Mónica Natalia Hernández Barrera

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1 Recomendaciones para el fortalecimiento de las tutorías en el Centro de Escritura Javeriano de Bogotá Mónica Natalia Hernández Barrera Licenciatura en Lenguas Modernas Facultad de Comunicación y Lenguaje Pontificia Universidad Javeriana 2014

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Recomendaciones para el fortalecimiento de las tutorías en el Centro de Escritura Javeriano de

Bogotá

Mónica Natalia Hernández Barrera

Licenciatura en Lenguas Modernas

Facultad de Comunicación y Lenguaje

Pontificia Universidad Javeriana

2014

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Recomendaciones para el fortalecimiento de las tutorías en el Centro de Escritura Javeriano de

Bogotá

Mónica Natalia Hernández Barrera

Blanca Yaneth González Pinzón

Asesora

Trabajo de grado realizado para optar el título de Licenciada en Lenguas Modernas

Licenciatura en Lenguas Modernas

Facultad de Comunicación y Lenguaje

Pontificia Universidad Javeriana

2014

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CONTENIDO

Introducción .................................................................................................................................... 6

1. Planteamiento del problema .................................................................................................... 8

2. Justificación .......................................................................................................................... 13

3. Objetivos ............................................................................................................................... 17

3.1 Objetivo General ................................................................................................................. 17

3.2 Objetivos Específicos.......................................................................................................... 17

4. Antecedentes Investigativos.................................................................................................. 18

4.1 El contexto Latinoamericano .............................................................................................. 18

4.2 El contexto nacional ............................................................................................................ 19

5. Marco Teórico ....................................................................................................................... 25

5.1. ¿Por qué y para qué los Centros de Escritura? .............................................................. 25

5.2 Escritura entre iguales: acompañar a cambio de calificar ................................................... 26

5.3 Alfabetización Académica: ineluctable en la educación superior ...................................... 27

5.4 La escritura desde el currículo: las perspectivas del Writing Across the Curriculum y

Writing in the Disciplines (WAC-WID) ................................................................................... 29

5.5 La práctica hace al maestro … ¿o al escritor universitario? ............................................... 33

5.5.1 ¿Cómo se lee y se escribe para la universidad? ........................................................... 34

5. 5. 2 Necesidades de escritura: el paso del aprendiz al escritor experto ............................ 35

5.6 Motivaciones de los estudiantes en el contexto académico ¿Y yo para qué necesito

escribir? ..................................................................................................................................... 36

5. 7 Aspectos metacognitivos de la escritura: aprender cómo se aprende ................................ 38

6. Metodología de investigación ............................................................................................... 40

6.1 Tipo de investigación .......................................................................................................... 40

6.2 Procedimientos, técnicas e instrumentos ............................................................................ 41

6.2.1 Cuestionario a usuarios del CEJ .................................................................................. 42

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6.2.2 Matrices para el análisis de los formatos de acompañamiento diligenciados por los

tutores del CEJ ...................................................................................................................... 43

6.2.3 Entrevista a profundidad con los usuarios ................................................................... 43

6.2.4 Entrevista a los tutores del CEJ ................................................................................... 44

6.2.5 Entrevista a docentes de los usuarios del CEJ ............................................................. 44

6.2.6 Observaciones a las sesiones de acompañamiento ...................................................... 45

7. Recomendaciones para el fortalecimiento de las tutorías en el Centro de Escritura Javeriano

de Bogotá ...................................................................................................................................... 46

8. Puntos clave para el mejoramiento de las sesiones de acompañamiento del CEJ ................ 61

8.1 Recomendaciones logísticas ............................................................................................... 61

8.1.1 Comunicación con los usuarios del CEJ ...................................................................... 61

8. 1.2 Difusión del servicio del CEJ ..................................................................................... 61

8.2 Recomendaciones académicas ............................................................................................ 62

8.2.1 Formación de los tutores del CEJ ................................................................................ 62

8.2.2 Registro de las sesiones de acompañamiento .............................................................. 63

8.2.3 Para las sesiones de acompañamiento.......................................................................... 63

9. Conclusiones ......................................................................................................................... 65

10. Bibliografía ........................................................................................................................ 69

ANEXOS

Anexo 1. Cuestionario autoadministrado piloto ........................................................................... 74

Anexo 2. Cuestionario autoadministrado aplicado a usuarios CEJ .......................................... 82

Anexo 3. Formato registro sesiones de acompañamiento primera vez ..................................... 92

Anexo 4. Matriz de análisis de formatos primera vez .............................................................. 93

Anexo 5. Formato registro sesiones de acompañamiento segunda vez en adelante ................. 95

Anexo 6. Matriz de análisis de formatos segunda vez en adelante ........................................... 96

Anexo 7. Entrevista a usuarios del CEJ .................................................................................... 98

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Anexo 8. Entrevista a los tutores del CEJ ................................................................................. 99

Anexo 9. Entrevista a algunos profesores de los usuarios asistentes al CEJ .......................... 100

Anexo 10. Matriz de observaciones de las sesiones de acompañamiento .............................. 101

Anexo 11. Matriz de triangulación de resultados ................................................................... 102

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Introducción

La presente investigación tuvo como objetivo identificar oportunidades de mejoramiento

en las tutorías del Centro de Escritura Javeriano Bogotá (CEJ) y contribuir a la discusión sobre

una cultura de la escritura académica en la Pontificia Universidad Javeriana (PUJ). Para tal fin,

se identificaron las motivaciones, necesidades y prácticas de escritura de los estudiantes

asistentes a las tutorías. Así mismo, se indagó por el tipo de instrucción que sus profesores les

dan para el desarrollo de trabajos escritos y si promueven la lectura y la escritura en sus clases.

