NoTrrtiebaumnea ric nº25a, octunbre 201a7 · España ante la ONU, hace un repaso de las relaciones...

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Instituto Universitario de Investigación en Estudios Norteamericanos “Benjamin Franklin” de la Universidad de Alcalá Tribuna Norteamericana nº25, octubre 2017 La OTAN y los EE.UU.: un futuro oscuro por Alberto Priego Trump, un OVNI inesperado por Inocencio Arias Trump y una América Latina en transformación: de la política de muro a la estrategia de sustitución por Gustavo Palomares Lerma Trump 2.0 y Rusia en un teatro multipolar con sombras chinescas por Rubén Ruiz Ramas

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Instituto Universitario de Investigación en Estudios Norteamericanos“Benjamin Franklin” de la Universidad de Alcalá

TribunaNorteamericananº25, octubre 2017

La OTAN y los EE.UU.: unfuturo oscuropor Alberto Priego

Trump, un OVNI inesperado

por Inocencio Arias

Trump y una América Latina entransformación: de la política demuro a la estrategia de sustituciónpor Gustavo Palomares Lerma

Trump 2.0 y Rusia en unteatro multipolar

con sombras chinescas por Rubén Ruiz Ramas

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Estimada lectora, estimado lector,

La política exterior de los Estados Unidos se ha caracterizado históricamentepor la previsibilidad de acción, al menos con sus aliados tradicionales. Sin embargo, elentendimiento del ordenamiento internacional y la fijación (o no) del enemigo comotal ha venido determinado por cada administración en cuestión. Mientras algunasadministraciones han priorizado las relaciones con los Estados occidentales dandoespecial relevancia a la OTAN, otras han preferido distanciarse de las organizacionesinternacionales y las alianzas del siglo pasado apostando por una política exterior másenfocada en intereses comerciales y menos en política y seguridad. La AdministraciónTrump no parece ofrecer una visión fija y coherente del tablero mundial actual. Sinembargo, ha definido claramente al que considera su enemigo y lo que deben ser losintereses para su país en el exterior.

Este número de Tribuna Norteamericana trata de definir las líneas actualesde la política exterior de la Administración Trump. Inocencio Arias, exembajador deEspaña ante la ONU, hace un repaso de las relaciones más controvertidas de laAdministración Trump enfocándose en Irán, Corea del Norte y Rusia, así como larelación con sus vecinos, Canadá y México; y su socio tradicional, Europa. AlbertoPriego, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Comillas, analizala posición estadounidense con la OTAN haciendo un recorrido comparativo de laspasadas cuatro administraciones. Gustavo Palomares, director del Instituto de AltosEstudios Europeos de la UNED, estudia la perspectiva latinoamericana y su interaccióncon otros agentes emergentes, como son el caso de China o India; poniendo demanifiesto cómo cambian las relaciones bilaterales (de socios a enemigos) en funciónde los intereses en juego del Estado con el que interactúen. Por último, Rubén RuizRamas, investigador en la universidad china Sun Yatsen University, cierra el ejemplarcuestionando el desorden internacional con la supuesta multipolaridad y la caída delpoder hegemónico de EEUU. En este sentido, se aproxima a su relación con el giganteruso y el acercamiento del presidente Trump, a pesar de tener en contra a su partido ygran parte de la ejecutiva.

Esperamos que también este número le sea de su interés.J.A.G.

José AntonioGurpegui

Catedrático deEstudiosNorteamericanos

Editor

EL EDITOR OPINA

Consejo AsesorJosé Ignacio Goirigolzarri, Presidente

Joaquín Ayuso, VicepresidenteJosé Antonio Gurpegui, Secretario

Claudio Boada, VocalAmalia Blanco, Vocal

Daniel Carreño Álvarez, VocalAntonio Vázquez, VocalHelena Herrero, Vocal

Bernardo Hernández. VocalMiguel Zugaza, Vocal

UN OVNI INESPERADO

Inocencio Arias

l jueves 12 de octubre saltaba la noticiade que Estados Unidos abandonaba la

Unesco. Washington, donde la ONU y susretoños no son excesivamente populares, parecíaestar irritado por los agravios a Israel de laOrganización onusiana de la Cultura con sede enParís. No es la primera vez que el país máspoderoso de la tierra, ya lo hizo con Reagan, daesa espantada en un organismo con nobles fines,varios logros, pero un tanto disperso y no en sumejor momento. Estados Unidos, que debe 500millones de dólares al organismo, permanecerácomo observador.

En Europa ha habido consternación,dentro de un orden, algo más en Francia poracoger a la Unesco y porque su nuevo directorgeneral será una exministra francesa. En el paísque se marcha el eco ha sido muy reducido. Elinternacionalista New York Times daba la noticiaen una línea diminuta en primera mientras se

ocupaba con titulares y profusamente de otrasnoticias, desde los esfuerzos de Trump pararepeler la reforma sanitaria de Obama, hasta elescándalo del rijoso magnate cinematográficoHarvey Weinstein que durante décadas havenido acosando sexualmente a diversas actrices(G. Paltrow, Angelina Jolie, Rose McGowan,Ashley Judd…), sin que el asunto, aunquemuchos lo sabían, trascendiera por laimportancia del personaje. En la prensa, porúltimo, no faltaban conjeturas sobre lainquietante postura del presidenteestadounidense en relación con el acuerdonuclear con Irán.

Para el resto de los medios yanquis lasalida de la Unesco no ha producido ningúnremolino. La ONU y sus diferentesorganizaciones hace tiempo que dejaron desuscitar el interés de la opinión públicaestadounidense. Esta escasamente benéfica

Trump, un OVNI inesperado / Inocencio Arias

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Embajador de España en la ONU entre1997 y 2004 (gobierno de Aznar). Allí presidióel Comité de la ONU contra el terrorismo y laAsociación de Embajadores ante la ONU.Secretario de Estado de Cooperación (1991-1993) y subsecretario de Exteriores (1988- 1991)en el gobierno de Felipe González. Ha sidodirector general de la OID (portavoz) de AsuntosExteriores con tres gobiernos de la democracia:UCD, PSOE y PP. Fue director general del RealMadrid, articulista, autor de varios libros ycónsul general en Los Ángeles (2006-2010).

InocencioArias

Sus libros más recientes: La trastiendade la diplomacia (con Eva Celada) y Lospresidentes y la diplomacia. Me acosté con Suárezy me levanté con Zapatero (2012, Plaza y Janés).Su último libro, una especie de memorias, Yosiempre creí que los diplomáticos eran unosmamones (Plaza y Janés), está en su cuartaedición.

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Trump,

Presidente del Club SigloXXI.

E

tendencia se ha acentuado un tanto en la eraTrump. El multilateralismo no hace tilín alpresidente y, si la realidad se lo permitiera, lo queno siempre es así, su cacareada doctrina de“América primero” (Estados Unidos ante todo)sería llevada a sus últimas consecuencias. En losnueve meses de la era Trump, Estados Unidosha escapado del TTP (Acuerdo Comercial dediversas naciones del Pacífico), se ha marginadodel trascendental acuerdo sobre el cambioclimático y ahora hace mutis de la Unesco.Richard Haas escribe que Trump estádesarrollando “la doctrina de la retirada”.

La política exterior de Estados Unidostiene ribetes erráticos, contradictorios eincoherentes a lo que contribuye no solo la faltade sintonía del secretario de Estado con la CasaBlanca sino la personalidad narcisista, malinformada e impulsiva del presidente. Laresponsabilidad, con todo, no es solo delestrafalario millonario. En la deriva actual elCongreso participa con cierta frecuencia.

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Alguien ha escrito que hay una serie de fobias delos republicanos (Venezuela, Irán, Corea delNorte) con las que a veces los demócratascomulgan; y claras tirrias demócratas (Rusia,animosidad que encarnó Hillary Clinton,Siria…) sentidas en gran medida por abundantesrepublicanos.

Los titulares exteriores de los días quehan seguido a la “nimiedad” de la Unesco hanestado centrados en Irán al anunciar Trump elviernes 13 que quiere romper el acuerdo conTeherán por el que seis grandes potenciassuspendieron las sanciones que imponían al paísa cambio de que este congelara sus peligrososensayos nucleares. Como consecuencia delmismo, el presidente estadounidense debíacertificar cada noventa días que para EstadosUnidos el acuerdo continuaba teniendo validezporque Irán venía cumpliendo sus obligaciones.Esto es un purgante que el presidente no quieretomar cada tres meses. En diversas ocasiones hamanifestado que el acuerdo con Irán es “el peor

necesario que los 52 senadores republicanosoptaran por la denuncia y que a ellos se unieranocho demócratas. No es seguro que vaya aocurrir. Bob Corker, presidente de la Comisiónde Asuntos Exteriores, cree que el Senado puedeaprobar una medida que sin denunciar el tratadoni entrar en conflicto abierto con su texto, puedareforzar el principio de que Estados Unidos loabandonará en determinadas circunstancias.

Es posible que Trump no haya prestadodemasiada atención al regalo que hace a loshalcones iraníes que acosan al más moderadopresidente Rohani impulsor del acuerdo y queahora encontrarán más razones para odiar aldenostado Satán estadounidense y para forzar lareanudación de los ensayos nucleares. Sinembargo, en su parcial contención, ha debidoinfluir la repercusión que una ruptura total conTeherán tendría en el principal problema deseguridad que tiene planteado hoy en día EstadosUnidos y quizás el mundo. No estoy aludiendoa la irritación de los otros signatarios −Airbus,Total y Boeing ya se aprestan a invertir en Irán−ni a que Rusia y China puedan presumir deapaciguadores y comprensivos frente al halcónde Estados Unidos. Me refiero a la amenaza deCorea del Norte. Los militares estadounidensessí lo han tenido en cuenta. Hace un par desemanas Edward Luce escribía que “lasesperanzas del mundo reposan en los generalesde los Estados Unidos”. Los casos de Irán y Coreason muy diferentes pero, paralelamente,interdependientes.

Desde que el impresentable régimennorcoreano anunció en 2005 que poseía el armanuclear la dictadura de Pionyang ha estadojugando al ratón y el gato con la comunidadinternacional. Ha recibido ayuda económica,fundamentalmente alimenticia, de diversasnaciones entre ellas de Estados Unidos, pero haproseguido con su programa nuclear y, desde nohace mucho, balístico. En el 2016 anunció quecontaba con la bomba de hidrógeno y este añolanzó un misil que pasó por encima de Japón. Laconducta norcoreana subraya el contumazfracaso de los esfuerzos multilaterales paracontener la proliferación. El histórico Tratado deno proliferación (NPT) fue firmado en 1991, es6

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de la historia” firmado por Estados Unidos.Trump, además, ha subrayado que el documentodel 2015 no pone el menor freno a lo que élconsidera trapacerías de Teherán en su zona deinfluencia, participación en la guerra de Siria,armar a Hezbolá... En resumen, el acuerdo conIrán, al que, por cierto, Obama no se atrevió allevar al Congreso para ser ratificado, le repatea.Con su egoísta decisión, Trump se lava las manosy envía la patata caliente a los legisladores quetienen que decidir en el plazo de dos meses sidenuncian el acuerdo o no.

En este tema, como en otros, loscolaboradores de Trump, Tillerson en Exterioresy Mattis en Defensa, disienten de su jefe. Hacesemanas, en el Congreso, tanto Mattis comoJoseph Dunford, jefe del Estado Mayor Central,manifestaron que el acuerdo era aceptable. Noolvidemos que los demás signatarios, Londres,Moscú, Berlín, París, Pekín, creen que, aún conleves fallos, está funcionando como certifica laAgencia Internacional de la Energía encargada devigilar de cerca el cumplimiento iraní.

Trump intenta satisfecho cuartear unode los logros de Obama al tiempo que contenta asu base, incluida la potente cadena de televisiónFox News, calma su ego y no queriendo asumirla responsabilidad de cargarse el acuerdo lo poneen el regazo del Congreso. La actitud de los padresde la patria plantea interrogantes. En loscongresistas republicanos hay una repandidaanimosidad hacia Irán. Sin embargo, sería

James Mattis, secretario de Defensa de losEstados Unidos.

