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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’O S S E RVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Año LII, número 36 (2.682) Ciudad del Vaticano 4 de septiembre de 2020 La solidaridad para un mundo pospandemia El Papa Francisco dedica palabras intensas y una oración silenciosa para el país de los Cedros que está viviendo un momento duro de su historia. Ha pasado un mes del atentado en Beirut. «Al Líbano no se le puede abandonar a su soledad», afirma el Papa, «animo a todos los libaneses a continuar esperando para encontrar las fuerzas y las energías para volver a empezar» El Papa anuncia para el 4 de septiembre una jornada de oración para el Líbano LÍ B A N O , RECUPERA EL VA L O R

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L’O S S E RVATOR E ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Año LII, número 36 (2.682) Ciudad del Vaticano 4 de septiembre de 2020

Lasolidaridad

para unmundo

p ospandemia

El Papa Francisco dedica palabras intensas y una oración silenciosa para el país de los Cedros queestá viviendo un momento duro de su historia. Ha pasado un mes del atentado en Beirut. «AlLíbano no se le puede abandonar a su soledad», afirma el Papa, «animo a todos los libaneses acontinuar esperando para encontrar las fuerzas y las energías para volver a empezar»

El Papa anuncia para el 4 de septiembre una jornada de oración para el Líbano

LÍ B A N O, RECUPERA EL VA L O R

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L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

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página 2 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 4 de septiembre de 2020, número 36

Diálogo y legalidad pararesolver los conflictos en el

Mediterráneo oriental

ÁngelusFrancisco habla de la Jornada por el cuidado de la creación y del desastre ambiental en Mauricio

Queridos hermanos y hermanas,¡buenos días!

El pasaje evangélico de hoy(cfr. Mt 16, 21-27) está uni-do al del domingo pasado(cfr. Mt 16, 13-20). Después

de que Pedro, en nombre tambiénde los otros discípulos, ha profesadola fe en Jesús como Mesías e Hijode Dios, Jesús mismo empieza a ha-blar de su pasión. A lo largo del ca-mino hacia Jerusalén, explica abier-tamente a sus amigos lo que le espe-ra al final en la ciudad santa: prea-nuncia su misterio de muerte y deresurrección, de humillación y degloria. Dice que deberá «sufrir mu-cho por causa de los ancianos, losjefes de los sacerdotes y los maestrosde la ley; que lo matarían y al tercerdía resucitaría» (Mt 16, 21). Pero suspalabras no son comprendidas, por-que los discípulos tienen una fe to-davía inmadura y demasiado unida ala mentalidad de este mundo (cfr.Rm 12, 2). Ellos piensan en una vic-toria demasiado terrena, y por esono entienden el lenguaje de la cruz.

Frente a la perspectiva de que Je-sús pueda fracasar y morir en lacruz, el mismo Pedro se rebela y ledice: «Dios no lo quiera, Señor; note ocurrirá eso» (v. 22). Cree en Je-sús —Pedro es así—, tiene fe, cree enJesús, cree; le quiere seguir, pero noacepta que su gloria pase a través dela pasión. Para Pedro y los otros dis-cípulos —¡pero también para noso-t ro s ! — la cruz es algo incómodo, lacruz es un “escándalo”, mientras queJesús considera “escándalo” el huirde la cruz, que sería como eludir lavoluntad del Padre, a la misión queÉl le ha encomendado para nuestrasalvación. Por esto Jesús responde aPedro: «¡Ponte detrás de mí, Sata-nás! Eres para mí un obstáculo, por-que tus pensamientos no son comolos de Dios, sino como los de loshombres» (v. 23). Diez minutos an-tes, Jesús ha alabado a Pedro, le haprometido ser la base de su Iglesia,el fundamento; diez minutos des-

pués le llama “Satanás”. ¿Cómo seentiende esto? ¡Nos sucede a todos!En los momentos de devoción, defervor, de buena voluntad, de cerca-nía al prójimo, miramos a Jesús yvamos adelante; pero en los momen-tos en los que viene la cruz, huimos.El diablo, Satanás —como dice Jesúsa Pedro— nos tienta. Es propio delespíritu malo, es propio del diabloalejarnos de la cruz, de la cruz deJesús.

Dirigiéndose después a todos, Je-sús añade: «Si alguno quiere venirdetrás de mí, que renuncie a sí mis-mo, cargue con su cruz, y me siga»(v. 24). De este modo Él indica elcamino del verdadero discípulo,mostrando dos actitudes. La primeraes «renunciar a sí mismos», que nosignifica un cambio superficial, sinouna conversión, una inversión dementalidad y de valores. La otra ac-titud es la de tomar la cruz. No setrata solo de soportar con paciencialas tribulaciones cotidianas, sino dellevar con fe y responsabilidad esaparte de cansancio, esa parte de su-frimiento que la lucha contra el malconlleva. La vida de los cristianos essiempre una lucha. La Biblia diceque la vida del creyente es una mili-cia: luchar contra el espíritu malo,luchar contra el Mal.

Así el compromiso de “tomar lac ru z ” se convierte en participacióncon Cristo en la salvación del mun-do. Pensando en esto, hagamos quela cruz colgada en la pared de casa,o esa pequeña que llevamos al cue-llo, sea signo de nuestro deseo deunirnos a Cristo en el servir conamor a los hermanos, especialmentea los más pequeños y frágiles. Lacruz es signo santo del Amor deDios, es signo del Sacrificio de Je-sús, y no debe ser reducida a objetosupersticioso o joya ornamental. Ca-da vez que fijemos la mirada en laimagen de Cristo crucificado, pense-mos que Él, como verdadero Siervodel Señor, ha cumplido su misióndando la vida, derramando su san-

gre para la remisión de los pecados.Y no nos dejemos llevar a la otraparte, en la tentación del Maligno.Por consiguiente, si queremos sersus discípulos, estamos llamados aimitarlo, gastando sin reservas nues-tra vida por amor de Dios y del pró-jimo.

La Virgen María, unida a su Hijohasta el calvario, nos ayude a no re-troceder frente a las pruebas y a lossufrimientos que el testimonio delEvangelio conlleva para todos noso-t ro s .

Al finalizar el Ángelus el Pontífice harecordado la Jornada mundial deoración por el cuidado de la creación—que se celebra el 1 de septiembre einaugura el «Jubileo de la Tierra»celebrado por Iglesias y comunidadescristianas hasta el 4 de octubre— y hahecho referencia al desastre ambientalsucedido en los días pasados en lacosta oriental de Isla Mauricio.Después ha lanzado un llamamientopor el fin de las tensiones en elMediterráneo oriental y ha saludado aalgunos grupos de fieles presentes en laplaza.

Queridos hermanos y hermanas:

Pasado mañana, 1 de septiem-bre, se celebra la JornadaMundial de Oración por el

Cuidado de la Creación. Desde estafecha, hasta el 4 de octubre, celebra-remos con nuestros hermanos cristia-

nos de varias Iglesias y tradiciones el“Jubileo de la Tierra”, para recordarla institución, hace 50 años, de laJornada de la Tierra. Saludo a lasdiferentes iniciativas promovidas endistintas partes del mundo y, entreestas, el concierto que se celebra hoyen el catedral de Port-Louis, capitalde Mauricio, donde lamentablemen-te tuvo lugar recientemente un de-sastre ambiental.

Sigo con preocupación las tensio-nes en la zona del Mediterráneooriental, afectada por varios focos deinestabilidad. Por favor, hago un lla-mamiento al diálogo constructivo yal respeto de la legalidad internacio-nal para resolver los conflictos queamenazan la paz de los pueblos deesa región.

Y os saludo a todos vosotros aquípresentes hoy de Roma, Italia y dediferentes países. Veo las banderasallí, y saludo a la comunidad religio-sa de Timor Oriental en Italia. ¡Bienhecho, con las banderas! Los pere-grinos de Londrina y Formosa, enBrasil; los jóvenes de Grantorto, dió-cesis de Vicenza. ¡Bienvenidos! Tam-bién veo banderas polacas, saludos alos polacos; banderas argentinas,también los argentinos. ¡Bienvenidosto dos!

Os deseo a todos un buen domin-go. Por favor, no os olvidéis de rezarpor mí. ¡Buen almuerzo y hastap ro n t o !

El Papa Francisco hace un llamamiento al «diálogo constructivo y al respeto dela legalidad internacional» para garantizar la paz de los pueblos delMediterráneo oriental. Al finalizar el Ángelus del domingo 30 de agosto,recitado con los fieles reunidos en la plaza de San Pedro —respetando lasmedidas de seguridad en vigor para contener los contagios de coronavirus— ycon los que desde distintas partes del mundo le seguían a través de los mediosde comunicación, el Pontífice ha expresado sus preocupaciones por las crecientestensiones en la zona y ha deseado el final de los conflictos. Anteriormente, elPontífice había dedicado su reflexión introductoria al pasaje evangélico de laliturgia dominical (Mateo 16, 21-27), en el cual Jesús indica a los discípulos elcamino de la cruz.

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número 36, viernes 4 de septiembre de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 3

El presidente del episcopado boliviano habla de la difícil situación en el país

Si el hambre preocupamás que la pandemia

GIORDANO CONTU

Crisis económica, falta de trabajo,heridas sociales aún no cicatriza-das, polarizaciones peligrosas,frente a las cuales es necesario ac-

tuar para mirar al futuro con esperanza:estos son los temas que emergen en el men-saje publicado por los prelados bolivianosal final de su asamblea extraordinaria. Conel Presidente de la Conferencia Episcopal,Ricardo Ernesto Centellas Guzmán, Arzobi-spo Metropolitano de Sucre, hablamos dela difícil situación política y económica delpaís, agravada por la emergencia sanitaria.«Se va adelante con mucho sufrimiento,con muchas heridas, pero se va adelante»,le dijo a L'Osservatore Romano. Por ello,en los últimos días los obispos han distri-buido un documento conjunto con las Na-ciones Unidas y la Unión Europea parapromover un diálogo constructivo. «Hemosmostrado nuestra profunda preocupación—explica— por la intensificación de los con-flictos sociales. La gente ya está sufriendobloqueos de carreteras, enfrentamientos yviolencia que no ayudan a hacer frente a lapandemia».

