Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

175
Número 103 de junio de 2012 Notas del mes Urge recambio Por Juan-Ramón Capella En la universidad hay cosas que pasan antes. Apuntes para debates necesarios sobre democracia, contestación y movimiento universitario Por Jordi Mir Garcia Observatorio de Salud: 4 Por Lucía Artazcoz Cuaderno de depresión: 10 Por Albert Recio Andreu Han roto la baraja Por Joaquim Sempere La ciudadanía indignada es el comienzo de la solución Por Antonio Antón Mayo, el mes del 15M Por José Manuel Barreal San Martín Comentarios prepolíticos: 9 Por Joan Busca "Apocalypse Now" y Esperanza Aguirre Por Agustín Moreno Yo estudié en la pública Por Vidal Aragonés Ensayo Cómo llevar a cabo una revolución ecosocialista Ian Angus Desafíos y logros de la horizontalidad en las experiencias de cooperativas agroecológicas andaluzas Pablo Saravia La Biblioteca de Babel La justicia de la República José Luis Galbe Loshuertos Mongolia La mejor manera de robar un banco es dirigirlo 1

Transcript of Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Page 1: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Número 103 de junio de 2012

Notas del mes

Urge recambio

Por Juan-Ramón Capella

En la universidad hay cosas que pasan antes. Apuntes para

debates necesarios sobre democracia, contestación y

movimiento universitario

Por Jordi Mir Garcia

Observatorio de Salud: 4

Por Lucía Artazcoz

Cuaderno de depresión: 10

Por Albert Recio Andreu

Han roto la baraja

Por Joaquim Sempere

La ciudadanía indignada es el comienzo de la solución

Por Antonio Antón

Mayo, el mes del 15M

Por José Manuel Barreal San Martín

Comentarios prepolíticos: 9

Por Joan Busca

"Apocalypse Now" y Esperanza Aguirre

Por Agustín Moreno

Yo estudié en la pública

Por Vidal Aragonés

Ensayo

Cómo llevar a cabo una revolución ecosocialista

Ian Angus

Desafíos y logros de la horizontalidad en las experiencias de

cooperativas agroecológicas andaluzas

Pablo Saravia

La Biblioteca de Babel

La justicia de la República

José Luis Galbe Loshuertos

Mongolia

La mejor manera de robar un banco es dirigirlo

1

Page 2: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

En la pantalla

Yo estudié en la pública

Campaña en defensa de la Educación Pública

Figli di Annibale / Sole

Almamegretta

El extremista discreto

Quizá haya que dar las gracias...

El Lobo Feroz

Sarna sin gusto sí pica: diez aforismos en tiempos de

depresión

Fuertebrazo

Carta de un investigador a Rodrigo Rato

Alberto Sicilia

...Y la lírica

Alegato contra la codicia

Rafael Argullol

De otras fuentes

La extrema derecha europea: una trayectoria ascendente

Xavier Casals

El actual despotismo democrático y sus alternativas

José Manuel Naredo

Un mundo de petróleo difícil

Michael T. Klare

40 años de "Los límites del crecimiento"

Antonio Turiel

Despatologizar, despenalizar, desaprender: luchas LGTB y

emancipación social

Antoni Jesús Aguiló y Ana Cristina Santos

29/2005-IP: el informe secreto de la sanidad catalana

Revista cafeambllet

Documentos

La política religiosa de la República (1931)

Manuel Azaña

2

Page 3: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Foro de webs

Dones juristes

Green Left Weekly

Associazione “Marx XXI”

3

Page 4: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Urge recambio

Juan-Ramón Capella

Creo que una amplísima mayoría de la sociedad española ni desea el

mantenimiento del actual gobierno ni tampoco que el PP vuelva a obtener la

mayoría en las siguientes elecciones legislativas.

Los motivos son claros: el PP se ha prestado incluso con entusiasmo al juego

de mutilar los derechos de los pobres en favor de los ricos, de llenar de cargas

a los trabajadores y descargar los hombros del empresariado. No es necesario

repetir aquí la ristra de medidas antisociales del gobierno del PP, ni de los

gobiernos derechistas de las comunidades autónomas. Si acaso, señalar que

el PP y Convergència Democràtica de Catalunya añaden a su ataque a las

clases trabajadoras y a las clases medias el lodazal de la corrupción, el

señalamiento para cargos que dependen de algún modo de las instituciones

públicas a amigos y parientes, además de beneficiarse desde siempre de la

colusión entre negocio y política. La corrupción, la soft y la heavy, ha tomado

carta de naturaleza en la vida política española, se ha asentado en ella y no

parece dispuesta a abandonarla.

(Por otra parte no se puede dejar de estimar que buena parte de esa gente

son malvados en el sentido moral; digan si no para qué sirve abandonar sin

sanidad a una parte de los extranjeros, meter a los niños en aulas para 40

personas, cambiar las normas del alquiler en beneficio de los propietarios,

recortar sueldos públicos, cerrar quirófanos, si luego el dinero así ahorrado se

pone a disposición de los bancos.)

El PP debe perder las próximas elecciones. Pero hoy por hoy no es fácil que las

pierda. Porque no hay recambio. Porque falta un equipo cohesionado de

personas que pueda devolver la cordura a la vida política y social española.

El Psoe actual no es un recambio viable.

El Psoe fue en un pasado muy lejano un partido socialdemócrata que

históricamente podía incluir la palabra 'obrero' entre sus siglas sin excesivo

escándalo. Pero eso se acabó con Felipe González. Este dirigente, su equipo y

los que le siguieron abandonaron la orientación socialdemócrata y adoptaron

como básica la política económica neoliberal. El Psoe se convirtió así en un

catch-all-party, en un partido atrapalotodo que podía obtener votos de la

derecha, del centro y de la izquierda. Lo ha tenido fácil en una sociedad como

la española, donde los cuarenta años de franquismo deseducaron

políticamente a toda la sociedad volviéndola además miedosa —temerosa de

4

Page 5: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

que retornaran los malos tiempos—. Las gentes del Psoe de Felipe González

se enriquecieron con la política, algunos destacados cargos públicos

socialistas fueron incluso a la cárcel por ello; el gobierno pudo obtener del

ingreso en la Unión Europea fondos públicos con los que amordazar la

protesta contra su traicionero comportamiento respecto del ingreso en la

Otan, con los que aislar al poderoso movimiento de los objetores de

conciencia. Aquel Psoe también emprendió acciones de terrorismo de Estado

que niega todavía hoy (los negará siempre: todos los criminales lo hacen). Y,

finalmente, los malos tiempos han vuelto sin necesidad de ninguna ensalada

de tiros.

El Psoe dirigido por Almunia o Borrell tal vez hubiera podido cambiar esa

orientación, pero lo cierto es que quien tuvo de veras vara alta en el Psoe ha

sido Zapatero. Y Zapatero profundizó la orientación neoliberal de su política

económica, más y más, hasta el punto de no poder dar crédito a sus ojos

cuando el crack neoliberal se produjo. El talante reformista de Zapatero sólo

se mostró en políticas plenamente compatibles con el sistema económico:

legislación sobre el aborto, sobre matrimonio entre personas del mismo sexo,

ley de dependencia.

El Psoe no tiene personal capaz de hilvanar intelectualmente un programa

socialdemócrata, ni posee el coraje político necesario para un viraje así. Es

posible incluso —tan maleducado y descompuesto está ese partido— que

intentar un verdadero viraje lo rompiera. Basta pensar que del Psoe viene

Rosa Díez: hay demasiados cuadros en el Psoe que lo darían todo por

recuperar un milímetro cúbico de poder.

E Izquierda Unida, que sí es realmente un partido socialdemócrata, aunque

confusamente y con fuertes ramalazos populistas y oportunistas —basta

pensar en el apoyo de IU al PP en Extremadura o en la prisa con que Valderas

ha pasado a ser vicepresidente de la Junta de Andalucía—, todavía no

constituye hoy una alternativa creíble. Demasiadas medias tintas, demasiada

táctica y ninguna estrategia. Digámoslo claro: el pensamiento ha desertado de

Izquierda Unida. Se la ve con simpatía, pero a nadie engaña su limitación.

Con estos mimbres es inevitable que el mandato del PP se prolongue cuatro

años más, acaso con mayoría sólo relativa pero siempre con la posibilidad de

complacientes alianzas con las derechas de las comunidades autónomas. Y si

realmente pintan bastos el PP compondrá con el Psoe una Gran Coalición para

seguir adelante impasible el ademán. Éste es probablemente el peligro

principal cara al futuro: una Gran Coalición para el mantenimiento de las

políticas neoliberales en España.

¿Hay modo de evitarlo?

5

Page 6: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Especulativamente se puede contestar que sí, que lo hay.

Para hacer algo más que desplazar del poder a la derecha y acabar con las

nefastas políticas neoliberales, se precisa el surgimiento de un gran partido

sobre las coordenadas de la socialdemocracia y el ecologismo.

Un partido socialdemócrata para proponer e implantar políticas

neokeynesianas que de veras estimulen la producción necesaria pero que

construyan al propio tiempo protección social, en un mundo donde las

tecnologías informáticas y los intercambios de la mundialización vuelven

obsoleta permanentemente una parte de la fuerza de trabajo, que ha de ser

redirigida hacia sectores de actividad que en la vida económica actual aún

están en mantillas, o bien beneficiarse de una eficaz redistribución de la

riqueza si no se puede reabsorber el paro estructural.

Y un partido que fuera además ecologista, capaz de orientar a la sociedad

para hacer frente a los retos derivados de la escasez de energía y de agua

potable en el planeta, del cambio climático, de la necesidad de una

producción sustentable y no malgastadora. Un partido, además,

esencialmente democrático, que proscribiera la tentación vanguardista o

jacobina, capaz de conquistar hegemonía —esto es, las cabezas— de toda la

sociedad.

Pero eso es hoy por hoy solamente especulación. Los agentes más activos del

movimiento de las plazas, de los que exigen democracia real ya, han de tomar

la iniciativa. Hay que decir que algunas de sus iniciativas van en la dirección

correcta. Otras, no. No es aún el momento, cuando se es minoría, de plantear

una reforma constitucional. Por supuesto, eso llegará. Por mucho que los

gobiernos llenen las calles de policías, el aire de helicópteros y el espacio de

la comunicación de amenazas contra nosotros, algún día constituiremos la

Tercera República española. Pero ahora estamos en otra fase: en la fase

preliminar de los pasos previos.

Se podrán dar pasos en la dirección de la formación de un gran partido

socialdemócrata y ecologista si en cada provincia de este país se constituye

una Junta democrática, una asamblea o consejo, la entidad que sea, a

condición de que en ella pueda tener cabida toda la izquierda realmente

socialista, demócrata de veras y no de boquilla, ecologista y pacifista, sin

exclusión alguna. Y a esas asambleas, juntas, lo que sea, se puede llegar

creando entidades similares en cada agrupación vecinal importante, que

actúen visiblemente, que puedan ser un referente para entidades menores,

sean pueblos o barrios u organizaciones sociales de trabajadores, vecinos;

para la enorme red de actividades decentes que se da y sigue dándose entre

nosotros.

6

Page 7: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Hoy necesitamos más que nunca un referente político-cultural capaz de poner

fin al neoliberalismo.

No es fácil sin embargo que surja este referente. La derecha ha tenido éxito:

ha realizado efectivamente el propósito de la Trilateral, hace casi cuarenta

años, de despolitizar a las poblaciones. La mayor parte de la gente de las

plazas ve la política como la derecha quiere que la vea: como politiquería,

como acción por arriba. Casi nadie tiene idea de otra política, de la política de

los de abajo, de la política por abajo. De otra manera de hacer. Al distanciarse

de la política los nuevos movimientos le hacen el juego a la derecha social.

Alguien tenía que decírselo. Arremangarse para intervenir en política es una

necesidad. Ciertamente, menos confortante que evitar desahucios o

simplemente permanecer unidos. Hay que asumir los riesgos. De buenas

intenciones está empedrado el camino del infierno.

29/5/2012

7

Page 8: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

En la universidad hay cosas que pasan antes. Apuntes para debates

necesarios sobre democracia, contestación y movimiento

universitario

Jordi Mir Garcia

El movimiento universitario siempre está

Al analizar el período de movilización social que estamos viviendo y que tuvo

su punto de inflexión en el 15 de mayo de 2011 y las acampadas posteriores,

nos encontramos con una cierta paradoja: esta movilización tiene un

elemento clave en la participación de la juventud y de los estudiantes activos,

pero podríamos decir que el movimiento universitario, como tal, no apareció

claramente en escena hasta la huelga de universidades del 17 noviembre de

2011. Después vendrían otras, como la del 29 de febrero de 2012, con una de

las mayores manifestaciones que se recuerdan, y las del 3, 10 y, sobre todo,

del 22 de mayo, cuando, por primera vez en la historia de la España

democrática, todos los sectores de la enseñanza pública (desde los 0-3 años

hasta la universidad) se sumaron a la huelga convocada por los sindicatos.

Sin embargo, una lectura que sólo se fijara en las convocatorias dedicadas a

la universidad, no estaría viendo lo más importante. El movimiento

universitario estuvo presente desde el inicio de las movilizaciones que han

dado vida a este período de movilización que identificamos con la fecha del

15M y todo lo que allí empezó a suceder. Algunas de sus organizaciones ya

habían promovido iniciativas movilizadoras como la plataforma “Juventud sin

Futuro” en abril de 2011. Después vendrían la manifestación del 15M y las

acampadas, cuya organización, duración e impacto difícilmente podríamos

entender sin la participación de personas que están ahora en la universidad o

que continúan organizadas en espacios en relacionados con ella. Sus

reivindicaciones y dinámicas de actuación, desarrolladas a lo largo de los

últimos años, estuvieron y están muy presentes en estas movilizaciones que,

según los datos del CIS [1], son tan bien valoradas por la sociedad española.

No es casualidad que las tres primeras personas detenidas con motivo de la

huelga general del 29 de marzo de 2012 —y pasadas a prisión preventiva

durante más de un mes— fueran estudiantes universitarios, ya que aquella

huelga fue mucho más que una huelga de trabajadores y las autoridades se

concentraron en la represión de los colectivos más activos en la contestación,

aunque para ello, como dijo el ministro del Interior, hubo “que forzar el

ordenamiento jurídico para que ingrese en prisión alguna persona” [2].

Los estudiantes críticos llevan años trabajando y reclamando cambios en un

modelo en el que hay muchas cosas que no les gustan y otras que quieren

8

Page 9: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

defender. Reclaman más y mejor democracia dentro y fuera de la universidad

y son defensores de un modelo público de educación superior que ven

amenazado por un triple camino de privatización. El primero tiene que ver con

el gobierno de la institución. Se está produciendo una incorporación de

actores privados en órganos directivos que asumen nuevas competencias y

más relevancia como el Consejo Social, donde hay representantes de

diferentes sectores de la sociedad con un peso importante del sector

empresarial. A este proceso de incorporación hay que sumar lo que está

ocurriendo con otros órganos de gobierno más plurales, y donde los

estudiantes tienen mayor presencia, como el claustro, que ven reducida su

importancia. El segundo es la financiación externa de másters, investigación y

docencia por parte de las empresas. Ya en los años de bonanza económica

preocupaba la relación entre universidad y empresas por la excesiva

influencia que éstas podían tener al configurar los objetivos de la

investigación y por su tendencia a financiar sólo aquellos proyectos que les

resultasen útiles económicamente. En un momento como el actual, en el que

los recursos disminuyen, preocupa todavía más cómo vamos a asegurar la

investigación y la docencia en aquellos sectores que consideramos

fundamentales más allá de los intereses legítimos del sector privado. Y el

tercer camino de esta privatización es la creciente participación de los

estudiantes y sus familias en el coste de sus estudios, una forma de copago

que supone una transferencia de recursos de las familias a la universidad. La

situación actual vuelve a poner en primer plano estas reivindicaciones que

cobran mayor actualidad con la anunciada subida de matrículas o con las

limitaciones para el servicio que pueden suponer los recortes en el personal

docente e investigador y en el de administración y servicios.

¿Permisividad o desconsideración?

Hay quien repite una y otra vez que, cuando se produce algún alboroto en las

manifestaciones, la causa de ello ha de buscarse en dos motivos

fundamentales: en el hecho de que Barcelona se haya convertido en la capital

antisistema del mundo y en la permisividad con la que han sido tratados los

supuestos alborotadores en los últimos años. Barcelona es una ciudad punto

de encuentro para muchas iniciativas y son muchos los extranjeros que en los

últimos años han decidido pasar por aquí e incluso instalarse. Para amantes

de teorías que vinculan a estos colectivos con supuestos grupos

“anarcoitalianos” [3], recomendaría un paseo por el Eixample y Gràcia,

barrios donde se pueden encontrar cantidad de negocios abiertos en los

últimos años por personas de origen italiano y que no son difíciles de detectar:

poco que ver, pues, con tapaderas de centros de apoyo a grupos antisistema.

En la universidad se puede detectar también el aumento en la última década

de investigadores y profesorado de origen italiano; un apunte personal: en el

grupo de investigación al que pertenezco hay tres personas italianas, de lejos

9

Page 10: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

la nacionalidad no española dominante. A lo mejor hay que pensar en otros

elementos para explicar esta presencia: por ejemplo, en la situación de la

universidad en Italia, en la dificultad para hacer carrera académica, conseguir

becas y desarrollar investigación en determinadas áreas. Y aparte de trabajar,

muchas de estas personas se integran en el tejido asociativo y en los espacios

de activismo cultural-político que ofrece esta ciudad.

En cuanto a la supuesta permisividad, no dejamos de oír frases del tipo:

“Hemos dejado que esto ocurriera” o “las autoridades no han sido lo

suficientemente duras para evitarlo...”. Muchas de las personas (en su

mayoría, desde la clase política y los grandes medios de comunicación) que

hablan de esta permisividad suelen aprovechar cada ocasión para pasar

cuentas con el antiguo gobierno Tripartito en Cataluña, y especialmente con

una de sus partes, Iniciativa per Catalunya Verds-Esquerra Unida i Alternativa,

sobre su gestión al frente de la Conselleria de Interior. Pero convendría

recordar que, durante los años del Tripartito, los Mossos d'Esquadra realizaron

algunas de las intervenciones más contundentes de su historia. Por ejemplo,

hay una fecha, el 18 de marzo de 2009, que está marcada a porra para una

generación del movimiento universitario y más allá de él: aquel día, los que

allí estábamos vivimos algo que no hubiéramos podido imaginar en una

sociedad que se quiere democrática, y son muchos los testimonios que han

dado cuenta de aquella tarde-noche. No fue un hecho aislado: se enmarcó en

la respuesta de las fuerzas policiales, del gobierno y de la dirección de las

universidades para hacer frente a una movilización que cuestionaba tanto la

evolución de la universidad española como la creación del Espacio Europeo de

Educación Superior. A mi entender no se puede hablar de permisividad. Si se

quiere hacer un análisis serio de cómo han sido tratados determinados

sectores críticos de los estudiantes universitarios, tal vez llegaremos a otro

tipo de conclusión que se acercaría a la idea de desconsideración: la

desconsideración de la dureza con la que fueron tratados los estudiantes

críticos tanto en la calle como en los espacios académicos de gobierno. Sin

duda, el curso 2008-2009 resultó doloroso y es posible que todas las personas

que lo vivieron, desde un lado u otro, guarden un amargo recuerdo de él.

Hasta me atrevo a pensar que, en aquellos meses, se rompieron muchas

cosas, entre las cuales la confianza en el diálogo como herramienta para

solucionar problemas y encarar el futuro. De modo que lo que ocurre hoy sería

más el fruto de lo que pasó entonces que el resultado de la tan citada

permisividad que se menciona un día sí y otro también. ¿Qué enseñaron las

autoridades en todo aquél proceso? ¿Qué aprendieron los universitarios? [4]

El cuestionamiento de los modelos establecidos y las instituciones

Seguramente este es el momento de nuestra historia reciente en el que más

jóvenes cuestionan el modelo de sociedad que hemos creado, desconfían de

10

Page 11: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

las instituciones y de las autoridades académicas. No es sólo un problema de

la universidad. Pero es en la universidad, como también en otros sectores de

enseñanza, donde se debe actuar si queremos abordar esta situación. Y no

hacerlo con presión, con autoridad, con exclusión, eso ya se ha hecho, y por

ese camino hemos llegado hasta aquí. ¿Hasta ahora se han tomado en

consideración las reclamaciones planteadas por los estudiantes? No pregunto

si se han aceptado, sólo si se han considerado, si se han discutido, si han

merecido un trabajo conjunto. Formulo esta pregunta puesto que el problema,

entiendo, no está en rechazar lo que se propone, sino en hacer oídos sordos y

evitar siquiera discutir abiertamente con ellos sobre sus propuestas. Entre

nuestros jóvenes aumenta el sentimiento de incapacidad e imposibilidad para

encontrar los caminos que puedan ser útiles para transformar aquello que no

les gusta de su sociedad y de su universidad. Si, además de ser minoría, en

los espacios de gobierno se les impide hacer llegar sus propuestas y

debatirlas, los estudiantes tienen muy poco que hacer en las instituciones. En

las académicas y en todas las demás. Es por eso por lo que los universitarios

se ven abocados al camino de movilización. Sin embargo, si ni siquiera así

pueden conseguir una cierta incidencia en el debate académico-político, ¿qué

queda por hacer?

Debates necesarios: legalidad, legitimidad y violencia

En los últimos meses se ha hecho habitual hablar de movilizaciones, represión

y violencia. Y no es difícil encontrar estudiantes que no llevarían a cabo

actuaciones de violencia contra objetos, pero que las pueden entender. ¿Por

qué? Porque nuestra sociedad sigue sin afrontar un debate en profundidad

sobre la violencia, o, mejor dicho, sobre los diferentes tipos de violencia que

existen y la distinta manera de enjuiciarlos. Para entendernos, no sólo la

violencia física de los que queman contenedores de basura o de las

actuaciones desproporcionadas de la policía, sino la violencia que deja sin

casa, la que quita el trabajo, la que cierra o reduce los servicios médicos, la

que aumenta los precios en la universidad, la que reduce la asistencia a las

personas que lo necesitan, la que establece condiciones de trabajo que

consideramos injustas o que comete fraude fiscal. Las divergencias en la

consideración pública de estas diferentes realidades de nuestra sociedad

resultan inasumibles para muchas personas y son motivo de gran debate en el

movimiento universitario. Hay demasiada distancia entre lo que muchas

personas consideran injusto y no legítimo y lo que se acepta como legal y no

se cuestiona en el debate mediático y político. Resulta imprescindible reducir

esa distancia, de otro modo el abismo será irrecuperable.

Hoy, en el interior del movimiento estudiantil, podemos ver como en algunos

momentos, y en algunos sectores, cierta ansia, voluntad de inmediatez,

incluso desesperación fundamentada en diversas causas, lleva a actitudes que

11

Page 12: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

muchos —desde posiciones de noviolencia constructiva— no compartimos.

Pero hasta ahora todo se ha podido abordar desde la palabra y con voluntad

de proximidad. En nuestra sociedad empiezan a producirse algunos

movimientos en relación con el necesario debate sobre la violencia,

determinados en buena medida por la movilización social y por las fracturas

en hegemonías existentes. Pero son cambios todavía lentos e insuficientes,

por lo que es menester debatir más a fondo sobre la cuestión e implicar a

todos los ámbitos e instituciones de la sociedad, incluida, cómo no, la

universidad. Un argumento más para revitalizarla como espacio de

participación política.

La demanda de una verdadera democracia

En la universidad hay muchas cosas que acostumbran a pasar antes que en

otros ámbitos de la sociedad, también en lo que se refiere a la actitud política

de los jóvenes. La universidad es seguramente el espacio ideal, como también

lo podrían ser otros, los barrios por ejemplo, para la incorporación de los

jóvenes a la política. La universidad tiene reconocida la participación del

estudiantado en sus órganos de gobierno, desde las facultades a las que

pertenecen como estudiantes de determinadas carreras hasta el consejo de

gobierno, el consejo social y el claustro. Esta arquitectura institucional podría

permitir una presencia relevante del estudiantado en el gobierno de la

universidad, además de contribuir a una democracia representativa y

participativa de gran calidad en la que los jóvenes se formaran y capacitaran

para también participar en la política de nuestra sociedad. Sin embargo, y

lamentablemente, eso ocurre en muy pocos casos, de manera que convendría

que nos preguntáramos sobre la representatividad de los estudiantes en estos

espacios, es decir, sobre cuánta presencia tienen en términos numéricos y si

realmente ejercen la representación de los representados. En cuanto al

número, suele ser reducido y, desde luego, muy inferior al que reclamó el

movimiento universitario antifranquista para dar vida a una universidad

democrática vertebrada en torno a unos órganos de gobierno con

representaciones equilibradas para el conjunto de la comunidad. Hoy en día

está muy extendida la idea de que los estudiantes no tienen porqué decidir

sobre cuestiones de la universidad que, aunque les afecten, son

responsabilidad de la dirección. Con ello se deja claro, por un lado, que ellos

no pueden ser gobierno, y, por el otro, que su posición no es relevante. Y para

fundamentar esta idea se insiste en remarcar su temporalidad en la

institución, a diferencia de los personales docente y administrativo.

Se puede y se debe discutir sobre el modelo de gobierno de las universidades,

sobre la eficiencia de los órganos dirigentes y la necesidad —o no— de incluir

en ellos a otros sectores de la sociedad. Pero me parece difícil de argumentar

que los estudiantes no deban y puedan participar del gobierno de una

12

Page 13: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

institución de la que son parte fundamental y para lo que están capacitados.

Lo planteo desde una posición de principios y, a la vez, práctica. Si esto nos lo

creemos, deberían cambiar muchas cosas en nuestra universidad. Una parte

mayoritaria de los estudiantes ha renunciado por acción u omisión a

preocuparse y participar del gobierno de la universidad, porque no le

encuentra el sentido, no obtiene resultados o porque piensa que no es su

papel. La parte minoritaria que sí lo hace, también está ahí por diferentes

motivos. Pero incluso los más desinteresados, los más puros en sus motivos,

ven claramente como estos espacios acaban resultando excluyentes en

demasiadas ocasiones. Puede que esta sea una percepción minoritaria, pero,

aunque así sea, resulta profundamente hiriente para aquellas personas que

aceptan una democracia efectivamente representativa y trabajan para poder

hacerla más participativa, de mayor calidad y más cercana al conjunto de las

personas implicadas.

Democracia como equilibrio inestable en el que todas las partes son

necesarias

La democracia es un proceso profundamente inestable porque son muchos los

equilibrios que deben hacerse para mantenerla y para que pueda avanzar.

Cuando las partes no están comprometidas con ella o tienen percepciones

diferentes de lo que debe ser, se pone en riesgo. Y esto es lo que pasa

también en nuestras universidades al plantearse la participación estudiantil: lo

que para unos es exceso de participación, para otros es insuficiencia; lo que

para unos es exceso de democracia, para otros es insuficiencia de la misma.

Una vez roto el equilibrio inestable, el riesgo de malas prácticas se multiplica

para ambas partes, por lo que la democracia pasa a ser una competición por

el poder y el triunfo: si unos no respetan las buenas prácticas, ¿por qué tienen

que hacerlo los otros? Si unos desautorizan a los otros, ¿por qué los otros no

pueden hacer lo mismo? No es extraño escuchar en los órganos de gobierno

de la universidad cuestionamientos cruzados dedicados a la legitimidad de un

rector o decano y de los estudiantes presentes, aunque unos y otros hayan

llegado por procesos electorales a su condición de representantes. En lugar de

actuar de manera inclusiva, abiertos al conjunto de la comunidad, son

demasiado habituales comportamientos de unos y otros que suponen un

cerrarse en sí mismos; incluso excluir o enfrentarse a los propios compañeros

de comunidad por no compartir totalmente sus posiciones. Las identidades se

construyen a la defensiva y cuesta ponerlas a trabajar conjuntamente.

Precisamente, cuando una de las características de este periodo de

movilización está siendo, en muchas ocasiones, que las identidades de

proyecto se impongan a las de resistencia. Que las personas y colectivos con

ganas de movilizarse y actuar hayan primado lo que une más que lo que

separa, aunque lo que une pueda incluso suponer cierta renuncia. El

movimiento universitario ha vivido también efectos positivos del 15M, como

13

Page 14: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

puede ser la aproximación de nuevas personas y la existencia de menos

prejuicios, pero seguramente las condiciones de su actividad cotidiana en

espacios con roles tan marcados como las universidades y el peso de las

trayectorias parece que no acaba de favorecer algunos de estos cambios.

Todas las partes en confrontación dentro de la universidad, y pienso

fundamentalmente en esta división tradicional entre rectorados y direcciones

de facultades, y estudiantes movilizados, deberían valorar si lo que exigen a la

otra es cumplido por la suya y asumir que si verdaderamente nos queremos

como sociedad democrática, que respeta la pluralidad y que fomenta la

participación, los malas prácticas aquí citadas deberían ser desterradas. La

universidad tiene que depurarse de estos comportamientos y todos sus

integrantes deberían ser conscientes de los equilibrios inestables que nos

sustentan como comunidad. La búsqueda de esos equilibrios en muchos casos

nos debería llevar a movimientos de cesión para no forzar la situación y así

evitar el desequilibrio, la fractura, la distancia. Estoy pensando en una

universidad como espacio de formación de toda la comunidad, donde todos

aprendemos de todos. Una universidad que incorpore esos criterios a la hora

de valorar —sin paternalismos— los comportamientos de los estudiantes, ya

que a veces se espera de ellos actuaciones que no tienen ni el personal

docente e investigador ni el de administración y servicios. Del mismo modo,

convendría que los estudiantes movilizados y sectores críticos aceptaran los

esfuerzos que pueden ser necesarios dentro de determinados espacios para

llegar a comportamientos más participativos o democráticos. Tienen mucho

que aprender sobre eso, también, personas con altos cargos académicos que

no los han practicado. Mi experiencia me dice que, si se desarrollan

honestamente, los procesos democráticos participativos pueden requerir más

tiempo que otros mecanismos, pero resultan mucho más fructíferos y

enriquecedores para todas las partes.

A manera de epílogo: preguntas para el examen final de este curso

2011-2012

El curso 2011-2012 ha estado marcado en la universidad española por

diferentes políticas relativas a la reducción de plantillas del profesorado y el

personal de administración y servicios no estable y por los probables anuncios

de aumento de precios y tasas. Ahora, en su recta final, la convulsión es

máxima con la aprobación por el Ejecutivo del Decreto-ley 14/2012 [5] de 20

de abril ratificado por el parlamento español el pasado día 17 mayo. Desde

muchos sectores de la universidad es visto como un ataque y son diferentes

los motivos de queja. Las rectoras y rectores de las universidades españolas,

que ya habían manifestado conjuntamente su rechazo al procedimiento [6],

han llegado a plantar al ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio

Wert, en el Consejo de Universidades al entender que se estaba evitando el

14

Page 15: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

debate sobre el decreto [7]. En esta recta final del curso, el movimiento

universitario está impulsando movilizaciones en muchas universidades con

especial atención al aumento de precios que podría llegar al 66%. Desde

órganos de gobierno de diferentes universidades han surgido

posicionamientos contrarios a las medidas recogidas en el Decreto-ley [8] e

incluso propuestas para la desobediencia y para evitar los perjuicios que

pueden suponer [9]. Como en ningún otro momento de los últimos años, la

comunidad universitaria está expresando su malestar por las políticas que ya

se están aplicando o por las que vendrán.

Vivimos tiempos de incertidumbre, inseguridad y temor por la situación que

ya tenemos en nuestra sociedad y, aún más, por la que puede llegar a

producirse. Las movilizaciones que estamos viendo en las universidades de

todo el Estado tienen que ver con la respuesta a una pérdida de derechos y a

la defensa de un modelo de universidad y sociedad. Estudiantes muy diversos

en su sensibilidad política y en maneras de hacer coinciden en su

disconformidad con la subida prevista de los precios de grados y másters, que

ya sabemos que no podrá ir acompañada de un mayor número de becas para

conseguir efectos redistributivos. Hay gobiernos de universidades [10] y

gobiernos autonómicos [11] que han declarado no estar de acuerdo con esta

subida e, incluso, estar dispuestos a no aplicarla de manera efectiva.

Tenemos estudiantes que creen en su universidad y que sólo aspiran a

mejorarla, muchos ya no para ellos directamente sino para las generaciones

venideras. Es gente comprometida con su comunidad, universitaria y

ciudadana. ¿Cómo comunidad sabremos gestionar este malestar? ¿Los

rectorados que se quejan por no haber sido tenidos en cuenta al prepararse

las medidas ahora anunciadas sabrán ver que algo parecido les pasa a sus

estudiantes cuando, por ejemplo, se decide eliminar la convocatoria de

septiembre de la evaluación? ¿Sabremos ver que de la crítica compartida a la

subida de precios podría salir una respuesta común, una manera de hacer

conjunta? ¿Llegaremos a asumir que aquello que afecta a una comunidad

debería ser tratado comunitariamente y que no es conveniente para nadie

que sean los menos favorecidos (personal no estable docente, investigador y

de administración y servicios, o estudiantes) los que asuman los costes? La

evaluación de estas y otras cuestiones a final de curso. Continuamos.

Notas

[1] http://www.cis.es/cis/opencm/ES/1_encuestas/estudios/ver.jsp?estudio=12604

15

Page 16: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

[2]

http://www.europapress.es/nacional/noticia-interior-admite-hubo-forzar-ordenamiento-juridico-

encarcelar-quienes-causaron-destrozos-barcelona-20120425195233.html

[3] Sobre la supuesta “matriz anarcoitaliana” de los disturbios acaecidos en Barcelona el

pasado 29 de marzo, remito al lector al artículo de Carlo Pisacane, “Enric Juliana, los

anarcoitalianos y el catalán ‘assenyat’”, en mientrastanto.e, n.º 102, mayo de 2012,

consultable en:

http://mientrastanto.org/boletin-102/notas/enric-juliana-los-anarcoitalianos-y-el-catalan-assen

yat

[4] Sobre el balance de la contestación de ese curso se puede consultar un artículo escrito

para el Boletín ECOS, n.º 7, mayo-julio de 2009, con el título “Notas para el balance de un

curso de contestación en las universidades públicas españolas”, consultable en:

http://www.fuhem.es/media/ecosocial/File/Dossieres/DOSSIER%20movimientos%20sociales_ju

n09.pdf

[5] http://www.boe.es/boe/dias/2012/04/21/pdfs/BOE-A-2012-5337.pdf

[6] http://www.upf.edu/enoticies/es/1112/0504.html

[7]

http://www.crue.org/opencms/opencms/handle404?exporturi=/export/sites/Crue/doc_portada/

Mayo_2012/Comunicado_CRUE_Consejo_Universidades.pdf&%5d

[8] Es el caso, entre otras, de la Universidad Complutense de Madrid, cuyo Consejo de

Gobierno ha hecho público el siguiente comunicado: http://firgoa.usc.es/drupal/node/50819

[9] En el Consejo de Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma de Madrid se

aprobó la siguiente resolución sobre el RDL 14/ 2012 el 7 de mayo de 2012:

http://tomalafacultad.files.wordpress.com/2012/05/resolucion-consejo-depto-7-mayo-2012-sob

re-rdl-20-de-abril.pdf

[10] Puede resultar ilustrativo el Comunicado del Equipo de Gobierno de la Universidad de

Malaga cuya rectora, Adelaida de la Calle, es la presidenta de la Conferencia de Rectores de

la Universidades de España (CRUE):

http://www.uma.es/contenido.php?clase=p&tipo=n&idm=29&id=2942

16

Page 17: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

[11] El Gobierno de Euskadi se ha pronuciado en este sentido, como se puede ver en:

http://www.deia.com/2012/04/19/sociedad/euskadi/-el-gobierno-vasco-dice-que-no-aplicara-la-

subida-de-las-tasas-universitarias-

[Jordi Mir enseña en la Facultad de Humanidades de la Universidad

Pompeu Fabra de Barcelona y es miembro del Centro de Estudios

sobre Movimientos Sociales de la misma universidad]

30/5/2012

17

Page 18: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Observatorio de Salud: 4

El papel del ámbito doméstico y familiar en las desigualdades en

salud de la población trabajadora

Lucía Artazcoz

La salud laboral se ha centrado tradicionalmente en la exposición a riesgos de

seguridad, higiene y riesgos ergonómicos y psicosociales, pero ha olvidado la

influencia del trabajo doméstico y familiar sobre la salud. Igual que el trabajo

remunerado, el no remunerado implica la exposición a riesgos de seguridad,

de higiene, ergonómicos y psicosociales, pero los accidentes y las

enfermedades relacionados con el trabajo doméstico y familiar no se recogen

ni se previenen de manera sistemática. Desde la perspectiva de las mujeres

esto es muy importante, ya que son mucho más frecuentes en el sexo

femenino. El ámbito doméstico puede ser una fuente de exposición a

sustancias químicas peligrosas: por ejemplo, es conocida la relación entre el

trabajo de limpieza y el asma [1]. El trabajo doméstico implica también la

exposición a riesgos ergonómicos y psicosociales tales como los relacionados

con el cuidado de las personas con discapacidad que, además de un esfuerzo

físico y mental, a menudo supone una excesiva exigencia emocional.

Además de ser una fuente potencial de exposición a diferentes riesgos, el

trabajo es también uno de los ejes principales de la vida y de la identidad de

las personas; sin embargo, mientras que el trabajo remunerado es una fuente

de estatus, poder y oportunidades, el trabajo doméstico y familiar está

socialmente infravalorado. En este sentido se ha recalcado que, a la hora de

considerar los determinantes sociales de la salud de las mujeres, sería un

error olvidar las influencias que emanan de la sociedad más allá del puesto de

trabajo, como el patrón de poder y la subordinación en el hogar, ya que las

mujeres no tienen todavía el poder de obligar a los hombres a compartir el

trabajo doméstico y de cuidado (y no importa cuán alta sea la cualificación del

trabajo de la mujer). Tampoco se puede ignorar la manera en que la salud de

las mujeres continúa afectada por normas, creencias y modelos tradicionales

[2]. Asimismo, en los últimos tiempos se ha puesto de relieve la importancia

de considerar el tradicional rol de proveedor de recursos económicos en casa

de los hombres con el fin de comprender la influencia de las condiciones de

empleo tales como el trabajo temporal, los largos horarios de trabajo o el

desempleo en su salud [3].

La división sexual del trabajo está presente en todas las sociedades, de modo

que a los hombres y a las mujeres se les asignan diferentes funciones y

responsabilidades. Aunque la definición exacta de esta división varía entre las

sociedades, hay un alto grado de coherencia en el hecho de que las mujeres

18

Page 19: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

tienden a tener asignadas la responsabilidad del trabajo del hogar al tiempo

que los hombres tienen un papel primordial en el trabajo remunerado y como

sostén de la familia. En la rígida división sexual de la vida social, los hombres

tienen más poder y reconocimiento social, mientras que las mujeres son

relegadas a la invisibilidad y la falta de valor social. Desde un punto de vista

social, ambos proyectos han sido considerados legítimos al ser asumidos

como algo inevitable y apropiado, por lo que, durante siglos, la transición a la

vida adulta ha sido para los hombres el trabajo remunerado y productivo y,

para las mujeres, el matrimonio y la maternidad o el llamado trabajo

reproductivo. Pero el primer tipo de proyecto comporta independencia

económica y el pleno reconocimiento ciudadano, mientras que el segundo

implica la dependencia y una ciudadanía delegada. El objetivo de este artículo

es describir las diferencias de género en el impacto del trabajo doméstico y

familiar y en la salud. La división sexual del trabajo que asigna a las mujeres

el trabajo doméstico y familiar a las mujeres y a los hombres el papel de

sostén de la familia, es el punto de partida.

La división de género

La investigación de los determinantes sociales de la salud de las mujeres ha

estado dominada por un marco de roles que pone el énfasis en las mujeres

como amas de casa y madres y que considera el empleo femenino como una

función adicional. La mayoría de los estudios que adoptan este marco apoyan

la hipótesis de potenciación de rol según la cual las mujeres con más roles

(ama de casa y trabajadora) tienen un mejor estado de salud. Por ejemplo, es

ampliamente reconocido que el trabajo remunerado tiene un efecto

beneficioso sobre la salud de las mujeres ya que la mayoría de los estudios

observan que las empleadas tienen una mejor salud que aquellas que no lo

están [4]. El ambiente de trabajo puede ofrecer oportunidades para

desarrollar la autoestima y la confianza en la toma de decisiones, una red

social propia para personas que de otra manera estarían aisladas y

experiencias que mejoran la satisfacción con la vida [5]. Además, los ingresos

proporcionan a las mujeres independencia económica e incrementan su poder

en la unidad familiar.

En cambio, otros estudios apoyan la hipótesis de la sobrecarga de trabajo o de

conflicto entre diferentes roles, en el sentido de que cuando la carga de

trabajo total sea alta, es probable que la combinación de diferentes roles dañe

la salud de las mujeres. Una hipótesis que tiene en cuenta la influencia de la

clase social; por ejemplo, en un estudio realizado en Cataluña con una

muestra de trabajadores casados o que vivían en pareja, las exigencias

familiares medidas a través del tamaño de la unidad familiar estaban

relacionadas con una mala salud autopercibida, limitación crónica de la

actividad, sufrimiento de trastornos crónicos, menos actividad física en el

19

Page 20: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

tiempo libre y falta de sueño entre las trabajadoras de clases menos

favorecidas pero no entre las de clases privilegiadas ni entre los hombres [6].

Estos resultados se explican por la escasa participación de los hombres en el

trabajo doméstico y por la posibilidad de que las trabajadoras de las clases

más privilegiadas contraten a otras personas —casi siempre mujeres— con el

fin de reducir el trabajo doméstico y, por lo tanto, prevenir los efectos

negativos de la alta carga de trabajo en su salud. En consonancia con ello,

otro estudio halló que mientras entre los hombres la asociación entre la clase

social y la mala salud se explicaba por las condiciones de trabajo físicas y

psicosociales y por la inseguridad laboral, entre las mujeres, la asociación

entre la posición socioeconómica y la salud se explicaba por las condiciones

materiales del hogar y el tamaño de la unidad familiar [7].

Con el fin de compaginar trabajo y familia muchas mujeres trabajan a tiempo

parcial, pero esta opción también puede tener efectos negativos en su salud y

bienestar. Obviamente, este tipo de jornada no sirve de mucho para reducir

las desigualdades de género en términos de división sexual del trabajo. Por

otra parte, en Europa, los trabajos a tiempo parcial están confinados en una

gama más reducida de ocupaciones que los trabajos a tiempo completo y, por

lo general, tienen sueldos más bajos, son de menor cualificación (como las

ventas, la restauración y limpieza), más monótonos y con menores

oportunidades de promoción profesional [8]. La mayoría de los estudios

realizados en los Estados Unidos han demostrado que los trabajadores a

tiempo parcial normalmente ganan menos por hora que los trabajadores a

tiempo completo, incluso después de tener en cuenta la educación, la

experiencia y otros factores relevantes [9]. Un estudio llevado a cabo entre

las enfermeras del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido detectó que

cuando se impulsaron políticas de conciliación en los hospitales fueron

principalmente las mujeres las que se beneficiaron de ellas. Por el contrario,

fueron pocos los enfermeros que eligieron trabajar a tiempo parcial o de

forma flexible [10]. El estudio también ponía de manifiesto que el trabajo a

tiempo parcial y las interrupciones en la carrera —por lo general a causa de

los compromisos familiares— daban lugar a que las enfermeras estuvieran

detrás de sus colegas masculinos en términos de desarrollo profesional y de

perspectivas de promoción, mientras los responsables de recursos humanos

priorizaban la selección de hombres sobre las mujeres (en particular las que

trabajan a tiempo parcial). Las autoras concluían que las políticas amigables

de la familia debían dirigirse a ambos sexos y que las actitudes subyacentes

sobre el papel de los hombres en el cuidado de los hijos y la división sexual

del trabajo debían cambiar para que los dos sexos pudiesen competir en

igualdad de condiciones en el lugar de trabajo. Hasta que esto sucediera

—señalaban— los hombres seguirán avanzando en el desarrollo de sus

carreras de enfermería con mayor rapidez que las mujeres.

20

Page 21: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Roles domésticos y condiciones de empleo

Muchos estudios sobre la influencia de las exigencias familiares en la salud de

las mujeres no han considerado en su análisis la posible interacción con la

situación laboral, es decir, y por poner un ejemplo, no es lo mismo tener un

número de hijos/as para un ama de casa a tiempo completo que para una

mujer empleada. Por otra parte, el efecto de las exigencias familiares en la

salud puede ser diferente no sólo en función de la situación laboral, sino

también de la posición socioeconómica. Así, se ha documentado que entre las

mujeres casadas o que viven en pareja, el tamaño del hogar se asocia con mal

estado de salud en las menos cualificadas, pero no entre las amas de casa (no

importa su clase social) ni entre las mujeres cualificadas.

Aunque la investigación sobre el efecto de los roles familiares en la salud de

los hombres es escasa, los roles de los hombres en el hogar también influyen

en su salud y esta influencia debe ser entendida a través de la interacción

entre su papel tradicional de varón proveedor y su situación laboral. El

impacto del desempleo sobre la salud mental es un buen y muy conocido

ejemplo de dicha interacción [11]. Esta asociación puede estar mediada por el

contexto social donde viven los individuos, que en gran parte está

determinada por los roles familiares y de clase social. Por otra parte, el papel

de estos factores puede ser diferente según el género, ya que tienen

significados diferentes para hombres y mujeres. Un estudio sobre el impacto

de perder el empleo en el estado de salud mental llevado a cabo en la

población española confirmó este complejo entramado de interacciones [12].

El mayor impacto del desempleo sobre la salud mental de los hombres se

explicaba por el papel de sustentador económico principal del hogar y por la

clase social (muy superior en los trabajadores menos cualificados), mientras

que para las mujeres, el hecho de estar casada, y sobre todo de tener hijos/as,

actuaba como un amortiguador. Es interesante señalar que entre los

trabajadores y trabajadoras solteros el impacto del desempleo sobre la salud

mental fue similar. A partir de estos resultados, se puede inferir que el estar

casado o vivir en pareja puede ser una fuente de graves dificultades

económicas para los hombres desempleados de clases sociales más

desfavorecidas que por lo general asumen el papel de sostén de la familia y

son a menudo los únicos proveedores de recursos económicos en casa.

Además, debido a su baja participación en el trabajo doméstico y familiar, en

los hombres las responsabilidades familiares no pueden sustituir con éxito un

trabajo remunerado como una fuente alternativa del sentido de la vida. Por el

contrario, la mayoría de las mujeres españolas que tienen hijos y se

convierten en desempleadas suelen vivir con un hombre que es el sostén

principal de la familia y sus roles familiares podrían reemplazar los beneficios

que antes les proporcionaba el trabajo. Por tanto, es el papel tradicional de los

hombres como sustentadores económicos principales del hogar y no el menor

21

Page 22: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

compromiso de las mujeres con el trabajo remunerado el motivo del mayor

impacto del paro sobre la salud mental de los hombres.

Comprender la influencia de los contratos temporales en la salud psicológica y

social también requiere la consideración de las diferencias de género en los

roles familiares. Un estudio realizado en España documentaba que el efecto

de la contratación temporal sobre la salud mental fue mayor entre los grupos

menos privilegiados y con más dificultades de empleabilidad (mujeres y

varones trabajadores manuales), y que el impacto sobre dos indicadores de

transición a la vida adulta, el vivir con una pareja o tener hijos (dos

indicadores de la salud social), fue más pronunciado entre los hombres, sin

importar su clase social [13]. En la mayoría de los países, que los hombres

tengan un trabajo es un factor importante para decidir casarse o convivir con

una pareja y/o tener hijos/as. Y en los países con un modelo de sostén

masculino de la familia, el trabajo fijo y a tiempo completo para los hombres

se considera necesario a fin de consolidar la base financiera considerada

como necesaria para estas transiciones a la vida adulta.

El tiempo de trabajo y su relación con el estado de salud también está

mediada por los roles familiares. De acuerdo con una división de género

según la cual las mujeres son responsables del trabajo doméstico y familiar y

los hombres asumen el papel de sostén de la familia, vivir con hijos/as se

relaciona con el trabajo a tiempo parcial entre las mujeres, mientras que entre

los hombres se relaciona con un aumento en las horas de trabajo para

aumentar los ingresos familiares.

Se ha mencionado que el trabajo a tiempo parcial, que es mucho más

frecuente entre las mujeres, se asocia con peores condiciones de trabajo y de

empleo. Por otro lado, el número de estudios sobre la relación entre los largos

horarios de trabajo y diferentes dimensiones de la salud sigue siendo bajo y

los resultados son a menudo contradictorios. Sin embargo, de nuevo, parece

evidente que esta relación debe entenderse a partir de la interacción con los

papeles familiares. Estudios recientes que examinan la relación entre los

largos horarios de trabajo (trabajo de 40 a 60 horas a la semana) y una

variedad de indicadores de salud entre los trabajadores españoles

encontraron una asociación consistente con seis indicadores: mal estado de

salud mental, hipertensión, insatisfacción laboral, tabaquismo, sedentarismo

en el tiempo libre y dormir seis horas o menos al día, sólo entre las mujeres

separadas y en los hombres casados o separados [14]. Los autores explicaron

sus hallazgos a través de una posible asociación entre largos horarios de

trabajo y dificultades económicas de la familia entre los sustentadores

económicos principales del hogar. El carácter obligatorio de los largos horarios

de trabajo debido a las dificultades económicas de la familia entre las

22

Page 23: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

personas que tienen el rol de proveedor principal del hogar podría explicar la

relación. La presión para trabajar más horas con el fin de aumentar los

ingresos y/o la aceptación de malas condiciones de trabajo, siendo una de

ellas los largos horarios de trabajo, debido al temor de perder el empleo en

una situación de vulnerabilidad económica, pueden ser algunas de las razones

que explican este patrón consistente de asociación de largas horas de trabajo

con diferentes indicadores de salud en algunos grupos definidos por su estado

civil o de convivencia.

