fisioterapeutas, – entrenadores, – preparadores físicos, – directivos, – cualquier otra persona implicada.

La normativa que regula el dopaje está en evolución continua, y hace unos años las sanciones solo se aplicaban a los deportistas, cuando se ha ido confir-mando que no son los únicos responsables de esta situación. Por ello conside-ramos que ha sido un avance incluir entre los posibles sancionados a otras figu-ras relacionadas muy directamente con el deporte.

Las sanciones se aplicarán según su tipificación y reincidencia o agravantes. En el 2014, la sanción inicial se ha endurecido en el entorno del deportista (mé-dicos, fisioterapeutas, etc.), y ha pasado de ser de dos años a ser de cuatro años (o incluso puede dictaminarse la inhabilitación de por vida) en el caso de admi-nistración de sustancias prohibidas, promoción de su uso o tráfico de las mis-mas. Para el deportista que no ha cumplido con sus obligaciones, que ha consu-mido una sustancia prohibida, que ha alterado o falsificado un procedimiento de dopaje, etc., la suspensión inicial es de dos años.

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95

INTRODUCCIÓN

Desde hace unos años se está recurriendo a la incorporación de nuevas figuras dentro del equipo médico en el fútbol profesional. Esto es debido, sobre todo, a la necesidad de la pronta reincorporación de los futbolistas lesionados a la com-petición. La actividad física conlleva una serie de beneficios, pero, como tam-bién se sabe, comporta una serie de riesgos por sí misma. Estos riesgos influyen de manera importante en la salud y en la calidad de vida del deportista, y en ocasiones implican una lesión. En el momento en que se produce una lesión se requiere de una gran organización y coordinación de todo el equipo médico deportivo para recuperar o readaptar al deportista a sus exigencias de entrena-miento y de competición lo antes posible (figura 9.1).

LA RECUPERACIÓN FUNCIONAL

El número de lesiones en los deportistas aumenta debido a las grandes exigen-cias en los entrenamientos con el objetivo de mejorar su rendimiento, ya que se producen problemas de sobresolicitación y de sobreesfuerzo. La mayoría de las

LA FIGURA DEL RECUPERADOR

FUNCIONAL EN EL FÚTBOL

PROFESIONALJ. Mendoza Muñoz

Dr. J.J. López Martínez

9

Figura 9.1. El trabajo

del recuperador funcional

en la readaptación al

deporte del futbolista

lesionado es básico para

la prevención de recaídas.

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Med

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a d

el D

epo

rte lesiones ocasionadas durante la vida deportiva de un deportista son de carácter

leve, y generalmente no precisan rehabilitación, pero en ocasiones se producen lesiones de gravedad suficiente como para que sea necesario realizar un progra-ma de rehabilitación. Si el equipo médico deportivo, y en especial los miembros encargados de la rehabilitación, aplica un programa de rehabilitación bien es-tructurado, mejorará el proceso de recuperación, a la vez que se reducirá el tiempo que el deportista está lesionado.

Se conoce como recuperación funcional (Sainz de Baranda, 2007) el período de tiempo tras una lesión en el que el deportista ha completado un programa de recuperación de modo satisfactorio, que necesita involucrarse en un programa progresivo relativo al tipo de actividad que desempeñaba antes de la lesión, y que concluirá con la total adaptación a la competición.

La actividad del deportista durante este período de tiempo debe dirigirse a la adquisición, el perfeccionamiento y la consolidación de recursos útiles y efi-caces que optimicen sus posibilidades de rendimiento una vez incorporado al entrenamiento del equipo y a la competición (Buceta, 1998).

Las cuatro fases de la recuperación funcional

Según Sainz de Baranda (2007), la recuperación funcional en una lesión se pue-de dividir de manera general en cuatro fases:

1. Fase aguda2. Fase subaguda I3. Fase subaguda II4. Fase funcional

Fase aguda En la fase aguda (de reposo o inmovilización) es importante y fundamental cono-cer las consecuencias de la inmovilización, así como tener en cuenta que afecta de manera diferente si la inmovilización tiende al acortamiento o a un relativo estira-miento muscular. El tratamiento inmediato consiste en la realización de la técnica PRICE (protección, reposo, hielo, compresión y elevación del área lesionada).

En esta primera fase es necesario llevar a cabo un mantenimiento de la ca-pacidad aeróbica mediante la utilización de actividades compatibles con la le-sión (bicicleta estática, trabajo en piscina...), así como un trabajo de fuerza de la musculatura no afectada.

El trabajo de rehabilitación a través de técnicas de fisioterapia (electrotera-pia, ultrasonido…) ocupará la mayor parte del tiempo de tratamiento en esta fase. Con la prescripción de un médico, se pueden emplear fármacos analgési-cos, antiinflamatorios y antiespasmódicos, según el tipo de lesión.

