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PONTIFIFICA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
ESCUELA DE ANTROPOLOGÍA
TEORIÍA ETNOLÓGICA I
“Ecuador en el hoyo del desarrollo”
Carolina Aspiazu
Quito-2013
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INDICE
INTRODUCCIÓN 3
DESARROLLO: CONCEPTUALIZACIÓN Y CONSTRUCCIÓN 5
EVOLUCIONISMO: EL CIMIENTO PARA EL DISCURSO DEL DESARROLLO 9
ECUADOR: EN SU ESTADO DESARROLLISTA 12
CONCLUSIONES…………………………………………………………………….15
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INTRODUCCIÓNCuando hablamos de desarrollo lo relacionamos con el mejoramiento y evolución de las
condiciones económicas y culturales de un territorio. Por lo que desde esta perspectiva el
desarrollo ha sido el término que se ha adoptado para referirse exclusivamente al
crecimiento económico y las derivaciones que tiene este. Dentro de este discurso la
modernización viene a ser clave, ya que llega a ser la cúspide que los países
industrializados deben llegar. Así pues la modernización y el desarrollo son los
componentes precisos para alcanzar el progreso económico, político y cultural de un país
(editorial, 2006, pág. 137). El proyecto desarrollista lleva consigo generar un mundo
industrializado, el cual influya en el sistema de producción a gran escala; para esto la
creación de mecanismos para cumplir con los requisitos que impone el desarrollo será
fundamental para la formación del proyecto.
El desarrollo fue el término que se empezó a utilizar después de la Segunda Guerra
Mundial, en donde la idea de pobreza y subdesarrollo entraron en bandeja para describir a
aquellos países que no formaban parte del mundo industrializado. En esto, América Latina
fue uno de los espacios geográficos en donde el proyecto se puso en marcha, a partir de esto
la denominación de Tercer Mundo a Latinoamérica empieza a ser la noción que el discurso
desarrollista produce durante su surgimiento. Desde esta noción se empieza a implementar
reformas sociales y económicas a los países tercermundistas por parte del Primer Mundo,
ya que estos países al poseer un mayor avance en el aspecto político, social, económico y
cultural tenían la capacidad y la obligación de guiar al Tercer Mundo hacia un progreso.
En este trabajo exclusivamente nos enfocaremos en un territorio específico en donde este
proyecto se puso en práctica, formando parte de la noción de Tercer Mundo, analizaremos
cuáles fueron las implicaciones que se utilizó para integrarlo al discurso desarrollista. Así
pues Ecuador será nuestra guía para dar cuenta del proceso que se llevó a cabo. Pero
principalmente lo que se quiere analizar es cómo las ideas evolucionistas desarrolladas
durante el siglo XIX fueron las bases para la formación y la expansión global de un
discurso. Por lo que el caso de Ecuador será la pauta para entender cómo a través de las
ideas evolucionistas se implementa un discurso de desarrollo para intentar alcanzar la
modernidad y con esto asegurar un progreso para el país.
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Para poder reconstruir y analizar este hecho en Ecuador, ha parecido oportuno empezar en
el primer tema con una conceptualización del concepto de desarrollo, para luego ir
reconstruyéndolo para su formación como discurso, empleando otros términos que son
claves para su constitución. Para la segunda parte, se analizará cómo las ideas
evolucionistas han sido la base para la formación del discurso del desarrollo. Y por último,
al haber analizado el concepto de desarrollo y su relación con el pensamiento evolucionista,
se enfocará en el caso del Ecuador, el cual puede ser un ejemplo cómo proyecto del
desarrollismo.