El trabajo investigativo surgió del interés personal y laboral de la investigadora en

relación con los procesos de lectura y escritura y su importancia en la producción de

conocimiento en la universidad. La experiencia como tutora del CEJ fue el mayor aliciente para

su realización. Indudablemente, el Departamento de Lenguas y el CEJ, así como la PUJ se verán

beneficiados por las reflexiones que alcance a suscitar este trabajo, pues a partir de ellas,

aquellos interesados podrán tomar acciones concretas que fomenten una cultura de la escritura

con fines epistémicos en esta institución.

La ruta metodológica incluyó la aplicación de diferentes técnicas e instrumentos, cuyo

cruce permitiera un mejor acercamiento a la realidad. Dentro de los procedimientos estuvo: en

primer lugar, la aplicación de un cuestionario autoadministrado a los estudiantes usuarios,

seleccionados a partir de los formatos que normalmente se diligencian después de una sesión de

acompañamiento; en segundo lugar, se hizo observación de cinco sesiones de tutoría; en tercer

lugar, se realizó entrevista, de un lado, a dos docentes de las carreras de Psicología y Contaduría,

quienes fueron reportados como docentes de algunos de los estudiantes remitidos y, de otro, a

cinco estudiantes entre tutorados y tutores; por último, se analizaron 110 formatos de

seguimiento en la tutoría de 2012 y 2013.

De manera particular para el Centro de Escritura, a partir de los resultados, se

identificaron puntos clave que los tutores del CEJ deben tener en cuenta para mejorar las

sesiones de acompañamiento y, a partir de allí, promover prácticas de lectura y escritura eficaces

que permitan el uso paulatino de la lectura y la escritura con fines epistémicos. Así mismo,

algunos resultados ratifican lo que desde otras investigaciones se ha observado: la lectura y la

escritura se desarrollan en la universidad como un dispositivo de evaluación (González y Vega,

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2010; Alvarado, 2007) y que no se tiene en cuenta, por parte de profesores ni de estudiantes, que

se deben desarrollar como un proceso perfectible (Peña, 2009).

Como referentes teóricos, aparece como principal protagonista la Alfabetización

Académica (Carlino, 2003, 2004, 2005; Vázquez, 2005), cuyo desarrollo permite la participación

en la cultura de producción de conocimiento de las disciplinas. También es importante resaltar el

concepto de escritura concebida como proceso (Peña, 2008; Arciniegas y López, 2012).

Igualmente, el concepto de escritura entre iguales (Alzate-Medina y Peña-Borrero, 2009; Ryan,

& Zimmerelli, 2010), pues no sólo es beneficioso, sino atractivo para los asistentes al CEJ. Entre

otros conceptos, de igual relevancia, se encuentran las configuraciones didácticas (Litwin, 1997),

las motivaciones frente a la escritura Bruning & Horn (2000), las prácticas de lectura y escritura

y la escritura a través del currículo (WAC) (Russell, 1990) y, por último, los aspectos

metacognitivos para la escritura (Heller & Thorogood, 1995).

Entre los alcances del proyecto, pudo hacerse un perfil inicial del usuario promedio del

CEJ: por qué asiste, qué escribe y cómo lo hace y qué necesita para mejorar su proceso de

escritura con miras a fortalecer sus habilidades. Es, sin duda, un abrebocas para conocer cómo

escribe el estudiante javeriano que asiste a las tutorías. Dado que es la primera investigación que

se adelanta sobre el recientemente creado CEJ, sus hallazgos son apenas acercamientos a una

realidad global. Bien vale la pena que en adelante se adelanten otras investigaciones que

profundicen en cada aspecto observado y que, de igual manera, intenten llegar a la realización de

las recomendaciones aquí planteadas.

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1. Planteamiento del problema

El Centro de Escritura Javeriano (CEJ) funciona desde hace cuatro semestres en la

Pontificia Universidad Javeriana (PUJ) de Bogotá desde la Facultad de Comunicación y

Lenguaje. Según su resumen ejecutivo “es un espacio en el que se brinda acompañamiento, tanto

a estudiantes de pregrado y posgrado como a docentes que deseen contar con lectores reales para

sus textos académicos, con el fin, bien sea de compartirlos y buscar el punto de vista de un par, o

de afianzar aspectos dentro del texto que requieran de fortalecimiento. Es, así mismo, un lugar

para la investigación, el apoyo didáctico y conceptual, el intercambio pedagógico y la

vinculación con las políticas sobre lectura y escritura.” (González, 2013: 1).

El CEJ nace con el fin de apoyar a la comunidad javeriana con los procesos de lectura y

escritura académica de sus estudiantes. Para su funcionamiento, el Departamento de Lenguas

hizo acuerdo con la Facultad de Psicología y la Facultad de Educación de dicha institución. La

presencia de pares tutores que afiancen los procesos de lectoescritura de los estudiantes que allí

acudan es la medida complementaria que se apoya en las políticas institucionales establecidas en

la PUJ. Para que un estudiante sea acompañante de escritura, debe tomar el curso electivo, de

intensidad de dos horas por semana llamado Tutores Centro de Escritura, en donde se le brindan

herramientas para asumir esta labor.

Debido a que un gran porcentaje de los estudiantes universitarios presentan falencias a la

hora de comprender y desarrollar textos escritos, las instituciones universitarias se ven obligadas

a tomar medidas desde las políticas institucionales y desde los currículos de los programas

ofrecidos. En efecto, la PUJ no es ajena a adoptar estas medidas frente al reto que enfrenta la

educación superior en materia de lectura y escritura en la Academia; la universidad participa en

REDLEES y además; como lo afirman González, Molina, Moya & Salazar (2012), docentes

investigadoras del Departamento de Lenguas de la PUJ, en esta institución los cursos de español

como lengua materna se modificaron en el año 2004 debido a la actualización de currículos en la

universidad. Actualmente, se ofrecen 8 cursos a 13 programas de pregrado que inicialmente

responden a las necesidades de cada programa.

