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Universidad Mariano Gálvez de Guatemala
Facultad Ciencias de la Administración
Dirección de Postgrados
Maestría en Administración de Recursos Humanos
Administración de Compensaciones
Licda. Claudia Villela
Los convenios OIT relativos al trabajo infantil
Cecilia Beatriz Marroquín Rivas 1828-04-14557
Guastatoya, 10 de marzo de 2012
INTRODUCCION
En Guatemala, similar a otros países del área, la pobreza es la causa
principal que empuja a la niñez y adolescencia a trabajar para paliar las
necesidades de sus familias, que, además, suelen ser muy numerosas. Es
preocupante que esta necesidad de ingresos económicos arrastre a las
personas menores de edad a emplearse en trabajos peligrosos y a verse
envueltas en peores formas de trabajo infantil.
1. La aplicación de los Convenios de la OIT relativos a trabajo
infantil en Guatemala
Según la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida (ENCOVI) realizada en el año
2000 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), Guatemala cuenta con una
población de 11.385.441 habitantes (51,1% de hombres y 48,9% de mujeres). En un
país joven y en crecimiento constante es probable que actualmente la población alcance
los 12 millones de habitantes.
Guatemala se caracteriza por ser un país multiétnico, pluricultural y multilingüe, y
cuenta con 4 grupos étnicos principales: mayas, ladinos, garífunas y xincas. El 40,5% de
la población se identifica como indígena frente al 59,5% que se identifica como no
indígena.
Del total de la población, casi un millón son niños, niñas y adolescentes. Según la
ENCOVI del año 2000, cerca de 938.000 menores de edad trabajaban entonces; de
ellos, aproximadamente 520.000 tenían entre 5 y 14 años de edad.
Convenio núm. 138
Consciente de la necesidad de protección de la niñez y la adolescencia trabajadora, el
Estado de Guatemala ratificó el Convenio del OIT núm. 138 sobre la edad mínima
(1973) el 27 de abril de 1990 –publicado el 21 de enero de 1991-.
En este sentido, el Código de Trabajo, en su Artículo 31, dice textualmente: “Tienen
también capacidad para contratar su trabajo, para percibir y disponer de la retribución
convenida y, en general, para ejercer los derechos y acciones que se deriven del presente
Código, de sus reglamentos y de las leyes de Previsión Social, los menores de edad, de
uno o de otro sexo, que tengan 14 años o más y los insolventes y fallidos”.
Cabe observar que Guatemala ha fijado en 14 años la edad mínima de admisión al
empleo. Y con la ratificación del Convenio núm. 138, el Estado se ha comprometido a
elevar gradualmente la edad mínima de admisión al empleo. El gran obstáculo para ello
es la pobreza derivada de la mala distribución que se da de la riqueza en el país.
Es un reto para Guatemala seguir protegiendo a las personas menores de edad
garantizando su bienestar, impulsando políticas de protección integral, así como velar
por el cumplimiento de los convenios internacionales.
Convenio núm. 182
La ratificación del Convenio núm. 182 sobre las peores formas de trabajo infantil (1999)
el 13 de julio de 2001 –publicado el 30 de agosto de 2001- abre nuevas posibilidades
para la niñez y adolescencia trabajadora en materia de protección.
Las áreas rurales, que concentran a gran parte de la población guatemalteca, ofrecen
escasas oportunidades a niños, niñas y adolescentes. La oferta educativa es muy
limitada en estas zonas; y niñas, niños y adolescentes sin formación se ven arrastrados a
perpetuar el círculo de la pobreza en que viven. Además, la falta de fuentes de empleo
obliga a familias enteras a migrar hacia las fincas cafetaleras o azucareras. Niños, niñas
y adolescentes migran también hacia las zonas urbanas o la ciudad capital para
emplearse como subempleados, en trabajos informales o involucrados en actividades
consideradas como peores formas de trabajo infantil.
Al ratificar el Convenio núm. 182 de la OIT, el Estado de Guatemala se compromete a
definir cuáles son las peores formas de trabajo infantil, de las cuales hay que proteger a
niñas, niños y adolescentes.
