NERUDA 20 POEMAS DE AMOR Y UNA CANCIÓN Estudio

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Veinte poemas de amor y una canción desesperada PABLO NERUDA

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Estudio y Análisis Completo de Pablo Neruda

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Veinte poemas de amor y una cancin desesperadaPABLO NERUDA

Pablo Neruda3Citas

Vida5Obra10Veinte poemas de amor y una cancin desesperada11Historia del libro11Estructura externa12Estructura interna13El tema13Los actores15El estilo potico16VIAJE A LA ULTIMA RESIDENCIA18Vida extraordinaria21UN POETA PLURAL, ABUNDOSO, SUBLIME22

Citas

(De "Confieso que he vivido", de Pablo Neruda. Crculo de lectores)

a) Mi poesa y mi vida han transcurrido como un ro americano, como un torrente de aguas de Chile, nacidas en la profundidad secreta de las montaas australes, dirigiendo sin cesar hacia una salida marina el movimiento de sus corrientes. Mi poesa no rechaz nada de lo que pudo traer en su caudal; acept la pasin, desarroll el misterio, y se abri paso entre los corazones del pueblo.

Me toc padecer y luchar, amar y cantar; me tocaron en el reparto del mundo, el triunfo y la derrota, prob el gusto del pan y el de la sangre. Qu ms quiere un poeta? Y todas las alternativas, desde el llanto hasta los besos, desde la soledad hasta el pueblo, perviven en mi poesa, actan en ella, porque he vivido para mi poesa, y mi poesa ha sustentado mis luchas. Y si muchos premios he alcanzado, premios fugaces como mariposas de polen fugitivo, he alcanzado un premio mayor, un premio que muchos desdean pero que es en realidad para muchos inalcanzable. He llegado a travs de una dura leccin de esttica y de bsqueda, a travs de los laberintos de la palabra escrita, a ser poeta de mi pueblo. Mi premio es se, no los libros y los poemas traducidos o los libros escritos para describir o disecar mis palabras. Mi premio es ese momento grave de mi vida cuando en el fondo del carbn de Lota, a pleno sol en la calichera abrasada, desde el socavn del pique ha subido un hombre como si ascendiera desde el infierno, con la cara transformada por el trabajo terrible, con los ojos enrojecidos por el polvo y, alargndome la mano endurecida, esa mano que lleva el mapa de la pampa en sus durezas y en sus arrugas, me ha dicho, con ojos brillantes: te conoca desde hace mucho tiempo, hermano. Ese es el laurel de mi poesa, ese agujero en la pampa terrible, de donde sale un obrero a quien el viento y la noche y las estrellas de Chile le han dicho muchas veces: no ests solo; hay un poeta que piensa en tus dolores.

Ingres al Partido Comunista de Chile el 15 de julio de 1945.

(Pgina 188)

b) Los Veinte poemas de amor y una cancin desesperada son un libro doloroso y pastoril que contiene mis ms atormentadas pasiones adolescentes, mezcladas con la naturaleza arrolladora del sur de mi patria. Es un libro que amo porque a pesar de su aguda melancola est presente en l el goce de la existencia. Me ayudaron a escribirlo un ro y su desembocadura: el ro Imperial. Los Veinte poemas son el romance de Santiago, con las calles estudiantiles, la universidad y el olor a madreselva del amor compartido.

Los trozos de Santiago fueron escritos entre la calle Echaurren y la avenida Espaa y en el interior del antiguo edificio del Instituto Pedaggico, pero el panorama son siempre las aguas y los rboles del sur. Los muelles de la Cancin desesperada son los viejos muelles de Carahue y de Bajo Imperial; los tablones rotos y los maderos como muecos golpeados por el ancho ro; el aleteo de gaviotas se senta y sigue sintindose en aquella desembocadura.

En un esbelto y largo bote abandonado, de no s qu barco nufrago, le entero el Juan Cristbal y escrib la Cancin desesperada. Encima de mi cabeza el cielo tena un azul tan violento como jams he visto otro. Yo escriba en el bote, escondido en la tierra. Creo que no he vuelto a ser tan alto y tan profundo como en aquellos das. Arriba el cielo azul impenetrable. En mis manos el Juan Cristbal o los versos nacientes de mi poema. Cerca de m todo lo que existi y sigui existiendo para siempre en mi poesa: el ruido lejano del mar, el grito de los pjaros salvajes, y el amor ardiendo sin consumirse como una zarza inmortal.

Siempre me han preguntado cul es la mujer de los Veinte poemas, pregunta difcil de contestar. Las dos o tres que se entrelazan en esta melanclica y ardiente poesa corresponden, digamos, Marisol y Marisombra. Marisol es el idilio de la provincia encantada con inmensas estrellas nocturnas y ojos oscuros como el cielo mojado de Temuco. Ella figura con su alegra y su vivaz belleza en casi todas las pginas, rodeada por las aguas del puerto y por la media luna sobre las montaas. Marisombra es la estudiante de la capital. Boina gris, ojos suavsimos, el constante olor a madreselva del errante amor estudiantil, el sosiego fsico de los apasionados encuentros en los escondrijos de la urbe. (Pgs. 57-58).

c) ESTE LIBRO ADOLESCENTE

(De Para nacer he nacido, de Pablo Neruda)

Este libro fue escrito hace 36 aos (me parece) y aunque separado de l por tantas distancias, he seguido envuelto por aquella primavera marina que lo produjo, por la atmsfera y las estrellas de aquellos das y noches. Los ojos de mujer que en este libro se abren fueron cerrados por el tiempo; las manos que en este libro arden, los labios interrumpidos por el fuego, los cuerpos de trigo que se extendieron en estas pginas, toda esa vida, esa verdad, esas aguas, entraron en el gran ro de la vida, palpitante, subterrneo, hecho de otras y de todas las vidas.

Pero la niebla, la costa, el tumultuoso mar del Sur de Chile, que aqu en este libro adolescente encontr su camino hacia la intimidad de mi poesa siguen taladrando mi memoria, azotndola con su jerrquica espuma, con su geografa amenazante.

Yo crec y am en esos paisajes fluviales y ocenicos, en la ms abandonada juventud. (...)

Fueron escritos estos poemas con aire, mar, espigas, estrellas y amor, amor... Desde entonces andan rondando y cantando... El tiempo les despoj su primera vestidura, el cataclismo de Chile, suspendido siempre como una espada de fuego, cay sobre Puerto Saavedra y aniquil mis recuerdos. Entr el mar que resuena en este libro y la marejada arroll las casas y los pinos. Los muelles quedaron retorcidos y rotos. Una ola gigante azot las amapolas. Todo fue destruido en este ao de 1960.

Todo... Que mi poesa guarde en su copa la antigua primavera asesinada. ( Pars, noviembre de 1960)

Vida

Comenzar por decir, sobre los das y aos de mi infancia, que mi nico personaje inolvidable fue la lluvia (De Confieso que he vivido).

1904: El 12 de julio nace Ricardo Neftal Eliecer Reyes Basoalto, en una pequea ciudad del valle central de Chile llamada Parral. Su padre, Jos del Carmen Reyes Morales, era conductor de trenes. Su madre, Rosa Basoalto Opazo, falleci a los dos meses de dar a luz. Neruda profesar un gran amor por su madrastra, su "mamadre", Trinidad Candia Marverde.

En 1910 se trasladan a Temuco, ciudad del sur lluvioso de Chile, ciudad donde trabajar Gabriela Mistral, a quien conocer. "Mis padres llegaron de Parral, donde yo nac. All en el centro de Chile, crecen las vias y abunda el vino. Sin que yo lo recuerde, sin saber que la mir con mis ojos, muri mi madre doa Rosa Basoalto. Yo nac el 12 de julio de 1904 y, un mes despus, en agosto, agotada por la tuberculosis, mi madre ya no exista."

A los trece aos empieza a escribir y publicar en los peridicos de la regin.

1920: Utiliza por primera vez el seudnimo de Pablo Neruda, que legalizar en 1947.