La necesidad inherente en la Academia de hacer uso de la escritura con fines epistémicos

no debería escapar a la comunidad javeriana; en consecuencia, la principal motivación para

desarrollar este estudio es el apoyo a las políticas institucionales que favorecen la escritura

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académica y la consolidación del CEJ como un lugar para el escritor académico universitario.

Además, debido a que la escritura en la universidad es inevitable para el desarrollo académico de

los profesionales en formación, mi vinculación como tutora del CEJ es también un aliciente para

la realización de este trabajo.

De igual manera, como docente en formación, considero imprescindible contribuir con

las investigaciones acerca de lectura y escritura que se han propuesto desde hace al menos cinco

años en Colombia. En cuanto a la formación recibida como Licenciada en Lenguas Modernas,

reconozco que es necesario tener un dominio de la lengua materna para enseñar otras lenguas y

desarrollar. Además, la relación y similitud que hay entre el rol de un docente y el rol de un par

de escritura es evidente. Ambos se convierten en guías de un proceso, bien sea de aprendizaje o,

en este caso, de escritura.

Así, también gracias al creciente interés por investigar los procesos de lectura y escritura

y posterior a establecer la población por investigar, en aras de la consolidación del problema, de

manera preliminar se realizó un cuestionario de cinco preguntas dirigido a algunos de los tutores

activos del CEJ. Este instrumento pretendía indagar a grandes rasgos y desde su percepción, por

qué los estudiantes asisten al CEJ; qué tipo de textos son los más solicitados por los profesores;

cuáles son las prácticas de lectura y escritura de los estudiantes que asisten al CEJ y cuáles son

las fortalezas y debilidades de escritura más comunes de los tutorados. A partir de sus

experiencias, se encontró que parte de las dificultades de quienes asisten, en términos de

escritura académica provienen, tanto de los estudiantes como de los profesores.

Según el testimonio de los tutores, los javerianos asisten al CEJ porque no están seguros

de su competencia escrita y temen recibir una mala calificación, porque quieren tener seguridad

de que les va a ir bien en sus asignaciones escritas o porque el profesor les pide que asistan.

Asimismo, es frecuente que en las tutorías se hagan preguntas acerca de cómo estructurar un

texto y cómo citar y que tengan dudas en cuanto a ortografía y puntuación.

Al consultar con los tutores del CEJ, la impresión que tienen al responder sin mayor

detenimiento es que los textos de escritura académica más solicitados por los profesores son los

ensayos, los resúmenes, las reseñas y los artículos científicos. Al indagar acerca de las prácticas

de lectura y escritura de los asistentes al CEJ, los tutores aseguran que perciben que sus

estudiantes, o bien no tienen prácticas efectivas para su ejercicio académico, o no son

conscientes de cómo pueden desarrollarlas.

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Paralelamente, las necesidades que los tutores encontraron en sus tutorados, gracias a su

experiencia en el CEJ, son: carencia de estructura lógica del texto, falta de coherencia y

cohesión, distanciamiento de la silueta discursiva del texto que se les pide, problemas de sintaxis

y de ortografía literal y acentual. Los formatos revelaron las mismas necesidades y debilidades

de escritura en los estudiantes asistentes al CEJ.

No obstante, más allá de las falencias en la macro y microestructura de los textos, los

tutores afirman que a muchos estudiantes no les gusta y no se interesan por la escritura ni la

lectura a pesar de que la vida universitaria lo exige. Además, les falta ser críticos, les es muy

difícil expresar una opinión propia y se limitan a repetir lo que sus profesores u otras fuentes

dicen. Incluso algunos escriben según el gusto del profesor, pensando lo que él/ella quiera

encontrar en el texto. Sin embargo, los formatos relevan que los estudiantes sí demuestran

preocupación por su proceso e interés por la tutoría, incluso cuando asisten al CEJ por petición

de su profesor.

Es importante mencionar que, los estudiantes que acuden a las tutorías en el CEJ son en

su mayoría conscientes de las dificultades que tienen a la hora de producir un texto académico

pero no conocen sus aciertos; o en el caso contrario, aseguran ser competentes en esta habilidad

y sus textos demuestran lo contrario. De acuerdo con los tutores, muchos de sus tutorados

afirman recibir información superficial de las tipologías textuales en su formación de educación

media y de ella se valen para desarrollar sus asignaciones académicas, debido a que la

divulgación sobre aspectos formales de la escritura en sus primeros semestres universitarios es

limitada.

Cabe resaltar que, según los tutores, la mayoría de los estudiantes que solicitan tutorías en

el CEJ no reciben instrucciones claras por parte de sus profesores sobre qué tipo de texto deben

desarrollar para la clase. De acuerdo con los testimonios de los tutores, muchos estudiantes no

conocen las tipologías textuales y sus características o tienen creencias erróneas al respecto.

Sumado a esto, aparentemente no hay unanimidad sobre las tipologías por parte de los profesores

y esto les genera confusión a la hora de realizar sus asignaciones escritas.

De tal manera que el problema radica en ambas caras de la moneda: el estudiante no está

completamente seguro de qué tiene que hacer o cómo debe hacerlo y muchos profesores no lo

aclaran y no hay una preocupación por promover una cultura de la lectura y la escritura como

vital en la formación académica y profesional y en el desarrollo de cualquier disciplina, tal como

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lo demuestran Carlino (2003, 2004, 2005); Carlino y Fernández, 2010; Vázquez (2005); Peña

(2008); Massone y González, (2008), entre muchos otros.

Ortiz afirma que “debido a que el centro y los mayores esfuerzos por cualificar los

procesos de lectura y escritura han sido puestos en la educación básica y media, surge la creencia

de que los estudiantes deben salir de allí con un producto óptimo para comprender y producir

todo tipo de textos.” (2011, p.19). Siendo así, en palabras de la autora: “la educación superior no

tendría por qué interesarse ni hacerse cargo de la enseñanza de estas prácticas discursivas.”

