Odisea Cristiana 1

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2 Comunión de Gracia Internacional

CONTENIDO

3 La Biblia: Regalo de Dios.

9 El valor de Pi

16 Nuestra relación con Dios

12 VERDAD Y VIDA

Grande y Poderoso es Dios

14 REFLEXIONES

Bienvenido 2013

21 PARA MATRIMONIOS

5 preguntas para hacerle a

tu cónyuge esta semana.

22 HMM…

No se quedó en la Sede

Central

23 PARA JÓVENES

7 consejos sobre cómo

esperar hasta el matrimonio

Portada: "Las Sagradas Escrituras

son por la gracia de Dios, santificadas

para servir como su Palabra inspirada

y testimonio fiel de Jesucristo y del

Evangelio. Ellas son el registro total-

mente confiable de la revelación de

Dios a la humanidad culminando en

su auto-revelación en el Hijo encar-

nado. Como tal, las Sagradas Escritu-

ras son el fundamento de la iglesia e

infalibles en todos los asuntos de fe y

salvación".

web: http://comuniondegracia.org email: [email protected] facebook: ComuniondelaGracia twitter: @comuniongracia

Odisea Cristiana NÚMERO 41 01-2013

Odisea Cristiana es publicada por Comunión Internacional de la Gracia / Grace Communion International, PO Box 5005, Glendora, CA, 91740; Copyright ©2012. Presidente: Joseph Tkach. Misiones hispanas EEUU y México: Lorenzo Arroyo. Misiones en Centro y Sur América: Héctor Barrero. Editor: John Halford. Jefe de Redacción: Michael Morrison. Editor edición en español: David Agreda. Contribuciones: Odisea Cristiana acepta con agradecimiento las contri-buciones para ayudar con los costos de publicación y llevar a otros la buena noticia del evangelio de la gracia. Para comunicarse con nosotros puede dirigirse a cualquiera de las siguientes direcciones: Argentina: Iglesia de Dios Universal, Olavarría 4543, (1842) Bo Las Flores, Monte Grande- BA. email: [email protected] Tel. (011) 4295-1698. Colombia: Iglesia de Dios Universal, Calle 49 #26-11 Galerías, Bogotá. Teléfono: 3142825. Chile: Iglesia de Dios Universal, Casi-lla 11, Correo 21, Santiago. El Salvador: Comunión de Gracia, Calle Sisimiles 3155, San Salvador. España: Comunión Internacional de la Gracia, Apdo. 185, 28600 Naval-carnero, Madrid. Tel. 91 813 67 05 ó 626 468 629 www.comuniondelagracia.es

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COLUMNAS

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Odisea Cristiana 3

Por Gary Deddo

a iglesia cristiana a través de

los siglos siempre ha consi-

derado la Biblia como indispen-

sable para el culto, la devoción y

la vida. Su existencia está ligada

a él. La iglesia no sería lo que es

sin ella. La Sagrada Escritura es

parte del aire que respira y la

comida que come.

Aprendí la importancia de la Bi-

blia como un niño pequeño y fui

animado y enseñado a leerla y

memorizarla. La estudié tanto

por mi cuenta como en compañía

y estoy muy contento de haberlo

hecho, ahora años después. El

estudio de la Biblia ha sido siem-

pre una parte esencial de mi mi-

nisterio en el servicio a los de-

más, ya sea con la enseñanza, la

predicación, estudiándola con

pequeños grupos de otros cristia-

nos, o refiriéndome a ella al

aconsejar a otros. Cuando asistí

al seminario, mi objetivo principal

fue el estudio y la interpretación

de las Escrituras. Era tan impor-

tante para mí, que ¡estaba dis-

puesto a tratar de aprender he-

breo y griego para ver si podía

entenderla mejor!

En el camino, me enteré de que

había otras maneras en que es

entendida la naturaleza y el lugar

de la Biblia y también una varie-

dad de maneras de hacer uso de

ella. Algunas de estas explicacio-

nes y formas de acercarse a la

Biblia parecían mejores que

otras. Algunas formas parecían

conducir al mal uso de la Biblia, o

incluso hacerla irrelevante. Ter-

miné de leer libros y tomar cur-

sos para solucionar estos pro-

blemas, esperando poder encon-

trar algo de sabiduría en todo

L

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4 Comunión de Gracia Internacional

esto, no sólo para que me ayude

a mí, sino para pasarlo a otras

personas.

La Biblia es tan esencial a la fe

cristiana que la mayoría denomi-

naciones de la iglesia tienen al-

guna declaración oficial acerca de

la importancia y el lugar de la

Biblia, y Comunión de Gracia

Internacional no es la excepción.

Estos resúmenes pueden ser un

buen lugar para comenzar a re-

flexionar sobre el uso, la natura-

leza, el propósito y el uso correc-

to de las Escrituras. La declara-

ción de Comunión de Gracia In-

ternacional es breve, al punto y

bastante completa: "Las Sagra-

das Escrituras son por la gracia

de Dios, santificadas para servir

como su Palabra inspirada y tes-

timonio fiel de Jesucristo y del

Evangelio. Ellas son el registro

totalmente confiable de la revela-

ción de Dios a la humanidad cul-

minando en su auto-revelación

en el Hijo encarnado. Como tal,

las Sagradas Escrituras son el

fundamento de la iglesia e infali-

bles en todos los asuntos de fe y

salvación."

Dios nos da su Palabra

en las Escrituras porque

nos ama y quiere que lo

sepamos.

Me gustaría explorar con uste-

des lo que está detrás de este

resumen teológico de nuestro

entendimiento de las Escrituras.

Lo hacemos no para entrar en un

debate sin fin o demostrar que

somos superiores a los demás

cristianos que puedan tener una

opinión diferente. Y yo no creo

que simplemente queremos una

teoría al respecto. Buscamos

comprender la Biblia, porque la

valoramos altamente y queremos

honrarla y hacer un uso correcto

de ella. Queremos manejarla bien

para que podamos sacar el má-

ximo provecho de ella. Estas

cosas nos anima a hacer la Biblia.

También podemos recordar que

otros en la historia de la iglesia

se han beneficiado en gran medi-

da a través de un profundo cono-

cimiento de la Biblia y cómo in-

terpretarla. Pero al final, creo que

queremos captarla y usarla bien

porque esperamos llegar a cono-

cer mejor al Dios de la Biblia en

quien ponemos nuestra fe.

Por la gracia de Dios

Muchos de nosotros hemos can-

tado la canción infantil que dice:

"Cristo me ama, esto sé, la Biblia

dice así." Y eso es cierto. Sin

embargo, hay una manera dife-

rente de cantar ese verso que

también es cierta: "Jesús me

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Odisea Cristiana 5

ama, bien lo sé, la Biblia me dice

así" Esta segunda forma se refle-

ja en la declaración de Comunión

de Gracia Internacional, que la

Biblia es un regalo de Dios para

nosotros, un don de su gracia y

por lo tanto de su amor. Porque

Dios nos ama en Cristo y por

Cristo, gratuitamente nos propor-

cionó su Palabra escrita.

