Nómadas
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Número 12
Octubre 2015Literatura
RELATOS ASOMBROSOSRELATOS ASOMBROSOS
Annie Owens
CRÓNICAS SOLFERINAS
PUZZLE DE POEMAS
LENGUA DE GATO
RELATOS ASOMBROSOS
EDITORIAL
Salto al vacío.
El pueblo bravo, Nómada.
Poema recuperado xxxi, Sueño eléctrico.
El nómada, Nómadas, Ojos de elefante, Nulidad
Orinoco zombi, Septiembre, Nómadas del verano, Viaje sin éxito.
GLOSARIO 12
[email protected]ía de la portada:Doña Mencía -Accipiter gentilis-
Conguitos de grillos y El Sol fundido con el mar rojo.
Ramadán.
EL TINTERO
RELATOS ASOMBROSOS
Annie Owens
PERICO COMIX
Salto al vacío:
¿y qué encuentro?
pasto, hojarasca, hormigas.
Alzo la cabeza al cielo
¿y qué veo?
una bandada de cuervos graznando,
desesperados, en busca de carroña.
Mientras el Sol calienta a los seres
reptantes en la espesura del bosque
los príncipes de las tinieblas
dormitan con los ojos abiertos.
Los grandes ojos abiertos.
¿No empezaríamos los seres humanos a transformarnos en héroescuando el hombre dejó de ser cazador y recolector de frutosnaturales, cuándo el hombre dejó de ser nómada para transformarseen agricultor y en pastor? ¿No será la tendencia agresiva del hombreuna adaptación a la defensa de territorios fijos? ¿No será laautodepredación, que en definitiva eso es la guerra, el depredarsobre nosotros mismos, un sistema para mantener unos statuspoblacionales bajos en tierras dónde la agricultura primitiva nopermitía un aumento del nivel de la población?
La aventura de la vida
Ágata
- ¿Qué quieres ser de mayor?- Quiero ser nómada.
Siempre me ha atríado la idea devivir en una tienda de campaña,ya desde niña mis juegosveraniegos orbitaban alrededorde expediciones y campamentos.Ya desde pequeña sentía que elmejor vehículo, la mejor forma deentender el entorno era caminar.Echarse a andar sin rumbo, salir ala calle o perderse por el bosque.Nadar en el río a contracorriete oadentrarse en el mar hasta que uncorte en la respiración adviertapeligro. Escalar montañas yadentrarse en las cuevas delmundo. Recordar la prehisotoria.Vivir salvajemente.
Suena antiguo y pegajoso, como unaembestida del mar, sin saber a dondedirigirse. Como un argumento de otrostiempos, de los tiempos de Los Beats. Demaricones andrajosos y barbudos, de literatosque jugaban con matar a su mujer con unrevolver y ella con una manzana en la cabeza.Ese era el nieto del inventor de lacalculadora, pero habían más y más dementescomo Keruak o El Rey Salomón. Una pléyadede escupitajos suburbiales que no encajabanen ningún sitio menos un nicho, cuatroderrapes en El Camino y la satisfacción dehaber conocido a ese gran hombreambulante; su doble inmortalizado en lanovela del que erró el tiro, o sea, su propianovela. Mientras tanto los trenes iban yvenían de la remota India y Burroughs pasóde enredar más las cosas y quedó en planMatisse heroinómano viviendo de las rentas.Alguien fue a Mexico escribió cuatromentiras, nadie sabe cual de ellos y el mundoentero comenzó a deambular a través de latierra.
Daniel Artiles Rodríguez
Como tú,he tenido la fortuna de poder respirarel misterioso azar de la creación.
Nadie es libre de elegirel lugar donde celebrar este breve instante.
Somos nómadas en el tiempo.
No recordamos nuestros primeros pasosy el futuro nunca se encuentraen los videntes nocturnos de las televisiones.
Cada individuo de esta especie es único,como los días azules que atravesamos.
Poco a poco se nos irán terminando las palabrascon las que contar historias.
A veces maldigo la alegría vertical de losárboles.
No sabría decir cuál ha sido el mejor día de miexistencia.
