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Nuevas perspectivas de investigación

en Historia Moderna: Economía, Sociedad, Política y Cultura en el Mundo

Hispánico

Mª Ángeles Pérez Samper y José Luis Betrán Moya

(eds.)

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ISBN: 978-84-949424-0-2

© Los autores

© De esta edición: Fundación Española de Historia Moderna, Madrid, 2018.

Editores: Mª Ángeles Pérez Samper y José Luis Betrán Moya.

Colaboradores: Alfonso Calderón Argelich y Francisco Fernández Izquierdo

Fotografía de cubierta: Vista de Barcelona, de Anton van den Wyngaerde (1535).

Créditos

DIRECTORES

María Ángeles Pérez Samper • José Luis Betrán Moya

SECRETARIOS

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Autónoma de Barcelona) • Máximo García Fernandez (Universidad de Valladolid) • Antonio Jiménez Estrella

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EVALUADORES

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Rioja) • Dr. José Luis Betrán Moya (Universidad Autónoma de Barcelona) • Dra. Mónica Bolufer Peruga

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Fernández (Universidad de Valladolid) • Dra. María Soledad Gómez Navarro (Universidad de Córdoba) • Dr.

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(Universidad de Zaragoza) • Dr. Miguel Fernando Gómez Vozmediano (Universidad Carlos III) • Dr. Juan

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Cordón Cortezo (Universidad Complutense de Madrid) • Dr. Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz

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Díaz (Universidad de Córdoba) • Dr. María José Pérez Álvarez (Universidad Autónoma de Madrid) • Dr.

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Barcelona) • Dr. Juan Postigo Vidal. (Universidad de Zaragoza) • Dra. Ofelia Rey Castelao (Universidad de

Santiago de Compostela) • Dr. Manuel Rivero Rodríguez (Universidad Autónoma de Madrid) • Dr. José

Javier Ruiz Ibáñez (Universidad de Murcia) • Dr. Porfirio Sanz Camañes (Universidad de Castilla - La

Mancha) • Dra. Margarita Torremocha Hernández (Universidad de Valladolid) • Dr. Xavier Torres i Sans

(Universidad de Girona) • Dra. Susana Truchuelo García (Universidad de Cantabria).

Asientos, redes clientelares y estructuración de la monarquía: Sanz de Cortes y las generalidades del reino

de Aragón entre 1668-1686

Asientos, clientelar networks and structuring of the monarchy: Sanz de Cortes and the generalities of the kingdom of Aragon between 1668-1686

José Abel Ajates Cónsul

Universidad de Zaragoza

RESUMEN:

En el presente trabajo estudiaré el papel de un asentista en el sosten de una institución clave del Reino de Aragón en el siglo XVII. Hablo del impuesto de generalidades de origen medieval. Si digo que lo sostiene es pues entiendo que su arriendo, y su interés, permite la erección del entramado de cobro. No obstante, apunto otra realidad, las redes clientelares y de relación que tal sostenimiento y gestión producen son una pista muy útil para comprender los mecanismos que cimentan estas sociedades y la administración de la monarquía.

PALABRAS CLAVE:

Asiento, arrendación, clientelas, lealtad, mediación.

ABSTRACT:

In this work I´ll study the rol of a contratist by the support of a basic institution of the Aragon Kingdom in the seventeen century. I speak about medieval original taxe called generalidades. If I said that the contratist support the institutions is because I think that his work, and his own interest, built the payment structure itself. However, I speak about another reality, because the clientelar and relationship structure who support and work the institutions were a so important clue to understand the base of this modern societies and monarchy administations.

KEYWORDS:

Asiento, arrendación, clientele, loyalty, mediation.

Esta comunicación quiere mostrar como las elites sociales y económicas podían crecer y

crear redes clientelares y de contacto al acceder y permanecer en la gestión de estructuras

fiscales provenientes de las instituciones de la monarquía y de los reinos. Es el caso que

muestro con la figura de Francisco Sanz de Cortes, infanzón zaragozano que ennoblecerá, y

que debe su riqueza e influencias a los asientos y arriendos con las instituciones. En el

periodo que va de los años sesenta del XVII hasta su muerte, Don Francisco arrendó

(además de la tesorería de la Santa Cruzada en Aragón y Navarra) el impuesto aduanero de

las generalidades de Aragón. Creado este a fines del XIV, era un impuesto que grababa la

entrada y salida de mercancías y que supervisaba la Diputación de Aragón. En principio, la

gestión del mismo siempre se daba en arriendo y, entre otras cosas, el arrendador debía

coordinar la estructura de tablajeros, oficiales del servicio, realizar las cuentas y pagar

En la actualidad profesor de enseñanza secundaria en el IES Goya de Zaragoza.

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sueldos de la Diputación a cargo del impuesto (Diputados, Justicia de Aragón etc.) además

de las pensiones de censales.