"Cuando yo tena 14 aos de edad, mi padre persegua denodadamente mi actividad literaria. No estaba de acuerdo con tener un hijo poeta. Para encubrir la publicacin de mis primeros versos me busqu un apellido que lo despistara totalmente. Encontr en una revista ese nombre checo, sin saber siquiera que se trataba de un gran escritor, venerado por todo un pueblo, autor de muy hermosas baladas y romances y con monumento erigido en el barrio Mala Strana de Praga. Apenas llegado a Checoslovaquia, muchos aos despus, puse una flor a los pies de su estatua barbuda."

1921: Abandonar la provincia para estudiar en la Universidad de Chile, en Santiago. Empieza estudios de Pedagoga en Francs. Ese ao gana el concurso literario de la fiesta de la primavera con La cancin de la fiesta, su primera publicacin.

"Despus de muchos aos de liceo, en que tropec siempre en el mes de diciembre con el examen de matemticas, qued exteriormente listo para enfrentarme con la universidad, en Santiago de Chile. Digo exteriormente, porque por dentro mi cabeza iba llena de libros, de sueos y de poemas que me zumbaban como abejas."

Vive modestamente en pensiones de barrios perifricos, aunque ni el estudio ni las dificultades econmicas ni su militancia en las actividades en la Federacin de Estudiantes logran alejarlo de la prctica potica.

1924:Publica Veinte poemas de amor y una cancin desesperada. El ao anterior haba publicado Crepusculario (1923). Entre estos dos escribi otro libro, que se publicar aos despus, El hondero entusiasta (1933). En 1926 public Tentativa del hombre infinito. Todos estos libros le reportarn grande y rpida fama.

Su poesa de esa poca corresponde a una etapa de formacin e individualizacin, que partiendo de ligeros toques modernistas y asimilando las lecturas de las vanguardias, acabarn generando un estilo personal y propio.

1927: A sus veintitrs aos abandona sus estudios universitarios e inicia una carrera consular por el Asia suroriental: 1927-28, Rangn; 1928-1930, Colombo; 1930-1932, Batavia. Para llegar a su destino ha de emprender un largo viaje que le acercar, por primera vez, a Madrid y Pars.

El alejamiento tanto de Chile como de lo occidental y la profunda soledad emanada de esta poca consular, junto con un consciente y elaborado trabajo, acaba por dar forma a su poesa. Es en esta poca cuando escribe la mayor parte de los poemas que formarn su siguiente libro, Residencia en la tierra, que se publicar -en su primera parte- en el ao 1933, en Chile.

Desde un plano personal, estos son aos difciles. No prosperan sus relaciones con Albertina Azcar, compaera de estudios, quien supuestamente inspir algunos de los poemas de Veinte poemas de amor y... Tiene una apasionada, aunque peligrosa, relacin con la nativa Josie Bliss. Y cas con la javanesa Mara Antonieta Agenaar, Maruca para los amigos.

"Tuve dificultades en mi vida privada. La dulce Josie Bliss fue reconcentrndose y apasionndose hasta enfermar de celos. Tena celos y aversin a las cartas que me llegaban de lejos; esconda mis telegramas sin abrirlos; miraba de lejos; esconda mis telegramas sin abrirlos; miraba con rencor el aire que yo respiraba.

A veces me despert una luz, un fantasma que se mova detrs del mosquitero. Era ella, vestida de blanco, blandiendo su largo y afilado cuchillo indgena. Era ella paseando horas enteras alrededor de mi cama sin decidirse a matarme. Cuando te mueras se acabarn mis temores, me deca. Al da siguiente celebraba misteriosos ritos en resguardo a mi fidelidad. Acabara por matarme. Por suerte, recib un mensaje oficial que me participaba mi traslado a Ceiln."

1932: Vuelve a Chile

1933: Nombrado cnsul en Argentina, donde conoce a Jorge Luis Borges y a Federico Garca Lorca, en octubre de este mismo ao. Ambos ofrecen un homenaje, al alimn, a Rubn Daro.

1934: Viaja a Espaa para hacerse cargo del consulado en Barcelona y poco despus en Madrid. Ser un tiempo feliz y productivo. Entabla amistad con los escritores del 27. Se reedita Residencia en la tierra. Dirige la revista CABALLO VERDE PARA LA POESA, que edita Manuel Altolaguirre. Conocer tambin a Miguel Hernndez.

Aqu conoce a Delia del Carril, que le acompaar largos aos.

1936: La Guerra Civil espaola y la muerte de Federico en concreto le afectar tanto que la veta social y poltica de su poesa sustituir todo lo que de subjetivo y lrico haba en su poesa anterior. A fines de 1936 pas a Francia. Volver a Espaa al ao siguiente para participar en el Segundo Congreso de Intelectuales para la Defensa de la Cultura, que se celebr en Valencia.

1938: Escribe Espaa en el corazn.

"A las primeras balas que atravesaron las guitarras de Espaa, cuando en vez de sonidos salieron de ellas borbotones de sangre, mi poesa se detiene como un fantasma en medio de las calles de la angustia humana y comienza a subir por ella una corriente de races y de sangre. Desde entonces mi camino se junta con el camino de todos. Y de pronto veo que desde el sur de la soledad he ido hacia el norte que es pueblo, el pueblo al cual mi humilde poesa quisiera servir de espada y de pauelo, para secar el sudor de sus grandes dolores y para darle una arma en la lucha del pan."

El gobierno del Frente Popular chileno lo nombra cnsul en Pars para la inmigracin, cuya funcin consista en facilitar a los espaoles que huan de la guerra o de la crcel la salida de Espaa y un lugar de paz en Chile.

1940: Es nombrado cnsul chileno en Mxico. Empieza a escribir Canto general, libro en el que ya se advierte una poesa comprometida socialmente.

1943: Renuncia al puesto diplomtico y regresa a Chile.

1945: El 15 de julio ingresa en el Partido Comunista. Comienza de esta forma una actividad poltica en favor de las clases populares chilenas. Sale elegido senador por las provincias mineras y pobres de Tarapac y Antofagasta, por el perodo 1945-48.

"Estuve una tarde conversando con los obreros de una maestranza en las oficinas salitreras de Mara Elena. El suelo del enorme taller est siempre enfangado por el agua, el aceite y los cidos. Los dirigentes sindicales que me acompaaban y yo, pisbamos sobre un tabln que nos aislaba del barrizal.

-Estos tablones -me dijeron- nos costaron 15 huelgas sucesivas, 8 aos de peticiones y 7 de muertos.

Lo ltimo se debi a que en una de esas huelgas la polica de la compaa se llev a siete dirigentes. Los guardias iban a caballo, mientras los obreros amarrados a una cuerda los seguan a pie por los solitarios arenales. Con algunas descargas los asesinaron"

1947: Publica Tercera residencia.

1948: Ayuda a salir presidente de Chile a Gonzlez Videla, quien una vez nombrado como tal cambia completamente y abandona la poltica que le haba aupado al poder y que Neruda apoyaba. El enfrentamiento del presidente con el poeta acaba con la orden de detencin de este. Mis discursos se tornaron violentos y la sala del senado estaba siempre llena para escucharme. Pronto se pidi y se obtuvo mi desafuero y se orden a la polica mi detencin. Despus de un ao de vida clandestina y persecucin logra escapar pasando a pie los Andes, a travs de la localidad de San Martn de los Andes.

1950: Publica Canto General.

La persecucin chilena que prosigue incluso fuera de Chile le gana la solidaridad y acogida de los intelectuales de todo el mundo. Sus obras se traducen a numerosas lenguas. Viaja por toda Europa, Rusia y China.

Conoce a Matilde Urrutia, quien se convertir en su segunda esposa.

Todo este ambiente de solidaridad y amistad recupera para sus escritos obras de temtica universal y de tono positivo. Escribe Los versos del capitn (1952), Las uvas y el viento (1953) y empiezan a aparecer asimismo los diversos libros que formarn las Odas elementales .

En los aos siguientes publicar libros centrados en el amor y la libertad: Estravagario (1958), Navegaciones y regresos y Cien sonetos de amor (1959). Pero no olvidar sus escritos sociales y polticos como Cancin de gesta (1960), o Fulgor y muerte de Joaqun Murrieta.

1962: O Cruceiro International publica varios artculos suyos bajo el ttulo de Memorias y recuerdos de Pablo Neruda, que integrarn el libro autobiogrfico Confieso que he vivido, que se publicar pstumamente.