A raíz de la ratificación de este convenio, nace la Comisión Nacional para la
Erradicación del Trabajo Infantil, presidida por el Excelentísimo Señor vicepresidente
de la República (Acuerdo Gubernativo 347-2002 de 30 de septiembre de 2002). Esta
Comisión cuenta con una Secretaría Técnica, conformada por diferentes representantes
de instituciones públicas y privadas que trabajan en temas relacionados con la niñez y
adolescencia trabajadora. Ya desde sus inicios, la Comisión impulsó tanto en la capital
como en los departamentos de San Marcos, Huehuetenango y Quiché la socialización
del Plan Nacional para la prevención y eliminación del Trabajo Infantil y la Protección
a la Adolescencia Trabajadora (2001-2004).
Con el accionar de la Secretaría Ejecutiva y el apoyo del Programa Internacional para la
Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la Organización Internacional del Trabajo,
nace en el año 2006 el Acuerdo Gubernativo 250-2006, Reglamento para la Aplicación
del Convenio núm. 182 de la Organización Internacional del Trabajo sobre las peores
formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación -publicado el 18 de
mayo de 2006-.
Dicho Reglamento tiene por objeto desarrollar el contenido del artículo 3 literal
d) del Convenio:
Determina y prohíbe los trabajos que pueden dañar la salud, la seguridad y la
moralidad de las personas menores de 18 años.
Crea mecanismos de sanción que contribuyen a la eliminación de estas peores
formas de trabajo infantil.
Crea mecanismos de coordinación interinstitucional que garanticen la efectiva
aplicación de las disposiciones de este reglamento.
El Ministerio de Trabajo ha coordinado diferentes proyectos de apoyo a la niñez y
adolescencia trabajadora con otras instituciones –especialmente, IPEC-. Los proyectos
se han enfocado en:
• Trabajos en minas y canteras
• Trabajo en la agricultura
• Trabajo infantil doméstico
• Trabajo en la industria pirotécnica
El principal obstáculo para la protección de niños, niñas y adolescentes trabajadores ha
sido la imposibilidad de control: las limitaciones presupuestarias y de recursos humanos
de las instituciones involucradas –incluido el Ministerio de Trabajo- dificultan la
atención de una población que va en aumento. Los presupuestos con los que se trabaja
son insuficientes para desarrollar programas y proyectos de mediano y largo plazo.
En este contexto, tanto el Ministerio de Trabajo como las instituciones que velan por la
niñez y adolescencia han coincidido en que una de las medias que deben adoptarse de
manera inmediata es la capacitación de los operadores de justicia en lo referente a la
aplicación de los convenios internacionales ratificados por Guatemala.
1.1 Trabajo Infantil
La prevención y combate del trabajo infantil es uno de los objetivos incluidos en la
Agenda Hemisférica para generar Trabajo Decente promovida por la OIT en las
Américas para el período 2006-2015.
Respecto al trabajo infantil, la OIT se ha propuesto como metas:
Eliminar las peores formas de trabajo infantil en un plazo de 10 años (2015)
Eliminar el trabajo infantil en su totalidad en un plazo de 15 años (2020).
Para esto, el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infanti –IPEC (por
su sigla en ingles), concentra sus esfuerzos en prestar asistencia técnica a los países para
el diseño y puesta en marcha de una política nacional efectiva destinada a disminuir
progresivamente el trabajo infantil e incluye asesoría especializada en aspectos
legislativos tendientes a la aplicación y cumplimiento efectivo de los convenios
fundamentales de la OIT núm.138 y núm. 182 referidos al trabajo infantil.
Una especial preocupación de la OIT es el retiro de niños, niñas y adolescentes víctimas
de formas de explotación económica que vulneran sus derechos. Para ello, con apoyo de
países donantes, desarrolla una serie de proyectos especiales en temáticas como
explotación sexual comercial, trabajo infantil doméstico, agricultura, minería artesanal,
basureros, entre otros.
Para combatir y eliminar las peores formas de trabajo infantil en un plazo establecido, la
OIT ha diseñado una estrategia especial conocida como Programas de Duración
Determinada, a través de la cual se atacan las raíces del trabajo infantil vinculando la
acción para combatirlo con el esfuerzo nacional de desarrollo poniendo énfasis en la
lucha contra la pobreza, el trabajo decente para los adultos y fomentando la educación
básica para todos.
OIT presenta nuevo manual para promover políticas públicas que enfrenten el
trabajo infantil a través de la educación
[Ginebra, febrero de 2012] Integración de las cuestiones relativas al trabajo infantil en
los planes y programas del sector educativo, es una publicación reciente de OIT-IPEC
destinada a apoyar los esfuerzos para integrar las preocupaciones relativas al trabajo
infantil en los planes sectoriales y programas de educación.
