MONOLITO NÚMERO UNO

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Revista literaria Monolito

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2 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ EDITORIAL

La literatura es un medio de expresión artística de vital importancia para el crecimiento y enriquecimiento

cultural de cada una de las sociedades que habitan este mundo. La palabra es inmortal: es la herramienta de la

que se valen las ideas para poder expresarse. Son, han sido y serán libres como los que juegan con ellas

diariamente: los escritores. Un derecho natural y el más importante después del derecho a nacer, es el derecho a

la libertad de expresión. Como no puede ser de otra manera, también los lectores son libres y por ello tienen el

derecho de leer lo que se les venga en gana (revista, periódico o medio electrónico para distraerse, enriquecer

sus conocimientos, divertirse, etcétera). Por ello, no concuerdo, cuando en spots televisivos, invitan a leer con

limitantes: 20 minutos diarios de lectura, ¿por qué 20 minutos y no 30 o 40 o 50? Pues si no es obligación leer.

Ya basta de creer que los libros son una especie de monolito sagrado intocable, que solo hay que mirarlo de

abajo hacia arriba, deslumbrarse con la luz que despide e inmediatamente dar la vuelta e irse, como si fuese una

pieza de museo; un artilugio histórico que los antiguos utilizaban para aprender cosas. La literatura no es

exclusiva de unos cuantos. Los libros, la literatura no es eso. No le pertenece a los intelectuales, universitarios,

historiadores, escritores, académicos. No. La literatura es otro medio con el cual podemos distraernos,

divertirnos, pasar un rato agradable, imaginar, disfrutar y, encima, aprendemos…sin darnos cuenta. Porque solo

con los cuentos, poemas, novelas, podemos encontrar mundos que no sabíamos que estaban ahí; abrirnos otro

panorama. El poema toca el alma, el cuento te abre puertas a otros mundos, la novela refleja a las sociedades.

Con el ensayo enriquecemos nuestra ideología, y con todo o en partes, crecemos. En fin hay tanto y para todos.

¿Qué leer? Lo que llame la atención, así se empieza, no hay más. Cada uno de nosotros irá acercándose, poco a

poco, a las letras, según sus gustos, dependiendo lo que busque y le agrade. Nosotros y solo nosotros podemos

decidir qué leer, como si de cambiar de canal de televisión se tratase. Una vez que hayamos encontrado un libro

que nos haya dejado satisfecho, habremos descubierto otro medio de entretenimiento; ahí no existen limitantes

de tiempo, aunque se empeñen en obligarnos a leer 20 minutos: tomaremos un libro y, pasada una hora,

sonreiremos. Y entonces, quizás, sin quererlo, seremos un lector más y así muchos y al final casi todos.

JUAN MIRELES

DIRECTOR-EDITOR

http://wwwjuanmireles.blogspot.mx/

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Registros en trámite. Cada uno de los textos aquí presentados, son responsabilidad de los autores.

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2 de mayo del 2012

REVISTA MENSUAL

SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ Y SU ENTORNO

Retrato de Sor Juana a los quince años; edad en la que ingresó al convento.

Tras la derrota del Imperio Azteca por parte de los españoles se inicia un periodo de 300

años de dominación española en México, periodo que es conocido con las designaciones de

Periodo Colonial o Colonia, o Periodo Virreinal o Virreinato, porque el país estuvo en esa

época bajo la autoridad de un Virrey enviado desde España. México era llamado entonces

Nueva España.

En el terreno literario hubo en ese periodo dos mexicanos, un hombre y una mujer que

destacaron sobre sus contemporáneos hasta alcanzar una estatura universal: Juan Ruiz de

Alarcón y Sor Juana Inés de la Cruz. Ambos escritores se desarrollaron dentro del estilo

barroco que, era entonces, la moda en el arte.

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, mejor conocida como Sor Juana Inés de la

Cruz, nació en San Miguel, Nepantla, México, el 12 de noviembre de 1651 (algunos

especialistas sitúan su fecha de nacimiento tres años antes, en 1648) y murió en la ciudad de

México, el 17 de abril de 1695, a la edad de 43 años (o 46 años, según la fecha de

nacimiento que se acepte).

La enorme calidad y cantidad de su obra la colocan, no solo como la más importante figura

literaria mexicana del siglo XXVII, sino como una de las escritoras hispanoamericanas más

importantes de todos los tiempos; logros que la llevaron a recibir los sobrenombres de El

Fénix de América y La Décima Musa.

Su nombre se encuentra también grabado con letras de oro en la Cámara de Diputados.

(Vale la pena precisar que entre los más de 70 nombres inscritos en la Cámara, Sor Juana es

la única que aparece por razones “no políticas” ni por haber sido “heroína de guerra”,

aparece solamente por su estatura literaria).

