Modelos de Valoración Del Capital Intelectual

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MODELOS DE VALORACIÓN DEL CAPITAL INTELECTUAL Precisan Nevado y López, (2000) que no existe un modelo único de valoración de Capital Intelectual, ya que la mayoría de ellos van asociados a la estrategia corporativa que tenga la empresa y, en función de ello, a la importancia que le dan a cada factor, de ahí que cada empresa establece los indicadores más convenientes para medirlo. La necesidad de desarrollar modelos para la medición del Capital Intelectual surge de las empresas y de los académicos que consideran que las medidas financieras no son suficientes para orientar el proceso de toma de decisiones en las empresas del siglo XXI, ya que los sistemas tradicionales de contabilidad sólo indican el resultado del pasado y que de ese modo tienen poco valor para el futuro, por lo que se concluye que las medidas financieras deben estar acompañadas de medidas no financieras, para determinar los factores que pueden conducir al éxito empresarial (Ramirez, 2007). Uno de los enfoques iniciales para medir el Capital Intelectual fue emplear la “q” de Tobin, una técnica desarrollada por el Premio Nobel James Tobin, que mide la relación entre el valor de mercado y el valor de reposición de los activos físicos de una empresa. Las empresas intensivas en conocimiento, como Microsoft, tienen unos valores de “q” superiores a aquellas empresas que están en industria básicas. Existen diversos modelos para valorar el Capital intelectual. Entre los más importantes se encuentran: 1. Navigator de Skandia 2. Balanced Scorecard (BS) 3. Valor Económico Agregado (EVA) 4. Intellectual Assetts Monitor 5. Valor Intangible Calculado (CIV)

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MODELOS DE VALORACIÓN DEL CAPITAL INTELECTUAL

Precisan Nevado y López, (2000) que no existe un modelo único de valoración de Capital Intelectual, ya que la mayoría de ellos van asociados a la estrategia corporativa que tenga la empresa y, en función de ello, a la importancia que le dan a cada factor, de ahí que cada empresa establece los indicadores más convenientes para medirlo.

La necesidad de desarrollar modelos para la medición del Capital Intelectual surge de las empresas y de los académicos que consideran que las medidas financieras no son suficientes para orientar el proceso de toma de decisiones en las empresas del siglo XXI, ya que los sistemas tradicionales de contabilidad sólo indican el resultado del pasado y que de ese modo tienen poco valor para el futuro, por lo que se concluye que las medidas financieras deben estar acompañadas de medidas no financieras, para determinar los factores que pueden conducir al éxito empresarial (Ramirez, 2007).

Uno de los enfoques iniciales para medir el Capital Intelectual fue emplear la “q” de Tobin, una técnica desarrollada por el Premio Nobel James Tobin, que mide la relación entre el valor de mercado y el valor de reposición de los activos físicos de una empresa. Las empresas intensivas en conocimiento, como Microsoft, tienen unos valores de “q” superiores a aquellas empresas que están en industria básicas.

Existen diversos modelos para valorar el Capital intelectual. Entre los más importantes se encuentran:

1. Navigator de Skandia

2. Balanced Scorecard (BS)

3. Valor Económico Agregado (EVA)

4. Intellectual Assetts Monitor

5. Valor Intangible Calculado (CIV)

1. Navigator de Skandia

Los primeros esfuerzos conocidos en el sector empresarial para medir el Capital Intelectual fueron desarrollados por la compañía sueca Skandia. Esta compañía desde la década de los ochenta del siglo XX, observó que la teoría tradicional de la administración no se acomodaba a las empresas intensivas en conocimiento, lo que llevó a reconocer que la fortaleza competitiva de una empresa no estaba en sus activos tangibles como edificios, maquinaria, equipos, inventarios, etc sino en otros factores como el talento individual, relaciones con clientes y proveedores, Know How, en fin, una serie de intangibles que sí se pudieran desarrollar y medir podrían tener una serie integrada y mejor equilibrada de instrumentos para hacer crecer a Skandia.

