Odisea Cristiana No. 43

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Odisea Cristiana 1

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¿Qué sucede cuando morimos? Dios no nos ha dicho con exactitud lo que ocurre inmediatamente después de morir, pero nos da preciosas y grandísimas promesas de vida después de la muerte.

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Odisea Cristiana 1

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2 Comunión de Gracia Internacional

CONTENIDO

4 ¿Qué sucede cuando

morimos?

8 ¿Creemos en el

Universalismo?

12 Y Dios me dijo:

“¡Eres Maravilloso!”

27 2° Campamento

Nacional Mexicano

3 EDITORIAL

Dios no excluye a la ciencia

11 Hmm…

16 DEL ESCRITORIO DE JOSEPH TKACH

Einstein y la Teología

19 REFLEXIONES

¿Qué sucedió en la cruz?

22 EL PROPÓSITO DE LA VIDA HUMANA

Aprendiendo a ser como

Cristo en la vida diaria

EL TURNO DE TAMMY

26 Confianza 31 Él conoce tu nombre

32 POEMA

La luz de tu amor

Portada: Dios no nos ha dicho con

exactitud lo que ocurre inmediata-

mente después de morir, pero nos da

preciosas y grandísimas promesas de

vida después de la muerte.

Odisea Cristiana NÚMERO 43 03-2013

Odisea Cristiana es publicada por

Comunión de Gracia Internacional - Grace Communion International, PO

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COLUMNAS

Page 3: Odisea Cristiana No. 43

Odisea Cristiana 3

Dios no excluye a la ciencia

uando hablamos de Ciencia y

Religión, muchos piensan

que estamos hablando de cosas

que se contradicen una a la otra,

pero en realidad, Dios no excluye

a la ciencia y la ciencia no necesi-

ta excluir a Dios. El problema es

que el término “religión” ha sido

mal usado y desvirtuado al punto

que puede causar una mala im-

presión en la mente de algunas

personas. Aunque para muchos la

religión puede representar algo

de gran valor y grandes prome-

sas, otros la consideran cosa de

charlatanes.

En ese sentido, la religión no es

muy diferente de las diferentes

disciplinas de la ciencia. La medi-

cina, por ejemplo, también tiene

sus propios charlatanes que ofre-

cen la cura para cualquier enfer-

medad, existen prácticas médicas

cuestionables, y algunos se apro-

vechan de la medicina para enri-

quecerse. Pero el hecho de que la

medicina puede ser mal usada

sólo testifica al hecho de que

tiene un valor intrínseco que es

desvirtuado al ser usada con

propósitos no apropiados. Así es

con la religión, a pesar de ser

mal usada, sigue existiendo la

“religión pura y sin mancha”

(Santiago 1:27).

Incluso Albert Einstein, aunque

no era un “creyente” en el senti-

do tradicional, fue un crítico firme

del ateísmo. De esto nos habla el

artículo “Einstein y la Teología”.

Uno de los campos en los que

hay mayor diferencia entre la

ciencia y la religión es en la ex-

plicación de qué sucede cuando

morimos. John Halford nos expli-

ca que, aunque la Biblia no nos

dice con exactitud lo que ocurre

“inmediatamente” después de

morir, nos da preciosas y grandí-

simas promesas de vida después

de la muerte.

¿Son estas promesas para to-

dos o sólo para unos pocos? Jo-

seph Tkach nos aclara que aun-

que Dios desea lo mejor para

todos, no todos lo aceptarán, por

eso no creemos en el universa-

lismo.

Una prueba de la existencia de

Dios la tenemos en nuestra rela-

ción personal con él, como nos lo

narra Wilfrido González. Es una

relación tan cercana que Tammy

Tkach nos dice que Él conoce tu

nombre y Michael Morrison nos

enseña a aprender a ser como

Cristo en la vida diaria. Esta rela-

ción con Dios es lo que se vivió

en el 2° Campamento Nacional

Mexicano, como nos lo relata

Samuel Mercado.

Ese gran amor de Dios se de-

muestra en lo que sucedió en la

cruz, como nos lo explica Rubén

Ramírez.

Disfrute su lectura.

El Editor

C

EDITORIAL

Page 4: Odisea Cristiana No. 43

4 Comunión de Gracia Internacional

¿Qué podía decir que no fueran palabras vacías,

y sobre todo, que fuera cierto?

por John Halford

n funeral nunca es fácil,

pero éste iba a ser parti-

cularmente difícil. Janet pare-

cía ser una persona exitosa,

atractiva, con un vivo sentido

del humor. Pero su vida se

vino abajo.

Su esposo la abandonó en un

divorcio complicado. Su negocio

inmobiliario se desplomó. Luego

se enteró de que tenía cáncer

terminal. Era demasiado. Un día

fijó una nota a la puerta de su

garaje, diciendo: "Yo estoy aquí.

Pero llamen a los servicios de

emergencia primero". Luego to-

mó una escopeta y se mató. La

familia, aturdida y tratando de

dar sentido a la muerte de Janet,

la habían incinerado, como Janet

quería, pero también querían un

funeral. Y me pidieron que yo lo

oficiara.

El funeral fue muy concurrido y

estuvieron representadas todas

las partes del espectro religioso

con muchas ideas diferentes

acerca de Janet. Algunos estaban

convencidos de que ella estaba

en el cielo con Jesús. Otros

creían que estaba dormida, espe-

rando la resurrección. Algunos

probablemente creían que ella

estaba en el purgatorio (pero

seguramente no por mucho

tiempo, ya que era una cristiana

devota y sincera). Algunos esta-

ban convencidos de que, dado

que Janet se había quitado la

vida, Dios le había enviado direc-

tamente al infierno. Entonces,

¿quién tenía la razón? ¿O estaban

U

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Odisea Cristiana 5

todos equivocados? ¿Qué, preci-

samente, ha dicho Dios que nos

sucede cuando morimos?

La muerte es una frontera a la

que con razón muchos temen

acercarse siquiera, y mucho me-

nos cruzar. Es, como escribió

Pablo, un enemigo (1 Corintios

15:26), y tratamos de mantener-

la lejos el mayor tiempo posible.

Pero con el tiempo nos conquista

a todos. ¿Entonces qué? La ma-

yoría de las personas tienen al-

gún tipo de creencia de que la

muerte no es el final. Entonces,

¿qué podía decir yo en este fune-

ral, que no fueran palabras va-

cías, y sobre todo, que fuera

cierto?

¿Qué dice la Biblia?

La respuesta no es lo muchos

esperarían. Dios no nos ha dicho

exactamente lo que ocurre inme-

diatamente después de morir. Él

nos ha dicho que, y a causa de

Jesús, tenemos la victoria sobre

la muerte. Jesús nos aseguró que

está deseoso de que nos unamos

a él en experimentar la vida de

una manera que nosotros los

mortales no podemos imaginar, y

su promesa es que esta nueva

vida va a durar para siempre.

Pero más allá de eso, la Biblia es

frustrantemente imprecisa en los

detalles. Sobre todo en los deta-

lles de lo que ocurre inmediata-

mente después de morir. Nótese

el énfasis en "inmediatamente".

Algunas escrituras indican que

los muertos están "dormidos", y

así, suponemos que no saben

nada hasta el momento de la

resurrección cuando Jesús regre-

se (1 Corintios 15:6, 1 Tesaloni-

censes 4:14). Sin embargo, otras

escrituras dan a entender que los

muertos están de alguna manera

conscientes y experimentan emo-

ciones.

Dios no nos ha dicho con

exactitud lo que ocurre inmedia-

tamente después de morir.

Pablo no tenía miedo a la muer-

te física. Había, en algún momen-

to de su vida llena de aconteci-

mientos, dado un "paseo de visi-

tante" en el cielo, transformando

su visión del mundo. La vida

"aquí abajo" se había hecho difícil

y estaba ansioso por comenzar la

siguiente etapa. Así que escribió

a los filipenses: "Mientras yo esté

vivo en este cuerpo, hay un buen

trabajo para mí. Si tuviera que

elegir ahora mismo, no sé qué

escogería. ¡Difícil elección! Sé

que el deseo de levantar el cam-

pamento aquí y estar con Cristo

es poderoso. Algunos días no se

me ocurre nada mejor" (Filipen-

ses 1:22-23, El Mensaje).

Pero, ¿qué quiso decir con "es-

tar con Cristo?" Él no lo explicó.

Juan, el autor del Apocalipsis,

también habla de "ver" el cielo.

"Yo vi debajo del altar las almas

de los que habían sido muertos

por causa de la palabra de Dios y

el testimonio que tenían. Ellos

clamaban a gran voz, diciendo:

“¿Hasta cuándo, Señor, santo y

verdadero, no juzgas a los habi-

tantes de la tierra y dejas sin

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6 Comunión de Gracia Internacional

vengar nuestra sangre?" Después

a cada uno de ellos se le dio una

túnica blanca, y se les dijo que

esperaran un poco más, hasta

que el número de sus consiervos

y hermanos que iban a ser asesi-

nados, como ellos lo habían sido,

se completara" (Apocalipsis 6:9-

11).