Alguien ha escrito que hayuna serie de fobias de losrepublicanos (Venezuela,Irán, Corea del Norte) conlas que a veces los demócratascomulgan; y claras tirrias

demócratas (Rusia,animosidad que encarnóHillary Clinton, Siria…)sentidas en gran medida porabundantes republicanos

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Obama indicó a Trump al despedirseque Corea del Norte era su principal problemay no se equivocaba. De otro lado, la amenazadirecta de Kim y su conducta bravucona notardarán en producir el no deseado efecto de queCorea del Sur y Japón, amén de Indonesia,Taiwán y Australia, quieran contar con susmortíferos juguetes nucleares. Alguno de ellos,Japón, Taiwán (la isla separada de China lo tuvoal alcance de la mano y Estados Unidos leretorció el brazo) los pueden conseguir en menosde dos años si se lo proponen.

Pasemos al frente ruso. Trump llegó ala presidencia con el ánimo de dar un giro a larelación entre Putin y Obama que debido a laanexión rusa de Crimea, la flagrante injerenciade Moscú en Ucrania, el apoyo al sirio Assad yla actividad desestabilizadora de los hackers rusosestaba acercándose a la gelidez de la Guerra Fría.El yerno de Trump tuvo entrevistas con unaabogada rusa cercana al Kremlin con objeto deobtener información que pudiera ensuciar laimagen de Hillary Clinton en la campañaelectoral. Ni los esfuerzos de los abundantesenemigos de Trump (el New York Times porejemplo tiene tal fijación con el presidente queen alguna ocasión pierde su conocida

decir, hace más de un cuarto de siglo. Lasentonces potencias nucleares se comprometían acompartir el uso pacífico de la energía nuclearcon otros y a reducir sus arsenales. Los otrospaíses, no poseedores, prometían no acceder aadquirir armas. Ambas partes, ricos y pobres, lohan violado. Rusia, China y Estados Unidos hanaumentado su capacidad ofensiva y siguenmodernizándola. Corea del Norte hadesarrollado un considerable potencial nuclear.En este momento debe poseer entre 20 y 60bombas y puede que más temprano que tardeesté capacitada para lanzar un misil contra lacosta oeste de Estados Unidos.

La tentación de Trump es borrar delmapa a Corea del Norte. Un dato importante lodetiene. Aunque el Pentágono, en un ataquedevastador preventivo, fuera capaz de neutralizarla mayor parte de las rampas de lanzamiento deCorea del Norte, el dictador Kim Jong-untendría, según la creencia unánime, tiempo paralanzar una lluvia de proyectiles, inclusoconvencionales, sobre Seúl, capital de Corea delSur, donde viven unos 10 millones de personasy que se encuentra solo a 52 kilómetros de lafrontera entre las dos Coreas. La realidad es,pues, disuasoria. Mattis que, hace meses,manifestó que la guerra con Corea tendríaconsecuencias trágicas de un alcance increíble,ha girado recientemente al afirmar que hay“alternativas militares que no implican unareacción contra Seúl”. No ha elaborado cuales(¿un ciberataque que paralizaría Corea delNorte?) y la mayor parte de los expertos locuestionan.

En consecuencia, si ante lainevitabilidad de una respuesta feroz norcoreanahay que llegar a cualquier tipo de componendacon sus dirigentes, el paso atrás de Trump en Iránno ayuda. ¿Cómo podrá la diplomaciatrumpiana convencer a Kim Jong-un de queEstados Unidos cumplirá su promesa de aceptara Corea sin hostigamientos en la comunidadinternacional si se desarma? ¿Por qué EstadosUnidos respetaría un acuerdo con la execrableCorea si lo incumple con la menos execrableIrán? Su credibilidad, como acabó siendo la deObama en Oriente Medio, es en este temanuclear escasa.

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objetividad) para tachar la entrevista de ilegal hanprosperado, ni la abogada parecía tener nadainteresante para ser aireado. Ahora bien, estáextendida la creencia de que las filtracionesprocedentes de los hackers rusos que recalcabanciertas debilidades de Hillary y que seríanrecogidas por determinados órganos yanquiscontribuyeron en la víspera de la convencióndemócrata a excitar a los jóvenes seguidores de surival Sanders y a sembrar una cierta división enlas filas demócratas.

El agradecimiento de Trump no cambiala realidad. El Kremlin ya se ha percatado de queel Congreso tiene la sartén por el mago en lacuestión de las sanciones a Rusia y que elpresidente ha cambiado la visión un tantobucólica de Rusia. La opinión pública yanquidesconfía de cualquier concesión a Moscú.Trump ya ha tenido manifestaciones que aludena una resurrección de la Guerra Fría achacable algigante eslavo; el Congreso, por su parte, no viveun momento conciliador.

Putin y su población están obsesionadoscon lograr que Estados Unidos los tratetotalmente de igual a igual. La actitud de Europa,a la que saben dividida, les importa menos. Putinencuentra enormemente rentable fomentar el

nacionalismo ruso, es una razón fundamental desu popularidad. En Washington, no obstante, yen Europa, aunque haya no pocos deseos dehacer pelillos a la mar con Crimea y, en menormedida, con Ucrania, el preocupante problemade los hackers es un nuevo agravio perpetradopor los rusos. En Estados Unidos las autoridadesreprochan a Zuckerberg, joven magnate deFacebook, la pasividad de su empresa conorganizaciones que de forma anónima naveganpor la red propalando mensajes políticos. Seapunta a Internet Research Agency, una agenciade paternidad no clara, ¿rusa?, que compró 3.000anuncios en Facebook y que habría intervenidoen el debate político, influyéndolo, en temascomo la posesión de armas, los derechos de loshomosexuales, la rebeldía de varios jugadores defútbol frente a Trump… Zuckerberg haprometido más transparencia y contratar a 1.000personas que revisen lo que se cuelga enFacebook. Las autoridades de Washington yvarios legisladores no están satisfechos con la queconsideran tibia respuesta de Zuckerberg paraabortar el gasto ilícito de extranjeros en lasvariopintas elecciones americanas. Las sospechasamericanas encuentran eco en Europa. Variospolíticos de nuestro continente han apuntado a

Obama indicóa Trump aldespedirse queCorea delNorte era suprincipal

problema y nose equivocaba

Kim Jong-un durante un discurso.

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simpleza demagógica, que le permite a Trumpreplicar que construye el muro para impedir quese le cuelen no miles sino millones de emigrantesy que no hay ley internacional que prohíba hacereso en tu territorio. (Un profesor en Los Angelesme comentó con sorna cómo Zapatero habíahecho alegorías solidarias cuando visitó el muroteniendo España uno más alto en Ceuta y Melillaque el propio Zapatero había reforzado). Otracosa distinta a la mera construcción del muro esque el presidente tenga la ridícula pretensión deque sea también costeado por los mexicanos o laartera de ligar la aprobación de leyes humanitarias−la de que emigrantes que entraronclandestinamente hace décadas en EstadosUnidos de niños (dreamers) y han crecido allí nosean deportados− con el libramiento por elCongreso de fondos para levantar el muro. (Porno recordar sus comentarios peyorativos en lacampaña sobre los mexicanos).

Con Europa, que no es el centro de laspreocupaciones del presidente, las fricciones, latibieza, después de la época delintermitentemente idolatrado Obama, es latónica del día; la cosa no está para tirar cohetes.La omnipotente Merkel no parece hacer buenasmigas con Trump, y con May o Macron tampocohay luna de miel. No obstante, convendríadistinguir las quejas razonables de Trump, comola de nuestro escaso gasto en defensa, con otrasposturas del americano que serían menoscompresibles. Su convicción de que los europeosson unos gorrones, algo que había formulado conmás sutiliza su predecesor, es algo en lo quecoinciden políticos y comentaristas de EstadosUnidos. Las cifras son abrumadoras. EstadosUnidos gasta el 68% del total empleado en esosfines por los 28 países de la OTAN. En el año2006 todos los miembros nos comprometimos agastar en defensa el 2% de su PIB. Se reiteró laobligación en el 2014. Solo 5 países lo cumplen:Estados Unidos (4%), Gran Bretaña, Estonia,Grecia y Polonia. La rica Alemania gasta el 1,2%y España el 1%.

Más correcto es esbozar nuestrosreproches correctos: la salida del cambio climáticoy de la Unesco, su impulsiva actitud en el casoiraní… No creo que nos haga mucho caso,pero…

Parte de la errática conducta exterior deTrump −el presidente gusta de improvisar y leencanta romper los pronósticos aunque esosignifique separarse de sus querencias ideológicas−emana del hecho de que su secretario de Estadono puede frenarlo, como ocurría con varios de suspredecesores, porque no tiene confianza en él.Tillerson llegó al puesto con varias carencias, notenía experiencia en ese campo, no era unmiembro destacado del partido, no había sidocandidato a la Presidencia (como Kerry y Hillary)y no tenía el oído del jefe. Por otra parte,informado quizás de que el Departamento deEstado estaba trufado de demócratas ha perdidodemasiado tiempo en reajustes. Por esas u otrasrazones −chocó con el hasta poco consejero áulicoBannon− su jefe lo ha debilitado. Trump hapregonado sin tacto que él toma las decisiones, hadejado en evidencia a Tillerson en Siria o en elenfangamiento de Arabia Saudita en Yemen y leha quitado un tema crucial, el Medio Orienteencargado al “yernísimo” Jared Kushner. Tillersonestá bien conceptuado por otros políticos pero sudistanciamiento del presidente es palpable ynotorio. Ha tildado a su jefe de idiota en unaconversación privada que ha trascendido y de laque no se ha retractado y Trump, tocado no soloen su jerarquía sino en su ego, ha replicado que sise pusieran sobre la mesa los cocientesintelectuales de los dos él no saldría perdiendo.

Si Tillerson tirara la toalla, y aunqueTrump es impredecible, las apuestas ahora seinclinan por Nikki Haley, la embajadora enNaciones Unidas. Bob Corker, senador, ha salidosin vacilaciones de la carrera. También hamanifestado que el presidente no da la talla.

¿Es Trump un sarpullido temporal? Nosabemos; los que repiten que es carne deinhabilitación lo dicen precipitadamente. HillaryClinton, que respira constantemente por laherida, sostiene que Trump es “más peligroso queimpotente”. Veremos. En todo caso, y aunque nofuera reelegido, lo que está por ver, habráaumentado las divisiones en la sociedadestadounidense profundamente polarizada ya enla era de Obama, aunque ahora se quiera olvidar,y consolidado una corriente de derecha sinconcesiones que no va a desaparecer de la noche ala mañana.10

del norte y esto le escuece a Trump. Lasnegociaciones no serán cómodas. Obamaimpuso ya sanciones a productos madereroscanadienses. Ahora Trump quiere imponer un300% en la tarifa de los aviones Bombardierfabricados en Canadá. Boeing se había quejadode competencia desleal. El canadiense Trudeauamaga con represalias: no comprará 18 cazasfabricados por Boeing.

La sangre no llegará al río entre los tresaunque Trump quiera con el nuevo muroagrandar la frontera que marca el Río Grandecon México. Atacar per se la construcción delmuro, cuyo primer tramo por cierto lo hizoClinton sin crujir de dientes y sin que nadieentonces se rasgara las vestiduras, es infantil yhace el juego a Trump ante su base. Por muchostratadistas o intelectuales que escriban que elmuro es un atentado contra los derechoshumanos o los tratados internacionales, queproclamen que el muro no solo es contraMéxico sino contra toda Latinoamérica ladenuncia es una chiquillada, con ribetes de

lo que el periódico El País señalaba hace pocassemanas. Hackersmisteriosos, probablemente alservicio de Rusia, están utilizando las redes paradesprestigiar y desestabilizar institucioneseuropeas, en nuestro caso en el problemacatalán. El razonamiento es que cualquier tipode desestabilización occidental interesa a lamaquinaria del Kremlin. Los gobiernosoccidentales, con todo, están reaccionando a estaamenaza, sea rusa o de otra potencia, con unalentitud similar a la del nuestro durante losúltimos años ante el metódico esfuerzo de losdirigentes de la Generalitat para cultivar,lisonjear y jugar el papel de víctima ante laprensa extranjera.