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107

INTRODUCCIÓN

El fútbol ha evolucionado en los últimos años hacia un deporte en el que las capacidades físicas adquieren una gran importancia. Por ejemplo, es habitual que los jugadores golpeen el balón a velocidades de más de 100 km/h o realicen esprines a velocidades próximas a las que alcanzan los atletas profesionales. Por lo tanto, para ser competitivo en el fútbol moderno, los deportistas van a nece-sitar un compendio de capacidades físicas, como la velocidad, la agilidad y la potencia, combinadas con una capacidad aeróbica media-alta. En este sentido, el rendimiento físico en el fútbol no se puede definir a través de una cualidad específica, y parece que requiere de una compleja interacción de diferentes componentes físicos, además de unas habilidades psicológicas y cognitivas su-periores, ya que los jugadores deben mostrar unas buenas cualidades de antici-pación y toma de decisiones, acompañadas de una estabilidad emocional que les permita afrontar con éxito situaciones de gran estrés (figura 10.1).

A lo largo de este capítulo se expondrán los parámetros fisiológicos del fút-bol de competición que ayuden a estimar la intensidad y el volumen de las dis-tintas cargas de trabajo. Se realizará posteriormente una descripción de las dife-

LA PREPARACIÓN FÍSICA

EN EL FÚTBOLB.J. Sánchez-Alcaraz Martínez

S. Valero Giménez

10

Figura 10.1.

La preparación física del

futbolista profesional ha

de ser controlada de

forma precisa debido a la

gran exigencia de este

deporte.

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10. La prep

aración física en el fútbol

deportivos, ya que proporcionan información acerca de la producción de ener-gía a través de los procesos glucolíticos. Los estudios realizados en futbolistas han mostrado valores de entre 6 y 10 mmol/L a lo largo del partido (Bangsbo, 2006a), aunque hay que tener en cuenta que estos resultados pueden verse afectados por muchos factores, como el estado de forma, el momento de reali-zar las mediciones, etc.

LA CONDICIÓN FÍSICA EN EL FÚTBOL: CUALIDADES BÁSICAS

El estudio y la valoración de la condición física del futbolista se emplea para co-nocer el estado físico del deportista y tener conciencia de las exigencias de este deporte (Calahorro, 2012). A través de la valoración de la misma, pueden adap-tarse programas de entrenamiento en función de las características de los juga-dores, identificar posibles diferencias según el puesto específico o categoría, y tener un control más exhaustivo de las cualidades físicas requeridas por el fut-bolista (Bangsbo, 2006b).

La condición física es un concepto global que puede definirse como la capa-cidad que tiene el organismo para afrontar esfuerzos físicos con la máxima efi-cacia y rendimiento (Weineck, 2005). Siguiendo a Aguilar (2009), este concepto, que incluye la condición motora, fisiológica, anatómica y nerviosa, está forma-do por diferentes capacidades o cualidades que van a afectar el rendimiento deportivo o la realización de tareas de carácter físico, y que son:

– Capacidades o cualidades físicas básicas o condicionales: resistencia, fuer-za, velocidad y flexibilidad.

– Capacidades motrices o coordinativas: equilibrio, coordinación y percep-ción (espacial, temporal y cinestésica).

– Cualidades derivadas: potencia y agilidad (figura 10.2).

Figura 10.2. Trabajar

las capacidades físicas,

motrices y derivadas es

esencial para la práctica

profesional del fútbol.

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121

El fútbol es más una lucha que un juego… a veces se parten el cuello, a veces la espalda, a veces las piernas… el fútbol desata la envidia y el odio… a veces el combate, el crimen, y un gran derramamiento de sangre.

Philip Stubbs, The anatomy of abuses (1585)

INTRODUCCIÓN

El fútbol fue un juego popular en la Inglaterra del siglo XVI, aunque aquel «amis-toso juego de lucha», como se le llamaba, era muy diferente del deporte que conocemos en la actualidad. No había límite en el número de jugadores que formaban cada equipo —a veces, participaba la población entera—, las porte-

ASPECTOS BIOMECÁNICOS

DE LAS BOTAS DE FÚTBOLP.L. Rivera García

11

Figura 11.1. Partido de

fútbol popular en la calle

Crowe, de Londres, según

un grabado de 1721.

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11. Asp

ectos biom

ecánicos de las botas de fútb

ol

balón y un incremento notable del agarre, gracias a los tacos de aluminio intercambiables, que, por un lado, ca-tapultaron a la selección alemana, en la lluviosa final mundial de 1954, a la victoria frente a una resbaladiza Hun-gría en el llamado «milagro de Ber-na», y, por otro, a las botas de fútbol en general y a Adidas en particular al inicio de la guerra del desarrollo tecnológico de este calzado.

