Novaro y Palermo

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Tesis. Novaro y Palermo. Aclaración, cuando se numera sin otra referencia, se remite a la página del texto. Novaro y Palermo. La dictadura militar. 1. La contundencia de los apoyos con los que se encumbra el nuevo régimen, más compacto y consensuado en relación al viejo régimen militar. 2. Los partidos serían considerados aliados no del todo confiables aliados por la cúpula golpista. Los planes refundacionales y regenerativos no precisaban de hecho dichos apoyos. 3. Doble ruptura. Vínculo entre el extrañamiento planteado por las cúpulas militares frente a la sociedad, y el consenso reactivo hacia el golpe que predominaba en ésta frente a la situación de desgobierno. Doble ruptura que da cuenta del proceso de despolitización que sufrió la sociedad argentina a mediados de los 70. 4. Si bien en su aspiración fundacional este proyecto encontraba una afinidad con la revolución argentina. pero dos datos lo diferenciaban, la radicalidad del diagnóstico y de la terapia regenerativa, con la capacidad de conformar un poder autónomo. Un descreimiento por parte de la sociedad de su capacidad para autogobernarse, que se plasmaría en los posteriores discursos gubernamentales. 5. Desde mediados de 1975, a través de la librecambista APEGE –asamblea permanente de entidades gremiales empresarias-, se trabajaba en la ofensiva golpista. En febrero ya habían gestado un lock-out. 6. La cúpula militar se sabía en el poder en un futuro cercano, pero mientras mayor fuera la acumulación de frustraciones de los actores, mayor sería su capital político a la hora de asumir. Pág. 32, Alsogaray, da cuenta de esta estrategia en el BAH. Diagnóstico y planes de la cruzada restauradora. 1. Se irá imponiendo un consenso interno, que repudiaba el populismo político y las formas de organización de la economía que se entendían como su base de sustentación: el proteccionismo industrialista y el estatismo. La Argentina populista tenía por sectores dos pilares que debían ser redefinidos, (i) una clase obrera indisciplinada, (ii) empresariado industrial ineficiente. Era la primera vez que militares y conservadores librecambistas coincidían en el diagnóstico y la terapia. Refundación del ethos de la sociedad, restablecer una concepción economicista, individualista y atomista de la ciudadanía y la vida social, la primacía de lo jerárquico sobre los solidario.

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Tesis. Novaro y Palermo. Aclaración, cuando se numera sin otra referencia, se remite a la página del texto.Novaro y Palermo. La dictadura militar.

1. La contundencia de los apoyos con los que se encumbra el nuevo régimen, más compacto y consensuado en relación al viejo régimen militar.

2. Los partidos serían considerados aliados no del todo confiables aliados por la cúpula golpista. Los planes refundacionales y regenerativos no precisaban de hecho dichos apoyos.

3. Doble ruptura. Vínculo entre el extrañamiento planteado por las cúpulas militares frente a la sociedad, y el consenso reactivo hacia el golpe que predominaba en ésta frente a la situación de desgobierno. Doble ruptura que da cuenta del proceso de despolitización que sufrió la sociedad argentina a mediados de los 70.

4. Si bien en su aspiración fundacional este proyecto encontraba una afinidad con la revolución argentina. pero dos datos lo diferenciaban, la radicalidad del diagnóstico y de la terapia regenerativa, con la capacidad de conformar un poder autónomo. Un descreimiento por parte de la sociedad de su capacidad para autogobernarse, que se plasmaría en los posteriores discursos gubernamentales.

5. Desde mediados de 1975, a través de la librecambista APEGE –asamblea permanente de entidades gremiales empresarias-, se trabajaba en la ofensiva golpista. En febrero ya habían gestado un lock-out.

6. La cúpula militar se sabía en el poder en un futuro cercano, pero mientras mayor fuera la acumulación de frustraciones de los actores, mayor sería su capital político a la hora de asumir. Pág. 32, Alsogaray, da cuenta de esta estrategia en el BAH.

Diagnóstico y planes de la cruzada restauradora.

