Nicaragua: estrategias públicas y pobreza rural en...

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Unidad Regional de Asistencia Técnica - RUTA Departamento para el Desarrollo Internacional del Gobierno de Reino Unido - DFID Overseas Development Institute - ODI NICARAGUA ESTRATEGIAS PUBLICAS Y POBREZA RURAL EN LOS AÑOS NOVENTA EDUARDO BAUMEISTER 2 0 0 4

Transcript of Nicaragua: estrategias públicas y pobreza rural en...

Unidad Regional de Asistencia Técnica - RUTA

Departamento para el Desarrollo Internacionaldel Gobierno de Reino Unido - DFID

Overseas Development Institute - ODI

N I C A R A G U AESTRATEGIAS PUBLICAS Y POBREZA

RURAL EN LOS AÑOS NOVENTA

EDUARDO BAUMEISTER

2 0 0 4

Series de Publicaciones RUTA

Este documento fue presentado en el Taller Políticas de Reducción de la Pobreza Rural Enfocando el Diálogosobre Experiencias de Nicaragua y Honduras. Tegucigalpa, Honduras. 29 y 30 de mayo de 2002.

AutorEduardo Baumeister

Revisión del documentoJonathan Wadsworth. RUTA/DFID

Control de ediciónAlejandra Herranz. RUTACarmen Eugenia Morales. RUTAMayela Rodríguez. RUTATeresita Gamboa. RUTA

Diseño y diagramaciónOscar Cuevas

362.577285B348n Baumeister, Eduardo

Nicaragua : estrategias públicas y pobreza rural en los años 90. San José : RUTA; DFID; ODI, 2004. 38 p.

ISBN: 9968-866-32-6

1. Pobreza 2. Nicaragua 3. Desarrollo Rural

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Lista de Cuadros .................................................................................................. ii

SIGLAS ............................................................................................................... iii

I. Introducción ............................................................................................... 11.1 Presentación ........................................................................................ 11.2 Dimensiones que se presentan ............................................................. 21.3 Puntos de partida ............................................................................... 2

II. Políticas y Estrategias asociadas a la reducción de la pobreza rural ....... 52.1. Contexto Político: Dinámica política y sus implicaciones

en el patron de crecimiento agropecuario. .............................................. 52.2. Apertura comercial y ajuste estructural .............................................. 52.2.1 Evolución del comercio . ..................................................................... 72.2.2. El ajuste estructural y el sector agropecuario ....................................... 82.3 Dinámica de la producción agropecuaria y

de los rendimientos en los principales rubros. ...................................... 92.4 Capacitación tecnológica e iniciativas de agricultura sostenible .............. 112.5 Distintas formas de generación de créditos rurales ............................... 132.6 Generación de puestos de trabajo y remuneraciones ............................. 142.7 Dinámica demográfica rural, migraciones internas y externas ............... 162.8 Crecimiento de la infraestructura física

(escuelas, centros de salud, caminos, etc) .............................................. 182.9 Redes de protección social y Asistencia directa

alimentaria a familias carenciadas ......................................................... 19

III. Conclusiones ......................................................... .......................................... 213.1 Políticas y recursos ............................................................................... 233.2 Desafíos abiertos ................................................................................ 25

Entrevistas realizadas ........................................................................... 38

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LISTA DE CUADROS

Cuadro 1 Nicaragua: estimaciones sobre algunos cambios en el uso del suelo

1948-2000 (millones de manzanas)

Cuadro 2 Nicaragua: Evolución de la producción agropecuaria (1970-1999)

Cuadro 3 Nicaragua: Evolución de las exportaciones e importaciones agrícolas

1980-1999 (millones de dólares corrientes)

Cuadro 4 América Central: Valor agregado agropecuario por unidad de superficie

Cuadro 5 Nicaragua: Evolución de la producción agropecuaria, el empleo y la productividad (1983-1999)

Cuadro 6 Evolución de las exportaciones e importaciones agropecuarias

1990-1999 (millones de dólares corrientes)

Cuadro 7 Nicaragua: Evolución de la población, y el empleo rural (1985-1998)

Cuadro 8 Evolución de la Productividad por persona ocupada y los salarios agropecuarios (1990-1999)

Cuadro 9 Nicaragua evolución de la composición de la PEA rural (1971-1998)

Cuadro 10 Indicadores de la producción agropecuaria (1978-1999)

Cuadro 11 Indicadores de cambios en el acceso a infraestructura rural (1990-1999)

Cuadro 12 Nicaragua: Distribución de la actividad cafetalera según estrato de las fincas

(medidas en manzanas de cafetal), 1998

Cuadro 13 Nicaragua: Importancia de la mano de obra de las cosechas de agro-exportación, (1978-1995/96)

Cuadro 14 América Central: Salarios medios por hora, en dólares (1998)

Cuadro 15 Formas de inserción en la agricultura de los jefes de hogar

según condición migratoria de los hogares (1998)

Cuadro 16. Migrantes estacionales al exterior: educación y lugares de destino (1998)

Cuadro 17 Intensidad de los procesos migratorios (1998)

Cuadro 18 Distribución porcentual de los migrantes permanentes y los estacionales al exterior (1998-2000)

ADDAC Asociación para el Desarrollo Agrícola ComunitarioASOMIF Asociación de MicrofinancierasCARITAS Organización Católica de DesarrolloCELADE Centro Latinoamericano de DemografíaCIERA Centro de Investigaciones y Estudios de la Reforma AgrariaCRS Catholic Relief ServiceEMNV Encuesta de Medición del Nivel de VidaESDENIC Encuesta Sociodemográfica Nicaragüense, 1985FAOSTAT Base electrónica de FAOFIDEG Fundación Internacional para el Desafío Económico GlobalFISE Fondo de Inversiones Sociales de EmergenciaFUAC Frente Unido Andrés Castro (grupo insurgente que actuó

hasta fines del año 2001)IDR Instituto de Desarrollo RuralINPRHU Instituto de Promoción HumanaINSS Instituto Nicaragüense de Seguridad SocialINTA Instituto Nicaragüense de Tecnología AgropecuariaMAG-FOR Ministerio Agropecuario y ForestalMHCP Ministerio de Hacienda y Crédito PúblicoPCAC Programa Campesino a CampesinoPROVIA Programa de Fortalecimiento del Sector Privado para la Formulación

de Políticas Agrícolas, ejecutado por IICA, con fondos USAIDSETEC Secretaría Técnica de la PresidenciaUNICAM Universidad Campesina

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I. INTRODUCCIÓN

1.1 Presentación

Los estudios de medición de pobreza realizados en Nicaragua a lo largo de los años90 muestran porcentajes elevados de población rural en situación de pobreza; en1993, alcanzó al 76% de la población rural; y en 1998, el 68,5 % (Estrategia Reforzadade Crecimiento Económico y Reducción de Pobreza, 2001:7). Al momento de escribireste informe no se conocen los resultados de la EMNV, 2001.

Esquemáticamente, y en la dirección de focalizarse en las estrategias, cabe distinguir,analíticamente, varias dimensiones importantes. Por un lado, están las estrategiasexplícitas que buscan determinados objetivos en la reducción de la pobreza rural; y,por otro lado, las estrategias implícitas que surgen de la articulación de tendenciasestructurales de la sociedad (tanto en la esfera económica como en las dinámicaspoblacionales) y las políticas, tanto de agentes estatales como de los no estatales;incluyendo también el rol que pueden estar jugando, por ejemplo, dinámicas obser-vables en otros países, tal como es el caso de la relación de Nicaragua con Costa Rica,en el incremento de la complementariedad laboral creciente entre ambos países.

En ese sentido, se han seleccionado nueve factores importantes para observar lasituación y las tendencias de la pobreza rural en los años 90: donde se conjugan tantotendencias estructurales como iniciativas de distintos actores institucionales. Lasdimensiones seleccionadas surgen de diversas entrevistas con actores claves, lainspección de documentación disponible y las interpretaciones adelantadas por elautor de este informe.

El propósito es buscar un balance que indique los aspectos más positivos que puedancontribuir al proceso de construcción de una estrategia de reducción de la pobrezarural que, actualmente, aún no se encuentra plenamente definida en el contextonicaragüense.

1.2 Dimensiones que se presentan

(i) Contexto político y políticas de acceso a la tierra

(ii) Apertura comercial externa e interna y contexto macroeconómico

(iii) Producción y rendimientos agropecuarios

(iv) Asistencia, capacitación tecnológica y agricultura sostenible

(v) Formas de generación de créditos rurales

(vi) Niveles de Empleo y de salarios pagados en las zonas rurales

(vii) Migraciones internas y externas de la población rural

(viii) Crecimiento de la infraestructura física (escuelas, centros de salud, caminos, etc.)

(ix) Redes de protección social y asistencia directa alimentaria a familias carenciadas.

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1.3 Puntos de partida

a) A comienzos de los 90, el nivel de actividad agropecuaria había caído a niveles muybajos; por ende, la generación de empleo, salarios e ingresos de los productores, eransensiblemente inferiores a los alcanzados en décadas anteriores, en términos de ingre-sos reales de los trabajadores o productores, productividad por unidad de superficie,y productividad por persona ocupada.

Sin embargo, en parte, estos factores se veían contrarrestados, en términos de análisisde pobreza, por varios elementos muy importantes de los años 80 y comienzos de los90:

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(i) Acceso a la tierra por vía de la reforma agraria, por medio de entregas de tie-rras a cooperativas y productores individuales pequeños; posteriormente, enla primera mitad de los 90, las tierras que se habían entregado de maneracolectiva pasaron a formas individuales de posesión

(ii) Créditos subsidiados a amplios sectores de productores

(iii) Distribución de alimentos y bienes básicos mediante mecanismos fuera delmercado, y la provisión de servicios de salud y educación gratuitos

(iv) Un segmento importante de la población estaba empleada por el Estado, tantoen la esfera económica como en las fuerzas armadas

(v) Un segmento relativamente importante de la población campesina estaba alza-da en armas y recibía apoyos externos para su subsistencia

Estos factores estaban fuertemente deteriorados a fines de los años 80, y coexistíancon una situación crónica de hiperinflación y escasez de bienes y servicios.

b) En los primeros años de los 90, al cambiar significativamente la política económi-ca y darse otros cambios institucionales y políticos significativos, se unen, por asídecirlo, el rezago de los años 80 con los efectos de la eliminación de políticas de sub-sidio en materia de créditos, servicios, empleo, etc.. Esto conlleva una situaciónestructural extremadamente frágil.

c) La combinación de una política de tierras relativamente abierta, permitiendo quesectores importantes convirtieran las antiguas empresas estatales y colectivos de pro-ducción en explotaciones familiares; algunos aspectos del marco macroeconómico,caracterizado por la estabilidad monetaria, y ciertos aspectos de la apertura comercial;programas alternativos de promoción de agricultura sostenible (principalmente pro-gramas de conservación de suelos, agua, fertilización orgánica y promoción de laeconomía de patio); promoción de programas de crédito no convencional; mejo-ramiento de la infraestructura física (agua, letrinas, caminos rurales, construcción deescuelas y puestos de salud); fuertes migraciones, y acciones focalizadas de distribu-ción de alimentos, se logró a lo largo de la década disminuir parcialmente los elevadosíndices observados en los comienzos de la misma, de extrema pobreza y de pobrezarural en general.

