MODELO ESTRUCTURAL DEL CAMBIO Del libro Reto al Cambio de Enrique Reig y George Dionne Adaptación...
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MODELO ESTRUCTURAL DEL CAMBIO
Del libro Reto al Cambio de Enrique Reig y George DionneAdaptación de Rodolfo Bonifaz S.
MODELO ESTRUCTURAL DEL CAMBIO
El proceso estructural del cambio puede verse como un doble trapecio, de un lado está el origen de lo que queremos
cambiar, del otro está lo cambiado y en medio de los dos extremos están dos juegos
de cuerdas con barras meciéndose permanentemente.
El que quiera cambiar tiene que brincar y salvar el precipicio.
También tiene que confiar en que podrá encontrar la barra del otro lado.
MODELO ESTRUCTURAL DEL CAMBIO
Reto Salida Dejar ir Dejar atrás
Soltar Agarrar
Llegar
Nuevo reto
Red
Trapecios
MODELO ESTRUCTURAL DEL CAMBIO
Para cambiar: hay que brincar, hay que confiar, hay que lanzar el cuerpo al precipicio cogidos del
primer trapecio, después hay que soltarlo; con un nudo en la garganta se viven como eternos
los momentos en que que damos suspendidos en el aire,
giramos el cuerpo y atrapamos el segundo trapecio, nos mecemos hasta la otra orilla y ya hemos
cambiado. La clave del cambio es la fuerza del impulso y
el dejar ir
ETAPAS DEL MODELO ESTRUCTURAL DEL CAMBIO
Reto
Red
Trapecios
motivación e intención de cambiar
ETAPAS DEL MODELO ESTRUCTURAL DEL CAMBIO
Reto
Red
Trapecios
entendimiento (de las circunstancias internas y externas) y aceptación (de las circunstancias y de la necesidad de cambiar)
Salida
ETAPAS DEL MODELO ESTRUCTURAL DEL CAMBIO
Reto Salida Dejar ir Dejar atrás
Soltar Agarrar
Red Transición
Trapecios
abarca los siguientes pasos: dejar ir - soltar - quedar suspendido en el aire - agarrar - dejar atrás
ETAPAS DEL MODELO ESTRUCTURAL DEL CAMBIO
Reto Salida Dejar ir Dejar atrás
Soltar Agarrar
Llegar
Nuevo reto
Red
Transición
Trapecios
dejar atrás con vivencia de logro de cambio
ETAPAS DEL MODELO ESTRUCTURAL DEL CAMBIO
Reto Salida Dejar ir Dejar atrás
Soltar Agarrar
Llegar
Nuevo reto
Red
Transición
Trapecios
NO CAMBIOS Sin embargo en la vida también existen “No
cambios”. La metodología de éstos es:
hay que lazarnos, llegar al momento crucial y… arrepentirnos, no soltarnos de la barra y regresar a la tabla original;
o también podemos saltar sin suficiente fuerza ni convencimiento y caernos en la red. Esto nos lleva a escalar nuevamente la tabla y tratar de nuevo o desmotivados decidir no volver a intentarlo.
“No cambio” significa que queremos cambiar sin hacerlo.
NO CAMBIOS
Sin embargo, conocer la forma estructural del
cambio no es suficiente para experimentar un
cambio.
No basta con conocer la idea de los trapecios,
de convencerse que hay que arrojarse al
vacío y que hay que llegar al otro lado.
Conocer un modelo ayuda a visualizar y
entender el camino pero no garantiza que se
pueda realizar un cambio.
LA ACEPTACIÓN DEL CAMBIO El universo cambia. El hombre también
cambia y su amanecer de cada día no es igual.
Cada día es una nueva oportunidad de crecer y disfrutar que se puede observar y aprovechar o se puede dejar pasar.
El hombre tiene la oportunidad de aliarse a los cambios en su interior y en su medio familiar y laboral, pero a veces también tiene la miopía que le impide observar e integrar su proceso de cambio.
LA ACEPTACIÓN DEL CAMBIO ¿Cómo podemos aprovechar cada nuevo
amanecer para integrarnos a una forma de cambiar que nos permita mejorar?
Primero, conociendo las circunstancias de nuestra realidad; y
Segundo, aceptando la inercia del cambio universal.