EDITORIAL

Juan Mireles

Director-Editor

Mario Islasáinz

Editor

José Pulido

Editor

Sergio Astorga

La casa amarilla

Arte de portada

Colaboradores

Arbey Rivera

Alejandro Montaño

Cristina Arreola

Diana Profilio

Frans Gris

José Rico-Villademoros

Juan Mauricio Muñiz

Martha Lombardelli

María Rosa Rodríguez

Mónica Siabato

Norma Aristeguy

Ricardo Esquer

Rossana Cantarely

Vicente Montemayor

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Dicen sus biógrafos que aprendió a leer a los tres años, y a los doce aprendió latín y náhuatl, por lo que desde muy pequeña se le

consideraba una niña genio.

Desde muy joven se aficionó a la lectura y leyó a los clásicos griegos y romanos, y a los principales teólogos. Su afán de

conocimiento era tan grande que intentó convencer a su madre para que la enviara a la Universidad disfrazada de hombre,

porque en aquel entonces las mujeres no eran aceptadas en éstas.

Como además de inteligente y culta era muy graciosa (sabia tocar varios instrumentos), desde muy joven fue aceptada en la

Corte Virreinal como dama de honor de la Virreina Leonor de Carreto, quien se convierte en su principal mecenas, y se

establece entre ellas una gran amistad. La Corte virreinal era uno de los lugares más cultos e ilustrados del México colonial y,

allí, desarrolla la joven Juana su intelecto, y sus capacidades literarias.

A los 15 o 16 años ingresa al convento, no por razones exclusivamente religiosas, sino para poder dedicarse a la literatura de

tiempo completo. El claustro de Sor Juana (así se denomina al convento donde ingresó) actualmente es una Universidad, se

encuentra cerca de la Secretaria de Gobernación, en la Ciudad de México y puede visitarse.

A pesar de que la mayor parte de su obra son poemas y de que es conocida a nivel popular por sus poesías, especialmente las

famosas Redondillas, Sor Juana también escribió autos sacramentales (obras de teatro de contenido religioso que se

representaban en las Iglesias), comedias como Los empeños de una casa y Amor es mas laberinto, que todavía se representan en

México. Versos sacros y profanos, así como villancicos, algunos de ellos en lengua náhuatl. Hacia el final de su vida y a raíz de

una disputa sobre religión con las autoridades eclesiásticas, fue obligada a dejar la literatura y entregar su biblioteca y su

colección de instrumentos musicales y científicos a la iglesia.

Muchos críticos e intelectuales han escrito sobre Sor Juana y su obra, entre ellos el Premio Nobel de Literatura mexicano

Octavio Paz, quien publico en 1982 su ensayo “Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe”. Varias películas se han

filmado sobre su vida, la última, que curiosamente es una producción argentina, se titula como una de sus frases más celebres:

Yo, la peor del mundo.

Su poema más importante, según la crítica, es un larguísimo poema de 950 versos que se titula Primero sueño; a nivel popular

sus famosas Redondillas son ampliamente conocidas.

Sor Juana muere el 17 de abril de 1695 a causa de una epidemia de peste que asoló la Ciudad de México.

Por VICENTE MONTEMAYOR

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La estética tradicional, aquella que se estructura como ciencia en el siglo XVIII, estaba perimida; era necesario encontrar un nuevo

enfoque para abordar las producciones estéticas. Digo estéticas porque no quiero circunscribir esas producciones solamente a lo que

hasta ahora conocemos como Arte. La definición de arte es dialéctica y se resinifica en forma permanente. La dimensión estética,

universalmente antropológica, nos permite incorporar al espacio del arte todo aquello que estemos interesados en que sea Arte, sin

diferencia culturales.

Todos sabemos que la reflexión estética no se inicia en ese momento. Ella se remonta, en la cultura de Occidente, al mundo griego y

sus pensadores. Desde aquella época, dicha reflexión, hace hincapié en un concepto de lo bello dado en las obras de Platón. Para la

filosofía platónica, la realidad está constituida por el mundo de las ideas. Estas ideas son la realidad, y el mundo sensible es mera

apariencia cuyo ser es por participación en el mundo de las ideas. Las ideas o modelos son inmutables están fuera del tiempo y

espacio: son eternos.

La idea de lo bello que, gracias a Marsilio Ficino (1475), nos viene de esa reflexión es por lo tanto una idea metafísica. Es algo que

no cambia ni en el tiempo ni en el espacio. Cualquier cosa sensible que consideremos bella solo lo será por participar en la idea de

lo bello. Ficino le dará el toque proveniente de la religión católica, afirmando que la Belleza es el esplendor “del rostro de Dios”.

Como tal, se convertirá en criterio de delimitación de lo estético en el período de la Ilustración. Precisamente en el momento en que

dos instancias fundamentales confluyen en la historia de Occidente: por un lado el proceso de la autonomía del arte, por el otro, la

perspectiva antropológica desde la cual se partirá para el pensamiento científico y la filosofía.

Con la llegada de la modernidad se visibiliza algo nuevo que asombrará al ser humano: la movilidad del mundo; los cambios en

todos los aspectos de la vida humana: social, político, económico, laboral, etcétera.