El documento elogiaba la aprobación, amediados de agosto, de la ley que establecela celebración de elecciones antes del 18 deoctubre. «Una luz de esperanza que se en-ciende en la noche», lo llamó MonseñorCentellas Guzmán. Esto llevó a los manife-stantes a dejar de ocupar las calles que ha-bían bloqueado la nación durante docedías. A pesar de ello, la situación actual si-gue siendo muy delicada, señala el prelado:«Desde noviembre de 2019 hay un gobiernode transición que no puede decidir muchascosas, por lo que sigue habiendo una condi-ción de inestabilidad a todos los niveles».

Todo comenzó con la anulación de laselecciones por fraude y el exilio en Argenti-na del ex presidente de la República EvoMorales. Desde entonces la nación ha esta-do en manos de una presidenta interina,Jeanine Áñez. En mayo se suponía que losbolivianos regresarían a las urnas, pero lavotación se pospuso debido a la pandemia.Esto ha alimentado los temores y las prote-stas de los que pedían una fecha determina-da para las nuevas elecciones. En este con-texto, los obispos están mediando entre losdiferentes organismos y piden elecciones li-bres y transparentes. La reapertura de los140 bloqueos de carretera es un importantepaso adelante que pone fin a la parálisis deltransporte que afectaba a toda Bolivia. Losmanifestantes ya no ocupan las carreterascon coches o piedras pesadas, pero la prote-sta está solo suspendida. «La cuestión polí-tica continuará, no terminará cuando se ce-lebren las elecciones», dijo el presidente delepiscopado. La pacificación de los conflic-tos «vendrá a través del encuentro y el diá-logo» y «esto no se manifiesta porque haymuchos prejuicios". Como si dijera: se di-scute sólo bajo ciertas condiciones, si seacepta esto o aquello. Creo que tales actitu-des no favorecen el diálogo».

Hoy en día en Bolivia la economía estáparalizada, hay una falta de trabajo y estoestá alimentando los problemas sociales. Lasituación se agrava por la pandemia que haafectado a una veintena de ministros, vice-ministros y a la propia Áñez. Actualmentehay 111.000 infectados, 4.664 muertos, perotambién 48.875 curados. Hay un grave pro-blema de salud pública, que se encuentra enuna situación calificada de «deplorable».«Todo el sistema de salud, ya precario, seha derrumbado», explica el Arzobispo deSucre: «Las personas infectadas o grave-

mente enfermas no pueden ser atendidas enlos hospitales, tienen que permanecer en suscasas, pero en muchas ocasiones salen a lacalle». Esto sucede en primer lugar porquelas estructuras públicas garantizan el trata-miento gratuito sólo para el tratamientoestrictamente necesario. Ahora debido a lacovid-19 hay una escasez de puestos en cui-dados intensivos y bombonas de oxígeno.Muchos, entonces, tienen miedo de la infec-ción en los hospitales y prefieren confiar enlos curanderos. Además, para los bolivianos,la principal fuente de trabajo es el comercioinformal en las calles. Por lo tanto, muchaspersonas, frecuentando mercados y peque-ñas tiendas, se convierten en vehículos delv i ru s .

«Esto es inevitable», comenta el prelado,«el hambre es mucho más fuerte que cual-quier medida preventiva». De hecho, de-spués de los primeros casos de contagio re-gistrados en marzo, el gobierno ordenó con-finamientos y cierres, que a menudo seignoraron. Por ejemplo, el bloqueo impue-sto por el Estado e introducido al principiofue sustituido por una cuarentena municipalque puede durar de unos días a dos sema-nas. En cuanto a las escuelas, que ya habíanestado cerradas durante meses, los líderesde las escuelas tenían plena libertad parareabrir o dar lecciones a distancia. «La ra-zón fundamental es económica», subrayó,«pero la educación virtual tiene un costoque la mayoría de las familias que viven enzonas rurales no pueden pagar. Así que, alfinal, el gobierno declaró el año escolar cer-rado, a pesar de que la decisión fue impu-gnada por el tribunal de justicia. Además,aunque los grandes mercados urbanos secerraron, la gente sigue moviéndose de unlado a otro», dice Centellas Guzmán. «Lasasambleas están prohibidas pero están fuerade control. Esto ha hecho que el virus seextienda de una parte a otra del país»: an-tes la zona más afectada por la covid-19 erala oriental (Santa Cruz, Beni y Pando), aho-ra los brotes se han desplazado a la meseta(La Paz, Oruro y los valles de Tarija y Su-cre). «Esto ha sucedido porque el trabajode prevención no ha funcionado», pero

también porque «no puedes detener la pan-demia si no te enfrentas al hambre». Pararesolver este problema, el gobierno ha intro-ducido bonificaciones económicas. Sin em-bargo, según el arzobispo, «las familias quelas necesitan son demasiado numerosas».Por eso en las últimas semanas las grandesciudades se han vaciado: muchos han esca-pado del virus y de la falta de trabajo, hanregresado a las zonas rurales de las que vi-nieron y allí, hoy, han encontrado a sus fa-milias y un trabajo, aunque duro, en loscampos agrícolas.

En este período de pandemia y crisis eco-nómica y política, la Iglesia boliviana estátrabajando con las parroquias y otras orga-nizaciones católicas para crear solidaridad.«Creo que a nivel estatal no somos capacesde hacer todo lo necesario», observa Cen-tellas Guzmán, 2así que a partir de las pe-queñas comunidades nos movemos paraproveer medicinas, tratar a los enfermos yllevar comida a las familias». Todas las ini-ciativas que han sido posibles gracias a laparticipación y la generosidad del puebloboliviano, así como al apoyo de las organi-zaciones internacionales, que la Iglesia ca-naliza hacia los más pobres y los que mássufren. La pandemia también ha iniciadoun camino diferente en la relación conDios: «La oración es más personal, la refle-xión es individual, el contacto es más fami-liar», añade el prelado. Hoy en día en Boli-via la Eucaristía no se celebra públicamente,sino sólo en privado, con guantes y en for-ma virtual. De esta manera las familias pue-den reunirse y seguir las celebraciones en latelevisión y las redes sociales: «Son las igle-sias domésticas las que ahora funcionan yadquieren vitalidad». Incluso el Día de laIndependencia, el 6 de agosto, fue diferentea lo habitual: no hubo exposición, espectá-culo o desfile. «Las celebraciones -concluyeel arzobispo- han adquirido un sentido másreflexivo y autocrítico. Uno se preguntaba:¿qué podemos hacer en Bolivia para seguiradelante, para sobrevivir aunque no tenga-mos nada?». Una pregunta que hoy en díaencapsula las muchas esperanzas de lospueblos andinos.

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página 4 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 4 de septiembre de 2020, número 36

MARCELO FIGUEROA

El reciente documento “Al servicio de un mun-do herido en solidaridad interreligiosa: un lla-mado cristiano a la reflexión y a la acción du-rante y después de la pandemia de COVID-

19”, es mucho más que un acuerdo de buenas intencio-nes. Es la muestra visible de una unión centrada en laoración ecuménica de Jesús (Jn 17,21) que entiende queel kairos del encuentro interreligioso transita hoy loscaminos de la solidaridad. En estos tiempos de pande-mia, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y el Ponti-ficio Consejo para el Diálogo Interreligioso (PCDI),hacen con este documento un llamado a un ecumenis-mo que sane, de esperanza, amor, compasión, y ayudea replantearse el mundo post-COVID-19. Al discernirlos tiempos actuales con la hermenutica de la fe cristia-na que nos une de una manera sólida, le dan el sustra-to etimológico y el envió acciomático a la solidaridari-dad cristina. Responde con creces a la pregunta: ¿Paraque sirve el ecumenismo y el diálogo interreligiosohoy? ¡Para la solidaridad!

Esa búsqueda de un caminar ecuménico que conjugeel amor como un don kerigmático superador de las di-ferencias, tiene justamente un antecedente importanteen relación al Consejo Mundial de Iglesias y la SantaSede. En junio de 2018, el Papa Francisco viajó a Gi-nebra para la conmemoración de los 70 años de eseConsejo. En su homilía del 21 de junio, el Papa Bergo-glio expresó: “El hombre es un ser en camino. El cora-zón nos invita a marchar, a alcanzar una meta. Pero ca-minar es una disciplina, un esfuerzo, se necesita cadadía paciencia y un entrenamiento constante. Es precisorenunciar a muchos caminos para elegir el que conducea la meta y reavivar la memoria para no perderla. Ca-minar requiere la humildad de volver sobre los propiospasos y la preocupación por los compañeros de viaje,porque únicamente juntos se camina bien”. Tambiénreforzó el concepto al decir que: “Caminar según el Es-píritu es rechazar la mundanidad. Es elegir la lógicadel servicio y avanzar en el perdón. Es sumergirse en lahistoria con el paso de Dios; no con el paso rimbom-bante de la prevaricación, sino con la cadencia de «unasola frase: amarás a tu prójimo como a ti mismo». Fi-nalizando, y dentro de la mirada de que, si Cristo es elcamino al ecumenismo, el encuentro interconfesionalcristiano es el “ecumenismo del camino”, el Santo Pa-dre declaró que: “Caminar juntos para nosotros cristia-nos no es una estrategia para hacer valer más nuestropeso, sino que es un acto de obediencia al Señor y deamor al mundo. Pidamos al Padre que caminemos jun-tos con más vigor por las vías del Espíritu. La cruzoriente el camino, porque allí, en Jesús, los muros deseparación ya han sido derribados y toda enemistad hasido derrotada (cf. Ef 2,14). Allí entendemos que, a pe-sar de todas nuestras debilidades, nada nos separará desu amor (cf. Rm 8,35-39)”.

