Negras y Blancas Arreola

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    B I B L I O T E C A * ^ *ISSN-0 1 8 8 - 4 7 6 X NMERO 4 5 - 4 6 4 0 0 0

    negras yancasJ U A N J O S A R R E L A NERUDA E N ZAPOTLNG E O R G E S T E I N E R C A M P O S " F U E R Z AANTOLOGA DEL A J E D R E Z kULL/atmi es farce/iJc/two/i'/

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    B I B L I O T E C A de MxicoNME ROS CUARENTA Y CI NC O Y CUARENTA Y SE I S / M A Y O - A G O S T O DE 1 9 9 8 $ 4 0 . 0 0

    5 laza de la Ciudadela 4 , Centro Hislrico de la Ciudad de Mxi co Telfono 7 0 9 1 1 0 7 FAX 7 0 9 1 1 7 3C E R T I F I C A D O DE LICITUD DE TTULO NU M. 6 2 7 0 C E R T IF I C AD O DE LICITUD DE C O N T E N I D O N M 4 8 3 0

    Portada: Juan Jos Arrela, 1973. Fotografia de Kall HornaMuchos de tos textos e ilustraciones que aparecen en este nmero llegaron a nosotros a travs de las roanos amigas de Adolfo Castan, Luis Ignacio Helguera,Fausto Rosales, Javier Vargas, Hctor Orestes Aguilar, Mauricio Molina y Luis Miguel Aguilar. A todos ellos, nuestra gratitud.Biblioteca de Mxico

    PresidenteRafael Tovary de TeresaB I B L I O T E C A D E M X I C ODirector GeneralEduardo Lizalde

    ReiHsta Biblioteca de Mxico Director Fundador.- Jaime Garca Terrsf Director.- Eduardo LizaldeEditor: Jaime Moreno Villarreal. Editor Asociado: Rafael Vargas. Secretario de Redaccin: Mauricio Montiel Figueiras. Consejo de Redaccin:Fernando lvarez del Castillo. Sergio Gonzlez Rodrguez, Hctor Perea, Manuel Porras, Antonio Sabort, Guillermo Sberidan, Juan Villoro

    Coordinacin Administrativa: Carlos Mancera M.Diseo: Germn Montalvo y Marta Artigas / Pre-prensa e impresin: Reproducciones Fotomecnicas, S. A. de C. V. Planta Avena

    < Juan Gris, Naturaleza muerta con lmpara de petrleo, 1911-12, leo sobre tela,Rijkemuseum Krller-MuUer, Otterlo. En la tercera deforros: Juan Gris, Tres lmparas, 1910-11, acuarela,Kunstrauseum, Berna

    Juan Jos Arrela Tilus Burckhardt Hugo VargasPablo Neruda en Zapotln 3 El sinibolisnio del ajedrez 47 Renben Fine: psicologa y ajedrez 84Jos luis Martnez Juan Mara Solare H u g VargasJ u a n .Jos Arrela (l'n apante) 7 El ajedrez salv una cabeza 53 Ajedrez en Internet H'JJuan Jos Arrela Armando Alans Ricardo CayueU, GallyEzra Poand 13 Guerreros de marfil 54 < f 5 e l " J 6 * u n t t f " t a t ' l e V"****de tiempo/ 91

    Juan Jos Arrela .Imagen de Pablo con palabras de Neruda 15 I UN T A B L E R O DE POEMAS I Apcrifo_ . _ Mareuerite MorenoJorge ImsBorges Jorge luis Borges Marcel Sdmob 94J u a n Jos Arrela 18 Ajedrez 59 Ricardo Baeza

    Juan Jos Arrela ^ P o u n d E 1 ^ dfi m(uuther Stapenhoret 19 El juego de ajedrez 60Jules RenardEduardo Lizalde/Juan Jos Arrela Jos Juan Tablada Schwob (extractos del Diario) 101Autoanlisis (ciiircv ishi-nmi'crencia) 22 Versos a una reina 61 Andr GideJavier Vargas Rodolfo Hinostroza Un recuerdo 102"Hay (pie hacer tablas con la vida" Gambito de Rey 63(Entrevista cou Juan Jos Arrela) 25 Marcel ScbwobElseo Diego n hbw delta ma memoria 103Luis Ignacio Helguera E l e g i a p a m ^ p a r t i d oAstillas del tablero 29 de ajedrez 66 Marcel ScbwobMol Fiandere 106Mauricio Motina Charles SimicDeep Bine 30 Prodigio 67 Marcel ScbwobDos cuentos olvidados 109Alfonso X el Sabio Antonio Canto LpezCaptulo del andamiento de los trelieios ilel g^. jia^uetizndo 68 Gabriel Bernal Granados\ a c e d r e x 33 : Marcel Schwob y Juan Jos Arrela 113

    /. B Snchez Prez Paolo Maurensig Paul LautaudOt r a s formas de ajedrez 34 La variante de Lueburg 71 Diario literario, 1905 117Luis Ignacio Helguera Ida Boni Lon BlumBreve anelo!;)rio del ajedrez 35 Entrevista a Paolo Maurensig 75 Marcel Scbwob 121George Steiner Gesualdo Bufalino Jaime Moreno VillarrealCampos de Tuerza 38 El alia rusa y el ajedrez 77 F r i d a Kalilo y Marcel Scbwob 125

    Jorge Fernndez Granados Jos Perrs Marcel ScbwobLa s danzas blicas de la inteligencia 45 Ajedrez y psicoanlisis 78 Viaje a Sainoa (fragmento) 126

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    En Mxico los libros de memorias son,como bien se sabe, escasos, por nodecir extremadamente raros . Po r fortuna, entre esas felices rarezas contamosahora con un nuevo libro ele esegenero que, bajo el ttulo de El ltimojug lar. Memorias de Juan J o s Arrela(transcritas por Orso Arrela, su hijo)muy pronto circular bajo el sello deEditorial Diana. Agradecemos a esacasa editora su gentil permiso parareproducir el fragmento que a continuacin ofrecemos a nuestros lectores.

    El 16 de agosto de 1940, Pablo Ne-ruda lleg a Mxico por primeravez. Vino a nuestro pas en calidadde cnsul general de Chile. En 1941escribi el poema "Un canto paraBolvar", que ley en el AnfiteatroBolvar de la Universidad NacionalAutnoma de Mxico, en julio, CXIaniversario de la muerte del Libertador. El l de junio de 1942 llegaa Zapotln, invitado por Csar Mar-tino. Lo acompaan su esposa ,cuyo nombre no recuerdo, MaraAsnsolo y Francisco Martnez de laVega.Para recibirlo, don Alfredo Velas-

    co Cisneros solicit el auxilio dedoa Margarita Palomar, amiga mamuy querida y recordada que vivetodava, a sus ms de noventa aos,y radica en Guadalajara. Ella se encarg disponer lo necesario para lacena que se sirvi en el club Saro.Invit a un selecto grupo de amigos y se encarg de todos los detalles para que la estancia de Nerudaen Zapotln el Grande fuera todoun xito.

    El programa que prepar don Alfredo para esa noche, incluy unadoble participacin de mi parte. Anombre del pueblo y las autoridades de Zapotln, pronunci el discurso de bienvenida, del que ahorarecuerdo slo unas frases.Tambin, durante la velada, reci

    t dos poemas de Pablo: "Farewell"y el clebre "Poema veinte". Neruda qued sorprendido de mi capacidad interpretativa, de la emocincon que recit sus versos, de la diccin, la entonacin y el tiempo quele di a cada una de las palabras. Noera raro, fueron poemas que yo trabaj cuidadosamente durante algunos aos. Quiero decir que detrsde mi capacidad personal estaba eltrabajo de muchas horas y das deestudio.La respuesta de Pablo Neruda amis interpretaciones fue directamente desproporcionada a la causaque la origin. Durante la cena, meinvit a que lo acompaara a laUnin Sovitica, nada menos que

    como su secretario particular. Yome qued sorprendido sin saberqu contestar. Su esposa se encarg de abrirme los ojos; con acentomaternal, me dijo ms o menos as;"Yo te aconsejo que lo pienses muybien, porque con Pablo la vida esdifcil; se desvela todos los das,empieza a beber en la tarde y sesigue hasta el amanecer, exactamente igual como lo est haciendoaqu en estos momentos. Al da siguiente, se levanta al medioda, trabaja un rato y por la tarde vuelve a

    J u a n Jos A r r e l a

    PabloNeruda enZapotlnlas andanzas. Viaja mucho y no sequeda en ningn lugar. Por ms admiracin y afecto que t le tengas,quiero que sepas que te costarmucho trabajo acostumbrarte a convivir con una persona como l. Teres muy joven y, adems, nos hasdicho que no te encuentras muybien de salud. Piensa que viajar aEuropa, y especialmente a la UninSovitica, es demasiado riesgoso enestos das de guerra. No creo queacompaar a Pablo en este momento sea algo bueno para ti. T vivestranquilo acompaado por tus padres y tus hermanos, qu caso tendra abandonarlo todo y poner enriesgo tu propia vida?".

    Las palabras de la compaera dePablo Neaida estaban cargadas desinceridad. Yo las escuch con cierta curiosidad, pues no me dierontiempo para pensar en tantos avalares y peligros. Conmovido por todolo que representaba para m tan importante invitac in, y viend o lapreocupac in de la esposa dePablo, les agradec su gesto. Comoera natural, la idea de viajar conellos despert en m nuevos horizontes. Como la conversacin sigui toda la noche, entre todas lascosas que se hablaron, Pablo y sumujer me comentaron que al da siguiente viajaran al puerto de Manzanillo, Colima. Yo les platiqu quemis padres y mis hermanos estabanviviendo all, y me pidieron su di-

    en t ideroDE L AJ E DRE Z MILENARIO Y E L OCIOE n su profunda defen sa del ocio,L u c i o A n n e o S n e c a jus t i f icabasolamente la holganza si ella tenaque ver con tareas espirituales ymentales r e l a c i o n a d a s con la s a b i dur a . Otro t ipo de haraganer adeleitosa y estril le pareca al filsofo soci alme nte repugna nte,as se disfrazara en o c a s i o n e s des u p u e s t a actividad profesional ocientfica. P o r lo tanto, se burlabaen su s Tratados Morales de lo s h i s to r iadores y exegetas l iterariosque se refocilaban determ inandoel nmero de remeros que habanmilitado bajo el mando de U l i s e s ,o preocupndose de averiguar sie r a c ie r to que Pompeyo hab as i d o el p r i m e r e m p e r a d o r q u ee c h a r a al c i r c o dieciocho elefantespara combatir co n delincuentes.

    Pero tambin le parecan a S n e c a deleznab les t a n t o quienesdedicaban su vida al juego de pelota (los abuelos de nues tros sublimados futbolistas), como los quec o n s u m a n su vida e n dep o r testeri cament e intelectuales, com oel juego del ajedrez, que de todosmodos han practicado durante v ar i o s milenios toda c l a s e de guerrer o s , f i lsofos, l iteratos , art ist as,matemticos y s a b i o s de distintase s p e c i a l i d a d e s , como EmmanuelL a s k e r (nacido en 1868), p r e c i s a mente filsofo neokantiano y ma t e m t i c o , que fue c a m p e nmundial de ajedrez durante c a s it res d c a d a s , y que ninguna c o s ailustre dej en el ter reno de suprofesin, como no fueran su s gen i a l e s batallas sobre el t a b le r o(perdi el camp eona to mundial en1921, contra el cubano R a l C a p a -

    otr os personaje s, nacidos medio

    < Juan Joi Arrela. 1969. Foto Paulina Lavina Biblioteca de M e xno

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    reccin para ir a saludarlos, perosobre todo para que Pablo conversara con mi mam sobre las conchas y los caracoles, ya que legustaba coleccionar toda la joyeramarina de cada mar que visitaba.Mi madre y hermanas le regalaroncollares de conchas y caracolitos dela China, que ellas fabricaban consus manos. Pablo estuvo feliz y lereiter a mi madre la invitacin queme haba hecho en Zapotln el daanterior. Mi madre slo saba que lera un gran poeta, y nada ms.