Con los cambios producidos por la utilización de la máquina, se hace factible la idea del viaje. Si alguien leyó La vuelta al mundo

en 80 días escrita en 1893 por Julio Verne, comprenderá la importancia, el significado de la realización de los viajes.

Estéticamente, expresan la búsqueda de identidad que nace en medio del anonimato, que invade a los seres humanos en las grandes

ciudades. “Es esa búsqueda atormentada de nuestra propia imagen”.

Se está pasando de la sociedad rural a la sociedad urbana. El desarrollo de las ciudades a raíz de la revolución industrial trajo un

fenómeno nuevo: la aparición de las muchedumbres.

Para aquellos que han nacido en las ciudades del interior y llegan a la ciudad-capital de la provincia de Buenos Aires -La Plata-

, notan ya un cambio con la ciudad de origen. Experimentan esta sensación que mencionamos. Si damos una vuelta de tuerca y nos

trasladamos a la Capital Federal, ya no la capital de una provincia sino la capital del país, la sensación de anonimato se

multiplica. Hay una película que expresa la dimensión que puede llegar a alcanzar la cruel imagen del anonimato urbano. Se llama

Perdidos en la noche. Tendríamos que hacer un esfuerzo e imaginarnos el desconcierto, el agobio y la zozobra que produjo en las

gentes, la aparición de las multitudes conformadas por todos aquellos que marcharon a las ciudades por trabajo, porque habían sido

expulsados de las zonas rurales.

Por otro lado, a partir de la Ilustración nace la consciencia de la autonomía de lo humano. Somos nosotros los hacedores de nuestros

destinos, de nuestras vidas. En la sociedad feudal las personas eran parte del feudo: ciervos o vasallos se sentían bajo la protección

del señor feudal.

En cambio, la revolución industrial puso de manifiesto la autonomía antropológica, nuestros destinos dependen de nosotros mismos.

Algo de esto dice Marx en el Manifiesto comunista cuando afirma que la revolución burguesa arrasó con todo, pues es su destino

revolucionar incesantemente sus instrumentos de producción y, por ende, sus relaciones de producción. ”Todo lo sólido se

desvanece en el aire, todo lo sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones

de existencia y sus relaciones recíprocas”, decía Marx. Con ello hace énfasis en la nueva situación de los individuos.

José Jiménez dice que la estética está en una encrucijada y ha llegado el momento de repensar su sentido. Es sabido que por mucho

tiempo -aun cuando ya las ciencias humanas daban indicios para pensar desde otro lugar-, ella se repitió a sí misma; pero hoy, la

encrucijada gravita demasiado para ignorarla. El pensar sobre el arte y la estética como así también la misma producción artística,

necesitan de una actitud no distraída.

Arte y estética en tiempos de globalización

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Guernica. Pintura de Pablo Picasso.

Cuando surge la conciencia de la autonomía antropológica y se evidencia que es gracias a la movilidad del mundo moderno, la

idea de una naturaleza humana entra en crisis. Por lo tanto, también los conceptos de bello, belleza, pierden el

fundamento metafísico. Las ciencias humanas hacen visible las diferencias culturales, étnicas…

Pensar que hay una naturaleza humana es suponer que los pueblos llamados primitivos deberán alcanzar el mismo grado de

civilización alcanzado por el hombre de occidente, blanco europeo y, por ende, su cultura. En Hegel se extreman estas ideas. La

unidad especulativa del Ser presente en su filosofía, la que fundamentaba todo el hacer humano en el desplegarse del Espíritu

Absoluto, queda sin fundamento. Esto no debe preocuparnos porque el mismo Hegel nos había dejado fuera del camino del

Espíritu.

José Jiménez -filósofo a quien me remito- no reniega de la unidad del concepto; pero dice que la “universalidad antropológica” es

siempre un juego entre unidad y pluralidad, entre la “identidad y la diversidad”.

Estas ideas, la de la unidad especulativa, la de la naturaleza humana única -y, por lo tanto, lo que conocemos como

eurocentrismo y etnocentrismo-, llegan tardía y acríticamente a Sudamérica. Con ellas, se instala la imperiosa necesidad de imitar.

De ahí, el intento apremiante de alcanzar a concretar esas ideas desde aquí. Es más, no sólo desde un lugar distinto, sino también

desde un horizonte simbólico distinto. Esta tendencia recorrió todos los pueblos sudamericanos, según lo describen y analizan

distintos filósofos como Leopoldo Zea, Salazar Bondy, José Martí, etcétera. Fue también un intento de sincronizar dos tiempos

distintos: el nuestro, el de una América de vegetalidad colonial y el de la revolución industrial del capitalismo, un tiempo

dinámico. En esa premura no había tiempo para la integración del indio y el gaucho.