Buscando un nuevo enfoque

La prevención de los posibles efectos perjudiciales del trabajo sobre la salud

requiere ampliar las actuales políticas de salud laboral centradas en el trabajo

remunerado y en la consideración del trabajo como una fuente potencial de

exposición a la seguridad, higiene, ergonomía y riesgos psicosociales. El

impacto del trabajo sobre la salud también incluye los riesgos del entorno

doméstico, así como los derivados de la división sexual del trabajo y del hecho

de que el trabajo es, además, una fuente de estatus, poder y oportunidades y,

como tal, un factor determinante de las desigualdades sociales en salud. En

cuanto a la esfera doméstica, la división sexual del trabajo dicta para las

mujeres una responsabilidad principal en las tareas domésticas y de crianza y

para los hombres el papel de sostén de la familia. Ambos roles pueden tener

efectos perjudiciales sobre la salud, donde la clase social es un factor clave, y

generar desigualdades de género en la salud.

Para este nuevo enfoque son necesarios cambios en los sistemas de

información de salud laboral, en las políticas de salud laboral y en los

programas de formación e investigación. En relación con los sistemas de

información de salud laboral, las encuestas de condiciones de trabajo

nacionales y europeas deben incluir más preguntas sobre las características

de la familia, no sólo con el fin de examinar la influencia de la compaginación

de vida laboral y familiar en la salud, sino también para comprender el

impacto de las condiciones de empleo en el estado de salud a través de la

interacción con los roles familiares en ambos sexos.

Parece claro que, en este marco más amplio, las políticas tradicionales de

salud laboral centradas en la prevención de riesgos laborales y basadas en los

servicios de prevención de riesgos laborales de las empresas y los

departamentos de seguridad de los ministerios de Trabajo son insuficientes.

La salud laboral debe ser puesta en la agenda de los gobiernos, sobre todo en

lo que se refiere a las políticas de equidad y al mercado laboral; y las políticas

económicas deberían tener en cuenta el impacto de las decisiones políticas en

estas áreas sobre la salud de los trabajadores y trabajadoras.

23

Page 24: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

La formación e investigación en materia de salud laboral deben ser

coherentes con este marco más amplio que integra el trabajo remunerado y el

no pagado; deben considerar la influencia del trabajo más allá de la

exposición a los riesgos de trabajo y poner la división sexual del trabajo y las

desigualdades en la salud relacionadas con el trabajo en el centro de este

nuevo enfoque.

Notas

[1] Medina-Ramón M., Zock J. P., Kogevinas J. P. et al., "Asthma symptoms in women

employed in domestic cleaning: a community based study", en Thorax (2003), 58: 950-954.

[2] Bartley M., "Measuring women’s social position: the importance of theory", en Journal of

Epidemiology and Community Health (1999), 53: 601-602.

[3] Artazcoz L., Borrell C., Cortès I., Escribà-Agüir V., Cascant L., "Occupational epidemiology

and work-related inequalities in health: a gender perspective for two complementary

approaches to work and health research", en Journal of Epidemiology and Community Health

(2007), 61 Suppl 2: ii39-45.

[4] Nathanson C. A., "Illness and the feminine role: a theoretical review", en Social Science &

Medicine (1975), 9: 57-62.

Artazcoz L., Borrell C., Benach J., Cortès I., Rohlfs I., "Women, family demands and health: the

importance of employment status and socio-economic position", en Social Science & Medicine

(2004), 59: 263-274.

[5] Sorensen G., Verbrugge L. M., "Women, work, and health", en Annual Review of Public

Health (1987), 8: 25-51.

[6] Artazcoz L., Borrell C., Benach J. «Gender inequalities in health among workers: the

relation with family demands», en Journal Epidemiology and Community Health (2001), 55:

639-647.

[7] Borrell C., Muntaner C., Benach J., Artazcoz L., "Social class and self-perceived health

status among men and women: what is the role of work organization, household material

standards and household labour", en Social Science & Medicine (2004), 58: 1.869-1.887.

24

Page 25: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

[8] Fagan C., Burchell B., Gender, jobs and working conditions in the European Union,

Luxembourg: Office for Official Publications of the European Communities, 2002.

[9] Kalleberg A. L., "Non-standard employment relations: part-time, temporary and contract

work", en Annual Review of Sociology (2000), 26: 341-365.

[10] Whittock M., Edwards C., McLaren S., Robinson O., "‘The tender trap’: gender, part-time

nursing and the effects of ‘family-friendly’ policies on career advancement", en Sociology of

Health & Illness (2002), 24: 305-326.

[11] Janlert U., "Unemployment as a disease and diseases of the un-employed", en

Scandinavian Journal of Work, Environment & Health (1997), 23 (suppl. 3): 79-83.

[12] Artazcoz L., Benach J., Borrell C., Cortès I., "Unemployment and mental health:

Understanding the interactions among gender, family roles, and social class", en American

Journal of Public Health (2004), 94: 82-88.

[13] Artazcoz L., Benach J., Borrell C. et al., "Social inequalities in the impact of flexible

employment on different domains of psychosocial health", en Journal of Epidemiology and

Community Health (2005), 59: 761-767.

[14] Artazcoz L., Cortès I., Borrell C., Escribà-Agüir V., Cascant L., "Gender perspective in the

analysis of the relationship between long workhours, health and health-related behaviour", en

Scandinavian Journal of Work, Environment & Health (2007), 33: 344-350; y también: Artazcoz

L., Cortès I., Escribà-Agüir V., Cascant L, Villegas R., "Understanding the relationship of long

working hours with health status and health-related behaviours", en Journal of Epidemiology

and Community Health (2009), 63: 521-527.

[Lucía Artazcoz es directora del Institut de Serveis a la Comunitat de

la Agència de Salut Pública de Barcelona y profesora de la

Universidad Johns Hopkins de Baltimore (Estados Unidos)]

30/5/2012

25

Page 26: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Cuaderno de depresión: 10

Albert Recio Andreu

Bankia: un fracaso sistémico

I

La crisis de Bankia, como a su escala lo fue la de Lehman Brothers, representa

un importante salto cuantitativo en nuestra particular crisis local. El plan de

salvación diseñado por el Gobierno aumenta en un 17,5% la ayuda pública al

sector financiero (avales, compra de activos y ayudas directas) y supone más

de la mitad de todas las ayudas directas realizadas hasta ahora al sector

bancario. Representa nada menos que la quiebra encubierta de la tercera

entidad financiera del país. Y, al poner al descubierto el entramado contable

con el que se había sostenido la ficción de la solidez de la banca española,

obliga a ponerse en alerta sobre el conjunto del sistema. Al fin y al cabo, las

auditoras que habían certificado su salud y la inspección del Banco de España

y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores que las había dado por

buenas, son las mismas entidades que han supervisado todo el sistema. No

hay ninguna seguridad en cuanto a que también hayan fallado en otros casos.

Más que un fracaso local, el crac de Bankia constituye un fracaso sistémico

del modelo de regulación financiera.

II

El caso de Bankia es ejemplar no sólo por su magnitud, sino también por el

proceso al que se ha llegado. El conglomerado Bankia-Banco de Finanzas y

Ahorro se constituyó como parte del saneamiento del sistema financiero

español (y también, en parte, con la voluntad de crear un gran grupo

financiero directamente controlado por el Partido Popular). Se sabía desde el

principio que las cajas más importantes que se plantearon la fusión

(Cajamadrid y Bancaja, y su filial Banco de Valencia) estaban entre las más

endeudadas del país. Cosa por otra parte esperable al tratarse de dos de las

entidades que más habían financiado la burbuja inmobiliaria (aunque no

estaban solas; otras entidades igualmente en apuros como Catalunya Caixa,

la CAM o las cajas gallegas habían seguido una trayectoria parecida).

Cualquier regulador sensato habría reforzado los controles y realizado una

evaluación de máximo rigor antes de favorecer una fusión que convertía al

nuevo grupo en una bomba de relojería potencial para el conjunto de la

economía, y antes de autorizarle su salida a bolsa. No parece que nada de ello

se hiciera en su momento, y ahora se descubre de repente que el agujero es

26

Page 27: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

cinco veces superior al inicial (y algunos analistas piensan que se puede

duplicar); una buena muestra de la capacidad creativa de la contabilidad en

tiempos neoliberales para enmarañar la evaluación de riesgos y situaciones

empresariales. El proceso de fusión y la posterior salida a bolsa eran dos

buenos momentos para chequear en serio su salud. O hubo una dejación de

control, o simplemente se prefirió crear una entidad suficientemente grande

para no dejarla caer.

III

La historia reciente de Bankia (y de sus cajas creadoras) deja ya muchas

victimas. En primer lugar, todos aquellos que han resultado afectados por una

burbuja inmobiliaria en la que los bancos jugaron un papel central. No sólo

como financiadores de dicha burbuja sino como creadores de la misma, al dar

por buenas unas tasaciones totalmente disparatadas sobre las que se

montaba todo el sistema de crédito (en el caso de Cajamadrid contaba

directamente con su propia tasadora, Tasamadrid, vendida a principios de

este año). Unas víctimas que, cuando no han podido pagar, han padecido el

doble sufrimiento del desahucio y la retasación a la baja de la vivienda,

dejándoles una deuda impagable. En segundo lugar, todos aquellos pequeños

ahorradores que fueron finalmente estafados con la colocación de títulos

preferentes y acciones, y que ahora ven sus inversiones convertidas en papel

mojado. Y, en tercer lugar, el conjunto de la población, que ahora deberá

soportar el impacto de la nacionalización de la deuda, nada menos que un 2%

del PIB (que puede ser un 4% si al final se materializan las peores

expectativas), algo que por sí solo añade casi un 33% al plan de ajuste de

cuatro años anunciado por el Gobierno, y que se puede complicar aún más en

temas como la prima de riesgo, las nuevas exigencias de los socios

comunitarios, etc. En toda esta historia hay víctimas individuales y colectivas.

IV

Bankia y todos los que han favorecido el proyecto son responsables de un

daño privado y de un daño colectivo. Deberían ser objeto de un

procesamiento judicial y una condena, aunque no parece que las leyes

actuales vayan a facilitarlo. Ya se sabe que los grandes delitos económicos

están mal definidos jurídicamente, son difíciles de probar y tienden a

enmarañarse en el complejo sistema procesal. De lo que no se les debe eximir

es de su responsabilidad política. Tanto a los gestores de las cajas y los

bancos quebrados como a los responsables de las instituciones reguladoras.

¿Cómo puede explicarse que el gobernador del Banco de España, siempre tan

preocupado por denunciar los privilegios de los trabajadores corrientes, no

hiciera nada para cortar de raíz los elevados emolumentos, los contratos

blindados y las generosas dotaciones a planes de pensiones que se

27

Page 28: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

autoconcedieron Rodrigo Rato y sus muchachos? No hace más de un mes que

el propio Banco de España autorizó, con algún recorte, un nuevo plan de

“bonus” para setenta altos directivos. ¿Es que en ese momento aún estaba en

la inopia?

Las víctimas, privadas y públicas, tenemos todo el derecho a abrir todos los

procesos judiciales posibles contra estos responsables. Y a encararnos con los

que tratan de encubrirlos. La nómina de responsables es larga. En primer

lugar, los consejeros y directivos de las cajas y del nuevo grupo Bankia, y

también muchas personas ligadas a los partidos, mayoritariamente del PP,

dado el poder que el mismo tenía en varias de las regiones de las cajas de

origen (Madrid, País Valencià, Castilla-León, la Rioja, Canarias), pero no

exclusivamente, como alguna lista incompleta de consejeros que circula por la

red parece indicar. En Bankia también tenía representación el PSOE, de la

mano de Virgilio Zapatero, e Izquierda Unida, con la presencia de Antonio

Moral Santín, catedrático de Economía, y con una larga trayectoria como

representante “de izquierdas” en Cajamadrid (y durante un tiempo también

en Telemadrid). Son evidentes las relaciones de la gente del PP, y hasta del

PSOE, con los poderes financieros (varios de ellos incluyen en su currículum

haber trabajado en “prestigiosos” grupos financieros como Goldman Sachs,

Merrill Lynch, etc., incluida la presidencia de Rato en el FMI). Pero desde la

izquierda tenemos también el deber de exigir responsabilidades de alguien

que sólo podía justificar que estaba allí para evitar los desmanes de las

finanzas. Y por esto considero que Moral Santín y el sector de Izquierda Unida

que lo avaló deben asumir sus responsabilidades. En segundo lugar, las

empresas auditoras que dieron por buenas cuentas falseadas, una situación

que se repite en cada gran crisis empresarial, al menos desde la quiebra de

Enron. Y en tercer lugar, pero de forma relevante, los responsables del Banco

de España, de la CNMV y de los gobiernos que han permitido una actuación

dolosa o insensata que al final ha generado un enorme coste social.

Todos ellos deberían pagar judicial, económica y políticamente, aunque

seguramente va a ser difícil llevarlo a cabo.

V

Juzgar a los responsables es justo pero no impide el mal. Es hora de plantear

propuestas en dos sentidos: minimizar daños y exigir reformas. A la hora de

evaluar los daños hay que ser realistas —algunos son ya inevitables—, así que

de lo que se trata es de minimizar sus efectos y hacer que sean justos. En

este sentido, considero que no deben tener el mismo nivel de protección los

impositores de ahorros que los accionistas del banco. Vale la pena subrayarlo

porque ya ha ocurrido en el Banco de Valencia: hay que impedir que con la

coartada de preservar a los accionistas se tolere una nueva variante de

28

Page 29: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

contabilidad creativa que reproduzca la situación. De la misma forma que el

saneamiento de las inversiones inmobiliarias debe permitir la creación de un

verdadero parque público de vivienda que permita empezar a resolver otro de

los grandes estropicios de la gestión neoliberal.

En el campo de las reformas, es evidente que hay que plantearse una

regulación a fondo del sistema financiero. Una posibilidad es la de construir

una banca pública a partir de los restos del naufragio (Bankia, Catalunya

Caixa, etc.), pero en esto no podemos ser cautos. Este país tiene una

larguísima tradición de endilgar “muertos” económicos al sector público que

tienden a “resucitar” y ser privatizados una vez saneados. Lo público puede

ser una condición necesaria pero no suficiente (de hecho, las cajas fallidas

eran de titularidad pública); tan importante como establecer la propiedad es

fijar los criterios y pautas de actuación de una entidad financiera pública. Y

seguramente ello requiere también un cambio profundo en toda la regulación

del sistema financiero, en el papel de la regulación público-privada que ha

constituido una parte sustancial de todo el desastre.

La economía de la autorregulación financiera y las instituciones dirigidas por

expertos nos han llevado hasta aquí, y para darles el patadón hacen falta

ideas y fuerza. Una campaña para exigir responsabilidades debe servir para

desarrollar ambas cosas, incluso para tipificar comportamientos delictivos

mucho más peligrosos para la colectividad que los pequeños hurtos, que tanta

alarma social generan.

No te preocupes del corralito, preocúpate de tus derechos

I

Anda el personal preocupado por la amenaza del “corralito”. Hace al menos

un año que circula por doquier la amenaza inminente de un cierre de cajas. El

escándalo de las preferentes y el batacazo de Bankia no han hecho sino

reforzar la propagación del rumor. Muchas personas cercanas, la mayoría

gente de izquierdas, activa, me han expresado abiertamente sus temores.

Que un ministro del actual Gobierno haya negado tal posibilidad no ha hecho

sino hinchar las velas del rumor, puesto que entre las características básicas

de este Gobierno está el llevar a la práctica aquello que dice que nunca hará.

Pero en este caso estimo que las posibilidades del corralito son, a corto plazo,

bajas.

Los cierres de oficinas bancarias tienen lugar para evitar que una salida

masiva de dinero provoque la quiebra bancaria. Para evitar que estos pánicos

colectivos conduzcan a la aplicación reiterada de esta medida se crearon los

bancos centrales, que actúan como financiadores en última instancia de los

29

Page 30: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

bancos y que habitualmente les conceden una liquidez casi ilimitada para

evitar problemas de caja a corto plazo. Cuando el problema se ha concentrado

en el banco, la respuesta es conocida: se ha cerrado por un corto periodo, se

ha intervenido el banco, se han garantizado los depósitos de la mayoría de la

gente y, al poco tiempo (uno o dos días), el banco ha vuelto a operar. Ésta es

la pauta que ha tenido lugar en nuestro país desde la crisis de los años

ochenta, desde el caso Banesto hasta las crisis bancarias actuales (Cajasur,

Banco de Valencia, CAM…). Un cierre generalizado de oficinas bancarias sólo

ocurre en caso de un colapso general. Un colapso que está asociado a la

inminencia de un cambio económico radical.

En la mayoría de los casos, este colapso está asociado a la salida de los

ahorros hacia otros mercados financieros más seguros. Éste fue el caso de

Argentina bajo el régimen de la paridad peso-dólar. Cuando mucha gente se

convenció de que esta paridad no era sostenible, de que el peso acabaría por

devaluarse frente al dólar, la respuesta fue una salida masiva de pesos para

convertirlos automáticamente en dólares y colocarlos fuera del país. Como el

proceso afectaba a todos los bancos, no hubo otra posibilidad de frenar la

sangría que cortar el flujo. En España esta situación podría darse en el

supuesto de una salida inminente del euro (en parte es lo que ocurre en

Grecia), y la evidente devaluación de la nueva moneda seguramente

generaría una salida masiva de ahorros que provocaría el colapso del sistema.

Quizá si Grecia sale del euro se produciría un fenómeno parecido que podría

asolar gran parte del sistema financiero europeo. Por esto me parece que, en

las altas esferas europeas, nadie está demasiado convencido de que lo mejor

sea expulsar a Grecia del euro. Más bien tengo la sensación de que se está

jugando una partida de póquer con Grecia para que acepte un ajuste más o

menos duro. Una partida en la que la mejor baza griega es posiblemente la

del probable efecto devastador que tendría para el resto su salida (es la baza

que parece haber entendido Syriza cuando, en lugar de la salida —que sin

duda tendría un elevado coste para la población griega—, propone la

renegociación de los acuerdos y el cambio de las políticas).

Bueno, existe otra posibilidad de que finalmente el sistema se derrumbe:

simplemente, que el rumor del corralito alcance tanta fuerza que provoque

una salida tan masiva de depósitos que las inyecciones de liquidez del Banco

Central Europeo resulten insuficientes. En favor de esta estampida han

colaborado los propios bancos y cajas con el tema de las preferentes o el

fiasco de las salidas a bolsa. Pero vale la pena señalar que dicha estampida

puede acabar en un desastre colectivo. Los comportamientos individuales

dominados por el cálculo egoísta o por el miedo suelen provocar más efectos

negativos indeseados o impredecibles que otra cosa (el viejo tema de la

“falacia de la composición”), y corremos el riesgo de que, una vez más, los

rumores y los miedos adelanten la generación de un desastre incierto.

30

Page 31: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

II

Este miedo respecto del futuro de nuestros ahorros es comprensible. Una

buena parte de las decisiones de ahorro tienen que ver con motivos de

seguridad (de hecho, hay alguna evidencia empírica de que la avaricia y el

egoísmo predominan en personas con poca seguridad personal). Y se entiende

por tanto que, si peligran, se diluya nuestra esfera de seguridad. Pero para la

mayoría de las personas los ahorros significan una red de seguridad muy

liviana. Basta con hacer el cálculo de en cuántos meses agotaríamos nuestros

ahorros si sólo contáramos con ellos como ingresos. O, en el caso de personas

de edad avanzada, cuánto tiempo pueden comprar servicios de cuidados con

sus ahorros.

Sin negar su carácter de seguro, resulta evidente que nuestro verdadero

colchón vital no son los ahorros, sino las fuentes de renta permanente

(salarios y pensiones) y las provisiones públicas que nos permiten acceder a

servicios básicos (sanidad, educación, dependencia, cultura, etc.). Son estas

fuentes de seguridad básica las que están mas cuestionadas por las reformas

y las políticas actuales. Las que deberían concitar nuestra atención, puesto

que si estos derechos sociales acaban por caer, nuestros ahorros van a

resultar, en la mayoría de los casos, totalmente insuficientes para

garantizarnos condiciones de vida realmente dignas. Evitar la demolición de

derechos sociales, la reducción sustancial de los salarios y las pensiones,

constituye el elemento básico de defensa de nuestra seguridad económica.

Defenderlos, potenciar reformas que los refuercen es la mejor vía para evitar,

también, el colapso financiero. La prueba es que la aplicación de políticas de

austeridad, teóricamente diseñadas para restablecer la confianza y la

fiabilidad del sistema financiero, simplemente ha contribuido a agravar una

situación económica dramática.

Cuando hay un grave peligro se aconseja mantener la cabeza fría. El corralito

acabará siendo inevitable si actuamos en manada en respuesta al miedo y a

los rumores. Lo que necesitamos es un cambio de rumbo económico, de

políticas. Y ello sólo será posible si exigimos una verdadera seguridad

económica, basada en buenas instituciones que garanticen derechos y rentas,

que posibiliten una economía sostenible a largo plazo, en el plano económico,

ambiental y social. Mientras nos obsesione el corralito no vamos a ser capaces

de pensar y actuar a favor de otro tipo de salidas. Nuestro miedo es el mejor

aliado del desastre y de sus beneficiarios.

30/5/2012

31

Page 32: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Han roto la baraja

Joaquim Sempere

La oligarquía del dinero ha roto la baraja. En la periferia de Europa está

teniendo lugar una ruptura del pacto social que había hecho posibles unos

decenios de prosperidad y de derechos sociales.

Esa ruptura está siendo unilateral. Si algo ha caracterizado este largo periodo

ha sido la docilidad y el sometimiento político de la clase obrera y las clases

populares en general. No sólo las resistencias laborales, sindicales y políticas

han sido moderadas, sino que, además, se ha producido un ascenso de la

cultura individualista posesiva propia del capitalismo. En todo caso, lo que ha

envalentonado a los líderes de la derecha ha sido no sólo la resignación del

grueso de la clase obrera, sino también constatar que los proyectos

alternativos de sociedad son débiles, que las clases populares han asumido

ampliamente los valores de la competición de todos contra todos y del culto al

dinero y al lujo.

Hoy la población española, como la de otros países-víctima, está aún en

estado de shock. No tiene voluntad ni fuerza para contraatacar. Pero está en

condiciones óptimas para comprender qué está pasando y quiénes son los

culpables. La izquierda debe aprovechar esta circunstancia para tratar de

construir esa voluntad y esa fuerza, y preparar una contraofensiva de cara al

futuro para recuperar —tan pronto como sea posible— los derechos laborales

y sociales, los niveles de protección y de prestaciones educativas y sanitarias

alcanzados anteriormente. Nadie puede saber hoy si la mayoría estará

dispuesta mañana a pelear por sus derechos, pero hay oportunidades que no

pueden dejarse escapar, y la de hoy es una de ellas.

Los bancos están extorsionando las arcas públicas y ahondando la catástrofe

social. Se cierran empresas, crece el paro, se multiplican los desahucios, se

reducen las prestaciones educativas y sanitarias. Crece hasta extremos

inauditos la inseguridad y la precariedad. Hay que detener esta sangría: la

población necesita garantías de seguridad. Para ello hay que reorganizar el

sistema de crédito sobre bases enteramente nuevas: una banca pública sin

afán de lucro (como fueron en otros momentos las cajas de ahorro), y

limitaciones que impidan la especulación y la manipulación de los depósitos

para fines ajenos a los de un sistema de crédito normal.

No se puede soportar el espectáculo denigrante de magnates de las finanzas

con ingresos multimillonarios mientras la inseguridad económica y la pobreza

se extienden por doquier. Hay que tipificar con más rigor los delitos

32

Page 33: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

económicos para impedir la malversación tanto de dineros públicos como

privados. Deben construirse mecanismos independientes y profesionalizados

de control y auditoría. Los culpables de los desastres económico, presentes y

futuros, deben dar con sus huesos en la cárcel.

Hay que evitar que la cólera ascendente en España y en otros países europeos

se desinfle y cunda un sentimiento de impotencia. La ciudadanía, para poder

traducir en acción positiva su malestar, debe recibir mensajes claros y veraces

sobre lo que ocurre y cómo salir del atasco. Hacen falta unas líneas maestras

que permitan responder a las inquietudes de la gente con objetivos nítidos y

factibles: 1) que se recuperen los derechos suprimidos; 2) que paguen los

culpables; 3) que se transforme el sistema bancario para que no puedan

repetirse catástrofes sociales como la que estamos viviendo; 4) que los

representantes del pueblo se doten de la capacidad para regular y controlar el

poder del gran capital, es decir, que la democracia prevalezca sobre la

dictadura del dinero; 5) que la UE sea una Europa de los pueblos capaz de

asegurar unas salvaguardas mínimas frente al saqueo impune de la riqueza

de todos por parte de una ínfima minoría oligárquica. Para triunfar se requiere

una estrategia supranacional.

Todo esto requiere una revolución en la forma de hacer política. La izquierda

transformadora debe dotarse de un perfil propio, diferenciándose de manera

visible de una casta política adicta a la corrupción y al servilismo hacia los

superricos. Se necesitan también controles más estrictos de la actividad

política. Habría que reducir drásticamente los gastos inútiles de tanto aparato

partidista y de unas campañas electorales de carácter más circense que

político: los partidos deberían funcionar por ley con unos presupuestos de la

máxima austeridad para no depender de la banca ni del gran capital, y con

limitaciones explícitas en su financiamiento. Además, hay que hacer desde la

izquierda una política europea, desarrollando los poderes del parlamento

europeo, reforzando la unidad política y reformando los estatutos del Banco

Central Europeo.

Si de algo positivo habrá servido la actual crisis es que nos obliga a

plantearnos seriamente la posibilidad de vernos forzados a renunciar a

algunas comodidades a que nos ha acostumbrado el consumismo. En un

futuro no lejano deberemos afrontar probablemente, con la crisis energética

que se nos viene inexorablemente encima, situaciones de escasez sin

precedentes. La experiencia del actual desastre ha de servirnos para anticipar

las previsibles situaciones difíciles del futuro sin dejarnos tomar el pelo. Ha de

enseñarnos a gobernar la austeridad futura con nuestros criterios y nuestras

prioridades, y a no dejarnos imponer los criterios y las prioridades antisociales

de la oligarquía del dinero. Esto significa introducir en la sociedad los cambios

estructurales necesarios para sustraer el poder de manos del gran capital,

33

Page 34: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

recomponer un sector público de la economía mediante las expropiaciones

necesarias, y en particular una banca pública, establecer las

reglamentaciones necesarias y priorizar las necesidades básicas de todo el

mundo, establecer reglas estrictas para que no se juegue con el dinero y con

los ahorros de la gente, implantar un sistema tributario realmente progresivo

que reequilibre las rentas, asegurar el pleno empleo, etc. En estos momentos

es prioritario salir de la recesión y crear puestos de trabajo.

Sería un error pensar que se puede seguir haciendo política como hasta

ahora. Ellos han roto la baraja y las cosas ya no son como antes. Al término de

la segunda guerra mundial, el gran capital había hecho concesiones en

materia de derechos laborales y sociales, presión fiscal y protección social,

pero sólo a cambio de no soltar el control de los mecanismos fundamentales

del poder. La actual ruptura del pacto social muestra que el poder básico

continuaba en sus manos, y que no nos libraremos de la amenaza de

catástrofe permanente si no nos planteamos acabar con ese poder. Ellos han

liquidado unos logros de bienestar y confort vital que son técnica y

económicamente viables si se administran bien las cosas y no se deja barra

libre a la locura especulativa, a los lujos públicos y privados, a las autopistas

que van vacías y a los aeropuertos sin aviones. Están liquidando la

democracia reforzando la panoplia represiva contra los movimientos de

protesta y controlando más estrechamente la televisión pública, después de

un largo proceso de liquidación de los medios más independientes mediante

la concentración mediática en manos de unos pocos grupos de poder

reaccionarios. Hemos sido espectadores impotentes de todos estos y otros

muchos estragos y muchos de nosotros no queremos seguir pagando los

platos rotos. La acción política debe cambiar radicalmente de tono y de

rumbo. Los políticos deben ser emplazados a decir —y a demostrarlo con

hechos— si están con el pueblo o con la oligarquía del dinero. Esta debería ser

la principal línea divisoria de la política en los tiempos que vienen.

La izquierda transformadora debe tomar la iniciativa y plantearse sus futuras

alianzas en base a un programa radical que gire en torno a esta línea

divisoria. Participando en todos los foros de diálogo y de acción, debe

favorecer la implicación política permanente de los miles y miles de personas

que han despertado y seguirán despertando a la sensibilización política

gracias al movimiento del 15-M y a las nutridas movilizaciones de las últimas

semanas contra los recortes. El objetivo ha de ser convertir la cólera en

voluntad serena pero firme de transformación social y política hasta lograr

estructuras político-sociales democráticas y antioligárquicas.

29/5/2012

34

Page 35: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

La ciudadanía indignada es el comienzo de la solución

Antonio Antón

La participación popular en las manifestaciones convocadas por el movimiento

15-M el pasado 12 de mayo, junto con las movilizaciones y procesos

deliberativos anteriores y posteriores, han demostrado la persistencia de una

amplia ciudadanía activa. Han participado varias decenas de miles en Madrid

y en Barcelona, así como en el conjunto de más de cincuenta ciudades de

todo el Estado. Una presencia menor y simbólica ha sido la de otras capitales

europeas. Los motivos de hace un año para expresar indignación siguen

vigentes y se han reforzado: oposición a las consecuencias injustas de la crisis

económica y los recortes sociales; crítica a los mercados financieros y los

gestores institucionales dominantes como responsables de una política

regresiva; exigencias de cambios socioeconómicos y mayor y mejor

democracia, con estímulo de la participación cívica y democrática.

Esa amplia indignación ciudadana se ha expresado en el ámbito público y se

ha convertido en una masiva participación cívica y pacífica frente a una

gestión política antisocial. Una idea de fondo que subyace en esa movilización

progresista es que primero están la sociedad, las personas, y, sometidas a esa

voluntad ciudadana, después deberían estar las instituciones políticas y

económicas, particularmente los mercados financieros. Es una posición

nítidamente democrática, de reafirmación de la soberanía popular para desde

ella definir las políticas y los proyectos de la sociedad, frente al imperio del

beneficio privado que dictan las leyes económicas liberales y las élites

poderosas.

Una forma de expresar el alcance de ese protagonismo de la ciudadanía es el

lema (traducido) de la manifestación de Barcelona: “El pueblo somos la

solución”. Su contenido, recogido en el título de este artículo, sirve para

comentar el doble significado de estas resistencias ciudadanas. Por un lado,

en el plano social, como conformación de una amplia conciencia social crítica,

una participación masiva, democrática y cívica; es la palanca para generar

una dinámica de cambio sociopolítico y relaciones sociales, frente a la

resignación y el fatalismo. Su orientación es frenar la involución social y

condicionar una gestión más equitativa de la crisis económica. Así, por otro

lado, en el plano programático, esa movilización popular se guía y

complementa con propuestas concretas y alternativas más generales de

transformación progresista, económica, política y social. Estas respuestas

ciudadanas constituyen un paso clave para la conformación de una alternativa

distinta en la actual encrucijada.

35

Page 36: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

El movimiento 15-M sigue contando con una gran legitimidad social

Veamos, en primer lugar, el alcance de estas movilizaciones y su legitimidad.

El movimiento 15-M ha sido cauce de expresión de la indignación ciudadana.

Ha combinado grandes manifestaciones de protesta y exigencia de cambios

(15-M, 19-J, 15-O y, ahora, 12-M) con actividades locales y reivindicativas

descentralizadas y procesos deliberativos asamblearios y en las redes

sociales. Se pueden distinguir tres niveles de intensidad en esa vinculación:

un primer nivel de unos pocos miles de activistas más comprometidos y

persistentes; un segundo nivel de una ciudadanía activa, personas

participantes, sobre todo, en las masivas formas colectivas de expresión

popular, que se puede cifrar en varios centenares de miles; un tercer nivel,

ciudadanía indignada o descontenta, en torno a dos tercios de la población,

que simpatiza de alguna manera con los objetivos y las acciones de ese

movimiento.

El movimiento 15-M, en sentido estricto o de articulación permanente, lo

conforman los grupos de activistas. Desde algunos de sus sectores más

activos a veces se identifica sólo con ese nivel, o se asimila al resto con el

mismo. En sentido contrario, en algunos ámbitos mediáticos suelen referirse

sólo a esta parte más organizada para intentar estigmatizarlo como

minoritario o radical. Pero, el movimiento 15-M, en un sentido amplio, también

lo conforma esa ciudadanía activa que ha participado en sus grandes

manifestaciones y apoya expresamente sus iniciativas y objetivos generales.

Durante los últimos meses, desde octubre pasado hasta esta mitad de mayo,

los grupos de activistas han realizado un arduo y prolongado trabajo de

inserción, vinculación y revitalización del tejido asociativo en barrios y pueblos

y promovido numerosas actividades locales. Ante la ausencia, en estos meses,

de una gran movilización general y expresiva y los límites en la capacidad

reivindicativa, ha aparecido la incógnita de la posible desaparición de este

movimiento social, o bien, su reducción a la parte más activista, aventurando

la desactivación de esa ciudadanía activa y su aislamiento de la comprensión

y la simpatía de esa amplia base popular indignada. El resultado de estas

movilizaciones de mayo ha sido positivo, y ha demostrado, a pesar de las

dificultades, la continuidad del movimiento y la vinculación de los tres niveles

de la ciudadanía.

La participación masiva y la simpatía explícita de la mayoría de la sociedad

han confirmado la legitimidad de este movimiento social, así como su

importancia para expresar unas aspiraciones populares y juveniles de cambio

socioeconómico y político y condicionar la dinámica sociopolítica, desde el

fortalecimiento de la participación democrática y pacífica de una ciudadanía

activa. Ante la persistencia de los problemas que lo originaron siguen vigentes

sus objetivos generales y su tipo de expresión colectiva. Y así lo percibe la

36

Page 37: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

mayoría social.

Efectivamente, según la encuesta de opinión de Metroscopia (El País,

13-5-2012), realizada unos días antes, más de dos tercios de la población

(68%) asegura que tienen razón en las cosas que dicen y por las que

protestan, y más de la mitad considera que es un movimiento que lo que

pretende es regenerar la actual democracia (55%) y dice tener simpatía por el

movimiento (51%). Estos porcentajes han descendido ligeramente desde hace

un año (entre el 13% y el 16%), probablemente entre las personas

identificadas como de centro-derecha. Así, son mucho más amplios sus

apoyos entre los electorados de las izquierdas y menores entre los de las

derechas —incluso a un tercio (33%) le inspira rechazo—. Además, este

movimiento es valorado como pacífico por la mayoría (55%) y como radical y

antisistema por una minoría (29%).

No obstante, a pesar de las dificultades para articular las resistencias

ciudadanas y los intentos institucionales y mediáticos de deslegitimación y

minusvaloración de esa acción colectiva, junto con distintos procesos

sociopolíticos y electorales, lo relevante es que todavía la mayoría de la

sociedad comparte objetivos y apoya la existencia y actividad de este

movimiento social. Dicho de otra manera, persiste y se reafirma una

ciudadanía indignada que simpatiza con la función de la protesta colectiva de

esa ciudadanía activa: frenar la dinámica de injusticia y recortes sociales y

superar el déficit democrático de las élites políticas.

Esa amplia legitimidad popular del movimiento 15-M, contrasta con la poca

confianza ciudadana en los máximos líderes políticos y las políticas

gubernamentales y la exigencia de responsabilidades a los mercados

financieros. En la misma encuesta citada, el 61% de la población desaprueba

la gestión de Rajoy como presidente del Gobierno (32% la aprueba), y en el

caso de la gestión de Rubalcaba como líder de la oposición, el 64% la

desaprueba (28% la aprueba). Pero todavía aumentan más los índices de

desconfianza hacia ambos líderes: a tres cuartas partes de la sociedad les

inspiran poca o ninguna confianza (73%, Rajoy; 79%, Rubalcaba), y en torno a

una cuarta parte, mucha o bastante (26% Rajoy; 20% Rubalcaba); lo cual

indica también las dificultades de renovación y legitimación del partido

socialista y su labor de oposición. A la pregunta si el Gobierno está sabiendo

hacer frente de forma adecuada a la situación económica, la repuesta NO es

del 60% (SÍ, el 33%), el mismo porcentaje que critica los recortes. Y como

dato complementario, para la población los dos máximos responsables de la

actual crisis económica española son los Bancos y Cajas (9,2 puntos en una

escala de 0 a 10) y el Gobierno (8,2 puntos) —por no haber reaccionado a

tiempo y no haber sabido adoptar las medidas necesarias—.

37

Page 38: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

No cabe duda de que los parlamentos y gobiernos (central y autonómicos)

tienen una gran representatividad y legitimidad derivada de sus amplios

apoyos electorales, y que el PP aún no contando con el apoyo mayoritario en

las urnas tiene mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados y un amplio

margen de maniobra político y legal. Pero esa delegación representativa no es

absoluta ni incondicional, y sigue erosionándose su legitimidad social. Así, es

evidente que la mayoría de la sociedad, y especialmente la izquierda social,

por un lado, sigue estando en desacuerdo con los recortes sociales, con poca

credibilidad para la élite política y financiera, y por otro lado, simpatiza con

una movilización popular que los cuestiona activamente y reclama otro tipo de

gestión más progresista y democrática.

Persisten motivos y condiciones para la continuidad de una

ciudadanía activa

En España han cambiado algunos aspectos del contexto, principalmente, tres.

1) La principal gestión política e institucional es ahora de la derecha del PP (y

CiU), que aun con una renovada legitimidad electoral, ha imprimido un plan

de fuertes recortes antisociales (educación, sanidad…) y reformas regresivas

(laboral…). 2) Se agravan las consecuencias sociales de la crisis económica

(paro masivo, pobreza y brechas sociales, desahucios…), sin perspectivas de

creación de empleo. 3) El panorama sociopolítico ha cambiado esta primavera

respecto de la del año pasado: por un lado, ya han pasado las dos campañas

electorales del año anterior, y por otro lado, al mismo tiempo, se ha producido

una gran movilización social promovida por el movimiento sindical (huelga

general del 29 de marzo, precedida por las grandes manifestaciones del 19-F).

En definitiva, persistían los motivos de fondo para manifestar la indignación

ciudadana (las consecuencias de la crisis, y la gestión regresiva

gubernamental), pero cambiaba el papel de algunos agentes relevantes: la

responsabilidad principal de las medidas de austeridad ya no es del PSOE, y

los grandes sindicatos también se han enfrentado a los recortes sociales.

Junto con esos tres factores hay que añadir un cuarto: la prueba de la propia

capacidad de los grupos de activistas. Mayoritariamente jóvenes, existe una

gran heterogeneidad de sus experiencias anteriores, vínculos asociativos,

inclinaciones sociopolíticas y talantes integradores. La función unitaria y de

liderazgo, para encauzar un movimiento social amplio, es difícil. Existen

debilidades y limitaciones para encarar la complejidad y la dimensión de estos

problemas y oportunidades. Los riesgos de su fragmentación o su

desorientación eran evidentes. Tenían un gran reto: seguir conectando con las

ideas fuerza presentes en esa ciudadanía activa, mantener la simpatía de la

mayoría de la sociedad, y acertar con una propuesta de expresión masiva que

diese nuevamente visibilidad e influencia pública a ese movimiento. Han

38

Page 39: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

debido sostener una actividad prolongada y poco visible, de arraigo social,

deliberación de propuestas e iniciativas y articulación organizativa, que

permitiesen dar sentido a ese esfuerzo continuado. Y, al mismo tiempo,

debían encauzar un tipo de expresión ciudadana masiva y pacífica que

formaba parte de su identidad de origen y prestigio social, en este nuevo

contexto social y temporal.

Todo ello ha estado condicionando la conciencia social de la ciudadanía y,

particularmente, su actitud de simpatía hacia este movimiento y esta gran

movilización del 12 de mayo. El movimiento ha salido airoso de ésta, aunque

el proceso y su continuidad siguen siendo complejos y difíciles.

Por tanto, esta respuesta popular masiva de hace unos meses no era sólo

emocional o superficial, destinada a su evaporación inmediata (Bauman). Ha

estado y está enraizada en una profunda y persistente conciencia ciudadana

indignada y de denuncia de la injusticia social. Es, sobre todo, una respuesta

colectiva, con gran fundamentación ética igualitaria y solidaria, e incrustada

en la realidad de las graves condiciones de vida y las aspiraciones de mejora

de millones de personas. Además, aumenta la gravedad de la situación

socioeconómica y los motivos de descontento persisten. Y todos los intentos

de las instituciones políticas y económicas para relegitimar la misma política

de austeridad, con distintos discursos y retóricas, pero desconsiderando una

gestión más equitativa y democrática, no han conseguido la confianza

ciudadana. Las élites poderosas tienen un importante problema de

credibilidad social, que no es pasajero ni pueden infravalorar.

De forma soterrada y a veces expresa, permanecen la exigencia popular de

rectificación de esa política y la pugna democrática por la legitimidad de los

distintos gestores y representantes públicos. Por un lado, se encuentran

agentes institucionales y económicos que representan una orientación

regresiva (Gobierno, mercados financieros…). Por otro, existen varios agentes

sociopolíticos (el movimiento 15-M con sus masivas protestas, o el

movimiento sindical con las huelgas generales y las movilizaciones contra los

recortes…) que, junto con otros grupos sociales y políticos, representan una

amplia opinión popular de rechazo a esas medidas y expresan una dinámica

de cambio progresista. El poder político, aun amparado en el sistema

representativo electoral, tiene un doble componente: democrático, influido por

la voluntad popular; oligárquico o elitista, condicionado por los grupos

poderosos que defienden sus privilegios. Así, importantes sectores de la

sociedad siguen viendo conveniente la existencia de esta acción colectiva

progresista como factor positivo en este contexto de relaciones de poder

desventajosas. Particularmente, en el plano social y democrático, en cuanto

es un factor fundamental cuyo desarrollo puede consolidar las resistencias

ciudadanas, propugnar un auténtico cambio de las políticas de ajuste y

39

Page 40: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

austeridad y abrir un horizonte de una salida económica e institucional más

equilibrada, justa y democrática.

La alternativa principal está en el refuerzo de las resistencias

ciudadanas

Esta ciudadanía activa o estos movimientos populares no sólo denuncian las

injusticias sociales y los déficit democráticos, tal como dicen algunos

pensadores (Morin); también enuncian. Tienen propuestas concretas y

objetivos generales que cuestionan la dinámica liberal-conservadora

dominante y apuntan a un modelo más democrático y más justo. En el primer

caso, por ejemplo, han reunido y deliberado sobre varios miles de demandas y

reivindicaciones, agrupadas en varios bloques: económico-social (frente a los

recortes laborales, educativos y de sanidad, en defensa del empleo decente,

la protección social o los derechos sociolaborales, o bien sobre la vivienda, la

dación de pago en las hipotecas, así como la regulación del sistema financiero

y sus gestores…); político (reforma de la ley electoral, democratización del

sistema político…), y de participación ciudadana (refuerzo del tejido

asociativo, procesos deliberativos y decisorios amplios y democráticos, talante

antiburocrático, autonomía de los poderes institucionales…). Entre los

objetivos generales siguen vigentes las dos ideas-fuerza originarias: mejor

democracia, y una gestión socioeconómica más justa.

Los grandes poderes económicos y políticos sólo conciben una opción: la

política liberal-conservadora de ajuste y austeridad. Para ellos no hay

alternativas, la solución es el sometimiento popular. Es verdad que en el

ámbito institucional europeo y español, la orientación dominante es antisocial,

con estancamiento económico, paro masivo y reestructuración regresiva del

Estado de bienestar. Ello perjudica, especialmente, a la mayoría social de los

países débiles del sur de Europa, entre ellos España. La alternativa

programática es otra política social y económica, basada en la creación de

empleo y las garantías de los derechos sociolaborales y democráticos. La

dificultad principal no es de programa, sino de suficientes energías

ciudadanas para impulsarlo. Se necesitan afinar propuestas y elaborar nuevas

teorías sociales, pero el factor fundamental es la amplitud y activación del

apoyo social a una orientación de cambio progresista. Es el camino iniciado

hace dos años, con diversos altibajos, y que ha recorrido ahora, en mayo, el

movimiento 15-M, y que ayer, en marzo, impulsó el movimiento sindical.

Con la demanda de una amplia izquierda social y política en Francia y la

positiva victoria del socialista Hollande, se ha puesto encima de la mesa de las

instituciones europeas otra política, la de crecimiento económico. No

obstante, las derechas hegemónicas y la socialdemocracia europea,

particularmente la alemana, no cuestionan los ejes de la política aprobada por

40

Page 41: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

el Consejo Europeo de austeridad fiscal y ajuste económico, y sólo apuestan

por complementarla, con otras medidas estimuladoras de la demanda y la

inversión. Pero, sin una impugnación global de esa política regresiva y su

reorientación hacia la prioridad del crecimiento de empleo decente, con una

solidaridad europea y una reafirmación de su modelo social, las consecuencias

son la prolongación de la crisis, las fuertes desigualdades sociales y el

sufrimiento para amplios sectores populares. Los efectos más perniciosos no

sólo llegan a Grecia (o Portugal) sino también a España, Italia e incluso

Francia. La solución se encuentra en cada país y en el ámbito europeo, pero

sobre todo atañe al campo social, a la consistencia de fuerzas sociales y

democráticas suficientes para forzar otra estrategia de gestión y salida de la

crisis, que condicione y refuerce a las izquierdas y apueste por una opción

progresista.

En definitiva, la solución principal se encuentra en el pueblo, en la soberanía

popular y la regulación pública frente a los mercados financieros, en la actitud

ciudadana de participación cívica frente a la injusticia social y por una

democracia social más avanzada.

[Antonio Antón es profesor honorario de Sociología de la Universidad

Autónoma de Madrid]

17/5/2012

41

Page 42: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Mayo, el mes del 15M

José Manuel Barreal San Martín

En mayo hizo un año que el llamado movimiento de los “indignados”, más

conocido como 15M, surgió por acción de las redes sociales y de

convocatorias espontáneas en diferentes plazas públicas de innumerables

ciudades y pueblos de España. El despliegue de personas que lo caracterizó

hizo que su eco alcanzara a los medios de comunicación, aunque unos con

más ganas que otros. Lo más sorprendente de la situación fue cómo algunas

organizaciones de izquierdas los despreciaron en su inicio y luego intentaron

monopolizar el movimiento. Ahora, se expresan afinidades con el 15M y

existen acercamientos en diversos puntos. Desde los sindicatos llamados

“mayoritarios” se mantiene una prudente distancia, cuando no rechazo.

Uno, en su humilde conocimiento del devenir social, sabe que todo poder

político aspira a perpetuarse, de tal manera que los posibles cambios que lo

puedan mover son extraños al mismo, siendo inmediatamente frenados con

innumerables triquiñuelas. Y si en algo ceden, es para que al final se haga

buena la máxima lampedusiana. La historia de las sociedades nos cuenta que

ante cualquier tentativa por transformar la sociedad, aunque sea

mínimamente, los detentadores del poder han reaccionado con violencia. Una

violencia que a través del tiempo se ha ido perfeccionando para que parezca

que no es tal.

El poder, actualmente, no puede justificarse por regla general con la fuerza

bruta, que sin embargo emplea frecuentemente con generosidad. Son otros

procedimientos más sofisticados los que para conseguir el objetivo de

perpetuación pone en práctica. Esto es lo que ha ocurrido con el 15M. El poder

político y algunos medios de comunicación han puesto en funcionamiento un

instrumento más suave, más llevadero que la mera y grosera violencia:

ignorar al 15M y todo lo que se mueve a su alrededor.

Las reuniones que se mantuvieron en asambleas multitudinarias fructificaron

en una serie de propuestas y reclamaciones que se publicitaron en las plazas

públicas, siendo Internet y las redes sociales el hábitat natural del 15M.

Aquellas propuestas, que no están ni mucho menos periclitadas, fueron y son

de gran variedad: eliminar el Senado, suprimir las pensiones vitalicias que los

políticos obtienen tras ocho años ocupando el cargo, un sistema electoral más

abierto, eliminar las injerencias del gobierno en la justicia, mayor

transparencia en la gestión pública; pasando por el mantenimiento y la mejora

del Estado del bienestar, medios de comunicación verdaderamente abiertos

que reflejen todos los puntos de vista, conocer el montante de dinero que los

42

Page 43: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

poderes públicos han entregado a los bancos; sin olvidar la denuncia del

insultante aumento del paro y la lucha contra los desahucios.