    Era de madrugada cuando salimos de la cena. Pablo vio el cieloestrellado de Zapotln, claro y bajo , y dijo nerudianament e: "Aqulas estrellas se pueden tomar conla mano, nunca haba visto a las estrellas sobre los tejados, as degrandes, as de luminosas". Al escucharlo, todos nos quedamos maravillados. Luego nos dijo: "No se handado cuenta del tesoro que tienenen estas monedas de oro". El aliento sideral de la noche nos recibicon una lluvia de estrellas. Enmedio de la noche se hizo un silencio total. Caminamos como hermanos hacia el centro del pueblo, ypor un momento sent que Pablonos haba revelado el misterio potico. Lo dejamos en el hotel de Zapotln; me desped de los amigos ycamin hacia mi casa . Al pasar porel jardn los pjaros comenzaron acantar y vi en el cielo la nube pastora de mi pueblo, pens por uninstante en la inmortalidad.

    A media maana pasamos a saludar a Neruda. Estbamos preocupados por los efectos mgicos delponche de granada que se fabricespecialmente para la ocasin.Pablo ya cono ca el tequila, perono el ponche de granada que se fabrica en Zapotln, as que nuestrasorpresa fue grande cuando lovimos salir al patio todo rozagantey lleno de vida, vestido con elegancia y sonriente. Nos dio gusto verque el ponche le cay de maravilla.Por eso en el opsculo Canto paraBolvar que me regal la noche anterior me puso la siguiente dedicatoria: "A Ju an J o s Arrela, enrecuerdo de una noche de ponchey de estrellas".

    Invitamos a Neruda a dar unavuelta por el jardn central, caminamos un poco por los portales y entramos a la parroquia, le platicamossobre los temblores de tierra, queson tan fuertes por ac. En abril delao pasado fue el ltimo, y las torres de los campanarios tuvieronque quedarse sin sus cpulas, yaque se decidi dejarlas ms bajas

    por razones de seguridad. Dentrodel templo, Pablo nos dijo que allse senta bien y agreg: "Es una delas pocas iglesias que me inspiraafecto, siento la grandeza en todossus espa cios ". Cuando Nerudadeca esto, la campana mayor diodoce toques. Neruda se inspir ally se le revelaron unos versos:

    SONKTOA Csar Martina en Zapotln el GrandeCiudad Guzmn. sobre su cabellera,de roja flor y forestal cultura,tiene un taido de campana oscura,de campana segura y verdadera...Martino. tu amistad est en la altura,como el taido sobre la pradera,y como est sobre la primaveratemblando el ala de la harina pura.De pan y primavera y campanaday de Ciudad Guzmn empurpuradapor el latido de una flor seguraest Martino tu amistad formada,a g r a r i a y cereal como una azada,alta y azul como campana dura.

    Despus de su visita a Zapotln,Pablo escribi este soneto, del cualconse rvo el manuscrito autgrafoque ms tarde me regal don Alfredo Velasco.Don Alfredo me cont que vio aNeruda en casa de unos amigos, talvez la casa de Guillermo Jimnez, yque all Pablo le coment quehaba escrito un soneto sobre Zapotln, por lo que don Alfredo lesolicit si sera posible que le diera

    una c opia. A lo que el poet a lecontest: "Dme por favor una hojade papel y se lo escribo aqumismo". Ante esa respuesta y estando en casa ajena, busc en las bolsas de su saco y se encontr conque el nico papel de que disponaera un sobre, lo abri rpidamentey se lo ofreci para que escribieraen l. Neruda no repar eri el ex trao formato del sobre extendido,y se puso a escribir y recordar elsoneto. Slo tuvo duda en el versoque dice: "Agraria y cereal comouna azada...", por eso al terminarpuso una nota al pie que dice:"Verso cambiado". Creo que en suprimera versin Neruda haba escrito: "Fresca y futura como tierraarada...".

    En bello gesto de amistad, casiinaudito, pero caracterstico de l,don Alfredo me entreg el sonetoautgrafo. Cuando me lo dio en Zapotln me dijo simplemente: "Se loped para usted y quiero que ustedlo conserve".

    Volvimos con Neruda al hotelZapotln y nos tomamos una fotografa de recuerdo, que tal vez seala nica que l se tom en esteviaje. En la foto aparecemos, entreotros, de izquierda a derecha: donAlfredo, en traje oscuro, firme y sereno como era; Pablo Neruda consu mirada triste y pensativa, conuna calvi cie prematura, jove n yfuerte, vest ido deportivamente paraviajar al puerto de Manzanillo; yoestoy a su lado, fino y delgadocomo era, con un gesto serio y nervioso. De las otras personas slorecuerdo a Pedro Aldrete, pero no

    Federico Vergara, Alfredo Vclmco. Pedro Aldrete. Pablo Neruda (al

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    a los dems. Me desped de Nerudarecordndole que no dejara de visitar a mi mam, y me asegur quelo hara al llegar a Manzanillo. Alno irme con l y su esposa, sentque dejaba pasar la oportunidad devivir otra vida. Le ped que me escribiera otra dedicatoria en una modesta publicacin de la editorial Torde Buenos Aires, quinta edicin fechada en 1938, de las tantas que sehicieron de Veinte poemas de amory una cancin desesperada. Nerudaescribi en ella: "A Juan Jos Arreo-la, con fe en su destino". Yo tenaveintitrs aos de edad-Desde entonces, slo volv a vera Pablo en dos ocasiones: una, en1950, en la que al verme me dijocon alegra: "Usted es el poeta deZapotln". De ese encuentro guardo una dedicatoria en un libro deNeruda que l mismo no tena: Residencia en la tierra, de Edicionesdel rbol, Madrid, 1935. La ltimavez que lo vi fue en 1966, cuandoel rector don Javier Barros Sierrame invit a decir una palabra sobrePablo en el auditorio de la Facultadde Ingeniera de la UNAM, dondeste dio su ltimo recital en Mxico . Tambin grab el disco de Vozviva de Amrica. En esa ocasin, alsalir del auditorio, Pablo me invita que lo acompaara en su auto,junto con su esposa Matilde Urrutia,para trasladarnos a la casa de Esperanza Zambrano, madre de miamigo Javier Wimer, en donde seofreci un brindis en su honor.

    Durante el recorrido, Pablo y yorecordamos su estancia en Zapotlny Manzanillo. Hablamos de Cuba,le platiqu que estuve unos mesesen la Casa de las Amricas, dondeimpart un taller de creacin literaria, invitado por Hayde Santamara. Todo esto, como era natural, ledio mucho gusto, pero descubrque no haba ledo ninguno de mislibros. Tengo la impresin de ques

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    Manuscrito del poema de Pablo Nerada, en lavisita a Zapotlao

    Hace tres semanas que tuve la suerte de leerlo y me sent feliz viendoque era usted el que responda, el quetomaba la iniciativa alta y peligrosa,ante ese llamado que Rusia est haciendo al corazn de todos.

    Porque a travs de la expresinpotica se est escuchando la vozenrgica del hombre que dice las verdades ms hondas y ms duras.

    El canto a Stalingrado est lodo ardiendo como la ciudad heroica, r e p r o che llameante p a r a los que miran conmanos cruzadas la cada de los hroes.

    Ah donde no asistieron los generales, acude el poeta y pone laurelessobre la ciudad martirizada.

    Qu noble y extremada t a r e a la deusted, Neruda. de ir diciendo la verdad, la de instalar el d r a m a vivo deStalingrado ante el brumoso silencio deLondres y la algaraba de Nueva Y o r k .

    Usted, que t r a z en la inmensidadde un canto la metlica forma de Bolv a r , nos dice a h o r a la gesta de la ciudad moribunda e inmortal y la dicecon su voz grande y desnuda, americ a n a , voz que la poesa vuelve universal y eterna.

    Se siente alegra viendo que la justicia y la bondad tienen todava voz,voz exasperada de poeta que suenadolorosamente, pero llena de esperanza porque el sacrificio de la ciudad nose perder, porque la semilla del valorflorecer sobre la t i e r r a , abonada decadveres heroicos.

    Si he incurri do en e r r o r al permitirme hablar de su poesa, doy a ustedcomo disculpa el entusiasmo que ellame ha despertado.

    Don Alfredo me ha enviado su versin manuscri ta del sone to a C s a r

    Martino. Gracias porque los tabachinesy las campanas de Zapotln han ingresado con fidelsimo recuer do a lapoesa, decorando una amistad p r o funda.

    Creo que no hace falta que yo meponga a sus rdenes. Usted sabe qufeliz sera acudiendo a un llamadosuyo. Es toy a su disposicin y notengo premisas de ninguna especie.

    Ruego a usted h a c e r llegar un efusivo recuerdo a su gentil esposa, y austed, poeta, le envo mi admiracin ymi cordi al gratitud.

    J . J . A.A propsito del pensamiento poltico de Pablo Neruda, en otro tiempo se habl mucho de su poesasocial, de la poesa comprometida, pero pienso simplemente quela poesa es poesa o no lo es. Nohay por qu extraviarse en los laberintos ideolgicos. Una cosa esPablo Neruda como hombre, comoser humano capaz de errar en sulibre albedro, y otra es su poesa.Invito a los que quieran leer sobrela poesa de Neruda a que vuelvansus ojos a un magnfico libro, ya olvidado por cierto. Poesa y estilo dePablo Neruda. Interpretacin deuna poesa hermtica, de AmadoAlonso, publicado por la EditorialLosada en 1940, en la preciosa coleccin de Estudios Literarios.

    Guillermo Jimnez, un escritorque hay que salvar del olvido, nacido en Zapotln, era amigo de donAlfredo Velasco, y durante muchosaos le envi libros maravillososdesde la ciudad de Mxico, as como de Madrid y Pars. En la biblioteca de don Alfredo, a la quetuve la suerte de entrar en mi adolescencia, haba libros inimaginables. Eso explica algunas de mislecturas, como la del Diario de unaspirante a santo, de Georges Duhamel, y de otros como el de Poesa y estilo de Pablo Neruda,Cuando escrib "Hizo el bienmientras vivi", los primeros lectoresdel texto, como ya dije antes, fueron: don Alfredo, Xavier Villaurrutiay Guillermo Jimnez. En literaturasiempre he sido fiel a ciertos autores, cuyos textos se aproximan msal arte que a la misma literatura. Poreso detesto a los autores prolficosque tanto abundan en nuestros dasy que hacen una literatura industrial,que se produce en serie, para satis

    facer la demanda de un pblicocada vez ms apto para comprar unlibro, pero cada vez menos capaz depoder leerlo y asimilarlo.Me distraje un poco y habl unpoc o ms de todo , y un poc o

    menos de lo que quera recordar.Volviendo a Zapotln, Neruda nosley "Un canto para Bolvar" durante la ce na que orga niza mospara recibirlo. Recuerdo que leyel poema con tanta devocin, quealgunos de los asistentes creyeronque se trataba de un poema religioso, ya que comienza: "Padrenuestro, que ests en la tierra, enel agua, en el aire...". En ese tiempo la voz de Neruda era como unaqueja, lea muy mal sus poemas, talvez alguna de sus mujeres le recomend que cuidara ms ese aspecto, sobre todo en pblico, lo queseguramente hizo, puesto que muchos aos despus lo escuch leersus poemas con mejor voz y entonacin.Quiero dejar testimonio de quefue Csar Martino el que llev aPablo Neruda a Zapotln para darleel gusto de que me oyera recitarsus versos. Tiempo atrs Martinome haba escuchado declamar unpoema de Neruda y en aquella ocasin me dijo: "Voy a traer a Zapotln a Pablo Neruda en personapara que escuche cmo recitas susversos". Csar Martino fue hijo deun ingeniero de minas de origenitaliano, avecindado en el sur de Jal isco. Pas parte de su niez y sujuventud en Zapotln. Cuando yoera nio lo vi actua r en algunaspiezas de teatro, con Margarita Palomar y Josefina Vergara. Fue variasveces diputado federal y era un poltico de filiacin cardenista.