Si alguien leyó la obra Facundo civilización y barbarie de Domingo F. Sarmiento, recordará la imagen de civilización o

barbarie, que aplica como criterio esclarecedor en la lectura que hace de la vida argentina moldeada por la colonización.

Civilización era lo ajeno y barbarie lo propio. Esa dicotomía -en mayor o menor grado, presente en todos los pueblos

de Sudamérica que en un principio representaba la diferencia entre la ciudad y el campo-, rencarna en una más profunda: en mi

país es la diferencia entre Córdoba y Buenos Aires. Córdoba es el claustro, provincia mediterránea, encerrada en sí

misma. Buenos Aires, el puerto abierto a Europa.

A raíz de esta dicotomía, se generan dos ficciones, dice el filósofo Rodolfo Kusch: una nace de creer que la realidad se puede

superar con la política del gobierno y el Estado, importados del ser europeo. La otra ficción –que es el resultado de la anterior-

emerge cuando creemos que hay verdades y aciertos universales. Como cuando decidimos imitar en lo económico al Reino

Unido, y en lo cultural a Francia.

Esto sucedió e Esto sucedió en Sudamérica desde que fuimos una nación. Nosotros empezamos a vivir la encrucijada desde el origen de nuestra

historia. Los países del centro lo experimentan ahora y lo denominan posmodernidad.

POR MARTHA ALICIA LOMBARDELLI

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1) El término

Conclusión analítica de la novela El túnel Por Norma Aristeguy El túnel: novela de Ernesto Sabato

Juan Pablo Castel es un personaje que al principio mueve al lector casi a la compasión, en

vista de su soledad, parece sólo alguien que está desesperado por comunicarse y no sabe

cómo hacerlo. Después, a medida que el lector va conociéndolo, comprende que Castel es un

enfermo de espíritu, de soledad absoluta y quizá mental. Esto último, a medida que la obra

evoluciona, se tiene casi la seguridad de ello, ya que Castel tiene una permanente actitud de

crítica, de observación exagerada, obsesiva en lo analítico para con los demás.

Posiblemente, a raíz de su auto represión, de su auto desvalorización, es a la vez represor

con todos los demás, y desvaloriza constantemente al mundo que lo rodea. Lo que hay que

tener en cuenta, es que el personaje es producto de esta sociedad esclavizante; por lo tanto,

muchas de sus afirmaciones son quejas valederas, como cuando hace referencia a la

soberbia, la vanidad, la falsa modestia, el sometimiento del hombre por el hombre en el

campo de la concentración de poder, en pocas palabras, la reversión violenta de los valores.

Desde el punto de vista de los sentimientos, de los afectos, Castel parece tenerlos dormidos

y, a causa de dos obsesiones analíticas durante toda la obra, uno llega a preguntarse a quién

quiere Castel, ¿a María? , yo lo dudo. Él quiere a alguien imaginado, nacido de su obsesión.

En ningún momento tiene una actitud generosa, una actitud de dar, de darse, como sucede en

el amor. Él mismo confiesa, a veces, cómo la presiona para saber cómo lo quiere ella. Por

otra parte, es desgarrante la soledad que trasunta cuando se siente comprendido, solo porque

María ha observado esa escena que para él representa tanto, y a partir de ahí se adueña de

ella, y la busca –desesperado- esperando encontrar toda la comprensión que le falta en su

mundo interno. Pero creo que más que comprensión, él busca compasión, compasión por esa

soledad que tanto le pesa y en la que se aísla, despreciando al hombre, sin tener en cuenta

que él también lo es, y que alguien puede necesitarlo. Cuando muestra toda su mordacidad y

se burla de la sociedad llamándoles “bichos”; cuando describe cómo nacemos y morimos en

medio del dolor, mientras otros están naciendo para volver a empezar, no se da cuenta que él

está contribuyendo con su resignación al destino, y que lo que está planteando, más que la

soledad de la humanidad, es su propia soledad: “¿Toda nuestra vida sería una serie de gritos

anónimos en un desierto de astros indiferentes?”. Es tan cruel consigo mismo como lo es

con María. No se permite nada, por eso tampoco concibe la libertad de ella como ser

humano. En uno de sus sueños se siente pájaro, es decir, libre, pero la otra parte represora no

lo acepta. Así, en medio de sus amigos, se siente atrapado por la soledad. De estas dos partes

habla él mismo cuando cuenta que, la división en su conciencia, ha hecho estragos en

muchas de sus actitudes y que se encuentra en una permanente lucha consigo mismo.

En cuanto a que no hay sentimientos positivos, lo revela así el narrador cuando dice que su

comunicación con María, era tan sutil que luego quedaba más solo que antes. Es evidente

que es un ser que sufre mucho, y traslada todo lo negativo de su interior al mundo externo.