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d) Sin embargo, esas múltiples acciones, promovidas por el sector gubernamental yel no gubernamental, se hicieron sobre la base de rendimientos por unidad de super-ficie estables, sin mejoras, y con ingresos por productor o por trabajador, relativa-mente bajos; con lo cual, si bien se incrementó el empleo, tanto agropecuario comono agropecuario, los ingresos resultantes por habitante fueron relativamente estables,sin progresos sustantivos. De ahí que es probable que los niveles relativos de pobrezano hayan descendido significativamente, aunque probablemente la extrema pobrezapueda haber estado disminuyendo a fines de los años 90, por las causas de expansiónproductiva, y de otras acciones antes indicadas.

e) A fines de los 90 y comienzos del nuevo siglo, la conjunción de la profunda crisiscafetalera, dificultades en la apertura comercial agropecuaria (políticas proteccionistasen los Estados Unidos, dificultades de comercialización en el área centroamericana),varios fenómenos naturales adversos, la reducción de la ayuda internacional luego delhuracán Mitch, plantean interrogantes a la racionalidad apuntada en el punto c) ante-rior.

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2.1 Contexto político:Dinámica política y susimplicaciones en el patrónde crecimientoagropecuario(1)

a) La década de los 90 continuó siendo, carac-terizada por la inestabilidad política, tal comolos años 70 y 80. Sin embargo, a pesar de laexistencia de grupos armados como los llama-dos "recompas", "recontras", "revueltos" y elFUAC, en zonas aisladas del interior y la costaatlántica, en términos relativos, la década delos 90 ha tenido caracteres inéditos en laevolución política de Nicaragua.

b) En primer lugar, es la primera década delsiglo XX en la cual no se apeló de manerasignificativa a la utilización de la revolución oel golpe de Estado como mecanismo de acce-so al poder político. En cualquiera de lasdécadas anteriores del siglo, existieron guerrasentre partidos políticos, guerras contra la inter-vención externa, guerras de guerrilla rural,golpes de Estado, insurrecciones urbanas, re-voluciones, o asesinatos de líderes políticosnacionales.

c) En segundo lugar, se han desarrollado elec-ciones relativamente competitivas comomecanismo de selección de los gobernantes(elecciones generales en 1990, 1996 y 2001).Los gobiernos electos por el pueblo son suce-didos también por gobiernos popularmenteelectos, algo que nunca había ocurrido en elpaís.

d) En este marco, temas muy conflictivostales como las tierras de la reforma agraria queabarcaron, aproximadamente, el 28% de lasuperficie en fincas y donde persisten recla-mos significativos hasta el presente (cerca de2/3 de las tierras reclamadas no fueron aúnindemnizadas). A julio de 2001, según las últi-mas cifras disponibles, sobre un total de 9.742fincas rústicas reclamadas, habían sido "fini-quitadas", (es decir, indemnizadas), unas 2.953,o sea, sólo el 30 por ciento de las mismas(MHCP, 2002).

Tanto el gobierno central, las autoridades poli-ciales y militares, como las organizacionesgremiales, y los distintos estratos de produc-tores, han buscado mecanismos de coexisten-cia ante la gravedad de los problemas.

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(1) El Ministro de la SETEC, Mario Arana, hizo énfasis en la importancia de la pacificación interna en los procesos expansivos deciertos rubros agropecuarios.

II. POLÍTICAS Y ESTRATEGIASASOCIADAS A LA REDUCCIÓN

DE LA POBREZA RURAL

Aunque han existido conflictos en distintoslugares del país por tierras, haciendo un ba-lance de la década se puede observar que laintensidad de los conflictos fueron inferiores ala magnitud del problema(2) .

e) A la vez, las tierras de la reforma agrariafueron redistribuidas en parte a los antiguospropietarios, a los trabajadores, a los desmovi-lizados de las fuerzas militares. Independien-temente, de que parte de la tierra fue vendidaa otros sectores, es evidente que en los 90aumentó el número de productores agro-pecuarios, lo cual explica la ampliación de laproducción de granos básicos, o del café enalgunos municipios de Nicaragua. Esto estuvoacompañado por la ampliación de la superficieen fincas, en dirección del Atlántico; las políti-cas prevalecientes permitieron este proceso,más allá de las consecuencias agro-ecológicasque conllevan.

Asimismo, independientemente de los gravesconflictos jurídicos que subsisten, cabe indicarque, en los años 70, los productoresagropecuarios alcanzaban a 85.000; a media-dos de los 80, llegaban a 130.000, y a fines delos 90, se estiman entre 190.000 y 200.000 pro-ductores, que son producto, en parte, de las

acciones estatales de reforma agraria (de losaños 80 y 90) y los procesos de colonizaciónorganizada y espontánea que se han dado(3) y(4).

f) La superficie en fincas del país pasó de 5millones en 1950 a 8 millones en 1978, unacifra similar a fines de los 80 (debido a la com-binación de guerra, retracción de la produc-ción y acciones de reforma agraria) -aproxi-madamente, entre 10 y 11 millones de man-zanas en la actualidad. Basta señalar que lasuperficie de maíz y frijol pasó de 435.000 a661.000 manzanas; o sea, más de 200.000manzanas, ganadas en buena medida a la fron-tera agrícola. Algo similar, pero cuantitativa-mente más significativo, ocurre con la recu-peración ganadera, dirigida cada vez más hacialas zonas más orientales del país.

Con esto se quiere enfatizar que la fuerteexpansión de granos básicos, realizada enbuena medida sin apoyo crediticio, sólo sepudo hacer por la existencia de un amplio sec-tor de pequeños y medianos productores basa-dos fundamentalmente en el trabajo familiar;incluso procesos significativos de la caficulturason producto de este proceso(5) (ver cuadros 1y 10).

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(2) Cerca del 20 por ciento de la superficie en fincas se encuentra en situación no resuelta; a esta situación habría que sumarle los pro-blemas de demarcación de los territorios indígenas de la costa atlántica y Bosawas; o los problemas de manejo de las zonas protegidas.(3) Las cifras exactas son 84.609 productores, según el Censo de Población de 1971; 131.148 según la Esdenic, 1985; 189.976 segúnla EMNV, 1998. Incluso la Encuesta Nacional Agropecuaria 2000, menciona la existencia de alrededor de 290.000 productores. Datosmuy preliminares de la EMNV 2001 permiten estimar que los hogares que declaran tener una finca agropecuaria serían alrededor de288.000. Un cifra muy similar a lo estimado por la Encuesta Nacional Agropecuaria 2000.(4) El estrato de finqueros con más de 500 manzanas de extensión controlaba en 1978 cerca del 36 % de la superficie en fincas; datosde 1996 y de 2000, indican que el peso de este estrato alcanza al 13 % de la superficie en fincas, según tabulaciones de la EncuestaNacional Agropecuaria.(5) Si bien se consolidó el peso en tierras de un estrato importante de pequeños y medianos productores es importante indicar que,teniendo en cuenta que la frontera agrícola tiene límites de ocupación que no irán más allá de 2030, junto con un crecimiento demográ-fico, aún con tasas declinantes, está generando un amplio sector de campesinos sin acceso directo a la tierra.

(6) El Dr. Horacio Rose de Provia hizo énfasis en este tema.(7) El marco macroeconómico tiene otros temas no abordados aquí que tienen como punto central el tipo de cambio prevaleciente, yen que medida eso ha sido favorable o un obsta culo para las actividades agroexportadoras (documento de PROVIA, setiembre 2001)(8) Existen serios problemas fitosanitarios ligados a estas exportaciones que no corresponde tratarla aquí.(9) Estas cifras incluyen US$ 20 millones en exportación de ganado en pie (CEPAL, 2001); productos derivados de la leche, US$ 15,8millones; raíces y tubérculos, US$ 2,4 millones (datos de FAOSTAT, 2002; y US$ 10 millones en granos básicos (Informe de desarrollohumano 2000:170); y legumbres, US$ 9,.6 millones (FAOSTAT, 2002). Ver, también, el cuadro 3 de este documento.(10) Aquí sólo se observa el impacto de esta apertura comercial sobre la oferta de estos productos; obviamente, desde el lado del con-sumo y de la seguridad alimentaria, la óptica puede ser otra.

2. 2 Apertura comercial yajuste estructural(6)

2.2.1 Evolución del comercio

Antes de 1990 las exportaciones nicaragüensesestaban constituidas fundamentalmente porcuatro productos tradicionales: algodón, azú-car, café y carne. En los 90, finaliza totalmentela actividad algodonera restando una parteimportante del empleo y las divisas brutas ge-neradas por el sector, sobre todo antes de1980.

A partir de 1990, en buena medida depen-diente de un marco macroeconómico relativa-mente estable (tasas de inflación relativamentecontroladas, libre convertibilidad) se agrega laapertura comercial (7) . Hay dos lados de signocontrario en la apertura comercial agropecua-ria nicaragüense.

Por un lado, ha significado la ampliación de lasexportaciones de granos básicos, musáceas,ganado en pie y quesos artesanales, destinadosfundamentalmente al mercado centroameri-cano. Estas posibilidades, a la vez, empujaronla oferta interna de estos productos y hanmejorado, relativamente, los precios quereciben los productores.

En buena medida, el impulso de las áreas de

maíz y frijol que pueden observarse en elcuadro 10 se explican por esto, junto al cre-cimiento demográfico interno del país. Porejemplo, el hecho de que la superficie de frijol,(típico cultivo campesino de zonas del interiory de parte del Atlántico), haya pasado de151.000 manzanas en 1989 a un estimado de296.000 manzanas en 1999, es explicable porlo señalado anteriormente. Cabe agregar quelos rendi-mientos fueron constantes desde losaños 80. Mientras que en 1990, las exporta-ciones de quesos prácticamente no existían,hacia 1999 se puede estimar que llegan a cercade 20 millones de dólares(8).

