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4 Al conmemorarse el 76 aniversario de su natalicio Carlos, siempre vivo en el ideal socialista El 23 de junio se cumplió el 76 aniversario del natalicio de Carlos Fonseca, quien, desde muy joven se integró a la lucha por la transformación de Nicaragua. Sus 40 años de vida las vivió intensamente por la causa del pueblo, consecuentemente representada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), del cual fue su principal creador y conductor hasta 1976, año en que cayó combatiendo contra la dictadura somocista. Fredy Franco (*) C arlos desde muchacho fue muy estudioso y preocupado de los problemas que vivía Nicaragua y el pueblo; al entrar a la Universidad multiplicó su compromiso de tiempo completo por la causa de la revolución, por eso dijo: “En estos países, la persona que tiene el privilegio de adquirir cierta instruc- ción, tiene el deber de entregar estos conocimientos, por modestos que sean, al destino de las mayorías que no han tenido la oportunidad de tocar un libro, de tocar un papel. Haber puesto los pies en una universidad es una facultad que multiplica nuestra obligación de parti- cipar en el afán de hacer la liberación por el cambio revolucionario, por el cambio social”. Fue clave en la forja del compromiso político que fue asumiendo Carlos, el estudiar con pasión la historia y realidad nacional, a partir de la cual construyó una visión y una conciencia patriótica y social de las causas de los males que aquejaban a Nicaragua y a los nicaragüenses, y la necesidad de buscar su superación. Dentro de esas causas principales de los grandes males Carlos Fonseca identificó al intervencionismo estado- unidense y la traición oligárquica. Dijo que después del Espino Negro (1927) “la nobleza de este pueblo hace con- traste con la desmesurada desvergüen- za de los oligarcas que tienen por norte tan sólo sus mezquinos intereses. Inter- vención extranjera y traición oligarca se vieron frente al espíritu ofendido del hijo de un pueblo sacrificado sin cesar en el curso de cien años de violencias y anhelos”. Esa nobleza de la que nos habla Carlos la representaba Augusto C. Sandino, quien al tomar conciencia de la situa- ción que enfrentaba Nicaragua, fundó y se puso el frente del Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua, ejercito patriótico que enfrentó heroica y dignamente la intervención yanqui y a los vendepatrias en el país. El ejemplo de Sandino y el estudio de su gesta por Carlos Fonseca fue la clave para encontrar la correcta guía del mo- vimiento revolucionario nicaragüense que, sin obviar la teoría y la experiencia “que ofrece el movimiento contempo- ráneo de liberación nacional” (la cual igualmente estudió con sentido crítico y pertinente a las necesidades de la lucha), “el punto de partida para darle continuidad a la lucha por la liberación nacional y social, era Nicaragua”. En ese sentido, Carlos es el continuador de Sandino. En ese periodo de 1950 a 1961, el comandante Fonseca se vincu- lo a distintas personas y grupos políti- cos y guerrilleros buscando construir la alternativa política que le diera conti- El continuador de Sandino CCC - César Pérez

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Al conmemorarse el 76 aniversario de su natalicio Fredy Franco (*) arlos desde muchacho fue muy estudioso y preocupado de los problemas que vivía Nicaragua y el pueblo; al entrar a la Universidad multiplicó su compromiso de tiempo completo por la causa de la revolución, por eso dijo: y dignamente la intervención yanqui y a los vendepatrias en el país. 4 “En estos países, la persona que tiene el privilegio de adquirir cierta instruc- ción, tiene el deber de entregar estos

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Al conmemorarse el 76 aniversario de su natalicio

Carlos,siempre vivo en el

ideal socialistaEl 23 de junio se cumplió el

76 aniversario del natalicio de

Carlos Fonseca, quien, desde muy

joven se integró a la lucha por

la transformación de Nicaragua.

Sus 40 años de vida las vivió

intensamente por la causa del pueblo,

consecuentemente representada por

el Frente Sandinista de Liberación

Nacional (FSLN), del cual fue su

principal creador y conductor hasta

1976, año en que cayó combatiendo

contra la dictadura somocista.

Fredy Franco (*)

C arlos desde muchacho fue muy estudioso y preocupado de los problemas que vivía Nicaragua

y el pueblo; al entrar a la Universidad multiplicó su compromiso de tiempo completo por la causa de la revolución, por eso dijo:

“En estos países, la persona que tiene el privilegio de adquirir cierta instruc-ción, tiene el deber de entregar estos

conocimientos, por modestos que sean, al destino de las mayorías que no han tenido la oportunidad de tocar un libro, de tocar un papel. Haber puesto los pies en una universidad es una facultad que multiplica nuestra obligación de parti-cipar en el afán de hacer la liberación por el cambio revolucionario, por el cambio social”.