El material ha sido elaborado para apoyar el diseño de un taller nacional sobre trabajo
infantil y educación. Incluye un programa modelo y una presentación que se puede
adaptar a cada realidad local.
El taller ofrecerá la oportunidad de reunir a las partes interesadas con el fin de analizar
los vínculos entre el trabajo infantil y la educación, y determinar las medidas necesarias
para mejorar la integración del trabajo infantil en la planificación educativa, a nivel de
la formulación de políticas.
La iniciativa de realizar este recurso proviene de la estrecha relación entre el trabajo
infantil y la educación como una respuesta a su eliminación.
El manual está centrado en la realidad que viven los millones de niños y niñas
involucrados en trabajo infantil. Sin embargo, muchas de las medidas examinadas
también beneficiarán a otros que actualmente están excluidos de la educación.
En un primer módulo, el material presenta en detalle los vínculos identificados entre
trabajo infantil y educación, incluyendo los marcos internacionales de políticas sobre
estos temas. Expone la situación de exclusión que enfrentan los niños y niñas que
trabajan.
En el segundo módulo se desarrolla la respuesta de la educación al trabajo infantil,
explicando cómo superar los obstáculos en la educación formal y en la educación de
transición no formal. Además, se analiza la experiencia de fortalecimiento de las
iniciativas de educación formal y no formal en relación a la transición de la escuela al
trabajo.
El tercer módulo ofrece las propuestas de solución a todos estos problemas a través de
la presentación de un Plan del sector educativo y trabajo infantil, así como el programa
modelo para la realización de un taller nacional.
1.2 Eliminación del trabajo infantil y alivio a la pobreza, un enfoque integral
Patrus Ananias de Sousa es abogado especialista en derecho laboral y seguridad social.
Fue regidor de Belo Horizonte en 1988 y posteriormente alcalde de la misma ciudad en
1992, obteniendo el reconocimiento de la ONU por su gestión en este último cargo. En
2002 fue elegido diputado federal y en 2004 fue invitado por el presidente Luis Inácio
Lula da Silva para encabezar el recién creado Ministerio de Desarrollo Social y
Combate al Hambre.
En su gestión como ministro alcanzó grandes logros, concentrándose en la integración
de las áreas de asistencia social, transferencias condicionadas, seguridad alimentaria y
nutricional y el desarrollo de oportunidades de inclusión social.
1.3 Acción integrada
Uno de los principales puntos en el desarrollo de estrategias de prevención y
erradicación del trabajo infantil es la necesidad de fomentar la intersectorialidad para
integrar diversas acciones. Patrus Ananias de Sousa afirma que para garantizar la
protección de los niños trabajadores es fundamental implementar políticas públicas
específicas de combate al trabajo infantil.
“En el caso de Brasil, por ejemplo, tenemos el Programa de Erradicación del Trabajo
Infantil (PETI) y el Programa de Combate a la Explotación Sexual de Niños y
Adolescentes. Pero por más que estas iniciativas sean de gran importancia, no son
suficientes. Estas deben articularse con otros programas y políticas públicas sociales”,
señala.
1.4 Transferencias condicionadas
En este contexto, afirma que es primordial que las familias pobres tengan una renta que
los libere de la necesidad de hacer trabajar a sus hijos. “Los programas de transferencia
de ingresos o renta básica de ciudadanía como el programa Bolsa Familia en Brasil
juegan un rol vital; pero también es necesario que las políticas de renta familiar para los
pobres estén articuladas con otras acciones.
1.5 Educación y trabajo infantil
El lugar de la educación, por ejemplo, es insustituible. Una escuela pública de buena
calidad que atienda a los niños desde el inicio de sus vidas cumple un papel esencial en
la lucha preventiva contra el trabajo infantil. Y estos cuidados deben mantenerse en la
escuela primaria, secundaria, técnica y hasta la enseñanza superior”, concluye.
1.6 Cambio de mentalidad
Asimismo, y en un nivel más profundo, Ananias de Sousa considera que las políticas
públicas y los programas sociales deben articularse con un cambio de mentalidad al
interior de los núcleos familiares. En este sentido, su propuesta para concientizar a las
familias más pobres sobre los riesgos a los que se exponen los niños trabajadores
(especialmente cuando trabajan en la calle) es desarrollar una pedagogía que sensibilice
a las personas que participan en los programas sociales y al mismo tiempo escuche y
atienda sus deseos y necesidades.
“La pobreza, y sobre todo la pobreza generacional que se transmite de padres a hijos,
reduce significativamente las posibilidades de crecimiento personal de los individuos.