En el capítulo XXVIII hace referencia a la importancia del transcurrir del tiempo, a la

importancia de un instante. Le preocupa la fugacidad de la vida. Es como si con el

transcurso de la obra el personaje fuese perdiendo la cordura, hasta llegar al crimen. En el

momento que describe lo que sucede con la carta que quiere rescatar, cuando se detiene en el

lunar con pelos de la empleada, a uno le recuerda la obsesión del personaje del “Corazón

Delator” con el ojo en el anciano, y ya entonces el lector sabe o presiente que Castel puede

llegar al crimen. Al final de la novela él reconoce su túnel oscuro y solitario en el que había

transcurrido toda su infancia, su juventud, su vida. El suicidio al que a veces recurre como

presión para retener a María, es a la vez, como dice El lobo estepario, una puerta, una salida

posible que le permite creer que la abrirá cuando ya no resista más. La última página nos lo

revela como a un loco, cuando sigue aun analizando actitudes de los otros, cuando sospecha

que los médicos se ríen a sus espaldas, y sigue sin demostrar ningún sentimiento de pena o

arrepentimiento por lo que ha hecho.

Ernesto Sabato

(1911-2011)

Nacido en Rojas, provincia

de Buenos Aires. Ernesto

Sabato fue uno de los

escritores más importantes

de Latinoamérica. Él

ensayista, novelista y físico

dejó obras muy importantes

como El túnel, Abaddón el

exterminador (novela

ganadora del premio Mejor

Novela Extranjera en París,

Francia en 1976) y Sobre

heroes y tumbas

(considerada como una de

las mejores novelas

argentinas del siglo XX),

así como ensayos de gran

valía como Uno y el

universo, El escritor y sus

fantasmas entre otros. Su

importancia para la lengua

castellana se ve reflejada al

serle otorgado en 1984, el

Premio Miguel de

Cervantes. Premio que

obtuvo 5 años antes (1979)

el también escritor

argentino Jorge Luis

Borges.

Ernesto Sabato es otro

inmortal más, gracias a un

estilo único, ágil y caviloso

plasmado en cada una de

sus obras. Diarios como El

País y El Mundo llamaron a

Ernesto Sabato (poco

después de su muerte)

como el último gran

escritor argentino.

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8 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ

OTOÑO

(Acrílico y técnicas mixtas sobre cartón entelado)

FRANS GRIS

Poeta, artista plástico (Chile).

Frans Gris intenta abrir la puerta de ese mundo fantástico, y tan propio de él, en donde predomina la línea, las sublimes

formas y las manchas de luz. Nacido al sur del río que corta en dos la ciudad capital de Chile, al finalizar la segunda mitad del

siglo pasado.

Intenta con la palabra y luego con los volúmenes y el color, longitudes nuevas en la poesía y en la luz y en la forma. Estas

últimas son, en él, extraños matices, ricas texturas, líneas truncas y manchas intrigantes, nacidas en los recodos del

subconsciente, existencias sufridas y en los extraordinarios mundos que ha visitado.

Pintor emergente y divergente, busca abrir espacios para su plástica esencialmente decorativa, propia de las tendencias de los

talleres independientes.

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WEB 3.0 Por Rossana Cantarely

Subió al escenario y exaltado FI comenzó su discurso: Ya no estamos en el siglo XX, ahora el

primer poder será el del conocimiento. La comunicación es un poder. Se comunica

correctamente el que mejor maneja los distintos lenguajes. La apuesta de esta conversación

social es el dinamismo de lo interactivo a través de la distancia, y es en este proceso

interactivo en el que se da la convergencia, y por ello la piel de la cultura es ahora digital y

esto exige una inteligencia superior. No estamos hablando de chatear sin decir nada o de

dizque escribir en las redes sociales. No son cuestiones de marketing sino de verdadera

inteligencia. Exposición de ideas a través de la cibercultura, implica una alquimia de

multitudes reinventando un mundo, fundándolo, recreándolo desde el culto a la información y

desde la potenciación de una cultura libre. Somos sujetos-red en una sociedad-red en la que la

cultura es convergente y tenemos omnipresencia mediática, es el momento de empoderarnos e

invadir la vida pública con la privada.

La ciberesfera pública aplaudió a través de las pantallas, tras los pilares laterales se escondían

los de la TINI (Total Ignorancia Nacional e Internacional) que acuciosos escuchaban y aunque

no comprendían los detalles, asumían el peligro de aquel discurso que establecía un

contrapoder, olían la cerebralización y eso les atemorizaba. Después de unos minutos, la

multitud virtual convergía a una idea clara sobre el poder que podía tener la web 3.0, el poder

de lo semántico, del significado. Las páginas podrán comunicarse entre ellas, esto es más que

un simple enlace. En las paredes de las casas podremos optar por tener la web 3.0 y realizar

búsquedas insospechadas parecidas a la que realizábamos en un diccionario de ideas afines,

pero además con un estilo pragmático.