Tal fue el éxito obtenido por Adolf que en la final de la Copa del Mundo de 1966 un asombroso 75 % de los jugadores usaban botas de fútbol Adidas. Por su parte, su hermano Rudolf no quería quedarse atrás, y en 1970 un joven Pelé firmó un contrato con Puma. Durante un encuentro del Mundial de México de aquel año, Pelé pidió al árbitro que detuviera el partido un momento para po-der atarse sus botas; todo el mundo pudo contemplar por televisión cómo el mejor jugador del mundo se apretaba sus Puma, en un primer plano que se convertiría en uno de los éxitos de márquetin publicitario deportivo más impor-tantes de la historia. Y así, en las décadas de los años setenta y ochenta, o bien eras de Puma, o bien eras de Adidas.

Poco a poco fueron apareciendo más marcas deportivas que incluían las bo-tas de fútbol en sus catálogos: Reebok, Lotto, Mizuno, Umbro… y la todopode-rosa Nike, que compite en la actualidad con Adidas por el trono de las ventas de este calzado.

Desde esas primeras pesadas botas (alrededor de 500 g) hasta las actuales (menos de 170 g), mucho han evolucionado las botas de fútbol a lo largo de la historia, principalmente en:

a) El corte. El diseño de su corte es actualmente por debajo del tobillo (ge-neralmente son algo más altas por el lateral que por el lado medial, para preservar las diferentes alturas de los maléolos) y con protección para los cordones (o directamente lateralizados) para que no interfieran en el contacto con el balón durante el golpeo.

b) Los materiales. Se utilizan materiales como la piel de canguro (de mejor adaptación al pie por ser siete veces más fina que la de vacuno) u otros sintéticos, que no se empapan tanto en campos mojados.

c) Los tacos. El número, la disposición, el material y la forma de los tacos.

Pero, realmente, ¿qué hay de verdad en las mejoras prácticas que aseguran las marcas deportivas en sus modelos? Aportar luz para dar respuesta a esta pregun-ta es el objetivo del presente capítulo. Para ello, haremos una revisión de los estu-dios científicos existentes sobre diferentes aspectos que intervienen en el rendi-

Figura 11.2. Adidas Argentinia (1953).

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139

INTRODUCCIÓN

Desde que el deporte se conoce como tal, la mejora deportiva y el rendimiento han sido una de las mayores preocupaciones para entrenadores, preparadores físicos y deportistas, y numerosos han sido los caminos que se han seguido para conseguirlos.

En este sentido, la composición corporal o variables antropométricas del futbolista tienen una relevancia primordial, puesto que determinarán la actua-ción del jugador en una acción determinada del juego (Dey, 2010). Por este mo-tivo, es un factor que merece la pena estudiar y controlar para conseguir los mejores resultados.

Para llegar a ese fin se necesitan medios y equipamientos que ayuden a ana-lizar la composición corporal del deportista, es decir, su peso graso, peso mus-cular, óseo y residual (Villegas, 1999), para así poder reorientar el entrenamiento y la alimentación con la ayuda de profesionales en la materia.

Uno de los métodos de estudio de la composición corporal es el estudio antropométrico, el cual, en relación con otros, tiene ciertas ventajas, como pue-den ser: el hecho de que se pueda repetir cuando se considere oportuno, al no ser una técnica invasiva; es fácil de aprender (para llevarlo a cabo solo es nece-sario conocer los puntos anatómicos y saber la técnica adecuada de medición), y se pueden comparar los resultados con otros grupos para sacar deducciones importantes (Bueno, 1996).

CLARIFICACIÓN CONCEPTUAL

Es importante diferenciar los conceptos cineantropometría y antropometría para entender la importancia que hoy en día ha llegado a tener este método. Etimológicamente, la palabra cineantropometría deriva de las voces griegas ki-nein (moverse), anthropos (especie humana) y metrein (medir) y se refiere al es-tudio del hombre en movimiento. Según Ross (Casajús, 2002), se define como la

CINEANTROPOMETRÍA

EN EL DEPORTEJ.J. Morillas Pedreño

12

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141

12. Cineantrop

ometría en el dep

orte

MÉTODOS DE ESTUDIO DE LA COMPOSICIÓN CORPORAL

Existen multitud de métodos para hallar la composición corporal. Es importante conocerlos todos:

a) Métodos directos

— Disección de cadáveres.

b) Métodos indirectos

— Físico-químicos. Plemistografía, absorción de gases, dilución isotópi-ca, espectrometría, rayos gamma, activación de neutrones, excreción de creatinina.

— Imagen. Radiología clásica, ultrasonidos, tomografía axial computari-zada, resonancia magnética.