Dios no tenía que hacerlo, pero

su amor por nosotros, sus criatu-

ras, le ha movido a darnos su

Palabra en forma escrita. El amor

de Dios por nosotros es primero,

y luego sigue su provisión de la

Biblia. No seríamos capaces de

conocer y amar a Dios si Dios no

nos hubiera amado primero y se

hubiera comunicado con nosotros

a través de su Palabra escrita.

Dios nos da su Palabra en las

Escrituras porque nos ama y

quiere que lo sepamos. Siempre

debemos recordar que la Biblia es

un regalo gratuito de Dios por

amor a nosotros.

Dios sigue empoderando

su Palabra

Pero esto no es todo. Las pala-

bras humanas en sí mismas no

tienen la capacidad para revelar-

nos la verdad y la realidad de

Dios. Las palabras humanas son

sólo eso, humanas. Se derivan

principalmente de nuestras expe-

riencias humanas. Pero Dios no

es una creatura y no puede ser

entendido simplemente en térmi-

nos de creatura, conceptos e

ideas. Las palabras que se refie-

ren a Dios no significan exacta-

mente lo mismo que cuando se

refieren a la creación. Podemos

decir que nosotros "amamos" y

podemos decir que Dios "ama".

Pero el amor de Dios supera con

creces nuestro amor. Nosotros

usamos la misma palabra, pero

no nos referimos a lo mismo

cuando la aplicamos a Dios en

comparación a cuando la aplica-

mos a nosotros mismos. Sin em-

bargo, nuestro amor puede ser

un reflejo oscuro del amor de

Dios. Así que Dios tiene que san-

tificar, hacer santas y adecuadas,

nuestras palabras humanas sim-

ples para que podamos utilizarlas

para exacta y fielmente referirse

al Dios de la Biblia y no caer en

malentendidos acerca de Dios y

sus caminos.

El Dios de la Biblia es activo y

continuamente nos da su gracia

al vigilar nuestra lectura e inter-

pretación de las Escrituras, ayu-

dándonos a ver cómo de una

manera única nos revelan a Dios

y sus caminos. El Dios de las

Sagradas Escrituras no se volvió

mudo cuando la Biblia llegó a

existir. Este Dios sigue hablando

en y a través de su Palabra escri-

ta, permitiéndole referirse a él y

no sólo a las ideas o realidades

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6 Comunión de Gracia Internacional

de las criaturas. Dios sigue ha-

blándonos su Palabra a través de

este regalo de la revelación escri-

ta. Si Dios dejara de involucrarse

personalmente y dejara de em-

poderar a la Palabra escrita para

lograr la hazaña milagrosa que

nos permite conocerlo, entonces

Dios no sería realmente conocido.

Simplemente tendríamos ideas

humanas acerca de Dios para

tener en cuenta y nada más. El

resultado sería probablemente no

mucho mejor que los antiguos

dioses mitológicos griegos y ro-

manos.

Inspirada por el Espíritu

Si nos preguntamos: "¿Cómo

Dios nos ha hablado y se ha dado

a conocer a nosotros?" Resulta

que este trabajo involucra la to-

talidad de Dios, es decir, el Pa-

dre, el Hijo y el Espíritu Santo. La

palabra "inspiración" significa

"Dios respiró." El Espíritu Santo

es identificado como el viento o

el aliento de Dios. Por el Espíritu

de Dios, hay personas que a tra-

vés del tiempo fueron llamados,

nombrados y especialmente habi-

litados para hablar con la autori-

dad de Dios. Ellos fueron "in-

respirados" por el Espíritu. Cómo

trabaja exactamente el Espíritu

no lo sabemos y no lo podemos

saber. Pero se nos ha dicho que

el Espíritu puede y ha empodera-

do primero a los profetas del

Antiguo Testamento y luego a los

apóstoles del Nuevo Testamento.

Tenemos estas palabras

escritas, ya que de alguna

manera han sido preserva-

das para nosotros a lo

largo de los siglos.

Esto también es una obra de

la gracia y el don de Dios.

El Espíritu parece tener en

cuenta todo acerca de un deter-

minado autor profético o apostó-

lico y en su gracia hace uso de

ellos. El Espíritu incorpora sus

conocimientos de idioma, cultura

y socio-políticos, así como su

propia relación con Dios, en sus

propósitos comunicativos. El Es-

píritu utiliza los elementos huma-

nos de los profetas y apóstoles

seleccionados. Pero el Espíritu

utiliza estos elementos en una

forma que les permite referirse

mucho más allá de la realidad

creatural. El Espíritu se hace car-

go de ellos de una manera que

da a esas palabras una capacidad

de comunicación que nunca po-

drían tener por sí mismas.

Por el Espíritu, la Escritura co-

mo un todo sirve como una for-

ma de comunicación escrita que

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Odisea Cristiana 7

Dios continuamente puede utili-

zar para darse a conocer a sí

mismo y sus caminos a su pueblo

a través de los siglos. Si el Espíri-

tu no hubiera trabajado con estas

personas, nosotros no tendría-

mos ningún acceso autoritativo y

confiable a la Palabra de Dios. Así

que podemos dar gracias a Dios

por haber elegido a ciertos indi-

viduos a través del tiempo y, por

su Espíritu, haberlos inspirando

para hablar fielmente por él.

Preservación providencial

Tenemos estas palabras escri-

tas, ya que de alguna manera

han sido preservadas para noso-

tros a lo largo de los siglos. Esto

también debe ser considerado

como una obra de la gracia y un

regalo de Dios. Debido a su gran

amor por nosotros, el Dios de la

Biblia no sólo seleccionó e inspiró

a ciertos individuos, sino también

supervisó cómo sus escritos se

transmitieron y finalmente fueron

reunidos. Llamamos a esta forma

de la gracia de Dios: su provi-

dencia.

Todas las palabras

proféticas… y todos los

escritos apostólicos

señalan la hora y el lugar

donde Dios mismo se revela

y se interpreta a sí mismo

en y a través de Jesucristo.

Al parecer, un aspecto de la su-

pervisión providencial de Dios

también incluye algo de edición

inspirada de materiales preexis-

tentes. Dios providencialmente

ha mantenido contacto con sus

Palabras escritas y el proceso por

el cual fueron canonizadas

(reunidas en una colección auto-

rizada). Por supuesto, si el Dios

de la Biblia quería que tuviéra-

mos un testimonio escrito de su

Palabra, entonces no debemos

sorprendernos de que Dios tam-

bién tendría que prever y asegu-

rar su conservación a lo largo de

los siglos.

La auto-revelación

El don de la revelación por gra-

cia, a medida que traza la histo-

ria, llega a un punto álgido cru-

cial. Todas las palabras proféticas

preparan y esperan la auto-

revelación de Dios en Jesucristo,

el Hijo de Dios. Y todos los escri-

tos apostólicos señalan la hora y

el lugar donde Dios mismo se

revela y se interpreta a sí mismo

en y a través de Jesucristo.