    En relacin con la visita de PabloNeruda, escrib una carta a unamigo de esa poca, de la que, amanera de eplogo, transcribo t;l siguiente fragmento:Ciudad Guzmn, J a l i s c o ,a 24 de junio de 1942.

    Muy estimado Vidal:[...] Comprende usted bien la alegraque tuvimos con la visita de Neruda.

    Nos ley su poema "Un canto p a r aBolvar", cuyo hermoso opsculo tuvola gentileza de dedicarme poco despus. No se imagina usted qu persona tan sencilla y cordial es este poetaextraordinario. No puedo hacerle c r nica de este acontecimiento porque enl tuve alegras tan personales comoinmerecidas. Cuando usted venga, enpalabras que se lleve el viento, he decontarle esas impresiones, p a r a minolvidables. Neruda visit a mis padres y hermanos en su casa de Manzanillo, y entre l y Martino me hanprometido los bueyes y la c a r r e t a . Ner u d a ofreci espontneamente a mimadre t o m a r a su c a r g o mi asunto.Ojal y algo de esto sea verdad [...1

    Biblioteca de Mxico6

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    Jos Luis Martnez (Atoyac. Jalisco,1918). quien fuera Director General delFondo de Cultura Econmica y Directorde la Academia Mexicana de la Lengua,es uno de los crticos ms atentos a lahistoria general de la literatura r

    La personalidad de Juan Jos Arreo-la (1918) es nica en el panoramade nuestras letras. Enjuto, nervioso,extrovertido, locuaz, es un juglarburlesco cuya pasin dominante esla palabra. l mismo nos ha contado su vida en una pgina precisa:, soy de Zapotln el Gran

    de. Un pueblo que de tan grande noslo hicieron Ciudad Guzmn hace cienaos. Pero nosotros seguimos siendotan pueblo que todava le decimos Za potln. Es un valle redondo de maz,un circo de montaas sin ms adornoque su buen temperamento, un cieloazul y una laguna que viene y se vacomo un delgado sueo [...]

    Nac el ao de 1 9 1 8 , en el estragode la gripa espaola, da de San MateoI-Aangelista y Santa ingenia Virgen,entre pollos, puercos, chivos, guajolotes, vacas, burros y cabal los. Di losprimeros pasos seguido precisamentepor un borrego negro que se sali delcorral . Tal es el antecedente de la angustia duradera que da color a mivida, que concreta en m el aura neurtica que envuelve a toda la familia yque por fortuna o desgracia no ha llegado a resolverse nunca en la epilepsia o la locura. Todava este malborrego negro me persigue y sientoque mis pasos tiemblan como los deltroglodita perseguido por una bestiamitolgica.

    Como casi todos los nios, yo tambin fui a la escuela. No pude seguiren ella por razones que si vienen alcaso pero que no puedo contar; mi infancia transcurri en medio del caosprovinciano de la Revolucin Crstera.Cerradas las iglesias y los colegios religiosos, yo. sobrino de seores curas yde monjas escondidas, no deba ingresa r a las aulas oficiales so pena de hereja. Mi padr e, un hombre quesiempre sabe hallarle salida a los callejones que no la tienen, en vez de enviarme a un seminario clandestino o auna escuela de gobierno, me pusosencillamente a trabajar. Y as, a losdoce aos de edad entr como aprendiz al taller de don Jos Mara Silva,maestro encuadernador, y luego a laimprenta del Chepo Gutirrez. De allnace el gran amor que tengo a los libros en cuanto objetos manuales. Elo t r o , el amor a los textos, haba nacidoantes por obra de un maestro de primara a quien rindo homenaje: gracias

    a Jos Ernesto Aceves supe que habpoetas en el mundo, adems de ecmerciantes. pequeos industrialesagricultores l...)

    Soy autodidacto, es cierto. Perolos doce aos y en Zapotln el Grandle a Baudelaire, a Walt Whiiman ylos principales fundadores de mi estlo: Papin y Marcel Schwob. junto comedio centenar de otros nombres mlos dichos populares y me gustabmucho la conversacin de la gente d

    Jos Luis Martnez

    Juan JosAirelaUn apunte

    Desde 1930 hasta la tecna tve desempeado ms de veinte oficios yempleos diferentes... He sido vendedor ambulante y periodista: mozo decuerda y cobrador de banco. Impresor,comediante y panadero. Lo que ustedes quieran.al hombre que me cambi la vida.Louis Jouvet, a quien conoc a su pasopor Guadalajara. me llev a Pars hace-veintic inco aos Ese viaje es un sueoque en vano tratara de revivir; pis lastablas de la Comedia Fr a n c e s a : esclavodesnudo en las galeras de Antonio yCleopatra, bajo las rdenes de leanLouis B a r r a u l t y a los pies de MarieBell.

    A mi vuelta de Francia, el Fondo deCultura Econmica me acogi en subuenos oficios de Antonio Alatorre.que me hizo pasar por fillogo y g r a mtico. Despus de tres aos de c o r r e gir pruebas de imprenta, traduccionesy originales, pas a Figurar en el c a t logo de autores (Varia invencin a p a reci en Tezontle, 1 9 4 9 ) .

    Una ltima confesin melanclicaNo he tenido tiempo de ejercer la liter a t u r a . Pero he dedicado todas lashoras posibles para amarla. Amo ellenguaje por sobre todas las cosas yvenero a los que mediante la palabrahan manifestado el espritu, desdeIsaas a Franz Kafka. Desconfo de casitoda la literatura contempornea. Vivorodeado por sombras clsicas y ben-

    en t ider otoda olvidada, pero de gran popularidad en s u tiempo, figuran pe-(sobre el libro de Henry Fielding),que los historiadores contempor n e o s c o n s i d e r a n s u p r e m a .

    No p o s e e m o s grabacin algunade s u s p e r a s , himnos, rquiem,o r a t o r i o s o t ra ba j os ma yores ,pero s pos eem os ( es na t ura l ,dada nuestra condicin de aficion a d o s a l o s e s c a q u e s odiados porS n e c a ) un ejemplar en lengua e s p a o l a de su libro Anlisis deljuego de Ajedrez, en edicin de laLibrera de R o s a y Bouret, P a r s ,1864, que era s e g n el traductorD. C . de Algara, l a m s fiel t r a n s cripcin del libro original: L'Anali-ze de s c h e c s , pub l i c a d o enL o n d r e s en 1747 y revisado porPhilidor t reinta a o s d e s p u s .

    ANALISIS

    JUEGO DE AJEDREZPOR A D riLlDOR

    m

    L O S MUCHOS CAMINOS DE LD E S D O B L A M I E N T OE n el p a s a d o der e v i s t a hablamos de libros a p c r i f o s , de obras fantasmas y d e s d o b la m ien to s de aut ore s que pors u p u e s t o s e dan tambin en otrosgneros de la cultura y del arte.Uno de los ms frecuentados te rrenos de los falsificadores es elde la pintura, dados los grandesb en ef ic io s ec on mi c os que ene s t e campo obtienen l o s c o p i s t a s .

    L a invencin de un autor o va-ros puede s e r un acto vlido y r e c o n o c i d o , un r e c u r s o eficaz parai i c o , un pintor, un poe-

    edan i n c u r s i o n a r en e s t i l o s

    Biblioteca de Mv.xtco7

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    volas que protegen mi sueo de escrit o r . Pero tambin por los jvenes queharn la nueva literatura mexicana: enellos delego la t a r e a que no he podidorealizar. P a r a 'facilitarla, les cuentotodos los das lo que aprend en laspocas horas en que mi boca estuvogobernada por el o t r o . Lo que o, unsolo instante, a travs de la z a r z a ardiente.

    ("De memo ria y olvido". Confabularlo, Ed. Joaqun Mortiz. Mxico, 1971)

    Arrela dedic, en efecto, slo unpar de dcadas de su vida al ejercicio de la literatura escrita . En 1943,cuando contaba veinticinco aos,publica en Guadalajara sus primeros cuentos. En 1963 . a los cuarentay cinco de su edad, aparece Laferia, su ltimo libro formal. Pero,adems de sus libros, hace muchasotras cosas en estos aos fecundos.Es actor en el Teatro de MediaNoche, que diriga Rodolfo Usigli.Y en 1947, en la nica representacin de Corona de sombra, la obramagna de nuestro dramaturgo. JuanJ o s hace el breve papel del general Miramn. En la conversacinfinal que tiene Maximiliano con losgenerales mexicanos que lo acompaarn en la muerte, el emperadorles ofrece unos puros. Estos debieron ser viejos y de mala calidad, yArrela, que nunca haba fumado,palideci y estuvo a punto de desmayarse por la nusea.

    En 1950, cuando an no se prestaba gran atencin a las nuevas letras (la coleccin Letras Mexicanas,del FC E, se inic iara en 1 9 5 2 ) .Arrela se hace editor con la coleccin de cuadernos de Los Presentes, editados con pulcritud y quecontinan hasta 1956. Publica allhermosos textos de Pellicer. Henes-trosa, Mejia Snchez, Monterroso,Pascual Bux , Tario, Garca Terrs,Bonifaz uo, dibujos de Soriano,y cinco de los mejores Cuentos( 1 9 5 0 ) del propio editor. Ademsde los cuadernos, en 1956 Arrelaedita los primeros cincuenta ttulosde la coleccin de libros tambinllamados Los Presentes. Junto a textos de escritores mayores, en estaserie da a conocer una legin deescritores jvenes: Carlos Fuentes yJulio Cortzar se cuentan entreellos. Y en fin, en 1958 y 1959 publica veintiocho Cuadernos del Unicornio, que divulgan obras inicialesde escritores como Uranga, Lizalde,Pacheco y Del Paso, entre otros.

    La vocacin de Juan J o s Arrelapara guiar los pasos de los escritores jvenes ha sido ciertamente me

    morable. Creo que l inici los Talleres Literarios. La revista Mester( 1 9 6 4 - 1 9 6 7 ) , que dirigi Arrela, recoge en sus doce nmeros los primeros textos de escritores luegodestacados como Jo s Agustn, ElsaCross, Hugo Hiriart, FedericoCampbell, J o s Carlos Becerra, Homero Aridjis, Jaime Sabines, Salvador Elizondo, Carlos Monsivis yVicente Leero, entre los ms notorios. El novelista J o s Agustn reconoci las enseanzas de Arrelacon estas palabras:

    Er a universal, la verdad. E s t a b a todo elmundo y a lodo el mundo le entregaba tiempo. Y a todos nos dio, primeroque nada, unas nociones de identidadpropia; nunca quiso obligar a la gentea que escribiera bajo determinados patrones. Tena la capacidad inmensa depoder recon ocer los estilos incipientesde c a d a quien y ayudarl o a desarrol larsu estilo.

    ("Arrela influenci a todos losde Mester", Vnomsuno, Mxic o , 26 de junio de 1985)

    Siempre atrado por el teatro, en1 9 5 6 Arrela organiz el primerprograma del innovador c i c l o llamado Poesa en Voz Alta, con unaseleccin de poesa y teatro espaoles y de piezas breves de GarcaLorca. En la presentacin que escribi para el cic lo dice que pretenden "jugar limpio el antiguo ylimpio juego del teatro". Arrela fueuno de los recitadores y actores eneste primer programa y en algunosde los siguientes de este c i c l o detan buena memoria.