— Densiometría. Pesada hidrostática, volumen de agua desplazado.

c) Métodos doblemente indirectos

— Conductividad eléctrica total del cuerpo.— Impedancia bioeléctrica.— Reactancia de luz subinfrarroja.— Antropometría. Índice de obesidad, composición corporal, modelos

de 4 y 2 componentes, somatogramas, somatotipo, ecuaciones regre-sivas lineales y generales, O’Sale.

Respecto a otros métodos, el estudio antropométrico, por su facilidad para la toma de datos y el hecho de que se pueda realizar a grandes grupos, con lo que se facilita la observación de la evolución del mismo a lo largo de un período de tiempo, ofrece ventajas en el deporte del fútbol, así como en otros deportes colectivos.

ESTUDIOS ANTROPOMÉTRICOS

El fútbol de élite es un deporte en el que los factores antropométricos tienen una gran importancia (Sánchez Ureña, 2011). Por lo tanto, los aparatos utilizados de-ben ser de la mejor calidad, y hay que actuar con mucha rigurosidad con las con-diciones de medición, mediante la utilización de una técnica correcta, y la valora-ción de los resultados para asegurar que el estudio antropométrico sea fiable.

Material antropométrico

Los principales materiales utilizados en antropometría son los siguientes:

– Tallímetro. Escala métrica vertical con precisión de 1 mm, para medir la altura.

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143

12. Cineantrop

ometría en el dep

orte

PUNTOS ANATÓMICOS Y MEDIDAS ANTROPOMÉTRICAS

Antes de comenzar la toma de medidas hay que localizar los puntos anató-micos de acuerdo con las pautas impuestas por ISAK y seguidas por el GREC. Estos puntos se marcarán con el lápiz dermográfico y siempre en el lado dere-cho del cuerpo.

La toma de datos debe realizarse dos veces como mínimo —y si fuese nece-sario una tercera—, para obtener luego la media de todas ellas con el objetivo de asegurarse de que la medición es correcta:

a) Peso. Siempre en posición anatómica; se mide en kilogramos.

b) Estatura. Distancia entre el vértex (punto superior de la cabeza en el pla-no medio sagital, cuando la cabeza está en el plano de Frankfort) y la planta de los pies; en centímetros.

c) Pliegues cutáneos. Todos los pliegues deben tomarse con los dedos pulgar e índice de la mano izquierda, a 1 cm del plicómetro y mante-niendo la medición 2 segundos para su lectura. El futbolista se situará en posición antropométrica (de pie con las extremidades relajadas y mirando al frente), salvo en aquellas medidas en que sea necesario cambiar la postura.

– Pliegue del tríceps. Se toma vertical, en el punto medio entre el acro-mion y el radio, paralelo al eje mayor del miembro.

– Pliegue subescapular. Se toma oblicuo, formando un ángulo de 45o, en la zona inferior de la escápula (figura 12.2).

– Pliegue del bíceps. Se toma vertical, en la parte anterior del brazo, en el lado opuesto del pliegue tricipital.

Figura 12.2. Medida del

pliegue subescapular

con el plicómetro.

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SECCIÓN 2

Actualizaciones en Cirugía Ortopédica y

Traumatología

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155

INTRODUCCIÓN

Los tendones son estructuras del sistema musculoesquelético que actúan de poleas entre los músculos y los huesos, permitiendo así el movimiento de las articulaciones. Tienen, por lo tanto, un papel fundamental en la locomoción. De-bido a su estructura anatómica e histológica, el proceso reparativo de las lesio-nes de los tendones es lento e incierto, factor muy importante en el caso del futbolista, pues las lesiones tendinosas precisarán en ocasiones de tratamientos largos con disminución de la actividad física (Sharma, 2005).

ESTRUCTURA TENDINOSA

La estructura tendinosa está formada por fibrillas de colágeno dentro de una matriz de proteoglicanos asociados a una relativa escasez de células. Los fibro-blastos, el tipo celular predominante, están distribuidos en filas paralelas largas en los espacios entre los haces de colágeno. El principal componente del ten-dón es el colágeno tipo I.

La unión de fibrillas de colágeno forma los fascículos, que se mantienen unidos en el interior del tendón por tejido conectivo laxo —el endotenon o endotendón— que permite el movimiento longitudinal de los fascículos y so-porta los vasos sanguíneos, los vasos linfáticos y los nervios. Algunos tendo-nes, como los flexores de la mano, están encerrados en una vaina tendinosa que actúa de polea y dirige el tendón. Su deslizamiento se facilita por el líquido sinovial originado en la membrana sinovial parietal y visceral —epitenon o epi-tendón. Los tendones que están encerrados en una vaina se rodean de tejido conjuntivo areolar laxo —llamado paratenon o paratendón— que se comuni-ca con el tendón.