Ante esa panoplia de propuestas y otras, ¿alguien las ha escuchado en el

Parlamento? Propuestas que no encontrarán respuesta. Y no la habrá porque

abordar estas y otras cuestiones significaría afrontar cambios reales y

profundos en esta insolente y obscena sociedad capitalista.

El problema, a mi juicio, es grave, no porque algo haya cambiado — todo

sigue igual que antes— sino porque desde la política institucional no se darán

respuestas, ni se tienen noticias de que la darán. Ellos, que se dicen y les

decimos “nuestros representantes”, no han dedicado ni un segundo a estas

peticiones. Eso sí, buenas palabras al 15M les sobraron para pasar

posteriormente a la más absoluta ignorancia del tema. Y si lo hacen pondrán

el énfasis en que no está España en estos momentos de “terrible crisis” para

ocuparse de ello. Habrá otros momentos.

El 15M se queda arrinconado en su área. Se enfrenta a un mundo hostil que

los ignora. Juegan en minoría. El equipo contrario, sus oponentes, tiene una

apabullante troupe de medios y personas, además de dinero, que se

encargará si no de vencer, ya que no les interesará, sí de narcotizar a la

población respecto a las justas propuestas del movimiento de mayo.

Propuestas que se pueden resumir en tres ejes clave: democracia real,

transparencia y justicia. Democracia real, porque la actual es una democracia

en crisis, obsoleta, mediada por las finanzas, carnavalesca, siendo el voto

cada cuatro años el único rasgo democrático que tiene. El resto es pura

anestesia social.

Todo ello es posible porque existe la colaboración de una parte de la

población, que desde el sofá contempla la vida pasar y solo “su casa, su misa

y su María Luisa” es lo que le interesa; en fin, esa persona que vota cada

cuatro años al candidato o candidata de los otros para echar al que gobierna.

Están, por supuesto, en su derecho.

Para finalizar, dicen desde el movimiento 15M, y yo lo comparto, algo que está

en la conciencia de todos o al menos de mucha gente: esta democracia no es

real y la representación política no es seguir al pie de la letra los dictados de

los centros de poder económicos ni recortar partidas sociales imprescindibles

en presupuestos pactados al margen de la ciudadanía.

No sé si habrá pasado el tiempo para el 15M. Eso se verá en un futuro. De

momento, y poco a poco, personas afines y militando en él han logrado evitar

numerosos desahucios de familias que no podían pagar la hipoteca de sus

43

Page 44: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

pisos. Y eso, amigos, no es poco.

14/5/2012

44

Page 45: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Comentarios prepolíticos: 9

Joan Busca

Clase obrera, jóvenes y formas de acción política

Es ésta una nota totalmente especulativa —uno no está para dar lecciones a

nadie—. Es una reflexión para abrir el debate. Provocada por un cúmulo de

experiencias diversas (locales, la participación en las marchas del 15-M, en los

debates públicos celebrados en mi distrito, en las fiestas de mi barrio, con un

pregonero joven, representativo de lo que piensa y dice mucha gente) y por

otras lejanas, poco informadas: la lectura de las elecciones en diversos países.

A excepción de Grecia, en una situación especial y con una tradición política

particular (por ejemplo, la existencia de dos partidos comunistas originados en

la guerra civil de 1944-1949), los resultados son bastante deprimentes para la

izquierda alternativa. Y, en cambio, se producen resultados relativamente

espectaculares para formaciones nuevas como el Partido Pirata en Alemania o

los círculos promovidos por Beppe Grillo en Italia. Hay que preguntarse por

qué en una crisis tan profunda, injusta y desnortada como la actual la

izquierda alternativa no logra alcanzar, cuando menos, un nivel de apoyo

social estable y consolidado. Una posible respuesta es que nadie cree en una

alternativa al capitalismo ni nadie propone un programa creíble y realista de

transformación. Algo de esto hay en el ambiente, pero no lo explica todo.

Lo que uno oye en los foros juveniles es un sentimiento anticapitalista difuso.

En el caso de gente joven con estudios, incluso relativamente informado. Es

evidente que todo el mundo tiene claro que el capital financiero es el principal

responsable de nuestros males, que las políticas neoliberales son criminales y

que nos están tratando como súbditos. Pero también resulta evidente que en

todos los casos los políticos, en bloque, forman parte del mismo grupo de

indeseables que nos han llevado a esta situación. Y este rechazo a los

políticos se transforma en aversión a las formas tradicionales de hacer

política, demasiado contenidas y encorsetadas, demasiado corrompidas. Es

fácil en este contexto confundir a toda organización tradicional con el modelo

que se rechaza en conjunto.

En grandes sectores de las clases trabajadoras hay una sensación de

desamparo respecto a las instituciones. De que existe una izquierda que se ha

limitado a gestionar su parcela mientras ha experimentado una enorme

pérdida de masa social. Una sensación que es mayor entre los jóvenes cuya

experiencia laboral es la del empleo precario, a quienes no les sirve la épica

de la conquista de unos derechos que ellos dan por hechos, que confrontan

45

Page 46: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

sus capacidades intelectuales y sus posibilidades de acción con el estrecho

marco que dejan las dinámicas institucionalizadas. Cada uno piensa en su

experiencia concreta; la mía es la de una zona obrera con tradición de

izquierda, una zona donde estos sectores juveniles han podido desarrollar un

cierto espacio de autonomía social sobre todo en actividades culturales.

Donde la extensión de la educación ha posibilitado que parte de este

activismo cultural lo lleve a cabo gente bastante más culta e informada que la

que protagonizó las luchas de la transición. Un mundo donde aún ha sido

posible conservar puntos de encuentro entre esta gente joven y los restos de

la izquierda tradicional. Pero donde cunden la desconfianza y el rechazo a lo

institucional.

Los modelos más etéreos, flexibles, que en cierta medida presentan las

formaciones “alternativas” tipo 15-M, generan menos recelos, parecen más

atractivas que las tradicionales. Aunque a menudo uno constata que entre las

propuestas de ICV-IU y las demandas de estos movimientos existen muchos

más puntos en común que diferencias, lo que marca el punto de inflexión son

los modos de organizar, de promover la organización, de presentar los

liderazgos, de construir el discurso. El modelo clásico de representación

política resulta poco atractivo en la medida en que concede escaso

protagonismo a los representados. Seguramente esta quiebra se produce por

acumulación de factores y no sólo por el que he destacado. La participación

educada en las instituciones, la contención del discurso, generan alteridad en

personas que están lejos de los espacios del poder. La extrema derecha ha

explotado esta percepción de la lejanía en clave reaccionaria, realizando un

discurso hasta cierto punto antiinstitucional, inmoderado, que consigue calar

en las franjas más volubles de las clases trabajadoras.

Sabemos que sólo con movilizaciones puntuales y críticas puntuales no

cambiaremos el modelo social. Que el trabajo persistente dentro y fuera de

las instituciones, la elaboración programática, la organización social, son tan

fundamentales como las manifestaciones, las protestas, las huelgas y

cualqiuier forma de organización social. Y precisamente por ello es necesario

repensar las formas de hacer política, de construir alternativas sociales, es

necesario entender que hay que elaborar nuevos modelos de organización.

Más participativos, con liderazgos más abiertos, con formas de comunicación

más directas. Y también que hay que elaborar un discurso más abierto y de

confrontación con la minoría social que está condenando al resto a una

inseguridad permanente. Quizás me equivoque, pero esto es lo que me

sugieren las voces jóvenes que encuentro en mi entorno.

29/5/2012

46

Page 47: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

"Apocalypse Now" y Esperanza Aguirre

Agustín Moreno

No sé en el resto del Estado, pero en Madrid, llevamos un mes de mayo en el

que los cielos del centro de la ciudad están surcados, día y noche, por

helicópteros de la policía. Algo que inevitablemente nos recuerda la famosa

película de Francis Ford Coppola y que produce la sensación de que la ciudad

está bajo el estado de sitio. Unas veces porque hay huelga general, otras

porque se manifiesta en sesión continua el movimiento del 15-M, también por

las movilizaciones en defensa de los servicios públicos, por la marea verde,

azul o negra, por las múltiples celebraciones deportivas, etc. No exagero: día

sí y día no, a todas horas, incluyendo las madrugadas. El Ministerio del Interior

debería de informar de las horas de vuelo y del coste que supone para el

erario público. Y ser consciente de las molestias del ruido para una parte

importante de la población: ya sé de vecinos que duermen mal y de alguno

que está empezando a obsesionarse.

Esta situación refleja varias cosas. Por una parte, la voluntad de intimidación

que tienen las autoridades actuales respecto a la ciudadanía. Por otra, la

intensa movilización social existente en la calle. El uso de los helicópteros no

es para perseguir a una banda de delincuentes en fuga, sino que se realiza

para controlar todos los pasos de los pacíficos manifestantes y recordarles

que en el altísimo está el poder. Esta actitud se manifiesta en otros hechos y

comportamientos como, por ejemplo, cuando se llevan detenidos a jóvenes

que quieren pasar la noche tranquilamente sentados en la puerta del Sol;

cuando se impide el derecho constitucional a la libre circulación de

ciudadanos por llevar una camiseta verde con el revolucionario lema Escuela

Pública de tod@s y para tod@s; cuando se bloquean los semáforos por la

policía para que no pasen los profesores como en la última huelga de la

enseñanza (22 de mayo, a las 13 horas, en la calle de Alcalá, frente al

ministerio de Educación); cuando la policía actúa contundentemente contra

los medios de comunicación que cubren las noticias; cuando siguen los

agentes sin llevar a la vista su número de identificación y encima amenazan a

quienes se lo solicitan.

También cuando se piden los carnets a los manifestantes para intimidarles y

multarles, dificultando su derecho de manifestación, que está por encima del

derecho a la circulación, algo sobre lo que existe doctrina del Tribunal

Constitucional (Sentencia 31/2007, de 12 de febrero y sentencia 110/2006, de

3 de abril), ya que el único límite al artículo 21.2 de la Constitución española,

es cuando como consecuencia del mismo puedan ponerse en peligro personas

o bienes. Por no hablar de la toma de Barcelona y la suspensión del Tratado

47

Page 48: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

de Schengen con motivo de la reunión del Banco Mundial en mayo de este

año. Estas prácticas hacen que muchos ciudadanos vean a la policía

actuando, en ocasiones, más como fuerzas del desorden, que como un cuerpo

democrático encargado de proteger los derechos y libertades

constitucionales.

La movilización social sostenida que se vive es la respuesta a la política de

austeridad que aplica Rajoy y que está laminando el Estado de Bienestar y

empobrece a la población sin ningún resultado positivo. La prima de riesgo

roza cada día los 500 puntos, todos los organismos internacionales

pronostican al menos dos años más de recesión, el desempleo es

estratosférico, hay despido libre, caen en picado las rentas salariales y se

deterioran de los servicios públicos fundamentales. Y lo más grave de todo, se

está sacrificando a una generación de jóvenes.

La percepción de los ciudadanos es de profunda injusticia social y de agravio

comparativo. La crisis la sufren los de siempre, la iglesia vive en un limbo

fiscal sin pagar ningún impuesto y lo que se les quitan con una mano a los

ciudadanos, se lo dan, con la otra, a la banca. El caso de Bankia es

paradigmático de cómo actúa el capitalismo neoliberal: socializan las

pérdidas, para privatizar los beneficios de nuevo, en cuanto esté saneada la

entidad. Y no estamos hablando de unos pocos miles de millones de euros,

sino de cifras del orden de los 24.000 millones, que el nuevo presidente de la

entidad considera que no habría que devolver nada porque sería capital. Lo

dice el banquero que cobró 68,7 millones de euros de pensión de jubilación.

Por ello, ante este estado de cosas tan escandaloso, la falta de expectativas

positivas y la indignación creciente, es normal que la movilización vaya a más

y se mantenga. Y lo que no puede hacer el gobierno actual es atropellar los

derechos democráticos. Tampoco caer en la trampa de algunas voces del

Partido Popular que demandan más autoritarismo y más dureza. La polémica

suscitada por la presidenta de la comunidad de Madrid, en torno a la

celebración del final de la Copa del Rey, no es una anécdota.

Más allá del patológico afán de protagonismo de la señora Aguirre, está claro

que no improvisó (parece que indicó a alguna persona de la prensa que la

preguntaran sobre el partido) y sus declaraciones eran muy sentidas, incluido

ese final de frase, tras pedir que se suspendiera el partido y se celebrara a

puerta cerrada si había abucheos, y ya verá usted como no se vuelve a

producir, o sea para que así escarmienten de una vez.

¿Qué buscaba? Para algunos desviar la atención sobre sus trampas en

relación al déficit real que tiene la comunidad de Madrid. Para otros, lanzar un

guiño a la derecha extrema de su partido e incluso a la ultraderecha que se

48

Page 49: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

manifestaba por las mismas ideas que defiende Aguirre sobre el himno y la

bandera. Por cierto, cuándo la oiremos hablar del Código Penal en relación con

las esvásticas que se exhiben en determinados campos de fútbol.

La propuesta de Aguirre era absurda por inviable. Ella, como aficionada

taurina debe de saber que el hecho de que las corridas las presida un

comisario de policía no se debe a que entienda de toros y sepa qué pañuelo

tiene que sacar en función de la faena. Lo hace como representante de la

autoridad gubernativa para evitar los problemas de orden público que pueden

generarse en un espectáculo de masas si, por ejemplo, el torero sale

corriendo o se suspende la corrida. ¿Llegó a creerse de verdad que era posible

desalojar, sin que se produjeran gravísimos incidentes, a 55.000 personas que

vienen desde 500 kilómetros a ver a su equipo? Como hubiera sido una

decisión delirante, lo verosímil es pensar que Aguirre tiene otras intenciones.

Aguirre sigue trabajando en previsión de un escenario político parecido al

existente al final de la pasada legislatura. Esto es, un país seguramente

intervenido, un presidente de gobierno achicharrado por la situación

económica, por las políticas de recortes aplicadas, los incumplimientos

electorales y el nepotismo. Y ante ello, la necesidad de buscar otra

candidatura a la presidencia del gobierno, como pasó con Rubalcaba frente a

Zapatero.

Esta es su hipótesis de trabajo, otra cosa es que le salga. Pero no es ningún

escenario de política-ficción: la crisis se ha llevado por delante a 17 gobiernos

europeos y el desgaste del actual gobierno de España está siendo muy

acelerado en pocos meses. En el supuesto de que Rajoy se queme nos

podríamos encontrar con la candidatura de la señora Aguirre, convertida en

una especie de Thatcher arrabalera. Eso sí, menos valiente, porque perdió la

ocasión de ir al campo de futbol a convencer a las decenas de miles de

ciudadanos del Estado español sobre sus ideas para cohesionar el país. La

unanimidad en el cariño demostrado a Aguirre por los 55.000 aficionados del

Athletic y del Barcelona (auténtico récord de los Guinness) es el fruto de la

provocación. Afortunadamente, al final hubo lo que tenía que haber: deporte y

espectáculo y se demostró el grave error que supone mezclarlo con la política.

En fin, que aterricen los helicópteros y que doña Esperanza se piense más lo

que dice. A ver si así podemos descansar un poco.

28/5/2012

49

Page 50: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Yo estudié en la pública

De calidad, científica, laica y gratuita

Vidal Aragonés

Yo estudié en un colegio público, realicé el bachillerato en un instituto público

y cursé la licenciatura de Derecho en una universidad pública. Seguramente,

la percepción de cada estudiante de la pública será diferente, pero puedo, eso

sí, trasladar mi experiencia.

Como la práctica totalidad de familias obreras, no se optaba por la educación

pública únicamente como una apuesta de modelo o ideológica, sino como una

necesidad social. Se pretendía escapar así de ese ilícito conocido por todo el

mundo, pero sobre el cual no se actúa, respecto al cobro que realiza la

educación privada concertada, a la par que seguir en un criterio de

proximidad física.

La enseñanza primaria la desarrollé durante los años ochenta y principios de

los noventa en el Colegio Público Ignasi Iglésias del barrio de El Pedró de

Cornellà de Llobregat. Nunca fuimos plenamente conscientes de lo que

significaba una escuela en un barrio obrero en esa década. Ahora, más de

veinte años después, desde la perspectiva adulta, puedo describir la realidad

del mismo.

En primer lugar, la composición social del centro suponía una plasmación de

la mayoría de la sociedad: hijos e hijas de familias obreras que sufrían por

igual los efectos del desempleo o del desarrollo de una incipiente aristocracia

obrera, desde la segunda residencia hasta la lumpenización. Más allá de la

realidad social y económica, compartíamos aula con algunos niños y niñas de

etnia gitana, con los primeros recién llegados de origen no estatal, con

compañeros o compañeras que contaban con algún tipo de disminución física

o psíquica. Ello nos separa de esa visión sectaria y elitista de buena parte de

la educación privada, donde se segrega al diferente —en el mejor de los

supuestos— y se discrimina al débil en otros. Evidentemente, en la pública no

dividimos según nivel de conocimientos, inteligencia, clase, raza, origen o

género. ¿Cómo pueden ser capaces de separar a los niños de las niñas, a

quienes presentan dificultades físicas o psíquicas de los que no las sufren? En

la pública, nos relacionábamos de una manera natural, con criterios de

igualdad, niños y niñas diferentes. Segregar es maleducar, es incorporar

desde la infancia un proyecto adoctrinador en que se pone una diana al o la

diferente.

Sin duda que aquel modelo público tenía dos grandes orígenes o causas: por

50

Page 51: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

un lado, el requerimiento del movimiento obrero y sindical por la construcción

de educación pública, de calidad, científica y laica. Ésta, junto con la sanidad y

el sistema de Seguridad Social, han sido la gran expresión de salario indirecto.

Por otro lado, los —y sobre todo las— profesionales que se incorporaron desde

finales de los años setenta a los centros públicos con una concepción

científica y humanística de la educación. Los déficits materiales cotidianos de

la pública eran suplidos con creces con las alternativas de una generación de

mujeres que desarrollaban su gran nivel profesional y esencia de género.

Pero, además, nuestro aprendizaje no sólo fue de conocimientos teóricos sino

también de la propia realidad: la mayoría de las maestras y AMPAS nos

recordaban cotidianamente que la situación de nuestros centros era

consecuencia de nuestra capacidad para movilizarnos y construir una

educación pública de calidad, a la vez que realizaban de la autogestión un

procedimiento para la compra de libros, las actividades extraescolares, las

fiestas de final de curso, etc., etc. Seguramente es el mejor ejemplo para el

constructivismo a medio camino entre Piaget y Vigotsky. Cada proceso de

movilización de la comunidad educativa nos mostraba tanto el origen de

nuestra educación como la forma de defenderla.

La participación democrática era una expresión de normalidad, los Consejos

Escolares. Con doce años participé en la gestión del centro conjuntamente con

mis maestras y los trabajadores y trabajadoras no docentes. También conocí

al representante de la Administración como un tapón para el desarrollo.

Asimismo, observaba como desde las AMPAS hasta la totalidad de los y las

que trabajaban en el centro elegían a sus representantes. Es difícil entender

cómo se puede hablar de democracia y libertad y que la misma quede fuera

de los lugares donde se forma a las futuras generaciones.

Por supuesto, en el terreno de lo formativo la pública mostraba un alto nivel y

la remoción parcial de la clásica división social. De un grupo de unos veintidós

estudiantes, que fue el promedio de mi primaria, más del 50% finalizamos

estudios universitarios. Aprendíamos y aprehendíamos a través del esfuerzo,

el trabajo, el respecto, la solidaridad y el proceder colectivo. Aunque pueda

parecer un objetivo de mínimos, con el paso del tiempo he entendido una

frase que me parecía un desprecio con doce años: “Sólo quiero que os sentéis

bien en la silla y que escribáis sin faltas de ortografía”; ahora le debo

agradecer a esa maestra la disciplina para respetar nuestra salud y el escribir

de una manera correcta.

La educación secundaria la cursé en el Institut d’Educació Secundària Jacint

Verdaguer del barrio de Sant Ildefons de Cornellà de Llobregat, mi barrio. Lo

que hasta los años ochenta era la estructura de una de aquellas clásicas

Escuelas Nacionales nacidas a la par que el barraquismo vertical de los barrios

obreros de la periferia, fue transformándose en un centro de bachillerato. No

51

Page 52: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

existían suficientes centros de BUP en zonas de clase trabajadora porque a los

hijos e hijas de familias obreras nos preparan para un sino de explotación y

precariedad.

Allí, los jóvenes conocían el amor, el sexo, las profundas frustraciones de la

adolescencia. Nunca se nos educó en la homofobia, en un único modelo de

familia o en la castidad, si bien se nos insistía en las necesarias altas cotas de

responsabilidad sexual.

Si algo recuerdo de la enseñanza secundaria fueron las profundas discusiones.

A la tediosa Física y química le acompañaba el Latín o el Dibujo técnico, pero

nunca olvidaré esas clases de Historia en que debatíamos sobre la Revolución

soviética, la Revolución francesa o las colectivizaciones como respuesta al

fascismo, y en ellas nunca oí hablar de la “época de Franco”, que siempre se

nos identificó como “dictadura franquista”. Nuestra historia no era 1789, 1917

o 1936, sino los procesos y la clara identificación de la lucha de clases como

motor de la misma. Difícilmente explicable la dialéctica como método de

estudio de la Literatura o de la Filosofía. Si los gobiernos reaccionarios de

turno no nos arreglaban los vestuarios, realizábamos una Educación Física

donde no se podía sudar (¡¡¡malabares!!!, y no hablo metafóricamente).

Lo anterior determinó el espacio más libre de mi vida: no podía trabajar, en la

práctica no estaba sometido a ninguna autoridad política o administrativa,

pero disfrutaba de las grandes pasiones humanas. Para los que vivíamos en

los guetos lingüísticos de la Catalunya de la inmigración, ello también nos

permitía profundizar en el conocimiento teórico de la lengua del país que

había acogido a nuestras familias, así como al conocimiento de la cultura de la

nación en la que vivíamos. Fuimos de una manera natural la generación de la

inmersión lingüística, algo que se entendía con orgullo y no con separación

por cuestiones de origen. Desde el punto de vista de los conocimientos, tan

sólo debo aportar un dato: todo mi grupo de letras puras que realizamos la

prueba de selectividad la aprobamos, y nuestras notas medias eran superiores

a la media de Catalunya. En la pública nada se consigue a base de pagar, sino

de esforzarse y estudiar.

Por último, pero no por ello menos importante, si en la primaria conocí la

participación en la gestión, en la secundaria descubrí la organización y la

movilización como herramientas esenciales para defenderla. Nos afiliábamos

a sindicatos de estudiantes, organizábamos asambleas —algunas de ellas en

horas lectivas— e informábamos sobre las convocatorias de jornadas de lucha

y huelga, pero también sobre táctica y estrategia. La represión nunca nos

llegó de nuestros profesores y profesoras; ellos cumplían su papel pero

sonreían con orgullo ante la dignidad, la disposición a la lucha de una

generación que nos encontrábamos en medio de la gran travesía del desierto

52

Page 53: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

de las organizaciones de la izquierda. Ello no nos hace olvidar a aquellos

esquiroles que siempre tuvimos en la educación pública —la primera

barricada fue para ellos—. Conocimos que la policía no sólo servía para la

educación vial, sino que tenía una intrínseca naturaleza represiva.

El salto a la universidad, en mi caso la Facultat de Dret de la Universitat de

Barcelona, se transformó en la gran desilusión acerca del sistema educativo

público. El primer año, ante el gran dictado en que se convertían la mayoría

de las clases, decidí no aparecer mucho, opté por dedicar la mayoría de mi

tiempo a la defensa de la educación pública de calidad. Así, la primera de las

cuatro becas compensatorias —combinación entre situación económica

familiar de bajos ingresos y altos resultados académicos— que recibí del

Ministerio de Educación la reinvertí en la defensa de esa educación. Invitaría

al director del diario La Reacción (La Razón, se denomina oficialmente), que

tacha de malos estudiantes a los activistas en defensa de la educación

pública, a que pongamos encima de la mesa nuestros excelentes y matrículas

de honor en las licenciaturas cursadas. La derecha criminaliza que jóvenes de

familias obreras estén estudiando hasta los 28 años porque desconoce que los

mismos se convierten en héroes cotidianos compaginando estudio y trabajo;

siempre lo tuvimos que hacer, y más ahora. En realidad, el fondo de la

cuestión es que no entienden que el Estado deba formar a quienes deben ser

objeto de otras actividades en la sociedad.

Con el transcurso de los años pude conocer como los herederos de la

dictadura franquista y los neoliberales se aprovechaban del sistema, el mismo

que querían hundir. Eso sí, la universidad pública me permitió coincidir con

una pluralidad a la que no estaba acostumbrado, compartir aulas con los hijos

de la pequeña burguesía, incluso con los de la burguesía que no apostaban

por la educación privada. Ninguno de ellos tenía un nivel formativo superior al

mío, lo cual podría quebrar esa visión absurda de “privada = alto nivel,

pública = bajo nivel”. Esto cobra la máxima importancia porque encuentra

esencia de la posibilidad de que entre un sector de hijos e hijas de familias

obreras ha aportado la educación pública de formarse con igual nivel que

aquellos que por su realidad económica o visión social accedían a la privada.

Sería injusto si no realizase una valoración positiva de la universidad pública

en mi paso como estudiante. De la memorística, el trabajo constante y

persistente como elementos importantes en la formación (si bien el primero

siempre lo he detestado, cuando menos nos separa de las licenciaturas a

golpe de talonario). No me cansaré de repetir que en la pública es trabajo y

esfuerzo. Sin duda que el mejor recuerdo y lo que más valoro de la

universidad son los docentes de gran nivel técnico e intelectual que nunca se

entregaron a los intereses de los grupos de poder y empresas: el profesor que

en un departamento de Derecho del Trabajo copado por conservadores no

53

Page 54: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

renunciaba a explicar el carácter tuitivo de la materia; el grupo de profesores

de Derecho Penal y Penitenciario que nos recordaban los elementos

antidemocráticos del sistema y el incumplimiento de la legalidad en las

cárceles, y sobre todo la práctica totalidad de los profesores del Área de

Filosofía del Derecho, que con sus clases y seminarios no sólo elevaban el

nivel intelectual de la universidad, sino también el nivel moral: era posible y

necesario construir desde el rigor técnico un mundo mejor y diferenciado de la

sociedad que nos tocaba vivir.

Fue la Educación Pública la que me permitió escapar del destino de

explotación, precariedad y desempleo que el sistema deparaba a los jóvenes

de mi barrio. El sino también me ha permitido devolver parcialmente lo que

recibí de la pública: por un lado, optando por trabajar por y para los que en su

reivindicación dieron origen a la misma, la clase trabajadora y el movimiento

sindical, y por otro, la posibilidad de impartir clases como profesor asociado

de Derecho del Trabajo de la Universitat Autònoma de Barcelona. Intento ser

lo más riguroso posible con el contenido de los programas de las asignaturas y

facilitar el aprendizaje. Nunca adoctrino —ello no forma parte de los valores

de la pública—, pero sí que les recuerdo a los alumnos y las alumnas con los

que comparto clases que ellos no pagan por un título —para eso ya están

algunas universidades privadas—, sino que se matriculan para exigir

formación y recibir conocimientos. También este ejercicio como docente me

ha permitido observar como un catedrático reconstruye la totalidad de la

materia que debe impartir en todo un semestre en 48 horas para adaptar el

contenido a los cambios normativos, como una profesora asociada que no

sabe si el próximo curso le renovarán el contrato pone todos sus

conocimientos humanísticos y pedagógicos para, una vez finalizado su tiempo

de tutorías, dedicar atención a una alumna. De esta labor y comportamiento

nunca hablan los medios de comunicación cuando aluden a la pública.

Las propuestas del Gobierno de Rajoy y de Rigau en Catalunya, o el

seguidismo que practican algunos rectorados, significan hundir el sistema que

tanto había costado construir, imperfecto pero que podía seguir mejorando.

Los conocimientos que adquirí en la educación pública me permiten analizar

diferentes cuestiones: los actuales gobiernos perciben la misma no como una

inversión (en formación, en cultura, en felicidad, etc.), sino como un gasto

para el Estado. Según su análisis, “¿para que formar a jóvenes en un sistema

público de calidad cuando hay un 50% de desempleo juvenil? Que se forme

con calidad quien se lo pueda pagar”. Su objetivo es convertir la educación

primaria y secundaria en un servicio mediocre, destinado a atender a los hijos

y las hijas de los sectores más explotados, más precarios, más oprimidos. La

universidad deberá aumentar el precio de las matrículas y convertir el sistema

de becas no en un método redistributivo de rentas, sino en un cazador de

grandes cerebros. Así, la misma también se degradará a la vez que tan sólo

54

Page 55: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

será asequible para rentas medias o altas, expulsando por razones

económicas a gran parte de la sociedad.

El reventar el sistema público no sólo tiene un objetivo clasista y

economicista, sino un objetivo ideológico: socavar un marco de formación

científica y rigurosa que puede responder como espacio de pensamiento

crítico, prácticas democráticas y calidad docente. A la vez, la pública ha sido

en las últimas tres décadas un espacio de integración social y cultural, capaz

de luchar contra la segregación.

Es una utopía reaccionaria el plantear que la propia existencia de un sistema

público de calidad es la garantía de una sociedad igualitaria. Bajo el

capitalismo la igualdad no puede existir, pero sin una formal igualdad de

oportunidades no sólo no se construye un mundo desigual, sino que se

desarrolla una realidad discriminatoria. Si algunos de los que crecimos y

vivimos en barrios obreros hemos escapado de una realidad en la que la

explotación y el desempleo eran nuestro sino, los nuevos hijos e hijas de los

que ahora ocupan esos barrios, en buena parte inmigrantes

extracomunitarios, no sólo recibirán un trato desigual sino que directamente

serán discriminados.

Nunca planteo el hecho de escapar de la explotación y el desempleo como un

éxito, sino que éste se encuentra en poder desarrollarse económicamente

bajo parámetros de ética, dignidad y orgullo, algo, por cierto, que se da más

entre la clase trabajadora que entre los y las profesionales. Pero si hasta

ahora era posible vivir más que dignamente en la condición de asalariado,

tras la reforma laboral cada vez será más complejo. De la misma manera, los

cambios de los servicios sanitarios y de las pensiones persiguen construir

sistemas públicos degradados para quienes no puedan complementar los

mismos con sistemas privados.

Como ex alumno y docente de la pública, no hay nada más pedagógico que

luchar por ella. La primaria me enseñó a escribir pero también a adoptar una

postura firme, la secundaria a luchar, discutir y comprender nuestra historia y

el país donde vivíamos, y la universidad la memoria y el rigor profesional. En

la pública identificamos lo diferente para integrarlo, pero nunca el método

científico nos lleva a concluir que las construcciones históricas son fruto de la

fatalidad, sino que más bien se nos indica nuestra capacidad para luchar

como obligada responsabilidad moral.

[Vidal Aragonés es abogado laboralista del Col·lectiu Ronda y

profesor asociado de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de

55

Page 56: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

la Universitat Autònoma de Barcelona]

31/5/2012

56

Page 57: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Ensayo

Ian Angus

Cómo llevar a cabo una revolución ecosocialista

Encuentros como este desempeñan un papel vital en la construcción de un

movimiento capaz de detener el tren rumbo al infierno del capitalismo, antes

de que conduzca a toda la humanidad al precipicio. Construir dicho

movimiento es la tarea más importante a la que podemos dedicarnos hoy en

día. Por ello, es un gran honor para mí haber sido invitado para participar en

vuestros debates.

* * *

Hace ciento cincuenta años, Karl Marx predijo que, a menos que el capitalismo

fuese eliminado, las grandes fuerzas productivas que este había

desencadenado acabarían por convertirse en fuerzas destructivas. Y eso es

exactamente lo que ha ocurrido. Cada día existen más evidencias de que el

capitalismo, que en su día fue la base de una oleada sin precedentes de

creatividad y liberación, se ha transformado en una fuerza de decadencia,

destrucción y muerte que amenaza directamente la existencia de la raza

humana, por no mencionar la de millones de especies animales y vegetales

con las que compartimos el planeta.

Mucha gente ha planteado ajustes tecnológicos o reformas políticas para

abordar los diversos aspectos de la crisis ambiental global, y muchas de

dichas medidas merecen sin duda una seria consideración. Algunas de ellas

pueden ofrecernos algo más de tiempo; algunas pueden retrasar el día del

juicio ecológico final. Contrariamente a lo que algunos de nuestros críticos

sostienen, ningún socialista serio se opone a las reformas o a las medidas

parciales: apoyamos activamente todo tipo de medida que reduzca, limite o

retrase los efectos devastadores del capitalismo. Y trabajaremos con toda

persona, socialista o no, que desee seriamente luchar en favor de tales

medidas. Es más: ¡tratad de detenernos si podéis! Pero como socialistas,

sabemos que no puede haber solución duradera a la crisis ambiental múltiple

del mundo mientras el capitalismo siga siendo el sistema económico y social

dominante en este planeta. No afirmamos estar en posesión de todas las

respuestas, pero sí contamos, por contra, con una gran respuesta: la única vía

para un cambio permanente y de largo alcance en la forma en que la

humanidad se relaciona con el resto de la naturaleza es una revolución

ecosocialista.

Si no llevamos a cabo esa transformación, tal vez podamos retrasar el

57

Page 58: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

desastre, pero no por ello el desastre dejará de ser inevitable. Tal y como

siempre ha anunciado la cabecera de Climate and Capitalism: “Ecosocialismo

o barbarie: no hay una tercera vía”. Pero ¿a qué nos referimos cuando

hablamos de ecosocialismo? Y ¿qué queremos decir con revolución

ecosocialista?

¿Qué es el ecosocialismo?

No hay ningún copyright sobre la palabra ecosocialismo, y aquellos que se

consideran ecosocialistas no están de acuerdo en todo. Así, pues, lo que voy a

decir refleja mi propio punto de vista.

El ecosocialismo empieza con una crítica de sus dos progenitores, la ecología

y el marxismo. La ecología, en el mejor de los casos, nos proporciona

herramientas poderosas para entender cómo funciona la naturaleza: no como

actividades o acontecimientos aislados, sino como ecosistemas integrados e

interrelacionados. La ecología puede ofrecer, y ofrece, elementos de

conocimiento esenciales sobre las formas en que la actividad humana está

socavando los sistemas que hacen posible toda forma de vida. Pero mientras

la ecología ha sabido describir correctamente el daño causado por los

humanos, su falta de análisis social ha conllevado que pocos ecologistas

hayan concebido un programa creíble para detener esa destrucción.

A diferencia de lo que ocurre con otros animales, la relación entre los seres

humanos y nuestro entorno no puede ser explicada sólo mediante números o

a través de nuestra biología. Sin embargo, ahí es donde la ecología se

detiene. De hecho, cuando los ecologistas encaran las cuestiones sociales,

casi siempre obtienen las respuestas equivocadas, porque asumen que los

problemas en la relación entre la humanidad y la naturaleza vienen causados

por ciertos números o por la naturaleza humana, o que son simplemente el

resultado de la ignorancia y de algunos malentendidos. Si todos conociéramos

la verdad, el mundo cambiaría. Lo que debemos hacer son pequeños ajustes

sobre las tasas y los mercados, o quizás difundir más ampliamente el control

de natalidad, y todo irá bien.

La falta de una crítica coherente del capitalismo ha hecho que la mayoría de

los partidos verdes del mundo sean inefectivos, o, peor aún, ha permitido que

se convirtieran en socios menores de gobiernos neoliberales, ofreciendo un

camuflaje verde a políticas reaccionarias. De la misma forma, la mayoría de

las principales ONG verdes hace tiempo que abandonaron la tarea de

construir verdaderamente un movimiento ecologista y prefirieron buscar

donaciones provenientes de los contaminadores corporativos. Al no entender

el capitalismo, creen que pueden resolver los problemas siendo amables con

los capitalistas.

58

Page 59: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

En contraste, la mayor fuerza del marxismo es su crítica integral del

capitalismo: un análisis que explica por qué este específico orden social ha

sido a la vez tan exitoso y tan destructivo. El marxismo también ha mostrado

que otro tipo de sociedad es a la vez posible y necesario: una sociedad en la

que la destructiva producción capitalista sea reemplazada por la producción

cooperativa, y en la que la propiedad capitalista sea sustituida por bienes

públicos globales.

Lo que a día de hoy llamamos ecología fue fundamental para el pensamiento

de Marx y, tal y como ha mostrado John Bellamy Foster, en el siglo XX los

científicos marxistas realizaron contribuciones de gran alcance al pensamiento

ecológico. Pero en general, los movimientos marxistas del siglo XX ignoraron

completamente las cuestiones medioambientales o pospusieron

despreocupadamente toda consideración sobre el tema hasta el triunfo de la

revolución, momento en el que el socialismo resolvería el asunto por arte de

magia. Más aún: algunas de las peores pesadillas ecológicas del siglo XX

ocurrieron en países que se llamaban a sí mismos socialistas: basta con

mencionar el horror nuclear de Chernobyl, o el envenenamiento y drenaje del

mar de Aral, para dejar claro que simplemente con eliminar el capitalismo no

vamos a salvar el mundo.

Existe una respuesta fácil a eso: se podría decir que esos países no eran

socialistas. Eran capitalistas de Estado, u otra cosa, de modo que la crítica a

sus crímenes ambientales resulta irrelevante. Pero los críticos verdes dirán, y

con razón, que eso es una excusa. La gente, en la URSS y en el resto de

países del bloque soviético, creyó que estaba construyendo el socialismo. Y

para la mayoría de las personas del resto del mundo ése era el aspecto que

tenía el socialismo. Así pues, independientemente de si consideramos a esas

sociedades socialistas o les ponemos otra etiqueta, necesitamos responder la

cuestión subyacente: ¿qué nos hace pensar que las próximas tentativas de

construir sociedades socialistas lo harán mejor de lo que lo hicieron en el

pasado? Nuestra respuesta consta de dos partes.

La primera es que eliminar el lucro y la acumulación como fuerzas motrices de

la economía eliminaría la tendencia innata del capitalismo a contaminar y

destruir. Si bien es cierto que las políticas erróneas y la ignorancia han

causado algunos problemas ecológicos muy serios, la crisis global a la que nos

enfrentamos hoy no es el resultado de políticas erróneas y de la ignorancia: es

el resultado inevitable de la forma en que funciona el capitalismo. Bajo el

capitalismo, un mundo ecológicamente equilibrado es imposible. El socialismo

no hace que la consecución de ese mundo sea inevitable, pero sí la hace

posible.

La segunda parte de la respuesta es que la historia no está hecha de fuerzas

59

Page 60: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

impersonales. La transición al socialismo será la obra de personas reales, y las

personas pueden aprender de la experiencia. Esto queda demostrado en la

práctica por Cuba, que en los la construcción de una economía

ecológicamente responsable y que ha sido, de forma reiterada, uno de los

pocos países que ha cumplido los criterios de WWF para una sociedad

globalmente sostenible.

La lección que debemos aprender de ese logro, así como de los errores

medioambientales del socialismo en el siglo XX, es que la ecología debe

desempeñar un papel central en la teoría socialista, en el programa socialista

y en la actividad del movimiento socialista. El ecosocialismo trabaja para unir

lo mejor de lo rojo y de lo verde y, al mismo tiempo, trata de superar las

debilidades de ambos. Intenta combinar el análisis marxista de la sociedad

humana con el análisis de la ecología sobre nuestra relación con el resto de la

naturaleza y se propone construir una sociedad que tendrá dos características

fundamentales e indivisibles:

• Será socialista, comprometida con la democracia, con el igualitarismo

radical y con la justicia social. Estará basada en la propiedad colectiva de los

medios de producción, y trabajará activamente para eliminarla explotación, el

lucro y la acumulación como fuerzas motrices de nuestra economía.

• Y estará basada en los mejores principios ecológicos, otorgando la más alta

prioridad a detener las prácticas dañinas para el medio ambiente, a restaurar

los ecosistemas ya dañados y a reconstruir la agricultura y la industria sobre

sólidos principios ecológicos.

Una frase de John Bellamy Foster, en The Ecological Rift, explica de forma

precisa y concisa la razón de ser del ecosocialismo: “No puede haber una

auténtica revolución ecológica que no sea socialista; no hay auténtica

revolución socialista que no sea ecológica”.

¿Qué es una revolución ecosocialista?

Cuando decimos revolución, estamos hablando de un cambio profundo en la

manera en que los humanos se relacionan con la tierra, en la forma en que

producimos y reproducimos, en prácticamente todo lo que los humanos

hacemos y en cómo lo hacemos. Lo que pretendemos no es sólo una

reorganización del capitalismo, ni solamente cambios en la propiedad, sino lo

que Fred Magdoff, en un artículo publicado en un número reciente del Monthly

Review, llama “una civilización verdaderamente ecológica, en armonía con los

sistemas naturales”. Magdoff enumera ocho características que dicha

civilización debería reunir. Debería:

60

Page 61: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

1. dejar de crecer una vez que las necesidades humanas básicas estén

satisfechas;

2. no empujar a la gente a consumir más y más;

3. proteger los sistemas de apoyo a la vida natural y respetar los límites de los

recursos naturales, teniendo en cuenta las necesidades de las generaciones

futuras;

4. tomar decisiones basadas en necesidades sociales/ecológicas a largo plazo,

sin ignorar las necesidades a corto plazo de las personas;

5. operar en la medida de lo posible con fuentes actuales (incluido el pasado

reciente) de energía, en lugar de con combustibles fósiles;

6. potenciar las características humanas y una cultura de la cooperación y la

reciprocidad, compartiendo y responsabilizándose con los vecinos y la

comunidad;

7. hacer posible el pleno desarrollo del potencial humano;

8. promover una toma de decisiones políticas y económicas auténticamente

democrática para abordar las necesidades locales, regionales e

interregionales.

Como dice Fred Magdoff, una sociedad con esas características sería

“esencialmente lo contrario al capitalismo en todos los aspectos”.

Ni fácil ni rápido

Lograr ese cambio resulta absolutamente esencial. Pero no deberíamos

engañarnos creyendo que ocurrirá fácil o rápidamente. He observado que la

mayoría de ecologistas y socialistas subestiman seriamente la magnitud de la

tarea que nos proponemos acometer, lo grande que tendrá que ser el cambio,

lo difícil que será y cuánto tiempo será necesario para llevarla a cabo.

Hace cuarenta años, en 1971, Barry Commoner, uno de los primeros

socialistas modernos que escribió sobre la crisis medioambiental, estimó que

para invertir la destrucción ambiental que en aquel entonces podía observar

en los Estados Unidos y para reconstruir la industria y la agricultura sobre una

base ecológicamente responsable, “la mayor parte de los recursos de la

nación destinados a inversión de capital deberían ser empleados en la tarea

de la reconstrucción ecológica durante, al menos, una generación”. La

velocidad y la magnitud de la destrucción ambiental se han acelerado

61

Page 62: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

rápidamente a lo largo de las cuatro décadas transcurridas desde que

Commoner escribiera esas palabras. El tiempo requerido y el coste de la

reparación y la reconstrucción se han visto sustancialmente incrementados.

Las Naciones Unidas, por ejemplo, han estimado recientemente que costará

treinta años limpiar el daño devastador causado por Shell Oil en el hogar de

los ogoni en el delta del Níger. Y eso para un área de sólo 386 millas

cuadradas, es decir, aproximadamente una novena parte del tamaño de

Sidney. El delta del Níger es un ejemplo particularmente horrible del papel

ecocida del capitalismo, por supuesto, pero hay otros muchos ejemplos en el

mundo, suficientes como para acabar con cualquier esperanza de un giro fácil.

Eso significa que el título de mi charla es un poco engañoso. No puedo deciros

cómo llevar a cabo una revolución ecosocialista, porque los cambios

necesarios llevarán décadas, en circunstancias que no podemos predecir. No

sólo eso, sino que sin duda la transformación requerirá nuevos conocimientos

y nueva ciencia. Parafraseando a Marx, no hay libro de recetas para los chefs

de la revolución ecológica.

Llegando al punto de arranque

Sin embargo, podemos y debemos debatir cómo llegar al punto de arranque

de la revolución. Uno de los pioneros del socialismo revolucionario y del

ecologismo fue el gran poeta y artista británico William Morris. En 1893,

describió ese punto de partida de la siguiente manera: “La primera victoria

real de la Revolución Social será el establecimiento no de un sistema

completo de comunismo en un solo día, lo cual es absurdo, sino de una

administración revolucionaria cuyo objetivo definido y consciente será el de

preparar, por todas las vías posibles, a la vida humana para dicho sistema…”.

Sería posible combinar la afirmación de William Morris con la terminología de

Fred Magdoff para resumir el objetivo principal del movimiento ecosocialista

en la actualidad: “Una administración revolucionaria cuyo objetivo definido y

consciente será el de preparar, por todas las vías posibles, a la vida humana

para una civilización ecológica”.

En nuestro nuevo libro, Too Many People?, Simon Butler y yo expresamos esa

idea de la siguiente manera: “En cada país, necesitamos gobiernos que

rompan con el orden existente, que sean responsables sólo ante la gente

trabajadora, los agricultores, los pobres, las comunidades indígenas y los

inmigrantes; en pocas palabras: ante las víctimas del capitalismo ecocida, no

ante sus beneficiarios y representantes.” Y sugerimos algunas de las primeras

medidas que dichos gobiernos podrían tomar, a saber:

• retirar rápidamente los combustibles fósiles y los biocombustibles,

reemplazándolos por fuentes de energía limpia;

62

Page 63: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

• apoyar activamente a los agricultores en su conversión a la agricultura

ecológica; defenderla producción y distribución local de alimentos;

• introducir redes públicas de transporte gratuitas y eficientes;

• reestructurarlos sistemas existentes de extracción, producción y

distribución para eliminar residuos, la obsolescencia programada, la

contaminación y la publicidad manipuladora, y proporcionar formación

completa para el reciclaje profesional a los trabajadores y comunidades

afectados;

• modernizar los edificios y hogares existentes con vistas a la eficiencia

energética;

• poner fin a todas las operaciones militares; transformar las fuerzas armadas

en equipos voluntarios encargados de la restauración de ecosistemas y de

asistir a las víctimas de desastres medioambientales.

Nuestras propuestas no pretenden ser únicas, y estoy seguro de que a

muchos de los asistentes se les ocurren muchos otros cambios esenciales.

Para encontrar otras ideas interesantes sobre lo que ese tipo de gobiernos

debería hacer, os animo también a echar una ojeada a la “agenda a corto

plazo para activistas medioambientales” incluida en el capítulo final de What

Every Environmentalist Needs to Know About Capitalism, de John Bellamy

Foster y Fred Magdoff, así como al programa recogido en la Carta del Clima de

la Alianza Socialista en Australia.

Me gustaría hacer hincapié en el hecho de que no deberíamos esperar a un

gobierno ecosocialista para llevar a cabo dichos cambios. Todo lo contrario:

deberíamos estar luchando por la consecución de cada una de esas medidas

hoy, como elementos centrales de nuestra lucha por un mundo mejor. Esos

son primeros pasos que pueden darse: sólo el comienzo. Construir una

civilización completamente ecológica exigirá mucho más. Cuanto más

tardemos en construir un movimiento que pueda iniciar el proceso, más difícil

será la revolución ecosocialista.

Participación de la mayoría

He puesto de relieve la complejidad y la dimensión de la tarea a la que nos

enfrentamos no para desanimaros, sino para subrayar otro punto esencial: los

cambios sociales radicales no ocurren sólo porque son “lo correcto”. Las

buenas ideas no son suficientes. La autoridad moral no es suficiente. Una

revolución ecosocialista no puede ser hecha por una minoría ni impuesta por

políticos y burócratas, al margen de cuán buenas sean sus intenciones. La

63

Page 64: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

revolución requiere la participación activa de la gran mayoría de la gente.

Según las famosas palabras de Marx: “La emancipación de la clase

trabajadora debe ser obra de los propios trabajadores”. Ello no es así porque

la democracia sea moralmente superior, sino porque los cambios necesarios

no pueden ser llevados a cabo, y no serán duraderos, si no son apoyados,

creados y puestos en práctica activamente por el mayor número posible de

personas. Sólo el apoyo y el compromiso de la mayoría pueden acabar

venciendo a los oponentes del cambio.

La única forma de vencer a las fuerzas actualmente dominantes, las fuerzas

de la destrucción global, es organizar una fuerza contraria que pueda

detenerlas y desalojarlas del poder. Esa es otra verdad fundamental sobre las

revoluciones: no existe nada parecido a una revolución donde todos ganan y

nadie pierde. En una revolución real, la gente que tenía poder y privilegios en

la vieja sociedad pierde su poder y sus privilegios en la nueva. Algunas de

esas personas pueden llegar a sumarse a la ola revolucionaria, y si es así les

daremos la bienvenida a nuestra causa. Pero la mayor parte de ellos

probablemente no apoyarán a la mayoría.

Hoy en día, como en todas las sociedades humanas desde hace miles de años,

existen poderosos grupos sociales que se benefician de la situación existente

y que se resistirán al cambio sin importar cuán obvia resulte la necesidad de

cambio. Basta con echar un vistazo al actual Congreso de los Estados Unidos o

al Parlamento australiano para ver a gente poderosa que se resistirá al

cambio incluso aunque ello signifique destruir el mundo. Los negacionistas del

cambio climático no son excéntricos aislados. Son políticos bien financiados,

respaldados por algunas de las corporaciones más poderosas del mundo y

preparados para arruinar el mundo con tal de proteger su poder.