No olvidemos el frente abierto con losdos vecinos de Trump: Canadá, segundo yMéxico, tercer socio comercial de Washington.El presidente quiere revisar el NAFTA, Tratadocomercial entre Canadá, Estados Unidos yMéxico, por considerar que es dañino a losintereses de Estados Unidos. México tiene unsuperávit de 64.000 millones con el gran vecino

Tribuna Norteamericana / nº25, octubre 2017

Rex Tillerson, secretario de Estado de losEstados Unidos.

UN FUTURO OSCURO

Alberto Priego

a Organización del Tratado delAtlántico Norte (OTAN a partir de

ahora) fue creada para que los norteamericanosestuvieran in, para que los alemanes semantuvieran down y sobre todo, para que losrusos estuvieran out. A pesar de esta lógica, nofaltaron los intentos soviéticos para integrarse enla Alianza y para actuar, por tanto, como uncaballo de Troya con el que destruir el arma que,a la postre, acabaría con el Imperio Soviético. Sibien es cierto que durante la Guerra Fría todoslos presidentes norteamericanos mantuvieronuna posición más o menos homogénea respectode la Alianza, la caída del Muro de Berlínprovocó una reconfiguración de la política de losEstados Unidos para la OTAN. Esta nuevaaproximación tenía como principal objetivo laintegración en la propia Alianza de buena partede los Estados que un día compusieron el Pactode Varsovia. Este deseo de expansión basado enel art. 10 del Tratado de Washington provocó queRusia siguiendo la Doctrina de la SoberaníaLimitada optara por una política deconfrontación con la OTAN que nos ha llevadoa los peores momentos de la Guerra Fría.

En el presente artículo se va a analizarla política de los últimos cuatro presidentesnorteamericanos hacia la OTAN con especialatención a tres aspectos en cada una de lasadministraciones: la implicación de los EstadosUnidos, la política de ampliaciones y, sobre todo,las relaciones con Rusia.

uizás porque fue el primer presidentede la post-Guerra Fría, Bill Clinton

pasará a la historia como el mandatarionorteamericano más comprometido con laAlianza. Para Clinton, la OTAN fue unaherramienta fundamental de su política exterior,tanto en sus relaciones con Europa, como en susrelaciones con Rusia. En otras palabras, paraClinton la Alianza Atlántica y el vínculotransatlántico eran pilares sobre los que asentarel resto de su política exterior. Por este motivo,no solo nombró a secretarios de Estado como

La OTAN y los EE.UU.: un futuro oscuro / Alberto Priego

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Tribuna Norteamericana / nº25, octubre 2017

La OTAN y los EE.UU.:

L

Sus principales líneas deinvestigación son Islam, Diplomacia yOTAN. Colabora con asiduidad condiferentes medios de comunicación (ElMundo, El Confidencial, El País, RNE, RadioFrancia o la Cope). Ha sido visiting scholaren think tanks como East West yuniversidades extranjeras como University ofReading (Coimbra) o en la School ofOriental and African Studies (Londres)donde disfrutó de una Postdoctoral Felllowen el Departamento de Middle East andNear Abroad. Se incorporó a la UniversidadPontificia Comillas en 2010 donde fueDirector del Departamento de RelacionesInternacionales.

Alberto Priego

Profesor de RelacionesInternacionales en laUniversidad de Comillas.

Doctor en RelacionesInternacionales. Licenciado enCiencias Políticas y de laAdministración, con especialidaden Relaciones Internacionales, yMención en Estudios Europeos(UCM).

Las AdministracionesClinton (1992-2000)

Q1

Twitter: @AlbertoPriego

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La OTAN y los EE.UU.: un futuro oscuro / Alberto Priego

destacar que durante las AdministracionesClinton se produjeron avances significativos enlas relaciones con Moscú como la firma enMadrid (1997) del Acta Fundacional con Rusiaque crearía una relación privilegiada entre laOTAN y Rusia.

i bien es cierto que las dosAdministraciones Bush fueron muy

diferentes entre sí, ambas estuvieronprofundamente marcadas por el 11S. Al inicio dela primera administración Bush el deseo delpresidente −al igual que el del Trump hoy− no eraotro que reducir su compromiso con sus aliadosy centrarse, por tanto, en los problemasdomésticos de los norteamericanos. Sin embargo,sus prioridades estratégicas cambiaron en lamañana en que los Estados Unidos fueronatacados por un enemigo invisible para el que noestaba preparado. Ni que decir tiene que larespuesta a estos atentados fue complicada y eneste sentido la OTAN tardó más de lo previsto enactivar el art. 5. El bloqueo inicial propiciado porel veto de algún aliado que no veía la pertinenciade activar la defensa colectiva es lo que llevósupuestamente al secretario de Defensa Rumsfelda pronunciar aquella famosa frase que segó loscimientos del vínculo transatlántico: “Nunca más

convertirse en miembros de pleno de derecho.Aquí la OTAN se abría al Este, y el Este dejabade ser el Este.

En lo que a las relaciones con Rusia serefiere, estas no fueron ni mucho menos lineales.Si bien es cierto que en los primeros años lasrelaciones entre Bruselas-Washington y Moscúfueron abiertamente buenas, desde lapublicación del Informe de Ampliación en 1995la tensión fue creciendo cada vez más hasta llegaral punto culminante en abril de 1999, cuandose produjo la primera crisis en Kosovo. En abrilde 1999 con la OTAN ampliada y preparadacon un nuevo concepto estratégico la Alianzainició una operación de castigo en Yugoslaviaque tenía por meta frenar la limpieza étnicacontra los kosovares a manos de fuerzas serbias.No obstante, a pesar de esta crisis debemos

Albright o Christopher, muy comprometidoscon la OTAN, sino que los propios embajadoresen Bruselas, entre los que cabe destacar a RobertHunter, también eran pesos pesados deWashington.

Bajo su mandato se aprobaroninteresantes iniciativas como el Euro AtlanticPartnership Council o la Partnership for Peace queabría de par en par la puerta a la ampliación dela OTAN a los antiguos miembros del Pacto deVarsovia. Gracias a esta herramienta, que llevabael sello del mencionado secretario de EstadoWarren Christopher, Estados como Polonia,Chequia y Hungría pudieron hacer las reformasnecesarias para cumplir los estándares de laAlianza y, por tanto, en la Cumbre deWashington de 1999, que tuvo un peso especialpor ser el cincuenta aniversario de la Alianza,

Tribuna Norteamericana / nº25, octubre 2017

una guerra a las órdenes de un comité”. Esa faltade compromiso con la OTAN provocó la mayorcrisis interna de su historia, ya que tras el 11S laOTAN quedó profundamente dividida. Por unlado, estaban los partidarios de la políticaunilateral de la Administración Bush y, por elotro, el denominado grupo del Praliné(Alemania, Francia, Bélgica y Luxemburgo) quedefendían una postura más mesurada y menosagresiva en Afganistán y sobre todo en Irak.

Curiosamente, durante la primeraAdministración Bush las relaciones con Rusiamejoraron sustancialmente respecto de Clintony en este sentido, se creó el Consejo OTAN-Rusia, que en palabras de muchos autorespermitía a Moscú tener un pie dentro de laAlianza sin ser miembro. Muchos fueron losautores que pensaron que Rusia había logradometer el caballo de Troya que acabaría con laherramienta de disuasión que había logrado lasupervivencia de Europa occidental durante laGuerra Fría. No obstante, este clima decooperación fue el que permitió que la OTANasumiera en 2002, con la aquiescencia de Moscú,la mayor y más determinante ampliación de suhistoria. Un total de siete Estados (Eslovenia,Eslovaquia, Rumanía, Bulgaria, Estonia, Letoniay Lituania), de los cuales no todos estabanpreparados, se integraron en la Alianza llevandola OTAN hasta las puertas mismas de Rusia.

La segunda Administración Bush fueconsiderablemente diferente a la primera.Aunque que durante la primera las relaciones conRusia fueron muy fluidas, durante la segunda seinició una confrontación que, si bien no todo elmundo lo quiere ver, se mantiene hasta hoy.Quizás el punto que más se enconó en lasrelaciones entre Bruselas y Moscú fueron lascandidaturas de Georgia y Ucrania a convertirseen miembros de la Alianza. De hecho, a estos dosE stados solo les faltaba la invitación formal de laOTAN, algo que debía haberse producido en laCumbre de Bucarest en 2008. Sin embargo, estasdos repúblicas exsoviéticas fueron consideradaspor el Kremlin como innegociables y a través depresiones sobre los miembros de la OTAN,esencialmente contra Francia y Alemania, Rusia

George W. Bush dando la mano alsecretario General de la OTAN, LordRobertson durante el Special Meeting ofthe North Atlantic Council en junio de2001.

Las AdministracionesBush (2000-2008)

S2

Durante la primeraAdministración Bush lasrelaciones con Rusiamejoraron y se creó elConsejo OTAN-Rusia,que permitía a Moscútener un pie dentro de laAlianza sin ser miembro

1716

capacidades defensivas −como es el escudoantimisiles− sí que pueden provocar undesequilibrio de las fuerzas y por tanto unaredistribución de las capacidades.

El desencuentro entre Moscú yWashington fue hecho público por el presidenteruso Vladimir Putin en 2007 durante la famosaConferencia de Seguridad de Munich.Siguiendo con la lógica del discurso delmandatario ruso, tan solo un año después,Moscú se lanzó a la invasión de Georgia3acabando con las posibilidades del país caucásicode integrarse en la OTAN.

La OTAN y los EE.UU.: un futuro oscuro / Alberto Priego

a llegada del presidente Obama estuvomarcada por una palabra: hope. Esa

esperanza también alcanzó las relaciones conRusia que, según el presidente Obama,necesitaban ser reseteadas. Lo cierto es que laprimera de las Administraciones Obama pecó deuna orientación excesivamente idealista haciaRusia, lo que obligó a que durante la segunda elpresidente tuviera que ser mucho más duro conMoscú. De hecho, fue en este segundo mandatocuando se produjo la invasión y posterior anexiónde Crimea, lo que dinamitó todo intento deacercamiento previo entre Washington y Moscú.La prueba de este cambio la podemos apreciar enel nombramiento de Douglas Lute4 comoembajador de los Estados Unidos en la OTAN,quien poseía un perfil mucho más duro que supredecesor Ivo Daalder. Como muestra de esa

Tribuna Norteamericana / nº25, octubre 2017

mayor contundencia en política exterior, el NewYork Times bautizó a Daalber como “War Czar”.

En lo que a las ampliaciones se refiere,el presidente Obama abandonó sine die lascandidaturas de Georgia y Ucrania, aunque síque impulsó las de otros Estados. Este fue el casode Croacia, Albania o FYROM. Si bien es ciertoque los dos primeros se convirtieron enmiembros de pleno derecho en 2009 sin muchasdificultades el tercero no pudo entrar por el vetode Grecia, país que no acepta el nombreconstitucional de República de Macedonia yexige que se le denomine como FormerYugoslavian Republic of Macedonia (FYROM).

El punto fundamental de lasAdministraciones Obama con la OTAN fue lacelebración en 2012 de la Cumbre de Chicago5.Obama puso todo su esfuerzo en un encuentroque buscaba curar las heridas producidas durantela Administración Bush y que permitiera abordarasí con más garantías lo que ya parecíairremediable: la confrontación con Rusia.

logró frenar la ampliación. En este punto,podemos afirmar que la potencial ampliación dela OTAN hacia Georgia y Ucrania acabó porromper la luna de miel entre Putin y Bush1.