Este impuesto, del reino y controlado por la Diputación, hacía que el arrendador

entrase en contacto con los representantes del reino pero, al elegir y cesar tablajeros u otros

oficiales, le permitía la creación de una red de gratificaciones y contactos a lo largo de todo

el territorio. Así como al tomar contacto con las justicias locales, la forma de juzgar (más o

menos benévola) los pequeños delitos de las gentes etc. Más a fines del XVII, y como nos

muestra la documentación, la situación de guerra, así como otros intereses del arrendador,

ocasionaron que la gestión del impuesto trascendiera al reino. Veamos que niveles de la

administración se verían afectados.

En primer lugar, la participación de la Corte se da a través del Consejo de Aragón. Esto

es así pues, descansando el pago de servicios militares en los residuos de las generalidades,

y pagando este impuesto la estructura de la Diputación, es comprensible que la corte se

preocupara de que el arriendo de dicho impuesto funcionase. A segundo nivel, siempre

habrá vinculación de la Diputación con Don Francisco pues es ésta la que detenta el

derecho impositivo y en cuyo nombre se practica como representante del reino. Mas por

otra parte, quedará ver cómo Sanz de Cortes tendrá capacidad y ocasión de intervenir en la

elección de los tablajeros de las localidades o, de otro lado, cómo se relaciona con las

justicias locales o con los concejos e, incluso, cómo facilita (y se le solicitan), en relación a

otros grupos de poderosos, favores de paso. Esto es, cómo fija, administra e incluso

manipula, la estructura delegada para la percepción del mencionado pago y, como eso se

usa, tanto para hacer funcionar el pago como para beneficio de las personas de negocios.

Sobre las élites que gestionan la monarquía, una reflexión.

La administración de los extensos territorios de la monarquía contaba una gran variedad

de instituciones y, añadidas a éstas, cargas fiscales. Éstas, las cargas, como los asientos de

las primeras, eran gestionados por grupos de personas vinculadas al poder de diversas

maneras y que, en gran medida, lo ponían en práctica bajo fórmulas de arriendo. Mutatis

mutandis, la opinión de Thompson sobre la importancia de la conducta de los ministros de

la maquinaria militar para explicar, en buena parte, la consecución de los objetivos

perseguidos1, debe ser especialmente tenida en cuenta en este estudio. Máxime cuando se

relaten, en el siguiente punto, las conexiones que llevaron a Don Francisco Sanz de Cortes

a volver a arrendar las generalidades de Aragón. Y es que, en cierta forma, la gestión del

estado era un asunto de redes y clientelas, donde la familia2 y los lazos jugaron gran

importancia y, dentro de éstos, los intereses económicos y sociales de los grupos que

optaban a la conducción de asientos y otras cargas. Y por ello, y volviendo al autor

anglosajón, el empeño individual de cada oficial, debe ser destacado para entender las

diferencias de práctica y éxitos si además, en nuestro texto, se quiere valorar el

funcionamiento de la red en sí misma.

1THOMPSON, I. A,: Guerra y decadencia. Gobierno y administración en la España de los Austrias, 1560- 1620. Crítica, Barcelona, 1981 pp. 62 ss. 2 Para el siglo XVIII ha resaltado este papel entre los comerciantes navarros la siguiente autora: AZCONA

GUERRA, A. M:Comercio y Comerciantes en la Navarra del siglo XVIII. Gobierno de Navarra, 1996, pp. 233 ss. Así como IMÍZCOZ BEUNZA, J Mª y ARTOLA RENEDO, A. (coords.): Patronazgo y clientelismo en la monarquía hispánica (siglos XVI-XIX), Publicaciones Univ. País Vasco, 2016

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Y lo dicho es especialmente importante cuando, siguiendo de nuevo a aquel, debemos

observar, sobre el gobierno de la monarquía y sus estados, que éste se da, en buena parte,

por lealtad3. Bien es cierto que Thompson habla de la lealtad al monarca pero, si unimos a

ésta las jerarquías sociales, y entendemos las redes clientelares, o las redes de contacto,

como el engranaje de jerarquías y lealtades, podremos aproximarnos a comprender los

mecanismos que movían los entes de época austracista. Y es que además, hay que tener en

cuenta que la monarquía se intentaba ganar, granjear, a aquellos que podían serle útiles en el

ejercicio de su mando. Así, aunque procurase reprimir obstáculos de gobierno, en ciertos

momentos, dicha represión, era más bien una sutil captación. Y esos bandos leales al

monarca, por supuesto y al igual que en otros territorios, se dieron en Aragón como

recuerda el profesor Gómez Zorraquino4. Además, tales vinculaciones, podían acabar

ascendiendo jerárquicamente a través de quienes asociaban varios niveles, hasta llegar al

más elevado por lo que la administración de la monarquía. Pues a través del rango social y

múltiples vicios, se teje una tela de araña desde el amplio exterior hasta el focal y muy

importante centro de la misma.