    Y adems de actor, editor y guade los jvenes escritores. Arrela esajedrecista, jugador de ping-pong,ciclista y aficionado a las encuader-naciones nobles, a los cristales bellos y a las viejas levitas. Y estambin un escritor excepcional.Cuando se public Varia invencinen 194 9, un aire nuevo y frescolleg a las letras mexicanas. Reapareca la vida pueblerina, en cuentoscomo "Hizo el bien mientras vivi","E l cuervero", "Carta a un zapatero"y "La vida privada", pero vista conuna malicia burlona. Y haba muchas novedades: cuentos de temasde historia antigua y de cuestionesteolgicas; fantasas de sabor kafkiano y un "Monlogo del insumiso", en el que el inn ombrad oManuel Acua cavila sobre el porvenir de sus versos. La novedadapareca con un aire festivo, aveces socarrn y en un lenguajemanejado con destreza y ajustado

    siempre a la ndole de sus temas.En el ltimo de los cuentos mencionados, por ejemplo, hay uncomplejo juego de alusiones a personajes y hechos relacionados conla historia del poeta: los amorescon la lavandera, el memorialistaGuillermo Prieto y la Dulcinea, quese llamaba Rosario de la Pea, yjuicios sobre la poesa de Acua,consignados en el monlogo delpoeta que ha decidido suicidarse.El resultado es sugestivo, lo mismopara quien lee el cuento ignorandosus alusiones como para el que disfruta sus entretelas.

    En el libro siguiente de Arrela,Confabularlo ( 1 9 5 2 ) , las promesasde Varia invencin se multiplican ylos veinte cuentos son esplndidos.Forzando la seleccin, pueden destacarse "El guardagujas", atroz fantasa sobre nuestros trenes (quetiene alguna relacin con cuentosafines de Charles Dickens y de Alvaro Mutis, segn lo mostr SaraPoot Herrera); "El discpulo", acercade dos aprendices de Leonardo ysu bsqueda de la belleza; "La cancin de Peronelle", sobre el poetafrancs Guillaume de Machaut; elconmovedor "Epitafio", que cuentala vida de Francois Villon; "El layde Aristteles", que recrea una leyenda medieval acerca del filsofo;los "Apuntes de un rencoroso", variacin sobre los celos; y el ingenioso "Baby H. P.", que expone laposibilidad de aprovechar la energa que despilfarran los nios.

    En los aos siguientes al primerConfabularlo de 1952, Arrela escribi nuevos cuentos que aadien las ediciones posteriores (CUitfa-bulario total I1941-1961I y Confabularlo, en la edicin de Obras deJ. J. Arrela, de Joaqun Mortiz, de1971 ) , a los que llam "Prosodia".Entre ellos hay nuevas obras maestras: "Cocktail Party", que se refiere de nuevo a Leonardo, ahora conMonna Lisa; la preciosa y desesperada "Balada"; "T y yo", otra variante del confl icto de la pareja;"Anuncio", que lo es de una mujerde plstico cuyos atractivos seponderan as: "Nuestras damas sontotalmente indeformables e inarru-gables, conserv an la suavidad desu tez y la turgencia de sus lneas, dicen que s en todos losidiomas vivos y muertos de la tierra [...) Nuestras Venus aade elAnuncio estn garantizadas paraun servicio perfecto por diez aosduracin promedio de cualquieresposa". Y siguen otros cuentos notables sobre temas femeninos: elextrao acerca de "Una mujer

    l ihtioleca de Mxicos

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    amaestrada", y la inquietante "Parbola del trueque", que comienzacomo sigue: "Al grito de Cambioesposas viejas por nuevas!' el mercader recorri las calles del puebloarrastrando su convoy de pintadoscarromatos". Y en el tomo llamadoPalndroma (ed. de Joaqun Mortiz.1 9 7 1 ) hay dos textos muy sugestiv o s : el relato extenso "Tres das yun cenicero", que refiere el encuentro de una estatua antigua en la laguna de Zapotln, y "El himen enMxico", turbadora fantasa cuyotema puede ilustrarse con un librocercano: Acechando al unicornio.L a virginidad en la literatura mexicana, seleccin, estudio y notas deBrianda Domecq (FCE, Mxico,1988) .

    Por qu son fascinantes loscuentos y las prosas narrativas deJuan Jos Arrela? Puedo proponerestos motivos: la novedad de sustemas, su humor malicioso, la perfeccin de su elaboracin y la calidad de su estilo. Al panoramatemtico de nuestros narradores,restringido a temas rurales y a experiencias personales, Arrela ledescubre las posibilidades de laimaginacin, el mundo de los artistas y poetas y su bsqueda de labelleza (Aristteles, Leonardo, Villon, Machaut, Badajoz, Gngora,

    Acua, Gonzlez Martnez), de personajes y hechos histricos y deobras cientficas intrincadas. Ynuestro cuentista logra trasmutarestos temas hasta volverlos entraables y emocionantes. Otro tantohace con cuestiones teolgicas ymorales como el libre albedro, lapredestinacin y el drama de estaren el mundo. El dicho bblico sobrela salvacin del alma de los ricos ye l camello que pase por el ojo dela aguja, le inspira un cuento precioso, "En verdad os digo".

    E l mundo de la mujer, el amor ye l destino de la pareja conyugalsuelen ser el campo de un humormaligno y de fantasas crueles y resentidas. Para Arrela, el erotismoe s como una fascinacin de abismoy de perdicin. "Todo lo que he escrito dijo Arrela es el terrorde saberme responsable y solo. Miaspiracin ha sido perderme. Lasmujeres han sido trampas temporale s y accidentales. Y tengo la necesidad de ser devorado". Al mismotiempo, ha reconocido el peculiartalante de su humor:

    M e siento feliz de haber desembocadoen humorista. Quiz lo que m s puedasalvarse de m es el soplo de bromacon que agito los problemas ms pro-fundos, ya sean floraciones del m a r o

    ent idena j e n o s , o supuestamente a j e n o s as u temp eram ento ( los heterni -m o s f a m o s o s de P e s s o a s o n elejemplo tradicional en la l iteratur a del s i g l o X X ) , pe ro t a mbi npuede inventarse a u n autor antig u o , e n l a lnea d e l Marco Aureliod e G u e v a r a , o en la del galcoO s s i n de james Macpherson , yexponerse e l inventor a la furia d elo s s a b i o s q u e h a n cado e n el e n -gao, tanto como al odio de c o -munidades o n a c i o n e s q u e v e n ene s e juego un fraude his tr ico yu n a burla de s u autnt ica h e r e n c i a cultural.

    Igualmente r i e s g o s a , m s a c a s o ,e s l a falsificacin de o b r a s de arteq u e a l c a n z a n en el mercado prec i o s elevados y c u y o ejecutor s eex p o n e no s l o a l desprest ig ios i n o a la demanda judicial de losparticulares o l a s instituciones q u ea dq u ie r en e s a c l a s e de "fakes",c o m o s e l e s l lama en la jerga in g l e s a de la e s p e c i a l i d a d . Un mor r o c o t u d o e s c n d a l o , ha s i d oprecisamente e l artculo publicadoe n febrero de 1998 s o b r e lo s c u a d r o s q u e componen la famosa c o -l e c c i n Y a s u d a , q u e fue vendida a lnuevo m u s e o de A m s ter da m po r37 millones de d l a r e s . S e g n ela r t c u l o d e G e r a l d i n e N o r m a n( T h e New York Times Review ofBooks), la c o l e c c i n e s t conformada po r puros fakes o c o p i a s deamigos y h er eder o s del p intor .Hace u n o s cuat ro a o s , p a s a m o sadmirados e ingenuos p o r e s e pe queo y nuevo m u s e o d e Amster d a m , p e r s u a d i d o s d e q u e s u s o b r a sprocedan de la milagrosa ma nod e l gran Vincent, c u y o s verdader o s c u a d r o s (as s e prueba en elar t cu lo anotado) s e encuentrand e s d e h a c e mucho en c o l e c c i o n e scomo l a s d e l a National Gallery d eL o n d r e s .

    Hihlintcat d e M x i c o

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    floraciones celestes. Lo mismo hablarayo de las negruras del abismo que delas alturas de la luz. All el viento demi espritu se mueve con una sonrisama ca bra y funesta. Tal vez tengo unaincapacidad p a r a tratar en serio losgrandes temas. Necesito salirme por latangente de la pirueta.

    (Y ahora, la mujer..., Utopa,Mxico, 1975)

    La composicin y el estilo de loscuentos y fantasas de Arrela esuna rara combinacin de finura,imaginacin y precisin. Sabe condensar en los rasgos expresivosms eficaces la materia de sus historias. Marcel Schwob, el escritor aquien ms debe la prosa de Arreo-la, deca que el objetivo del artebiogrfico debera ser el de captarlos rasgos nicos, distintivos, de lavida del personaje, lo que constituye su identidad fundamental, su parbola propia, a ninguna otrasemejante, en el firmamento de lavida colectiva. Los textos de Arrelaque se refieren a personajes cumplen este propsito, con gracia yagudeza. Y otro tanto hace con suscriaturas imaginarias, encontrandosiempre su rasgo nico. De ah sueficacia.

    En sus textos ms elaborados,Arrela prefiere las frases cortas ysu adjetivacin es de calidad excepcional. Borgeana, podra aadirse.Nunca es adorno gratuito.El Bestiario (1959) , que acompaan dibujos de Hctor Xavier, es unejercicio de observacin y de inteligencia, en prosas de concisin e intensidad admirable para captar lodistintivo de los veintitrs animaleso familias que describe. Detengmonos, como muestra, en las focas:Perros mutilados, palomas desaladas.Pesados lingotes de goma que nadan ygalopan con difciles ambulacros.Meros objetos sexuales. Microbios gigantescos. Creaturas animadas de vidainfusa en un barro de forma primaria,con probabilidades de pez, de reptil,de ave y de cuadrpedo. En todocaso, las focas me parecieron grises jabones de olor intenso y repulsivo.

    En alguna entrevista, Arrela observ que "el animal es el espejo delhombre [...] En el animal vemosnuestra caricatura, que es una de lasformas artsticas que ms ayudan aconocernos". (Y ahora, la mujer... ,Utopa, Mxico, 1975, p. 86)Arrela escribi conceptuosossonetos en su juventud, que no hacoleccionado. Y prob el teatro endos piezas en un acto: La hora de

    todos ( 1 9 5 4 ) , interesante y traducida al francs, y Tercera llamada(1971) , que es quiz su nica obraprescindible; e hizo buenas traducciones del francs de textos de supredileccin, especialmente de PaulClaudel (reunidos en Bestiario, ed.de J . Mortiz, 1972) .La feria ( 1 9 6 3 ) es la nica novelade Arrela y fue su despedida de laliteratura escrita. Su tema es Zapotln el Grande, tierra de su autor.Cuenta la historia y la vida del pueblo detenindose sobre todo en losconflictos de los naturales para recuperar sus tierras; en los grandestemblores que destruyeron el pueblo; en los azares de la organizacin de las fiestas de octubre enhonor de San J o s , el santo patrono; en la aventura agrcola de unzapatero que se mete a agricultor;

    en las maliciosas confesiones de unmuchacho; en las aventuras de lasmujeres de vida alegre que regentea Mara la Matraca, con la singularhistoria de Concha de Fierro y eltorero Pedro Corrales; en los amores de un adolescente y los afanesculturales del Ateneo Tzaputlatenacon la poetisa Alejandrina; en lashistorias de muchachas robadas yabandonadas; y en el castillo pirotcnico de don Atilano, incendiadopor unos desalmados. El resultadode este cmulo de historias es encantador, lleno de frescura y gracia.El contrapunto con que se van hilvanando los diferentes hilos y ellenguaje popular de la regin, funciona con naturalidad. Hay frecuentes citas y trasposiciones de lospitofetas bblicos y de los Evangel ios apcrifos, as como de documentos histricos (Sara PootHerrera, Un giro en espiral. El proyecto literario de Juan Jos Arrela,Editorial Universidad de Guadalaja-ra, 1992, pp. 1 8 8 - 2 0 9 ) . En suma,Juan J o s Arrela escribi un hermoso y animado homenaje a su tierra natal.

    En los aos siguientes a La feria,Arrela dej de publicar libros formales. Sin embargo, no se apartde la literatura. Se ocup de sus Talleres Literarios y, de cuando encuando, en entrevistas periodsticasy en coloquios cont su vida y susideas literarias. Y poco a poco lofue absorbiendo la televisin, quesupo aprovechar su simpata, su capacidad para hablar con chispa eingenio de todo lo divino y lo humano. Fue una dura tarea. Recorrien un carruaje especial la Repblica , viaj por el mundo e hizo unaserie de conversaciones con Antonio Alatorre sobre temas literarios.