Fue clave en la forja del compromiso político que fue asumiendo Carlos, el estudiar con pasión la historia y realidad nacional, a partir de la cual construyó una visión y una conciencia patriótica y social de las causas de los males que aquejaban a Nicaragua y a los nicaragüenses, y la necesidad de buscar su superación.

Dentro de esas causas principales de los grandes males Carlos Fonseca identificó al intervencionismo estado-unidense y la traición oligárquica. Dijo que después del Espino Negro (1927) “la nobleza de este pueblo hace con-traste con la desmesurada desvergüen-za de los oligarcas que tienen por norte tan sólo sus mezquinos intereses. Inter-vención extranjera y traición oligarca se vieron frente al espíritu ofendido del hijo de un pueblo sacrificado sin cesar en el curso de cien años de violencias y anhelos”.

Esa nobleza de la que nos habla Carlos la representaba Augusto C. Sandino, quien al tomar conciencia de la situa-ción que enfrentaba Nicaragua, fundó y se puso el frente del Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua, ejercito patriótico que enfrentó heroica

y dignamente la intervención yanqui y a los vendepatrias en el país.

El ejemplo de Sandino y el estudio de su gesta por Carlos Fonseca fue la clave para encontrar la correcta guía del mo-vimiento revolucionario nicaragüense que, sin obviar la teoría y la experiencia “que ofrece el movimiento contempo-ráneo de liberación nacional” (la cual igualmente estudió con sentido crítico y pertinente a las necesidades de la lucha), “el punto de partida para darle continuidad a la lucha por la liberación nacional y social, era Nicaragua”.

En ese sentido, Carlos es el continuador de Sandino. En ese periodo de 1950 a 1961, el comandante Fonseca se vincu-lo a distintas personas y grupos políti-cos y guerrilleros buscando construir la alternativa política que le diera conti-

El continuador de Sandino

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Para forjar una organi-zación revolucionaria en condiciones completamen-te adversas como la que representaba la dictadura somocista, en medio de la más cruel represión y sin el mínimo espacio de libertad existente, era necesario contar con un liderazgo fir-me, valiente y comprometi-do, y con una visión táctica y estratégica adecuada para emprender y desarrollar la lucha. Ese liderazgo tenía como ejemplo cimero a Carlos Fonseca.

Esa decisión consecuente de dedicar y ofrendar la vida, si fuese necesario, por la causa de la revolución, es con la que surgió y se forjó el FSLN, y lo que Carlos inculcó y practicó conse-cuentemente: “Perder la vida o derramar la sangre no es para el guerrillero una condenación, es la

ofrenda que se otorga para que advenga el luminoso día en que el oro vil no dispondrá de esclavos ni de imperios. Nuestra decisión de hacer efectivo nuestro inmortal lema de PATRIA LIBRE O MORIR no es una simple promesa. Las vidas que de nuestras filas han pasado a la inmortalidad así lo demuestran”.

Pero a la par de la firmeza y consecuencia que debía caracterizar a la fuerza revolucionaria, era impor-tante definir y proyectar los objetivos y alcances de la lucha y el cambio que se reivindicaba, teniendo claro Carlos Fonseca, como Sandino, que debía combinarse la búsqueda en un largo proceso de la liberación nacional y social, sin quemar etapas y avanzando en gradual proceso de transformación

que en un primer mo-mento debía tener como énfasis lo nacional, dada la dependencia y el histórico sometimiento externo que sufrió Nicaragua por tres imperios: el español, el inglés y el estadounidense.

Dijo Carlos: “el progreso de Nicaragua, el desarrollo de su economía, la liquidación de la pavorosa miseria, al igual que en toda América Latina, no podrán alcan-zarse sino bajo un nuevo sistema, un sistema de plena liberación nacional”.

Para ello se debía desa-rrollar la lucha armada popular contra la dictadu-ra somocista y derrocarla para lograr que “la eman-cipación nacional y social de Nicaragua se alcanzara (…) orientada por los más avanzados principios revo-lucionarios”.

nuidad a la lucha; y en ella se vinculó a los veteranos san-dinistas, entre ellos Santos López, que junto a jóvenes revolucionarios como Silvio Mayorga y Tomas Borge, fundaron el Frente Sandinis-ta de Liberación Nacional.