Ya sabéis que, cada vez que hablamos de revolución, los poderes establecidos

nos acusan de estar tramando actos violentos. En realidad, la mayoría de los

ecosocialistas que conozco son no-violentos en sus vidas personales. Admito

que a muchos canadienses nos gusta el hockey, y estoy seguro de que hay

unos cuantos fanáticos del fútbol hoy aquí, pero eso no se traslada a nuestras

perspectivas políticas. No queremos violencia, y estaremos encantados si la

transición al ecosocialismo es enteramente pacífica. Desgraciadamente, y a

diferencia de lo que ocurre en el deporte profesional, lo que ocurre en una

revolución no depende completamente de nosotros. Como hemos podido

observar en muchos países, la elección democrática de gobiernos populares

por amplias mayorías nunca ha impedido que los defensores del viejo orden

traten de recuperar el poder por medios violentos. Y como la gente de

Venezuela y de Bolivia ha demostrado, la mejor forma de minimizar y

contrarrestar la violencia de los reaccionarios es movilizar al mayor número

posible de personas para defender el proceso revolucionario.

64

Page 65: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Una historia de dos ciudades

¿Qué fuerzas determinarán el resultado de la crisis medioambiental global en

el siglo XXI? Hace dos años tuvimos un notable adelanto de las alineaciones

de clase existentes. En diciembre de 2009, los países ricos del mundo

enviaron delegaciones a Copenhague con instrucciones no de salvar el medio

ambiente, sino de bloquear cualquier acción que pudiera debilitar sus

economías capitalistas o dañar sus competitivas posiciones en los mercados

mundiales. Y lo consiguieron. El acuerdo impuesto por la puerta de atrás fue,

como escribió Fidel Castro, “simplemente una broma”. El acuerdo de

seguimiento que negociaron en Cancún no fue mejor. Las cumbres de

Copenhague y Cancún dejaron claro que nuestros dirigentes no quieren

resolver la crisis ecológica y climática. Y punto. Sitúan sus estrechos intereses

económicos y electorales por delante de la supervivencia de la humanidad. Y

no cambiarán de postura voluntariamente.

Cinco meses después de la cumbre de Copenhague, una reunión muy

diferente tuvo lugar en Cochabamba, Bolivia. Por invitación del presidente

boliviano Evo Morales, unos 35.000 activistas, muchos de ellos indígenas,

llegaron desde más de 130 países para hacer lo que Obama y sus aliados se

negaron a hacer en Copenhague: desarrollar un programa de acción para

salvar el medio ambiente. Redactaron el borrador de un Acuerdo de los

Pueblos que atribuye la responsabilidad de la crisis climática al sistema

capitalista y a los países ricos que “tienen una huella de carbono cinco veces

mayor de lo que el planeta puede soportar”. La Conferencia Mundial de los

Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra adoptó

18 declaraciones centrales, que abordan cuestiones como los refugiados

climáticos, los derechos de los pueblos indígenas o la transferencia de

tecnologías, entre otros muchos. Resulta imposible imaginar que un programa

semejante pudiera emanar de una de las reuniones que celebran los países

ricos o de cualquiera de las conferencias de las Naciones Unidas.

Esas dos reuniones, la de Copenhague y la de Cochabamba, simbolizan la

gran línea divisoria en la lucha por el futuro de la tierra y de la humanidad. Por

un lado, un encuentro dominado por los ricos y poderosos, decididos a salvar

su riqueza y sus privilegios, incluso si el mundo se consume. Por otro, pueblos

indígenas, pequeños agricultores y campesinos, activistas progresistas y

trabajadores de todo tipo, decididos a salvar el mundo frente a los ricos y los

poderosos.

La conferencia de Cochabamba fue un gran paso adelante hacia un

movimiento global que sea efectivamente capaz de cambiar el mundo.

Mostró, de forma preliminar, la alianza de fuerzas que debe forjarse en cada

país, así como a nivel internacional, para poner fin al sistema capitalista

65

Page 66: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

medioambientalmente destructivo. Necesitamos a estudiantes y a académicos

y a feministas y a científicos; pero no seremos capaces de cambiar el mundo a

menos que logremos una participación activa de la gente trabajadora, de los

agricultores, de las comunidades indígenas y de todas las personas oprimidas.

Estas son las fuerzas con las que la izquierda verde debe aliarse. Estas son las

fuerzas a las que debemos ganar para la causa de la revolución ecosocialista.

¿Qué hacer ahora?

Llegados a este punto, deberíais estar preguntándoos: “¿Cómo podemos

hacerlo? ¿Cómo logramos el apoyo de las masas para el programa y los

objetivos que sabemos que son esenciales?”. Esa es exactamente la pregunta

adecuada que hay que hacerse. Porque si no podemos traducir nuestras ideas

y nuestro programa en acciones, entonces nuestras ideas serán irrelevantes,

y nosotros también. Citando otro comentario famoso de Marx, nuestra tarea

no es sólo explicar el mundo, sino cambiarlo. Como marxistas, usamos

nuestro análisis del mundo como base para determinar qué hacer. Primero

preguntamos: “¿qué está ocurriendo?”; y a continuación: “¿qué debemos

hacer?”.

Cuando formulamos esas preguntas hoy en día, todos somos muy conscientes

de que, a pesar de que la necesidad de la revolución es algo que se nos

presenta de una forma muy clara, somos una minoría, no sólo en el marco de

la sociedad en general, sino incluso dentro de la izquierda y del movimiento

ecologista. Como escribió el estudioso marxista Fredric Jameson, vivimos en

un tiempo en el que, para la mayoría de personas, “es más fácil imaginar el

fin del mundo que imaginar el fin del capitalismo”. La mayoría de los activistas

verdes no ven el capitalismo como su principal problema; o, si lo hacen, no

creen que una revolución ecosocialista sea posible o deseable. Así pues, la

tarea principal a la que nos enfrentamos no es proclamar la revolución desde

cada esquina de las calles, sino más bien encontrar formas de trabajar con el

número más amplio y variado posible de personas en el actual estado de la

cuestión. La marxista latinoamericana Marta Harnecker ha expresado esta

idea de la siguiente manera: “Ser radical no consiste en promover los

eslóganes más radicales, o en llevar a cabo las acciones más radicales… Ser

radical consiste más bien en crear espacios en los que amplios sectores

puedan unirse y luchar. Porque nosotros, como seres humanos, crecemos y

nos transformamos en la lucha. Entender que somos muchos y que estamos

luchando por los mismos objetivos es lo que nos hace más fuertes y nos

radicaliza”.

A través de las luchas por el cambio podemos sumar a nuestra causa a

personas a las que, a día de hoy, les resulta más fácil imaginar el fin del

mundo que el fin del capitalismo. No podemos generar de forma artificial un

66

Page 67: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

apoyo mayoritario, pero, afortunadamente, podemos contar con el capitalismo

y el imperialismo para que nos ayuden. Hace ya tiempo, Marx y Engels

afirmaron que lo que la burguesía produce es, antes que nada, sus propios

sepultureros. En 2011, vimos cómo los futuros sepultureros del capitalismo

entraron en conflicto directo con gobiernos autoritarios, con el imperialismo y

con los programas capitalistas de austeridad en países tan diversos como

Chile, España, Grecia, Túnez, Egipto, Gran Bretaña o incluso los Estados

Unidos. No podemos predecir en qué lugar van a producirse las luchas de

masas, o qué formas van a adoptar. Es algo que no está bajo nuestro control.

Los mejores eslóganes del mundo no son suficientes. Pero el capitalismo sí

hará que sucedan. La verdadera pregunta sobre la próxima radicalización es:

¿se apagará y se extinguirá, o será capaz de avanzar y, en última instancia,

de desafiar al propio capitalismo?

El movimiento que necesitamos

No existen garantías absolutas. El marxismo no es determinista. La revolución

ecosocialista no es inevitable. Sólo ocurrirá si la gente decide de manera

consciente que es necesaria y emprende el camino apropiado para llevarla a

cabo. En 1848, Marx y Engels plantearon una alternativa: la lucha de clases

conduciría o a una “reconstitución revolucionaria de la sociedad en su

conjunto”… o a la “ruina común de las clases en liza”. En este siglo de crisis

medioambiental, la ruina compartida por todos, la destrucción de la

civilización, es una posibilidad muy real.

Un factor —en mi opinión, el factor concreto más importante— que

determinaría ese resultado sería el papel que van a desempeñar las personas

que se encuentran en esta sala y otras personas como vosotros en todo el

mundo. Revueltas espontáneas como las que hemos visto en Europa y en el

norte de África a lo largo de 2011 son inevitables, pero no son, por sí mismas,

suficientes para dar vida a “una administración revolucionaria cuyo objetivo

definido y consciente será el de preparar, por todas las vías posibles, a la vida

humana para una civilización ecológica”. Eso no se logrará a menos que

consigamos crear, previamente, un movimiento organizado con una visión

clara y un programa ecosocialista que sea capaz de tender puentes entre la

rabia de millones de personas y el comienzo de la revolución ecosocialista.

Encuentros como este pueden ser parte del proceso de construcción de ese

movimiento.

No cuento con una hoja de ruta sobre cómo construir el movimiento que

necesitamos. En realidad, una de las lecciones que podemos aprender de los

errores del socialismo del siglo XX es que los planes de talla única, dictados

de forma centralizada, para la construcción de movimientos siempre fracasan.

Más que una hoja de ruta, permitidme que sugiera cuatro características que

67

Page 68: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

los movimientos comprometidos con el ecosocialismo deben compartir para

tener probabilidades de éxito.

1. Los ecosocialistas desarrollarán y aplicarán el análisis y el programa del

ecosocialismo. Esto puede parecer obvio, pero es muy importante. A lo largo

del último siglo, muchos marxistas trataron de congelar el marxismo. Tras la

muerte de Marx, o de Engels, o de Lenin, o de Trotsky, o de Mao —cada grupo

tuvo su propio punto final—, su marxismo dejó de desarrollarse. A partir de

ese momento, sin importar cuál fuera la situación, todo lo que tenían que

hacer era consultar los textos sagrados. Todas las respuestas estaban allí.

Algunas organizaciones de la izquierda siguen haciendo eso hoy en día. Ese

abordaje es completamente ajeno al marxismo, que nos proporciona un

método, pero no todas las respuestas. Ni siquiera nos ofrece todas las

preguntas. A lo largo de sus vidas, Marx y Engels estudiaron los

descubrimientos científicos, tecnológicos y de todo tipo y aprendieron de las

luchas de su tiempo. Utilizaron ese nuevo conocimiento para expandir,

profundizar o cambiar sus conclusiones políticas. El ecosocialismo debe seguir

su ejemplo. No hay, y no habrá, un programa ecosocialista perfecto e

inmutable, ni tampoco un documento al que podemos señalar y del que

podamos decir: “Ahí está, no hacen falta más cambios, ya sabemos qué hacer

en todas las circunstancias posibles”.

Una tarea clave para los ecosocialistas en cualquier lugar del mundo es tomar

los puntos de partida que el ecosocialismo ofrece hoy en día y empezar a

construir a partir de ellos, usando tanto el método del marxismo como los

mejores trabajos científicos de nuestro tiempo y las lecciones aprendidas en

las luchas por el cambio. A partir de ahí, debemos aplicar nuestra nueva

comprensión a un amplio abanico de lugares y circunstancias. Esta tarea es

difícil porque nos exige pensar, comprender nuestras situaciones y dar una

respuesta apropiada y creativa, y no limitarnos a repetir una y otra vez los

mismos eslóganes caducos. Sólo de esa manera el ecosocialismo será capaz

de contribuir de forma efectiva a salvar el planeta

2. Los ecosocialistas serán pluralistas y abiertos. Otra lección que podemos

aprender del siglo XX es que los grupúsculos socialistas monolíticos no se

convierten en movimientos de masas. Se estancan y decaen, se pelean y se

desintegran, pero no cambian el mundo. Así que quiero dejar claro que no os

estoy empujando a salir corriendo de esta sala y crear otra nueva secta. El

ecosocialismo no es una organización separada, sino un movimiento para

conseguir sumar a los individuos y grupos rojos y verdes existentes a la

perspectiva ecosocialista. Nuestros programas ecosocialistas definen quiénes

somos, son el pegamento que nos mantiene unidos. Pero en el seno de ese

amplio marco debemos entender que ninguno de nosotros tiene el monopolio

de la verdad y que ninguno cuenta con la llave mágica que abrirá la puerta del

68

Page 69: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

reino ecosocialista. Sin duda tendremos desacuerdos sobre muchas

cuestiones y nuestros debates serán vigorosos. Pero si estáis de acuerdo en

que no puede haber una auténtica revolución ecológica que no sea socialista

ni una auténtica revolución socialista que no sea ecológica, entonces lo que

nos une es más importante que nuestras diferencias. Necesitamos construir

un movimiento ecosocialista democrático entre todos.

3. Los ecosocialistas serán internacionalistas y antiimperialistas. En el seno

del extenso movimiento ecologista, los ecosocialistas deben ser la voz más

fuerte en favor de una justicia climática global. Todos los ecologistas serios

deben ser internacionalistas, aunque sólo sea porque los ecosistemas no

respetan las fronteras nacionales. Es más: no existen soluciones nacionales

para el cambio climático. La lucha debe hacerse país a país, pero únicamente

el cambio internacional podrá salir vencedor. La comunicación internacional y

la solidaridad son absolutamente esenciales. Pero para aquellos de nosotros

que vivimos en los países ricos, en los países imperialistas, nuestro

internacionalismo tiene que ir mucho más allá.

Se ha dicho muchas veces que las personas del Sur global y las comunidades

indígenas de todos los rincones del mundo son las víctimas primarias del

cambio climático y de otras formas de destrucción medioambiental. Lo que no

se dice tan a menudo, pero resulta incluso más importante, es que los

principales criminales medioambientales son “nuestros” capitalistas en el

Norte. Ello conlleva una especial responsabilidad de los ecosocialistas de los

países ricos de combatir las políticas de nuestros gobiernos y de las empresas

radicadas en nuestros países. Hoy en día, los combates más importantes por

la justicia ecológica están teniendo lugar en el llamado Tercer Mundo. Lo

mínimo que nosotros, en los países imperialistas, podemos hacer es dar

publicidad a esos movimientos y mostrar el rol que desempeñan en ellos

nuestros capitalistas locales. Y además:

• Debemos mostrar nuestra solidaridad de la manera más concreta que

podamos.

• Debemos dar especial énfasis y apoyo a las demandas planteadas por el

Acuerdo de los Pueblos de Cochabamba.

• Debemos exigir a nuestros gobiernos apoyo financiero para la adaptación al

cambio climático, incluyendo el desarrollo de una agricultura ecológicamente

responsable.

• Debemos exigir transferencias directas de tecnologías relacionadas con las

energías renovables y con otros sectores relevantes, de manera que los

países más pobres puedan alcanzar el desarrollo económico sin contribuir al

69

Page 70: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

calentamiento global. (Quiero subrayar que, a menos que logremos eso, y

hasta que ocurra, nadie en el Norte tiene derecho a criticar las opciones

energéticas y de desarrollo adoptadas por los gobiernos y los movimientos

progresistas del Tercer Mundo).

• Debemos oponernos a las llamadas soluciones de mercado y a la

mercantilización de la naturaleza. Eso incluye el rechazo al comercio de

derechos de emisión en todas sus formas.

• Debemos dar la bienvenida en nuestros países a los refugiados climáticos,

ofreciéndoles oportunidades de vida decente y plenos derechos humanos.

4. Los ecosocialistas construirán movimientos por un mundo mejor y

participarán activamente en ellos. Finalmente, y por encima de todo, los

ecosocialistas serán activistas. Debemos frenar el impulso ecocida del

capitalismo todo lo posible y revertirlo cuando se pueda, de modo que

obtengamos todas las victorias posibles frente a las fuerzas de la destrucción.

Como ya he dicho, nuestros dirigentes no cambiarán voluntariamente, pero la

oposición de las masas puede obligarles a actuar, incluso en contra de su

voluntad.

Muchas son las cuestiones medioambientales a las que se enfrenta hoy el

mundo, y estoy seguro de que los ecosocialistas estarán activos en una

amplia variedad de campañas. Pero el alcance y la potencial destructividad de

la emergencia climática hacen de ésta la cuestión más importante, y debemos

concederle la máxima prioridad. Nuestro objetivo debe ser el de unir a todos

—socialistas, liberales, verdes, sindicalistas, feministas, activistas

indígenas...—, a todos los que estén dispuestos a exigir a los gobiernos que

actúen de forma decidida para reducir las emisiones de gases de efecto

invernadero. Y, al mismo tiempo, necesitamos unir a las fuerzas que

entienden la necesidad de ir más allá de las batallas defensivas, y sentar las

bases de un movimiento que pueda, de hecho, iniciar la revolución

ecosocialista. Afortunadamente, esas dos tareas no están en conflicto. Luchar

para obtener triunfos inmediatos frente a la destrucción capitalista y luchar

por el futuro ecosocialista no son actividades separadas, sino aspectos de un

único proceso integral. A través de combates unitarios para obtener triunfos

inmediatos y reformas medioambientales, los trabajadores y los agricultores y

los pueblos indígenas pueden crear las organizaciones y el conocimiento

colectivo que necesitan para defenderse y promover sus intereses.

Las victorias obtenidas por ellos en combates parciales contribuirán a

construir la confianza necesaria para plantearse objetivos más amplios. Y

únicamente a través de la construcción de esas luchas y de la participación en

ellas el movimiento ecosocialista podrá crecer, ser escuchado por un número

70

Page 71: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

cada vez mayor de personas, y lograr finalmente que una revolución

ecosocialista sea posible.

El reto al que nos enfrentamos

El Acuerdo de los Pueblos adoptado en Cochabamba expresa de forma

elocuente el reto que tenemos ante nosotros:

1. “La humanidad se enfrenta a un gran dilema: continuar por la vía del

capitalismo, de la depredación y de la muerte, o elegir el camino de la

armonía con la naturaleza y del respeto por la vida”;

2. “Resulta imperativo que forjemos un nuevo sistema que restaure la

armonía con la naturaleza y entre los seres humanos”;

3. “Y para que exista un equilibrio con la naturaleza, es necesario que

haya equidad entre los seres humanos”.

Ahí, en tres frases, se encuentra la razón para construir un movimiento que

aspire a salvar al mundo, la razón para una revolución ecosocialista. Como ya

he dicho, no será fácil, pero no se me ocurre una causa más importante y que

merezca más la pena. Si trabajamos juntos, podemos acabar con el

capitalismo, antes de que el capitalismo acabe con nosotros.

[Ian Angus es el responsable de la revista estadounidense Climate

and Capitalism. El presente texto reproduce su discurso de apertura

para la conferencia “Cambio climático, cambio social”, celebrada en

Melbourne, Australia, el 2 de octubre de 2011. La traducción del

inglés para mientras tanto es de Sergio Colina Martín]

20/5/2012

Pablo Saravia

Desafíos y logros de la horizontalidad en las experiencias de

cooperativas agroecológicas andaluzas

Los resultados que se presentan en el siguiente artículo son parte de una

investigación cualitativa que analiza dos experiencias de cooperativas

agroecológicas andaluzas (Hortigas en Granada y La Acequia en Córdoba)

desde la perspectiva de los movimientos sociales. En este caso la información

se extrae de entrevistas individuales en profundidad que se realizaron a

personas pertenecientes a estos colectivos. Se utilizó como criterio de

71

Page 72: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

segmentación de la matriz muestral, el tiempo de permanencia en la

cooperativa, dando como resultado dos grupos: los llamados militantes

antiguos/as (más de dos años de pertenencia al colectivo) y los militantes

nuevos/as (menos de dos años). Además de estos grupos también fueron

entrevistados/as ex militantes. En total se realizaron 48 entrevistas (25 en

Hortigas y 23 en La Acequia) entre el 26 de noviembre de 2009 y el 16 de

noviembre de 2010.

* * *

1. Introducción: notas sobre la horizontalidad y sus implicaciones

políticas

Las prácticas políticas aplicadas en las sociedades occidentales modernas han

ido profundizando cada vez más formas verticales y jerárquicas de toma de

decisiones. Tanto el autoritarismo como las democracias representativas,

basadas en la lógica electoral, han compartido ese camino dejando de lado el

poder creativo de la sociedad civil. Esto se traduce en el plano de las grandes

decisiones políticas, como en las formas cotidianas de gestionar las relaciones

de poder y los mecanismos de toma de decisiones.

El juego democrático se reduce al espacio electoral y a la deliberación

institucional sobre temáticas escogidas por los tecnócratas de turno. Éstos, al

amparo de los partidos políticos, tienen como tareas fundamentales reclutar y

formar nuevas élites, crear políticas públicas y organizar elecciones cada

cierto tiempo [1]. Mientras tanto la mayor parte de las personas desempeña

un rol pasivo e inactivo [2]. Además, esta política institucional o convencional

se desarrolla en completo acuerdo y comunión con los grandes intereses

económicos locales e internacionales. Por lo tanto, asistimos a formas

democráticas de relación política marcada por la tecnocracia, el aislamiento

forzado de la sociedad civil y un estrecho vínculo entre las fuerzas económicas

y la gestión de la política pública mediada por un Estado cada vez más

debilitado.

En este contexto de socialización política la horizontalidad propone romper

con estas dinámicas y convertirse en una alternativa que construye formas y

procesos dotados con otros valores y prioridades. Se convierte en un espacio

donde se busca combinar vínculos entre los diferentes saberes y prácticas [3]

que las personas tienen o adquieren en sus diferentes recorridos políticos.

Funciona como un principio que guía el accionar político, siendo una especie

de utopía que se debe alcanzar. Pero al mismo tiempo tiene una dimensión

más concreta que se crea constantemente en la práctica política del día a día

de los colectivos. Es utopía y herramienta política a la vez [4]. Es por ello que

la horizontalidad se nos presenta como una herramienta moldeable capaz de

72

Page 73: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

traducir relaciones políticas de confianza múltiples y que tienen un carácter

inminentemente fragmentario.

La horizontalidad es un proyecto de ruptura con las antiguas y convencionales

formas de hacer política determinadas por la industrialización del siglo XIX y

XX y el peso de los estados, las élites y sus operadores. Por el contrario, se

constituye en una metodología más cercana a la fisonomía múltiple de las

expresiones de protestas más contemporáneas, como pueden ser el 15M

español, la llamada primavera árabe o las protestas vinculadas al movimiento

Occupy Wall Street, que desarrollan estrategias políticas desde la

horizontalidad y no desde la intermediación [5]. Al mismo tiempo, es un

llamado a que los actores sean los responsables de la acción desde una

posición más central. Por lo tanto, la horizontalidad requiere una creatividad

activa en constante cambio y reflexión crítica sobre el entorno.

Por otra parte, la horizontalidad se construye como una expresión política en

medio de un contexto donde se intenta consolidar referentes que den

satisfacción a necesidades, materiales y afectivas, desde abajo y basados en

la cooperación social [6]. Su materialización es fruto de una lectura crítica de

los modelos de democracia representativa, vigentes hoy en día, como

también una oportunidad de creación colectiva de nuevas fórmulas de hacer

política. Éstas suponen la reconfiguración de diferentes y más cercanas

formas de decisión y construcción de relaciones políticas que intenten integrar

ámbitos olvidados por las formas convencionales, como por ejemplo lo

afectivo y emocional. El sujeto en movimiento, puesto en la escena de la

horizontalidad, se enfrenta a estos desafíos.

Complementariamente, este proyecto crítico debe hacer frente a las

preconcepciones que están adosadas a la horizontalidad y que surgen de una

visión idealista del concepto. Una es que la horizontalidad está en directa

contradicción con la delimitación de normas y/o formas de funcionamiento

establecidas. La otra es que la delegación o especialización de ciertas

funciones o tareas atenta contra la horizontalidad y su definición ideológica

[7]. En este trabajo veremos como estas concepciones idealizadas

permanecen en la práctica política, pero también identificamos cuales son las

interrogantes que implican su superación y, más aún, las nuevas

concepciones que se tienen de la misma.

Con el objetivo de situar lo más posible el tema de la horizontalidad

proponemos una serie de elementos que pueden servir como definición y

marco de interpretación del fenómeno. En primer lugar, creemos que los

procesos horizontales buscan construir mecanismos que fortalezca la libre

expresión de los actores políticos. Construyen espacios abiertos donde poder

comunicarse basados en un constante esfuerzo por delimitar los diferentes

73

Page 74: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

tipos de liderazgos y sus influencias. Se trata de construir relaciones más

equilibradas entre quienes manejan altos y bajos rangos [8] de poder. Esto es

especialmente importante ya que no todas las personas llegan en igualdad de

condiciones a la participación política ni tampoco están en las mismas

condiciones de manejo de información. En este sentido las formas

horizontales no escapan a las relaciones discursivas que generan relaciones

de poder, sino que más bien es el terreno donde este dispositivo se articula.

Es por ello que las formas asamblearias de organización desnudan estos

desequilibrios y obligan a plantearse preguntas y desafíos para minimizarlos.

Es decir, plantean el desafío de develar las formas de funcionamiento del

poder, o sea, cómo el actor en movimiento se sitúa dentro de la compleja

malla de poder, lo ejerce y conserva y cuáles son las repercusiones de dicha

dinámica [9].

En segundo lugar, la horizontalidad supone la creación de modelos de decisión

y de relaciones no jerárquicas y antiautoritarias entre las personas. Por lo

tanto, es una ruptura con las formas verticales de organización política [10] y

la sostenida tendencia a vaciar la capacidad de la sociedad de influir en las

decisiones de los gobiernos [11]. Es por ello que es fundamental reproducir y

vigilar aspectos como la escucha activa y la consideración más igualitaria de

todas las opiniones. Se trata de democratizar el acceso a la información sobre

todo en la perspectiva de reproducir procesos de toma de decisiones sin

imposiciones ni coacciones [12]. Dichos procesos deben estar atentos, entre

otros factores, a tendencias que conspiran contra su correcto desarrollo, como

por ejemplo el efecto negativo del crecimiento del colectivo que en ocasiones

hace que los procesos de toma de decisiones sean más lentos y complejos

[13].

En tercer lugar, el modelo político de horizontalidad promueve la

transparencia de los procesos. No hay un espacio detrás, oculto, que maneje

las relaciones políticas. No se visualiza una intencionalidad política de

conducción y gestión de los intereses. Todo parece bastante más traslúcido y

evidente a los ojos de un observador desinformado. Esto supone que no existe

una lógica de competitividad donde el resultado de los vínculos políticos sea la

búsqueda de relaciones de vencedores y vencidos.

Íntimamente relacionado con esto, la horizontalidad no pretende responder a

una lógica de elitismo político. Esto no libra a los colectivos de los liderazgos y

de personas que en determinados momentos tengan mayores

responsabilidades o manejen más cuotas de información. No es, por lo tanto,

un modelo político puro y donde la igualdad de todas las personas esté

expresa en absolutamente todos los momentos políticos de un colectivo.

En quinto lugar, en la construcción de modelos horizontales las relaciones son

74

Page 75: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

cambiantes y en permanente movimiento. Los actores la resignifican a

medida que los procesos y objetivos de los colectivos van trascurriendo. Esto

sucede en espacios abiertos donde se llevan a cabo acuerdos que están en

permanente proceso de reflexión y redefinición. Es por ello que potencia un

tipo de participación donde el sujeto político elige su posición entre varias

opciones haciéndose cargo además de las responsabilidades que ello supone

[14].

Además de ser un modelo más flexible que los verticales y jerárquicos, la

horizontalidad propone formas donde la autonomía de las personas esté por

delante. En él se desarrolla una vocación descentralizadora [15] respecto de

sus liderazgos como también de su aplicación política concreta. Bajo la

construcción de la horizontalidad existe un esfuerzo por tejer, de manera

colectiva, relaciones de poder.

Por último, la aplicación de mecanismos horizontales supone una

independencia respecto de los centros o núcleos intelectuales [16]. Así como

no hay una jerarquización de los liderazgos tampoco lo hay en término de las

ideas. Se busca construir procesos colectivos de creación intelectual que

surjan desde las prácticas cotidianas y no desde grupos específicos destinados

a “pensar” lo político en nombre de quienes lo están vivenciando. Es decir,

hay un esfuerzo por crear sus propias representaciones a partir de los propios

actores, siendo esta una función poco definida y muchas veces rotatoria.

Complementariamente a este marco conceptual, un esquema que puede ser

interesante para completar el puzzle analítico de la horizontalidad es el que

identifica a lo menos dos grandes caminos. Uno que se pregunta sobre el

dónde (delimitación espacial) hay que medir la horizontalidad y otro hasta

donde (delimitación conceptual) debe llegar la horizontalidad.

Tanto la delimitación espacial como la conceptual, asumen límites fronterizos

muy amplios. La horizontalidad se puede buscar desde los procesos de toma

de decisiones generales o estratégicos de un colectivo hasta aplicarlos solo en

una partícula del desarrollo del mismo. Es decir, se articulan mecanismos

horizontales cada vez que se pone en juego o se debaten las bases

ideológicas u organizacionales del colectivo o también cuando se trata de

decisiones logísticas y carentes de sentido estratégico.

Para entender mejor en la práctica política estas delimitaciones es necesario

profundizar en ciertos marcos [17] de acuerdo compartido por todas las

personas que participan de un proyecto horizontal. Estos permiten garantizar

cierto grado de eficacia en la toma de decisiones, aspecto fundamental para

evitar el agotamiento y posterior debilitamiento de los colectivos. También

buscan fomentar la participación en igualdad de condiciones más que

75

Page 76: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

establecer controles manipuladores sobre las temáticas o formas de tomar

una decisión.

Estos marcos deben incluir, al menos [18], una división de las

responsabilidades razonables y que tiendan hacia potenciar la cooperación.

Por una parte, esto supone que no todas las personas pueden ser

responsables de todas las tareas, de ahí la importancia de la delegación de la

toma de decisiones basada en la confianza. Pero por otra parte, también

implica consolidar mecanismos de reparto igualitario en todo tipo de

funciones.

El siguiente apartado del artículo presenta los resultados del análisis de las

entrevistas en profundidad divididos según las temáticas más relevantes

presentes en los discursos de los actores políticos.

2. La horizontalidad construida desde los colectivos [19]

En primer lugar, este apartado trabaja sobre la definición de horizontalidad

que surge desde las propias posturas y posiciones de los y las

entrevistados/as. Luego se identifican las llamadas impurezas del modelo,

para terminar con lo que hemos denominado las visiones positivas sobre la

horizontalidad, donde se exponen aquellos aspectos que son realzados como

potencialidades o fortalezas del modelo.

2.1. El difícil camino de la definición de la horizontalidad

Analizar la horizontalidad supone, en primer lugar, una puesta en común

sobre las concepciones que los actores tienen de ella. En este ejercicio se abre

un inmenso abanico de posibilidades que van desde la idealización máxima

del concepto (horizontalidad total), hasta asumirla como una herramienta de

trabajo adecuada a la acción política (horizontalidad realista). Además,

advierte sobre la condición cambiante del concepto y la necesidad de superar

las preconcepciones establecidas.

La horizontalidad total es vista como una meta ideal que hay que buscar y

construir en la práctica política. Se trata de una concepción absoluta que no

admite matices ni imperfecciones. Es, por lo tanto, una fuente de crítica y

descontento permanente, ya que los deseos de alcanzarla se enfrentan a las

impurezas de las formas de habitar los colectivos en estudio. Esta percepción

está presente tanto en aquellas personas que llevan tiempo perteneciendo a

los proyectos como en los que recién ingresan a ellos.

“que su base, que su reto, que su idea, que su origen y su ilusión es esa

horizontalidad y que está ahí de manera palpable aunque luego no se

76

Page 77: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

realice…” (ELA 8 – Mujer; militante antigua).

“… para mí horizontal sería que todas y cada una de las personas asumieran

su compromiso y su responsabilidad personal y a lo mejor no todas lo hacen

en el grado que a mí me parecería lo suficientemente horizontal” (ELA 11 –

Mujer; militante nueva).

Se trata de la construcción de la horizontalidad total y homogénea donde

todas las personas reproducen un mismo patrón de participación. Dicha

idealización del concepto supone tanto un deseo de futuro, una utopía que

hay que perseguir, como una exigencia de una forma de participación total.

En la línea de lo que hemos llamado una horizontalidad realista, los discursos

se expresan como algo parcializado desde el punto de vista de la participación

política en la toma de decisiones y en los debates del colectivo:

“que para mí la horizontalidad no es que estemos todas en el mismo debate

en todo, para mi es formar parte de un grupo (…) con responsabilidad,

informándose” (EH 2 – Mujer; ex militante).

Con ello se cuestiona la condición totalizadora del concepto de horizontalidad.

Al mismo tiempo que su aplicación se sitúa dentro de márgenes cercanos a la

práctica política. Es una forma de ESTAR! [20] que antepone el

funcionamiento y la práctica política antes que la pureza en la aplicación de

una herramienta.

En esta misma línea la horizontalidad se observa como una oportunidad. Esta

se traduce en la experiencia de participación política que depende del rol que

asume un sujeto en el colectivo. Por una parte, existe el convencimiento que

la organización y la cultura de participación interna permiten estar presente

en todos los espacios que existen en el colectivo. Pero por otra parte, la

participación, tanto cuantitativa como cualitativamente hablando, depende de

cómo los actores políticos vivan dicha experiencia. Esta línea de los discursos

abre dos vertientes para ver la horizontalidad:

Como una oportunidad para actuar (potencia tu participación): que

esté o no esté depende de cómo los actores se vivan el proyecto. Este

es el RETO. Es una postura activa.

Como exigencia al modelo (condiciona tu participación): si no está

no participo porque no es horizontal. Esta es una LIMITACIÓN. Es una

postura pasiva.

Es decir, la horizontalidad leída como una oportunidad supone una

potencialidad de participación, el siguiente paso depende de las

77

Page 78: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

subjetividades y de lo que ellas pongan en juego. Esta potencialidad para que

se convierta en práctica política concreta requiere romper la barrera de la

inmovilidad y asumir una participación activa.

Hasta aquí hemos visto como la horizontalidad, desde el plano de las

definiciones, es vivida y entendida de diferentes formas. Esto advierte sobre

las diversas perspectivas que abre el tema como también al hecho de que es

una realidad cambiante y que sirve para detectar la lectura política que los

actores hacen de ella.

Esto último introduce la idea de que la construcción de la horizontalidad en el

marco de un colectivo de estas características supone remover muchas

estructuras de pensamiento que están instaladas en el accionar político. Por lo

tanto, es un proceso de deconstrucción política permanente.

“… la horizontalidad es un cliché, es un atributo como asambleario, o como

(…) democrático que se puede uno poner rápidamente esa camiseta pero que

no es tan fácil, o sea no es que somos horizontales y ya está, para ser

horizontales hay que remover mucha historia, hay que removerse mucho

uno…” (EH 14 – Hombre; militante antiguo).

Es por ello que se habla de un proceso en construcción. Como algo hacia

donde hay que dirigirse, pero que en ningún caso supone un camino cerrado y

terminado. En este sentido se trata de una práctica política sumida en

procesos imperfectos e impuros, donde se convive con relaciones de poder

legitimadas por la tenencia de información o por los liderazgos naturales del

grupo.

“... todavía estamos trabajando para ser todavía más horizontales de lo que

somos, no todo lo que hay en La Acequia es horizontal (…) que el camino que

queremos seguir es el de la horizontalidad plena, no lo hemos conseguido

pero estamos en ello.” (ELA 17 – Hombre; militante antiguo).

“… creo que intentamos construirla día a día. Pero sí noto que hay personas

que tienen, o que tenemos, más poder que otras. Y no sé muy bien cómo

resolverlo. Yo creo que tiene que ver con la información por ejemplo…” (ELA

20 – Mujer; militante antigua).

Los procesos de deconstrucción y rearticulación se desarrollan según ritmos

que están en consonancia con la complejidad de este objetivo. No tan solo se

trata de construir una nueva práctica política sino que también se persigue

modificar las existentes y reconvertirlas en nuevas formas de acción. Es, por

lo tanto, un esfuerzo de creación al mismo tiempo que de reconversión.

78

Page 79: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

2.2. Las impurezas del modelo

Al definir las implicancias de la horizontalidad y su puesta en práctica en los

discursos se identifican una serie de impurezas que dan pie a mostrar su

imperfección. Estas son propias de los colectivos en general y de cualquier

experiencia de grupo en particular. En el siguiente apartado se identifican

algunas de ellas.

a) La horizontalidad versus los liderazgos

Equilibrar el peso de los liderazgos en las cooperativas es uno de los desafíos

de la construcción política de la toma de decisiones horizontales. La existencia

de estos liderazgos, naturales en cualquier experiencia grupal, eventualmente

resta horizontalidad en el desarrollo de la experiencia en general, y en los

procesos de toma de decisiones en particular.

Esta vinculación entre los liderazgos y la horizontalidad es una relación de tipo

cualitativa y de interdependencia mutua. En la medida en que el manejo del

rango es mayor en términos cualitativos también crecen los grados de

horizontalidad y, por el contrario, cuando el manejo del rango es más

deficitario decae la confianza en la horizontalidad.

Por lo tanto, el manejo correcto del rango influye en la profundidad de la

horizontalidad y viceversa. El centro de la cuestión no es la existencia o no de

dichos liderazgos sino su gestión. La clave radica en como éste es utilizado

por los actores políticos y como el propio colectivo vive esas dinámicas.

“... yo me lo he encontrado en mi GAC [21], que en una estructura

teóricamente muy horizontal, que tienes gente con un rango muy fuerte (…) o

sea, que en la cooperativa la opinión de cierta gente no es igual que la de otra

gente” (EH 5 – Hombre; militante antiguo).

Hay la percepción de que al interior de las cooperativas existe una cultura o

un marco político que favorece el manejo correcto del rango. Lo contrario es

sancionado socio-políticamente dentro del propio colectivo. Este es un

mecanismo de autorregulación que está más o menos activo dependiendo de

los procesos políticos en los que estén insertos los proyectos.

“… la gente que tiene mucho peso dentro de la cooperativa como que guía el

curso de la cooperativa, no la manipula o la instrumentaliza, no creo que

estamos en ese punto para nada, pero también sería una tontería negar que

esas cosas están porque esas cosas son inherente a cualquier colectivo, es

lógico y normal” (EH 5 – Hombre; militante antiguo).

79

Page 80: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Aunque existe el reconocimiento de los liderazgos dentro del colectivo y su

peso en los diferentes procesos, estos no suponen una forma autoritaria de

relación con los proyectos, como hemos anticipado. Los liderazgos interfieren

en la construcción de la horizontalidad, en la medida en que estos son

utilizados para beneficio propio o de un grupo de personas. Esta dinámica

parece no existir dentro de los colectivos en estudios, lo que pone en

evidencia una nueva forma de relación política. Además, en el juego de la

horizontalidad versus el liderazgo, existe una relación que tiene que ver con el

rol del resto de los actores políticos. Los fuertes liderazgos se ven potenciados

por la falta de implicación de las personas en la cotidianidad de las

cooperativas. Ambos no son factores que ponen en riesgo la continuidad del

proyecto. Se trata más bien de una característica del funcionamiento que de

una condición para su permanencia en el tiempo.

“Pero horizontal sí lo veo, porque no creo que haya nadie que imponga su

opinión o que de alguna manera cree un conflicto con el resto de la gente por

su opinión (…) Yo creo que siempre se ha generado debate y siempre se

intenta llegar a un consenso.” (EH 15 – Mujer; militante antigua).

“De liderazgo fuerte, de asumir mucho, de no soltar... Y la parte de los demás

de no asumir, de no implicarse, no se genera ahí un soltar por parte de la

hortelana y tampoco de los demás de asumir” (ELA 4 – Mujer; ex militante).

Por otra parte, esta relación entre la horizontalidad y los liderazgos ejerciendo

poder, se hace más visible en la medida en que el colectivo perdura en el

tiempo. Se constituyen grupos de influencia enredados por visiones

compartidas sobre cómo interpretar el recorrido del proyecto.

Progresivamente estos grupos tienden a confluir o no en dichas

interpretaciones dando paso a conflictos entre ellos que pueden interferir en

la progresiva construcción de marcos de horizontalidad en la toma de

decisiones.

“se acaban creando grupos de poder y en la cooperativa en el tercer, cuarto

año que estuve tuvimos un problema gordo con ese tipo de cosas, se vieron

los grupos de poder y al final la gente que está más implicada tiene más

información, tiene más poder…” (EH 18 – Hombre; ex militante).

Otro de los factores que condiciona el logro de la horizontalidad es el recorrido

de las personas en los colectivos. La veteranía conlleva liderazgos y genera

estados de opinión que influyen en el entorno de las personas y en su

dinámica de participación. El peso de este factor crece si consideramos los

altos niveles de rotación interna que existen dentro de los grupos, por lo que

la veteranía se constituye rápidamente en una fuente de poder.

80

Page 81: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

“… que si yo llevo 4 años en la cooperativa y tu llevas dos meses, va a tener,

queramos o no, más peso el de la persona que lleva 4 años” (EH 19 – Mujer;

ex militante).

“si yo estoy recién llegada y me estoy enterando de cómo van las cosas no

me siento con la seguridad para tomar una decisión, entonces eso también

hace que sea menos horizontal…” (ELA 12 – Mujer; militante nueva).

Desde otra perspectiva el impacto de los liderazgos se dan en el seno mismo

de la reproducción de un mecanismo horizontal, como es el caso de las

asambleas. Éstas por definición son un espacio horizontal donde no existen

jerarquías ni atribuciones dadas por el rango. Sin embargo, en su práctica

política se dejan ver las impurezas de su aplicación y la precariedad de su

estado. Se consolida la idea de que es una construcción que requiere no tan

solo una estructura adecuada sino que también sujetos políticos activos y que

despliegan sus capacidades de decisión y opinión.

“… a veces nuestras asambleas horizontales al final las decisiones las saca

adelante un grupo (…) hay cinco personas que son las que más participan de

la asamblea, que más toman la iniciativa y que a la vez otras personas se

inhiben (…) entonces incluso en colectivo horizontales y con formación

asamblearia eso ocurre, o sea que la horizontalidad es un límite, es algo

asintótico, a lo que se tiende…” (ELA 15 – Hombre; militante nuevo).

Es decir, las distintas formas de liderazgos entran en conflicto con la

aplicación de la horizontalidad. Ambos son procesos que se afectan e

interfieren unos a otros. En el caso de estos colectivos los liderazgos y el

manejo del rango no es una atribución política de poder que se maneje para el

beneficio propio o de un grupo. Este factor favorece un tipo de liderazgo que

está legitimado por el colectivo y que se asume como natural dentro de

cualquier experiencia grupal. En este sentido su efecto en la construcción de

la horizontalidad es más relativo y queda supeditado a la coyuntura política.

b) Horizontalidad en la trama organizacional

La horizontalidad es interrogada desde la estructura organizacional de los

colectivos. A partir de sus características se interpretan y evalúan los logros y

las deficiencias de la puesta en práctica de este modelo. Uno de los

obstáculos identificados a la hora de desarrollar prácticas más horizontales es

la diferencia organizacional que existe entre los GAC y el grupo que coordina

el trabajo en el campo [22].

“… yo al principio quería pensar que si y quería pensar que lo lograríamos así,

pero luego creo que la parte producción es independiente al resto, requiere

81

Page 82: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

tanto tiempo y es una implicación tan fuerte que tiene otra forma” (ELA 19 –

Hombre; militante antiguo).

Las diferencias que se identifican entre los consumidores y los productores

tienen una serie de implicaciones en el modelo en general y no solo en el

tema de la horizontalidad. La aplicación de una horizontalidad ideal es una

quimera que traspasa los marcos organizacionales. Los modelos políticos de

cooperativas en estudio tienen implícita una diferencia de responsabilidades

entre unos y otros que está en directa relación con la naturaleza del trabajo

que desarrollan. A pesar de que es asumido por las personas, no deja de ser

una de las fuentes más claras que contribuyen a la falta de horizontalidad.

La relación desigual entre los consumidores y las personas que coordinan el

trabajo en el campo, es una visión que se mantiene en el tiempo. Este

desequilibrio se ha ido reproduciendo y se trasmite a pesar de la movilidad de

los actores y de los sucesivos cambios en los colectivos. La posición de los/as

hortelanos/as y del grupo Almócita dentro de la organización del colectivo

está consolidada y muchas veces es presentada como una característica

inamovible del mismo.

“Y ellos pueden buscar la horizontalidad, y seguramente lo van a intentar

conseguir, pero la gente ya tiene muy metida que los que están trabajando

ahí son ellos y que tiene más poder, aunque no lo quieran, hay que asumirlo

de alguna forma” (EH 13 – Hombre; militante antiguo).

Desde una perspectiva totalmente opuesta, también está presente un

discurso minoritario que habla de una horizontalidad entre las diferentes

partes del colectivo, incluido las personas que están en el campo. En esta

visión tanto los grupos de consumo como los de trabajo en el campo son los

responsables de llevar para delante el colectivo. Contrariamente a lo que

hemos dicho hasta aquí esta relación se identifica como una fuente de

horizontalidad.

“¡Me parece bien! Me parece horizontal y eso me gusta… ni siquiera Las

hortelanas llevan la batuta. Las hortelanas son unas más y piden ayuda

cuando la necesitan. (…) soy consciente de que al final la responsabilidad está

en el grupo entero” (ELA 13 – Mujer; militante nueva).

Esto abre un amplio abanico en las formas de entender la relación entre los

grupos de trabajo y los de consumo. Este escenario, aunque dominado por la

sensación de que las responsabilidades en la producción contemplan también

mayores cuotas de poder y por lo tanto, menos horizontalidad, se neutraliza

cuando se ponen en juego los modelos de participación de los actores. En

términos generales estas líneas del discurso dependen de la posición que los

82

Page 83: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

actores tomen respecto de la producción agrícola. En este sentido se pueden

identificar dos posibles posicionamientos:

1. El actor está alejado de la producción y no siente la huerta como

propia (modelo puro de consumo): desde este posicionamiento se

tiende a ver a las personas que coordinan el trabajo en el campo con

más poder que el resto del colectivo y por fuera de la estructura

horizontal.

2. El actor siente el proyecto agrícola como propio (modelo más

unitario de producción y consumo): aquí los coordinadores del

trabajo en el campo son uno más dentro de la estructura del proyecto,

aunque con diferentes responsabilidades, con lo cual no es una fuente

de falta de horizontalidad.

Es decir, según estas diferenciaciones la percepción de falta o no de

horizontalidad depende del posicionamiento del actor en el proyecto. O sea,

donde se sitúa y como es su forma de ESTAR! en el colectivo.

Por otra parte, existe un aparente desequilibrio organizacional entre los

cooperativistas y las comisiones de trabajo. Esto se entiende en el marco de

un modelo organizacional que favorece, por una razón ejecutiva, el trabajo en

cuestiones específicas desde grupos más pequeños. Estos surgen a partir de

una necesidad que detecta la propia cooperativa y, aunque funcionan de

manera autónoma, los resultados de su trabajo deben ser validados por todo

el grupo. Es por ello que está presente en los discursos la idea de que el

efecto de los grupos o comisiones en una supuesta falta de horizontalidad, es

una condición de la estructura del colectivo que simplemente hay que asumir.

No es algo que afecte negativamente al desarrollo del proyecto, sino que más

bien funciona como una característica.

“… hay cierta soberanía dentro de las comisiones para manejar ciertos temas

(…), entonces en ese sentido no es horizontal porque no todos participamos

en igualdad de todo, pero a la vez eso a mí no me parece negativo en

absoluto me parece algo a asumir simplemente, (…) precisamente esa no

totalidad de la horizontalidad permite esta permeabilidad de que cada

persona participe en la medida en que quiera y desee…” (EH 20 – Mujer;

militante nueva).

Esta supuesta falta de horizontalidad en la estructura organizativa del

proyecto, que se traduce en que no todos los ámbitos del colectivo son

decididos por todas las personas, no juega en contra de los procesos políticos

de toma de decisiones. Nuevamente está presente también la influencia de

los modelos de ESTAR!, ya que dependiendo de cuál sea el grado y forma de

implicación, esta relación de no horizontalidad afecta más o menos a los

83

Page 84: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

actores. Por lo tanto, uno de los factores que influye de manera más

determinante es el nivel de implicación de las personas.

Otro de los factores organizacionales que puede influir negativamente en el

logro de horizontalidad, son las formas de representatividad que existen en

algunos de los eslabones de la organización. El hecho de tener espacios de

representatividad puede jugar en contra de conseguir más grados de

horizontalidad. En este sentido la horizontalidad se configura en oposición

respecto de la representatividad.

“… hasta qué punto estoy representando al GAC o estoy tomando yo

decisiones por el GAC, hay veces en que no está tan claro y dices, bueno si

me pasa a mi es probable que le pase a más gente y ahí falla la cadena, esa

cadena de participación horizontal creo que falla” (EH 22 – Hombre; militante

nuevo).

Desde una perspectiva opuesta a la analizada hasta ahora, la trama

organizacional juega a favor de la construcción de la horizontalidad. Ésta

permite desarrollar la autonomía de los grupos de consumo, se ve potenciada

por el consenso y la flexibilidad de la asamblea.