    Confieso que slo lo he visto yodo en la tele pocas veces, perorecuerdo que don Daniel Coso Villegas, crtico temible, poco antesde morir en 1976, me habl conadmiracin de los programas deJuan J o s . La tele le dio fortunaaunque le alent su propensin aldespilfarro. Y si a sus lectores noshizo perder nuevos libros suyos,muchos millares de televidentesdisfrutaron del ingenio y el donverbal de Juan J o s Arrela.

    Sin embargo, algo qued impreso de estos aos. En homenaje alos libros de lectura escolares que,a Juan J o s y a m pues compartcon l las primeras escuelas de Zapotln nos hicieron descubrir yamar las letras escritas, en 1968Arrela public la antologa Lecturaen voz alta, para despertar en losnios y los adultos el gusto por laliteratura.

    Arrela ha tenido la virtud deconquistar admiradores, admiradoras y discpulos. Uno de ellos, JorgeArturo Ojeda, form en 1969 unaantologa de cuentos de nuestroautor, precedidos por un extenso yminucioso estudio sobre su obra. Yel mismo Ojeda tuvo el acierto derecopilar, de entrevistas, declaraciones, coloquios y cursos, la que-llam "prosa oral" de Arrela endos libros muy interesantes. El primero se llama La palabra educacin (Sepsetentas, 90, Mxico,1 9 7 3 ) y est dividido en los siguientes incisos: "Vida", "Cultura","Conciencia", "Los jvenes", "Elmaestro" y "Palabra". En uno de sustextos, dice Arrela:Pertenezco al gnero confesional. Soyun hombre que siempre busca confidente [...] Quiero morir sin que hayaquedado oculta una sola de mis acciones. Entre sacerdotes de la infancia ymdicos de la juventud, y amigos yamigas de todas las pocas, est mivida hasta lo ms vergonzoso. Todavame queda esta ltima camiseta... hastael hueso, pues.

    La otra recopilacin de la "prosaoral" de Arrela se llama Y ahora,la mujer... (Utopa, Mxico, 1975) .Es uno de sus libros ms hermosos,por su sinceridad y agudeza. Amodo de presentacin, lleva un retrato de Arrela, escrito por unamuchacha dibujante y pintora, queconcluye as:Los gestos angulosos dibujan actitudesde inteligencia. La delicadeza de su estru c tu ra sea es responsable de unaexpresin corprea en descomposi-

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    cin dramtica: su esbeltez trae reminiscencias del mbito teatral. Juan JosArrela se convierte en su propio espectador, asiduo y extasiado.

    Bajo el ttulo de Inventario (Grijal-b o , Mxico, 1976) reuni Arrelalo s artculos que escribi para elperidico El Sol, de la ciudad deMxico. Son reflexiones sobretemas varios o cuestiones del da obien traducciones de pginas destacadas o relatos de experiencias singulares. En una de ellas (p. 151)relata su visita a Louis Jouvet, enPars, quien le abre las puertas paraque conozca el mundo del teatrofrancs de aquellos aos. Y en otrapgina hay un recuerdo emocionado de Eugenio maz, el filsofo espaol, entonces recin muerto enVeracruz.

    Debemos a Arrela tres buenosestudios literarios. Su prlogo a losEnsayos escogidos de Montaigne(Nuestros Clsicos, 9, UNAM, 1959)muestra su familiaridad con la obradel creador del ensayo moderno; el"Posfacio" que escribi para Perso-na e de Ezra Pound, con traducciones de Guillermo Rousset Banda(Editorial Domes, Mxico, 1 9 8 1 ) , esuna aguda reflexin sobre la validez de la poesa de Pound; y, enfin, el libro llamado Ra m n LpezVelarde. Una lectura parcial(Fondo Cultural Bancen, Mxico,1 9 8 8 ) , publicado en ocasin delcentenario, ofrece comentariosacerca de la obra del poeta que hasido aficin entraable de Arrela. l mismo acaba de publicar unaprolongacin de este libro: Ra m nLpez Velarde: el poeta, el revolucionario (Alfaguara, Mxico, 1 9 9 8 ) .

    En la coleccin Voz Viva de Mxico de la UNAM, nmero 12, hayun disco con la voz de Juan J o s Arrela leyendo textos de Confabu-lario, presentado por Antonio Ala-torre, con un notable estudio.Adems de las ediciones originale s de sus libros, existe una serie decinco volmenes de Obras de J. J.Arrela, que edit Joaqun Mortizen 1971 y 1972 .La editorial Universidad de Gua-dalajara ha publicado un libro importante sobre la obra de Arrela:Sara Poot Herrera, Un giro en espiral. El proyecto literario de JuanJos Arrela ( 1 9 9 2 ) .

    LAS MEMORIAS

    A pesar de que, gracias al empeode un universitario jalisciense,Arrela se vio rodeado de las comodidades y recursos necesarios

    para que reanudara su obra escrita,nada se logr. Tampoco lo anim aromper su silencio de escrituras elPremio Internacional Juan Rulfo,que recibi en 1992. Felizmente, elnovelista Fernando del Paso, tambin residente en Guadalajara, tuvola idea de grabar las conversacionesque tuvo con Juan J o s narrando suvida, y as surgi Memoria y olvido.Vida de Juan Jos Arrela (1920-1947), (Memorias Mexicanas, Mxic o , Consejo Nacional para laCultura y las Artes, 1 9 9 4 ) . Es unlibro encantador y el de lectura msgrata de los ltimos aos.

    Cul es el secreto de este encanto? Me parece que, por una parte,ha sido la avidez fantasiosa de suvida misma que lo llev a lecturas yexperiencias de variada ndole,junto con su imaginativa familia:ajedrez, circos caseros, bicicletas,pelculas francesas, el to J o s Mara, los juegos de la primaria,pastorelas, relojes, mquinas de escribir, plumas fuentes, papeles eimprentas, comidas, el to Genaro ye l diablo, los temblores, la implantacin del espritu en la materia,encuademaciones, amor por laforma, prestigio de los nombres,trajes singulares, sombreros, vinos,lo s nombres de las telas, la mujer,lo s toros y la mancuerna Rulfo-Arreola.El relato central de Memoria y olvido es el del viaje que emprende aPars, inmediatamente despus dela Segunda Guerra, gracias a la invitacin que le hace en Guadalajarael actor Louis Jouvet. ste lo recibe,

    le da una tarjeta que le dar accesoa los teatros y le consigue trabajoen la Comedia Francesa. En la embajada de Mxico en Pars, RodolfoUsigli y Octavio Paz lo acogenamistosamente y lo hacen conocerel gran mundo intelectual. Todo es,pues, favorable salvo los nervios deJuan J o s Arrela y su incapacidadde alimentarse normalmente, lo queal fin lo obliga a dejar Pars y a volverse a Mxico. Las historias quecuenta de Usigli son atroces, acausa de su irascibilidad y su gustopor las polmicas: sus celos por laacogida de Gabriela Mistral a Arreo-la, su pleito con Paul luard, su impertinencia frente a Julien Benda,su mala suerte con George BernardShaw y su pleito con un inspectordel Metro.

    El otro motivo del encanto es elestilo narrativo de Arrela. Es unaalegra sensual por las cosas y porlas palabras que las nombran, unafascinacin por el verbo transfigura-dor de la poesa, una sensibilidadde desollado que lo hace maravillarse y estremecerse ante todo lodivino y lo humano, y el arte desaber comunicrnoslo. Recordemosque este tomo de Memoria y olvidollega apenas a 1947 y que falta pornarrar casi medio siglo de la vida deJuan J o s Arrela. Sus fanticos hacemos votos para que no se desanime Fernando del Paso y sigarecogiendo estas memorables memorias. Acaba de anunciarse, felizmente, la continuacin de Memoriay olvido, que se llamar El ltimo juglar, y la realizar Orso Arrela.

    EL HMENE N M X I C O

    ESTUDIO * ' ' fjr

    E n su sustancioso ensayo "De librosfantasmas", publicado en nuestronmero anterior, Jos de la Colinamenciona un ttulo que pareceraformar par te del catlogo de loslibros ficticios: El himen en Mxico,al cual se refiere el relato hom nim ode Juan Jos Arrela, publicado enPalndroma ( 1 9 7 1 ) . Ya en unartculo aparecido en la revistaViceversa (mayo de 1 9 9 5 ) , GerardoDeni z cont aba cmo treinta ao satrs l saba de la existencia real deEl himen en Mxico. De la Colina yDeniz han tenido acceso a esta obra,qu e tantos supusimos ingeniada porArrela, gracias a que en el Departamento de Colec ciones Especiales dela Biblioteca de Mxico se conservaun ejemplar. Aqu mostramos anuestros lectores la portadilla de lacuriosa obra.

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    Entre los textos no recogidos en lasObras de J ua n J os Arrela publicadaspor el Fondo de Cultura Econmica(antologa de Sal Yurkievich, 1 9 9 5 ) secuentan el "Posfacio" a la traduccind e Personae, de Ezra l'ound, realizadapor Guillermo Rousset Banda para laEditorial Domes, en 1982, y la presentacin del disco de poemas de PabloNeruda. de la Serie Voz Viva de Amrica Latina, que editara la Direccin deDifusin Cultural de la UNAM en 1967.

    Enseguida e n c o n t r a r el lector unfragmento del mencionado "Posfacio"y. pginas ms adelante, otro fragmento perteneciente al texto sobre Neruda.

    Creo que son dos poetas de lengua inglesa los qu e cu rio sam ent edemue stra n la impo sibi lida d de lapoesa, los que disuelven la posibilidad de ser poeta en serio, a pesarde todas su gravedades. Bastan lost tu los de El io t : Tierra balda yMircoles de ceniza, para concluirque la poesa es imposible. Parecendarle la razn a un autor posterior,pero de su misma ndole, a CyrilConnolly, cuando dice que la poes a de este siglo, sob re todo a partirde los ltimos aos de los veinte ypri mero s de los treinta, es un manantial seco en torno del cual aullan los chacales. Considero que losprimeros en aullar alrededor de unmanantial seco son Pound y Eliot.

    Eliot sinti su que hac er pot icoco mo laborar tierra balda, por queya todo esta ba hech o. l y Po undse apoyan en un arrebato que podemos llamar lo mismo revolucionar io que mera me nt e i r r i tan te oirr itado, como el de los pr imerossurrealistas. En este caso pienso enApollinaire, el primero que en verdad rompi lanzas con una especiede sentido de profanacin al expresar el sentimiento de lo intil, loimposible, lo baldo de emprenderel q u e h a c e r p o t i c o ; p o r q u e , e ncierto mod o, desde los posrro mn-tios, Baudelaire, los simbolistas, yluego de la casi decadencia de losparnasi anos, la poes a lleg a unaperfeccin total.

    M e gustara citar el prob lem a deEn basca del t iempo perdido, la d e s compos ic in de una sociedad, porque hay que decir algo importante,en qu e a ve ces no repara mos: dehecho, viven en el mismo tiempo,u n o s c o n m s e d a d , o t r o s c o nmenos-, Pound y Eliot compartieronmuchos aos de su vida con Proust.