En consecuencia, se puede estimar que en1990 las exportaciones de granos básicos,musáceas, tubérculos, ganado en pie, y quesos,no alcanzaba los 2 millones de dólares. Sinembargo, a fines de la década, todos estosrubros pueden estar significando exporta-ciones del orden de US$ 80 millones, equiva-lentes a cerca del 20% de las exportacionesagropecuarias nicaragüenses(9). Cabe indicarque no se está hablando de lo que habitual-mente se llama productos agrícolas no tradi-cionales destinados a países del Norte, sino deproductos de origen fundamentalmentecampesino y de medianos productores desti-nados a los países vecinos(10) .

Existe otra dimensión de la apertura comercialen las zonas rurales, expresado fundamental-mente en el incremento de las importaciones

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alimentarias, que pasan de cerca de US$ 50millones en 1990 a US$ 238 millones en 1999.Obviamente, existe un efecto sobre la produc-ción interna de alimentos de tipo negativo;pero, por otro lado, tiene otro efecto que cabedestacar.

En las zonas rurales, las principales actividadesno agrícolas corresponden a trabajos estatalesy a labores comerciales, y particularmente alcomercio minorista que vende alimentos yotros productos básicos. Es muy fácil observara lo largo de Nicaragua la existencia de estas"ventas" con productos básicos, en buenamedida importados. En las décadas anteriores,la diversificación de los productos era menor,(antes de 1980), o existieron grandes limita-ciones o restricciones legales (en la década delos 80).

Una importancia de este estrato de las activi-dades rurales no agrícolas es que genera már-genes netos por día de trabajo superiores a losjornales pagados en la agricultura, y puedensignificar fundamentalmente una ampliaciónde la PEA por mayor incorporación de lamujer a la generación directa de ingresos mo-netarios en las familias. Por otro lado, laimportancia de la ampliación de las vías decomunicación facilitó también esta ampliaciónde las actividades comerciales en pequeñaescala en las zonas rurales; (para el incrementode caminos, véase el cuadro 11).

2.2.2 El ajuste estructural y el sector agropecuario

El ajuste estructural, (expresado en la búsque-da de un marco macroeconómico estable, libreconvertibilidad del córdoba respecto al dólar,

control del déficit fiscal, y apertura comercialexterna e interna, que buscaría superar eldéficit externo de la economía), ha tenidootras consecuencias para el desenvolvimientode la agricultura nicaragüense, y también vin-culaciones estrechas con pobreza rural.

Se afirma que, viendo el conjunto de la déca-da, ha prevalecido un tipo de cambio con unsesgo anti-exportador y por tanto, pro-impor-tador (PROVIA, 2001), unido a una política dereducción de barreras arancelarias y no arance-larias. Aunque en los últimos años de los 90,se hicieron algunos ajustes arancelarios quealentaron la producción nacional de arroz ylácteos. En los cuadros 3 y 6, pueden obser-varse importantes cambios en el balance exter-no del sector agropecuario nicaragüense.

Balance externo del sector: Observando 20años de desenvolvimiento, se comprueba unareducción marcada del balance neto de divisasgeneradas por el sector, cerrando hacia el finalde la década de los 90, con un saldo mínimoentre exportaciones agropecuarias e importa-ciones agropecuarias (ver cuadro 3). Por otraparte, en el cuadro 6 se comprueba que eldesequilibrio del sector, en el comercio exte-rior, se ha dado por un formidable incremen-to de las importaciones de alimentos para con-sumo humano o animal; esto, obviamente, hasido consecuencia de la sumatoria del tipo decambio pro-importador, unido a menores ba-rreras arancelarias o no arancelarias, y a ladesactivación de la producción nacional, tantoagropecuaria como agroindustrial.

Reducción de la capacidad operativa del sec-tor: Otro impacto importante del ajusteestructural ha sido la importante reducción dela capacidad operativa del sector público

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agropecuario, particularmente de los gastoscorrientes del MAG-FOR, INTA, INRA;aunque las inversiones de capital, fundamen-talmente por la vía del IDR, crecieron de ma-nera significativa en la década. A la vez, caberecordar que sólo el 15% de los productorestienen acceso a la capacitación tecnológica, yque sólo un tercio de ellos lo hace a través deuna instancia estatal, según la EncuestaNacional Agropecuaria, 2000. Esta situacióntiene relación con el estancamiento prolonga-do de los rendimientos de las principalesactividades, y el predominio casi exclusivo dela vía extensiva de crecimiento, con su efectosobre el avance de la frontera agrícola y ladestrucción de recursos forestales.

Se estima que para el periodo 2000-2001, losgastos de capital para el sector agropecuariofueron cubiertos en un 83% por fondos exter-nos; 85% en el caso del MAGFOR, y 81% enel caso del IDR (Banco Mundial, 2001:48).

Capacidad prepositiva y estratégica del sector

La disminución de los gastos corrientes delsector público agropecuario, el drenaje perma-nente de recursos humanos calificados, no hanpermitido construir a lo largo de la década unaEstrategia de Desarrollo agropecuaria y ruralsistemática y consensuada entre los mismosactores del sector público rural, entre el sectorpúblico y las instancias no gubernamentales, ycon (y entre) los distintos actores de la coo-

peración internacional, que han cubierto enalto grado los gastos del sector. No deja deser una ironía que los gastos corrientes del sec-tor agropecuario representan menos del 2% delos gastos corrientes del gobierno central(Banco Mundial, 2001:42)

2.3 Dinámica de la produc-ción agropecuaria y de losrendimientos en los princi-pales rubros (11)

a) Con una base 100 puesta en 1978, la pro-ducción agropecuaria presentaba un índice de66 en 1989 y de 65 en 1993, cuando se hizo laprimera medición de pobreza a gran escalamediante el método de línea de pobreza, paraalcanzar en 1999 un índice de 96 respecto alaño base de 1978. Obviamente, visto a largoplazo, significa una persistencia delestancamiento agropecuario; máxime si cal-culáramos estos índices en relación con elcrecimiento poblacional, que entre fines de los70 y finales de los 90, tuvo un crecimientoanual acumulativo del orden del 3% anual.

b) Sin embargo, cabe señalar, relativamente, elcrecimiento de los años 90, con una tasa decrecimiento superior al 4% anual. Másdestacable, como puede verse en el cuadro 10,es que los principales incrementos productivosse lograron en distintos tipos de unidades deproducción. En primer lugar, cabe ubicar la

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(11)En el análisis de este punto se recogen percepciones de Oscar Neira, director de Políticas del MAG-FOR; Mario Arana, Ministrode la Setec; y Horacio Rose, consultor principal de PROVIA.

fuerte expansión cafetalera que pasa de932.000 quintales cosechados en 1989, concifras similares en 1993, a un poco más de 2millones de quintales en el año 1999. Es claroque la crisis cafetalera mundial, que estalló enel año 2000, crea condiciones futuras deextrema vulnerabilidad a esta actividad.

c) Pero, desde el punto de vista de la produc-ción agropecuaria, y sus enlaces para generaringresos y salarios, y encadenamientos conotras actividades (beneficiado húmedo, seco,transporte de insumos y de productos, activi-dades de las casas comerciales, etc.), la expan-sión cafetalera de los 90 es remarcable. Esto esmás fuerte cuando se observa la estructuraagraria asociada al cultivo del café enNicaragua, tal como puede verse en el cuadro12.

d) Muy distinta de la existente en países comoEl Salvador o Guatemala, y con rasgos mássimilares a las estructuras cafetaleras deHonduras y Costa Rica; en el sentido que, enestos tres casos, más marcadamente enHonduras, existe un peso muy importante enla producción de un amplio estrato depequeños y medianos productores(Baumeister, 1994:437-494).

e) En los años 90, independientemente deldesenlace observable a fines de la década, selogró la cosecha cafetalera más grande de lahistoria del país, superando a la cosecha de1982/83 que tenía el récord anterior (vercuadro 10 para la evolución de la cosechas).En la recuperación y expansión jugaron variosfactores, algunos ya indicados: pacificación

que posibilitó que zonas anteriormente deguerra, se recuperaran por esfuerzo propio deproductores familiares, muchos de ellos prove-nientes de antiguos cooperativas de produc-ción, desmovilizados de las fuerzas militares, ydonde existieron apoyos crediticios para larenovación de cafetales.

f) El marco macroeconómico coadyuvó paraque se ampliaran otras formas de acceso alcrédito, tal como el otorgado por las cosascompradoras de café, o proveedores deinsumos, y de créditos de micro-financieras noconvencionales, en el marco de una reducciónmarcada del crédito formal otorgada por labanca comercial, particularmente hacia lospequeños y medianos productores.

g) Por otro lado, existió un importante cre-cimiento de la actividad azucarera, concentra-da en grandes plantaciones agroindustriales, ycon un sector de trabajadores especializadosen el corte de la caña (ver cuadro 10, paraobservar la evolución de la produccióncañera); también en este rubro, a fines de los90, se alcanza la cosecha más grande de la his-toria del rubro.

h) El mismo cuadro 10 permite observar elimportante crecimiento de la actividad de gra-nos básicos, principalmente los cultivados porestratos campesinos, como son el maíz y el fri-jol. En 1989, ambos cultivos sumaban anual-mente 435.000 manzanas; para 1999, alcanza-ban 661.000 manzanas. O sea, un incrementode 226.000 manzanas. La ampliación del áreatiene que ver con el crecimiento natural de lapoblación, el reasentamiento de zonas de gue-

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rra anteriormente no cultivadas, la aperturacomercial del mercado centroamericano, par-ticularmente el mercado salvadoreño.

i) Una nota muy importante de este procesoagrícola de los 90, es que los rendimientos porunidad de superficie no aumentaron; sino queson similares a los existentes en los años 70 u80; incluso la reducción de vías formales decrédito permite suponer que los rendimientospueden haberse reducido, debido a que la uti-lización de insumos químicos tales como fer-tilizantes, puede haber disminuido.

j) El efecto agregado de estos incrementosproductivos ampliaron la población económi-camente activa agropecuaria. Independien-temente de que los cálculos pueden tenersupuestos de tipo tautológico (tales como el decalcular el empleo como función del cre-cimiento de la producción), cabe señalar que latasa de crecimiento del empleo agropecuariofue del orden de 6,3% anual entre 1989 y 1999( para los datos básicos, véase el cuadro 5).

k) En síntesis, existió un importante cre-cimiento extensivo que, observado desde elpunto de vista del hogar del productor, y portanto en sus niveles de ingreso, han coexistidodistintos procesos. Por un lado, los estratosque por determinadas limitaciones no puedenaumentar el área trabajada, y por tanto ante elmantenimiento de los rendimientos, los efec-tos de este patrón extensivo son muy limita-dos, descansando exclusivamente en los posi-

bles cambios en los precios realmenterecibidos.Otro segmento que se benefició de la expan-

sión de tipo extensivo por tener tierra y capitalde trabajo suficientes. Y, por último, el seg-mento de "nuevos" productores efecto de laincorporación de desmovilizados de las fuer-zas militares, ex-obreros agrícolas de lasempresas estatales o miembros de antiguascooperativas de producción desmembradas entierras ya incorporadas a la superficie en fincas,pero fundamentalmente por ganar tierras a lafrontera agrícola o en tierras abandonadasdurante el conflicto bélico.