En Jesús, no tenemos solamen-

te otra palabra inspirada acerca

de Dios, sino que tenemos la

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8 Comunión de Gracia Internacional

Palabra viviente de Dios mismo,

en persona, en el tiempo y en el

espacio; y de carne y hueso.

Jesús nos dice que Él es, él mis-

mo, el Camino, la Verdad y la

Vida. Él no nos muestra un ca-

mino o nos habla acerca de la

verdad o nos da cosas que con-

ducen a la vida. Él mismo es

estas cosas. Así, la revelación de

Dios por gracia llega a un nivel

cualitativamente diferente con el

nacimiento de la Palabra de Dios

en forma humana. Como resulta-

do, la palabra escrita de Dios

inspirada por el Espíritu a los

profetas y los apóstoles apunta al

cumplimiento de su propia pala-

bra con la venida de la Palabra

Viviente.

La autoridad de la Biblia es

establecida y mantenida por

una conexión viva y real de

Dios con la Biblia.

Juan el Bautista, como el último

de los profetas y representando a

todos ellos, sirve como un testi-

monio autorizado cuando señala

a Jesús como la Luz, el Cordero

de Dios que quita el pecado del

mundo, el Mesías, el Hijo de Dios

(Juan 1:8; 29-34). Él (Juan) de-

clara que él no es la luz, viene

después de Jesús, y debe dismi-

nuir. A diferencia de Jesús, que

es la Luz, que existía antes de

que Juan existiera, que es el

Cordero de Dios, que bautiza con

el Espíritu y así es necesario que

crezca. Jesús, entonces, es el

centro del centro de la obra reve-

ladora de Dios y por lo tanto está

en el centro mismo de toda la

Escritura.

Fiel e infalible

La Palabra escrita deriva su au-

toridad y fidelidad del Padre, por

el Hijo y en el Espíritu. Ya que

Dios es el Dios viviente y que

habla, tenemos la palabra escrita

que nos pone en contacto con la

Palabra viva de Dios, todo por el

Espíritu. La autoridad de la Biblia

es establecida y mantenida por

una conexión viva y real de Dios

con la Biblia. Las Sagradas Escri-

turas pueden servir como lo ha-

cen porque siguen estando co-

nectadas con el Dios infalible. La

Biblia no tiene su propia autori-

dad o fidelidad al margen de

Dios, sino en la conexión real y

cotidiana con la plenitud de Dios:

Padre, Hijo/Palabra y Espíritu.

Por eso, cuando leemos o escu-

chamos la Biblia, escuchamos a

Dios vivo hablándonos una vez

más.

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Odisea Cristiana 9

Por Joseph Tkach

ara la mayoría de nosotros,

no hay nada que nos intimi-

de más que una pizarra llena de

ecuaciones matemáticas. Pero lo

que para la mayoría de nosotros

parece una mezcla insondable de

signos y símbolos puede ser algo

de gran belleza para un matemá-

tico. Para aquellos que entien-

den, una buena ecuación tiene la

elegancia y la simetría de un

poema clásico o de una gran obra

musical.

Los números pueden ser fasci-

nantes, sin duda. Permítanme

que les muestre a que me refiero

considerando un símbolo mate-

mático que probablemente todos

reconozcamos: La letra griega ∏.

En la escuela primaria aprendi-

mos a llamar Pi a este símbolo. Pi

se usa para representar la rela-

ción entre la circunferencia y el

diámetro de un círculo. Es la res-

puesta a una pregunta: ¿Cuál es

la relación entre la circunferencia

de un círculo y la longitud de su

diámetro?

Pi es un número irracional, lo

que significa que no puede ex-

presarse de forma exacta como

una fracción simple. De hecho,

no puede expresarse con exacti-

tud en forma alguna, es lo que se

llama un decimal no repetitivo.

Durante siglos los matemáticos

han tratado de calcular el valor

más preciso de Pi. He aquí su

valor con cien decimales:

3,1415926535897932384626433

83279502884197169399375105

82097494459230781640628620

89986280348253421170679.

Aunque los matemáticos han

calculado Pi hasta con diez trillo-

nes de decimales, no ha encon-

trado patrones discernibles de

repetición. A causa de esta ano-

malía, Pi contiene todas las series

de secuencias numéricas que se

puedan pensar. En Pi encontrarás

¡tu número de teléfono, de segu-

ridad social, tu fecha de naci-

miento, la fecha de tu boda, la

fecha de tu muerte y más!

Sin embargo, esta anomalía no

convierte en inútil a Pi, expresar-

lo como 3,141516 es lo bastante

bueno para la mayoría de los

propósitos prácticos. Aunque la

especialidad de matemáticas

P

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10 Comunión de Gracia Internacional

superiores sea un territorio ex-

traño para la mayoría de noso-

tros, creo que podemos ver por-

qué aquellos que las han estu-

diado encuentran belleza, e inclu-

so inspiración espiritual en ellas.

El astrónomo Johannes Kepler

dijo: “La geometría es uno de los

brillos eternos en la mente de

Dios. Eso compartido entre los

seres humanos es una de las

razones por las que el ser hu-

mano es la imagen de Dios”.

Gottfried Wilhelm Leibniz afir-

mó: “El placer que nos produce la

música procede de contar, pero

contar inconscientemente. La

música no es sino aritmética in-

consciente”.

Sir Isaac Newton proclamó:

“Dios lo creó todo por medio de

números, pesos y medidas”.

Euclides observó como “las le-

yes naturales no

son sino los pen-

samientos mate-

máticos de Dios”.

Galileo Galilei

notó que “las

matemáticas son

el alfabeto con el

que Dios ha escrito el universo”.

Y Einstein dijo: “Dios no se

preocupa de nuestras dificultades

matemáticas. Las integra empíri-

camente”.

Como los físicos de partículas

que trabajan en la primera línea

de los descubrimientos, los ma-

temáticos están encontrando que

es necesario expresar sus conclu-

siones en lenguaje que suena a

más metafísico que estrictamente

científico. El distinguido matemá-

tico Paul Albert Gordan (1837-

1912) anticipó esto cuando escri-

bió: “Esto [un axioma matemáti-

co] ya no es matemáticas, es

teología”.

Por supuesto, Dios es el mate-

mático más grande. Puede contar

los pájaros que caen del cielo, el

número de cabellos en nuestras

cabezas e incluso recordar el

número de lágrimas que hemos

vertido. Pablo nos recuerda como

podemos entender algo de Dios

mirando su creación.

Y, por supuesto, la mejor ima-

gen que tenemos de a qué es

Dios semejante está en la perso-

na de Jesucristo. Jesús vino para

ser uno de nosotros y mostrarnos

al Padre y al Espíritu Santo. De

eso la iglesia formuló la doctrina

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Odisea Cristiana 11

de la naturaleza trinitaria de

Dios. Entender a Dios como una

Trinidad no explica cada detalle,

pero engloba esencialmente lo

que necesitamos saber y posi-

blemente lo que podemos cono-

cer.