    A eso corr espon de la abolici n delo s versos de medida fija y rimados.Luego viene una especie de tabularasa, c o m o d e c i r no es posible seguirpor aqu ni por all. Pound e inme-

    < Ezra Pound. Foto Camera Prctt

    diatam ente de spus Eliot estn dispuestos a jugrselas y acabar contodas las frmulas: adviene una especie de desorden, la introduccinde prosasmos para romper con losr ig ores de la lla mad a lr ica, qued e b a s o me te r s e a d e te r m in a d a sleyes y tener una altura de concepto ; empieza una forma, la grosera.En Apollinaire hay pasajes insoportables de grosera en verso, ilegiblesde tan escat olgi cos. Pound y Eliotvan hacia dos asuntos: un pro sa smodeliberado y un sentimiento de de-

    Juan Jos Arredici

    EzraPoundsolacin, es decir, nada es posible,nada es verdad , todo est permit ido.Y luego el hecho de que ambos seapoya n demas iado e n la erudicin yla bibliografa. Hay una nota dondeEliot dice: "Sigo pensando en la baraja espaola"; las notas de sus grand e s p o e ma s a v e c e s s o n c a s igro tescas , incr eb les. A m se meabre una espe cie de abismo, porquepodra ser el ltimo descendiente dee s o cuando desemboco en la erudicin y la bibliografa. Algunos demis cuentos tienen tal carcter, envarios casos com o temas humorstic o s , casi de chot eo de todo un pa sado histrico. No p u e d o comparar aEliot con Pound en materia de erudicin, porque Pound fue el espant o s o c o n o c e d o r , m a e s t r o d e lconocimiento, desde Grecia hasta elapogeo latino, pero tambin se nutri en la baja latinidad y lleg almacarrnico y a la corrupcin de lalengua. Precisamente lo ms maravil l o s o de es e am ama nt ar s e es suafecto y devocin a la lrica proven-za l , d o n d e el latn corrupto logra susmejores frutos.

    Arnaut Da nie l y toda una seri ede poetas occita nos estn diciendo;el latn se acab, estamos creando apartir del latn estas jergas occitanasque penetrarn un poco al centrode Francia.

    La corrupcin latina da al poetaactual, Pound, la libertad de lanzarsecontra todo lo que era la poesa de

    su tiempo y decir: no, seores, aquempiezo a hablar y a usar estos disparates, ustedes sigan con su ingls,que viene desde Shakespeare, otrasanguaza de baja latinidad, que seconsagra def in i t ivamente con losVictorianos la c o n c lu s i n e x c e lente y perfecta en la lnea del des a r r o l l o d e l i n g l s . T e n n y s o n .S w i n b u r n e y l u e g o , e l c o l m o ,Browning . quienes influidos por elf r a n c s logran hacer una poe s amuy inglesa. Pound desarroll uningls muy distinto al de sus cont e m p o r n e o s m s t r a d i c i o n a l e s ,como Frost y Sandburg.

    En los poetas metafsicos ya seencu ent ra la int roduc cin del lenguaje coloquial; cuand o meno s haytres coloquiales. Los lemos por primera vez en el nmero especial dela revista de Cahiers du Sud. Recuer do que hici mos la versin de" L a p u lg a " , d e Do n n e , y q u e d mejor que otras, aun las dos o tresque tengo en francs. Hasta llegar aBrownin g. con cier tos poem as quese disparan hacia Eliot. en CocktailParty y dems. Pero el lenguaje coloquial era antes una rareza en lapoesa, no una cuestin sistemtica,co mo en Pound y Eliot.

    En un poem a de Octavi o Paz, delo s que ms me importan, la madredice : "Buenas noches , buenas noches" , y la nia, al pe del rbol,otr a vez; est en la l ne a de unpoe ma muy coloquial de Browni ngque me revel Meja S n c h e z " ( M r . Sludge, the mdium')", d o n d ea p a r e c e e s o de "Good night!".

    Pound representa, en lengua inglesa, la volu ntad de decir: no esposible la poesa, a u n q u e la hayanintentado tantos; la poesa est msall de la meta de la perfeccin,per o aqu estn lo col oqui al y lobru tal , inc luso lo esca t o lg co , locot id i ano y lo prosa ico ; en to ncesh a c e la te r r ib le demo s tr ac i n deprosasmo, con el cual a veces vams all qu e qui enes preten diero nlo sublime, como Arnaut Daniel ysu discpulo Dante. Por eso la recu-rrenci a total a los tro vado res prove nz al es y a Vil lon , qu e fue unpre-Pou nd. Vil lon en su po ca rompi con todo, introdujo el prosasmo y la escatologa en el lenguajede la coquille, y en ese mo men todijo: no es posible la poesa, aunque se asom a ella y fue maestroen letras; entonces invent la jergaqu e se pare ce tanto a la de Pound .porque ste, en cierto modo, es loque podra llamarse un coquiller.P o r eso es tan difcil traducir a Villon como a Pound.

    Villon y Poun d crean una esp eci e

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    de lenguaje secreto, porque el lenguaje de todos los das y de toda lagente no vale, se necesita una jergac o m o el lenguaje original, que alprincipio fue secre to: cua ndo s e hicieron los primero s grupos de sonid o s a r t i c u l a d o s c o n e l e m e n t o ssignificantes era una lengua esotrica , el lenguaje de los iniciados, losotros se entendan a base de aullidos, gritos, palmadas en la espalda,

    j a l ones de orejas y pelo, cachetadas . En un momento d a d o de laEdad Media se volvi a un lengua jesecreto: el de las jergas, la coquille,etctera. El hermet ismo de la po es a actual es algo parecido, una jer-gomana esotr ica.

    Pound y otros tratan de abolir lap o e s a para que nazca la poes adespus de la poesa; en otra palabras, despus de la retrica.

    A m me importa como principioy f inal esto: cualquier poeta autntic o se pregunta: podr darme a entender?, co mo lo hizo Rilke en lap r i m e r a d e l as Elegas de Duino:

    Quin, si gritara, me escuchara desdelos rdenes anglicos...?

    Vil lon necesita la ancdota de lasbel las de antao que ya no existen,e l t i e m p o p a s a y l a s d e v o r a , ys o b r e e s to t e je una a rmona msall de todo. Hay algo por encima yp o r d e b a jo d e l p o e ma , c o mo e nes te falso epigrama de Marcial, porejemplo:

    Lelia, me aborreces,pero qu talsi al finalno me mereces.

    As Pound se juega la carta ms impor ta n te : a ver s i me en t iend en ,quie ro darme a entend er , pero node manera elemental diciendo:

    L a noche est llena de estrellasy te estrecho en mis brazos.

    T o m a el riesgo de dar una serie dec l aves , que ind ican v ivenc ias pr i m a r i a s , p e r o c u y a c o m p r e n s i ne x i g e ir m s all de lo p r ima rio,para no quedarnos huecos: s i cadada aceptamos las noticias del per idico, el desay uno, la maa na detrabajo, la comida, otro rato de traba jo por la tarde, la cena y despedir el da, no existe ms all.

    Lo in t e re san te en la poe s a esque, pese a tod o pen sam ien to rac i ona l , s iempre a lgo se escapa , yl o s p o e t a s c o m o P o u n d q u i e r e ncaptura r lo . A par t i r de anc dota samorosas y aun de otras grotescas,basada s en G recia, el clasi cismo lat ino, la baja latinidad, el macarrnic o , e l p r o v e n z a l , l a s p r i m e r a slenguas italiana, f rancesa, inglesa,etctera , hallar lo que est ms allde la superficie de las cosas. Podem o s c o n t a r , c a l i b r a r , a c o m o d a rto d o , ju g a r u n a je d r e z r a c i o n a l ,pero de pront o hay un e l eme ntoi r rac ional , al que f inalm ente ape laP o u n d , d e s p u s d e o p o n e r s e atodos los romanticismos poticos.

    Se llega hasta la posi bil idad deplantear que Pound es un loco portentoso, un charlatn y los charla tanes d ic en ms por que hablanmu ch o, pe ro si se destila de todala charlatan era, lo que f inalmen teque da de spu s de revisar la obr a esuna esp ec i e de verda d profunda ,ms all de los juegos y los deleitesde la inteligencia.

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    Pablo Nerada. Foto Sara Faci y Alicia d'Amico

    Imagen de Pablocon palabras de NerudaYo iba vestido de poeta, de riguroso luto, luto po r nadie,por la lluvia, por el dolor universal . Y all los brbaroslevantaban la copa de sangre .

    Un nio silvestre amigo de los libros, de las hierbas, de los insectos y de los pjaros. Pequeo,tierno y duro como una semilla que sabe secretamente que va a henchirse de humedad terrestre ya crecer interminable. Que va a desarrollar losasuntos humanos en la guirnalda potica infinita,que propagar sus flores, sus racimos, sus zapa-yos oscuros de pesadas gotas y las catedrales dearaucaria y de sequa. Pero sobre todo, el trigo depalabr as sencill as que se multiplica cent eno envasta geografa, tierra de panllevar donde se hablan todas las lenguas, donde los humildes recibe n la voz y la mano saludable de Neruda, desdeel Crepusculao romntico y apaisado, hasta loscinco dedos de color brillante, el Memorial de IslaNegra, en una ca ja de cartn, abierta como frutaque deja ver los gajos de su ltima poesa.

    Por qu es usted tan oscuro?, le pregun taronuna vez a Neruda, e n la hora seri a y profunda,frecuentemente amarga, de Residencia en la tierra. Y l contest: pregntelo a la noche, a lascorrientes sumergidas, a los diamantes dormidosen el carbn, al funesto alegrico del sueo...Por qu es usted tan senc illo? Volvieron a insistirlos que en vano pretenden casar su pensamientode notarios con la nia risuea y pensativa. Ycomo era ya la hora clara, Pablo contest desde lacasa de vidrio de las Odas: pregntenle al viento,a la cebolla y a las aguas manantiales... Y se fuecorriendo y cantando, para subirse luego a unrbol infantil y comer, una tras otra, cien ciruelasverdes con sal. (Despus se acord de que estaba

    enamorado, y con la navaja que lleva desde entonces en el bolsillo, como quien le saca punta aun lpiz aromtico, se puso a escribir, a tallar loscien sonetos de amor y de madera que MatildeUrrutia guarda en su corazn definitivo.)

    Lo primero que vi fueronrboles, barrancasdecoradas con flores de salvaje hermosura,hmedo territorio, bosques que se incendiabany el invierno detrs del mundo, desbordado.

    Nio vestido de luto, poeta desde la primeralnea, ganador de premios, perdedor siempre enla guerra de las bellotas. Quin puede decir, sino la ha recibido atinada en la cabeza, cuntoduele una bellota, o la bola de nieve de Dargelosque oculta una pedrada? Nio luego adolescente,pjaro afilado con las alas de la capa negra mojada, impedido por la lluvia, empapados los zapatos en los charcos que son todo el puebloinundado de casas que flotan en el fango comopalafitos sin patas. Pero que estn prontas a ardery arder de veras ao tras ao cuando el largo invierno pasa y el sol vuelve la cara y el verano reseca el lodazal con su reverso de fuego. Bastauna chis pa descuidada, un cerillo que ca e malapagado, una leve discordia entre vecinos, y lascasas de Temuco vuelan en torbellinos de incendio azuzadas por el viento.

    De luto por quin? Por la lluvia, por el aire, porla tierra enfangada y por el fuego. Los cuatro elementos que van a ser los cuatro pilares de su poesa, asaltan a Temuco mal definido por la pobreza,la distancia y el olvido. Y Neruda se refugia en sucasa, resonante y frgil, a leer libros de aventuras.

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    Mi casa , las pare des cuya made ra fresca.recin corlada huele an: destartaladacasa de la frontera, que crujaa cada paso, y silbaba con el viento de guerradel t iempo austral , hacindose elementode tempestad, ave desconocidabajo cuyas heladas plumas creci mi canto.

    Amante precoz de la naturaleza y de los textos,explorador cotidiano de la selva inmediata, compaer o de sper os gaa nes que le regalab an unpjaro, un insecto de alas fantsticas o la geomtrica dulzura de un panal. Visitante nocturno delas maestranzas donde se funden y labran los metales, vio las pupilas f i ja s de las mquinas y elcoro fantasmal de los obre ros muertos: esp ect adorde cruentas persecuciones, donde los araucanoscaan derribados por el hacha de otros nuevos yferoces conquistadores. Amigo ya de la tipografa;un hlito de imprenta envolvi sus primeros versos entre las proclamas de los luchadores civiles.La injusticia presenciada y la voz creciente deldescontento anunciaba los cantos futuros, entre elzumbido fragante de los aserrade ros, el murmullodel ro y la crepitacin de las hogueras. Pero muchas cosas tenan todava que distraerlo, colmndolo de tristezas y de goces. Pronto la mujer vinoa su lado, a partirlo en dos mitades suyas, antagnicas y enamoradas. Y junto a Morena la Besado-ra, Mariposa de otoo revolaba, amarilla ymelanclica:

    To d o se va en la vida, amigos;se va o perece....