Para complicar aún más el tema

están las propias palabras de

Jesús. Justo antes de morir, le

pidió al Padre que recibiera su

espíritu (Lucas 23:46). Poco an-

tes de eso, él hizo una promesa

al ladrón arrepentido que estaba

sufriendo la crucifixión a su lado.

Este hombre creía que, después

de la muerte, las personas bue-

nas van al "paraíso". Aunque no

había sido un buen hombre, se

dio cuenta de que Jesús sí había

sido, así que le pidió que lo re-

cordara en lo que sea que suce-

diera después. Jesús le aseguró:

"Hoy estarás conmigo en el pa-

raíso" (Lucas 23:43).

Como puedes ver, la Biblia no

nos da realmente una respuesta

específica no ambigua a la pre-

gunta de lo que nos sucede in-

mediatamente después de morir.

Sin embargo, deja claro que la

muerte es un punto de corte. Una

fase de tu existencia se termina y

otra fase está a punto de comen-

zar. Es como si Dios nos está

diciendo: "No te preocupes por

eso. Déjame a mí. Tengo las

cosas bajo control".

Jesús nos muestra cómo es. Lo

que la Biblia enfatiza es lo que el

teólogo NT Wright ha llamado "la

vida después de la vida después

de la muerte", en nuevos cielos y

una nueva tierra. Todas las pistas

para esta vida provienen de Je-

sús.

Cuando Jesús murió en la cruz,

el Padre recibió su espíritu, pero

tres días después, Jesús resucitó

y luego ascendió.

Él resucitó con un cuerpo. Un

cuerpo real, reconocible, con

genuinas partes corporales, no

una manifestación tenue y etérea

que podría hacer parecerse a un

cuerpo cuando quisiera hacerse

visible. Su cuerpo espiritual era

una nueva forma de vida, una

versión permanente y eterna de

lo que había sido antes, un ser

humano hecho inmortal. Sin de-

jar de cumplir con las limitacio-

nes de tiempo y espacio, Jesús

podía ir y venir desde las dimen-

siones que nosotros experimen-

tamos hasta aquellas que están

fuera de nuestro alcance, aunque

no necesariamente más allá de

nuestra imaginación.

La Biblia también nos dice que

lo que le sucedió a Jesús también

nos sucederá a nosotros. "Ahora

somos hijos de Dios, y lo que

seremos no se ha dado a cono-

cer. Pero sabemos que cuando él

aparezca, seremos semejantes a

él, porque le veremos tal como él

es" (1 Juan 3:2). Pero no es sólo

una cuestión de "verlo" tan glo-

rioso como puede ser. Apocalipsis

21 habla de nosotros viviendo

con Dios, de tener comunión él,

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Odisea Cristiana 7

ése es el propósito para el cual

hemos sido hechos y la finalidad

para la que se nos ha dado la

salvación. Vamos a vivir con el

Dios trino en interminable amor,

alegría y paz. Se nos ha dado

promesas preciosas y grandísi-

mas, dice Pablo, y Dios va a ha-

cer más para nosotros que inclu-

so no podemos pensar en pedir o

imaginar.

Este, entonces, es el enfoque

de la Biblia cuando habla de la

vida después de la muerte: Jesús

mismo es el camino nuevo y vivo

(Hebreos 10:20). Nuestra nueva

vida sin duda será un descanso

de ansiedad, sentimientos de

culpa y de las limitaciones de

nuestros cuerpos frágiles. Pero,

aún más, estará llena de activi-

dad y experiencias, todo lo que

puedas desear en esta vida, y

mucho, mucho más. La eternidad

la pasaremos en una especie de

inframundo nebuloso, completa-

mente ajeno a todo lo que hemos

experimentado y todo lo que nos

gusta. "Ningún ojo ha visto, nin-

gún oído ha escuchado, ninguna

mente humana ha concebido lo

que Dios ha preparado para los

que le aman", escribió Pablo a los

corintios. Y añadió: "Pero Dios

nos las reveló a nosotros por el

Espíritu" (1 Corintios 2:9-10).

En este momento sólo tenemos

unos pocos vislumbres. Podemos

saborearlo cuando la experimen-

tamos las cosas maravillosas de

la vida ahora. El amor humano,

el logro duramente ganado, las

amistades profundas y los actos

de altruismo genuino. Esos mo-

mentos cuando pensamos: "Ojalá

la vida fuera siempre así" no dan

"vislumbres del futuro" a otro

tipo de existencia. Es la forma en

que se supone que debemos vi-

vir, la forma en que el mundo

podría ser y será un día. Esto nos

anima a unirnos a Jesucristo es-

perando, como dijo Pablo, con

"anticipación gozosa".

Así que, ¿podría ser que la anti-

cipación gozosa continúa de al-

guna manera inmediatamente

después de nuestra muerte físi-

ca? Aunque no debemos ser

dogmáticos, hay suficiente en las

Escrituras para mostrar que esta

es una fuerte posibilidad.

Esto es lo que pasaba por mi

mente mientras me preguntaba

qué decir en el funeral de Janet.

Decíamos adiós a un ser querido,

pero creo que Dios estaba dicien-

do: "Hola. Bienvenida no a tu

descanso eterno, sino al resto de

la eternidad".

Cuando se quitó la vida, Janet

se enfrentó a su último enemigo.

Nunca más se enfrentará a otro.

Sus días de dolor y desesperación

se han acabado. Cualquiera que

sea su estado actual, su futuro

está seguro en los brazos de un

Dios amoroso. Esto es lo que

aquellos que la amaban necesita-

ban saber. Salí a la capilla, ante

el público y dije: "En esta urna

pequeña está todo lo que queda

de Janet y que Dios no quiere."

Después les dije el resto de la

verdad. ◊

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8 Comunión de Gracia Internacional

¿Creemos en el

Universalismo?

Por Joseph Tkach

lgunos afirman que la

teología trinitaria en-

seña el universalismo, la

creencia de que todos se-

rán salvados, sin tener en

cuenta si son buenos o ma-

los, si se han arrepentido o

no, si han aceptado o re-

chazado a Jesús, y que, en

consecuencia, no hay tal

cosa como el infierno.

Hay dos problemas con esta

afirmación que es un argumento

basado en una falacia lógica.

Primero, hay que aceptar que la

teología trinitaria no sostiene la

creencia en el universalismo. El

notable teólogo suizo, Karl Barth,

no enseñó el universalismo. Co-

mo tampoco lo hicieron teólogos

como Thomas F. Torrance y Ja-

mes B. Torrance.

En la Comunión de Gracia In-

ternacional enseñamos la teolo-

gía trinitaria, pero no el universa-

lismo. El universalismo es una

doctrina que no está basada en la

Biblia, que dice que al final todas

las almas, ya sean humanas,

angelicales o demoníacas, serán

salvadas por la gracia de Dios.

Algunos universalistas argumen-

A

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Odisea Cristiana 9

tan que el arrepentimiento hacia

Dios y la fe en Jesucristo son

irrelevantes. Los universalistas

típicamente niegan la doctrina de

la Trinidad, y muchos universalis-

tas son unitarios.

El universalismo es una

doctrina que no está basada

en la Biblia, que dice que al

final todas las almas, ya sean

humanas, angelicales o

demoníacas, serán salvadas

por la gracia de Dios.

En contra del universalismo, la

Biblia enseña que hay salvación

solo en Jesucristo (Hechos 4:12).

En Jesucristo, que es el elegido

de Dios por nuestro bien, toda la

humanidad es elegida, pero eso

no significa necesariamente que

todos los seres humanos acepta-

rán al final el don gratuito de

Dios. Dios desea que todos ven-

gan al arrepentimiento, y ha

creado una humanidad redimida

para que tenga verdadera rela-

ción con él, pero la verdadera

relación nunca puede ser una

relación forzada. Creemos que,

en Cristo, Dios hace provisión

gratuita y justa para todos, inclu-

so para aquellos que al morir

parecen no haber creído el evan-

gelio todavía, pero todos los que

permanecen hostiles a Dios per-

manecen sin salvarse por su pro-

pia elección.

Los estudiantes cuidadosos de

la Biblia reconocen que, aunque

no necesitamos descartar la posi-

bilidad de que al final todos se

arrepentirán y recibirán el don de

Dios de la salvación, las Escritu-

ras no son concluyentes. Por lo

tanto no somos dogmáticos sobre

este tema.

El segundo problema es: ¿Por

qué la posibilidad de que todos

sean salvados provoca hostilidad

y acusaciones de “herejía”?

Los credos de la iglesia primiti-

va no eran dogmáticos sobre la

naturaleza del infierno. Las metá-

foras bíblicas para el infierno son

de llamas, de tinieblas de afuera

y de lloro y rechinar de dientes.