Mientras que la población rural creció entrefines de los 80 y fines de los 90 a una tasa anualde 1,6%; el número de productoresagropecuarios lo hizo a un ritmo de 2,3%anual (12 ).

2.4 Capacitación tecnológi-ca e iniciativas de agricul-tura sostenible

En Nicaragua sigue prevaleciendo un fuertepatrón extensivo, con bajos rendimientos porunidad de superficie. Comparativamente, es elpaís de la región de menor productoagropecuario por unidad de superficie, talcomo puede verse en el cuadro 4.

Según estimaciones de la Encuesta Nacional

11

(12) La tasa de crecimiento surge de estimados de CELADE, y el número de productores se toma de ESDENIC, 1985; 152.308productores privados, y 195.195 productores independientes, según tabulaciones especiales de la ENMV,1998.(13) El INTA proporciona otra información; según sus registros, en el primer trimestre del 2002, las distintas firmas de asistenciatécnica promovidas por esta institución habrían llegado a cerca de 46.000 productores; estimando el universo total en alrededor de290.000 productores, según MAG-FOR, darían cobertura al 15,8% de los agricultores.

Agropecuaria del MAGFOR, 2000, el 15% porciento de los productores reciben capacitacióntecnológica; en la composición de los ofe-rentes de esos servicios, se señala que el 33%de los productores recibe la capacitación porparte de instancias estatales, 58% por parte deONGs, y un 9% por otros canales, que se esti-ma corresponden a empresas privadas de asis-tencia técnica.

Otras estimaciones disponibles dan imágenessimilares; de acuerdo con una Encuesta deFideg para el año 2000, la asistencia técnicadirigida a hogares rurales indica que el 32% esejercida por el Estado, 67 % por parte deONGs/Gremios (Agurto & Guido,2001:82). (13)

Dos constataciones surgirían: (i) la proporciónde agricultores es baja, sólo un 15% encualquiera de las modalidades; incluso los quepuedan recibir asistencia técnica directa, noexclusivamente capacitación tecnológica,deben ser aún más reducidos. De acuerdo contabulaciones de (EMNV, 1998), el 8% de losproductores agropecuarios recibe "una visitade un técnico del MAG/INTA" (Corral &Reardon,1999:cuadro 2); (ii) los rendimientosno han logrado mejorarse de manera agregada,para el conjunto de los productores, tal comolas bases de datos disponibles no indican.

En este marco, de cara a la discusión de la

problemática de la pobreza rural, es conve-niente considerar la existencia de un conjuntode iniciativas no gubernamentales que, proba-blemente, aparecen reflejados en las tabula-ciones de la Encuesta Nacional Agropecuariadel MAGFOR 2000, antes mencionada. Deacuerdo con esas tabulaciones, las capacita-ciones ofrecidas por ONGs alcanzarían a unaestimación que puede ubicarse, gruesamente,en alrededor de 25.000 agricultores (un 58%del 15% de 290.000 agricultores).

Dentro de ese universo se ubican experienciasinteresantes, centradas en: promoción de téc-nicas de conservación de suelos y agua;fomento de prácticas orgánicas de fertiliza-ción y control de plagas, cercas vivas, cultivosde cobertura, y economía de patio. Dentro deese sector se destacan experiencias tales comolas del PCAC, UNICAM, INPRHU, CRS,ADDAC, CARITAS. Globalmente, puedeestimarse que alrededor de 30.000 produc-tores y productoras de muy pequeña escala detenencia de la tierra, ge-neralmente ubicadosen tierras de laderas, logran incorporarse aalgunas de las técnicas mencionadas. PCACpuede tener alrededor de 11.000 productoresque incorporan estas técnicas y UNICAM,alrededor de 1.700(14) y (15) . Hay consenso acer-ca de que estas experiencias ahorran la comprade algunos insumos externos; mejoran la fer-tilidad de la tierra; intensi-fican la producciónpor la incorporación de nuevos cultivos, de

12

(13) El INTA proporciona otra información; según sus registros, en el primer trimestre del 2002, las distintas firmas de asistenciatécnica promovidas por esta institución habrían llegado a cerca de 46.000 productores; estimando el universo total en alrededor de290.000 productores, según MAG-FOR, darían cobertura al 15,8% de los agricultores.(14) Para PCAC, según información de Jorge Irán, miembro del equipo nacional del PCAC, y para UNICAM (Universidad Campesina),entrevista con Elvis Pérez.(15) Un recuento de las experiencias de agricultores incorporados a estas dinámicas se encuentra en UNICAM, AnálisisSocioeconómico comparativo de 11 diagnósticos participativos de finca realizados en tres zonas agro- ecológicas de la Región I, LasSegovias, durante el período 1995-1998, Estelí, marzo 2000.

autoconsumo o para la venta, generan másfuentes propias forestales; e impulsan meca-nismos sencillos de riego.

Dentro de esta modalidad de agricultura enpequeña escala se incluyen las experiencias deeconomía de patio, impulsadas en las inmedia-ciones de las casas campesinas, por parte demujeres, que crían animales menores, frutas yhortalizas. Estudios de caso de diversas insti-tuciones arrojan que los ingresos generadospor los patios relativamente mejorados oscilanentre 75 centavos y 1,14 dólares por día (infor-mación de FONDEAGRO, 2001 y 2002).Estos ingresos son cercanos a lo generado porel salario diario de un jornalero (ver cuadro 8para los salarios agrícolas).

2.5 Distintas formas degeneración de créditosrurales

La producción agropecuaria descendió sensi-blemente, en especial en la segunda mitad de ladécada. El contexto institucional, y las políti-cas generalizadas de subsidios, amortiguaronparcialmente este proceso sobre los segmentosde productores que tenían acceso a los crédi-tos de la banca estatal, a insumos subsidiadoso a tierras entregadas por la reforma agraria. Afines de los años 80 se puede estimar que el53% de los productores agropecuarios,

incluyendo pequeños, medianos y grandesproductores, tenía acceso a los créditos delBanco Nacional de Desarrollo(16) .

En los años 90, se produce un proceso pro-gresivo de reducción de la banca estatal defomento para desaparecer a mediados de ladécada. La banca comercial privada ha trabaja-do con un segmento relativamente reducidode productores, y existen otras expresionesque han tomado importancia, que genérica-mente son llamadas como instituciones decrédito no convencional, o institucionesmicro-financieras. Se estima que, hacia el año2000, aproximadamente 28.000 productores,pequeños y medianos, recibían crédito por lasinstancias agrupadas en ASOMIF (17).

En consecuencia, se puede estimar que el6,5% de los productores tiene acceso al crédi-to formal (Corral&Reardon, 1999); comple-mentando con la información de las microfi-nanzas, puede llegarse a una cifra cercana al21% de los productores.

Es muy probable que esta proporción puedaser mayor si se incluyen otras instancias cre-diticias no formales, o proyectos de coo-peración internacional que utilizan otroscanales de distribución de recursos crediticios.Podría aceptarse que por esta vía de accesodirecto al crédito pueden ubicarse 1/4 de losproductores agropecuarios(18) y (19) .

13

(16) En 1988, los clientes agropecuarios del Banco Nacional de Desarrollo alcanzaban a 80.511 (CIERA, 1989, TOMO IX, pág. 329,y los productores pueden estimarse en alrededor de 152.000, basados en ESDENIC, 1985.(17) Entrevista con el coordinador de ASOMIF, Lic. Gutiérrez.(18) Otras fuentes dan cifras similares: Provia estima que el 20% de los productores tiene acceso al crédito rural (Provia, 2001:16).(19) A fines de 2000, antes de las quiebras de Interbank y Bancafe, se estimaba que los créditos de los exportadores de café y aprovi-sionadores de insumos, alcanzaba a un poco menos de US$ 30 millones, equivalentes al 11% de todo el crédito para el sector ruraldisponible a esa fecha ( Juan Rodríguez, 2001, MAGFOR).

Sin embargo, tal como se mencionó anterior-mente, el contexto macroeconómico prevale-ciente, la apertura comercial interna y externa,y el desarrollo de actividades no gubernamen-tales asistidas por la cooperación interna-cional, en parte compensó la reducción delcrédito formal, y llega a instancias depequeños productores que no califican en losparámetros normales de la banca conven-cional.

Una encuesta nacional para 1999 establecepara los hogares rurales que los porcentajespor los montos de crédito recibidos son lassiguientes: bancos privados, 25%; bancosestatales, 1,5%; ONGs/Proyectos/Gremios,68,2%; y prestamistas, 5,3% (Agurto,2001:cuadro 4.2).

En rubros tales como el café, el papel de lascasas exportadoras es significativo comofuente de crédito, fundamentalmente paragarantizar el capital de trabajo necesario parala recolección de la cosecha. De esta forma, sevolvieron más complejas las formas de crédito,combinando crédito formal, no convencional,y crédito de los sectores comerciantes, tantopara compradores de productores comoabastecedores.

Sin embargo, señalar esto no significa que laausencia de formas de crédito a largo plazo, para capitalización de los productores, siendouna asignatura pendiente significativa.

En última instancia, se quiere señalar que estaformas diversas de crédito jugaron un rol enexplicar el crecimiento agropecuario de los 90,y que se lograran cosechas récords en produc-tos claves, tales como café, azúcar, maíz o fri-jol. Con todo, muchas de las formas crediticiasindicadas presentan problemas de sostenibili-dad, en unos casos porque no permiten cubrirlos costos operativos de los intermediariosfinancieros y, en otros casos, porque las tasasque cobran, los plazos que fijan, y las garantíasque exigen, no son compatibles con las posi-bilidades de un segmento muy extendido depequeños y medianos productores.

2.6 Generación de puestosde trabajo y remunera-ciones (20)

En los años 70, la estacionalidad del empleorural era muy elevada, y en momentos "picos"de las cosechas de los principales cultivos(café, algodón, caña de azúcar) durante laestación seca se concentraba una proporciónmuy elevada de la población en edad activarural, tal como puede observarse en en cuadro13. Sin duda, una de las más elevadas en com-paración a cualquier país subdesarrollado(Baumeister,1994).