    S e va la rosa que desates.Tambin la boca que te bese.

    Inclinado ya para siempre a la tristeza, dndose yrehusndose, Pablo Neruda vea en los ojos de lamujer ms amada de entonces, la mirada de unnio triste como l, "delgado nio cuya plidaforma se impregnaba de bosques vacos y bodegas". Ms que el hijo directo que ata la pareja ind iso lub le , el ado l esce n te apas ion ado ydesde oso, se saba destinado a propagar unadescendencia vasta e innumerable, "hecha detoda la estructura del polen, de todo el viento ardiendo sobre estrellas impuras: oh amor, desenredado jardn que se con sum e, en ti se levantaronmis sueos y crecieron".

    Amor que quiere libertarse para volver a amar,no es inconstancia marinera, sino clara concienciade que el amor que se concreta en hijos y familiahar del poeta un homb re atado y sedentario, incapaz de recorrer los caminos que lo aguardanimpacientes a travs de la tierra y del mar.

    Luego llegu a la capital, vag amen te impr egna dode n iebla y lluvia. Qu calles eran esas?Lo s trajes de 1921 pululabanen un olor atroz de gas, caf y ladrillos.

    Y mientras estudiaba en Santiago pedagoga en

    francs, agot el tesoro de amadas reminiscencias,de antiguas ataduras. Es crib i el nue vo son eto aElena, y Peleas y Melisanda volvieron a decir eldilogo del amor y de la muerte. Pero la vida juvenil lo sacaba de su cuarto llevndolo a empujones por la calle:

    S a l a vivir: crec y endurecidofui por los cal lej one s miser able s,sin compasin, cantando en las fronterasdel delirio.

    Entr a ser hombrecantando entre las l lamas, acogidopor compaeros de condicin nocturnaque cantaron conmigo en los mesones.. .

    Ecos de semejant es aventuras resonarn despusen el "Estatuto del vino", y otros poemas de "condicin nocturna". Pero antes, orgistico y melanc l i c o , hizo el libro maravilloso que daba al amornueva lengua ent re nosotr os. El libro qu e r epresenta la primera plenitud potica de Pablo Neruday que realiza un milagro: pone en los labios delpueblo la cancin del amor individual, y nadietropieza al repetirla, a pesar de que el libro estl leno de ordenaciones imprevistas: " .. .eras laboina gris y el corazn en calma... Galopa lanoche en su yegua sombra, desparramando espigas azules sobre el campo".

    Hondos y desiguales ejercicios: Tentativa delhombre infinito. El habitante y su esperanza y laredonda prosa de los Anillos, iban haciendo posibl e al Neruda capital de las Residencias. Pero segua la hora del amor tumultuoso, juvenil yfrentico:

    Mord mujer, me hund desvanec i ndomedesde mi fuerza, atesor racimosy sal a caminar de beso en beso,atado a las caricias, amarradoa esta gruta de fra cabellera,a estas piernas por labios recorridas:hambriento entre los labios de la tierra,devorando con labios devorados.

    La posesin de la mujer hace posible la posesindel mundo. Ha llegado la hora de los viajes, qu esern interminables. Como el otro, grande tambin aunque distinto, Neruda es un "inspector general de la creacin, el contralor de la cosapresente". Y va a recorrer la tierra paso a paso,agrimensor, botnico, gegrafo, zologo, c o l e c cionista de piedras y cris tales , de madera s, deutensilios, de ritos, de caracoles y conchas, y deesos residuos que el agua del mar deja en laplaya, pulidos, escu eto s y orna ment ale s, quetanto se asemejan a sus versos. Sabe como elotro, grande tambin aunque distinto, que todoslos objetos y las criaturas de la tierra son las letrasde un inmenso abecedario, y que con l se compone la oda grande, el Canto General que va adevolvernos las cosas desconocidas y perdidas,limpias y recin nombradas.

    Hih!u,uxa tic Mcxtai1 6

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    Pablo Smi*. fotografa de San Faci y Alicia d'AmicoDespus de un largo rodeo por ciudades aparentemente egregias, el cnsul Pablo Neruda llegaa los arrabales del mundo; a los pueblos todavasuburbanos:Y sal por los mares a los puertos...Viv en birmania, entre las cpulasde metal poderoso, y la espesuradonde el t igre quemaba sus anillosde oro sanguinario.

    En Oriente, otra vez la pobreza tom su alma porasalto:

    morimos/ como un irnos cayendo desde la pielal alma...". Sueos malsanos batan alas de murcilago viscos o, en un delirio de malaria. PeroPablo Neruda siempre ha salido a flote de todoslo s naufragios, y el desmes urado Hondero quelanz a las estrellas su equivalente entusiasta, alternaba con el antroplogo poeta. Prevaleci porentonces la voz oscura, sonora, de graves opacidades, con un ritmo lento, bamboleante, dehombre que camina por el fango, al mismo tiempo original y envilecido. Oriente y Occidente,mezclados en su alma, le decan al pasajero eternas desventuras:India, no am tu desgarrado traje,tu desolada poblacin de harapos. . .Entr a los templos, estuco y pedrerahacen las gradas, sangre y muerte suciasy los bestiales sacerdotes, ebriosdel estupor ardiente, disputndosemonedas revolcadas en el suelo...

    Haba llegado la hora grave de Residencia en latierra. El habitante se dio cuenta de que vivaentre paredes inmundas, apuntaladas por prostitutas y mendigos. Y en su alma casi todo estabacayndose, "como un naufragio hacia dentro nos

    Golfos pestilenciales elevabantechos de pedrera desbordante,y en anchos ros la viviendade millares de pobres, apretadosen las embarca ciones , y otros, todoscubran la infinita tierra...

    Sucede que me canso de ser hombre. . .

    No quiero para m tantas desgracias.No quiero continuar de raz y de tumba,de subterrneo solo, de bodega co n muertos,aterido, mur indome de pena.

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    Jorge Luis Borges. Foto Carlos Freire-Rapho)

    Jorge Luis BorgesJuan Jos ArrelaCreo descreer de libre albedro, pero si me obligaran a cifrar a Juan Jos Arrela enuna sola palabra que no fuera su propio nombre (y nada nos impone ese requisito)esa palabra, estoy seguro, sera libertad. Libertad de una ilimitada imaginacin, regida por una lcida inteligencia. Un libro suyo, que recoge textos de 1941, de 1947 yde 1953, se titula Varia invencin; ese ttulo podra abarcar el conjunto de su obra

    Desdeoso de las circunstancias histricas, geogrficas y polticas, Juan Jos Arreola, en una poca de recelosos y obstinados nacionalismos, fija su mirada en el universo y en sus posibilidades fantsticas. De los cuentos elegidos para este libro, meha impresionado singularmente "El prodigioso miligramo", que hubiera ciertamentemerecido la aprobacin de Swift. Es capaz como toda buen fbula de interpretadones distintas y tal vez antagnicas; lo indiscutible es su virtud. La gran sombra deKafka se proyecta sobre el ms famoso de sus relatos, "El guardagujas", pero enArrela hay algo infantil y festivo ajeno a su maestro, que a veces es un poco mecnico.

    Que yo sepa, Arrela no trabaja en funcin de ninguna causa y no se ha afiliado aninguno de los pequeos ismos que parecen fascinar a las ctedras y a los historiadores de la literatura. Deja fluir su imaginacin, para deleite suyo y para deleite de todos

    Naci en Mxico en 1918. Pudo haber nacido en cualquier lugar y en cualquiersiglo. Lo he visto pocas veces; recuerdo que una tarde comentamos las ltimas aventuras de Arthur Gordon Pym.

    Reproducimos aqu el "Prlogo" de Jorge Luis Borges a la edicin especial de Confabulano,Fondo de Cultura Econmica, 1985 (Coleccin Tezontle).

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    fucili Jos Arrela

    Gunther Stapenhorst"Gunther Stapenhorst" ( 1 9 4 6 ) es uno de los primeroscuent os publi cados por Jua n J o s Arrela. Pablo yHenrique Gonzl ez Casanova lo incluyeron en una delas clebres plaquettes de la coleccin "Lunes", queambos hermanos animaron durante los aos cuarenta.Agradecemos a nuestro amigo Fausto Rosal es el haber nos llamado la atencin sobre estas pginas, no recogidas por su autor en libro.

    L a muerte de Gunther Stapenhorst pas casiinadvertida. Hasta los peridicos especializadosen resaltar las circunstancias de cada caso desdichado, no dieron ms que unos cuantos detallesexteriores. Se hallan lejos y dispersos los que podran haber lamentado la prdida de este hombresingular.Cuando el ingeniero Stapenhorst, especializadoen armona de conjuntos, termin sus estudios,eran los das en que Alemania, cegada por el orgullo, conceba las cosas en grande y realizabametdic amente proye ctos absurdos y colo sale s.

    Barrios enteros de Berln eran demolidos; en sulugar surgan los conjuntos simtricos edificadospara albergar a las nuevas generaciones, engendradas y seleccionadas conforme a plan.

    Las profecas de Ricardo Wagner amenazabancon hacerse verdaderas. La msica pareca materializar sus grandes masas ideales y en el aire f lotaban sus ejrcitos sonoros; la poblacin y suactividad haban tomado un ritmo de cabalgata. Elmundo contemplaba con admiracin culpable yrespeto temeroso la ereccin del Walhala amenazador.Stapenhorst vio abrirse, ante sus ojos embriagados, un porvenir de posibilidades infinitas, dominado por la pers pec tiv a de una a rqui tect uradelirante. Su carrera haba estado sealada por

    xitos sucesivos; en su corazn operaba la dosisde soberbia que los planes de una organizacintotal haban asignado a cada ciudadano. Cuandoel gobierno reuni en concurso a los mejores ingenieros con el fin de proyectar el pabelln deAlemania para la feria universal, Stapenhorstasombr a todos con sus maquetas. Plane unbosque de columnas ciclpeas, que rodeaba unagruta geomtrica de proporciones inauditas, destinada a encerrar y a exhibir el tesoro cientfico yartstico de los nuevos nibelungos.

    El proyecto, aunque satisfaca y sobrepasaba losafanes de grandeza, tuvo que ser desechado alfinal. Los problemas tcnicos que planteaba nopodan ser resueltos con la debida rapidez; entodo caso, los terrenos asignados al pabelln no

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    satisfacan ni con mucho las necesidades materiales del proyecto. Stapenhorst tuvo que conformarse con que la maqueta figurase en el stand dearquitectura moderna presentado en la exposi cin.

    All fue visto y discutido por los representantesde las nuevas tendencias. Le Corbusier no reservsus elogios, pero confes que Stapenhorst habaido un poco demasiado lejos y que su arquitectura no era todava de este mundo. Una circunstancia, al parecer irnica, decidi el porvenir delingeniero. El admirador ms entusiasta de su obrafue Adolphe Appia, el escengrafo, quien se empe en convencerlo de que el teatro era su camino verdadero y de que su ingeniera no podatener ms realidad que las torres y las arcadas deDe Chirico.

    De regreso en Berln, Appia present a Gunthercon Max Reinhardt y le hizo estudiar profundamente la historia y el desarrollo del arte escenogrfico. Poco despus Stapenhorst pudo realizarel escenario simultneo para Los criminales deBruckner, que le abri el camino de la celebridad.Reinhardt le comision entonces los decorados deEl milagro, de Franz Werfel, que fue representadocomo en los tiempos de Bibiena, con un realismoaplastante. Stapenhorst edific entonces la navede una catedral gtica, en perspectiva vertiginosa,traspasada de vitrales profundos.