Cuando se termine este pequeño montón de leñala vida habrá sido suficiente para mí.
Rodrigo Garrido Paniagua
Cada día viajas con tu mente más lejos que nadie
y apagas la linterna
como un niño que una noche
descubre Internet en una plaza bajo un árbol,
ni siquiera tu diario te conoce,
cada día se te funde la expresión
en un cazo de imagen, tiempo y sonido
y no sabes ni dónde ni cuándo está el descanso
aunque duermas en tu cama.
Si la concha en la que vives se deshace,
si desgastas tu camino en escapar de las palabras
que te encuentras sin buscar
y así marchas más lejos,
más oscuro,
si mandas a la Luna repetir todo el trabajo,
si prefieres hacer cada noche una analogía del sudor
que te encuentras en la almohada
a ver en el espejo un caracol
que cambia el cuerpo cuando viaja
y no la cara,
jamás podrás charlar tranquilamente con un cuervo
ni lavar la boca a un lobo con la lengua
y más cerquita,
donde las palabras se te juntan con la vida como un premio,
nunca encontrarás tu piel, tu nada,
no sabrás cómo encontrarla,
porque será siempre propiedad del futuro o del pasado
ahora que el mundo ya ha pasado el fin.
Sergio Escribano
"The Kelpie" Brian Froud and Alan Lee.
A nada saben tus ojos, tu mirada
A mierda mi alma por ser cobarde
La miel me recuerda tu boca abierta y tu movimiento de
serpiente
Insólito, que nunca fue…
A la mañana siguiente otra vez trabajé
Y te fuiste de la cama
Donde nuca dormiste
Dejándome como un esputo,
En el olvido
Y anduve en mi mente, nadando
Sin encontrar nada
Como un átomo desintegrado
Maldije mi yo, siendo ahora:
“Algún día seré más grande y, mas fuerte”
Por ahora solo soy eso, un vomito en la acera de tu mente
No quise despedirte
Me ocupé de saber cómo suicidar la noche
Y me dormí
Sin pensar en ti y en nadie
Desperté siendo un viejo
Tras el cristal de una ventana
Que daba directamente al patio de la cárcel
Y me arranqué los ojos riendo
Los días y las noches se destruyeron mutuamente
Como mis dientes fueron cayéndoseme
Y regresé a la ventana
Todos los presos habían muerto
Y lloré
Estúpidamente
Sobre la ensalada que descansaba en la mesa
Hasta que divisé al muchacho negro
Sobre el túmulo de muertos
Leyendo el Aullidos1, sollozando
Como escombros del dolor
Y grité tu nombre, en vano
Contemplando la agonía del negro
Desplomándose con el libro
Sobre los delincuentes
Los párpados me obligaron a asirte
Tan solo como idea, vaga, confusa
Cuando regresé a mi juventud
Sin dinero ni causa
Sin mas suero que las drogas y el sueño
Sin mas deseo que poseerte
Aunque después te fueras
Haciéndole un guiño a la muerte
Fui una sombra, al fin, una sombra
Un muerto gozoso que descansó en el olvido
Como pez en la ola1
Un suicida mentiroso
Una carretera desierta
Dos hombres que se disparan mutuamente
Mordiendo el polvo
Un ciempiés recorriendo la columna vertebral de la noche
Derrumbándose al fondo de un vaso
Donde sigo esperando al sol
Esperando al sol
Daniel Artiles Rodríguez
1 Aullidos. Allen Ginsberg
2 El muerto gozoso/ Las flores del Mal/ C. Baudelaire
MilK Box
EL
TINTERO
1 Aullidos. Allen Ginsberg
2 El muerto gozoso/ Las flores del Mal/ C. Baudelaire
EL
TINTERO
Pocos pensarían que un joven lord británicocondenado de por vida a una silla de ruedassería un nómada.
Yo tampoco hasta que aquél disparoafortunado me postró en una en lasnavidades de 1855. Durante meses me recluíen la mansión familiar del nuevo estilovictoriano, languideciendo, regocijándomeen mi infortunio mientras los pocos amigosque me visitaban me informaban de unaguerra que ya no me importaba pues habíadejado en Crimea todas mis ilusionesarrancadas por la bala de un soldado rusoque apestaba a vodka.