La intención de las mismas es

trasmitir a qué es semejante que

una persona esté perdida para

siempre, encerrada a sí misma

en su “mundo”, con su propio

corazón y deseos egoístas, re-

chazando obstinadamente la

fuente de todo amor, bondad y

verdad. Si se toman literalmente

entran en conflicto. Pero la inten-

ción de las metáforas es que no

se tomen literalmente, ilustran

varios aspectos del tema del que

traten. Lo que obtenemos de

ellas es que el infierno, sea lo

que sea, no es donde queremos

estar. Tener un ardiente deseo de

que toda la humanidad sea salva

y que ninguno sufra en el in-

fierno, no hace necesariamente a

una persona hereje. ¿Qué cris-

tiano no querría que todas las

personas que han vivido se arre-

pientan, reciban el perdón y ex-

perimenten la reconciliación con

Dios?

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10 Comunión de Gracia Internacional

La idea de que toda la humani-

dad sea transformada por el Espí-

ritu de Cristo es sin duda de

desear. Eso es, de hecho, exac-

tamente lo que Dios desea. Él

quiere que todas las personas

vengan al arrepentimiento y no

sufran las consecuencias de re-

chazar su generosa provisión por

ellas. Dios quiere esto porque

ama al mundo (cosmos), como

leemos en Juan 3:16. Dios nos

dice que amemos a nuestros

enemigos, de la misma forma

que Jesús amó y sirvió incluso a

su traidor, Judas Iscariote, en la

Última Cena (Juan 13:1, 26) y en

la cruz (Lucas 23:34).

Sin embargo, la Biblia no ga-

rantiza que todos aceptarán ne-

cesariamente el amor de Dios.

Advierte que puede muy bien que

haya personas que rechacen su

perdón, rechazando la redención

y la adopción que Dios tiene para

ellos. Pero es difícil creer que

haya alguien que pueda tomar tal

decisión. Y es más difícil aún

imaginar que cualquiera persista

en rebelión, en contra de tener

una amorosa relación con Dios.

Como C.S. Lewis describió en El

Gran Divorcio: “Voluntariamente

creo que los condenados son, en

un sentido, rebeldes con éxito

hasta el fin, quienes han cerrado

las puertas del infierno desde su

interior”.

El Universalismo no debe con-

fundirse con el alcance universal

o cósmico de la efectividad de la

obra salvadora de Cristo. En Je-

sucristo, quien es el elegido de

Dios por nosotros, toda la huma-

nidad es elegida.

Eso no significa que podemos

decir por cierto que toda la hu-

manidad aceptará el don de Dios

al final. Pero podemos esperar

sin duda que lo hagan. De acuer-

do al apóstol Pedro, Dios “no

quiere que nadie perezca sino

que todos se arrepientan” (2

Pedro 3:9). Más aún, Dios ha

hecho todo lo posible para sal-

varnos de la terrible y horrible

situación que es el infierno.

Sin embargo, al final, Dios no

violará la decisión libre y persis-

tente de aquellos que voluntaria

y deliberadamente rechacen su

amor y se alejen de él. De hecho,

para controlar absolutamente sus

mentes, voluntades y corazones,

Dios tendría que deshacer su

humanidad, tendría que anular su

creación. Por supuesto, si Dios

hiciera eso, no quedará ser hu-

mano para recibir libremente el

valioso don de la gracia, que es

vida eterna en Jesucristo. Dios ha

creado y redimido a la humani-

dad para que tenga verdadera

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Odisea Cristiana 11

relación, una relación con él que

no puede ser impuesta.

La Biblia no borra la diferencia

entre el creyente y el infiel, ni

tampoco lo debemos hacerlo

nosotros. Cuando afirmamos que

todas las personas están perdo-

nadas, salvadas y reconciliadas

en Cristo, queremos decir que

aunque todos pertenecemos a

Cristo, no todos están en comu-

nión con él. Aunque Dios ha re-

conciliado a todos consigo mis-

mo, no todos están confiando y

viviendo en esa reconciliación

todavía. Por lo tanto el apóstol

Pablo dice: “en Cristo, Dios esta-

ba reconciliando al mundo (cos-

mos) consigo mismo... Así que…

reconciliaos con Dios” (2 Corin-

tios 5:19, 20). Y esa es la razón

por la que nuestro ministerio no

es de condenación, sino de pro-

clamación de la obra acabada de

reconciliación de Cristo.

Nuestro enfoque es dar testi-

monio de la revelación bíblica y

de la enseñanza ortodoxa con

respecto al propio carácter, men-

te, corazón, propósito y actitud

de Dios para con todas las perso-

nas, manifestadas en Jesucristo.

Predicamos el señorío universal o

cósmico de Jesucristo y por eso

tenemos esperanza en la reconci-

liación cósmica de todos los crea-

dos de acuerdo a su imagen. Ya

que la Biblia nos dice que el de-

seo de Dios es que todos vengan

a él, en arrepentimiento, a recibir

su generoso y costoso perdón,

ese es nuestro deseo también. ◊

Yo confieso y profeso

que toda rodilla se doblará

y toda lengua confesará

que Jesucristo es el Señor.

Incluyendo los amputados,

los sordos y los mudos.

Richard Moszumanski

Cuanto más la oración se

convierte en una expresión

sin trabas, libre y natural,

de los deseos de nuestros

corazones, más real

se vuelve.

Ole Hallesby (1879 – 1961)

Cuando Cristo salió de la tum-ba, no fue solo un anuncio de

que hay otra vida y un más allá, fue un cambio de la historia por

un acto creador de Dios Todopoderoso. En este evento cósmico Dios estaba haciendo algo sólo comparable con lo

que había hecho en la primera creación.

Este fue el comienzo de una nueva era para el universo,

el punto de inflexión decisivo para la raza humana. En la

Resurrección de Jesucristo la nueva era había llegado, y este milagro estupendo significó el asalto de la historia y la trans-

formación del mundo.

-James S. Stewart Una fe a proclamar

Hmm…

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12 Comunión de Gracia Internacional

Por Wilfrido González

s un día de trabajo

normal, suena el des-

pertador, me despierto pa-

ra ir a trabajar, y Dios me

dice: “¡Hola! ¡Qué alegría

estar junto a ti! ¡No hay

nada mejor que tu compa-

ñía! ¡Eres maravilloso!”

Pero yo no lo escucho.

Un poco aletargado, y con ga-

nas de seguir durmiendo, trato

de animarme pensando “debo

estar muy agradecido porque

tengo trabajo – un trabajo bien

pagado, no me puedo quejar –

gracias, Padre, gracias. ¡A darle!”

Me levanto, despierto a dos de

mis hijos (gemelos), luego me

meto a la regadera y poco a poco

me voy despabilando. “Gracias,

Padre, porque mi familia y yo

tenemos agua en abundancia, es

una gran bendición que yo sé que

en muchos lugares del mundo es

un bien muy escaso” Y Dios me

dice: “¡Estoy feliz! ¡Estoy feliz

por tu compañía!” Sé que El

me escucha pero en esos mo-

mentos yo no lo escucho a Él.

Ya un poco más despierto, des-

pierto por segunda vez a los ge-

melos y me aseguro de que se

levanten, nos saludamos con un

abrazo y un beso. “Gracias, Se-

ñor, por

mis hijos

– ayúda-

nos a mí y

a mi es-

posa a

criarlos, ya vez como muchos

papás batallamos para encaminar

bien a nuestros hijos adolescen-

tes” Y Dios me dice: “¡Te quiero

muchísimo, y a tus preciosos

hijos también!” Pero yo no lo

escucho…

Termino de alistarme, me aso-

mo a la recámara de mi hijo ma-

yor, veo que ya está despierto

tecleando algo en su computado-

ra. Hoy es su primer día de tra-

bajo (un trabajo de medio tiempo

en la Universidad donde él cursa

su carrera). “Gracias, Padre, por

darle la oportunidad a mi mucha-

chote de adquirir experiencia

laboral y ganar un poco de dinero

para algunos de sus gastos, te lo

agradezco de corazón” Y sé que

Dios me escucha pero yo a Él no

muy bien: “Hijito precioso,

¡cuánto disfruto tu compa-

ñía!”

Bajo a la cocina y los gemelos

ya están desayunando, saludo a

mi esposa con un beso. “Gracias,

Padre, por mi esposita. Te ruego

que la ayudes mucho pues a ella

E

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Odisea Cristiana 13

le ha tocado sobrellevar la mayor

parte del tiempo las dificultades

que conlleva el criar a los hijos”.

Y Dios me dice: “Tu eres espe-

cial para mí, ¡siempre te llevo

en mi corazón!” Pero yo no lo

escucho.

Cuando estamos listos para salir

nos despedimos de mi esposa

con un beso y nos dirigimos a la

puerta, apenas abro la puerta de

madera oigo detrás de la puerta

de mosquitero un alegre bullicio:

Es Luna, nuestra pastor alemán,

que corre en círculos como loca

frente a la puerta mientras agita

la cola como si hubiera pasado

meses sin vernos. Abro la puerta

y veo esa peculiar sonrisa de

perro con su larga lengua col-

gando por un lado de su hocico y

dejando oír su agitada respiración

(“¡aj, ah-aj, ah-aj ah-aj, ah-aj,

ah-aj…!” – o algo así) y, cuando

salgo, ¡salta, corre en círculos

alrededor de mí y mueve la cola

con tanta fuerza que sus caderas

se mueven en sentido contrario

al movimiento de su cola, y a

veces me abraza una pierna

mientras sigue moviendo la cola!

