Movimiento Estudiantil Universitario 91-92

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CUARTA VENTANA: EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL UNIVERSITARIO DE 1991-1992. Después del ’73 los estudiantes dejaron de ser los protagonistas centrales de la actividad política en la universidad: en 1976 aparecen apoyando a los trabajadores universitarios en su afán de sindicalizarse y tener contrato colectivo de trabajo; en 1978 intentan reorganizar la FEUS, al mismo que se lleva a cabo una movilización magisterial en el Cobach, pero no fructifica; en los ochentas mientras la UniSon se democratiza la movilización estudiantil desaparece. Seguramente este fue un elemento que consideraron para imponer la ley 4 orgánica de la Universidad de Sonora. El 22 de octubre de 1991 al tomar posesión como Gobernador, Manlio Fabio Beltrones llamó al Congreso del Estado a reformar o derogar la ley orgánica 103. Para lograrlo se habían servido de una campaña sistemática de desprestigio contra la UniSon de años que no fue contrarrestada por los universitarios, sino incluso fomentada por las torpezas como la lucha por el poder entre los grupos internos. La preparación inmediata se dio en la llamada lucha por las coordinaciones que corrió al parejo del proceso electoral estatal. Ello ocurrió cuando el rector Marco Antonio Valencia y su grupo que ya apostaba a la intervención externa, desconoció los acuerdos en 6 unidades académicas para nombrar Coordinador Ejecutivo a quienes tuvieron mayoría en un procedimiento democrático. La fricción provocada era magnificada por los medios masivos de comunicación haciendo aparecer aquello como un caos. A partir de la toma de posesión de Beltrones se intensifica la campaña: el 28 de octubre el Centro de Desarrollo Infantil cierra sus puertas por carecer de recursos para proporcionar alimentos; el 30 del mismo mes Banamex acciona legalmente contra la UniSon por un adecuado de mil 839 millones 590 mil 792 pesos, como rectoría no definió bienes a embargar el banco lo hace con el subsidió federal de tal manera que no se pagan los salarios, el 4 de noviembre cortan la electricidad por adeudo y ese día sale la primera marcha de estudiantes a la calle. Ese mismo día el abogado de la universidad

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CUARTA VENTANA: EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL UNIVERSITARIO DE 1991-1992.

Después del ’73 los estudiantes dejaron de ser los protagonistas centrales de la actividad política en la universidad: en 1976 aparecen apoyando a los trabajadores universitarios en su afán de sindicalizarse y tener contrato colectivo de trabajo; en 1978 intentan reorganizar la FEUS, al mismo que se lleva a cabo una movilización magisterial en el Cobach, pero no fructifica; en los ochentas mientras la UniSon se democratiza la movilización estudiantil desaparece. Seguramente este fue un elemento que consideraron para imponer la ley 4 orgánica de la Universidad de Sonora.

El 22 de octubre de 1991 al tomar posesión como Gobernador, Manlio Fabio Beltrones llamó al Congreso del Estado a reformar o derogar la ley orgánica 103. Para lograrlo se habían servido de una campaña sistemática de desprestigio contra la UniSon de años que no fue contrarrestada por los universitarios, sino incluso fomentada por las torpezas como la lucha por el poder entre los grupos internos. La preparación inmediata se dio en la llamada lucha por las coordinaciones que corrió al parejo del proceso electoral estatal. Ello ocurrió cuando el rector Marco Antonio Valencia y su grupo que ya apostaba a la intervención externa, desconoció los acuerdos en 6 unidades académicas para nombrar Coordinador Ejecutivo a quienes tuvieron mayoría en un procedimiento democrático. La fricción provocada era magnificada por los medios masivos de comunicación haciendo aparecer aquello como un caos.

A partir de la toma de posesión de Beltrones se intensifica la campaña: el 28 de octubre el Centro de Desarrollo Infantil cierra sus puertas por carecer de recursos para proporcionar alimentos; el 30 del mismo mes Banamex acciona legalmente contra la UniSon por un adecuado de mil 839 millones 590 mil 792 pesos, como rectoría no definió bienes a embargar el banco lo hace con el subsidió federal de tal manera que no se pagan los salarios, el 4 de noviembre cortan la electricidad por adeudo y ese día sale la primera marcha de estudiantes a la calle. Ese mismo día el abogado de la universidad Ignacio Campa pide se audite a la UniSon; al día siguiente intentan comenzar la auditoria cuando incluso el Congreso del Estado aún estaba sesionando siendo rechazados por los universitarios y, al unísono, cortan las líneas telefónicas. El 8 finalmente se inicia la auditoria.

La enorme y descarada presión que violaba autonomía universitaria y decoro provocó una resistencia estudiantil-universitaria que no se esperaban: el 7 de noviembre se realiza una marcha de unos 3,500 universitarios; el 12 una nueva manifestación, el 14 la mayor con alrededor de 7,000 marchantes. Sin embargo, la moneda estaba echada: el 12 de noviembre el Congreso recibe el anteproyecto y arma un foro de consulta, donde desfilan las fuerzas vivas, justificando la imposición, apoyando al gobierno.