Recuerdo mi primer viaje. Me adentré enMalasia acompañando a un capitán pirataque había jurado venganza contra miscompatriotas. Allí conocí a hombresvalientes que tenían unas vidas fascinantes,navegué mares y ríos, vi un atardecer tanhermoso que me quitó la respiración, luchépor mi vida asaltando una nave y meemborraché con aquellas personas por lasque desde entonces sentí una camaraderíaeterna.
Desde entonces he pasado muchos añosviajando. He estado entre las murallas deTroya, he viajado por el Mediterráneo enbarco de vela, investigué las tumbas de losdanaá cerca de mi mansión familiar, salté alAtlántico de nuevo para participar en laconquista del Oeste y, últimamente, me heembarcado en un viaje hasta la Luna dentrode un proyectil habilitado para el trayecto eimpulsado por un enorme cañón gracias aJulio Verne.
Desde que me adentré en la gran bibliotecade mi familia no he dejado de ser unnómada.
Miguel Ángel Fecé Allué
Por fin me sentí como una bolsa transparente, suciade lodo, que viaja con el viento en esas calles denadie.
Me sentí capaz de ir a las 12:00 AM de lamadrugada por un ron y beber hasta que mis manosse secaran. Fue un lugar ancestral donde mi tristezame abrazó y mi presa de lágrimas cerró. Fue donde lacomida me costó una rebanada de corazón.
Un cigarrillo me valió miles de pulmones, donde lahumanidad iba de la mano como extensiones de ellos;esos pobres objetos decadentes, como iglesiasespañolas, pero con riquezas representativas en cadasanto de México.
Me ardían las masas, me excitaban los pozos, consolo profundizar en su desnudo trasero y abultadopecho; bajo esas telas de mentira comercial. Mearrodillaba ante el momento; alababa el instante, ytallaba con fuerza los pies de aquellos dioses falsoscon boletos hacia la puerta del mundo.
Mis recuerdos son irónicos y en ese momento eranincómodos ante la existencia. Me detuvo una estrellaparpadeante de conciencia e inconciencia; porque yohubiera querido montar aquella pirámide y traspasarmi humanidad delineada.
Al llegar a mi avión, mi alma me pesaba como trescostales de trapos robados. Mis tres partes de objetosse me iban de la piel y se evaporaba con la verdenaturalidad del lugar. Me trasporté a la Europaantaña donde México era un paraíso y ella tan sólo unbebé.
Me perdí de mi sonrisa estúpida. Mis manos fervientesde armonía al aire. Me proyecté como el sol queriendodecir… “¡Aquí estoy!”.
Me deslindé de cualquier mundo absurdo, hasta queencontré lo vacío de la lengua y comunicación.Mi lengua me falló y sublevó; conoció por sí misma, yhuyó. Mi ser parpadeó hasta la mañana del martes.Me había derrotado mi puerilidad de existencia,donde mi cuerpo pedía Comida de dolor y castigo.Defendí mi cachito de paraíso y abogué por lainjusticia humanoide con perspectiva.
Era un témpano de hielo ante la muralla de tresvitrales generacionales y mi maquina palpitó altiempo de mi corazón, cuando me traspasó conempatía y cariño mis murallas de cristal. Aquellaimagen que ahora es polvo y más polvo. Sentí elhastió y sentí la separatilidad; sentí calor y sentíausencia; sentí frenesí; sentí oídos sordos y sentílabios antaños; sentí elevarme, y caer de vuelta,como si la excitación fuera a primer vistazo, y el oídoa tiempo infinito; sentí humanidad y claridad. Sentíplacer en cuatro paredes y sentí orgasmos en aguasajenas. Sentí chorros de explosión y cagadas derecuerdos.
Sentí cansancio vital y fortaleza natural.Eso fue lo que pasó, y pasará mañana, hoy.Nunca.Infinitamente.