¡Imposible contener tanta ale-

gría!

Entonces caigo en cuenta: ¡Dios

me está diciendo algo por medio

de mi linda y graciosa perrita!

¡Dios me está diciendo que para

Él mi compañía es un deleite

extremo, me está diciendo que

me ama INTENSAMENTE, que

disfruta cada segundo de mi pre-

sencia (sí, también de TU presen-

cia, y de la presencia de cada

uno de sus preciosos hijos, de

quienes anhela ser conocido y

amado como Él nos ama)!

Otras veces Luna va y agarra la

pelota desinflada que tiene como

juguete y me invita a jugar con

ella su juego favorito: Jalonear la

pelota. No siempre acepto su

invitación por las prisas pero

muchas veces procuro darme

tiempo y agarro una orilla de la

pelota y ambos disfrutamos lle-

Page 14: Odisea Cristiana No. 43

14 Comunión de Gracia Internacional

nos de alegría jaloneando la pelo-

ta. Luna gruñe, “¡grrr!, ¡grrr!,

¡grrr!”, ¡y yo le sigo el juego gru-

ñendo también! ¿Por qué no?

Y por medio de estas sencillas

pero intensas manifestaciones de

amor se establece una sublime

comunicación entre Dios y yo. Es

como si Dios tuviera un juguete

(Luna) en su mano y con ese

juguete jugara conmigo. El invi-

sible Dios de amor me dice por

medio de algo visible: “¡Te quiero

muchísimo!, ¡qué delicia tenerte

junto a mí!” Y ahora sí lo “escu-

cho”, y le respondo: “Gracias,

gracias, mi amoroso Padre, mo-

mentos como este me conectan

contigo como si fueran una ven-

tana hacia tu gloria. Gracias por

mostrarme tu amor y hacerme

sentir tu presencia de esta mane-

ra tan sencilla pero tan sublime”

Dios creó infinidad de cosas o

seres que nos muestran la pro-

fundidad, la grandeza y la inten-

sidad de su amor por nosotros.

Pero me parece que de todas sus

obras escogió al “mejor amigo

del hombre” para poner en esos

animalitos su toque especial que

puede hacer vibrar las cuerdas

más profundas de tu corazón.

¿Quién te ama incondicionalmen-

te como lo hace tu perro? ¿Quién

te hace sentir que eres maravillo-

so, tratándote como un rey o

como una reina como lo hace tu

perro? ¿Quién quiere estar siem-

pre a tu lado como tu perro? ¿A

quién como a tu perro se le ale-

gra el corazón con tan solo verte

llegar?

Mi esposa y yo solemos comen-

tar en broma que Luna está “bien

loca”, y a veces se lo decimos a

ella misma: “¡LOCA, LOCA! ¡ES-

TAS MAS LOCA QUE UNA CA-

BRA!” Y ella, con sus gracias con-

firma lo dicho…

Y ¿quién creó al perro? Y ¿por

qué lo hizo así? ¿Puedes percibir

que Dios te está diciendo algo a

través de tu perro? (Sí, yo sé que

no todos tienen perro, que no a

todos les gustan los perros, y que

no todos los perros tienen el

Page 15: Odisea Cristiana No. 43

Odisea Cristiana 15

mismo temperamento pero estoy

hablando de manera general – de

lo que comúnmente ocurre entre

un perro y su amo, ¿de acuer-

do?).

Así que yo, por mi parte, reco-

nozco en el maravilloso trato que

me da mi mascota canina el exu-

berante, intenso e incondicional

amor de mi Padre celestial. Y me

trae a la mente a una madre con

su adorado bebé en sus brazos:

Cómo lo besa, como lo alza y da

vueltas con él, y lo hace reír, y la

risa de su bebé es como un elixir

mágico que parece llevarla hasta

las nubes y enloquecerla de ale-

gría, y le dice “mi rey”, “mi bo-

doque”, “mi cielo”, “mi regalito

de Dios”… ¿acaso podría ser me-

nos intenso el amor de Dios por

nosotros, sus preciosos hijos?

El que Dios tenga semejantes

sentimientos por nosotros no es

solo una idea que se me ocurrió a

mí; Dios mismo describe lo que

siente por nosotros sus hijos

(representados por Efraím, el

primogénito de Israel), y dice por

medio del profeta Jeremías (én-

fasis mío): “¿No es Efraím hijo

PRECIOSO para mí? ¿No es niño

en quien ME DELEITO? Pues des-

de que hablé de él, me ha acor-

dado de él CONSTANTEMENTE.

Por eso SE CONMOVIERON MIS

ENTRAÑAS por él” (Jeremías

31:20)

Recordar estas palabras mien-

tras veo la efusividad de Luna me

ha ayudado a conocer mejor a

Dios: Es un Dios vibrante, es un

Dios exuberante, ¡es un Dios que

disfruta de mi compañía con una

intensidad que pareciera rayar en

la locura! Y yo quiero aprender a

amar así, como me ama Luna,

como me ama Dios. No es natu-

ral para mí, no es natural para mi

mente carnal pero el Espíritu

Santo me ayuda… ¡y me inspira

(entre otras cosas) por medio de

mi mascota!

¿Qué espero lograr con esta

reflexión? En primer lugar que, si

no lo habías visto asi, creas que

Dios mismo te dice por medio de

un simple animalito como el

perro, que te ama con esa

efusividad, con esa intensidad ¡y

de manera incontenible! En

segundo lugar, que se despierte

en ti una pasión semejante por

ese Dios personal, íntimo y

cercano.

Y, en tercer lugar, que el

resultado de lo anterior sea que

en ti se desborde ese amor hacia

los demás por si tal vez los

ayudes a conocer al Dios que te

trae tan “loco”. Porque este

mundo necesita más gente que

“enloquezca” por Dios. Y,

conforme haya en el mundo más

gente así de “loca”, entonces el

mundo ya no estará tan loco… y

será un mejor lugar para vivir

porque la presencia de Dios será

evidente en las vidas de sus

hijos, y lo que Cristo dijo hace

dos mil años llegará a ser

finalmente experimentado en

toda su plenitud por el mundo: El

hecho de que “el Reino de los

Cielos se ha acercado”. Amén. ◊

Page 16: Odisea Cristiana No. 43

16 Comunión de Gracia Internacional

Einstein y

la Teología

l 14 de

marzo fue

el aniversario

de Einstein.

Nació hace 134

años. Einstein

siempre me

pareció una

personalidad

fascinante. Ha-

ce más de cien

años escribió un

ensayo descri-

biendo un postulado radical sobre

la naturaleza de la luz que le dio

la vuelta a la física convencional

de entonces y llevó al desarrollo

de la Teoría Quántica. Lo que

puede que se reconozca menos

es el impacto potencial que las

ideas de Einstein tuvieron en la

teología.

A la física y a la química se les

llaman “ciencias duras”. No por-

que sean difíciles, sino porque

esos fenómenos físicos respon-

den al método científico, adhi-

riéndose a predicciones demos-

trables por medio de experimen-

tos controlados que pueden pro-

ducir información precisa y cuan-

tificable. Disciplinas como la so-

ciología, las ciencias políticas y la

teología son menos exactas, más

difíciles de cuantificar y no pro-

ducen resultados fácilmente pre-

decibles fuera del medio experi-

mental. Se les

llama “ciencias

suaves”.

Einstein mos-

tró que las

ciencias duras

no lo son tan-

to, después de

todo. Se dio

cuenta de que

las que se

consideraban

ideas estable-

cidas sobre la naturaleza de la

materia eran demasiado simplis-

tas. La luz por ejemplo, se con-

duce en alguna forma enigmáti-

ca, como onda y como partícula.

Esta aparente paradoja desafiaba

toda explicación científica simple.

Einstein afirmó: “Lo que veo en

la naturaleza es una estructura

magnificente que podemos com-

prender solo muy imperfecta-

mente, y eso debe llenar a toda

persona que piense con un sen-

timiento de humildad”.

La idea de la luz actuando como

una onda y como una partícula es

todavía un concepto difícil de

entender. Es una idea que pare-

ciera pertenecer a las ciencias

suaves, no a la física.

A medida que los científicos se

han adentrado investigando en

los dominios de lo muy grande y

E

DEL ESCRITORIO DE JOSEPH TKACH

Page 17: Odisea Cristiana No. 43

Odisea Cristiana 17

de lo incompresiblemente peque-

ño, han encontrado paradojas

incluso más extraordinarias.

Stephen Hawking, un físico teóri-

co contemporáneo brillante ha

escrito: “La física quántica es un

nuevo modelo de la realidad que

nos da una imagen del universo.

