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    Col·lecció «Estudis sobre la traducció»Núm. 19

    TEXTO BASE – TEXTO META

    Un modelo funcionalde análisis pretraslativoTRADUCIDO Y ADAPTADO DEL ALEMÁN POR  CHRISTIANE NORD

    CHRISTIANE NORD

     

     

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    Qualsevol forma de reproducció, distribució, comunicació pública o transformació d’aquesta obra

    només pot ser realitzada amb l’autorització dels seus titulars, llevat d’excepció prevista per la llei.

    Dirigiu-vos a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necessiteu

    fotocopiar o escanejar fragments d’aquesta obra.

    Direcció de la col·lecció: Frederic Chaume Varela

    © Del text: els autors, 2012

    © De la present edició: Publicacions de la Universitat Jaume I, 2012

    © Il·lustració de la coberta: Der heilige Hieronymus im Gehäus, 1514, Albrecht Dürer

    (1471-1528). Kupferstich-Kabinett, Dresde.

    Texto revisado por Judit Samblás Gómez

    Edita: Publicacions de la Universitat Jaume I. Servei de Comunicació i Publicacions

    Campus del Riu Sec. Edifici Rectorat i Serveis Centrals. 12071 Castelló de la Plana

    Fax: 964 72 88 32

    http://www.tenda.uji.es e-mail: [email protected]

    ISBN: 978-84-15444-05-3

    http://dx.doi.org/10.6035/EstudisTraduccio.2012.19

      NORD, Christiane

    Texto base – texto meta : un modelo funcional de análisis pretraslati-vo / traducido y adaptado del alemán por Christiane Nord — Castelló

    de la Plana : Publicacions de la Universitat Jaume I, D.L. 2012

     p. ; cm. — (Estudis sobre la traducció ; 19)

    Bibliografia

    ISBN 978-84-15444-05-3

    1. Traducció. I. Universitat Jaume I. Publicacions. II. Sèrie

    81’25

    CFP

    BIBLIOTECA DE LA UNIVERSITAT JAUME I. Dades catalogràfiques

    Publicacions de la Universitat Jaume I és una editorial membre de l’UNE, cosa

    que en garanteix la difusió i comercialització de les obres en els àmbits nacional

    i internacional. www.une.es.

     

     

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    Levý compara este proceso con un juego estratégico:

    ...ya que el proceso traslativo tiene la naturaleza de un juego basado en elCONOCIMIENTO DE TODAS LAS INFORMACIONES; el proceso es, pues, un juego en el que cada movimiento posterior se ve influido por el co-

    nocimiento de decisiones previas y de la situación que resulta de las mismas(Levý [1967]1981, 220; trad. C. N., mayúsculas en el original).

    En este sentido, la concepción de la traslación como proceso circular puedecompararse con un concepto moderno de la Hermenéutica, según el cual el «cír-culo de la comprensión» se entiende como la interdependencia del movimiento dela tradición con el movimiento del interpretante. (cf. Gadamer 1972, 250 ss.).

    3. FACTORES DEL ANÁLISIS PRETRASLATIVO

    3.0. Consideraciones generales

    Como hemos explicado ya varias veces, la función comunicativa es elcriterio decisivo de textualidad, al que están subordinados los aspectos se-mánticos y sintácticos del texto. Por lo tanto, incluso los enunciados ca-recientes de coherencia o cohesión serán considerados como «textos» por losreceptores siempre y cuando cumplan una función comunicativa. Los textos

     base con los que se enfrenta el traductor en la vida profesional tienen muchas

    veces defectos semánticos o sintácticos, y a pesar de ello están destinados parauna función comunicativa (que normalmente cumplen) y deben ser traduci-dos. En estos casos, el traductor – como cualquier otro receptor  –  va a detectarlos defectos, corrigiéndolos «automáticamente» en su mente durante las fasesde com prensión y transferencia, gracias a su competencia receptiva y a su ba-ga je de conocimientos generales.

    Por consiguiente, la función comunicativa del texto base, derivada de losfactores de la situación en que tiene que «funcionar», es de fundamental im-

     portancia para nuestro análisis. A los factores situacionales los llamamos «ex-

    tratextuales», en oposición a los factores «intratextuales» relacionados con el propio texto (en el sentido amplio presentado arri ba, es decir, incluyendo loselementos no ver bales).13 Los factores extratextuales pueden aparecer «verba-

    13. Los términos fueron acuñados por Schmidt (1976, 114), quien también distingue entrefactores extra e intratextuales en su «juego idealizado de la acción comunicativa».

     

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    lizados» en el texto, en cuyo caso hablamos de «metacomunicación»: p. ej.,en la frase «Mañana voy a ha blarles sobre el análisis de texto» se verbalizanel emisor (primera persona del singular), el medio (hablar = medio oral) y eltiempo de la comunicación (mañana = el día después de producirse el enun-

    ciado metacomunicativo).La interrelación entre los factores extra e intratextuales se ex presa en lasiguiente fórmula14:

    ¿Quién trasmitepara quéy a quiéna través de qué medio,dónde,cuándo ypor qué un textocon qué función?

    ¿Sobre qué tema ofrecequé información(presuponiendo qué),en qué orden,usando qué elementos no verbales,qué palabras,qué tipo de frasesy qué tono,

    con qué efecto?

    Según su relación con la situación comunicativa o con el propio texto, es-tas preguntas se refieren al análisis de los factores extra o intratextuales.

    Los factores extratextuales o situacionales se analizan pidiendo infor-maciones sobre el emisor o redactor (¿quién?), la intención emisora (¿para

    qué?), el destinatario (¿a quién?), el canal o medio trans misor (¿a través dequé medio?), así como el lugar, tiempo y motivo (¿dónde?, ¿cuándo?, ¿porqué?) de la comunicación. La totalidad de las informaciones obtenidas acercade esos factores puede proporcionar la respuesta a la última pregunta relativaa la función textual (¿con qué función?).

    Los factores intratextuales se analizan preguntando por la temática (¿so- bre qué tema?), el contenido (¿qué información?), la información presupuestacomo conocida en los destinatarios (¿presuponiendo qué?), la composición omacroestructura (¿en qué orden?), los elementos no-verbales que acompañan

    14. La fórmula se basa en la llamada «fórmula Lasswell» (cf. Kalverkämper 1981, 69), queya remonta a Hermágoras de Temnos (siglo II a.d.C.). Su utilidad para el análisis pretraslativo fuecomprobada ya por Katharina Reiss (1974) y Hildegund Bühler (1984). Nuestra interpretación delas preguntas ha sido estrictamente traductológica. La especificación de los factores intratextuales

    será justificada detalladamente en el cap. 3.2.0., aquí solo está pensada para proporcionar una

    visión global del modelo analítico. Quisiéramos subrayar la distinción entre intención emisora,función textual y efecto (cf. 3.1.2.a).

     

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    al texto (¿usando qué elementos no-verbales?), las características del léxico(¿qué palabras?), de la sintaxis (¿qué tipo de frases?) y de prosodia y entona-ción (¿en qué tono?). El efecto es un factor global que abarca la interdepen-dencia entre los factores extra e intratextuales.

    Ante la experiencia empírica de que la situación es anterior al texto y de-termina la selección de los medios intratextuales, nos parece natural empezar por analizar las características extratextuales en un procedimiento que se lla-ma «top-down» (de arriba hacia abajo). A veces, ya el paratexto, es decir, loselementos verbales y no verbales que acompañan el texto (nombre y apellidodel autor, informaciones bibliográficas referentes al lugar y año de publica-ción, número de tirada, denominaciones de género como novela o acta) nos

     proporciona detalles sobre los factores extratextuales, y entonces tanto los re-ceptores de la cultura base como el traductor-receptor se forman un horizontede expectativas que en la propia lectura o bien se confirma o se corrige. De

    no ser así (por ejemplo, en el caso de textos antiguos, cuando se sabe poco onada sobre la situación productiva o la recepción del TB), se podrá invertir el

     proceso (entonces será «bottom-up», desde abajo hacia arriba): analizando lascaracterísticas intratextuales – también en un procedimiento recursivo y circu-lar  –  se infieren, en lo posible, las condiciones extratextuales de un texto.15

    En la aplicación práctica veremos que normalmente se com binan ambasformas de recepción, con lo que se establecerá una vez más el carácter recur-sivo del proceso.

    A continuación presentaremos primero los factores extratextuales del aná-

    lisis textual, y después los factores intratextuales, para concluir ilustrando lainterdependencia de ambos con ayuda de algunas representaciones gráficas.Cada capítulo comenzará con una revisión breve del estado de la cuestión enla Traductología alemana.

    3.1. Los factores extratextuales

    Después de aclarar algunas cuestiones básicas referentes al marco siste-mático del análisis, presentaremos primero los factores situacionales de la

    comunicación, centrándonos en su importancia traductológica.

    15. Para este procedimiento, Crystal y Davy (1969, 81s.) proponen complementar la pregunta Apart from the message communicated, what other kind of information does the utterance give

    us? por una lista de trece «sub-questions», como por ejemplo: Does it tell us which specic personused it? (individualidad); Does it tell us where in the country he is from? (regionalidad); Does ittell us which social class he belongs to? (sociolecto), etc. (cf. también House 1981a, 39).

     

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    3.1.0. Consideraciones generales

    A) ESTADO DE LA CUESTIÓN

    Todos los autores que discuten el análisis textual en la traducción tienenen cuenta los factores extratextuales (sobre todo emisor, intención emisora,receptor y función textual), si bien con distinta profusión y peso. KatharinaReiss, por ejemplo, siempre insiste en la importancia de tipo y función tex-tuales, mientras que Koller limita el aspecto pra gmático a la direccionalidad(siguiendo a Neubert [1968]1981). Wilss (1977) destaca la «relación entreemisor y receptor» y el «papel social» de los dos en la comunicación, mientrasque Thiel (1974b, 1978a) subraya la importancia de las «presuposiciones cog-nitivas» cara al receptor. Los factores de la situación comunicativa en sentidoestricto (es decir lugar y tiempo, a veces el motivo de la comunicación, en

    Thiel 1974a además el medio) no suelen tratarse se paradamente sino como«presuposiciones situacionales», que incluyen, sin embargo, no solo las ca-racterísticas de la situación comunicativa del TB dado, sino también el bagajecultural de emisor y receptor, respectivamente (cf. Reiss 1974a).