Durante el pontificado del Papa Francisco, y en esecamino interreligioso, él ha hablado del “ecumenismode la Palabra”, del “ecumenismo de la oración”, del“ecumenismo de la diversidad reconciliada” y en tiem-pos recientes del “ecumenismo de la sangre” haciendodramática referencia al martirio cristiano que no discri-mina denominaciones. En octubre de 2016 y conmemo-ración de los 500 años de la Reforma, S.S. Franciscoviajó a las ciudades suecas de Lund y Molme para unencuentro Luterano-Católico. Muchas fueron las expre-siones de unidad en la diversidad gestuales, discursivasy documentadas en ese viaje histórico. En ese encuen-tro y bajo el lema “Del Conflicto a la comunión”, quese tradujo en una declaración conjunta, resalta el “ecu-menismo de la misericordia”. El quinto imperativo delúltimo capítulo del documento que lleva el mismo títu-lo del lema lo expresa claramente: “Católicos y lutera-nos deben dar testimonio común de la misericordia de

Dios en la proclamación y el servicio al mundo” (art.243). En la Catedral de Lund, Francisco lo expresó deesta manera: “Jesús intercede por nosotros como me-diador ante el Padre, y le pide por la unidad de susdiscípulos «para que el mundo crea» (Jn 17,21). Esto eslo que nos conforta, y nos mueve a unirnos a Jesús pa-ra pedirlo con insistencia: «Danos el don de la unidadpara que el mundo crea en el poder de tu misericor-dia». Este es el testimonio que el mundo está esperan-do de nosotros. Los cristianos seremos testimonio creí-ble de la misericordia en la medida en que el perdón,la renovación y reconciliación sean una experiencia co-tidiana entre nosotros. Juntos podemos anunciar y ma-nifestar de manera concreta y con alegría la misericor-dia de Dios, defendiendo y sirviendo la dignidad decada persona. Sin este servicio al mundo y en el mun-do, la fe cristiana es incompleta”.

En estos tiempos de pandemia, la solidez del ecume-nismo se conjuga en la semiótica de la solidaridad queincluye en su integridad caminante al ecumenismo dela misericordia, de la oración, de la sangre y de la cari-dad. Y lo hace, expandiendo avenidas cristianas que seabren a la luz de las siete recomendaciones con las queconcluye el documento “Al servicio de un mundo heri-do en solidaridad interreligiosa: un llamado cristiano ala reflexión y a la acción durante y después de la pan-demia de COVID-19”. Ésta son: “Encontrar manerasde dar testimonio del sufrimiento, llamar la atenciónsobre él y desafiar a cualquier fuerza que pretenda si-lenciar o excluir la voz de los heridos y vulnerables en-tre nosotros, haciendo responsables a las personas y es-tructuras que están detrás de este sufrimiento”. En se-gundo lugar, promover la cultura de la inclusión; y latercera: alimentar la solidaridad a través de la espiri-tualidad. En cuarto lugar, ampliar la formación del cle-ro, agentes de pastoral y los fieles en la importancia dela cooperación con otros; quinto, comprometer y apo-yar a la gente joven; sexto, crear espacios para el diálo-go y, séptimo, reestructuras proyectos y procesos quepermitan la solidaridad interreligiosa.

El ecumenismode la solidaridad

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número 36, viernes 4 de septiembre de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 5

Mensaje del patriarca ecuménico

Acciones comunes para salvar la TierraCon motivo del comienzo del nuevo añoeclesiástico, el 1 de septiembre, que coincidetradicionalmente con el Día de Oración por laProtección del Medio Ambiente Naturalestablecido por el Fanar, el PatriarcaEcuménico, Arzobispo de Constantinopla,difundió un mensaje sobre la protección de lacreación que publicamos íntegramente.

Queridos hermanos jerarcas y amados hijosen el Señor:

Es una convicción común que, en la ac-tualidad, el medio ambiente natural estámás amenazado que nunca en la historia dela humanidad. El alcance de esta amenazase manifiesta en el hecho de que lo que estáen juego ya no es la calidad, sino la preser-vación de la vida en nuestro planeta. Porprimera vez en la historia, el hombre es ca-paz de destruir las condiciones de vida en latierra. Las armas nucleares son el símbolodel titanismo prometeico del hombre, la ex-presión tangible del «complejo de omnipo-

y cualquier otra demora en la adopción demedidas decisivas para protegerla?

El hecho de que durante el período de lanueva pandemia de coronavirus covid-19,con las restricciones obligatorias a la circula-ción, el cierre de fábricas y la disminuciónde la actividad y la producción industrial,observamos una reducción de la contamina-ción y su peso en la atmósfera, demostró elcarácter antropogénico de la crisis ecológicacontemporánea. Una vez más quedó claroque la industria, los medios de transportecontemporáneos, el automóvil y el avión, laprioridad no negociable de los indicadoreseconómicos, etc., tienen un impacto negati-vo en el equilibrio ambiental y que un cam-bio de dirección hacia una economía ecoló-gica es una necesidad imperiosa. No existeprogreso real que se base en la destruccióndel medio ambiente natural. Es inconcebibleque se tomen decisiones económicas sin te-ner en cuenta también sus consecuenciasecológicas. El desarrollo económico no pue-

una extensión de su autoconciencia eclesio-lógica y no constituyen una simple reaccióncircunstancial a un nuevo fenómeno. La vi-da misma de la Iglesia es una ecología apli-cada. Los sacramentos de la Iglesia, toda suvida de culto, su ascetismo y vida comunita-ria, la vida diaria de sus fieles, expresan ygeneran el más profundo respeto por lacreación. La sensibilidad ecológica de la Or-todoxia no fue creada sino que surgió de lacrisis ambiental contemporánea. La luchapor la protección de la creación es una di-mensión central de nuestra fe. El respetopor el medio ambiente es un acto de doxo-logía del nombre de Dios, mientras que ladestrucción de la creación es una ofensacontra el Creador, completamente irreconci-liable con los principios fundamentales de lateología cristiana.

Honorables hermanos y amados hijos, losvalores favorables de la ecología de la tradi-ción ortodoxa, un valioso legado de los Pa-dres, constituyen un banco contra la cultura,

liza la voluntad moral del hombre, que co-noce los peligros pero sigue actuando comosi no los conociera» (Encíclica, 11).

Es evidente que la protección del bien co-mún, la integridad del medio ambiente na-tural, es la responsabilidad común de todoslos habitantes de la tierra. El imperativo ca-tegórico contemporáneo para la humanidades vivir sin destruir el medio ambiente. Sinembargo, mientras que a nivel personal y anivel de muchas comunidades, grupos, mo-vimientos y organizaciones, hay una demos-tración de gran sensibilidad y responsabili-dad ecológica, las naciones y los agenteseconómicos son incapaces -en nombre de lasambiciones geopolíticas y de la «autonomíade la economía»- de tomar las decisionescorrectas para la protección de la creación y,en cambio, cultivan la ilusión de que la rei-vindicación de la «destrucción ecológicamundial» es una fabricación ideológica delos movimientos ecológicos y de que el me-dio ambiente natural tiene el poder de reno-varse. Sin embargo, la pregunta crucial si-gue siendo: ¿cuánto tiempo soportará la na-turaleza discusiones y consultas infructuosas

de seguir siendo una pesadilla para la ecolo-gía. Estamos seguros de que existe una for-ma alternativa de estructura y desarrolloeconómico más allá del economismo y laorientación de la actividad económica haciala maximización del beneficio.

El futuro de la humanidad no es el homoœconomicus. El Patriarcado Ecuménico,que en los últimos decenios ha sido pioneroen la esfera de la protección de la creación,proseguirá sus iniciativas ecológicas, la orga-nización de conferencias ecológicas, la movi-lización de sus fieles y especialmente de losjóvenes, la promoción de la protección delmedio ambiente como tema fundamentalpara el diálogo interreligioso y las iniciativasconjuntas de las religiones, los contactoscon los dirigentes políticos y las institucio-nes, la cooperación con las organizaciones ylos movimientos ecologistas. Es evidenteque la cooperación en materia de proteccióndel medio ambiente crea nuevas vías de co-municación y posibilidades de nuevas accio-nes comunes.

Repetimos que las actividades medioam-bientales del Patriarcado Ecuménico son

cuyo fundamento axiológico es el dominiodel hombre sobre la naturaleza. La fe enCristo inspira y fortalece el compromiso hu-mano incluso ante los inmensos desafíos.Desde la perspectiva de la fe, podemos des-cubrir y evaluar no sólo las dimensionesproblemáticas sino también las posibilidadesy perspectivas positivas de la civilizacióncontemporánea. Pedimos a los jóvenes orto-doxos que comprendan la importancia devivir como fieles cristianos y personas con-temporáneas. La fe en el destino eterno delhombre fortalece nuestro testimonio en elmundo.

Con este espíritu, desde el Fanar, os de-seamos a todos un propicio y bendecidonuevo año eclesiástico, fructífero de accionessiguiendo el ejemplo de Cristo, en beneficiode toda la creación y para la gloria del om-nisciente Creador de todas las cosas. Y no-sotros invocamos sobre vosotros, a través delas intercesiones del Santísimo Theotokos, elPammakaristos, la gracia y la misericordiadel Dios de las maravillas.

De Bartolomé

tencia» del «hombre-dios»contemp oráneo.

