Novela de la rev. mex.

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ESCUELA NORMAL SUPERIOR DEL SUR DE TAMAULIPAS ING.JOSE ALEJANDRO SALINAS ORTA

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ESCUELA NORMAL SUPERIOR DEL SUR DE TAMAULIPAS

ING.JOSE ALEJANDRO SALINAS ORTA

En los albores del siglo XX la novela en México era un género aún joven, insípido, y es en esos momentos cuando los acontecimientos políticos convulsionaron la vida del país en prácticamente todas sus esferas sociales y culturales. El estallido y posterior desarrollo de la Revolución Mexicana fueron retratados de manera constante durante los años de las luchas, influyendo decisivamente en la forma que se tenía de hacer literatura hasta entonces: surgió la Novela de la Revolución. Su fama se prolongó durante varios años, al grado de que durante el sexenio del presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940), se emprendió una campaña que promovía la idealización del movimiento revolucionario a través de novelas que narraran peripecias o capítulos importantes en la historia del país; sin embargo, los resultados, aunque muchos de ellos sumamente populares en su momento, tuvieron una escasa, y a veces incluso paupérrima, calidad literaria.

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A propósito de esto último, y según apuntes de Morton F. Brand, cuando analiza las características de la Novela de la Revolución, encuentra que su interés reside más en la función social de las narraciones (como estudio histórico o antropológico), que en su valor literario; es decir, las halla desprovistas de una intención estética, sin los conflictos que devienen en la evolución de los personajes. Son reflexiones de lenguaje popular, o bien, cuentos largos carentes de un desarrollo ideológico.

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José Luís Martínez agrega que tienen la característica de las memorias más que de las novelas, y las asemeja incluso a las Crónicas de la Conquista gracias a sus rasgos episódicos, siempre tras los pasos de algún caudillo o en donde el protagonista es el propio pueblo. Debería ser llamada “Narrativa”, exhorta, “más que Novela de la Revolución”.Sin embargo, Mariano Azuela con Los de abajo (de las únicas Novelas de la Revolución que consigue salir airosa entre la generalidad), logra una concepción verdaderamente novelística de los personajes al no detenerse en las anécdotas históricas: existe una crisis en el protagonista que es resultante de la crisis general, la cual termina sacudiéndolo de la inercia de los hechos. Ahora, según los aspectos de la novela histórica que señala Lukacs, Los de abajo encajaría más con esa categorización que con los rasgos dichos en los párrafos anteriores con respecto a la Novela de la Revolución:

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Sin embargo, Mariano Azuela con Los de abajo (de las únicas Novelas de la Revolución que consigue salir airosa entre la generalidad), logra una concepción verdaderamente novelística de los personajes al no detenerse en las anécdotas históricas: existe una crisis en el protagonista que es resultante de la crisis general, la cual termina sacudiéndolo de la inercia de los hechos. Ahora, según los aspectos de la novela histórica que señala Lukacs, Los de abajo encajaría más con esa categorización que con los rasgos dichos en los párrafos anteriores con respecto a la Novela de la Revolución:Es un "héroe" mediocre o de mediana inteligencia (no toma personajes históricos para crear una Historia novelada). Es típicamente nacional. Tiene una personalidad concluida. Es surgido de la época, pero no gran representante de ella. Pertenece a un mundo dividido en clases sociales.

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Este ciclo de la narrativa mexicana, iniciado por Mariano Azuela, es uno de los hechos mas importantes de la literatura hispanoamericana del siglo XX. La fuerza de la Revolución Mexicana -que trastocó las estructuras políticas, económicas y sociales del Porfiriato para crear un nuevo orden- llevó a los escritores a utilizarla como tema central de sus novelas. El surgimiento de esta narrativa renovó y dio renombre a la literatura mexicana

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La Revolución Mexicana Cuando Francisco I. Madero desafía al régimen de Porfirio Díaz lo hace por motivos políticos: desea el fin de un periodo dictatorial y antidemocrático. La lucha será breve, luego de unos cuantos meses el maderismo se impone y alcanza la presidencia mediante el voto popular.En el tiempo que Madero ejerce la presidencia la Revolución, en estado latente, va tomando un impulso que resultará irrefrenable. Los caudillos que han surgido de las mismas entrañas del pueblo, y que apoyaron la iniciativa maderista, no ceden en sus demandas de mejoras sociales y económicas. Mientras tanto, la contrarrevolución, los que apoyan el antiguo orden, también va tomando fuerza.