Por supuesto, también en un ámbito local, la cadena de lealtades de ciertos hombres

dedicados a los servicios a las administraciones, ponían en funcionamiento las propias

instituciones y sus políticas. Por supuesto podrían condicionarlas en el sesgo de su

aplicación, su incompetencia, sus excesos y defectos y, sin duda, beneficiarse o beneficiar a

terceros o, cuanto menos, intentarlo. Bien es cierto que la lealtad no gira siempre en la

misma dirección y, por ello, debo hacer hincapié en como lo que en un periodo funciona

en una sentido puede matizarse en otro más adelante. Y es que, como nos recuerda

Moutoukias5: "Las redes de agentes descritas se nos presentan como un campo de relaciones de poder que

aseguraban la organización de los negocios. Dichas relaciones articulaban tanto la negociación, la

manipulación y el conflicto, como la cooperación, la reciprocidad y la solidaridad gracias a la lógica de la

mediación, el arbitraje político y la protección." Donde debemos descartar la variable entre

cooperación y conflicto. Sin olvidar decir que la lealtad, o la clientela, no solo ponían en

juego intereses del patrón más elevado, sino propios aunque, más o menos mediatizados o

condicionados.

Obviamente en mi texto podré diferenciar dos grandes niveles, grosso modo, el de los

que llevan el peso de la acción, por lo menos en el sentido en el que representan a las

instituciones o pretenden hacerse con el asiento, actividad, y otros que, en mayor medida,

reciben las instrucciones de éstos. Sin por ello pretender que se acepte como verdad, más

bien como introducción, esta dualidad tan estática. Por ejemplo, es bien sabido que, en el

plano local, existen poderes municipales que podían poner impedimentos pero, la

capacidad de tal, en muchas ocasiones dependería del tamaño del concejo o del poder del

bando enfrentado en cuestión. Donde, además, numerosos intereses podían servir de

moneda de cambio, de elemento de negociación.

3THOMPSON, I. A.: Guerra y decadencia..., pp. 55 ss. 4GÓMEZ ZORRAQUINO, J. I.: Patronazgo y clientelismo. Instituciones y ministros reales en el Aragón de los siglos XVI y XVII. Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza, 2016, en especial una reflexión sobre el funcionamiento de la monarquía, pp. 11 ss. 5 MOUTOUKIAS, Z.: "Familia patriarcal o redes sociales: balance de una imagen de la estratificación social" Anuario del Instituto de Estudios histórico sociales, nº 15, Buenos Aires, 2000, Págs 133-151, la cita en p. 151.

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Arrendando las generalidades del Reino, asiento y tablajeros.

La gestión de las generalidades del reino de Aragón, como es bien sabido, proviene de

su creación a finales de la edad media. En principio, este impuesto se daba en arriendo por

varios años, por lo general agrupados en trienios y, la persona a su cargo era el arrendador.

Recuerdese la disyuntiva que exponía Thompson entre administración y asiento como una

dualidad directo (funcionarios reales), indirecto (contratistas6). Si bien, y sin embargo para

nuestro caso, la documentación de la época del primer marqués de Villaverde mostraría

como no solo nos encontramos ante el arrendador, sino ante el administrador, con paga

asegurada de 1000 libras por año7. Hecho cuanto menos llamativo por cuanto uniría la

figura del asentista como contratista con la de un trabajador de la institución.

Además, una de las cuestiones destacables en el proceso que analizo, es el papel de la

corte en ese segundo tercio del siglo XVII. Esto es, como más allá de la labor de la

Diputación como representante del reino, la Corte, como poder central, vigila y media en

los pactos. Hecho que se manifiesta en la supervisión de la consecución de un arriendo

efectivo y satisfactorio y que se da, dentro de las redes clientelares que unen las

instituciones sitas en el centro de toma de decisiones de la monarquía con uno de los

territorios de la misma. Y redes que, además, unen directamente al propio arrendador con

la estructura de la Corte. Como se ve en misivas a personas del Consejo de Aragón, como

Don Luis Exea y Talayero8, en la época de su primer ennoblecimiento en el año 1668.

Personaje con el que estará en contacto en el futuro, como con alguno de sus familiares.

Hablo ahora de Don Joseph de Vallabriga y Descartín, quien había sido abogado ordinario

del reino en el año anterior, de 1674, y que se desplazaría a la corte con D. Luis Exea y

Talayero con el que está emparentado, en ese 1675 y ante el que mediará en favor de Don

Francisco:

“He visto el memorial que da D. Gerónimo de Luna a Su Magd pidiendole mande se aparte

V.S. De la presentación de la firma del hospital. Ya he prebenido al Sr D. Luis (Exea y

Talayero), y la materia se dispondrá bien9.”