“… el grupo se autogestiona y el grupo decide cosas, lleva sus decisiones a la

asamblea y en esa asamblea se hace por consenso, o sea que para mí es

ideal, el grupo es flexible y la asamblea también” (ELA 2 – Mujer; ex

militante).

Por último, uno de los temas que está presente en los discursos es la relación

que existe entre el tamaño de los colectivos y los grados de horizontalidad

que se pueden conseguir. Se observa una relación directa entre estos dos

aspectos, en la medida que los colectivos se incrementan en número se

pierde horizontalidad por los efectos prácticos que supone el crecimiento en

los procesos políticos de los proyectos.

“… una horizontalidad real no es posible si un grupo no es muy pequeño, ni

siquiera creo que en un grupo reducido de verdad sea posible, pero sí creo

que entraría dentro de un margen bastante creíble de horizontalidad, pero de

momento que el proyecto empieza a ser grande no creo que eso sea factible”

(EH 6 – Mujer; ex militante).

Relacionado con el tema del tamaño del colectivo, y su impacto en la

consecución de la horizontalidad, también está presente en los discursos la

idea de que el conocimiento entre las personas del colectivo favorece la

horizontalidad. En esta perspectiva es fundamental afianzar la idea de grupo

más allá de la propia práctica política, y más acá de las relaciones

84

Page 85: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

interpersonales que se construyan entre las personas. Este proceso se

dificulta en buena medida por los constantes flujos de personas [23], lo que

hace más inestable la construcción de relaciones a largo plazo.

c) La horizontalidad y los modelos de participación o de ESTAR!

Otra línea de interpretación presente en los discursos hace mención a que la

responsabilidad de la construcción de la horizontalidad no descansa en el

modelo organizacional sino en los grados de participación y asunción de

responsabilidades de las personas. Es lo que hemos definido como las formas

de ESTAR! en los proyectos. En esta perspectiva el sujeto cobra un valor como

una entidad política dotada de responsabilidades que condicionan los logros

del colectivo en general y, en particular, los niveles de horizontalidad que se

consiguen.

El ESTAR! activamente en un ámbito del colectivo, como por ejemplo el

trabajo en la huerta o en una comisión o grupo, hace que las relaciones al

interior del colectivo sean más horizontales por definición. En este sentido la

horizontalidad es vista como una expresión política parcial. En determinados

aspectos si existe mientras que en otros no, debido fundamentalmente a los

grados de implicación de las personas.

“… horizontal nunca me ha parecido desde el principio, en el tema de que no

hay igual implicación, en cierto aspecto en la toma de decisiones si hay una

cierta horizontalidad pero no hay una implicación horizontal, para mí una

implicación horizontal sería que todos nos involucráramos en el trabajo de la

huerta de igual manera, hay una división muy, muy fuerte…” (EH1 - Mujer;

militante nueva).

La horizontalidad requiere de personas horizontales y de formas de

implicación que también lo sean. No es suficiente con una estructura

organizacional que la garantice. Esto pone en evidencia las limitaciones de las

estructuras y los marcos organizacionales. ¡No todo es organizarse!

En tanto, el alto nivel de implicación de un grupo de personas dentro del

colectivo, puede ser la puerta de entrada para el futuro agotamiento de esos

liderazgos. Así la alta participación juega en contra del propio proyecto que

asume esta fuga como parte de sus procesos políticos naturales de desarrollo.

“… las personas que están más a la luz (…) se acaban cansando o acaban

desmotivándose del proceso porque si tu entras aquí con una motivación del

colectivo y poco a poco con los años el colectivo no funciona equitativamente

(…) siempre va ha haber algo rengueando, entonces el problema es el

quemarse” (ELA 7 – Hombre; militante antiguo).

85

Page 86: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

En este sentido aparece en los discursos un doble juego contradictorio. Por un

lado existe la reclamación concreta y sentida hacia la implicación y sus

efectos en la construcción de la horizontalidad. Por otro, se advierte que la

sobre exposición y participación altamente activa puede derivar en desgastes

y en la sensación de acumulación de poder e información y, por lo tanto, en

una falta de horizontalidad.

Otra de las formas de ESTAR! que condicionan la horizontalidad y los logros de

la misma es la relacionada con la falta de experiencia en la participación de

organizaciones asamblearias. Relacionado con esto también se reconoce que

los actores no siempre son conscientes de su papel político. De que son

promotores y sujetos de cambio y de que su participación incide en el

resultado del colectivo.

“… que ese no estar, (…) son por muchas cosas, una es por la falta de

experiencia en la asambleas, la otra es por la falta de conciencia política que

puede existir y de cómo la gente no es consciente de que el (…) colectivo

funciona porque él está y participa de una determinada manera…” (EH 16 –

Hombre; militante antiguo).

Hasta aquí hemos analizado lo que hemos definido como las impurezas que

conllevan un modelo político horizontal. Se trata de una aplicación irregular,

cargada de subjetividad y donde tanto las vivencias de las personas como las

formas de habitar los colectivos influyen en la percepción de la horizontalidad

y sus logros. Además, ésta sufre procesos de cambio a lo largo del tiempo. No

es resultado de una representación lineal y estática del colectivo, sino que por

el contrario se expresa como una discontinuidad [24] dentro de un recorrido

político específico.

2.3. El reconocimiento a una forma de habitar lo político (la visión positiva)

En este último apartado de los resultados exploramos los contenidos de la

visión positiva que se construye en torno a la horizontalidad. Esta manera más

optimista de experimentarla convive con la retórica del fracaso y del proceso

en permanente construcción. Funcionan como fuentes de riqueza donde los

discursos terminan de posicionarse y confluir en visiones más esperanzadoras.

En los discursos analizados existe un significativo acuerdo en valorar la

horizontalidad como un factor positivo dentro del colectivo. Las fronteras de

dicha evaluación están muy distanciadas. En un extremo podemos situar la

visión que ve la horizontalidad como una herramienta que permite una

integración al proyecto (plano emocional/afectivo): es una fuente de

satisfacción que hace que todo el mundo se sienta cómodo. En otro extremo

los discursos la traducen como un dispositivo de participación (plano

86

Page 87: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

político/organizacional). La horizontalidad se entiende como una práctica

política concreta que define el carácter del colectivo y su fisonomía

organizacional. En este sentido funciona como un sello de identidad que la

separa de experiencias convencionales que reproducen formas de

organización y de toma de decisiones más jerarquizadas.

La horizontalidad también es la expresión de una sensación de equilibrio

dentro del grupo. Funciona como garantía de que todas las personas puedan

participar, opinar y proponer en igualdad de condiciones. Dicha participación

no solo se concibe como algo pasivo, sino que también se entiende como un

ESTAR! activo y con capacidad de proponer cosas.

“… creo que hay muchas oportunidades de si no estáis de acuerdo con algo

expresarlo o que si quieres hacer una propuesta la puedes llevar a cabo, o por

lo menos eso, proponerlo. Me parece horizontal pues le veo el mismo peso a

todos los componentes…” (EH 10 – Mujer; militante antigua).

“… las propuestas (…) que cada uno pueda tener no son rechazadas, no son

ninguneadas sino que son tenidas en cuenta en el que todos los miembros

tienen capacidad de decisión en el sentido de que todo el mundo aporta su

idea (…) todo el mundo puede expresar su opinión y en ese sentido, yo creo

que es horizontal” (ELA 1 – Hombre; ex militante).

Ante todo la horizontalidad se define por su oposición a la jerarquización

organizacional. Se trata del principio de igualdad de oportunidades donde

todas las personas tienen un espacio igualitario de participación. Además, la

horizontalidad permite consolidar relaciones de confianza que fortalecen su

propia aplicación como también las prácticas políticas concretas y las

dinámicas de toma de decisiones.

Estas relaciones de confianza son entendidas como un sustento político del

proyecto y no tan solo como una cuestión relacional. Están en la base del

modelo organizacional y de cómo se van creando diversas formas de habitar y

hacer política. Una de sus aplicaciones es que ayudan a neutralizar las

potenciales diferencias entre grupos, por ejemplo, entre los de consumo y los

grupos de trabajo en el campo. Relacionado con esto, dichas relaciones de

confianza permiten legitimar las diferencias de unos y otros en algunos

ámbitos de decisión. Es por ello que dependiendo del tipo de decisiones unos

grupos/personas van a tener un rol más activo que otros.

“… entendíamos que nos tenían que dar un margen de confianza en ciertos

ámbitos, es decir, si yo te digo que me hace falta esta máquina y que la que

necesitamos tiene esta potencia y no sé qué, no me cuestiones como hago mi

trabajo en lo técnico digamos…” (EH 12 – Hombre; ex militante).

87

Page 88: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

En este sentido el ámbito productivo parece gozar de un margen mayor de

movilidad, donde las decisiones no responden a lógicas urbanas de

participación, ni tampoco a los ritmos de la ciudad. Hay detrás otro actor que

determina mucho más estos desarrollos, como es el caso del manejo agrícola

y el manejo técnico de la producción. Ahora bien, esta relación entre lo

productivo y el manejo de la horizontalidad tiene sus limitaciones y está en

permanente búsqueda de equilibrio. No es algo dado, ni tampoco está

garantizado solo por el hecho de tener una estructura horizontal.

El incorrecto manejo de estos equilibrios puede suponer una ruptura de la

horizontalidad en el ámbito técnico productivo. Esto a su vez puede influir en

una progresiva separación entre la producción y el consumo y, con ello, un

distanciamiento del modelo de corresponsabilidad. Como posible

consecuencia de esta fragmentación es visualizar a determinados grupos,

como el que coordina el trabajo en el campo, como personas al servicio del

colectivo —como sus trabajadores— y no como un componente más del

mismo.

Asumir las responsabilidades colectivamente en todos los ámbitos de acción,

parece crucial a la hora de construir escenarios políticos más horizontales. En

la medida en que los actores se sientan responsables tanto de la producción

agrícola como de la política, los grados de horizontalidad crecen y se

profundizan. En esta visión se relativiza el valor del liderazgo y se pone en el

primer plano la corresponsabilidad. Ésta se observa como un camino

necesario para conseguir mayores niveles de horizontalidad.

La horizontalidad se pone en tela de juicio, por lo tanto, en todos los espacios

de desarrollo del colectivo. El ámbito productivo agrícola no se escapa a ello.

Por eso es que se busca equilibrar los pesos específicos entre los

consumidores y los coordinadores de la producción. Como hemos dicho, la

horizontalidad está en directa relación con la corresponsabilidad productiva.

En la medida en que la corresponsabilidad es más débil también es menor la

horizontalidad.

“… no hay horizontalidad cuando de las cebollas que tú te llevas tu no

conoces nada o casi nada o tú solo has quitado una hierba dentro de todo el

proceso necesario que se ha tenido que realizar para que tu encuentres una

cebolla en tu cesta” (ELA 8 – Mujer; militante antigua).

Por último, otra línea discursiva logra identificar aspectos concretos del

funcionamiento del colectivo donde la horizontalidad se expresa. Estos son las

asambleas generales, las asambleas de grupos y los turnos de trabajo. En

estas instancias las diferencias tienden a desaparecer o, por lo menos, el

impacto de los liderazgos y recorridos está más aminorado. Se trata de

88

Page 89: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

espacios organizacionales equilibrados donde las personas desarrollan sus

habilidades políticas de conducción y creación colectiva.

3. Conclusiones

En términos generales no se aprecian grandes diferencias en los discursos

entre las distintas posiciones de los actores (ex militantes, militantes antiguos

y nuevos). En el análisis de los diferentes grupos no se aprecian tendencias

discursivas a valorar o criticar un aspecto más que otro. Los énfasis están

dotados de una fuerte carga de subjetividad dada por su experiencia más que

por discursos homogéneos derivados de su recorrido o relación actual

respecto de los colectivos. A pesar de ello la horizontalidad, vista desde una

concepción teñida por las imperfecciones, es una línea discursiva presente

sobre todo en quienes ven el colectivo desde la lejanía. Quienes ya no

participan de los proyectos (los llamados ex militantes) observan con mayor

claridad las imperfecciones y las sitúan en una posición más central dentro de

sus discursos. Esta posición más crítica puede estar influida por experiencias

poco satisfactorias en este ámbito que incluso pueden haber funcionado como

una motivación para su propia desvinculación de los colectivos.

En los procesos de construcción de modelos horizontales vemos como está

presente tanto la concepción utópica del concepto como aquella que la

vincula a un uso práctico, entendiéndola como una herramienta a la cual hay

que adecuarse. Ambas perspectivas conviven en una tensa calma que remite

a estados de conflicto interno o a momentos de desmotivación, en algunas

personas, con el proyecto.

La visión idealista que existe sobre la horizontalidad plantea retos al concepto

pero sobre todo a la práctica política. Se convierte en una fuente indirecta de

agotamiento y descontento. Anima la sensación de que es un objetivo que no

se ha conseguido o que está muy lejos de alcanzar. Genera un estado de

insatisfacción que puede conducir a la salida del colectivo por parte de

algunas personas. En tanto, para quienes deciden permanecer es una fuente

de auto exigencia permanente que justifica la búsqueda de formas

homogéneas y totales de participación e implicación. Esto último puede ser

traducido como un reto de futuro o como una lectura auto flagelante del

devenir político del grupo.

En cambio la perspectiva más realista sobre la horizontalidad abre espacios

de desarrollo que asume sus imperfecciones pero que tiende hacia un

equilibrio en las formas políticas de actuar. El hecho que se asuma como una

oportunidad da cuenta de ello. Aquí se reivindica una posición activa de los

sujetos en movimiento, constructores de un momento histórico donde pueden

definir sus propios marcos de acción.

89

Page 90: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

La construcción de la horizontalidad supone, en el marco de un proyecto

colectivo, deconstruir las antiguas formas de decisión política al mismo tiempo

que se construyen otras dotadas de nuevos referentes e ideales. Es por ello

que la horizontalidad está en permanente proceso de reflexión y creación

subversiva y requiere de espacios abiertos de deliberación política.

Estos procesos de cambio reflexivo siguen una lógica temática marcada por

los desafíos del colectivo. Son el reflejo de las impurezas de la propia

naturaleza del concepto pero también hablan de los recorridos que los

proyectos van asumiendo a lo largo de su vida. Es decir, funcionan como

registros historiográficos de sus propias discontinuidades. Se van

desarrollando en torno a él espacios donde poder experimentar o intercambiar

nuevos saberes y prácticas.

Una de estas impurezas se refiere a la difícil relación que existe entre la

construcción de la horizontalidad y los liderazgos. Entre ellos existe una

vinculación de interdependencia mutua donde los flujos de la influencia van

en ambas direcciones. En la medida en que se logren mayores niveles de

horizontalidad el manejo del liderazgo será mejor y viceversa; o sea, en el

contexto de un manejo más deficitario de los liderazgos la horizontalidad sale

resentida.

La diferencia en la constitución de liderazgos entre los modelos políticos

convencionales y el horizontal, radica en el tipo de relación que existe entre

los sujetos y la de ellos con la estructura organizacional del colectivo. Esta

relación debe estar favorecida por un marco colectivo que equilibre los

impactos de los liderazgos al mismo tiempo que constituya bases normativas

legitimadas por las personas. Si alguno de estos dispositivos no funciona se

abre una brecha para la entrada de un conflicto (abierto o encubierto) y/o una

desvinculación progresiva de la participación que puede ser parcial (“cumplo

con lo mínimo”) o total (“me voy del proyecto”).

Tanto la novedad como la potencia política de las formas de liderazgos que se

desarrollan en experiencias de este tipo tienen que ver con la promoción de

valores relacionales, donde la competitividad por un espacio de poder no

parece estar presente. En general, el ejercicio del liderazgo no busca

acumular poder ni mayores cuotas de representatividad, sino simplemente

puede ser el resultado de la alta motivación política por participar. Cuando

estos espacios de participación no son tomados por otros grupos, es decir,

cuando no hay un relevo en los liderazgos, se pueden provocar procesos de

acumulación de poder dados por la continuidad de la trayectoria. Sin

embargo, esto es regulado por el alto nivel de rotación interna de personas y,

por otra parte, por las propias características de los mecanismos de decisión

que tienen los colectivos. En suma, se trata de tipos de liderazgos que no

90

Page 91: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

buscan reproducir relaciones estáticas marcadas por la jerarquía y el

autoritarismo, sino que más bien son el resultado político de las diferentes

formas de habitar el proyecto.

Los desequilibrios en la estructura organizacional de los colectivos son vistos

como un factor que desencadena momentos o sucesos que están en contra de

la horizontalidad. El principal punto de desajuste se encuentra en la relación

que existe entre los consumidores (asentados en la ciudad) y los

coordinadores del trabajo en el campo (asentada su actividad

fundamentalmente en lo rural). Como ya hemos dicho, esto es difícil de

gestionar puesto que la naturaleza de la organización de estos colectivos,

tiende a dejar a los consumidores alejados de la producción y de los procesos

de toma de decisiones que se dan en ese ámbito. Es por lo tanto, el resultado

del reparto de las funciones dentro de los colectivos y la asunción de distintas

responsabilidades que ello supone. Ahora bien, este desajuste se vuelve más

crítico en la medida en que los consumidores se alejan de la producción y/o

cuando se hacen más visibles las deficientes gestiones del rango por parte de

las personas que coordinan el trabajo en el campo.

Otro tema que está relacionado con la formación de estructuras y lógicas de

participación horizontales es el potencial impacto del crecimiento cuantitativo

del colectivo. En la medida en que los proyectos crecen se pierde familiaridad

y los lazos de confianza se pueden resentir o estrechar en torno a grupos

específicos. Esta no es solo una disyuntiva de orden organizacional sino que

también es política. Los colectivos tienen que debatir entre el potencial

impacto que puede tener la ampliación de su base social y los efectos internos

que pueden surgir al transitar desde un proyecto de amigos hacia un proyecto

sociopolítico. Esto hace necesario trabajar, tanto individual como

colectivamente, la confianza en la gestión de las responsabilidades de los

distintos componentes del colectivo.

La horizontalidad es vista como un elemento que integra y aglutina en torno a

la experiencia de habitar el colectivo al mismo tiempo que es una

característica propia de él y que fija los límites de su fisonomía organizacional

y política. Funciona, por lo tanto, como un elemento de identidad del

proyecto.

De igual forma, la horizontalidad permite garantizar a las personas una

experiencia política más igualitaria que las que se pueden encontrar en

movimientos convencionales. Los actores están en una misma posición a la

hora de proponer y decidir y tienen como soporte de este proceso las

relaciones de confianza que se van desarrollando entre los sujetos en

movimiento. No es, por lo tanto, una garantía dada solamente por la

estructura o la formalidad de un acuerdo, sino que se reproduce gracias a los

91

Page 92: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

lazos subjetivos que se crean entre las personas.

Bibliografía citada

Adamovsky, Ezequiel (2011), “Problemas de la política autónoma. Pensando el

pasaje de lo social a lo político, en Calle, Ángel (ed.), Democracia radical.

Entre vínculos y utopías, Barcelona, Icaria editorial.

Calle, Ángel (2005), Nuevos movimientos globales: hacia la radicalidad

democrática, Madrid, Editorial Popular.

Calle, Ángel (2011), “Aproximaciones a la democracia radical”, en Calle, Ángel

(ed.), Democracia radical. Entre vínculos y utopías, Barcelona, Icaria editorial.

Crouch, Colin (2004), Posdemocracia, Madrid, Taurus.

Cruz, Alberto y otros (2006), Los pies en la tierra. Reflexiones y experiencias

hacia un movimientos agroecológico, Barcelona, Virus Editorial.

Foucault, Michel (2010), Obras esenciales, Barcelona, Ediciones Paidós.

Ibarra, Pedro; Martí, Salvador; Gomà, Ricard (coord.) (2002), Creadores de

democracia radical: movimientos sociales y redes de políticas públicas,

Barcelona, Icaria.

Lorenzo, Ana Rosa y Martínez, Miguel (2005), Asambleas y reuniones.

Metodologías de autoorganización, Madrid, Traficantes de Sueños.

Melucci, Alberto (2001), “¿Qué hay de nuevo en los ‘nuevos movimientos

sociales’?”, en Laraña, Enrique y Gusfield, Joseph, Los nuevos movimientos

sociales. De la ideología a la identidad, Madrid, Centro de Investigaciones

Sociológicas.

Sitrin, Marina. (2010), “Horizontalidad, autogestión y protagonismo en

Argentina”, Revista Historia Actual Online, n.º 21, pp. 133-142.

Subirats, Joan (2011), Otra sociedad, ¿otra política? De “no nos representan” a

la democracia de lo común, Barcelona, Icaria.

Taibo, Carlos (2007), Movimientos antiglobalización. ¿Qué son?, ¿qué

quieren?, ¿qué hacen?, Madrid, Los Libros de la Catarata.

Notas

92

Page 93: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

[1] Ibarra, Pedro, Martí, Salvador, Gomà, Ricard (coord.). (2002). Creadores de democracia

radical: movimientos sociales y redes de políticas públicas. Barcelona. Icaria. p. 27.

[2] Crouch, Colin. (2004). Posdemocracia. Madrid. Taurus. p. 11.

[3] Calle, Ángel. (2005). Nuevos movimientos globales: hacia la radicalidad democrática.

Madrid. Editorial Popular. p. 13.

[4] Sitrin, Marina. (2010). “Horizontalidad, autogestión y protagonismo en Argentina”. Revista

Historia Actual Online. N.º 21 (invierno de 2010). pp. 133-142. p.135.

[5] Subirats, Joan. (2011). Otra sociedad, ¿otra política? De “no nos representan” a la

democracia de lo común. Barcelona. Icaria. p. 90-91.

[6] Calle, Ángel. (2011). “Aproximaciones a la democracia radical”. En: CALLE, Ángel. (Editor)

(2011). Democracia radical. Entre vínculos y utopías. Barcelona. Icaria editorial. p., 23.

[7] Adamovsky, Ezequiel. “Problemas de la política autónoma. Pensando el pasaje de lo social

a lo político. En: CALLE, Ángel. (Editor) (2011). Democracia radical. Entre vínculos y utopías.

Barcelona. Icaria editorial. p., 112.

[8] Entendemos por rango el poder que tienen cada una de las personas en una situación y

contexto determinado. Está en constante cambio y no siempre las personas son conscientes

de que lo poseen. Uno de los artífices de este concepto es Arnold Mindell (2004) en su libro

“Sentados en el fuego. Cómo transformar grandes grupos mediante el conflicto y la

diversidad”. Barcelona. Icaria.

[9] Foucault, Michel. (2010). Obras esenciales. Barcelona. Ediciones Paidós. p. 905.

[10] Sitrin, op. cit., p. 134.

[11] Subirats, op. cit., p. 21.

[12] Lorenzo, Ana Rosa y Martínez, Miguel. (2005). Asambleas y reuniones. Metodologías de

autoorganización. Madrid. Traficantes de Sueños. p. 24.

[13] Cruz, Alberto y Badal y Marc (Coord). (2006). Los pies en la tierra. Reflexiones y

experiencias hacia un movimientos agroecológico. Barcelona. Virus Editorial. p. 106.

[14] Melucci, Alberto. ¿Qué hay de nuevo en los “nuevos movimientos sociales”?. En: Laraña,

Enrique y Gusfield, Joseph. (2001). Los nuevos movimientos sociales. De la ideología a la

identidad. Madrid. Centro de Investigaciones Sociológicas. p. 143.

[15] Taibo, Carlos. (2007). Movimientos antiglobalización. ¿Qué son?, ¿qué quieren?, ¿qué

hacen?. Madrid. Los Libros de la Catarata. p. 88.

[16] Taibo, op. cit., p. 89.

93

Page 94: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

[17] Preferimos hablar de marco más que de institucionalidad por las connotaciones que

supone el uso de este último concepto.

[18] Adamovsky, op., cit., pp. 113-115. Utilizamos como guía la propuesta que aparece en

este apartado del libro pero se introducen modificaciones.

[19] Se trata de cooperativas agroecológicas unitarias donde las personas asumen la

responsabilidad de ir a trabajar al campo cada cierto periodo de tiempo. Se organizan en

grupos asentados en la ciudad para efectos de las decisiones y el reparto de verdura que se

hace habitualmente una vez por semana. Cuentan con un grupo de personas dedicadas a

coordinar el trabajo productivo agrícola. Son de tipo asambleario y toman sus decisiones por

medio del consenso. Para una visión más completa sobre estas experiencias se puede revisar

Saravia Ramos, Pablo (2011): “Las cooperativas agroecológicas como una alternativa a la

producción, distribución y consumo de alimentos”, Revista Papeles, 115: 149-158.

[20] Nos referimos, de una manera sintética, a las múltiples formas, dinámicas y fisonomías

que tiene la participación de las personas dentro de los colectivos.

[21] Los Grupos Autogestionados de Consumo (GAC), son las unidades básicas de la

organización de las cooperativas. Está conformado por unidades de consumo que pueden

corresponder a una o más personas. Cada grupo se organización de manera autónoma del

resto, tienen un carácter asambleario y es el referente inmediato de las personas en la

cooperativa.

[22] Grupo de personas responsables de todos los ámbitos relacionados con la producción

agrícola. Reciben diferentes denominaciones según la cooperativa, en el caso de La Acequia

son llamados Hortelanos/as y en Hortigas Grupo Almócita (grupo autogestionado del campo)

antes también llamado GT (grupo de trabajo).

[23] Esto es especialmente relevante en el caso de la cooperativa asentada en Granada.

[24] Este concepto no solo sirve para explicar el fenómeno de la horizontalidad, sino que está

presente en el desarrollo global de las experiencias colectivas de este tipo.

6/2012

94

Page 95: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

La Biblioteca de Babel

José Luis Galbe Loshuertos

La justicia de la República

Memorias de un fiscal del Tribunal Supremo en 1936

Marcial Pons, Madrid, 2011, 328 pags.

Este libro de un antiguo fiscal del Tribunal Supremo de la

República en 1936 no debería interesar únicamente a las personas que tratan

con las leyes, con el derecho. Por dos razones. En primer lugar, estas

memorias son un interesante testimonio acerca del funcionamiento de las

instituciones republicanas y de la vida social en los años de la guerra civil.

Reflejan los esfuerzos del personal más cualificado de la República por

garantizar el funcionamiento de la legalidad en las difíciles circunstancias

creadas por el levantamiento militar, la guerra civil y la existencia de

incontrolados. Estas memorias desmienten rotundamente la insidia franquista,

repetida mil veces durante los largos años de la dictadura, del

desmoronamiento de la legalidad en la República. Los testimonios son

abrumadores a pesar de las circunstancias de una guerra que, paso a paso, se

va perdiendo.

En segundo lugar estas memorias son también expresivas del ideario

verdaderamente ilustrado y pro-popular del grupo de profesionales burgueses

republicanos que hubieron de hacerse cargo del funcionamiento de las

instituciones del Estado. La historia ha destacado sobre todo a los

intelectuales y artistas del exilio. Pero personas como José Luis Galbe son más

bien profesionales, gente por decirlo así más corriente, y en sus vidas se

reflejan los ideales por los cuales la Segunda República española es todavía

para muchos una referencia de lo que fue y pudo ser hasta que todo se lo

llevó el demonio.

La edición cuenta con un excelente estudio preliminar de Alberto Sabio

Alcutén que no tiene desperdicio, y que se recomienda vivamente al lector. El

libro aparece en coedición con la Institución Fernando el Católico.

95

Page 96: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

J.-R. C.

22/5/2012

Mongolia

Madrid, 2012/5/22

Mongolia es una nueva revista de humor. Mensual. Con un formato parecido al

que tuvo en su día El Hermano Lobo, de inolvidable memoria. Aunque se

autodenomina "Revista satírica sin mensaje alguno", se trata manifiestamente

de una publicación de clara mala intención política, como debe ser. Para más

detalles, véase www.revistamongolia.com.

J.-R. C.

6/2012

La mejor manera de robar un banco es dirigirlo

Este texto no es una reseña en el sentido habitual del término. Su objetivo no

es analizar el contenido de un libro concreto. Lo que pretende es presentar a

un autor y su obra. El autor es William K. Black. Black es un criminólogo

norteamericano especializado en delitos de cuello blanco. Es profesor en la

universidad de Missouri-Kansas City. Pero no es sólo un teórico. Es sobre todo

una persona que ha luchado contra el fraude empresarial y la corrupción

desde sus diversos puestos en organismos reguladores y participando en

numerosos procesos judiciales. Escribe jugosas columnas en The Huffington

Post. Una síntesis de su biografía profesional puede encontrarse en la página

web de ese periódico: http://www.huffingtonpost.com/william-k-black.

96

Page 97: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

El título de este texto se basa en el de un libro de William

Black del año 2005: The Best Way to Rob a Bank Is to Own One ("La mejor

manera de robar un banco es ser su dueño"). Black lo eligió porque se trata de

una frase literal pronunciada por un regulador bancario norteamericano. Creo,

sin embargo, que mi título capta mejor el sentido de los planteamientos de

Black. Da a entender que la estrategia del dirigente de un banco puede

consistir en transferir los activos del mismo a su propio patrimonio. Y que él es

quien está en mejores condiciones para hacer eso, es decir, robarlo. Una vista

parcial del libro citado puede conseguirse a través de Google Books. Otros

trabajos de Black pueden encontrarse también en Internet. Los diversos

informes y declaraciones realizados tras la crisis de 2008 tienen especial

actualidad.

El concepto central de la teoría de Black es el de “Control Fraud”. Es una

noción que utiliza en todos sus análisis. El término “Control Fraud” se podría

traducir literalmente por “fraude de control”. Esa expresión se refiere tanto al

delito como a la persona que lo realiza. Es un fraude que anula la eficacia de

los mecanismos de control tanto internos como externos a la empresa. Es

también un fraude que se realiza desde un puesto directivo. Es, por tanto, un

fraude del control y un fraude desde el control. La posición privilegiada para

llevar a cabo este tipo de delitos es la que en Estados Unidos se denomina

CEO (Chief Executive Officer), que se podría corresponder en España con la de

consejero delegado o la de director general, según los casos.

El objetivo del "fraude del control" es el saqueo de la empresa. Se trata de

trasferir los activos de la empresa a los bolsillos de quien realiza el fraude. El

fraude lleva necesariamente a la quiebra de la empresa. Pues su mecanismo

genera y profundiza la insolvencia de la misma. La idea de que la quiebra de

la empresa sea el objetivo perseguido o, al menos, una consecuencia

inevitable de la estrategia desarrollada me parece extraordinariamente

interesante. Yo creía que la crisis de 2008 se había producido porque los

directivos tenían incentivos para asumir riesgos excesivos para obtener

grandes beneficios personales a corto plazo. El planteamiento de Black pone

de manifiesto que, además de eso, los consejeros delegados podían también

estar estafando a su propia empresa. De hecho, según Black el “fraude del

control” ha estado presente en todas las crisis financieras habidas en Estados

97

Page 98: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Unidos desde los años ochenta hasta la debacle de 2008. Es un factor central

para explicar la crisis de los bancos comerciales en la era Reagan, el

fenómeno de las hipotecas basura y la burbuja inmobiliaria o la diseminación

de los bonos tóxicos.

Para llevar a cabo un fraude de control se necesita contar con una serie de

elementos: en primer lugar, una contabilidad “creativa”; en segundo lugar, la

connivencia de diversos organismos de control externo; en tercer lugar un

esquema de Ponzi, y en cuarto lugar un ambiente desregulado. Analicémoslos

por separado.

a) El arma principal que utiliza el fraude de control es la contabilidad

“creativa”. El objetivo de la misma es ofrecer una imagen muy rentable de

una empresa que, en realidad, es insolvente. La contabilidad creativa puede

hacer maravillas, como presentar los préstamos incobrables como activos

enormemente valiosos. Lo veremos más adelante en un ejemplo práctico.

También puede hacer que la adquisición de una empresa insolvente aumente

los activos de la empresa compradora (cuando, en realidad, incrementa su

pasivo). Puede incluso presentar como pérdidas a efectos fiscales lo que

aparecen como ganancias a efectos de la marcha de la empresa. Es una

capacidad realmente milagrosa. Black utiliza una metáfora que visualiza el

poder mágico de la contabilidad de forma muy plástica: las operaciones que

se realizan para generar estos efectos tienen muchas veces la forma de “te

compro tu vaca muerta si tú me compras la mía”. La contabilidad consigue

que las vacas muertas resuciten. Lo que era un cadáver en manos del

vendedor se convierte en una vaca vivita y coleando en manos de quien la

compra por la magia de la contabilidad. Los mecanismos por medio de los

cuales se pueden realizar estos milagros son bastante complejos. Pero Black

los explica con la mayor claridad con que es posible hacerlo, dada la dificultad

del tema para los legos.

b) El fraude de control necesita la connivencia de diversos órganos de

control externo. Las auditoras son los más importantes. Los tasadores de

inmuebles o las agencias de rating pueden ser fundamentales en otros casos.

Black pone de manifiesto la connivencia generalizada de las empresas de

auditoría en los casos de fraude de control. Eso no significa necesariamente

complicidad consciente en el delito. La actitud complaciente ante sus clientes

es la razón más frecuente de la connivencia. Eso es así especialmente con los

buenos clientes. Una actitud demasiado exigente puede tener como

consecuencia que los pierdan. Las auditoras pueden, además, ampararse en

las decisiones de otros órganos de control. Ése es el caso de las valoraciones

infladas de inmuebles avaladas por tasadores. Las auditoras pueden remitirse

a esas evaluaciones para eludir la responsabilidad. Es muy frecuente que unos

órganos de control se remitan a otros volatilizándose así la responsabilidad de

98

Page 99: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

cada uno de ellos.

c) El fraude de control conlleva generalmente alguna forma deesquema de

Ponzi. Ponzi atraía inversores prometiéndoles grandes beneficios y pagaba

los intereses de los inversores más antiguos con las aportaciones de los

nuevos incautos. Es lo que hacía también Bernard Madoff. Las famosas

pirámides, que han servido para estafar a tanta gente, serían asimismo un

ejemplo de esquema de Ponzi.

d) La desregulación genera un ambiente que propicia este tipo de fraude,

fomentando un entorno “criminógeno”. Eso ha quedado especialmente claro

en el caso de la desregulación financiera. Además, la disminución de los

medios a disposición de las agencias reguladoras potencia los efectos de la

desregulación. El presupuesto, la tecnología, los sueldos pagados a los

funcionarios de las agencias, etc. han disminuido radicalmente desde la era

Reagan. Las normas sobrevivientes a la desregulación ni siquiera pueden ser

aplicadas adecuadamente. Los medios para comprobar su cumplimiento son

insuficientes. La inaplicación de las escasas normas se acentúa aún más en

situaciones de crisis. La tolerancia se utiliza como un presunto medio para

propiciar la recuperación económica. Pero eso no hace sino aumentar aún

más el carácter criminógeno del ambiente. Se da así un nuevo impulso al

fraude.

Uno de los casos de fraude del control que analiza Black tiene que ver con la

concesión de créditos a promotores inmobiliarios. Un banco comercial autoriza

la concesión de un crédito a un promotor de edificios de oficinas. El director

general da el visto bueno a la operación. Los “futuros” edificios de oficinas son

un activo difícil de valorar. Se trata, por tanto, de algo cuyo valor es fácil de

inflar, especialmente en el contexto de una burbuja inmobiliaria. El banco

puede encontrar un tasador que acepte la valoración inflada. Es cuestión de ir

probando hasta encontrar uno que esté de acuerdo. Los tasadores saben que

si no concuerdan con las expectativas del banco pueden perder un cliente

para siempre.

El esquema de Ponzi viene favorecido por la desregulación. Los bancos

diseñan unos préstamos que sólo se pagan al vencimiento y que no requieren

ningún desembolso inicial. Cuando llega el plazo, el crédito se refinancia y se

sigue así mientras el cuerpo (es decir, la apariencia de solvencia) aguante. Los

gastos y comisiones de apertura los financia el propio crédito.

Esos créditos tienen unos intereses y comisiones más altos que la media del

mercado. Eso se traduce en un alza de los beneficios contables. Los

prestatarios aceptan esas condiciones porque no tienen intención de devolver

el importe del crédito. Se produce entonces la paradoja de que cuanto peor

99

Page 100: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

sea el crédito, mayores beneficios contables se reflejan para la empresa. El

crédito es un activo de gran valor por las garantías que lo respaldan y por los

altos intereses que el prestatario debe pagar. La multiplicación de esos

créditos justifica el aumento de sueldos, los “bonuses”, las “stock options”,

provoca subidas de las acciones y un aumento de los dividendos… Todos esos

mecanismos permiten al director general embolsarse grandes cantidades de

dinero. En realidad se está produciendo un gran drenaje de recursos de la

empresa a los bolsillos del director. Son los capitales concedidos en préstamo

y las refinanciaciones de los mismos los que permiten que la ficción se

mantenga.

Los fraudes de control no tienen un carácter anecdótico. Según Black

constituyen una verdadera epidemia: esos fraudes producen más perjuicios

que todos los demás delitos contra la propiedad juntos. Los fraudes de control

han sido una constante en el sector de la banca comercial norteamericana.

Ése es el ámbito analizado con más detalle por Black. Pero la epidemia de

fraudes de control no se restringe al ámbito de los bancos comerciales o

“Savings & Loans.” No se limita tampoco al ámbito financiero. Y la epidemia

afecta a muchos países, no sólo a Estados Unidos. No estamos ante un

problema de moralidad individual sino ante un problema sistémico.

Los mecanismos de mercado incentivan la propagación del fraude. El mercado

es presentado por los neoliberales como un mecanismo que asegura la

eficiencia. El mercado realiza, según esto, una especie de selección

darwiniana. Quienes ofrecen los mejores productos o la mejor relación

calidad-precio son los que sobreviven. Los no aptos son expulsados del

mercado.

Akerlof, que recibió el Premio Nobel de Economía en 2001, demostró ya en

1970 la falsedad de este presupuesto. En determinadas circunstancias, el

mercado podía hacer todo lo contrario. Podía expulsar a los vendedores más

honestos y permitir sobrevivir sólo a los más deshonestos. Akerlof defendió

esta tesis analizando el caso del mercado de coches usados. Los vendedores

que ofrecían productos de mejor calidad eran expulsados del mercado y sólo

sobrevivían los que eran capaces de endosar a los clientes auténticas

“cafeteras” (lo hizo en un artículo titulado “El mercado de los limones”,

nombre que se da en Estados Unidos a los coches que hemos llamado aquí

“cafeteras”). Las circunstancias que dan lugar a esa “selección adversa” por

parte del mercado se producen en muchos otros sectores. El mercado

financiero es especialmente propicio para generar ese tipo de dinámicas

perversas.

Los mecanismos de mercado pueden propiciar, pues, la extensión del fraude.

No actuar fraudulentamente puede significar no ser competitivo. Esto se

100

Page 101: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

contrapone radicalmente a la visión habitual del neoliberalismo.

Generalmente los mecanismos de mercado son presentados como frenos

eficientes frente al fraude. Por ejemplo, las empresas de auditoría tienen un

interés en su reputación. Ese interés impide su connivencia con cualquier tipo

de fraude. Amparar un fraude sería una actitud irracional… en teoría. La

práctica ha puesto de manifiesto la falsedad de esta presunción. El fraude de

control también se considera irracional desde la perspectiva del

neoliberalismo. Ningún empresario racional buscaría la quiebra de su propia

empresa. La epidemia del fraude de control pone de manifiesto también la

falsedad de esa presunción.

Hubo un emperador chino que prohibió las jirafas. Según él, eran animales

“imposibles”. La epidemia de fraudes de control es también imposible para los

neoliberales. Por eso dicen que no existe. Desde sus presupuestos son

incapaces de percibirla. Esa no es sólo una postura teórica. La presunción de

esas imposibilidades informa también la actuación de las agencias

reguladoras. La (no) actuación de Greenspan para detener a tiempo la crisis

financiera es un caso conocido: los directivos de los bancos no pueden llevar a

éstos a la quiebra para conseguir beneficios a corto plazo; eso es irracional;

no puede ocurrir; por tanto, no es necesario adoptar medidas para prevenirlo.

La desregulación no es una “variable independiente” para los defraudadores.

Estos pueden influir en la creación de un entorno desregulado. Pueden

movilizar los recursos de su empresa para ello. Pueden utilizar a la prensa.

Pueden realizar presiones por medio de lobbies. La importancia de las

contribuciones económicas de las instituciones financieras para las campañas

políticas es una palanca enormemente efectiva. En su libro, Black relata los

recursos movilizados contra la re-regulación por las entidades financieras

durante la época en que él trabajó para la Administración. Algunas no se

detenían ante nada. Montaron campañas de prensa calumniosas contra los

gestores con inclinaciones re-reguladoras. Esto lo vivió Black muy de cerca. Él

mismo fue objeto de amenazas de diverso tipo: desde ser procesado hasta

amenazas de “muerte” profesional.

Los recursos que pueden movilizar las instituciones financieras contra la

regulación son, pues, impresionantes. Eso ha quedado puesto de manifiesto

también tras la crisis de 2008. Ninguno de los proyectos reguladores ha

podido ser llevado a la práctica. Ni en Estados Unidos, ni en Gran Bretaña. Ni

en la Unión Europea, ni en el Comité de Basilea. El ambiente desregulado (y,

por tanto, criminógeno) sigue siendo la tónica dominante en el sector

financiero.

La obra de Black es enormemente importante no sólo para los reguladores

financieros sino también para el público en general. El problema a combatir no

101

Page 102: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

es sólo la asunción excesiva de riesgos. El problema es también un fraude a

gran escala. Es necesario adoptar medidas para atajarlo y poder exigir las

correspondientes responsabilidades penales. Si no, incluso las ayudas

estatales a los bancos seguirán el mismo camino hacia los pozos sin fondo de

los bolsillos de sus directivos…, si es que eso no está pasando ya.

José A. Estévez Araújo

29/5/2012

102

Page 103: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

En la pantalla

Campaña en defensa de la Educación Pública

Yo estudié en la pública

16/5/2012

Almamegretta

Figli di Annibale / Sole

Almamegretta es un grupo de música de Nápoles que nació a principios de la

década de los noventa y que sacudió la escena musical italiana con un estilo

“dub” parecido al que, a la sazón, venían desarrollando en Inglaterra grupos

como Massive Attack o Portishead. Las canciones de sus primeros discos, casi

todas cantadas en dialecto napolitano, versaban sobre la dura realidad del sur

de Italia, los problemas del paro y de la Mafia, la injusticia social y la

necesidad de un profundo cambio político que partiera de las clases

subalternas. Reproducimos aquí la traducción al castellano de la letra de dos

de sus más bellas canciones cantadas en italiano: “Figli di Annibale” y “Sole”.

Sus mensajes de fraternidad y emancipación social nos parecen más actuales

que nunca.

* * *

Figli di Annibale (Hijos de Aníbal)

África, África, Áfricaaaa…

Aníbal, gran general negro,

tú cruzaste los Alpes con una legión de elefantes y saliste indemne.

En aquellos tiempos, los europeos no los sabían cruzar ni a pie.

En cambio tú, Aníbal, gran general negro, los cruzaste con un mar de

elefantes.

¿Sabéis lo grandes y lentos que son los elefantes?

Y sin embargo Aníbal los hizo cruzar los Alpes con noventa mil hombres

africanos.

103

Page 104: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Aníbal derrotó a los romanos y se quedó en Italia como dominador durante

quince o veinte años.

Por eso muchos italianos tienen la piel oscura.

Por eso muchos italianos tienen el pelo oscuro.

Por eso muchos italianos tienen los ojos oscuros.

Por eso muchos italianos tienen la piel oscura.

Algo de la sangre de Aníbal se nos ha quedado en las venas.

Nadie puede decirme que estoy mintiendo. Si conoces tu historia sabes de

dónde viene el color de la sangre que te corre por las venas.

Durante la Segunda Guerra Mundial, un puñado de afroamericanos llenó a

Europa de niños negros. Imaginaos lo que pudo hacer, durante veinte años de

dominio militar, toda una armada de africanos en la Italia del sur.

Es por eso por lo que… nosotros somos hijos de Aníbal.

Hijos de Aníbal: pelo negro.

Hijos de Aníbal: la piel oscura.

Hijos de Aníbal con los ojos negros.

Hijos de Aníbal: gente del sur.

Hijos de Aníbal: sangre mediterránea.

Hijos de Aníbal: sangre de África.

África, África, Áfricaaaa…

* * *

Sole (Sol)

La noche sucede al día y el día sucede a la noche, pero por debajo de estas

nubes nunca cambia nada,

104

Page 105: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

y el libro de los recuerdos fluye al revés, pero el sabor de mi comida siempre

es el mismo.

Yo querría atravesar el cielo y el mar para buscar algo de luz y la verdad, pero

lo que me detiene es el miedo a saber que mi gente vive en la oscuridad.

Quisiera preguntar a quien gobierna por la paz y la guerra, en la Tierra y entre

la humanidad.

¿Cuántos años tendrán que pasar antes de que el hombre pueda descansar?

Hay demasiada sangre que corre todavía por las calles,

y demasiados hombres que siguen encadenados y condenados al ritmo del

trabajo y del sudor.

Sol, ¿cuándo saldrás sobre mí y sobre todos nosotros?

Quiero sol sobre mí y sobre aquellos que nunca lo han visto…

El sol es la luz que te calienta y que te quema,

es la voz de aquellos que nunca han hablado,

es un soldado que abandona las armas y pide paz,

es como prisionero que quiere libertad,

es una revolución de justicia y amor,

es como la lluvia en la sequía,

es el grito de quien nunca ha tenido voz

y no quiere quedarse en la oscuridad.

Quisiera preguntar a quien gobierna por la paz y la guerra, en la Tierra y entre

la humanidad.

¿Cuántos años tendrán que pasar antes de que el hombre pueda descansar?

Hay demasiada sangre que corre todavía por las calles,

105

Page 106: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

y demasiados hombres que siguen encadenados y condenados al ritmo del

trabajo y del sudor.

Sol, ¿cuándo saldrás sobre mí y sobre todos nosotros?

Quiero sol sobre mí y sobre aquellos que nunca lo han visto…

23/5/2012

106

Page 107: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

El extremista discreto

El Lobo Feroz

Quizá haya que dar las gracias...

A Carlos Dívar, gracias a quien nos hemos enterado de que existen las

semanas caribeñas para altos cargos y que esos lujos entran dentro de lo

normal.

Gracias a Torres Dulce, el fiscal general, que nos ha enseñado cómo hacer: se

abre una investigación, se dice que no hay materia, se cierra la investigación,

y cura sana culito de rana.

Al ministro Wert, quien con su simpatía ha conseguido poner de acuerdo a

todos los rectores de las universidades en que no valía la pena hablar con él.

Hay que dar las gracias a los consejeros del Psoe y del PP en los consejos de

administración de las cajas de ahorros: no vieron, no oyeron, no tocaron.

Seguramente se llama a eso triple ciego.

Hay que dar las gracias a la prensa y a su sensibilidad ecologista: gracias a

ella la gran masa del elefante ha tapado el asunto de quién paga los viajes

privados del rey y para qué.

Puesto que los departamentos universitarios no pueden renovar el

profesorado en pocos años se habrá acabado, a dios gracias, la universidad.

Gracias: todos a la FP.

Demos gracias al gobierno de Rajoy y a Rajoy mismo por su golpe de estado

económico y laboral: gracias a él, se ha deslegitimado incluso un poco más

para las mayorías el sistema político amañado en la transición, que ya iba

siendo hora. Ahora todo el mundo sabe que los derechos y libertades son

hasta cierto punto.

Demos gracias a Zapatero y a Rubalcaba, porque entrambos muestran la

inanidad del Psoe y de sus políticas neoliberales. Gracias a ellos se hará la luz

en otra parte. Pero también gracias a ellos vamos camino de la gran coalición,

y la izquierda en la luna de Valencia.

Demos gracias a la política económica de la Unión Europea: como no tiene

pies ni cabeza, la crisis durará aquí más que en ningún lado y nos curtiremos

en la adversidad.

107

Page 108: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Demos gracias a esos políticos racistas y xenófobos de la derecha española y

de la derecha nacionalista catalana: gracias a ellos estaremos en guardia.

Postscriptum: Por la boca muere el pez. Suele decirse que la cara es el espejo

del alma. En el caso de Carlos Dívar, sin embargo, el espejo es la boca.

26/5/2012

Fuertebrazo

Sarna sin gusto sí pica: diez aforismos en tiempos de depresión

De esta dura crisis he aprendido sólo tres cosas: que no teníamos ni idea de

economía; que la economía no era tan difícil como decían, y que los

economistas no sabían de economía todo lo que decían saber.

* * *

El “juancarlista” es un monárquico que aún no ha salido del armario.

* * *

El Borbón no mata elefantes por casualidad, sino porque quiere exterminar a

una de las pocas especies que tiene buena memoria y que podría recordarle

que fue nombrado príncipe sucesor por un dictador.

* * *

Hay quien se ha escandalizado por la reciente publicación de “aforismos

involuntarios” entresacados de la obra filosófica de Fernando Savater. No es

para tanto. Sería más escandaloso intentar entresacar de ella algo de

filosofía…

* * *

Aunque sea indirectamente, la mejor descripción de lo que ha sido el

periodismo español en los últimos treinta años nos la han dado los mismos

diarios con su receta para evitar la bancarrota: “Practicar un periodismo

riguroso y de calidad”.