En los años 80, esa proporción desciende mar-cadamente, pero se mantiene un importantesector de trabajadores asalariados agropecua-

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(18) Otras fuentes dan cifras similares: Provia estima que el 20% de los productores tiene acceso al crédito rural (Provia, 2001:16).(19) A fines de 2000, antes de las quiebras de Interbank y Bancafe, se estimaba que los créditos de los exportadores de café y aprovi-sionadores de insumos, alcanzaba a un poco menos de US$ 30 millones, equivalentes al 11% de todo el crédito para el sector ruraldisponible a esa fecha ( Juan Rodríguez, 2001, MAGFOR).(20) La importancia de observar los cambios en las tasas de participación laboral, y la evolución del número de perceptores de ingre-sos por hogar, sea por vía formal o informal, fue enfatizado por la Lic. Renzi, del PNUD.

(21) Obviamente, pueden haber problemas de comparación entre una Encuesta y un Censo; sin embargo, las diferencias son sufi-cientes marcadas para permitir hacer derivaciones analíticas.

rios, ubicados en las empresas estatales,grandes cooperativas de producción, y el sec-tor privado grande. Cerca del 43% de la PEAagropecuaria estaba constituido por personasbásicamente asalariadas; también una propor-ción elevada si la comparamos con países si-milares, particularmente hacia países asiáticoso africanos atrasados.

En el cuadro 5, puede verse que, independien-temente de la fuerte caída del producto, elempleo estimado no lo hace al mismo ritmo, eincluso se incrementa el sector de trabajadoresagropecuarios afiliados al INSS, el sector más"formalizado" de los trabajadores agrícolas;por cierto, la productividad del trabajo cae sig-nificativamente.

En los primeros años de los 90, se reducen lasoportunidades laborales para los trabajosasalariados, producto de los profundos cam-bios institucionales (por ejemplo, la desapari-ción del Estado como empleador agrope-cuario), se reduce marcadamente la coberturadel seguro social en las zonas agropecuarias(ver cuadro 5), y continua la retracciónagropecuaria; en 1995 el índice del productocon base en 1978 se ubicaba en 74. La pro-porción de asalariados en la PEA agropecua-ria desciende de 43% en 1985 a 33% en1995(21). De este modo, se dio un mayor pesoa la población activa no asalariada (traba-jadores por cuenta propia y familiares noremunerados), fuertemente asociados en todoel período a la expansión de granos básicos, yde una parte de la producción cafetalera.

Sin embargo, es de notar que a partir de 1995empiezan a recuperarse fuertemente los

volúmenes de producción de café, algo nocaptable necesariamente por las fuentescitadas que midieron el empleo existente el 25de abril de 1995, en el Censo de Población le-vantado en ese momento.

Un indicador aproximado que nos permite verla dinámica agro-exportadora, resulta al obser-var las exportaciones agropecuarias; enpromedio, entre 1990 y 1994 las exportacionesllegaron a US$ 205 millones; mientras que enel quinquenio 1995-99, la media fue de US$312 millones (ver cuadro 6).

En la segunda mitad de los 90, se observa elmayor crecimiento del producto y por tantodel empleo; la tabla 7 muestra que, hacia 1998,la tasa bruta de participación de la poblaciónrural se había elevado de 31,7% a 36,5% ; eincluso la proporción de asalariados agro-pecuarios con relación a la PEA agropecuariase elevaba al 39%.

Sin embargo, este incremento en la propor-ción de activos sobre la población total, eincluso el crecimiento de posiciones de tipoasalariado dentro de la población activa delsector, se hace dentro del siguiente contexto:

(i) las remuneraciones de los asalariados tien-den a deteriorarse a lo largo de la década, talcomo puede verse en el cuadro 8.

(ii) la productividad del trabajo medida por larelación entre el producto y la PEA, y portanto también los ingresos de los no asalaria-dos (independientes y trabajadores familiaresno remunerados) tienden a la baja, y resultan

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sensiblemente inferiores a las existentes 20años antes (ver cuadros 5 y 8).

A la vez, la inserción de los ocupados ruralesmuestra otras características. Primero, elempleo rural no agrícola está concentrado fun-damentalmente en actividades micro-empre-sariales; del total del empleo rural no agrícola,este sector suma, aproximadamente, el 63%del empleo rural no agrícola; a la vez, otro14% está compuesto por personas que traba-jan en el servicio doméstico (tabulacionesespeciales de la EMNV, 1998).

Segundo, el 61,3% de los trabajadores asalaria-dos agropecuarios lo hace en fincas donde eltotal de trabajadores, incluyendo los noasalariados, no supera las 10 personas ocu-padas. Indicio del peso la de pequeña y me-diana producción pero, a la vez, de insercioneslaborales precarias, con periodos intermitentesde ocupación asalariada, dependiendo de losciclos productivos agrícolas, y de las posibili-dades de capital de trabajo de estos estratos deproductores.

En tercer lugar, los salarios recibidos en laagricultura son, en Nicaragua, sensiblementeinferiores a los alcanzados en los países veci-nos tal como puede verse en el cuadro 14, y enel cuadro 8, donde se comprueba que el salarioagrícola tiende a tener una menor capacidadadquisitiva a lo largo de la década.

En cuarto lugar, tendencialmente se ha incre-mentado el peso de la población rural no agrí-cola; que pasa de 20% de la población activaen 1971 a 34% en 1998, (ver cuadro 9).

Normalmente, el ingreso por día de trabajo enactividades no agrícolas es superior a los ingre-sos obtenidos en las actividades agrícolas. Enun estudio de campo, realizado en 1998, seestableció, por ejemplo, en dos municipios,que el salario en actividades no agrícolas era,en promedio, 50% superior al salario diarioagrícola, y el ingreso en actividades deautoempleo no agrícola (comercio minorista)era en promedio 25% al obtenido por un jor-nalero agrícola (Baumeister,1999).

En los 90, la ampliación de la oferta de pro-ductos básicos fundamentalmente importados,junto con la ampliación de la infraestructurafísica (caminos, electricidad,) potenciaron lasactividades de la pequeña y micro-empresacomercial rural, lo cual explica el peso relativocreciente de este segmento en la PEA rural(ver cuadro 9).

2.7 Dinámica demográficarural, migraciones internasy externas

Nicaragua presenta una característica sociode-mográfica importante: mientras que supoblación es crecientemente urbana, las baseseconómicas de sustentación son fundamental-mente vinculadas al sector primario (agricul-tura, actividades forestales, mineras o pes-queras), o costero, en zonas poco urbanizadas(tal como es el caso del turismo). Y esta dico-tomía se profundizó en los años 90, al obser-var que cerca del 60% de la población es

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urbana, y el peso en el Producto y en lasexportaciones de los productos primarios, essuperior al que existía en los 80 o los 70, por lareducción del peso de la industria vinculada almercado común centroamericano.

La población rural sigue creciendo a tasas ve-getativas importantes, lo cual conlleva impor-tantes procesos de migración interna hacia lasciudades e incluso existen importantes proce-sos de migraciones internas de tipo rural-rural,en dirección hacia las tierras de frontera agrí-cola. (22)

En los 90, se han mantenido estos procesos,con importantes crecimientos de las pobla-ciones urbanas, tanto de Managua, como prin-cipalmente de muchas cabeceras departamen-tales y municipales de zonas del interior delpaís, y un asentamiento rural en zonas de fron-tera agrícola, ya señalado en relación con laexpansión de algunos granos básicos, tal comoen la recuperación y ampliación de la actividadcafetalera. Municipios como Wiwili, El Cua-Bocay, Waslala, Paiwas, Siuna, crecen a tasaselevadas, tanto en sus núcleos urbanos comoen sus áreas rurales.

Sin embargo, el fenómeno más importante delos años 90 ha sido la emergencia de fuertesmigraciones al exterior, tanto permanentescomo estacionales, dirigidas a los países veci-nos o a los Estados Unidos.El incremento significativo de emigrantesinternacionales nicaragüenses es un fenómenorelativamente reciente, particularmente a partir

de mediados de los años 80, y fundamental-mente de los años 90.

En los años 70 y 80, los nicaragüenses censa-dos en el exterior no superaban el 3% de lapoblación total del país. Por el contrario, afines de los años 90 se puede estimar que esaproporción, a partir de estimaciones conser-vadoras, no es inferior al 12% de la poblacióntotal. Esta situación ubica a Nicaragua dentrode los países de América Latina con mayorproporción de población en exterior.

Antes de mediados de los años 80, habían exis-tido desplazamientos de nicaragüenses al exte-rior, fundamentalmente a Costa Rica desde losaños 30, y también a los Estados Unidos, peroen magnitudes relativamente pequeñas querepresentaban proporciones inferiores al 3%de la población del país en el exterior.

Las evidencias muestran que las migracionesinternacionales han crecido significativamenteen las últimas dos décadas con la peculiaridadrespecto a otros países similares, que el flujoprincipal se está concentrando en Costa Ricaque, por razones de proximidad, idioma,condiciones relativas de acceso, etc., ofrececondiciones muy diferentes a los destinos losde Estados Unidos o Canadá. Las perspecti-vas para las próximas décadas indican queNicaragua tiene un gran potencial para gene-rar migrantes por cinco razones:

(i) la tasa de crecimiento de la población enedad activa será una de las más altas del

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(22) Un indicio lo podemos observar en las tasas de crecimiento del área urbana del municipio de El Cua, una zona de guerra en los80; entre 1989 y 1998, la tasa acumulativa de crecimiento de la población ha sido del 9,5% anual. Esto es producto del regreso depoblación luego del conflicto, del asentamiento de desmovilizados, del mejoramiento de la infraestructura de caminos y de electrici-dad, del auge cafetalero y ganadero en la zona, y acciones de desarrollo rural por parte del gobierno y la cooperación internacional.Rafael Romero de Arce,1999 Esquemas de Desarrollo Urbano, Alcaldía Municipal de El Cua-Bocay, Proyecto Cua-Bocay, Documentofinal

mundo, muy superior a Costa Rica, losEstados Unidos, México o Canadá

(ii) la generación de empleo se hace en condi-ciones de baja productividad y de ingresos, altiempo que existe una proporción relativa depoblación en situación de desempleo abierto

(iii) los cambios demográficos y educativosen países como Costa Rica, los EstadosUnidos, requieren de la importación masiva demano de obra, particularmente, para puestosde trabajo relativamente menos remuneradoso basados en el trabajo manual intensivo

(iv) si bien en los países desarrollados existencambios tecnológicos que ahorran mano deobra, es evidente también que en muchasactividades productivas, comerciales y de ser-vicios se ha ampliado la demanda de mano deobra de bajos ingresos, lo cual alienta los pro-cesos migratorios

(v) la educación formal universitaria seextiende en el mundo no desarrollado más re-lativamente que las inversiones productivasbasadas en alta tecnología, o en rubros querequieren mano de obra altamente calificada.En consecuencia, las migraciones están acom-pañadas del drenaje de cerebros o de personasformalmente calificadas. Nicaragua no escapaa ninguno de los factores enumerados.