Ricardo Munguía
La cuna de mi vida fue la magia. Entre bambalinas,autocaravanas, barracas de feria, elefantes de ojoscolgantes; melancólicos, sombreados por el claroscurode las moscas que, se posaban sobre ellos, lloraba enla ruta. Aquellos ojos me acompañaron durante miinfancia. Un día se apagaron y sentí mucha rabia. Poreso, decidí alejarme de aquella vida sin rumbo fijo. Elféretro de mi vida fue conocer a mi esposo einstalarme en la zona más próspera de la ciudad.Malhumorado y pendenciero, abusó de mi inocencia,entregándome en un ajuste de cuentas a un indio alque apodaban “El Mago”. Fue él quién me entregó ala eternidad. La luz invadió mi mente, los ojos delelefante muerto también. Sentí la gloria, sentí morir.Parpadeé magullada y percibí la cuna.
Ágata
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Nací con una enfermedad muy poco común. Mi cuerpose iba pudriendo, no podía comunicarme con losdemás. A veces me ponían contra el fuego de lachimenea y me dejaban allí, sólo, durante horas. Loque desconocía la ciencia y mi familia es que mimente andaba por todos los lugares del mundo, encualquier época, dispuesto a sabotear el hallazgo delfuego prometeico y sumirme en una nulidad sin meta.Apagando y circulando en la nada.
Daniel Artiles Rodríguez
Dan
ielM
artí
nez
Bou
Tú decides...
Tú decides... si luchar o rendirte.
Tú decides... si conseguirlo o quedarte ahí.
Tú decides... si vivirlo o arrepentirte toda tu vida.
"Cuando eres consciente de que aguantas lo
que te echen, eres consciente de que puedes
con todo lo que te plantees. Pero solo si
realmente lo deseas."
"Mide los sentimientos que ofrezcas a cualquiera, porque encualquier momento pueden ser usados en tu contra."
Pocos quedan ya que arriesguen su vidapor amor, pero sí muchos la arriesgan
por un puto iphone.
Seguir dedicando el cien por cien devuestros días solo para compraros cosas
que no os durarán ni dos años.¡Imbéciles!
Cuando tengáis vuestra casa repleta deobjetos que ni utilizáis y por dentro ossintáis vacíos e insípidos, os acordaréis a
que olía la vida(si es que la habéis saboreado...).
Si ya sabes que todo iría mejor con...
¿Por qué coño no te aplicas el cuento?
Quien no lo hace luego no puede quejarse.
Menos COMPLEJOSMenos TRAICIÓNMenos ENVIDIASMenos MENTIRSEMenos PREJUICIOSMenos DISCUSIONESMenos PERDER EL TIEMPOMenos INTERÉS
Más PERSONALIDADMás LEALTADMás ESFUERZOMás SINCERARSEMás INTROSPECCIÓNMás BESOSMás ESTAR EN FAMILIAMás CORAZÓN
Y
R
A
M
A
D
Á
N
Portada: Duendeverde
Dibujo de portada: ECG
Texto y dibujos: Fritz
Título originalAlien from L.A.Año1988Duración87 min.PaísEstados UnidosDirectorAlbert PyunGuiónAlbert Pyun,Debra Ricci,Regina DavisMúsicaJim Andron,Simon LeGassick,AnthonyRiparetti, JamesSaadFotografíaom FraserRepartoKathy Ireland,William R. Moses,Richard Haines,Don Michael Paul,Thom Mathews,Janet Du Plessis,Simon Poland,Linda KerridgeProductoraCoproducciónEstados Unidos-Sudáfrica; Golan-GlobusProductionsGéneroFantástico
Alien from L.A.
Alien from L.A es una película ante todo, entrañable.
La protagonista, una chica insegura, despeinada y de voz
chillona nos lleva de viaje al interior de la Tierra. Ella es
camarera, y cuando su novio la deja por sosa ésta le ruega a
Dios que su vida cambie; y vaya si cambia...
Extraños, intrusos, experimentos, secuestros y atuendos
particulares... En el interior de la tierra todos somos
sospechosos.
Wanda
Al otro lado del Cine
En el caminoJack Kerouac
"Pero entonces bailaban por las calles comopeonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos comohe estado haciendo toda mi vida mientras sigo ala gente que me interesa, porque la única genteque me interesa es la que está loca, la gente queestá loca por vivir, loca por hablar, loca porsalvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, lagente que nunca bosteza ni habla de lugarescomunes, sino que arde, arde como fabulososcohetes amarillos explotando igual que arañasentre las estrellas."