1970: Es nominado para candidato a la presidencia de Chile por el partido comunista, aunque en el ltimo momento cede su puesto a un candidato unitario de la Unidad Popular, Salvador Allende.

1971: Es nombrado cnsul en Francia, por el gobierno de Allende.

Se le concede el Premio Nobel.

1972: A finales de este ao regresa enfermo a Chile. Contina escribiendo con regularidad a la par que le preocupa la evolucin social y poltica del gobierno de Allende.

1973: Publica Incitacin al nixonicidio y alabanza de la revolucin chilena (1973) con el que apoya las elecciones de marzo de ese ao. A mediados de ao hace una llamada a los intelectuales del mundo para evitar la guerra civil en Chile. El 11 de septiembre el general Pinochet da un golpe de estado militar que derriba al gobierno de la Unidad Popular, que acaba con la muerte violenta de su presidente, defendiendo el Palacio de la Moneda, smbolo de la democracia destruida.

"Donde estuvo, en los pases ms lejanos, los pueblos admiraron al presidente Allende y elogiaron el extraordinario pluralismo de nuestro gobierno. Jams en la historia de la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, se escuch una ovacin como la que le brindaron al presidente de Chile los delegados de todo el mundo. Aqu, en Chile, se estaba construyendo, entre inmensas dificultades, una sociedad verdaderamente justa, elevada sobre la base de nuestra soberana, de nuestro orgullo nacional, del herosmo de los mejores habitantes de Chile. De nuestro lado, del lado de la revolucin chilena, estaban la constitucin y la ley, la democracia y la esperanza.

Del otro lado no faltaba nada."

El golpe de estado del general Pinochet acelerar su enfermedad. El 23 de septiembre de 1973 muere Pablo Neruda en Santiago de Chile. Las casas del poeta en Valparaso y Santiago, donde se velaba el cadver, son saqueadas y destruidas despus del golpe por los fascistas chilenos. Obra

Lo primero que llama la atencin, al fijarnos en la obra de Neruda, es la amplitud de esta y su variedad, tanto temtica como de estilo. De tal manera la obra empieza siendo modernista y termina despus de un recorrido variado y accidentado por los distintos movimientos de su poca. Neruda es tanto el poeta del amor en Veinte poemas como el poltico de La incitacin al nixonicidio o el vitalista que canta a los hechos cotidianos de la vida, a la lagartija, la cuchara o la alcachofa.

"Siempre me preguntan, especialmente los periodistas, qu obra estoy escribiendo, qu cosa estoy haciendo. Siempre me ha sorprendido esta pregunta por lo superficial. Porque la verdad es que siempre estoy haciendo lo mismo. Nunca he dejado de hacer lo mismo. Poesa?

Me enter mucho despus de estar hacindolo, que lo que yo escriba se llamaba poesa. Nunca he tenido inters en las definiciones, en las etiquetas. Me aburren a muerte las discusiones estticas. No disminuyo a quienes las sustentan, sino que me siento ajeno tanto a la partida de nacimiento como al post mortem de la creacin literaria. Que nada exterior llegue a mandar en m, dijo Walt Whitman. Y la parafernalia de la literatura, con todos sus mritos, no debe sustituir a la desnuda creacin.

Comienza, como hemos visto en su vida, escribiendo en 1923 Crepusculario, probablemente la obra ms cercana al modernismo, en la se destaca la belleza modernista con dulzura, colorido y fragilidad.

La siguiente obra, de 1924, es Veinte poemas de amor y una cancin desesperada, de la que no se puede decir que sea modernismo, pero tampoco otra cosa diferente, sino un libro de amor, adolescente, de mar y de tierra.

Los aos siguientes son aos de viajes y de mltiples experiencias. En 1934 llega a Madrid donde crea "Caballo verde para la poesa", revista con un amplio sentido poltico. Esta experiencia, ms la proximidad a la generacin del 27, fructificar en un nuevo libro, Residencia en la tierra, de 1935.

En 1937, con Espaa en el corazn empieza su etapa de militante de izquierda y su poesa poltica que se manifiesta especialmente en 1950 con Canto general. A partir de este momento y sin dejar ya su preocupacin poltica, su poesa experimentar una simplificacin para hacerse ms esencial y a la vez ms cotidiana. Esto se encontrar en sus tres libros de Odas (Odas elementales, Nuevas odas elementales y El tercer Libro de Odas).

De tipo autobiogrfico son Memorial de la Isla Negra de 1964 y Confieso que he vivido, publicado pstumamente.

En medio de esta relacin de obras quedan otras muchas que fueron publicadas tanto antes como despus de su muerte, que configuran a un escritor polifactico y variado, que supo en todas sus voces hacer notar la voz de un hombre que supo vivir su momento con intensidad y apasionamiento tanto en sus aspectos personales como todos aquellos que tenan que ver con los abandonados y desheredados, a los que prest su voz solidaria y hermana.

"Tal vez los deberes del poeta fueron siempre los mismos en la historia. El honor de la poesa fue salir a la calle, fue tomar parte en este y en el otro combate. No se asust el poeta cuando le dijeron insurgente. La poesa es una insurreccin. No se ofendi el poeta porque lo llamaron subversivo. La vida sobrepasa las estructuras y hay nuevos cdigos para el alma. De todas partes salta la semilla; todas las ideas son exticas; esperamos cada da cambios inmensos; vivimos con entusiasmo la mutacin del orden humano: la primavera insurreccional.

Yo he dado cuanto tena. He lanzado mi poesa a la arena, y a menudo me he desangrado con ella, sufriendo las agonas y exaltando las glorias que me ha tocado presenciar y vivir. Por una cosa o por otra fui incomprendido, y esto no est mal del todo."

Veinte poemas de amor y una cancin desesperada

Historia del libro

Veinte poemas de amor y una cancin desesperada es el tercer libro que publica Pablo Neruda. A ste le haban precedido Crepusculario en 1923 y El hondero entusiasta, que, aunque escrito en la misma poca que los Veinte poemas (los dos fueron escritos entre comienzos de 1923 y marzo-abril de 1924), se publicar aos despus, en 1933. Son estos tres libros los primeros de un poeta que ya desde nio haba aspirado a la poesa. As el primer texto suyo del que tenemos constancia es del 30-6-1915, a los casi once aos, y est dedicado a su madrastra Trinidad: De un paisaje de ureas regiones / yo recog / para darle querida mam / esta humilde postal. Neftal. Como vemos, su autor no haba adoptado an el nombre de Neruda, que le hara famoso. Este seudnimo lo utilizar por primera vez en octubre de 1920. Antes se haba limitado a firmar con su segundo nombre, Neftal, o con este nombre y su apellido, Neftal Reyes, como lo hace entre 1917 y 1919 en los poemas y artculos para la prensa que escribe en La Maana y en Corre-Vuela.

El estudio de la evolucin potica que va desde Crepusculario a los Veinte poemas de amor nos muestra a un autor, que -aunque joven an en su poesa- va buscando su propio concepto tanto de la poesa como de su universo potico. De acuerdo con Hernn Loyola1 , la obra de Neruda es la bsqueda de su su propia autorrepresentacin, de la invencin y edificacin de un proyecto potico en el que los dos primeros libros, Crepusculario y El hondero entusiasta, son ligeros balbuceos guiados por posturas o tpicos literarios de la poca. Frente a ellos, Veinte poemas de amor y una cancin desesperada, supone el primer libro en el que su autor ya ha encontrado un camino propio, al pasar de la orla de cristal del autor distante y virginal de los dos libros anteriores al descubrimiento del mundo de lo real. Las manos que en este libro arden, los labios interrumpidos por el fuego, los cuerpos de trigo que se extendieron en estas pginas, toda esa vida, esa verdad, esas aguas, entraron en el gran ro de la vida, palpitante, subterrneo, hecho de otras y de todas las vidas (Ver "Cita C" al comienzo de los apuntes).