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Según Max Aub, el efecto inmediato de la Revolución en los medios intelectuales fue escindir en dos la narrativa mexicana. Por un lado, los integrantes del Ateneo de la Juventud -excepto Martín Luis Guzmán y José Vasconcelos-ignoraron el movimiento y trataron de darle a la literatura mexicana un enfoque de universalidad.Por otro lado, surgió un grupo de escritores interesados en la problemática nacional que, incluso, llegaron a tener participación activa en el movimiento y que comenzarían a publicar relatos con la temática revolucionaria como protagonista.

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Características de la novela de la RevoluciónEl ciclo de la novela de la Revolución inicia con Andrés Pérez, maderista (1911) de Mariano Azuela y se prolonga -aunque no hay un acuerdo en su duración- hasta la publicación de La muerte de Artemio Cruz (1962) de Carlos Fuentes. En este trayecto de más de cinco décadas se pasó de las simples descripciones de los hechos hasta el análisis del movimiento. Empero, la característica principal es el pesimismo o el desencanto por la actitud de los revolucionarios, en especial cuando llegan al poder.

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Aunque la mayoría de las veces el relato es lineal, se introducen técnicas del periodismo, como la crónica o el reportaje, para mostrar objetividad. Muchas veces los relatos son testimonios de quienes los escribieron.Los diálogos -agudos, breves- denotan la rapidez con la que suceden los hechos. La Revolución se narra desde la posición del pueblo, por lo que se toma el modo de hablar de la gente, legitimando así el habla nacional.

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Mariano Azuela y Los de abajoLa novela emblemática de la narrativa de la Revolución es Los de abajo, obra que ocupa un lugar prominente en la literatura hispanoamericana. Publicada en 1915, en El Paso, Texas, obtuvo el reconocimiento en México hasta la década siguiente.La obra se ocupa de un grupo de hombres que entran a la lucha revolucionaria, algunos lo hacen para sacar provecho de ella y otros no saben ni por qué pelean. En la novela la acción es violenta, las escenas se suceden una tras otra, el escritor narra febrilmente, con frases nerviosas y diálogos cortos lo que es la realidad de la Revolución. En la novela -como en el mismo movimiento- todo surge, cambia y se derrumba al instante.

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Mariano Azuela, fue un doctor que simpatizaba con Madero. Con la caída del maderismo Azuela se incorporó, como médico militar, en el ejército de Francisco Villa. Cuando Venustiano Carranza derrotó a las fuerzas villistas Azuela se refugió en El Paso, en donde comenzó a publicar Los de abajo en forma de folletín.Después de Los de Abajo Azuela escribió otras novelas de la misma temática, su éxito empujó a otros escritores a utilizar el tema revolucionario para sus historias, de esta forma se constituyó la narrativa de la Revolución Mexicana.

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HISTORIA Y COMPROMISO EN LA NOVELA DE LAREVOLUCIÓN MEJICANAEl movimiento revolucionario acaecido en el Méjico de 1910 y años sucesivos constituyófecunda fuente de inspiración para un nutrido grupo de novelistas que, habiendovivido aquellos acontecimientos o sus posteriores repercusiones, plasmadas en profundastransformaciones en la vida del país, inspiran sus creaciones literarias en los hechosde armas o en avatares sociopolíticós de aquella etapa histórica, ofreciéndonos su particularvisión de los mismos y, por lo general, abarcando todo el complejo cuadro que larevolución significó: vida de los soldados en campaña, eco de los aconteceres bélicos enla población "pacífica", costumbres y modas, actitudes y formas de expresión, tipos característicosde tal momento y circunstancias...Todo un mundo completo, abigarrado y a vecespintoresco, que permite inscribir a las narraciones literarias que originó en la corrientecostumbrista-realista, un tanto a la zaga de su modelo europeo