    El emisor y la intención emisora16 se integran, en la mayoría de los estu-dios, en una sola categoría. En nuestro modelo analítico los consideramos co-mo factores autónomos, ya que su influencia sobre los factores intratextuales

     puede ser distinta. Por una parte, algunos textos o, de hecho, todos los textosescritos por el mismo autor muestran ciertas ca racterísticas que denotan su

     biografía (edad, origen geográfico y social, nivel de formación, etc.) y queno dependen de una intención determinada. Por otra parte, distintos emiso-res podrían expresar la misma intención usando medios estilísticos iguales osimilares. Esta distinción es importante para la traducción porque, al menosen los textos no literarios, los elementos idiosincrásicos suelen ser menos im-

     portantes para el receptor del TM que las características intencionales aunque pueden causar dificultades de comprensión para el traductor.

    La intención emisora tiene una analogía en las expectativas del receptor,esto es, en la intención con la que este recibe el texto. Si no hay informacionesextratextuales al respecto, las expectativas del receptor son casi siempre difíci-les de reconstruir por parte del traductor, sobre todo en los casos en que el tra-ductor se encuentra a una gran distancia temporal, espacial y cultural respecto

    16. El término intención textual  empleado por algunos autores no nos parece aceptable por-que no es el texto el que tiene la intención sino el productor/emisor del mismo.

     

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    a la situación comunicativa original. A pesar de ello, puede ser interesante parael traductor contrastar las (supuestas) ex pectativas del receptor del TB con lasdel destinatario del TM. No parece muy razonable, sin embargo, introducir lasexpectativas receptivas como factor autónomo, ya que no son disociables de

    la individualidad del receptor.

    B) SITUACIÓN EXTERNA O INTERNA

    Al clasificar los factores situacionales como factores extratextuales, hay

    que subrayar que se trata aquí de los factores la situación real, en la que eltexto funciona como instrumento comunicativo, y no de una situación ficticia

    (por realista que sea y aunque venga descrita por el autor con todo lujo dedetalles). Según nuestro criterio, las características de una persona que hablaen un texto ficcional no pertenecen a la dimensión del emisor, sino que tienenque considerarse como un factor intratextual. El autor del texto figura como

    emisor-redactor de la historia, y el hablante ficticio es un emisor secundario

    (E’).17

    Algo parecido ocurre con los llamados tipos de texto «complejos» (Reiss/ Vermeer [1984]1996). En ellos, suele haber un texto-marco en el que estáninsertados textos pertenecientes a otros géneros («intratextos»). Los textosdel tipo complejo no aparecen solamente en el ámbito de la literatura, sinotambién, por ejemplo, en artículos periodísticos, cuando se citan literalmente

    enunciados de otras personas. También en estos textos, el emisor del texto-marco no es idéntico al emisor de la cita.

    Ejemplo 3.1.0./1En informe publicado en un periódico español se re producen literalmente par-tes de un discurso pronunciado por el Rey Juan Carlos en Nueva York conmotivo de la entrega de un doctorado honorario. El Rey es el emisor de la cita,mientras que para el texto-marco lo sería el corresponsal. En la traducción del

    17. Al comentar la pragmática emisora en el contexto de la fórmula Lasswell, Reiss (1984)menciona a Judy, la autora ficticia de las cartas en la novela Daddy Long-Legs, de Jean Webster.Pero Judy no es la emisora del texto novelístico ni la autora real de estas cartas: ambos papelesle incumben sin duda a la escritora Webster, cuya intención emisora es la responsable de todo loque hace el personaje ficticio Judy. Dentro de la situación ficticia de intercambio de cartas, sin

    embargo, Judy es emisora y autora de las mismas, pero se trata de una situación «interna» delmundo ficticio representado en la novela. En otro trabajo, la propia Reiss (1980b) caracteriza a

    Judy como «emisora secundaria» dentro de una «situación comunicativa interna».

     

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    texto, la diferencia de las si tuaciones y de las posiciones de ambos emisores semanifestará en los medios estilísticos empleados.

    Tratándose de textos-marco, sean ficcionales o no, es recomendable un

    análisis situacional específico de las componentes textuales, siguiendo el es-quema circular. Las informaciones sobre la situacionalidad del texto insertadosuelen darse en el texto-marco.

    C) MARCO SISTEMÁTICO 

    Si queremos abarcar el conjunto de la situación de un texto mediante unmodelo que sirva para el análisis de cualquier texto, con cualquier posibleobjetivo de traducción, debemos plantear la cuestión fundamental siguiente:

    ¿Qué información sobre los diferentes factores puede ser de importancia parala traducción?

     Neu bert ([1968]1981: 60) enumera los siguientes datos sobre los in-terlocutores que serían relevantes para la traducción: «edad, origen, am bientesocial, nivel de formación, etc.». Vermeer ([1974b]1983, 23) propone una ma-triz relacionando actitud, estatus, rol, estrategia, comportamiento y acto co-municativo con las características del tipo de situación en que se comunican,a fin de poder demostrar conformidad o divergencia en el comportamiento de

    los interlocutores. Schmidt (1976, 104) lista los siguientes com ponentes de

    la situación de los interlocutores: (a) las condiciones socioeconómicas (rol,estatus, situación económica), (b) las condiciones socioculturales y cognitivo-intelectuales (conocimientos derivados del texto y bagaje general, formación,experiencia, modelos de la realidad) y (c) las condiciones biográfico-psíquicas(disposición y aptitudes, situaciones biográficas actuales, planes, intenciones).

    Gülich / Raible (1977, 28) sostienen que también influyen en el acto comuni-cativo «la afonía, la serenidad y el mal humor», y la idea que el hablante y eloyente tienen uno del otro.

    Esa relación, de ningún modo exhaustiva, deja claro que el análisis de lasituación de un texto no se puede hacer sumando preguntas, sino que lo que

     buscamos son las categorías con las que com prendemos el mundo y, con ello,también el «mundo» de un texto, su situación histórica.

    Wittgenstein dice en su Tractatus que «los hechos en el espacio lógico sonel mundo» (1963, 11), esto es, los hechos se conforman mediante la lógica,que los enlaza y constituye la totalidad de las relaciones posibles («mundo»).Esto es válido también para la situación en la que se sitúa un texto.

     

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    analítico (véanse los cuestionarios al final de cada capítulo, que han de enten-derse como ejemplares, no exhaustivos).

    3.1.1. El emisor 

    A) LA DISTINCIÓN ENTRE EMISOR  Y REDACTOR  

    En los diagramas 1 y 3, el emisor y el productor textual figuran como

    roles distintos. Aunque en la mayoría de los casos coinciden en la misma per-sona (p. ej., en los textos literarios, libros técnicos, comentarios y artículos

     periodísticos individuales), la diferenciación nos parece importante para elanálisis pretraslativo.20 

    Gran número de textos (pragmáticos) no nombran al autor, p. ej., folletos

    de información para el paciente, textos publicitarios o leyes. En cada uno deesos casos existe un emisor que, aunque no se mencione explícitamente, podráser identificado analizando la situación comunicativa. El emisor de una ley es

    el cuerpo legislativo estatal, el de un anuncio comercial suele ser la empresaque ofrece el producto o servicio. El hecho de que no se nombre el autor nos

     puede llevar a la conclusión de que o no es relevante como persona o – segúnel género –  no quiere ser identificado.

    En los casos en los que junto al nombre del emisor se publica el del redac-tor (cf. ejemplo 3.1.1./1), este no suele aportar ninguna intención comunica-

    tiva propia.El emisor de un texto es, por lo general, la persona (o institución) que usael texto con el fin de enviar un mensaje a alguien y/o para producir un efecto

    comunicativo21, mientras que el redactor es el que lo escribe – sea por inicia-tiva propia o sea de acuerdo con las instrucciones del emisor  – , cumpliendocon las reglas y normas de textualidad que rigen en su respectiva comunidadlingüístico-cultural. A veces, la maquetación del texto o la composición grá-fica corresponden a otro experto e incluso hay casos en los que el texto es

    20. Los traductólogos consultados no hacen esta distinción. Reiss habla o bien del autor oescritor (1974a, 1980a) o bien del emisor, Thiel y Wilss suelen referirse al emisor, Bühler, alautor; Cartellieri habla del «originador» (en alemán: Originator ) al referirse a la persona de la que

     proviene el texto, sin aclarar si es el emisor o el redactor del texto.21.  El emisor no debe confundirse con el medio. En la revista GEO, por ejemplo, no es

    la redacción de la revista la emisora de un reportaje que lleva el nombre de la autora, sino la periodista que lo escribió. Es ella la que quiere comunicar sus impresiones al público lector y podía haber publicado el texto en otro medio.

     

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     presentado al público por otra persona distinta (p. ej., una presentadora deltelediario, un actor, etc.).

    Ejemplo 3.1.1./1Un folleto turístico de la ciudad de Múnich indica como editor la Oficina de

    Turismo de la ciudad de Múnich y como redactor del texto (también en lasversiones en inglés, francés, español, portugués e italiano, cf. cap. 5.3.) un talHelmut Gerstner. El emisor del texto es, pues, la oficina de turismo, que pre-

    tende informar a los turistas y hacer publicidad de la ciudad; el redactor adoptala intención emisora y formula el texto según las normas del idioma alemány las convenciones del género, siguiendo sus propias preferencias estilísticasdonde sea posible. Sin embargo, estas últimas no serían relevantes para unatraducción equifuncional del texto, por lo cual deberían mencionarse, debajode las versiones traducidas, los nombres y apellidos de los traductores porqueson ellos y no Helmut Gerstner quienes responden de la redacción de los textos

    meta.