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MARCO TEÓRICO
DESARROLLO: CONCEPTUALIZACIÓN Y CONSTRUCCIÓN (RECONSTRUCCIÓN)Cuando en la cotidianeidad hablamos de desarrollo lo identificamos como un mejoramiento
del estilo de vida, en donde el bienestar material es uno de los indicadores que determinan
este hecho. El desarrollo también nos hace referencia a la superación de la pobreza en la
que algunos países están sumergidos. En términos más técnicos al desarrollo se lo define
como “el proceso histórico de transición hacia una economía moderna, industrial y
capitalista” (Viola, 2000, pág. 10). Y para esto, en miras de alcanzar una modernización, la
industrialización, la urbanización eran pautas para lograr este estado (Escobar, 2007, pág.
78).
El concepto de desarrollo ha estado en manos del modelo occidental, el cual lo relaciona
con el crecimiento económico, y para ello crea una serie de parámetros que sirve para
mantener a Occidente en la hegemonía ante los demás países. En esta idea el énfasis de
medir el progreso o retraso de los países del mundo desde su perspectiva, ha sido el
objetivo fundamental para implantar un desarrollo creado por sus propios intereses. De esta
manera el desarrollo ha estado mediado por el economicismo y el etnocentrismo que han
cubierto la percepción del mundo (Viola, 2000, pág. 11).
Entre las concepciones que siempre han estado presentes en esta perspectiva occidental, ha
sido la idea de la dominación de la naturaleza por parte del hombre, en donde su
superioridad da cuenta de la capacidad que tiene el hombre para generar nuevos
conocimientos en base a una manipulación de la naturaleza. En esto, para el mundo
occidental el desarrollo significa una invención en el campo científico, el aumento de la
producción y la introducción de tecnologías más eficientes (Viola, 2000, pág. 14),
generando con esto que las condiciones de vida mejoren para mantener una estabilidad en
todas las sociedades.
Para que este desarrollo sea posible en cada una de las sociedades, la idea de una
uniformidad es primordial, ya que la diversidad cultural limitará la efectividad del
desarrollo (Viola, 2000, pág. 12), por esta razón la cultura de las sociedades tradicionales,
es decir la diversidad cultural será un obstáculo para este proceso (Viola, 2000, pág. 16).
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“Para esto la única vía hacia el desarrollo era la adopción de un paquete cultural occidental: capitalismo, industrialización, tecnología avanzada, y democracia representativa, pero también individualismo, secularización, y utilitarismo” (Viola,2000, pág. 16)
Es decir, se instala al desarrollo como un orden político y económico, logrado a través del
ordenamiento de las diferencias. Y así a partir de esta idea la cultura, la raza, género, nación
y clase serán las fuentes para la formación de este discurso (Escobar, 2007, pág. 52). En
esta parte las discusiones sobre raza y racismo entran en bandeja para asegurar un
desarrollo, ya que factores demográficos también era un punto en el discurso. Así pues, en
Latinoamérica al existir altas tasas de población campesina y clases populares impedía un
desarrollo; por lo que examinar esta situación era parte del proceso de la estrategia
A partir de estas concepciones, la coyuntura que abrió paso para que esta idea se expanda y
se instale en la realidad de cada país fue la finalización de la Segunda Guerra Mundial, es
decir la Segunda Posguerra, en donde se instaló “un nuevo escenario geopolítico y las
nuevas relaciones entre las potencias del norte y sus antiguas colonias del Sur” (Viola,
2000, pág. 13). En este escenario Estados Unidos empieza a ser el protagonista para que el
discurso de desarrollo se pueda implantar en todo el mundo. Por lo que específicamente se
podría ubicar el comienzo del discurso del desarrollo el 20 de enero de 1949, en donde la
hegemonía americana empieza a posesionarse. Este discurso toma relevancia y significado
cuando en el posicionamiento de l presidente de Estados Unidos del señor Harry Truman,
se torna como emblema político y se comienzan a crear malestares sociales (Esteva, 2000,
pág. 69), entre estos malestares se comienza a construir el subdesarrollo.
El descubrimiento de la pobreza, dado a comienzos de la segunda posguerra, en los
territorios de Asia, África y América Latina, fue la clave que constituyó todo este discurso.