Al conjunto de esas narraciones se le conoce por "novela de la revolución mejicana",que cuenta en su seno con un elevado número de producciones - supera las trescientas-,sin que el ciclo pueda darse, a nuestro juicio, por agotado (1), puesto que, de modo similara lo que viene ocurriendo con el de nuestra última guerra civil, aún ofrece ese temanacional mejicano posibilidades inéditas para el ingenio de los escritores contemporáneos.Por tanto, entendemos por novela de la revolución, no sólo la que versa sobre losaconteceres de la etapa bélica y la que analiza los problemas nacionales derivados deella sino que incluimos en la serie algunas creaciones que plantean determinados aspectosde la situación socioeconómica del país en el momento en que la contienda estalla.

Al intentar una caracterización generalizadora de esta novela, surge la inevitablenecesidad de detenernos en aquellos rasgos que se hacen patentes con mayor o menor insistencia.Quizá uno de los más destacados sea su fondo histórico, observable en tantas narracionesque, no sin razón, se le incluye entré" las que han dado en llamarse "constantes"de esa narrativa mejicana. De ahí que no sean excepcionales las opiniones que insisten enla íntima unión entre novela y crónica, y entre aquélla y autobiografía como notas sobresalientes.Con todo, creemos oportuno perfilar el concepto de historicidad, en cuanto atributoaplicable a la novela de la revolución. Si por novela histórfea entendemos la que49

pn.zte.nde. ne.pn.eAe.ntaA. con mayon. o menon. fildeLldad el ambiente., lai coitumbn.eA y canacte.'n.e¿ de. ana. ¿poca pn.e£ínlta; que. pon. lo Qe.nzn.al mezcla a la acción fingida loi AuceAoiklAtSnlcoi h.eale&, en pnoponclón muy vanla; y que. pon. lo tanto, loé peMonajeJs de. Acciónentnan en xeíaclón con loi kl&tónlcoí [4], podemos afirmar rotundamente que la novelade la revolución mejicana entra de lleno en el género de la novela histórica.Efectivamente, a base de esas narraciones, casi sería factible reconstruir a grandestrazos la historia de la revolución. En realidad, pueden ser la clave que nos facilitela comprensión de la época, de suerte que cabría denominar a algunas "historias noveladas"en vez de novelas históricas.

pn.zte.nde. ne.pn.eAe.ntaA. con mayon. o menon. fildeLldad el ambiente., lai coitumbn.eA y canacte.'n.e¿ de. ana. ¿poca pn.e£ínlta; que. pon. lo Qe.nzn.al mezcla a la acción fingida loi AuceAoiklAtSnlcoi h.eale&, en pnoponclón muy vanla; y que. pon. lo tanto, loé peMonajeJs de. Acciónentnan en xeíaclón con loi kl&tónlcoí [4], podemos afirmar rotundamente que la novelade la revolución mejicana entra de lleno en el género de la novela histórica.Efectivamente, a base de esas narraciones, casi sería factible reconstruir a grandestrazos la historia de la revolución. En realidad, pueden ser la clave que nos facilitela comprensión de la época, de suerte que cabría denominar a algunas "historias noveladas"en vez de novelas históricas

Los argumentos no sólo se basan en un hecho real y contemporáneo, como es la revolución,sino que buen número de sus novelas - por de pronto todas las de la primera épocadescribenepisodios históricos, que unas veces serán batallas, otras saqueos, tal vez cambiospolíticos o, en fin, simples anécdotas.Los personajes todos están extraídos de la época y responden tanto a individuos reales- con sus nombres propios o cambiados-, como a determinados tipos surgidos por efectode la conmoción revolucionaria.Sus autores - especialmente los novelista de la primera época- no tuvieron la necesidadde recurrir a la fantasía, ni siquiera a archivos, libros de historia o lectura deperiódicos. Narran generalmente lo que han vivido y, todo lo más, lo que han oído contarde primeras fuentes, de testigos presenciales