(2011, p.19). Al parecer, este es el caso de la Javeriana, en donde muchos de los estudiantes

inician su formación profesional con falencias en lectura y escritura y, en muchos casos, los

docentes universitarios no creen necesario aclarar las dudas de sus estudiantes ni afianzar los

conocimientos con los que su estudiante acude a la institución por primera vez.

Al igual, según el criterio de los tutores del CEJ, el número de tutorías incrementa en

época de parciales. Por la poca afluencia de estudiantes para hacer uso del CEJ a través de cada

periodo académico, parece que un problema adicional es que las tareas de escritura en la

universidad son episódicas y se solicitan en clase para responder a parciales. La lectura y la

escritura se convierten entonces en herramientas inevitables y tediosas para cumplir un requisito

y realizadas en momentos puntuales del periodo académico.

Asimismo, de acuerdo con los testimonios de los tutores, los profesores parecen no

promover una cultura de la lectura y, menos aún, de la escritura con fines epistémicos; por el

contrario, las asignaciones escritas se convierten en un dispositivo de evaluación que no sigue un

proceso ni persigue un objetivo claro y que se queda impreso en el papel debido a que la

retroalimentación se concentra usualmente en señalar errores de ortografía y redacción y no en el

contenido o el proceso de pensamiento del escritor. En otras palabras, se analiza el fenómeno por

lo que a simple vista no saben hacer los estudiantes, (Alvarado, 2007).

Es en esos momentos en que muchos estudiantes acuden al CEJ como una alternativa

rápida para mejorar sus textos (y por ende sus calificaciones), en vez de asumirlo como un

espacio que promueve la escritura como la manera más efectiva de producir y divulgar

conocimiento. No obstante, el CEJ entiende la escritura como “un proceso perfectible y

constante, de carácter autónomo, que requiere de lectores reales. La escritura, se concibe, ante

todo, como una herramienta epistémica, soporte del aprendizaje y de la producción de

conocimiento. En el CEJ nos interesan los autores, más que los textos.” (González, 2013: 1).

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Por tal razón, el CEJ no puede tomarse como un lugar de carácter remedial y

momentáneo al que se acude para hacer correcciones de último momento. Sin duda alguna, este

comportamiento es una muestra de la posición que se toma frente a la escritura y la lectura en la

Javeriana. El CEJ, por lo tanto, no debe consolidarse como un espacio de auxilio inmediato para

las tareas de sus asistentes sino como un lugar que ofrece la universidad para apoyar a sus

estudiantes y afianzar sus procesos de lectura y escritura con el fin de promover una cultura de la

escritura con fines epistémicos.

Finalmente, sumado a que los estudiantes se enfrentan a la falta de formación en escritura

académica durante el colegio (por razones de su naturaleza), sus prácticas de lectura y escritura

son casi inexistentes y no hay claridad ni unanimidad en lo que se entiende por el tipo de texto

que se pedirá y evaluará, ni de su propósito.

Carlino (2003) recuerda que “el nivel [de educación] superior requiere que los estudiantes

analicen y apliquen el conocimiento impartido, mientras que la secundaria espera que sea

reproducido. En la universidad se proponen distintas perspectivas acerca de un mismo fenómeno;

por el contrario, la escuela media enseña que el saber es verdadero o falso.” (pág. 412). Además,

los docentes universitarios asumen que sus estudiantes se convierten en expertos en este tipo de

escritura gracias a que en teoría la formación en el colegio es intensiva y suficiente, por lo que

ignoran las necesidades y falencias de los estudiantes en este aspecto.

Así, a grandes rasgos se evidencian los problemas que la educación superior padece en

cuanto a la lectura y escritura en la Academia, más específicamente en la PUJ. Debido a esto, la

necesidad de fortalecer y consolidar la figura del CEJ como soporte en los procesos de lectura y

escritura de la comunidad javeriana es ineluctable para apoyar el desarrollo del pensamiento

crítico y la formación integral que esta institución propende.

A partir de esta problematización surge la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuáles

son las prácticas, necesidades y motivaciones para la escritura de los estudiantes que hacen uso

del Centro de Escritura Javeriano Bogotá?

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2. Justificación

La escritura es y ha sido sinónimo de conocimiento en la Academia. La humanidad se ha

valido de la escritura como un proceso invaluable en la construcción de conocimiento y así ha

dejado una huella en la historia. Sorprendentemente, la cultura de la escritura con fines

epistémicos ha ido disminuyendo en la educación media y superior. Si bien la escritura es aún

epistémica, especialmente en la universidad, la mayoría de estudiantes no es consciente de su

importancia en su formación académica. Por tal razón, desde hace unas décadas, mecanismos

como los laboratorios, cátedras y centros de escritura se han consolidado para apoyar esta cultura

de la escritura.

Los centros de escritura (CE) se originaron en Estados Unidos (North, 1984) y solían

funcionar como laboratorios de escritura, en donde los estudiantes realizaban ejercicios de

escritura y tenían la figura del profesor para cualquier inquietud que surgiera en el momento. Sin

embargo, desde hace un par de décadas se hizo evidente que en muchos contextos universitarios,

los estudiantes presentan graves dificultades en las habilidades de lectura y de escritura, lo que

ha afectado su desempeño individual en la vida académica y consecuentemente en la producción

de conocimiento.

Por tal razón, hacia la década de 1970 universidades estadounidenses empezaron a

investigar sobre esas falencias y necesidades de los estudiantes en tales instituciones y a

promover una dinámica particular que fundó lo que actualmente se conoce como un centro de

escritura universitario en donde los estudiantes colaboran con sus pares para afianzar sus

necesidades de escritura académica. De acuerdo con Ortiz (2010), en Latinoamérica la

investigación acerca de la lectura y la escritura en contextos educativos, más específicamente de

educación superior, se posicionó durante la última década y hace apenas algunos años ha

sucedido lo mismo en Colombia.