Podríamos decir que la doctrina

de la Trinidad “explica” a Dios,

como el 3,141516 expresa a Pi

como una fracción. No podemos

llegar al último decimal de Pi, y

no podemos explicarlo todo sobre

la verdad, la realidad y el ser de

Dios. Pero conocer a Dios como

Padre, Hijo y Espíritu Santo es

suficientemente completo y pre-

ciso como para permitirnos cap-

tar la verdadera naturaleza de

Dios en nuestras vidas diarias y

unirnos en una relación plena con

él.

Una verdadera relación con

Dios, cuando se vive por medio

de Jesucristo, no requiere prime-

ro una comprensión total. Nues-

tra comprensión es posterior a

nuestro estar en una relación

reconciliada con Dios por medio

de Jesucristo, quien tiene una

comprensión total de Dios y

comparte con nosotros todo lo

que podemos captar. Sería ab-

surdo y arrogante para meros

mortales afirmar que podemos

explicar siempre todo lo que hay

que conocer sobre Dios. Él es

mucho más grande que nosotros,

tiene pensamientos que no son

los nuestros, y caminos que son

mucho más altos que los nues-

tros (Isaías 55:8). Su compasión

inmerecida, su misericordia infini-

ta y su amor incondicional no

tiene sentido para nuestras for-

mas humanas de razonar. Como

Pablo escribió en su Epístola a los

Romanos: “¿Has conocido alguna

vez algo parecido a esta extrava-

gante generosidad de Dios, esa

profunda, profunda sabiduría?

Está muy por encima de nuestras

cabezas. Nunca nos la figuraría-

mos” (Romanos 11:33, El Mensa-

je).

Moisés lo resumió bien en Deu-

teronomio 29:29: “Lo secreto le

pertenece al SEÑOR nuestro

Dios, pero lo revelado nos perte-

nece a nosotros y a nuestros

hijos para siempre, para que

obedezcamos todas las palabras

de esta ley”. Por medio de Jesús

sabemos mucho más que lo que

el antiguo Israel pudo haber co-

nocido.

Pero recordemos siempre que

en nuestra comprensión todavía

vemos de “manera indirecta y

velada, como en un espejo”, in-

cluso mientras estamos de hecho

gozando una relación real y co-

rrecta con Dios a través de Cristo

y por el Espíritu. Un día todo será

claro. Hasta entonces, encuentro

fascinante mirar por encima de

los hombros de los matemáticos

y los científicos mientras investi-

gan cada vez más profundo den-

tro de los misterios del cosmos,

especialmente de aquellos que

tienen la humildad para decir al

final del día: “Cuán grande eres

Tú”.

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12 Comunión de Gracia Internacional

as Sagradas Escrituras nos

hablan de muchas caracte-

rísticas de Dios. Que es espíritu,

eterno, creador, todo lo sabe,

todo lo puede.

En 1ª Juan 1 dice: “Dios es luz

y en Él no hay ninguna oscuri-

dad”. Y en Santiago 1,13: “Dios

no puede ser tentado por el mal

ni tampoco tienta a nadie”.

Muchas veces las personas se

quejan contra Dios por su situa-

ción, su pobreza, enfermedad,

algún accidente, la pérdida de un

ser querido. Y piensan que Dios

los está castigando por alguna

falta o algún pecado. Tienen la

idea de un Dios vengativo que

está esperando que cometamos

el más leve error para ejercer su

venganza. Pero la Escritura dice

que Dios no anda tramando de

qué manera nos va a castigar.

Tampoco se complace en nuestro

dolor ni es el origen de nuestro

mal. El señor Dios nos ama y

desea siempre lo mejor.

En 1° Juan 4:8 dice que Dios es

amor. Dios personifica el amor.

Su amor se basa en la verdad, la

justicia y la gracia.

De niño siempre tuve miedo de

Dios. Crecí en una religión en la

que todo era pecado. Dios estaba

profundamente enojado conmigo.

Se hablaba mucho del infierno y

de la condenación eterna, de las

maldiciones. A cada paso sentía

su mirada acusadora, su conde-

nación. En mi mente Dios era un

anciano de cabello blanco, mirada

dura, sin gozo. Y en cualquier

momento de su mano podí­a salir

un rayo para castigarme. Pero he

aprendido que Dios es amor. Me

ama a pesar de mi imperfección y

envió a su Hijo Jesucristo por

amor a mi, para salvarme, por-

que yo no podía salvarme por

mis propios medios. Y por su

gracia me ha pasado de muerte a

vida y de Él provienen todas mis

bendiciones.

2ª de Corintios 13:14 dice:

L

VERDAD Y VIDA Por Héctor Barrero

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Odisea Cristiana 13

“Que la gracia del señor Jesucris-

to, el amor de Dios y la comunión

del Espí­ritu Santo sean con to-

dos ustedes”. La gracia, el amor

y la comunión en la Trinidad.

Primeramente Dios es amor.

Nunca haría nada indebido. Nos

creó por amor, nos ama y desea

nuestro bien. La gracia de Cristo

se refiere a que por medio de Él

fuimos reconciliados con el Padre.

Nuestras deudas pagadas. Ya no

pesa sobre nosotros ninguna

condenación. Cristo nos libertó de

la sentencia de muerte. Hemos

sido perdonados, aceptados.

Ahora somos llamados hijos de

Dios, co-herederos con Cristo. Y

todo por su gracia. Ahora, por el

Espíritu Santo vivimos y nos mo-

vemos en Dios. Somos parte de

su familia, un cuerpo, una iglesia,

un espíritu. El Espí­ritu Santo nos

mantiene unidos a Dios, en ben-

dición.

Hebreos 1:1 dice: “Dios, que

muchas veces y de varias mane-

ras habló a nuestros antepasados

en otras épocas por medio de los

profetas, en estos días nos ha

hablado por medio de su Hijo”.

Dios siempre ha querido comu-

nicarse con el ser humano. Ha

sido iniciativa de Él. A nuestros

primeros padres Adán y Eva les

habló personalmente, estuvo con

ellos en el jardín del Edén. Habló

también con Caín. Se comunicó

de muchas maneras con sus pro-

fetas. Tanto quiere comunicarse

Dios con nosotros, está tan dis-

puesto a hablarnos, que nos en-

vió a su propio Hijo. Y Cristo nos

reveló el mensaje del Padre: el

evangelio. Él inspiró la Biblia, su

Palabra escrita, la cual tiene po-

der. Cuando la leemos Dios nos

habla, nos transforma. En mu-

chas ocasiones son los hombres

los que se quieren esconder de

Dios, como Adán en el huerto

después que pecó.

El salmo 139 dice: “A dónde

podría alejarme de tu Espíritu, a

dónde podría huir de tu presen-

cia. Si subiera al cielo allí estás

tú; en el fondo del abismo tam-

bién estás allí. Si dijera: que me

oculten las tinieblas, que la luz se

haga noche en torno mío, ni las

tinieblas serían oscuras para ti, y

aun la noche sería clara como el

día. Lo mismos son para ti las

tinieblas que la luz”.