Migrantes a Costa RicaEn los contingentes hacia Costa Rica, cerca del44,5% de los migrantes permanentes son de

origen rural, mientras que de los que se dirigena los Estados Unidos sólo el 13% son de ori-gen rural. Por otro lado, los migrantes esta-cionales hacia Costa Rica muestran un perfilmás rural, con sectores importantes de fuerade la macro-región del Pacífico.

Se puede estimar en unos 60.000 losnicaragüenses trabajando estacionalmente enla agricultura costarricense (23). Estas estima-ciones suponen que los nicaragüenses recogenel 67 % de las naranjas, el 45% del banano, el50% del melón, el 83% de la caña de azúcarcosechada manualmente, el 63% de los traba-jadores asalariados en el momento pico de lacosecha 2000-2001 (primera quincena deenero del 2001), y el 75% de los recolectoresde frijoles (Baumeister, 2001).

Es evidente que, en los 90, estos procesosmigratorios han generado ingresos adicionalesa las familias rurales tanto del Pacífico comode zonas del interior del país. En el cuadro 18,puede observarse la distinta procedencia de losmigrantes permanentes y estacionales a CostaRica, donde se destaca que los migrantes esta-cionales dirigidos fundamentalmente a lasactividades agrícolas, provienen fundamental-mente de zonas del interior del país. En sínte-sis, las remesas enviadas por los familiares queestán permanentemente en el exterior y losingresos obtenidos directamente por losmigrantes estacionales, jueguen un papelimportante en la estructura general de losingresos de estratos pobres(24). Constituyenbase para sustentar el fondo de consumo, la

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(23) Otra fuente permite estimar cifras relativamente similares. Proyectando los datos de la encuesta de Fideg, se establece que losmigrantes estacionales al exterior de origen rural son, aproximadamente, 50.000 personas (cálculos propios sobre los parámetros de laencuesta de Fideg, para 1999, en Agurto, 2001: cuadro 1.7).(24) El énfasis en la importancia de esta dimensión fue señalado por la Sra. Renzi.

(25) El énfasis en los esfuerzos en infraestructura fueron señalados por Jaime Cofre y Carlos Lacayo.(26) Los datos de 1985 calculado sobre la tabla I.8 de ESDENIC 1985, VOL I:70; para 1998, en INEC, Encuesta Nacional de Hogaressobre medición de nivel de vida.(27) El énfasis en esta temática fue planteada por el señor Carlos Lacayo.

formación de capital de trabajo agrícola, y laacumulación de activos de las familias recep-toras.

2.8 Crecimiento de lainfraestructura física(escuelas, centros de salud,caminos, etc.)(25)

Los altos niveles de pobreza medidos por elagregado del consumo o los ingresos, coexis-ten con altos niveles de necesidades básicasinsatisfechas, tanto al interior de la vivienda(agua potable, letrinas, electricidad, espaciospor persona) como externos a la misma(escuelas, centros de salud, caminos y trans-porte colectivo).

En los 90, en alto grado determinado por lafuerte presencia de la cooperación interna-cional, se realizaron importantes esfuerzos enla ampliación de la infraestructura física, talcomo puede observarse en el cuadro 11. Cabedestacar el importante crecimiento de lainfraestructura de caminos rurales, indicadosen esta tabla como caminos de estación seca,que crecen de manera significativa. De igualmodo, son importantes los crecimientos enacceso a agua más segura y a algunos serviciossanitarios. Cabe señalar que los datos disponibles mues-tran también avances en la reducción de la

mortalidad infantil y una tendencia a la reduc-ción de las tasas de natalidad. En el rubro de laeducación, los logros en temas tales como alfa-betización no son significativos. Se estimabaque, en 1990, el 21% de la población del paísmayor de 15 años era analfabeta; para 1998,esa proporción había crecido al 23,4% ( In-forme de Desarrollo Humano 2000:159).

En las zonas rurales, visto desde una perspec-tiva de más largo plazo, se observa que, para lapoblación mayor de 10 años, se estimaba para1998 que los analfabetos representaban el 33%ciento de la población. En comparación, caberecordar que para 1985 se estimaba para lapoblación rural mayor de 10 años una tasa del40% (26).

2.9 Redes de ProtecciónSocial y Asistencia DirectaAlimentaria a FamiliasCarenciadas(27)

Los procesos descriptos de incrementos de laproducción agropecuario y la ampliación de lademanda de mano de obra en las zonas ruralesha estado acompañado de acciones de protec-ción social y particularmente de asistencia ali-mentaria, particularmente en las zonas secasdel Pacífico y el interior Central, zonas deinundaciones del Atlántico, y otros gruposvulnerables ante fenómenos naturales, fuerte-

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(28) Esto surge de sumar 59.715 familias beneficiarias de las acciones del PMA/USAID como consecuencia de la sequía del 2001;5.000 familias que están dentro de la Red de Protección Social del FISE, en seis municipios , y que conectan la ayuda alimentaria amejoras en la desnutrición infantil y a la concurrencia a la escuela de los niños. Esto representa cerca del 16% de las familias ruralesdel país. Con fuentes no gubernamentales (religiosas y no religiosas) puede llegarse, fácilmente, a una cobertura de un 20% de las famil-ias rurales.

mente asociados con los grupos que tienenniveles más elevados de pobreza.

No existen informaciones adecuadas sobre laproporción de hogares rurales que hanrecibido asistencia alimentaria, tanto porentrega directa, programas de alimentos portrabajo, distribuciones de alimentos para gru-pos especiales, como niños en las escuelas omujeres parturientas. A la vez, las fuentes dedistribución de esta asistencia son varias, entrelas cuales pueden citarse el Programa Mundialde Alimentos (PMA), la USAID, la red de pro-tección social de FISE, y diversas fuentes nogubernamentales.

Adicionalmente, puede estimarse que lasfamilias, fundamentalmente rurales, que hanrecibido asistencia alimentaria a fines de losaños 90, están en alrededor de, por lo menos,65.000 familias (28).

Para el período 2002-2006, sólo por parte delPMA, está previsto dar asistencia alimentaria aun total de 452.000 habitantes, equivalentes al9% de la población total (La Noticia,4/05/02).

En consecuencia, en las mediciones depobreza habría que tener en cuenta estaimportante proporción de población, funda-mentalmente rural, que cubre parte de su

fondo de consumo por distintas vías de asis-tencia alimentaria.

Junto con la entrega de alimentos para gruposvulnerables (niños en edad escolar, madres,lactantes, poblaciones afectadas por sequías uotros desastres naturales) existen otras activi-dades que apuntan a la conformación de unared de protección social, centrada en aspectosde nutrición infantil, alfabetización de adultos,permanencia de los niños en las escuelas pri-marias. Existen esfuerzos en distintas instan-cias gubernamentales; en 2001, se inició comoplan piloto del FISE una red de protecciónsocial, en cinco municipios que llega a alrede-dor de 5.000 familias, que busca combatir ladesnutrición infantil, entregando bonos ali-mentarios a las familias, y la permanencia enlas escuelas primarias ofreciendo bonos ymochilas escolares. Esta previsto extender estared a un total de 36 municipios, por parte delFISE.

La Estrategia Reforzada de CrecimientoEconómico y Reducción de Pobreza, aspectocentral de la estrategia gubernamental y de lacooperación internacional, que busca reducirsignificativamente la deuda externa, en un pro-ceso de varios pasos, aún no alcanzados, estácentrada en la reducción de la extremapobreza, con fuerte concentración en aspectosde salud y educación, en el marco del mejo-

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ramiento del capital humano. Sin embargo, losvínculos entre el mejoramiento en indicadoressociales básicos (desnutrición infantil, mortali-dad materna, finalización de la educación pri-maria, entre otros) y el hecho de dar máspotencial a las capacidades de generar ingresosen los estratos pobres, no están desarrolladosde manera sistemática. La Estrategia, de ma-nera implícita, "separa" los objetivos propia-mente sociales indicados de las alternativaseconómicas que están más concentradas enestratos de empresas medianas, grandes, y de

la inversión externa, pero en menor medida enla promoción de la pequeña empresa, tantourbana como rural, y particularmente haciaestratos pobres, vistos como actores económi-cos(29). Sin embargo, es importante recordarque la Estrategia Reforzada debió ser en buenamedida "adecuada" a los proyectos de arrastreque la propia cooperación internacional yagencias gubernamentales disponen(30).

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(29) Una revisión crítica de estos aspectos puede verse en Banco Mundial, 2001: Public Expenditure Review, Improving thePoverty Focus of Public Spending, 30 de octubre 2001; y en Towards a Social Protection Strategy for Nicaragua: a reviewof selected social programs in the PRSP Portafolio, 2 de febrero 2001.(30) El Sr. Arana menciona ese argumento ante los señalamientos anteriores. Si a esto se une la vinculación entre gastopúblico y compromisos de reducción del déficit fiscal, que están en la agenda habitual de los acuerdos con el FMI, se haceaún más complicado el panorama institucional de la Estrategia Reforzada.

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23

III. CONCLUSIONES 1. Las políticas y estrategias descriptas para los años 90 encuentranescenarios diferentes en la presente década desde la óptica de la miti-gación de la pobreza rural. En primer lugar, el recurso de ampliacióndel acceso del número de productores como consecuencia de másapertura de frontera agrícola, comienza a tener trabas básicas. En latabla 1 puede verse una trayectoria estilizada de 50 años, donde seinvierten simétricamente las proporciones corres-pondientes albosque primario y a la superficie agropecuaria en fincas; es posible queestas cifras no reflejen el deterioro real del bosque primario y el mayorincremento de la proporción de tierras en fincas. Con los actuales rit-mos puede imaginarse que la actual generación de población activarural podrá vivir (dentro de unos 30 años) el fin definitivo de la fron-tera agrícola; el fenómeno rural probablemente más importante desdelos tiempos pre-coloniales.

2. El recurso al patrón extensivo, estrechamente asociado al puntoanterior, debería dejarse de lado; esto supone una estrategia que inte-gre distintas iniciativas que mejoren los rendimientos por unidad desuperficie, en la agricultura y ganadería, dentro de parámetros com-patibles con el manejo de los recursos naturales, y las posibilidadeseconómicas de los pequeños productores. De lo contrario, si semantienen constantes los rendimientos, y las áreas trabajadas porunidad de producción son relativamente constantes, el alivio a lapobreza per capita será muy reducido en las zonas rurales. El cuadro4 nos permite ver qué efectos positivos podrían generarse en el sectorrural nicaragüense y la productividad media de la región centroameri-cana, de US$ 314 dólares por manzana en fincas de producto brutoagropecuario, fuera alcanzada en Nicaragua. Se podría multiplicar portres la actual producción.