Por su parte, González & Vega (2012) aseveran que el posicionamiento de este tema ha

pasado por tres estadios en los últimos 25 años. El primer momento se refiere a los esfuerzos de

la Universidad Nacional de Colombia (UN), al realizar dos unidades académicas dedicadas al

tema. El segundo momento hace referencia a la Ley 115 de 1994 replanteó la orientación de la

educación en el país a partir de evaluaciones masivas para medir los niveles de educación. Ahora

bien, el tercer momento se refiere a la creación de cátedras en las IES que preparen a los

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estudiantes, para la lectura y escritura exigidas allí, “cuyos propósitos oscilan entre el

fortalecimiento de las capacidades investigativas de los estudiantes, el mejoramiento de la

competencia discursiva y la recurrente focalización de aspectos morfosintácticos.” (González &

Vega, 2012: 199).

A pesar de los esfuerzos anteriormente mencionados, la comunidad universitaria se

enfrenta a un problema mucho mayor en términos de escritura y es que no existe una cultura que

la promueva con fines epistémicos y con fines de discusión y diálogo; únicamente es un

dispositivo episódico de evaluación (González & Vega, 2012). Por supuesto, los intentos por

solventar las falencias en lectura y escritura procuran un gran paso hacia el re-establecimiento de

una cultura de la escritura con fines epistémicos en la Academia colombiana. Peña (2009) afirma

que “el ingreso del estudiante a la universidad puede interpretarse como una iniciación a nuevos

modos discursivos y nuevas formas de comprender, interpretar y organizar el conocimiento”

(pág.1); es esto mismo lo que los docentes, apoyados en las políticas institucionales, deberían

promover en todos sus estudiantes, sin importar la disciplina a la que pertenecen. La lógica no es

exclusiva de las matemáticas ni la lectoescritura de las humanidades.

Contrario a la relación natural entre estas habilidades y los avances intelectuales que

puedan aportar, la comunidad universitaria percibe la escritura como un deber más que como una

herramienta eficaz para la construcción de conocimiento. Los estudiantes javerianos no son

ajenos a esta realidad y es frecuente ver que no tengan información suficiente acerca de las

tipologías textuales ni sepan planear y ejecutar un texto académico, cuestiones necesarias en su

educación universitaria.

En el caso de la PUJ, el CEJ es una solución para dar soporte a los procesos de lectura y

escritura de los estudiantes que allí acuden. Debido a que la lectura y la escritura “son procesos

estrechamente ligados. Toda tarea de escritura implica acciones y estrategias concretas de

lectura. Tanto lectura como escritura tienen funciones epistémicas que se ponen en evidencia en

el ámbito académico cada vez que se usan como herramientas para aprender y para transformar

el conocimiento. Así, la lectura está contemplada dentro del trabajo de acompañamiento.”

(González, 2013: 2).

Tal como atestiguan los tutores, el CEJ realiza más sesiones de acompañamiento en época

de exámenes, lo que sugiere que la escritura académica en la PUJ es concebida por lo docentes

como una herramienta para evaluar o que los estudiantes solo se preocupan por desarrollar

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correctamente los trabajos que serán evaluados, o ambas. En consecuencia, la figura del CEJ

debe fortalecerse puesto que es un espacio cuyo objetivo es mejorar al escritor universitario. De

esta manera, se fomenta progresivamente la cultura de la escritura con fines epistémicos que la

Academia exige.

El CEJ ha adelantado proyectos particulares con profesores de asignaturas de las carreras

de Economía, Ingeniería de Sistemas, Artes Visuales y Contaduría Pública. En estos proyectos,

los tutores realizaron un acompañamiento durante todo un semestre a los estudiantes que

cursaban esas materias con los trabajos que allí asignaron. Lo anterior, con el fin de hacer un

seguimiento constante, en función de mejorar la escritura de estos estudiantes teniendo como

guía los textos a realizar. Se evidencia, pues, que es necesario que se indague acerca de la

relación de la escritura académica con las disciplinas para así implementar diferentes formas de

acción.

Debido a lo anterior, es necesario investigar acerca de las prácticas de lectura y escritura

en la universidad con el fin de desarrollar estrategias para fomentar una cultura en donde sean

protagonistas para la construcción de saberes que permitan el progreso de los individuos y las

disciplinas. Dado que los resultados en la vida académica de los estudiantes universitarios

muestran que, en su mayoría, la educación media colombiana no forma competencias, al menos

básicas, en lectura y escritura, los estudiantes que comienzan su formación en educación superior

se enfrentan a que la vida académica exige una competencia de lectura y escritura sin tener

conocimientos suficientes al respecto. Este es un reto que debe enfrentar la educación

universitaria.

A pesar de que las dinámicas de lectura y escritura varían en cada disciplina, el proceso a

seguir al producir un texto es similar. Todos los textos tienen una estructura definida y

demuestran habilidades de compresión, reflexión y abstracción del escritor sin importar en qué

campo se desempeñe. Es claro que la implementación consciente de una cultura de la escritura

con fines epistémicos en la PUJ, junto al afianzamiento del conocimiento de tipologías textuales,

mejoramiento en la formulación de oraciones y párrafos, desarrollo del pensamiento crítico a

través de las asignaciones escritas de los javerianos, y acercamiento a aspectos formales de la

lengua, solucionará a largo plazo parte del problema, al menos en dicha institución.

Sin duda, la presente investigación identifica elementos de mejoramiento para la labor de

los tutores y la función del CEJ dentro de la PUJ, con el fin de promover una cultura de la lectura

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y la escritura con fines epistémicos. Es importante resaltar que la labor de los pares de

acompañamiento es vital en su promoción, pues son ellos los que se relacionan directamente con

los usuarios del CEJ, son los que identifican sus necesidades, sus motivaciones y sus prácticas,

además de convertirse, en varias ocasiones, en un modelo a seguir por parte de sus tutorados.