1. Se irá imponiendo un consenso interno, que repudiaba el populismo político y las formas de organización de la economía que se entendían como su base de sustentación: el proteccionismo industrialista y el estatismo. La Argentina populista tenía por sectores dos pilares que debían ser redefinidos, (i) una clase obrera indisciplinada, (ii) empresariado industrial ineficiente. Era la primera vez que militares y conservadores librecambistas coincidían en el diagnóstico y la terapia. Refundación del ethos de la sociedad, restablecer una concepción economicista, individualista y atomista de la ciudadanía y la vida social, la primacía de lo jerárquico sobre los solidario.

2. Martinez de Hoz, perteneciente al “establishment” librecambista minoritario. Había pasado por la experiencia del secretario de Agricultura, luego como ministro de economía durante el gobierno de Guido. Había extraído sus conclusiones, los militares no le habían dado vía libre para poner en práctica a fondo sus planes, pero también le había permitido aprehender las enormes posibilidades que brindaba el ejercicio de la función pública.

3. Una lectura de la gestión de Vasena, económicamente exitosa pero políticamente inviable, alentó dentro de las clases altas a apoyar una experiencia más liberal y autoritaria.

4. Martinez de Hoz, a diferencia de la importantísima experiencia chilena, tenía posiciones más heterodoxas. Pero la situación heredada era también disímil. Conjugar la lucha contra la inflación y la limitación del papel del estado con la limitación al máximo de los costos sociales de las reformas y con el sostén público de proyectos de inversión en áreas consideradas estratégicas.

5. Un programa económico como un compuesto mixto de recetas neoliberales, conservadoras y desarrollistas, que apuntaba hacia la redefinición de los actores a través de una fórmula compuesta por el disciplinamiento de los mercados y la intervención selectiva del estado.

6. El equipo económico y el establishment empresario, no alcanzarían una densidad social y coalicional como los grupos análogos de los países limítrofes. Siempre bajo la amenaza y restricciones impuestas desde el frente interno militar.

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Tesis. Novaro y Palermo. Aclaración, cuando se numera sin otra referencia, se remite a la página del texto.7. Hacia 1975, los contactos entre militares y empresarios eran muy fluidos.8. Las invocaciones constitucionalistas de Videla -45- contrastaban con el espíritu de cruzada de la cúpula

militar. Distanciándose de la sociedad, se buscaba desactivar la disidencia interna que atravesaba la corporación, por debajo de la unanimidad refundacional.

9. Las condiciones de asunción del poder aparentan un “monolitismo institucional”. Pero se postergaban las relaciones entre los distintos órganos de poder, entre el presidente y la junta de comandantes. Las diferencias entre las fuerzas se trasladarían desde la junta a todas las áreas de gestión del gobierno. La distribución tripartita de los cargos públicos. Con la presidencia a cargo del ejército, y dos carteras fundamentales (economía y educación), asignadas a civiles.

10. La severidad del diagnóstico demandaba un gobierno alternativo al cívico militar (i) –Aramburu, Guido-, (ii) y a uno puesto en manos de un “primus inter pares” con tendencia creciente a separarse del castro. Debía ejercerse en conjunto por las fuerzas armadas. Era una respuesta institucional a una crisis institucional -50 Clarín, 26 de mayo de 1970-. Las carencias de Videla en esta coyuntura se presentaban como virtudes: sin lazos con el mundo político, un profesionalista prescindente como oposición perfecta del híper-politicismo en la armada.

11. Las tensiones entre las tres armas pronto afloran. Y el estado se parte en tres. Una de las manifestaciones de dicha tripartición lo constituye el conflicto entre Liendo –ministro de trabajo-, hombre de Viola, y Martinez de Hoz, quien impulsaba reformas radicales laborales con apoyo de Videla. La Ley de Contratos de Trabajo de 1976 no logra avanzar en aspectos estructurales proyectados.

12. Otro de los aspectos del diseño institucional que alimentaba el estancamiento decisorio era la ausencia de pautas mediante las cuales se ejercería el poder supremo de la Junta.

13. Videla no era un hombre político, prefería más bien delegar hombres de confianza en puestos claves de la economía y dejarles-hacer.

