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  • Departamento de Estudios, Seccin de Observatorio Cultural. Julio 2012, Valparaso, Chile.OBSERVATORIO CULTURAL

    N10 ................................................................................................................................................................................................................................Arte pblico en la ciudad: ms all de un ornamento problemtico, Daniel Opazo O.La prctica editorial alternativa: revisin de la barra de herramientas, Francisca Garca B.La cultura pencopolitana, Eduardo Meissner G.

  • REVISTA OBSERVATORIO CULTURAL

    EditorCristbal Bianchi Geisse

    Comit editorialClaudia Guzmn Mattos, Simn Palominos Mandiola,

    Matas Zurita Prat, Lorena Berros Muoz, Josefina Correa Tellez y Loreto Cisternas Natho

    Coordinadora generalClaudia Guzmn Mattos

    Gestin de contenidosLorena Berros Muoz, Josefina Correa Tellez

    Diagramacin y DiseoAracelli Salinas

    BESTIARIO, Estudio de Diseo

    Supervisin DiseoIgnacio Poblete

    Correccin de textosKarla Jofr

    T&I Professionals

    Supervisin correccin de textosLucas Lecaros Calabacero

    *** DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS

    Jefe del DepartamentoMatas Zurita Prat

    Coordinador Seccin de Observatorio CulturalSimn Palominos Mandiola

    [email protected]

    www.observatoriocultural.gob.cl

    Observatorio Cultural n10. Julio 2012, Valparaso, ChileISSN 0719-1853

    *** IMAGEN DE ESTA EDICIN

    Esta obra fue donada por el artista Carlos Navarrete a la Co-leccin de Arte Contemporneo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. La pieza forma parte de la instalacin realizada en el contexto de la exposicin Navarrete/Bengoa, Galera Gabriela Mistral, 19 de noviembre al 20 de diciembre 1996. Ingres a la coleccin el 24 de noviembre de 1997. Ma-teriales: Tcnica mixta, collage y medios mixtos sobre papel, 102x82 cm. c/u.

    Sobre el artistaLos viajes son para Navarrete una de las claves para observar la propia obra. Para el artista viajar ha sido una manera de conocer el mundo, permitindole salir del aislamiento geogrfico en que Chile se ubica; a la vez, un pretexto para usar su forma una larga y angosta faja de tierracomo medida proporcional al deseo de conocer lejanos parajes en Norteamrica, Europa y Asia. As, ya sea en intervenciones en el espacio, registros fotogrficos o una pintura de colores monocromos, la nocin de trayecto y los efectos que el viaje produce en su forma de observar el mundo, de una u otra forma, surgen en dichas realizaciones.

    ARTCULO 1Arte pblico en la ciudad: ms all de un ornamento problemticoDaniel Opazo O.

    ARTCULO 2La prctica editorial alternativa: revisin de la barra de herramientasFrancisca Garca B.

    COLUMNA REGIONESLa cultura pencopolitanaEduardo Meissner G.

    ESPACIOS CULTURALES DE CHILECentro Cultural de Alto del CarmenSeccin de Estadsticas Culturales

    ESTUDIOEstudio de caracterizacin del proceso de profesionalizacin de los artistas visuales en Chile.Seccin Observatorio Cultural

    RESEA BIBLIOGRFICAEl Factor WUAW! El papel de las artes en la educacin Anne BamfordPor Jorge Rojas G.

    RESEA AUDIOVISUALLa Colorina, Fernando Guzzoni y Werner GiesenPor Claudia Guzmn M.

    VNCULOS DE INTERS

    SUMARIO

    181613100704

    1920

  • EDITORIAL

    La relacin entre las ciudades y el arte suele ser cada vez ms com-pleja. La ciudad es el producto cultural legado de la historia que se construye y destruye da a da, como una gran posibilidad de inter-cambio, siendo la calidad de su espacio pblico una de sus dimensio-nes decisivas. Siguiendo a Jordi Borja, el espacio pblico supone do-minio pblico, uso social colectivo y multifuncionalidad. La calidad del espacio pblico se podr evaluar sobre todo por la intensidad y la calidad de las relaciones sociales que facilita, por su fuerza mezcla-dora de grupos y comportamientos; por su capacidad de estimular la identificacin simblica, la expresin y la integracin cultural.

    Cmo los artistas pueden generar espacios participativos e incluir a los ciudadanos para trascender a un mbito de inters compartido? La esttica pblica podra tener la capacidad de modificar la per-cepcin de los ciudadanos respecto a su propio entorno, siempre y cuando el arte acte como agente de cambio en una estrategia global y sus promotores tomen conciencia de ese rol. Para disear polticas eficientes que piensen sobre el espacio pblico y su impacto social, es necesario el estudio, la reflexin y el debate de las ideas involucradas en los procesos de toma de decisin.

    La intervencin artstica en la ciudad y la experiencia personal de sus habitantes; las estrategias de las editoriales desde la vanguar-dia potica local; las reflexiones sobre lo cultural con una mirada regional; el aporte de la educacin artstica al aprendizaje de los es-tudiantes y las problemticas laborales de los profesionales de las artes visuales, son algunos de los temas abordados en este nmero de Observatorio Cultural, que esperamos contribuyan a una discusin necesaria y contingente para el sector.

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    Arte pblico en la ciudad: ms all de un ornamento problemtico Daniel Opazo O.*

    * Arquitecto, Doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos. Acadmico de la Universidad de Chile

    Artculo 1 ....................

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    En una mesa redonda sobre arte y espacio pblico rea-lizada en diciembre de 2011 en la Universidad de Chile, la artista visual ngela Ramrez se-alaba un riesgo existente en toda intervencin de arte de acuerdo a las reglas vigentes para concursos pbli-cos; especficamente, la artista plan-teaba la pregunta de cmo articular la obra en el espacio pblico para evitar convertir el trabajo de arte en animacin cultural1.

    La concepcin del Estado chileno respecto al arte pblico se expresa de manera precisa y sucinta en la ley respectiva, que seala que los edifi-cios y espacios pblicos debern or-namentarse gradualmente, interior y exteriormente, con obras de arte2. Autoridades anteriores han recalcado que la contribucin palpable de parte del Estado a travs de la infraestruc-

    1 Presentacin de ngela Ramrez en la mesa redonda Aproximaciones al Espacio Pblico desde el Arte Contemporneo. 15 de diciembre de 2011, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile. Notas del autor.

    2 Artculo 6 Ley 17.236 (1969), que establece normas a favor del ejercicio, prctica y difusin de las artes. Fuente: http://www.arquitectura-mop.cl/artepublico/Paginas/default.aspx. Recu-perado el 15 de marzo de 2012.

    tura es aportar obras pblicas ms bellas, con diseos hermosos y de re-levancia artstica3.

    Crticos como Jane Rendell (2003) han expuesto la banalidad de una de-finicin de arte pblico como la obra que abandona el espacio del museo o la galera (vale decir, el espacio que le es propio como creacin pertene-ciente a la esfera de lo privado) para instalarse en el espacio pblico. Por otra parte, el filsofo chileno Sergio Rojas (2011) distingue entre la accin de comparecer en el espacio pblico por parte de la obra, inscribindose en l para en cierto modo desapare-cer, versus la intervencin artsti-ca que altera el espacio pblico sin redefinirlo ni inscribirse en l, sino para darlo a leer a los habitantes. Al mismo tiempo, Rojas advierte del po-sible error que supone considerar los espacios pblicos como disponibles a priori para ser intervenidos4.

    3 Bitar, S. (2010). Presentacin del Ministro de Obras Pblicas. En MOP, Arte Pblico, Obra Pbli-ca: 15 aos de la comisin Nemesio Antnez, p.5.

    4 Presentacin de Sergio Rojas en la mesa re-donda Aproximaciones al Espacio Pblico des-de el Arte Contemporneo. 15 de diciembre de 2011, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile. Notas del autor.

    En este texto, quisiera proponer tra-bajar sobre una nocin de arte pblico que entienda como tal, aquel arte que tiende a problematizar los lmites de lo pblico, involucrando al habitante en una reflexin tanto sobre su expe-riencia personal como respecto de las categoras sociales que definen dichos lmites. Se analizarn brevemente dos tipos de intervencin artstica en el espacio de la ciudad: memoriales, que por su carga poltica suponen un com-ponente problemtico; y operaciones que trabajan en distintas dimensio-nes y sentidos con el cuerpo como mbito de crtica y cuestionamiento.

    Los memoriales en la ciudad: objetos incmodos

    La conmemoracin en el espacio de la ciudad de la historia reciente de violaciones a los derechos humanos y violencia poltica, ha generado en el contexto chileno fuertes polmicas respecto a la pertinencia y oportuni-dad de los objetos conmemorativos, cuando no respecto a su legitimidad en un sentido global. A diferencia de otras capitales como Washington y Berln, donde las grandes tragedias contemporneas encuentran lugar

  • DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS , CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES 5

    para su presencia como hito hist-rico en los espacios ceremoniales y simblicos de mayor relevancia en el centro de la ciudad5, pareciera que el centro de Santiago fuera por diversos motivos un espacio vedado a las in-tervenciones artsticas vinculadas a la memoria.