3. La crisis cafetalera mundial, por la fuerte caída de los preciosrecibidos por los agricultores, plantea que la viabilidad del rubro pasa,exclusivamente, por mejoras significativas en calidad, penetración amercados especiales, desarrollo de marcas de origen, etc.. Pero en el

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2001-2002, se espera una reducción del orden del 30% con respectoal año anterior, y es muy probable que en el actual ciclo agrícola,(2002-2003), las reducciones sean aun más significativas. Las conse-cuencias sobre empleo, directo e indirecto, e ingresos son evidentes encualquier análisis sobre pobreza rural. Situaciones similares se indicanpara otros productos de agro exportación como ajonjolí, maní, cañade azúcar, tabaco habano, y actividades pesqueras.

4. Tal como se señala desde distintos análisis la recurrencia de "desas-tres naturales" (sequías, inundaciones, huracanes, etc.) son probable-mente más frecuentes y están asociados a manejos no adecuados delos recursos naturales y la ubicación de los asentamientos humanos. Elpatrón extensivo dominante presupone la existencia amplia de recur-sos naturales, lluvias, bosque, etc.. En consecuencia, las estrategias dereducción de pobreza rural, deberían tener más focalización en temastales como conservación de suelos y agua, reforestación, cambio en lasfuentes energéticas, barreras vivas, cosecha de agua, mini-riego, cam-bios en las fuentes de alimentación del ganado, control de quemas, yla importancia de la economía de patio.

5. Todos estos factores críticos están sobredeterminados por un fac-tor más complejo en Nicaragua, que pasa por las dificultades seriaspara la coordinación interinstitucional, la definición de estrategiasconsensuadas; esto abarca tanto a la cooperación internacional, agen-cias gubernamentales, organismos no gubernamentales, nacionales yextranjeros, organizaciones de productores y productoras, y organiza-ciones comunitarias en general. Hay fuertes limitaciones en la coor-dinación tanto en diagnósticos, estrategias, y acciones, observablestanto en las relaciones bilaterales entre los actores institucionales bási-cos, como en sus relaciones multilaterales.

6. La cooperación internacional ha jugado un rol decisivo tanto en losgastos gubernamentales, como en las acciones no gubernamentales.Son múltiples fuentes externas, con también variados esquemas yenfoques. Han habido concentraciones importantes de recursos exter-nos en ampliación de infraestructura física (caminos, letrinas, escuelas,centros de salud, electricidad, agua), regularización de la propiedad yapoyo a tecnologías, fortale-cimiento a la banca privada y a instru-mentos no convencionales de crédito, ayuda alimentaria, entre otrosrubros.

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Sin embargo, los problemas principales que subsisten y son una de lastrabas centrales, son fundamentalmente institucionales: cómo definirestrategias consensuadas de desarrollo sostenible entre los distintosactores mencionados. Sin duda, la lección más importante de la déca-da pasada nos señala el elevado costo económico, político y social decontar con Estrategias gubernamentales capaces de definir y orientarde manera consensuada los planes de desarrollo.

Implícitamente, aunque no es tema de este documento, hay quereconocer que estas ausencias de estrategias consensuadas son conse-cuencia, en buena medida, de las distintas perspectivas para lograrestabilidad política y económica en Nicaragua luego de un período deprofunda polarización que aún subsiste. Ese es un debate que involu-cra actores nacionales e internacionales; se han logrado avances en lainstitucionalización de ciertos espacios estatales, pero los "rezagos"institucionales siguen siendo elevados.

3.1 Políticas y recursos

El balance entre políticas, recursos puestos a disposición de los dis-tintos actores, y resultados alcanzados, es sumamente complejo. Enprimer lugar, el acceso a la tierra(31), independientemente, de losproblemas de propiedad no resueltos, de ventas importantes deactivos por parte de sectores ante-riormente beneficiarios de las refor-mas agrarias de los años 80 y de los primeros años de los 90 (que escuando se da la parcelación de las tierras antes colectivas, y se da acce-so a tierras estatales a trabajadores y desmovilizados de las fuerzasarmadas contendientes), y de los avances de frontera agrícola, el acce-so a tierra para producir cultivos de subsistencia se amplió en los años90, más de lo que existió en los 80, y particularmente en relación a losaños 70. Estamos hablando de que más del 75 de los hogares ruralestienen acceso a tierras propias o arrendadas; sin contar con las

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(31) Una comparación puede ser útil para este argumento: datos de 1998, de una encuestaaplicada con el mismo cuestionario para Nicaragua y Guatemala, arroja estos perfiles de losjefes de hogar masculinos que se dedican a la agricultura: Nicaragua, 65% trabaja en tierraspropias; 14% lo hace en tierras arrendadas, y 21% son asalariados agrícolas; en Guatemala,50% trabajan en tierras propias; 17% son arrendatarios, y 33% son asalariados agrícolas.Fuente: Tabulaciones especiales de las DHS respectivas. Ver tabla 15 y (Baumeister, 2001)para Guatemala.

(32) Si la cosecha fue de dos millones de quintales y se cosecha el 50% el mes de diciembre,con una productividad física media de 5 latas (del Norte) por día, se llegan a los 160.000 tra-bajadores en planilla; pueden ser más, por los ayudantes familiares no inscriptos en las respec-tivas planillas de pago.

economías de patio mejoradas. Esto ayuda a explicar el incremento delas áreas de granos básicos, junto con las posibilidades de vender a lospaíses vecinos, particularmente a El Salvador.

En segundo lugar, la ampliación de las cosechas de café y enmenor medida de caña, crearon empleos estacionales nuevos, mejo-rando ingresos. En los momentos pico de la cosecha de 1999 puedenhaber estado trabajando cerca de 160.000 trabajadores(32) , equivalentesal 25% de la población económicamente activa agropecuaria (cuadro5). Tal como se sabe, eso se detiene en el año 2000, y plantea inte-rro-gantes para el futuro inmediato.

En tercer lugar, las migraciones estacionales y permanentes aCosta Rica han generado salarios y remesas crecientemente significa-tivas. Particularmente, de las zonas rurales del Interior migran a lascosechas cafetaleras, cañeras, frijoleras, meloneras, bananeras, etc., deCosta Rica (cuadro 18). Pueden representar entre el 10 y 15% de lapoblación económicamente activa agropecuaria del país.

En cuarto lugar, la ayuda alimentaria puede estar llegando a cercadel 20% de las familias rurales de Nicaragua, contribuyendo al fondode consumo, particularmente hacia la situación de los hogares enextrema pobreza.

En quinto lugar, cerca del 15% de los productores deben estar en pro-gramas de crédito no convencionales.

En sexto lugar, cerca del 10% de los productores agropecuarios tra-baja en programas de conservación de suelos y agua y promociónde agricultura sostenible.

En séptimo lugar, los evidentes avances en infraestructura físicason notorios, tal como se muestra en el cuadro 11.

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3.2 Desafíos abiertos

Por las próximas décadas, Nicaragua seguirá teniendo una tasa muyelevada de crecimiento de su población en edad activa y de lapoblación en general, particularmente en las zonas rurales. En conse-cuencia, el alivio a la extrema pobreza y a la pobreza rural en general,pasaría por lograr que ese importante sector de familias rurales que yatiene acceso a la tierra, a las economías de patio, pueda mejorar supropia capacidad de generar alimentos para el autoconsumo humanoo de los animales menores y mayores que crían.

Esto supone diseminar adecuadamente programas de conservación desuelos y agua, reforestación en pequeña escala, economía de patio,mejoras en los rendimientos usando semillas mejoradas producidaslocalmente, mejoras en pastos y alimentación del ganado menor, etc..E incorporar como un actor clave a la mujer rural, eje de esaseconomías de patio.

Lo anteriormente señalado, visto evolutivamente, requiere de doscomponentes claves: créditos no convencionales y formas de comer-cialización mejoradas, tanto dentro como hacia el exterior; particular-mente hacia los países centroamericanos, a los cuales se puede vendermás maíz, frijoles, plátanos, derivados de la leche, frutas y hortalizas,etc.. Particularmente, uno de los desafíos pasaría por programas decrédito y comercialización que pudieran llegar a estratos de pequeñosproductores, dado que crecientemente los estratos insertos en esoscomponentes son medianos productores.

Sin embargo, todos los estratos de productores, y vinculado al tema depobreza rural, requieren adecuar las políticas de apertura comercial, enlo referente a importaciones de alimentos para consumo humano oanimal. Haber pasado de importaciones del orden 100 millones acerca de 250 millones en pocos años en estos rubros, ha restringidolas posibilidades locales de generar producción, ingresos y salariosrurales. Sería muy conveniente establecer una Comisión Especial querevisase qué cosas podrían producirse localmente y qué requisitosrequerirían para hacerlo.

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Las actividades rurales no agrícolas están concentradas en Nicaraguaen las actividades del comercio en pequeña escala, el servicio domés-tico, o en personas que trabajan en otros rubros de servicios (emplea-dos del gobierno o del sector privado). El mejoramiento de la agroin-dustria local, tanto para mercados locales, nacionales o interna-cionales, es posible. Ejemplos como las actuales dificultades para colo-car producción de derivados lácteos en el mercado centroamericano,son elocuentes.

Capital humano. El nivel de analfabetismo alcanza al 19% de lapoblación total de más de 10 años, pero llega al 41% entre lapoblación rural en extrema pobreza. A la vez, 1/3 de los niños ruralesen edad escolar, que pertenecen a hogares en extrema pobreza, noconcurren a la escuela primaria, lo cual hace suponer que tasas de alfa-betización o sub-educación están creciendo en muchos estratos de lospobres rurales

A la vez, los altos índices de desnutrición infantil y no concurrencia alas escuelas, por parte de niños y adolescentes, pobres rurales planteauna focalización adecuada de actividades que deberían ser "univer-sales" en determinados municipios del país; esto supone, probable-mente, entregas de alimentos por vía de los Centros y Puestos deSalud, para infantes y madres; alimentación de dos o tres tiempos decomida en las escuelas primarias rurales; entrega de ropa y útiles esco-lares. Esfuerzos coordinados gubernamentales y no gubernamentales(lo cual supone menos polarización y más tolerancia política), sonclave para sostener y lograr realmente acumular capital humano entrelos pobres rurales.

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C U A D R O S

Cuadro 1Nicaragua: Estimaciones sobre Algunos Cambios en elUso del Suelo, en Millones de Manzanas (1948-2000)

Uso del suelo 1948 2000

Total 17 17

Fincas 5 11

Bosque primario 11 5

Otros 1 1

Fuentes: para 1948, tomado de FAO, Estudio sobre Nicaragua, 1952; 2000, estimacionespropias basadas en estadísticas del MAGFOR.