14. En los meses previos al golpe, se elige al nuevo ministro de economía no por una visión común en relación al largo plazo. El primer año de gestión fue para el ministro uno de acumulación de afinidades. Tiene resultados importantes, aunque limitados. Conquista de un núcleo reducido, Videla, ministro del interior –Harguindeguy-, simpatías del gobernador de la provincia de buenos aires –Saint Jean-.

15. Economía fue un tema que se discute desde el inicio del proceso, a diferencia de otras cuestiones clausuradas autoritariamente. Massera y los generales desarrollistas pronto critican.

16. El plan económico se transformó en un plan político. Es cierto en el sentido de que las políticas económicas estaban destinadas mas a reformas estructurales que a mejorar los indicadores económicos. De cualquier manera, no es pertinente homologar política económica de Martinez de Hoz con la política económica del proceso, pues los militares intervienen intensamente.

17. El manejo de factor tiempo como un elemento fundamental, que el equipo económico manejó con un alto margen de incertidumbre.

18. La política económica, presionada por las internas palaciegas, fue un proceso gradual en el que abundaron cambios de rumbo, aun cuando los objetivos de largo plazo no variaron.

19. 1976 fue un año de elaboración de la política, y de manejo de una herencia pesada. Ya de entrada no se le había dado al equipo económico la cartera laboral, por lo que las reformas en éste área, fueron demasiado moderadas. Ley de contratos de trabajo.

20. Martinez de Hoz recluta colaboradores variopintos, alimentando las internas al interior de la cartera. Página 30, club Azcuénaga.

21. El ministro, con una apertura tibia de la economía y la represión salarial, apostaba su confianza a la responsabilidad colectiva de las clases propietarias.

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Tesis. Novaro y Palermo. Aclaración, cuando se numera sin otra referencia, se remite a la página del texto.22. 3 de Junio, lanzamiento de la reforma financiera.23. La mala imagen del gobierno militar por la violación sistemática de los derechos humanos era relativamente

bien compensada por el reconocimiento y promesas que generaba las gestión de Martinez de Hoz. 24. El ministro, antes el traspaso de mandos hacia Viola – y la mayor presión de los hombres de armas por

resultados macroeconómicos y modificación de las partidas presupuestarias-, reacciona encapsulando a su equipo.

25. Entonces, el período de renovado afán fundacional que se abre en 1978 y se cierra en 1980, esta signado por una ambiciosa amplitud de miras del proceso y los más estériles conflictos intestinos, por la frustración de organizar el consenso político y social.

26. A medida que las dificultades salían a la luz, las expectativas se depositaban en el programa económico. 27. Se vuelve a creer en el “tiempo económico” de Onganía, que debía ser administrado sin ningún tipo de

presiones político-sectoriales. La política económica enfrentaba compromisos duros, pues la implementación de la reforma financiera –perjudicando a sectores empresarios corporativamente fuertes-, comprometía el futuro manejo del “tiempo político”, mientras era apoyado por un sector financiero no lo suficientemente fuerte. Además, el monetarismo debía convivir con pleno empleo y aumento del gasto público –gastos en infra-.

28. No menos perjudicial fue la falta de correspondencia, entre los clivajes en torno a las distintas alternativas de salida política y las preferencias en el terreno económico. De cualquier manera, la idea de los duros de postergar la apertura política era afín a una política que demandaba dos lustros. Por otro lado, el presidente precisaba abrir el diálogo para incorporar sectores “sanos” y acelerar la descomposición de las organizaciones tradicionales.

29. En tanto, Massera se lanza a ganar el apoyo de sectores gremiales, y no tarda en chocar con Viola. Este último, por medio de Liendo y Cúneo intentaba lo mismo. Sus ambiciones lo llevan a confrontar con economía, por sus políticas salariales y laborales. Aeronaútica, más afín al ministro, discrepaba en el sentido que defendía una previa superación de la recesión, antes del redimensionamiento estatal (2 y 6 marzo, Clarín, 1977 -196- ).

30. La principal ambición de Videla es apuntar hacia una convergencia cívico militar cuya premisa sea la institucionalización de las fuerzas armadas en el futuro régimen político.