    Sin dejar totalmente de lado la loca-lizacin marginal de estos aparatos6 e incluso al margen de los recientes episodios de vandalismo sufridos por varios de ellos7, resulta de inters analizar en qu medida estas inter-venciones de arte suponen o no un cuestionamiento del carcter mismo del espacio pblico e involucran al ha-bitante en una reflexin sobre los l-mites y condiciones de dicho espacio.

    El memorial a Jaime Guzmn (Nico-ls Lipthay, arquitecto; Mara Angli-ca Echavarri, escultora, 2008) intenta generar un espacio pblico aumen-tando, por as decirlo, la densidad del suelo mediante la edificacin de

    5 Los ejemplos del Memorial de Vietnam de Maya Lin (1981-1982) o del Memorial del Holo-causto, de Peter Eisenman (1997-2005) cumplen con una caracterstica interesante para nuestra discusin. En ambos casos se trata de interven-ciones que definen un espacio, una suerte de teatro donde el habitante urbano se ve implica-do en una relacin problemtica con la memoria, con la historia.

    6 Este fenmeno por s solo ameritara varias lneas y ha tenido presencia intermitente en la opinin pblica Sin ir ms lejos, han existido po-lmicas respecto al emplazamiento de varios memoriales, como ejemplo podemos citar dos casos: el Monumento Mujeres en la Memoria, originalmente concebido para situarse en el pa-seo Bulnes y finalmente emplazado en un lugar escondido del bandejn central de la Alameda, sin visibilidad pblica y expuesto al vandalismo; y con mayor notoriedad, el memorial dedicado a Jaime Guzmn, inicialmente propuesto en la plaza Italia y finalmente construido en la plaza Unesco de la comuna de Las Condes. El proceso de protestas de sectores opuestos a este pro-yecto fue registrado en el documental La batalla de Plaza Italia, de Renato Villegas (2008).

    7 El 9 de agosto de 2011 se report la destruc-cin de la placa recordatoria del memorial de Guerrero, Parada y Nattino en Quilicura; por otra parte, el 14 del mismo mes el memorial a Jaime Guzmn fue objeto de un atentado explosivo. Por otra parte, constantemente aparecen denuncias sobre el abandono del monumento Mujeres en la Memoria, objeto de rayados y graffiti sin conte-nido poltico aparente.

    un pabelln subterrneo. Sin embar-go, la escultura de figuras humanas que refiere a la geografa de Chile, emplazada sobre un espejo de agua, es prcticamente silente en trminos de nuestro anlisis: diseada bajo la lgica del monumento, goza de una gran visibilidad, mas su operacin alegrica se limita al homenaje priva-do. Su localizacin, paradjicamente, no contribuye a generar reflexin en el paseante, al tratarse de una punta de diamante, de un confn en vez de un lugar de trnsito.

    Un fenmeno distinto se da en el caso del monumento Mujeres en la Memo-ria (Emilio Marn y Nicols Norero, arquitectos, 2004). El memorial con-siste en un muro de cristal traslcido e iluminado desde su base, inserto en una plataforma de madera, el cual incorpora recuadros transparentes y otros espejados, inspirados en los carteles caractersticos de los fami-liares de detenidos desaparecidos. La idea era reutilizar signos que fuesen fcilmente apropiados por las perso-nas y de esa manera integrarlos a su vida cotidiana. La memoria y el trau-ma histrico son enfrentados desde la perspectiva de la necesidad de asimi-lar lo ocurrido como sociedad, en lu-gar de tratar de esconderlo e intentar la imposicin del olvido por decreto o

    simple omisin, de all la idea de in-cluir algunos cuadros como ventanas para ver a travs del muro (el futuro) y otros como espejos (el observador ponindose en el lugar de la vctima)8.

    Lamentablemente, en la prctica el monumento est sobre una platafor-ma casi inaccesible que lo asla de to-dos los recorridos regulares peatonales del entorno, su presencia es percepti-ble casi nicamente de noche gracias a su diseo lumnico. Esta operacin de descentramiento conspira gravemen-te contra el potencial del memorial como arte pblico y nos mueve a cues-tionar la institucionalidad que rige actualmente este tipo de expresiones.

    El cuerpo como lmite entre lo pblico y lo privado

    En junio de 2002, el Museo de Arte Contemporneo (MAC) invit al fo-tgrafo estadounidense Spencer Tu-nick en el marco de la presentacin

    8 Un muro transparente que no divide las vi-das, que en cualquier tiempo y desde cualquier lugar, nos permite mirar hacia el pasado y hacia el futuro, a travs de los rostros ausentes en los carteles que los familiares de las vctimas de la represin llevan apretados al corazn. Sandra Palestro, Discurso Premiacin Memorial Memo-ria Mujer, Santiago, 27 de septiembre 2004.

    Monumento Mujeres en la Memoria, Emilio Marn y Nicols Norero. Foto: Cristbal Palma.

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    Artculo 1 ....................

    de parte de la muestra de la Bienal de Arte de Sao Paulo. Ms all de la mul-titudinaria reunin de cuerpos que en s ya supuso una trasgresin a la figura de la ciudad, lo interesante fue la mutacin que produjo la actitud de los sujetos participantes en el pro-yecto del artista: si la obra de Tunick se caracteriza por una mirada sobre el cuerpo inerte e inerme a la vez en el mbito de la ciudad vaca, en este caso se trat de un absoluto festejo de la desnudez, de una ruptura con la censura y las convenciones sociales respecto a la pertenencia indudable del cuerpo al espacio de lo privado. En otro mbito, sin duda vinculado al debate sobre la condicin del arte pblico, de alguna manera esta accin de arte inaugur una nueva forma de manifestacin poltica, la que a partir de esa ocasin se repetira y masifi-cara: la exposicin del cuerpo como acto de protesta y desafo9.

    La exhibicin de la vida cotidiana de una mujer en una casa de cristal a co-mienzos del ao 2000 gatill un gran revuelo meditico y un conjunto de lecturas que banalizaban el proyec-to Nautilus (2000) de los arquitectos Arturo Torres y Jorge Christie, debido a los episodios de desnudez de la ac-triz que oficiaba como habitante de la casa. Justamente, el inters de esta obra radica en la relacin problemti-ca que propone para los espectadores al situar en el centro de la ciudad, lugar del poder, un objeto que en su fragilidad y aparente simpleza cues-tiona no slo las nociones de privaci-dad y publicidad, sino tambin hace una crtica al lugar de la mujer en la sociedad y al concepto del cuerpo femenino como objeto de consumo (Cuadra, 2000).

    Tambin es posible leer, desde ese punto de vista, esa lnea de la obra

    9 La propuesta del artista tuvo amplia difusin y debate en los medios, dada la presencia del cuerpo desnudo o ms bien dicho, del conjunto de cuerpos en el espacio urbano como centro de su trabajo. La convocatoria de la accin de arte fue absolutamente abierta y los organizadores esperaban unas 300 personas, en vista de lo fro del clima y lo temprano de la cita, sumado al con-sabido conservadurismo de la sociedad chilena.

    Toma (2010), de la artista Carolina Ruff. En lnea con trabajos anterio-res como El traje del emperador (2005), la artista presenta la imagen de una mujer que desaparece ella misma- al mimetizarse su vestido con el entor-no urbano, en este caso una vivien-da precaria de una toma de terreno. Lo interesante aqu radica que en la crtica a la sociedad patriarcal y la reflexin sobre los lmites de lo p-blico, no slo se dan en el efecto vi-sible en el registro, sino tambin en la exposicin del dispositivo material: la accin de exponer en lo pblico un oficio, una labor perteneciente a la es-fera privada y arbitrariamente asocia-da a lo femenino (el bordado del cual est hecho el vestido).

    Como reflexin final, podemos de-cir que estos ejemplos nos mueven a cuestionar la denominacin de arte pblico vinculada a lo monumental y sealan la necesidad de pensar dicha categora liberada de conceptos tras-cendentes como lo nacional, para vin-cularse de manera ms significativa con el espacio pblico, en tanto lugar de conflictos y dinmicos cambios. OC

    BIBLIOGRAFA

    Cuadra, lvaro (2003): De la ciudad letrada a la ciudad virtual. Santiago, Manuscrito indito.

    Deutsche, Rosalyn (1992): Art and Public Space: Questions of Democracy, Social Text, N33. Dur-ham, Duke University Press.

    Haussermann, Hartmut (1999): Economic and political power in the new Berlin: a response to Peter Marcuse, International Journal of Urban and Regional Research, vol. 23, marzo 1999. Oxford, Blackwell Publishing.

    Kelly, Michael (1996): Public art controversy: the Serra and Lin cases, The Journal of Aesthetics and Art Criticism, n1, vol. 54, winter 1996.