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Cuadro 2Nicaragua: Evolución de la Producción Agropecuaria

(1970-1999)

Cuadro 3Nicaragua: Evolución de las Exportaciones e

Importaciones Agrícolas, en Millones de DólaresCorrientes (1980-1999)

PeriodosProducción agropecuaria

1989-91=100

1970-74 120,4

1975-79 155,3

1980-84 115,9

1985-89 099,3

1990-94 103,8

1995-99 117,2

Fuente: FAOSTAT, y cálculos propios.

Años Exp.Agr. Imp.Agr. Balance

1980 344 138 206

1988 193 142 0 51

1993 165 163 02

1995 276 182 0 94

1999 313 311 00 2

29

Países

Valor agregadoagropecuario 1999)(millones de dólares

de 1990)

Superficie agropecuaria

1998(miles de ha)

Valor agregado/

ha

Costa Rica 1.132 2.845 398

El Salvador 1.042 1.604 650

Guatemala 2.620 4.507 582

Honduras 712 3.585 199

Nicaragua 810 7.561 107

AméricaCentral 6.316 20.102 314

AñosValor

agregado agropecuario

Población económicamente

activa agropecuaria

PEAinscripta

en el INSS

PIBPEA

1983 5576,5 269 20.006 20.715

1985 5034,9 314 30.814 16.034

1989 4370,6 346 42.177 12.631

1990 4394,9 435 37.866 10.103

1995 4898,1 485 17.440 10.099

1998 5881,4 596 18.516 9.873

1999 6329,6 641 18.688 9.875

Fuentes: El valor agregado del sector agropecuario es estimado por el BID. La superficie agropecuaria ( suma de pasturas per-manentes, cultivos anuales y permanentes) es una estimación de la FAO.

Fuentes: Banco Central de Nicaragua.Nota: Valor agregado medido en córdobas constantes de 1980. Tasa de cambio, 10 córdobas por dólar del año base

Cuadro 4América Central: Valor Agregado Agropecuario por Unidad de Superficie

Cuadro 5Nicaragua: Evolución de la Producción Agropecuaria,

el Empleo y la Productividad (1983-1999)

30

Cuadro 6Evolución de las Exportaciones e Importaciones Agropecuarias, en Millones de

Dólares Corrientes (1990-1999)

Cuadro 7Nicaragua: Evolución de la Población, y el Empleo Rural (1985-1998)

Períodos Exportaciones ImportacionesRequisitos

para laagricultura

Alimentos paraConsumo humano

o animal

1990 242 100 50 50

1991 207 156 53 103

1992 174 213 26 187

1993 165 162 26 136

1994 236 168 42 126

1995 276 182 46 136

1996 325 202 47 155

1997 370 214 69 145

1998 279 251 20 181

1999 312 311 73 238

AñosPoblación

ruralPEARural

PEAAgrop.

PEAAgrop. Asal.

Asal. Agr./PEA Agrop

PEA Rural/Pob. Rural

1985 1.548 488 314 136 43 31,5

1995 1.986 629 487 161 33 31,7

1998 2.083 760 603 234 39 36,5

Fuente: FAOSTATNota: requisitos agrícolas incluye fundamentalmente insumos y bienes de capital

Fuentes: 1985, datos tomados de ESDENIC; el estimado de la Población económicamente activa rural se estima a partir de una ta-bulación disponible sobre la distribución de los jefes de hogar económicamente activos según zona de residencia, tabulados no pu-blicados; 1995, tomados del Censo de Población; 1998, tomados de tabulados especiales de la EMNV 1998, realizados por OIT, lapoblación rural se estimó sobre la base de una tasa de crecimiento del 1,6% anual sobre la población rural del Censo de 1995.

31

Cuadro 8Evolución de la Productividad por Persona Ocupada

y los Salarios Agropecuarios (1990-1999)

AñosProductividad media

AgropecuariaSalarios agropecuarios

por día (en US$)

% de Coberturade la Canasta

básica

1990 10,31 2,07 37,10

1993 10,39 1,73 36,34

1998 10,14 1,51 30,82

1999 09,69 1,48 31,56

Fuente: Informe de desarrollo humano de Nicaragua 2000

Cuadro 9Nicaragua: Evolución de la Composición de la PEA Rural

(1971-1998)

Años % Agropecuario % No Agropecuario Total

1971 80 20 100

1995 73 24 100

1998 66 34 100

Fuentes: Censos de población de 1971 y 1995 y tabulaciones especiales de la EMNV realizada por una consul-toría de OIT.

32

AñosPIB

AgropecuarioVolumende Café

Volumende Caña

de Azúcar

Áreade Maíz

Áreade

Frijol

1978 100 1.415 2.948 325 95

1985 76 900 3.075 230 103

1989 66 932 2.392 284 151

1993 65 920 2.468 313 165

1998 89 1.439 3.805 361 171

1999 96 2.083 4.056 635 296

Cuadro 10Indicadores de la Producción Agropecuaria

(1978-1999)

Fuente: Estadísticas del Banco Central de Nicaragua.

Variables 1990 1999

1. Porcentaje de población rural con acceso a agua potable 18 39

2. Porcentaje de población rural con acceso 16 40

3. Extensión total de caminos (km) 15.188 29.248

4. Extensión de caminos de estación seca (km) 5.680 18.811

5. Establecimientos del MINSA (sin contar Managua 677 853

6.Centros escolares de educación primaria en las zonas rurales 3.375 6.111

Cuadro 11Indicadores de Cambios en el Acceso a Infraestructura Rural (1990-1999)

Fuentes: variables 1, 3, 4, 5 y 6 tomadas y recalculadas del Informe de Desarrollo Humano 2000; el año base de la variable 5 es1992; la variable 2 surge de información suministrada por UNICEF.

Nota: para extensión de caminos otra fuente indica para el 2000 18,946 kilómetros.: Banco Mundial, Public Expenditure Review,Improving the Poverty Focus of Public Spending: 89.

33

Cuadro 12Nicaragua: Distribución de la Actividad Cafetalera Según Estrato de las Fincas,

Medidas en Manzanas de Cafetal (1998)

Cuadro 13Nicaragua: Importancia de la Mano de Obra de las Cosechas de Agroexportación

(1978-1995/96)

Estratos de área decafé (manzanas

de café)

Porcentaje deProductores

Porcentaje delárea de café

Porcentaje de laProducción

-5 79,7 25,8 3,3

5-10 9,9 15,5 10,6

11-20 5,0 16,1 10,5

21-30 3,0 16,4 15,9

31-40 1,1 8,4 11,9

41-50 0,7 7,0 11,5

50 y más 0,6 10,8 36,3

TOTAL 100 100 100

(números) (30.400) (130.000) (1.430.000)

Años PEA Agropecuaria(2000)

Mano de Obra en el Mes Pico Porcentaje

1978 430 292 68%

1988 460 135 29%

1995 484 101 21%

Fuente: UNICAFE, "Impulsando la Construcción de la Caficultura del Próximo Siglo", 1998.

Fuentes:1978: PEA tomada de la Misión FIDA/FAO. Mano de obra pico en el mes de diciembre trabajando en las cosechas de café,algodón y caña de azúcar. Cálculos propios; 1988: Basado en datos de MIPLAN y estimaciones propias de la demanda de mano deobra en café, algodón y caña de azúcar, a partir de coeficientes técnicos de empleo; 1995: PEA agropecuaria tomada del Censo dePoblación 1995, y demanda de mano de obra en el mes de diciembre de 1995 para caña de azúcar, café, y productos no tradicionales,tomada de la Encuesta de Empleo Rural del Ministerio del Trabajo.

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PaísesPeón

Agrícola

Cosedorzona

francaAlbañil Comercio Maestras

Enfermeras

Costa Rica 1,63 1,70 1,34 1,06 3,05 5,99

El Salvador 0,63 0,92 0,92 1,70 2,88 2,66

Honduras 0,72 n.d. 0,74 0,46 n.d. 1,29

Nicaragua 0,37 1,16 0,68 0,61 0,45 0,62

Cuadro 14América Central: Salarios Medios por Hora, en Dólares (1998)

Fuente: Miguel del Cid & Rodolfo Tacsan Chen (1998) Fuerza Laboral y poder adquisitivo de los salarios enCentroamérica, Panamá y R. Dominicana, OIT/ETM, San José.

Formas deinserción Total de jefes

Hogarescon migrantesen Costa Rica

Tierras propias 52,1 42,0

Tierras de la familia 12,0 15,0

Tierras arrendadas 14,0 23,0

Asalariados agrícolas 21,0 19,0

Cooperativas 1,0 1,0

Total 100 100

n 2391 105

Cuadro 15Formas de Inserción en la Agricultura de los Jefes de Hogar, según Condición

Migratoria de los Hogares (1998)

Fuente: Tabulaciones especiales de ENDESA,1998.

35

Educación formal alcanzado Porcentaje

Ninguna 30

Preescolar 3

Primaria 29

Secundaria 6

Técnico Medio 1

Técnico Superior 1

Total 100

Casos (70)

Destino (68)

USA 3

Costa Rica 96

Honduras 1

100

Cuadro 16Migrantes Estacionales al Exterior: Educación y Lugares de Destino (1998)

Fuente: Tabulaciones especiales de la EMNV, 1998

36

Cuadro 17Intensidad de los Procesos Migratorios (1998)

DepartamentosDistribución

de los migrantesexternos

Distribuciónde la población

total2/3

Nueva Segovia 1,9 3,2 0,59

Madriz 0,8 2,5 0,32

Estela 5,1 4,1 1,24

Matagalpa 5,1 8,2 0,62

Jinotega 0,7 5,1 0,14

Boaco 2,3 3,2 0,72

Chontales 2,7 3,3 0,82

Atlántico Norte 1,1 4,4 0,25

Atlántico Sur 4,1 4,2 0,98

Río San Juan 1,7 1,4 1,21

León 10,2 8,2 1,24

Chinandega 9,8 8,4 1,17

Managua 34,6 28,7 1,21

Carazo 3,2 3,3 0,97

Masaya 4,6 5,4 0,85

Granada 6,2 3,3 1,88

Rivas 5,9 3,1 1,90

Total 100 100 100

Fuente: Cálculos sobre Rosales, 1999

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ZonasMigrantes permanentes

en el exterior, 1998Migrantes estacionales

a Costa Rica 2000

Managua 38,1 6,7

Resto del Pacífico 43,9 43,2

Resto del País 18,0 50,1

Total 100 100

Casos 2.392 225

Cuadro 18Distribución Porcentual de los Migrantes Permanentes

y los Estacionales al Exterior (1998 - 2000)

Fuente: Migrantes permanentes en el exterior tomado de ENDESA; migrantes estacionales a Costa Rica,tomado de tabulados inéditos de FIDEG, 2000.