31. Bases para la intervención de las fuerzas armadas en el proceso nacional, (Diaz Bessone) proyecto nacional. 32. De cualquier forma, los duros, si mantenían un sólido marco de ideas integrista y antidemocrático, no

podían esbozar un plan coherente. Si había tendencias de confluencia con sectores “duros” del empresariado nacional, como CARBAP y ADEBA. Muchos generales duros participaban en directorios de grandes empresas y bancos (Olivera Róvere y Suarez Mason –Celulosa-, etc.). Tampoco consiguen orientar al estado hacia una ofensiva de destrucción integral del sindicalismo. Temeroso de la potencial incubación de la izquierda en la tierra arrasada del sindicalismo, el gobierno se niega de entregar la cartera laboral al ministro de economía.

33. Liendo trabaja laboriosamente en el ministerio de trabajo en pos de un proceso de integración gradual del sindicalismo a partir de la “reafiliación”. Economía identificaba a Trabajo como un factor de presión contrario a sus objetivos, y los elementos intransigentes del régimen son incapaces de asumir cualquier iniciativa autónoma por parte del polo gremial. LLamil Reston reemplaza a Liendo y el intento aperturista se clausura. Si el gobierno se había granjeado un éxito inicial al cooptar un segmento significativo de liderazgo sindical, es incapaz de procesar cualquier tipo de oposición emergente ya desde estos nóveles pasos en pos de la corporativización del gremialismo.

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Tesis. Novaro y Palermo. Aclaración, cuando se numera sin otra referencia, se remite a la página del texto.34. Mediados de 1977, en medio de la creciente preocupación de los militares por la inflación, que economía

comienza a poner en marcha las políticas de real envergadura. El sistema financiero era uno de los núcleos duros del desarrollismo que había que desmontar (i) mercado clausurado a los capitales del exterior, (ii) operaba con tasas reales negativas, (iii) crédito racionado y prioridades determinadas por el gobierno.

35. Como se plantea la reforma ilustra la interacción entre los objetivos de cambio estructural a largo plazo y el esfuerzo antiinflacionario a corto plazo, las tensiones entre el equipo económico y las fuerzas armadas, y las vías utilizadas para aplacarlas. En un juego de presiones que sería el patrón constante del proceso, los hombres de negocios plantean reclamos a jefes militares mas permeables al equipo económico. Se dispone de una comisión para redactar la ley, en la que estaban representados el sector privado y el oficial. La comisión se pronuncia posteriormente un informe en el que se manifestaba a favor de establecer una garantía estatal a los depósitos. En efecto, una garantía del Banco Central a los depósitos, acompañado la liberalización del sistema bancario conllevaba, el peligro de un desmedido riesgo moral, en el marco del cual los agentes financieros se sentirían incentivados a competir no en términos de seguridad ofrecida, sino de las tasas de interés. Los militares, corporativamente temerosos de la desnacionalización bancaria, apoyan esta medida.

36. Pero Videla y el ministro de economía sabían de los potenciales efectos nocivos de dicha medida, aunque lo ven como una solución de compromiso para que el proyecto fuera aprobado por la CAL. Tampoco se ignoraba los efectos sobre el impacto inflacionario de acometer la liberalización financiera en condiciones que alentarían una suba de las tasas de interés. Para evitar el financiamiento por vías de la emisión monetaria tampoco ayuda a combatir la inflación.

37. No era que los efectos no deseados no fueran importantes, el ministro no deja de intentar correcciones en las nuevas reglas para morigerar los efectos. Por ejemplo la batalla para reducir la garantía estatal. Para Juan Alemann, el principal error fue liberar la tasa de interés, incompatible con una garantía que cubría el 100% de los depósitos.

38. La insistencia de los militares por bajar los niveles de inflación, sin cooperar en ningún aspecto por facilitar dicha baja. Ello, sumado a la reforma financiera, termina por forjar una ecuación política básica de la gestión del ministro: El abandono de un avance gradualista pero “integral”. También se irán abandonando los supuestos de cooperación empresaria. Se llega una una doble implementación agresiva: reforma financiera con contracción monetaria.