    Marcuse, Peter (1998): Reflections on Berlin: the meaning of construction and the construction of meaning, International Journal of Urban and Regional Research, vol. 22, June 1998. Oxford, Blackwell Publishing.

    Mouffe, Chantal (2005): Some reflections on an ago nistic approach to the public, en Latour, Bru-no y Peter Weibel (2005): Making things public: atmospheres of democracy, Karlsruhe, ZKM.Opazo, Daniel (2010): Espacio transitorio. Pro-duccin, prcticas y representaciones del espa-cio pblico poltico en Santiago de Chile 1983-2008. Tesis, Facultad de Arquitectura, Diseo y Estudios Urbanos, Pontificia Universidad Catlica de Chile.

    Rendell, Jane (2003): Public art: between pu-blic and private en Butler, John y Sarah Bennett (2003): Locality, Regeneration and Divers(c)ities. Advances in Art & Urban Futures, Bristol, Intellect Books.

    Rozas, Toms (2011): El graffiti desde la perspec-tiva del arte pblico en Santiago. Tesis, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad de Chile.

    Toma (2010), Carolina Ruff. Foto: Macarena Achurra

  • DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS , CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES 7

    La prctica editorial alternativa: revisin de la

    barra de herramientasFrancisca Garca B.*

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    DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS , CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES 7

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    * Editora e investigado-ra en literatura y artes chilenas

    Partiendo del hecho que en Chile las cifras de lectura y consumo de libros por parte de la ciudadana nunca han sido alentadoras, y ms an, que en la industria local las empresas transna-cionales aplastan econmicamente la labor incansable de los microeditores, me gustara proponer en este texto una reflexin ms positiva que se en-marca en un conjunto de propuestas editoriales producidas desde la van-guardia potica local, las cuales de-safiaron los rdenes hegemnicos en la ltima parte del siglo XX, plantea-ron nuevas formas de apropiacin del mundo y generaron espacios sociales alternativos.

    La puesta en visibilidad de esas aper-turas est directamente influida por mi reciente experiencia de lectura del Atlas of Transformation (Praga, Tranzit, 2010) y Atlas Cmo llevar el mundo a cuestas? (Madrid, Museo Reina Sofa, 2010), que aunque se focalizan en dos con-textos muy distintos, aportan nuevas referencias sobre procedimientos de creacin escritural y aparatos de lec-tura. El primero de estos volmenes se trata de un proyecto producido colectivamente y estructurado como un diccionario de ms de 200 entra-das conceptuales que atraviesan las disciplinas acadmicas para pensar

    sobre las transformaciones culturales en el mundo desde la cada de la cor-tina de hierro. El segundo, corresponde al catlogo de la curatora homnima realizada por el historiador de arte francs Georges Didi-Huberman en el Museo Reina Sofa de Madrid en 2010, y se ocupa extensamente de la catego-ra de atlas en el contexto de la prcti-ca artstica contempornea, tomando como punto de partida una obra fun-dacional para los estudios culturales y la historia del arte, el Atlas Mnemosyne (1925-1929) de Abby Warburg.

    El Atlas of Transformation tiene su pun-to de partida en la cita Qu me ha ocurrido?, que es la pregunta que a s mismo se hizo Gregorio Samsa, el per-sonaje del relato La metamorfosis (1915) de Franz Kafka, la maana en que despierta transformado en un parsi-to. A partir de esa misma cita orienta-r yo tambin mi interpretacin sobre algunos proyectos poticos chilenos que inscribieron conscientemente la performance editorial como parte de sus propuestas de creacin litera-ria. Cmo estos proyectos transfor-maron el imaginario artstico local? Cules fueron las estrategias utiliza-das para hacerse visibles y efectivos en sus contextos? Por qu parecera importante visibilizarlos hoy?

    TransformacionesLa publicacin es la ruptura de la cen-sura, advierte Pierre Bourdieu1. Ms que invocar un contenido prohibido, esta afirmacin me hace pensar en algo oculto, secreto, original. Cuando Guillermo Deisler (1940-1995) publica en 1969 su primer libro titulado Grrr (Antofagasta, Ediciones Mimbre), gra-fica en portada la bestia devorando al hombre. A primera vista la publica-cin ya plantea una profunda ruptura esttica respecto a la concepcin tra-dicional de un libro. En sus no ms de veinte pginas entre las que se inter-cala el rugido del ttulo, Grrr integra una serie de materiales precarios e inconexos a los que se suman algunas instrucciones dirigidas al lector, un conjunto que ironiza sobre el conflic-to de la Guerra Fra y el absurdo de sus gastos y liderazgos. Desde all es que la obra autoriza la intervencin del lector: Escriba ahora esa carta tanto tiempo postergada; Su solu-cin: recorte una figura de la pgina anterior y pguela; Firmas para la paz. Agregue la suya a continuacin.

    Una propuesta de escritura semejante es la que formula ms tarde otra au-toedicin, La nueva novela (Villa Alema-na, Ediciones Archivo, 1977) de Juan

    1. Pierre Bourdieu y Roger Chartier (2010): La lectu-ra: una prctica cultural, en El sentido social del gusto, Buenos Aires, Siglo XXI Editores. p. 265.

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    Luis Martnez (1942-1993). El autor, que tacha su nombre en portada, se posiciona ms bien como un editor crtico que escribe por medio de un repertorio excesivo de citas e inter-textos que persiguen desmontar las formas del conocimiento occidental y deslegitimar sus propias fuentes, por medio tambin de propuestas ldicas que interpelan al lector: Tarea de poesa, Tareas de aritmtica y Un problema transparente, son algunos de los apartados que aqu se integran. A estas dos publicaciones podran su-marse tambin el libro de artista Sabor a m de Cecilia Vicua (1948), editado en Londres en 1973 bajo el sello Beau Geste Press que diriga el artista mexi-cano Felipe Ehrenberg, el cual con-sisti en un extenso ensamblaje de materiales; asimismo, los poemas en fotocopia de Rodrigo Lira (1949-1981) a fines de los aos 70, que montaban ti-pologas de textos diversos, como avi-sos publicitarios, currculo o noticias; finalmente, el Archivo Zonaglo del poeta Gonzalo Milln (1947-2006), que con-siste en un fichero infinito como una gran base de datos que el autor fue componiendo durante sus ltimos veinte aos de vida por medio de tex-tos, dibujos, citas e imgenes. En relacin a este tipo de escritura me-diada por la acumulacin y el frag-mento, la categora de atlas que desa-rrolla Didi-Huberman (2010) apuntala este modelo a una tradicin artsti-ca ms amplia. Al contrario a como usualmente es considerado, un atlas no necesariamente alude a saberes geogrficos. Tampoco es un tipo de libro. Una coleccin de cosas singu-lares, en general harto heterogneas, cuya afinidad produce un saber ex-trao e infinito (nunca cerrado)2, go-bernada por un principio de infinitud que imposibilita todo ideal de unici-dad, de pureza, de transparencia, una proyeccin del gran troceamiento del mundo, tal como lo registra la metfora del titn griego Atlas conde-nado por castigo divino a (so)portar el mundo sobre s, con sus saberes he-terogneos e infinitos producidos por todas las culturas del mundo.Intrnseco a este modelo de escritura

    potica a partir del gran troceamiento, estas propuestas artsticas exigen a su vez, un procedimiento alternativo de lectura. La respectiva deconstruccin de la escritura y el soporte de lo cual todo se ha puesto en duda: la palabra, la autora, la pgina, la encuaderna-cin, la impresin, la distribucin, convirti a las ediciones en un tipo de mesa de trabajo, en donde los au-tores ensayaban distintos montajes de la realidad inscritos en estructu-ras abiertas y no conclusivas. En ese operar, el autor codifica y desplaza al lector la tarea de construir el conoci-miento, quien a partir del diseo de sus propias reglas e itinerario, debe inducir las problemticas a partir de las convergencias subterrneas y los encuentros inesperados que este haga surgir desde el texto. Una forma visual del saber, una forma sabia del ver3, caracteriza Didi-Huberman esta pro-puesta de lectura, que l mismo va detectando en los diversos atlas que incorpora en su investigacin.

    Esta doble dimensin de escritura y lectura que proponen estos trabajos, implican sobre todo un reto a la tra-dicin y a la institucionalidad con sus disciplinas de estudio intransables, pues finalmente lo que se ha puesto en evidencia es el desmontaje del ra-cionalismo cientfico y la legitimacin de la imaginacin como fuente de co-nocimiento, del otro conocimiento, el que rechaza la observacin directa y que est soterrado, cuya potencia est mediada por el grado de percepcin (y confrontacin) de quien lee.

    Estrategias La preocupacin de estas obras por activar la participacin del lector, conecta con la inquietud que tuvie-ron estos creadores de insertar sus proyectos autorales en las propias coyunturas. Por ello, las estrategias editoriales para la distribucin de los contenidos exigiran ser entendidas como una prctica cultural que es parte del acto creativo. En este sen-tido, surgen las distintas maneras sobre cmo ellos llevaron a cabo la re-

    conciliacin entre arte y vida, y sobre cmo implicaron su postura poltica en la configuracin de sus propios proyectos literarios.