Para romper con el ciclo intergeneracional de la pobreza no solo se necesitan fuertes
políticas públicas sociales, sino también trabajar directamente ‘en el corazón’ de las
personas a través de una ‘pedagogía liberadora’”, afirma. Así pues, resume esta idea con
una visión unificadora.
“Concientizar a las familias pobres sobre los riesgos y daños del trabajo infantil debe
servir para brindarles una nueva visión sobre la vida, sobre sí mismos y sobre sus hijos;
lo que implica medidas económico-sociales y actividades pedagógicas emancipatorias”.
1.7 trabajo infantil en Brasil
Al hacer un balance general de la situación del trabajo infantil en su país, el ex ministro
sostiene que Brasil ha experimentado muchos cambios en los últimos años, y en
particular durante el gobierno del presidente Lula da Silva. Según el experto, en este
periodo se han logrado importantes avances en materia de trabajo infantil, pero también
se han encontrado grandes desafíos. No obstante, considera que la experiencia de Brasil
puede y debe ser compartida con los países y pueblos hermanos de América Latina
“tomando en cuenta las especificidades y características histórico-culturales de cada
nación”, y espera a su vez que “su propia experiencia pueda ser enriquecida con otras
iniciativas latinoamericanas en el campo de las políticas sociales y los derechos de los
pobres”.
Finalmente, Ananias de Sousa sintetiza sus propuestas y nociones resaltando la enorme
relevancia del trabajo a nivel regional: “El trabajo infantil, así como otras perversidades
sociales, no respeta las fronteras nacionales, por lo que es fundamental la acción
integrada de las naciones, sobre todo aquellas que son vecinas, y de todos los países y
organismos internacionales comprometidos con la construcción de un mundo más justo
y acogedor”.
2. ¿Qué es IPEC?
Desde su creación, la Organización Internacional del Trabajo -OIT- ha llevado a
cabo esfuerzos para la prevención y erradicación del trabajo infantil. A lo largo de su
existencia, la acción de la OIT se ha basado en la estipulación de la edad mínima de
admisión al empleo como criterio para definir y reglamentar el trabajo infantil.
En la primera reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo en 1919, se adoptó el
primer convenio internacional sobre trabajo infantil, el Convenio sobre la edad mínima
(industria), (núm. 5), que prohíbe el trabajo de niños menores de 14 años en
establecimientos industriales. En los cincuenta años siguientes se fueron adoptando
otros convenios que establecen criterios respecto a la edad mínima en distintos sectores
como agricultura, trabajo marítimo, trabajos no industriales, pesca y trabajo subterráneo.
En 1973 se adoptó el Convenio sobre la Edad Mínima de Admisión al Empleo (núm.
138)que se aplica a todos los sectores económicos y a todos los niños y niñas que
trabajan, ya sea como asalariados o por cuenta propia y contiene la definición
internacional más completa y autorizada de la edad mínima de admisión al empleo.
Además, facilita un enfoque flexible y progresivo del problema, sobre todo para los
países en desarrollo. El Convenio exige a los Estados que lo ratifican, la fijación de una
edad mínima de admisión al empleo.
Más allá del criterio de la edad mínima, la OIT adoptó en 1999 el Convenio sobre las
Peores Formas de Trabajo Infantil (núm. 182). Se trata de aquellas formas de trabajo
que esclavizan al niño o niña, lo separan de su familia, lo exponen a graves peligros y
enfermedades, o lo dejan abandonado a su suerte en las calles de las ciudades desde
tierna edad.
La eliminación de las peores formas de trabajo infantil ha pasado a ser una prioridad
urgente de la acción nacional e internacional para combatir la explotación laboral
infantil.
2.1 La creación del IPEC
Además de la adopción de estos instrumentos, la OIT creó en 1992 el Programa
Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil -IPEC, por sus siglas en ingles,
una iniciativa de cooperación técnica dedicada exclusivamente a prevenir y combatir el
trabajo de los niños y niñas.
El objetivo principal de este Programa es impulsar el proceso de eliminación del trabajo
infantil a través de acciones conjuntas con gobiernos, organizaciones de empleadores,
de trabajadores, organizaciones no gubernamentales y otros grupos sociales.
Desde sus inicios hasta la actualidad, IPEC ha evolucionado hacia una red mundial que
actualmente abarca 90 países, de los cuales 27 son de América Latina y el Caribe.