Quiero explicarles que la web 3.0 puede mirarnos en tres dimensiones como en la ingeniería

geo-espacial. Tres dimensiones relativamente son pocas para todas las dimensiones que nos

planteaban Borges y Einstein en sus textos, además la web 3.0 es penetrante porque es parte

del entorno en las casas, los carros, incluso dentro de nosotros podemos llevar un chip que nos

permita entrar a una disco o que nos alerte de una acción que tenemos que realizar como una

agenda interna o una memoria adicional. El público presentía ya esa mutación en el

ciberespacio y la esperaba con ansiedad, así que, aunque muy flemáticos, sintieron ese placer

abstracto de las ideas novedosas que transforman la realidad. El grupo de Tiníticos estaba

asustado: empezaron a horrorizarse de la viscosidad que implicaba mayor movilidad,

robustez, seguridad e interactividad en lo mediático. No estaban entendiendo muy bien, y eso

les asustaba aún más. En ese momento FI se dio cuenta que los Tiníticos estaban

escuchándole y sonrió con sarcasmo, entonces se deleitó haciendo referencia a la arquitectura

de la Internet, del futuro para que la viscosidad fuera mayor. Era un concepto evolutivo y

revolucionario que no era bienvenido por aquellos que pertenecían a TINI, sobre todo porque

de la globalización a la tecnología, pasaría a resolver lo local, sería tecnología para la gente y

no para las élites, le daría poder al conocimiento y no al marketing, sería Internet para los

servicios y las cosas. No podían soportarlo. Esa ubicuidad era insostenible, además era una

ubicuidad ontológica que podría realizar inferencias lógicas que generen conocimiento. Se

verían por completo desplazados. No podían creerlo. No lograban entender lo de la nube

enlazada de datos, pero sentían sobre ellos la lluvia que esto implicaba.

Alguien del público exclamo “OWL, SPARQL” dijo otro, y los Tiníticos quedaron atónitos.

Ya no sabían si salir de allí y correr o esperar el final del discurso. Ellos aún pensaban como

en la edad media, purificar todo con el fuego, satanizar las vanguardias. No esperaban que la

tecnología, además de lograr ser semántica, tuviera el componente háptico y emocional de

múltiple modalidad. En ese instante los pilares se transformaron en cadenas y los sujetaron.

Los pilares eran autónomos, sensibles como los objetos en el libro de Saramago.

,

VOTO NÚLO, NULO

A diferencia del “Voto

Útil” en la elección del

2000, que de útil no tuvo

nada, al menos la

estrategia del “Voto

Nulo” cuenta con una

virtud: tiene un nombre

sincero. Hablando en

primerísima persona, yo

tampoco creo en ninguna

de las opciones que me

presenta el menú electoral

para este 2012.

Sencillamente, en México

tenemos una clase política

lamentable, pequeñita y

menos que mediocre,

llena de oportunistas,

corruptos, incumplidos y

deshonestos. No hay un

solo político que tenga

una verdadera visión de

Estado.

Pero este es el menú que

tenemos, y no estoy de

acuerdo con la sentencia

de “los pueblos tienen los

gobiernos que merecen”.

En México muchos

mexicanos y mexicanas

de gran valía, de

izquierdas, de derechas,

de centro, han dado su

vida en muchos casos,

para que yo pudiera

ejercer mi derecho y

deber ciudadano de emitir

mi voto; esta será mi

forma de decirles que su

vida, y su muerte,

tuvieron sentido.

RELATOS

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10 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ

La curandera por Diana Profilio

Un repentino y tempestuoso viento zumbó por unos instantes. Las ramas del añejo nogal

azotaron con fuerza los vidrios de la pequeña ventana suscitando una lúgubre y destemplada

percusión. Ella no se inmutó. En su austera parquedad intuyó la señal y tan sólo extendió su

huesuda mano hacia el bastón que yacía junto a la deshilachada canasta. Apoyándose en él

se incorporó con dificultad, sus noventa y tantos otoños le pesaban sobre las endebles

piernas.

Aferrándose a la modesta mesa despegó con cuidado el resto de vela que flameaba

humeante. No había llegado a sujetarla con firmeza cuando tres golpes asestados a la puerta

confirmaron la presencia; ya estaba allí, puntual e ineludible.

Arrastró los pies con lentitud mientras su gato negro erizaba la piel en posición de alerta

cruzándose sigiloso entre la larga y descolorida pollera. Avanzó unos pasos evitando pisar

las preciadas y esenciales hierbas sanadoras desperdigadas por el suelo: sendos manojos de

ruda y peperina que potenciaban cada una de sus pócimas. Pronto dos nuevos golpes

retumbaron en la quietud. -¡Vaaaa...!- gritó secamente.

El rechinar de los viejos tablones que flanqueaban la entrada, fue la música de fondo al

asomar su diminuta figura por el dintel. Una profunda oscuridad circundaba la humilde

morada mas aquel ínfimo detalle no le impedía advertir el solapado merodear de los

animales, demarcando el territorio, ni el balanceo de la ristra de ajos que pendía de la viga

cual poderoso talismán. Su ajado rostro mostraba la certeza de percibir la penetrante mirada

del búho, su adusto e inseparable compañero, que noche a noche habitaba el hueco del

centenario roble. Permaneció expectante por unos segundos y vociferó -¡Pasá nomás, che!- y

pegó media vuelta para volver a entrar; su sombra la escoltó.