El surgimiento del Tercer Mundo, fue lo que instauró la emergencia para que los países más
desarrollados puedan accionar y guiar a los menos desarrollados. Aquellas condiciones
precarias, que según occidente se encontraba el Tercer Mundo, significaba una amenaza
para los países del Primer Mundo (Escobar, 2007, pág. 48), es decir su camino hacia el
desarrollo no podía concretarse y asegurarse ya que existían sociedades que se
encaminaban hacia otro camino o no tenían una concepción occidental de desarrollo, y esto
dificultaba un progreso de estas potencias, puesto que para alcanzar un alto desarrollo
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necesitaban extraer recursos que ellos mismos no poseían, es decir su desarrollo,
paradójicamente, dependía del ingreso de estos países no industrializados a la esfera del
progreso.
Este descubrimiento determinó que el aparecimiento de la concepción de pobreza se dio
cuando el capitalismo en Europa surgió y cuando se da el advenimiento del desarrollo en el
Tercer Mundo (Escobar, 2007, pág. 49). El surgimiento y consolidación del capitalismo
ayudó para que se dé una difusión de la economía de mercado, lo cual generó que la lógica
de comunidad se vaya desvaneciendo, impidiendo con esto que miles de campesinos tengan
acceso a la tierra, al agua y a otros recursos, creando con esto una pobreza masiva (Escobar,
2007, pág. 49).
Así pues con los malestares que se empieza a generar en los países menos desarrollados, el
papel que empieza a jugar los más desarrollados es crucial para poder determinarse como
hegemónicos y empezar a manejar y controlar a estos nuevos territorios (Escobar, 2007,
pág. 50). Por lo que, transformar a aquellas sociedades menos desarrollados empieza a ser
el objetivo principal de las potencias mundiales, haciendo de su objeto de conocimiento y
administración a los pobres del mundo. Por esta razón:
“[…] la administración de la pobreza exigía la intervención en educación, salud, higiene, moralidad, empleo, la enseñanza de buenos hábitos de asociación, ahorro, crianza de los hijos, y así sucesivamente. El resultado fue la multiplicidad de intervenciones que significaron la creación del campo [..] denominado “ lo social”” (Burchell Graham, Colin Gordon, Peter Miller, eds., 1991)
Por eso la intervención en la vida cultural, social, económica y política eran objetos de la
estrategia (Escobar, 2007, pág. 63). Creando, a partir de esto, nuevas formas de pensar y
concebir la vida, construcción de nuevas identidades, implementando nuevas ideas de
accionar en la cotidianeidad humana.
En esta parte el Estado empieza a jugar un papel importante para la realización de todos
estos trabajos sociales, llamándolo “gobierno de lo social” (Escobar, 2007, pág. 50). Y para
dominar a la pobreza y cumplir con todas aquellas intervenciones, la solución más práctica
era un crecimiento económico en los países subdesarrollados. Por esta razón el control del
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nacionalismo, la izquierda, la clase trabajadora y el campesino debe ser la clave principal
para asegurar un desarrollo (Escobar, 2007, pág. 68).
Para la industrialización en los países latinoamericanas era de suma importancia consolidar
una democracia, en donde la intervención de Estados Unidos era fundamental, ya que
empieza a intervenir políticamente en estos países, haciendo que estos territorios
abandonarán un nacionalismo, principalmente económico, e insistiendo en una política de
libre acceso a los recursos de todos los países (Escobar, 2007, pág. 60).
La ciencia y la tecnología desempeñaron, igualmente, un papel importante para la
elaboración y justificación del discurso del desarrollo (Escobar, 2007, pág. 72), puesto que
aseguraba una dirección correcta a los países subdesarrollados. La tecnología era adoptada
mediante una transferencia de los países industrializados, originando con esto que exista
una dependencia, no solamente en el campo tecnológico, sino también en factores sociales
y culturales (Escobar, 2007, pág. 73) hasta el día de hoy.