LESIONES TENDINOSAS

EN EL FUTBOLISTADr. A. Valcárcel Díaz

Dr. J.P. Puertas García-Sandoval Dr. J.J. López Martínez

Dra. F.M. Muñoz Franco

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ía ETIOLOGÍA GENERAL DE LAS LESIONES TENDINOSAS

Básicamente se diferencian tres grupos de lesiones tendinosas:

a) Inflamaciones de origen traumático. Son ocasionadas, en general, por esfuerzos infrecuentes excesivos o por microtraumatismos repetidos. Las más usuales son las lesiones por traumatismo directo con sección del tendón, las lesiones por traumatismo indirecto con arrancamiento del tendón de su inserción ósea y la lesión intratendinosa indirecta debida a factores intrínsecos o extrínsecos.

b) Infecciones específicas o inespecíficas. Muy infrecuentes en el futbolista.

c) Inflamaciones reumáticas. Relacionadas con patología reumática, tam-bién muy infrecuentes en el futbolista.

DIAGNÓSTICO DE LAS LESIONES TENDINOSAS

Las pruebas diagnósticas más habituales son la exploración clínica, las explora-ciones complementarias y los exámenes de laboratorio.

a) Exploración clínica. Es fundamental para un correcto diagnóstico de las lesiones tendinosas en el futbolista. El síntoma principal es el dolor, que presenta unas características distintivas según sea el pe-ríodo agudo o crónico del proceso. En ocasiones aparece solo duran-te el ejercicio o durante y después de la realización de la actividad deportiva.

b) Exploraciones complementarias. Son básicamente tres: Radiografía simple. Tiene poca utilidad salvo para mostrar calcifica-

ciones o reacciones óseas en los orígenes o inserciones tendinosas. Su mayor interés radica en descartar una lesión ósea.

Ecografía. La ecografía es hoy la exploración complementaria prín-ceps para el examen clínico de los tendones. Permite el estudio de la ecoestructura de los tendones, la morfología, el grosor y la continui-dad, así como la exploración de las vainas tendinosas. Actualmente es también una técnica esencial en el tratamiento de las lesiones tendino-sas, fundamentalmente en las infiltraciones ecoguiadas, sobre todo de plasma rico en plaquetas.

Resonancia magnética. Es un método que proporciona imágenes con una alta precisión, ya que reproduce con gran calidad la anatomía y la patología tendinosa. Es fundamental para el diagnóstico y la plani-ficación quirúrgica cuando sea necesaria (figura 13.1).

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157

13. Lesiones tendinosas en el futbolista

c) Exámenes de laboratorio. Tienen un significado muy inespecífico. El análisis sanguíneo permite detectar un síndrome inflamatorio, bien por traumatismo, bien por causa infec-ciosa o por enfermedad reumática, mediante la medición de la VSG (ve-locidad de sedimentación globular) y la PCR (proteína C reactiva). Estas pruebas pueden servir de orienta-ción sobre un síndrome inflamatorio, pero tienen poca especificidad para determinar la etiología, por lo que raramente se emplean en la práctica diaria a la hora de diagnosticar una lesión tendinosa en el futbolista, cuya principal causa es traumática.

TRATAMIENTO GENERAL

Dentro del tratamiento de las lesiones tendinosas se puede diferenciar el trata-miento conservador, que es el empleado en la gran mayoría de las lesiones en el futbolista, y el tratamiento quirúrgico, que se reserva para aquellos casos en los que fracasa el primero.

El tratamiento conservador consiste en el reposo funcional del tendón afec-tado mediante ferulización o reposo del miembro, tratamiento rehabilitador, prescripción de antiinflamatorios no esteroideos e infiltraciones con anestési-cos locales y corticoides, colágeno o la reciente introducción de la infiltración con plasma rico en plaquetas (PRP) (Rees, 2006). Esta técnica, por su gran poder antiinflamatorio y regenerativo de los tendones, aporta una herramienta muy útil para el tratamiento de estas lesiones.

Cuando tras algunos intentos de tratamiento conservador no se consigue mejoría, entonces estaría indicado el tratamiento quirúrgico mediante libera-ción o apertura de las vainas tendinosas, exéresis de nódulos fibrosos o teno-tomías.

LESIONES TENDINOSAS MÁS FRECUENTES EN EL FUTBOLISTA

A continuación se describen y se profundiza en las dos lesiones tendinosas más frecuentes dentro de la práctica del fútbol: las tendinopatías en la rodilla y la patología tendinosa del pie y el tobillo.

Figura 13.1. Rotura en el tercio

medio del tendón rotuliano en un

futbolista amateur.

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ía Tendinopatías en la rodilla

Las tendinopatías en la rodilla afectan fundamentalmente la región perirrotulia-na del tendón patelar y cuadricipital, aunque también pueden darse en los ten-dones de la pata de ganso y la inserción de los gemelos.