Respecto a esto Hernn Loyola, en el libro anteriormente citado, dice:

"Crepusculario y El hondero entusiasta aparecen como intentos todava altamente inestables, sin races ni fundamento verdaderos: el yo lrico se autodisea contra un espacio mental arbitrario, voluntarstico en el Hondero, o al interior de un espacio 'literariamente' tematizado en Crepusculario. Espacios en definitiva sustituibles, accesorios, adjetivos. Veinte poemas inicia, en cambio, la fundacin -en los textos- de un espacio insustituible y necesario y sustantivo, por lo tanto." (Pg. 39)

En cuanto a la publicacin de la obra, conviene decir, por un lado, que el ttulo de sta no estuvo claro desde el principio. Primero, se iba a llamar Poemas de una mujer y de un hombre; despus, Doce poemas de amor y una cancin desesperada, para acabar con el nombre con que hoy en da lo conocemos. Por otro lado, algunos de sus poemas ya haban sido publicados sueltos en peridicos de Santiago de Chile antes de su aparicin: el 4, 14, y 20, lo fueron en la revista Claridad, rgano de la Federacin de Estudiantes; el 6, 12 y 15, en la revista Zig Zag. Todos ellos en el perodo comprendido entre febrero de 1923 y mayo de 1924. El libro ser publicado por primera vez por la Editorial Nascimento, en Santiago de Chile, en junio del ao 1924, con el ttulo que hoy lo conocemos: Veinte poemas de amor y una cancin desesperada.

"En cuanto a mis Veinte poemas de amor contar una vez ms que fue Eduardo Barrios quien lo entreg y recomend con tal ardor a don Carlos George Nascimento que ste me llam para proclamarme poeta publicable con estas palabras: Muy bien, publicaremos su obrita."

La obra, aunque no recibe excesivas buenas crticas, se reedita en 1932, en la misma editorial y con algunas variantes. Esta ha pasado a ser la edicin definitiva, llegando a alcanzar el milln de ejemplares vendidos en 1961 y los dos millones en el ao 1972, un ao antes de la muerte de su autor.

Estructura externa

El libro se nos presenta, desde el punto de vista tipogrfico, dividido en veintiuna secciones, cada una de las cuales va precedida de un nmero, ordenados del uno al veinte, menos el ltimo denominado 'una cancin desesperada'.

Esta disposicin de imprenta nos sugiere ya una posible clasificacin o divisin de la obra en esos dos apartados, ya definidos por la rotulacin: El amor y la desesperacin por la prdida de ese o esos amores.2 Pues parece que Neruda no slo alude a una amada sino a dos, o tres, o... Hoy sabemos, a partir de la correspondencia de Neruda, que una de las que inspir algunos de los poemas, la estudiante de la capital. Boina gris, ojos suavsimos, el constante olor a madreselva, fue Albertina Azcar, compaera de estudios y hermana del novelista Rubn Azcar, amigo de Neruda.

Te recuerdo como eras en el ltimo otoo.

Eras la boina gris y el corazn en calma.

En tus ojos peleaban las llamas del crepsculo

Y las hojas caan en el agua de tu alma.

Desde el punto de vista externo, el libro en definitiva, se nos presenta como la suma (vase el valor copulativo del enlace "y") de dos conceptos amorosos, entendidos como experiencias contrarias, pero de consecuencias lgicas: el amor vivido intensamente y el desengao de la pasin, ya pasada. Si es verdad que ello se pone de manifiesto en la divisin entre los veinte primeros poemas (veinte poemas de amor) y el ltimo (una cancin desesperada), no debemos olvidar que la soledad y el abandono son sentimientos que estn presentes en todos los poemas, aunque teidos de nostalgia y melanclica pasividad en los primeros y de desesperacin activa que le aboca a la ruptura, en la cancin desesperada con la que acaba el libro.

Abandonado como los muelles en el alba.

Slo la sombra trmula se retuerce en mis manos.

Ah ms all de todo. Ah ms all de todo.

Es la hora de partir. Oh abandonado!

Estructura interna

El tema

Alfredo Lozada, en La amada crepuscular: Veinte poemas de amor y...3 , escribe lo siguiente: Al resear Veinte poemas..., Mariano Latorre declar speramente que el libro, de poeta an en agraz, no le convenca ("su dolor, su desesperacin, es demasiado retrica, demasiado cerebral"). Neruda, joven lastimado, se defendi a su modo ("algo heroico, incontaminado, libre se ha forjado dentro de m, a golpes de anhelo y de poder; hacia afuera lo he tirado en palabras, dolindome, sangrndome el corazn").

Amado Alonso, por su parte, vio someramente en el libro "una bella tristeza que se complace en s misma"; aun los conatos de angustia -observaba- se resuelven en melancola, que es al fin y al cabo "un modo de felicidad porque el sufrimiento se contempla en s mismo envuelto en belleza y hecho cancin."

Pues bien, en el examen que hemos hecho aqu del libro no se ha discernido en l ni una celebracin del amor carnal, ni una historia sentimental que acaba linearmente en el desengao y el fracaso, ni un truco literario, ni tampoco una mera complacencia esttica. Lo que acusan ms bien los poemas es, fundamentalmente, el influjo de una tensin temtica, vivida intensamente por Neruda, cara al poeta romntico que pulsa la cuerda sentimental: la relacin con una amada ausente, perdida. Con estos sentimientos de ausencia y de prdida, y con sus corolarios emotivos de melancola, aoranza, soledad, incertidumbre se han construido tanto la imagen potica, dulce y doliente, de la amada como la relacin amorosa -triste, exaltada y vida a ratos, de tono ntimo y directo- expresada en el libro."

Podemos observar, por lo tanto, que Alfredo Lozada considera como sentido temtico del libro la expresin del sentimiento amoroso del poeta, producido ante la prdida de la amada. Se configura as Veinte poemas de amor y una cancin desesperada como un libro en el que Neruda reproduce el tema romntico de la amada desaparecida, ante cuyo recuerdo se puede sentir dulce melancola y aoranza,

En ti los ros cantan y mi alma en ellos huye

como t lo desees y hacia donde t quieras.

Mrcame mi camino en tu arco de esperanza

y soltar en delirio mi bandada de flechas. (Poema 3)

y, ante cuya historia acabada, se siente soledad e incertidumbre, fatiga y dolor.

Cuerpo de mujer ma, persistir en tu gracia.

Mi sed, mi ansia sin lmite, mi camino indeciso!

Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,

y la fatiga sigue, y el dolor infinito. (Poema 1)

Por eso algunos crticos sugieren la posible interpretacin de esta obra como una historia de amor. Comienza por una revisin de lo que fue, en el primer poema (Fui solo como un tnel). Contina con la manifestacin de diferentes situaciones emotivas vividas en ese amor o amores. Y acaba con el resultado ltimo de esas experiencias recin acabadas, la desesperacin. Hay, no obstante, un cierto regusto amargo, que nos lleva a comprender como el poeta, a pesar del fracaso amoroso, ha sido capaz de asumir lo que de positivo, de vital, tienen esas experiencias. As lo confirma en Confieso que he vivido: Los Veinte poemas de amor y una cancin desesperada son un libro doloroso y pastoril que contiene mis ms atormentadas pasiones adolescentes, mezcladas con la naturaleza arrolladora del sur de mi patria. Es un libro que amo porque a pesar de su aguda melancola est presente en l el goce de la existencia.

Mi deseo de ti fue el ms terrible y corto,

el ms revuelto y ebrio, el ms tirante y vido.

Cementerio de besos, an hay fuego en tus tumbas,

an los racimos arden picoteados de pjaros.

Oh la boca mordida, oh los besados miembros,

oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.

Oh la cpula loca de esperanza y esfuerzo

en que nos anudamos y nos desesperamos. (Una cancin desesperada)

Y es que el amor no ha sido una exclusiva experiencia emotiva, sino que ha recorrido todas las facetas del vivir del poeta joven. Por eso el concepto del amor en el Neruda de los Veinte poemas abarca aspectos muy diferentes: por un lado, un amor carnal, una experiencia ertica, en la que el goce y el sentir de los sentidos se puede observar con meridiana claridad en el libro; por el otro, el amor es el nico camino de salvacin para el hombre desamparado,

Soy el desesperado, la palabra sin ecos,

el que lo perdi todo, y el que todo lo tuvo.

ltima amarra, cruje en ti mi ansiedad ltima.