El modelo Skandia se basa en el convencimiento de que el verdadero valor del rendimiento de una empresa está en su capacidad de crear valor sostenible,

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persiguiendo una visión de negocio. En su modelo denominado Navigator, Skandia divide el valor de mercado de una empresa en capital financiero y capital intelectual, a su vez, éste último está dividido en capital humano y capital estructural (Ramírez, 2007). El capital humano se encuentra en las personas que pueden generar valor para la empresa por medio de sus competencias, de su actitud y de su agilidad intelectual. El capital estructural, mirado como lo que queda cuando las personas se van a casa, incluye las marcas, patentes, procesos de trámite, clientes, y cosas por el estilo.

2. Balanced Scorecard (BS)

Creado por Robert Kaplan y David Norton, tiene sus orígenes en un estudio realizado en 1990 con el patrocinio de Nolan Norton Institute, la división de investigaciones de KPMG, titulado Measuring Perfomance in the Organizations of the future. Este estudio fue motivado por la creencia de que los enfoques entonces existentes de medición del desempeño, basados principalmente en las medidas de la contabilidad financiera, se habían vuelto obsoletos y no estaban al tanto de las habilidades que para crear valor económico tenían las empresas.

Este modelo consiste en un sistema de indicadores financieros y no financieros que tiene como objetivo medir los resultados obtenidos por la empresa.

El modelo integra los indicadores financieros (de pasado) con los no financieros (de futuro) y lo hace en un esquema que permite entender las interdependencias entre sus elementos, así como la estrategia y la visión de la empresa.

Presenta cuatro perspectivas en forma de preguntas:

Perspectiva financiera: ¿Para tener éxito financiero, cómo debemos aparecer ante nuestros accionistas? En términos de objetivos, medidas targets e iniciativas

Perspectiva de clientes: ¿Para lograr nuestra visión, cómo debemos aparecer ante nuestros clientes? En términos de objetivos, medidas targets e iniciativas

Perspectiva de procesos internos de negocios: ¿Para satisfacer a nuestros accionistas y a nuestros clientes, a qué proceso de negocios tenemos que dar prioridad? En términos de objetivos, medidas targets e iniciativas

Perspectiva de aprendizaje organizacional: ¿Para lograr nuestra visión, como sostendremos nuestra habilidad para cambiar y mejorar? En términos de objetivos, medidas targets e iniciativas.

3. Valor Económico Agregado (EVA).

Fue desarrollado por Stern Stewart. Es una medida de desempeño financiero que combina el concepto familiar de ingreso residual con los principios de las finanzas

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corporativas modernas, específicamente que todo capital tiene un costo y que las ganancias, más que el costo de capital, crean ganancias para los accionistas.

El EVA o ganancia económica es la diferencia entre la utilidad operativa después de impuestos que una empresa obtiene y la mínima que debería obtener.

Lo anterior permite definir el EVA como la cantidad que resulta de restar a utilidad operativa antes de impuestos el costo financiero que implica la posesión de los activos por parte de la empresa.

EVA = UODI – (Activos netos de operación*Costo de Capital)

El EVA también puede entenderse desde la perspectiva de la rentabilidad. Sí una empresa obtiene sobre sus activos netos de operación una rentabilidad superior a su costo de capital significa que sobre el valor de dichos activos, se genera un remanente. Este remanente es el EVA, que se define como, por lo tanto, como el remanente que generan los activos netos de operación cuando rinden por encima del costo de capital.

4. Intellectual Assetts Monitor

Este modelo es uno de los resultados del estudio de activos intangibles por parte de Karl Erik Sveiby. Después de definir una taxonomía sobre capital intelectual, construyó un modelo que interpreta los activos intangibles más importantes de la empresa por medio de indicadores. El primer caso de aplicación fue la empresa de consultoría sueca Celemi.

El intangible Assets Monitor consiste en una presentación formal de una serie de indicadores relevantes para la empresa de acuerdo a sus estrategias. Desde su perspectiva, estos indicadores son la base para crear y desarrollar una empresa con una estrategia enfocada al conocimiento. Para su desarrollador Sveiby, citado por Flórez (2001), este sistema puede ser integrado a los sistemas de información administrativos. El propósito es representar los activos intangibles de la organización desde las perspectivas de estabilidad, eficiencia y crecimiento.

El primer paso para realizar la medición es establecer el propósito de la misma y quienes son las personas a las que va dirigida la medición. El segundo paso es clasificar el trabajo que hacen los empleados dentro de las tres categorías de capital intelectual, para así determinar cuales son los indicadores que representan el uso de activos intangibles dentro de las actividades que se están realizando dentro de la empresa.