El conocimiento y la aceptación de que los cambios ocurren puede llegar a permitir a los seres humanos vivir sus propios procesos de cambio de una manera más integral.
LA ACEPTACIÓN DEL CAMBIO Parte de los cambios importantes en nuestras
vidas ocurren por influencia del ambiente y parte de ellos pueden ser el resultado de una inquietud interior.
Cambiamos porque la realidad nos obliga y porque también deseamos y planeamos intervenir en la realidad.
La aceptación de los procesos de cambio, tanto los originados en el entorno como los que surgen en el interior del hombre, constituye un requisito para vivir y enfrentar los procesos de cambio positivamente.
EL MOTOR DEL CAMBIO Como decía Heráclito, en 513 a. de C., “No hay
nada permanente excepto el cambio”. Las cosas cambian aunque los seres humanos no
lo queramos. Todos cambiamos, de embriones a niños, de
niños a adultos, de adultos a viejos. El motor de la vida es el cambio. Algunas veces las cosas cambian para mejorar y
algunas otras para empeorar. Algunas veces las cosas cambian para aparecer
y otras para desaparecer y no vuelven más.
EL MOTOR DEL CAMBIO El motor de la vida es el cambio, pero no
podemos sentarnos a lamentar como se aleja la vida; no debemos ser observadores pasivos y tristes.
Es importante reconocer los procesos de cambio que existen a nuestro alrededor: para que no nos tomen por sorpresa,
para que seamos parte de ellos,
parte del momento presente como agentes de cambio
y dejar nuestra huella en el futuro.
EL MOTOR DEL CAMBIO Cuando un ser humano no encuentra la manera
de negociar sus pérdidas y ganancias al adaptarse a la vida, puede frustrarse y sentir que no hay salida.
El hilo de luz que conduce a la salida es el conocimiento del problema y el ímpetu y el convencimiento para resolverlo.
Debo conocer a fondo aquello a lo que pretendo adaptarme, después debo decidirme a afrontarlo, sin cobardía, con la frente en alto y con una estrategia.
EL MOTOR DEL CAMBIO Conocer a fondo aquello a lo que pretendo
adaptarme no es sólo un conocimiento que parte y se queda en mi análisis del problema, sino también un conocimiento y evaluación de mi mismo, conocer cómo voy a reaccionar ante los problemas, cuánto van a afectarme y cuáles de mis emociones y reacciones pueden entorpecer mi proceso de adaptación.
En pocas palabras, conocer mis posibles reacciones para plantear una estrategia.
DEJAR IR
Cuando uno está enfrentando un problema
del presente pero vive atormentado por
problemas del pasado, lleva sobrepeso que le
impide transitar con ligereza.
El sobrepeso es el no dejar ir lo anterior, es
como tener atrapada una pierna en arena
movediza. Nos pone en desventaja.
DEJAR IR Cuando subimos una montaña y llevamos una
mochila, muy pronto nos empieza a pesar la carga.
Puede llegar el momento en que tengamos que decidir cuáles cosas queremos seguir cargando y cuáles queremos dejar.
El montañista escoge lo más importante y deja lo que ya no hace falta.
Esto le permite seguir subiendo la montaña con más facilidad.
DEJAR IR Las cosas que se deben dejar, son las cosas del
pasado que estorban al desarrollo del proyecto personal de vida de cada ser humano.
Aceptar que las cosas han quedado en el pasado significa que nos hemos despojado de algo.
No podemos disponer de todos nuestros recursos en el presente, cuando tenemos permanentemente ocupado cierto porcentaje de nuestra energía mental y emocional en cosas que pertenecen al pasado.
DEJAR IR Cambiar presupone en el mejor de los casos
crecer, y crecer significa comprometernos con
la creación de nuestro propio futuro y no ser
un simple espectador; significa participar en
el cambio en nuestro alrededor y, sobre todo,
en nosotros mismos.
Un cambio es como soltar lo que nos ancla a
costumbres y hábitos que limitan nuestra
capacidad de aprendizaje en el presente.
DEJAR IR Dejar ir, por otra parte, significa el inicio de
cierta apertura a que todo puede suceder,
apertura a la crítica, a otras opciones, a otras
formas de resolver los problemas, apertura a
nuevos retos, nuevos horizontes, a cambios
de estrategias, de mercados, de valores, de
resultados.
Dejar ir es apertura al cambio para mejorar.