Se deslizó con calma atravesando la mísera habitación; se detuvo en el rincón donde la

borrosa estampa de “doña Hilaria”, aquel espíritu elevado que la inició en los misterios de la

curación, ennoblecía el improvisado altar. Le ofrendó su vela y se sentó en el destartalado

catre para atender a la visita.

Un repentino y tempestuoso viento zumbó por unos instantes. Las ramas del añejo nogal

azotaron el vidrio de la pequeña ventana cuando la humeante luz flameó hasta consumirse.

Ella no se inmutó, tan sólo cerró los ojos, exhaló por última vez y se entregó en silencio ante

la puntual e ineludible presencia…

El Voto Nulo en efecto es

deslindarse de las

decisiones que tomen otros

por mí, pero es también

darle manos libres para que

hagan lo que quieran con

total impunidad.

Ningún politicastro de esos

que tienen el descaro de

poner su foto y decir que

ahora sí, harán todo lo que

se comprometen a cumplir,

perderá el sueño por ese

diez por ciento que anulará

su voto. Ninguno dirá

“¡caray, no pude

convencerlos! en algo

fallé”. El Voto Nulo sólo

sirve a quien está en el

poder (y me refiero a todos

los partidos, que se reparten

el pastel, y que les importa

un cacahuate por quién

voten), porque quien vota

nulo, anula su posibilidad

de exigir que las cosas

cambien. Si de verdad

quiero que mi voto valga

como un “¡Ya estuvo

bueno, nadie merece mi

voto!”. Mejor me siento y

observo a la candidata, y

candidatos a la presidencia

que quieren mi voto a los

ojos; intento entrar en sus

cabezas y en sus corazones,

más allá de sus palabras;

leo con seriedad sus

propuestas de campaña; los

cuestiono con severidad, y,

sobre todo, recuerdo de

dónde vienen y a dónde

van. El 1°de julio, cumpliré

con mí deber ciudadano.

Sabré bien por quién voto,

con el convencimiento de

que le tengo confianza, y

sabré exigirle que haga los

cambios que a mi país en

verdad le hacen falta.

Defenderé mi voto y

exigiré cuentas a quien

gane.

Alejandro Montaño

RELATOS

Page 11: MONOLITO NÚMERO UNO

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SENTENCIA

EL CUENTO MÁS CORTO DEL MUNDO

RESPUESTA EN CLAVE

––Ya no me digás más tu muerte, Gertrudis. Dejáte de pendejadas y ponete a vivir. A pesar

de mi alegría, yo también traigo a la flaca correteando mis pasos y a nadie se lo cuento––

Dijo Ernestina, con tono muy serio. Pero era tanta la terquedad de su amiga por decirle sus

ganas de morir que Ernestina no tuvo de otra que contarle cada una de sus penas, las que

desde hacía tiempo llevaba en su interior y a nadie le contaba.

Dejáte de pendejadas y ponete a vivir, era la frase que a Gertrudis seguía haciéndole eco en el

recuerdo, cada vez que se sentaba en aquella banca vieja de la plaza del pueblo y se ponía a

mirar la tarde mientras pensaba en su amiga, quien hacía veinticinco años de haber muerto;

un día después de aquella charla.

––Dejáte de pendejadas Gertrudis y ponete a vivir, con seguirte quejando, no vas a ganar

nada–– le decía Ernestina desde el fondo de la tierra.

Arbey Rivera

“No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces”. Juan 13:38.

Ignacio María, cuando me llamaste ayer, me pillaste pasmado. No supe reaccionar ante tanto

cúmulo de informaciones y decisiones. Sé que eres una persona sensible, ante la injusticia e

iniquidad en la sociedad, y sobre todo en nuestro país, pero que esto te provoque tanto enojo,

repudio y rabia hasta pensar en quemarte a lo bonzo frente a la intendencia, rociándote con

parafina y gritando tu proclama con un megáfono hasta tu inmolación, previa entrega de

cartas a todos los políticos y entes responsables de todo esto; repito, me dejó sin habla.

Agradezco tu gentileza de haberme dado 24 horas para responderte si lo apruebo o no, como

lo hizo Pedro al negar a Jesús. Ignacio María, si me preguntaras hoy, mi respuesta sabrías, y

es más...te secundaría. Hasta la victoria siempre, compañero.

Maria Rosa Rodríguez Araya

En la cantina del pueblo los parroquianos retaron al viejo Anselmo a que contara el cuento

más corto del mundo.

El anciano bebió un largo trago de aguardiente, dio dos profundas fumadas a su puro,

carraspeó, y dijo con voz cavernosa:

-“Sobrevivió”.