* * *

La única diferencia entre un ladrón y un banquero es que el primero tiene al

108

Page 109: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

menos la amabilidad de trabajar a domicilio.

* * *

Eduard Punset en El País (20/5/2012): “Un optimista es un ser que intenta

mirar, al margen de las ideologías y de sus propias convicciones, lo que está

ocurriendo en la realidad”. Fuertebrazo en mientras tanto: un pesimista es un

ser que sabe que hay miles de personas que se crean su ideología y

convicciones sobre la realidad leyendo bobadas como ésta.

* * *

De joven era un idealista romántico y, como tal, un ferviente militante de la

socialdemocracia. Pero ahora me he desencantado: tengo cincuenta años, soy

padre de familia y creo que lo único que podemos hacer es sentar la cabeza,

ser realistas y adaptarnos a las circunstancias. Por eso me he hecho

comunista.

* * *

El debate político empieza cuando calla el tertuliano televisivo.

* * *

La vida política de la España democrática tendió a desarrollarse de la

siguiente manera: el pepero se radicalizaba, el sociata se “renovaba” y el rojo

se desmovilizaba. Y así nos ha ido. Nuestro país saldrá de la crisis el día en

que el sociata se radicalice, el pepero se desmovilice y el rojo sepa renovar su

entusiasmo militante.

* * *

23/5/2012

Alberto Sicilia

Carta de un investigador a Rodrigo Rato

(con oferta de trabajo incluida)

Querido Rodrigo,

Eres mi ídolo. No sé cómo lo has hecho, pero el gobierno está considerando

inyectar 7.000 millones en el banco que presidías. No es la primera vez que lo

109

Page 110: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

consigues: en 2010, el Estado os prestó 4.500 millones y después os avaló por

27.500 millones

(http://blogs.cincodias.com/lealtad/2012/05/el-agujero-negro-de-bankia.html)

más.

Como investigador, te admiro muchísimo: me encantaría tener tu talento para

convencer a los gobiernos de que suelten el parné. Sólo esos 7.000 millones

es más dinero que toda la financiación para I+D en los Presupuestos

Generales del Estado (6.400 millones).

El desastre de Bankia me ha proporcionado una amarga satisfacción, pues

confirma una de mis hipótesis científicas

(

http://principiamarsupia.wordpress.com/2012/05/07/razones-de-un-investigad

or-para-participar-en-toma-la-calle-12m-15m/): la estructura política de

nuestro país está podrida hasta las entrañas. En los consejos de

administración de Bankia y sus corporaciones estabais todos: Mercedes de la

Merced y Manuel Lamela (PP), Arturo Fernández (vicepresidente de la CEOE),

María Enedina Álvarez (ex-diputada del PSOE), José Antonio Morán Santín (IU),

José Ricardo Martínez (secretario general de UGT Madrid), etc.

(

http://profesorgeohistoria.wordpress.com/2012/05/01/medio-pp-trabaja-en-ba

nkiahasta-el-primo-de-la-la-dama-de-hojalata/).

¡Viva la meritocracia, coño!

No me puedo explicar el fracaso de Bankia: estaba en manos del más selecto

grupo de mentes privilegiadas. No se habían visto tantos premios Nobel juntos

desde la Conferencia Solvay de 1927

(

http://www.dailymail.co.uk/sciencetech/article-2002163/1927-Solvay-Conferen

ce-Electrons-Photons-Is-greatest-meeting-minds-ever.html).

Por bromitas como la de tu banco, este año no vamos a pagar los premios a

los ganadores de la Olimpiada de Física

(http://elpais.com/elpais/2012/05/01/opinion/1335891274_743463.html).

Empollones, frikis, cuatro-ojos, pajilleros compulsivos: ¡os lo tenéis bien

merecido! ¿Qué hacéis estudiando física con diecisiete años? ¡Dedicarse al

fútbol!

En el fondo, mi sarcasmo nace de la envidia. Tú ganaste el año pasado 2,3

millones de euros. Mi salario es 110 veces menor. Pero debo reconocer que la

diferencia está justificada: yo sólo estudio las ecuaciones que describen los

agujeros negros, mientras tú creas agujeros negros que ya quisiera la galaxia

110

Page 111: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

de Andrómeda.

Rodrigo, te escribo porque quiero hacerte una oferta. Ahora que tienes más

tiempo libre, me gustaría que te unieses al grupo de científicos que luchamos

para que la ciencia española no desaparezca

(http://amazings.es/2012/04/25/sinciencia-no-hay-futuro/). Tu talento nos

vendría fenomenal. Con uno de tus golpes maestros, nos compramos el CERN,

el telescopio Hubble y la NASA entera. Lo digo en serio: el presupuesto de la

NASA (http://en.wikipedia.org/wiki/Budget_of_NASA) para 2012 es de 18.000

millones de dólares. ¡Está a tu alcance!

Por cierto, Rodri, nos vemos este sábado en Sol

(

http://principiamarsupia.wordpress.com/2012/05/07/razones-de-un-investigad

or-para-participar-en-toma-la-calle-12m-15m/). Hazme una perdida cuando

llegues, ¿vale?

Un abrazo, crack.

Dr. Alberto Sicilia.

P. D.: Mi oferta a Rato va en serio. ¡Hagamos un poquito de ruido, a ver si nos

responde!

16/5/2012

111

Page 112: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

...Y la lírica

Rafael Argullol

Alegato contra la codicia

Tras subir lentamente las escaleras,

arrastrado por la apretada multitud de pasajeros,

sale por la boca del metro de Syntagma,

justo delante del Parlamento, en el momento mismo

en que el reloj señala las nueve en punto.

A esta hora la muchedumbre llena la plaza,

y Dimitris Christulas, desconcertado

por el movimiento que observa a su alrededor,

busca refugio detrás de un árbol.

Enseguida saca el revólver

del bolsillo derecho de su americana

para dirigirlo a su sien.

Cuando su dedo índice roza el gatillo

se da cuenta de que su escondite no es perfecto.

Le observan, en efecto, una mujer empeñada

en arreglar una rueda del cochecito de su hijo;

y un vendedor ambulante de Senegal

que acaba de extender en la acera

una manta para los falsos bolsos de marcas caras;

112

Page 113: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

y un muchacho montado en una bicicleta,

quien es el más cercano a Christulas

y el único que escucha sus palabras:

"no quiero dejar deudas a mi hija".

De inmediato se produce el silencio,

el silencio sobre Syntagma, sobre Atenas, sobre el mundo.

Al día siguiente, escandalizados, los noticieros

informan de la muerte de Dimitris Christulas.

Dan detalles: se había trasladado en el metro

desde su barrio de Ambelokipi hasta Syntagma.

Era un farmacéutico jubilado de 77 años,

y la tarde anterior le había pagado al casero

el importe del último alquiler de su piso.

En el bolsillo izquierdo de su americana

tenía, redactada cuidadosamente, una nota

con los motivos de su acción: era —según afirmaba—

demasiado viejo para empuñar un kalashnikov y rebelarse,

como aconsejaba que hicieran los jóvenes,

y se negaba a buscar en la basura,

en contenedores y papeleras,

el alimento al que creía tener derecho

después de decenas de años de trabajo.

113

Page 114: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Los noticieros se extienden en estadísticas

sobre la difícil vida de los ancianos

y el terrible azote que cae sobre Grecia,

con la propagación de la epidemia de suicidios;

entretanto, muchos atenienses rodean el árbol

de la plaza Syntagma con flores y cirios.

Pero volvamos al silencio que se apodera del escenario

mientras Christulas percibe en la yema de su dedo

el extraño frío del gatillo. Ese silencio tenso,

abrumador, cargado de presagios,

más estruendoso que cualquier ruido.

Nadie puede escapar a ese silencio

porque está alojado en la boca del estómago,

en el hígado, en el pulmón, en la víscera más íntima.

Yo, os aseguro, no consigo arrancarlo de mí mismo

cuando veo a los Christulas

que no han tenido el arrojo de Christulas,

hurgar en los contenedores y papeleras de mi barrio,

la cara azorada, los ojos evasivos,

en ceremonias repetidas bajo el estigma de la deshonra.

Los nuevos mendigos, a diferencia de los antiguos,

—curtidos en la tarea, supervivientes de hierro—

114

Page 115: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

se sumergen torpemente en la basura,

vacilantes, inexpertos, al borde del pánico,

como si estuvieran inmersos en una pesadilla

de la que ya no lograrán despertar.

Los hay a cientos por el centro de la ciudad,

con sus mejillas afeitadas, sus corbatas

y sus dignos trajes raídos, al principio.

Luego, a medida en que pasan los días,

desaparecen las corbatas, brotan las barbas

y los pantalones, ya sin raya, se exhiben sucios y arrugados.

El nuevo mendigo ya compite con el viejo mendigo

en el áspero dominio de la calle:

"un euro para comer, amigo";

"un euro para comer, hermano".

Algunos nada dicen mientras representan

en la obra el papel que nunca imaginaron.

Un anciano, en mi calle,

—un anciano de no menos de 90 años—,

vestido con un elegante abrigo negro,

con gesto digno deja el sombrero también negro

a sus pies, para las monedas,

y empieza a tocar con un oboe una pieza de Mozart.

115

Page 116: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Siempre es la misma,

una única pieza en su repertorio,

y la toca rematadamente mal;

y cuando alguien acerca la mano a su sombrero

para soltar una moneda, se sonroja

antes de saludar militarmente.

Otro, cerca de él, canta

—con mayor habilidad—

unas cuantas arias de ópera;

otro, ya enajenado,

hace ademán de bailar entre los turistas;

otro, quieto, muy quieto,

sentado en una sillita plegable

—de esas de pescador de caña—

mira con ojos despavoridos a la gente que pasa.

Y es difícil no sentir el silencio aniquilante

que rodea a la hermandad del asfalto,

el mismo silencio, el mismo

que se agolpa en la plaza Syntagma

cuando Dimitris Christulas

acerca la pistola a su cabeza.

Ese es asimismo el silencio

116

Page 117: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

en el que se enroscan

las extrañas palabras del hombre

que tengo delante —un viejo, como todos,

aunque todos son viejos, ese tipo de hombres.

Busca también él algo en la papelera

y luego, de repente, señala con el dedo

a un edificio que está a su frente:

la sede de la Bolsa, neoclásica,

anodina, cerrada a cal y canto,

pues hoy es domingo, y las finanzas

también descansan en el Día del Señor.

Es un hombre encorvado, de aspecto tímido,

que me recuerda a mi padre

—a como era mi padre en sus últimos años,

bastante más bajo que en mi infancia.

Compro el periódico en el quiosco

situado frente a la Bolsa,

sin perder de vista el dedo que señala.

Hasta que veo que el dedo se hace puño

y el hombre amenaza al invisible adversario

que acecha detrás mío. Exclama:

"¡Los codiciosos!, ¡los codiciosos!".

117

Page 118: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Lo dice con vehemencia pero sin gritar,

en voz muy baja, casi un murmullo,

como hacía también, airado, mi padre, en raras ocasiones.

"¡Los codiciosos!, ¡los codiciosos!".

Pasa junto a mi y se acerca

a la puerta acristalada de la Bolsa.

Algunos transeúntes se quedan observándolo

mientras sigue levantando el puño contra el edificio

y su imagen se agiganta en la distorsión del cristal.

Súbitamente el planeta deja de girar.

El sol del mediodía

clava en tierra los pasos y los gestos

—la ciudad, los paseantes, el puño amenazador—,

y otra vez estalla el silencio

que envuelve el último ademán de Christulas

allá en Syntagma, en el corazón de Atenas.

"¡Los codiciosos!, ¡los codiciosos!".

Detrás de la gran fachada de cristal

—como si fuera la gigantesca bola de un mago—

puedo contemplarlos claramente,

juntos, en el nervioso tropel de la compraventa,

y uno a uno, el depredador dispuesto

118

Page 119: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

al asalto final sobre la presa.

"¡Los codiciosos!, ¡los codiciosos!".

En el espejo deformante

todos somos codiciosos o cómplices de la codicia,

pues, por cobardía o miedo,

renunciamos al deber de explicar que el hombre

era el único animal que se había preguntado

por lo que había tras la línea del horizonte,

y nos rendimos a lo más cruel y sangriento,

el único animal que atesora con avaricia

mucho más de lo que pueda necesitar en una vida,

y a costa de destruir la vida de los otros.

Todos somos codiciosos o cómplices de la codicia,

porque hemos permitido que un ser implacable,

nacido en la cloaca de la peor pasión,

se apoderara de la entera condición humana

y dictara sus brutales leyes al universo.

De modo que el codicioso,

bárbaro adorador del ídolo de oro,

avanza a cara descubierta, libre de toda atadura,

saqueador de la belleza, dueño del mundo.

Somos, pues, culpables.

119

Page 120: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Nuestro delito ha sido dejar

que el depredador que hay en nosotros

expulsara a todo lo noble y digno

que estábamos obligados a preservar

para seguir siendo considerados seres humanos.

Hemos dejado que se nos robaran

hasta las palabras, y ahora nuestro lenguaje

ya es el lenguaje del mercado, del beneficio,

del tráfico de almas,

sin ningún lugar para la compasión.

Nos hemos ofrecido en sacrificio

para ser carne de una rapiña sin límites

y nuestros restos yacen, esparcidos,

alrededor del altar.

Y falta ya muy poco

para que también la libertad

nos sea arrebatada

por el amor a la codicia,

que parece ya el único amor permitido.

O eso es lo que cree

ese hombre que amenaza sin ira a un edificio

—ese hombre que me recuerda a mi padre anciano—

120

Page 121: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

mientras entona una acusación a los espectros:

"¡los codiciosos!, ¡los codiciosos!".

Y eso mismo es lo que cree

Dimitris Christulas, la mano apretada en la culata,

al observar la plaza Syntagma, centro de Atenas,

situada tan sólo a unos quilómetros

del corazón antiguo, la Acrópolis,

donde hace exactamente 2.454 años

se representó por primera vez Antígona,

y el hombre cantó a lo más elevado de sí mismo:

"Muchas cosas hay portentosas,

pero ninguna tan portentosa como el hombre"

proclama, en el teatro, el coro de ancianos.

Dimitris Christulas dispara.

Al caer se lleva consigo un retazo

del azulísimo cielo de Grecia.

6/4/2012

121

Page 122: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

De otras fuentes

Xavier Casals

La extrema derecha europea: una trayectoria ascendente

Intentar efectuar un balance sobre la evolución de la ultraderecha en Europa a

lo largo de un año es complejo, en la medida que el objeto de estudio es una

realidad continental harto diversa y el período de análisis se ciñe a un límite

azaroso. Sin embargo, consideramos importante resaltar cinco fenómenos

acaecidos a lo largo del 2011 que sugieren que este espectro político ha

superado una etapa de “normalización”. Así, éste se expande por el conjunto

del espectro de la derecha y muestra los riesgos que su ultranacionalismo

crítico con poderes supraestatales entraña para la estabilidad de la Unión

Europea (UE).

El primero de los fenómenos aludidos ha sido el espectacular ascenso

electoral de Perussuomalaiset (PeruS, Finlandeses Auténticos o Finlandeses de

a pie, según la traducción), que en abril puso en la cuerda floja el rescate

económico de Portugal por parte de la UE. Ese mismo mes surgió otro

problema no menor para la UE en Hungría, con la sinuosa deriva nacionalista

y populista del ejecutivo inicialmente liberal presidido por Víktor Orban y su

formación, Fidesz (acrónimo de Fiatal Demokraták Szövetsége-Magyar Polgári

Szövetség [Fidesz-MPs, Alianza de Jóvenes Demócratas-Unión Cívica

Húngara]) [1]. El Parlamento magiar, en el que Orban cuenta con una mayoría

abrumadora, aprobó una Carta Magna —que ha entrado en vigor en enero del

2012— que ha levantado una polémica por su carácter retrógrado, a la par

que su política ha adquirido un giro irredentista y restrictivo en términos de

libertades y ha cobrado autonomía de la europea en el plano económico. Todo

ello ha derivado en un conflicto entre el gobierno de Hungría y la UE.

El segundo fenómeno ha sido la exitosa sucesión en el liderazgo del Front

National (FN, Frente Nacional) francés, pues su patriarca y fundador

Jean-Marie Le Pen ha sido substituido por su hija Marine sin crisis internas,

renovando la imagen del partido y confiriéndole un atractivo que lo ha hecho

despuntar en las encuestas.

El tercero ha sido la participación en el gobierno heleno de coalición de la

formación Laikós Orthódoxos Synagermos (LAOS, Alerta Popular Ortodoxa),

hecho indicativo de que —pese al abrupto fin del gobierno de coalición italiano

del que formaba parte la Lega Nord (LN, Liga Norte)— la ultraderecha

continúa siendo un actor político gubernamental en Europa.

El cuarto lo ha manifestado la lenta eclosión en España de opciones de

122

Page 123: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

extrema derecha en los comicios locales, notablemente en Cataluña, con la

Plataforma per Catalunya (PxC, Plataforma por Cataluña), y —en menor

grado— en la Comunidad Valenciana, con España 2000 (Esp2000).

El quinto y último lo han constituido sendas masacres: un crimen múltiple

perpetrado en Oslo y Utoya (Noruega) en julio y el asesinato de dos

senegaleses en Florencia (Italia) por ultraderechistas perturbados. Tales

matanzas indicarían eventualmente que el eco social creciente del ideario de

extrema derecha podría suscitar en su lunatic fringe atentados

indiscriminados.

Desde nuestra óptica, estos fenómenos —que analizamos a continuación—

mostraron una evolución de este espectro político al alza en Europa, en la

medida que plasman su consolidación y capacidad de crecimiento en

contextos dispares, así como su capacidad de desestabilizar la agenda política

y económica de la UE. Todo ello ratifica el reciente diagnóstico del politólogo

Piero Ignazi sobre este sector político: “Hoy, al fin del primer decenio del

nuevo siglo, la extrema derecha conoce una nueva progresión debida a su

reciente aggiornamento”. Aludía a su proceso de renovación, especialmente al

hecho de que la islamofobia le ha permitido reinventarse al combinar la

defensa de las raíces cristianas de Occidente con la de los derechos de las

mujeres o de los homosexuales supuestamente amenazados por el Islam. Ello

le ha permitido instrumentalizar “temas propios de la tradición liberal y del

liberalismo cultural” (P. Ignazi, 2011: 59 y 70).

1. Europa en cuestión: Finlandia y Hungría

El ascenso electoral de Finlandeses Auténticos bajo el liderazgo de Timo Soini

en abril del 2011 conmocionó Europa. Con el 19% de los votos y 39 escaños

en el Parlamento, el partido devino tercera formación del país, casi empatada

tanto con los socialdemócratas (19,1% de los sufragios) como con la coalición

conservadora ganadora (20,4%). La oposición de PeruS a que el país

participara en el rescate económico de Portugal le facilitó sus buenos

resultados (en los comicios legislativos del 2007 obtuvo tan solo un 4% de los

votos, aunque en los europeos del 2009 ya superó el 9%).

"Las políticas de rescate han fracasado. La Unión Europea está en estado de

coma y ya es tiempo de que en Bruselas comiencen a pensar cómo hacer

mejor las cosas", manifestó Soini. Desde tal perspectiva, se proclamó

contrario al rescate luso en estos términos: "¿Por qué nuestro dinero tiene que

ir a destinos inciertos? No podemos renunciar a nuestro dinero. Si la vaca es

finlandesa tenemos que ordeñarla en Finlandia y no enviar su leche al

extranjero" [2]. No obstante, su oposición no impidió que el parlamento finés

aprobase en mayo la participación en el préstamo a Portugal, aunque con

123

Page 124: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

condiciones.

El mismo mes de abril, la aprobación por las Cortes húngaras de una nueva

Constitución constituyó otro serio aldabonazo de la fragilidad de la UE. En los

comicios celebrados un año antes, en el 2010, Víktor Orban y el Fidesz-MPs

alcanzaron una sólida mayoría absoluta (un 52,7% de los votos que se tradujo

en dos tercios de los miembros del parlamento), a la par que emergió un

grupo de presión a su derecha: el extremista Jobbik (en realidad Jobbik

Magyarországért Mozgalom, Movimiento para una Hungría Mejor) devino

tercera fuerza del país con el 16,7% de los votos.

Respaldado con el magno apoyo del Fidesz-MPs, Orban acuñó la citada Carta

Magna, que plasma un ideario nacionalista y retrógrado (apela a la bendición

divina) y otorga amplios poderes al Ejecutivo. Así, por ejemplo, se requiere

dos tercios del Parlamento para cambiar o anular leyes orgánicas y el Tribunal

Constitucional no puede incidir en temas presupuestarios hasta que la deuda

pública sea menor al 50% del PIB (ahora es de un 80%).

Igualmente, Orban ha apostado por el diseño ultranacionalista de la llamada

“Gran Hungría” al considerar ciudadanos del país a los miembros de las

minorías magiares de sus pretendidas fronteras. Ello refleja su progresiva

asimilación a la ultraderecha de la Europa del este y central, en la medida que

manifiesta un afán de revisar las fronteras, una cuestión ajena a la agenda

política de la extrema derecha del oeste (M. Minkenberg, 2011: 37-38).

Al concluir este texto, la política de Orban choca con las directrices

comunitarias debido a la pérdida de independencia del Banco central magiar,

del poder judicial (al adelantar la edad de jubilación de los magistrados de 70

a los 62 años) y de la agencia que controla la protección de datos [3]. Ante

esta situación, si la UE no alcanza un acuerdo con el mandatario húngaro se

hallará en la disyuntiva de denunciar a Budapest ante el Tribunal Europeo de

Justicia o penalizar al Ejecutivo amparándose en el artículo 2 del Tratado de la

UE (que declara que ésta “se fundamenta en los valores de respeto de la

dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y

respeto de los derechos humanos”) y el 7 (que afirma que ante “un riesgo

claro de violación grave” de esos valores se pueden imponer sanciones y

suspender derechos).

2. Francia: Le Pen sucede a Le Pen

El ascenso en el firmamento político francés de Marine Le Pen (nacida en

1968) ha constituido otra de las novedades del 2011. Su acceso a la jefatura

del Front National en enero de ese año demostró que las formaciones de

ultraderecha no solo pueden sobrevivir a la desaparición de la escena de sus

124

Page 125: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

líderes-fundadores, sino que pueden renovarse y hasta ser incluso más

atractivas para el electorado. El lepenismo lo ha constatado.

Recordemos que la dilatada trayectoria de este partido —fue constituido en

octubre de 1972— ha sido inseparable de la de su líder inicial, Jean-Marie Le

Pen (nacido en 1928), un routier de la ultraderecha (C. Bresson y C. Lionet,

1994) que le ha conferido un perfil de partido “antisistema”, que la política de

coaliciones (los llamados “cordones sanitarios” o “frentes republicanos”) por

la que ha optado el resto de formaciones para aislarla, ha acentuado. En

1999, esta situación originó una crisis interna de la formación, cuando Bruno

Mégret intentó darle un giro y orientarla a acuerdos con la derecha

mayoritaria (A. Laurent y P. Perrineau, 1999). Se generó entonces el

Mouvement National Républicain (MNR, Movimiento Nacional Republicano),

liderado por el primero, de nulo impacto electoral.

La campaña para la sucesión de Jean-Marie Le Pen se inició oficialmente en

septiembre del 2010 y en ella pugnaron su hija Marine —vicepresidenta del

partido desde su congreso de noviembre del 2007— con el eurodiputado y

también vicepresidente Bruno Gollnisch (nacido en 1950) y se saldó en enero

de 2011 con la victoria de la primera. Lejos de ser la mera escenificación de

una sucesión “clánica”, se produjo en el partido un amplio debate interno (J.-Y.

Camus, 2011: 98-99). En él, la hija de Le Pen y Gollnisch encarnaban

realidades distintas, generacionales e ideológicas: el segundo encarnó al

núcleo más “duro” del partido frente a la flexibilidad de la primera, que se

alzó con la presidencia del FN con un 67,3% de votos de los delegados al

congreso.

Si bien el patriarca continúa siendo presidente de honor y eurodiputado, su

hija es el nuevo rostro frentista, fogueada desde que en el 2002 fuera

nombrada su portavoz. Debe subrayarse que el inicio de su mandato ha

coincidido con un reposicionamiento favorable del FN, pues sus resultados en

las elecciones regionales de marzo del 2010 anunciaron el abandono de su

marginalidad: obtuvo 2.223.800 votos en la primera vuelta, doblando sus

pobres resultados de los comicios europeos de junio del 2009 (1.091.691

votos). Esta tendencia ha sido valorada como “el retorno del Frente Nacional”

(P. Perrineau, 2011). Los buenos resultados en las elecciones cantonales de

marzo del 2011 han parecido confirmar la tendencia: logró el 15% de los

sufragios y disputó la segunda vuelta en 394 cantones, aunque sólo obtuvo

dos consejeros regionales.

Superado este test con éxito, la nueva líder puede tener un apoyo

imprevisible en las urnas en las elecciones presidenciales de abril del 2012:

según un sondeo de Le Monde (12.01.2012), su intención de voto se sitúa en

el 21,5% frente al 23,5% del presidente Nicolás Sarkozy y el 27% del socialista

125

Page 126: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

François Hollande, mientras un 31% de los franceses estaría de acuerdo con

sus ideas. Ello empieza a proyectar la sombra en la política francesa de los

comicios del 2002, cuando Jean-Marie Le Pen pasó a la segunda vuelta de las

presidenciales.

En cualquier caso, el ascenso de Marine Le Pen en los sondeos se halla

asociado a que ésta ha introducido cambios en el discurso del partido:

“Intenta introducir un discurso exento de referencias sulfúreas a la Segunda

Guerra Mundial y a sus dramas, jugando con las referencias al discurso

republicano (laicismo, patriotismo) y reforzando el componente cultural y no

étnico del discurso identitario (denuncia de la islamización, del bilingüismo)”

(P. Perrineau, 2011:8).

3. Partidos de gobierno y de protesta con leves desgastes

La consolidación de la nueva extrema derecha se ha advertido asimismo en la

versatilidad de sus formaciones, en la medida que éstas logran simultanear su

carácter de partidos de gobierno con el de partidos de protesta. Ello ya no

permite afirmar que su acceso al gobierno las penaliza duramente.

En general tal tesis fue valida hasta inicios de la década pasada, pues la

corroboraron las escisiones de la LN en 1994 y del Freiheitliche Partei

Österreichs (FPÖ, Partido de la Libertad de Austria) en el 2005, tras participar

en los ejecutivos de sus países, así como el rápido declive de la Pim Fortuyn

Lijst (LPF, Lista Pim Fortuyn) al formar parte del gobierno holandés en el 2002.

Sin embargo, esta dinámica ha cambiado y la LN, en el segundo mandato de

Silvio Berlusconi, ha actuado como partido de gobierno apoyando a este

mandatario y de oposición al criticar a los otros socios en el Ejecutivo, la

Alleanza Nazionale (AN, Alianza Nacional) y la Unione dei Democratici Cristiani

e di Centri (UDC, Unión de los Demócratas Cristianos y de Centro) (D.

Albertazzi y D. McDonnell, 2008: 25-43). Elllo ha permitido a la LN mantenerse

con éxito en el Ejecutivo y solo ha sido desalojada del mismo al dimitir

Berlusconi en noviembre del 2011.

Igualmente, la Union Démocratique du Centre/ Schweizerische Volkspartei

(UDC/SVP, Unión Democrática de Centro/ Partido Popular de Suiza) ha

escenificado su carácter de partido de protesta promoviendo plebiscitos

contra la política del gobierno federal de la que es también corresponsable (D.

Skenderovic, 2007: 462). De este modo, su penalización electoral ha resultado

limitada: en los comicios celebrados en octubre sufrió un retroceso del 3,6%

de los votos por primera vez en 20 años. Éste obedeció al ascenso de su

escisión Bürgerlich-Demokratische Partei Schweiz (PBD, Partido Burgués

Democrático de Suiza) y a un voto de castigo a los partidos tradicionales [4].

Sin embargo, la UDC/SVP sigue siendo la principal formación del país con un

126

Page 127: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

25,3% de sufragios.

Este escaso desgaste electoral de la ultraderecha también se apreció en el

Dansk Folkeparti (DF, Partido Popular de Dinamarca), que en las elecciones

legislativas celebradas en septiembre pasó del 13,9 % al 12,3% de los votos,

de modo que la masacre de Utoya cometida en julio en la cercana Noruega

tuvo un limitado impacto electoral en la aceptación de su discurso.

Finalmente, la participación de LAOS —el partido liderado por el periodista y

exdiputado de Nueva Democracia, Georgios Karatzaferis— en el gobierno

heleno de coalición constituido en noviembre del 2011, junto a socialistas y al

centroderecha, ha testimoniado igualmente la flexibilidad de estas

formaciones para constituir coaliciones de gobierno pese a su fuerte

atrincheramiento como oposición.

De esta forma, LAOS —que obtuvo en el 5,6% de los sufragios en las

elecciones legislativas de 2009 y 15 escaños— ahora gestiona la cartera de

Infraestructuras, Transporte y Redes. Karatzaferis ha modulado un discurso

que “intenta combinar el radicalismo ideológico con la moderación política”.

Ataca de ese modo a la conservadora Nueva Democracia (ND) y se arroga la

representación “del partido de la derecha” (se considera la “verdadera

derecha”), mientras dirige duras andanadas a los bancos, al “laxismo del

capital”, a Turquía y al bipartidismo “corrupto” de ND y el Movimiento

Socialista Panhelénico (PASOK). Pero su táctica política se caracteriza por la

flexibilidad a la que hemos aludido: en las elecciones locales y regionales del

2010 el partido sostuvo a candidatos de Nueva Democracia, e incluso

socialistas, basándose en el único criterio de su “integridad moral y política”.

El resultado es que lejos de ser una formación antisistémica, LAOS conforma

“una extrema derecha inteligente, realista y política” y que practica “el

entrismo en el campo de la derecha” (A. Pantazopoulos, 2011: 26-27). Dado

su pragmatismo, pues, puede tener un largo recorrido como partido de

protesta y de gobierno.

4. España: ¿una ultraderecha similar a la alemana?

En España los comicios legislativos celebrados en noviembre del 2011

mostraron la debilidad de su fragmentada ultraderecha, cuyos epicentros son

Cataluña y la Comunidad Valenciana. De este modo, la Plataforma per

Catalunya (PxC, Plataforma por Cataluña), liderada por Josep Anglada, en los

comicios autonómicos de noviembre del 2010 experimentó un ciclo

ascendente al obtener 75.134 sufragios (un 2,4% del total) que continuó en

las elecciones locales de mayo del 2011. Entonces pasó de los 12.447 votos

(0,4%) y 17 ediles obtenidos en el 2003 a 65.905 votos (2,3%) y 67 ediles,

expandiéndose por el conjunto del territorio catalán, penetrando en el

127

Page 128: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

cinturón metropolitano barcelonés y obteniendo representación en

L'Hospitalet de Llobregat (segunda ciudad de Cataluña). Aunque sus

resultados fueron menores en estas elecciones locales que en las

autonómicas, debe tenerse en cuenta que la PxC solo concurrió a 104

municipios de los 947 existentes. Por tanto, parece plausible concluir que de

haber concurrido en todos habría obtenido resultados superiores.

De hecho, la PxC “no sólo tuvo una mayor capacidad organizativa para

presentar candidaturas sino que incrementó su efectividad a la hora de

conseguir resultados. Así, si en 2007 obtuvo representación en el 23% de los

municipios en que presentó una candidatura, en el 2011 esta cifra se

incrementó hasta el 40%. Igualmente, pasó de obtener más de un 5% de los

votos en el 28% de los municipios con candidatura a hacerlo en el 52%.

Asimismo, en el 70% de los municipios en que presentó candidatura mejoró el

porcentaje de voto conseguido en las elecciones autonómicas celebradas seis

meses antes” (A. Hernández Carr, 2011: 26). Debe señalarse, además, que en

los comicios autonómicos y locales el Partido Popular (PP) endureció su

discurso sobre la inmigración, notablemente en Badalona (tercera ciudad

catalana), donde logró hacerse con la alcaldía (X. Rius Sant, 2011: 113-117,

203-215).

Sin embargo, el ciclo electoral alcista inaugurado por los comicios

autonómicos del 2010, que se mantuvo en los locales del 2011, declinó en los

legislativos del mismo año, pues obtuvo entonces 59.297 votos (1,7%). Ello es

muy visible en la ciudad de Vic (Barcelona), su principal bastión y donde

Anglada es edil: si en los comicios locales de mayo alcanzó el 19,9% de los

votos, en los legislativos de noviembre su apoyo cayó al 2,6%. Esta mengua

de votos plantea una cuestión de difícil respuesta: ¿La PxC ha iniciado un

declive o se enfrenta a dificultades para fidelizar a su electorado en unas

elecciones generales?

Paralelamente, en la Comunidad Valenciana parece haber tenido lugar un

fenómeno similar, pero de entidad menor protagonizado por España 2000

(Esp2000), que lidera José Luis Roberto. Si esta formación obtuvo 3.792 votos

en los comicios locales del 2007 (0,2%) y 2 ediles en esta Comunidad, en los

del 2011 cosechó 8.066 votos (0,3%) y 4 ediles, así como otro en Alcalá de

Henares (Madrid). Al igual que la PxC, pareció conocer un ciclo electoral

alcista: obtuvo 12.191 votos (0,5%) en los comicios autonómicos valencianos

celebrados la misma jornada que los locales y en los legislativos de noviembre

cosechó 9.256 votos (0,3%). Sin embargo, como en esta ocasión no concurrió

en la provincia de Alicante, parece probable que de haberlo hecho hubiera

alcanzado resultados similares a los anteriores.

En cualquier caso, al final del ciclo electoral 2010-2011 la situación de la

128

Page 129: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

ultraderecha española parece similar a la de la alemana, en la medida que

conforma un espectro político fragmentado territorialmente, periférico,

ausente del Parlamento estatal y con alianzas complejas entre sus partidos (X.

Casals 2011: 87-90).

5. Utoya y Florencia, la lunatic fringe criminal

En el marco descrito de expansión de la ultraderecha y de “normalización” de

su discurso —en la medida que sus partidos se consolidan e

institucionalizan—, en el año 2011 se han producido dos atentados terroristas

cometidos por extremistas perturbados de su lunatic fringe. Uno tuvo lugar el

22 de julio en Noruega y conformó una tragedia de grandes dimensiones,

cuando Anders Behring Breivik hizo estallar un explosivo en el centro de Oslo

y protagonizó un tiroteo contra jóvenes socialdemócratas concentrados en la

isla de Utoya, dejando un saldo de 96 víctimas mortales. El segundo fue obra

de Gianluca Casseri, que abatió a tiros a dos senegaleses en un mercado de

Florencia (Italia) el 13 de diciembre y a continuación se suicidó.

Ambos eran militantes de extrema derecha. Behring, tras haber sido miembro

desde el 1999 hasta el 2004 del Fremmskrittspartiet (FrP, Partido del

Progreso), radicalizó su ideario. Lo plasmó en internet, especialmente en el

texto de 1.500 páginas 2083: una declaración de independencia de Europa. En

él describe a su sociedad como infiltrada por marxistas y amenazada por el

islam, afirmando que en el 2002 se unió a un colectivo de supuestos

neotemplarios para combatir la "élite cultural marxista". Su historia ofreció

notables concomitancias con la del estadounidense Tymothy McVeigh, que

causó 185 muertes al atentar contra un edificio del Gobierno Federal en

Oklahoma en 1995. Este actuó igualmente bajo una visión complotista

plasmada en la novela Los diarios de Turner (1978), del exneonazi William L.

Pierce, que describía la lucha armada de un ente, "la Organización", para

impedir la decadencia del país. McVeigh —como Behring— empleó fertilizante

para su explosivo. Por su parte, Casseri frecuentaba la entidad ultraderechista

Casa Pound y se ha señalado que —al igual que Breivik— tejió fantasías

conspirativas, si bien mediante sendas novelas: Los protocolos de los sabios

de Alejandría. Umberto Eco en el mundo ficticio de los Sabios de Sión (2011) y

La llave del caos (2010) [5].

¿Se trata de casos aislados y ajenos a la dinámica política de la ultraderecha

parlamentaria? Obviamente, la acción de unos aparentes dementes como

Breivik y Casseri no puede atribuirse a partidos legales ni puede defenderse

tal supuesto. Lo que sí parecen traslucir sus actuaciones es que esta lunatic

fringe refleja en cierto modo las derivas centrales de sus respectivas

sociedades, como recalcó en 1991 la historiadora francesa Anne-Marie

Duranton-Crabol: “En democracia, la presencia de grupos extremistas forma

129

Page 130: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

parte del orden de las cosas: [...] hacer una lectura «diabolizadora» de la

ultraderecha [...] impide analizar su éxito eventual o prever su fracaso. Solo

un buen conocimiento permitirá apreciar informaciones como el resultado

electoral, la agresión racista, el atentado terrorista o la manifestación violenta

en un estadio: situado en su contexto, el acontecimiento será mejor

comprendido, en la medida que —a pesar de sus obsesiones y su existencia

en un ámbito cerrado— la extrema derecha refleja a su manera el estado del

mundo en el que se mueve”.

De hecho, así lo indicarían otros crímenes de signo ultraderechista

precedentes. Nos referimos a los que realizó el perturbado sueco Wolfgang

Alexander Zaugg, quien entre agosto de 1991 y junio de 1992, se lanzó a

“cazar inmigrantes” y fue conocido como “el asesino del láser”, al utilizar un

puntero láser para señalar a sus víctimas al dispararles (G. Tamas, 2010).

Asimismo, en Alemania trascendió información en noviembre del 2011 sobre

la existencia de una red criminal neonazi, la Nationalsozialistischer

Untergrund (NSU, Clandestinidad Nacionalsocialista), que conmocionó al país

y generó una amplia polémica en torno a la eficacia de los cuerpos de

seguridad: se ha atribuido al colectivo “el asesinato de ocho pequeños

empresarios turcos, uno griego y una policía alemana entre los años 2000 y

2007, dos atentados explosivos de carácter xenófobo que dejaron 23 heridos

en Colonia en 2001 y 2004, y una serie de asaltos a bancos con miras a

financiar sus operaciones” [6].

Una progresión ascendente

La extrema derecha, en definitiva, a lo largo del 2011 ha manifestado una

progresión en términos generales. Por una parte, ha demostrado su poder

para debilitar las políticas de la UE, bien sea desde el gobierno (Hungría), bien

sea desde la oposición (Finlandia). Por otra parte, sus partidos tienden a

irrumpir en el conjunto de los países europeos (aunque con procesos muy

diversos, como refleja el caso español), muestran escasos retrocesos

electorales y una elevada capacidad de institucionalización. De este modo, en

Francia —segunda potencia de la UE—, el FN parece estar en disposición de

cosechar estimables resultados en las elecciones presidenciales. A la vez, la

incorporación de LAOS al Ejecutivo heleno muestra la maleabilidad de estos

partidos para actuar tanto desde la oposición como en el gobierno,

adquiriendo una flexibilidad creciente. Finalmente, la masacre cometida en

Utoya cierra un ciclo en relación al discurso islamófobo que empezó a

expandirse desde los atentados de Nueva York del 11 de septiembre del 2001

(11-S) (P. Zúquete, 2008), en la medida que una década después se ha

constatado que el terrorismo fanático puede ser bidireccional (o

multidireccional) y que eventualmente el fanatismo ultraderechista y el

fundamentalismo musulmán pueden retroalimentarse.

130

Page 131: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

En última instancia, la expansión de la ultraderecha es inseparable del

carácter populista que adopta la oposición a la globalización, su enemigo

principal (C. Mudde, 2007: 185-197). De ello ha dado buena cuenta la

interactuación de la crisis económica con la política institucional que

experimentan numerosos países europeos, siendo Hungría el ejemplo más

vistoso, en la medida que ha supuesto la deriva de su derecha liberal hacia

otra de signo populista y rasgos autoritarios.

Referencias bibliográficas

Albertazzi, D. y D. McDonnell (enero-abril de 2008), “La botte piena e il militante ubriaco. La

Lega Nord al governo”, Trasgressioni, 46, pp. 25-43.

Bresson, G., Lionet, C. (1994), Le Pen. Biographie, Éditions du Seuil, París.

Camus, J.-Y. (otoño de 2011), “El Front National: entre la normalització democràtica i la força

antisistema”, L'Espill, 38, pp. 82-91.

Casals, X. (otoño de 2011), “La nova dreta populista i l''enigma espanyol'”, L'Espill, 38, pp.

82-91.

Duranton-Crabol, A.-M. (1991), L'Europe de l'extrême droite. De 1945 à nos jours, Éditions

Complexe, Bruselas.

Hernández-Carr, A. (2011), “El largo ciclo electoral de Plataforma per Catalunya: del ámbito

local a la implantación nacional (2003-2011)”, Working Paper, nº 300, ICPS, Barcelona.

Ignazi, P. (abril de 2011), “Les partis d'extrême droite en l'Europe de l'Ouest”, a VV.AA., Les

extrêmes droites en Europe: Le retour? Actes du colloque du 5 novembre 2010, Les Cahiers

du CEVIPOF, 53, pp. 59-67.

Laurent, A. y P. Perrineau (agosto-octubre de 1999), “L'extrême droite éclatée”, Revue

Française de Science Politique, 49 (4-5), pp. 633-641.

Minkenberg, M. (abril de 2011), “Le retour du passé? La Droite radicale en Europe de l'Est

aujourd'hui”, en VV.AA., Les extrêmes droites en Europe: Le retour? Actes du colloque du 5

novembre 2010, Les Cahiers du CEVIPOF, 53, pp. 33-58.

Mudde, C. (2007), Populist Radical Right Parties in Europe, Cambridge University Press,

Cambridge.

Pantazopoulos, A. (abril de 2011), “La normalisation ambigüe de l'extrême droite

grecque (LAOS) dans un contextede crise de la représentation”, a VV.AA., Les extrêmes

droites en Europe: Le retour?, Actes du colloque du 5 novembre 2010, Les Cahiers du

CEVIPOF, 53, pp. 17-31.

131

Page 132: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Perrineau, P. (abril de 2011), “L’extrême droite en France: le rétour du Front National”, en

VV.AA., Les extrêmes droites en Europe: Le retour?, Actes du colloque du 5 novembre

2010, Les Cahiers du CEVIPOF, 53, pp. 5-16.

Rius Sant, X. (2011), Xenofòbia a Catalunya, Edicions del 1984, Barcelona.

Skenderovic, D. (2007), “Los partidos populistas de extrema derecha en Suiza: de la

marginalidad a la corriente principal”, en M. Á. Simón (ed.), La extrema derecha en Europa

desde 1945 hasta nuestros días, Tecnos, Madrid, pp. 447-472.

Tamas, G. (2010), El asesino del láser, Debate, Madrid.

Zuquete, J. P. (octubre de 2008), “The European extreme-right and Islam: New directions?”,

Journal of Political Ideologies, 13 (3), 321-344.

Notas

[1] Véase el completo análisis de V. Orbán y su formación en la biografía on-line del CIDOB

(Barcelona, actualizada hasta junio del 2010) en:

http://www.cidob.org/es/documentacio/biografias_lideres_politicos/europa/hungria/viktor_orba

n (consultada el 20.01.2011).

[2] “La ultraderecha finlandesa exige revisar los planes de rescate de la UE”, El País,

19.04.2011.

[3] “Budapest desafía a Bruselas aunque acepta algunos cambios en sus leyes”, El País,

16.01.2012; “La Constitución húngara, contra el Tratado de la UE”, El Periódico, 7.01.2012.

[4] “Golpe para los grandes partidos”, http://www.swissinfo.ch (24.10.2011). Consultado en:

http://www.swissinfo.ch/spa/Especiales/Elecciones_legislativas_2011/Elecciones/Golpe_para_lo

s_grandes_partidos.html?cid=31422274 (23.01.2012).

[5] “Huellas del terrorismo neonazi en Florencia llevan a Roma y Alemania”, Deutsche Welle

(14.12.2011). Consultado en: http://www.dw-world.de/dw/article/0,,15602027,00.html

[6] “Macabros hallazgos sobre los neonazis de Zwickau”, Deutsche Welle, 15.01.2012.

Consultado en: http://www.dw-world.de/dw/article/0,,15668229,00.html (22/01/2012).

132

Page 133: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

[Xavier Casals es historiador y autor de numerosos estudios sobre los

movimientos de extrema derecha en España y Europa. El presente

texto ha sido publicado originalmente en S. Aguilar (ed.), Anuari del

Conflicte Social 2011 (abril de 2012), pp. 389-401, ISSN: 2014-6760]

21/5/2012

José Manuel Naredo

El actual despotismo democrático y sus alternativas

La prolongada y profunda crisis económica que estamos viviendo ha tenido la

virtud de iluminar la contradicción de fondo que se observa entre capitalismo

y democracia. Las situaciones extremas motivadas por la crisis han

evidenciado esta contradicción, que antes permanecía soterrada, al inclinarla

normalmente con maneras bastante despóticas en favor del capitalismo y en

contra de la democracia.

* * *

Hasta hace poco se suponía que el progreso económico mejoraría la situación

de la mayoría de la población, evitando la precariedad y la pobreza y paliando

las servidumbres del trabajo. Este progreso se veía espoleado por

reivindicaciones sociales tradicionalmente orientadas, entre otras cosas, a

subir los salarios y a reducir la jornada laboral y la edad de jubilación. Sin

embargo, en los últimos tiempos ese progreso ha mudado en regresión al

atentar sistemáticamente los gobiernos contra esas reivindicaciones mediante

recortes de ingresos y derechos, no solo actuales, sino también futuros, de la

mayoría de la población. Atendiendo a las presiones de la patronal, y con el

pretexto de una crisis que oficialmente se presentaba como coyuntural, se

han precipitado reformas de fondo en el mercado de trabajo y las pensiones

que echan por tierra logros penosamente adquiridos por el movimiento

obrero. Y estos cambios a peor se han forzado desde el poder, lo mismo en los

países europeos con mayores derechos, salarios y pensiones, como Francia u

otros países centroeuropeos, que en los más precarios, como España, Grecia o

Rumania, entonando en tan diferentes casos la misma cantinela económica de

la competitividad.

133

Page 134: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Estas agresiones a los derechos e ingresos actuales y futuros de la mayoría de

la población, no sólo han acarreado la impopularidad y la pérdida de votos de

los gobiernos que las fuerzan, sino también el descrédito de la legitimidad

democrática que teóricamente las avalaba. Porque, si efectivamente existiera

un gobierno del pueblo, no tendría sentido que se empeñara en recortar sus

actuales y futuros ingresos y derechos. Pero el elitismo gubernamental corre

parejo con la falta de participación ciudadana en la toma de decisiones

importantes. Es más, los gobiernos acostumbran a hurtar el debate para

imponer con urgencia decisiones sobre el marco regulatorio de las pensiones

y del trabajo que deterioran las condiciones de vida de la mayoría de la

población y que atentan contra la solidaridad y la cohesión social. Y los

gobernantes justifican su poder para tomar estas decisiones porque dicen que

han sido elegidos, olvidando por qué y para qué fueron elegidos y que si

violan sus promesas electorales están deslegitimando su mandato. Hemos

asistido, así, a la eclosión de un despotismo democrático apoyado cada vez

más en un poder sin autoridad y en una legitimidad desprovista de confianza.

Este poder sin principios ha venido olvidando que la ética más elemental de la

democracia exige cumplir las promesas electorales y contar con la ciudadanía

en las decisiones de gobierno ajenas a esas promesas.

Y, a la vez que se han sucedido las agresiones a los derechos e ingresos de la

mayoría de la población, un rosario de políticos imputados en casos de

corrupción ha venido pasando por los tribunales y aflorando en los media. Lo

cual induce a preguntarse por el caldo de cultivo sui generis que los hizo

proliferar, traspasando los teóricos filtros democráticos.

Existen dos posibles interpretaciones del tema. Una más restringida, que

identifica la corrupción con delitos tipificados en el Código Penal, consistentes

en utilizar las Administraciones Públicas para obtener lucros privados. Este

enfoque considera el comportamiento corrupto como patologías individuales

condenables que cabe denunciar y perseguir con más o menos ahínco, pero

hace abstracción del contexto que las genera y que aparece como algo

normal, que no llama la atención ni suscita la crítica. Hay que adoptar, así,

otro enfoque más amplio para investigar ese contexto propicio a la corrupción

que ofrecen las actuales democracias.

El foro sobre «Corrupción y democracia», promovido por el diario Público a

finales de 2009 reflejó ambos enfoques. El enfoque más restringido, corrió a

cargo de dos ponentes invitados militantes de los dos principales partidos que

gobiernan el país: el PP y el PSOE que, tras reconocer la corrupción como

patología que aflora en los tribunales, apuntaron la necesidad de reforzar

controles e instrumentos que ayuden a paliarla. Sus razonables propuestas

tuvieron la virtud de mostrar los límites hasta los que puede llegar este

enfoque, al reconocer que los procesos de corrupción que estos controles

134

Page 135: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

detectan son más bien la excepción que la regla. Sin embargo, el introductor

del Foro, José Vidal-Beneyto, adoptó un enfoque más amplio, apuntando que

el problema no es el que enfrenta corrupción a democracia, sino el de la

corrupción de la propia democracia y señalando como causa radical de este

fenómeno la incompatibilidad de fondo que se observa entre capitalismo y

democracia [1]. Precisemos por este camino la forma que adopta esa

contradicción tan bien ejemplificada en nuestro país, junto a la dimensión que

alcanzan en él las prácticas corruptas.