    Si queremos saber si el emisor y el redactor son la misma persona (o no), podemos recurrir al paratexto (p. ej., indicación de fuentes, referencia biblio-gráfica, etc.). Si se menciona solamente el nom bre del autor, puede suponerse

    que será también el emisor. Sin em bargo, esto no se puede formular comoregla general, como muestra el ejem plo siguiente.

    Ejemplo 3.1.1./2En su libro Estudio sobre el cuento español contemporáneo (Madrid 1973), Er-

    na Brandenberger elige el relato «Pecado de omisión», de Ana María Matute,como ejemplo del tipo de cuento que ella denomina «de cámara rápida». Parala versión alemana del libro, Brandenberger, como emisora-traductora, tradujoel cuento al alemán con la intención de ilustrar precisamente las característicastípicas de tal forma de relato. Sin embargo, si el mismo cuento se pu blicase enuna antología de escritores españoles modernos, sería la autora la que actuaríacomo emisora, y, por lo tanto, en la traducción sería suya la intención que de-termina la estrategia traslativa.

    La situación del traductor puede ser equiparable a la del redactor. Aunque

    debe cumplir las instrucciones del emisor o iniciador, se le permite normal-mente un cierto margen personal, en el que puede – mientras no contravengalas normas y reglas de la lengua y cultura meta –  dar rienda suelta a su propiacreatividad estilística y preferencias personales. Pero, naturalmente, no estáobligado a aprovechar esta «libertad»: también puede decidirse a imitar las ca-racterísticas com positivas del TB, siem pre y cuando las mismas no colisionencon las normas textuales de la CM.

     

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    Otro aspecto de la pragmática emisora es la cuestión de si el tex to tienemás de un emisor (p. ej., monólogo opuesto a diálogo, pregunta-res puesta,debate, cambio de papeles entre emisor y receptor). En tal caso, se deberíaninvestigar los datos correspondientes a cada emisor.22

    B) ¿CUÁLES SON LAS INFORMACIONES  NECESARIAS SOBRE EL EMISOR ?

    Los traductólogos que estudian la pragmática emisora destacan los si-guientes aspectos: «el papel del autor en la redacción del texto» (Reiss 1974a),«la posición del emisor cara al receptor, esto es, su pa pel social» (Wilss 1977,Thiel 1978), «el ambiente social» en que vive el emisor (Cartellieri 1979).Vermeer [1974a]1983, 23) pone especial énfasis en la distinción entre el «es-tatus» (= posición del emisor en una comunidad cultural, lingüística y comu-

    nicativa) y el «rol» del hablante en el acto comunicativo concreto. Como el«rol» está ligado a la situación y no a la persona, preferimos tratar este aspectoen conexión con la intención emisora (cf. cap. 3.1.2.).

    A nuestro parecer son significativos todos los datos que en el marco es-tablecido por el tiempo, el espacio, la cultura y las funciones básicas de lacomunicación contribuyan a echar una luz sobre la intención del emisor, losdestinatarios específicos a los que se dirige, el lugar, tiempo y motivo de la

    redacción del texto. También son de importancia aquellos datos que indiquenlas características intratextuales (variantes individuales de dialecto regional

    y social, presuposiciones, etc.) que pueden es perarse en el texto. Al final delcapítulo propondremos un cuestionario que puede servir de lista de mínimos.

    Ejemplo 3.1.1./3(a) Para la comprensión de un texto redactado en castellano es importante sa- ber si el autor es español o hispanoamericano. Cuando un peruano como MarioVargas Llosa escribe para un periódico peninsular, seguramente utiliza – cons-ciente o inconscientemente –  americanismos. (b) En una edición de cuentos cu- banos pu blicada en España ( Narrativa cubana de la revolución, Madrid 1971),algunos cubanismos se explican en una nota a pie de página; por ejemplo duro:«moneda de un peso cubano», o ñeques: «sorpresas, golpes imprevistos». Parael traductor, esto es importante no solo en la fase de comprensión, sino po-

    22.  Crystal y Davy (1969, 69s.) estudian este aspecto bajo el epígrafe de «partici paciónen el discurso». Ponen especial énfasis en la diferencia entre comunicación escrita y hablada,admitiendo, sin embargo, que el diálogo no se limita a la lengua hablada, ya que existen diversasformas de diálogo por escrito (p. ej., corres pondencia).

     

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    siblemente también en la fase de transferencia, en caso de que el encargo re-quiera la conservación del efecto que el libro tiene para el lector peninsular. (c)En el caso de la écloga «Crisfal», hay que interpretarla de forma más natura-lista y literal cuando se supone que su autor fue Cristovão Falcãos que cuan dose la atribuye a Bernadim Ribeiro, en cuyo caso el texto debe en tenderse como

    alegoría (cf. Strelka 1978, 49). Porque, como señala Kayser (1962, 36), algu-nas pala bras tienen un impacto muy distinto cuando sabemos que vienen de unautor que efectivamente sufrió prisión por su amor y tuvo que renunciar a suamada al verse esta forzada a retirarse al convento de Lorvão.

    C) ¿CÓMO OBTENER  LAS INFORMACIONES SOBRE EL EMISOR ?

    En primer lugar, se pueden obtener las informaciones sobre el emisor o losemisores (y, en su caso, sobre los productores del TB) analizando el paratexto(datos bibliográficos, texto de la portada o contraportada, prólogo o epílogo,

    notas, etc.). El nombre del autor de por sí ya puede implicar otras informa-ciones que pertenecen al bagaje general del traductor-receptor o que, en sucaso, pueden ser obtenidas de otras fuentes, por ejemplo sobre su clasificación

    literaria, sus intenciones artísticas, sus temas preferidos, el público destinata-rio al que suele dirigirse, su estatus, etc. Con el nombre de una personalidad

     política se asocian conocimientos sobre su afiliación ideológica, su posición,

    su imagen pública. Puesto que tales conocimientos son específicos de las cul-turas, no pueden presuponerse en los destinatarios meta. Entonces el traductor

    tendrá que pensar en un posible déficit informativo, suscepti ble de impedir lacomprensión textual, en cuyo caso debería proporcionar informaciones com-

     plementarias.

    Ejemplo 3.1.1./4Cuando El País publica un comentario de Fraga Iribarne, el lector es pañol sa- brá – con solo leer el nombre –  que Fraga Iribarne pertenece al Partido Populary que fue ministro de Información y Turismo durante el régimen franquista. Enuna traducción del texto para los lectores de un periódico alemán, esta infor-mación implícita debería explicitarse, por ejemplo, en forma de una aposición

    al nombre, ya que de otro modo el receptor del TM no podrá comprender co-rrectamente el texto.

    Otras informaciones sobre el emisor pueden inferirse de los datos dispo-nibles sobre los otros factores situacionales (individuales o combinados). Sison informaciones precisas, las llamamos «datos», si no son nada más quesupuestos, hablamos de «indicios» (Fig. 5). Partiendo de los datos sobre el me-

     

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    dio, el tiempo y la función textual, p. ej., en el caso de una esquela publicadaen el periódico local del día X, se pueden sacar conclusiones sobre el emisor(familiares y amigos del difunto, em presa en la que trabajaba); analizandoel lugar de publi cación del texto se puede deducir en qué parte de un área

    lingüística extensa se ha redactado el texto (p. ej., España / Hispanoamérica /Perú); o según el medio se puede precisar el estatus del emisor (p. ej., revistacientífica: especialista). A veces incluso se puede preguntar al propio emisor o

    a una persona relacionada con él.Otra fuente es el propio texto. Como ya hemos indicado, puede ocurrir que

    ni el paratexto ni la situación proporcionen información suficiente. Entonces hay

    que analizar los rasgos lingüísticos del texto para ver si permiten conclusionessobre el emisor. Por ejemplo, el empleo de formas dialectales puede denunciar elorigen (geográfico o social) del redactor (no necesariamente del emisor, a no ser

    que sea idéntico al redactor); elementos procedentes de una variedad histórica de

    la lengua pueden decir algo sobre la edad del emisor, etc. Pero claro está que esteanálisis corresponde al ámbito de los factores intratextuales (p. ej., el léxico).

    D) CUESTIONARIO

    Las siguientes preguntas pueden ayudar a obtener información relevantesobre el emisor:

    1. ¿Quién es el emisor del texto?2. ¿Es el emisor también redactor del texto? Si no, ¿cuál es el estatus delredactor frente al emisor (dependencia de directivas, li bertad creadora,redactor-experto, especialista de la disciplina)?

    3. ¿Cuáles son las informaciones inferibles del paratexto (clasificación

    temporal, origen geográfico y social, formación, estatus, relación con el

    tema del texto, etc.)? ¿Se presuponen otros conocimientos como partedel bagaje general del receptor del TB? ¿Se puede consultar personal-mente al emisor o a alguien relacionado con él?

    4. ¿Cuáles son las informaciones que proporcionan los otros factores situa-cionales (medio, lugar, tiempo, motivo, función textual)?

    5. ¿Qué expectativas pueden derivarse de los datos e indicios obtenidos delanálisis de la pragmática emisora

      a) respecto a los otros factores extratextuales: intención, receptor, medio,lugar, tiempo, motivo y función textual;

      b) respecto a las características intratextuales?

     

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    3.1.2. Intención del emisor

    A) LA DISTINCIÓN ENTRE INTENCIÓN, FUNCIÓN Y EFECTO

    En cuanto a la pragmática emisora, no era muy fácil identificar los datosnecesarios para el análisis. Con respecto a la intención, en cambio, el caso pa-rece mucho más claro. Nos preguntamos: ¿Cuál es el efecto o la función quequiere lograr el emisor mediante el texto?