La más frecuente es la tendinopatía del tendón rotuliano a nivel del polo inferior de la rótula, denominada rodilla del saltador, frecuente en futbolistas, pero sobre todo en jugadores de baloncesto y voleibol. Clínicamente se carac-teriza por la presencia de dolor en el tendón afectado, que aumenta a la palpa-ción y contra resistencia de la acción del músculo. Para determinar la etapa en la que se encuentra el problema es útil seguir la clasificación de Blazina (Garcés, 2006), que distingue cuatro estadios:

– Estadio 1. Hay dolor al terminar el ejercicio. – Estadio 2. El dolor está presente durante el ejercicio, pero no impide la realización del mismo.

– Estadio 3. El dolor está presente con y sin actividad, incluso en reposo. – Estadio 4. Se produce una rotura del tendón.

Al diagnóstico se llega por la sintomatología y las pruebas complementa-rias, de las cuales la más usada, por su fácil acceso, es la ecografía.

El tratamiento es conservador en la mayoría de las ocasiones, salvo en el caso del estadio 4. Consiste en disminuir la actividad junto con un tratamiento antiinflamatorio. Debe evitarse recomendar reposo absoluto, ya que suele per-petuar el problema en el momento en que se reinicia la actividad física, por lo que debe acompañarse de un programa rehabilitador excéntrico controlado. La incorporación deportiva debe ser progresiva y cuando haya desaparecido el dolor en la actividad concreta requerida.

El tratamiento quirúrgico está reservado para aquellos casos refractarios al tra-tamiento conservador o ante las roturas tendinosas (figuras 13.2 y 13.3). Normal-

Figuras 13.2 y 13.3.

Imágenes intraoperatorias.

A la izquierda, rotura

en el tercio medio del

tendón rotuliano de

un futbolista amateur.

A la derecha, sutura

terminoterminal y

refuerzo con plastia

de semitendinoso.

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13. Lesiones tendinosas en el futbolista

mente consiste en la exéresis de la zona degenerada del tendón a través de peque-ñas incisiones longitudinales. Muchos cirujanos la acompañan de resección del polo distal de la rótula y perforaciones, si bien esto no siempre es necesario.

Patología tendinosa del pie y el tobillo: el tendón de Aquiles

Las patologías tendinosas del pie y el tobillo pueden producirse por traumatis-mo directo o por sobrecarga. La vascularización deficiente es un factor de riesgo para que, en situaciones de sobrecarga, el tendón se inflame (figura 13.4).

Las roturas totales o parciales tienen lugar en las zonas de degeneración. El jugador nota un pinchazo en el tendón y puede andar con normalidad, pero no puede mantener una postura sobre la punta de los pies. Las roturas parciales y las microrroturas repetidas se producen por esfuerzos explosivos o situaciones de sobrecarga, especialmente si existen alteraciones del alineamiento de la pierna y el pie. Son procesos que suelen cronificarse y se observa nodulación, habitualmente en el tercio medio del tendón.

Su diagnóstico se realiza mediante exploración física (dolor en el cuerpo del tendón y engrosamiento del mismo), ecografía y resonancia magnética (figuras 13.5 y 13.6).

Figura 13.4. Futbolista

profesional con el

médico del equipo, que

localiza la molestia a nivel

del tendón de Aquiles.

Figura 13.5. Imagen ecográfica

donde se aprecia el engrosamiento

del tendón de Aquiles compatible

con tendinopatía crónica.

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El tratamiento médico se basa en reposo relativo, antiinflamatorios, terapia física, trabajo excéntrico e incluso inmovilización en descarga. Se deben evitar las infiltraciones con corticoides por el riesgo de rotura (Kleinman, 1983). Actual-mente se tiende a la infiltración con plasma rico en plaquetas (Mishra, 2009) por su efecto reparador y antiinflamatorio local; si fracasa, hay que recurrir a la ciru-gía (figura 13.7).

Cuando las molestias aparecen en una localización más distal (a nivel del borde superior del calcáneo), es probable que se trate de una inflamación de la bursa retrocalcánea. La causa puede ser la contusión directa en esta zona o una presión mantenida por las botas. Normalmente tiene buen pronóstico y res-ponde bien al tratamiento médico. Solo si existen alteraciones morfológicas en el calcáneo, el cuadro puede persistir y cronificarse.

Figura 13.6. Imagen ecográfica

que muestra un hematoma

intratendinoso compatible con rotura

parcial del tendón de Aquiles.

Figura 13.7. Rotura completa del tendón

de Aquiles en un futbolista profesional,

previa a su reparación quirúrgica.