En el uso del poder deri-vado de la ciencia y la tecno-logía, lo que se revela hoy endía es la ambivalencia de lalibertad humana. La cienciaestá al servicio de la vida;contribuye al progreso, a ha-cer frente a las enfermedadesy a muchas condiciones con-sideradas hasta ahora «fata-les»; crea nuevas perspecti-vas positivas para el futuro.Al mismo tiempo, sin embar-go, proporciona al hombremedios extremadamente po-derosos, cuyo mal uso puedetransformarse en destructivo.Estamos experimentando ladestrucción en curso del me-dio ambiente natural, la bio-diversidad, la flora y la fau-na, la contaminación de losrecursos acuáticos y la at-mósfera, el colapso progresi-vo del equilibrio climático,así como otros excesos de lí-mites y medidas en muchasdimensiones de la vida. Elsanto y gran concilio de laIglesia Ortodoxa (Creta,2016) decretó con razón y es-pléndidamente que «el cono-cimiento científico no movi-

-SS. Francesco-Viaggio in Terra Santa -Pomeriggio 25-05-2014

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número 36, viernes 4 de septiembre de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO páginas 6/7

La Lev publica el libro «Mettersi in gioco» con el patrocinio de la Athletica Va t i c a n a

Un manual para los deportistas firmadopor Francisco

GI A M PA O L O MAT T E I

Un «manual» que sugiere la posibi-lidad de vivir el deporte —p erotambién la vida misma— según lasindicaciones concretas de un en-

trenador de excepción: el Papa Francisco. Es-te es el sentido y el valor del nuevo volumenMettersi in gioco. Pensieri sullo sport (Involu-crarse, Pensamientos sobre el deporte) (124páginas - 5 euros), editado por la LibreríaEditora Vaticana con el patrocinio de la At-hletica Vaticana.

El libro—realizado con un estilo sencillo ydirecto típico del magisterio del Papa Bergo-glio— recoge los pensamientos del Pontíficetomados de sus discursos más significativos alos deportistas y compartidos por él mismoen las múltiples ocasiones que se le ha vistojunto a grandes atletas campeones, mujeres yhombres con discapacidad física o intelec-tual, pero también niños y jóvenes de las pe-riferias de la vida.

Las citas recogidas —seleccionadas por Lu-cio Coco y propuestas en un formato de bol-sillo y accesible a todos— son la base para unentrenamiento espiritual y una auténtica brú-jula para todos aquellos que pretenden orien-tarse en la búsqueda de las motivaciones másauténticas de la propia pasión.

Lo confirman los tres testimonios, que ha-cen de prefación a las palabras del Santo Pa-dre, firmadas por Fracesco Totti, de la exmaratonista keniata Tegla Loroupe (respon-sable del Equipo de los refugiados del Comi-té olímpico internacional) y de Alex Zanardique ha enviado su contribución poco antesdel grave accidente.

El libro será presentado en Roma el lunes7 de septiembre, a las 11.30, en el sugerentemarco del estadio «Nando Martellini», entrela belleza de las Termas de Caracalla y launiversalidad de la sede de la Fao. Interven-drán Giovanni Malagò, presidente del Comi-té olímpico nacional italiano; Luca Pancalli,presidente del Comité italiano paralímpico;monseñor Melchor Sánchez de Toca, subse-cretario del Pontificio consejo de la cultura,junto a atletas y protagonistas del mundo de-portivo. Alessandro Gisotti, vicedirector edi-torial del Dicasterio para la comunicación,será el encargado de moderar el encuentro.

«Mettersi in gioco» se incluye en el pro-yecto «We Run Together», lanzado por elPapa Francisco el pasado 20 de mayo y enco-mendado a la Athletica Vaticana que acabade realizar una subasta benéfica deportiva di-rigida a contribuir activamente en la luchacontra el covid-19 y en 2021, si las condicio-nes sanitarias lo consienten, organizará unEncuentro inclusivo de atlética ligera en elcentro deportivo de las Llamas Amarillas enCastelp orziano.

La prefación de la ex maratoniana responsable del Equipo de los refugiados del Comité olímpico internacional

Corriendo juntos de la pobrezaa la solidaridad

TEGLA LOROUPE

Las tres prefaciones al libro «Mettersi in gio-co. Pensieri del Papa sullo sport» (Involu-crarse. Pensamiento del Papa sobre el de-porte) han sido escritas por Alex Zanardi

(que ha enviado el texto poco antes del grave acci-dente), por Francisco Totti y por la keniana TeglaLoroupe, una de las maratonianas más fuertes detodos los tiempos. La atleta, al concluir su carreracompetitiva, ha constituido una fundación paraapoyar el desarrollo socioeconómico del área ence-rrada entre el Cuerno de África y la región de losGrandes Lagos. Para el Comité Olímpico Interna-cional es responsable del Equipo de Refugiadosque permite a los atletas que ya no tienen una na-cionalidad participar en los Juegos Olímpicos. Aquíestá el texto de su prefación.

Nací y crecí en una remota zona montañosa delcondado de West Pokot, Kenia: la vida en esa tierrapobre no es un lecho de rosas. Mis padres, agricul-tores, han luchado para ganarse la vida.

Vivíamos en una casa de barro con techo de paja,durmiendo sobre pieles de animales esparcidas por

el suelo. Compartí una manta vieja con una de mishermanas. No dormí en un colchón real hasta quefui al colegio cuando era adolescente.

Por eso entiendo bien el testimonio y el mensajede inclusión del Papa Francisco. También lo digocomo deportista. Empecé a correr en la escuela pri-maria. Precisamente porque corría rápido, fui admi-tida en Nasokol Girls, una de las mejores escuelasde mi región. Luego estuve en la universidad enNakuru donde seguí corriendo. Correr se ha con-vertido en mi vida, no en un juego. En 1994 meconvertí en la primera mujer africana en ganar elprestigioso Maratón de Nueva York. ¡Cuando esta-ba con mis 24 hermanos en una casa de barro nopodía haber imaginado que lo habría logrado!También gané el Maratón de Nueva York en 1995.

He ganado, varias veces, los maratones de Berlín,Londres, Rotterdam y muchos más. Y cinco meda-llas de oro en los Campeonatos del Mundo. En el2000 también gané el Maratón de Roma: una edi-ción especial para mí porque era el año del GranJubileo.

Mi vida ha sido completamente transformada porestas experiencias. Correr me enseñó tantas leccio-nes de vida que todavía las llevo conmigo hoy. Sí,

breza y para recuperar a las personas pobres. Pensa-mos en las escuelas para niños, muchos de los cua-les las guerras han dejado huérfanos. El bienestarque despierta el deporte, en definitiva, no es soloun hecho físico sino que concierne a la persona ensu conjunto y a sus relaciones.

Uno de los programas insignia de la Fundaciónes el deporte para los refugiados: se trata de brin-darles nuevas oportunidades de vida. La enseñanzadel Papa Francisco también nos apoya mucho enesto.

Nuestros esfuerzos ayudaron a que el Equipo deRefugiados fuera admitido en los Juegos Olímpicosde Río de Janeiro en 2016 por primera vez, bajo laprotección del Comité Olímpico Internacional.

Estoy firmemente convencida que el deporte esun “i n s t ru m e n t o ” de paz y también de desarrollosocial, que se debe promover con la idea - siempreafirmada por el Papa Francisco - de no dejar a na-die atrás, independientemente de las circunstanciasen las que se encuentre.

correr me ha ayudado a superarlos momentos más difíciles y soytestigo de cómo el deporte real-mente cambia la vida. Tambiénen esto estoy totalmente de acuer-do con el Papa Francisco, apo-yando sus palabras con mi propiaexperiencia como atleta.

Pero quise hacer más. En 2003fui invitada a Indonesia para par-ticipar en una carrera organizadapara comunicar un mensaje depaz después del grave ataque del12 de octubre de 2002, que causóla muerte de más de 200 personasen Yakarta. Esa carrera por la pazen Indonesia fue un gran éxito.Confirmó mi convicción de que eldeporte puede unir a las personasy curar heridas.

Regresé a casa e inmediatamen-te decidí instituir la Tegla Lorou-pe Peace Foundation - tambiénsoy embajadora de la ONU y deUNICEF para el deporte - preci-samente para apoyar la conviven-cia pacífica también a través delas carreras.

Pensé en primer lugar en lascomunidades rurales de Kenia,Uganda y todo Sudán: nuestrosprogramas relanzan el diálogo en-tre todos, la reintegración en lascomunidades de los que lucharon,la recuperación económica.

Con el deporte promovemossoluciones de conflictos e iniciati-vas para tratar de reducir la po-

“ ”“ ”“ ”Los cinco anillos entrelazados, símboloy bandera de los Juegos Olímpicos,

representan el espíritu de fraternidadque debe caracterizar el evento

olímpico y la competición deportiva eng e n e ra l

(Al Comité Olímpico Europeo, 23 de noviembre de 2013)

La discapacidad que experimentáis en algún aspecto de vuestro físico, a través de lapráctica del deporte y de la sana competición, se convierte en un mensaje de aliento

para todos aquellos que viven situaciones similares a la vuestra, y se convierte en unainvitación a comprometer todas vuestras energías para hacer juntos cosas hermosas,

superando las barreras que podemos encontrar a nuestro alrededor, y en primer lugarlas que están dentro de nosotros. Vuestro testimonio es un gran signo de espera n z a

(Al Comité Paralímpico Italiano, 4 de octubre de 2014)

Me gustaría instar a cada uno de vosotros a que os involucréis no sólo en eldeporte sino en la vida, en busca del bien, del verdadero bien, sin miedo,con coraje y entusiasmo. Incolucraos con los demás y con Dios, dando lo

mejor de vosotros mismos, gastando vuestras vidas por lo que realmente valela pena y lo que dura para siempre. Poned vuestro talento al servicio del

encuentro con la gente, de la amistad, de la inclusiónA la Federación Italiana de Tenis, 8 de mayo de 2015

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página 8 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 4 de septiembre de 2020, número 36

En la tumba de Santa Mónica

Visita a la basílica romana de San Agustín enCampo Marzio

El Papa Francisco vi-sitó la basílica ro-mana de San Agus-tín en Campo Mar-

zio en la tarde del jueves 27de agosto, día en el que laIglesia celebra a Santa Mó-nica. En la vigilia de la me-moria litúrgica del santoobispo de Hipona, el Pontí-fice —como ha indicado eldirector de la oficina deprensa de la Santa Sede,Matteo Bruni— llegó a laiglesia que está cerca de pla-za Navona y se detuvo a re-zar en la capilla dedicada ala madre de Agustín, santaMónica, donde está sepulta-da. Después de la oración,Francisco regresó al Vatica-no.