Es una imagen en la que muchos

conceptos fundamentales para

nuestra comprensión intuitiva de

la realidad no tienen ya significa-

do” (El Gran Diseño -The Grand

Design). De acuerdo a la física

Lisa Randall en su libro Llamando

en la Puerta del Cielo: Cómo la

Física y el Pensamiento Científico

Ilumina el Universo y el Mundo

Moderno (Knocking on Heaven’s

Door: How Physics and Scientific

Thinking Illuminate the Universe

and the Modern World): “Esta-

mos balanceándonos al borde de

los descubrimientos. Los experi-

mentos más grandes y excitantes

de la física de las partículas y de

la cosmología están de camino, y

muchos de los físicos y astróno-

mos con más talento del mundo

están centrados en sus implica-

ciones. Lo que los científicos en-

cuentren en la próxima década

podría dar claves que al final

cambiarían nuestro punto de

vista de la constitución

fundamental de la ma-

teria o incluso del mis-

mo espacio, y también

podrían proveer un cua-

dro más abarcador de la

naturaleza de la reali-

dad”.

Este es un tema fasci-

nante para la exploración. De

alguna forma me ha ayudado en

mi viaje hasta apreciar la natura-

leza trina de Dios. Cuando veo

que las paradojas existen en la

naturaleza, no es tan difícil para

mí aceptar que la naturaleza del

Creador de la luz parezca, a mi

limitada comprensión humana,

también paradójica de alguna

forma.

Albert Einstein no era un “cre-

yente” en el sentido tradicional,

aunque se consideraba a sí mis-

mo un agnóstico, fue un crítico

firme del ateísmo. Habría deplo-

rado las estridentes voces de

algunos científicos actuales que,

enfadados, insisten en que Dios

no existe. Él escribió: “Frente a la

armonía en el cosmos que yo,

con mi limitada mente humana,

soy capaz de reconocer, hay, sin

embargo, personas que dicen que

no hay Dios. Pero lo que me en-

fada en realidad es que me citen

para apoyar tales puntos de vis-

ta”.

Aunque Einstein no creía en un

Dios personal, nunca dejó de ir a

los servicios en la Universidad de

Princeton cuando se ofrecían

oraciones por los judíos prisione-

Page 18: Odisea Cristiana No. 43

18 Comunión de Gracia Internacional

ros en los campos de concentra-

ción. Mantuvo: “Aunque las esfe-

ras de la religión y la ciencia, en

sí mismas, están claramente

alejadas la una de la otra”, hay

“fuertes relaciones reciprocas y

dependencias, como la aspiración

por la verdad derivada de la esfe-

ra religiosa”. Una vez explicó

que: “la ciencia sin la religión

está coja, la religión sin la ciencia

está ciega”.

Einstein murió en 1955. No son

solo las ciencias duras las que le

deben gratitud. Cuando se le

preguntó cómo llegó a su nuevo

gran descubrimiento, dijo: “Me

detuve delante del universo y

escuché”. Él mostró que ser un

científico no significa hacer todo

comprensible con absoluta certe-

za. Demostró que los grandes

nuevos descubrimientos en cono-

cimiento llegan solo cuando per-

mitimos que una realidad, mucho

más grande que nuestra com-

prensión previa permitiría, de-

termine cómo vamos a conocerla,

y cuando permitimos en humil-

dad que nos diga su naturaleza.

De esta forma, Einstein, sin du-

da, abrió la puerta para que al-

gunos reconocieran la legitimidad

de la llamada “ciencia suave” de

la teología; porque en teología

estamos delante de la Realidad

que excede con mucho a nuestra

comprensión. Pero cuando escu-

chamos en humildad en el lugar

donde Dios se ha dado a conocer

personalmente a sí mismo, po-

demos sin duda tener conoci-

miento real, sino absolutamente

abarcador, de Dios. Y ese lugar

es una persona: Jesucristo.

La teología cristiana no es anti-

científica y la ciencia no puede

ignorar una realidad más grande

que nosotros mismos, y más

grande que nuestro universo.

Hacerlo sería, bueno, no científi-

co. Como Einstein escribió: “Todo

el que esté seriamente interesado

en la búsqueda de la ciencia se

convence de que un espíritu está

manifiesto en las leyes del uni-

verso, un espíritu muy superior al

ser humano, y

uno ante el

cual nuestros

modestos po-

deres se deben

de sentir hu-

mildes”. ◊

Joseph Tkach

es Presidente de

Comunión de

Gracia Interna-

cional.

Page 19: Odisea Cristiana No. 43

Odisea Cristiana 19

odo cristiano tiene en

alta estima la cruz de

Cristo; será porque en ella

murió el Salvador del

mundo, el redentor de la

humanidad, el Cordero de

Dios que quita los pecados

del mundo. Todo cristiano

también sabe que por medio de

ese instrumento de tortura desti-

nado para los más crueles delin-

cuentes de esa época, Jesús ter-

mina una obra planeada desde

antes de la fundación del mundo;

“Consumado es” son sus últimas

palabras con vida humana (Juan

20:30).

En Cristo Dios concibe a la

“humanidad santa y sin mancha”

(Efesios 1:4), creada a la “ima-

gen y semejanza” de su Creador

(Génesis 1:27); sin embargo, el

pecado empañó la imagen de

Dios y corrompió la naturaleza

humana engendrada por el mis-

mo Padre Celestial. Dios sabía

que esto iba a suceder, por eso la

obra redentora del Cristo de Dios

ha lugar en la historia y en el

mundo.

Pero, ¿Por qué la cruz? ¿Por qué

ese instrumento vil de tortura?

¿Qué tan delincuente fue Jesús?

¿Por qué Dios permitió que su

Hijo muy amado sufriera tan

cruel tormento? ¿Qué sucedió

realmente en ella?

Todas estas preguntas merecen

una respuesta:

Para Dios el tiempo no existe,

Él lo creó para el hombre, para

que en el lapso de menos de 100

años pudiera darse cuenta de que

es heredero de la misma gloria

de su Creador; fue concebido de

tal manera que aun siendo hu-

mano, pudiera vivir en santa

comunión con Dios, su Padre; sin

embargo, un día decidió separar-

se de quién dependía para hacer

su propia vida, lejos de su pro-

veedor, protector, y amante es-

poso.

Este hecho causó la muerte y la

oscuridad, y la humanidad se

corrompió a tal grado que el pro-

feta Jeremías afirmó: “El corazón

humano es lo más engañoso que

T

REFLEXIONES Por Rubén Ramírez Monteclaro

Page 20: Odisea Cristiana No. 43

20 Comunión de Gracia Internacional

hay, y extremadamente perver-

so. ¿Quién realmente sabe qué

tan malo es?” (Jeremías 17:9)

La declaración del profeta la

podemos corroborar cuando le

damos un vistazo a la historia de

la humanidad, desde el rechazo

de Dios y el fratricidio de Caín,

hasta dos guerras mundiales,

rodeadas de tantas perversidades

y seguidas de ruindades, fraudes,

genocidios y maquinaciones de

daño de los unos a los otros,

cuando Jesús nos pide que nos

amemos en Espíritu y Verdad.

Esta humanidad muerta espiri-

tualmente, viviendo en la com-

pleta oscuridad que trae el recha-

zo de Dios; esta humanidad ale-

jada de Dios porque no permite

que se le diga qué es lo mejor

para sí y menos cuando la voz

sale de quien es su Creador. A

esta humanidad es a la que des-

ciende Dios en la persona de

Jesús, para adoptarla (Efesios

1:5) y hacer morada con ella: un

solo ser el Creador y lo creado.

Dios, al hacerse humano en la

persona de Jesús, vino a experi-

mentar en carne propia la decla-

ración del profeta Jeremías: “En-

gañoso es el corazón más que

todas las cosas, y perverso;

¿quién lo conocerá?” (Jeremías

17:9 RV60).

El propósito inicial: sanar, res-

taurar y resucitar a una humani-

dad inmersa en sus perversida-

des, hacerla nuevamente apta

para la convivencia con su Crea-

dor.

El propósito final: ser un solo

ser Dios y la humanidad, tal co-

mo lo concibió desde antes que el

mundo existiera.

Así que, la encarnación, vida,

muerte, resurrección y ascensión

de Jesús cumple un propósito por

demás excelso y sin precedentes.

Esto engrandece la obra de Jesús

mi Salvador, quien me ha purifi-

cado y santificado; y ¿Cómo lo

logró?

Viviendo en la carne la perver-

sidad de la humanidad caída y

dejándola clavada en ese instru-

mento de tortura que es la cruz,

destinada para los más perversos

delincuentes, porque la humani-

dad era eso (Jeremías 17:9).

Veamos la cruz como el

instrumento empleado

por nuestro amoroso Padre

para que ahí se quedara mi

humanidad mala, pecadora

y depravada.

Demos respuesta a las pregun-

tas iniciales:

¿Por qué la cruz? ¿Por qué ese

instrumento vil de tortura? Por-

que era el instrumento destinado

a purgar los más viles y perver-

sos delitos del hombre.

¿Qué tan delincuente fue Jesús?