    No es casualidad que muchos de ellos hayan construido cuidadosamente archivos documentales/estanteras, como un tipo de reservorio de sus presentes, que les permita recompo-ner sus propios contextos fracturados polticamente y con ello disear sus propias interrupciones y oponer las historias oficiales. Paralelamente, tambin, posibilitar la interpretacin de sus propias obras-archivos en una narrativa mayor documentada. As, ms que artistas coleccionistas de fe-tiches, estos autores operaron como investigadores de la realidad. En esa direccin, las obras de Guillermo Deisler y Cecilia Vicua, por ejemplo, seran solo una cara visible de sus archivos personales que implicaran hoy un registro de memoria que da cuenta de la experiencia poltica del exilio y las complejas tramas de in-tercambio y cooperacin creativa en una dimensin global. Asimismo, la biblioteca de Juan Luis Martnez, que se asoma en el repertorio de citas que conforman La nueva novela, constitui-ra otra herramienta para entender el proyecto Martnez a partir de lo que el autor ley. Por otra parte, la poten-cia de su proyecto colectivo Ediciones Archivo, advierte sobre la intenciona-lidad y conciencia del autor frente a la construccin de memoria que, en palabras de Anna Mara Guasch, pue-de entenderse como el tercer estado situado entre la historia y el futuro4.

    En contraste con los mencionados trabajos de Vicua, Deisler y Mart-nez que como libros de artistas im-plican obras originales, ejemplares irrepetibles se encuentra el modelo fundado por el poeta Rodrigo Lira. Sus textos poticos que en 1984 inte-graron el volumen Proyecto de obras com-pletas, editado bajo el sello Ediciones del Camalen-La Minga que diriga el artista visual Oscar Gacita y que prolog Enrique Lihn, tuvieron una primera edicin a travs de fotocopias que el mismo autor reparta en las

    2. Didi-Huberman, Geor-ges (2010): Atlas Cmo llevar el mundo a cues-tas?, Madrid, Museo Reina Sofa. p. 284.

    3. Ibid., p. 14

    4. Anna Mara Guasch (2011): Arte y Archivo, 1920-2010: genealogas, tipologas y discontinui-dades, Madrid, Akal. p.180.

    Artculo 2 ....................

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    lecturas y encuentros universitarios. Bajo esa estrategia, Lira aseguraba la circulacin y recepcin de sus poemas en la periferia institucional y del mer-cado, como una forma que significaba su propia toma de posicin poltica a fines de los 70 y principios de los 80 en Santiago de Chile. Ese tipo de editorialismo asociado ms bien al activismo y la estrategia del pasqun, se contextualiza en la confrontacin directa e inmediata con que Lira in-tencionaba su obra potica, estrategia similar que asume Guillermo Deisler en la distribucin de sus obras des-de su exilio en Europa. Deisler, que a mediados de la dcada del 60 haba tomado contacto con la Nueva Poesa Latinoamericana y la red de artistas del arte correo, momento en el que hizo circular las Ediciones Mimbre (Chile 1963-1973), activ desde Bulgaria y la Repblica Democrtica Alemana el movimiento de tarjetas postales que a travs de poemas visuales portaban mensajes de solidaridad con Chile o revelaban los abusos polticos de la regin. Esas derivas entre un conti-nente y otro relativizaron simblica-mente la fractura geogrfica global de la Guerra Fra, permitiendo al artis-ta atravesar el mundo a pesar de su imposibilidad econmica de cruzar la frontera del Este y la imposibilidad poltica de estar en Chile.

    Vigencia

    Cuando lea hace unos das una co-lumna5 titulada Est muriendo la poesa? que trataba sobre la escasa lectura de poesa en nuestra poca, fenmeno que el autor fundamenta-ba a partir de la prdida asombrosa de la disposicin y la capacidad de valorar la belleza y a un empobreci-miento bastante pavoroso de nuestra propia sensibilidad, me haca pensar sobre cmo estas obras que aqu he comentado proponen una expansin de lo literario respecto a lo que tra-dicionalmente se ha entendido como poesa. Acaso la concepcin estrecha y autonmica del arte por el arte, de un poema remitido exclusivamente a la escritura de versos y operando

    desligado de la propia coyuntura, no representara hoy el verdadero empo-brecimiento de la sensibilidad artsti-ca? Los lenguajes han mutado en las ltimas dcadas y de la mano de ello han estado las transformaciones cul-turales y los procesos tecnolgicos.

    Los modelos poticos histricos, como los de Martnez, Deisler, Lira, Vicua y Milln, sin duda represen-tan una derrota econmica a la luz del mercado y las cifras de consumo que reflejaran sus lecturas, pero al contrario, han implicado una apertu-ra en el medio local (de la mano de las aperturas e hibridaciones artsti-cas en todo el globo), que responde a un triunfo epistemolgico solapado. En la medida en que se reconoce cr-ticamente esa unidad de discurso y praxis, que es tan propia del hacer de la vanguardia, se logra visibilizar la potencia crtica inmersa en este tipo de obras. Estos proyectos nacieron desmarcados del mercado editorial, de sus transacciones corrientes, aun-que con el tiempo podamos ver que son fetichizados en el mercado del arte, en el espacio de las crecientes ferias dedicadas a este tipo de publi-caciones, donde se valora ms bien la cualidad esttica y se tiende a supri-mir de la potencia crtica.

    De algn modo equiparable est la la-bor que ejercen hoy los microeditores en el medio local, que haciendo uso de Internet pueden sostener sus pro-yectos incluso desde fuera de Chile, potencindose por medio de alianzas y generando nuevas redes de circula-cin y espacios de encuentro a nivel global, participando del circuito del mercado, pero tambin, y all estara su principal valor, congregando pun-tos que el mercado tiende a segregar. Recuperar los trabajo histricos po-dra significar, en este sentido, el res-cate de modelos efectivos para todos quienes activamos nuestros trabajos por medio de la estrategia editorial, sobre todo pensando en esa relacin de poder e invisibilidad que subyace a la figura del editor alternativo, cuya potencia se encuentra en la capaci-dad de captar y confrontar garde en

    primera lnea avant el espritu de una poca y las nuevas oportunida-des que la maquinaria hegemnica no tendra la capacidad de advertir con igual inmediatez. OC

    BIBLIOGRAFA SUGERIDA:

    Baladran, Zbynek y Vit Havrnek (2010): Atlas of Transformation, Praga, Tranzit.

    Bourdieu, Pierre y Roger Chartier (2010): La lec-tura: una prctica cultural, en El sentido social del gusto, Buenos Aires, Siglo XXI Editores.

    Chartier, Roger (2006): Qu es un libro? Qu es un texto?, Madrid, Crculo de Bellas Artes.

    Didi Huberman, Georges (2010): Atlas Cmo lle-var el mundo a cuestas?, Madrid, Museo Reina Sofa.

    Guasch, Anna Mara (2011): Arte y archivo, 1920-2010: genealogas, tipologas y discontinuidades, Madrid, Akal.

    Sitios web:http://www.monumenttotransformation.org/http://albamagazin.de/es/http://www.sangriaeditora.com/http://furialibro.blogspot.de/

    5. Hipervnculo: http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2012/04/18/esta-muriendo-la-poesia-pablo-torche/

    Artculo 2.....................

  • 10 OBSERVATORIO CULTURAL N10

    Contactos y reflexiones acerca de la cultura pencopolitanaEduardo Meissner G.*

    10 OBSERVATORIO CULTURAL N10

    ColumnaRegiones....................

    * Premio Bicentenario 2011

    Mi especial fortuna fue nacer junto a mi her-mano mellizo Carlos en un hogar que me

    brindara la oportunidad de tomar contacto con dos aspectos de la cul-tura de un lugar determinado: el carcter predominantemente carte-siano de mi padre, odontlogo, pro-fesor universitario y sin lugar a du-das, de personalidad autoritaria; mi madre, en contraposicin flagrante, habra sido educada en los cdigos de una formacin artstica, intuiti-va y emocional como fuera el piano, sometida durante muchos aos de su juventud y adolescencia a los vi-gores de una tcnica que se impar-ta en un conservatorio de catego-ra, dirigido por el abogado Esteban Iturra Pacheco, tambin docente de la Universidad de Concepcin y eximio pianista, representante de la afamada Escuela de Viena.

    Mi infancia sera habitualmente arrullada con el piano de mi madre que tocaba algunas horas al da en un instrumento de cola, orgullo de la casa. Decir orgullo es convencio-

    nal y vanidoso pues qu valor es-pecial puede tener un piano negro y brillante, generalmente de alas ex-tendidas, en un ambiente familiar?