El amanecer me sorprenderádormido, borracho en el Cadillac,
junto a las palmeras luce solitarioy dice la gente que ahora eres formal
y yo aquí borracho en el Cadillacbajo las palmeras luce solitario.
Y no estás tú, nena.
Louis Ferdinand CelineViaje al fin de la noche (fragmento)Los hombres se aferran a sus cochinosrecuerdos, a todas sus desgracias, y no seles puede sacar de ahí. Con eso ocupan elalma. Se vengan de la injusticia de supresente revolviendo en su interior lamierda del porvenir. Justos y cobardes queson todos, en el fondo. Es su naturaleza.(...)
El amanecer me sorprenderádormido, borracho en el Cadillac,
junto a las palmeras luce solitarioy dice la gente que ahora eres formal
y yo aquí borracho en el Cadillacbajo las palmeras luce solitario.
Y no estás tú, nena.
"Deseaba estar extraviado, noperdido. Extraviado, aún pueden
encontrarle a uno".Julio Verne
CADILLAC SOLITARIOLOQUILLO Y TROGLODITAS
El Sol fundido con elmar rojo
Prende el horno a 100º
Mientras, unta en una
rebanada de pan salsa de
tomate. Fríe un huevo durante
un minuto y treita segundos,
pósalo sobre la tostada e
introdúcela en el horno unos
diez minutos. Devóralo en
cuarenta segundos, que chorre
la yema por tu barbilla.
Ingredientes:
Rebanada de pan
HuevoSalsa de tomate
Sal
Receta de Ágata
Ingredientes:
Grillos.Una tableta de chocolate
negro (para derretir).
Mantequilla.
Azúcar al gusto.
Conguitos de grillos
- Se purgan y lavan los grillos.
- Se hornean a 180 Cº el tiempo
necesario para que estén bien secos y
crujientes sin que se quemen.
- Se sacan del horno, se dejan enfriar y
se les arrancan las patas y las cabezas
(esto es opcional, aunque muchas veces
las patas se caen por si solas).
- El chocolate se pone a calentar al
baño maría y cuando esté derretido se
añade una cucharada de mantequilla y
azúcar, se mezcla bien.
- Los insectos se van sumergiendo en
el líquido caliente (por ejemplo, con un
tenedor) y se dejan enfriar sobre papel
encerado.
- Se refrigeran por una par de horas.
Receta de Fritz
RELATOS
ASOMBROSOS
RELATOS
ASOMBROSOS
Ralf Müler, fue un superviviente extraordinario, unhombre que pudo haber escrito manuales al respecto,creo que su habilidad viene de tantos libros de cienciasque leyó, en especial los de biología y anatomía humana,ya que quería ser médico, profesión que nunca llegó aestudiar, por las duras circunstancias que lo rodearon casitoda su vida.
A parte de sus conocimientos científicos, fue un atletaextraordinario, aficionado de la lucha libre y al boxeo.Durante su entrenamiento como soldado NAZI, logró lasimpatía de sus superiores por sus habilidades deportivas.Era un hombre rubio de ojos azules con 1,93 metros deestatura. Físicamente era el soldado ideal, el fenotipo quequería establecer a la fuerza el régimen fascista. PeroRalf Müler en su interior, era todo lo contrario a un Nazi.Era un hombre que escondía su tierna humanidad através de la lucha libre y del boxeo, donde aparentaba serun hombre muy rudo.
Él ya era Sargento cuando los Nazis deciden invadir aPolonia el “1 de septiembre de 1939”, su división a la queel pertenecía, estaba bajo el comando del General Nazi“Gerd von Rundstedt” quién tenía la orden de atacar aPolonia desde el sur, partiendo desde Eslovaquia. Miabuelo fue testigo de toda la crueldad Nazi, sintiórepulsión “para aquel entonces” de ser alemán, vio comoaquellos sádicos y psicópatas racistas, masacraban unanación, y a pesar de la resistencia heroica de las tropaspolacas, quienes se comportaron y pelearon como losESPARTANOS; pero que al final, los Nazis con todo su
poderío tecnológico-militar y sus un millón y medio detropas, lograron consumar unos de los más atrocesgenocidios de la historia contemporánea.