Así, la comunidad javeriana se vería beneficiada en múltiples aspectos. En primer lugar,

la formación integral promovida por la universidad podría favorecerse a partir de la divulgación

de una cultura de la escritura como necesaria en la producción de conocimiento en la educación

superior. En consecuencia, una persona vinculada a la universidad que sea competente en su

disciplina y además sepa divulgar tal conocimiento será no solamente un trabajador sino un

sujeto valioso y productivo para la Academia y para la sociedad.

Retomando que es innegable la importancia y la necesidad de la lectura y la escritura para

la formación de una cultura del conocimiento, el fortalecimiento del CEJ sin lugar a dudas

proporcionará su aporte a la comunidad javeriana para solventar las carencias en dichas

habilidades sus estudiantes. Así, el fortalecimiento y progresivo uso del CEJ en la PUJ,

promovería prácticas efectivas de lectura y escritura, acordes con cada disciplina y la producción

útil de conocimiento de cualquier campo.

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3. Objetivos

3.1 Objetivo General

Caracterizar las motivaciones, necesidades y prácticas de escritura de los estudiantes usuarios del

Centro de Escritura Javeriano, con el fin de identificar oportunidades de mejoramiento en el

acompañamiento y en la consolidación de una cultura de la escritura con fines académicos en la

PUJ.

3.2 Objetivos Específicos

Identificar, a partir del análisis de los formatos de acompañamiento a la escritura, las fortalezas,

debilidades y necesidades de los estudiantes que hacen uso del CEJ.

Identificar las nociones de escritura académica que tienen docentes y estudiantes, a partir del tipo

de instrucción y las tipologías textuales más solicitadas por los docentes disciplinares.

Describir, desde el punto de vista del par de escritura, las motivaciones y prácticas del usuario

del CEJ.

Proponer recomendaciones para el mejoramiento de las sesiones de tutoría en el CEJ.

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4. Antecedentes Investigativos

Debido al gran interés que se ha consolidado alrededor del mundo para indagar y reflexionar

acerca de la lectura y la escritura como fundamentales en los distintos niveles académicos, se

realizó una lectura de antecedentes investigativos en el contexto latinoamericano e internacional.

A continuación, aparece una pequeña muestra del amplio mar de investigaciones.

4.1 El contexto Latinoamericano

Desde hace más de una década, la preocupación por indagar acerca de la lectura y la

escritura ha invadido diferentes sectores educativos en Latinoamérica. Tanto la educación media

como superior han desarrollado investigaciones que dan cuenta de estos procesos, especialmente

en las IES, y de su impacto en la vida de los estudiantes en relación con la apropiación y

producción de conocimiento. Debido a que existen cientos de investigaciones acerca del tema, se

explicarán brevemente algunas realizadas en América Latina.

La investigadora argentina Paula Carlino resume en el artículo El proceso de escritura

académica: cuatro dificultades de la enseñanza universitaria (2004) cuatro tendencias que

tienen los estudiantes universitarios que entorpecen la producción exitosa de textos, la autora los

llama predisposiciones de los estudiantes. Añade que es necesario que los docentes las conozcan,

pues esto asegura que se mejoren las prácticas pedagógicas, bien sea sobre la escritura misma o

de contenidos específicos de las disciplinas.

La primera se refiere a la dificultad que tienen los estudiantes para escribir para ser

leídos; la segunda, a que los estudiantes no reconocen el potencial de la escritura como

herramienta epistémica; la tercera, al énfasis que le dan a revisar aspectos formales, más que de

contenido a los textos; finalmente, la cuarta, a que los estudiantes “postergan el momento para

empezar a escribir” (2004: 324).

La autora concluye que “la superación de estas cuatro dificultades no es sólo

responsabilidad de los alumnos sino de la comunidad universitaria en su conjunto, ya que en el

entorno argentino estas tendencias son inherentes a una cultura académica que poco se ha

ocupado de promover la escritura considerada con el lector, la función epistémica del escribir, la

revisión sustantiva de los textos y el empleo temprano del papel para armar el propio

pensamiento.” (pág. 321). Carlino menciona que estas perspectivas se han estudiado en

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19

diferentes investigaciones de norte e iberoamérica, pero que para la fecha de publicación del

artículo, poco se indagaba en Latinoamérica sobre los factores del contexto y los dispositivos

pedagógicos que influyen en estos procesos.

En México, la investigación ¿Hay una pedagogía nacional de la lecto-escritura? Una

mirada a la construcción social de lectores y escritores en México, realizada por Patrick Smith,

Robert Jiménez y Rosa Ballesteros (2005), se concentra en comprender los factores y procesos

que influyen en la formación de lectura y escritura en ese país. A partir de una investigación de

corte cualitativo-etnográfico, los investigadores analizan el impacto que tienen el hogar, la

comunidad y la escuela en los lectores y escritores, al ser estas las primeras aproximaciones

hacia la lectura y la escritura, en tres instituciones de primaria.

Denominan este análisis como ecología de la lecto-escritura y señalan que “aprender a

leer y a escribir no solamente sucede en la escuela, sino que es el resultado de nuestras

interacciones en la vida cotidiana” (2005, p. 14). Entre los resultados, encontraron que la

escritura es controlada en estas instituciones y que debido al nivel educativo, poco se promueve

la intención comunicativa en los textos; en cambio, se enfatiza el perfeccionamiento de aspectos

formales de la lengua como la ortografía literal y acentual y la puntuación. Además, en cuanto a

la lectura, se toma como una opción en lugar de sustancial dentro del currículo.

A pesar que de esta investigación se realizó en el nivel educativo de primaria, supone un

valioso antecedente, debido a que toma en consideración los diferentes ámbitos para el desarrollo

de la lectura y la escritura, lo que se puede relacionar directamente con la educación media y

superior.

Cabe resaltar, entonces, que la lectura y escritura no se desarrollan únicamente desde la

escuela. Los ambientes pedagógicos son los escenarios naturales para tal fin, aunque no son ni

deberían ser los únicos. Siendo así, también debe tenerse en cuenta que las concepciones

culturales influyen en las percepciones, motivaciones y prácticas de lectura y escritura de los

sujetos.