David habla sobre la omnipre-

sencia de Dios. Él está en todo

lugar, lo ve todo, lo sabe todo. Él

sabe lo que pasa en los lugares

más oscuros, peligrosos, inmora-

les. Dios sabe lo que hacen los

malos, conoce sus pensamientos.

Igualmente nos conoce a noso-

tros sus hijos, sus escogidos, nos

mira a través del sacrificio de

Cristo. Él está presente, es cons-

ciente de lo que somos. Está con

nosotros en todo lugar, en toda

situación.

Ciertamente Grande y Poderoso

es Dios.

Héctor Barrero es Director de Misio-

nes en Latinoamérica de Comunión de

Gracia Internacional.

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14 Comunión de Gracia Internacional

“Soy el Año Nuevo, vengo a ti

puro e inmaculado, acabo de salir

de las manos de Dios. Cada día

es una perla de gran precio que

te es concedida para que la en-

sartes en el hilo de plata de la

vida. Una vez ensartada ya no

puede desenhebrarse jamás;

queda allí como un testimonio

inmortal de tu fe y tu destreza.

Debes fundir entonces cada mi-

nuto, como eslabón dorado, a la

cadena eterna de las horas.

En tus manos te han sido en-

tregados riqueza y poder para

hacer de tu vida lo que quieras.

Te doy libremente y sin reservas,

doce meses gloriosos de lluvia

refrescante como una caricia, y

de luz de sol con fulgores de oro.

Los días para trabajar y recrearte

en la belleza de las cosas; las

noches para que duermas con un

sueño tranquilo.

Todo lo que tengo te lo doy con

un amor que no puede definirse.

Lo único que te pido es que no

permitas que nadie profane tu fe

ni oscurezca tu visión.”

Anónimo

asi nadie en el mundo se

abstiene de felicitarse y

desearse buenas cosas para este

nuevo año; todos queremos lo

mejor, de acuerdo con nuestros

intereses y perspectivas y hace-

mos rituales para lograr lo que

queremos.

Otro aspecto del inicio de año

son los llamados propósitos de

año nuevo, donde expresamos de

viva voz, en silencio o escribien-

do una lista, los aspectos de

nuestra vida y carácter que qui-

siéramos ya no tener y nos pro-

ponemos desterrar por nosotros

mismos; sin embargo, en casi la

totalidad de las personas, esos

propósitos no duran ni siquiera

un mes: volvemos a la rutina de

siempre.

Y es que para cambiar algo de

nuestra vida se necesita una

ayuda superior, que conozca

cómo estamos formados por den-

tro para así, desde adentro poder

externar lo mejor.

La vida y la experiencia nos di-

cen que esto es imposible, por-

que lo hacemos por nuestras

propias fuerzas, inmersos en un

mundo que no nos ayuda en na-

da, los esfuerzos son agotadores

y los resultados nulos y desilu-

sionantes.

Sin embargo, si queremos cam-

biar nuestra vida, en primer lugar

necesitamos saber y entender

quiénes somos realmente. Hasta

ahora todo lo vemos con los ojos

físicos con que Dios nos proveyó

y su campo de visión es dema-

C

REFLEXIONES Por Rubén Ramírez Monteclaro

Page 15: Odisea Cristiana 1

Odisea Cristiana 15

siado corto. Nuestros ojos no nos

permiten ver cómo somos por

dentro porque nuestra verdadera

personalidad no es física, no se

puede ver a simple vista; necesi-

tamos otro tipo de ojos: los ojos

del espíritu, que también Dios

nos dio. Fuimos creados y en-

gendrados trinos: espíritu, alma y

cuerpo, en una sola entidad.

Dios nos hizo a su imagen y nos

conforma específicamente a la

imagen de Jesús, su Hijo: un ser

humano que comparte la natura-

leza divina del creador; por tan-

to, lo que somos no refleja lo que

debemos ser porque aún estamos

en el proceso de creación.

Esto lo sabemos porque cono-

cemos a Jesús, quien, como hu-

mano, es el único, hasta ahora,

que ha completado dicha crea-

ción, enunciada en Efesios 1:4:

”Incluso antes de haber hecho el

mundo, Dios nos amó y nos eligió

en Cristo para que seamos santos

e intachables a sus ojos”.

En base en lo anterior, si nos

proponemos cambiar, no nada

más por este año, sino por siem-

pre, debemos vivir la vida de tal

forma que refleje lo que realmen-

te somos: hijos del hombre e

hijos de Dios, tal como Jesús lo

es ahora y por la eternidad.

Así que, después de haber re-

flexionado en el hecho de que

Dios ahora es humano por la

presencia eterna de Jesús, cele-

brada en la navidad pasada, co-

mo un propósito de Año Nuevo,

conozcámonos más, tal como

Dios nos ha creado en Jesús y

todo lo que nos propongamos

cambiar, tendrá que ser de

acuerdo con los planes de Dios;

nos daremos cuenta de que no

será difícil porque nosotros no lo

haremos, sino que es Jesús,

quien vive en nosotros, el que

hará las cosas en lugar nuestro

porque ya conoce nuestras debi-

lidades y nuestras cualidades que

son muchas porque ha sido la

voluntad de Dios colmarnos con

ellas: “Toda la alabanza sea para

Dios, el Padre de nuestro Señor

Jesucristo, quien nos ha bende-

cido con toda clase de bendi-

ciones espirituales en los luga-

res celestiales, porque estamos

unidos a Cristo”. (Efesios 1:3)

También resulta imperante co-

nocer más a Dios y para lograrlo,

debemos pasar más tiempo en su

compañía, en un eterno noviaz-

go-matrimonio, departiendo las

delicias de esta vida a la cual nos

ha destinado: “Y la manera de

tener vida eterna es conocerte a

ti, el único Dios verdadero, y a

Jesucristo, a quien tú enviaste a

la tierra”. (Juan 17:3)

Que este 2013 sea de bendicio-

nes, las bendiciones que Padre-

Hijo-Espíritu ha otorgado a esta

humanidad redimida por Cristo y

llevada a las alturas de lo excelso

y perfecto.

¡Feliz Año Nuevo 2013!

Rubén Ramírez Monteclaro es

pastor regional de Comunión de Gra-

cia Internacional en Veracruz, México.

Page 16: Odisea Cristiana 1

16 Comunión de Gracia Internacional

ios nos creó "a su imagen

y semejanza", y esta

imagen se ve más claramente

en Jesucristo. Él es la imagen

del Dios invisible, y Dios está

en el proceso de conformar-

nos para que seamos cada día

más como Cristo Jesús.

“Él es la imagen del Dios invisi-

ble, el primogénito de toda crea-

ción”. (Colosenses 1:15).

“Pero todos nosotros, con el

rostro descubierto, contemplando

como en un espejo la gloria del

Señor, estamos siendo transfor-

mados en la misma imagen de

gloria en gloria, como por el Se-

ñor, el Espíritu”. (2° Corintios

3:18)

Nunca vamos a ser exactamen-

te como Jesús (ya que él existía

incluso antes del comienzo del

tiempo como parte de la Deidad,

¡y nosotros nunca vamos a hacer

eso!), pero Dios nos ofrece algo

tan cerca como sea posible. ¡Va-

mos a ser como Jesús! No pode-

mos ser como Jesús por nosotros

mismos, Dios es el que trabaja

en nosotros. ¿Cómo lo hace?