O cuando Vallabriga le dice y promete al de Villaverde, ya a mediados de los setenta,

siendo entonces vicecanciller Don Melchor de Navarra y Rocafull:

“He leído su carta de Vs al Sr Don Luis y me ha dicho que ya tenía respondido a Vs y que

le dixese a Vs de su parte que esforzará la materia en Consejo como si fuera cosa suya y que

es una grande lastima que la expedición de la justicia baya con patas de buey. Yo prometo a

6THOMPSON, I. A.: Guerra y decadencia…, pp. 314 ss. 7 AHPZ Morata P 2522 nº 3, en el primer documento aquí agrupado bajo el nombre de Generalidades, ff. 2r y 3r correspondientes a libros de apuntes varios sobre las generalidades del reino del ya márqués para los años 1669 y 1670. 8 AHPZ Morata P 2585 correspondencia de 1668, donde, además, podemos citar, a modo de ejemplo, las cartes de los miembros del Concejo y Junta que le responden, en septiembre del mencionado año, a su agradecimiento por su papel en el reconocimiento final por la reina de su estado de nobleza. 9 AHPZ Morata P2599 carta de 2 de noviembre de 1675 de D Joseph Vallabriga y Descartín desde Madrid, a Don Francisco Sanz de Cortes.

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Vs pasado mañana de hablar al Sr Vicecanciller sobre la materia y decirle muy

indibidualmente lo que hacen padecer a Vs....10”

Volviendo a la arrendación en si, y en concreto a la de fines de los sesenta, bien se

puede decir que el vicecanciller, uno de los interlocutores que nos encontramos, lo era del

Consejo de Aragón y que este personaje, además de proveniente de los territorios de la

Corona, representa un organismo privativo del gobierno de dichos territorios. Mas sostiene

la observación desde los engranajes del propio rey y no tanto del reino. Aunque, por

supuesto, en este caso Crespi, mantiene contacto con alguna de las instituciones

aragonesas, en concreto el justiciazgo, lo cual es muy significativo pues, en este cargo y para

esta época, solía encontrarse un antiguo miembro del citado Consejo, de nuevo las redes,

en este caso las regias. En este año Don Miguel Marta11 y, a su muerte, lo será el que es uno

de los contactos mencionados de Don Francisco, D Luis Exea y Talayero. No obstante,

tanto por su centralidad como por la capacidad como Corte al otorgar mercedes, así como

por la mezcla de intereses que llevarían al asentista zaragozano a comunicarse con ella, los

motivos de su papel son múltiples.

“He receuido su carta de Vm de 11 deste enq me auisa hauerse alentado a dar por el

Arrendamto delas Gnalidades desse Reyno 71D 500 Libras qes el mismo precio del Ultimo,

por hauerle insinuado el sr Justicia q yo gustara dello, cuia atencion estimo mucho porqes

assi qyo escriui al sr Don Miguel Marta qse procurasse llegasse la postrera a esta cantd para

qel Reyno tuuiesse lo necessº...12”

El asiento al que hace referencia el fragmento anterior nos habla de la arrendación que

se inicia en 1668 (si nos fijamos en el contenido de la misiva ese enero se estaría

negociando). En ese momento Don Francisco trataba en la Corte, su ascenso a la nobleza,

efectivo desde agosto de 1668, aunque el título de Villavede es de 1670. Dicho

ennoblecimiento de 1668, se observa en la correspondencia como muy activamente

buscado por Don Francisco así como vigilado por él mismo y sus intermediarios. Y así, en

el mencionado año, uno de sus colaboradores habituales, Don Clemente Merino Romero,

informa y entra en contactos, para conocer la situación de la resolución de la concesión de

nobleza por parte del Consejo Supremo de Aragón13. No es de extrañar, por tanto, que tras

renunciar a la gestión en 1667, Gómez Zorraquino indica ese traspaso a Don Felipe Pomar,

10 AHPZ Morata P2599 carta de 14 de septiembre de 1675 de D Joseph Vallabriga y Descartín desde Madrid, a Don Francisco Sanz de Cortes. 11 Marta había sido miembro del Consejo de Aragón, como se ve por ejemplo en ACA CA Leg. 32, nº 308carta de 26 de abril de 1660 en la que Miguel Marta, del Consejo de S.Mg solicita que no pague su ropa en el paso a Castilla. Ese mismo año, en el que gozaba según otro documento del cargo de regente, es nombrado Justicia y pide el uso del título de Don para si y los suyos, ACA CA Leg. 32, nº 254, carta de Miguel Marta de 17 de septiembre de 1660. Sobre el Cursus honorum de los oficiales aragoneses, JARQUE, ENCARNA y SALAS, JOSÉ ANTONIO: “El cursus honorum de los letrados aragoneses en los siglos XVI y XVII.” en Studia Historica nº 6, Salamanca 1988. Pp. 411-422. 12 AHPZ Morata P2585, carta de 15 de diciembre de 1668, Sr Vicecanciller (D. Cristobal Crespi de Valldaura), desde Madrid, a Don Francisco Sanz de Cortes. 13 AHPZ Morata P 2585 correspondencia, carta de 8 de agosto de 1668 desde Madrid de Don Clemente Merino Romero a Don Francisco Sanz de Cortes, en ella: “Todavía el Sr Dn Juan de Heredia segunme Dijo ayer mi cuñado no â despachado el voto del consejo sobrelanobleza. Digo la consulta y dos dias antes que aya de yr amanos de la Reyna, se me avisara. Y yo estoi con este Cuidado para prevenir a estos señore y se que se hagan todas las diligencias que conduzcan al buen suceso.”