    Con Carlos, mi hermano, no distin-guiramos entre los barroquismos reiterados de un Hndel o Bach, clasicismo cristalino de un Mozart siempre saltarino, las densidades romnticas de un Beethoven, un Brahms exaltante. Pero s esta-ba all ya la presencia misteriosa de un teln de fondo musical que llenaba espacios vacos, se intro-duca persistente en lneas mel-dicas insistentes y repetidas por la conciencia juvenil receptiva. Me sorprenda, en ocasiones, silbando aires circunstanciales sin saber de dnde y de cmo se haban metido en mi conciencia, no sabiendo que me desplazaba por calles pencopoli-tanas silbando, quizs, una chacona de Bach, un minueto mozartiano o una variacin descriptiva debussia-na. As de natural y espontneo fue-ron mis primeros contactos con los misterios imponderables de la as llamada msica selecta o clsica.

    Luego sobrevendran los aos de la enseanza primaria y secun-daria en el Colegio Alemn de la ciudad a solo pocas cuadras de la casa paterna. La presencia de una organizacin educacional tedusca que se imparta completamente en alemn en aquellos aos de inicios del cuarenta. Estableca la necesi-dad de un cambio de orientacin docente al romper Chile sus rela-ciones con Alemania durante la se-gunda conflagracin blica. Sera el 1943 o 1944 en la que mi padre, que perteneca al directorio el Colegio Alemn y ya docente universitario, viajara en compaa del director del colegio a Santiago de Chile, logran-do que a travs del Ministerio de Educacin, este Liceo se convirtiera en cooperador del Estado, asumien-do los planes de enseanza de la educacin secundaria chilena. Digo esto pues esta circunstancia espe-cial me permita conectarme con dos sistemas culturales determina-dos: el europeo-alemn primordial, y el chileno-latinoamericano orien-tado a las ordenaciones de una tra-dicin francesa.

  • DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS , CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES 11

    Mi infancia sera habitualmente arrullada con el piano de mi madre que tocaba algunas horas

    al da en un instrumento de cola, orgullo de la casa. Decir orgullo es convencional y vanidoso

    pues Qu valor especial puede tener un piano negro y brillante, generalmente de alas

    extendidas en un ambiente familiar?.

    DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS , CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES 11

    Luego me enfrentara a los impe-rativos categricos de un estudio universitario. Por analogas par-ticulares, seguira los pasos de mi padre estudiando dentstica, en la Facultad de Odontologa en la que l ejerca cargo docente y directivo. El estudio sistemtico sera ms que cartesiano, manejado por una lgi-ca cientfica en una universidad de solo aos de antigedad, inflexible en sus exigencias para lograr aquella eficiencia requerida a una institu-cin provinciana, cuyo espritu ha-ba que desarrollar en libertad.

    En un desvn de la casa descubri-ra una flauta traversa de concierto que mi padre haba tocado en aos mozos y me puse de inmediato a do-minar digitaciones, embocaduras, el buen sonido sostenido. Cursaba tercer ao de mi carrera cuando me presentara con mi flauta bajo el brazo a los cargos de flautista de la Orquesta Sinfnica del Liceo nr. 1 Enrique Molina de la ciudad, dirigi-da por Biruco, Ral Rivero Pulgar que haba realizado estudios de pia-no junto a mi madre en aquel con-

    servatorio de consagraciones dadas. De inmediato, el director me coloc frente a la partitura y yo asumira pronto las responsabilidades de una flauta primera, (y a primera vista) en la interpretacin de una sinfo-na de Haydn quizs una obertura mozartiana. La lectura lineal de un toque de flauta no me resultara difcil pues la enseanza del piano haba sido integrada como desde siempre a mi cultura musical.

    Me qued espontneamente con mi novsimo cargo de flautista de este conjunto estudiantil y durante va-rios aos interpretaramos aquellos autores ya descritos, conciertos de piano de Grieg, canciones chilenas con coro masculino estudiantil y arreglos del mismo Biruco. Mlti-ples temporadas, conciertos, msica sinfnica de extensin me permiti-ran tempranamente integrarme al grupo sinfnico de voces y timbres heterogneos y de ah sugeran los intrpretes para la creacin de la or-questa de cmara de la Universidad de Concepcin a cuyo grupo funda-cional tengo la honra de pertenecer.

    Esto sucedera en casa de los padres de Carmen Torres, violinista del conjunto y tambin estudiante de odontologa.

    En nuestra primera audicin se pre-sentara el concierto de piano Nr. 12 de Mozart interpretado por una joven artista de tradiciones musi-cales consagradas de la capital, Edi-th Fischer que luego se proyectara internacionalmente. Este conjunto sinfnico que en ese momento se fundaba y naca a la luz, rendira cuenta de una necesidad cultural imperativa, puesto que la msica viva y selecta era manejada en ese tiempo slo por el conjunto coral dirigido por Arturo Medina. Lo magnfico y maravilloso de esta or-questa no sera su fundacin, sino su persistencia en el tiempo gracias a la batuta de Wilfried Junge, su director consecuente. En este ao, 2012, la Orquesta Sinfnica de la Universidad de Concepcin cumpli-r 60 aos de vida. Paralelamente mis inquietudes me llevaran a participar en grupos

  • 12 OBSERVATORIO CULTURAL N10

    artsticos de grabado y pintura con estudios en la Academia Vesperti-na en Vctor Lamas. De este grupo dependiente de la APEC de Chile, provendra el programa de creacin de una Escuela de Arte presentada como programa a la U de C en cuya proposicin y redaccin tendra im-portancia seera Tole Peralta, ya funcionario de la U de C. Adems a Tole se debe esencialmente la forma-cin de la Pinacoteca de la Univer-sidad de Concepcin, conjunto im-portante de obras de arte visuales de la cultura de Chile. Habra aqu que destacar la figura de Julio Escmez de origen local y trascendencia sobre nacional. Con integrantes del grupo asumiramos las diferentes asigna-turas de esta Escuela de Arte de ya 40 aos de enseanza sistemtica. En dicha institucin yo hara clases de grfica, diseo bsico, esttica y arte contemporneo, logrando mi ttulo de Licenciado en Arte en 1976. En 1969 a crearse la Escuela de Arquitectura de la Universidad Tc-nica del Estado, actual Universidad del Bo Bo, sera llamado a ocupar cargo de profesor de Composicin

    Plstica, luego Configuracin Espa-cial y Composicin Arquitectnica, cargo que ejerc hasta mi retiro de la Universidad, habiendo alcanzado grado de Prof. Emrito tanto en la Escuela de Arquitectura de la UBB como de la Escuela de Arte de la Universidad de Concepcin.

    En el ao 2011 publicaramos con Mara Anglica Blanco, escritora, el libro de aproximaciones erticas y estticas: Besos y Besos, editado con Tulio Mendoza.

    Los lenguajes de la msica, las artes visuales, la literatura, el teatro etc. contribuirn con eficacia a definir los valores de la creatividad sensi-ble y de la cultura de un pueblo en una poca determinada, y con ello ayudara a definir los criterios y las vicisitudes de la cultura contempo-rnea. OC

    12 OBSERVATORIO CULTURAL N10

    ColumnaRegiones....................

    Los lenguajes de la msica, las artes visuales, la literatura, el teatro etc. contribuirn con eficacia a definir los valores de la creatividad sensible y de la cultura de un pueblo en una poca determinada, y con ello ayudara a definir los criterios y las vicisitudes de la cultura contempornea.

  • DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS , CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES 13

    Infraestructura cultural regional1

    Centro Cultural de Alto del Carmen

    EspaciosCulturales.....................

    * Esta seccin busca divulgar los datos del catastro www.espacios-culturales.cl., dando a conocer en detalle un espacio cultural de cada regin del pas, permi-tiendo destacar y difundir su gnesis y experiencia.

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    Cul es la experiencia de la gestin cultural en infraestructuras de comunas con un marcado componente rural?, cules son sus motivaciones?, cmo se financian y construyen redes? Estas preguntas son las que motivaron la eleccin de la infraestructura cultural que en esta oportunidad queremos destacar. Les presentamos la experiencia del Centro Cultural de Alto del Carmen, comuna de la Provincia de Huasco, Regin de Atacama.

    La gestin cultural en nuestro pas, que permite darle sen-tido y contenido a espacios construidos especialmente -o no- para actividades artsticas y cul-turales, es un mbito del sector cada vez ms valorado y necesario cuando uno de los objetivos principales de la actividad cultural es asegurar la continuidad y la permanencia en el tiempo y en el territorio. Si la gestin cultural la entendemos, de manera ge-neral, como el conjunto de propsitos institucionales, objetivos de habilita-cin y funcionamiento, y actividades culturales planificadas para la prcti-ca y difusin permanente de la viven-cia cultural, artstica y patrimonial, se comprende que la gestin es una ac-tividad compleja, que requiere contar con una red de contactos actualizada, un presupuesto continuo y a largo pla-zo, el apoyo de distintas instancias, pblicas y privadas, y la capacitacin permanente de los mismos gestores o administradores.