El Sargento Ralf, en una noche antes de otradesproporcionada ofensiva contra Varsovia (Honor eternoa la resistencia de esa Ciudad), logró escapar de sudivisión, sumándose así a los más de tres mil soldadosNazis desaparecidos en Polonia.
Esa noche no fue fácil lograr la evasión, pero por mediode artilugios y de su prestigio dentro de los Nazis, logróescapar por la retaguardia, huyendo con un fusil “98kmáuser” y una pistola “Walther P-38” y un total de 200municiones, municiones que administraría muy bien. Seadentró por los bosques de Lodzkie, caminando cientos ycientos de kilómetros, hasta llegar a Katowice,dirigiéndose con una brújula y un mapa, evitando todaslas poblaciones polacas; porque resultaba ser enemigo deambos bandos, enemigo de los Nazis por desertar yenemigo de los polacos por ser alemán. Se convirtió en unnómada, vivió de la cacería y dormía en refugiosimprovisados. El calculó que aquella guerra duraría diezaños, se mentalizó para lo peor.
Pero la Segunda Guerra Mundial había durado cuatroaños, aunque en realidad parecieron cien años, y duranteese tiempo, el fascismo fue el responsable de la muerte demás de cincuenta millones de personas…
Disculpen la pausa que he hecho, pero me sobrecojo alpensar… que en el pasado, debido a los Nazis, murieroncincuenta millones de personas; pero hoy en día, en el 2016, hanmuerto más de seis mil millones de seres humanos, esta vez nopor los Nazis, sino por un enemigo “no visible”, billones de vecesmás pequeño que aquellos fascistas del Tercer Reich,convirtiéndose este microscópico enemigo, en un arma dedestrucción masiva para la raza humana.
Pero al final de la Segunda Guerra Mundial, el abueloRalf pudo sobrevivir, pasando por centenares de duraspruebas durante el periodo de “post guerra”, tambiéntuvo que librar importantes batallas dentro de su mente,traumas que fueron difíciles de borrar y que de seguro noborró por completo, más bien aprendió a vivir con ellos.No todo combatiente logra superar o aprender a vivir conlos traumas generados por la guerra. Pero Ralf era fuerte,aunque también lo ayudó a superar todo esto, lasparadisiacas playas del Caribe de Venezuela, con sushermosas mujeres y su cálida gente. País que escogiópara vivir y morir; pero Ralf Müller solo vivió un brevetiempo en las costas del Mar Caribe, porque decidióestablecerse en las tierras contiguas al mítico ylegendario río Orinoco, río del que él una vez leyó en unanovela del escritor francés Julio Verne, titulada “ElSoberbio Orinoco”.
Allí al lado del Orinoco, aquel musiú, aquel catire de ojosazules, fue flechado por los encantos de una linda, exóticay sensual negra de Ciudad Bolívar, así que allí, en esahistórica ciudad, el alemán junto su hermosa negra,decidió colocar sus raíces y establecer para siempre suhogar, donde al fin encontró la paz y la felicidad que tantobuscó. o hoy en día, en el 2016, han muerto más de seismil millones de seres humanos, esta vez no por los Nazis,sino por un enemigo “no visible”, billones de veces máspequeño que aquellos fascistas del Tercer Reich,convirtiéndose este microscópico enemigo, en un arma dedestrucción masiva para la raza humana.
Pedro Suárez Ochoa
Enfádate, cuanta mas rabia, más
sabia. Desgárrate y chilla todo lo
que puedas. Creo que sigo
enfadada conmigo misma por una
situación que yo provoqué... era
guapo, hasta decir basta,
inteligente, interesante... sabía
dónde encaja su mano en tu
espalda. Leía entre líneas mis
caderas y las acompañaba al ritmo
de la música.
¿Qué pasó ayer? ¿Qué locura fue
la que inundó nuestros cuerpos
cuando no podían más?