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señor de Salillas14, por problemas derivados de las fronteras y la guerra con Francia, haga

un esfuerzo por volver a ella15.

Y si en la arrendación, por el papel jugado por las gentes del Consejo, había en liza

diferentes negocios, en la misma se puede afirmar como estaban implicados otros

personajes. Para empezar, Don Francisco trabaja en algún grado de diferencia difícil de

establecer con Jaime Luzán, señor de Castillazuelo y vecino de Monzón16. Esto queda más

claro cuando son ambos los que realizan una segunda cesión del arriendo. En este caso a

Gerónimo Torrero y Embún en 167117. Por otra parte, hay una serie de fiadores, de

garantes del pago, se conservan los del año 1667, cuando la arrendación se había cedido a

Pomar, y que son: Felipe Pomar, Miguel Iñiguez, Joseph Gracian18, Blas Navarro,

Bartholome Cubero19, Francisco Igal, Juan Antonio Ezquerra y Francisco Espinosa20. Estos

garantizan con sus haciendas y sus bienes, poniéndolos a disposición de los diputados, el

sistema de las generalidades del reino21.

Pero además, el arriendo (como se observa en la documentación de la administración)

implicaba el pago de la estructura del impuesto, de los salarios y costes de las tablas. Esto

es, asegura los emolumentos y rentas de toda una complicada maquinaria de clientelas y

rangos sociales. Muchos de ellos, reflejados en los pagos de los libros negros de quentas.

Entre estas destacan, por ejemplo, las 700 libras que cobraban cada uno de los diputados,

que montan pues, un total de 5600 al ser ocho el número de diputados, dos por brazo22, las

2000 libras anuales del Justicia de Aragón, y las 900 de cada uno de sus cinco

14GÓMEZ ZORRAQUINO, J. I.:Zaragoza y el capital comercial. La burguesía mercantil en el Aragón de la segunda mitad del siglo XVII. Zaragoza, 1987, p. 100. 15En la rescission que pende del arrendamiento de las generalidades del reino ante el ilustrísimo consistorio de los Señores Diputados por Don Francisco Sanz de Cortes, Cavallero Noble de Aragón, y Tesorero General de la Cruzada. Donde se comienza a hablar del trienio que comienza a correr en 1665y donde se habla de 1667 como un año que comenzó de manera positiva para el cobro aunque se complicó pues, como se dice en el documento: “Desde dicho dia 20. de Enero, fue mantenido en pacifica possession, y pagô el precio del Arrendamiento Don Francisco, hasta que se alterô el libre comercio en los Puertos de los Reynos de Francia, por el mes de Mayo del año passado de 1667.” p. 2. Esto es, podemos fechar este documento en 1668. 16 De Luzán, además de aparecer en las cartas del fondo de Morata como uno de las personas que se cartea con el marqués, conocemos que intentaba otros negocios, así, según Emilio Benedicto y José Antonio Mateos, solicitó la explotación de una mina en Sagarillo en asociación al inglés Enrique Burgton. BENEDICTO

GIMENO, E. Y MATEOS ROYO, J. A.: La minería aragonesa en la cordillera ibérica durante los siglos XVI y XVII. Evolución económica, control político y conflicto social. Centro de Estudios del Jiloca, Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza, 2013. P. 169, nota 390. 17 AHPZ Morata P 2510/10 Capitulación de arrendaciones con Gerónimo Torrero y Embún, 1671. 18 Cabría la posibilidad de que fuera Joseph Gracían Serrano y Manero, apuntador de las generalidades del reino de Aragón, como se puede ver en ADZ RAC Ms 528, año 1667, f119r. 19 Fue uno de los más activos miembros de los negocios de Sanz de Cortes. Por ejemplo, en 1665, este infanzón domiciliado en Zaragoza era uno de los procuradores de Don Francisco en Madrid cuando se firmó la compra de los estados de Morata con la condesa titular, y un Josef Cubero, escribano de S.Mg en la Lugartenencia del reino, uno de los testigos, como se puede ver en AHPZ Morata P 2467 nº18 Copia de la venta del estado de Morata cuyo original fue testificado en Madrid a 16 de mayo de 1665 por Miguel Gerónimo de Bal, escribano de cámara de S.Mg, f 5r y v. 20 ADZ RAC Ms 528, año 1667, f195v. 21 ADZ RAC Ms 528, año 1667, fianzas insertas entre los Ff195v y 196r. 22 Si tenemos en cuenta que, en los siglo XV y XVI, como se puede comprobar en los libros de cuentas de las generalidades, los diputados cobraban 1500 sueldos jaqueses cada uno por cada año en ejercicio (unas 75 libras), el aumento del salario a fines del XVII habría sido de algo más del 800% con respecto a inicios del XVI. Así, para 1468 ADZ Libro Negro, Ms 055, cuentas del año 1468, Ff 10-11r y, para 1513 ADZ Libro Negro, Ms 106, cuentas del año 1513, Ff. 6-7r, también es curioso que, en éste, sólo aparecen siete diputados que cobran.

