Gustavo Gabriel Acosta 0588

“Octubre Pilagá”

Es menester mencionar que la película muestra en sí una gran diversidad de temas y una complejidad que escapan más allá de un comentario de una carilla, por eso me enfocaré en hablar lo relativo a la intencionalidad política de la película y dentro de las cuestiones reflejadas en relación a esto dentro de las preguntas que me he formulado es ¿Qué es lo que llevó a los gendarmes a pensar que ese evento ritual consistía en un “malón” y los criollos habitantes criollos (los cuales eran pocos) que venía una inminente “indiada”?

El hecho de que la película esté financiada por el estado y presentada como un documental del INCA ¿a que corresponde? Si asumimos a la película en tanto enunciado y producción con intencionalidades políticas como materiales, observamos que importantes sectores “ilustrados”, a partir de la década de los 90 y el auge de las políticas interculturales, en tanto herramienta que permita legitimar al Estado dentro de los procesos sociales, podemos entonces conceptualizar que por un lado la película en sí forma parte de una visibilización genérica del problema Pilagá y sus reclamos, pero también una invisibilización específica en el sentido que ocultan los reclamos o se los desconoce, tal es el caso de la denuncia de la masacre que continua atascada dentro de la burocracia judicial argentina.

Es por lo tanto insoslayable, que sentido juegan estas visibilizaciones y la finalidad que tienen para producirse y ser promovidas dentro de los círculos relacionados con la educación, si nos paramos desde una arqueología del saber, podemos observar dentro de las etnografía de nuestro país como así también sus producción cinematográfica, la intencionalidad política de turno y el proyecto de país que estos poseían. Y he aquí que si hilamos de forma más fina con la hegemonía de la educación pública como organismo de producción de contenidos, somos también parte de las lógicas que giran en torno a la visibilización genérica que permite dirimir los ruidos dentro del discurso que encarnan las políticas del gobierno nacional actualmente. Esto no quiere decir endilgar este planteo a la documentalista, sino descubrir las lógicas que ella misma se encuentra.

Resulta llamativa la interpretación que realizaron los gendarmes de un ritual típico del mesianismo cristiano sincrético, y se me plantean dos preguntas ¿Hasta qué punto esa interpretación es consciente en los gendarmes de ser equivocada? ¿En que se basaría esa pre-comprensión, es decir el contexto que los ha llevado a los gendarmes y convencer a los criollos que se gestaba una indiada?

Estas preguntas no respondidas en el documental, tocan también el compromiso político que gira en torno a la producción de contenidos teóricos como cinematográficos, considero pues que toda teoría es política, pero resulta insoslayables estas tangentes para un pretensión de tener una polifonía que permita postular las diversas líneas en torno a la conflicto.

Gustavo Gabriel Acosta 0588