El sistema hace la división de tres categorías de activos intangibles:

Clientes, que representan la estructura externa de la empresa que soporta las relaciones con los clientes y proveedores

Organización, que es la estructura interna de la empresa que soporta las operaciones de la misma

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Gente, que representa la combinación de competencias de los empleados que e trabajan en la empresa.

5. Valor Intangible Calculado (CIV)

Este modelo surge de un estudio de Evanston Business Investment Corp., Illinois llamado NCI Research, afiliado a Kellogg School of Business de la Universidad de Northwestern. NCI comenzó a estudiar los modelos de medición de activos intangibles para fomentar el desarrollo de empresas intensivas en el uso de conocimiento. Los desarrolladores tomaron la premisa de que los inversionistas no ponen atención a aquellas empresas que tienen pocos activos tangibles que ofrecer como garantía, y que, por lo tanto, era necesario encontrar una manera de calcular los activos intangibles en términos monetarios para brindar una información más completa y sólida del valor real de una empresa. El equipo de trabajo partió de la razón expuesta de valor y la Q de Tobin: “El valor de una empresa refleja no sólo sus bienes tangibles sino también un componente que se puede atribuir a bienes intangibles”. Stewart, citado por Flórez, (2001).

El método CIV también se conoce como Retorno del Activo y utiliza el promedio de la utilidad antes de impuestos (UAI) de la empresa de los tres últimos años y el promedio del valor de los activos tangibles para el mismo período de tiempo. Esta utilidad promedio se divide entre el valor promedio de los activos tangibles para obtener la Rentabilidad sobre Activos (ROA). La tasa resultante se compara con la tasa de rentabilidad promedio de la industria a la que pertenece la compañía para calcular la diferencia. Sí esta diferencia es cero o negativa, la empresa no tiene un excedente de capital intangible sobre el promedio de la industria, por lo que se asume es cero. Sin embargo, sí la diferencia es positiva, entonces, se asume que tiene un exceso de capital por sobre el promedio de la industria. Este exceso de capital, o rentabilidad excedente, al aplicarle el factor impuesto y al calcularle su Valor Presente Neto a una tasa de descuento igual al Costo de Capital de la empresa se obtiene el valor de los activos intangibles.

Ámbito de estudio

Para la aplicación del modelo Valor Intangible Calculado (CIV), se tomó como modelo la Corporación para el Desarrollo de la Serranía del Perijá (Corperijá), identificada con Nit 824.003.522-6, inscrita en la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, Cámara de Comercio en la ciudad de Valledupar-Cesar-Colombia, cuyo objeto social ante personas naturales, jurídicas, privadas o de derecho público son las siguientes:

Diseñar y ejecutar programas de nutrición, asesorar y supervisar programas del orden social, cultural, administrativo, pedagógico y de salud dirigidos a grupos organizados de la comunidad.

Desarrollar, entre otras actividades, educación formal y no formal, salud, medio ambiente e infraestructura de desarrollo institucional y comunitario.

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Organizar talleres de capacitación sobre manejo, preparación y utilización de alimentos de alto valor nutricional con el fin de mejorar el estado nutricional de la población vulnerable

Preparación y procesamiento de alimentos en restaurantes escolares, servicio de alimentación y cafetería.

Para aplicar el modelo CIV en la empresa Corperijá se tomaron los dos estados financieros básicos: Balance General y Estado de Resultados a 31 de Diciembre de los años 2006 y 2007 , de los cuales se extractó la información pertinente para la aplicación del modelo, la cual se resume en la siguiente tabla:

 

Información Adicional:

La rentabilidad sobre activos (ROA) promedio de la industria es del 18 %

La tasa de impuesto sobre la renta es del 35 %

El Costo de Capital de la empresa es del 15 %

Para el desarrollo del método CIV (Valor Intangible Calculado) seguiremos los siguientes pasos:

Primer paso: Se calcula la Rentabilidad promedio sobre Activos, o el retorno promedio sobre activos tangibles.

La rentabilidad promedio sobre activos (ROA) es igual a la utilidad antes de impuestos promedio dividida entre el valor promedio de los activos.