Es importante señalar que a partir de este campo, se comienza a establecer una producción
del conocimiento de Occidente en el cuadro científico en América Latina, implantando
nuevas capacidades cognoscitivas para impedir modos alternativos de conocimiento, con el
objetivo de que el conocimiento latinoamericana este encaminado a visualizar los
problemas sociales y económicos que afectaba a sus territorios desde una perspectiva
occidental (Escobar, 2007, pág. 75).
En esta estrategia de encaminar a los países subdesarrollados hacia un progreso y
desarrollo, la creación de organismos, instituciones, centros de investigación,
universidades, etc. para orientar la producción hacia el mercado estadounidense, adquirir
materiales estratégicos o establecer una producción de conocimiento antes y durante la
estrategia es fundamental para consolidar un desarrollo. Así pues instituciones como la
Comisión Interamericana para el Desarrollo, Corporación Financiera de Reconstrucción,
Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, Fondo Monetario Internacional, Banco
Mundial, etc. fueron utilizados para guiar el proyecto de desarrollo.
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EVOLUCIONISMO: EL CIMIENTO PARA EL DISCURSO DEL DESARROLLOEn el siglo XVIII al configurarse la idea de Cultura, se comienzan a generar varias teorías
para sostener esta idea. Así pues, la Ilustración empieza a influir en las doctrinas del
evolucionismo cultural y en el evolucionismo biológico (Harris, 1996, pág. 23). El
evolucionismo, en el siglo XIX, empieza a formar su teoría acerca de la Cultura, pero en
esta parte la equivocación que tuvo el evolucionismo fue de superponer el evolucionismo
biológico en el evolucionismo cultural. Por lo que a partir de esta superposición, se
empiezan a generar concepciones que tenían que ver con leyes naturales y universales que
gobernaban el universo, y las cuales se aplicaban a la organización social (Harris, 1996,
pág. 21). Y esta concepción de evolución, bajo la idea de leyes naturales y universales,
estaba definida desde la cultura occidental (Harris, 1996, págs. 21-22), es decir occidente
era considerado como la cúspide más alta de evolución, por esta razón quien tenía el
aparato preciso para dirigir y guiar una evolución, eran los países de Occidente.
En esta perspectiva evolucionista, alcanzar la razón era llegar a lo más alto de la evolución,
ya que alcanzaba un perfeccionamiento en los aspectos socioculturales, es decir
“interpretar la evolución sociocultural en términos de incrementos del contenido racional de
los pensamientos, las costumbres y las instituciones” (Harris, 1996, pág. 31).
Los términos “progreso” y “evolución” se entremezclaron para definir el evolucionismo
cultural, puesto que el término progreso, tomado desde la teoría del evolucionismo
biológico, se instaló para identificar el paso de peores a mejores condiciones en términos de
sistemas de valores culturales e idiosincrásicos. Este progreso era tomado para definir el
cambio en la dirección a una mayor racionalidad (Harris, 1996, pág. 33).
Con esta información básica acerca de las ideas de evolución, podemos dar cuenta de cómo
esto fue la base para que se instale un discurso de desarrollo. Así pues ya en el siglo XIX, la
concepción de “desarrollo” se aplicó a la teoría del evolucionismo social, en la que “el
progreso es consustancial (o connatural) con la historia”, donde todos los pueblos recorren
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el mismo camino, pero no al mismo tiempo que la sociedad occidental (Rist, 2002, pág.
52). Esto fue el elemento principal para que las potencias mundiales puedan justificar la
implementación global del desarrollo, como un estado normal de evolución y progreso. El
desarrollo en manos del evolucionismo, se instaló como la forma apropiada que todas las
sociedades debían alcanzar (Esteva, 2000, pág. 71). Una creencia en un progreso unilineal y
acumulativo de las sociedades humanas (Viola, 2000, pág. 13). Por esta razón al hablar de
desarrollo, se hace referencia al crecimiento, evolución y maduración (Esteva, 2000, pág.