4.2 El contexto nacional

Hablar de los problemas de lectura y escritura en el sistema educativo del país no es un

tema nuevo. No obstante, que no exista verdaderamente una cultura de la lectura y la escritura en

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20

la Academia colombiana promueve que cada vez más se investigue al respecto y desde diferentes

miradas. Desde hace aproximadamente un lustro, las investigaciones acerca de los procesos,

implicaciones y necesidades de las comunidades universitarias en Colombia se han acrecentado y

el tema ha ganado protagonismo en las Instituciones de Educación Superior (IES) colombianas.

Uno de los antecedentes más importantes es La escritura académica universitaria:

Estado del arte, publicado por Elsa María Ortiz en 2011. En él se hace un recuento sobre las

investigaciones más relevantes en cuanto a la escritura académica en las IES. Inicialmente,

procedió a un rastreo bibliográfico, construyó lo que denomina una ruta argumental para la

revisión de los estudios y clasificó los documentos a analizar en “dos dimensiones: prácticas y

representaciones sociales” (Ortiz, 2011: 20).

A partir de la información recolectada, la autora asevera que hay dos tendencias en las

que se inscriben las investigaciones sobre lectura y escritura, el enfoque cognitivo y el enfoque

sociocognitivo, que corresponden a las dimensiones a analizar nombradas en el párrafo anterior.

Concluye que a los enfoques cognitivos se le debe la “creación de modelos y estrategias

encaminados a orientar al estudiante en el tipo de operaciones mentales que debe ejecutar para

elaborar un buen texto, además del ofrecimiento de técnicas para utilizar esas operaciones con

miras a la organización, la planificación y la revisión de sus escritos.” (Ortiz, 2011: 23). Además,

que “los enfoques sociocognitivos delinean otra manera de asumir los problemas de la escritura,

mirados ahora menos desde una posición estructural, universal e individual, que contextual y

social.” (pág. 24).

En el documento, Ortiz menciona que la indagación de la lectoescritura académica es

reciente y, en consecuencia, es precaria con respecto a las problemáticas que presenta la

Academia, especialmente en Colombia, lo que entre líneas suscita la reflexión acerca de la

necesidad de investigar y apoyar los procesos de lectura y escritura sin importar la disciplina.

De momento, uno de los proyectos más ambiciosos del país dentro del amplio mar de

investigaciones en el tema ha sido la investigación ¿Para qué se lee y se escribe en la

universidad colombiana? Un aporte a la consolidación de la cultura académica del país (Pérez

& Rincón. et al, 2013); un proyecto sin precedentes que reunió a 17 equipos de investigación de

las siguientes universidades: Universidad de la Amazonia, Universidad de Antioquia,

Universidad Autónoma de Occidente, Universidad de Caldas, Universidad Católica de Pereira,

Universidad del Cauca, Unidad Central del Valle, Universidad de Córdoba, Universidad de

Page 21: Mónica Natalia Hernández Barrera

21

Ibagué, Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana de Cali,

Fundación Universitaria Monserrate, Universidad del Pacífico, Universidad de Quindío,

Universidad Pedagógica Nacional y Universidad del Valle.

Su principal objetivo fue el de interrogarse a partir de las prácticas de enseñanza, qué

puede hacer la universidad para intervenir positivamente desde la perspectiva didáctica en los

procesos de lectura y escritura. Esta investigación supera el diagnóstico de las falencias en tal

materia y resalta, en cambio, que la promoción de prácticas de lectura y escritura por parte de los

profesores es clave en el proceso para superar los problemas a los que se enfrenta la gran

mayoría de profesionales en formación. Más allá de preocuparse por describir cuáles problemas

tienen los estudiantes se hace una mirada hacia la labor misma del docente y se indaga acerca de

cuáles son las prácticas de estas habilidades que los profesores promueven en sus clases.

De igual manera, González & Vega (2012), en el documento Lectura y escritura en la

educación superior colombiana: Herencia y deconstrucción, resaltan los tres momentos en que

la lectura y la escritura se ha consolidado en el país dentro de los espacios académicos gracias a

políticas institucionales y oficiales desde hace unos 25 años, mencionados en la descripción del

problema. Asimismo, pone en evidencia que dichos espacios deberían responder a una dinámica

académica con fines epistémicos y de diálogo.

Añadiendo a lo anterior, las autoras hacen con especial énfasis una invitación a la

creación e implementación de políticas institucionales que traten el tema de manera transversal y

aún más importante a que estas “sean perdurables y obedezcan a un genuino interés pedagógico e

investigativo por parte de los docentes. Esto podría redundar en la promoción de una cultura

académica más sólida y productiva que lleve la investigación a un campo más propositivo.” (pág.

201) Cabe resaltar, pues, que las autoras recalcan que los esfuerzos por perfeccionar los procesos

de lectura y escritura académica provengan de un interés real de los docentes que surja del

“genuino interés” que tengan sobre estos y que aporte a los procesos desde lo pedagógico y lo

investigativo.

Otra investigación se presenta en el artículo ¿Qué hacen las Instituciones de Educación

Superior en Colombia para favorecer la lectura y la escritura de sus estudiantes? de Salazar et

al. (2010). Se describe un estudio acerca de las experiencias didácticas, en cuanto a lectoescritura

en la Academia, de voluntarios vinculados a la Red de Lectura y Escritura en Educación Superior

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22

(REDLEES)1. El estudio se valió de 34 experiencias de los voluntarios que pertenecían a 18

universidades del país (en su mayoría privadas).

A partir de lo percibido, se concluye que el tratamiento de los procesos y necesidades de

lectoescritura en esas instituciones del país corresponde a diferentes percepciones de estas

habilidades y que en estos se le da especial énfasis a la lectura. Sin embargo, desde hace algunos

años, la implementación de asignaturas, actividades o políticas institucionales que ayuden a los

estudiantes a superar las dificultades en lectoescritura logra promover esas competencias, lo que

facilita y estimula el éxito académico.