El último, perdón, el penúltimo
tequila (que siempre es el
penultimo, joder) fue la clave.
Y hoy, con la resaca sólo puedo
lamentarme de ser yo. Sólo puedo
lamentarme de no ser alguien ruín
y desinteresado por los intereses de
los demás. Si la situación fuese
distinta... de hecho, me corrijo, la
situación fue hermosa.
Siempre he brindado por los amores a
primera vista, esos que ves un periodo
de tiempo muy corto, te enamoras y no
lo ves más. Pues hoy brindo por el amor
alma-alma, ese en el que conoces a una
persona, sabes que es una noche, pero
vuestras almas encajan y vuestros
sentimientos pueden leerse en vuestras
caras. Quizás, por saber que no va a
ninguna parte, que no sería fructífero,
quizás por saber que sería un amor
imposible te arriesgas y aceleras el
coche cuando vas a tirarte por el
acantilado...
Hoy brindo por la conexión de dos
almas que no necesitan, si quiera, un
beso. Dos personas que no necesitan
rozar sus labios para saber que son el
uno para el otro. Que están
enamorados. Y no digo esto por que sí,
no hablo de esto sin razón, lo cuento
porque ayer, Daniel me tocó con los
labios el alma y me dejo enamorada de
él, para el resto de mi vida.
Rda
La vi por primera vez un atardecer de julio, a lo lejos.Parecía saber a dónde se dirigía, por lo que no mepreocupé en exceso. Su figura en general me recordó a miGala y, de repente, sentí una necesidad imperiosa dellegar a casa y abrazarla con fuerza.Me olvidé, seguí mi camino y me olvidé, hasta que un díavolví a verla. Deambulaba en la oscuridad de la calurosanoche de verano, maullando desesperada un poco deatención. Infructuosamente buscaba en cada hogar deaquella calle un poco de calor humano, como el que undía conoció. Como un bandido, aprovechaba la oscuridadde los rincones para guarecerse de los peligros que, pocoa poco, iba conociendo.
Todo en ella hablaba de su desconcierto. No parecíajusto, no es justo. ¿Cómo un ser que ha crecido en elconfort de un hogar puede acabar de repente en la calle?Sola, perdida, desconsolada… Nadie sabía de ella, nadiela echaba de menos y el tiempo pasaba y ella noencontraba su sitio. Lo intentó, asumió su nueva suerte ycomenzó a buscar el apoyo de sus congéneres. Pero no esfácil, cuando los medios escasean la solidaridad se veresentida y el espacio para alguien nuevo es escaso. Eralinda, guapa y confiada, pero nadie la quería a su lado.Los gatos de espíritu callejero la expulsaban de lascolonias a las que se iba acercando, y los humanos,apiadados, le dieron un breve descanso y, haciendo unalarde de generosidad, aceptaron su presencia en la zona.Pero no era suficiente, no para aquella princesa.
El verano, que todo lo exalta, hizo que la naturalezasiguiese su curso y sucedió lo que más temíamos, unapreciosa camada surgió del encuentro fortuito con algúnejemplar de la zona. Cuatro preciosos seres vinieron almundo en el más absoluto desamparo. Uno de ellos, comosi intuyera su futuro incierto no quiso continuar y quedóallí, en el mismo lugar donde había visto la luz junto a sushermanos. Ahora no había espacio para la duda o ladesesperación, tenía algo importante por lo que luchar, y,a pesar de su juventud, inexperiencia y miedo, debíasobreponerse a todo y encontrar su papel en el nuevoescenario de su vida. Sus pequeños, indefensos yvulnerables, le obligaban a tomar las riendas de lasituación y a hacerse un pequeño espacio entre losexpertos felinos de la zona.Pero no fue necesario, porque un alma felina los vio, ypronto removió las conciencias de la gente de alrededor.Con una agilidad poco conocida se organizó un sistemade rescate para ella y sus pequeños. Y la solidaridadbrotó, como brota una flor ante las primeras luces de laprimavera. Y con ella la esperanza de un futuro donde loscorazones vuelvan a sentir piedad ante un ser indefenso,incluso en los momentos inciertos que vivimos.