Y sin decir una palabra más, siguió bebiendo.

Alejandro Montaño

Cristina Arreola

Cristina Arreola

Márquez, 23 años. Poeta

y escritora nacida en

Colima. Lic. En Letras

Hispanoamericanas. Se

ha desempeñado en el

periodismo desde hace

dos años, trabajando en

los periódicos Milenio

Colima, El Noticiero y,

actualmente, se

desempeña como Jefa de

Información de la página

web del Ecos de la Costa

–todos diarios locales de

Colima. Es autora de la

plaquette Nínive de

narrativa, editada en el

2010 por la Universidad

de Colima.

MICRORRELATOS

Page 12: MONOLITO NÚMERO UNO

12 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ

MEMORIA TODAS LAS PLAYAS DEL MUNDO EN UN ABRAZO

Veremos si podéis Todas las playas del mundo en un abrazo

amaros con la furia liquido te reciben, mar inmenso,

de las espumosas olas, con la alegría de la amante agradecida

si los labios que besáis por el retorno de la luz ausente

se juntan más allá -estuvo agazapada atrás del horizonte

de la infinita playa. donde mueren los días y nacen las olas:

Veremos si tus pies tiempo bañando con espuma nuestras almas-

descalzos de armonía toda la noche, su frente contra las tinieblas,

consiguen palpitar la proa dirigida hacia el oriente,

en la rojiza arena; velas y corazón hinchados por el viento,

en los abismales desiertos esta tormenta que revuelve mi sangre

de las perdidas almas. -tus aguas con el cielo en el ocaso.

Veremos si al final, Ricardo Esquer

después de tanta gloria,

nuestros humildes huesos PERPETUIDAD DE LOS EXTRAÑOS

se lanzan al vacío Los hijos

(o los hijos del autogolpe)

los descendientes,

Olvidaron la solariega lucha,

de la nada impertérrita. reniegan del pasado,

se alientan con prototipos

Veremos como acaba de un sistema desalentador

(los hijos del autogolpe)

como acaba la historia. son peregrinos del mundo

celando

Si fuimos dos o, acaso, solo uno; desfigurando a sus hijos

desnaturalizando la historia

uno solo en la nada.

José Rico-Villademoros la inmortalidad de los ancestros en un mismo vocablo.

Juan Mauricio Muñoz

POEMAS

Page 13: MONOLITO NÚMERO UNO

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Virgen de ti PIEL

Soy virgen de ti, de tu fragancia Piel,

por las noches, por los días casta de tus caricias; surcada por los trazos fieles

virgen sobre las vírgenes sin tus besos al paso trémulo del tiempo

una Calcuta inadaptada en el templo de tus fantasías. al cause de los dolores de sal

Soy virgen de ti de tu esencia rodando por las mejillas,

libre de tus calorías sobre mi cuerpo a las sempiternas noches de ausencia

con el himen intacto a tus delirios o de delirio.

virgen hasta del rose clitoriano por tu barba descuidada - Piel,

a tus exploraciones soy virginal. atlas descubierto, asaltado, conquistado;

El botón de rosa la quinceañera enamorada retazos de cortejos tapizando soledades,

la playa jamás descubierta, la doncella medieval pregonera de la memoria muda,

virgen a todo de ti excepto a tu voz que pregunta fragante testigo del olvido ante el espejo.

eso que con orgullo sólo respondo: Piel,

soy virgen cariño, pero virgen de ti. puerto de bálsamo de labios

Cristina Arreola donde encallan las fantasías convulsas.

Mónica Siabato

ASALTO SEXUAL

Víctima y culpable

desaparecen juntos.

Un crimen perfecto.

Don Gellver

POEMAS

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14 ESCRIBA EL TÍTULO AQUÍ

Presente de indicativo

(Tinta papel 30 x 46 cm)

SERGIO ASTORGA

Soy de México, de su ciudad, y gracias al tezontle -como primera piedra- el rojo comenzó a retumbar entre mis ojos y el cascabel se

escucha por los cuatro puntos cardinales.

Como tantos otros, tuve que dejar mis lecturas para entrar a la UNAM para cursar la Licenciatura en Comunicación Gráfica en la

Escuela Nacional de Artes Plásticas (Antigua Academia de San Carlos).

Tuve el descaro de impartir el taller de Dibujo durante doce años en la UNAM.

A la línea le faltaba la palabra y entré a la Facultad de Filosofía y Letras y por un descalabro gramatical, no sé conjugar el verbo

someter, soy independiente, es decir hombre libre, si la arrogancia no me cobra la factura.

Vivo de la pintura y de lo que sea su voluntad.

Desde el año de 2004 radico en la medieval ciudad de Porto, en Portugal. He regresado de Los Álamos, New México en los Estados

Unidos, con otra sed en los ojos.

Page 15: MONOLITO NÚMERO UNO

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Espera el próximo

número con más

microrrelatos, relatos y

poemas.