Desde este enfoque más amplio, los casos de corrupción que se detectan

vienen a ser la punta del iceberg de males mucho más extendidos, en nuestro

caso heredados de la simbiosis entre capitalismo y medio siglo de despotismo

franquista… y de una transición política que excluyó a los críticos del sistema,

para reacomodar, bajo nueva cobertura democrática, las élites del poder que

siguen tomando las grandes decisiones y favoreciendo los grandes negocios

de espaldas a la mayoría. Las mismas Administraciones Públicas siguen

estando parasitadas por los intereses empresariales o partidistas que mandan

en cada sector… o en cada municipio, haciendo que trabajen a favor de estos

de forma normal y que la corrupción prospere las más de las veces con

cobertura legal. En el urbanismo se entronizó al “agente urbanizador” para

que, en connivencia con los políticos locales, utilice a sus anchas la trampa de

las reclasificaciones y recalificaciones de suelo. Así, operaciones y

megaproyectos urbanos que durante el franquismo eran calificados de

escándalos, se multiplicaron después, durante la democracia, revestidos de

impunidad legal y de buen hacer político y empresarial [2]. Iluminar este

oscuro caldo de cultivo tan propicio a la corrupción es el primer paso para

erradicarla. Lo cual exigiría avanzar hacia una democracia más participativa,

que sustituya el actual consenso reservado y elitista, por otro más amplio en

el que una ciudadanía activa e informada participe normalmente en las

decisiones de gobierno. Para ello habría que establecer un marco institucional

y una ética política que propicien esa participación informada a los distintos

niveles de gobierno, desde lo local y sectorial hasta las escalas más

agregadas. En este sentido apuntan las «buenas prácticas políticas»

contenidas en la «Propuesta de axiomas de participación» que a continuación

se presenta, elaborada al calor de las movilizaciones del 15-M, en la

primavera-verano de 2011, que aportaron una corriente de aire fresco al

entonces claustrofóbico ambiente electoral exigiendo «democracia real ya».

Contexto que indujo a reflexionar sobre esa democracia real o verdadera

enarbolada en las protestas, frente a la falsa o degradada existente.

La democracia, al albergar dos términos contradictorios, pueblo y poder,

arrastra una indefinición tan amplia que le permite oscilar entre el despotismo

y la acracia según el poder se divorcie o se fusione más o menos con el

pueblo [3]. Ahora que casi todos los regímenes políticos se dicen

135

Page 136: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

democráticos, es el grado de participación efectiva del pueblo en la toma de

decisiones públicas el que marca el lugar que ocupan en el amplio abanico de

posibilidades antes mencionado. Y esta participación no cae del cielo, sino que

depende de la existencia de unas instituciones y de una ciudadanía activa e

implicada que la propicien. Ambas han fallado en nuestro país, lastrado por

una transición política que, como ya hemos indicado, supo reacomodar “sin

traumas”, bajo la nueva cobertura democrática, las élites del poder que

siguen haciendo los grandes negocios y tomando las grandes decisiones de

espaldas a la mayoría. Como también supo afianzar con éxito la

reinstauración monárquica impuesta por Franco, desplazando los conciliábulos

del poder desde El Pardo a La Zarzuela. Las nuevas protestas que vienen

denunciando este statu quo que daba por buena la política oficial, abren

horizontes de reflexión y de cambio ignorados por el bipartidismo reinante.

Las protestas critican la deriva despótica de la actual democracia, gobernada

por una “clase política” que es, a la vez, instrumento y parte de la oligarquía

imperante. Denuncian ese núcleo económico duro de empresarios

buscadores de concesiones, contratas, privatizaciones… o “pelotazos”

diversos y de políticos conseguidores, que facilitan el continuo asalto de lo

público. Ambos, ensimismados en sus peleas de poder, muestran

encefalograma plano en ideas y propuestas solidarias e ilusionantes para la

mayoría. «Mucho chorizo y poco pan», sintetizaba una de las pancartas del

15-M. Las mencionadas movilizaciones de protesta rompieron la mansa apatía

que venía otorgando impunidad a nuestros insignes “chorizos” e invitan a

pensar y posibilitar los cambios en el sistema que serían necesarios para

erradicar tan lamentable y despótica situación.

La reacción de los gobiernos frente a la nueva oleada de protestas ha sido

también clarificadora. ¿Es propio de una democracia prohibir que la

ciudadanía se reúna libremente en el ágora? No parece. Este gesto despótico

es más propio de la tiranía. Sin embargo, esto es lo que acabaron haciendo

como un solo hombre en Madrid los gobiernos central, autonómico y

municipal, cuando impidieron el libre acceso de los ciudadanos a la plaza

principal de la villa, la Puerta del Sol, acordonando los accesos, clausurando

las correspondientes estaciones de metro y ferrocarril suburbano y apaleando

con saña a quienes protestaban pacíficamente contra semejante atropello.

Tan grave provocación represiva suscitó la protesta, la represión

desproporcionada de ésta y las nuevas y más masivas movilizaciones de

personas indignadas. Esta espiral se cortó porque no podía seguir

permanentemente cerrada la Puerta del Sol, dando una imagen propia de un

estado de sitio. Así, tras cuatro días de protestas, la masiva manifestación

convocada por el 15-M ocupó de nuevo la plaza y volvieron a celebrarse en

ella las asambleas.

136

Page 137: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Estos eventos provocaron reacciones y declaraciones que evidencian la

naturaleza autoritaria de una nomenklatura próxima al poder cuyos hijos, a

diferencia de muchos indignados, no solo nacen con el pan, sino con el piso

debajo del brazo. Que el propio presidente del Congreso, José Bono,

defendiera tan lamentables actuaciones diciendo que «la democracia se

resuelve en las urnas, no en tiendas de campaña», mostró una demagogia

impropia de un presidente de esa instancia teóricamente representativa de la

democracia. Pues la democracia debe resolverse potenciando todas las

instancias de participación ciudadana, desde las asambleas en plazas y

barrios, hasta el propio congreso, como sugiere la Axiomática (elaborada en

junio de 2011, por José Manuel Naredo y Tomás R. Villasante, a raíz de las

movilizaciones del 15-M) que a continuación se presenta. Y una verdadera

democracia debería incentivarlas, no reprimirlas, y saludar positivamente la

labor realizada por 15-M en favor de una ciudadanía más activa y

participativa.

¡No más atropellos!

Propuesta de axiomas de participación a respetar por gobiernos

democráticos [4]

Cuando se le pregunta al 15-M que cuáles son sus propuestas,

creemos que su principal y primera propuesta debería de ser exigir

buenas prácticas políticas a todos los gobiernos, para evitar que se

sigan produciendo los habituales atropellos a la ciudadanía que se

ejemplifican más abajo. La siguiente propuesta de axiomas de

participación, en los que debería apoyarse la democracia real que

defendemos, las enuncia.

Nuestra idea es circular y enviar esta propuesta para que, tras ser

discutida, corregida y enriquecida en las asambleas, pueda ser

asumida por el movimiento. Se podría así contar con la propuesta

positiva, realista y contundente, de exigir unas buenas prácticas

políticas que permitan sacar los colores a quienes las sigan ignorando.

Estas prácticas tienen además la virtud de situarse por encima de

partidos y siglas políticas y de suscitar la aceptación de cualquier

persona que no se vea condicionada por intereses mezquinos e

inconfesables. Contribuirían, además, a reforzar y unir el movimiento

con acuerdos que se sitúen por encima de las posibles divergencias

que puedan surgir en el tratamiento de las distintas áreas temáticas.

AXIOMA 1.º: Un Gobierno democrático no puede tomar decisiones que

137

Page 138: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

afecten a la mayoría de la población sin consultar previamente a dicha

población mediante referendo inequívocamente planteado y

debidamente informado. El cumplimento de este axioma exigiría

facilitar la convocatoria de referendo, a escala nacional, autonómica,

local, e incluso de barrio o distrito, cuando la importancia del tema lo

requiera o la población lo solicite, como es habitual en otros países con

más tradición democrática.

Ejemplos de actualidad:

– A escala nacional: No cabe decidir intervenciones militares sin

consultar a la población mediante referendo. Como tampoco cabe

aumentar la edad de jubilación, o los años de cotización, sin haber

consultado previamente con la población las posibles opciones para

financiar la Seguridad Social.

– A escala autonómica: No cabe privatizar el Canal de Isabel II sin

discutir las razones, ni consultar mediante referendo una decisión de

este porte.

– A escala municipal: No cabe hacer megaproyectos que alteren

significativamente la estética de la ciudad y el bolsillo de sus

habitantes, sin haber consultado previamente con ellos sus prioridades

y sus preferencias.

– A escala de barrio: No cabe convertir un parque público en un golf

privado o “remodelar” una plaza sin que los vecinos directamente

afectados participen tomando y orientando la decisión.

AXIOMA 2.º: Un Gobierno democrático no puede tomar decisiones que

afecten a la mayoría de la población hurtando el preceptivo debate en

los propios órganos deliberativos del Estado (parlamentos estatales,

autonómicos, plenos municipales…) a base de negociar y pactar con

los partidos políticos, a espaldas de cámaras o plenos, decisiones que

luego se someten a simple aprobación por la mayoría previamente

pactada. Estos pactos extraparlamentarios han pervertido el

funcionamiento democrático de nuestras instituciones, al convertir

muchos de los posibles debates en plenos y en parlamentos en meros

simulacros sin valor práctico alguno, porque el resultado venía

consensuado de antemano. Por eso, para desactivar estas prácticas de

consenso oscuro y elitista, cabe pasar a los Axiomas 3.º y 4.º que

resultan prioritarios.

Ejemplos de actualidad:

138

Page 139: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

– A escala nacional: No cabe acordar en sigilo, como lamentablemente

se hizo, entre el PSOE y el PP la ley que abrió la puerta a la

privatización de las cajas de ahorros hurtando, tanto el preceptivo

debate parlamentario, como la consulta previa mediante referendo

que debería haber requerido una decisión tan importante.

– A escala autonómica y local: Un ejemplo paradigmático de

despotismo local y regional fue la ingeniería del consenso elitista tan

hábilmente manejada por Florentino Pérez, para sacar adelante,

ahogando la discusión en cámaras y plenos, con el acuerdo previo de

todos los grupos políticos, incluida IU, el doble pelotazo de

recalificación de terrenos y megaproyectos de la antigua y la nueva

ciudad deportiva del Real Madrid.

AXIOMA 3.º: Para hacer viables los axiomas 1 y 2, un Gobierno

democrático no puede precipitar decisiones que afectan a la mayoría

de la población sin haber estudiado previamente todas las posibles

opciones, informado con transparencia y facilitado que la ciudadanía

debidamente informada participe en las diversas instancias (mediante

referendo, en parlamentos, en plenos municipales, etc.) en la decisión

del plan de acción que estime más pertinente. Pues además de los

partidos y de los jueces, la democracia debe incorporar comisiones o

grupos orientados a promover trabajos de planificación participativa,

que ayuden a elaborar y priorizar propuestas a los distintos ámbitos de

participación, incluyendo las asambleas al nivel más descentralizado,

en barrios o pueblos (la experiencia de los presupuestos participativos

indica cómo se pueden regular y hacer viables estas prácticas).

Ejemplos de actualidad:

– A escala nacional: Un Gobierno no debe acordar ayudas a la banca en

compra de activos (por el 5% del PIB) y en avales (por el 10% del PIB),

sin haber estudiado previamente los problemas que tiene la banca y

sus posibles tratamientos, ni trazado planes a discutir y consensuar

con transparencia en todas las instancias de participación (incluido el

referendo, cuando la decisión afecte a la mayoría de la población o

condicione el futuro del país, la región o el municipio, o el de sectores

económicos o sociales importantes). Un Gobierno no debe endeudar al

país (ampliando el déficit presupuestario y emitiendo deuda pública),

ni gastar sus dineros alegremente (como ocurrió al principio de la

segunda legislatura de Zapatero) sin debatir tan graves decisiones (en

parlamentos o plenos municipales), ni someterlas a referendo.

– A escala autonómica y municipal: No cabe anteponer megaproyectos

139

Page 140: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

llave en mano de olimpiadas, o de “operaciones” inmobiliarias o de

infraestructuras o de demolición-construcción de barrios enteros

(recordemos El Cabanyal), sin haber planteado, ni discutido planes de

futuro más amplios, con diversos escenarios, que permitan la

participación ciudadana en la toma de decisiones a todos los niveles

implicados.

AXIOMA 4.º: Un Gobierno democrático tiene que incentivar y acoger

con el máximo interés y apoyo institucional las leyes o propuestas

surgidas por iniciativa popular. Hay que advertir que los referendos

fruto de Iniciativas Legislativas Populares o de amplios movimientos

sociales, de abajo a arriba, plantean las preguntas que se han debatido

entre la gente. Mientras que los referendos que se plantean desde

gobiernos suelen albergar preguntas con truco para conseguir que

salga lo que se quiere desde el poder (para eso recurren a estudios

previos de opinión). De ahí que corresponde a los movimientos

sociales de base denunciar esos trucos para corregirlos o

desactivarlos. Con esta distinción este axioma debería ser prioritario,

porque la axiomática de la participación propuesta debería partir de la

voluntad e iniciativa de la gente como base de la democracia, pero

conviene aclarar que el orden en el que se presentan los axiomas no

presupone ninguna jerarquía de importancia ya que, en el fondo, están

relacionados (podríamos presentar los tres últimos como teoremas

cuyo enunciado se asocia al cumplimiento de los axiomas 1 y 2, pero

preferimos seguirlos llamando axiomas).

Ejemplos de actualidad:

En estos meses se ha presentado una Iniciativa Legislativa Popular

para frenar la oleada de desahucios que esta provocando la banca y el

desempleo, haciendo la propuesta de que sea suficiente la “dación” de

la vivienda y no tener que seguir pagando al banco toda la cantidad

adeudada, cuando el banco ya se queda con la casa. Pero a pesar de

mostrarse de acuerdo altos dignatarios del PP-PSOE, esta propuesta no

se someterá a referendo sino que tras breve debate seguramente se le

dará carpetazo por el bipartidismo obediente a los bancos.

AXIOMA 5.º: Un Gobierno democrático no solo tiene que incentivar el

buen funcionamiento de los instrumentos de participación y

deliberación actualmente existentes (Axioma 2.º), sino que además

tiene que apoyar con medios la extensión de estos instrumentos por

todo el cuerpo social, a fin de cubrir el actual déficit de participación e

implicación de la ciudadanía en la decisión, el control y la gestión de lo

público.

140

Page 141: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Ejemplos de actualidad:

El movimiento del 15-M es una buena prueba de lo que puede ser la

iniciativa desde la base, que ha escapado a la posibilidad de ser

manejado o de servir a siglas o a dirigentes. Y, al proyectarse en las

asambleas de barrios y pueblos, debería ser saludado como una

auténtica profundización democrática, como por otra parte parece

dicen las encuestas, aunque no lo sea por el bipartidismo reinante,

temeroso de perder el monopolio del poder que acostumbra a ejercer

en connivencia con las élites empresariales.

Aunque el orden de presentación de los axiomas va desde el poder a la base,

las iniciativas más creíbles e interesantes van desde la base hasta el poder. Lo

hemos comentado en relación con la convocatoria de posibles referendos.

Para el movimiento surgido en el 15-M deberíamos proponer ya que se lance

la reclamación de algún referendo concreto, como acaba de pasar en Italia o

en Islandia. Por ejemplo, sobre el tema de los desahucios y la “dación en

pago”, sobre lo que hay mucho consenso, sobre el pacto del euro… o, en el

caso de la Comunidad de Madrid, sobre el empeño del Gobierno de privatizar

el Canal de Isabel II.

Corolario

Si, como ha venido siendo habitual, el Gobierno decide y actúa sin tener en

cuenta a la ciudadanía, evita el debate en los propios órganos deliberativos

del Estado a través de oscuras componendas extraparlamentarias u otros

ardides y no incentiva, sino que castiga, las iniciativas ciudadanas de

participación, control y legislación, ese Gobierno no debe llamarse

democrático, sino despótico o autocrático, por mucho que fuera votado en su

día por una minoría suficiente del censo electoral.

Ejemplo a pequeña escala:

En un pueblo de la sierra de Madrid el PP sacó 295 votos (obteniendo la

mayoría absoluta); el PSOE 188; Zaide 83; IU 44 (la oposición suma 315), y los

nulos 40, en blanco 21, y abstenciones 287 (suman 348). Es decir, que con

menos de un tercio de los votos posibles la Ley Electoral le confiere a un

partido el Gobierno, y este se puede permitir no consultar a la población (que

mayoritariamente no le apoya) en los siguientes cuatro años.

A la luz de lo anterior, cabe concluir que los votos no facultan a los

gobernantes a comportarse de modo despótico, a ignorar e incluso castigar a

la ciudadanía, hurtándole derechos y dineros con medidas, megaproyectos y

141

Page 142: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

prácticas corruptas que no habían sido ni siquiera explicitados en las

campañas, como lamentablemente ha venido ocurriendo, haciendo alarde de

malas prácticas políticas que el presente texto trata de denunciar y corregir.

Notas

[1] Este enfoque se vio poco después plasmado en el libro póstumo de J. Vidal-Beneyto, La

corrupción de la democracia, Los Libros de la Catarata, Madrid, 2010.

[2] Sobre la refundación oligárquica del poder operada en España a raíz de la llamada

"Transición democrática" véase J. M. Naredo, Por una oposición que se oponga, Anagrama,

Barcelona, 2001, así como F. Aguilera y J. M. Naredo (eds.), Economía, poder y

megaproyectos, Fundación César Manrique, «Economía & Naturaleza», Lanzarote, 2009 y J. M.

Naredo y J. A. Montiel, El modelo inmobiliario español y su culminación en el caso valenciano,

Icaria, Barcelona, 2011.

[3] Pues, como nos recordaba hace tiempo Agustín García Calvo, "en la sola palabra

democracia (que une ‘pueblo’, demo, como genitivo sujeto de kratos, ‘el poder’, pretendiendo

que signifique, no ‘fuerza ejercida sobre el pueblo’, sino ‘fuerza ejercida por el pueblo’,

evidentemente sobre nadie) se contiene el germen de todas las falacias, aquellas en cuya

virtud el pueblo elige a sus representantes y por lo tanto gobierna, sea dictatorial o

democráticamente; lo cual, por definición, quiere decir que ya no hay pueblo (esto es,

súbditos, contribuyentes, reclutas…, objeto en suma del poder) sino solo gobernantes". O que

también, si de verdad el poder fuera del pueblo "estaríamos en la acracia, no en la

democracia" (A. García Calvo, Apotegmas sobre marxismo, con motivo de la conmemoración

del nacimiento de C. Marx, Ruedo Ibérico, París, 1970, p. 31).

[4] La versión inicial de este texto figura en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=130924

[Fuente: Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, n.º 117, 2012, pp.

131-139]

30/5/2012

Michael T. Klare

142

Page 143: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Un mundo de petróleo difícil

Los precios del petróleo son hoy más altos de lo que lo han sido nunca

excepto durante unos cuantos momentos frenéticos antes de la crisis

económica global de 2008. Muchos factores inmediatos están contribuyendo a

esta subida, entre los que se incluyen las amenazas de Irán de bloquear el

transporte de petróleo en el golfo Pérsico, los miedos a una nueva guerra en

Oriente Medio, y los conflictos en una Nigeria rica en energía. Algunas de

estas presiones podrían ceder en los próximos meses, dándonos así un respiro

temporal en el surtidor. Pero la causa principal de unos precios más altos —un

cambio fundamental en la estructura de la industria petrolera— no se puede

volver atrás, y por tanto los precios van a seguir altos durante un largo

tiempo. En términos de energía, estamos entrando en un mundo cuya

naturaleza amenazante debe todavía ser plenamente entendida. El cambio

fundamental se ha producido por la desaparición del petróleo relativamente

accesible y barato —el “petróleo fácil”, en la jerga de los analistas de la

industria—. En otras palabras, el tipo de petróleo que permitió una expansión

asombrosa de la riqueza mundial en los últimos 65 años y la creación de

comunidades suburbanas sin fin pensadas para el coche. Este petróleo casi se

ha acabado. El mundo todavía tiene grandes reservas de petróleo, pero son

las difíciles de conseguir, difíciles de refinar, la variedad de “petróleo difícil”.

De ahora en adelante, cada barril que consumamos costará más extraerlo,

costará más refinarlo —y por tanto será más caro en el surtidor—.

Aquellos que proclaman que el mundo sigue estando “inundado” de petróleo

técnicamente tienen razón: el planeta todavía alberga vastas reservas de

petróleo. Pero los propagandistas de la industria del petróleo normalmente se

equivocan al no tener en cuenta que no todos los depósitos de petróleo son

iguales: algunos se encuentran cerca de la superficie o cerca de la costa, y se

encuentran en rocas blandas, porosas. Otros se encuentran en aguas

profundas, lejos de la costa, o atrapados en formaciones de rocas poco

productivas. Los primeros son relativamente fáciles de explotar y producen un

combustible líquido que se puede refinar fácilmente para convertirlo en

líquidos utilizables. Los últimos solo se pueden explotar mediante técnicas

costosas y medioambientalmente peligrosas, y a menudo dan como resultado

un producto que se debe procesar mucho incluso antes de que pueda

empezar el refinado. La simple verdad de este asunto es esta: la mayor parte

de las reservas mundiales fáciles ya se han agotado —excepto aquellas en

países destrozados por la guerra como Irak—. Prácticamente todo el petróleo

que queda se encuentra en reservas más difíciles de alcanzar, más duras.

Entre estas se encuentra el petróleo de las aguas profundas y alejadas de la

costa, el petróleo del Ártico, y el petróleo de pizarra, junto a las “arenas

asfálticas” canadienses —que no están compuestas de petróleo en absoluto,

sino de barro, arena y un bitumen parecido al alquitrán—. Las así llamadas

143

Page 144: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

reservas no convencionales de este tipo se pueden explotar, pero a menudo

con un precio asombroso, no solo en dólares sino también en daños al medio

ambiente.

En el negocio del petróleo, esta realidad fue reconocida por primera vez por el

presidente y consejero delegado de Chevron, David O’Reilly, en una carta de

2005 publicada en muchos periódicos estadounidenses. “Una cosa está clara”,

escribió, “la era del petróleo fácil se ha terminado”. No solo estaba

disminuyendo la producción de muchos campos petrolíferos existentes,

destacaba, sino que los “nuevos descubrimientos de energía se producen

principalmente en lugares en los que los recursos es difícil extraerlos, física,

económica, e incluso políticamente”.

Más pruebas de este cambio las proporcionó la Agencia Internacional de la

Energía (AIE) en un informe de 2010 sobre las perspectivas del petróleo

mundial. Para preparar este informe la agencia examinó la producción

histórica de los mayores campos productores del mundo —el “petróleo fácil”

del que depende el mundo para una abrumadora mayor parte de su

energía—. Los resultados fueron sorprendentes: se esperaba que estos

campos perdiesen tres cuartas partes de su capacidad productiva en los

próximos 25 años, eliminando 52 millones de barriles por día de la oferta

mundial de petróleo, o alrededor del 75% de la producción actual mundial de

crudo. Las implicaciones eran asombrosas: o se encuentra nuevo petróleo

para reemplazar a estos 52 millones de barriles o la Era del Petróleo llegará

pronto a su fin y la economía mundial colapsaría.

Naturalmente, como la AIE dejó claro ya en 2010, habrá nuevo petróleo, pero

solo de la variedad difícil que nos hará pagar un precio bien alto a todos

nosotros —y al planeta también—. Para comprender las implicaciones de

nuestra creciente dependencia del petróleo difícil, vale la pena dar un rápido

vistazo a alguno de los lugares de la Tierra más espeluznantes y que más

fácilmente se pueden dañar. Así que abróchense sus cinturones: nos vamos a

dirigir en primer lugar al mar —muy, muy lejano— para examinar el

“prometedor” nuevo mundo del petróleo del siglo XXI.

Petróleo de aguas profundas

Las compañías petrolíferas han estado perforando en áreas marinas desde

hace tiempo, especialmente en el golfo de México y el mar Caspio. Hasta hace

poco, sin embargo, tales esfuerzos se realizaban invariablemente en aguas

poco profundas —unas cuantas decenas de metros, como mucho—

permitiendo a las compañías petrolíferas utilizar perforadoras convencionales

montadas en embarcaderos ampliados. La perforación en aguas profundas, en

profundidades que superan los 300 metros, es algo completamente diferente.

144

Page 145: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Requiere plataformas de perforación especializadas, sofisticadas e

inmensamente costosas que pueden ascender a miles de millones de dólares.

La Deepwater Horizon, destruida en el golfo de México en abril de 2010 como

resultado de una explosión catastrófica, es un ejemplo bastante típico de este

fenómeno. El barco fue construido en 2001 por unos 500 millones de dólares,

y tenía unos costes de alrededor de un millón de dólares al día para personal

y mantenimiento. En parte como resultado de estos altos costes, BP tenía

prisa por acabar el trabajo en su malhadado pozo de Macondo y mover el

Deepwater Horizon a otra zona de perforación. Tales consideraciones

financieras, creen muchos analistas, explican las prisas con las que la

tripulación de barco selló el pozo —llevando a una fuga de gases explosivos

en el pozo y la explosión resultante—. BP tendrá que pagar ahora más de 30

millones de dólares para cubrir todas las denuncias por el daño producido por

su masivo derrame de petróleo. Tras el desastre, la administración de Obama

impuso una prohibición temporal a la perforación en aguas profundas. Apenas

dos años más tarde, la perforación en las aguas profundas del Golfo ha vuelto

a los niveles anteriores al desastre. El presidente Obama también ha firmado

un acuerdo con México permitiendo la perforación en la parte más profunda

del Golfo, a lo largo de la frontera marítima entre los EE.UU. y México.

Mientras tanto, la perforación en aguas profundas se está acelerando en otras

partes. Brasil, por ejemplo, se está moviendo para explotar sus campos

“presalinos” (así llamados porque yacen bajo una capa de sales movedizas)

en las aguas del Océano Atlántico lejos de la costa de Rio de Janeiro. De forma

similar se están desarrollando nuevos campos lejos de la costa en las aguas

profundas de Ghana, Sierra Leona y Liberia. Para 2020, dice el analista de

energía John Westwood, tales campos de aguas profundas proporcionarán el

10% del suministro mundial de petróleo, desde solo un 1% en 1995. Pero esta

producción añadida no será barata: la mayor parte de estos nuevos campos

costarán decenas o centenares de miles de millones de dólares en desarrollo,

y sólo serán rentables mientras el petróleo se siga vendiendo a 90 dólares o

más el barril.

Los campos a cierta distancia de la costa de Brasil, considerados por algunos

expertos los descubrimientos más prometedores de petróleo de este siglo,

serán especialmente caros, porque yacen bajo 2,4 km. de agua y 4 km. de

arena, rocas y sal. Será necesario el equipamiento más avanzado del mundo

—alguno todavía en desarrollo—. Petrobras, la empresa energética estatal, ya

ha comprometido 53 millones de dólares en el proyecto para 2011-2015, y la

mayor parte de los analistas creen que esto será solo un modesto anticipo de

un asombroso precio final.

Petróleo ártico

145

Page 146: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Se espera que el Ártico proporcione una parte importante de la futura oferta

mundial de petróleo. Hasta hace poco, la producción en el lejano norte ha sido

muy limitada. Excepto en el área de la bahía de Prudhoe de Alaska y algunos

campos de Siberia, las principales compañías en gran parte han rehuido la

región. Pero ahora, viendo pocas opciones alternativas, están preparando

grandes incursiones en un Ártico que se está fundiendo. Desde cualquier

perspectiva, el Ártico es el último lugar en el que querrías perforar en busca

de petróleo. Las tormentas son frecuentes y las temperaturas en invierno

caen muy por debajo del punto de congelación. El equipo más habitual no

funcionará bajo estas condiciones. Son necesarios recambios especializados (y

caros). El personal no puede vivir en la región durante mucho tiempo. Los

suministros más básicos —alimentos, combustible, materiales de

construcción— deben ser traídos desde miles de kilómetros con un coste

fenomenal.

Pero el Ártico tiene sus atractivos: miles de millones de barriles de petróleo

por explotar, para ser exactos. Según el Servicio Geológico de los EE.UU.

(USGS), el área al norte del Círculo Polar Ártico, con solo un 6% de la

superficie del planeta, contiene una estimación de un 13% del petróleo que

queda (y aún una parte mayor de gas natural no desarrollado); números que

ninguna otra región puede igualar. Con pocos otros lugares a los que ir, las

principales compañías de energía se preparan para lanzarse a explotar las

riquezas del Ártico. Este verano, Royal Dutch Shell se espera que empiece las

pruebas de perforación en zonas de los Mares de Beaufort y Chukchi

adyacentes al norte de Alaska. (La administración de Obama todavía debe

conceder los permisos finales de operación para estas actividades, pero se

espera la aprobación). Al mismo tiempo, Statoil y otras firmas están

planeando extender la perforación en el mar de Barents, en el norte de

Noruega. Como con todos estos escenarios de energía extremos, el aumento

de la producción en el Ártico disparará significativamente los costes de

funcionamiento de las compañías. Shell, por ejemplo, ya se ha gastado 4.000

millones de dólares solo en preparativos para pruebas de perforación lejos de

la costa de Alaska, sin haber producido un solo barril de petróleo. El desarrollo

a plena capacidad en esta región ecológicamente frágil, al que se oponen

fieramente los ecologistas y los pueblos locales nativos, multiplicará esta cifra

por mucho.

Arenas asfálticas y petróleo pesado

Otra parte significativa de la oferta futura de petróleo mundial se espera que

proceda de las arenas asfálticas canadienses (también llamadas “arenas

bituminosas”) y el petróleo extrapesado de Venezuela. Ninguno de los dos es

lo que normalmente se entiende por petróleo. Al no ser líquidos en su estado

natural no se pueden extraer con los materiales tradicionales de perforación,

146

Page 147: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

pero existen en gran abundancia. Según la USGS, las arenas asfálticas de

Canadá contienen el equivalente a 1,7 billones de barriles de petróleo

convencional (líquido), mientras los depósitos de petróleo pesado de

Venezuela se dice que albergan otro billón de barriles equivalentes de

petróleo —aunque no todo este material se considera “recuperable” con la

tecnología existente—.

Quienes proclaman que la Era del Petróleo está lejos de acabarse a menudo

señalan estas reservas como prueba de que el mundo todavía puede extraer

inmensos suministros de combustibles fósiles sin explotar. Y es ciertamente

concebible que, con la aplicación de tecnologías avanzadas y una total

indiferencia por las consecuencias medioambientales, estos recursos de hecho

finalmente serán cosechados. Pero esto no es petróleo fácil.

Hasta ahora, las arenas asfálticas de Canadá se han obtenido mediante un

proceso parecido a la minería a cielo abierto, utilizando palas monstruosas

para sacar una mezcla de arena y bitumen de la tierra. Pero la mayor parte de

este bitumen cercano a la superficie en la provincia rica en arenas asfálticas

de Alberta ya se ha agotado, lo que significa que toda futura extracción

exigirá un proceso mucho más complejo y costoso. Se tiene que inyectar

vapor en concentraciones más profundas para fundir el bitumen y permitir su

recuperación mediante enormes bombas. Esto requiere una inversión colosal

en infraestructura y energía, así como la construcción de instalaciones para el

tratamiento de todos los desechos tóxicos resultantes. Según el Instituto

Canadiense de Investigación sobre la Energía, el pleno desarrollo de las

arenas asfálticas de Alberta exigirá una inversión mínima de 218.000 millones

en los próximos 25 años, sin incluir el coste de construcción de oleoductos a

los EE.UU. (como el propuesto Keystone XL) para su procesamiento en las

refinerías estadounidenses.

El desarrollo del petróleo pesado de Venezuela exige una inversión de una

escala comparable. El anillo del Orinoco, una concentración especialmente

densa de petróleo pesado colindante con el río Orinoco, se cree que contiene

unas reservas recuperables de 513.000 millones de barriles de petróleo

—quizá la mayor fuente de petróleo no explotado del planeta—. Pero convertir

esta forma de bitumen similar a la melaza en un líquido utilizable supera de

lejos la capacidad técnica o los recursos financieros de la compañía estatal de

petróleo, Petróleos de Venezuela S.A. En consecuencia, está buscando ahora

socios extranjeros que deseen invertir los 10.000-20.000 millones requeridos

solo para construir las instalaciones necesarias.

Los costes ocultos

Las reservas de petróleo difícil como estas proporcionarán la mayor parte del

147

Page 148: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

nuevo petróleo mundial en los próximos años. Una cosa está clara: aunque

puedan reemplazar el petróleo barato en nuestras vidas, el coste de todo lo

relacionado con el petróleo —ya sea la gasolina en el surtidor, los productos

producidos con petróleo, los fertilizantes, en prácticamente todos los aspectos

de nuestra vida— va a crecer. Acostúmbrense a ello. Si las cosas van como

está previsto actualmente, vamos a estar empeñados con las grandes

compañías de petróleo en las próximas décadas.

Y estos son solo los costes más obvios en una situación en la que abundan los

costes ocultos, especialmente en el medio ambiente. Como sucedió

con Deepwater Horizon, la extracción de petróleo en áreas de aguas

profundas lejos de la costa y otras localizaciones geográficas extremas

aseguran mayores riesgos medioambientales. Después de todo, se vertieron

aproximadamente 19 millones de litros de petróleo en el golfo de México,

gracias a la negligencia de BP, causando un daño importante a la fauna

marina y a los hábitats costeros.

Tenga en cuenta que, por catastrófico que fuese, sucedió en el golfo de

México, donde se pueden movilizar vastas fuerzas de limpieza y la capacidad

de recuperación natural del ecosistema era relativamente robusta. El Ártico y

Groenlandia son una historia completamente diferente, dada su distancia de

las capacidades de recuperación establecidas y la extrema vulnerabilidad de

sus ecosistemas. Los esfuerzos para restaurar tales áreas en caso de

derrames masivos de petróleo costarían muchas veces los 30.000-40.000

millones de dólares que se espera que pague BP por el daño del Deepwater

Horizon y serían mucho menos efectivos. Además de todo esto, muchos de los

campos de petróleo difícil más prometedores se encuentran en Rusia, la

cuenca del mar Caspio y zonas propensas al conflicto de África. Para operar

en estas áreas, las compañías petrolíferas se enfrentarán no solo a los

previsibles altos costes de extracción, sino también a costes adicionales

relacionados con los sistemas locales de soborno y extorsión, sabotaje por

parte de grupos guerrilleros y las consecuencias de conflictos civiles.

Y no olvidemos el coste final: si todos estos barriles de petróleo o de

sustancias parecidas al petróleo se producen realmente en los lugares menos

atrayentes de este planeta, durante las próximas décadas continuaremos

quemando de forma masiva combustibles fósiles, creando aún más gases de

efecto invernadero como si no hubiese un mañana. Y esta es la triste verdad:

si seguimos la senda del petróleo difícil en lugar de invertir masivamente en

energías alternativas, podemos clausurar cualquier esperanza de evitar las

consecuencias más catastróficas de un planeta más caliente y más turbulento.

Así que sí, hay petróleo por ahí. Pero no, no será más barato, no importa

cuánto haya. Y sí, las compañías petrolíferas pueden conseguirlo, pero siendo

148

Page 149: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

realistas, ¿quién lo querría?

[Este artículo, publicado originalmente en TomDispatch.com, ha sido

traducido del inglés por Carlos Valmaseda para la revista Espai Marx

(www.espai-marx.net). Michael T. Klare es profesor de estudios sobre

paz y seguridad mundial en el Hampshire College y autor del libro

recién publicado The Race for What’s Left: The Global Scramble for

the World’s Last Resources (Metropolitan Books)]

18/5/2012

Antonio Turiel

40 años de "Los límites del crecimiento"

Escenario estándar (BAU) en el informe Límites del crecimiento, encargado por el Club de Roma en

1972.

Queridos lectores,

De un tiempo a esta parte se encuentran cada vez más artículos en los

periódicos en los cuales se niega la posibilidad de que haya límites al

crecimiento con cierta vehemencia y con buena carga de sofismas, cuando no

directamente de falacias. La lista de tales artículos es larguísima y sin duda el

149

Page 150: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

lector tendrá sus propias preferencias y fobias; yo escojo aquí, a modo de

ejemplo simple y arquetipo, un artículo bastante flojo publicado hace unos

días en el diario español ABC: “Quién fue a hablar”. El articulista utiliza una

crítica genérica y mal fundamentada al ya viejo informe Los límites del

crecimiento como excusa para después cargar contra toda la ralea de progres

y neokeynesianos, dando por sentada con una frase la "indiscutible" conexión

entre aquellos malditos neomalthusianos de hace 40 años y los que, siempre

dentro del BAU, proponen una versión sólo un poco más relajada.

Si hay algo que destaca de esos artículos no es la repetición de los mismos

manidos y falaces argumentos (que ahora comentaré brevemente) sino la

cadencia cada vez más frecuente de estos artículos, desde el “Habrá

petróleo” de Daniel Yergin (personaje del que ya hablamos aquí) hasta el

“Malthus sigue vivo con los alarmistas del Peak Oil”, pasando por otras

contribuciones patrias como “¿Decrecimiento o abundancia?”, por citar sólo

tres de las decenas de artículos del mismo tenor en medios de diversa

difusión y penetración social. En este blog no he dedicado ningún post al

informe Los límites del crecimiento, que este año cumple 40 años (y sobre el

que íbamos a hablar en Madrid dentro de un mes en un encuentro que ya no

se celebrará por falta de fondos), y creo que el momento es llegado de

explicar un poco qué fue y por qué se le criticó, y por qué la mayoría de lo que

se dice actualmente sobre él no son más que tonterías infundadas. No haré un

análisis en detalle, sólo un repaso muy rápido de las cuestiones

fundamentales.

En 1972 un grupo de científicos del Massachusetts Institute of Technology

realizó por encargo del Club de Roma un estudio usando la entonces

novedosa teoría de la dinámica de sistemas. El objetivo del estudio era

responder a una pregunta: ¿puede el crecimiento económico y material

continuar indefinidamente en un planeta finito? Para poder responder esa

pregunta, los científicos hicieron un análisis usando una serie de descriptores

generales o variables agregadas (por ejemplo, no hay en el modelo "petróleo",

"hierro" o "uranio" sino "materias primas") y propusieron una serie de

relaciones dinámicas más o menos razonables entre estas variables, las

cuales incluyen la población, la producción de alimentos, la contaminación o la

producción industrial, todas ellas a escala global. Los autores asignaron unos

valores iniciales a estas variables y a sus interacciones que eran más o menos

razonables a partir de los datos históricos, y con ellos crearon un escenario

estándar cuya evolución calcularon con sus ordenadores. El diseño del

escenario tenía por supuesto en cuenta que la producción de materias primas

sigue una curva de evolución à la Hubbert, lo cual, en particular, implica que

se asume que se descubrirán nuevos recursos con el tiempo (lo cual ya

desmonta parte de las tonterías que se suelen decir sobre el informe). Con

ese escenario la población del planeta comienza a colapsar a partir de 2018 y

150

Page 151: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

lo hace de manera suave y progresiva, lo cual desmonta también otro buen

cúmulo de tonterías sobre los plazos que se suelen decir (la mayoría de la

gente que opina sobre el informe no lo ha leído, por supuesto, y se basan en

algunas cifras de cocientes Q/P de aquella época —se explica el concepto en

un post anterior— que aparecen en una tabla, y de ahí empiezan a decir que

Los límites del crecimiento vaticinaba que el petróleo se agotaría en 1990,

como si los autores no supiesen que tanto Q como P varían con el tiempo; de

hecho, los autores dicen explícitamente que Q y P varían en el tiempo, y

justamente dos de los parámetros del modelo son las URR y la tasa marginal

de declive). Dado que los resultados de la simulación de evolución de su

escenario estándar no era demasiado halagüeña (son las gráficas que abren

este post) y aceptando las incertidumbres en la determinación de sus

parámetros, los autores hicieron una serie de pruebas jugando con los valores

de entrada, y en particular crearon un segundo escenario, el de eficiencia,

duplicando los recursos y la eficiencia en su uso. En ese caso el colapso

comenzaría hacia 2070, lo cual a escala histórica no supone una gran

diferencia: el crecimiento no es sostenible. Plantearon aún un tercer

escenario, el de estabilización del consumo, en el que los recursos usados

finalmente —se asumen renovables— no son agotables, y así se evitaba el

colapso durante el siglo XXI, aunque quedaba claro que se tendrían que tomar

medidas importantes de adaptación.

El informe, en resumen, sólo recogía una serie de observaciones académicas

ejecutadas con rigor sobre una cuestión que debería ser obvia: que el

crecimiento no puede seguir para siempre (algo que con argumentos simples

ya hemos comentado en este blog). A pesar del rigor del estudio, la manera

precisa con la que se establecieron las hipótesis y la honestidad con la que se

establecieron las salvedades y cautelas, prácticamente desde el principio el

informe fue duramente criticado y acusado de pretender cosas muy diferentes

de las que pretendía. En poco tiempo se acuñó una etiqueta, una palabra para

descalificar rápidamente las conclusiones obvias: neomalthusianismo. En

suma: que los que denunciaban que el crecimiento no podía continuar

eternamente pasaban a ser sospechosos de desear un colapso de la población

o incluso una especie de extermino a gran escala.

Desde la perspectiva de un científico no deja de ser curioso la cantidad de

veces que se aventan campañas de desprestigio contra teorías con mayor o

menor fundamento científico (como la del cambio climático), y se introduce la

insidia de que tienen un gran sesgo ideológico y un plan oculto, el cual

mediáticamente se denuncia con gran aspaviento. No deja de ser curioso,

porque lo que se tendría que hacer es discutir los hechos de manera científica

y fundada, en revistas especializadas en las que los miembros de la

comunidad pueden intervenir y discutir los detalles. Y lo que resulta ridículo es

presuponer un sesgo ideológico a la ciencia aplicada mientras se camufla el

151

Page 152: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

obvio sesgo ideológico del discurso BAU. Por tanto, y de acuerdo con la

filosofía de este blog, considero importante acabar este post haciendo una

pequeña discusión sobre los aspectos no rigurosos, no científicos, del discurso

BAU (de los aspectos ideológicos sin duda ya se encargarán otros).

Porque si algo caracteriza al discurso económico que se cacarea desde los

grandes foros políticos y mediáticos es su falta de rigor técnico. Una cosa que

a mí siempre me sorprende es cuántas veces uno comprueba que los

economistas que nos insisten en verdades absolutas como el equilibrio entre

oferta y demanda o las ventajas del libre mercado para regular todos los

aspectos de la vida no tienen idea de las hipótesis que fundamentan la actual

teoría económica, y no se plantean comprobar en cada caso concreto si las

hipótesis se están verificando o no, cuando en realidad muchas veces la

respuesta es que no. Esta falta de rigor se vuelve grotesca cuando uno ve el

énfasis que se pone en el proceso deductivo, que se explica y sobreexplica,

sin haber comprobado si las premisas eran válidas. Tal tendencia a considerar

sólo las partes del proceso lógico-deductivo acaba pareciéndome como los

trucos del prestidigitador, que busca distraer a la audiencia para que no se

vea el truco. Algunos autores, un poco más rigurosos, hablan a veces de

“fallos del mercado” (hay una magnífica y recomendable serie sobre algunos

de esos fallos del mercado, "Citizen K", en Acorazado Aurora), pero su

discurso asume que el efecto de tal fallo es una desviación progresiva,

continua, respecto a la situación ideal. Lo cual no se sigue lógicamente,

porque en muchos casos la premisa que falla es de tipo cualitativo, no

cuantitativo, con lo que no tiene sentido asumir tal cosa sin haber siquiera

intentado cuantificar el efecto del fallo. Pero, de nuevo, la prestidigitación

retórica y la sobrecarga de conceptos no explicados sirve para disimular estas

carencias.

Desde el punto de vista de la Física Estadística el mejor sistema, el más

robusto, es el autoorganizado, lo cual en principio indicaría que el libre

mercado es la mejor forma de organización económica (económica, no de

otros ámbitos, pero ésa es otra discusión). Sin embargo, hace tiempo que

sospecho que el libre mercado es una idealización posiblemente inalcanzable.

Así que repetir tantas y tantas veces lo bueno que es el libre mercado, sin

querer ver que lo que tenemos no lo es (puesto que está muy controlado por

oligopolios), y hacer tanto discurso teórico sobre sus bondades, es claramente

absurdo si el libre mercado ni existe ni existirá, lo cual debería ser la principal

discusión. Porque, como decía un profesor mío de Análisis Funcional, "el

conjunto vacío verifica todas las posibilidades", y añadía, para hacerlo

entender mejor: "Todos los cangrejos de la Luna son azules". También el libre

mercado es el mejor de los sistemas económicos.

P.D.: Hay un librito que se titula Una comparación de “Los límites del

152

Page 153: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

crecimiento” con treinta años de realidad que, si entienden el inglés, les

recomiendo. Resulta que de momento estamos siguiendo con bastante

precisión el escenario estándar o BAU. El peor, vaya.

Addenda: Merece la pena echar un vistazo a la comparación que han hecho

en la Agencia de Evaluación Medioambiental de Holanda entre los valores

realmente medidos de las variables agregadas durante los últimos 40 años y

las evoluciones del escenario estándar y estabilizado. Ustedes dirán...

Esta gráfica ha sido republicada por Scientifc American, de donde yo la he tomado:

http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=apocalypse-soon-has-civilization-passed-the-environm

ental-point-of-no-return

[Antonio Turiel es científico titular del CSIC y autor del blog The Oil

Crash, del que procede este texto. Colaboró en el último número

monográfico de mientras tanto (n.º 117, dedicado a "Los límites del

crecimiento. Crisis energética y cambio climático") con el artículo "El

declive energético", que ahora ponemos a disposición de los lectores

y lectoras de mientrastanto.e]

153

Page 154: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

25/5/2012

Antoni Jesús Aguiló y Ana Cristina Santos

Despatologizar, despenalizar, desaprender: luchas LGTB y

emancipación social

Hace veintidós años, el 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la

Salud (OMS), siguiendo los pasos dados en la década de los setenta por la

psiquiatría norteamericana, suprimía la homosexualidad del CIE 10, la

Clasificación Internacional de Enfermedades. La eliminación de la supuesta

condición patológica de gays y lesbianas fue un acontecimiento crucial en el

largo camino hacia la emancipación del colectivo homosexual, poniendo al

descubierto la homofobia (re)producida y legitimada por el discurso médico

oficial y contribuyendo enormemente a la aceptación social de la

homosexualidad.

Por “homofobia” (y, más en general, por LGTBfobia) entendemos un fenómeno

social y cultural que consiste en un conjunto persistente de actitudes y

sentimientos de repulsión, rechazo, miedo psicológico y social, hostilidad,

vergüenza, intolerancia, odio y desprecio, entre otras actitudes negativas, de

gays, lesbianas, bisexuales y transexuales por el mero hecho de serlo. La

LGTBfobia, al igual que el racismo, el machismo o el clasismo social, entre

otras formas de discriminación, se expresa (a veces de manera sutil e

indirecta, otras de manera brutal y sangrienta) a través de discursos,

prácticas y relaciones sociales de opresión y dominación de unos grupos sobre

otros. Estas relaciones, que pueden ir desde la violencia física hasta la

violencia simbólica (humillación verbal, discriminación legal o ausencia de

reconocimiento social, entre otras formas), limitan la capacidad de las

personas afectadas para desarrollar y expresar en contextos públicos

determinados sentimientos, experiencias y pensamientos, competencia

necesaria para un autodesarrollo psicosocial satisfactorio. Su objetivo último

es, por tanto, inferiorizar, invisibilizar y destrozar psicológica (e incluso

físicamente) a quienes las sufren.

Lamentablemente, la despatologización de la homosexualidad no significó el

fin de la homofobia, y mucho menos el de la LGTBfobia alentada durante

siglos, de manera especial a partir de la modernidad occidental, por un

numeroso contingente de agentes e instituciones, incluyendo la academia, el

derecho, la medicina, la enseñanza, los medios de comunicación y la religión.

Guiados por una ideología [1] patriarcal y homofóbica, construyeron lenguajes

repletos de imágenes estereotipadas y discursos punitivos que degradaban a

las personas LGTB a una condición subhumanidad y las relegaban a un estado

de marginalidad, anormalidad, enfermedad e inmoralidad que ha servido (y

sirve) para justificar alrededor del mundo su persecución, humillación,

154

Page 155: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

asesinato, tortura, maltrato, detención arbitraria, negación de oportunidades y

violación de derechos. Esta ideología patriarcal y homofóbica (re)productora

de subhumanidad se sustenta en un patrón de pensamiento colonial,

machista, racista y heterocéntrico que, como señala el sociólogo Aníbal

Quijano [2], establece “una concepción de humanidad según la cual la

población del mundo se diferenciaba en inferiores y superiores, irracionales y

racionales, primitivos y civilizados, tradicionales y modernos”. Se trata de una

razón que comprende la diferencia como peligro y la valora como desigualdad

e inferioridad; una razón “perezosa, que se considera única, exclusiva, y que

no se ejercita lo suficiente como para poder mirar la riqueza inagotable del

mundo” [3]. En otras palabras, las diferencias (epistémicas, étnicas, de

género, sexuales, económicas, etc.) son naturalizadas y utilizadas para

justificar un trato diferente (léase jerárquico), es decir, para atribuir a los

“diferentes” (las personas LGTB, en este caso) una serie de esencias, roles y

atributos inferiorizantes en función de su condición afectiva y sexual. Las

personas no heterosexuales son, en este sentido, vistas y declaradas “lo otro”

de la humanidad, legitimando y naturalizando, en consecuencia, un

entramado de opresión, subordinación y deshumanización del colectivo.