Tampoco podemos dejar de mencionarla oposición rusa a la construcción de un escudoantimisiles que protegerá a los miembros de laAlianza de los ataques con misiles balísticos. Eneste sentido, resulta paradójica la posición de laFederación Rusa ya que siguiendo losplanteamientos teóricos de Robert Jervis2, lascapacidades defensivas no deberían provocarinseguridad en los Estados vecinos, a menos queestos tengan intenciones bélicas. En este caso, las

1 Priego, Alberto. “The Atlantic Alliance in Eurasia. A different player?”. K. E. Rogers y M.ª R. Freire (Eds.). Russia inEurasia: External Players and Regional Dynamics. Palgrave: Londres, 2010: 215-237. 2 Jervis, Robert. “Cooperation Under the Security Dilemma”. World Politics, Vol. 30, No. 2 Jan., 1978.3 Priego, Alberto. “Osetia del Sur: la cúspide del desencuentro entre EEUU y Rusia”. ARI, Real Instituto Elcano, 17 deseptiembre de 2008.

4 El Embajador Lute había trabajado como Assistant to the President and Deputy National Security Advisor for Iraq andAfghanistan para la Administración Bush.5 Priego, Alberto. “La Cumbre de la OTAN en Chicago. Un encuentro ‘smart’”. Razón y Fe, octubre de 2012, no. 1368.

Las AdministracionesObama (2009-2017)

L3

La OTAN y los EE.UU.: un futuro oscuro / Alberto Priego

1918

(NRF), la segunda tiene por fundamento laprotección física de aquellos Estados que sonfrontera exterior de la Alianza en el denominadoFlanco Este.

En ese sentido, podemos destacar quesi bien el presidente Obama no inició sumandato con una política de alerta hacia Rusia,poco a poco fue elevando el tono en lasrelaciones con Moscú, dejando en entredicho suinicial postura idealista hasta llegar a adoptar lasduras posiciones con las que acabó sus días en laCasa Blanca.

Las Cumbres de Gales (2014) yVarsovia (2016) estuvieron centradas casi en sutotalidad en la adopción de medidasencuadradas en el Readiness Plan de la OTANque tiene por finalidad frenar la agresiva políticaexterior rusa en el Flanco Este de la Alianza. Eneste sentido merecen ser destacadas la creaciónde la Very High Readiness Joint Task Force o deldispositivo Enhanced Forward Presence. Mientrasque la primera busca que las fuerzas OTANpuedan reaccionar con mucha mayor rapidezque la anterior fuerza de reacción de la Alianza

Tribuna Norteamericana / nº25, octubre 2017

unque que los candidatos republicanosnos tienen acostumbrados a lanzar duras

críticas hacia las organizaciones internacionalesen general y en particular hacia la OTAN, laspalabras de Trump han ido mucho más allá de loprevisible y de lo tolerable. Siendo aún candidatoafirmó que no ayudaría a los Bálticos si eranatacados por Rusia hasta que estos no cumplierancon su compromiso de gasto en defensa (2%).Una semana antes de su juramento como

La AdministraciónTrump (2017-)4

A

6 “El sermón de Trump a los socios de la OTAN y otros gestos excesivos”. La Vanguardia, 26 de mayo de 2017. Web.7 Rodríguez, Pablo. “Donald Trump humilla a sus socios de la OTAN”. El Mundo, 26 de mayo de 2017. Web.

Donald Trump en la cumbre de la OTANen Bruselas en mayo de 2017.

presidente declaró que la OTAN era unaorganización obsoleta sembrando las dudas sobreel mantenimiento del vínculo transatlántico. Noobstante, siendo preocupante esta falta decompromiso con la organización, es mucho máspreocupante su actuación durante la Cumbre deBruselas en mayo de 2017. Durante el encuentrocon los jefes de Estado y de Gobierno, elpresidente Trump evitó asumir el compromisocon el art. 5 del Tratado de Washington6 e instóa los aliados a pagar las “ingentes cantidades dedinero7” que según él, estos deben a la OTAN.

La OTAN y los EE.UU.: un futuro oscuro / Alberto Priego

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sobredimensionada y que, por tanto, las medidasque se tomen deben ser cautas. Otro grupo deEstados, como es Turquía y buena parte de losnuevos miembros, consideran que la Alianzajamás va a activar el art. 5 para defenderles de unaamenaza procedente de Rusia. Estos aliadosparecen haber despertado aquel miedo del generalDe Gaulle cuando afirmaba que EEUU nuncaarriesgaría Washington por París.

En definitiva, a pesar de los esfuerzos delpresidente Obama por cohesionar a los aliados, adía de hoy, la OTAN no atraviesa su mejormomento. La derrota en Afganistán, su temor aintegrar a dos Estados merecedores de sermiembros como Georgia o Ucrania, y másrecientemente la falta de una respuestacontundente a las provocaciones de Rusia hanrestado buena parte de la credibilidad a la Alianza.Si todo esto fuera poco, la llegada a la Casa Blanca

de Trump ha complicado aún más la maltrechasalud de la OTAN.

De cara al futuro las perspectivas no sonbuenas ya que la Alianza tiene que afrontar unaamenaza cada vez más agresiva y sibilinaprocedente de Moscú y, actualmente, no cuentacon la voluntad política necesaria para poderhacerle frente. Los últimos años nos handemostrado que somos los europeos los quetenemos que seducir a los americanos para quesigan in y, sobre todo, para que los rusos semantengan out.20

En definitiva, tras varios intentos,parece que Rusia se encuentra más cerca quenunca de introducir el caballo de Troya quetantas veces ha regalado a la Alianza y que otrastantas esta ha rechazado.

a Alianza Atlántico no atraviesaprecisamente por el mejor momento de

su ya larga vida. Durante la Guerra Fría seconvirtió en el verdadero instrumento dedisuasión frente a la amenaza que suponía elexpansionismo soviético, a día de hoy nopodemos decir lo mismo. Algunos Estados,como España, consideran que la ortodoxiapresupuestaria es más importante que laseguridad nacional y por ello, su compromiso degasto está muy lejos del necesario.

Nuestro país invierte en defensa el0,92%10 del PIB, solo por delante de Bélgica yLuxemburgo. Otros Estados, entre los quepodemos incluir a los Estados Unidos de Trumpy lamentablemente también a España,consideran que la amenaza rusa está

Si bien es cierto que la Alianza no tieneprevista ninguna ampliación, durante la citadacumbre se produjo un hecho que nos muestrade forma muy clara cuál es la actitud delpresidente Trump con los nuevos o potencialesmiembros. Durante la foto oficial de la cumbre,el presidente Trump empujó literalmente alpresidente de la República de Montenegro quienprecisamente se estrenaba como nuevo miembrode pleno derecho de la Alianza. Aunque solo esun gesto de alguien que parece no conocer lasnormas mínimas de cortesía y del protocolointernacional, sí que nos permite adivinar cuáles la consideración que le merecen al presidenteTrump los nuevos Estados.

Mención especial merecen lasrelaciones del candidato y del presidente Trumpcon la agresiva y autoritaria Rusia de Putin.Durante la campaña, Trump mostróabiertamente sus simpatías por el presidentePutin, y este admitió que era el candidato queprefería para ocupar la Casa Blanca. Bajo estarelación especial es como debemos entender lainjerencia del gobierno ruso durante laselecciones presidenciales, hecho este que estácondicionando la formulación eimplementación de la política exterior de laAdministración Trump.

El hecho más grave se produjo a laspocas semanas del juramento de Trump cuandoel consejero de Seguridad Nacional, MichaelFlynn, se vio obligado a dimitir por sus estrechasy secretas relaciones con el Kremlin. El generalFlynn se reunió en diciembre de 2016 con elembajador ruso en Washington, Sergei Kisliak,para informarle de las sanciones que iba aadoptar el presidente Obama, algo queevidentemente Flynn negó reiteradamente.Según la también destituida fiscal Sally Yates elconsejero Flynn es una persona potencialmentevulnerable a chantajes por parte de Rusia .

Tribuna Norteamericana / nº25, octubre 2017

Donald Trump con la primera ministraTheresa May durante la cumbre de laOTAN en Bélgica en mayo de 2017.

Algunos estados, comoEspaña, consideranque el compromiso degasto de la OTANestá muy lejos del

necesario

8 Pereda, Cristina. “Trump despide a la fiscal general que se negó a defender su veto migratorio ante la Justicia”. El País,31 de enero de 2017. Web. 9 Mars, Amanda. “Dimite el asesor de seguridad nacional de Trump por su relación con Rusia”. El País, 14 de febrerode 2017. Web. 10 Arias Borque, Javier. “España, el tercer país de la OTAN que menos invertirá en Defensa en 2017”. Libertad Digital,29 de junio de 2017. Web.

El futuro de la Alianza

L5

La llegada a la CasaBlanca de Trump hacomplicado aún más lamaltrecha salud de la

OTAN

Gustavo Palomares Lerma

a preocupación en toda América Latinapor la llegada de Trump entra de lleno

en el tema central del actual debate mundial y lasdudas razonables, en este crucial momento, sobrela capacidad de adaptación por parte de losEstados Unidos bajo la nueva Administración.Será posible que el orden liberal imperante puedasobrevivir −se pregunta Joseph Nye, ForeignAffairs, 20171− ante esta tendencia irremisible alcaos en donde los Estados Unidos de Trump nopueden, ni tampoco quieren, poner orden, peroen donde existen lazos históricos con vecinos yaliados, como es el caso de América Latina, queson difíciles de obviar. Como él señala,

Trump y una América Latina en transformación: de la política de muro a la estrategia de sustitución / Gustavo Palomares Lerma

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Tribuna Norteamericana / nº25, octubre 2017

probablemente estemos viviendo en todos losespacios globales un enfrentamiento entrepopulismo y globalización.

En el debate abierto existe unacoincidencia respecto a la falta de elementosreguladores dentro de un sistema internacionalen recomposición, calificado por HenryKissinger como en “franco deterioro y ensituación caótica” que debe organizarse de nuevoen “esferas regionales de influencia”2 en dondeAmérica Latina ocupa un lugar destacado. Porotro lado, Zbigniew Brzezinski defiende lanecesidad de frenar la influencia china y suexpansión en regiones como el continenteamericano3. Finalmente, otros como DominiqueMoïsi, echan de menos los elementosordenadores del Congreso de Viena para plantearla necesidad de actores dispuestos a defender el

Actualmente es profesor de la EscuelaDiplomática de España, profesor de RelacionesInternacionales en la UNED y presidente delInstituto de Altos Estudios Europeos (IAEE). Hapublicado artículos en medios científicos yperiodísticos españoles, estadounidenses ylatinoamericanos. Especialistaa en el estudio delcomportamiento y la política exterior deEE.UU. Destaca en este campo, sus trabajossobre John Fitzgerald Kennedy.

Gustavo PalomaresLerma

Politólogointernacionalista ycatedrático europeo.

Doctor en Ciencias Políticas yRelaciones Internacionales por la UniversidadComplutense de Madrid.

DE LA POLÍTICA DEMURO A LA

ESTRATEGIA DE SUSTITUCIÓN

Twitter: @GustaPalomares

Trump y una América Latina en transformación:

Estados Unidos yAmérica Latina ante elactual desorden global

1L

1 Nye, Joseph. “Will the Liberal Order Survive?”. Foreign Affairs, January/February (2017): 1-20. 2 Kissinger, Henry. World Order. New York Times Best Sellers; 2014 (2º Ed. 2015): 36 y ss.3 Brzezinski, Zbigniew en entrevista a El País, 14 julio 2104.

Trump y una América Latina en transformación: de la política de muro a la estrategia de sustitución / Gustavo Palomares Lerma

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internacional requerirá mucha cintura y un buendribling político y diplomático que no resistesimplismos o lugares hechos y para el que nosabemos todavía si Trump, su secretario Tillersony el grupo de generales reciclados puedan estarpreparados.