En mi tierra desierta eres la ltima rosa. (Poema 8)

quien a travs de la experiencia amorosa es capaz de percibir la naturaleza esencial del universo, la misma que la de ese amor hecho de creacin y destruccin de la materia (Quiero hacer contigo / lo que la primavera hace con los cerezos. Poema 14); y, por ltimo, el amor tiene un alcance telrico, capaz de unir y entroncar al poeta con la vida, la tierra, el mar, la inmensidad del cielo, las montaas, la naturaleza toda.

Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrndose,

lento juego de luces, campana solitaria,

crepsculo cayendo en tus ojos, mueca,

caracola terrestre, en ti la tierra canta! (Poema 3)

Los actores

Si entendemos por actores todos aquellos elementos de un discurso (vase libro o poema) que, de una u otra manera, participan en el desarrollo normal de este, bien activa bien pasivamente, deberamos concluir que en Veinte poemas de amor y una cancin desesperada hay dos actores evidentes, el poeta y la amada, y otro actor que pasa ms desapercibido, pero que se configura como fundamental para la integracin y desarrollo de los otros dos, la naturaleza. Una caracterstica comn a los tres es su diversidad, quizs porque una cualidad del libro en general es su pluralidad lectora y su diversidad emocional respecto a un mismo tema, el amor. Si los poemas de amor se muestran de forma positiva en los poemas 4 y 19 frente a la tristeza que embarga a la mayora restante o la desesperacin de los dos ltimos; si se puede manifestar un amor apasionado y de comunicacin directa, como en el 13, o vivido apasionadamente en el recuerdo, como en el 1; no es extrao que de igual forma se nos manifiesten variados y distintos los actores de los poemas.

De esa manera, el yo lrico (el hablante lrico) pasa perfectamente de apasionado y sensual -poema 11, por ejemplo- a amante angustiado y nostlgico -17-, de evocador y telrico -3 y 12- a dulcemente ensoador y posesivo -16-.

Por su parte, el concepto de la amada comprende tanto lo que de fsico y particular tiene ("negra melena, gil, cuerpo alegre, ojos luminosos, profundos, ocenicos"), como de arrebatada pasin ("Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos... leche vida y firme, cuerpo de ncar, atlas blanco, boca de ciruela"), o de profundo y arraigado a la tierra.

Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrndose,

lento juego de luces, campana solitaria,

crepsculo cayendo en tus ojos, mueca,

caracola terrestre, en ti la tierra canta! (Poema 3)

Con estos elementos Neruda conforma una amada que tiene mltiples, variadas y complementarias caras: es la amada distante y huidiza ("Me gustas cuando callas porque ests como ausente" -15-); la amada sensual y carnal; la amada que se confunde con el paisaje, con la tierra -como podemos observar en los versos anteriores-, con la naturaleza en general; y, por ltimo, la amada salvadora, la ltima quimera del hondero entusiasta, cuyas esperanzas estn destinadas a ser slo fundamento pattico de unas ilusiones condenadas al fracaso ("ltima amarra, cruje en ti mi ansiedad ltima. / En mi tierra desierta eres la ltima rosa" -8-), pero por ello mismo fundamento del continuo crecer del poeta, porque del recuerdo se nutren los versos del poeta.

Puedo escribir los versos ms tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Or la noche inmensa, ms inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el roco. (Poema 20)

Por ltimo, la naturaleza es el marco que configura la historia de amor enmarcando a los amantes, pero, tambin y sobre todo, fundindose con ellos en muchos de los poemas. Como dice Hugo Montes, en la introduccin al libro, en editorial Castalia, doce de los veintin poemas hacen referencias al mar, las playas, la ola, las naves, el puerto. Hay en ellos ojos ocenicos, humedad de alma, frenes marino, etc. Y a la inmensidad del mar se une la inmensidad del cielo, de los cerros, las montaas, configurando, en general, una naturaleza de grandes dimensiones, a veces tempestuosa y difcil, a veces estival, pero siempre en relacin con la pareja humana buscadora del amor. No se canta al mar ni al viento en cuanto tales, sino en la medida que encuadran situaciones sentimentales, no importa si logradas o si malogradas.

De todas las fuerzas de la naturaleza se destacan tres: la tierra, el mar y el viento. La tierra por la identificacin que se efecta en muchos de los versos con la amada -funcin telrica-. El mar y el viento por desempear en el libro tareas activas y protagonistas en algunas ocasiones.

El viento de carcter antropomrfico, de formas humanas, en muchas ocasiones se presenta con una fuerza avasalladora imposible de superar y, en otras, como eco de la voz de los amantes, que arrastra sus palabras o envuelve sus caricias. ("Se rompe y se sumerge su volumen de besos / combatido en la puerta del viento del verano" -4-).

El mar acta de una forma negativa difusa e inmensa en la que todo se anega y en la que los amores quedan sumidos en el olvido. Basta para ello observar como en "La cancin desesperada" el mar se imagina desde un solo punto de vista, el mar tempestuoso en el que se originan y producen los naufragios.

Todo te lo tragaste, como la lejana.

Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio!

Finalmente conviene advertir que la mayora de los poemas comentados suceden en horas vespertinas o nocturnas, probablemente porque crepsculo y noche sean el fondo adecuado para la tristeza que recorre la mayor parte del libro.

El estilo potico

Jean Franco4 al comentar Veinte poemas de amor... comienza diciendo: Veinte poemas fueron acogidos inmediatamente con entusiasmo. El libro atraa por su libertad y su naturalidad. El ritmo se basaba en unas hbiles agrupaciones de frases de tres o cuatro slabas, en el empleo de fciles rimas internas, "desbocado, violento, estirado", etc. o en la repeticin de palabras, "el vaho del mar, la soledad del mar". La mezcla de expresiones coloquiales y de imgenes muy elaboradas inspiradas por los elementos y la naturaleza, daba a esta poesa un gran efecto de espontaneidad. Desde nuestro punto de vista, la libertad y la naturalidad sern dos de los condicionantes del xito del libro. Conviene, no obstante, aadir una obviedad, la naturalidad no est reida con la elaboracin y la originalidad.

Por otro lado, desde el punto de vista del estilo podemos destacar adems: por un lado, los diferentes y variados estados emocionales del poeta y, por el otro, la originalidad e intensidad a la hora de expresarlos. Respecto a las formas de los sentimientos emotivos del poeta ya hemos hablado a lo largo de los apartados anteriores. En cuanto a la expresin potica conviene llamar la atencin sobre:

La intensidad emotiva y afectiva

Esta se pone de manifiesto en el abundante uso de las exclamaciones (Represe en el uso ortogrfico de tan slo el ltimo signo de exclamacin o interrogacin. "Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia! / Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!"). Tambin se puede observar en el uso abundante de palabras con una fuerte carga de connotacin afectiva, en especial los sustantivos y adjetivos que se relacionan con la tristeza, el dolor y la melancola, como "voz lenta y triste, llena es de tristeza, tiro mis tristes redes, mientras el viento galopa matando mariposas, los versos ms tristes, tus ojos de luto, de pronto el viento alla, el cielo es una red cuajada de peces sombros, mi hasto forcejea con los lentos crepsculos, ect.")

La variedad y amplitud de los recursos usados

En Veinte poemas de amor observamos el uso abundantsimo y original de comparaciones, metforas y smbolos. Entre estos ltimos predominan los referentes a smbolos marinos y los que tienen que ver con la condicin del poeta como tnel, buzo ciego, hondero, velero, nufrago, etc.

Conviene tambin llamar la atencin sobre otros recursos como la abundancia de repeticiones, anforas, bimembraciones, trimembraciones y paralelismos.

La mtrica

Por su versificacin, Veinte poemas de amor y una cancin desesperada es un libro netamente posmodernista, pues aunque conserva metros tpicos del Modernismo, lleva a cabo tanto una simplificacin como una innovacin de ste.

En lo referente a las estrofas, en algunos casos adoptan formas tradicionales como dsticos o formas poticas de dos versos (4,7,20 y la cancin desesperada) y cuartetos o estrofas de cuatro versos (1,3,6,9,12,15,16,19), no siempre rimadas. Entre estas ltimas predominan las llamadas cuaternarias asonantadas o estrofas de cuatro versos de rima asonante en los pares y los impares libres. El resto presentan unas combinaciones libres y originales, que incluso varan su disposicin de la primera publicacin en 1924 a la segunda y definitiva en 1932.