39. La política contractiva, se aplica hasta abril de 1978, se deja pronto de lado. La tasa de interés había subido y el producto industrial cayó un 25%. Pero durante el segundo semestre de 1977, más allá de los efectos contractivos, el PBI había crecido un 6,4 %. Las fuerzas armadas eran permeables a las quejas de los hombres de negocios, que pronto resienten la recesión producto del abandono de dicho esquema. Martinez de Hoz pierde control sobre el mecanismo monetario, y la economía entra en una fase recesiva, pero el ministro permanece en su puesto. El porqué: (i) contactos internacionales, (ii) apoyo de Videla. Pero el componente principal es el apoyo de los duros, a quienes (i) no les importaba, y que (ii). El ministro dispone de recursos externos para satisfacer las demandas de modernización de los duros. El propio frente militar estaba fragmentado, atenuando las diversas presiones que se ejercían sobre Videla para poner coto a su ministro -228-.

40. Concluida la política contractiva, la inflación persistirá: 176%, PBI cae 3,2%, suba ligera del salario real, incremento del déficit fiscal, 3,7 a 4,9.

41. Pero aún las propuestas acotadas a favor de un mayor control o limitar la arbitrariedad con las que los funcionarios del proceso se desenvolvían al frente de las empresas sufrieron una efectiva guerra de desgaste. El sucedáneo de un plan privatizador de envergadura, fueron las privatizaciones periféricas, con un efecto

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Tesis. Novaro y Palermo. Aclaración, cuando se numera sin otra referencia, se remite a la página del texto.pequeño sobre el déficit público, sino que profundizan la captura rentística, el endeudamiento de las empresas del estado y la prosperidad de unos grupos privados.

42. Todo ello constituye el contexto de formulación de la reorientación político-económica que tiene lugar a fines de 1978. El fin de la política de contracción monetaria había dejado al equipo sin una alternativa definida. 1978, como un año de revisión de los diagnósticos dentro del propio equipo, revisión que culminaría en diciembre, con dos decisiones cruciales (i) establecer un tipo de cambio pautado futuro, (ii) profundizar la apertura comercial.

43. Mientras tanto, para Massera la guerra antisubversiva había finalizado, por lo que la gestión de Videla carecía de sentido. La aeronáutica, dentro de la habitual prescindencia política, es afín a esta línea. El estilo del presidente, en la búsqueda de consensos internos, alentaba a las facciones militares en pugna. Al ceder a las presiones de la Junta y los generales para la integración del gabinete y la designación de los gobernadores, el presidente se coloca en una posición de debilidad.

44. Del otro lado estaba Viola, consciente de las resistencias que suscitaba entre los duros. Debía alentar a Videla a avanzar todo lo posible para diluir el poder de sus adversarios en el ejército, pero no tanto para que se le cerrara el camino para sus propios planes de convergencia, que podría llevar a cabo recién en 1981 –retiro de Videla-. La debilidad del presidente se refuerza con la profundización de la política económica de su ministro estrella, distanciando a grupos empresarios –CARBAP, CRA,etc-. Perriaux, para economía, redactaba sobre la necesidad de ganar tiempo.

45. Viola busca el apoyo de grupos y organizaciones empresarias que tendrían un rol relevante en la transición. Consejo Empresario Argentino, Cámara Argentina de Comercio, IDEA, ADEBA. Pero eran instituciones que apoyaban la gestión de Martinez de Hoz. De cualquier forma, progresa en estrechar vínculos con CARBAP y la CRA, y la federación agraria.

46. El programa económico desde la navidad de 1978, la primera fuga hacia adelante: Videla había perdido una posición estratégica, la de comandancia en el ejército. Viola dirime la situación a favor de Videla, lo que no constituye ninguna tranquilidad para Martinez de Hoz.

47. En abril de 1978, cuando los militares forzaron el abandono de la política contractiva iniciada meses antes, el ministro saco conclusiones sobre su margen de acción. Era mas reducido mientras mas se debilitaba el presidente. En agosto, con Videla retirado, el ministro prepara las políticas que se anunciarían, durante las semanas del conflicto austral. El lapso temporal comprendido entre estos meses fueron de reelaboración de diagnóstico, de búsqueda de precisión. Estrada y Arriazu, centrales en instrumentar una salida alternativa a las pautas de ajuste tradicional, darle una salida a la inflación y reestructurar las pautas del juego económico. Un instrumental analítico capaz de operar en condiciones restrictivas inmodificables. La conjugación entre oferta analítica y viabilidad política de gran importancia. Ver nota 5 -264- sobre las presiones del equipo económico.