Siguiendo otra línea de pensamientoreferida a la aplicación de los modelosmatemáticos a las Relaciones Internacionales tanen boga, algunos enfoques interpretan la llegadade Trump como otro elemento caótico delsistema en donde América Latina, por suproximidad y espacios de integracióncompartidos, puede sufrir −como ya lo estáhaciendo México con la política de muro−situaciones muy complicadas. Llegados al puntode aplicar la teoría del “caos creador” de la físicacuántica al actual desorden del sistemainternacional, según la cual un “atractor” comoconjunto en el que todas las trayectorias cercanasconvergen (Estados Unidos) puede hacer que lasdinámicas imprevisibles presentes en un espacio(pudiera ser América Latina) tiendan hacia elorden incluso si son perturbadas. En estas

statu quo global4. En todos estos casos, lapregunta obligada en el momento actual es sobrela ficha que ocupará América Latina dentro delpuzle desordenado que supone el actual sistemainternacional.

Señalan algunas posiciones, entre ellasla de Dominique Moïsi, que no es necesariobuscar la inspiración en una nueva conferenciade Viena como la de 1815 para asegurar lanecesidad de nuevos equilibrios reguladores porla vía de acuerdos. Puede ser con China, comoseñala Kissinger, e incluso con América Latinaen donde ahora son competidores; o entriangulación con China, India y/o la UE; o conRusia, en escenarios como Siria donde lasnegociaciones ya se han producido. En estenuevo tiempo, parece ineludible que el aliado enuna región pueda ser el enemigo o el actor porcontener en otra. De tal forma que China, rivaleconómico y comercial en América Latina, es, ala vez, un aliado político y estratégico de primerorden en el cerco estadounidense al régimen deMaduro en Venezuela. Lo que parece cierto antela situación actual es que esta nueva arquitectura

Tribuna Norteamericana / nº25, octubre 2017

Donald Trump dando la mano al presidentede México, Peña Nieto.

compensar con grandes gestos y declaracionesreferidos a la vuelta atrás en sus relaciones conCuba y/o a las condenas del presidente Maduroen franca deriva autoritaria. Los principalespuntos del nuevo programa de gobierno de laactual Administración en su relación conAmérica Latina suponen una vuelta a la dialécticaderivada de la Guerra Fría que pone a los EstadosUnidos distante del avance decidido en elregionalismo integrador. Este proceso demarginalización es necesario valorarlo porquesupone una pérdida significativa de su peso einfluencia continentales.

Es interesante plantear el efecto quepuede tener la nueva estrategia de retraimientode la actual Administración en el procesotransformador de la fase actual, definido comode regionalismo posliberal en algunos casos oposhegemónico en otros. La superación de eseperíodo histórico que vino caracterizado por elsurgimiento de iniciativas que como el ALBA yla Unión Sudamericana de Naciones(UNASUR), partían de presupuestos y visionesdiferentes del período neoliberal abierto respectoa la integración regional. Parecen claras lasdiferencias institucionales y de todo tipo, pero esposible establecer unas característicascompartidas de este “regionalismo posliberal”que han permitido en la última década unavuelta a los presupuestos, intereses y objetivospolíticos y sociales como base central de losesfuerzos integradores, frente a los objetivoseconómicos y de liberalización económica quecaracterizaron la fase anterior. Esta visión trajocomo consecuencia inmediata optar por modelosde desarrollo más amplios, más participativos ycon mayor recorrido social que los derivados dela fase anterior.

Las dinámicas de cambio señaladas eneste nuevo regionalismo en definición,especialmente la nueva configuración estratégicade los Estados Unidos en el continente despuésdel previsible retraimiento en la apertura conCuba, el ascenso en la condena y bloqueo aVenezuela, traerán consecuencias no solo en elALBA, sino también en otros espacios deintegración ya asentados que habían gestionado

situaciones, la única posibilidad creadora capazde superar la inestabilidad permanente delsistema, viene del caos y de ese “atractor”internacional por medio de una nueva estrategiade marcos bilaterales que pudieran suplir en partela tentación aislacionista en esta franca retirada deTrump del incipiente multilateralismo de laAdministración Obama con América Latina.

a llegada de la Administración Trump yla política de muro –promesa de Trump

de construir un muro en la frontera con México−renunciando al liderazgo estadounidense en laintegración continental, económica, comercial ypolítica, puede producir un gran efecto ydistorsión en las dinámicas de cambio continentaldentro de un ciclo medio. Existe una falta declaridad en el programa continental que se intenta

China, rivaleconómico ycomercial en

América Latina, es a la vez un aliadopolítico y estratégicode primer orden,

en el cercoestadounidense, al

régimen de Maduro enVenezuela

De la política de muro a la búsqueda dealternativas

L2

4 Moïsi, Dominique. “The Congress of Vienna Revisited”. Project Syndicate, 25 de septiembre (2014).

Trump y una América Latina en transformación: de la política de muro a la estrategia de sustitución / Gustavo Palomares Lerma

27

octubre de 2017, antesala de la visita de Trumpen noviembre, China ha declarado que en lospróximos cinco años América Latina va a ser unaregión prioritaria en sus esfuerzos financieros. Demomento, los préstamos chinos en los últimoscinco años han llegado a 94 mil millones dedólares; una cifra destacada si la comparamos conlos 156 mil millones que aportaron por distintosconceptos el Banco Interamericano de Desarrollo(BID), el Banco Mundial (BM) y el Banco deDesarrollo de América Latina (CAF).

China será por tanto el actor encargadode llenar el vacío integrador comercial,económico e inversor dejado por EstadosUnidos. Pero no solo eso, también se coloca enun lugar estratégico político y diplomático en losdos viejos contenciosos avivados con fuerza enAmérica Latina con la llegada de Trump: Cubay Venezuela.

26

acuerdo firmado en 2016 busca dar forma almayor bloque económico del mundo y fuefirmado en febrero de 2016 por 12 países, entreellos Chile, México y Perú. Sin embargo, elacuerdo aún espera por su ratificación y el asuntono es nada fácil: se requiere el visto bueno de almenos seis de los países signatarios y estos debenrepresentar al menos un 85% del PIB de los 12combinados. En la práctica, eso significa que nopodrá entrar en vigor sin el visto bueno deEstados Unidos y Japón, que juntos equivalen al79% del PIB del bloque. Esta situación generaincertidumbre y enfado por los efectos que su noentrada en vigor puede suponer en las economíasde los tres países latinoamericanos y también unapérdida muy importante para la economíaestadounidense al perder un mercado al quepodría exportar más de 150.000 millones dedólares en cinco años. Todos los países dentrodel TTP buscan alternativas, pero existe un granconsenso: el único plan B que podría llenar confuerza la retirada estadounidense del acuerdo, através de tratados alternativos, es China.

os últimos datos confirman unadinámica determinante para la región

a tenor de las previsiones de la CEPAL que se haido apuntando en los últimos años, pero que elretraimiento de los Estados Unidos va a facilitar.En los últimos meses de 2017, China habrásustituido a la Unión Europea como segundosocio comercial en América Latina. La llegada deTrump y su política de muro suponen elpequeño impulso necesario para echar a AméricaLatina a los brazos de China. El gigante asiáticoes ya el principal aliado comercial de Brasil, Perúy Chile, y ocupa un lugar prioritario en labalanza comercial de Costa Rica, Cuba yArgentina.

El peso económico y comercial esparejo a su nivel de influencia en comparacióncon el de Estados Unidos y la Unión Europea.De acuerdo con el Barómetro de las Américas para

la intersección entre las distintas sensibilidadespresentes en el continente, especialmente enMERCOSUR y UNASUR, dando por hecho elimpulso que la Administración Obama estabadando a esta transformación del regionalismocontinental.

Las amenazas de la AdministraciónTrump de solicitar al Congreso de EstadosUnidos la terminación del Tratado de LibreComercio de América del Norte las Américas(TLCAN) ante los pocos avances en surenegociación en la segunda ronda deseptiembre de 2017 son el reflejo de la tensiónque viven gran parte de los paíseslatinoamericanos y Canadá ante la imprevisibleposición de la nueva Administración. Todosellos, individualmente y en conjunto, buscanalternativas para diversificar su dependencia delliderazgo de los Estados Unidos y compensar elcoste de la retirada progresiva estadounidense deunas dinámicas económicas y comerciales queserá necesario suplir con otros actores. Ahí juegaun papel decisivo la voluntad creciente de Chinaen sus relaciones con América Latina y de la UEpor renovar su apuesta estratégica con losdistintos espacios o bloques continentales deintegración.

En esta estrategia de sustitución de lapolítica de muro también se encuentra la Alianzadel Pacífico, el organismo fundado en 2011 porMéxico, Colombia, Perú y Chile que, ante elretraimiento de los Estados Unidos en surelación con los distintos espacios deintegración, ha aprobado en la Cumbre deSantiago de Cali, la incorporación de Canadá,Australia, Nueva Zelanda y Singapur en calidadde miembros asociados. Los cuatro países de laalianza, que tiene cerca de 225 millones dehabitantes y el 35% del PIB de América Latina,intentan tomar nuevo impulso en un momentodecisivo para la región, intentando llenar elespacio dejado por los Estados Unidos yconvencidos que China es la gran alternativa.

Este efecto de la retirada progresiva delos Estados Unidos de los tableros integradoresglobales repercute en América Latina de formasignificativa como lo demuestra la salida de losEstados Unidos del Acuerdo Transpacífico deCooperación Económica (TPP). Este ambicioso

Tribuna Norteamericana / nº25, octubre 2017

datos de 2016-2017, el 63% de la ciudadaníalatinoamericana considera que la influencia deChina en la región es positiva y en torno al 61%opina eso mismo de la influencia estadounidense.Este mismo estudio señala que la percepción dedicha ciudadanía coloca a China por delante deEstados Unidos, la UE, Japón e India en sucapacidad de influencia5.

La cooperación financiera también va aser importante. Poco después de la visita delsecretario de Estado Tillerson a Beijing en

En los brazos de China

L3 China será

el actor encargado dellenar el vacío integradorcomercial, económico einversor dejado porEstados Unidos

Donald Trump, presidente de los EE.UU. yXi Jinping, secretario general del ComitéCentral del Partido Comunista de China.

5 Barómetro de las Américas, Universidad de Bandervilt para 2016-2017. Web.

Trump y una América Latina en transformación: de la política de muro a la estrategia de sustitución / Gustavo Palomares Lerma

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estadounidense ocupa un lugar determinantepara acelerar unos procesos o paralizar otros.

Todas estas transformacionessignificativas en América Latina tanto concambio de gobiernos, nuevos equilibrios políticosinternos, como nuevos acuerdos ymodificaciones dentro de los distintos espaciosde integración, encontrarán definición a lo largode los próximos meses y afectarán a la estructura,equilibrio y dinámicas de regionalismo que eneste momento se encuentra en definición. Lanueva política continental por parte de laAdministración Trump se encuentra en estosmeses en definición −siguiendo el ritmo lento yen parte improvisado de la nuevaAdministración− pero condiciona de formanuclear a esos nuevos procesos y equilibrios queafectarán a la geometría y estructura de lasdinámicas internas e internacionales políticas,económicas y comerciales continentales; tambiénal peso de otros nuevos actores que entran confuerza en la región, como es el caso de China yde otros socios asiáticos, así como la respuesta deotros actores históricos como es la UniónEuropea, ante estas nuevas realidades.

Puede decirse que la llegada de Trumpha producido el choque entre dos procesos enAmérica Latina: el que podríamos denominarsíndrome de la política de muro, renunciando alliderazgo estadounidense en la integracióncontinental, económica, comercial, política ymilitar, que buscaba la Administración Obamacon la denominada “Doctrina Kerry” y, frente aeste, un proceso para un cierre de ciclo interno yla definición de un nuevo tipo de regionalismocontinental que en este momento originario esdifícil de calificar. Todo ello, conlleva una nuevadefinición del equilibrio histórico internocontinental y también del existente entre losdistintos actores determinantes en AméricaLatina, especialmente del nuevo papel de losEstados Unidos. Y todo ello, dentro de ladiscusión actual académica internacionalistarespecto a la falta de orden y la estructura variableen el sistema internacional y de si los EstadosUnidos de Trump tendrá la suficiente voluntady habilidad para gestionar esa nuevaresponsabilidad global. 28

en la isla, dentro de ellas, algunasestadounidenses en un sector en el que el propioTrump tiene una parte de sus empresas bienposicionadas y con grandes planes de expansiónen un futuro.