El verso dominante, como en la poesa modernista, es el alejandrino, aunque tambin usa versos amtricos, o no sujetos a una medida establecida. Por otro lado es comn la combinacin de ambos o bien predominando los alejandrinos entre los que se incrustan versos libres, o bien predominando los libres e incluyendo alejandrinos. El endecaslabo es la base del poema 12.

Por ltimo, en cuanto la rima predomina la asonante, aunque tambin se pueden atestiguar poemas carentes de rima y en el algn caso consonante, como en el poema 15.

En definitiva, de todo lo anterior podemos concluir que aunque Neruda asume formas ya consagradas por el modernismo tiene la suficiente imaginacin y libertad para adaptarlas a sus propios sentimientos configurando un cctel potico en el que los ms diversos sentimientos amorosos y una expresin variada y emotiva, se exhiben mezclados con libertad y naturalidad. Y a los que la melancola aade un punto de sabor agridulce. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. / Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

VIAJE A LA ULTIMA RESIDENCIA

Reencuentro con el poeta comprometido a travs de sus objetos y recuerdos Gabriel Albiac. Enviado especial. Isla Negra

Tentacin de los gestos demasiado simblicos. Isla Negra. Hasta este mnimo altozano a cuyo pie el Pacfco golpea mansamente bajo la tumba de Pablo Neruda y de Matilde Urrutia, he trado desde el otro confn del mundo un cuadernillo maltratado por el tiempo, apenas una docena de folios doblados por la mitad y grapados toscamente. La tinta de la vietnamita que los imprimiera los manch de churretones un poco aqu y all. La mquina de escribir que perfor el clich deba andar en no muy buen estado, las Ineas son irregulares y hay letras que saltan y dejan, en el lugar de su caligrafa, irregulares espacios en blanco. Fue tirada clandestinamente por los estudiantes de Madrid, all por el terrible otoo de 1973, cuando la pesadilla chilena nos persegua a todos ms all de lo tolerable. Y es la edicin princeps en Espaa de la Incitacin al nixonicicidio y alabanza de la revolucin chilena. Nixonicidio: neologismo cargado de deseo razonable y de ingenuidad desmesurada. Neruda, una vez ms -la ltimavolva a su violenta escritura de combate. Lo haba anunciado aqu, en esta misma casa, juguete casi de las olas, de Isla Negra, en su entrevista de diciembre del 70 con la periodista de la RAI Carla Ravaioli: puedo escribir sobre la rosa, sobre un escarabajo, sobre el amor. Pero si en mi patria sucediese algo grave, alguna amenaza para mi pueblo, usara mi poesa como un arma. Pero las armas de papel y tinta siempre verde la tinta de Neruda- poco valen contra las de acero y fuego. No hubo nixonicidio; ni es verosmil ya que llegue a haberlo. Pinocheticidio, tampoco. Hubo, s, ese genocidio militar -para qu estn, al fin, los militares, sino para ejercer su oficio de exterminar al pueblo en nombre de la patria?- sobre tantas de cuyas vctimas annimas salva la memoria dos nombres unidos por el destino: Pablo Neruda y Salvador Allende. Andr Breton escribi hace ya mucho tiempo que el acto potico esencial sera salir con un revlver cargado a la calle y disparar al azar sobre los transentes. El gran poema del Chile de este siglo es quizs, ms an que el Canto general del inmenso Pablo Neruda, la elega que escribe Salvador Allende, a golpe de metralleta, en la maana del 1 1 de septiembre de 1973 en La Moneda. S que el gesto es demasiado tpico. Y, sin embargo, me he sentado aqu, en este pequeo altozano del jardn de Neruda y Urrutia en Isla Negra, para evocar aquellos poemas de batallamenores en el conjunto de la obra de Neruda, pero eso ahora no importa- que me sera obsceno leer en otra edicin que no fuera sta, chapucera, material de multicopista clandestina cuyo viejo papel amarillea ya un poco y en el cual pervive algn intempestivo subrayado de mis veintitrs aos: Horadamos a Nixon el furioso, / a verso limpio y corazn certero. / As pues, decid que falleciera / Nixon con un disparo justiciero: / puse tercetos en mi cartuchera... A mis espaldas la hermosa mansin -con algo de casa de juguete, de casa de muecas- que acabo de visitar y que no es ya la casa del poeta, slo un muerto lugar de evocacin para turistas melanclicos: casa-museo. Me pregunto, me he preguntado muchas veces en trances semejantes, si no es mejor destruir los espacios en que mor el escritor o el artista, reducirlo a polvo todo, que nada de cuanto lo roz lo sobreviva. No hay ms hogar, al fin para el poeta que la escritura, lo dems es ancdota y la ancdota nada e lica, confunde slo. Porque la escritura no es una prolongacin del mundo en que vivimos. Es su aniquilacin metdica, precisa.