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lugartenientes, con un total pues de 4500, o las algo más de 3097 del Gobernador del

reino23.

Aunque no solo éstos y, así, en la documentación que obra en poder del arrendador se

observa como, aparte del precio de arriendo, existe el precio de los salarios de las

sobrecogidas (curiosamente no aparecidos en los libros negros de la diputación) y otros

gastos que, obviamente, computan como gasto total24, final. Entre esos gastos, terminado el

trienio que comienza en 1669 y acaba a principio de 1672, nos encontramos con partidas

muy llamativas como podrían ser las siguientes: 1000 libras extras para el marqués de

Villaverde, por el desembolso de 2500 que hizo a favor de Felipe Pomar, otro de los que

optaban a las arrendación, para que no hiciese oposición, así mismo, 500 libras para el

regalo de la persona que medió con el anterior y, por otra parte, 1500 libras a diferentes

personas, aunque tachado indicaba diputados y a otros, por el arrendamiento y, en el vuelto

del folio, la anotación de 450 libras para los regalos de navidades a las personas,

acostumbradas25.

Por otra parte, y obviamente, detentar el arriendo daba posibilidades inmediatas de

clientela dentro de las gentes del mismo reino, como demuestran las cartas de petición de

aquellas personas que desean ocupar, o mantener, una de las tablas.

“Tengo entendido que Vmd ha quedado nuebamente por Arrendador de los Generales, y

assi mismo que quiere mudar alos que ocupan las tablas, y en particular a los que

corresponden mal.” “Asi mismo he savido que Moss- juan Navarro quiere dexar la tabla …

estimare que en casso que se aya de llegar a semejante estedo me tenga Vd en su memoria

honrrandome con la tabla deste lugar que sera honrrandome nuebamente..26”

O esta otra en una línea muy parecida:

“A sido grande el gozo que he tenido en que Vmd aya vuelto a arrendarlas generalidades de

este reyno por enplearme en cosas del servicio de vmd que el mayor timbre mio es el de ser

criado de vmd 27.”

Incluso cuando la entrega de los libros para hacer cargo de una tabla se produzca muy

avanzado el año. Así ocurre en la tabla de Benasque en septiembre de 1669. Jaime Rio

escribe a Sanz de Corte para agradecerle la merced que le hace al darle la tabla y le dice se

encargará del buen funcionamiento y progreso de la misma28. O en aquellos casos en los

que, a pesar de la información negativa recibida previamente, el arrendador mantiene al

encargado de la tabla. Sucede de esta manera en Graus, por lo que el responsable de la

actividad en esta villa agradece en la correspondiente misiva a Don Francisco su

23 ADZ Libro Negro, Ms 563, cuentas del año 1680; ADZ Libro Negro, Ms 599, cuentas del año 1691. 24 También en AHPZ Morata P 2522 nº 3 en el primer documento aquí agrupado bajo el nombre de Generalidades, ff 2r, 3r y 4r correspondientes a libros de apuntes varios sobre las generalidades del reino del ya márqués para los años 1669 , 1670 y 1671. 25 AHPZ Morata P 2522 nº 3 en el primer documento aquí agrupado bajo el nombre de Generalidades, f 5r/V. 26 AHPZ Morata P2587carta de 18 de enero de 1669, desde Sarrión, de Gabriel Sánchez del Castellar a Don Francisco Sanz de Cortes. 27 AHPZ Morata P2587carta de 24 de enero de 1669, desde La Fresneda, de Miguel Gracían Don Francisco Sanz de Cortes. 28 AHPZMorata P2588carta de 28 de septiembre de 1669, desde Benasque, de Jacinto Rio a Don Francisco Sanz de Cortes.

Asientos, redes clientelares y estructuración de la monarquía: Sanz de Cortes y las generalidades del reino de Aragón entre 1668-1686

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mantenimiento en el puesto29. Incluso dentro de los territorios que había adquirido en

Morata, nos encontramos con la importancia de estos desempeños como forma de hacer

merced y, merced en relación, cuando un tercero, agradece el hecho de que se de el puesto

a alguien concreto. Así, a 18 de enero de 1669, fray Jacinto Balori, capellán de Gotor, se

felicita y agradece, la cesión de la mencionada tabla en favor de Miguel Aznar30.

Mas no obstante, no acababan aquí todos los quehaceres pues, aunque la tabla tuviera

su persona al frente, el tablajero, era necesaria la presencia de guardias. Por motivos que no

puedo juzgar convenientemente, no todas las áreas contaban con éstos, o con el número

suficiente. Así lo advierte la tabla de El Real, en la zona entre Sos y Undues, cuando su

responsable aprovecha un aviso de frau para advertir que se hallan ante la escasez de

guardas: “...un ombre que asista en esta frontera doi a vmd este abiso como estamos tres tablajeros sin

guarda31.” De estas fechas destaca de la misma zona la carta de Esteban Salbo. También la

hace llegar Francisco Martínez, como la anterior, a Don Francisco Sanz de Cortes

ratificando las dificultades de actuar sin guarda en esa área32. De hecho, ambas expresan la

cogida de varios fraudes con una anterioridad muy notable a la fecha de redacción de las

líneas que se le hacen llegar al arrendador.