En 1995, la Cooperación Española decidió colaborar con la OIT para hacer extensivo el
Programa IPEC a América Latina. Esta colaboración y el marco de referencia de la
misma quedaron reflejados en el Memorando de Entendimiento del 22 de marzo de
1995 celebrado entre el Gobierno de España y la OIT.
El Programa para América Latina, que se inició en 1996, atendía a Argentina, Bolivia,
Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
Posteriormente se dividió en dos oficinas de Coordinación Subregional: una en Lima,
Perú, que atiende a los países de América del Sur y la otra en San José, Costa Rica, que
presta servicios a los países de Centroamérica y el Caribe participantes del Programa.
Desde 1999, México, Haití y Belice se sumaron al trabajo del IPEC.
El apoyo de España al Programa, el enfoque integral de trabajo, una apuesta por el
fortalecimiento de las capacidades de los países y la realización de proyectos de tipo
demostrativo, han hecho posible globalizar una propuesta única a nivel regional y
enfrentar, a la vez, problemas específicos de manera combinada.
En el año 2000, la contribución de los Estados Unidos de Norteamérica, a través del
Departamento de Trabajo - US DOL, permitió fortalecer y ampliar las acciones del
Programa en América Latina y extenderlo a Haití y a otros países del Caribe.
El apoyo económico de otros donantes como Holanda, Canadá, Italia, Noruega, así
como el Ayuntamiento de Alcalá de Henares (España) y la Comunidad Autónoma de
Madrid, han permitido desarrollar acciones complementarias en la erradicación del
trabajo infantil, como el fortalecimiento del Sistema de Información Estadística y
Monitoreo sobre Trabajo Infantil (SIMPOC), entre otros.
2.2 ¿Qué busca IPEC?
El objetivo es trabajar con miras a la erradicación progresiva del trabajo infantil por
medio del reforzamiento de las capacidades nacionales para enfrentarse a los problemas
relacionados con éste, mediante la creación de un movimiento mundial de lucha contra
el trabajo infantil.
Objetivos específicos:
Elaborar estrategias nacionales de acción y fortalecer los mecanismos y las
capacidades institucionales para enfrentar el problema, tanto a nivel local, como
nacional y regional.
Sensibilizar sobre la problemática y consecuencias del trabajo infantil,
generando compromisos de acción articulados entre los distintos sectores
vinculados al tema, para lograr su erradicación progresiva.
Validar metodologías de intervención mediante programas de acción directa
para la retizada de niños y niñas del mercado laboral e insertarlos en el sistema
educativo.
Brindar atención integral directa a las niñas, niños y adolescentes que trabajan,
así como a sus familias, priorizando aquellos que lo hacen en sectores de alto
riesgo.
El IPEC facilita y proporciona asesoramiento a los países con miras a la formulación de
políticas y programas concretos destinados a eliminar progresivamente el trabajo
infantil.
La acción integral del IPEC también ofrece alternativas de formación para las niñas y
los niños a través de proyectos de atención de carácter demostrativo que involucran a la
familia y a la comunidad organizada, a fin de mejorar el acceso a servicios básicos,
crear posibilidades de empleo decente y generar ingresos a sus familias.
El Programa pretende consolidar, conjuntamente con los responsables gubernamentales,
empleadores, trabajadores, agencias de desarrollo bilaterales y multilaterales y actores
de la sociedad civil, una dinámica tendente a la progresiva erradicación del trabajo
infantil en la Región.
2.3 ¿Cómo trabaja IPEC?
El punto de partida de toda acción del IPEC es la voluntad y el compromiso político de
cada Gobierno para enfrentarse a la cuestión del trabajo infantil en colaboración con las
organizaciones de empleadores y de trabajadores, otras ONG y con sectores relevantes
de la sociedad, como son las universidades y los medios de comunicación.
La sustentabilidad de las actividades se asegura desde un principio enfatizando la
responsabilidad de cada país. Se presta apoyo a las organizaciones asociadas a fin de
desarrollar y poner en práctica medidas destinadas a evitar el recurso a la mano de obra
infantil, impedir que los niños realicen trabajos peligrosos y facilitar alternativas, así
como a mejorar las condiciones de trabajo como medida de transición hasta lograr la
erradicación del trabajo infantil.