    En los trabajos traductológicos que tratan este tema, parece haber algu-na confusión respecto a los términos intención,  función y efecto. H. Bühler(1984), por ejemplo, equipara la «intención del autor» con «intención y efec-to». A nuestro entender, sin embargo, el efecto es algo que se debe analizardesde la perspectiva del receptor en su situación, mientras que la intención sedefine desde el punto de vista del emisor. La función textual, como la había-mos caracterizado arriba, se deriva «desde fuera» de la configuración de losfactores situacionales, entre los cuales figura también la intención emisora,

    y se «atribuye [al texto] dinámicamente, en el uso (emisión :: recepción)»,como dice Vermeer [1979]1983, 80). Por lo tanto, la pregunta «¿Qué es lo que

     pretende E con el texto?» no se puede asociar con la función textual, comolo hace Wilss (1977). Es cierto que en muchos casos se asocian determina-das intenciones con un tipo textual, pero estas no siempre se convierten enfunciones. Algunos textos antiguos, como conjuros o epo peyas, se recibiránhoy en funciones claramente distintas de las relacionadas con la intención de

    sus emisores.En el caso ideal, se corresponderían los tres factores intención, función yefecto, es decir: la intención emisora señalada en la situación comunicativa esaceptada como función por el destinatario, y se manifiesta tan inequívocamen-te en el texto que se produce el efecto deseado en el receptor. Sin embargo, ladistinción metodológica de los tres factores es de importancia traductológica

     porque su análisis separado permite procedimientos distintos (conservar, cam- biar, adaptar) en la traducción. Porque cuando hay que conservar la intenciónemisora (ligada a la cultura base), tenemos que aceptar muchas veces un cam-

     bio de funciones o efecto, y viceversa.Para el traductor, es importante conocer la intención del emisor porque

    determina la redacción del texto respecto al contenido (tema, selección delas informaciones) y a la forma (p. ej., macroestructura, medios estilístico-retóricos, forma de citas, empleo de elementos no verbales, etc.), que, a suvez, señalan el género.

     

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    Ejemplo 3.1.2./1Mediante el prospecto farmacéutico, la empresa quiere informar al usuario(médico/paciente) sobre el medicamento, dando a la vez instrucciones parael uso adecuado (médico: prescripción / paciente: posología). Por ello, se loencarga a un redactor, quien elige las formas de redacción prescritas por la ley

    de productos farmacológicos y/o convencionalizadas en este género. Cuando elreceptor (el paciente, el médico o incluso el traductor) lee un texto así, recono-ce el género señalado por las formas empleadas infiriendo la intención emisora

    de informar al receptor y dar instrucciones al uso. Por lo tanto, en este caso, laintención emisora está asociada convencionalmente con el género textual, y elefecto será también convencional.

    La intención es también importante en relación con el principio de lealtad(cf. cap. 2.1.4). Aunque cambie la función textual, el traductor no debe contra-venir la intención del emisor (con tal de que pueda averiguarla).

    Las informaciones obtenidas acerca de la intención pueden aportar datos eindicios sobre otros factores extratextuales, tales como el destinatario (p. ej., elefecto que el emisor pretende ejercer sobre el receptor), el medio (p. ej., sobreel medio más idóneo o convencional em pleado para la materialización de laintención) y la función textual (p. ej., interrelación entre intención y género),así como, es pecialmente, las características intratextuales (p. ej., la macroes-tructura, el uso de elementos retóricos, etc.).

    B

    ) ¿CUÁLES

     SON

     LAS

     INFORMACIONES

      NECESARIAS

     SOBRE

     LA

     INTENCIÓN

     EMISORA

    ?¿Qué tipos de intención puede tener un emisor? Hay casos en los que un

    emisor «se comunica» consigo mismo escribiendo un texto para ordenar sus pensamientos o aliviar la memoria, o garabateando algo distraídamente (= conintención cero) durante una conversación telefónica. Estos casos no parecentener importancia para la traducción. En la comunicación normal con dos omás interlocutores, las posibles intenciones se corresponden con las funciones

     básicas de comunicación descritas arriba (3.1.0.c). Podemos distinguir, por lotanto, entre una intención referencial, por la que el emisor quiere informar al

    receptor so bre un estado de cosas; una intención expresiva, por la que el emi-sor quiere decirle al receptor algo so bre sí mismo o sobre su actitud frente a lascosas; una intención apelativa, por la que el emisor quiere motivar al receptora tomar una posición o actuar de una manera determinada; y una intenciónfática, por la que el emisor simplemente quiere establecer, mantener o dar porterminado el contacto con el receptor.

     

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    Hay que constatar que en la mayoría de los casos los emisores no se dejanguiar por una sola intención, sino que pueden tener diversas intenciones com-

     binadas en un orden jerárquico de im portancia. Puede ocurrir que, por razones pragmáticas, la jerarquía de intenciones del TM se diferencie de la del TB.

    C) ¿CÓMO OBTENER  LAS INFORMACIONES SOBRE LA INTENCIÓN EMISORA?

    La intención del emisor no suele ser accesible al receptor inmediatamente, por lo que debe tratar de obtener la información explícita o im plícita corres- pondiente analizando las características intratextuales (cf. cap. 3.2.).

    En el análisis extratextual, los factores situacionales (p. ej., emisor, re-ceptor, medio, lugar, tiempo, motivo y función textual) pueden aportar mu-chos datos o indicios sobre la intención emisora. Como subraya Vermeer

    ([1979]1983, 69), habría que considerar asimismo los fenómenos paraverba-les, como la excitación o indignación del emisor.

    Para averiguar la intención es muy importante el rol que asume el emisoren o con su texto frente al receptor y que puede ser distinto de su estatusreal. Así, puede darse el caso de que un emisor intelectualmente superior alreceptor se sitúe al nivel de este, adoptando un papel cooperativo, para ganarla confianza del otro. Es decir, en este caso, el rol asumido indica la intención

    emisora.Tiene especial importancia el análisis de la intención emisora en los textos

    literarios, en los que no suelen darse asociaciones convencionales entre géneroe intención, así como en los textos que expresan opiniones personales (p. ej.,comentarios políticos). En el análisis de tales textos se deben tener en cuenta,

     por ejemplo, la biografía del autor, sus demás obras, las fechas o circunstan-cias que le han influenciado, o su clasificación literaria. El traductor está sin

    duda obligado a utilizar todas las fuentes de investigación disponibles, limi-tándose, sin em bargo, a los aspectos inmediatamente relacionados con el TB concreto. Debería esforzarse, por lo menos, por lograr el nivel de conocimien-tos presu puesto por el autor en el destinatario original. En los textos li terarios,no se exigirá la actitud de un filólogo, pero sí la de un receptor crítico.

    Ejemplo 3.1.2./2(a) Bertolt Brecht es un representante de la literatura comprometida alemana.Si el receptor sabe que el relato «Medidas contra la violencia» (véanse losejem plos 3.1.9./1 y 3.2.9./1) se publicó por primera vez en 1930, tomará estedato como una indicación de que el autor intenta advertir a sus lectores contrala violencia nazi (= intención apelativa). (b) La publicación de un texto en la

     

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     página de opinión del periódico (que en periódicos de cierta categoría está se- parada de las páginas dedicadas a noticias o reportajes), puede ser consideradacomo una clara señal de que la intención del emisor es comunicar su opiniónacerca de unos acontecimientos políticos recientes (= intención expresiva). (c)En un texto designado como «receta de cocina», se podrá suponer que la inten-

    ción del emisor es la de informar al lector so bre los ingredientes necesarios yla manera de preparar un plato (= intención referencial). Otro sería el caso si seinsertara un texto así en una unidad su perior, p. ej., en una novela.

    A veces el mismo emisor nos da a conocer su intención:

    Ejemplo 3.1.2./3En un prólogo, el autor peruano Mario Vargas Llosa escribe sobre la intenciónque le guiaba al escribir la narración  Los cachorros (Barcelona 1980, p. XI):«Quería que Los cachorros fuese una historia más cantada que contada y, por

    eso, cada sílaba está elegida tanto por razones musicales como narrativas; no sé por qué, sentía que, en este caso, la verosimilitud dependía de que el lector tu-viera la impresión de estar oyendo, no leyendo: la historia debía entrarle por losoídos. Estos problemas, digamos técnicos, fueron los que me absorbieron.»

    D) CUESTIONARIO

    Las siguientes preguntas pueden ayudar a obtener información relevantesobre la intención emisora:

    1. ¿Se ha pronunciado el emisor explícitamente sobre su intención en rela-ción con el texto en cuestión?

    2. ¿Cuáles son las intenciones convencionales asociadas con el género alque pertenece el texto?

    3. ¿Qué informaciones sobre la intención emisora pueden obtenerse anali-zando otros factores situacionales (emisor – sobre todo su rol – , receptor,medio, lugar, tiempo, motivo)?

    4. ¿Qué expectativas pueden derivarse de los datos e indicios obtenidos del

    análisis de la intención emisora  a) respecto a los otros factores extratextuales: receptor, medio y funcióntextual;

      b) respecto a las características intratextuales?

     

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    3.1.3. Receptor/destinatario

    A) IMPORTANCIA DEL RECEPTOR 

    En la literatura traductológica sobre el análisis de texto, el receptor/des-tinatario del texto base constituye un factor pragmático im portante, cuandono el más importante. Se discuten su papel comunicativo (Wilss 1977), susexpectativas hacia el emisor (Thiel 1974a, 1980), su bagaje de conocimien-tos (Thiel 1978), su entorno social (Cartellieri 1979), su relación con el tema

     presentado en el texto (Cartellieri 1979) y con los signos lingüísticos (Reiss1980a). Koller (1979) incluso considera el receptor como el factor pragmático

     por antonomasia. Siguiendo a Neubert ([1968]1981), distingue cuatro tiposde TB, según la pragmática receptora: (a) textos «orientados específicamente

    hacia la LB», (b) textos «orientados pre dominante pero no exclusivamente ha-cia la LB», (c) textos «no es pecíficamente orientados hacia la LB» y (d ) textos«orientados hacia la LM».