La llegada de la Administración Trumpcon un tono más beligerante dentro de unenfoque unilateral y mucho más armamentista,coincide con un paso más en la deriva autoritariaen el régimen bolivariano en Venezuela y laconvocatoria de una Asamblea NacionalConstituyente en mayo de 2017, lo que hasupuesto una respuesta social en la calle de todoslos partidos de la oposición y de la actualAsamblea Nacional de mayoría opositora.

La apuesta clara de Mauricio Macri enlos últimos años respecto a la no vinculación deVenezuela a MERCOSUR, ante los avancesprogresivos en las modificaciones internas enVenezuela y el deterioro en las condicionessociales y de abastecimiento en ese país, propicióun consenso amplio, también de Brasil, Uruguayy Paraguay, para el cese de los “derechosinherentes” de Venezuela como Estado miembrodel MERCOSUR. Las posiciones denominadasbolivarianas dentro de esta Organización en losúltimos años, habían condicionado sobremaneralos avances de liberalización interna en elestablecimiento de un mercado común y de

uando el presidente Obama en sualocución de Navidad señalaba las

nuevas relaciones con Cuba y con los distintosactores latinoamericanos como uno de loscentros fundamentales de su reactivada políticaexterior, no podía imaginar que una victoriarepublicana podría llevar al traste el principallogro de dicha política exterior: la apertura derelaciones políticas y diplomáticas con Cuba, laposibilidad de avanzar progresivamente hacia elfin del embargo para acabar así con el máximoexponente de la dialéctica durante la GuerraFría.

Todo parece indicar que la nuevapolítica no revierte el acercamiento iniciado porWashington y La Habana en diciembre del2014, sino que endurece sus términos.Principalmente, la nueva política impidecualquier transacción financiera con el Grupode Administración de Empresas (GAESA), unconglomerado estatal cubano que, de acuerdocon Washington, beneficia directamente a altosjefes de las Fuerzas Armadas y alimenta susprácticas corruptas. El apoyo a esta medida esdeterminante porque fuerza a los inversoresextranjeros a entenderse directamente con losempresarios que tienen negocios en la isla sinintermediarios que puedan condicionar odesviar dichas inversiones. También lo es lavuelta por parte del actual presidente a la retóricade la violación de los Derechos Humanos en laisla, pero, sin embargo, nada hasta estemomento, respecto a limitar la aperturaprogresiva de las respectivas fronteras y laposibilidad de que Cuba se transforme en elprincipal destino continental de los turistasestadounidenses propiciando la denominadaDiplomacia Coppertone. Más de un cuarto demillón de estadounidenses visitó la isla en losprimeros cinco meses del 2017, lo querepresentó un crecimiento de 145% frente aigual período del 2016, con lo que ello suponepara la economía caribeña y el incremento delvolumen de negocio para las empresas turísticas

Tribuna Norteamericana / nº25, octubre 2017

forma paralela, las relaciones de este MercadoComún del Sur con los Estados Unidos, más aúncon la llegada de Trump y las presionesestadounidenses en los marcos continentalesrespecto a la necesidad de medidas políticas,económicas y comerciales frente al régimen deMaduro.

La proclamación del abandono de laOEA por parte de Venezuela en abril de 2017supone un paso más en la radicalización delrégimen venezolano pero también en elenfrentamiento ideológico continental, teniendoen cuenta que hay un grupo de países que apoyanlas tesis bolivarianas frente a la oposiciónvenezolana y frente a los Estados Unidos, comoes el caso del ALBA y que puede provocar unadura discusión en la CELAC en la próximaCumbre a desarrollar en los próximos meses.

a llegada de Trump con su nacionalismopopulista y sus tentaciones aislacionistas

llegan en un momento en donde América Latinaafronta cambios que pueden suponertransformaciones significativas del regionalismoimperante y de los distintos espacios deintegración, especialmente en la Alianza delPacífico, el ALBA, la CELAC y UNASUR.

La amenaza de retirada de los EstadosUnidos de la renegociación del Tratado de LibreComercio de América del Norte con México yCanadá, coinciden con avances significativos enel marco multilateral continental especialmenteen el Eje Pacífico y con cambios internos que sevan consolidando en países como Argentina yBrasil. Los enfrentamientos regionales a causa dela deriva autoritaria de Venezuela, las próximasconsultas electorales en Chile, Honduras, Méxicoo Colombia, así como las dudas respecto al nuevopapel de Cuba en sus relaciones continentales trasel cambio de postura en Washington, puedensuponer modificaciones sustanciales en elequilibrio político, institucional e ideológicocontinental en donde la nueva Administración

Conclusiones

L5

Más de un cuarto de millón de

estadounidenses visitóCuba en los primeroscinco meses del 2017,lo que representó uncrecimiento de 145%frente a igual período

del 2016

Con Cuba y Venezuela:vuelta a empezar

C4

EN UN TEATRO MULTIPOLAR CONSOMBRAS CHINESCAS

Rubén Ruiz Ramas

ntes ya de la llegada de Donald Trumpa la presidencia, el unipolarismo de la

Pos-Guerra Fría, en el que EE.UU. ha ejercidode hegemón en el sistema internacional, dabamuestras de agotamiento. La diferencia de poderentre la única superpotencia, EE.UU., y lasiguiente categoría de Estados más poderosos, lasgrandes potencias, decrece desde hace unadécada. Un retraimiento gradual acaecido máspor el fortalecimiento de quienes demandan unarevisión del sistema internacional, que por eldebilitamiento estadounidense. Y es que EE.UU.sigue liderando el ranking mundial en las cuatroáreas en que se mide habitualmente el poderestructural: la seguridad, la producción, lasfinanzas y el conocimiento.

El de EE.UU. es un declive relativo, esdecir, empíricamente contrastable encomparación con el poder de otras grandespotencias, sin entrañar en sí una decadenciainterna a pesar de lo que sugieren eslóganes comoel “Make America Great Again”. Un decliverelativo perceptible tanto en la evolución de la

gobernanza global como en asuntos regionales.Un declive disputado por EE.UU. frente adistintos contendientes, no uno único. De ahí,la proliferación de análisis acerca de si el sistemainternacional se debate entre la unipolaridad y lamultipolaridad. De ahí, que la aparienciamultipolar del mundo goce de tantapopularidad. Una apariencia que, a pesar de losEstados interesados en construir su verosimilitud,es todavía cuestionable como principio derealidad presente y futuro. Tras el telón delescenario del teatro multipolar actúan Estadosque, hoy por hoy, son grandes potencias pero nosuperpotencias, aquellas entre las que se divide elgrado de dispersión del poder de un ordeninternacional, bien sea unipolar, bipolar omultipolar. Pero lo importante en el teatro noson las capacidades materiales, sino la actuación,la performance, el poder performativo de un actorpara actuar como una superpotencia, serconvincente y, poseyendo o no esas capacidades,ser tratado como tal. El interés común de losEstados −Rusia, China, India y Brasil entre

Trump 2.0 y Rusia en un teatro multipolar con sombras chinescas / Rubén Ruiz Ramas

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Licenciado en Historia por laUniversidad de Zaragoza y Master-Diploma enEstudios Políticos y Constitucionales en elCentro de Estudios Políticos y Constitucionales(CEPC). Ruiz Ramas ha realizado estancias deinvestigación en el Instituto de Latinoamérica dela Academia de las Ciencias de Rusia, laUniversidad de Warwick, la Universidad Estatalde Administración de Donetsk, la AmericanUniversity of Central Asia y en la Kiev MohylaAcademy. Entre otras publicaciones figura laedición y autoría del libro “Ucrania. De laRevolución del Maidán a la Guerra delDonbass”.

Rubén RuizRamas

Doctor en Ciencias Políticas y de laAdministración (Premio Extraordinario deDoctorado), ha sido Investigador Asociado enel Departamento de Política Internacional dela City University London, así comoinvestigador y docente en el Dpto. de CienciaPolítica y de la Administración de la UNED.

Tribuna Norteamericana / nº25, octubre 2017

Trump 2.0 y Rusia

Investigador Senior en laEscuela de EstudiosInternacionales de la SunYat-sen University(Cantón, China).

A

Twitter: @RuizRamas

Trump 2.0 y Rusia en un teatro multipolar con sombras chinescas / Rubén Ruiz Ramas

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exterior del Trump presidente donde mayorcontención ha mostrado respecto al Trumpcandidato ha sido al respecto de su alianza conEuropa y las relaciones con Rusia, ambassumamente interrelacionadas. En el pasadonúmero de Tribuna Norteamericana, JavierMorales precisaba que existen checks and balancesinstitucionales y burocráticos que impiden a unpresidente modificar los consensos en políticaexterior de la noche a la mañana. La presidenciade Trump servirá para comprobar las teoríassobre la configuración de la política exterior deun Estado, en especial de una superpotenciapresidencialista como EE.UU., así como laautonomía de los distintos actores e institucionesimplicados. Esto es, ¿qué capacidad tiene elejecutivo de Trump para cambios sustanciales enla política exterior de EE.UU. si estos colisionancon las preferencias del Partido Republicano,con el aparato estatal ligado al Departamento deEstado y al Departamento de Seguridad, oincluso con la OTAN como entidad dotada denaturaleza sustantiva e inmersa en una estrategiade supervivencia?

Ahora bien, lo cierto es que Trump hapodido mantener sus preferencias en otrosaspectos igualmente disruptivos como son lasalida del Acuerdo de París, la ruptura delconsenso del Plan Conjunto de Acción con Irán,la insistencia con el muro en México y elcuestionamiento (NAFTA) o abandono (TPP yTTIP) de los principales acuerdos comercialesplanificados por EE.UU. Con respecto a Europay Rusia no ha habido un viraje semejante a pesarde toda la retórica previa. Es posible que en elsupuesto de que Trump busque un futuroacercamiento a Rusia, con o sin acuerdo previo

otros−que actúan en esa representación es ejercerun contrapeso a la hegemonía estadounidense,pero al margen de él, cada uno de ellos tiene sumotivación. Si en el caso de Rusia, unasuperpotencia que cayó al estatus de granpotencia, su asertividad y la representaciónmultipolar le permite recuperar elreconocimiento de un auténtico global player, enel de China le sirve para amortiguar los temoresglobales ante su asombroso crecimiento.

Existe una segunda clave en el desgastedel actual desorden internacional que no tieneque ver tanto con la distribución del poder, sinocon su propuesta sistémica. En este sentidoEE.UU. no es una superpotencia solitaria, suproyecto, la expansión de su modelo político yeconómico en paralelo a la globalizacióneconómica, es de las potencias del G-7 y el de losEstados presentes en la OCDE. En relacionesinternacionales la supremacía implica laimposición de un orden y sus normas mediantela coerción y la fuerza, mientras la hegemonía esla capacidad de crear y gestionar un orden y susreglas en base a una cierta legitimidad o legalidadadquirida por un actor hegemónico. Siendo así,la resistencia ante la universalización planteadapor Occidente, ha provocado que EE.UU., enlos hechos, ejerciese su hegemonía en el sistemainternacional descansando más en su poderestructural y menos en la proyectada paz liberal.Además la contradicción de ejercer unahegemonía por presión estructural, al tiempoque se mantiene un discurso centrado en valores,ha dificultado establecer prioridades estratégicasen su política exterior al no identificarclaramente dónde, como superpotencia y nocomo cruzado del liberalismo global, selocalizaban sus intereses vitales.