Sobre Santa Rosa de Lima

Enamorada de la belleza y de la vidaPAOLA DIANA GOBBO

Creo que para hablar de un santo hay quehablar en primer lugar del encuentrocon él, para hacerlo vivo en la experien-cia personal. En la comunión que se ge-

nera en la Iglesia, los santos son precisamentepersonas que nos acompañan en nuestro caminocon su historia de vida personal. Santa Rosa deLima es una persona profundamente apasionada,con muchas facetas, como un diamante, dondecada cara refleja la luz y en conjunto se convierteen un triunfo de colores y esplendor. Así es Rosa,difícil de encerrar en unas pocas líneas, una mujerde su tiempo, no ajena a los problemas de la gen-te corriente, profundamente inmersa en la vida desus días, pero con el corazón y la mente siemprecerca de su Señor, que la llamó de manera espe-cial. Rosa, como la Santísima Virgen María, a laque está unida por un afecto filial y tierno, hizode su vida un espacio acogedor, un espacio en elque Dios podía entrar y realizar Sus maravillas.

Isabel Flores de Oliva, este es su nombre, nacióel 20 de abril de 1586 y murió el 24 de agosto de1617 en Lima. Nunca se mudó de su ciudad, aun-que su deseo más profundo era irse a una naciónlejana para evangelizar, llevando la proclamaciónde la salvación. Fue rebautizada “Rosa” por unade las sirvientes de la familia, encantada por labelleza de la niña, y a partir de entonces este serásu nuevo nombre, que el mismo Señor confirmallamándola, en una visión, “Rosa de mi corazón”.Una chica hermosa, que irradia, como nos dice subiógrafo, “inocencia, dulzura y gracia”, pero tam-bién una mujer anticonformista y decidida, quedesafió su tiempo, que eligió la mejor parte parasí misma y no ha permitido que nadie se la arre-bate. Su determinación es tal que fue en contrade las decisiones que la familia había tomado porella, llegando incluso a desfigurar su buena apa-riencia para disuadir a los pretendientes que lap re s e n t a b a n .

Creo que esta hermosa expresión de San JuanCrisóstomo puede adaptarse a ella: «Nada impul-sa tanto a amar como saber que uno es amado,como saber que el amante desea ardientementeser correspondido». Rosa no se detuvo en lo quele correspondía, llegó hasta el don extremo, sin

cálculo, deseosa de entregarse sólo por la salva-ción de las almas, encarnando el ideal de la Or-den de Predicadores, en la que entró como tercia-ria. Rosa pronto conoció a la familia fundada porSanto Domingo porque su casa estaba cerca delconvento de los dominicos de la ciudad, dondeencontramos a otro santo, que tenía una profundaamistad con ella: Martino de Porres. Los dos reli-giosos son muy similares, ambos ansiosos pordarse y crecer en el amor, la oración, la peniten-cia, la paciencia, el celo. La amistad en la familiadominicana se encuentra a menudo, es como unaparte integral de la Orden: es la complementarie-dad entre el hombre y la mujer lo que crea la uni-dad y la plenitud. Como dice un autor, «la amis-tad es una forma de vivir la Iglesia». Y sin dudaes lo que vivieron Rosa y Martino, unidos en lamisión común. «La participación universal en elsacrificio de Cristo, con el que el Redentor haofrecido al Padre el mundo entero y, en particular,la humanidad, hace que todos en la Iglesia cons-tituyan “un reino de sacerdotes” esto es, que par-ticipen no solamente en la misión sacerdotal, sinotambién en la misión profética y real de CristoMesías. Esta participación determina, además, launión orgánica de la Iglesia, como Pueblo deDios, con Cristo. Con ella se expresa a la vez el“gran misterio” de la Carta a los Efesios: la Espo-sa unida a su Esposo; unida, porque vive su vida;unida, porque participa de su triple misión; unidade tal manera que responda con un “don sincero”de sí al inefable don del amor del Esposo» (cf.Mulieris Dignitatem, 27).

Una respuesta de amor que se convierte en unregalo y que en Rosa adquiere matices quizás ex-cesivos o incomprensibles en el mundo actual. Enefecto, ella sufre durísimas prácticas penitencialespara expiar sus pecados, los del prójimo y los delas almas del purgatorio, así como una íntimaunión con la Pasión de Cristo. En ella, además,las experiencias de sufrimiento de la vida se con-vierten en un medio, una oportunidad de creci-miento, una búsqueda del rostro de Dios, con lacerteza de que nunca se viven solas: el mismo Je-sús le dijo después de una gran prueba: «¿Ha-brías ganado si yo no hubiera estado contigo?»Incluso en la noche, el Señor está presente. Elgrito interior de Rosa, siguiendo el ejemplo de

Santo Domingo, fue: «¡Cuántas almas se pier-den!» Rosa tenía sed de la salvación de todos, yaque no podía permitir que se perdiera ninguno desus hijos, a los que sentía como suyos: era una ex-periencia de maternidad universal una actitudperfectamente encarnada en ella, encontrando laurgencia, después de los “contemplari”, de los“aliis tradere”.

Enamorada de la belleza divina, escribe: «Meimpulsó fuertemente a predicar la belleza de lagracia divina, me atormentó. Me parecía que elalma no podía permanecer más tiempo en la pri-sión del cuerpo, sino que la prisión debía romper-se, y saldría al mundo gritando: ¡Oh, si los mor-tales supieran lo grande que es la gracia, lo bella,lo noble y preciosa que es, cuántas riquezas es-conde en su interior, cuántos tesoros, cuánta feli-cidad!».

Esta sed se extrae de la fuente de su corazón,donde encontramos una profunda vena de com-pasión, que la impulsa a saciar su sed al lado deCristo para encontrar la fuerza para dar la vidahasta el final. Rosa se pone siempre al servicio dela voluntad divina, hasta tal punto que su deseo yel de Cristo se unen, en una confianza incondicio-nal, que las palabras del Apóstol parecen encon-trar en ella una voz: “Ya no soy yo quien vive, si-no que es Cristo quien vive en mí” (Gal 2, 20).

Marcadas por el sello de la Pasión, sus heridasson estigmas de amor por un mundo de esclavos,desheredados, sufrientes: la amaban, porque lesmostraba un Dios no lejano a sus sufrimientos,no ajeno a los acontecimientos de cada hombre.Se dice de ella que «nadie podría conocer a Rosay no amarla». Al amor por el crucifijo, Rosa loacompañaba con el amor a sus hermanos y her-manas, especialmente a los enfermos más solita-rios, repugnantes a los ojos del mundo y por elloabandonados. Ella, como el pastor, sale a las ca-lles de Lima a buscarlos, los carga en sus hom-bros y los lleva a su habitación para curarlos. Mu-chos se curaron, incluso milagrosamente, y Rosadio crédito al Niño Jesús, su “pequeño doctor”, el“do ctorcino”, como le gustaba llamarlo, que veníaa ella todos los días. El amor por él y María, enel misterio de la Encarnación, caracterizó su vida.

Rosa cuida la vida, en todas sus etapas, recono-ciendo una profunda dignidad a cada criatura. Dehecho, ella ve la Belleza divina reflejada no sóloen el hombre, sino en cada ser: animales, insectos,plantas, flores. Todo en ella es como si armoniza-ra y encontrara esa paz donde el hombre y lacreación se reconcilian.

¿La razón que empuja a Rosa a todo esto? El«amor demasiado grande» (cf. Ef 2, 4) de Cristo.Rosa sabe que es amada y valiosa y no quiereperder ni una migaja del tiempo que se le ha da-do.

Creo que este es el mensaje que Rosa nos datodavía hoy: cuidar la vida, con amor gratuito ylibre, no cerrándose en un egoísmo egocéntrico si-no abriéndose, como una rosa, y esparciendo elbuen perfume de Cristo.

*Monja dominica del monasterio Santa María delas Nieves y San Dominico de Pratovecchio Stia( Are z z o )

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número 36, viernes 4 de septiembre de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 9

Mensaje con ocasión de la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación

Cancelar la deuda de los países másfrágiles golpeados por la pandemia

Francisco renueva su llamamiento para «cancelarla deuda de los países más frágiles ante los gravesimpactos de la crisis sanitaria, social y económicaque afrontan tras el Covid-19». Se trata de ungesto de «justicia restaurativa», explica elPontífice en un mensaje difundido en la mañanadel martes 1 de septiembre, día en el que se celebrala anual Jornada mundial de oración por elcuidado de la creación. «Declararéis santo el añocincuenta y promulgaréis por el país liberaciónpara todos sus habitantes. Será para vosotros unjubileo» (Lv 25,10)

«Declararéis santo el año cincuenta ypromulgaréis por el país liberación para todossus habitantes. Será para vosotros un jubileo»

(Lv 25,10)

Queridos hermanos y hermanas:

Cada año, en particular desde la publi-cación de la Carta encíclica Laudatosi’ (LS, 24 mayo 2015), el primer díade septiembre la familia cristiana ce-

lebra la Jornada mundial de oración por el cui-dado de la creación, con la que comienza elTiempo de la Creación, que finaliza el 4 de oc-tubre, en memoria de san Francisco de Asís.En este período, los cristianos renuevan en to-do el mundo su fe en Dios creador y se unende manera especial en la oración y tarea a fa-vor de la defensa de la casa común.

