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Mujer sin rostro Published on Centro Onelio (http://www.centronelio.cult.cu) Mujer sin rostro Por: Deibys O´Farrill [1] Imagínese que usted tiene muchas ideas en la cabeza, y las quiere escribir (por supuesto, en caso de que le guste escribir). Entonces coge un papel, se acomoda y empieza a gastar la tinta del bolígrafo (suponiendo que no tenga máquina). Ahí es donde usted comienza a desechar cuartillas, se cree García Márquez o un gran “IDEOTA” y cuando ya ha gastado medio bolígrafo y desperdiciado media libreta, se le ocurre una idea brillante, para usted casi genial. Se sienta, vuelve a tomar el bolígrafo y de pronto alguien toca el timbre de su casa y su mujer le dice que es Pedrito, que quiere verte urgente, es nada más un minuto. Entonces apagas el ventilador, refrescas un poco la cara y sales malhumorado. Así te enteras que Pedrito está solo en la casa, que sus padres fueron para Oriente y tiene dos chicas riquísimas. Una quiere conocerte. No lo piensas mucho, le dices la verdad a tu mujer: que la madre de Pedrito tiene diarreas y está en el hospital y él anda muy nervioso, por tanto, debes acompañarlo. Llegas y saludas como todo buen cristiano. Observas a la rubia de pelo corto que finamente estrecha tu mano y dices tu nombre. Raiza, contesta ella. Sientes la voz de Pedrito preguntando si cerveza o ron. Cerveza, respondes también. Los Beatles rompen el silencio y tú sin querer un vaso. Raiza pregunta por la escoba, que ella lo barre y tus ojos en sus senos y en su cuerpo. Entonces conversas, le explicas a la rubia que te gusta escribir y te enteras que casualmente ella también lo hace. Sientes motivación, entusiasmo y enciendes un cigarro después de un largo trago de cerveza. Mientras, Pedrito habla de marihuana y que vuelven enseguida. Si quieres cambiar de música sabes como hacerlo. Quedan en su casa, dice. Raiza se está haciendo pipi y la desnudas con la mirada. Va al baño, como es lógico, e imaginas tu boca en la suya, su pelo cayéndote en los hombros y la voz fina en medio del clímax y la lujuria. O mejor, tu boca en sus tetonas y tus manos recorriendo todo. Regresa, sientes un temblor en el cuerpo y cruzas las piernas para que la erección no te descubra. Hablas de qué calor, no parece que sea invierno, cómo se demora Pedrito. ¡Si te cojo, Raiza!, piensas... Después Pedrito marihuana con su novia. Preparan un cigarro y a volar en medio del vapor que te consume. Dices dos o tres disparates que luego se olvidan y comentas que es buena hierba mientras sientes la mano de Raiza en tu pierna y te controlas. Ella pregunta ingenua, en medio de tus cuarenta grados de calentura, sobre qué escribes. Sobre cualquier tema. Comentas con un poco de pena que aún no tienes nada publicado y las ideas perversas rondan la noche junto a Bob Dylan. Imagínate también que Pedrito es una araña sobre la trigueña, y el ajustador de ella en el piso, como parte del reguero. No puedes más y te lanzas encima de Raiza y Raiza te empuja suave. Tú sin coordenadas hasta que reposas en sus labios y acaricias el vientre, te pierdes con ella en la cocina y algunos jarros en el piso, sonidos onomatopéyicos, desorden total. Llegas a casa. Tu mujer despierta, esperando (sin comer aun). ¿Cómo sigue la mamá de Pedrito? Tú que mejor, mañana va para Oriente con la familia. Vuelves a comer y recuerdas que el miércoles por la tarde en el mismo lugar. Luego la cama, tu mujer y tú, que piensas en Raiza con su pelo rubio y la vocecita aguda. Haces el amor pensando, te viras y duermes, porque estás muy cansado. Imagínate todo eso y que el miércoles en la tarde Raiza de nuevo frente a ti, con unos cuantos poemas, quiere estar sola contigo. Hablas con Pedrito y de paso le pides diez dólares prestados tú-sin-nada-en-los-bolsillos. Caminan todo el malecón y se sientan en una cafetería. Tú sacerdote y Raiza confesando sus pecados. Le ordenas un AVE-LAS-PIERNAS y palpas su humedad. Al rato lees los poemas CURSILESYPICO y le dices que están buenos en favor de excitarla (digo, estimularla) Así que te sientes enamorado y comienza aquello del existencialismo y la metafísica y Kant y Ortega y Gasset y la escasez de las cosas y las comparaciones: TU MUJER: 1- No sabe nada de filosofía. 2- No lee nada de nada, ni cuentos infantiles. 3- Es del campo, solo oye a Los Fórmula V y Los Ángeles (a estas alturas). 4- Es tosca y no tiene la voz aguda. Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. La Habana, Cuba. Desarrollador web: Juan Rey Hernández Cabrera . © Todos los derechos reservados. 2015. deneme Page 1 of 3