48. La orientación escogida, que se vale del tipo de cambio como “ancla” de los precios, se desarrollará a contrapelo de la filosofía exportadora y de ventajas comparativas estáticas. Estrada, entusiasta partidario de la apertura, alcanza control completo de la secretaria del comercio. Arriazu, jefe de asesore de Diz en el Banco central, introduce la reflexión teórica y prescripciones de la política económica que exportaba Chicago. Ellas llevaban más allá la apertura de la economía, incluyendo la cuenta de capitales. La conjugación del énfasis en la apertura comercial y del monetarismo de economía abierta, alienta al ministro a concentrar su esfuerzo en dos variables a su alcance, (i) paridad cambiaria, (ii) aranceles, abandonando las políticas de estabilización asentadas en el control de la demanda.

49. Apertura arancelaria y tablita, esperando una desaceleración progresiva de los precios, en virtud de la competencia externa y sin alterar el nivel de empleo. El incremento del dólar disminuiría mes a mes, las

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Tesis. Novaro y Palermo. Aclaración, cuando se numera sin otra referencia, se remite a la página del texto.variables se ajustarían a su ritmo, se forzaría a los precios internos a adecuarse al dólar. La apertura comercial era presentada como un proceso gradual, culminando en 1984. Otras pautas completaban la profundización y ajuste del programa, las tarifas públicas, los salarios mínimos, crédito doméstico tenían sus propias tablitas. Pero la esperanza central estaba depositada en el “ancla cambiaria”.

50. Pronto, desde el resto del gobierno se comienza a presionar por modificaciones en otras variables, en salarios y tarifas, produciéndose un desfasaje entre el ritmo de incremento de la paridad del dólar y demás indicadores de la economía.

51. Economía fija administrativamente el aumento de precios básicos correspondientes a cada actividad, pero las empresas fueron facultadas a otorgar aumentos por encima de esos básicos. Liendo pretendía regresar al sistema convenios, mientras el ministro de economía procuraba mantener reprimidos los salarios mediante la estipulación de los básicos. En 1979, con la llegada de Llamil Reston, menos propenso a canalizar las demandas de las organizaciones sindicales. Esto no implico que economía incrementase su capacidad de adecuar el incremento de los salarios a la política de estabilización. El acuerdo que se establece entre ambos ministerios consiste en que ambos creían que los salarios jugaban un papel inflacionario sólo si se definían en el marco de convenciones colectivas centralizadas. Entendieron, que daban un paso adelante en la flexibilización salarial y lucha contra la inflación al establecer, en septiembre de 1979, la liberad de negociación a nivel de empresa. Ello no fue así porque los sectores no expuestos a la competencia externa continuaron con sus prácticas habituales. Mas importante era que, con un elevado nivel de inversión pública, la desocupación había descendido.

52. Al quedar la determinación de los salarios en el ámbito de las empresas, dispersión mas marcada dentro de sectores y ramas, una pérdida de referencia de los básicos de convenio (revista mercado -579-, 1980). En el marco de condiciones de empleo y actividad favorables a la recuperación de la capacidad de presión salarial, el resultado global es una pauta híbrida: gran dispersión salarial, con un “piso” políticamente administrado. Cuando el Banco Central supera el tope de emisión establecido a seis meses iniciado el plan, la credibilidad del ancla cambiaria se erosiona dentro del propio equipo. Juan Alemann (Hacienda-1979), “estabilizar la economía con sobreocupación”. Alemann bregaba por un retorno a las formas tradicionales de ajuste. Además, el efecto de la apreciación cambiaria fue neutralizado por el segundo shock de precios del petróleo.

53. Una recesión era políticamente inviable para el equipo económico, pero técnicamente necesaria -269, más disputas de este tipo dentro del establishment-.

54. Para la CEA, el gasto público recargaba peligrosamente la economía. Demandaba que la apertura de la economía fuera acompañada por una ley antidumping y advertía, el manejo del tipo de cambio, y el seguro sobre los depósitos.