Se aplica una estrategia por etapas y multisectorial en la que han de darse los siguientes
pasos:
Infundir motivación para crear una amplia lianza interistitucional que admita la
existencia del trabajo infantil y actúe contra el mismo;
Realizar un análisis de la situación para averiguar cuáles son los problemas que
se plantean en un país en relación con el trabajo infantil;
Prestar asistencia para la formulación y puesta en práctica de políticas
nacionales sobre los problemas relacionadas con el trabajo infantil;
Reforzar las organizaciones existentes y crear mecanismos institucionales;
Sensibilizar sobre este problema en los planos nacional, local y en el lugar de
trabajo;
Promover el desarrollo y la aplicación de una legislación protectora;
prestar apoyo a las acciones directas que atañen a los (posibles) niños
trabajadores, con fines de demostración;
Multiplicar y ampliar los proyectos que hayan tenido éxito en los programas de
las organizaciones asociadas;
Incorporar de manera sistemática cuestiones relativas al trabajo infantil en las
políticas, programas y presupuesto de carácter económico y social.
Desde su creación en 1992, el Programa ha experimentado un enorme crecimiento en el
mundo. En el bienio 1992-1993 se pusieron en práctica 155 Programas de Acción. En el
bienio 1994-1995, el número de Programas de Acción (incluídos los miniprogramas)
casi se triplicó hasta alcanzar los 447. Un total de 477 Programas de Acción fueron
aprobados en el bienio 1996-1997, 105 desde el comienzo de 1998, ascendiendo a más
de 1000 el número de Programas de Acción llevados a cabo por el IPEC.
2.3.1 Países participantes
Desde 1992: Brasil, India, Indonesia, Kenia, Tailandia y Turquía. (6)
Desde 1994: Bangladesh, Filipinas, Nepal, Pakistán y República Unida de Tanzania.
(5)
Desde 1996: Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador, Egipto, El Salvador,
Guatemala, Nicaragua, Panamá, Perú, Sri Lanka y Venezuela. (12)
Desde 1997: Benin, Camboya, Ecuador, Honduras, República Dominicana y Senegal.
(6)
Desde 1998: Madagascar, Mali, Paraguay, Sudáfrica. (4)
2.3.2 Países preparatorios
África: Burkina Faso, Etiopía, Guinea, Uganda, Zambia y Zimbabue. (6)
América latina: Colombia, México y Uruguay (3)
Asia: China, Kazajstán, Mongolia y Viet Nam (4)
Estados árabes: Jordania, Líbano, Orilla occidental y Gaza, República Árabe Siria y
Yemen. (5)
Europa central y oriental: Rumania. (1)
2.3.3 Donantes
Desde 1991: Alemania. (1)
Desde 1992: Bélgica. (1)
Desde 1995: Australia, España, Estados Unidos, Francia y Noruega. (5)
Desde 1996: Canadá, Dinamarca, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos. (5)
Desde 1997: Comisión Europea, Interlocutores sociales italianos, Reino Unido y Suiza.
(4)
Desde 1998: Austria, Finlandia y Polonia. (3)
2.4 ¿Con quién trabaja IPEC?
2.4.1 El trabajo con los Gobiernos
El IPEC adapta su estrategia a las características, necesidades y situaciones de cada
país, iniciando las relaciones con los gobiernos a través de la firma de un Memorándum
de Entendimiento, que representa la voluntad política de cada Estado de trabajar por la
Erradicación del Trabajo Infantil.
El apoyo del IPEC se basa en una estrategia multisectorial que consiste en motivar a los
países miembros de la OIT y otros socios a empezar el diálogo y crear alianzas;
determinar la naturaleza y magnitud del problema del trabajo infantil; apoyar en la
creación de políticas nacionales para la erradicación progresiva del trabajo infantil;
desarrollar mecanismos el funcionamiento de un programa nacional de acción,
sensibilización de la comunidad respeto al tema; promover el desarrollo y aplicación de
legislación proteccionista; apoyar la acción directa abocada a erradicar el trabajo infantil
retirando a los niños y niñas de las zonas de trabajo; reproducir proyectos exitosos;
insertar el tema de trabajo infantil sistemáticamente en las políticas de desarrollo
sociales y económicas, programas y presupuestos.
En aquellos países con un compromiso político firme, el IPEC focaliza sus acciones en
proyectos que beneficien a sectores de riesgo específicos. Estas intervenciones
generalmente incluyen el monitoreo del lugar de trabajo y la creación de mecanismos de
protección social en áreas geográficas o sectores industriales específicos. Los proyectos
establecen sistemas para el retiro de niños y niñas trabajadores del sector laboral y
asegura que se proporcionen las oportunidades de desarrollo tanto a ellos como a sus
familias.