En los planteamientos de la políticaexterior de Donald Trump, con todas lasincongruencias que impiden visualizar un corpusequivalente a una doctrina, se evidencia una clarapredilección por reaccionar ante el decliverelativo en términos de poder. Pero también unabierto cuestionamiento de la vigencia delllamado orden liberal que ha liderado EE.UU.desde 1945, sus instituciones multilaterales y laalianza con la UE y los socios de la OTAN. Sinembargo, también es cierto que la política

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con la UE y sus socios de la OTAN, encuentresuficientes impedimentos institucionales ocolisiones entre los intereses de EE.UU. y Rusia.Pero Trump no lo ha intentado. No se lo puedepermitir si quiere consolidar su presidencia, yevitar así un impeachment express, al no habersecerrado la investigación sobre la supuestainjerencia de Rusia en las elecciones presidencialescon la connivencia de parte de su equipo. Sí, hayque conceder que resulta arriesgado pronosticaruna segunda presidencia de Trump, pero nomenos que una primera cuando Trump se postulóen las primarias republicanas. En una hipotéticasegunda presidencia de Trump el caso podría estarresuelto o como mínimo amortizadopolíticamente. En tal contexto, ¿qué ocurriría conla relación de EE.UU. con Rusia?, ¿tan evidentees que debería mantenerse en términos de unarivalidad protagónica si la política exteriorestadounidense renuncia al llamado orden liberaly a sus valores de universalización?, ¿es con Rusiacon quien los EE.UU. están destinados acompetir económica y geopolíticamente?

a hipótesis de una Nueva Guerra Fríaha sido muy divulgada tanto en

Occidente como en Rusia a raíz de la crisis enUcrania. Con alineamientos y enfoques distintos−inclusive antagónicos−, quienes sostienen lareutilización del concepto tienden aresponsabilizar al expansionismo de una de laspartes de la quiebra de confianza entre Occidentey Rusia. Infieren que, en paralelo, se haevidenciado un choque entre sus modelospolíticos, económicos e incluso de civilización.Un conflicto de naturaleza geopolítica, perotambién sistémica, que trasciende de la esferaregional con la gestación de bloques y alianzasglobales.

¿Qué capacidad tiene elejecutivo de Trump paracambios sustanciales en lapolítica exterior de EE.UU.si estos colisionan con laspreferencias del Partido

Republicano?

Putin y Trump durante su encuentro en el G20 en julio de 2017.

Relaciones EE.UU.–Rusia: ¿NuevaGuerra Fría oestancamiento de laPaz Fría?

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recursos, mercados, acuerdos comerciales,ampliación de proyectos regionales económicos yubicaciones geoestratégicas en diversas áreas decompetición regional. El resurgimiento degrandes potencias como Rusia y China y su unióncon otras emergentes como Brasil, India oSuráfrica en organizaciones internacionales que,como el grupo BRICS, nacen con vocación decontestar la hegemonía occidental, mientrasbosquejan un multipolarismo con una incipientedivisión en bloques.

Conviene recordar, en cualquier caso,que la polaridad del sistema internacional definecómo está distribuido el poder entre los Estadoscon rango de superpotencias; y las alianzas entresuperpotencias, e incluso entre grandes potencias,siempre son complicadas debido a que rara vezno integran una competitividad interna. Tensiónque hace que esas alianzas estén dotadas deimportantes dosis de incertidumbre ydesequilibrios internos. Suele suceder que unaalianza encubre una supremacía interna de unode los Estados, asumida por el resto de ellos acausa de la presión de una coyunturainternacional dada. Por ello, el contexto presenteinvita a ser escéptico con la solidez de nuevasalianzas y a observar si en realidad estas nopudieran estar ocultando el advenimiento de unorden bipolar, dominado por EE.UU. y China,

dentro de un discurso y organizacionesinternacionales de apariencia multipolar.

En particular el grupo BRICS sepresenta como una alternativa a las institucioneseconómicas pilares del actual sistemainternacional controlado por Occidente: laOCDE, el BM y el FMI. Para ello han creado elNuevo Banco de Desarrollo del BRICS (NBDBRICS) y en su seno, el Acuerdo de Reservas deContingencia (ARC). Pero las potencias insertasen los BRICS tienen tantas esferas decompetición como de cooperación y, en esencia,hoy por hoy, la escenificación de un ordeninternacional alternativo al unipolarismo de losEE.UU. es su principal argamasa. Sus miembroscooperan en unos contextos y rivalizan en otros.Hasta la fecha los BRICS siguen sin coordinar suactuación en foros internacionales como el G20,la OMC, el FMI o el BM. Y sin ir más lejos,China ha reaccionado a las sanciones deOccidente a Rusia de la manera menos deseadapor el Kremlin: con un descenso de susinversiones en Rusia e interrumpiendo lastransacciones interbancarias entre los bancoschinos y rusos; esto es, no acudiendo al rescatede los socios ante su desabastecimiento decapitales. Mientras, los negocios chinos enUcrania mantienen el enfoque de business asusual, lejos de posicionarse con su socio en elgrupo BRICS. Así, es legítimo preguntarse si elgrupo BRICS es una de esas instituciones conapariencia de reflejar un mundo multipolar perollamadas a ocultar la realidad de un emergentebipolarismo. No hay que olvidar que entre lasinstrucciones legadas por Deng Xiaoping alretirarse de la escena pública, figuraba lasiguiente: “esconder nuestras capacidades yesperar nuestro tiempo; mantener un perfil bajo;y no reclamar nunca el liderazgo”. Pero lassombras chinescas en el teatro multipolar nohacen desvanecer el desequilibrio entre China yel resto de sus socios, siendo el PIB de Chinamayor que el de las otras cuatro economías juntascon un 55% del total. La comparación entre elcapital del banco desarrollo del grupo, con200.000 millones de dólares de capital inicial, ylos más de 670.000 millones de dólares que lasinstituciones públicas chinas han asignado en2013 y 2014, habla por sí sola.34

comportamiento de las potencias. Una faseaparentemente transitoria en la que, en palabrasde Richard Sakwa, se da una “inestable treguageopolítica, (…) donde la derrota de un lado noes aceptada como legitima, mientras la victoriade otro no puede ser consolidada”. En la Paz Fríani Rusia ni EE.UU. están satisfechos: losprimeros sumidos en el victimismo y lossegundos manteniendo una mentalidad decruzado al comprobar que su “victoria” en laGuerra Fría no se traduce en la estabilización deun nuevo orden y ha de continuar batallandopor la universalización de sus valores. Cabereflexionar si la llegada de Trump a la CasaBlanca es un síntoma de agotamiento delcruzado, un aviso útil de que su salud puede estaramenazada, o si es un signo inequívoco de unaenfermedad terminal.

l declive relativo de EE.UU. favoreceque entren a escena una pluralidad de

actores en pugna por espacios de influencia. Undecorado multipolar en el que se prevéncontiendas, no necesariamente bélicas, por

Sin embargo, como contexto históricoglobal, no es fácil encontrar semejanzas entre elescenario actual y el de la Guerra Fría, donde dossuperpotencias con aspiraciones a ejercer unahegemonía global confrontaban cosmovisionessistémicas alternativas en términos ideológicos,culturales, políticos, sociales y económicos.Eran, además de dos superpotencias, dos polosde atracción, unión y alineamiento. En lasrelaciones específicas entre EE.UU. y Rusia, larecuperación del vocabulario diplomático de laGuerra Fría, las mutuas acusaciones deinjerencia y sabotaje, las sanciones mutuamenteestablecidas, la salida de Rusia del G-7+1, laruptura de relaciones entre la OTAN y Rusia,indudablemente son pasos hacia la rivalidad.Pero la creciente enemistad no reposa en unantagonismo sistémico, las relaciones entreEE.UU. y Rusia no ocupan la centralidad deltablero global, y los ámbitos de interactuación eintercambio siguen siendo hoy mayores y másdensos que los existentes en cualquier momentode la Guerra Fría.

Hasta la llegada de Trump a lapresidencia el escenario encajaba bien con lo quese ha dado en llamar la Paz Fría: un período enel que, sin las causas de enfrentamiento“geoideológico” que motivaron la Guerra Fría,se mantiene su legado de rivalidad en el

Tribuna Norteamericana / nº25, octubre 2017

El presidente de Brasil Michel Temer; presidente de Rusia Vladimir Putin; presidente de ChinaXi Jinping; presidente de Sudáfrica Jacob Zuma y el primer ministro de India Narenda Modi,posando durante la cumbre de BRICS en China en septiembre de 2017.

¿Multipolarismo oteatro multipolar paraencubrir un bipolarismoemergente?

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Hasta la llegada deTrump el escenarioencajaba bien con loque se ha dado enllamar la Paz Fría:un período en el que

se mantiene larivalidad en el

comportamiento delas potencias

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aparentemente hoy ya olvidado. Es un Estadorentista cuyo presupuesto central depende de laexportación de hidrocarburos y su PIB, entérminos nominales, equivale al italiano. Así,Rusia ha frenado su declive en términos netosen relación a la etapa yeltsiniana, pero comopotencia su fragilidad interna no le permiteabandonar, al menos a corto plazo, el decliverelativo iniciado ya antes de la desintegración dela URSS. Si en 1985 alguien hubiera dicho queen quince años Rusia se incorporaría a alianzasinternacionales con China como socio menornadie le hubiera creído. Paradójicamente es elauge de una pluralidad de potencias, y sucontestación en común a la hegemonía unipolarde EE.UU., la que permite a Rusia enmascararla persistencia de un declive relativo que, no hayduda, es mayor que el de EE.UU.

Es de suponer que un Trump 2.0liberado de la responsabilidad de ser cruzado delorden liberal, sería selectivo en las intervencionesexteriores, concentrándolas allí donde residen losmayores intereses directos y amenazas para suseguridad. En tal caso, en buena lógica, lasrelaciones de cooperación y rivalidad con lasotras grandes potencias serían revisadas enfunción de sus costes y beneficios. Tresargumentos de corte estructural se pueden argüirpara justificar un reacomodo de las relacionescon Rusia: primero, Rusia carece de lascapacidades estructurales para rivalizar conEE.UU. en términos de superpotencias;segundo, Rusia es una gran potencia cuyamáxima meta a corto y medio plazo puede serrecuperar una supremacía en su tradicionalesfera de influencia, Eurasia, región muy ampliapero donde un EE.UU. selectivo no poseeríaintereses individuales de prioridad máxima;tercero, las relaciones económicas y comercialesbilaterales con Rusia no poseen impactosignificativo en los ciudadanos de los EE.UU.

o esclarecedor del lema de campaña“America First” en términos de política

exterior es, más que el anuncio explícito de ladefensa de los intereses económicos de EE.UU.,el rechazo implícito a seguir asumiendo los costesde una hegemonía sistémica. Si un Trump 2.0finalmente renunciase a ser un cruzado de laglobalización, del orden liberal y sus institucionesmultilaterales, su propuesta sistémica de sistemainternacional encajaría en gran medida, más alláde la división matemática, con los fundamentosque Putin propondría para ese nuevo ordeninternacional multipolar hiperrealista desde laperspectiva de las relaciones internacionales. Unadevolución de poder en el sistema internacionalhacia los Estado-nación, a sus intereses, y alequilibrio entre estos. Lo que lógicamente setraduce, ante la aceptación implícita de unajungla institucional, en una propuesta normativade otorgar primacía a las grandes potencias y aun indisimulado reparto global en esferas deinfluencias.