Una organización político-militar de izquierda que, a diferencia de las otras ex-presiones de izquierda que habían surgido en el país, nació al “fragor del combate” y partiendo de las tradicio-nes de las luchas populares y patrióticas de Nicaragua para llevarla hacia adelante, bajo el sello del sandinismo, ideología que desde sus ini-cios sustentó el FSLN.

Liderazgo firme, valiente y comprometido

Ideal revolucionario vigente

Principios sustentados en el ideal estratégico del socialismo, que había que construir sumando a otros secto-res para alcanzarlo. Dijo: “somos cons-cientes que el socialismo es la única pers-pectiva que tienen los pueblos para lograr un cambio profundo en sus condiciones de vida. Lo que no supone que excluyamos a personas que no piensan igual que nosotros, y aunque pensamos que la guía fundamental deben ser los principios del socialismo científico, estamos dispuestos a marchar juntos con perso-nas de las más diversas creencias interesadas en el derro-camiento de la tiranía y en la liberación de nuestro país”.

El ideal revolucionario de Carlos Fonseca se hizo realidad con el triunfo de la Revolución Sandinista en 1979, con la que se avanzó sustantivamente en la liberación nacional y social del país, combatiendo la “pavorosa miseria”, avan-zando en la igualdad social, en el desarrollo económico nacional y en el empoderamiento de las clases populares.

De nuevo, la Revolución se enfrentó a las agresiones impe-rialistas que, junto a la oligarquía, pretendieron y siguen pre-

tendiendo detener el avance revolucio-nario en la primera etapa (1979-1990) y

hoy en esta segunda etapa, en que sigue avanzando en las transformaciones socia-

les bajo el ideal socialista que reivindica el bien común (el cristianismo) y la solidaridad,

en la que se han sumado “personas de las más diversas creencias” interesadas en el progreso del país.

El ideal socialista, antimperialista y anti-oligárquico de Carlos Fonseca está vivo en la obra de la Revolución San-dinista, porque precisamente el enemigo es el mismo: el imperialismo y la oligarquía, porque el ideal de sociedad que salvará a la especie humana y al planeta es el socialis-mo, un sistema nuevo y superior, como él lo denominó.

El Ejemplo de Carlos Fonseca y su ideal revolucionario siguen plenamente vivos, vigentes; por eso, como dijo el Comandante Tomas Borge, su discípulo, “¡Carlos es de los muertos que nunca mueren!”.

(*) Secretario Nacional. Comisión de Asuntos Jurídicos y Éticos del FSLN (CAJE-Nacional).

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Padre Miguel d´Escoto en la Cumbre de la UNO Río+20:

y esperanza viene del Sur

R eciban todos y todas el más caluroso saludo Sandinista de parte del presidente comandante Daniel Ortega Saavedra -en cuya representación estoy aquí en Río

hablando hoy con ustedes.

Pareciera que fue apenas ayer que se celebró aquí, en esta linda y hospitalaria ciudad de Río de Janeiro, la Cumbre de la Tierra, que en verdad fue la más importante reunión en de-fensa de la Madre Tierra jamás realizada por la humanidad.

Pero, en realidad, no fue ayer. Eso ocurrió hace ya 20 años y, por no haber acatado todo lo que se advirtió en Río en 1992, miles y miles de especies vivientes, cuyo desarrollo evolutivo

Señora Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anfitriona de Rio+20,

Señor Sha Zukang, Secretario General de esta Conferencia,

Queridos hermanos y hermanas,

tomó muchos millones de años, están condenadas a desapa-recer en el curso de la vida de los aquí presentes.

Este cataclísmico proceso de desaparición de las especies se convierte en algo irreversible una vez alcanzado y superado el máximo nivel de daño tolerable por cada una de las diferen-tes especies. Para impedir que el resto de las especies, inclu-yendo la humana, también desaparezcan, era imperativo que en esta Cumbre de Río+20 se acordaran medidas heroicas, drásticamente generosas.

Aquí en Río de Janeiro aún retumban las vibrantes, firmes e importantísimas palabras pronunciadas hace 20 años, en la Cumbre de la Tierra, por el comandante Fidel Castro Ruz, nuestro profeta mayor en estos días de dolor y zozobra, pero también de esperanzas.

“Una importante especie biológica”, nos decía Fidel en ese entonces, “está en riesgo de desaparecer por la rápida y pro-gresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre.” Y continua: “Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo”.