Jugador y viajero

A mis espaldas la casa. Flotante casi, he dicho. No es del todo falso, aun cuando la metfora aparezca excesiva. El constructor que la habitaba la quiso as: ms sucedneo que sola simulacin de navo. En esta, como en la ms recoleta La Chascona en el Cerro San Cristbal de Santiago, la simblica del barco y del juguete se anteponen a cualquier otro criterio. El escritor aparece all como hijo de esas dos simulaciones bsicas: jugador y viajero. En una tierra que nunca jams es firme. Mientras golpea mansamente el mar, al pie de la sucinta empalizada que delimita el jardn de la playa, oigo a mis espaldas la voz bien timbrada del gua que introduce a los cultos turistas en los nimios misterios de la mansin. Los pequeos caprichos, los vasos de grueso vidrio siempre de colores, porque a Neruda le pareca una sosera insufrible beber en vasos transparentes y todos iguales. El bar, bien separado del resto de la casa, en el cual el anfitrin slo gozaba el privilegio de traspasar la frontera definida por la barra y de ejercer la funcin de barman. Las vigas de ese bar, amueblado con objetos de barco; en esas vigas de madera, ha ido garabando Neruda, a punta de navaja y con su amplia caligrafa, los nombres de los viejos amigos muertos. Desde el exterior, volviendo un poco la cabeza, acierto a ver, de nuevo, el de Elsa Triolet. Recuerdo un pasaje de Alberti, que es el ltimo superviviente de aquella generacin sorprendente de poetas: Elsa era bella para muchos. A Pablo Neruda le pareca invulnerable. No conoca el miedo y era como una espada de ojos azules... S, aunque ahora mismo no logro localizarlos, que en otras de las vigas estn grabados los nombres de Federico Garca Lorca y de Miguel Hernndez, a quien Luis ernuda considerara el ms marcado, entre los poetas espaoles de la preguerra, por el acento de la obra nerudiana... Tantos nombres, tantos amigos ya muertos... Tanta escritura. Cuando, en 1970, la Unidad Popular de Salvador Allende tiene el envidiable criterio de nombrar embajador en Pars al autor de Residencia en la tierra, hay como un instante de irrealidad arrebatada, en ese instante en que el poeta evoca su Francia propia, la de sus iconoclastas amigos del grupo surrealista. Jorge Edwards, que lo acompa en los aos de diplomacia parisina, ha descrito aquel ambiente del da en el que el nuevo embajador presenta sus credenciales en el Palacio del Elseo: De estricto azul oscuro, el poeta hablaba en su discurso de sus hermanos Aragon y Paul Eluard, enarbolando las cartas que lo acreditaban como embajador extraordinario y plenipotenciario de aquella Revolucin de Amrica Latina, una Revolucin que no carecera precisamente de ingredientes franceses, como lo demostraba su respeto de una legalidad heredada en ltimo trmino de la Gran Revolucin, pero cuya mezcla de liberalismo con marxismo produca una ligera molestia al higa d d Monsieur Pompidou y de los miembros e su Gobierno En efecto el carcter reconocible para paladares franceses de aquella mezcla le proporcionaba un sabor picante que podra tornarse explosivo. Todos, bajo los decorados Luis XV, estbamos conscientes del peligro para las relaciones franco-chilenas, pero todos sonreamos, mientras los anfitriones celebraban que el presidente Allende hubiera escogido a un gran representante de la cultura y las letras para el cargo de embajador en Pars. De esa fascinacin por la cultura francesa, queda un testimonio prolijo en la biblioteca misma de Neruda, all en la otra casa, en La Chascona del Cerro San Cristbal. El gua subraya all, ante el visitante, la joya biblioflica que es una suntuosa coleccin completa de la primera edicin de la Encyclopdie de Diderot y D'Alembert. Yo me atrevo a preferir, un poco ms adelante y enun estante ms bajo, un ejemplar rarsimo de la primera edicin de los Chants de Maldoror de Lautramont, que, sin duda, han debido pesar ms en la obra potica de Neruda que el monumento al saber universal de los grandes ilustrados del XVIII. Aquellos dos aos de misin diplomtica en Pars fueron de una ambivalencia extrema en la vida de Neruda. En el curso del primero, recibi un Premio Nobel que, sin duda, aguardaba desde haca aos. A lo largo del segundo, hubo de enErentarse a la agotadora batalla con los acreedores internacionales del Chile de la Unidad Popular, que trabajaban ya denodadamente en la estrangulacin del rgimen allendista. Edwards ha transcrito algunos de aquellos momentos de extrema tensin que desgastaban a un Pablo Neruda ya horadado por la enfermedad: El grupo de los acreedores occidentales de Chile, llamado con elegancia el Club de Pars, se reuni en las primeras semanas de 1972 para considerar nuestra peticin de renegociar la deuda. Pablo Neruda, enEermo, acosado por una anemia aguda que ya no lo abandonara, acudi a presidir la delegacin chilena en la sesin inaugural. Despus de los saludos de rigor, el seor Hennessy, presidente de la numerosa delegacin norteamericana, pidi la palabra... y sostuvo que Chile no reconoca sus deudas, puesto que no demostraba la menor intencin de pagar compensacin a las dos principales compaas nacionalizadas del cobre: Kennecoat y Anaconda... Pablo Neruda Eue invitado, poco despus de la reunin del Club de Pars, por el Pen Club de Nueva York. All tuvo que pronunciar el discurso inaugural y evoc la atmsfera extraa y sibilina de ese otro Club donde se decida el destino de Chile. El delegado norteamericano, con su nombre de fin de banquete, le recordaba al viejo marino que mata un albatros en el poema de Coleridge y que despus es condenado a lleuar el cadver del Albatros colgado al cuello para el resto de sus das. Chile semeja en el mapa un albatros en vuelo. Esa inminente muerte del albatros, evocada en el discurso del Pen Club que Edwards transcribe, parece acechar al Neruda que retorna a su pas desgarrado, con la consciencia de estar l mismo acercndose a sus ltimos das. Aqu, en este primoroso casern de Isla Negra, dar sus ltimos esfuerzos a la causa poltica, ya en fase desesperada, de Salvador Allende. Al volver a Chile me recibi una vegetacin nueva en las calles y en los parques. Nuestra maravillosa primavera... Otra vegetacin salpicaba los muros de la ciudad. Era el musgo del odio que los tapizaba. Carteles anticomunistas que chorreaban insolencia y mentira; carteles contra Cuba; careles antisoviticos; carteles contra la paz y la humanidad; carteles sanguinarios que pronosticaban degollinas y Yakartas. Esta era la nueva vegetacin que envileca los muros de la ciudad. Yo conoca por experiencia el tono y el sentido de esa propaganda. Me toc vivir en la Europa anterior a Hitler. Era justamente se el espritu de la propaganda hitleriana. He estado contemplando la ltima de las mesas sobre las que Neruda ejerciese su tarea de escritura. No es la amplia y maciza del gran escritorio que da al mar y tras del cual se inclina, como para leer sobre los hombors de quien escribe, el monumental mascarn de proa de Guillermina, la ltima adquisicin de esa coleccin soberbia que llena los rincones de esta casa que es toda ella como un inmenso mascarn de proa. En sus timos meses, Neruda escriba en un cuarto mucho ms pequeo de la planta baja, el nico de la casa sin vista al mar, y lo haca sobre una mesa mnima, formada de una tabla que las olas arrojaron a la playa y que result ser la puerta desgajada de una bodega de barco que sobre esa escueta superficie de madera pulida y dura donde la pluma, siempre con tinta verde, traz la spera despedida que anunciaba la ltima batalla del poeta, a inicios del 73: Amor, adis, hasta maana, besos! / Corazn mo, agrrate al deber / porque declaro abierto este proceso. / Se trata aqu de ser o de no ser. EI proceso es, desde luego, el del Presidente norteamericano. Y el poeta, slo el notario de un juicio que ejercen los masacrados pueblos -Vietnam, Chile...-, cuya existencia Nixon, el analfabeto, / ni siquiera de nombre conoca / y que mand matar con un decreto / el lejano chacal indiferente.

Vida extraordinaria

Lo veo en esa casa-barco, edificada al borde mismo de las olas, atiborrada de los objetos y recuerdos de una vida extraordinaria. Cuadros, caracolas, barcos innumerables en botellas de vidrio. Mascarones de proa de belleza prodigiosa aqu, colgando de las paredes o apoyados en los ngulos de la biblioteca. Lo veo renunciar a la paz de toda esa belleza acumulada durante dcadas de nomadismo sistemtico e inalterables races en la tierra propia. Lo veo encerrarse en el pequeo cuarto para invocar el odio de un pueblo que se sabe ya condenado a muerte por los poderosos: Al criminal emplazo y lo someto / a ser juzgado por la pobre gente, / por los nuestros de ayer, por los quemados, / por los que ya sin habla y sin secreto, / ciegos, desnudos, heridos, mutilados, / quieren juzgarte, Nixon, sin decreto. El fin de Allende se acerca. Se percibe casi en el ambiente, con la inexorabilidad de las tragedias griegas. Y, para Neruda, ese fin es el suyo propio, el de su mundo, el de una apuesta revolucionaria tras cuya derrota slo puede adivinarse la muerte. Octubre de 1971. Salvador lende, Presidente de la Repblica de Chile, saluda la concesin del Premio Nobel de Literatura al poeta y embajador de la Unidad Popular, Pablo Neruda: Neruda, un humanista esclarecido que ha narrado con belleza la inquietud del hombre ante la existencia; por la poesa de Neruda pasa Chile entero, con sus ros, sus montaas, sus nieves eternas y trridos desiertos, pero sobre todas las cosas est el hombre y la mujer y por esto est presente el amor y la lucha social. 14 de septiembre de 1973. Pablo Neruda agoniza en su dormitorio de Isla Negra, abierto por todas partes al mar. Saldr slo de all para ser trasladado al hospital en el cual morir nueve das ms tarde: Escribo estas rpidas lneas para mis memorias a slo tres das de los hechos incalificables que llevaron a la muerte de mi gran compaero el presidente Allende. Su asesinato se mantuvo en silencio, fue enterrado secretamente, slo a su viuda le fue permitido acompaar aquel inmortal radver... A rengln seguido del bombadeo areo entraron en accin los tanques, a luchar intrpidamente contra un solo hombre: el presidente de la repblica de Chile, Salvador Allende, que los esperaba en su gabinete, sin ms compaa que su gran cor@n, envuelto en humo y llamas.... Lo veo dejar la pluma sobre el escritorio por ltima vez. Luego ya slo habra lugar para el dolor. Registro policial en Isla Negra. Viaje terrible hasta la Clnica de Santa Mara en Santiago, interferido por los cacheos militares. Luego, los das de agona, punteados por la misma pesadilla recurrente: Los fusilan, los estn fusilando a todos...!" Y el velatorio que Matilde Urrutia tuvo el coraje de instalar en su casa de Santiago, La Chascona, recin allanada y semiincendiada por militares y fascistas. Y los versos, pensados para el general Francisco Franco en 1939 y que tan bien se avendran a su colega en el generalato y el horror, Augusto Pinochet, en este terrible septiembre de 1973: ...Solo y maldito seas, / solo y despierto seas entre todos los muertos, / y que la sangre caiga en ti como la lluvia, / y que un agonizante ro de ojos cortados / te resbale y recorra mirndote sin trmino.