    Centro Cultural de Alto del CarmenEn la comuna de Alto del Carmen, vasto territorio de esencia campesina /rural, existen muchas expresiones ar-tsticas y culturales que manifestaban su arte en escasas reuniones sociales, algunos actos pblicos, cumpleaos, fiestas y velorios, entre otras instan-cias. Es as como la autoridad, alcal-desa Sra. Nora Rojas Ardiles, identifi-c la falta de un espacio a travs del que se pudiera sacar del anonimato a las variadas expresiones artsticas y culturales de la comuna, como la li-teratura campesina, el folklor rural, las mateadas y el canto popular. Junto a esta realidad y, considerando que la cultura es base para el desarrollo y el progreso de nuestro territorio, se con-cluy que la construccin de un cen-tro cultural era esencial para su difu-sin y preservacin.

    El Centro Cultural de Alto del Carmen, construccin de hormign que busc resguardar en su diseo las caracters-ticas arquitectnicas de la comuna, se inaugur el ao 2010, momento en el que inicia la permanente organizacin y apoyo de actividades de creacin, di-fusin y formacin cultural. El edificio est ubicado al sur de la Plaza de Alto del Carmen, vrtice de entrada al pa-seo pblico y fue elegido precisamente para extender la cobertura de servicios del municipio, ubicndose en el tramo opuesto al edificio consistorial.

    El diseo de la infraestructura busc asimilar los materiales de la construc-cin a la arquitectura local, caracteri-zada por el uso de adobe, ventanales de estilo espaol, con amplios pasillos y un segundo piso que mira al cielo y a la plaza del lugar.

    Seccin Estadsticas Culturales, Departamento de Estudios

  • 14 OBSERVATORIO CULTURAL N10

    P: En el entendido de que los es-pacios culturales deberan ser un lugar que presente actividades permanentes, abierto a las ma-nifestaciones culturales locales y a la recepcin de actividades invitadas, y que responda a las necesidades e inquietudes de la comunidad, el Centro Cultual de Alto del Carmen, cuenta con un Plan de Gestin?

    R: El centro cultural, fue creado para albergar el mximo de manifestacio-nes culturales de la comuna de reco-nocida raz rural y campesina, donde predominan las acciones de clubes de huasos, comunidades diaguitas, grupos folklricos, artesanos, tala-barteros, escritoras (es), cantores, in-trpretes, msicos. De este modo, los objetivos, el trabajo establecido y la misin principal del centro cultural han sido la bsqueda del desarrollo de estas actividades, de instancias de intercambio, la participacin integral y la concrecin de los proyectos, ideas

    y sueos de los cultores a travs de los Fondos Concursables del Estado y, por ende, del municipio local. El calendario anual de actividades que se dan en el centro tiene que ver con cada una de las celebraciones propias del entorno o territorio, y de aquellas manifestaciones o celebraciones del calendario cultural chileno (Da del Artesano, del Folklore, de la Danza, entre otras).

    Para ejecutar el plan de gestin cul-tural, los recursos provienen de las arcas municipales en un 45%. Otro aporte significativo se materializa a travs de fondos concursables, del Go-bierno Regional y del Gobierno Cen-tral, constituyendo un 40%; el 15% restante corresponde a aportes de pri-vados. Las actividades y eventos que se desarrollan en el Centro Cultural de Alto del Carmen, son completa-mente gratuitas.

    Los objetivos de la planificacin y gestin cultural del centro, estn orientados a revitalizar y poner en valor a las comunidades indgenas

    diaguitas, los clubes de huasos, los grupos folklricos (de influencia hua-sa y nortina), exposiciones relaciona-das (pintura campestre, por ejemplo), cursos, talleres, y capacitaciones de la misma naturaleza (talleres de danzas folklricas, literarios, etc.).

    P: Qu motiv la habilitacin de un centro cultural en su comuna?

    R: La visin de la Sra. Alcaldesa estu-vo centrada en la falta que exista en la comuna de un espacio fsico atrac-tivo, funcional, mltiple y que ar-quitectnicamente ocupara el centro neurlgico de la cabecera comunal, mezclando formas, diseos, estructu-ra y elementos que no distorsionaran la raz del pueblo y sus alrededores.

    Los artistas de la comuna no conta-ban con un espacio especialmente acondicionado para sus actividades artsticas y culturales como el gru-po folklrico Alta Cordillera, Rena-cer, Florecer, Salomn y su arpa, Los Huascoaltinos, por nombrar algunos.

    Ubicacin Centro Cultural de Alto del Carmen

    LVAR

    O GAR

    CA

    CALLE

    31 DE

    ENERO

    ANBAL PINTO

    GERNIMO GODOY

    i

    M

    P

    i : IglesiaM : MunicipalidadP : Plaza de Armas

    EspaciosCulturales.....................

  • DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS , CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES 15

    A futuro, adems, se desea crear un grupo de teatro juvenil/adulto, que pueda expresar a travs de su lengua-jes y actuaciones las costumbres, le-yendas e historias de la comunidad de Alto del Carmen.

    P: De qu manera se financi la construccin del centro cultural y cmo financian sus actividades? Cmo se gestionan?

    R: La construccin de este centro cul-tural se ejecut con Fondos del Go-bierno Regional de Atacama (FNDR) y aportes de la Municipalidad de Alto del Carmen, destacando el diseo rea-lizado por los profesionales del muni-cipio. En trminos de costos, el cen-tro cultural signific una inversin de $80 millones en aportes del Fondo Na-cional de Desarrollo Regional (FNDR) y de $12 millones provenientes de la I. Municipalidad de Alto del Carmen. La construccin comenz en junio de 2009, terminndose en diciembre del mismo ao, para ser inaugurada en febrero de 2010.

    P: Mantienen contacto con otros espacios culturales similares?, participan de alguna red?

    R: El contacto ms directo es travs del Consejo Regional de la Cultura y las Artes de Atacama, existiendo tambin intercambios con las otras Municipalidades de la provincia y re-gin por medio de sus reas de cul-tura, agregando a ello los convenios de cooperacin cultural que se man-tienen con municipalidades de las re-giones Metropolitana, de Coquimbo y Valparaso con exposiciones, mues-tras y ciclos de cine, entre otras.

    Dada la cercana territorial con otras comunas, es habitual hacer alianzas para la produccin de eventos, es-pectculos, talleres y capacitaciones, y lograr as una asociatividad que permita disminuir los costos para las instituciones vinculadas. OC

    Ficha Tcnica Centro Cultural de Alto del Carmen

    Dependencia Administrativa

    Municipal de Alto del Carmen

    Direccin Anbal Pinto s/n (esquina Alonso Garca)

    Espacios Interiores del Centro Cultural

    Nombre espacio m2 Capacidad Equipamiento

    Saln de Eventos 160 96 butacas Butacas, escenario, teln, parrilla de luces, amplificacin, proyector

    Pasillos para exposiciones

    60 20 Mesas, mesones in situ

    Actividades principales/Servicios

    Exposiciones, eventos culturales, reuniones, talleres

    Hitos Expo Artesanos 2011, Exposicin de pintura, representaciones teatrales, ciclos de cine, eventos especiales como el Cabildo del Bicentenario, lanzamientos de libros

    Contacto: Osvaldo Oyarce, Encargado de Cultura Comunicaciones y Desarrollo Indgena

    Email: [email protected]

    Web de inters: www.munialtodelcarmen.cl

    * Agradecemos la informacin proporcionada por Osvaldo Oyarce (gestor cultural, locutor y escritor) su gentileza y tiempo, as como tambin a Jonathan Tapia, Jefe de la Direccin de Desarrollo Comunitario

    Centro Cultura de Alto del Carmen

  • 16 OBSERVATORIO CULTURAL N10

    El escenario laboral que en-frentan los artistas en Chile es complejo y problemtico. En el caso de los artistas vi-suales, dicha situacin se ve agrava-da, entre otras cosas, por tratarse de un campo que todava no ha logrado fortalecer sus circuitos de circulacin e intercambio, impidiendo que los ar-tistas puedan vivir exclusivamente de su creacin artstica. Debido a ello, y dadas sus limitadas alternativas de financiamiento, muchos de estos se encuentran en una situacin de plu-riempleo1. Las dinmicas de profe-sionalizacin de los artistas visuales constituyen un espacio de observacin relevante para comprender las proble-mticas del sector; en virtud de ello, la Seccin Observatorio Cultural del Departamento de Estudios en colabo-racin con el rea de Artes Visuales del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes desarrollaron durante el ao 2011 el Estudio de Caracterizacin del Proceso de Profesionalizacin de los Artistas Visuales en Chile, el que constituye un importante aporte al exponer un panorama com-plejo sobre dicho proceso, indagando en dimensiones tales como el tipo de formacin profesional, la insercin en el mercado, la relacin que establecen

    con instancias mediadoras, los circui-tos artsticos, la situacin de pluriem-pleo y las posibilidades de internacio-nalizacin de su creacin, entre otras. Adems, entrega recomendaciones de buenas prcticas para promover la profesionalizacin del campo de las artes visuales en Chile, a partir de diversas experiencias internacionales susceptibles de ser adaptadas al con-texto nacional.