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253

INTRODUCCIÓN

Los términos osteocondrosis y epifisitis hacen referencia a trastornos de la epífisis en crecimiento. La enfermedad puede estar localizada en solo una epífisis, aunque en ocasiones puede afectar dos o más epífisis simultánea o sucesivamente.

La causa es habitualmente desconocida, pero los estudios realizados hacen pensar que puede estar originada por un déficit de la vascularización, por un trau-matismo o microtraumatismos de repetición, por una infección o ser de naturale-za congénita. En algunas epífisis, la osteocondrosis es suficientemente caracterís-tica como para ser fácilmente reconocible como una entidad clínica propia. Por otro lado, las osteocondrosis de algunas epífisis intraarticulares pueden confun-dirse con otras patologías y precisan de un cuidadoso estudio diagnóstico.

En el futbolista adolescente, las repetidas contracciones de una musculatura normalmente hipertrofiada provocan la aparición de osteocondritis secundarias a estos microtraumatismos de repetición. Las más frecuentes son las siguientes:

Epifisitis de la tuberosidad tibial anterior (enfermedad de Osgood–Schlatter). Osteocondritis calcánea (enfermedad de Sever). Epifisitis del quinto metatarsiano (enfermedad de Iselin). Osteocondrosis disecante de rótula. Osteocondrosis del escafoides (enfermedad de Köhler). Osteocondrosis de tobillo. Osteocondrosis de la cabeza de los metatarsianos.

EPIFISITIS DE LA TUBEROSIDAD TIBIAL ANTERIOR

ENFERMEDAD DE OSGOODSCHLATTER

Introducción

La enfermedad de Osgood-Schlatter se caracteriza por producir una tumefacción dolorosa de la tuberosidad tibial anterior (TTA) que afecta a niños y adolescentes.

OSTEOCONDROSIS EN EL

FUTBOLISTA ADOLESCENTEDr. J. Martínez Ros

Dr. J.J. López Martínez Dr. F.J. Carrillo Piñero

Dr. C. Salcedo Cánovas

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ía La enfermedad se denominó así en reconocimiento al cirujano estadouni-dense Robert Bayley Osgood (1873-1956) y a su colega suizo Carl Schlatter (1864-1934), que describieron la enfermedad en 1903.

El origen de la enfermedad de Osgood-Schlatter se relaciona con los conti-nuos microtraumatismos de repetición provocados por la tracción del tendón rotuliano sobre la TTA antes de que finalice el crecimiento. Este trastorno se observa muy a menudo en adolescentes activos y atléticos, generalmente en edades comprendidas entre los 10 y los 15 años. Es más común en varones, ya que a estas edades suelen realizar mayor práctica deportiva (Cassas, 2006; Mer-cier, 2009).

Clínica y diagnóstico

El principal síntoma es una tumefacción dolorosa de la TTA, que en ocasio-nes puede aparecer de manera bilateral. Dicha región es sensible a la pre-sión. La sintomatología empeora con la práctica deportiva (figura 23.1).

La radiografía simple de rodilla en proyec-ciones anteroposterior y lateral puede ser normal, pero igualmente puede mostrar sig-nos indirectos de inflamación alrededor de la región de la TTA e incluso imágenes compati-bles con mínimas fragmentaciones epifisarias (figura 23.2).

Figura 23.1. Imagen

que muestra el aumento

de volumen a nivel

de la tuberosidad anterior

tibial.

Figura 23.2. Radiografía lateral de rodilla

en adolescente de 14 años, con fragmentación de

tuberosidad tibial anterior como secuela de una

enfermedad de Osgood-Schlatter.

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23. Osteocondrosis en el futb

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Tratamiento de la epifisitis de la tuberosidad tibial anterior

Este proceso se trata satisfactoriamente mediante técnicas conservadoras, como:

– Miembro inferior afecto en descarga, con un aumento gradual de la acti-vidad, según sintomatología.

– Crioterapia. – Fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) o paracetamol.

A veces, en casos de evolución lenta, para remitir las manifestaciones clíni-cas, puede ser útil la utilización de ortesis que mantengan la pierna en reposo. En muy raras ocasiones es preciso el tratamiento quirúrgico (figura 23.3).

Pronóstico y complicaciones

La mayoría de los casos mejoran satisfactoriamente después de algunas sema-nas o meses y finalmente desaparecen de manera definitiva una vez que se pro-duce el cierre fisario. Se debe mantener la práctica deportiva siempre y cuando no provoque molestias destacables para el paciente.

La complicación más importante de este trastorno es la aparición de dolor crónico.

OSTEOCONDRITIS CALCÁNEA ENFERMEDAD DE SEVER

Introducción

La enfermedad de Sever se caracteriza por un dolor que aparece a nivel del talón de los niños y adolescentes, sobre todo al realizar actividades físicas. Es una de las principales causas de dolor en dicha zona.