Fidel concluye sus observaciones di-ciéndonos “La solución no puede ser impedir el desarrollo a los que más lo necesitan… Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta... Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo”.

Es por eso que hoy, 20 años después de que Fidel nos hiciera esa advertencia, yo me dirijo a ustedes, queridos hermanos y hermanas, con tristeza, con

pesar pero también con una inmensa gratitud hacia Brasil por haberse esforzado tanto y por haber sacado el mejor documento posible; por haber asumido la tarea, nada envidiable, de reconciliar lo irreconciliable, manteniendo en vigencia la Cumbre de la Tierra, incluyendo el principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas.

En el documento final se logró, tal como lo expresó nuestra anfitriona, que la erradicación de la pobreza fuera aceptada como el mayor reto de la hu-

manidad, se adoptaron los objetivos de desarrollo sostenible y a nosotros nos agradó que haya mencionado los dere-chos de la Madre Tierra.

No obstante, hay que señalar que la llamada “Economía Verde”, de que tanto se habló en esta Cumbre, y tanto se recoge en el documento final, no es más que el ambientalismo del capitalis-mo, que privatiza la riqueza y socializa la pobreza. Hermanos y hermanas, con estos conceptos lo único que lograre-mos es acelerar nuestra destrucción de la creación de Dios, nuestro Señor.

La llamada “Economía Verde”

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Con tristeza por haber constatado nuevamente que en nuestra Organización de las Naciones Unidas no es posible sacar un documento vinculante a la altura de las exigencias que la crítica situación de nuestro planeta y la sobrevivencia de nuestra propia especie nos exigen. Nuestro documento final representa otra oportunidad desaprovechada; una repetición de Copenhague, de Cancún y Durban. Es una declaración que aportará casi nada para la lucha por nuestra sobrevivencia como especie.

Semilla sembrada por Fidel está dando sus frutos

Con pesar porque nuestra declaración final no recoge, para nada, los conocimientos y la sabiduría de nuestros pueblos originarios que nos enseñan a convivir en armonía con la Madre Tierra y con nuestra propia especie humana. No recoge tampoco los valores centrales de todas nuestras diferentes religiones y tradiciones ético-filosóficas como son el amor, la justicia social, la defensa de la vida y la solidaridad.

No obstante, independientemente de Río+20, se percibe también una creciente luz de amor y solidaridad con la Madre Tierra y con la humanidad. Una luz de vida y esperanza que nos viene del Sur. La semilla que sembró el gran profeta de nuestro tiempo, el comandante Fidel Castro Ruz, en la heroica y siempre solidaria hermana República de Cuba, está dando sus frutos por toda nuestra Patria Grande, América Latina y el Caribe, mientras que en la propia Cuba la Revolución se sigue robusteciendo con el presidente Raúl Castro Ruz. Aplaudimos su intervención aquí en Río+20, corta pero contundente.

Después de Cuba, fue en la pequeña, heroica, antiimperialista y martirizada Nicaragua de Sandino y de Darío, de Morazán y de Bolívar, donde se vieron los primeros destellos del Alba de oro cuya propagación y extensión es ya algo indetenible. Con el comandante Daniel Ortega Saavedra nuevamente presidente, el pueblo de Nicaragua ha recuperado su derecho a gobernar y a

defender, con toda su alma, los derechos de la Madre Tierra.

Después de Fidel y de Daniel, el Señor nos envió a otro gran profeta, el queridísimo y mundialmente admirado por los pobres, los desposeídos, los hambrientos y todos los amantes de la paz y la justicia, el comandante presidente Hugo Chávez Frías, que ha convertido a su patria, la República Bolivariana de Venezuela, en el centro neurálgico de la revolución ecológica y humanitaria en toda nuestra América latina y caribeña.

Poco después vimos aparecer como Presidente de la hermana República Plurinacional de Bolivia al presidente Evo Morales Ayma, Héroe Mundial de la Madre Tierra. Bolivia ha puesto a la orden del día los derechos de la Madre Tierra y de los pueblos originarios alrededor del mundo.

Con la aparición de Rafael Correa Delgado en la Presidencia de la hermana República de Ecuador y con su Revolución Ciudadana, vimos fortalecer más el movimiento libertario en nuestra Patria Grande. La iniciativa Yasuní-ITT es un ejemplo claro de cómo es posible convivir con nuestra Madre Tierra sin causarle daños que repercuten contra nosotros mismos ya que, aunque ella puede vivir sin nosotros, nosotros no podemos vivir sin ella.