2.4.2 El trabajo con las organizaciones de empleadores
El Convenio núm. 182 de la OIT hace especial hincapié en el papel fundamental que
cumplen las organizaciones de empleadores y de trabajadores para la definición,
identificación y eliminación de los trabajos considerados peligrosos.
Las organizaciones de empleadores, han venido contribuyendo de manera significativa
en la prevención y erradicación del trabajo infantil en la Región.
Por un lado, se ha trabajado para conseguir declaraciones firmes y contundentes de no
incorporación de niños y niñas trabajadores en las empresas a través de la elaboración
de Códigos de Conducta y, por otro, para estimular fórmulas de coparticipación técnica
y financiera en proyectos de cooperación relacionados con la infancia.
A nivel de países, las organizaciones de empleadores han participado activamente en:
Elaboración de políticas nacionales en materia de trabajo infantil formando parte
activa de los Comités Directivos Nacionales para la Prevención, Erradicación
del Trabajo Infantil y Protección al Adolescente Trabajador.
Identificación de las industrias o actividades donde trabajan las personas
menores de edad.
Desarrollando programas de educación básica, formación profesional, desarrollo
de recursos humanos y fortalecimiento de capacidades.
Apoyando alternativas generadoras de ingresos destinadas a las familias de niños
y niñas trabajadoras.
Mejorando las condiciones de trabajo de los adolescentes como medidas de
transición en el camino a la erradicación.
2.4.3 El trabajo con organizaciones de trabajadores
Al formar parte de la estructura tripartita de la OIT, las organizaciones de trabajadores
se han convertido en uno de los actores y aliados principales en la estrategia global del
IPEC y han contribuido de manera significativa en la prevención y erradicación del
trabajo infantil.
Las organizaciones de trabajadores están bien situadas para resolver el problema del
trabajo infantil. Pueden vigilar las condiciones laborales y denunciar los abusos
laborales contra los niños, niñas y adolescentes. Su posición les permite informar a
muchos trabajadores adultos sobre la importancia de ofrecer educación a sus hijos e
hijas, protegerlos contra los peligros del trabajo, librarlos de su acceso precoz al mundo
laboral y elaborar propuestas a considerar en la negociación colectiva.
La negociación colectiva es un instrumento fundamental en la acción sindical. Por su
intermedio es posible mejorar las condiciones laborales establecidas para el conjunto de
los trabajadores de modo que pueden contribuir a disminuir o inhibir el recurso al
trabajo infantil en los hogares de los trabajadores menos calificados.
Desde el espacio de la negociación colectiva, las organizaciones sindicales contribuyen
en la vigilancia de la aplicación de las disposiciones sobre contratación de personas
menores de edad. Asimismo contribuyen significativamente en la provisión de ciertos
servicios como becas escolares, ayudas extraordinarias a hijos e hijas de trabajadores
accidentados o fallecidos, guardería infantil, atención pre-escolar, entre otros, lo cual
tiene impacto en la disminución o el retraso del ingreso de niños y niñas a la actividad
laboral.
2.4.4 El trabajo con las organizaciones no gubernamentales
Las Organizaciones No Gubernamentales -ONGs, trabajan activamente con el IPEC y
tienen un papel fundamental en el acercamiento multisectorial que plantea el Programa
con gobiernos, organizaciones de empleadores y de trabajadores, para enfrentar el
trabajo infantil. Muchos programas de acción han implicado directamente a las ONGs o
fueron originados directamente por ellas.
En 1997 una amplia alianza de la sociedad civil, compuesta por organizaciones no
gubernamentales, organizaciones de trabajadores y grupos de defensa de los derechos
del niño y de los derechos humanos, lanzó la Marcha Global contra el Trabajo Infantil.
Su objetivo fue movilizar esfuerzos en todo el mundo para proteger y fomentar los
derechos de todos los niños y niñas, particularmente el derecho a recibir una educación
gratuita y provechosa, y el derecho a librarse de la explotación económica y de realizar
cualquier trabajo que pueda resultar perjudicial para su desarrollo físico, mental,
espiritual, moral o social.
La Marcha Global insta a los gobiernos a cumplir su compromiso de proteger a los
niños y niñas contra el abuso y la explotación, moviliza el apoyo a la ratificación de los
convenios de la OIT, 138 sobre Edad Mínima de Admisión al Empleo y 182 sobre
Erradicación de las Peores Formas de Trabajo Infantil.