    Los resultados del estudio entregan una caracterizacin general de los ar-tistas visuales en lo que respecta a su profesionalizacin. Algunos datos de inters evidencian que el 58% de los participantes tiene un ttulo ligado a las Artes Visuales y un 67,5% trabaja por cuenta propia o independiente. Se observa, de acuerdo con los ante-cedentes ya existentes en torno al campo de las artes visuales, que el pluriempleo es un medio crucial de in-greso, mostrando una heterogeneidad en los tipos de trabajo: administra-tivos, vendedores, garzones, actores, traductores, repartidores, mueblistas, profesores de idiomas, constructores. Importante es destacar que el 60% no se encuentra asociado a sistemas de previsin y salud, lo que entrega un

    importante antecedente al momento de caracterizar la precarizacin de los trabajadores del sector.

    La investigacin detect tres tenden-cias a partir de las que se definieron tres tipos genricos de artistas visuales con caractersticas distintas en torno al proceso de profesionalizacin: los artistas-creadores, dedicados a la concep-cin y realizacin de obras; los artistas-mediadores, quienes presentan dedica-cin a otras actividades relacionadas con la prctica artstica; y finalmen-te los creadores-mediadores, artistas que ejercen estas dos actividades parale-lamente. Es necesario comprender que dicha categorizacin corresponde a una sistematizacin que entrega perfi-les generales, por lo que cada artista en particular puede desarrollarse a travs del intercambio y mezcla de perfiles a lo largo de su trayectoria. No obstante la precaucin, estas categoras consti-tuyen una herramienta de gran valor, pues dan cuenta de la heterogeneidad del campo y su complejidad en trmi-nos de desarrollo profesional.

    Una conclusin relevante en relacin a lo anterior se obtiene al constatar, por ejemplo, que los creadores-mediadores

    Las problemticas laborales de la creacin visual en el campo cultural chileno:

    Estudio de caracterizacin del proceso de profesionalizacin de los artistas visuales en Chile Seccin Observatorio Cultural, Departamento de Estu dios

    Estudio ....................

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    16 OBSERVATORIO CULTURAL N10

    1. Antecedentes extrados de los estudios realizados por el CNCA: Los trabaja-dores del sector cultural en Chile. Estudio de ca-racterizacin (2004) y el Informe de diagnstico Artes Visuales (2008).

  • DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS , CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES 17

    muestran ser el grupo que mejor se profesionaliza; mientras los artistas correspondientes al perfil creadores, mayoritariamente no logran becas ni FONDART, pero exponen y venden; y los mediadores tienen una alta partici-pacin en exposiciones y obtencin de premios, pero no necesariamente logran vender; los creadores-mediadores venden, exponen, reciben premios y becas. Por ello, estos ltimos, perci-ben un mayor ingreso lquido mensual promedio frente a las otras categoras (los creadores obtienen $230.571, los mediadores $298.667 y los creadores-mediadores: $524.431).

    Otra conclusin interesante se rela-ciona con las trayectorias profesiona-les. Se constata que un alto grado de profesionalizacin requiere ms de 15 aos de egreso, mostrando que el pe-riodo que va entre los 5 y los 15 aos de egreso es crucial, pues all se bi-furcan trayectorias de estancamiento o progreso profesional. Asimismo, la deteccin de problemticas tales como la escasez de audiencias, las dificulta-des de financiamiento, el pluriempleo, las diversas expresiones y la vulnera-bilidad asociada a dicha situacin, pueden ser la base de futuras hip-

    tesis para explorar y comprender las trayectorias profesionales y laborales de los artistas visuales chilenos. Del mismo modo, esta informacin es de innegable importancia al momento de disear instrumentos de poltica p-blica dirigida al fortalecimiento de los agentes del campo.

    Abordar la profesionalizacin desde una perspectiva dinmica requiere hacerse cargo de la dimensin his-trica del proceso. En este marco, el concepto de trayectoria surge como una categora de anlisis fundamental que nos permite formular interesantes preguntas de investigacin para un fu-turo estudio. A partir de este podran evidenciarse aquellos pasos e hitos relevantes que van delineando la vida profesional del artista visual, los capi-tales utilizados, las estrategias y tc-ticas de resolucin de problemas, as como tambin el marco histrico en el que se sitan los sujetos. Por ejemplo, tomando como punto de partida que el perodo entre 5 y 15 aos de egreso constituye un momento crucial que se bifurca en trayectorias de estan-camiento o progreso profesional, un posible estudio pudiera preguntarse qu explica esta bifurcacin, cules

    son las diferencias entre categoras de artistas. O, centrndose en el concep-to de trayectoria profesional y laboral, cundo son ascendentes y cundo son descendentes. Por qu, qu hitos van demarcando la orientacin de la tra-yectoria qu significa para los sujetos, una trayectoria profesional y laboral ascendente en el campo de las artes visuales, qu capitales, estrategias y tcticas son utilizadas en dicho pro-ceso, qu explica las trayectorias dife-renciadas, qu lugar ocupa la historia familiar, la educacin, el tipo de arte en sus trayectorias.

    En consecuencia, el Estudio de Caracteri-zacin del Proceso de Profesionalizacin de los artistas visuales en Chile constituye una base fundamental para el desarrollo de las disciplinas asociadas a la visua-lidad; permitiendo adems formular preguntas que profundicen sus con-clusiones y propuestas. El objetivo, en cualquier caso, ser continuar explo-rando mbitos desconocidos del cam-po de las artes visuales en Chile, en un contexto que plantea desafos ante la posibilidad de hacer de la creacin un espacio laboral estable. OC

    Los resultados del estudio entregan una caracterizacin general de los artistas visuales

    en lo que respecta a su profesionalizacin. Algunos datos de inters evidencian que el 58%

    de los participantes tiene un ttulo ligado a las Artes Visuales y un 67,5% trabaja por cuenta

    propia o independiente

    DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS , CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES 17

  • 18 OBSERVATORIO CULTURAL N10

    En un contexto donde resulta difcil hacer afir-maciones respecto del impacto de los progra-mas con contenido artstico en la educacin y en el cual habitualmente se exigen resultados de tipo cuantitativo, capaces de probar el avance o re-troceso del aprendizaje de los estudiantes cuando han experimentado este tipo de formacin, Anne Bamford propone un camino que enriquece la discusin, trascen-diendo la medicin cuantitativa del impacto de los pro-gramas artsticos en la educacin, a partir de un anlisis complejo de los elementos que lo explican.

    Con una cobertura final de 35 pases, este estudio recopil informacin de fuentes secundarias, polticas culturales, estudios nacionales y diferentes publicaciones. Se aplica-ron encuestas entre los organismos estatales responsables de la implementacin de programas de educacin artstica, as como de agencias culturales validadas, para ms tarde detenerse en distintas particularidades, a travs del estu-dio de casos de cada pas. En este escenario, con el fin de identificar tendencias que permitieran establecer constan-tes entre realidades tan diversas, la investigacin recurri a una estrategia de meta anlisis, comparando conclu-siones y contrastndolas con las experiencias particulares.

    Profundizando en la estrategia metodolgica de Ba-mford, en su perfil acadmico -publicado en el sitio web del Wimbledon College of Art-, se seala: Veo la inves-tigacin como un proceso de capas, una recopilacin de datos a partir de muchas fuentes que luego se sitan y disponen de manera acolchada para construir imgenes autnticas y estticas de un fenmeno. En particular,

    este enfoque me ha permitido combinar mtodos de in-vestigacin estadstica contundentes con una gama de formas artsticas y narrativas para crear modos de des-cripcin, anlisis, evaluacin y presentacin detallados y de mltiples facetas.

    Su investigacin concluye que, en la experiencia, son muchas las evidencias que prueban el impacto positi-vo, cualitativo y cuantitativo, de programas artsticos de calidad implementados en la educacin formal, en lugares y culturas muy distintas provenientes de todo el mundo. Estas experiencias tienen en comn que han sido capaces de incluir a sus comunidades, contando no slo con la participacin docente, sino tambin con el trabajo de artistas de diversas disciplinas y el intercam-bio de los centros educativos con galeras, museos y cen-tros culturales de la comunidad, despertando el inters de las organizaciones culturales de la sociedad civil.

    Siguiendo los resultados sealados por esta investiga-cin, el 71% de los programas artsticos de calidad mues-tran mejoras directas en el rendimiento acadmico. En este sentido, el estudio aborda el desafo de definir el elemento de calidad a partir de una serie de variables.

    Entre ellas destacan el contar con una relacin colabo-rativa entre los establecimientos escolares y las orga-nizaciones artsticas, a saber, entre los profesores, los artistas y su comunidad local, definiendo de este modo responsabilidades compartidas, entre quienes forman parte del programa de educacin artstica respecto a su planificacin y evaluacin.