    La especificación del tipo de receptor puede ir unida al género o también

    ser independiente del mismo. Así, para los textos de divulgación científica,

    Wittich (1979, 769) diferencia grupos receptores totalmente diferentes: niños, jóvenes, mayores, y, entre estos últimos, lectores con una formación escolar de10 años y es pecialistas con formación universitaria.23

    Aunque la importancia del receptor está comúnmente aceptada en la teo-

    ría, es el factor que se descuida con más frecuencia en la práctica de la tra-ducción.

    Ejemplo 3.1.3./1En su artículo «Translation as a Decision Process» (1967, 1174, nota 2), eltraductólogo checo Jiři Levý menciona su libro Umĕni překladu  («La tra-ducción literaria»). En la versión alemana del artículo, la referencia sigueen checo, aunque existe una traducción del libro al alemán, cuyos datos bi- bliográficos hubieran sido de mayor utilidad para el lector alemán que los

    del original.

    23.  Strelka también subraya la importancia de la orientación hacia el receptor: «CuandoBoccaccio interpretaba la ̀ Divina Comedia’ para los contemporáneos florentinos de Dante, pudo

    dejar implícitos muchos de los detalles biográficos e históricos que nosotros hemos de explicitar

    hoy, porque ya no son tan evidentes.» (Strelka 1978: 59s., trad. C. N.)

     

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    B) DIFERENCIAS ENTRE LOS RECEPTORES DEL TB Y DEL TM

    El traductor identifica en su análisis de texto aquellos elementos deter-

    minados por la orientación del texto hacia un destinatario de la CB. Ya que el

    texto meta se dirige a receptores de la CM, tiene especial im portancia la adap-tación de estos elementos a la nueva situación meta.

    Ejemplo 3.1.3./2El TB es una noticia publicada en un diario español, que se dirige a un amplio pú blico de lectores españoles no especificado. El texto está dotado de diversos

    elementos que lo hacen atractivo para los lectores: un enca bezamiento llama-tivo con subtítulo informativo, diversos «entretítulos» cortos que dividen eltexto y dos pequeñas fotos subtituladas con citas del mismo texto. La necesidadde atraer el público es típica del género y de un texto destinado a un público poco específico. En una traducción encargada por un periodista alemán que

     precisa de la información contenida en el texto, los elementos de atracciónserían superfluos.

    El receptor del TM  se diferencia del receptor del TB, ante todo, por su pertenencia a otra comunidad lingüístico-cultural. En ese sentido, una traduc-ción no se puede nunca dirigir al «mismo» receptor que el original.

    C) DISTINCIÓN ENTRE RECEPTOR -DESTINATARIO Y RECEPTOR  SECUNDARIO

    En primer lugar, hay que hacer una distinción entre el receptor-destinata-rio del texto y otras personas que reciben el texto por casualidad aunque noestá dirigido directamente a ellas, como por ejemplo el público que asiste auna mesa redonda o los televidentes que ven un debate parlamentario televisa-do. En algunos casos, se trata de des tinatarios indirectos o secundarios, p. ej.,cuando un político contesta a una pregunta de los periodistas, dirigiéndose, enrealidad, al público de posibles votantes. Por ello, el traductor tiene que darsecuenta, en tal caso, de cuál de los dos o tres grupos de receptores es el destina-tario principal al que va dirigido el texto.

    También puede ocurrir que el mismo traductor/intérprete tenga un recep-tor secundario. Cuando en una interpretación el interlocutor de la CB  tieneconocimientos pasivos de la lengua meta o cuando la traducción de un textose publica en una edición bilingüe, los receptores del TB pueden ser, al mismotiempo, receptores secundarios del TM. En este último caso, debería ser más

     

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     bien la regla (y no como ahora, la excepción) que se permita a los mediadorescomentar su trabajo en un prólogo y epílogo.

    D) ¿CUÁLES SON LAS INFORMACIONES  NECESARIAS SOBRE EL DESTINATARIO?

    Cuando el traductor, según el proceso normal del esquema circular, sabeya a qué destinatario meta se dirige su traducción, puede tratar de averiguarlas correspondientes características del receptor del TB: edad, sexo, nivel deformación, entorno social, procedencia geográfica, papel social cara al emisor,

    etc.

    Ejemplo 3.1.3./3En un reportaje publicado en una revista juvenil sobre los peligros de la dro-

    gadicción, el lenguaje y la composición están concebidos para el receptor juvenil. Para que el texto atraiga la atención de los jóvenes y sea efectivo enla prevención de estos peligros, se utilizan expresiones juveniles y pertene-cientes a la jerga del mundo de la droga. En una traducción del texto que, asu vez, se dirija a los jóvenes, se puede expresar el contenido con los medioscorres pondientes de la lengua meta. Sin embargo, si la misma traducción(con la jerga juvenil) aparece en un suplemento de un periódico de gran ti-rada, cuyos lectores son mayoritariamente adultos, no será ni entendida nitomada en serio.

    De especial importancia para el análisis traductológico son las presupo-siciones24 cognitivas (el bagaje de conocimientos generales y específicos dela cultura a que pertenece, de ciertos temas y materias) que tiene el receptor.De acuerdo con su estimación del bagaje del receptor, un emisor/redactorno solo seleccionará los elementos lingüísticos adecuados, sino que también

     presentará el contenido de una manera determinada, dejando implícitas lasinformaciones que presupone como conocidas en los receptores, explicitan-do, incluso con redundancia, las informaciones consideradas como «nue-vas», etc. Uno de los principios de una comunicación eficaz es que no se

    debe exigir al receptor ni demasiados ni demasiado pocos esfuerzos en la

    comprensión de un texto.

    24.  En los receptores del TM, los conocimientos sobre traducciones anteriores del mismotexto pueden formar parte de estas presuposiciones. La historia de la recepción de una traducción(por ejemplo la de la Biblia por Casiodoro de Reina) puede tener una influencia decisiva sobre la

    recepción de cualquier traducción posterior.

     

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    En lo que se refiere a los temas de actualidad, por ejemplo, la situación del

    receptor del TM puede diferir considerablemente de la del receptor del TB por lasimple razón de que la traducción es posterior a la recepción original.

    Ejemplo 3.1.3./4Para un lector español, el título «Nuestra integración en Europa», encima deun comentario de  El País de febrero de 1984, no era un título temático des-tinado a aportar información sobre el contenido del texto, sino un título quesimplemente hacía referencia al debate en curso sobre los problemas agrícolasde una futura integración española en el Mercado Común. Para un lector ale-mán o francés, que en 1984 no pensaban todavía en este tema, una traducciónliteral del título habría despertado la expectativa de que el comentario tratarala cuestión de que «nosotros» (¿los alemanes, los franceses?), «tendríamos queintegrarnos (¿más?) en Europa» (cf. la discusión del texto en Nord 1986a).

    Como ya hemos indicado, no solo la emisión sino también la recepción deun texto son guiadas por una intención específica. La intención del receptor no

    debe confundirse ni con sus expectativas hacia el texto, que son parte de sus presuposiciones cognitivas, ni con su reacción o respuesta ante el texto, quetiene lugar después de la recepción y que, por ello, forma parte del efecto.

    La información obtenida mediante el análisis de la pragmática receptora permite, a su vez, sacar conclusiones sobre la intención del emisor, el lugary tiempo de la comunicación (p. ej., edad y origen del receptor), la funcióntextual (a base de la intención receptiva) y las características intratextuales

    (presuposiciones, ex pectativas). Igual que en el caso del emisor, un receptorficticio tam poco forma parte de la situación comunicativa externa, sino dela interna. Sin embargo, incluso externamente, un texto puede dirigirse a di-ferentes destinatarios posibles.

    Ejemplo 3.1.3./5Las cartas que Günther Weisenborn, escritor y miembro de la oposición contrael régimen nazi, escribió desde la prisión tienen una sola destinataria, perfec-tamente definida y mencionada en el encabezamiento: su mujer. Cuando estas

    cartas, junto con algunas canciones y poemas además de las respuestas de lamujer, se publican en el libro Einmal laß mich traurig sein («Una vez dé jameestar triste», editado por E. Raabe, con la colaboración de Joy Weisen born,Zúrich, 1984), el público destinatario se abre a todos aquellos que se in teresan por documentos y testimonios personales de la oposición contra los nacional-socialistas. Si un joven regalara a su novia ese libro en nuestra época, ya quetam bién contiene cartas muy tiernas de amor, las condiciones receptivas cam- biarían de nuevo completamente, y aún más en el caso de una traducción alinglés, holandés o español.

     

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    Por ello, el traductor debe analizar no solamente las características delreceptor del TB  y sus relaciones con el texto base, sino también las de losdestinatarios del TM, cuyas expectativas, conocimientos y pa pel comunicativoinfluirán en la organización estilística del texto meta.

    Cuanto más exclusiva es la orientación del TB hacia unos receptores concre-tos, menor será la posibilidad de hacer una traducción-instrumento (cf. 3.1.8c).En estos casos, el texto meta solamente puede «documentar» la comunicaciónmanifiesta en el texto base, pero sin cum plir una función análoga. Sería absurdo,

     por lo tanto, exigir que las últimas palabras de Franco dirigidas «a los españo-les» se traduzcan en función instrumental (¡o «equivalente»!) como si fueran lasúltimas palabras de cualquier otro dictador dirigidas a sus compatriotas.

    E) ¿CÓMO OBTENER  LAS INFORMACIONES SOBRE EL DESTINATARIO?

    Como en el caso del emisor, los datos sobre el destinatario pueden inferirsede las características intratextuales y del paratexto (p. ej., de una dedicatoria).También pueden deducirse de las informaciones obtenidas sobre el emisor ysu intención, así como de los factores situacionales, tales como el medio (cf. elejemplo 3.1.3./2), el lugar, el tiempo y el motivo (cf. el ejemplo 3.1.3./3). A suvez, los géneros estandarizados suelen asociarse con expectativas receptorastambién estandarizadas.

