Monumento a los hermanos Álvarez QuinteroParque de El Retiro (Madrid)

Por Ana González

Los hermanos Álvarez Quintero nacieron en Utrera (Sevilla) –Serafín (1871-1938) y Joaquín (1873-1944)– y murieron en

Madrid. Ambos, fueron poetas, narradores y periodistas, pero, sobre todo, comediógrafos (se dedicaron a escribir comedias

costumbristas andaluzas, zarzuelas, dramas y sainetes), alcanzando una gran popularidad en la primera mitad del siglo

XX. Sus obras, de temática superficial estaban llenas de elegancia y riqueza lingüística, lo que les llevó a ingresar en la Real Academia Española de la Lengua, en 1920, Serafín y en

1925, Joaquín.Escribieron cerca de doscientos títulos: Fortunato, Nena Teruel, La calumniada, La boda de Quinita Flores, La reina mora (1903),

Mañana del Sol (1905), Malvaloca (1912), Los Galeotes, etc.Azorín dijo de ellos: “Los Álvarez Quintero han traído al arte

dramático –y ésa es su originalidad– un perfecto equilibrio entre el sentimiento individual y el sentimiento colectivo entre

la persona y la sociedad”.Luis Cernuda afirmaba que “en los Álvarez Quintero era muy

aguda la observación de la realidad y deliciosa la representación dramática, solamente viciada, en ocasiones, por el optimismo pueril y apriorístico con que pretendían

idealizarla”.

Situado en la avenida de Colombia, el grupo escultórico está concebido como

una evocación a Andalucía, más concretamente, a Sevilla, con personajes que parecen sacados de las comedias de

los autores.Es una gran composición escultórico-

arquitectónica que se dispone en una plaza circular.

Fuera de la escena principal, y en el centro, se halla una fuente de doble vaso con un

surtidor central.

Un banco corrido se interrumpe en su centro para levantar un triple hueco en

“serliana” (recurso arquitectónico que consiste en

combinar arcos de medio punto con otros adintelados, su

nombre se debe al primer arquitecto en investigar esta

forma: Sebastián Serlio) apoyado sobre un plinto, entre

dobles columnas de orden jónico coronadas por piñas y

adornados sus vanos con sendos jarrones decorativos. El arco central se encuentra

apoyado en dobles columnas y fue concebido a modo de

balcón.

En el vano central aparece una joven, labrada en mármol, vestida a la

andaluza, con un mantón que cae por fuera de la barandilla.

El grupo escultórico fue encargado al escultor Lorenzo Coullaut Valera. Su hijo, Federico Coullaut, tan sólo con

diecinueve años, se hizo cargo de acabar la obra a partir de 1932, año

que murió su padre.

Fuera de la composición se encuentra una escultura, realizada en bronce, de un hombre a caballo, también vestido de campero y sujetando el sombrero

cordobés con su mano derecha, simulando cortejar a la dama.

El impulsor del monumento fue el periodista y escritor, Pepe Téllez

Moreno. Se sufragó con cientos de colaboraciones populares e incluso,

durante un tiempo, las recaudaciones de varios teatros madrileños fueron

destinadas a costearlo.

El 2 de diciembre de 1934 se inauguró con la presencia de los alcaldes de

Madrid (Rafael Salazar Alonso) y de Sevilla (Isacio Contreras Rodríguez).Curiosamente, los homenajeados no asistieron al evento, en su nombre enviaron a la actriz, Concha Catalá, quien leyó un texto escrito por los

Álvarez Quintero.

Y que mejor lugar para colocarlo que El Retiro, el parque madrileño que tanto gustaba a los hermanos Álvarez Quintero.