Si en el nivel sistémico las diferenciasentre EE.UU. y Rusia se puede ver reducidas enuna presidencia Trump 2.0, cabe preguntarse silos elementos de competencia geopolítica yeconómica justificarían el mantenimiento deunas relaciones de rivalidad prioritaria entreambas potencias. Rusia es una gran potencia queha recuperado en la última década poderefectivo, y en mayor medida performativo,producto de una coyuntura de fortalecimientointerno y de un contexto internacional favorablea la puesta en escena del multipolarismo. ConPutin en el Kremlin ha recobrado la capacidadde decir no a Occidente. Sin embargo, surenovado protagonismo en la arena internacionalha de ser puesto en contexto. Rusia permanecependiente de su modernización institucional yeconómica, principal objetivo en la campañapresidencial de Medvédev en 2008,

Tribuna Norteamericana / nº25, octubre 2017

as condiciones para una rivalidad en elámbito de las superpotencias se dan

entre EE.UU. y China; las principales tensionescomerciales bilaterales para EE.UU. son conChina; y la región hacia donde bascula el centrode la economía global y donde se están creandolas rutas comerciales clave para el siglo XXI: elSureste Asiático, y no los alrededores de Crimeacomo en el XIX. Si se confirmase la renuncia deTrump a ejercer una hegemonía global liberal, yel relajamiento de la política de promoción de lademocracia, las fuentes de conflictividad basadasen el interés estatal que permanecerían, tantogeopolíticas como económicas, entre EE.UU. yRusia, pueden no justificar el coste mutuo dedesgaste ante el ascenso chino, inquietante paraambas potencias. Además, con la renuncia a unorden liberal universal, un leitmotiv primario delos BRICS, ejercer de ente contra-hegemónico deEE.UU., quedaría desdibujado. En cualquiercaso, pronosticar, como se ha hecho, unareedición de la pinza que Henry Kissinger ideópara presionar a la URSS entre Nixon y Mao, enlas figuras de Trump y Putin, es tentador perodesenfocado.

Aquel era un triángulo de tres vérticesaislados en el que se trazó la línea más inesperadaentre dos de ellos con dos objetivos claros. Enprimer lugar, inquietar a la URSS, más que aislar,y conducirle más fácilmente a la mesa denegociaciones. Y en segundo lugar, siendo elprincipal éxito del Nixon goes to China, fue lapropia apertura de relaciones bilaterales entreEE.UU. y la China comunista que sacó delaislamiento a China, sin relaciones con la URSSdesde el conflicto fronterizo de 1969. No habíauna alianza que romper por tanto. Ni tan siquierauna cuyo principal carácter fuera performativo,por lo que China no temía las contraprestacionesen su relación con la URSS del acercamiento aEE.UU. No obstante, según Winston Lord,presente en aquel viaje y posteriormenteembajador de EE.UU. en China, el acercamientoa China también tenía el objetivo de mostrar al

mundo que definitivamente “el bloquecomunista, no era ya un bloque”.

Las diferencias con el escenario actualson numerosas. La principal es que las relacionesbilaterales entre Rusia y China están en el mejormomento de su historia, aun siendo cierto elexceso de ornamentación del que se revistenestas. Por lo que es difícil pensar que el Kremlindé un paso en falso que ponga en riesgo esasituación. Además, solamente quienes entiendenla “Comunidad Internacional” como unsinónimo de “Occidente” piensan que Trumppuede sacar hoy a Putin de un aislamientointernacional.

De tal modo, las consecuenciasinternacionales de un acercamiento entreEE.UU. y Rusia se centrarían en los acuerdos quecondujeran a una desescalada de la tensión entreambas potencias en Europa Oriental y OrienteMedio. Negociaciones cuyos resultados bienpudieran inquietar a China, pero en mayormedida lo harían a la Unión Europea y a lossocios de la OTAN. Tal movimiento liberaría aEE.UU. de esfuerzos para concentrarse en Asia-Pacífico y, quizá también, recuperar espacio enAmérica Latina. En el terreno de la performance,según cual fuera el contenido y el brillo de lasguirnaldas, contribuiría a la hipótesis delmultipolarismo sí; pero igualmente a evidenciarque la argamasa de la alianza entre Rusia y Chinaes más porosa que la retórica asumida por losBRICS y otros decorados del actual teatromultipolar. Trump a su vez mostraría al mundoque “el bloque de los BRICS no es un bloque”.

¿Es compatible el“America First” con ladegradación estratégicade la rivalidad conRusia?

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3 ¿Un “Nixon goes toChina” aterrizando enMoscú? No tanto

L4 Solamente quienes

entienden la“Comunidad

Internacional” como unsinónimo de “Occidente”piensan que Trump

puede sacar hoy a Putinde un aislamientointernacional

Rusia carece de lascapacidades estructurales pararivalizar con EE.UU. entérminos de superpotencias

Nº1. Julio 2009.»The 2008 Presidential Election in Historical Perspective. Andrew Richards

Nº2. Octubre 2009. »Crusader America: Democratic Imperialism under Wilson and Bush. Omar G. Encarnación

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TribunaNorteamericana

Nº9. Julio 2012.»España y los hispanos en losEE.UU.: una llamada a la realidad.Javier Rupérez» ¿Qué significa ser Hispano en los EE.UU.?. Octavio Hinojosa»Estereotipo en el momento del cambio.Emili J. Blasco

Nº10. Noviembre 2012.» La dura factura de la crisis sobrela imagen española en los EE.UU.Pablo Pardo» Claves para una Política Hispana:cómo fortalecer el papel de España enEE.UU.Daniel Ureña»España-Estados Unidos. Una relación de futuroGustavo Palomares

Nº11. Enero 2013.» El difícil cambio de Obama hacia una histórica reelecciónDori Toribio» Obama, "Cuatro años más"Esteban López-Escobar» Obama: del icono al poder de la imagenAntoni Gutiérrez Rubí» Obama “Forward”

Nº12. Abril 2013.» Cómo los vemos y cómo nos venInocencio Arias» Las fronteras difusas del mercado enEE.UU.David Fernández Vítores» El factor hispano: cantidades, cualidades y debatesFrancisco Moreno Fernández

Tribuna Norteamericana está disponible para sudescarga en PDF en la página web del InstitutoFranklin: www.institutofranklin.net

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AGOTADO

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Nº5. Noviembre 2010. »The United States Supreme Courtand the Political Process: The ContemporaryStatus of Voting Rights Law. Mark Rush

Nº6. Abril 2011.»Un republicano en la Moncloa: la visita de Ronald Reagan a la España de 1985. Coral Morera Hernández

Nº7. Julio 2011.»El servicio diplomático norteamericano: el Foreign Service (FS).Alberto Priego

Nº8. Marzo 2012.»Running for President, la ambición política y la influencia de los medios. Vicente Vallés»Barack Obama y su carrera política.Roberto Izurieta»Los efectos de la “americanización” de las campañas electorales del mundo.Roberto Rodríguez Andrés

Nº3. Marzo 2010. »Política Hispana: España y las Comunidades Hispanas de EstadosUnidos.Guillermo López Gallego

Nº4. Mayo 2010. »Las relaciones entre EE.UU. y Pakistán. Continuidad y cambio conla Administración Obama.Alberto Priego

AGOTADOLa revista Tribuna Norteamericana es una publicación de difusión con base científica que recogeartículos relacionados con la política, la economía, la sociedad y la cultura de Estados Unidos. Cadanúmero está dedicado a una temática y cuenta con colaboradores del ámbito de la diplomacia, laempresa, los medios de comunicación y la academia. Se distribuye en papel entre institucionesespañolas y estadounidenses fuera y dentro de España, así como entre medios de comunicación yempresas.

Tribuna Norteamericana es la publicación oficial de la Fundación Consejo España-Estados Unidos,institución colaboradora del Instituto Franklin-UAH a través de su Patronato. Asimismo, la revistaincluye una sección que lleva por título “La historia de” y que narra la experiencia de una empresaespañola (patrona de la Fundación) en Estados Unidos.

Nº13. Junio 2013.» U.S. Immigration Policy Debate, an investment in the future, or more roadblocks ahead?Clara del Villar» Hacia un nuevo modelo migratorio en EE.UU.Secundino Valladares» El impacto de la reforma migratoria en la economía de los EE.UU.Eva Pareja

Nº14. Octubre 2013.» Los Foros Espana-EE.UU.D. Jose Manuel Garcia-Margallo» Diplomacia publica y sociedad civil: laFundacion Consejo Espana-EE.UU.Emilio Cassinello» El Foro y el Consejo Espana-EE.UU.: losprimeros anosJaime Carvajal» Dos decadas acercando sociedadesJuan Rodriguez Inciarte» Espana-EE.UU.: medio milenio de historia comunGonzalo de BenitoEspana-EE.UU.: una relacion de futuroAntonio Fernandez-Martos Montero» Panorama interdisciplinario del espanolen los EE.UU.Francisco Moreno Fernandez

Nº15. Abril 2014.» Cómo fomenta la diplomacia de EE.UU.la igualdad de género y la participación enpolítica de las mujeresKate Marie Byrnes» Women’s Progress on the Road to Congress: A Comparative Look at Spainand the U.S.Alana Moceri» U.S. Latinas and Political LeadershipLisa J. Pino» ¿Imparable Hillary Clinton 2016?Dori Toribio

Nº16. Septiembre 2014.» Ferrovial en EE.UU.: diez años haciendo caminoJoaquín Ayuso» EE.UU. vs Europa: Distintos lenguajes, similar semánticaSinuhé Arroyo» Inbenta, el Google español Julio Prada

Nº23. Noviembre 2016.» La historia de... CosentinoÁlvaro de la Haza» Empresa y cultura, EE.UU. y España, una historia de éxitoJulia Sánchez Abeal» Responsabilidad social corporativa,a uno y otro lado del AtlánticoMercedes Temboury» La sociedad, primera beneficiada del emprendimiento de alto impactoAdrián García-Aranyos» Un nuevo marketing para nuevasnecesidadesJavier Iturralde de Bracamonte

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Nº21. Diciembre 2015.» La historia de... Repsol en EstadosUnidosArturo Gonzalo Aizpiri» Los nuevos fenómenos del terrorismotransnacional y la cooperación antiterro-ristaEmilio Sánchez de Rojas Díaz» Una aproximación a los acuerdos entreEspaña y EE.UU.Federico Aznar Fernández-Montesinos» Hacia una nueva cooperación entreservicios de inteligenciaJulia Pulido Gragera

Nº22. Junio 2016.» La historia de... El Instituto Cervantesen los EE.UU.Ignacio Olmos» El español en el sistema educativo delos Estados UnidosFrancisco Moreno Fernández» El español en las redes sociales a travésde la Embajada Española en EstadosUnidosGregorio Laso» El español en las campañas presiden-ciales de Estados UnidosDaniel Ureña» Entrevista a Jaime Ojeda

Nº17. Enero 2015.» La historia de... Grifols en EE.UU.Greg Rich» El posicionamiento del Reino de España ante el fracking... ¿ofrece datosrelevantes la experiencia norteameri-cana?Enrique Alonso» Fracking, the Natural Gas Economy,and the Emerging US Industrial Re-naissanceJames Levy» “¡Perfora, Sarah, perfora!”Manuel Peinado Lorca

Nº18. Abril 2015.» Diálogo AtlánticoVarios autores

Nº19. Junio 2015.» La historia de... BBVA, un reto delsiglo XXI: hacia la vanguardia digitalJuan Urquiola» Un buen debate electoralDori Toribio» American Political Campaigns:Costs, Techniques, & TechnologyJohn Hudak» El arte de hacer campaña en España yEE.UU.: ventajas y similitudesDaniel Ureña

Nº20. Diciembre 2015.» La incipiente y aún borrosa Marca España en USAInocencio Arias» Trabajando para afianzar la imagen de las empresas españolas en EE.UU.Alicia Montalvo Santamaría» Un año especialmente fructífero en las relaciones entre España y EE.UU.Fidel Sendagorta» La Comisión Nacional para las Conmemoraciones de la Nueva Es-paña: la historia que nos uneJosé Manuel Ramírez Arrazola

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Nº24. Junio 2017.» La historia de... Acciona en EE.UU.Joaquín Mollinedo» Donald J. Trump y el mundo: una relación conflictivaJavier Rupérez» El impeachment latenteVicente Vallés» El menguante círculo de confianza de TrumpDori Toribio» Todos los generales del presidentePedro Rodríguez» Perspectivas de las relaciones EE.UU.-RUSIA en la Administración TrumpJavier Morales

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