Echemos un vistazo a cómo co-

mienza el cambio: en nuestra

relación con Dios.

No hay amor más grande

Dios nos ofrece una relación tan

estrecha que nos llama amigos,

familia e incluso novia. Él utiliza

estas figuras de lenguaje para

describir lo mucho que nos ama.

"Ya no los llamaré siervos," dijo

Jesús a sus discípulos. "En cam-

bio, los he llamado amigos" (Juan

15:15). Podemos ser como

Abraham, "amigo de Dios" (San-

tiago 2:23). También somos lla-

mados hijos de Dios, y "Jesús no

se avergüenza de llamarlos [a

nosotros] hermanos" (Hebreos

2:11). “¡Qué grande es el amor

que el Padre nos ha dado, para

que seamos llamados hijos de

Dios! Y eso es lo que somos” (1

Juan 3:1).

Tal vez no sea obvio en este

momento, pero será evidente

cuando Cristo regrese. "Cuando

él se manifieste, seremos seme-

jantes a él" (1 Juan 3:2). Dios

nos llama sus hijos, nos da una

herencia eterna, nos invita a

entrar en la sala del trono tantas

veces como queramos, y nos

ama con un amor que nunca

fallará. “El Espíritu mismo da

testimonio a nuestro espíritu de

que somos hijos de Dios. Y si

somos hijos, también somos he-

D

EL PROPÓSITO DE LA VIDA HUMANA Por Michael Morrison

Page 17: Odisea Cristiana 1

Odisea Cristiana 17

rederos - herederos de Dios y

coherederos con Cristo… si es

que padecemos juntamente con

él, para que nosotros también

participemos de su gloria” (Ro-

manos 8:15-17).

Dios nos ama y acepta la res-

ponsabilidad de proveer a nues-

tras necesidades, nos protege y

nos ayuda a crecer hacia la ma-

durez. Y al final, obtendremos

una fabulosa herencia ¡del papá

más rico en el universo!

Pablo usó una analogía del ma-

trimonio cuando escribió: "pues

los desposé a un esposo para

presentarlos como virgen pura a

Cristo" (2 Corintios 11:2). Apoca-

lipsis usa una forma similar de

expresión cuando predice las

"bodas del Cordero", cuando

Jesús (el Cordero) y su pueblo (la

novia) se unen por siempre y

para siempre (Apocalipsis 19:7,

Juan 1:29). ¿Qué más podemos

decir de su amor por nosotros?

Jesús dijo: "Nadie tiene mayor

amor que éste, que uno ponga su

vida por sus amigos" (Juan

15:13). "Mas Dios muestra su

amor para con nosotros, en que

siendo aún pecadores, Cristo

murió por nosotros" (Romanos

5:8). En Jesús, Dios nos ha mos-

trado lo mucho que nos ama. Nos

amó cuando éramos pecadores,

así que no hay nada que poda-

mos hacer que haga que Dios

deje de amarnos. Él nos ama

incluso cuando somos pecadores.

Estamos seguros de su amor

constante. Y nos amaba cuando

éramos pecadores, podemos

estar seguros de que va a com-

pletar nuestra salvación (versícu-

lo 10). Su amor nunca fallará.

Esta es la base sólida para nues-

tra comunión con Dios.

Igual que Jesús

Hemos de ser como Jesús, y Je-

sús es un ejemplo para nosotros.

Podemos mirar a Jesús para

aprender más acerca de nuestra

relación con Dios el Padre y con

el Espíritu Santo. Para algunas

personas, pensar en un "Padre"

sólo les trae recuerdos negativos.

Pero cuando Dios se revela como

Padre, no quiere causar miedo o

resentimiento. Más bien, quiere

que sintamos protección, provi-

sión para nuestras necesidades,

un amor que es seguro.

Los padres humanos deberían

tener estas cualidades, pero to-

dos fallamos al ideal, y algunos

Page 18: Odisea Cristiana 1

18 Comunión de Gracia Internacional

son incluso malos. Pero Dios el

Padre es perfecto, y debemos

dejar que la Biblia lo describa, no

debemos prejuzgar por nuestras

experiencias con padres defec-

tuosos. Debemos imaginar al

mejor Padre posible, y estar se-

guros de que Dios es incluso me-

jor. Jesús confía en que el Padre

lo ama. “El Padre ama al Hijo y

ha entregado todas las cosas en

Su mano”. (Juan 3:35) “Pues el

Padre ama al Hijo, y Le muestra

todo lo que El mismo hace; y

obras mayores que éstas Le mos-

trará, para que ustedes se que-

den asombrados”. (Juan 5:20)

Podemos mirar a Jesús para

aprender más acerca de nuestra

relación con Dios el Padre Duran-

te su vida en la tierra, Jesús

también confiaba en que Dios,

como Padre perfecto, proveería

para sus necesidades. No se

preocupen por su vida, dijo a sus

discípulos, o su comida y ropa.

Dios cuida de los pájaros y las

flores, y se hará cargo de uste-

des, también (Mateo 6:28-34).

Jesús dependía de su Padre, con-

fiaba en él. Él no oró como una

formalidad, sino porque necesita-

ba la ayuda de Dios. Nosotros

también. Jesús respetó al Padre,

le honró, fue leal a él y le obede-

ció. Poco antes de que Jesús fue-

ra crucificado, oró por una mane-

ra de escapar: "Padre, si quieres,

pasa de mí esta copa”. Pero tam-

bién añadió: "Sin embargo, no se

haga mi voluntad, sino la tuya"

(Lucas 22:42).

Jesús confiaba en su Padre para

cuidar de él, incluso después de

la muerte. Dios es un Padre para

nosotros también. Él nos ama,

nos provee lo que necesitamos y

se preocupa por nosotros. Por

supuesto, hay momentos en

nuestras vidas cuando no enten-

demos por qué nos está permi-

tiendo sufrir, pero aun así, Dios

nos invita a confiar en él. Al en-

viar a Jesús a morir y resucitar

por nosotros, ya ha demostrado

ser digno de confianza.

¿Por qué Dios permite el

sufrimiento?

No entendemos todo acerca del

sufrimiento. No lo sabemos todo,

y no podemos esperar entenderlo

todo. No debería ser demasiado

sorprendente que no entendemos

todos los sufrimientos, a pesar de

que nos gustaría entenderlos.

Pero comprenderlos no significa

necesariamente que se vayan.

Jesús sabía por qué tenía que

sufrir y morir, y él todavía tenía

que hacerlo. Si Dios permitió que

Jesús sufriera, podemos estar

seguros de que el sufrimiento es

por alguna razón una parte nece-

saria del plan de Dios. También

podemos estar seguros de que

Jesús entiende lo que está pa-

sando. Si Dios nos ama tanto que

envió a su Hijo a morir por noso-

tros, podemos estar seguros de

que no va a dejar de amarnos

ahora.