Innumerables son los testimonios en favor de nuestra aserción. Azuela, en su obramaestra LOA de abajo, refiere las luchas y vicisitudes de la partida revolucionaria de JuliánMedina, guerrillero y general villista, que en la novela aparece tras el nombre deDemetrio Macías. Y el mismo autor, médico de las fuerzas de dicho general, declara que alser sorprendido por una partida carrancista al ampano de. un covachón ablento en peña viva,tomaba apunten pana la escena {¡Inal de la novela.De las vicisitudes de la convención de Aguascalientes, del gobierno provisional deEulalio Gutiérez y de otros hechos de menor relieve del bienio 1913^1915, se nos da detalladay elocuente relación en El águila y la & expíente, obra que - procedente de la novela-reportaje- es al mismo tiempo un documento histórico, una novela y una autobiografía.El propio Guzmán lo reconoce cuando dice que quiso dar de la revolución et n.etnato de. iuihombn.e¿ y la plntuna de. ¿>UA eicznat,, uKdldot loi unoi con ¿tu otnai y tsiamado todo medianteun pn.oce.dlmle.nto tal, que., dando unidad al conjunto y libelándolo de. ¿en. kl&tonla., blogna^ía o novela, le comunique, la. natunalíza de loi txe¿> gínen.o&, consiguiendo así el nosencillo resultado de desbordar el rígido encasillamiento de los géneros literarios

La bien construida y sugestiva novela La iombna del. caudillo constituye una sátiradel gobierno dictatorial de Calles, Aunque los nombres de los personajes son ficticios,no puede negársele el carácter de novela histórica por ser un fiel retrato - caricaturizado,según algún crítico- de los gobernantes de las instituciones y de la misma sociedadpolítica de su tiempo.¿Y qué diremos de ULLt>e¿ cUolZof El largo periodo de la historia de Méjico que abarca,no ha tenido mejor expositor. Vasconcelos no es propiamente un novelista - nunca quisoserlo- ya que tuvo su atención solicitada preferentemente por otras disciplinas. Noobstante su autobiografía es realmente magnífica: tiene todos los atractivos y excelenciasde la mejor novela, a la vez que un gran contenido ideológico e histórico, una conmovedorasinceridad y unas opiniones tajantes e inesperadas.Cantucho y LOA manoi, do. mamá dan de 19s hechos revolucionarios una interpretaciónempapada de ternura infantil femenina, aunque el carácter de novela de estos relatos sevea sometido a discusión, Caso contrario es La Ke.van.cha de Vera, cuyo argumento es purainvención, si bien salpicado de constantes alusiones históricas.

En Vtibandada pinta Romero, casi retrata, un hecho vergonzoso, aunque no por ellomenos histórico y reoetido: el saqueo de un pueblo a mano de las hordas de un bandolero,disfrazado con el honroso título de revolucionario.- En Apunte* cíe un lugaAnfío no encontramosningún hecho sobresaliente: se limita a describir un asunto de historia menuda, larepercusión que tuvo en un pueblo la revolución.

l¿exna., de López Fuentes, posee también ese poso histórico del que no puede desasirse ningúnnovelista de la época: narra la vida del campesino de Morelos, su entusiasmo por larevolución, la traición de Huerta, el levantamiento de Zapata y su vil asesinato, el trimifo de la revolución y la distribución de tierras con la consiguiente alegría de los campesinos.Todo ello enmarcado cronológicamente. Responde, en consecuencia, a su subtítuloLa Ke.wlu.cJ6n OQKOHJO. en. Uíx¿co.Aunque ignorada por algunas historias literarias Tnopa v¿e.ja, de Urquizo, posee unaespecial significación por cuanto ofrece una visión de los hechos desde el punto de vistadel ejército federal. De ella se afirma que está babada z&tJvLctam&nte. en la hÁÁtonJa