UN POETA PLURAL, ABUNDOSO, SUBLIME

Luis Antonio de Villena

En Adios, poeta... ( 1990), el testimonio que Jorge Edwards dio de su relacin y trato con Pablo Neruda, quedaba claro lo que muchos suponamos. Alabado, odiado, denigrado o subido a las celestes esferas, Pablo Neruda (seudnimo de Ricardo Neftal Reyes, nombre que no quera ni or de lejos) es uno de los grandes hitos de la lrica hispana del siglo, pero tan sabido de s, tan autoafirmado, tan plural, tan vasto de intencin versaria que era, por antonomasia, el Poeta. Qu otro importante poeta pudo ser, en nuestra lengua, el Poeta ? Juan Ramn Jimnez, quiz. O Rafael Alberti o Vicente Aleixandre durante la postguerra, pero ninguno (ni siquiera Juan Ramn), tuvo esa totalidad, esa amplitud de respiracin potica. Algo olvidado por los lectores de hoy (aunque pocos tan ledos como l, en su momento), el chileno Pablo Neruda, a los pocos das de llegar la terrible tragedia militar a su pas, muri en septiembre de 1973, con sesenta y nueve aos. Nadie lo dud, nadie lo puede dudar si repasa su obra plural: era contradictorio, anrquico, atrabiliario, desmedido, perturbado, hondo, bondadoso, odioso, apologtico, hmnico, confesional, mnimo, patriota, era -sin duda- el Poeta. Aunque Pablo Neruda public su primer libro -la cancin de la fiesta- en 1921, con slo diecisiete aos, su primer trabajo significativo, emblemtico, y ledo hasta la saturacin por los enamorados de todas las pocas fue Veinte poemas de amor y una cancin desesperada, su tercer libro, de 1924. Un poeta poco ms que adolescente -veinte aos tena- har suspirar a generaciones enteras: Puedo escribir los versos ms tristes esta noche./ Escribir por ejemplo: La noche est estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos. Neruda haba empezado como modemista tardo, y luego se entreg a un neorromanticismo apasionado, que haba aprehendido, en parte, de algunas desnudedces de la poesa ms moderna. Ese son romntico, sentimental, vaporoso y ardiente apareci a menudo en Neruda (en la Barcarola de 1967, por ejemplo) y siempre fue muy ledo -dicen los crticos- por los que no saben poesa. Para muchos (para los ms estetas, desde luego) el gran Neruda, el poeta verdaderamente de talla, llega con su adscripcin a un surrealismo ardoroso y telrico (otros hablan de expresionismo) pero en cualquier caso, emanador de libros apasionados, oscuros, llenos de fuerza magmtica, con una visin del mundo -recuerda Jos Olivio Jimnez- violenta y desgarrada: el mundo como caos, ruina, desintegracin y muerte. Este pesimismo arrebatador y delirante sera calificado por el propio Neruda como atroz, tiempo despus. Ser el Neruda hermtico que interpret Amado Alonso en su famoso Poesa y estilo de Pablo Neruda, el poeta impuro (frente al purismo de Guilln y sus mulos) el que vivi en Espaa como cnsul chileno y funda aqu la revista Caballo verde para la poesa. El surrealista, amigo de Lorca (que lo present en una conferencia en la Universidad de Madrid, en 1934) o de Aleixandre, el casi miembroy desde luego coetner- de la Generacin del 27. El Neruda, en fin, de Residencia en la tierra (1933), ciclo que se extendera hasta la Tercera Residencia de 1947. Es el Neruda feliz, en Madrid, con Delia del Carril. Pero no hay que olvidar que Pablo Neruda siempre fue izquierdista y se haba afiliado al Partido Comunista de Chile, que nunca abandon. La guerra civil espaola acentu su compromiso y el asesinato de Lorca lo revolvi. En 1937 publica Espaa en el corazn, libro pluralmente editado en esos aos y cuya traduccin francesa fue prologada por el amigo y paralelo Louis Aragon. Ah est ya el poeta comprometido, que saltar y culminar, esencialmente, con Canto general, de1950.Como el propio ttulo indica, estamos ante la poesa de masas, paralos grandes estadios, la poesa comprometda con el comunismo y, ms an,con el stalinismo. Poeta panfletario y de consignas, pero poeta tambin que percibe la inmensa realidad del continente americano, y en cierto modo heredero de Whitman,canta a la Amrica plural y total de pueblos que luchan contra el imperialismo. Pelendose a derecha e izquierda con Juan Larrea o con Pablo de Rokha, Neruda es el cantor de las alturas de Macchu Picchu, donde dir: Sube a nacer conmigo, Hermano. El poeta, que viva en su gran casa de Isla Negra como un rico alto burgus (aficionado al champn, a los buenos caldos y a la buena comida), exultante cantor de la armona, contra el capitalista y el tirano: Dadme el silencio, el agua, la esperanza./ Dadme la lucha, el hierro, los volcanes./ Apegadme los cuerpos como imanes. / Acudid a mis venas y a mi boca. Tras el canto al hombre universal, al hombre colectivo, Neruda (siempre plural) baja de la arenga y el tono oratorio para celebrar la inmediatez. Es el poeta elemental que se quiere ceido a la vida, cantor de lo ntimo, de lo pequeo, de las realidades ms primarias. Siempre dogmtico y apodctico, Neruda escribir por entonces: Hablar con sencillez. Amrica o la claridad deben ser un slo nombre equivalente. Y atacar a los poetas oscuros, segn l voluntariosamente oscuros, en la que llamar la incomunicacin dirigida. Es, naturalmente, el Neruda de las Odas elementales, de 1954, que llegar tambin con un Tercer libro de odas, a 1957.Quin no recuerda la Oda a los calcetines? Me trajo Maru Mori / un par/de calcetines/que teji con sus manos/de pastora,/dos calcetines suaves/como liebresbies./En ellos/met los pies/como en/dos/estuches/tejidos/con hebras del/crepsculo/y pellejo de ovejas.... De nuevo, poco ms tarde, Neruda gira y vuelve a una mezcla de intimidad y claridad, muy cercana -aunque sin el tono moral propio- a la poesa de la experiencia. Estamos en el poeta ntimo de Estravagario (1958) o en el biogrfico de Memorial de Isla Negra, cinco volmenes editados en 1964. Neruda escribi muchos libros ms, todava diez ttulos (dos en 1969, An y Fin de mundo), pero para la mayora de los poetas crticos jvenes (pese al estudio de Emir Rodrguez Monegal, El viajero inmvil, que celebraba la gran pluralidad) era a fines de los 6O un poeta acabado. El viejo, gordo y hedonista dinosaurio que en 1972 public aquel mal libro de poesa comprometida: Invitacin al nixonicidio y alabanza de la revolucin chilena. Los jovencitos estetas de la hora mirbamos ese tomito con desdn, aunque sentimos su muerte, muy poco despus, en olor de derrumbe y tremendo golpe de Estado. Generoso, tonante, plural; malo, bueno, y sublime, hoy vuelve a ser tiempo de decir que Pablo Neruda fue un altsimo poeta. El que de todo poda hacer poesa. El anticorto y antiseco: caudaloso, retrico, cercano o magnfico: el Poeta.

1 Ver Prlogo, seleccin y notas de Hernn Loyola en Antologa potica de Pablo Neruda, en Alianza Editorial.

2 "Siempre me han preguntado cul es la mujer de los Veinte poemas, pregunta difcil de contestar. Las dos o tres que se entrelazan en esta melanclica y ardiente poesa corresponden, digamos, Marisol y Marisombra. Marisol es el idilio de la provincia encantada con inmensas estrellas nocturnas y ojos oscuros como el cielo mojado de Temuco. Ella figura con su alegra y su vivaz belleza en casi todas las pginas, rodeada por las aguas del puerto y por la media luna sobre las montaas. Marisombra es la estudiante de la capital. Boina gris, ojos suavsimos, el constante olor a madreselva del errante amor estudiantil, el sosiego fsico de los apasionados encuentros en los escondrijos de la urbe." (Ver Cita B)

3 Incluido en Pablo Neruda, de la coleccin "El escritor y la crtica", Editorial Taurus.

4 Jean Franco, HISTORIA DE LA LITERATURA HISPANOAMERICANA. Edit. Ariel. BARC-1983

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