Aunque no se detienen aquí los problemas manifestados a Don Francisco. Hay un caso

excepcional en Tiermas (en la misma zona de Undues) por lo que refleja de las

infraestructuras en las que se produce el trabajo de la tabla, además de por tratarse de un

despoblado. En esta ocasión, el tablajero, Miguel López de Ruesta, pone por escrito que en

la tabla el estado de la casa es inadecuado33. No tiene cerradura, no tiene ventanas en la

parte de afuera, dando a entender que no están montadas en los huecos, y que, también, el

interior es inhabitable. Si el puesto se abandona, por las condiciones indicadas y por estar

en un lugar sin habitantes, será difícil tener noticias de los “fraus”, como apunta López de

Ruesta. Otra de las curiosidades de la misiva es que también hace entrega de la misma

Francisco Martínez y que la fecha coincide con las mismas de la zona. Por lo visto,

Francisco Martínez, es uno de los guardas de Don Francisco y, tal vez por sus continuos

movimientos, y por su conocimiento de andar por los caminos, es el enviado, casi como

prueba, de la veracidad de las palabras y peticiones de los que las anteriores escriben. Sobre

todo en lo referente a la falta de guardas. Así, se dice de Martínez en relación a su trabajo y

a estos asuntos:

29 AHPZ Morata P2587carta de 6 de enero de 1669, desde Graus, de Juan Francisco Mayor a Don Francisco Sanz de Cortes, en ella se dice: “El señor Don Joseph Esmir, y otros amigos, me han hecho notiçioso, como vm, havia de Liverado que la administraçión de La tabla de esta villa, no corriéra por mi quenta, por algunas siniestras informaçiones que vm, havia tenido de mi, y que sin embargo se havia dignado continuase, en el empleo de ella, deque hago estimaçion y apreçio deuido, y doy a vm, repetidas gracias por este favor...” 30 AHPZ Morata P 2587, carta de 18 de enero de 1669 de fray Jacinto Balori desde Gotor, a Don Francisco Sanz de Cortes. 31AHPZ Morata P2588 carta de 14 de septiembre de 1669, desde El Real, de Joseph Navasques a Don Francisco Sanz de Cortes. 32 AHPZ Morata P2588 carta de 13 de septiembre de 1669, desde Undues, de Esteban Salbo a Don Francisco Sanz de Cortes. 33 AHPZMorata P2588 carta de 13 de septiembre de 1669, desde Tiermas, de Miguel López de Ruesta a Don Francisco Sanz de Cortes.

José Abel Ajates Cónsul

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“... y q anda desde vete y cinco de março asta oi por caminos y sendas ocultas de q le sirbe

de mucho util por no aber otro que trebaje en toda esta tiera tan de beras..34”

Aunque en ocasiones, las faltas, forzar la ley, u obviarla a su favor, no solo era cosa de

las personas que querían engañar a los arrendadores. También de éstos a las instituciones

del reino, por un motivo común y conocido, el aumento de la ganancia:

“... del Cano (camino??) de la Espelunga lo conseguiremos sin duda ninguna con que por

esta parte sera seguro el pasaje; pero tememonos lo embaraçen los jurado desta villa porque

en la occassion q se publico la veda del Açeyte tubieron carta del Sr Virrey haçiendosela sa

ver y mandandoles embargassen el que llegase a pasar, el Jurado mayor es perssona de mi

obligación este ara quanto yo quiera, pero de los dema no me aseguro por ser gente prove

en todo..35.”

Así, la necesidad por aumentar la ganancia, y por lo tanto por agilizar el negocio,

incluso cuando ciertos intercambios pudieran estar prohibidos, o no ser realizables en las

condiciones señaladas, no era impedimento para estos hombres que, al final, lo que

buscaban era una ganancia personal y no tanto un servicio público como pudiéramos

definir hoy en día. Aunque también, el uso de las generalidades como una manera de hacer

favores al agilizar el paso de productos a ciertas personas:

“El Sr marques de Tarazena que darà esta â Vs pasa à Napoles y lleva consigo la poca plata

que à menester para su servicio quien va tan a la ligera, y estimare mucho q Vs disponga

todo el buen pasage q merece este cavallero, no solo por su persona, sino por sobrino de

mi Sra la marquessa de los Velez a quien yo tengo particular obligazión y deseeo de

servir..36.”

Si bien es cierto que, dicho negocio, se veía perturbado también por los fraudes, en

muchas ocasiones, causa de las propias necesidades de la población.

“Pedro Gallipienzo vezino de Novillas entro el lunes próximo passado una yegua con un

potro del Reyno de Nabarra y sin manifestarla la vendió a Ju Franco Michela de Mallen con

pretexto que si la yegua no tenia sino ocho años37.”