Cuando los hechos, por su carácter increíble, parecen más que históricos, novelescos,el autor tiene buen cuidado de señalar su veracidad. Este es el caso de Vámonoi conPancho V¿Ua, en donde Muñoz se inventa un grupo de héroes, protagonistas de acontecimientos reales vividos por hombres de la División del Norte. Aparecen a menudo lugares y fechas,dando así más calidad dramática y realismo a la acción, si bien quizá su valor históricomás importante estribe en las semblanzas de los personajes que intervinieron enla Revolución.En la crónica-novela México ¿mun.Qe.nte., el periodista yanki Reed narra desde los mi_smos campos de batalla ¿a Odthea. cíe un ULUte angloiajSn, peAcUdo en un dulzntomeAtÁzoen donde. Loé i¿n.ena¿ cíe la m¿i,exJjx, la. c6lexa, <¿l iu{¡A¿m¿ento, la. cAueJLdad, el ¿dual, la.h.ebel¿6n y la anUAtad cantan pon. lat, vocu ant,¿o¿aA cíe un pueblo entexamente. dexticado alpKocoMo de. i,u pKopla ge¿tacJ6n (6)

Los relámpagos de agosto de Jorge IbargüengoitiaMaría VargasSe puede empezar diciendo que la novela Los relámpagos de agosto de JorgeIbarguengoitia, ganadora del Premio Casa de las Américas 1964 es una extraordinariacaracterización de algunos episodios de la Revolución Mexicana, trazada con plumazossimples y directos pero geniales, elevando la caricatura a un rango superior hastaconvertirla en humorismo auténtico.Esta obra de tipo biográfico narra, dentro de los límites de un universo estéticoneobarroco, la autobiografía apócrifa del falso general, José Guadalupe Arroyo, narradorpersonajeconstruido en el laboratorio de la imaginación de Ibarguengoitiaquien, a lamanera del Dr. Frankenstein, lo concibió y creó combinando como parches, el nombre dela Virgen de Guadalupe, el de San José (nombre también del artista José GuadalupePosada), el apellido del escritor de los t

Literatura mexicanaArtículo principal: Literatura de México[editar] Del período postrevolucionario a Carlos FuentesHacia los años treinta del siglo XX, la novela de la revolución mexicana se halla en su auge. El primero en iniciar esta corriente narrativa había sido Mariano Azuela (1873 - 1952) con una novela internacionalmente conocida y que constituye uno de los hitos de la literatura latinoamericana del siglo XX: Los de abajo (1915). Por medio de un crudo realismo, Azuela presentaba en esta novela una antítesis entre dos personajes, Demetrio Macías y Luis Cervantes, como representación de los ideales populares de la revolución, que mueren, al igual que el protagonista, y del pragmatismo oportunista que termina por adueñarse de la situación, tergiversando los propios fines revolucionarios.El impacto de Los de abajo sólo puede ser comprendido si se atiende al hecho de que crea toda una modalidad narrativa, que perdurará hasta mediados del siglo XX. Una relación esquemática de la novelística de la Revolución mexicana debería incluir las siguientes obras: El águila y la serpiente (1928) y La sombra del caudillo (1929) de Martín Luis Guzmán; Apuntes de un lugareño (1932) y Desbandada (1934) de José Rubén Romero (1890 - 1952); ¡Vámonos con Pancho Villa! (1931) y Se llevaron el cañón para Buchimba (1934) de Rafael F. Muñoz; El resplandor (1937) de Mauricio Magdaleno y finalmente, la pentalogía Memorias de Pancho Villa, que redacta Martín Luis Guzmán entre 1938 y 1951.

ResumenDebido a la cercanía del primer centenario de la Revolución mexicana esinevitable mirar atrás y recapitular; los análisis retrospectivos soninsoslayables, aquellos que abarcan las expresiones artísticas que sehan producido en torno a la Revolución, y los que ponderan los ideales,las conquistas y las secuelas de uno de los grandes movimientossociales del siglo XX. La narrativa reflejó los cambios experimentados enla sociedad mexicana durante el siglo pasado: la vida campiranasucumbió paulatinamente mientras se propagaban nuevas costumbres,el entorno urbano y la modernización se consolidaron como nuevosparadigmas; y en la expresión literaria se desplegó en una gama deperspectivas, voces y estilos, entre los cuales aparece la parodia, estiloque desarrolló Jorge Ibargüengoitia.