ROA = UAI/ActivosROA = 281.466.198/1.393.367.656ROA = 20.20 %, mayor que la rentabilidad sobre activos (ROA) promedio de la industria del 18 %.

Segundo paso: Se calcula la rentabilidad excedente o el retorno excedente, es decir, calcular cuánto ganaría en promedio una empresa del sector sobre esa cantidad promedio de activos tangibles.

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Se multiplica el ROA promedio de la industria por el valor promedio de activos, y este valor se resta de la utilidad antes de impuesto (UAI) promedio.

0.18 * $ 1.393.367.656 = $ 250.806.178Rentabilidad Excedente = $ 281.466.198 – $ 250.806.178Rentabilidad Excedente = $ 30.660.019.92

El excedente de Corperijá es de $ 30.660.019.92, que es la diferencia entre lo que gana la empresa en promedio y lo que gana una empresa del sector, en promedio.

Tercer paso: Se calcula la Prima atribuible a los activos intangibles.

Se le aplica la tasa de impuestos a la utilidad antes de impuestos (AUI) promedio a la rentabilidad excedente y este valor se resta de la rentabilidad excedente.

$ 30.660.019.92 – ($ 30.660.019.92 * 0.35)$ 19.929.012.95

Cuarto paso: Se calcula el Valor Presente Neto (VPN) de la prima atribuible a los activos intangibles, para ello se divide este último valor entre el Costo de Capital de la empresa.

VPN(15 %) = $ 19.929.012.92/0.15VPN(15 %) = $ 132. 860.086

Los $ 132.860.086 es el valor de los activos intangibles de Corperijá y representa la capacidad de la empresa para usar sus activos intangibles para superar a sus competidores del sector. De otra parte, este monto representa lo que le costaría a cualquier comprador crear estos bienes intangibles a partir de cero, bienes que posee Corperijá con un valor actual.

La ventaja del método CIV es que ofrece una evaluación monetaria y, por lo tanto, es recomendable para el caso en que exista interés en el negocio por una fusión y/o adquisición, o para valuar las acciones en el mercado.

Si bien el método CIV ofrece el potencial de hacer comparaciones sobre la base de resultados financieros auditados, presenta dos limitaciones (Mantilla, 2004):

El método CIV utiliza la rentabilidad sobre activos (ROA) promedio de la industria como base para determinar el exceso de retornos. Por naturaleza, los valores promedio experimentan problemas externos y podrían derivar en ROA excesivamente alto o bajo.

El costo de capital de la empresa dictamina el Valor Presente Neto de los activos intangibles.

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Sin embargo, en orden de que el CIV sea comparable con y dentro de las industrias, se debe usar el promedio industrial del costo de capital como una carta de poder para la tasa de descuento en el cálculo del Valor Presente Neto. Una vez más, surge el problema de los promedios y se tiene que ser cuidadoso en la selección de un promedio ajustado por los factores externos.

Conclusiones

Se reconoce que el Capital Intelectual de una empresa desempeña un rol significativo en la creación de ventaja competitiva y en la creación de valor, por consiguiente, su valoración se convierte en un factor importante para determinar el valor real, o valor de mercado.

Según Edvinsson, citado por Ramírez (2007), sí el Capital Intelectual constituye el mayor porcentaje del valor de mercado de las empresas, no sólo se está cometiendo una inequidad con la comunidad de inversionistas sino que estamos frente a una crisis que se extiende a través de la economía, por estar midiendo lo que no se debe medir, generando desperdicio de recursos que fluyen donde no deberían y en tiempo inoportuno.

Se ha presentado en este trabajo un caso práctico de valoración que permite cuantificar el valor del Capital Intelectual, que sumado al valor contable de los activos físicos nos permite conocer el valor de mercado de la empresa en cuestión.

Si bien el método CIV presenta las limitaciones de los promedios de la utilidad antes de impuestos y la del valor de los activos tangibles, refleja en el resultado la eficiencia en el manejo de los activos físicos de operación de la empresa, porque a mayor utilidad y menor inversión en activos la rentabilidad sobre activos (ROA) es mayor, lo que hace viable el método porque al compararla con la rentabilidad sobre activos promedio de la industria la diferencia debe ser positiva para que la empresa tenga un excedente de capital, y así se pueda valorar el Capital Intelectual.