75).
Al encontrarse “evolución” y “desarrollo” en la definición de un mismo término, el modo
industrial de producción se transformó en el estado de una evolución social unilineal
(Esteva, 2000, pág. 73). Y aquí las civilizaciones inferiores, es decir los países
subdesarrollados, debían alcanzar a la civilización superior, a los países del Primer Mundo,
caracterizada por la producción industrial (Rist, 2002, pág. 52), que les permitía terminar
con los malestares sociales, que por el discurso desarrollista se creó.
Las denominaciones de civilizados y salvajes, tuvieron el mismo sentido y fueron
reemplazadas por Primer Mundo y Tercer Mundo. Ya que las sociedades tercermundistas al
ser construidas y descritas bajo una economía aborigen, desligada de los mercados
mundiales; calificada a su población como campesina y a su producción agrícola como
tradicional (Escobar, 2007, pág. 90); y siendo catalogadas como diferentes e inferiores, con
una población limitada de humanidad en relación al europeo culto (Escobar, 2007, pág.
100), da la pauta para tener aquella concepción evolucionista de que existen sociedades en
un estado de infantilización, pero que en algún momento serán reformadas y alcanzarán una
madurez. Aquí aquellos países civilizados eran los países del Tercer Mundo, quienes eran
industrializados, y cumplían con todas las características que el evolucionismo otorgaba a
las sociedades superiores y maduras. He aquí la justificación para que los países
industrializados tengan la autoridad y la obligación de actuar como sujetos de salvación
para los necesitados, es decir, los países subdesarrollados.
En este actuar, la eliminación de cualquier diversidad cultural era fundamental, ya que
significaba que todas las sociedades se encaminaban a un mismo camino, es decir,
alcanzaban la razón; y esta razón aplicada llevaba a que las sociedades tengan las mismas
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instituciones sociales, las mismas creencias morales, las mismas verdades técnicas y
científicas (Harris, 1996, pág. 11); y con esto que no exista un desorden o un impedimento
para lograr un desarrollo global.
En este desarrollo, la ciencia y tecnología eran las bases que aseguraban un progreso para
los países subdesarrollados, pero también habían sido las abanderadas por excelencia de la
civilización en el siglo XIX (Escobar, 2007, pág. 73). Y la expansión de este campo en
todas las sociedades constituía la fuente de cambio sociocultural en el proceso de alcanzar
la racionalidad (Harris, 1996, pág. 21).
Así pues, al haber revisado toda la herencia evolucionista en el discurso del desarrollo que
se instaló desde la Segunda Postguerra, damos cuenta que toda la concepción de desarrollo
o progreso estuvo bajo la idea de superar el estado de inferioridad en que se encontraban
algunas sociedades, pero el pensamiento más sobresaliente era mantener viva la idea de que
Occidente se encontraba y conservaba el poder hegemónico, catalogándose como el
territorio civilizado y el que se encontraba en las cúspide del conocimiento.
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ECUADOR: EN SU ESTADO DESARROLLISTAEcuador en su coyuntura de entrada a la idea de desarrollo, habían coincidido con el
mandato de Galo Plaza y con las políticas internacionales de la Posguerra, iniciando con
esto el camino hacia un Estado Desarrollista (editorial, 2006, pág. 136).
Desde el modelo liberal, entre 1850 y 1920, las cuestiones políticas estaban enmarcadas
bajo el lema de “orden y progreso”, usado desde el siglo XIX por Augusto Comte (Prieto,
2004, pág. 27), y por ende este lema marco las políticas del Ecuador, para que el discurso
de desarrollo tenga sus bases donde asentarse.