En el primer capítulo, De la epopeya a la parodia, se presentabrevemente el desarrollo de la novela de la Revolución mexicana ensiglo XX, se identifican el periodo y las tendencias literarias quepredominaban cuando se publicó la novela Los relámpagos de agosto, yse incluye una semblanza de Jorge Ibargüengoitia. En el capítulo dos, Elámbito revolucionario, se identifican las características de la novela de laRevolución mexicana que se encontraron en Los relámpagos de agosto,se ubica el contexto histórico en el que se desarrolla esta novela y sepresenta una síntesis. El tercer capítulo, La ironía como artificio,contiene el análisis de Los relámpagos de agosto de Jorge

Ibargüengoitia, en el que se identifican las características de la parodiay la ironía en fragmentos seleccionados de la novela; también seejemplifican las formas, matices y funciones de la ironía, y los actantesque en ella intervienen. Los resultados del análisis se presentan en lasconclusiones del ensayo bajo el título Más allá del texto.Palabras clave: Jorge Ibargüengoitia, ironía, parodia, novela de laRevolución mexicana.

IntroducciónPara sustentar el afán retrospectivo, se realizó una revisión bibliográficapara determinar las características de la novela de la Revoluciónmexicana y las principales tendencias literarias desde entonces. Sinembargo, los autores consultados mencionan brevemente la obra deJorge Ibargüengoitia: en México en su novela, J. S. Brushwood le dedicaapenas diez líneas a la obra Maten al león de Jorge Ibargüengoitia paraindicar que el ambiente de la novela es ficticio pero que la situaciónpolítica es reconocible porque es una representación apegada a larealidad latinoamericana; en Hacia la novela total: Fernando del Paso deInés Sáenz, Jorge Ibargüengoitia sólo es mencionado en una cita textualde Von Ziegler, en la que establece que la Revolución mexicana es untema inagotable.Debido a la escasa consideración

Debido a la escasa consideración de Jorge Ibargüengoitia en las obrasconsultadas se decidió analizar su obra; por la cercanía del centenariode la Revolución mexicana se eligió la novela Los relámpagos de agosto.El propósito de este ensayo es examinar Los relámpagos de agosto deJorge Ibargüengoitia para identificar la intervención de la ironía en estanovela y ponderar sus efectos en esta versión paródica de un tema quesuele abordarse con solemnidad. Una de las dificultades en lainvestigación de la ironía fue la escasa bibliografía, el único textodisponible fue el Diccionario de Retórica y Poética de Helena Beristáin;no obstante, se obtuvo suficiente información en Internet, donde selocalizaron estudios recientes de la ironía aplicados al análisis dediversas obras literarias. Los conceptos de la ironía que surgieron de

esta investigación son más recientes que la novela de Ibargüengoitia,por lo que se espera que este ensayo contribuya al estudio de ironía,como la figura del pensamiento que logra proyectar los avatares deldestino y que establece una complicidad con el lector.

Capítulo 1: De la epopeya a la parodia1.1. Panorama del contexto literario en el siglo XXEl rango de la influencia que ha ejercido la Revolución mexicana en laliteratura es un parámetro muy esquivo; sólo puede determinarse conprecisión el inicio del ciclo de la novela de la Revolución mexicanaporque aún no declina su vigencia como tema ó escenario, como estilo ótécnica. Al respecto, en 1972 Seymour Mentoncuestionaba el final de laRevolución mexicana y establecía que todas las novelas escritas enMéxico desde 1910 merecían ser consideradas como novelas de laRevolución,

en virtud de que el partido revolucionario instauró unrégimen que conservó el poder político del país durante todo el siglo XXe influyó en todos los aspectos de la vida nacional (Menton, 37).Uno de los estudios retrospectivos más esclarecedores es el que realizaInés Sáenz en Hacia la novela total: Fernando del Paso. En el capítuloFernando del Paso en el contexto de la novela mexicana del siglo XX, laautora establece que la Revolución mexicana impregnó la temática de laliteratura decimonona, que por eso, es más realista referirse a la novelade la Revolución mexicana como un proceso creativo en constantetransformación que no puede circunscribirse a periodos cronológicos