Pero, ¿qué otra opción tene-

mos? Los cristianos sufren y los

no creyentes sufren también.

Page 19: Odisea Cristiana 1

Odisea Cristiana 19

Nuestra opción no es si sufrir o

no, sino si vamos a confiar en

Dios. Dios quiere que le amemos

con todo nuestro corazón, mente,

alma y fuerzas (Marcos 12:30).

Él nos ama y nos ha dado la vida,

hemos de amarlo y ser agradeci-

dos por las cosas buenas que él

nos da. Él es fiel a nosotros,

seamos nosotros leales a él. He-

mos de confiar en él, en lugar de

confiar en el dinero o en el go-

bierno o en cualquier otra autori-

dad no confiable.

¿Por qué quiere Dios nues-

tra lealtad?

No es para su propio beneficio -

Él no nos necesita. Más bien, él

quiere nuestra lealtad para nues-

tro propio beneficio. Dios quiere

lo mejor para nosotros, y él sabe

que cuando somos desleales a él,

vamos a salir lastimados. Cuando

confiamos en algo que no es

digno de confianza, vamos a su-

frir, y Dios no quiere que sufra-

mos más de lo necesario. Dios

nos dice que no debemos asesi-

nar, robar o cometer adulterio.

Estas no son reglas arbitrarias,

sino instrucciones sobre cómo

evitar problemas que pueden ser

dolorosos. En efecto, Dios nos

dice que no debemos jugar con

veneno - no para restringir nues-

tra libertad, sino para que evite-

mos el peligro.

¿Qué pasa cuando desobe-

decemos a Dios?

Podemos confiar en Dios, o po-

demos tomar el asunto en nues-

tras propias manos y sufrir. Dios

sabe lo que funciona mejor, y se

preocupa lo suficiente por noso-

tros para decirnos lo que debe-

mos evitar. Si desobedecemos,

Dios todavía nos ama, pero su-

frimos los resultados. Cuando nos

damos cuenta de que Dios nos

ama, aceptamos que sus man-

damientos son para nuestro pro-

pio bien, y confiamos en que él

sabe más acerca de la vida que

nosotros. Es sabiduría aprender a

hacer lo que Dios dice, y tontería

desobedecer. Ser leales a él es

una aplicación práctica de confiar

en Dios.

¿Por qué quiere Dios nues-

tra alabanza?

Nuestro amor y lealtad a Dios

deben ser tan grandes que lo

adoramos – lo alabamos, quere-

mos ser como él, deseamos ha-

cer lo que él dice. Dios no nos

pide que lo alabemos porque le

gusta escuchar adulación, sino

porque nosotros nos beneficia-

mos de la alabanza. Es bueno

que se nos recuerde del poder de

Page 20: Odisea Cristiana 1

20 Comunión de Gracia Internacional

Dios, su gracia, sus promesas y

su fidelidad. Cuanto mejor conoz-

camos a Dios, tanto más vere-

mos que es digno de alabanza.

Dios nos ha diseñado de tal ma-

nera que vamos a encontrar la

vida más agradable y más satis-

factoria cuando estamos hacien-

do lo que él nos creó para hacer.

¿Adoramos a Dios sólo en

la iglesia?

Adoramos a Dios en la iglesia,

pero la adoración es mucho más

que eso. Lo adoramos a lo largo

de la semana - cuando oramos,

cada vez que le obedecemos en

vez de actuar egoístamente,

siempre que confiamos en él. No

confiamos en nuestras obras,

pero podemos usarlas como una

forma de adoración: "No se olvi-

den de hacer el bien y de com-

partir con los demás, porque de

tales sacrificios se agrada Dios"

(Hebreos 13:16). Nuestro objeti-

vo es permitir que Dios nos cam-

bie para que seamos más seme-

jantes a Cristo. La adoración es

el primer paso.

Al reconocer su poder y sabidu-

ría, al recordar su fidelidad, nos

entregamos a él, para dejarle

hacer lo que quiere en nosotros.

En la adoración, ya estamos imi-

tando a Cristo - haciendo la vo-

luntad del Padre, confiando en él,

dándole honor a él, amándolo

con todas nuestras fuerzas. Si

vamos a disfrutar de la vida eter-

na en la presencia de Dios, te-

nemos que empezar a disfrutar

de su presencia ahora. Nuestra

transformación en personas se-

mejantes a Cristo comienza con

nuestra relación con Dios. En el

siguiente capítulo vamos a ver

cómo nuestra relación con Dios

afecta nuestra relación con los

demás. Dios nos pone en una

familia, y allí aprendemos más a

ser como Jesús.

Michael D.

Morrison tiene

un doctorado

del Seminario

Teológico Fuller.

Es editor de

Comunión de

Gracia Internacional, Jefe de

redacción de la revista Odisea

Cristiana, colaborador habitual de

dicha revista, instructor adjunto en la

Escuela de Posgrado de Teología

Azusa Pacific y Decano de la Facultad

y profesor de Nuevo Testamento en

Grace Communion Seminary.

También es pastor asociado de

NewLife Fellowship en Pasadena, Cali-

fornia, EEUU.

Lectura recomendada

¡Usted nació con

un propósito!

Dios nos creó a

cada uno de

nosotros por una

razón, y somos

más felices cuan-

cuando vivimos

en armonía con

el propósito que

Él nos ha dado.

¡Usted necesita saber cuál es ese

propósito! Puede leer en línea o des-

cargar este folleto en:

http://comuniondegracia.org/ebook/p

or-que-nacio-usted/

Page 21: Odisea Cristiana 1

Odisea Cristiana 21

5 preguntas para hacerle a tu

cónyuge esta semana s increíble que los espo-

sos y las esposas puedan

vivir en la misma casa y estar

desconectados emocional,

espiritual y físicamente. No es

intencional. Simplemente su-

cede. ¿Cómo puedes volver a

conectarte con tu cónyuge

cuando sientes que hay dis-

tancia entre ustedes dos?

La mejor manera de tener algo

diferente, es hacer algo diferente.

¿Quieres volver a conectarte con

tu cónyuge? Escoge un día y hora

para invitarle a ir a una cafetería

esta semana y hablar sobre las

siguientes cinco preguntas.

1. ¿Cómo estás, en realidad?

Esto es más profundo que

"¿Cómo estuvo tu día?" "¿Cómo

estuvo el trabajo?" "¿Qué hiciste

tú y los niños hoy?" Esta pregun-

ta tiene que disponer de tiempo

para ir más allá: "Bien". Bien es

una palabra de cuatro letras en el

matrimonio. Cada vez que al-

guien dice “bien”, no está bien.

"¿Cómo estás, en realidad?" Pre-

gúntale y no aceptes “bien” como

respuesta.

2. ¿Cómo puedo ayudarte esta

semana?