2.4.5 El trabajo con los maestros y maestras
Las intervenciones educativas han sido uno de los instrumentos más eficaces en la
prevención del trabajo infantil y la rehabilitación de ex trabajadores infantiles.
Es evidente que los niños, niñas y adolescentes escolarizados tienen menos
probabilidades de trabajar a tiempo completo. Ahora bien, lo que reviste mayor
importancia es que la escolarización tiene repercusiones considerables en la mejora del
bienestar a escala personal, doméstica y social, de manera que puede contribuir de
forma significativa a la erradicación del trabajo infantil.
Los niños y niñas que no tienen acceso a la educación básica tienen pocas alternativas a
la incorporación al mercado de trabajo, en el que suelen verse forzados a trabajar en
condiciones peligrosas y de explotación.
La experiencia del IPEC ha demostrado la importancia que tiene la educación no formal
y de transición en la habilitación de niños, niñas y adolescentes que han dejado de
trabajar.
Además, la formación profesional y la educación proporcionan las competencias
laborales necesarias para conseguir un empleo remunerado, que, a su vez, contribuye al
desarrollo local y nacional.
2.5 ¿Dónde trabaja IPEC?
En el siguiente cuadro se ofrece de manera esquemática información sobre las
principales líneas de actuación de IPEC en los países de América Latina y el Caribe.
El trabajo del IPEC se desarrolla fundamentamente a través de programas de acción
directa que incluyen una amplia gama de actividades que van desde la atención directa a
niños, niñas, familias y comunidades, hasta el apoyo en reformas legislativas y el
fortalecimiento de capacidades de actores claves comprometidos con la promoción y
defensa de los derechos de la infancia.
Muchas de estas iniciativas se han convertido en programas y proyectos propios de los
países, asumidos por instancias públicas y privadas de orden local, regional o nacional.
2.6 IPEC en América Latina y el Caribe
Desde el inicio de sus actividades en América Latina y el Caribe en 1992, el IPEC ha
beneficiado a cerca de 100 mil niños, niñas y adolescentes que han sido prevenidos del
ingreso prematuro al trabajo, retirados de actividades peligrosas o protegidos en formas
permitidas de trabajo de acuerdo con la legislación vigente en los países. Además de los
niños y niñas, la acción del IPEC ha alcanzado aproximadamente a 35 mil familias, que
se han beneficiados de iniciativas de mejora de ingresos, procesos de capacitación o
campañas de sensibilización.
América Latina y el Caribe
Foro regional de especialistas en trabajo infantil doméstico,
explotación sexual comercial y trata de niño, niñas y adolescentes:
Informe de Sistematización de Resultados, 2006
Con el objetivo de planificar estrategias de coordinación regional en
las intervenciones sobre trabajo infantil doméstico, explotación
sexual comercial y trata de niños, niñas y adolescentes en América,
la ONG ECPAT y la OIT-IPEC realizaron un foro regional cuyos
principales resultados, acuerdos y desafíos se resumen en este
informe que puede contribuir a marcar un camino que puede
recorrerse en conjunto para luchar contra formas intolerables de
explotación de la infancia y la adolescencia en la Región.
América Latina y el Caribe: Sí es posible acabar con el trabajo
infantil
Publicación que resume las líneas estratégicas impulsadas por la
OIT en materia de combate al trabajo infantil y muestra los casos
exitosos de Brasil, colombia, Costa Rica y México en la reducción
de la explotación económica de niños, niñas y adolescentes.
1995 - 2005. Diez años de cooperación OIT España en el marco del
Programa IPEC para la Erradicación del Trabajo Infantil en América
Latina
Publicación que sistematiza las acciones realizadas por el Programa
Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil-IPEC en
América Latina en el marco de los 10 años de Cooperación OIT -
España. Presenta información sobre las principales líneas de acción
que IPEC ha desarrollado con apoyo del Gobierno español hacia una
política nacional efectiva contra el trabajo infantil y los principales
sectores de intervención abordados.
IPEC en América Latina y el Caribe: Avances y prioridades futuras
1996-2004
Documento que recoge las principales actividades desarrolladas por
el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil -
IPEC de la OIT desde su puesta en marcha en América Latina y el
Caribe. Ofrece información de los objetivos y estrategias del
programa; tiene un apartado de programas y proyectos ejecutados en
los diferentes países, así como la inversión realizada. Incluye una
sección de lecciones aprendidas y delinea los próximos pasos del
IPEC en la Región.