    Ejemplo 3.1.3./6En una receta de cocina, el ama de casa suele esperar una información so- bre la preparación de un plato determinado, ya que lee la receta precisamentecon esta idea. Centra su atención en el contenido (datos sobre ingredientes,instrucciones), sin hacer caso a la forma textual. Por ello, estos textos suelenredactarse según las convenciones del género, no solo en lo que se refiere a

    la macroestructura (primero la enumeración de los ingredientes, después lasinstrucciones, en alemán por orden cronológico), sino también en lo que con-cierne a la sintaxis (alemán: construcciones de infinitivo; inglés: imperativos;

    castellano: pasiva refleja, hoy también infinitivos), e incluso a la terminología

    (p. ej., «a medio fuego» o «hasta que la pasta esté al dente»). Por consiguiente,

    el lector no se fijará en forma textual, salvo en los casos en que esta no corres- ponda a las convenciones (por ejemplo, si la receta está escrita en verso, si faltala enumeración de los ingredientes, etc.).

    La influencia de la expectativa del receptor puede incluso causar una ac-

    titud de tolerancia particular: puede ocurrir que el turista que en un restauranteextran jero lee un menú (mal) traducido a su lengua no se moleste (como lo

     

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    haría en su propio país) sino que más bien se di vierta con las faltas ortográficas

    y gramaticales siempre que obtenga información suficiente sobre lo que puede

    comer y beber.25

     Normalmente, el emisor o redactor tomará en cuenta las expectativas de

    los receptores; pero hay también ocasiones en que las pasa por alto o se lassalta deliberadamente con el fin de escandalizar al lector, concienciarlo dealgún esquematismo mental, etc.

    F) CUESTIONARIO 

    Las siguientes preguntas pueden ayudar a obtener información relevantesobre la pragmática receptora:

    1. ¿Qué información sobre el receptor del TB se desprende del paratexto?2. ¿Qué datos sobre el receptor se desprenden del análisis de la pragmática

    y de la intención emisoras?3. ¿Qué informaciones sobre el destinatario del TB (sus ex pectativas, su ba-

    gaje de conocimientos, etc.) pueden ob tenerse analizando otros factoressituacionales (medio, lugar, tiempo, motivo y función textual)?

    4. ¿Existen informaciones sobre la reacción del receptor del TB, que tenganrelevancia para la traducción?

    5. ¿Qué expectativas pueden derivarse de los datos e indicios obtenidos delanálisis de la pragmática receptora

      a) respecto a los otros factores extratextuales: intención emisora, lugar,tiempo, motivo y función textual;

      b) respecto a las características intratextuales?

    3.1.4. Medio/canal 

    A) COMUNICACIÓN ESCRITA Y COMUNICACIÓN ORAL

    El concepto de medio transmisor (Thiel 1974b), o de canal (Reiss 1984),tiene muchos aspectos. Cuando hablamos de «medio», nos referimos, de un

    25. En la didáctica, podríamos aprovecharnos de esta tolerancia, al menos en las primerasfases de la formación y en la traducción inversa, al formular el encargo de tal manera que se puedaaceptar cierta cantidad de interferencias o formas no perfectas de la lengua meta.

     

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    70

    modo muy general, al vehículo que conduce el texto al lector; en la teoría de lacomunicación, «canal» se utiliza para referirse a las ondas sonoras o el papelimpreso. Al traductor, sin embargo, no le interesan tanto las diferencias técni-cas como más bien los aspectos de la perceptibilidad, del almacenamiento de

    datos o de las condiciones de interacción.En primer lugar, hay que distinguir entre comunicación oral y escrita,26 distinción que afecta, entre otros, los siguientes aspectos, relevantes no solo

     para la producción sino sobre todo para la recepción del texto: la presentacióndel contenido (grado de ex plicitación, composición lógico-argumentativa), losmedios verbales y no verbales de expresión (estructuración de las frases, me-dios cohesivos, registro, estructuradores, uso de medios expresivos no verba-les como gesto o mímica). Son de especial relevancia las referencias deícticas(tiempo, lugar), clarísimas en la comunicación oral, pero que han de explici-tarse extra o intratextualmente en la comunicación escrita.

    Ejemplo 3.1.4./1Expresiones deícticas como aquí , junto a mí  u otras que se relacionan con elemisor como yo, todos nosotros, el que me precedió en el uso de la palabra, secomprenden perfectamente en la comunicación oral. Pero en la comunicaciónescrita no pueden decodificarse correctamente sin tener en cuenta la informa-ción acerca del tiempo, lugar, emisor, receptor, etc., dada, por ejemplo, en lasreferencias bibliográficas o en el propio texto.

    Sin embargo, no todos los textos pueden categorizarse como exclu-

    sivamente orales o escritos, ya que hay textos que reproducen en forma escritalo hablado (p. ej., el acta de la declaración directa de un testigo), así comotambién hay textos escritos que se comunican oralmente (p. ej., discursos oconferencias). Por ello, Crystal / Davy (1969, 68ss.) introducen el conceptode «medio com plejo», que com prende: (a) textos hablados para ser escritos,

     p. ej., un dictado, (b) textos escritos para ser hablados, p. ej., el telediario, eincluso subclasificaciones como «textos escritos para ser leídos en voz alta,

    como si estuvieran escritos» (discurso ceremonial).27 

    26. La distinción entre «lenguaje oral» y «lenguaje escrito» que hace Reiss (1984), refiriéndoseal medio, nos parece poco adecuada, ya que el «lenguaje oral» puede tam bién emplearse en textosescritos, p. ej., en diálogos ficticios o en una carta.

    27. House (1981a, 43) afina la categoría de «medio complejo», al menos en lo que se refierea textos escritos, para los que establece subclasificaciones como «textos escritos para ser ha blados

    como si no fueran escritos» o «textos escritos para ser leídos en voz alta co mo si hu bieran sidooídos», etc.

     

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    Ya será evidente que para nuestros propósitos no basta una mera clasifi-cación del medio utilizado, sino que sería conveniente enfocar las caracterís-ticas del medio, como, por ejemplo, la coincidencia o discontinuidad de lassituaciones productiva y receptiva, comunicación indirecta o directa («cara a

    cara»), espontaneidad de la producción textual, posibilidades de retroalimen-tación, uni o pluridireccionalidad, etc.

    B) ¿CUÁLES SON LAS INFORMACIONES  NECESARIAS SOBRE EL MEDIO?

    En la comunicación oral, muchas veces son los medios técnicos de la trans-misión (p. ej., teléfono o micrófono) los que influyen en la producción, recep-

    ción y comprensión del texto. En la comunicación escrita, cuando hablamosde «medio» nos referimos al medio de pu blicación, p. ej., revista, diario, libro,colección de libros, etc., incluyendo también subclasificaciones como «páginade economía» o «suplemento literario» (en el medio «periódico»).

    La dimensión del medio es importante porque aporta información sobrelas características y la identidad del público destinatario. Así, el pú blico deun periódico nacional no es solo más grande, sino que incluye a personas dedistintos niveles de educación e información, con distintas expectativas encuanto a la calidad estilística de un texto, en comparación con los lectores deuna revista especializada para médicos, o, más específicamente, para neuro-

    cirujanos. Una edición de bolsillo de precio módico de una novela se dirige

    a un público más amplio que un costoso facsímil de la primera edición del«Qui jote». Una carta personal se dirige a un receptor único y perfectamenteconocido, una carta comercial estandarizada va destinada a todo socio poten-cial de la empresa en cuestión, mientras que un cartel ex puesto en un tableroen la calle se dirige fundamentalmente a cualquier per sona que pase por allíy sepa leer.

    Además, la caracterización del medio permite sacar conclusiones so bre laintención del emisor (p. ej., en un cartel o en una tarjeta postal) y el motivode la comunicación (p. ej., en una nota necrológica en el periódico). Por sersometido el medio a cambios históricos y a diferencias culturales, los datosobtenidos indican a veces el lugar y el tiem po de la producción textual.

    Es cierto que el medio limita el abanico de posibles funciones textuales.Sin embargo, las expectativas del receptor, derivadas de sus ex periencias conel medio en cuestión, pueden verse malogradas en un caso especial si el mediose usa para fines «ajenos». Por ello, no es correcta una equiparación automá-

     

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    tica de medio y función textual, sobre todo teniendo en cuenta que los medios pueden cumplir diversas funciones en distintas culturas.

    En el caso normal, sin embargo, el medio determina la ex pectativa del re-ceptor en relación con la función textual. De un folleto turístico sobre una ciu-

    dad o región esperamos que tenga las funciones «información + publicidad».En un libro-guía o en una enciclopedia es peramos que la información – inclusosobre lo negativo –   tenga prioridad, mientras que en una revista ilustrada acolor, la función de entretenimiento desempeña un papel importante, junto ala función informativa. Comparemos las primeras frases de tres publicacionessobre la ciudad de Sagunto:

    Ejemplo 3.1.4./2a) Situado a orillas del Mediterráneo, entre feraces tierras pobladas de naran-

     jos, se levanta la histórica ciudad de Sagunto mostrando a la clara luz de

    Levante la noble estampa de sus muros milenarios, testimonio vivo de suglorioso pasado. Sagunto fue encrucijada de caminos y de culturas. Car-tagineses, romanos, visigodos y árabes dejaron abundantes muestras de su paso por la ciudad, cuya valerosa defensa contra Aníbal, general cartaginés,fue ensalzada como ejemplo de heroísmo por los historiadores latinos de laépoca. (Folleto de la ciudad de Sagunto, ed. por el Ministerio de Cultura y elExcmo. Ayuntamiento de Sagunto, 1977).

     b) Sagunto. Situación geográfica: El gran geógrafo Scilio Ytálico al describir

    Sagunto, decía: «No lejos de la playa, se levantan los muros hercúleos de Sa-gunto sobre una empinada colina, a los cuales dio célebre nombre Zazinto,se pultado en lo alto del collado». Su situación, desde los tiempos remotos,

    está enclavada en el último promontorio de la Sierra La Calderona, unida porel N. con la Sierra Espadán, que corresponde al Idubeda Mons que, segúnPtolomeo, separaba el Oriente del Occidente ibérico, o sea la Celtiberia dela Edetania. El griego Polibio dijo que: «Esta ciudad se encuentra al pie delmonte que separa los celtíberos de los demás íberos, distante siete estadiosdel mar»; y, en efecto, Espadán termina junto a Sagunto, y aun podría consi-derarse el castillo como el último monte de la indicada sierra. Su situación esde 39º, 38’ y 34» de latitud norte, y de 3º, 25’ y 14» de longitud sur. Apoyadoso bre este cerro coronado por su histórico castillo, cual pétrea corona degloria, según frase elocuente de nuestro paisano, el canónigo y poeta Dr. Za-honero, está edificada la ciudad, como un collar que adornase el espléndido

    valor de sus vetustos torreones, tantas veces ensangrentados y otras tantasveces enriquecidos por su heroísmo. (Dr. Esteban Blanco Ximénez; Guíaturística; Sagunto, 1961; pp. 7-8; después de un preámbulo rimado tomadodel Canto 1º de «Las ruinas de Sagunto», de Villarrota)

    c) Historia. En el s III era una población íbera, de los edetanos, que posi ble-mente albergaba a una colonia de comerciantes griegos. Los cartagineses,em peñados en conquistar la Península, firmaron un tratado con Roma (h.