A raíz de este lema, la idea de nación en el discurso de desarrollo, era de suma importancia,
ya que al existir un sentido de patriotismo se generaba la idea de unión e integración
nacional, es decir la idea de igualdad era tomada bajo la idea de uniformidad, que planteada
anteriormente exigía la eliminación de cualquier diversidad cultural para alcanzar un
desarrollo. Así bajo este pensamiento en el Ecuador se utilizaron algunos mecanismos que
permitieron al país estar dentro de este sentido. En esto los indígenas eran elementos clave
en el desarrollo económico y militar de la nación (Prieto, Crisis nacional y reconstrucción
1941-1950, 2004).
Como se dijo anteriormente, al existir en América Latina una alta tasa demográfica de
sujetos indígenas, el fin del desarrollo era de terminar con aquello que impedía un
crecimiento y una diferencia, y que daba cuenta de un estado aborigen:
“las poblaciones indígenas tenían que ser modernizadas, y aquí la modernización significaba la adopción de valores correctos, es decir, los sustentados por la minoría blanca o la mayoría mestiza, y, en general, de los valores implícitos en el ideal del europeo culto” (Escobar, 2007, págs. 83-84).
Y por esta razón en Ecuador los campesinos e indios habían señalado que querían “ser
miembros de la nación, ser un factor económico positivo y ser ciudadanos activos” (Prieto,
Crisis nacional y reconstrucción 1941-1950, 2004, pág. 205), esto quiere decir que las
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prácticas tradicionales iban a ser abandonadas, la idea de comunidad se iba desvaneciendo
progresivamente, como el fin de la estrategia desarrollista.
El mecanismo que aseguraba el progreso, y por ende alcanzar a la razón por parte de toda la
población, era la idea de alfabetización, ya que esta conduciría a la integración cultural y
económica de la nación (Prieto, Crisis nacional y reconstrucción 1941-1950, 2004, pág.
206). Y en este sentido el conocimiento que se iba a impartir en la educación sería
producido desde Occidente, sin tener alternativas de conocimiento; educadores
norteamericanos eran los mensajeros para esta noción.
La estrategia desarrollista que buscaba controlar y dirigir a los países subdesarrollados,
buscó maneras para asegurar la implementación de la idea de desarrollo, por esta razón el
censo en el Ecuador de 1950 era una estrategia que se utilizó para captar información
acerca del estado demográfico del país (Procaccia, 1945 1950), y con esto empezar a definir
a los sujetos indígenas como la escoria de la sociedad, ya que eran ellos exclusivamente los
que presentaban las características de pobreza, porque su forma de producción no era
tecnificada, y esto formaba parte de los malestares sociales que en el discurso se implantó.
“Un elemento central del discurso del censo era la presunción de que el Estado tenía la obligación de mejorar los déficit “culturales”, una idea traducida como el “problema social” y como la necesidad de reestablecer la confianza india en el Estado” (Prieto, Crisis nacional y reconstrucción 1941-1950, 2004, pág. 219).
El censo fue utilizado para obtener información, y con esto buscar alternativas que
posibiliten la integración y la civilización de la población rural (Prieto, Crisis nacional y
reconstrucción 1941-1950, 2004, pág. 222). Las políticas internacionales de la Posguerra en
el Ecuador delimitaron que los indígenas eran habitantes rurales necesitados (Prieto, Crisis
nacional y reconstrucción 1941-1950, 2004, pág. 227), y que necesitaban una intervención
de los más desarrollados. Por esta razón “el Estado ecuatoriano asumió un papel regulador,
tutor y civilizador de las comunidades, de su población y de sus tierras” (Prieto, El
liberalismo del temor y los indios , 2004, pág. 239), guiados por el pensamiento occidental.
Así, la integración nacional fue el elemento principal para que el proceso de
industrialización vaya tomando forma en el país; el incremento de los ingresos, la
expansión de las ciudades, el crecimiento del gasto público, el aceleramiento de la
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urbanización, el incremento de las construcciones, la ampliación del sistema educativo, etc.
(Báez, 1992, pág. 48) daba cuenta de la posesión de este proceso, lo que significaba salir
del subdesarrollo.