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Mujer sin rostro Por: Deibys O´Farrill [1]

Imagínese que usted tiene muchas ideas en la cabeza, y las quiere escribir (por supuesto, en casode que le guste escribir). Entonces coge un papel, se acomoda y empieza a gastar la tinta delbolígrafo (suponiendo que no tenga máquina). Ahí es donde usted comienza a desechar cuartillas, secree García Márquez o un gran “IDEOTA” y cuando ya ha gastado medio bolígrafo y desperdiciadomedia libreta, se le ocurre una idea brillante, para usted casi genial. Se sienta, vuelve a tomar elbolígrafo y de pronto alguien toca el timbre de su casa y su mujer le dice que es Pedrito, que quiereverte urgente, es nada más un minuto. Entonces apagas el ventilador, refrescas un poco la cara ysales malhumorado. Así te enteras que Pedrito está solo en la casa, que sus padres fueron paraOriente y tiene dos chicas riquísimas. Una quiere conocerte. No lo piensas mucho, le dices la verdad a tu mujer: que la madre de Pedrito tiene diarreas y estáen el hospital y él anda muy nervioso, por tanto, debes acompañarlo. Llegas y saludas como todo buen cristiano. Observas a la rubia de pelo corto que finamenteestrecha tu mano y dices tu nombre. Raiza, contesta ella. Sientes la voz de Pedrito preguntando sicerveza o ron. Cerveza, respondes también. Los Beatles rompen el silencio y tú sin querer un vaso. Raiza pregunta por la escoba, que ella lobarre y tus ojos en sus senos y en su cuerpo. Entonces conversas, le explicas a la rubia que te gustaescribir y te enteras que casualmente ella también lo hace. Sientes motivación, entusiasmo yenciendes un cigarro después de un largo trago de cerveza. Mientras, Pedrito habla de marihuana yque vuelven enseguida. Si quieres cambiar de música sabes como hacerlo. Quedan en su casa, dice. Raiza se está haciendo pipi y la desnudas con la mirada. Va al baño, como es lógico, e imaginas tuboca en la suya, su pelo cayéndote en los hombros y la voz fina en medio del clímax y la lujuria. Omejor, tu boca en sus tetonas y tus manos recorriendo todo.Regresa, sientes un temblor en el cuerpo y cruzas las piernas para que la erección no te descubra.Hablas de qué calor, no parece que sea invierno, cómo se demora Pedrito. ¡Si te cojo, Raiza!,piensas... Después Pedrito marihuana con su novia. Preparan un cigarro y a volar en medio del vapor que teconsume. Dices dos o tres disparates que luego se olvidan y comentas que es buena hierba mientrassientes la mano de Raiza en tu pierna y te controlas. Ella pregunta ingenua, en medio de tuscuarenta grados de calentura, sobre qué escribes. Sobre cualquier tema. Comentas con un poco depena que aún no tienes nada publicado y las ideas perversas rondan la noche junto a Bob Dylan. Imagínate también que Pedrito es una araña sobre la trigueña, y el ajustador de ella en el piso,como parte del reguero. No puedes más y te lanzas encima de Raiza y Raiza te empuja suave. Tú sincoordenadas hasta que reposas en sus labios y acaricias el vientre, te pierdes con ella en la cocina yalgunos jarros en el piso, sonidos onomatopéyicos, desorden total. Llegas a casa. Tu mujer despierta, esperando (sin comer aun). ¿Cómo sigue la mamá de Pedrito?Tú que mejor, mañana va para Oriente con la familia. Vuelves a comer y recuerdas que el miércoles por la tarde en el mismo lugar. Luego la cama, tu mujer y tú, que piensas en Raiza con su pelo rubio y la vocecita aguda. Haces elamor pensando, te viras y duermes, porque estás muy cansado. Imagínate todo eso y que elmiércoles en la tarde Raiza de nuevo frente a ti, con unos cuantos poemas, quiere estar sola contigo.Hablas con Pedrito y de paso le pides diez dólares prestados tú-sin-nada-en-los-bolsillos. Caminan todo el malecón y se sientan en una cafetería. Tú sacerdote y Raiza confesando suspecados. Le ordenas un AVE-LAS-PIERNAS y palpas su humedad. Al rato lees los poemasCURSILESYPICO y le dices que están buenos en favor de excitarla (digo, estimularla) Así que tesientes enamorado y comienza aquello del existencialismo y la metafísica y Kant y Ortega y Gasset yla escasez de las cosas y las comparaciones:

TU MUJER:1- No sabe nada de filosofía.2- No lee nada de nada, ni cuentos infantiles.3- Es del campo, solo oye a Los Fórmula V y Los Ángeles (a estas alturas).4- Es tosca y no tiene la voz aguda.Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. La Habana, Cuba.Desarrollador web: Juan Rey Hernández Cabrera. © Todos los derechos reservados. 2015.

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5- Yo, su primer marido (los demás eran novios).6- Noveno grado (a empujones).

RAIZA:1- Al menos conoce algo.2- Lee bastante (hasta de marxismo).3- Le gusta el jazz, Bob Dylan, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.4- Es fina, habla bajito.5 -Incontables maridos y novios, pero como yo, ninguno.6- Bailarina de Ballet, 12 grado, como la cerveza.

Así que hasta te imaginas a tu mujer cogiendo los bultos y para el campo. O no, que se tome unasvacaciones allí y vire, porque a pesar de todo todavía te gusta y la quieres. Entonces le explicas a Raiza que un día serás un gran escritor, donarás dinero a hospitales yescuelas y podrás llevarla a otros lugares; ahora, una posada. No le agrada mucho la idea pero alfinal accede. Luego de largas horas miras el reloj. Las cinco y media de la mañana y saliste a las seis de latarde. Vas pensando en el teléfono de los bomberos porque hoy si que arde Troya en tu casa. Sevisten urgentes y salen. Escritor al fin inventas un cuento para tu mujer. La imaginas cuchillo en mano, rugiendo como leona. ¿También habrá salido? Imposible, no es deesa clase. La imagen dentro de la cabeza te golpea de rabia, provoca luxaciones. Las musas vienenen tu ayuda. Sí, preso, como lo oyes, explicas. Mira algo incrédula y atacas de nuevo. Suerte que rompiste unpoco la camisa y embarraste el pantalón de tierra. Así que sigues con eso de la bronca y la juventudperdida, como si fueras papá Noel, porque querían robarle a una vieja y claro, no podías permitirlo.Se convence un poco y lanzas aquello de “si estuvieras en el portal, hubieras visto cuando bajé delpatrullero” o la estocada final “¿Quieres comprobarlo, quieres ir a la estación?” Troya se queda conganas de arder. Te felicitas y te das un baño. Tu mujer calienta la comida y con la aguja de coser sedirige a la ropa brutalmente asesinada. El perfume de Raiza acude a tu mente, su olor a hembra fina y la sonrisa Ingrid Bergman. Raiza,mucha Raiza, creciéndote en la sangre.

EJEMPLOS:1- Ganas de escribir poesía.2- Rechazo a tu mujer.3- Ganas de oír a Bob Dylan, Los Beatles...4- Ningunas ganas de trabajar.