     

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    226 a. C.) por el que fijaban el Ebro como frontera de sus intereses. Sagunto,

    al S. de este río, se alió con los romanos. Pero Aníbal aprovechó su lucha conlos tur boletas, enemigos tradicionales de los saguntinos y que habitaban enlo que es la actual Teruel, para intervenir, y puso sitio a la ciudad, que, tras unduro asedio de ocho meses, fue conquistada (219 a. C.), y sus supervivientes

    quedaron reducidos a la esclavitud. Roma intervino entonces enérgicamente,lo que desencadenó la II guerra púnica. [...] (Salvat Universal; Diccionarioenciclo pédico; Salvat Editores, S.A.; Barcelona, 1987; tomo 18; p. 75).

    El análisis pretraslativo debe tener en cuenta sobre todo aquellos elemen-tos informativos o estilísticos cuyas características se deben precisamente almedio utilizado, tratando de averiguar si son universales o específicas de la

    cultura base. Esto es im portante, sobre todo, cuando el TM ha de realizarse através de un medio distinto al del TB.

    C) ¿CÓMO OBTENER  LAS INFORMACIONES SOBRE EL MEDIO?

    El medio se puede comprobar fácilmente a primera vista, al menos cuandose tiene en las manos el original del texto y no un manuscrito escrito a má-quina, una fotocopia o un anexo electrónico. En este último caso (hecho queocurre con frecuencia en la práctica de la traducción profesional), el traductordebe pedir información detallada sobre el medio, ya que es bastante difícilidentificarlo partiendo exclusivamente del análisis intratextual.

    A veces, el emisor elige el medio de acuerdo con su intención, y en otrasocasiones el número de posibles medios se reduce por las condiciones de lugary tiempo, sin olvidar que, asimismo, la elección del medio puede dependerde convenciones culturales. Algunos medios se prefieren para determinados

    objetivos comunicativos (p. ej., carteles o anuncios periodísticos para propó-sitos publicitarios, folletos-trípticos para informaciones turísticas, etc.).

    D) CUESTIONARIO

    Las siguientes preguntas pueden ayudar a obtener información relevantesobre el medio o canal:

    1. ¿Procede el texto de una comunicación escrita u oral? ¿Por medio dequé canal se presenta?

     

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    Ejemplo 3.1.5./1La edición portuguesa del folleto editado por la Oficina de Turismo de la ciu dad

    de Múnich (ver cap. 5.3.) fue aceptada como correcta por un grupo de profeso-res de traducción procedentes del Brasil, mientras que otro grupo procedentede Portugal analizó el texto durante mucho rato, clasificándolo finalmente co-

    mo «com prensible, pero no idiomático». En este caso, el análisis de la prag-mática local no pudo aportar ningún dato aclaratorio. El texto fue producido enMúnich para lectores «portugueses», sin saberse bien si fue por un traductor delengua materna (¿brasileña?) o por uno de lengua alemana, ya que no se espe-cifica el nombre del traductor en el texto. Por lo visto, el emi sor/iniciador (la

    Oficina de Turismo) no era consciente del problema. En la versión alemana de

    este folleto, el lugar de recepción (Múnich) hace su poner que el texto ha sidoescrito en la variante lingüística de Alemania (y no de Austria o Suiza).

    Para la comprensión e interpretación de un texto, la pragmática es pacial

     puede también ser significativa cuando el lugar de la producción textual sedebe considerar como el centro de una «geografía relativa». La distancia oimportancia de otros lugares mencionados en el texto pueden expresarse enrelación con ese centro. El traductor debe tener en cuenta que pueden existirgrandes diferencias entre la «geografía relativa» del TB y la del TM.

    Ejemplo 3.1.5./2(a) Así, hay que comprender el concepto «declive Norte-Sur» desde el puntode vista de los países industriales desarrollados del norte del planeta. (b) Ladistancia entre Madrid y Sevilla es mucho más corta desde la perspectiva de

    un tejano que desde la de un madrileño. (c) Los nombres de lugares, regionesy tribus que aparecen en los Hechos de los Apóstoles (cap. 2, 9-11) no puedencumplir la función de delimitar el «horizonte del mundo judío» sino cuando setoma Siria como lugar de producción textual y no Jerusalén, donde sucedió elacontecimiento de Pentecostés (cf. Roloff 1981, 44s.).

    B) ¿CUÁLES SON LAS INFORMACIONES  NECESARIAS SOBRE LA DIMENSIÓN ESPACIAL?

    Es natural que en la dimensión espacial no solo importen las circunstan-

    cias lingüísticas sino también las de tipo político-cultural. Un texto publicadoen un país con censura de prensa y literaria tiene que leerse «con otros ojos»respecto a los textos escritos en países sin esas restricciones, si bien tambiénen estos a veces se escribe «entre líneas».

    En algunos casos, es necesario conocer no solo la nación o región, sino ellugar preciso de la producción textual, para poder entender correctamente lasindicaciones deícticas contenidas en el texto (cf. ejem plo 3.1.4./1). Esto es

     

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    válido tanto para el TM (normalmente reci bido en la cultura meta) como parael TB.28

    Ejemplo 3.1.5./3En el caso de artículos periodísticos, el lugar de aparición del periódico sueleidentificarse con el lugar de redacción. En las informaciones enviados por co-

    rres ponsales desde el extranjero, el nombre del autor y / o del lugar  – »N.C. in-forma desde X» –  se sitúan al principio del texto. De esa manera el lector puedecom prender correctamente una frase como «En el aeropuerto los viajeros seaprestan a tomar el último avión antes de su cierre definitivo.» También en una

    traducción son importantes tales indicaciones, que pueden, en caso necesario,integrarse en el propio texto («En el aeropuerto de X...»).

    Las informaciones obtenidas sobre el lugar de la producción textual per-miten, pues, sacar conclusiones acerca de la afiliación cultural del emisor, así

    como sobre el receptor, el medio (en el caso de medios limitados a un lugardeterminado), el motivo (al menos en conexión con la dimensión temporal) ysobre las características intratextuales (p. ej., variantes lingüísticas regionales,expresiones deícticas).

    C) ¿CÓMO OBTENER  LAS INFORMACIONES SOBRE LA DIMENSIÓN ESPACIAL?

    Por lo general, los datos sobre la dimensión espacial se hallan en el para-

    texto (referencias al lugar de publicación, a la editorial, a la primera edición)o en la literatura especializada (p. ej., en caso de obras li terarias). A veces,tal información se supone que forma parte del baga je de conocimientos delreceptor (p. ej., en el caso de publicaciones de organizaciones e institucionesinternacionales, o de un escritor de la llamada literatura universal). Como en

    28. Puesto que la pragmática espacial afecta sobre todo el trasfondo cultural de emisor, receptor,temática, etc., desempeña un papel particularmente importante en la traducción literaria. Popovič

    ([1977]1981, 105) describe el enfrentamiento de dos sistemas culturales en una traducción literariade la manera siguiente: «En los textos literarios nos encontramos con la oposición entre ‘nosotros’ y‘ellos’. Esta oposición se refiere a la relación del individuo o de un grupo con el mundo, reflejando

    la organización ontológica de individuos y grupos. [...] Visto esquemáticamente: (a) El impacto de lacultura base es más fuerte que el de la cultura meta. (b) El impacto de la cultura meta es más fuerteque el de la cultura base. (c) El impacto de las dos culturas tiene la misma fuerza. Esta tensión semuestra en la traducción literaria como expresión del factor espacio. Si es muy acusada, hablamosde la ‘exotización’ de la traducción. Se hace particularmente patente en la traducción de temas ygéneros literarios que no existen en la cultura meta.» (Trad. C. N.)

     

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    los casos de los otros fac tores extratextuales, también pueden obtenerse infor-maciones sobre la dimensión espacial a base del análisis intratextual.

    Otros indicios pueden inferirse de la información acerca del emisor (¿dón-de vivió o trabajó?), del receptor (¿qué información cultural es pecífica forma

     parte de su bagaje?), del medio (¿está ligado a una determinada cultura?) o delmotivo (¿se trata de un motivo es pecífico de la CB?).

    D) CUESTIONARIO

    Las siguientes preguntas pueden ayudar a obtener información relevantesobre la pragmática espacial:

    1. ¿Dónde se ha producido o emitido el texto?

    2. ¿Se pueden obtener informaciones acerca de la pragmática local anali-zando el paratexto y el entorno textual? ¿Se da por su puesto en el recep-tor del TB un bagaje específico en cuanto a la dimensión espacial?

    3. ¿Qué informaciones sobre la pragmática local pueden obtenerse anali-zando otros factores situacionales (emisor, receptor, medio, motivo)?

    4. ¿Qué expectativas pueden derivarse de los datos e indicios obtenidos delanálisis de la intención emisora

      a) respecto a los otros factores extratextuales: emisor, receptor, medioy motivo;

      b) respecto a las características intratextuales?