La extracción de sus recursos, la descentralización industrial, la preparación y
entrenamiento de las fuerzas de trabajo, la dotación de servicios básicos a zonas rurales, la
captación de tecnologías, mejoras en el proceso de manufactura, etc. (Salvador, 1992) eran
las condiciones que aseguraban que el Ecuador se encontrase en el camino industrializado y
cumpla con todos los requisitos que se necesitaba para formar parte del desarrollo.
Es importante puntualizar que en la formación del personal calificado para emplear en la
industria, la creación de nuevas especializaciones en las universidades politécnicas del país
como: administración, ingeniería, economía, entre otras (Salvador, 1992, págs. 138-140);
era parte de la producción de conocimiento que se empezó a dotar al Tercer Mundo, lo que
significaba la profesionalización del desarrollo, desplazándose al campo de la ciencia, era el
camino más neutral en la que los planes de estudio reestructurados se adecuaban a las
necesidades del desarrollo (Escobar, 2007, pág. 87). El desarrollo profesionalizado requería
la producción de conocimiento que permitiera a los expertos y planificadores “verificar
científicamente los requerimientos sociales” (Escobar, 2007, pág. 87)
Asimismo en este territorio se crearon instituciones, organismos locales para que ayuden
alcanzar el desarrollo, entre estos tenemos: Ley de Fomento Industrial, Banco Central de
Fomento, Corporación de Fomento, Banco Central del Ecuador, Junta Nacional de
Planificación, Centro de Desarrollo, Ministerio de Industrias y Comercio, Servicio de
Captación Profesional, entre otros; dando pautas y estrategias para que el proceso de
industrialización sea instalado de la mejor manera posible, hecho que no sucedió así.
En este territorio su puede visualizar la entrada del término “progreso”, ya que como lo
vimos anteriormente estaba relacionado con alcanzar un mejor estado, y en esto la
industrialización era el mejor estado para alcanzar un desarrollo.
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CONCLUSIONES“Desarrollo” aquel término que ha condicionado la calidad de vida de miles de personas, y
por ende ha ubicado, al igual que en el siglo XIX, en diferentes estadios a las distintas
sociedades del mundo, ha sido el estado que el mundo se ha cubierto.
El desarrollo al ser aquella condición correcta y deseable, según las potencias mundiales,
ha traído varias situaciones, que han resultado desfavorables para la integridad de una
cultura. Así pues esta condición desarrollista ha sido el elemento formativo para generar
culturas superiores e inferiores en todo el mundo.
Asimismo en el proceso de eliminar cualquier diversidad cultural, ha eliminado un
pensamiento alternativo, generando con esto que las sociedades se sientan en obligación de
llegar a este estado. Por lo que a raíz de esta limitación, el cubrimiento de la modernización
ha creado nuevas identidades en aquellas sociedades “subdesarrolladas”. Esto trae que la
población de estas culturas se crea a sí mismo una imagen de inferiores o ignorantes, y por
ende su objetivo en las acciones diarias es convertirse en una reproducción de los países del
Primer Mundo. Sin embargo traen consigo la herencia de su cultura. Lo que por último
momento establece un desconcierto y pérdida de identidad.
Esta estrategia desarrollista con el objetivo de llevar a todas las sociedades hacia un
progreso, y con las potencias mundiales al mando, generó, ya dado desde el siglo XIX, que
estas sociedades “inferiores” se vuelvan títeres de sus intereses y se conviertan en
dependientes de sus acciones.
Hoy en día aquellos que se encuentran en el poder y quienes nos “representan”, llevados ya
por esta misma perspectiva, nos quieren convencer que la educación, la salud, la higiene, la
buena alimentación, la tecnología, etc,, es el mejor sendero que guiará al progreso del país.
Pero en verdad ¿cuál es el verdadero sentido de todos estos elementos, no es la manera de
mantenernos amarrados y encarcelados a este sistema de uniformidad, en donde la
diversidad de conocimiento resultaría peligroso para alcanzar un verdadero “desarrollo”?
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