Recuerdas entonces que llevas tres días faltando. Ser profesor de secundaria no te asienta, hacetiempo lo intuiste, por eso te pesa. Sabes también que no has preparado clases pero debes ir, si noquieres que manchen tu expediente laboral. Y Raiza que no se te va de la mente. La escuela es un gallinero con su timbre y todo. Tú reconoces, sientes que los alumnos te quieren.Quizá por la juventud o porque los dejas venir con pantalones apretados y aretes y les pides casetesde Metallica, Led Zeppelin y les prestas algunos. O tal vez porque les “soplas” en las pruebas, poreso eres el mejor, el más “mortal”. Como eres así, llegas al aula y dices bien claro que no estás paradar clases, que se entretengan sin hacer bulla hasta que acabe el turno. Te percatas que uno trajo su walkman y la pides para desconectar. Te das cuenta entonces dealgunas adolescentes con las piernas abiertas. Las muy civilizadas. Pasa el turno y el otro turno y eldirector te manda a buscar. De seguro una de las profesoras se fue de lengua. Y el hombre con la pregunta. ¿Qué es lo que pasa? Te abres con él y sin pena cuentas con lujo dedetalles (salvo lo de la marihuana) Él entiende, así que te autoriza a ir con la condición de venirmañana temprano con las clases preparadas. ¡Y ni una palabra de esto! Deja dicho que tienesproblemas familiares y te suplica le resuelvas una “mami” para él también. Necesitas organizarte. Han pasado las horas, los días, las semanas. Precisamente hacen ya dosque no sabes nada de Raiza ¿Qué pudo pasar? El papel lo hiciste bien, eso queda claro. Por otra parte ella fue sincera cuando dijo “Contigo comonunca”. La obsesión hizo que la buscaras en todas partes, pero a Raiza López no la conocían en laEscuela de Ballet. Sí, hubo una con esas características hace dos años. Por otro lado, Pedrito llevabatiempo sin ver a su hembra. Nada y la cabeza dando vueltas.Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. La Habana, Cuba.Desarrollador web: Juan Rey Hernández Cabrera. © Todos los derechos reservados. 2015.

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Entonces imagina que decepcionado comenzaste a escribir y el cafecito de tu mujer y el cigarro enla boca. Te adaptaste nuevamente a la casa y su insoportable calor, la grabadora con los casetescursis y otra vez los sueños de un escritor que confía en el talento. Al fin y al cabo esas cosas pasanpara que uno escriba. Fuiste borrando imágenes, advertiste que tu mujer es tu mujer, incluso empezaste a verla dedistinta manera y hasta su voz te atrajo.

RAIZA:1- No la conoces (en unos pocos días nadie llega a conocerse).2- No está enamorada de ti, pues te hubiera buscado igual.3- Lee mucho, pero no sabe hacer dulces, ni le gusta cocinar.

TU MUJER:1- Le conoces hasta los granos.2- Muy enamorada, por eso te soporta tanto.3- No lee nada, eso si, te estimula cuando escribes e incluso cree que eres el mejor.

COMPROMISOS FUTUROS:- No dejarte atrapar tan fácil.- Sacar a tu mujer al parque, al cine, todo lo que puedas pagar con tu minúsculo salario.- No extrañar a Raiza.- No faltar tanto al trabajo.

Cuando has dejado las cosas claras te sientas, coges el bolígrafo y vuelves a las cuartillas, entreparedes manchadas de pasado y olor a libros viejos. Afuera la ciudad continua su habitual ritmo;sabes que el tuyo no anda dislocado sino a la par. Entonces suena el timbre de la casa y tu mujerdice que es Pedrito, que quiere verte urgente, es nada más un minuto. Apagas el ventilador y sales, así que lo notas nervioso. Le explicas que por favor, necesitasescribir, que ahora si tienes la idea genial. No entiende y casi que te arrastra hacia el cuarto. Yasentado y en medio del nerviosismo, habla. Te enteras entonces que Raiza ha sido internada en unode esos lugares donde llevan a quienes han contraído el VIH. Entonces te quedas mirando fijo el relojde pared regalo de la abuela, mientras afuera el mundo sigue su paso indetenible.

Nota:Este cuento obtuvo Primer Premio en el certamen Jóvenes Creadores de Ibero-América, ConcursoVilla de Madrid 1998, año en que Madrid fue Capital Iberoamericana de la Cultura.

Miembros del jurado:- Dr. Luis Mateo Diez: Premio Nacional de Literatura, Premio de la Crítica y Miembro de Honor de laReal Academia Española.- Dr. Ernesto Armestoy- Dr. Luis Suñen- Dr. Antonio Maura: Secretario del jurado

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