Me alegra que el tema elegido por la familiaecuménica para la celebración del Tiempo dela Creación 2020 sea “Jubileo de la Tierra”,precisamente en el año en el que se cumple elcincuentenario del Día de la Tierra.

En la Sagrada Escritura, el Jubileo es untiempo sagrado para recordar, regresar, descan-sar, reparar y alegrarse.

1. Un tiempo para recordarEstamos invitados a recordar sobre todo que

el destino último de la creación es entrar en el“sábado eterno” de Dios. Es un viaje que sedesarrolla en el tiempo, abrazando el ritmo delos siete días de la semana, el ciclo de los sieteaños y el gran Año Jubilar que llega al final desiete años sabáticos.

El Jubileo es también un tiempo de graciapara hacer memoria de la vocación original dela creación con vistas a ser y prosperar comocomunidad de amor. Existimos sólo a través delas relaciones: con Dios creador, con los her-manos y hermanas como miembros de una fa-milia común, y con todas las criaturas que ha-bitan nuestra misma casa. «Todo está relacio-nado, y todos los seres humanos estamos jun-tos como hermanos y hermanas en una maravi-llosa peregrinación, entrelazados por el amorque Dios tiene a cada una de sus criaturas yque nos une también, con tierno cariño, al her-mano sol, a la hermana luna, al hermano río ya la madre tierra» (LS, 92).

Por lo tanto, el Jubileo es un momento parael recuerdo, para conservar la memoria denuestra existencia interrelacional. Debemos re-cordar constantemente que «todo está relacio-nado, y que el auténtico cuidado de nuestrapropia vida y de nuestras relaciones con la na-turaleza es inseparable de la fraternidad, la jus-ticia y la fidelidad a los demás» (LS, 70).

2. Un tiempo para regresarEl Jubileo es un momento para volver atrás

y arrepentirse. Hemos roto los lazos que nosunían al Creador, a los demás seres humanos yal resto de la creación. Necesitamos sanar estasrelaciones dañadas, que son esenciales parasostenernos a nosotros mismos y a todo el en-tramado de la vida.

El Jubileo es un tiempo para volver a Dios,nuestro creador amoroso. No se puede vivir enarmonía con la creación sin estar en paz con elCreador, fuente y origen de todas las cosas.Como señaló el papa Benedicto, «el consumobrutal de la creación comienza donde no estáDios, donde la materia es sólo material paranosotros, donde nosotros mismos somos las úl-timas instancias, donde el conjunto es simple-mente una propiedad nuestra» (Encuentro conel Clero de la Diócesis de Bolzano-Bressanone, 6agosto 2008).

El Jubileo nos invita a pensar de nuevo enlos demás, especialmente en los pobres y en losmás vulnerables. Estamos llamados a acoger denuevo el proyecto original y amoroso de Diospara la creación como una herencia común, unbanquete para compartir con todos los herma-nos y hermanas en un espíritu de convivencia;no en una competencia desleal, sino en una co-munión gozosa, donde nos apoyamos y prote-gemos mutuamente. El Jubileo es un momentopara dar libertad a los oprimidos y a todosaquellos que están encadenados a las diversasformas de esclavitud moderna, incluida la tratade personas y el trabajo infantil.

También debemos volver a escuchar la tierra,que las Escrituras indican como adamah, el lu-gar del que fue formado el hombre, Adán.Hoy la voz de la creación nos urge, alarmada,a regresar al lugar correcto en el orden natural,a recordar que somos parte, no dueños, de lared interconectada de la vida. La desintegra-ción de la biodiversidad, el vertiginoso incre-

mento de los desastres climáticos, el impactodesigual de la pandemia en curso sobre losmás pobres y frágiles son señales de alarma an-te la codicia desenfrenada del consumo.

Particularmente durante este Tiempo de laCreación, escuchamos el latido del corazón detodo lo creado. En efecto, esta ha sido dadapara manifestar y comunicar la gloria de Dios,para ayudarnos a encontrar en su belleza al Se-ñor de todas las cosas y volver a él (cf. S. Bue-naventura, In II Sent., I, 2,2, q.1, concluido;Brevil., II, 5.11). La tierra de la que fuimos ex-traídos es, por tanto, un lugar de oración ymeditación: «Despertemos el sentido estético ycontemplativo que Dios puso en nosotros»(Exhort. ap. Querida Amazonia, 56). La capaci-dad de maravillarnos y contemplar es algo quepodemos aprender especialmente de los herma-nos y hermanas indígenas, que viven en armo-nía con la tierra y sus múltiples formas de vi-da.

3. Un tiempo para descansarEn su sabiduría, Dios reservó el sábado para

que la tierra y sus habitantes pudieran reposary reponerse. Hoy, sin embargo, nuestro estilode vida empuja al planeta más allá de sus lími-tes. La continua demanda de crecimiento y elincesante ciclo de producción y consumo estánagotando el medio ambiente. Los bosques sedesvanecen, el suelo se erosiona, los camposdesaparecen, los desiertos avanzan, los maresse vuelven ácidos y las tormentas se intensifi-can: ¡la creación gime!

Durante el Jubileo, el Pueblo de Dios fueinvitado a descansar de su trabajo habitual, pa-ra permitir que la tierra se regenerara y elmundo se reorganizara, gracias al declive delconsumo habitual. Hoy necesitamos encontrarestilos de vida equitativos y sostenibles, que

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página 10 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 4 de septiembre de 2020, número 36

Cancelar la deuda de los países más frágiles golpeados por la pandemia

restituyan a la Tierra el descanso que se mere-ce, medios de subsistencia suficientes para to-dos, sin destruir los ecosistemas que nos man-tienen.

La pandemia actual nos ha llevado de algu-na manera a redescubrir estilos de vida mássencillos y sostenibles. La crisis, en cierto senti-do, nos ha brindado la oportunidad de desa-rrollar nuevas formas de vida. Se pudo com-probar cómo la Tierra es capaz de recuperarsesi la dejamos descansar: el aire se ha vueltomás limpio, las aguas más transparentes, las es-pecies animales han regresado a muchos luga-res de donde habían desaparecido. La pande-mia nos ha llevado a una encrucijada. Necesi-tamos aprovechar este momento decisivo paraacabar con actividades y propósitos superfluosy destructivos, y para cultivar valores, vínculos

con la garantía de que se logren los objetivossociales y ambientales globales.

Es igualmente necesario reparar la tierra.Restaurar el equilibrio climático es sumamenteimportante, puesto que estamos en medio deuna emergencia. Se nos acaba el tiempo, comonos lo recuerdan nuestros niños y jóvenes. Sedebe hacer todo lo posible para limitar el cre-cimiento de la temperatura media global pordebajo del umbral de 1,5 grados centígrados,tal como se ratificó en el Acuerdo de París so-bre el Clima: ir más allá resultará catastrófico,especialmente para las comunidades más po-bres del mundo. En este momento crítico esnecesario promover la solidaridad intragenera-cional e intergeneracional. En preparación parala importante Cumbre del Clima en Glasgow,Reino Unido (COP 26), insto a cada país aadoptar objetivos nacionales más ambiciosospara reducir las emisiones.

empresas extractivas y garanticen a los perjudi-cados el acceso a la justicia.

5. Un tiempo para alegrarseEn la tradición bíblica, el Jubileo representa

un evento gozoso, inaugurado por un sonidode trompeta que resuena en toda la tierra. Sa-bemos que el grito de la Tierra y de los pobresse ha vuelto aún más fuerte en los últimosaños. Al mismo tiempo, somos testigos de có-mo el Espíritu Santo está inspirando a perso-nas y comunidades de todo el mundo a unirsepara reconstruir nuestra casa común y defendera los más vulnerables. Asistimos al surgimientopaulatino de una gran movilización de perso-nas, que desde la base y desde las periferias es-tán trabajando generosamente por la protec-ción de la tierra y de los pobres. Da alegría vera tantos jóvenes y comunidades, especialmente

y proyectos generativos. Debemos examinarnuestros hábitos en el uso de energía, en elconsumo, el transporte y la alimentación. Esnecesario eliminar de nuestras economías losaspectos no esenciales y nocivos y crear formasfructíferas de comercio, producción y transpor-te de mercancías.

4. Un tiempo para repararEl Jubileo es un momento para reparar la ar-

monía original de la creación y sanar las rela-ciones humanas perjudicadas.

Nos invita a restablecer relaciones socialesequitativas, restituyendo la libertad y la propie-dad a cada uno y perdonando las deudas delos demás. Por eso, no debemos olvidar la his-toria de explotación del sur del planeta, que haprovocado una enorme deuda ecológica, prin-cipalmente por el saqueo de recursos y el usoexcesivo del espacio medioambiental comúnpara la eliminación de residuos. Es el momentode la justicia restaurativa. En este sentido, re-nuevo mi llamamiento para cancelar la deudade los países más frágiles ante los graves im-pactos de la crisis sanitaria, social y económicaque afrontan tras el Covid-19. También es ne-cesario asegurar que los incentivos para la re-cuperación, que se están desarrollando e imple-mentando a nivel global, regional y nacional,sean realmente eficaces, con políticas, legisla-ciones e inversiones enfocadas al bien común y

Restaurar la biodiversidad es igualmentecrucial en el contexto de una desaparición deespecies y una degradación de los ecosistemassin precedentes. Es necesario apoyar el llamadode las Naciones Unidas para salvaguardar el30% de la Tierra como hábitat protegido para2030, a fin de frenar la alarmante tasa de pér-dida de biodiversidad. Exhorto a la comunidadinternacional a trabajar unida para asegurarque la Cumbre de Biodiversidad (COP 15) enKunming, China, sea un punto de inflexiónhacia el restablecimiento de la Tierra como unacasa donde la vida sea abundante, de acuerdocon la voluntad del Creador.