Cargó con todos los delitos y

perversidades de la humanidad

para poder expiarla plena y to-

talmente.

¿Por qué Dios permitió que su

Hijo muy amado sufriera tan

cruel tormento? Porque el amor

Page 21: Odisea Cristiana No. 43

Odisea Cristiana 21

de Dios por la humanidad sobre-

pasa todo entendimiento. El amor

(ágape) de Dios es un amor de

un sólo sentido: dar, dar, dar… es

amar sin que la persona objeto

de ese amor no se merezca ese

amor

¿Qué sucedió realmente en la

cruz? En ella quedó clavada y

muerta la perversidad de la hu-

manidad. Después de ese día y

de ese hecho en particular, la

humanidad dejó de

ser lo que era: per-

versa, ruin y depra-

vada, para emerger

una nueva humani-

dad en la persona

del Cristo resucitado,

una humanidad dife-

rente, santa y sin

mancha, llena del

amor de Dios, de ese

amor cuyo objetivo

es dar, dar, dar…

Así es como Dios

ama y así es como

nosotros los humanos debemos

amarnos los unos a los otros, ya

que en Jesús somos los hijos

muy amados del Padre.

Esa es nuestra nueva naturale-

za: santa y sin mancha, en Cristo

Jesús.

Por eso, al conmemorar la

muerte y resurrección de Jesús,

llenémonos la mente y el corazón

de esa gratitud que merece el

amor de Dios “Pues Dios amó

tanto al mundo que dio a su úni-

co Hijo, para que todo el que

crea en él no se pierda, sino que

tenga vida eterna. Dios no envió

a su Hijo al mundo para condenar

al mundo, sino para salvarlo por

medio de él”. (Juan 3:16-17)

Veamos la cruz como el instru-

mento empleado por nuestro

amoroso Padre para que ahí se

quedara mi humanidad mala,

pecadora y depravada.

Pero más importante; veamos a

Jesús emerger de la tumba resu-

citado con una nueva humanidad

limpia, sin mancha ni

arruga para empezar

a vivir una vida en

santa comunión con

nuestro amoroso

Padre, quien en su

Hijo, nos dice: “uste-

des son mis hijos

amados”.

Vivamos esta reali-

dad, esta nueva hu-

manidad y procla-

memos fuertemente

que Dios nos ha lle-

vado a su reino, al seno mismo

de su naturaleza santa, a vivir

por siempre en su luz verdadera,

inaccesible para los humanos

antes de Cristo. Esa es nuestra

misión: mostrar a la humanidad

que vive en la oscuridad que Dios

nos ha limpiado y hechos santos,

para que pueda gozar de lo que

nosotros los cristianos ya esta-

mos disfrutando. Loor por siem-

pre a nuestro Dios. Aleluya.

Amén. ◊

Rubén Ramírez Monteclaro es

pastor regional de Comunión de Gra-

cia Internacional en Veracruz, México.

Page 22: Odisea Cristiana No. 43

22 Comunión de Gracia Internacional

Aprendiendo a ser como Cristo en la vida diaria

uimos hechos para ser

como Jesús, pero,

¿cuál es la diferencia de

tratar de ser como Buda o

Confucio? ¿Cómo es el cris-

tianismo diferente de otras

religiones que animan a la

gente a imitar un persona-

je modelo muy respetado?

Es diferente de varias maneras.

La mayoría de las religiones en-

señan algún tipo de obras como

el camino de la salvación: decir

las oraciones correctas y hacer

las cosas correctas, esperando

que sea suficiente. Dan a enten-

der que la gente puede ser lo

suficientemente buena si se es-

fuerza lo suficiente.

Todos necesitamos la Gracia

El cristianismo enseña que to-

dos necesitamos la gracia, por-

que no podemos ser lo suficien-

temente buenos, no importa

cuánto nos esforcemos. El punto

de la gracia y del sacrificio de

Jesús, es que ninguna cantidad

de buenas obras o actos religio-

sos puede salvar a nadie. Si ese

camino podría haber sido diseña-

do, entonces Dios lo habría he-

cho. “Porque si se hubiera dado

una ley capaz de impartir vida,

entonces la justicia ciertamente

hubiera dependido de la ley”.

(Gálatas 3:21). El evangelio cris-

tiano enseña que nadie puede

ganar la salvación, y sin embar-

go, todos pueden tenerla, porque

Jesús nos la da gratuitamente.

Otra diferencia es que la mayo-

ría de las religiones nos dicen que

debemos cambiar nuestro com-

portamiento, y esperan que pon-

gamos todo nuestro esfuerzo. El

cristianismo dice que Dios mismo

proveerá el poder que necesita-

mos para cambiar nuestras vidas.

Nosotros, los humanos nos he-

mos metido en este lío, y no po-

demos rescatarnos a nosotros

mismos. El poder de la salvación

debe venir de Dios.

Nosotros no estamos tratando

de convertirnos en la imagen de

Cristo, dejamos que Dios lo haga

en nosotros. La Biblia describe

esto como el Espíritu Santo vi-

viendo en nosotros, Dios viviendo

en nosotros, o Jesús viviendo en

nosotros. El poder de cambiar

nuestro comportamiento viene de

Él, no de nosotros mismos. Es su

trabajo, no algo de lo que noso-

tros podamos tomar el crédito

correspondiente.

La mayoría de las religiones

motivan a la gente a través de

amenazas y el deseo de obtener

F

EL PROPÓSITO DE LA VIDA HUMANA Por Michael Morrison

Page 23: Odisea Cristiana No. 43

Odisea Cristiana 23

recompensas. El cristianismo nos

motiva a través de la gracia y el

amor. Obedecemos a Dios no por

miedo, sino por amor y agrade-

cimiento por lo que ha hecho. Y

estamos seguros de que él nos

ha dado las mejores instrucciones

posibles sobre la manera de vivir.

El cristianismo dice que fuimos

creados con un propósito, y ese

propósito es la felicidad eterna

viviendo con Padre, Hijo y Espíri-

tu Santo, que son supremamente

amorosos. “En Tu presencia hay

plenitud de gozo; En Tu diestra

hay deleites para siempre” (Sal-

mo 16:11).

Jesús no es sólo un ejemplo de

cómo debemos vivir - es también

un ejemplo de lo que significa la

salvación. Él vive en la gloria

eterna, y dice que podemos

acompañarlo en esa gloria, si

confiamos en él.

El crecimiento espiritual

A través de los siglos, los cris-

tianos hemos encontrado varias

maneras de dejar que Dios haga

su obra en nuestras vidas. Dios

no nos obliga a amarlo - el amor,

por definición, tiene que ser dado

de buena gana, no se puede pro-

gramar en nosotros o ser forzado

a salir de nosotros. Tenemos que

escoger amarlo. Dios obra en

nosotros cuando nos sometemos

a él. "Dios es el que en vosotros

produce así el querer como el

hacer, por su buena voluntad"

(Filipenses 2:13).

¿ Cómo permitimos a Dios que

haga su obra en nuestras vidas?

¿Cómo llegamos a ser más como

Jesucristo? De varias maneras:

En la adoración recordamos la

grandeza de Dios, su misericordia

y su deseo de hacer el bien en

nuestras vidas. Recordamos que

podemos confiar en él y que de-

pendemos de él, tal como lo hizo

Jesús.

En la oración, reconocemos que

dependemos de Dios, y le pedi-

mos la ayuda que necesitamos –

necesidades tales como comida,

intervención y cambio espiritual.

"Por nada estén inquietos; antes

bien, en todo, mediante oración y

súplica con acción de gracias,

sean dadas a conocer sus peti-

ciones delante de Dios" (Filipen-

ses 4:6).

En el estudio de la Biblia, po-

demos leer y pensar acerca de

las obras y palabras de Dios.

Jesús estudió las Escrituras y

utilizó sus palabras para ayudarlo

a resistir las tentaciones (Mateo

4:1-11). Dijo que los seres hu-

manos no vivimos "solamente de

pan, sino de toda palabra que

sale de la boca de Dios" (versícu-

lo 4). La vida espiritual necesita

alimento espiritual.

Aprendemos de nuestras inter-

acciones sobre la manera de ex-

presar amor, y crecer en el apre-

cio para las personas que tienen

talentos y habilidades diferentes

de las nuestras. Jesús creó la

iglesia no sólo para predicar el

evangelio, sino para ayudarnos a

crecer, porque eso también es

parte de su obra y su propósito.

Page 24: Odisea Cristiana No. 43

24 Comunión de Gracia Internacional

En la iglesia, nos relacionamos

con otras personas que están en

el mismo programa de entrena-

miento centrado en Cristo.

En el servicio, en ayudar a los

demás, actuamos de la manera

en que Jesús lo haría. Aprende-

mos por experiencia que el servi-

cio nos da más satisfacción en la

vida que el egoísmo. Estar invo-

lucrado en la obra de Dios es el

sentimiento más satisfactorio de

todos, ya que será de valor

eterno. Cuando morimos, no

podemos llevar las cosas físicas

con nosotros, pero podemos lle-

varnos las relaciones con noso-

tros y continuarlas en la próxima

vida.