Tal vez tu cónyuge se está aho-

gando con el trabajo de esta se-

mana y te necesita para pagar

algunas cuentas. Tal vez tu cón-

yuge tiene una fecha límite para

un proyecto y necesita recoger a

los niños de la escuela. No po-

demos asumir que nuestro cón-

yuge conoce nuestras necesida-

des si no las comunicamos. Esta

pregunta te da la oportunidad de

trabajar juntos como un equipo.

¿No es para eso que te casaste

de todos modos?

3. ¿Qué te preocupa ahora?

Esta pregunta llega a un nivel

más profundo del corazón de tu

cónyuge. La mayor parte del

tiempo, todos vivimos con algún

tipo de temor. Tal vez es temor

financiero, tal vez es temor a

algo en el trabajo, tal vez uno de

tus hijos tiene problemas y tu

cónyuge teme cómo se va a solu-

cionar. Tal vez tiene miedo de

perderte. La Biblia dice que "el

perfecto amor echa fuera el te-

mor" (1 Juan 4:18). Mientras tú y

tu cónyuge compartan sus temo-

res uno al otro, Dios les dará el

poder para quitar ese temor. Esta

pregunta permite a tu cónyuge

ser más conocido.

4. ¿Cómo puedo orar por ti

esta semana?

Nuestras conversaciones más

íntimas son con Dios. Comparti-

E

PARA MATRIMONIOS

Page 22: Odisea Cristiana 1

22 Comunión de Gracia Internacional

mos con Dios nuestros momentos

más vulnerables cuando oramos.

Cuando compartes sinceramente

con tu cónyuge lo que te gustaría

que orara acerca de ti, le estás

compartiendo más de tu corazón.

Esta pregunta permite a tu cón-

yuge ser vulnerable espiritual-

mente contigo. Se trata de una

cuestión íntima. Una ventaja

sería que después de que com-

partan sus peticiones de oración,

pasen algún tiempo orando en

ese momento.

5. ¿Qué te hubiera gustado

disponer de más tiempo para

hacer?

Esta pregunta les da la oportu-

nidad de soñar juntos. Tal vez

sea una escapada de fin de se-

mana. Tal vez sea unas vacacio-

nes este verano. A lo mejor es un

paseo por el parque. La respues-

ta a esta pregunta les dará ideas

de qué hacer juntos y eso les

ayudará a volver a conectarse.

No te quedes desconectado de

tu cónyuge esta semana. Haz

estas cinco preguntas y toma el

tiempo de escuchar las respues-

tas. Esto hará una gran diferencia

en tu matrimonio.

Si tienes hijos de más de diez

años de edad, estas pregun-

tas te pueden conectar pro-

fundamente con ellos tam-

bién... pero tienes que pre-

guntárselas.

No se quedó en la Sede Central Jesucristo no se

quedó en la Sede

Central recibiendo

informes sobre el

sufrimiento en el

mundo aquí abajo

y dando palabras

de aliento a unos

pocos de nosotros

desde una distan-

cia segura. No, Él

bajó a donde no-

sotros vivimos, a

las trincheras de primera fila… donde luchamos con nuestras ansieda-

des y la sensación de vacío e inutilidad, donde pecamos y sufrimos el

sentimiento de culpa, y donde finalmente tenemos que morir. No hay

nada que él no soportó con nosotros. Él lo entiende todo.

- Helmut Thielicke (1908 – 1986)

Hmm…

Page 23: Odisea Cristiana 1

Odisea Cristiana 23

7 consejos sobre cómo

esperar hasta el matrimonio

i estás decidido a esperar

hasta que te cases para te-

ner sexo, ¡eso es genial! Sin em-

bargo, es probable que tengas

que pensar cómo vas a lograrlo.

Hacer promesas es un comienzo

brillante, pero prácticamente

puede que tengas que cambiar

algunos de tus comportamientos

de modo que la tentación no te

sorprenda.

Según la forma en que nuestra

sociedad se comporta en estos

días, es considerado como “nor-

mal” meterse en la cama en vez

de quedarse fuera de ella. Así

que para ser diferente del mun-

do, tienes que tomar algunas

decisiones fuertes.

Es una cuestión de respeto. No

tiene mucho sentido comenzar

con la pregunta: “¿Hasta dónde

podemos llegar?”, porque eso

sólo crea reglas arbitrarias (que

en realidad nunca funcionan), y

te dejan al borde de aceptable

versus peligroso.

Esta es la pregunta que real-

mente necesitas hacerte: ¿Cómo

puedo respetar mejor a mi novia

/ novio y no ponerle en una posi-

ción que hará que sea difícil decir

“no”?

Con esto en mente, he aquí al-

gunas cosas que te gustaría tener

en cuenta al planificar un futuro

de pureza.

S

PARA JÓVENES

Page 24: Odisea Cristiana 1

24 Comunión de Gracia Internacional

Sugerencias prácticas

para evitar la tentación

Las siguientes no son normas,

sino sabios consejos. Si estás

esperando hasta el matrimonio

para tener relaciones sexuales,

entonces estos pedacitos de sa-

biduría podrían ayudarte a man-

tenerte al margen de cometer un

error del que te vas a arrepentir.

1. Para empezar, no hagan nada

que haría que otros asuman que

ustedes están durmiendo juntos.

En otras palabras, no se queden

en la misma casa o habitación

solos. No hagan viajes de noche

juntos sin otras personas.

2. Establezcan un toque de que-

da para ustedes mismos y rindan

cuentas a otras personas para

mantenerlo.

3. Hablen acerca de sus planes

para esperar hasta el matrimonio

juntos. Definan lo que podría ser

una dificultad para que ustedes

permanezcan puros – sean realis-

tas y oren acerca de su decisión.

Pidan también a otros que oren

por ustedes.

4. Mantengan el contacto físico al

mínimo. Es generalmente pru-

dente evitar tocar la piel por de-

bajo del cuello y por encima de la

rodilla.

5. Siempre que se abracen, per-

manezcan en posición vertical.

Nunca horizontal.

6. Reconozcan las situaciones

potencialmente difíciles y man-

ténganse alejados de ellas o

cámbienlas. Ustedes podrían

incluso considerar no ver juntos

películas románticas con escenas

sexuales.

7. Si ustedes ya tienen la edad

adecuada, cásense pronto. ¿Por

qué esperar durante años, si ya

saben que quieren estar juntos

para siempre? Sin embargo, ten-

gan en cuenta su edad y el con-

sejo de otras personas que les

aman y que los conozcan. 18 o

19 años puede ser una edad de-

masiado joven para casarse.

Depende de cuánto hayas madu-

rado ya. Los consejos de sus

padres, pastores y amigos les

ayudarán con esta decisión.

No debemos caer en el hábito de preocuparnos por el futuro. No hay

ninguna razón para hacerlo. Dios está allí. - Madre Teresa de Calcuta

El cielo es la gloria mayor de la cual la naturaleza es sólo el primer

boceto. - CS Lewis

En la ciencia hemos estado leyendo sólo las notas de un poema; en el

cristianismo encontramos el poema mismo. - CS Lewis (1898-1963)

Jesús es Dios y hombre en una persona, así Dios y el hombre pueden

ser felices juntos otra vez. - George Whitefield (1714-1770)