A pesar de las conquistas notables que en los últimos años se han conseguido

en diferentes países del mundo en el campo de la legislación pública sobre

diversidad afectiva y sexual, la lucha pacífica y democrática por la igualdad

real y el reconocimiento público del colectivo LGTB no ha terminado. No

podemos olvidar, además, que los derechos se ganan, pero también se

pueden perder. Los derechos no son realidades eternas e inmutables ni

concesiones irrevocables y definitivas, sino conquistas sociojurídicas logradas

con mucho esfuerzo, productos culturales, bienes comunes resultantes de

tenaces luchas históricas y sociales. Queda un camino muy largo por recorrer

para la consecución del verdadero cambio mental y social sin el cual la

igualdad efectiva de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales seguirá siendo

una utopía. El reconocimiento jurídico y la normalidad legal del colectivo LGTB

no han llegado de la misma manera ni al mismo ritmo que el reconocimiento y

la normalidad social. Esta falta de coincidencia señala los diferentes modos en

que las personas LGTB siguen luchando contra el prejuicio y la violencia

legitimados por la heteronormatividad. Continúa vigente un modelo de

sociedad patriarcal, androcéntrica y heterosexista en la que la

heterosexualidad es privilegiada y considerada la orientación sexual normal y

natural: todas las personas son consideradas heterosexuales hasta que se

demuestre lo contrario. El heterosexismo y la heteronormatividad están

institucionalizados en el trabajo, la educación, el lenguaje, la salud, los

servicios públicos, los medios de comunicación, la cultura y la religión, entre

otros ámbitos de la vida individual y colectiva, favoreciendo los

comportamientos y mensajes discriminatorios.

155

Page 156: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

La persistencia de la homofobia, la bifobia y la transfobia perpetúan

situaciones de discriminación y violencia estructural que matan y perjudican a

las personas LGTB, independientemente de su posición social, país, edad,

credo o ideología. Según informa el observatorio de la ONG internacional

Transgender Europe, cada tres días es asesinada una persona transexual en el

mundo; en San Petersburgo (Rusia), desde finales de marzo está en vigor la

ley que prohíbe cualquier tipo de “propaganda homosexual” entre los

menores, siendo detenidos dos jóvenes manifestantes por mostrar carteles

con la consigna “ser gay es normal” [4]; recientemente, la ganadora del

Premio Nobel de la Paz en 2011, Ellen Johnson Sirleaf, se mostraba, con unas

declaraciones decepcionantes y ofensivas, partidaria de aplicar la pena de

cárcel, y por tanto criminalizar, los “actos homosexuales”. En España, desde

hace casi siete años, el actual partido gobernante (PP) tiene recurrida ante el

Tribunal Constitucional la ley que permite el matrimonio entre personas del

mismo sexo; y, entre tanto, algún peligroso obispo, violando impunemente los

valores constitucionales, y no pudiendo condenar a las personas LGTB al

fuego de la Inquisición, las ha condenado al fuego del infierno. En Portugal, la

Federação pela Vida ha presentado recientemente una petición que persigue

cambios regresivos en la legislación que regula el matrimonio entre personas

del mismo sexo y la ley de identidad de género, entre otras leyes. En Grecia,

grupos de simpatizantes neonazis del partido Amanecer Dorado han advertido

a las personas homosexuales que, después de los inmigrantes, ellos serán los

siguientes en la lista. Son sólo algunas amenazas preocupantes de la

actualidad que ilustran de manera evidente el carácter provisional y frágil de

conquistas sociojurídicas fundamentales.

La lucha constante que las personas y grupos LGTB han mantenido en todo el

mundo a lo largo de la historia ha permitido denunciar y visibilizar una forma

de violencia que sigue formando parte de nuestras mentalidades y

sociedades. Luchar por el reconocimiento igualitario y efectivo de la

diversidad sexual y afectiva es luchar para que la diversidad no se traduzca

en estados de subhumanidad. Es luchar contra los esquemas epistémicos y las

estructuras socioculturales que establecen grados o jerarquías de humanidad

y someten a las personas LGTB a situaciones de invisibilidad e inferioridad

permanentes, ya sea tratándolos como enfermos, pecadores o delincuentes.

Al igual que la LGTBfobia se construye social y culturalmente, también se

puede deconstruir. Consideramos, a tal efecto, que las luchas por la

emancipación LGTB presentes y futuras deben guiarse por tres principios

claves:

Despatologizar, que significa desnaturalizar la medicalización y biologización

de los roles de género y los comportamientos sexuales, así como combatir el

poder biomédico como discurso hegemónico sobre los cuerpos y las

156

Page 157: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

sexualidades. Despatologizar significa también cuestionar los prejuicios

médicos y la legitimidad científica de los pretendidos diagnósticos

(“trastorno”), tratamientos y terapias, insertando los discursos patologizantes

en el ámbito de fenómenos sociales y colectivos más profundos, como las

relaciones hegemónicas de poder, que construyen y objetivan cánones

dominantes de salud, que establecen lo que se considera “normal” y lo que se

considera “patológico”.

Despenalizar no significa únicamente dejar de perseguir, discriminar y

castigar por ley las relaciones afectivas y sexuales entre personas del mismo

sexo, sino también reconocer constitucional y legislativamente los derechos

civiles (matrimonio, parentalidad, libertad de expresión y asociación, etc.) de

las personas LGTB, derechos que son la condición básica en la que se apoya la

ciudadanía íntima [5], sexual y reproductiva.

Desaprender significa, ante todo, desenmascarar y, en la medida de lo

posible, abandonar el vasto conjunto de técnicas, estrategias y fuentes de

opresión (esquemas, teorías, ideas, conceptos, estereotipos, percepciones,

normas de actuación, hábitos, conversaciones, interpretaciones, etc. sobre la

diversidad sexual) presentadas como “veracidades incambiables y verdades

sagradas” [6] que justifican, sostienen y reproducen el machismo, el sexismo

y el heterosexismo en los que se funda el patriarcado. Desaprender es mucho

más difícil que aprender, pues al poner en cuestión los viejos conceptos algo

se tambalea y quiebra en nosotros, permitiendo a quien desaprende sustituir

el desconocimiento, el prejuicio y el miedo por la solidaridad, lo que abre

nuevas y estimulantes posibilidades de relaciones humanas, más justas y

democráticas.

Estas tres palabras pueden, a su vez, condensarse en una sola: empoderar,

que consiste un proceso de capacitación en el que las personas y grupos LGTB

adquieren autoconfianza y autoestima y ganan la fuerza necesaria para para

transformar en diferentes contextos y situaciones su posición de

subordinación en las relaciones sociales. Tal y como lo define la antropóloga

mexicana Marcela Lagarde [7], “empoderamiento significa, en términos

políticos, modificar las pautas políticas que coartan la vida personal y

colectiva al crear condiciones para eliminar los poderes personales y sociales

que oprimen”.

Veintidós dos años, en términos históricos, son muy pocos para el cambio de

ideas y mentalidades, que es lento y no repentino. Sin embargo, el largo

camino hacia la emancipación LGTB debe continuar, impulsado por las fuerzas

imparables de la igualdad y la diversidad. Ernest Hemingway [8] escribió una

vez: “El mundo es un buen lugar, y vale la pena luchar por él”. Estamos de

acuerdo con la segunda parte, por eso no podemos dejar de celebrar y

157

Page 158: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

reivindicar este día.

Notas

[1] En el sentido gramsciano del término, es decir, como una concepción del mundo que se

expresa en el terreno de las ideas y las prácticas y aspira, ganando la disputa por la

hegemonía social y cultural, a convertirse en sentido común.

[2] Quijano, A. (2000), “Colonialidad del poder y clasificación social”, Journal of

World-Systems Research, vol. VI, n° 2, p. 344.

[3] Santos, B. S. (2006), Renovar la teoría crítica y reinventar la emancipación social

(encuentros en Buenos Aires), CLACSO, Buenos Aires, pág. 20.

[4] Para información detallada sobre la criminalización de la diversidad sexual, véase el

informe de E. Bruce-Jones y L. Paoli Itaborahy (2011), «Homofobia de Estado. Un informe

mundial sobre las leyes que prohíben la actividad sexual con consentimiento entre personas

adultas», Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex.

Disponible en: http://old.ilga.org/Statehomophobia/ILGA_Homofobia_de_Estado_2011.pdf

[Consulta: 11-05-2012].

[5] Término del sociólogo Ken Plummer relacionado con las decisiones que las personas

deben tomar sobre el control y uso del propio cuerpo, identidades, sentimientos, relaciones,

experiencias eróticas, etc. Véase Plummer, K. (2003), Intimate Citizenship: Private Decisions

and Public Dialogues, Seattle, University of Washington Press.

[6] Dussel, E. (2001), Hacia una filosofía política crítica, Desclée de Brouwer, Bilbao, p. 29.

[7] Lagarde, M (2000), Claves feministas para la autoestima de las mujeres, Ed. Horas y

Horas, Madrid, p. 27.

[8] Hemingway, E. (1991), Por quién doblan las campanas, Ed. Andrés Bello, Santiago de

Chile, p. 500.

[Antoni Jesús Aguiló es investigador en filosofía política del Núcleo de

Estudios sobre Democracia, Ciudadanía y Derecho (DECIDe) del Centro de

Estudos Sociais de la Universidad de Coímbra (Portugal) y miembro de Não te

Prives-Grupo de Defesa dos Direitos Sexuais ([email protected]). Ana

Cristina Santos es socióloga especializada en estudios de género y

sexualidad(es), investigadora del DECIDe del Centro de Estudos Sociais de la

Universidad de Coímbra (Portugal), Honorary Research Fellow del Birkbeck

Institute for Social Research de la Universidad de Londres y presidenta de Não

te Prives ([email protected]). Publicado en Rebelión]

158

Page 159: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

17/5/2012

Revista cafeambllet

29/2005-IP: el informe secreto de la sanidad catalana

Hace pocas semanas llegó a la redacción de la revista Cafèambllet un

documento muy delicado: el que explica la historia del Informe 29/2005-IP de

la Sindicatura de Cuentas de Cataluña. El informe 29/2005-IP encontró graves

irregularidades en la Corporación de Salud de las comarcas del Maresme y La

Selva. Pero aquel informe nunca vio la luz. En estos dos vídeos se explica la

historia de este informe que implica a personas muy destacadas de la política

catalana.

28/5/2012

159

Page 160: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Documentos

Manuel Azaña

La política religiosa de la República (1931)

Uno de los pilares teóricos sobre los que más se vertebró el pensamiento

ilustrado fue el de una marcada separación entre la Iglesia y el Estado; una

separación que permitiría a los pueblos avanzar por la senda de un progreso

maduro y razonado en tanto que fruto de un proceso de autodeterminación

colectiva libre de tutelas metafísicas como la que ejerció, durante siglos, la

Iglesia católica en la vida moral e intelectual española. De esto fue siempre

consciente el político republicano Manuel Azaña (1880-1940), cuyo

pensamiento y acción marcaron los años de la II República. El documento que

presentamos aquí es precisamente su mayor aportación para solucionar el

problema de la distorsionada relación entre la Iglesia y el Estado en España:

se trata del discurso que pronunció en las Cortes el 13 de octubre de 1931

sobre la redacción del artículo 26 de la futura Constitución que habría de

delimitar el margen de acción del que dispondría la Iglesia en la vida de la

nueva República. En él, el político de Alcalá de Henares pronunció aquello tan

célebre de “España ha dejado de ser católica”, una frase que indicaba la

imperiosa necesidad de que se sustituyera el catolicismo como base espiritual

de la vida del país por un republicanismo respetuoso de las creencias

religiosas de cada ciudadano pero firme a la hora de reivindicar la laicidad de

las instituciones públicas. En definitiva, la necesidad de que la República se

pertrechase de una auténtica “política religiosa”. Y en el presente discurso,

Azaña presentó su propuesta al respecto.

Siempre es bueno volver a los clásicos políticos de nuestra historia, porque

siempre, como clásicos, nos aportan ideas o sugerencias para el presente. Y

Azaña es uno de ellos: es un clásico que aún nos enseña, con su magnífica

160

Page 161: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

oratoria y eficacia argumentativa, el valor de la rigurosidad intelectual para

abarcar un problema como el de la laicidad republicana, siempre amenazada

por el oscurantismo clerical.

* * *

Señores diputados: Se me permitirá que diga unas cuantas palabras acerca de

esta cuestión que hoy nos apasiona, con el propósito, dentro de la brevedad

de que yo sea capaz, de buscar para las conclusiones del debate lo más eficaz

y lo más útil. De todas maneras, creo que yo no habría podido excusarme de

tomar parte en esta discusión, aunque no hubiese sido más que para

desvanecer un equívoco lamentable que se desenvuelve en torno de la

enmienda formulada por el Sr. Ramos, y que algunos grupos políticos de las

Cortes acogieran. Esta enmienda, merced a la perdigonada que le disparó el

señor ministro de Justicia en su discurso de la otra tarde, lleva, desde antes de

ser puesta a discusión, un plomo en el ala, y ahora, habiendo modificado la

Comisión su dictamen, la enmienda del Sr. Ramos ha perdido cierta

congruencia con el texto que está sometido a deliberación. No me referiré,

pues, al fondo de ella por no faltar a las reglas de la oportunidad; pero, de

todos modos, para llegar a esta indicación, a esta salvedad y a esta

eliminación del equívoco, me interesa profundamente examinar los dos textos

que se contraponen ante la deliberación de las Cortes: el de la Comisión y el

voto particular, buscando más allá del texto legislativo y de su hechura

jurídica la profundidad del problema político que dentro de ellos se encierra.

A mí me parece, señores diputados, que nunca nos entenderíamos en esta

cuestión si nos empeñásemos en tratarla rigurosamente por su hechura

jurídica, si nos empeñásemos en construir un molde legal sin conocer bien a

fondo lo que vamos a meter dentro y si perdiésemos el tiempo en discutir las

perfecciones o las imperfecciones de molde legal sin estar antes bien seguros

de que dentro de él caben todas las realidades políticas españolas que

pretendemos someter a su norma.

Realidades vitales de España

Realidades vitales de España; esto es lo que debemos llevar siempre ante los

ojos; realidades vitales, que son antes que la ciencia, que la legislación y que

el gobierno, y que la ciencia, la legislación y gobierno acometen y tratan para

fines diversos y por métodos enteramente distintos. La vida inventa y crea; la

ciencia procede por abstracciones, que tienen una aspiración, la del valor

universal; pero la legislación es, por lo menos, nacional y temporal, y el

gobierno –quiero decir el arte de gobernar– es cotidiano. Nosotros debemos

161

Page 162: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

proceder como legisladores y como gobernantes, y hallar la norma legislativa

y el método de gobierno que nos permitan resolver las antinomias existentes

en la realidad española de hoy; después vendrá la ciencia y nos dirá cómo se

llama lo que hemos hecho.

Con la realidad española, que es materia de la legislación, ocurre algo

semejante a lo que pasa con el lenguaje; el idioma es antes que la gramática

y la filología, y los españoles nunca nos hemos quedado mudos a lo largo de

nuestra historia, esperando a que vengan a decirnos cuál sea el modo

correcto de hablar o cuál es nuestro genio idiomático. Tal sucede con la

legislación, en la cual se va plasmando, incorporando, una rica pulpa vital que

de continuo se renueva. Pero la legislación, señores diputados, no se hace

sólo a impulso de la necesidad y de la voluntad; no es tampoco una obra

espontánea; las leyes se hacen teniendo también en presencia y con respeto

de principios generales admitidos por la ciencia o consagrados por la tradición

jurídica, que en sus más altas concepciones se remonta a lo filosófico y lo

metafísico.

Ahora bien: puede suceder, de hecho sucede, ahora mismo está sucediendo, y

eso es lo que nos apasiona, que principios tenidos por invulnerables,

inspiraciones vigentes durante siglos, a lo mejor se esquilman, se marchitan,

se quedan vacíos, se angostan, hasta el punto de que la realidad viviente los

hace estallar y los destruye. Entonces hay que tener el valor de reconocerlo

así, y sin aguardar a que la ciencia o la tradición se recobren del sobresalto y

el estupor y fabriquen principios nuevos, hay que acudir urgentemente al

remedio, a la necesidad y poner a prueba nuestra capacidad de inventar, sin

preocuparnos demasiado, porque al inventar un poco, les demos una ligera

torsión a los principios admitidos como inconcusos. De no ser así, señores

diputados, sucedería que el espíritu jurídico, el respeto al derecho y otras

entidades y especies inestimables, lejos de servirnos para articular breve y

claramente la nueva ley, serían el mayor obstáculo para su reforma y

progreso, y en vez de ser garantía de estabilidad en la continuación serían el

baluarte irreductible de la obstrucción y del retroceso. Por esta causa, señores

diputados, en los pueblos donde se corta el paso a las reformas regulares de

la legislación, donde se cierra el camino a la reforma gradual de la ley, donde

se desoyen hasta las voces desinteresadas de la gente que cultiva la ciencia

social y la ciencia del Derecho, se produce fatalmente, si el pueblo no está

muerto, una revolución, que no es ilegal, sino por esencia antilegal, porque

viene cabalmente a destruir las leyes que no se ajustan al nuevo estado de la

conciencia jurídica. Esta revolución, si es somera, si no pasa de la categoría

motinesca, chocará únicamente con las leyes de policía o tal o cual ley

orgánica del Estado; pero si la elaboración ha sido profunda, tenaz, duradera y

penetrante, entonces se necesita una transformación radical del Estado, en la

misma proporción en que se haya producido el desacuerdo entre la ley y el

162

Page 163: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

estado de la conciencia pública. Y yo estimo, señores diputados, que la

revolución española, cuyas leyes estamos haciendo, es de este último orden.

La revolución política, es decir, la expulsión de la dinastía y la restauración de

las libertades públicas, ha resuelto un problema específico de importancia

capital, ¡quién lo duda!, pero no ha hecho más que plantear y enunciar

aquellos otros problemas que han de transformar el Estado y la sociedad

españoles hasta la raíz. Estos problemas, a mi corto entender, son

principalmente tres: el problema de las autonomías locales, el problema social

en su forma más urgente y aguda, que es la reforma de la propiedad, y este

que llaman problema religioso, y que es en rigor la implantación del laicismo

del Estado con todas sus inevitables y rigurosas consecuencias. Ninguno de

estos problemas los ha inventado la República. La República ha rasgado los

telones de la antigua España oficial monárquica, que fingía una vida

inexistente y ocultaba la verdadera; detrás de aquellos telones se ha fraguado

la transformación de la sociedad española, que hoy, gracias a las libertades

republicanas, se manifiesta, para sorpresa de algunos y disgustos de no

pocos, en la contextura de estas Cortes, en el mandato que creen traer y en

los temas que a todos nos apasionan.

España ha dejado de ser católica

Cada una de estas cuestiones, señores diputados, tiene una premisa

inexcusable, imborrable en la conciencia pública, y al venir aquí, al tomar

hechura y contextura parlamentaria, es cuando surge el problema político. Yo

no me refiero a las dos primeras, me refiero a esto que llaman problema

religioso. La premisa de este problema, hoy político, la formulo yo de esta

manera: España ha dejado de ser católica; el problema político consiguiente

es organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e

histórica el pueblo español.

Yo no puedo admitir, señores diputados, que a esto se le llame problema

religioso. El auténtico problema religioso no puede exceder de los límites de la

conciencia personal, porque es en la conciencia personal donde se formula y

se responde la pregunta sobre el misterio de nuestro destino. Este es un

problema político, de constitución del Estado, y es ahora precisamente cuando

este problema pierde hasta las semejas de religión, de religiosidad, porque

nuestro Estado, a diferencia del Estado antiguo, que tomaba sobre sí la

curatela de las conciencias y daba medios de impulsar a las almas, incluso

contra su voluntad, por el camino de su salvación, excluye toda preocupación

ultraterrena y todo cuidado de la fidelidad, y quita a la Iglesia aquel famoso

brazo secular que tantos y tan grandes servicios le prestó. Se trata

simplemente de organizar el Estado español con sujeción a las premisas que

acabo de establecer.

163

Page 164: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Para afirmar que España ha dejado de ser católica tenemos las mismas

razones, quiero decir de la misma índole, que para afirmar que España era

católica en los siglos XVI y XVII. Sería una disputa vana ponernos a examinar

ahora qué debe España al catolicismo, que suele ser el tema favorito de los

historiadores apologistas: yo creo más bien que es el catolicismo quien debe a

España, porque una religión no vive en los textos escritos de los Concilios o en

los infolios de sus teólogos, sino en el espíritu y en las obras de los pueblos

que la abrazan, y el genio español se derramó por los ámbitos morales del

catolicismo, como su genio político se derramó por el mundo en las empresas

que todos conocemos.

España, creadora de un catolicismo español

España, en el momento del auge de su genio, cuando España era un pueblo

creador e inventor, creó un catolicismo a su imagen y semejanza, en el cual,

sobre todo, resplandecen los rasgos de su carácter, bien distinto, por cierto,

del catolicismo de otros países, del de otras grandes potencias católicas; bien

distinto, por ejemplo, del catolicismo francés; y entonces hubo un catolicismo

español, por las mismas razones de índole psicológica que crearon una novela

y una pintura y un teatro y una moral españoles, en los cuales también se

palpa la impregnación de la fe religiosa. Y de tal manera es esto cierto, que

ahí está todavía casualmente la Compañía de Jesús, creación española, obra

de un gran ejemplar de la raza, y que demuestra hasta qué punto el genio del

pueblo español ha influido en la orientación del gobierno histórico y político de

la Iglesia de Roma. Pero ahora, señores diputados, la situación es

exactamente la inversa. Durante muchos siglos, la actividad especulativa del

pensamiento europeo se hizo dentro del Cristianismo, el cual tomó para sí el

pensamiento del mundo antiguo y lo adaptó con más o menos fidelidad y

congruencia a la fe cristiana; pero también desde hace siglos el pensamiento

y la actividad especulativa de Europa han dejado, por lo menos, de ser

católicos; todo el movimiento superior de la civilización se hace en contra

suya y, en España, a pesar de nuestra menguada actividad mental, desde el

siglo pasado el catolicismo ha dejado de ser la expresión y el guía del

pensamiento español. Que haya en España millones de creyentes, yo no os lo

discuto; pero lo que da el ser religioso de un país, de un pueblo y de una

sociedad no es la suma numérica de creencias o de creyentes, sino el

esfuerzo creador de su mente, el rumbo que sigue su cultura.

Por consiguiente, tengo los mismos motivos para decir que España ha dejado

de ser católica que para decir lo contrario de la España antigua. España era

católica en el siglo XVI, a pesar de que aquí había muchos y muy importantes

disidentes, algunos de los cuales son gloria y esplendor de la literatura

castellana, y España ha dejado de ser católica, a pesar de que existan ahora

muchos millones de españoles católicos, creyentes. ¿Y podía el Estado

164

Page 165: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

español, podía algún Estado del mundo estar en su organización y en el

pensamiento desunido, divorciado, de espaldas, enemigo del sentido general

de la civilización, de la situación de su pueblo en el momento actual? No,

señores diputados. En este orden de ideas, el Estado se conquista por las

alturas, sobre todo si admitimos, como indicaba hace pocos días mi eminente

amigo el Sr. Zulueta en su interesante discurso, si admitimos –digo– que lo

característico del Estado es la cultura. Los cristianos se apoderaron del Estado

imperial romano cuando, desfallecido el espíritu original del mundo antiguo, el

Estado romano no tenía otro alimento espiritual que el de la fe cristiana y las

disputas de sus filósofos y de sus teólogos. Y eso se hizo sin esperar a que los

millones de paganos, que tardaron siglos en convertirse, abrazaran la nueva

fe. Cristiano era el Imperio romano, y el modesto labrador hispanorromano de

mi tierra todavía sacrificaba a los dioses latinos en los mismos lugares en que

ahora se alzan las ermitas de las Vírgenes y de los Cristos. Esto quiere decir

que los sedimentos se sobreponen por el aluvión de la Historia, y que un

sedimento tarda en desaparecer y soterrarse cuando ya en las alturas se ha

evaporado el espíritu religioso que lo lanzó.

La transformación del Estado español

Estas son, señores diputados, las razones que tenemos, por lo menos,

modestamente, las que tengo yo, para exigir como un derecho y para

colaborar a la exigencia histórica de transformar el Estado español, de

acuerdo con esta modalidad mueva del espíritu nacional. Y esto lo haremos

con franqueza, con lealtad, sin declaración de guerra; antes al contrario, como

una oferta, como una proposición de reajuste de la paz. De lo que yo me

guardaré muy bien es de considerar si esto le conviene más a la Iglesia que el

régimen anterior. ¿Le conviene? ¿No le conviene? Yo lo ignoro; además, no me

interesa; a mí lo que me interesa es el Estado soberano y legislador. También

me guardaré de dar consejos a nadie sobre su conducta futura, y, sobre todo,

personalmente, me guardaré del ridículo de decir que esta actitud nuestra

está más conforme con el verdadero espíritu del Evangelio. El uso más

desatinado que se puede hacer del Evangelio es aducirlo como texto de

argumentos políticos, y la deformación más monstruosa de la figura de Jesús

es presentarlo como un propagandista demócrata o como lector de Michelet o

de Castelar, o quién sabe si como un precursor de la ley Agraria. No. La

experiencia cristiana, señores diputados, es una cosa terrible, y sólo se puede

tratar en serio; el que no la conozca que deje el Evangelio en su alacena y que

no lo lea; pero Renán lo ha dicho: «Los que salen del santuario son más

certeros en sus golpes que los que nunca han entrado en él.»

Y yo pregunto, señores diputados, sobre todo a los grupos republicano y

socialista, más en comunión de ideas con nosotros: esto que yo digo, estas

palabras mías, ¿os suenan a falso? Esta posición mía, la de mi partido, ¿es

165

Page 166: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

peligrosa para la República? ¿Creéis vosotros que una política inspirada en lo

que acabo de decir, en este concepto del Estado español y de la Historia

española, conduciría a la República a alguna angostura donde pudiese ser

degollada impunemente por sus enemigos? No lo creéis. Pues yo, con esa

garantía, paso ahora a confrontar los textos en discusión.

La enmienda del señor Ramos

Nosotros dijimos: separación de Iglesia y del Estado. Es una verdad inconcusa;

la inmensa mayoría de las Cortes no la ponen siquiera en discusión. Ahora

bien, ¿qué separación? ¿Es que nosotros vamos a dar un tajo en las relaciones

del Estado con la Iglesia, vamos a quedarnos del lado de acá del tajo y vamos

a ignorar lo que pasa en el lado de allá? ¿Es que nosotros vamos a desconocer

que en España existe la Iglesia católica con sus fieles, con sus jerarcas y con

la potestad suprema en el Extranjero? En España hay una Iglesia protestante,

o varias, no sé, con sus obispos y sus fieles, y el Estado ignora absolutamente

la Iglesia protestante española. ¿Vosotros concebís que para el Estado la

situación de la Iglesia católica pueda ser mañana la que es hoy la de la Iglesia

protestante? A remediar este vacío vino, con toda su buena voluntad y toda la

agudeza de su saber, la enmienda del Sr. Ramos, que momentáneamente fue

aceptada por unos cuantos grupos del Parlamento. El propósito de esta

enmienda era justamente, como acaba de indicar el señor presidente de la

Comisión, sujetar la Iglesia al Estado. Pero esta enmienda ha, por lo visto,

perecido. Mi eminente amigo Sr. De los Ríos no debe ignorar que en una

Cámara como ésta, tan numerosa, en una cuestión tan de estricto derecho

como es esta materia de la Corporación de Derecho público, la mayoría de las

opiniones –y no hay ofensa, porque me incluyo entre ellas–, la mayoría de las

opiniones tiene que decidirse por el argumento de autoridad, y habiéndose

pronunciado en contra una tan grande como la del ministro de Justicia, esta

pobre idea de la Corporación de Derecho público ha caído en el ostracismo. Yo

lamento que la Cámara, tan numerosa oyendo al señor ministro, no oyese la

contestación, bien aguda, del Sr. Ramos: pero esto ya es inevitable.

Objeciones al discurso de D. Fernando de los Ríos

¿Qué nos queda, pues? En el discurso del señor ministro de Justicia, al llegar a

esta cuestión, yo eché de menos algo que me sustituyese a esa garantía

jurídica de la situación de la Iglesia en España. Yo no sé si lo recuerdo bien;

pero en esta parte del discurso del señor De los Ríos notaba yo una vaguedad,

una indecisión, casi un vacío sobre el porvenir; y esa vaguedad, ese vacío, esa

indecisión me llenaba a mí de temor y de recelo, porque ese vacío lo veo

llenarse inmediatamente con el Concordato. No es que su señoría quiera el

Concordato, no lo queremos ninguno; pero ese vacío, ese tajo dado a una

situación, cuando más allá no queda nada, pone a un Gobierno republicano, a

166

Page 167: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

éste, a cualquiera, al que nos suceda, en la necesidad absoluta de tratar con

la Iglesia de Roma, y ¿en qué condiciones? En condiciones de inferioridad: la

inferioridad que produce la necesidad política y pública. Y contra esto,

señores, nosotros no podemos menos de oponernos, y buscamos una solución

que, sobre el principio de la separación, deje al Estado republicano, al Estado

laico, al Estado legislador, unilateral, los medios de no desconocer ni la acción,

ni los propósitos, ni el gobierno, ni la política de la Iglesia de Roma; eso para

mí es fundamental.

Presupuestos y bienes

Otros aspectos de la cuestión son menos importantes. El presupuesto del

clero se suprime, evidente; y las modalidades de la supresión, francamente os

digo que no me interesan, ni al propio señor ministro de Justicia le puede

parecer mejor ni peor una fórmula u otra. Creo habérselo oído, creo que lo ha

dicho públicamente: que sea sucesivamente, que sea en cuatro años

amortizando el 25 por 100 del presupuesto en cada uno, esto no tiene ningún

valor sustancial; no vale la pena de insistir.

La cuestión de los bienes es más importante: yo en esto tengo una opinión,

que me voy a permitir no adjetivar, porque quizá el adjetivo fuese poco

parlamentario, adjetivo que recaería sobre mí propio. Se discute aquí el valor

de orden moral y jurídico que pueden representar las sumas que el Estado

abona a la Iglesia, trayendo la cuestión de la época desamortizadora: si los

bienes valen más o menos (un señor diputado recordaba que la Universidad

de Alcalá se vendió en 14.000 pesetas, y no fueron 14.000 pesetas, que

fueron 90.000 reales, y no valía más); si las sumas recibidas a lo largo del

siglo equivalente o no al montante total de los valores desamortizados y se

hacen cuentas como si se liquidara una Sociedad en suspensión de pagos o en

quiebra. Yo no estoy conforme con eso, lo dijese o no Mendizábal y sus

colaboradores. Lo que la desamortización representa es una revolución social,

y la burguesía ascendente al Poder con el régimen parlamentario, dueña del

instrumento legislativo, creó una clase social adicta al régimen, que fue ella

misma y sus adláteres, pero como eso no es un contrato jurídico ni un

despojo, nada de eso, sino toda la obra inmensa, fuera de las normas legales,

incapaz de compensación, de una revolución de orden social, la burguesía

parlamentaria, harto débil, creó entonces los instrumentos y los apoyos

necesarios para al Estado liberal naciente, una cosa que tienen que hacer

todos los Estados cuando se reforman con esa profundidad, no hay que

olvidarlo.

Ahora se nos dice: Es que la Iglesia tiene derecho a reivindicar esos bienes. Yo

creo que no, pero la verdad es, señores diputados, que la Iglesia los ha

reivindicado ya. Durante treinta y tantos años en España no hubo Órdenes

167

Page 168: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

religiosas, cosa importante, porque, a mi entender, aquellos años de

inexistencia de enseñanza congregacionista prepararon la posibilidad de la

revolución del 8 y de la del 73. Pero han vuelto los frailes, han vuelto las

Órdenes religiosas, se han encontrado con sus antiguos bienes en manos de

otros poseedores, y la táctica ha sido bien clara: en vez de precipitarse sobre

los bienes se han precipitado sobre las conciencias de los dueños y

haciéndose dueños de las conciencias tienen los bienes y a sus poseedores.

Este es el secreto, aun dicho en esta forma pintoresca, de la evolución de la

clase media española en el siglo pasado; que habiendo comenzado una

revolución liberal y parlamentaria, con sus pujos de radicalismo y de

anticlericalismo, la misma clase social, quizá los nietos de aquellos

colaboradores de Mendizábal y de los desamortizadores del año 36, esos

mismos, después de esa operación que acabo de describir, son los que han

traído a España la tiranía, la dictadura y el despotismo, y en toda esta

evolución está comprendida la historia política de nuestro país en el siglo

pasado.

El problema de las órdenes religiosas

En realidad, la cuestión apasionante, por el dramatismo interior que encierra,

es la de las Órdenes religiosas: dramatismo natural porque se habla de la

Iglesia, se habla del presupuesto del clero, se habla de Roma; son entidades

muy lejanas que no toman para nosotros forma ni visibilidad humana; pero los

frailes, las Órdenes religiosas, sí.

En este asunto, señores diputados, hay un drama muy grande, apasionante,

insoluble. Nosotros tenemos, de una parte, la obligación de respetar la

libertad de conciencia, naturalmente, sin exceptuar la libertad de la

conciencia cristiana; pero tenemos también, de otra parte, el deber de poner

a salvo la República y el Estado. Estos dos principios chocan, y de ahí el

drama que, como todos los verdaderos y grandes dramas, no tiene solución.

¿Qué haremos, pues? ¿Vamos a seguir (claro que no, es un supuesto

absurdo), vamos a seguir el sistema antiguo, que consistía en suprimir uno de

los términos del problema, el de la seguridad e independencia del Estado, y

dejar la calle abierta a la muchedumbre de Órdenes religiosas para que

invadan la sociedad española? No. Pero yo pregunto: ¿es legítimo, es

inteligente, es útil suprimir, por el contrario, por una reacción explicable y

natural, el otro término del problema y borrar todas las obligaciones que

tenemos con esta libertad de conciencia? Respondo resueltamente que no. Lo

que hay que hacer –y es una cosa difícil, pero las cosas difíciles son las que

nos deben estimular–; lo que hay que hacer es tomar un término superior a

los dos principios en contienda, que para nosotros, laicos, servidores del

Estado y políticos gobernantes del Estado republicano, no puede ser más que

168

Page 169: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

el principio de la salud del Estado.

La salud del Estado, a mi modo de ver, es una cosa hipotética, un supuesto,

como el de la salud personal: la salud del Estado, como la de las personas,

consiste en disponer de la robustez suficiente para poder conllevar los

achaques, las miserias inherentes de nuestra naturaleza. En tal Estado existen

corrupciones, desmanes, desvíos de la buena administración y de la buena

justicia; torpezas de gobierno que, por ser el Estado poderoso, denso y

arraigado, no se notan, y que trasladadas a otro Estado más nuevo, más débil,

menos arraigado, acabarían con él instantáneamente. Por consiguiente, se

trata de adaptar el régimen de salud del Estado a lo que es el Estado español

actualmente.

Criterio para resolver esta cuestión. A mi modesto juicio es el siguiente: tratar

desigualmente a los desiguales; frente a las Órdenes religiosas no podemos

oponer un principio eterno de justicia, sino un principio de utilidad social y de

defensa de la República. Esto no tiene un rigor matemático ni puede tenerlo;

pero todas las cuestiones de gobierno, afortunadamente, no están encajadas

en este rigor, sino que depende de la presteza del entendimiento y de la

ligereza de la mano para administrar la realidad actual. Tratar desigualmente

a los desiguales, porque no teniendo nosotros un principio eterno de justicia

irrevocable que oponer a las Órdenes religiosas, tenemos que detenernos en

la campaña de reforma de la organización religiosa española allí donde

nuestra intervención quirúrgica fuese dañosa o peligrosa. Pensad, señores

diputados, que vamos a realizar una operación quirúrgica sobre un enfermo

que no está anestesiado y que en los debates propios de su dolor puede

complicar la operación y hacerla mortal, no sé para quien, pero mortal para

alguien.

Y como no tenemos frente a las Órdenes religiosas ese principio eterno de

justicia, detrás del cual debiéramos ir como hipnotizados, sin rectificar nunca

nuestra línea de conducta, y como todo queda encomendado a la prudencia, a

la habilidad del gobernante, yo digo: las Órdenes religiosas tenemos que

proscribirlas en razón de su temerosidad para la República. ¿El rigor de la ley

debe ser proporcionado a la temerosidad (digámoslo así, yo no sé siquiera si

éste es un vocablo castellano) de cada una de estas Órdenes, una por una?

No; no es menester. Por eso me parece bien la redacción de este dictamen;

aquí se empieza por hablar de una Orden que no se nombra. «Disolución de

aquellas Órdenes en las que, además de los tres votos canónicos, se preste

otro especial de obediencia a autoridad distinta de la legítima del Estado.»

Estos son los jesuitas.

Disolución de las órdenes

169

Page 170: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Pero yo añado a esto una observación, que, lo confieso, no se me ha ocurrido

a mí; me la acaba de sugerir un eminente compañero. Aquí se dice: «Las

Órdenes religiosas se sujetarán a una ley especial ajustada a las siguientes

bases.» Es decir, que la disolución definitiva, irrevocable, contenida en este

primer párrafo, queda pendiente de lo que haga una ley especial mañana: y a

mí esto no me parece bien; creo que esta disolución debe quedar decretada

en la Constitución, no sólo porque es leal, franco y noble decirlo, puesto que

pensamos hacerlo, sino porque, si no lo hacemos, es posible que no lo

podamos hacer mañana; porque si nosotros dejamos en la Constitución el

encargo al legislador de mañana, que incluso podréis ser vosotros mismos, de

hacer una ley con arreglo a estas normas, fijaos bien lo que significa dejar

pendiente esta espada sobre una institución tan poderosa, que trabajará todo

lo posible para que estas Cortes no puedan legislar más. Por consiguiente, yo

estimo que en la redacción actual del dictamen debiera introducirse una

modificación, según la cual este primer párrafo no fuese suspensivo,

pensando en una ley futura, sino desde ahora terminante y ejecutivo.

Respecto a las otras Órdenes, yo encuentro en esta redacción del dictamen

una amplitud que, pensándolo bien, no puede ser mayor; porque dice:

«Disolución de las que en su actividad constituyan un peligro para la

seguridad del Estado.» ¿Y quiénes son éstas? Todas o ninguna; según quieran

las Cortes. De manera que este párrafo deja a la soberanía de las Cortes la

existencia o la destrucción de todas las Órdenes religiosas que ellas estimen

peligrosas para el Estado.

Ahora bien; en razón de ese principio de prudencia gubernamental, de estilo

de gobernar, yo me digo: ¿es que para mí son lo mismo las monjas que están

en Cebreros, o las bernardas de Talavera, o las clarisas de Sevilla,

entretenidas en bordar acericos y en hacer dulces para los amigos, que los

jesuitas? ¿Es que yo voy a caer en el ridículo de enviar los agentes de la

República a que clausuren los conventos de estas pobres mujeres, para que

en torno de ellas se forme una leyenda de falso martirio, y que la República

gaste su prestigio en una empresa repugnante, que estaría mejor empleado

en una operación de mayor fuste? Yo no puedo aconsejar eso a nadie.

Donde un Gobierno con autoridad y una Cámara con autoridad me diga que

una Orden religiosa es peligrosa para la República, yo lo acepto y lo firmo sin

vacilar; pero guardémonos de extremar la situación aparentando una

persecución que no está en nuestro ánimo ni en nuestras leyes para acreditar

una leyenda que no puede por menos de perjudicarnos.

Dos salvedades

Tengo que hacer aquí dos salvedades muy importantes: una suspensiva y otra

170

Page 171: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

irrevocable y terminante. Sé que voy a disgustar a los liberales. La primera se

refiere a la acción benéfica de las Órdenes religiosas. El señor ministro de

Justicia –y él me perdonará si tantas veces insisto en aludirle; pero la

importancia de su discurso es tal, que no hay más remedio que referirse a él–,

el señor ministro de Justicia trazó aquí en el aire una figura aérea de la

hermana de la Caridad, a la que él prestó, indudablemente, las fuentes de su

propio corazón. Yo no quiero hacer aquí el antropófago y, por lo tanto, me

abstengo de refutar a fondo esta opinión del Sr. De los Ríos; pero apele su

señoría a los que tienen experiencia de estas cosas, a los médicos que dirigen

hospitales, a las gentes que visitan las Casas de Beneficencia, y aun a los

propios pobres enfermos y asilados en estos hospitales y establecimientos, y

sabrá que debajo de la aspiración caritativa, que doctrinalmente es

irreprochable y admirable, hay, sobre todo, un vehículo de proselitismo que

nosotros no podemos tolerar. Pues qué, ¿no sabemos todos que al pobre

enfermo hospitalizado se le hace objeto de trato preferente según cumple o

no los preceptos de la religión católica? ¿Y esto quién lo hace, sino esta figura

ideal, propia para una tarjeta postal, pero que en la realidad se da pocas

veces?

La otra salvedad terminante, que va a disgustar a los liberales, es ésta: en

ningún momento, bajo ninguna condición, en ningún tiempo, ni mi partido ni

yo en su nombre, suscribiremos una cláusula legislativa en virtud de la cual

siga entregado a las Órdenes religiosas el servicio de la enseñanza. Eso,

jamás. Yo lo siento mucho; pero ésta es la verdadera defensa de la República.

La agitación más o menos clandestina de la Compañía de Jesús o de ésta o de

la de más allá, podrá ser cierta, podrá ser grave, podrá ser en ocasiones

risible, pero esta acción continua de las Órdenes religiosas sobre las

conciencias juveniles es cabalmente el secreto de la situación política por la

que España transcurre y que está en nuestra obligación de republicanos, y no

de republicanos, de españoles, impedir a todo trance. A mí que no me vengan

a decir que esto es contrario a la libertad, porque esto es una cuestión de

salud pública. ¿Permitiríais vosotros, los que, a nombre de liberales, os

oponéis a esta doctrina, permitiríais vosotros que un catedrático en la

Universidad explicase la Astronomía de Aristóteles y que dijese que el cielo se

compone de varias esferas a las cuales están atornilladas las estrellas?

¿Permitiríais que se propagase en la cátedra de la Universidad española la

Medicina del siglo XVI? No lo permitiríais; a pesar del derecho de enseñanza

del catedrático y de su libertad de conciencia, no se permitiría. Pues yo digo

que, en el orden de las ciencias morales y políticas, la obligación de las

Órdenes religiosas católicas, en virtud de su dogma, es enseñar todo lo que es

contrario a los principios en que se funda el Estado moderno. Quien no tenga

la experiencia de estas cosas no puede hablar, y yo, que he comprobado en

tantos y tantos compañeros de mi juventud que se encontraban en la robustez

de su vida ante la tragedia de que se le derrumbaban los principios básicos de

171

Page 172: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

su cultura intelectual y moral, os he de decir que ése es un drama que yo con

mi voto no consentiré que se reproduzca jamás.

Si resulta, señores diputados, que de esta redacción del dictamen las Cortes

pueden acordar la disolución de todas las Órdenes religiosas que estime

perjudiciales para el Estado, es sobre la conciencia y la responsabilidad de las

propias Cortes sobre quien recae la mayor o menor extensión de esto que

llamamos el peligro monástico. Sois vosotros los jueces, no el Gobierno, ni

éste ni otro. Y yo estimo que si unas instituciones, si queda alguna, si las

Cortes acuerdan que quede alguna, a quienes se les prohíbe adquirir y

conservar bienes inmuebles, si no es aquel en que habitan, a quienes se les

prohíbe ejercer la industria y el comercio, a quienes se les ha de prohibir la

enseñanza, a quienes se les ha de limitar la acción benéfica, hasta que

puedan ser sustituidas por otros organismos de Estado, y a quienes se les

obliga a dar anualmente cuenta al Estado de la inversión de sus bienes, si son

todavía peligrosos para la República, será preciso reconocer que ni la

República ni nosotros valemos gran cosa.

Planteamiento del problema político

Y ahora, señores diputados, llegamos a la última parte de la cuestión. Ya he

expuesto la posición histórica y política tal como yo la veo; he penetrado en el

problema político tal como yo me lo describo y llegamos a la situación

parlamentaria. Si yo perteneciese a un partido que tuviera en esta Cámara la

mitad más uno de los diputados, la mitad más uno de los votos, en ningún

momento, ni ahora ni desde que se discute la Constitución, habría vacilado en

echar sobre la votación el peso de mi partido para sacar una Constitución

hecha a su imagen y semejanza, porque a esto me autorizaría el sufragio y el

rigor del sistema de mayorías. Pero con una condición: que al día siguiente de

aprobarse la Constitución, con los votos de este partido hipotético, este

mismo partido ocuparía el Poder. Este partido ocuparía el Poder para tomar

sobre sí la responsabilidad y la gloria de aplicar, desde el Gobierno, lo que

había tenido el lucimiento de votar en las Cortes.

Por desgracia, no existe este partido hipotético con que yo sueño, ni ningún

otro que esté en condiciones de ejercer aquí la ley rigurosa de las mayorías.

Por tanto, señores diputados, debiendo ser la Constitución, no obra de mi

capricho personal, ni del de sus señorías, ni de un grupo, tampoco de una

transacción en que no se abandonen los principios de cada cual, sino de un

texto legislativo que permita gobernar a todos los partidos que sostienen la

República..., yo sostengo, señores diputados, que el peso de cada cual en el

voto de la Constitución debe ser correlativo a la responsabilidad en el

Gobierno de mañana. Yo planteo la cuestión con toda claridad: aquí está el

voto particular que sostienen nuestros amigos los socialistas; y yo digo

172

Page 173: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

francamente: si el partido socialista va a asumir mañana el Poder y me dice

que necesita ese texto para gobernar, yo se lo voto Porque, señores

diputados, no es mi partido el que haya de negar ni ahora ni nunca al partido

socialista las condiciones que crea necesarias para gobernar la República.

Pero si esto no es así (yo no entiendo de estas cosas; estoy discutiendo en

hipótesis), veamos la manera de que el texto constitucional, sin impediros a

vosotros gobernar, no se lo impida a los demás que tienen derecho a gobernar

la República española, puesto que la han traído, la gobiernan, la administran y

la defienden.

Este es mi punto de vista, señores diputados; mejor dicho, este es el punto de

vista de Acción Republicana, que no tiene por qué disimular ni su laicismo ni

su radicalismo constructor ni el concepto moderno que tiene de la vida

española, en la cual de nada reniega, pero que está resuelta a contribuir a su

renovación desde la raíz hasta la fronda, y que además supone para todos los

republicanos de izquierda una base de inteligencia y colaboración, no para

hoy, porque hoy se acaba pronto, sino para mañana, para el mañana de la

República, que todos queremos que sea tranquilo, fecundo y glorioso para los

que la administren y defiendan.

27/5/2012

173

Page 174: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

Foro de webs

Dones juristes

www.donesjuristes.cat

La asociación Dones Juristes (Mujeres Juristas) se constituyó en Barcelona en

1989 y forma parte de la Fédération International des Femmes de Carrières

Juridiques. Tiene como objetivos: seguir la legislación y jurisprudencia que

afecte a las mujeres; trabajar para conseguir una igualdad de derechos y

obligaciones entre las mujeres y los hombres en todos los campos de la

sociedad; promover la colaboración entre todas las mujeres juristas para

conseguir una sociedad más fraternal y solidaria, y prestar asistencia y

servicios jurídicos a las mujeres.

27/5/2012

Green Left Weekly

www.greenleft.org.au/

Green Left Weekly es una interesante revista ecosocialista australiana

fundada en 1990. Su objetivo es impulsar la acción de los movimientos

sociales y anticapitalistas de Australia y potenciar el debate sobre temas

relacionados con la ecología, el sindicalismo, el feminismo, los derechos

civiles, el imperialismo y los abusos del sistema capitalista.

24/5/2012

Associazione “Marx XXI”

174

Page 175: Número 103 de junio de 2012 - mientrastanto.org

www.marx21.it/

La Asociación “Marx XXI” es un espacio político-cultural que se propone

aglutinar a las fuerzas intelectuales de la izquierda marxista italiana con el

objetivo de retomar aquel fuerte contacto con el mundo de la cultura que

caracterizó a la trayectoria de la izquierda italiana del siglo XX. Para ello, la

asociación está estructurada por temas de trabajo y reflexión, y publica la

revista Marx Ventuno.

22/5/2012

Powered by TCPDF (www.tcpdf.org)

175