Finalmente el día 25 de noviembre de 1991, 23 días de tomar posesión el gobernador, la Universidad tenía una nueva ley orgánica. La forma en que el hecho ocurrió violaba la constitución en lo que disponía respecto a la autonomía universidad y en lo que referido a la gratuidad de la educación. La ley es, por otra parte, profundamente burocrática y autoritaria.

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Aprobada la ley orgánica la resistencia prosiguió, las acciones más importantes siguientes se llevaron a cabo en diciembre. La primera fue una huelga de hambre de varios estudiantes en el Museo y Biblioteca que comenzó a recibir una gran solidaridad de la población que visitaba el lugar continuamente. Cuando la huelga de hambre se levantó fue por una negociación a cambio de un debate en la televisión con la versión oficial. . el debate se realizaba entre el 13 y 17 de enero dándonos la satisfacción de que los jóvenes universitarios sin una gran preparación teórica, pusieron en evidencia a los representantes del gobierno.Por otra parte, el 17 de diciembre se interpuso una amparo firmado por más de 13 mil universitario en contra de la ley orgánica y las cuotasOtra medida que se llevó a cabo desde la aprobación y promulgación de la ley orgánica fue la toma de rectoría por parte del CEUS.El Comité Estudiantil de la Universidad de Sonora (CEUS) se formo al vapor de la movilizaciónEl siguiente acontecimiento ocurrió el 8 y 9 de abril, cuando las autoridades intentaron llevar a cabo elecciones amañadas de representantes estudiantes y maestros ante los órganos colegiados. El CEUS toma la Universidad para impedir tal eventualidad.

La respuesta de rectoría y su gente es tomar las instalaciones pero son rechazados. Una marcha que salió rumbo al gobierno fue interceptada por la judicial y se inician las aprehensiones, posteriormente una comisión que llegó al palacio a la negociación es también encarcelada. Al día siguiente con la resistencia a todo vapor los presos son liberados a cambio de entregar las instalaciones, rectoría especialmente.

A partir de entonces se tuvo conciencia que en el estado de Sonora, mientras Beltrones fuera gobernador no abría solución, de tal suerte que el 13 de mayo de 1992 se inició la marcha nacional del desierto al zócalo (au yutureme). La salida de la marcha fue incluso públicamente vista mal por las direcciones sindicales, sin embargo, la marcha salio.

Así, mientras en la Universidad se llegaba al fin del semestre y luego a las vacaciones, un grupo de estudiantes caminaban rumbo a la ciudad de México. A Guaymas llegaron el 16 después de obregón pasaron por Navojoa con gran apoyo y entusiasmo, para el día 1° de junio salía del estado, Culiacán se llegó el 17 de junio, a Mazatlán el 18 subidos a carros y camiones, después Acaponéta y Tepic se llegó a Guadalajara, después vía Michoacán (Morelia 17 al 22 de julio) se enfilaron al Zócalo a donde llegaron el 13 de agosto.

En el transcurso la marcha fue apoyada y sostenida por estudiantes (a traves sobre todo de las casas), maestros del SNTE de los democráticos, campesinos, indígenas y el PRD.A la llegada a la ciudad de México se hizo plantón en el zócalo y una marcha a los pinos. Parecía no abría solución cuando intempestivamente a través de una comisión negociadora llegó a un acuerdo vago y que dejaba las cosas tal como estaba sin lograr sin lograr ninguno de los objetivos: la ley no se derogaba, las cuotas no se quitaban, el rector no renunciaba y quedaba una promesa vaga de hacer un foro para estudiar el problema.

Para lograr este convenio el gobierno trabajó arduo para amedrentar algunos, corromper a otros, dividir el movimiento primero a los maestros y trabajadores de los estudiantes y después a los propios estudiantes.

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Después de la firma del convenio en la ciudad de México y el regreso de los marchistas el movimiento habría terminado, todo lo demás eran patadas de ahogado.

Aunque de manera extremadamente suscita hemos visto cuatro momentos culminantes en la actividad política de los estudiantes. La conclusión que salta a la vista es:

En primer lugar que los estudiantes de la Universidad de Sonora tienen una rica experiencia política donde se da de chile y dulce, momentos luminosos y obscuros, triunfos y derrotas, genialidades y burradas.

En segundo lugar que esa historia es poco conocida y merece el rescate permanente y serio para que las nuevas generaciones abreven de esa experiencia. En ese sentido, se agradecen los trabajos que, poco a poco, esclarecen el panorama y nutren nuestro saber.De todos y cada una de las experiencias se sacan conclusiones y retos que esperamos las nuevas generaciones retomen y los hagan suyos.Por último, deseo terminar el presente escrito con un sueño: cuanto bien le haría a la institución en estos momentos la construcción de una organización representativa, democrática e independiente de los estudiantes, que se preocupara por el mejoramiento académico y por darle un sentido un social a Universidad de Sonora. La formación en los últimos siete años de unas nueve sociedades de alumnos desembocarán en ello, o se seguirán en la frivolidad?