Nutriciòn en la adolescencia

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HIERRO, VITAMINA D, ÁCIDO FÓLICO, COMPLEMENTOS NUTRCIONALES, HÁBITOS ALIMENTICIOS POR PARTE DE LOS ADOLESCENTES

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HIERROLas necesidades de hierro son ms altas en la adolescencia por la formacin de masa corporal magra y por el aumento del volumen de eritrocitos, as como por la prdida de hierro con la menstruacin en las mujeres. Las necesidades de hierro son mximas durante perodos de crecimiento activo en todos los adolescentes, y son especialmente elevadas despus del inicio de la menstruacin en las chicas adolescentes. La IDR de hierro en las nias aumenta de 8mg/da antes de los 13 aos (o antes del inicio de la menstruacin) a 15mg/da despus de la primera menstruacin.En los varones adolescentes, las ingestas recomendadas aumentan de 8 a 11 mg/da, con niveles ms altos en la etapa de estirn puberal. Las necesidades de hierro se mantienen elevadas en la mujer despus de los 18 aos, pero en los varones vuelven a caer hasta niveles prepuberales una vez que se completan el desarrollo y el crecimiento.Las ingestas medias de hierro en adolescentes son inferiores a las deseables. Las necesidades ms altas de hierro, unidas a bajas ingestas de este mineral con la dieta, ponen a las mujeres adolescentes en situacin de riesgo de deficiencia de hierro y anemia. Se estima que el 9% de las adolescentes entre 12 y 15 aos y el 11-16% de las chicas de 16 a 19 aos tienen deficiencia de hierro y, de ellas, un 2-3% padecen anemia por deficiencia de hierro.

El rpido crecimiento puede reducir de forma temporal los niveles de hierro circulante, dando lugar a anemia fisiolgica del crecimiento.

CIDO FLICOLa IDR para el folato en adolescentes es de 300 mg/da para nios y nias entre 9 y 13 aos, incrementndose hasta 400mg/ da entre los 14 y los 18 aos (IOM, 2006). Las necesidades de folato aumentan hacia el final de la adolescencia para dar soporte a la acumulacin de masa corporal magra y para proporcionar la IA a las mujeres en edad frtil, como medida preventiva frente a posibles defectos del tubo neural. Las fuentes alimentarias de folato deben incluir verduras de hoja verde oscuro y ctricos, as como cereales enriquecidos.

VITAMINA D La vitamina D desempea un papel importante en el organismo, pues facilita la absorcin y el metabolismo del calcio y del fsforo, que tienen importantes implicaciones en el desarrollo seo en la adolescencia (IOM, 2010).La vitamina D se sintetiza por exposicin de la piel a la luz solar; sin embargo, muchos individuos viven en zonas geogrficas cuya latitud impide que el organismo sintetice vitamina D durante 6 o ms meses al ao (Ginde et al., 2009). Por otro lado, los individuos con piel de pigmentacin oscura tienen, en ocasiones, una capacidad limitada de produccin orgnica de vitamina D (McDowell et al., 2008). Actualmente, la CDR para la vitamina D en adolescentes es de 600UI/da (IOM 2010). Los datos de NHANES reunidos a lo largo de las ltimas dcadas establecen que los niveles de vitamina D 25 (OH) en suero han disminuido en los adolescentes a lo largo del tiempo (Ginde et al., 2009). Las reducciones fueron especialmente evidentes entre los participantes afroamericanos. Los descensos en los niveles sricos de vitamina D fueron mayores entre las mujeres que entre los varones. La reduccin del valor de vitamina D es un problema en las mujeres adolescentes debido a su baja ingesta de calcio y al elevado riesgo de posterior osteoporosis.Como pauta general, se han sugerido valores inferiores a 10 ng/ml para la deficiencia, considerndose suficientes 30 ng/ ml; sin embargo, dicha cuestin sigue siendo objeto de debate. Segn esta definicin, menos del 1% de los adolescentes blancos tendran una deficiencia de vitamina D, y el 39% de las mujeres y el 29% de los varones no contaran con niveles suficientes de vitamina D (Ginde et al., 2009). Las mujeres estadounidenses de origen mexicano presentan una incidencia de deficiencia de vitamina D del 2%, mientras que menos del 1% de los varones de su misma edad presentan deficiencia. Se estima que ms de la mitad (59%) de los varones adolescentes estadounidenses de origen mexicano y el 76% de las mujeres presentan insuficiencia de vitamina D. Los adolescentes afroamericanos parecen mostrar tasas ms altas de deficiencia e insuficiencia de vitamina D, probablemente debido a la pigmentacin de su piel, presentando deficiencia un 4% de los varones adolescentes afroamericanos y un 10% de las mujeres adolescentes afroamericanas; el 75% de los varones afroamericanos y el 92% de las mujeres afroamericanas presentan insuficiencia de vitamina D. As pues, una ingesta baja de vitamina D supone un riesgo potencial para la salud de los adolescentes y merece mayor atencin durante la valoracin, la educacin y la intervencin en materia de nutricin. La ingesta de vitamina D debe ser valorada en todos los adolescentes que viven en climas nrdicos y cuya exposicin a la luz solar es limitada, en los chicos y chicas que presentan intolerancia a la lactosa o alergia a la leche, en aquellos que muestran alguna discapacidad del desarrollo limitadora de las actividades al aire libre, y