En las experiencias del día a día

de la vida, tenemos la oportuni-

dad de aprender a ser como Je-

sús, al elegir ser paciente, ser

considerado, ayudar a otros,

orar. En el trabajo y en nuestros

hogares, Jesús tiene algo que

decir acerca de lo que hacemos.

¿Qué pasa con las pruebas y

dificultades de la vida? Nos gus-

taría que se fueran, pero Jesús

nunca prometió eso. En cambio,

él nos prometió problemas: “En

el mundo tendrán aflicción” (Juan

16:33). “El siervo no es mayor

que su señor. Si a mí me han

perseguido, también a ustedes

los perseguirán” (Juan 15:20).

Ser como Jesús no es fácil.

Dios usa nuestras dificultades

como oportunidades de aprender.

Incluso Jesús tuvo que experi-

mentar problemas. "Aunque era

Hijo, aprendió obediencia por lo

que padeció" (Hebreos 5:8). Si

hasta Jesús tuvo que aprender a

través del sufrimiento, podemos

esperar que sea parte de nuestro

programa de entrenamiento,

también. Vamos a experimentar

problemas en la vida sigamos o

no a Jesús. No se trata de no

tener problemas , sino de apren-

der de esos problemas. ¿Reaccio-

namos a los problemas de la

manera en que Jesús lo haría, o

nos amargamos y buscamos

venganza?

Aprendemos más sobre el

amor, cuando amamos a las per-

sonas difíciles de amar, apren-

demos más acerca del perdón

cuando las personas pecan contra

nosotros. Nuestro carácter se

moldea más como Jesús no tanto

en los buenos tiempos, sino en

los tiempos difíciles. ¿Cómo reac-

cionamos ante los problemas?

No siempre entendemos por

qué Dios permite que la gente

sufra. No podemos ver nada

bueno o alguna lección que

aprender. Pero Dios nos asegura

que "en todas las cosas intervie-

ne Dios para bien de los que lo

aman, los que han sido llamados

de acuerdo con su propósito"

(Romanos 8:28). Puede que no

sepamos cómo - sólo tenemos

que confiar en él. Cualquiera que

sea la prueba, por lo menos po-

demos estar seguros de esto:

"Nuestros sufrimientos del tiem-

po presente no son comparables

con la gloria que habrá de reve-

larse en nosotros" (versículo 18).

Page 25: Odisea Cristiana No. 43

Odisea Cristiana 25

Podemos estar seguros, incluso

en nuestras pruebas, que Dios

tiene algo maravilloso planeado

para nosotros. Nuestras pruebas

son sólo temporales, ¡pero la

gloria va a durar para siempre!

La Biblia nos advierte que va-

rias cosas pueden sofocar la obra

que Dios está haciendo en nues-

tras vidas. Podemos resistir a los

enemigos, pero tomará un cierto

esfuerzo.

En Lucas 8, Jesús contó una

historia acerca de las semillas en

diferentes tipos de suelo. En su

historia, la semilla representa la

palabra de Dios (versículo 11).

Algunas personas reciben el

mensaje del Evangelio con ale-

gría. "Ellos creen por algún tiem-

po, pero en el momento de la

prueba se apartan" (versículo

13). Se espera que el cristianis-

mo es viento en popa, pero eso

no es lo que Jesús promete.

"Cuando surgen problemas o

persecución a causa de la pala-

bra, luego tropiezan" (Mateo

13:21).

Otro grupo de personas son

como semillas que cayeron entre

las malezas. Aunque el mensaje

de Jesús empezó a crecer en su

vida, fue ahogado con el tiempo

por las malas hierbas. "Al conti-

nuar su camino son ahogados por

las preocupaciones de la vida, las

riquezas y los placeres, y no ma-

duran" (Lucas 8:14). Algunas

personas están tan distraídas por

las cosas de este mundo, que no

llegan a pensar en la vida eterna.

El evangelio no tiene resultados

en sus vidas, porque lo ignoran –

están demasiado "ocupados"

para ver la eternidad cualquier

momento. O se divierten con la

riqueza, o se frustran tratando de

hacer riquezas (ver también 1

Juan 2:16-17). De cualquier ma-

nera, no le dan a Dios todo el

tiempo. Están eligiendo la vida

mortal en lugar de la vida eterna.

Sin embargo, algunas personas

responden bien al mensaje: "La

semilla en buena tierra son los

que tienen un corazón noble y

bueno, que oyen la palabra, la

retienen, y por la perseverancia

dan fruto" (Lucas 8:15). La per-

severancia nos ayuda a crecer y

producir fruto. Nuestras decisio-

nes hacen la diferencia en lo que

el evangelio hace en nuestras

vidas. Necesitamos valorar la

vida eterna que Jesús nos ofrece

- y tenemos que actuar sabiendo

que es más valiosa que las re-

compensas temporales de esta

vida mortal.

Debemos amar a Dios más de

lo que amamos el dinero, los

placeres físicos, o el éxito que

este mundo ofrece. Esas cosas

son temporales, por lo que de-

bemos mantener nuestros ojos

en la meta de la vida eterna, con

felicidad eterna y significado

eterno.

Tenemos que decidir. Si quere-

mos una vida plena, una vida

satisfactoria, una vida agradable,

entonces tenemos que mirar a

Jesús como nuestro modelo, y

Page 26: Odisea Cristiana No. 43

26 Comunión de Gracia Internacional

como el poder que puede cam-

biar nuestra vida. Dios quiere que

vivamos para siempre en amor y

alegría , y tenemos que confiar

en él para hacer el trabajo que ya

ha comenzado. Dios nos creó

para ser "a su imagen“ y envió a

Jesús para garantizarla para no-

sotros, podemos estar seguros de

que va a terminar su obra en

nuestras vidas. ¡Confía en él, y

permítele trabajar con más fuer-

za! ◊

Michael D. Morrison tiene un

doctorado del Seminario Teológico

Fuller. Es editor de Comunión de

Gracia Internacional, Jefe de

redacción de la revista Odisea

Cristiana, colaborador habitual de

dicha revista, instructor adjunto en la

Escuela de Posgrado de Teología

Azusa Pacific y Decano de la Facultad

y profesor de Nuevo Testamento en

Grace Communion Seminary.

También es pastor asociado de

NewLife Fellowship en Pasadena, Cali-

fornia, EEUU.

Lectura recomendada

¡El evangelio sí es

buenas noticias! y

sigue siendo para

siempre buena

noticia, la mejor

noticia imaginable,

para absolutamente

todos y todo. No es

solamente buena noticia para los

pocos que llegaron a conocer a Cristo

antes de morir; es buena noticia para

toda la creación; aun para todos

aquellos que murieron antes de

jamás haber oído acerca de Cristo.

Puedes leer en línea o descargar este

folleto en:

http://comuniondegracia.org/categor

y/literatura/

Confianza

“Confía en el SEÑOR

con todo tu corazón.”

Proverbios 3:5

¿Cómo se ve la confianza? Se ve

como un niño sentado tranquila-

mente en el regazo de su madre,

sabiendo que está seguro y que

todo está bien en su mundo. Se

ve como un niño que camina por

la calle de la mano de su padre,

sin preocuparse de a dónde van o

qué va a pasar más adelante. Es

saber que porque mi papá está

ahí, todo está bien. La confianza

es no tener ningún miedo, ningu-

na preocupación, ninguna ansie-

dad por el futuro, porque él está

contigo.

¿Qué significa “con todo tu co-

razón”? Tu corazón es todo de tí,

todo lo que eres: pensamientos,

decisiones, sentimientos, emo-

ciones, deseos, cuerpo y alma.

Podemos confiar en Dios con todo

lo que somos. Él no nos defrau-

dará, incluso si dejamos de ir

tomados de Su mano por un rato.

Podemos confiar en Él porque Él

nos ama, completamente y sin

condiciones. ◊

Tammy Tkach

Page 27: Odisea Cristiana No. 43

Odisea Cristiana 27

2º Campamento

Nacional Mexicano Por Samuel Mercado

l segundo Campamento de

Crecimiento Cristiano e Inte-

gración se llevó a cabo en la pla-

ya de Guayabitos de los días 29

de Diciembre al 1º de enero de

2013. Este campamento ha teni-

do por objetivo fomentar la uni-

dad entre los jóvenes que asisten

regularmente a las congregacio-

nes de Comunión de Gracia In-

ternacional a lo largo

de toda la República

Mexicana.

El campamento tuvo

un doble enfoque en

esta ocasión, por un

lado se buscó el que

cada joven descubriera

que puede tener una

relación personal con

Jesucristo, eliminando

falsos conceptos que en

ocasiones se tienen

sobre Dios y sobre la

salvación. El otro tema

fue la continuación del

curso “Caminando con

el Maestro, El llamado

del Maestro” donde se

mostró que Cristo nos

llama a la salvación y a

servir con nuestros

dones aprovechando

nuestra personalidad,

experiencias y habilida-

des particulares, po-

E

Page 28: Odisea Cristiana No. 43

28 Comunión de Gracia Internacional

niendo todo eso al servicio de la

obra de dar a conocer el evange-

lio.