Figura

23.3. Tratamiento

quirúrgico de la

enfermedad de Osgood-

Schlatter. Exéresis del

fragmento óseo.

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ía Esta dolencia es conocida como enfermedad de Sever en honor al médico J.W. Sever, que fue el primero en describirla en 1912 (Mercier, 2009; Patel, 2006).

El origen de este proceso se asocia a la tracción fuerte y repetida del tendón de Aquiles sobre el calcáneo, que provoca la inflamación de la epífisis y la apari-ción de dolor. También puede estar originada por un microtraumatismo directo y repetido sobre dicha zona. Por tanto, este trastorno es frecuente en niños que realizan intensa actividad física, como en el fútbol (Canale, 2004).

Clínica y diagnóstico

El paciente siente un dolor agudo en el talón tras la práctica deportiva. A la exploración física se aprecia dolor intenso a la palpación del talón. La mar-cha de talones aumenta el dolor, mientras que la marcha de puntillas lo dis-minuye.

La radiografía simple anteroposterior y lateral de tobillo no suele indicar cambios respecto a la normalidad.

Tratamiento

El tratamiento busca disminuir o eliminar el dolor, a la vez que se intenta mante-ner las actividades del joven deportista. Este tratamiento consiste en reposo re-lativo, crioterapia, ejercicios de fisioterapia y uso de taloneras blandas. En caso de que las molestias sean muy graves, se debe dejar el miembro afecto en des-carga e incluso usar ortesis para inmovilización del tobillo (Mercier, 2009; Patel, 2006; Canale, 2004).

EPIFISITIS DE TRACCIÓN DE LA BASE DEL QUINTO

METATARSIANO ENFERMEDAD DE ISELIN

Introducción

La enfermedad de Iselin se caracteriza por dolor a la palpación de la base del quinto metatarsiano.

Iselin describió en 1912 en una publicación alemana una epifisitis de tracción de la base del quinto metatarsiano que se produce en adolescentes jóvenes en el momento de la osificación del quinto metatarsiano. Se trata de un pequeño nú-cleo de osificación en la región lateral de la base del quinto metatarsiano. Los es-tudios anatómicos han mostrado que este hueso se localiza en el interior de la expansión cartilaginosa sobre la que se inserta el tendón peroneo corto.

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23. Osteocondrosis en el futb

olista adolescente

Clínica y diagnóstico

El principal síntoma de la enfermedad de Iselin es el dolor sobre la parte proxi-mal prominente del quinto metatarsiano. El apoyo produce dolor sobre la cara lateral del pie. Entre los factores desencadenantes se suelen encontrar la prácti-ca de deportes que requieren la descarga de presiones sobre el antepié, como es el caso del fútbol. El área afectada sobre la tuberosidad suele estar engrosada, con edema de partes blandas y eritema local; es dolorosa a la palpación a nivel de la inserción del peroneo lateral corto, y la eversión resistida y la flexión plan-tar y dorsal máximas desencadenan el dolor.

Las proyecciones de radiología simple anteroposterior y lateral no suelen dar buena información, por lo que se deben realizar proyecciones oblicuas, las cuales pueden ser desde normales hasta mostrar una fragmentación de la epí-fisis, así como un ensanchamiento de la unión osteocartilaginosa.

Tratamiento

El tratamiento de la epifisitis de tracción de la base del quinto metatarsiano tie-ne como objetivo prevenir la recurrencia de los síntomas. Durante la fase aguda, el tratamiento inicial debe dirigirse a disminuir los cambios reactivos y la infla-mación aguda producida por un exceso de tracción del tendón peroneo lateral corto. En caso de síntomas leves suele bastar la limitación de las actividades deportivas, la crioterapia y la administración de antiinflamatorios. Si los sínto-mas son mayores, se debe realizar descarga absoluta del miembro afecto, e in-cluso la inmovilización del tobillo (Mercier, 2009; Patel, 2006; Canale, 2004).

BIBLIOGRAFÍA

Cassas KJ (2006). Childhood and adolescent sports-related overuse injuries. Am Farm Phi-sician, 73(6):1014-1022.

Mercier LR (2009). Osgood-Schlatter disease. En: Ferri FF, et al. (eds.). Ferri’s Clinical Advisor: Instant Diagnosis and Treatment (9.a ed.). Mosby, St Louis; p.593.

Patel DR (2006). Musculoskeletal injuries in sports. Prim Care, 33(2):545-579.Canale ST (2004). Osteocondrosis y epifisitis y otros trastornos de origen diverso. En:

Canale ST, et al. (eds.). Campbell Cirugía Ortopédica (10.a ed.). Elsevier-Mosby, Madrid; pp. 1143-1212.

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