Así se abría una disyuntiva que oscilaba entre la coherción y la piedad y que, en gran

medida, otorgaba poder al arrendador y a sus representantes pues podían mostrarse

solícitos o inflexible. De hecho, en un ejemplo en Escatrón, nos encontramos como

Domingo Abadía, solicita instrucciones pues, habiendo decomisado una jumenta a un

hombre de Peñalba, con tres arrobas de arroz, indica que éste es pobre, y la jumenta no

vale nada, y tal vez, “...vm tenia gusto de perdonarle por q es hombre pobre yo de mi parte no quiero

nada...38” Por ello, puedo plantear como en el periodo existió a ciertos niveles la misma

disposición que la corte para con algunas élites. Se trataría pues de, más que una tajante

34 AHPZ Morata P2588 carta de 13 de septiembre de 1669, desde Tiermas, de Miguel López de Ruesta... 35 AHPZ Morata P2587carta de 7 de abril de 1669, desde Canfranc, de Pedro de Lurbe a Don Francisco Sanz de Cortes. 36 AHPZ Morata P2599 carta de 10 de octubre de 1675 de D Melchor de Navarra y Rocafull, virrey de Aragón, desde Madrid, a Don Francisco Sanz de Cortes. 37 AHPZ Morata P2587carta de 8 de octubre de 1669, desde Tauste, de Juan Antonio de Arteaga y Ortíz a Don Francisco Sanz de Cortes. 38 AHPZ Morata P2587 carta de 22 de febrero de 1669, desde Escatron, de Domingo Abadía a Don Francisco Sanz de Cortes.

Asientos, redes clientelares y estructuración de la monarquía: Sanz de Cortes y las generalidades del reino de Aragón entre 1668-1686

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presión, una sutil captación de voluntades que pasaba por las políticas mediadoras más que

represoras. Con matices, por cuanto también tenemos, en las administraciones de Sanz de

Cortes, como se le permitió abrir tabla en cualquier localidad del reino. Tal autorización

implicaba el no ser molestado por las justicias locales con la argumentación de que, en dicha

localidad, nunca se había habido tabla de cobro con anterioridad. Tal recaería a favor del

marqués de Villaverde a inicio de los ochenta39.

A modo de conclusión.

Por lo que he podido reconstruir en las líneas anteriores, la gestión de una institución

financiera en época preindustrial, en este caso, en el seiscientos aragonés, supone estar al

frente de una amplia red de contactos y, en ocasiones, clientelas. Evidentemente, las redes

clientelares, de información y contacto, también son importantes para el momento en que

la gestión de cualquier clase de asiento, y en este caso tenemos el cierre de un arriendo, es

negociado. Máxime cuando nos encontramos en una complicada época de guerras en las

que, como uno más, el reino de Aragón se veía inmerso, dentro de la realidad de la Europa

occidental del momento.

Espero que, ante todo, en el presente esbozo haya quedado clara la diferenciada

jerarquía de niveles que la gestión de la tasa aduanera pone en juego, así como las diferentes

realidades sociales afectadas y, por ende, el poder que, en su ejercicio podía pasar por mano

de un arrendador como Sanz de Cortes. Así, se observan desde las presiones de la corte y

su mediación con ella, donde otros intereses tiene en juego, a las decisiones sobre el paso

de cabañas de ganado, fraudes, concesión de tablas a determinados individuos o, incluso, el

permiso o la mediación para que no se cobren pasajes a determinados miembros de las

élites.

Ante todo es importante observar como la propia institución sirve para tejer redes de

intercambio de favores y que, éstos, pueden ser la pieza clave de funcionamiento de los

territorios y, en última instancia, de la monarquía. Por ello insistía en que, si Don Francisco

vuelve a arrendar las generalidades en 1668, tal vez sea por los favores que busca de la corte

que unen su deseo de ennoblecimiento para asegurar, de otra parte, su compra del condado

de Morata. Como eso está perfectamente observdo por la Corte, a través del Consejo de

Aragón, cuyo vicecanciller se escribía con el futuro Villaverde y, de otro lado, con el

Justicia, oficial producto de los ascensos en el cursus de la monarquía (patronazgo regio),

para asegurar el avance de la negociación. Estos intereses, y otros, se unen a las necesidades

de sacar adelante una institución que paga en parte desde Aragón los auxilios al rey en las

guerras de Cataluña y, además, se sirve de los intereses de todo tipo de élites y estratos

sociales locales, que desean su parte del pastel del negocio y que vendrán engarzados por la

acción de Don Francisco.

39 AHPZ Morata P 2333/4 Iurisfirma para que D. Francisco Sanz de Cortes, como administrador de las generalidades del reino, no sea perturbado por las justicias de los pueblos. Véase también AJATES CÓNSUL, J. A.: “El concejo aragonés, sus gentes, y la gestión de los conflictos bélicos durante las guerras del siglo XVII” en JARQUE MARTÍNEZ, E.: El concejo en la Edad Moderna: poder y gestión de un mundo en pequeño. Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2016, pp 257-286.