55. Una apelación a la coherencia se formulara, antes que a una formación neoliberal, a partir de la noción de subsidiariedad del estado. No podía acompañar el pragmatismo heterodoxo con declaraciones ortodoxas. El monetarismo de la economía abierta, permitiría anticipar que las pautas cambiarias provocarían cierto atraso. Dicho atraso proveería las dosis de medicina disciplinadora sobre los agentes económicos. Pero el problema fue que el grueso de los empresarios continúo comportándose como lo venía haciendo y la formación de los precios reflejó la persistencia de esos patrones de cálculo empresarial. El atraso cambiario superó con rapidez los niveles previstos y los agentes económicos pudieron seguir creyendo las explicaciones clásicas del fenómeno inflacionario –variables fiscales, monetarias, salariales-. Las expectativas actuaron en sentido inverso, se formaron en torno a una inevitable devaluación futura. –Ver revista Mercado de 1980-.

56. La parcial recuperación de los salarios reales, desde su caída en 1976-77, fue posible porque el sector de bienes y servicios que no sufrieron el asedio de la competencia externa estuvo en condiciones de transferir

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57. En septiembre, las tarifas se corrigen por encima del previsto y se liberan poco después los sueldos públicos -271, reunión del equipo económico-.

58. En junio, autoriza adelantar las rebajas arancelarias en los rubros que no siguieran la pauta esperada por las autoridades. La aplicación extensiva de esta resolución eliminaría los efectos graduales que aspiraba a tener la política arancelaria. En octubre, se extendió el cronograma de cambio. Todo ello a pesar de que la economía mundial daba señales de estar en las puertas de una sustancias reorientación.

59. A fines de la década, los volúmenes de crédito interbancario y de la deuda del tercer mundo comienzan a ser considerados factores preocupantes. Paul Volcker, presidente de la reserva federal estadounidense, rechaza la postura predominante de mantener desvalorizado el dólar, y se procede a elevar la tasa de interés interna.

60. En este contexto, su apuesta por la pauta cambiaria se vuelve más radical. A principios de Octubre de 1979 se difunden las pautas previstas hasta marzo de 1981 –fecha en la que se estipulaba el fin del mandato de Videla-.

61. De cualquier manera, a fines de 1979, se indicaba que las medidas implementadas no estaban dando los resultados esperados. Se había registrado una expansión de la actividad económica –crecimiento del 7,7%- y el desempleo tocaba su mínimo histórico, pero la inflación no cayó.

62. Sigaut, asesor de Viola, manifiesta que el esquema antiinflacionario amenaza el aparato productivo. Ver nota sobre Laura Golbert -276 (1983)-.

63. El largo adiós de Videla y Martinez de Hoz: En su cuarto año frente al ejecutivo, Videla declara que se ha comenzado a vivir un tiempo político, pero la apertura parcial permite visibilizar aún mas las demandas de una arco civil cada vez menos conforme. Economía había generado grandes promesas, y, aunque se habían logrado no magros resultados en términos de crecimiento, alza y consumo salarial en 1979, estos no eran aceptables. (ii) Las concepciones estatistas se habían mantenido incólumes en casi todos los grupos de la sociedad como un sustrato cultural común.

64. Entre marzo de 1980 y marzo de 1981 se fue potenciando la crisis financiera en que naufragaría, junto al programa del ministro de economía, la aspiración del presidente de construir las fuerzas de un nuevo sistema político sobre la base del éxito de su gestión. Durante dicho período, cae el BIR, la obstinación del ministro crea la oportunidad de una interrelación entre dos variables de incertidumbre: la derivada del comportamiento inconsistente de las variables económicas, y la que acompaña la transición Videla-Viola. Viola, presidente virtual, enviaba señales ambivalentes.

65. La actitud de Oxenford, que de interventor había pasado a ser presidente electo de la UIA, evidenciaba que la insatisfacción con Martinez de Hoz estaba permitiendo que los industriales reconquistaran una gran capacidad de influencia sobre los círculos militares.

66. En enero de 1981, con un panorama económico volátil, se reúnen Adolfo Diz – en nombre de Martinez de Hoz-, y su reemplazante, Sigaut, e intentan acordar el manejo cambiario de la transición.