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    Poco despus se entreg a la tarea de realizarun Hamlet abstracto para la compaa de GustavGrudgens. Stapenhorst caracteriz esta concepcin por medio de una ausencia de formas concretas. Uti l iz grandes te l ones transparentes ,superpuestos, para crear la sensacin de lo infinito. La escena apareca con grandes masas de sombra, abierta solamente en breves espacios de luzopaca, en la que apenas se destacaban los personajes.

    Pero su mayor triunfo consisti en el escenariogiratorio de Ingeborg, con ceb ido a manera de unaestrecha torre de B a b e l , esp eci e de laberint ochino tallado en una asta de unicornio, donde laprotagonista se extraviaba para siempre, en la espiral de una obsesin.

    El cine le abri entonces sus horizontes infinitos. Era la poca en que culminaba el expresionismo alemn y en que los directores Steinitz,Lang y Gmpf, competan en la pantalla. La Ufadesafiaba a Norteamrica y sus producciones alcanz aban prest igio universal. El teatro deja ba escapar hacia el cine a sus nombres ms eminentes.Heinrich George, Mara Kopenhoffer y Grudgensse unan a Emil Jan nin gs y a Conrad Veidt. Se hablaba de filmar Los ladrones de Schiller y el Fausto de Goethe.

    Stapenhorst inici sus actividades cinema togrficas creando el mundo de arquitectura medievalen que se desarrollaron las escenas mudas e impresionantes de La muerte de Sigfrido. Poco despus lleg a las cimas de la irrealidad con loscomplejos escenarios de La fbrica de ensueo,de Georg Kaiser.

    Era el tiempo en que los cineastas alemaneselevaban sus estrellas al estilo americano; jvenesactrices llenas de gracia y simpata cuyos nombreshan sido olvidados para siempre: Renate Mller,Inge Liszt, Magda Schneider, Brigitte Helm... Elcine germano pareca llegar a su culminacin. Susoriginalidades fotogrficas eran imitadas en Rusia,en Inglaterra, en Francia y en Amrica.

    Por ese tiempo fue decretada la nacionalizacinde la industria cinematogrfica y todos sus recursos de divulgacin fueron utilizados con fines de

    propaganda. Los argumentos tenan que ser sometidos a un comit de revisin, y slo eran autorizados aquellos asuntos que directa o indirectamente contribuan a expresar la ideologa de ungobierno hipertrofiado, que creca desmesuradamente, invadiendo todas las esferas de la actividad hum ana . Fue en to nc es cu an do un grannmero de actores, directores y fotgrafos, buscaron la manera de escapar a otros pases. La carrera del cine alemn haba sido cortada en seco; nohaba sino dos caminos, la emigracin, o sumarsea la maquinaria de propaganda poltica. Stapenhorst trat tambin de ponerse a salvo, pero circunstanc ias inex orab les lo detuvieron. Nadiepodr disculpar ahora su debilidad, su bruscafalta de independencia. Repetidamente halagadopor funcionarios poderosos, se hizo cargo de doso tres pelculas destinadas a exaltar los sentimientos racistas de la juventud alemana.

    Sin embargo, alcanz a hacer una ltima aportacin puramente artstica para el teatro y para elcine. Cola bor estr echa ment e en la representacin del Cristbal Coln, de Paul Claudel. Realizpara esta pieza todas las escenas cinematogrficasque se proyectan en la pantalla, mientras los actores trabajan en el foro. Stapenhorst tuvo ocasinde conocer estrechamente a Claudel y logr interesarlo vivamente para que escribiera una obracinematogrfica. Como producto de sus conversaciones surgi el proyecto maravilloso de una obramaestra. Stapenhorst iba a encargarse de realizarlos escenarios y de adaptar el texto a las necesidades del cine, colaborando siempre con el granpoeta. Se trataba de una especie de triloga de lahistoria francesa, abarcando las figuras de Carlo-magno, de San Luis y de Juana de Arco. Claudeltraz el plan general de la obra y escribi algunasescenas del San Luis. El xito alcanzado por elCristbal Coln pareca haber inaugurado un anueva etapa en que el teatro y el cine iban a unirse, creando un nuevo medio de expresin artsti-c a . Desgra ciada mente , en Berln era cada vez msdifcil llevar a trmino las tareas de este gnero.La pieza de Claudel fue tal vez la ltima obra realizada en libertad.

    En espera de tiempos mejores y tal vez enbusca de un nuevo campo para sus actividades,Gunther Stapenhorst realiz una gira por Europa,visitando las principales capitales del teatro. Fue aRusia, desde donde la fama de Meyerhold sehaba esparcido por el mundo, a Suecia, dondeBondesen y Coldewin realizaban experiencias deorden surrealista. Visit en Florencia la escuelateatral de Jacques Copeau, en la que se representaban misterios medievales. Estuvo en Londres,principalmente para ver el Hamlet de John Giel-gud y la filmacin del Dirsael. Pas un larga temporada en Pars, donde el teatro llegaba al finalde una poca de oro, con Jouvet, Dullin, los Pi-t o e f f y Gastn Baty. Volvi a Alemania trayendola promesa de Paul Fort, Lenormand y Henri deMontherlant, de que escribiran para l obras cinematogrficas, en que la poesa era el elementoprincipal.

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    Pero all le esperaban tareas muy diferentes. Reclamado por sus compromisos oficiales, cancelpara siempre la posibilidad de ser un artista libre ycontrajo una culpabilidad irremediable. Indudablemente haba en l una oposicin recndita paraentregarse a una labor que le era impuesta. Peropor otra parte, perteneca por su carrera y por suespritu, a una generacin alemana que difcilmente hubiera podido escapar a su destino. Cuando laguerra tom al fin un rumbo decisivo, Stapenhorstse haba creado ya ligaduras irrompibles con lospropagandistas del nuevo orden.

    Durante los primeros aos, estuvo siempre afiliado a las oficinas de propaganda, pero al final, ysiguiendo tal vez los dictados de una obligacininterior, acab por alistarse en la marina, cuand olos submarinos alemanes merodeaban en todoslos mares de la tierra.

    Su actividad guerrera dur muy poco tiempo.El submarino en que prestaba servicio fue enterrado y termin sus correras cerca de las costasde Florida. Como prisionero de guerra, Stapenhorst fue recluido en un campo de concentracin.All pas, ignorado, sus dos aos de cautiverio.No se sabe si confiado en alguna clase de esperanza, dej pasar todo ese tiempo mientras dibu

    jaba y lea. La derro ta total de Alemani a n opareci impresionarlo mucho. Desde l e jo s , veacon claridad el gigantesco desfiladero por el cualse haba precipitado la vida de su patria.

    Cuando fue decretada la deportacin del grupode prisioneros a que l perteneca, Stapenhorstcomprendi que ya no vala la pena seguir adelante. Previo el panor ama que le aguardaba enAlemania. Se dio cuenta de que no era a un pasa donde l necesitaba volver, sino a un espaciode tiempo que haba pasado para siempre. A unapoca perdida, en la que ideales errneos yacansepultados en escombros.

    Gunther Stapenhorst vio claramente que en esarealidad miserable no caba ya su cerebro desmesurado. No haba lugar donde edificar columnasciclpeas, ni exista ya ningn tesoro nibelungopara esconderlo en la gruta geomtrica. Los grandes nombres de Heinrich George y de Mara Ko-penhoffer haban perdido todo su significado. Eratotalmente imposible que en un tiempo futurovolviera a encontrarse con un gran poeta francs,para discutir acerca de los escenarios del San Luis.

    No dej Stapenhorst escrito alguno, ya que notena nada sobre qu est abl ece r su volunt ad.Entre los objetos de su uso personal, se hall unagran carpeta llena de dibujos escenogrficos,donde estn reunidas todas sus realizaciones.Muy especialmente, y con toda clase de detalles,est el escenario de Ingeborg, que Stapenhorstconcibi a la manera de una estrecha torre deB a b e l , especie de laberinto chino labrado en unaasta de unicornio, donde la protagonista se extraviaba para siempre, en la espiral de una obsesin.

  • 7/22/2019 Negras y Blancas Arreola

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    Eduardo Lizalde/Juan Jos Arrela

    Autoanlisis(entrevista-conferencia)E d u a r d o Lizalde: Es una ilusin creo yoe s e supuesto que parece haber sostenido la crtic a mexicana sobre el estilo de las obras de JuanJ o s Arrela: el supuesto de que sus obras comprenden textos escri tos en un estilo uniforme, pare jo ; por lo con tra ri o , para un lec to r mspenetrante, cada uno de los textos de Varia invencin o de Con/abulario enfrenta evidentemente tanto al lector como al autor al problemade una factura completamente nueva. Otros autores escriben en realidad, dentro de una mismalnea, una misma concepcin estilstica, distintostextos emp apa dos en distintas ancd otas , sinplantearse la dificultad de buscar un nuevo lenguaje literario, una termin olog a y un trata mientonuevos para cada nuevo cuento. Otra tendenciade nuestra crtica ha sido encasillarlo entre los"estilistas". No es as?

    J u a n J o s A r r e l a : Me importa decir que nos e haba aludido a eso ni en conversaciones privadas (no lo haba hecho el mismo Eduardo), nien trabajos crticos de otras pers onas, con tal claridad. Slo Seymour Mentn, en un par de frases,apunt algo parecido a eso. Hay en efecto determinados textos mos en los que yo no puedocomprender ahora por qu me propuse (sin proponrmelo, claro est, sin planearlo) darles el tratam ien to que tie nen. A m me dol i durantealgunos aos que se me tuviera por "estilista"entre comillas, por "preciosista", por que algu nosde mis textos estn trabajados (siguiendo el ejemplo de artistas que tod os co no ce mo s) , ya se hadicho, como los trabajos del ebanista y otroscomo los del orfebre, pero hay en otros lo quepodemos llamar hasta descuidos y vulgarismossintcticos y de palabra. Siempre me molest pore s o que, para hacerme una especie de halago cone l que todo quedaba resuelto, se dijera: "Ah, s,un estilista". Ace pto y me gusta ser un prosista;pero cuando se me llamaba estilista eso me ponaen un cajn, en uno de esos cajoncitos que pueden ser un poco alhajeros o costureros femeninosde lujo donde se guardan muy bonitos ovillos deseda de distintos colores, y toda clase de tijeritasy agujas de bordadura.

    E L : A propsi to de eso, dec amos hac e uno sminutos que se intent mucho tiempo precisamente gracias a ese mote fcil de artfice y de estilista que se le aplic y se le colg al cuellocomo una medalla bastante pesada a J J A pre

    sentarlo no slo como perfeccionista, sino como"apolneo". Sostengo que todo eso est mal visto.Recordbamos aquello que deca Unamuno sobrelo s dionisiacos y los apolneos entre los escritores.Quines son realmente los apolneos y quineslo s dionisiacos? Lo que s ucede , dec amos aqu, esque entre lo dionisiaco y lo apolneo (lo apolneocerca de los dioses, lo dionisiaco cerca de loshombres) hay una escala como la que va delchimpanc al dios, o del chimpanc al genio. Conuna diferencia: esa escala no es una escala quevaya de abajo arriba, sino una especie de puentecolgante donde los dos extremo s son igualmenteaterrador es. Un apol ne o com o Tolstoi y un dionisiaco como Dostoievski o como Kierkegaard, lomismo que un apolneo como Hegel, son igualmente impresionantes. Pero suele tacharse malignamente de apolneo a un escritor al que no sealcanza a entender. Se le dice apol neo un poc opeyorativament e. (Me estoy exte ndie ndo demasiado, pero trato slo de dar a Juan J o s una pistade lo que hemos dicho sobre l antes de su llegada a esta sala). Yo he soste nid o que la obra deArrela es tan dionisiaca como la de Rulfo, porejemplo, y que est carnal, biolgicamente casi,conectada a tu persona, a la gente, y a la realidadc o n que has vivido.

    J J A : Me da una alegra enorme que se digae s o porque, alguna vez, en un movimiento dedefensa, as, violento, dije: me comprometo ademostrar que cada lnea, no nada ms cada prrafo de lo que escribo, est escrita con la sustancia de mi vida personal y con mi sangre, yc o n mi sensua lida d ms exac erb a