    El factor WUAU!: El papel de las artes en la educacin.Anne Bamford*

    Por Jorge Rojas G.**

    Resea bibliogrfica

    * Anne Bamford es la Di-rectora de la Sala de M-quinas (Engine Machine) en el Wimbledon College of Art, Universidad de las Artes de Londres. Ha de-sarrollado temas sobre innovacin, educacin artstica, alfabetizacio-nes emergentes, impacto social y relacin entre equidad y diversidad.

    * * Jefe del Departamen-to de Ciudadana y Cultu-ra. Psiclogo y Mster en Gestin Cultural, Univer-sidad Carlos III de Madrid.

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  • DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS , CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES 19

    La calidad tambin se relaciona con la oportunidad que tienen los nios/as de mostrar sus trabajos y presentar-los pblicamente; y con la combinacin de formacin de diferentes disciplinas artsticas (educacin en las artes) y de enfoques pedaggicos artsticos y creativos (educacin a travs de las artes, de otros elementos curriculares). Asi-mismo, estos programas se caracterizan porque los nios, nias y jvenes cuentan con un espacio para la reflexin crtica, la resolucin de problemas y la posibilidad de ad-ministrar riesgos.

    Los programas con contenido artstico de calidad tam-bin sern aquellos que enfaticen la colaboracin, sien-do inclusivos por principio y estando orientados hacia todos los nios/as y los jvenes, y no slo dirigidos a aquellos que presenten talentos explcitos. A su vez, es-tos programas contarn con estrategias detalladas para la evaluacin del aprendizaje y ofrecern formacin con-tinua para profesores, artistas y comunidad local, pre-sentando estructuras escolares flexibles y lmites per-meables entre los establecimientos educacionales y su contexto.

    En cuanto a una valoracin ampliada del aporte de los programas artsticos a la educacin, el estudio seala que estos propician un mejor aprendizaje para una al-fabetizacin visual, auditiva y kinsica, afectando po-sitivamente el progreso del dominio lingstico y esti-mulando las habilidades para la adquisicin de idiomas, mejorando a su vez la calidad de la alfabetizacin y pres-tando apoyo en el aprendizaje matemtico.

    Finalmente, los importantes avances presentados por esta publicacin en la tarea de abordar el impacto de las artes en la educacin, se suman a diversas iniciativas llevadas a cabo en la misma lnea en nuestro pas. De este modo, en el contexto de Chile y su realidad, el de-safo es compartido y se considera esta lectura como un inicio inspirador y esclarecedor para entrar en el anlisis de las mltiples posibilidades que ofrece el arte como herramienta para la educacin. OC

    REFERENCIABamford, A. (2009). El factor Wuaw! El papel de las Artes en la educacin. Un estudio internacional sobre el im-pacto de las Artes en la educacin. Octaedro. Barcelona.

    () Son muchas las evidencias que prueban el impacto positivo, cualitativo y cuantitativo,

    de programas artsticos de calidad implementados en la educacin formal, en

    lugares y culturas muy distintas provenientes de todo el mundo.

  • La ColorinaDirigida por Fernando Guzzoni y Werner GiesenChile, 66 minutos, Espaol, 2007.

    Resea audiovisual

    Por Claudia Guzmn M.

    Durante largos aos estuve condenado a adorar a una mujer despreciableSacrificarme por ella, sufrir humillaciones y burlas sin cuentoTrabajar da y noche para alimentarla y vestirla (...)largos aos viv prisionero del encanto de esa mujer.La Vbora, Nicanor Parra

    Cuando el director Fernando Guzzoni ley La Vbora de Nicanor Parra, pens que la fracasada relacin que relataba en su poema era parte del imaginario del antipoeta. Despus, al repasar Danza de la Realidad de Alejandro Jodorowsky se percat que la musa inspiradora no slo exista, sino que se trataba de una poetisa rebelde y una de las ms reconocidas de su tiempo: Stella Daz Varn, la Colorina. Ese hallazgo motiv la realizacin de este documental.

    En su investigacin Guzzoni confirm la mitologa en torno a Stella. Una joven guapa, de pelo rojo radiante, que cuando entraba al Bosco -el bar santuario de la literatura chilena de la generacin de poetas del 50- no pasaba inadvertida. Era una poeta anti-sistmica, una artista de vanguardia, la primera punk chilena que enloqueci a Parra, Jodorowsky y muchos otros. La misma que de un certero golpe le rompi la mandbula a Lafourcade y se tatu una calavera en pacto con Enrique Lihn, como smbolo de repudio a Gonzalez Videla.

    El documental reconstruye la vida de Stella Daz y su participacin en torno a una de las generaciones ms prolficas de la literatura chilena. La Colorina, construida a tra-vs del relato de la propia Stella Daz y el de destacados escritores, amigos y familiares, retrata a una de las artistas ms influyente de las letras locales y objeto de estudio de la poesa del siglo XX.

    Guzzoni y Giessen tuvieron el acierto de rescatar la obra de Stella y filmarla en su lti-mo ao de vida, pues muri en pleno rodaje del documental, convirtiendo este trabajo en un homenaje pstumo. Como un poema que nunca se termina.

    *Las pelculas online recomendadas por Observatorio Cultural estn alojadas en sitios que respetan los derechos de autor.

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  • MAFI: Mapa flmico de un pashttp://www.mafi.tv

    Plataforma web de exhibicin de piezas audiovisuales que registran distintos fragmen-tos de la realidad nacional con una mirada de autor sobre los temas contingentes. Las obras son realizadas en exclusivo para MAFI por cineastas chilenos, consagrados y emergentes. Con un formato simple de dos minutos de duracin, un plano fijo y soni-do limpio del registro, las obras presentan desde historias en grandes eventos pblicos hasta en los espacios ms ntimos.

    Cinpatahttp://www.cinepata.com

    Para los amantes del cine esta plataforma web es un excelente sitio para ver pelculas en lnea con licencia creative common. Cinpata es un sitio que a travs de las tecnologas existentes posibilita la publicacin rpida, amigable y constante de obras como largo-metrajes, cortos y videoclips mayoritariamente creados por realizadores nacionales.

    Coleccin Cisneros http://www.coleccioncisneros.org

    La coleccin Patricia Phelps de Cisneros es una de las principales iniciativas culturales y educativas de la Fundacin Cisneros que trabaja para promover una mayor aprecia-cin de la variedad del arte de Latinoamrica y fomentar la educacin artstica y la formacin de profesionales en la regin. En su sitio web se puede encontrar informa-cin sobre el apoyo que realizan a los artistas como programas de residencias, becas, adems de publicaciones y exposiciones.

    Google Art Project www.googleartproject.com

    Esta interesante herramienta de Google permite encontrar obras de arte clasificadas por perodo, artistas y estilo. Tiene acceso a 30 mil piezas de 151 museos en 40 pases del mundo y adems se pueden crear y compartir galeras con un sistema especializado para la calidad de las imgenes.

    Vnculos de inters ........

    ******************************************************** Un cuento al da: http://uncuentoaldia.cultura.gob.cl/ Un cuento al da busca acercar a los nios a la lectura de manera fcil y entretenida, incentivando a los adultos a tomarse un tiempo para dedicarles una lectura diaria a sus nios. En el sitio se puede encontrar material didctico como cuentos ilustrados, lminas de lectura para imprimir y audiocuentos compatibles para I-Phone.

    SIGPA: http://sigpa.portalpatrimonio.cl/sigpa/SIGPA es un Sistema de Informacin para la Gestin Patrimonial que busca identificar y documentar, como estrategia de salvaguarda, las manifestaciones y expresiones del patrimonio cultural inmaterial. Su ejecucin est pensada a travs de la participacin ciudadana, focalizndose en los cultores, comunidades locales, estudiantes, investiga-dores y comunidad nacional.

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  • Departamento de Estudios Seccin de Observatorio Cultural

    Observatorio Cultural agradece a todos quienes colaboraron y participaron en la

    elaboracin de este nmero. En particular, al artista Carlos Navarrete y a la I. Municipalidad

    de Alto del Carmen. A los miembros del Consejo de la Cultura Ana Mara Cerda y Sheila Araya por la seleccin de las

    infraestructuras culturales regionales, y a Elicia Herrera, Ignacio Poblete, Lucas Lecaros,

    Guillermo Negrn, Camila Santa Mara, Ximena Pezoa, Florencia Loewenthal, Jorge Rojas, Alejandro Nogu y Fernanda Carrasco

    por su contante contribucin.

    CMO CITAR OBSERVATORIO CULTURAL?

    Observatorio Cultural [en lnea]. Valparaso (V): Consejo Nacional de la Cultura y las Artes,

    Departamento de Estudios, 2012 [agregar aqu: mes y ao de cita]. Mensual.

    Disponible en Internet:http://www.observatoriocultural.gob.cl/observatoriocultural/. ISSN 0719- 1853.

    Las opiniones vertidas en esta publicacin son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten, y no representan necesariamente

    el pensamiento del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

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