Hoy Noa, como la bautizó su ángel protector, observa,junto a sus tres bebés, las últimas lluvias del verano en lacomodidad de un hogar, que, aunque temporal, es losuficientemente seguro como para garantizar un finalfeliz que nadie esperaba.
Noa no es especial ni única. Cada año las calles deciudades y pueblos, las carreteras y campos de este paísconocen y albergan a los nómadas del verano. Seres queun día conocieron el sabor del cariño y que sincomprender el por qué se ven abocados a una existenciaprecaria, vagabunda, recorriendo el lugar de aquí para
allá sin comprender nada y sin encontrar una luz. Algunoscomo Noa tienen suerte y sobreviven a la experiencia, sinembargo, otros muchos, tras un peregrinar constante,abandonan este mundo sin una palabra de consuelo nicariño, y, lo que es peor, sin un motivo que lo justifique.
Que la historia de Noa no sea una excepción, que losnómadas de verano, sean, perros, gatos o humanos,encuentren siempre una mano amiga que les diga “venconmigo”, un corazón sensible que los acoja y unasociedad lo suficientemente tolerante como para norechazarlos solo por su condición errante.
María Jesús Sánchez González
A primera vista, la palabra nómada nos dibuja dos
vertientes. A saber, animales gregarios, o vagabundos sin
tregua que persiguen las estrellas, subiéndose a cualquier
vagón en busca de apóstatas que se apean junto a otros
seres de su misma condición.
Soy errabundo, pero visto con traje y corbata. No
persigo a formaciones cosmológicas. Tampoco me gusta
Kerouak. Lo mío es trabajar en el gran ojo y precisamente
“No el que todo lo ve” sino el que todo vislumbra. Se
acabó correr, se acabo esconderme. He viajado de un
continente a otro para hacerte feliz y luego triturarte,
hacerte pedazos y complementar con tus ojos, esos
nuevos ojos, a fuerza de soplete, la gran obra omnívaga.
Nada, nadie puede escindirse de su magnificencia. Un
non finito, digno de Miguel Angel; un esfumatto de Da
Vinci. Clavarte una daga en el costado y arrancarte los
ojos. ¡Ding, Dong! Hola, venía a regalarle este ramo de
flores, firme aquí. ¡Zas! Más alimento para ese pequeño
ojo de los horrores. Dame unos segundos para quemar la
ropa y meter tus ojos en el maletín.
Otra vez jugando con la muerte-. Susurró mi abuela
desde su tumba de Ontario.
Los pedazos sobrantes los llevé cerca: le di de comer aun montón de harapientos. La carne sobre el bidón, hastaque me di cuenta que iba a salir el sol. Hablé con otrosúbdito del demonio. Su mano estaba muy cerca, su manoestaba muy cerca.
Lo empujé furioso contra su cobertizo. Por su parte,intentó cubrirse la cara. Se caía como una baraja denaipes navegando por el cielo. La máquina de vaporestaba a pocos kilómetros. Pateé su cuerpo, sus dedosnegros y su choza. Envié la voz de mi abuela a lainexistencia. Continué golpeando al vagabundo y susparedes…
Entonces aullé.
Recobré la conciencia en la selva, en el SOHO, tal vez,era aire. El aire negro de la locomotora. Estaba en uno deesos momentos en los que viajas por los estados de larazón yerta. Ya estaba vestido y uniformado como en elcolegio. La ropa se agrietaba y rompía como si metieraspirotecnia en la boca del metro. Desnudo, fui hacia miauto. La tentación era matarlos a todos, pero el pitidoestaba cerca. Deslumbrados por los focos de mi coche,tropezaron entre sí, peleaban a muerte entre sí.Intentaban saltar la valla, desnutridos, alcohólicos, pastodel gusano del ser. Mantuve el pedal del acelerador almáximo como el de freno, sudando. Las ruedaschirriaban. Con furia solté el pedal de freno. Los maté atodos y me estampé contra el tren. El ojo me estaballamando. Con el maletín y sin ropa descendí por unapendiente verdosa en su búsqueda.
Daniel Artiles Rodríguez
¡Hasta la próxima luna llena amigos!