Estamos obligados a reparar según justicia,asegurando que quienes han habitado una tie-rra durante generaciones puedan recuperar ple-namente su uso. Las comunidades indígenasdeben ser protegidas de las empresas, en parti-cular de las multinacionales, que, mediante laextracción deletérea de combustibles fósiles,minerales, madera y productos agroindustria-les, «hacen en los países menos desarrolladoslo que no pueden hacer en los países que lesaportan capital» (LS, 51). Esta mala conductaempresarial representa un «nuevo tipo de colo-nialismo» (S. Juan Pablo II, Discurso a la Pon-tificia Academia de Ciencias Sociales, 27 abril2001, citado en Querida Amazonia, 14), queexplota vergonzosamente a las comunidades ypaíses más pobres que buscan con desespera-ción el desarrollo económico. Es necesario con-solidar las legislaciones nacionales e internacio-nales, para que regulen las actividades de las

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indígenas, a la vanguardia de la respuesta a lacrisis ecológica. Piden un Jubileo de la Tierray un nuevo comienzo, conscientes de que «lascosas pueden cambiar» (LS, 13).

También es motivo de alegría constatar có-mo el Año especial en el aniversario de la En-cíclica Laudato si’ está inspirando numerosasiniciativas, a nivel local y mundial, para el cui-dado de la casa común y los pobres. Este añodebería conducir a planes operativos a largoplazo para lograr una ecología integral en lasfamilias, parroquias, diócesis, órdenes religio-sas, escuelas, universidades, atención médica,empresas, granjas y en muchas otras áreas.

Nos alegramos además de que las comunida-des de creyentes se estén uniendo para crearun mundo más justo, pacífico y sostenible. Esmotivo de especial alegría que el Tiempo de laCreación se esté convirtiendo en una iniciativaverdaderamente ecuménica. ¡Sigamos creciendoen la conciencia de que todos vivimos en unacasa común como miembros de la misma fami-lia!

Alegrémonos porque, en su amor, el Creadorapoya nuestros humildes esfuerzos por la Tie-rra. Esta es también la casa de Dios, donde suPalabra «se hizo carne y habitó entre noso-tros» (Jn 1,14), el lugar donde la efusión delEspíritu Santo se renueva constantemente.

«Envía, Señor, tu Espíritu y renueva la fazde la tierra» (cf. Sal 104,30).

Roma, San Juan de Letrán, 1 de septiembrede 2020

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número 36, viernes 4 de septiembre de 2020 L’OSSERVATORE ROMANO página 11

La intención para el mes de septiembre

Respeto por los recursos del planeta

La Reunión se prepara para vivir el Año dedicado a la «Laudato si’»

Guiados por una brújula moral

El quinto aniversario de la encíclica delPapa Francisco sobre el cuidado del ho-gar común «puede parecer incidental, yaque el mundo entero se enfrenta a la

pandemia causada por el covid-19, pero por elcontrario nos ofrece una oportunidad única deconvertir las protestas y dificultades actuales enimpulsos, creando una nueva forma de conviven-cia, vinculada al amor, la compasión y la solidari-dad, y una relación más armoniosa con la natura-leza»: Con estas palabras, Monseñor Gilbert Au-bry, Obispo de Saint-Denis de La Reunión, invitaa los católicos a vivir intensamente el año especialdedicado a Laudato si’, que en la diócesis se inau-gurará oficialmente el 1 de septiembre -fecha delcomienzo del Tiempo de la Creación- con una ce-lebración eucarística, mientras que las costas de laisla francesa de ultramar (situada en el OcéanoÍndico) están amenazadas por los residuos de pe-tróleo del buque de carga japonés «Mv Waka-shio», varado desde el 25 de julio en un arrecifede coral en Mauricio y del que se han derramadounas 4.000 toneladas de combustible. Citando eltexto de presentación de este año especial publi-cado por el Dicasterio para el Servicio de Desar-rollo Humano Integral, el prelado reitera que eltexto pontificio «nos ofrece una brújula moral yespiritual para guiarnos en este viaje común, de-stinado a crear un mundo más solidario, fraterno,pacífico y sostenible».

El objetivo del «Año Laudato si’», explica Au-bry, es «animar al mayor número posible de per-sonas y grupos (parroquias, comunidades, movi-mientos, servicios) a que lean la encíclica y co-miencen su camino hacia la ecología integral, pa-ra lograr la transformación radical de la sociedadevocada por el Papa Francisco». Representantesde cada parroquia, comunidad religiosa, movi-mientos y servicios de La Reunión fueron invita-dos a la celebración de la misa presidida por elobispo en Saint-Denis. La ceremonia, como se hadicho, también marcará el comienzo del tradicio-

nal Tiempo de la Creación, titulado «Jubileo porla Tierra: nuevos ritmos, nueva esperanza». Du-rante este mes ecuménico de acción y oración, loscristianos de la isla están invitados a «renovar surelación con el Creador y toda la Creación cele-brando y comprometiéndose juntos a cuidar denuestra ‘casa común’ y de los hermanos y herma-nas con los que la compartimos». Esta primeraetapa del Año Laudato si’ es por lo tanto, «sobretodo una etapa de contemplación y alabanza.Con la ayuda de San Francisco de Asís podemoshacer que la Creación cante para la gloria deDios, para nuestro gozo y para el futuro de la hu-manidad», concluye Monseñor Aubry.

La diócesis de Saint-Denis de La Reunión haelaborado muchas propuestas para vivir este mesespecial de la mejor manera posible. A nivel prác-tico, por ejemplo, cada parroquia puede designaruna persona de contacto para la animación, posi-blemente acompañada por otras personas, espe-cialmente en las parroquias con más lugares deculto, y preferiblemente que no estén ya involu-cradas en otras actividades pastorales. Otra suge-rencia, la organización de un concurso de fotogra-fía, para involucrar a los fieles invitados a tomar

En cuanto a las propuestas litúrgicas, los católi-cos, después de haber fotografiado un sitio natu-ral fascinante y poco conocido en el territorio desus parroquias, como arroyos, cascadas, bosques,podrán imprimir una toma de gran formato ypresentarla a la procesión de entrada durante lamisa y luego colocarla a los pies del altar. Si elclima lo permite, finalmente, se celebrará una mi-sa al aire libre, durante la cual se invitará a losfieles a sentirse parte de la naturaleza, a escucharsu «silencio» y sobre todo a alabar a Dios por suC re a c i ó n .

Un mes después del encallamiento del petrole-ro japonés «Mv Wakashio», partido en dos trasestrellarse contra el arrecife de coral, existe unagran preocupación entre los ecologistas por el da-ño a todo el ecosistema -que podría durar déca-das o ser irreversible- en la zona del «santuario dela biodiversidad» al sudeste de Mauricio, dondecientos de toneladas de combustible se derrama-ron en el mar. La isla de La Reunión está situadaa poco más de doscientos kilómetros y la pesadil-la de un desastre ambiental cerca de sus costas seestá materializando actualmente.

«N o al saqueo, sí al compartir». Es la fuerte invitación deFrancisco con ocasión de la Jornada mundial de ora-ción por el cuidado de la creación y a los cinco añosde la publicación de la Laudato si’. En el vídeo de la

Red mundial de oración del Papa dedicado a la intención por el mes deseptiembre —sobre el tema «Respeto por los recursos del planeta»— elPontífice exhorta precisamente a rezar para que «los bienes del planetano sean saqueados, sino que se compartan de manera justa y respetuo-sa». En el breve vídeo —difundido el lunes por la tarde, 31 de agosto—se ven las imágenes que ilustran situaciones de explotación intensiva delos recursos naturales, empezando por los del subsuelo y los bosques.Es inmediata la referencia al Amazonas y todas sus industrias relaciona-das. Se ven tractores y vehículos pesados que recogen quizás metalespara enviar a la industria de los países desarrollados. La voz del Papa sealza clara y vigorosa: «Estamos exprimiendo los bienes del planeta.Exprimiéndolos, como si fuera una naranja». De hecho, «países y em-presas del Norte, se han enriquecido explotando dones naturales delSur, generando una “deuda ecológica”». Surge espontáneamente unapregunta: «¿Quién va a pagar esa deuda?». Las palabras del Pontíficesuscitan otra reflexión: «la “deuda ecológica” —re c u e rd a — se agrandacuando multinacionales hacen fuera de sus países lo que no se les per-mite hacer en los suyos. Es indignante». Por esto Francisco invita a ac-tuar antes que sea demasiado tarde: «Hoy, no mañana, hoy, tenemosque cuidar la Creación con responsabilidad».

Siguen en el vídeo las imágenes de chimeneas que con sus humos ne-gros envenenan el aire. Y vemos barrios marginales que el cambio cli-mático hace cada día más frágiles y precarios para quienes se ven obli-gados a vivir allí. El vídeo termina con la firma de un acuerdo entre unhombre de negocios y un representante de un pueblo de América delSur. Esta vez el contrato por el uso de los recursos es justo y solidario.Difundido como es habitual a través de la página web w w w. t h e p o p e v i -d e o . o rg , el vídeo traducido en nueve lenguas ha sido creado y producidopor la Red mundial de oración del Papa en colaboración con la agenciaLa Machi y el Dicasterio para la comunicación.

fotos en el territorio de suparro quia.