En este campamento cinco jó-

venes decidieron comprometerse

con Cristo mediante el bautismo,

los cuales se efectuaron por el

joven pastor Natanael Cruz, asis-

tido por Samuel Mercado. Los

jóvenes bautizados fueron: José

Luis Lujano de Monterrey N.L.,

Enrique Isaac Iñiguez de Guada-

lajara, Jal., Fatima Rodriguez y

Fernanda Rodriguez, ambas de

la Cd. de México, y Paulina Reyna

Langarica de Tepic, Nayarit.

Tuvimos una asistencia de 32

personas incluyendo a los organi-

zadores, adultos jóvenes y adole-

centes. En esta ocasión 18 Jóve-

nes fueron beneficiados

con una beca otorgada por

la Fundación Jon Whitney,

organización que otorga

becas a jóvenes para asis-

tir a campamentos cristia-

nos, y muy seguramente

sin este apoyo muchos no

hubieran podido asistir

debido al costo del cam-

pamento y el transporte

adicional que deben cos-

tear ya que como se men-

cionó antes los jóvenes

provienen de diferentes

Estados y la mayoría de-

ben viajar en autobús

entre 6 y 10 horas, aun-

que algunos casos puede

extenderse el viaje de 12

a 16 horas.

Para recibir el año todos

fuimos a la playa y cada

uno compartió sus deseos

Page 29: Odisea Cristiana No. 43

Odisea Cristiana 29

para los demás y su

agradecimiento para

con Dios. Fue una vela-

da muy emotiva y úni-

ca, y después de recibir

el año tuvimos una

cena especial con birria,

un platillo típico de

Jalisco.

En estos días además

de los temas tuvimos

actividades de integra-

ción, tiempo libre para

convivir y salir a cono-

cer el pueblo. Todos los

asistentes preparamos

nuestros desayunos,

comidas y cenas, y nos

encargamos de las acti-

vidades de limpieza.

También algunos

aprovecharon la opor-

tunidad para hacer un

recorrido en lancha a

mar abierto para ob-

servar a las ballenas

que en ésta época se

encuentran migrando

en el área.

El compañerismo que

se vivió fue excelente,

los jóvenes que ya

habían asistido al ante-

rior campamento pu-

dieron reencontrarse

con grandes amigos,

los jóvenes que fue su

primer campamento

pudieron sentir un

verdadero compañe-

rismo y aceptación en

el grupo y se formaron

grandes amistades.

Page 30: Odisea Cristiana No. 43

30 Comunión de Gracia Internacional

El resultado

del campamento

es positivo, se

están levantan-

do líderes de

jóvenes de en-

tre ellos mis-

mos, algunos

proyectos loca-

les y otros na-

cionales para el

desarrollo de la

obra se están

concretando, los

jóvenes están

aceptando el llamado de ayudar

en el desarrollo espiritual de

otros jóvenes, hay quienes se

quieren preparar más y desarro-

llar sus dones en sus congrega-

ciones locales.

Agradecemos a Dios por la

oportunidad que nos ha dado en

este campamento de convivir

nuevamente y de poder aprender

más sobre el amor de Dios y su

voluntad para nuestras vidas.

Gracias a todos los que nos apo-

yaron para poder una vez más

haber realizado este proyecto.

Nuestro próximo campamento

será del 15 al 18 de Noviembre

de 2013. Si estás interesado en

participar y quieres mayor infor-

mación puedes escribirme a

[email protected]

Escribe para Odisea Cristiana

Podemos ser una denominación pe-

queña, pero con mucha actividad en

cientos de congregaciones y decenas

de países. Saber “lo que está pasan-

do” puede ser una fuente de aliento e

inspiración. Nos ayuda a orar unos

por otros y ser renovados en nuestra

vida cristiana.

¿Tienes una historia inspiradora que

contar enfocada en algún aspecto de

la fe y la vida cristiana? Compártela.

¿Hizo tu congregación una actividad

evangelística con éxito? Escribe lo

que hicieron, cómo lo hicieron, que

resultados alcanzaron.

¿Conoces a una persona interesan-

te, un miembro de la iglesia que ha

tenido un fuerte impacto positivo

sobre ti? Cuéntanos sobre esa perso-

na.

De preferencia que sea un artículo

corto, sustancioso e interesante.

Alrededor de 700-900 palabras esta-

ría bien.

Si es posible, envíanos tu artículo

como un documento de Word adjunto

a un correo electrónico dirigido a

[email protected]. Asegú-

rate de incluir fotografías.

¡Estamos esperando tu artículo!

Page 31: Odisea Cristiana No. 43

Odisea Cristiana 31

Él conoce tu nombre

a población del mundo es de

alrededor de siete billones.

De acuerdo con un artículo en la

wikipedia, aproximadamente una

quinta parte de todos los seres

humanos que han existido en los

últimos 6,000 años están vivos

hoy en día. Eso es un montón de

gente. Pero, ¿a cuántos de ellos

puedes nombrar? ¿A cien? ¿Qui-

nientos?

¿Cuántos nombres de todos los

miles de millones de personas

que han nacido en esta tierra son

recordados hoy? Todos esos

nombres se desvanecieron en

lápidas (si estuvieron en lápidas),

ahora están olvidados. Sólo los

nombres de los famosos y los

infames se pueden recordar, y

sólo algunos de ellos.

Qué triste es pensar en todas

las vidas durante los siglos perdi-

dos en las brumas de la historia.

Qué triste personalmente, pensar

que nadie se acordará de nues-

tros nombres o los nombres de

los que amamos. La realidad es

que, dentro de unos cien años

más o menos, se olvidarán nues-

tros nombres. Pero hay Uno que

puede recordar todos los nom-

bres de cada persona que haya

nacido. Dios sabe y recuerda

cada nombre de cada ser hu-

mano, y no sólo sus nombres,

sino todo acerca de ellos.

Dios sabe nuestros nombres,

incluso nuestro segundo nombre

y nuestro sobrenombre. Él cono-

ce cada pensamiento, cada lá-

grima, nos ve y nos escucha

cuando lo llamamos.

Parece que es una necesidad

básica – que queremos escuchar

nuestros propios nombres, y que-

remos que otros lo recuerden.

Cualquier persona que trabaja

con público te dirá que debes

aprender y decir el nombre de

una persona cuando hablas con

él o ella. Añade un toque perso-

nal a un argumento de venta. Oír

que su médico pronuncia su

nombre ayuda a que un paciente

se sienta atendido. No queremos

pensar que a los demás no les

importa lo suficiente como para

L

EL TURNO DE TAMMY Por Tammy Tkach

Page 32: Odisea Cristiana No. 43

32 Comunión de Gracia Internacional

recordar quiénes somos. Por su-

puesto, a medida que envejece-

mos, ¡se hace más difícil recordar

nombres! A menudo tendrás que

preguntarlo, aunque conozcas a

la persona. ¡Y luego a veces no

podrás recordar los nombres de

tus hijos!

Este mundo parece impersonal

a veces. Puede ser un lugar triste

y solitario. Hay días en que todos

nos sentimos como si fuéramos

sólo un número, oscuro y sin

importancia. Nos preguntamos si

a alguien realmente le importa-

mos. Pero cada vez que una lá-

grima cae de mis ojos, Dios la ve.

Él entiende e incluso llora conmi-

go. Si no hay nadie en el mundo

a quien le importe, a Él sí. Saber

que Dios sabe mi nombre y nun-

ca se olvidará de lo que soy es un

pensamiento reconfortante.

¿La vida te trata mal? ¿Te sien-

tes un poco triste, solo, despre-

ciado? Dios lo sabe y se preocu-

pa. Él sabe tu nombre y conoce

su dolor. Él tiene tus lágrimas en

una botella (Salmo 56:8), y su

corazón es para ti. Incluso ha

escrito tu nombre en el libro de la

vida (Lucas 10:20).

La próxima vez que te sientas

como un número, que a nadie le

importas y nadie recuerda quién

eres, piensa en el que guarda tus

lágrimas, ha contado los cabellos

de tu cabeza (Lucas 12:7) y se

encarga de todas sus necesida-

des (Mateo 6:30). Él sabe tu

nombre y tú lo oirás cuando te

llame. ◊

Dios Trino,

cuán grande eres.

Pintas el cielo

en la oscuridad,

salpicándolo de estrellas.

A continuación,

muy suavemente,

un rayo de luz del sol

detrás de otro,

marca el comienzo

de la luz del día,

y la esperanza

de un nuevo comienzo.

Contigo cada día es

un nuevo comienzo.

Contigo cada momento

desborda con esperanza.

Tú que dijiste:

“Ustedes son

la luz del mundo”.

Permite que brille

tu amor en mí hoy.

Juntos, disipemos

la oscuridad y

muy suavemente,

un rayo de esperanza

detrás de otro,

pasemos la luz de Dios.

Iluminemos este mundo

con la luz de tu amor.