    3.1.6. Tiempo

    A) IMPORTANCIA DE LA PRAGMÁTICA TEMPORAL

    Son H. Bühler (1984), Reiss (1984), Thiel (1980) y Cartellieri (1979) quie-nes mencionan explícitamente la dimensión temporal del TB. En el caso de Car-tellieri, sin embargo, la segunda parte de la pregunta «¿cuán do se desarrolla laacción?» se refiere a la «situación tem poral interna» (cf. cap. 3.1.0.b). Otros

    autores incluyen la dimensión temporal en las «condiciones situacionales». Ennuestro modelo, sin em bargo, la pragmática temporal se trata separadamente yen detalle, por pertenecer a las categorías básicas del marco sistemático.

    Toda lengua está sometida en su empleo y sus normas a constantes cam- bios. Por ello, el momento de la producción de un texto es, entre otras cosas,

     

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    una señal previa importante para la variedad histórica de la lengua manifes-tada en el texto, no solo en cuanto al uso, sino tam bién en lo que se refiere a

    la dimensión semántica, porque los cam bios lingüísticos suelen depender decambios socioculturales del medio ambiente.

    Esos cambios afectan también la tipología textual. Algunos géneros estánrelacionados con un determinado período histórico (p. ej., el oráculo o las epo- peyas de la Antigüedad y los partes meteorológicos o las series televisivas denuestra época). Según la edad del texto, el receptor/traductor espera encontrarcaracterísticas muy diversas en un determinado género. Puede ocurrir, incluso,que el receptor no esté «al día», esperando formas que ya no se usan.

    Ejemplo 3.1.6./1En algunos géneros modernos se ha ido imponiendo el criterio de economía yde espacio. Es muy evidente este hecho no solo en los titulares de periódicos

    sino, especialmente, en las informaciones del «teletexto», donde podemos en-contrar fórmulas tan telegráficas como: «No problema nieve en carreteras redestatal».

    Junto a los aspectos lingüísticos, la dimensión temporal puede servir paraaclarar el trasfondo comunicativo del emisor y del destinatario, con lo que nosaporta algunas claves para la comprensión de la intención emisora. Tratándosede textos que informan sobre la actualidad, tales como noticias de prensa,comentarios periodísticos, partes meteorológicos, etc., el factor temporal esdecisivo para decidir si tiene sentido traducirlos o qué función podrían tener

    en una traducción.

    Ejemplo 3.1.6./2En las clases de traducción, muchos profesores parecen preferir todavía los in-formes periodísticos como material didáctico, porque consideran que los estu-diantes están más familiarizados con los temas tratados y su correspondientevoca bulario. En la práctica profesional, sin embargo, estos textos se traducenmuy raramente, porque han sido producidos para el día en cuestión, con lo queal día siguiente ya están obsoletos. Una traducción de esos textos no tiene sen-tido si no es como traducción-documento y para fines muy específicos.

    Para referencias intratextuales al momento de la producción textual (p. ej.,adverbiales como hoy, durante este año etc.) vale lo dicho respecto a la dimen-sión espacial. Un texto que ha sido «exportado» de su situación original a otranueva no puede entenderse correctamente a no ser que su pragmática temporalse indique claramente, sea en un párrafo introductorio, una referencia biblio-gráfica detallada o mediante explicitaciones en el propio texto.

     

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    Ejemplo 3.1.6./3En el International Herald Tribune del 9 de enero de 1990 apareció la siguientenoticia: «NEW YORK. – The hopes entertained that the grippe was relaxinghave been destroyed by the mortality returns of yesterday (Jan. 7), which show

    an increase of nearly 100 over the toll given three days ago, with 134 deathstraceable to the epidemic.» No había motivo de preocupación: la noticia seencontraba en la columna 100, 75 and 50 years ago, y data del año 1890.

    Puede ser importante (para el receptor-traductor), sin embargo, conocer lasconvenciones textuales también de estos géneros, como muestra el ejemplosiguiente.

    Ejemplo 3.1.6./4Cuando hace algunos años la autora de este libro estaba en Madrás (hoy: Chen-

    nai), hojeando el periódico de la mañana a la hora del desayuno, se sorprendióal leer que «hoy por la tarde colisionaron dos trenes» en alguna parte de laIndia. Estaba claro que la noticia fue escrita la noche anterior y el autor, ensu pro pia situación, tenía razón diciendo «hoy por la tarde» y «colisionaron», pero para mí, en mi situación «hoy por la tarde» era futuro. En un periódicoalemán, sin embargo, se hubiera escrito «ayer por la tarde», porque existe laconvención de que, al escribir su artículo, el periodista se pone en la situaciónde los lectores, y no al revés.

    En la traducción de ciertos textos de uso práctico, hay que controlar si la

     pragmática temporal del TB todavía vale para el texto meta, como en el ejem- plo siguiente.

    Ejemplo 3.1.6./5Cuando se traduce un folleto turístico, hay que tener en cuenta que las in-formaciones sobre las horas de apertura, precios o informaciones específicas,

    como «cerrado por reformas», deben ser válidas también en el momento dela recepción del TM. Por ejemplo: a los turistas extranjeros que quieren visi-tar España se sigue informando en guías y folletos (traducidos) que se puedeentrar en las Cuevas de Altamira «con cita previa». Pero cuando se viaja allí

    se puede constatar que desde hace muchos años existe una bella e informativaex posición con reproducciones de las pinturas rupestres, pero que las cuevasno pueden ser visitadas más que por científicos que tengan un proyecto de in-

    vestigación.

    La dimensión temporal tiene influencia directa o indirecta sobre los fac-

    tores extratextuales tales como emisor (contemporáneo del receptor/traductor

     

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    o no, presuposiciones situacionales, etc.), intención (cf. el ejemplo 3.1.6./2),receptor (expectativas, distancia temporal entre los receptores del TB y del TM),medio (tipos de medio históricos o mo dernos), motivo (actualidad) y, sobretodo, las características intratextuales (p. ej., presuposiciones, variante históri-

    ca del idioma, elementos deícticos).

    B) TRADICIONES Y CONVENCIONES TRASLATIVAS

    La dimensión temporal no se relaciona solo con el momento de la pro-ducción y recepción del TB, sino también con la situación del TM porque ambasestán igualmente determinadas por sus respectivos contextos temporales.

    Por ello tenemos que abordar también la cuestión de las tradiciones exis-tentes en la traducción de textos clásicos, así como los pro blemas relacionados

    con re- traducciones de textos antiguos. La relevancia de la dimensión tem- poral para la traducción de textos como La Ilíada de Homero, el Rey Lear  deShakespeare, o del Quijote, de pende del escopo traslativo. Popovi

     ([1977]1981, 103s.) diferencia entre la «traducción sincrónica» hecha porun contemporáneo del autor y la traducción moderna de una obra antigua, que

     puede ser «recreativa» (actualizando el lenguaje) o «conservadora» (utilizan-do un lenguaje arcaizante).

    Depende de la tradición traductológica dominante cuál de las dos for masse considera como más adecuada. Refiriéndose a la recepción actual de las

    obras de Homero en Alemania, claramente influenciada por las traduccionesde Johann Heinrich Voss (1751-1826), Vermeer ([1981]1983, 100) apunta losiguiente:

    Gracias a las traducciones e imitaciones de las formas poéticas clásicas, elverso hexámetro ha adquirido carta de naturaleza en la cultura alemana y yano se considera como una innovación. Sin embargo, tiene connotaciones queeran ajenas al hexámetro conocido por los griegos, pues crea una distanciafrente al texto que connota «clasicismo», incluso posiblemente «arcaísmo»;en cualquier caso, el hexámetro alemán es «extraño» y, por ello, «inusual».(Trad. C. N.)

    En este caso, la tradición ha conducido a un lenguaje típico de las traduc-ciones o «traduccionés» (en inglés: translationese), que suele ser aceptado,sin reservas críticas, como «característico del género». Otro caso similar quese presenta en Alemania es el del «lenguaje bíblico» basado en la traducciónde Martín Lutero. Al creyente acostumbrado a la fuerza estilística de las for-

     

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    mas arcaicas de la versión luterana (aunque no las entienda en todo caso), le parecerá «inadecuada» cualquier adaptación de los textos bíblicos a la lengua«normal» de nuestro tiempo (véase, por ejem plo, Stolt 1981, 185s. y Fuchs1985, 108s.).

    La otra cara de la moneda es que ciertas traducciones que reproducen(como el original) la jerga de un momento histórico específico parecen enve- jecer más rápidamente que los propios TB, como demuestra Kloepfer (1967,96s.) con un pasaje tomado de una traducción alemana de 1965 de la comedia

     Epidikus, de Plauto, cuyo lenguaje ya les parecería completamente ridículo, sino incomprensible, incluso a los lectores jóvenes de hoy.

    Por otra parte, parece problemático traducir (hoy en día) un texto antiguode manera arcaizante, empleando la variante de la lengua meta empleada en laépoca de origen del TB, «como si» el texto hubiera sido traducido sincrónica-mente. La traducción que el escritor alemán Rudolf Borchardt (1877-1945)

    hizo de la Divina Comedia, de Dante, a lo que él consideraba el alemán delsiglo XIV, no llega a tener el mismo efecto sobre el receptor moderno que eloriginal tuvo sobre el suyo, fundamentalmente porque la lengua alemana hacambiado mucho más profundamente en los últimos quinientos años que laitaliana (cf. Stackelberg 1978, 16s.).

    C) ¿CÓMO OBTENER  LAS INFORMACIONES  NECESARIAS SOBRE LA DIMENSIÓN TEMPORAL?

    En muchos casos, la pragmática temporal puede deducirse de la fecha de publicación del texto o de otras informaciones del paratexto. Hay textos, sinembargo, que no se publican hasta años después de ha ber sido escritos. Cuan-do el momento de la producción textual no se menciona en el texto mismo ytampoco forma parte del bagaje de conocimientos que se le supone al receptor,será nec