En las dos semanasprevias al 21 de septiem-bre, Día Internacional dela Limpieza de Costas,también se invitará a losfeligreses a limpiar un si-tio natural, ya sea unién-dose a una asociación exi-stente o realizando supropia acción. Los que noviven junto al mar pue-den cuidar las riberas deun río, una cascada o sim-plemente cuidar el áreaalrededor de la iglesia, elpatio y los alrededores.

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página 12 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 4 de septiembre de 2020, número 36

Se retoman las audiencais generales con la presencia de los fieles

Solo juntos se sale de la crisisEl Papa continúa la catequesis sobre la necesidad de curar al mundo en tiempos de pandemia

1938-1940). La interdependencia, pa-ra ser solidario y fructífero, necesitaraíces fuertes en la humanidad y enla naturaleza creada por Dios, nece-sita respeto por los rostros y la tie-rra.

La Biblia, desde el principio, nosadvierte. Pensemos en el pasaje de laTorre de Babel (cfr Gen 11, 1-9) quedescribe lo que sucede cuando trata-mos de llegar al cielo - nuestra meta- ignorando el vínculo con la huma-nidad, con la creación y con el Crea-dor. Es una forma de hablar: estosucede cada vez que uno quiere su-bir, subir, sin tener en cuenta a losotros. ¡Yo solo! Pensemos en la to-rre. Construimos torres y rascacielos,pero destruimos la comunidad. Uni-ficamos edificios y lenguas, peromortificamos la riqueza cultural.Queremos ser amos de la Tierra, pe-ro arruinamos la biodiversidad y elequilibrio ecológico. Os conté en al-guna otra audiencia de esos pesca-dores de San Benedetto del Trontoque vinieron este año y me dijeron:“Hemos sacado del mar 24 toneladasde basura, de las cuales la mitad eraplástico”. ¡Pensad! Estos tienen elespíritu de recoger los peces, sí, pero

también la basura y sacarla para lim-piar el mar. Pero esta [contamina-ción] es arruinar la tierra, no tenersolidaridad con la tierra que es undon y un equilibrio ecológico.

Recuerdo una historia medievalque describe este “síndrome de Ba-b el”, que es cuando no hay solidari-dad. Esta historia medieval dice que,durante la construcción de la torre,cuando un hombre caía - eran escla-vos - y moría nadie decía nada, co-mo mucho: “Pobrecillo, se ha equi-vocado y ha caído”. Sin embargo, sicaía un ladrillo, todos se lamenta-ban. ¡Y si alguno era culpable, eracastigado! ¿Por qué? Porque un la-drillo era caro de hacer, de preparar,de cocer. Se necesitaba tiempo y tra-bajo para hacer un ladrillo. Un la-drillo valía más que la vida humana.Cada uno de nosotros piense en quésucede hoy. Lamentablemente tam-bién hoy puede suceder algo pareci-do. Cae la cuota del mercado finan-ciero - lo hemos visto en los periódi-cos estos días - y la noticia está entodas las agencias. Caen miles depersonas por el hambre, la miseria ynadie habla de ello.

Diametralmente opuesto a Babeles Pentecostés (cfr Hch 2, 1-3), lohemos escuchado al principio de laaudiencia. El Espíritu Santo, descen-diendo del alto como viento y fuego,inviste la comunidad cerrada en elcenáculo, la infunde la fuerza deDios, la impulsa a salir, a anunciar atodos a Jesús Señor. El Espíritu creala unidad en la diversidad, crea laarmonía. En la historia de la Torrede Babel no hay armonía; había eseir adelante para ganar. Allí, el hom-bre era un mero instrumento, mera“fuerza-trabajo”, pero aquí, en Pen-tecostés, cada uno de nosotros es uninstrumento, pero un instrumentocomunitario que participa con todosu ser a la edificación de la comuni-dad. San Francisco de Asís lo sabíabien, y animado por el Espíritu dabaa todas las personas, es más, a lascriaturas, el nombre de hermano ohermana (cfr LS, 11; cfr San Buena-ventura, Legenda maior, VIII, 6: FF1145). También el hermano lobo, re-c o rd e m o s .

Con Pentecostés, Dios se hacepresente e inspira la fe de la comu-nidad unida en la diversidad y en lasolidaridad. Diversidad y solidaridadunidas en armonía, este es el cami-no. Una diversidad solidaria poseelos “anticuerp os” para que la singu-laridad de cada uno - que es undon, único e irrepetible - no se en-ferme de individualismo, de egoís-mo. La diversidad solidaria poseetambién los anticuerpos para sanarestructuras y procesos sociales quehan degenerado en sistemas de in-justicia, en sistemas de opresión (cfrCompendio de la doctrina social dela Iglesia, 192). Por tanto, la solida-ridad hoy es el camino para recorrerhacia un mundo post-pandemia, ha-cia la sanación de nuestras enferme-dades interpersonales y sociales. Nohay otra. O vamos adelante con elcamino de la solidaridad o las cosasserán peores. Quiero repetirlo: deuna crisis no se sale igual que antes.La pandemia es una crisis. De unacrisis se sale o mejores o peores. Te-nemos que elegir nosotros. Y la soli-daridad es precisamente un caminopara salir de la crisis mejores, no concambios superficiales, con una capade pintura así y todo está bien. No.¡ M e j o re s !

En medio de la crisis, una solida-ridad guiada por la fe nos permitetraducir el amor de Dios en nuestracultura globalizada, no construyen-do torres o muros - y cuántos murosse están construyendo hoy - que di-viden pero después caen, sino tejien-do comunidad y apoyando procesosde crecimiento verdaderamente hu-mano y solidario. Y para esto ayudala solidaridad. Hago una pregunta:¿yo pienso en las necesidades de losotros? Cada uno que responda en sucorazón.

En medio de crisis y tempestades,el Señor nos interpela y nos invita adespertar y activar esta solidaridadcapaz de dar solidez, apoyo y unsentido a estas horas en las que todoparece naufragar. Que la creatividaddel Espíritu Santo pueda animarnosa generar nuevas formas de hospita-lidad familiar, de fraternidad fecun-da y de solidaridad universal. Gra-cias.

La solidaridad y la virtud de la fe: eseste el tema de la quinta catequesisdedicada por el Papa Francisco a lanecesidad de curar el mundo entiempos de pandemia. Retomando lasaudiencias generales del miércoles conla presencia efectiva de los fieles, elPontífice acogió en la mañana del 2 deseptiembre a cientos de personas en elatrio de san Dámaso en el Palacioapostólico vaticano, después de mesesde encuentros “a puerta cerrada” en laBiblioteca privada a causa de lasindicaciones sanitarias de lasautoridades dedicadas a contrastar elcontagio de covid-19.

Queridos hermanos y hermanas,¡buenos días!

Después de tantos meses re-tomamos nuestro encuen-tro cara a cara y no panta-lla a pantalla. Cara a cara.

¡Esto es bonito! La pandemia actualha puesto de relieve nuestra interde-pendencia: todos estamos vincula-dos, los unos con los otros, tanto enel bien como en el mal. Por eso, pa-ra salir mejores de esta crisis, debe-mos hacerlo juntos. Juntos, no solos,juntos. Solos no, ¡porque no se pue-de! O se hace juntos o no se hace.Debemos hacerlo juntos, todos, enla solidaridad. Hoy quisiera subrayaresta palabra: solidaridad.

Como familia humana tenemos elorigen común en Dios; vivimos enuna casa común, el planeta-jardín, latierra en la que Dios nos ha puesto;y tenemos un destino común enCristo. Pero cuando olvidamos todoesto, nuestra interdependencia seconvierte en dependencia de unoshacia otros - perdemos esta armoníade interdependencia en la solidari-dad -, aumentando la desigualdad yla marginación; se debilita el tejidosocial y se deteriora el ambiente.Siempre es lo mismo que actuar.

Por tanto, el principio de solidari-dad es hoy más necesario que nunca,como ha enseñado Juan Pablo II(cfr Enc. Sollicitudo rei socialis, 38-40). De una forma interconectada,experimentamos qué significa viviren la misma “aldea global”. Es boni-ta esta expresión: el gran mundo noes otra cosa que una aldea global,porque todo está interconectado. Pe-ro no siempre transformamos estainterdependencia en solidaridad.Hay un largo camino entre la inter-dependencia y la solidaridad. Losegoísmos - individuales, nacionales yde los grupos de poder - y las rigi-deces ideológicas alimentan, al con-trario, «estructuras de pecado»(ibid., 36).

«La palabra “solidaridad” está unpoco desgastada y a veces se la in-terpreta mal, pero es mucho másque algunos actos esporádicos de ge-nerosidad. ¡Es más! Supone crearuna nueva mentalidad que piense entérminos de comunidad, de priori-dad de la vida de todos sobre laapropiación de los bienes por partede algunos» (Exort. ap. Evangeliigaudium, 188). Esto significa solida-ridad. No es solo cuestión de ayudara los otros - esto está bien hacerlo,pero es más -: se trata de justicia (cfrCatecismo de la Iglesia Católica,

En los saludos a los grupos de polacos el recuerdo del 40ºaniversario de los acuerdos que dieron inicio a Solidarność

No hay solidaridad sinamor que se hace servicio

Al final de la audiencia general, antes de rezar el Padre nuestro con losfieles presentes en el atrio de san Dámaso y a cuantos lo siguen a través delos medios de comunicación e impartirles la bendición, el Papa saludó a losfieles de los diversos grupos linguísticos.

Saludo cordialmente a los fieles de lengua española. He visto va-rias banderas españolas ahí, bienvenidos. Y también latinoameri-canas de esta parte, así que no se enojan. Pido al Señor que nos

conceda la gracia de una solidaridad guiada por la fe, para que elamor a Dios nos mueva a generar nuevas formas de hospitalidad fami-liar, de fraternidad fecunda y de acogida a los hermanos más frágiles,especialmente a los descartados por nuestras sociedades globalizadas.Que Dios los bendiga.