Padre Miguel d Escoto, ministro asesor de Relaciones Internacionales del presidente Daniel Ortega.

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En San Vicente y Las Granadinas, Dominica, como tam-bién en Antigua y Barbuda, los Primeros Ministros Ralph Gonsalves, Roosevelt Skerrit, y Winston Baldwin Spencer se han sumado a nuestro gran movimiento libertario. Aunque en Honduras el imperio logró, mediante un golpe de Estado militar, sacar al presidente José Manuel Zelaya, sabemos que el valiente pueblo hondureño sabrá defender sus ideales democráticos.

Al hablar de golpe de Estado, quiero expresar la inclau-dicable solidaridad de Nicaragua con el presidente del Paraguay, Fernando Lugo Méndez, contra quien la dere-cha stroessnerista de su país está queriendo consumar lo que sólo podemos caracterizar como un golpe de Estado.

No podemos dejar de mencionar el importantísimo papel que Brasil, con Lula, jugó para profundizar la unidad y lograr una eventual con-solidación formal de nuestra Patria Grande latinoamericana y caribe-ña. Eso es algo que ha seguido, sin interrupción alguna, bajo la Presidencia de Dilma Rousseff, nuestra querida anfitriona. Aprove-chamos la ocasión para enviar nues-tros más fraternos saludos y parabienes al gran Lula.

Argentina, con Néstor Kirchner primero y ahora con Cristina Fernández de Kirchner, ha vuelto a ser país em-blemático de la dignidad latinoamericana que lucha por la paz, la unidad y la solidaridad pero que no está dispuesta a permitir que violenten su independencia, soberanía o integridad territorial. Nos solidarizamos con Cristina en su valiente lucha porque se nos devuelva Las Malvinas. Digo, se le devuelva a Argentina, pero también a nosotros, porque Las Malvinas son parte integral e inseparable de nuestra Patria Grande latinoamericana y caribeña.

Expresamos nuestro cariño, respeto y gratitud al Señor Sha Zukang, Secretario General de esta Conferencia. Son

los Jefes de Estado, y no los funcionarios de la ONU, los únicos que pueden cam-biar o reinventar nuestra Organización para que sea capaz de emitir los nece-sarios acuerdos vinculantes y tenga la facultad de tomar, dentro del marco de la noviolencia activa y creativa, medidas coercitivas para lograr su acatamiento; para que no siga siendo instrumento de ningún Estado; para que no permita que se sigan cometiendo las ya fre-

cuentísimas y criminales guerras de agresión con total y absoluta impuni-

dad y para que se respeten los derechos de la Madre Tierra.

Nosotros, con el propósito de asistir a los Jefes de Estado y de Gobierno sobre cómo se podría hacer esta reinvención, hemos preparado una propuesta de Reinvención de la ONU que pronto haremos circular en siete idiomas, los seis idiomas oficiales de hoy, mas portugués que proponemos sea también declarado idioma oficial de las Naciones Unidas.

Me complace poderles informar que Nicaragua se ha convertido en el primer país Miembro de la ONU que formalmente ha aceptado la propuesta de Declaración Universal del Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad, una de las tres partes que integran nuestra

propuesta para la reinvención de la ONU.

Esta propuesta recoge lo esencial de la Carta de la Tierra, de la Declaración de Cochabamba y la elaboramos con la in-dispensable colaboración de nuestro muy querido hermano, Leonardo Boff, des-pués de amplias consultas con expertos en nuestras cinco regiones geográficas.

El presidente Ortega, fiel discípulo de Jesús de Nazaret y de Fidel, se encargó de que esta Declaración Universal del Bien Común de la Madre Tierra y de la Humanidad fuera conocida hasta en los lugares más recónditos de Nicaragua, en todos los colegios y universidades como también por

toda la ciudadanía, entre quienes la Declaración ha generado niveles de interés y entusiasmo que la declaración final de Río+20 jamás podría generar en ningún lado.

Muchas Gracias por su amable atención.

Permítanme terminar mi intervención invocando a Nuestra Señora de Apare-cida para que interceda por nosotros y nosotras y nos ayude a sobrevivir los cataclísmicos fenómenos naturales que se aproximan, pero que nosotros aun no parecemos tomar con la seriedad que merecen ser tomados.

22 de junio de 2012, Río de Janeiro, Brasil

Propuesta de Reinvención de la ONU

Solidaridad con el presidente Lugo

Tomado de internet