USO DE SUPLEMENTOS EN LA ADOLESCENCIA El consumo de raciones moderadas de una amplia variedad de alimentos es preferible a los suplementos nutricionales como mtodo de obtencin de una adecuada ingesta de nutrientes. A pesar de esta recomendacin general, diversos estudios demuestran que los adolescentes no consumen alimentos ricos en nutrientes, y que, en general, no presentan ingestas adecuadas de numerosos minerales y vitaminas; as pues, los suplementos pueden ser, en muchos casos, beneficiosos.

CONDUCTAS Y HBITOS ALIMENTARIOS

Los hbitos alimentarios que se observan en los adolescentes con mayor frecuencia que en otros grupos de edad son las comidas irregulares, el consumo excesivo de tentempis o aperitivos basura, las comidas fuera de casa (especialmente en restaurantes de comida rpida), la realizacin de dietas y la mala costumbre de saltarse alguna comida. Son numerosos los factores que contribuyen a estas conductas, entre ellos la prdida de influencia de la familia, el aumento de la influencia de los iguales, la exposicin a los medios, el trabajo fuera de casa, la mayor capacidad de gasto y el aumento de responsabilidades, que deja a los adolescentes menos tiempo para comer en familia. La situacin socioeconmica, la frecuencia de las comidas familiares y la disponibilidad en casa de alimentos sanos se han asociado de un modo positivo a patrones de consumo de verduras, frutas y fculas (Cutler et al., 2011). La mayora de los adolescentes son conscientes de la importancia de la nutricin y saben cules son los componentes de una dieta sana; sin embargo, pueden encontrarse con muchas barreras para aplicar estos conocimientos. Los adolescentes perciben las preferencias sobre gustos, las agendas apretadas, la disponibilidad de diferentes alimentos en casa y en la escuela, y el apoyo social de la familia y los amigos como factores clave que afectan a los alimentos y a las bebidas por los que optan (Goh et al., 2009; Powers et al., 2010). Por ejemplo, los padres influyen de un modo positivo sobre la eleccin de alimentos y bebidas de los adolescentes cuando modelan hbitos alimentarios saludables, eligen alimentos sanos para las comidas familiares, animan a comer de un modo sano y establecen lmites al consumo de aperitivos poco saludables. Los amigos se influyen mutuamente al actuar como modelos y al compartir actividades, como comer fuera de casa en restaurantes de comida rpida y comprar tentempis poco saludables en tiendas cercanas al colegio.