Sinlas restricciones del género ni las limitaciones del tiempo, la Revoluciónmexicana es un tema maleable e inclusivo que aún acepta muchasperspectivas y provoca visiones diferentes; Inés Sáenz cita al críticoJorge Von Ziegler cuando establece que el tema de la Revolución es unasunto inagotable y que "no se puede decir que exista una novela de laRevolución como corriente literaria, sino novelistas para los cuales eltema es la única identidad posible en este vasto y desorganizado mundo

En ese inmenso espectro de posibilidades que conjugan y amalgaman laficción y la realidad se desarrolló la narrativa mexicana en el siglo XX;este proceso de transformación se inicia con la Revolución mexicanaporque con ella cambia la percepción de la historia y surge la diversidadcreativa (Sáenz, 22). Por eso, cuando Inés Sáenz analiza el contextoliterario en el siglo XX, inicia identificando las características de lasnovelas escritas durante la Revolución mexicana: el realismo testimonialde los relatos y la fusión entre el sentido crítico y la creación que impidela idealización de los personajes y del movimiento revolucionario(Sáenz,

Las vertientes por las que fluye el análisis de Inés Sáenz son los autoresJuan Rulfo, Carlos Fuentes, Luis Spota, Elena Poniatowska, José Agustíny Gustavo Sáinz. El transcurso del tiempo coincide con el trayecto de suanálisis, lo que hace posible identificar los rasgos que caracterizaron laobra de esos autores y relacionarlos con el contexto al quepertenecieron: la narrativa poética de Juan Rulfo se desplaza entremitos, símbolos y el desencanto de la Revolución en el yermocampirano; la visión urbana es el crisol de épocas y razas donde CarlosFuentes retrató a la nueva burguesía capitalina

Luis Spota describe eldevenir del poder en el entorno político donde la vanagloria y elegocentrismo consolidaron el culto a la personalidad; con ElenaPoniatowska se ausentaron los formalismos y proliferó el lenguajecoloquial de los marginados como protagonistas de la lucharevolucionaria; el escepticismo de José Agustín corresponde a un cambiode actitud en la manera de mirar al mundo, proyecta la vida cotidianade los adolescentes y expresa su rebeldía; Gustavo Sáinz retó a losconvencionalismos al describir la vida de los jóvenes en los perímetrosurbanos de lo prohibido (Sáenz, 30-62).

1.2. Semblanza de Jorge Ibargüengoitia3Jorge Ibargüengoitia nació en 1928 en la ciudad de Guanajuato. Cuandose graduó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad NacionalAutónoma de México se incorporó al plantel docente; fue un literato conalto sentido crítico y su obra abarca novelas, cuentos, obras de teatro,artículos periodísticos y relatos infantiles. Fue becario del CentroMexicano de Escritores, de las fundaciones Rockefeller, Fairfield yGuggenheim. Obtuvo el Premio Casa de las Américas en 1964 por sunovela Los relámpagos de agosto, que se publicó en 1965, y el PremioInternacional de N

el PremioInternacional de Novela México en 1974 por Estas ruinas que ves. Elhumor en sus obras surgía de un sarcasmo fino y salvaje. Tambiénescribió Maten al león (1969), y sus novelas Las muertas (1977), Doscrímenes (1979) y Los pasos de López (1982) conforman la novelísticadel ―Plan de Abajo‖, porque se desarrollan en una región ficticia muyparecida a Guanajuato. El escritor decidió vivir en París con su esposa,la

la pintora inglesa Joy Laville quien ilustró las portadas de todos los librosque publicó en Joaquín Mortiz; en la capital francesa se dedicó a trabajarintensamente en la que sería su séptima novela, situada en la época deMaximiliano y Carlota. Por eso, cuando llegó la invitación para unencuentro de escritores en Bogotá, se mostró reacio a asistir. De últimahora decidió hacerlo y abordó el fatídico avión que se estrellaría enMadrid, el 28 de noviembre de 1983.