Según los autores, en la investigación se concibe experiencia como “aquella práctica en el

contexto universitario vinculada con la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura, que

hubiese demostrado una aproximación destacada y sistemática a la problemática, que se

tradujese en la intención de cualificación de los procesos de comprensión y producción textual

propios de la cultura universitaria.” (Salazar et al., 2009-2012: 2). Además de presentar los

resultados de la investigación, el artículo menciona un cuarto momento, adicional a los tres

presentados por González y Vega (2011), en el que la Alfabetización Académica (que se

precisará más adelante) se postula como la manera en la que se acompaña al estudiante de

manera integral en sus procesos de lectoescritura de acuerdo con sus necesidades.

Otra contribución es la investigación Prácticas de lectura y escritura en la universidad

colombiana publicada en 2011 por Graciela Uribe-Álvarez y Zahyra Camargo-Martín. Esta es

otra de las investigaciones propuestas a partir del estudio ¿Para qué se lee y se escribe en la

universidad colombiana? Un aporte para la consolidación de la cultura académica del país

(Pérez & Rincón. et al, 2013). Sumado a describir y analizar las prácticas de lectoescritura

académica, el artículo resalta la importancia de contribuir al “diálogo académico entre

profesionales de la educación, a partir de experiencias en campos problemáticos específicos.”

(Uribe y Camargo-Marín, 2011: 317). Asimismo, presenta los problemas de lectura y escritura a

los que se enfrentan los grupos investigadores de las IES participantes.

Un panorama similar lo muestra el estudio de 2011 ¿Qué investigan las facultades de

educación sobre las didácticas en competencia comunicativa? Carmen Arias hace una revisión

1 La Red de Lectura y Escritura (REDLEES) es una institución colombiana conformada en 2006 que propende “.

Articular los esfuerzos de los directivos, los investigadores y los docentes de las Instituciones de Educación Superior

(IES) del país en torno a la lectura y la escritura en dicho Contexto” (REDLEES, 2006) Recuperado el 30 de octubre

de 2013 en :[http://www.ascun-redlees.org/wp-content/uploads/2011/02/REGLAMENTO-DE-REDLEES.pdf]

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23

de 113 investigaciones “relacionadas con el tema de didácticas para la formación de

competencias comunicativas, encontradas en las Facultades de Educación de las Universidades

de Bogotá: Francisco José de Caldas, Antonio Nariño, Universidad de la Sabana, La Salle, San

Buenaventura, Luis Amigó, Javeriana, Cooperativa, Manuela Beltrán, Pedagógica Nacional y

Externado de Colombia” (Arias, 2011: 1).

La autora presenta la interpretación del análisis descriptivo de los 113 registros

encontrados en distintas facultades de educación entre los años 2000 y 2005. Arias (2011) afirma

que las didácticas se concentran prioritariamente en “la competencia comunicativa, la lectura

comprensiva, los métodos y los medios de comunicación, en aspectos de interacción social, más

que en contenidos de lo que se aprende en las asignaturas y en las aulas de clase.” (pág. 3).

Añade que, la manera de abordar esas didácticas varía de acuerdo a la institución y por ende las

temáticas a investigar, similar a lo mencionado por Salazar et al. (2010). Finalmente, se

interpreta a partir de su trabajo que, es menester la promoción de la investigación y autoreflexión

con el fin de mejorar la labor docente.

En la PUJ, las docentes investigadoras del Departamento de Lenguas Blanca González;

Juliana Molina; Sindy Moya y Adriana Salazar (2012), realizaron un estudio de caso llamado

Consideraciones para una política de lectura y escritura universitaria que pretendía develar la

problemática de la lectura y la escritura en la universidad. Se escogió el caso de estudiantes de

Administración de Empresas que cursaba la asignatura Lectores y Lecturas con el fin de

examinar la utilidad de esa clase para el desempeño académico en ese pregrado.

Al observar las prácticas de lectura y escritura de estos estudiantes, notaron una brecha

entre lo esperado por los profesores y sus mismas ejecuciones didácticas; también entre lo

aprendido por los estudiantes en la educación media y el rendimiento académico esperado por la

universidad. Señalan que existe un distanciamiento entre lo que los estudiantes necesitan y lo que

los docentes promueven con sus prácticas pedagógicas. Las autoras concluyeron que es necesario

tener en cuenta las necesidades e intereses de los estudiantes con el fin de involucrarlos

exitosamente en su proceso. De igual manera, invitan a los docentes a llevar un proceso de

reflexión sin cese respecto a sus prácticas pedagógicas, que aporte al mejoramiento de la labor en

tanto promotora de la escritura y la lectura.

En suma, todas estas investigaciones se inscriben a la creciente preocupación por

investigar acerca de lectura y escritura académica en la universidad. Siembran cuestionamientos

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sobre la escritura académica e invitan a reconfigurar los sistemas educativos, las prácticas de los

docentes y la percepción que se tiene frente a la lectura y la escritura universitaria. El presente

trabajo pretende también apoyar esta línea de investigaciones. Pretende asimismo, aportar un

grano de arena que promueva una cultura de la escritura con fines epistémicos en la Academia,

no desde la intervención en los contextos con políticas institucionales sino a través del análisis de

la realidad de los estudiantes javerianos usuarios del CEJ que de alguna u otra manera acuden allí

porque sus obligaciones académicas lo exigen y rebasan los conocimientos que tienen sobre la

escritura académica.

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5. Marco Teórico

El soporte teórico para las reflexiones realizadas en este trabajo responde a la relación de

los autores y los conceptos pertinentes en conversación con la problemática planteada. De tal

manera que, cada aparte de este marco teórico se presenta en concordancia con los aspectos

indagados.

5.1. ¿Por qué y para qué los Centros de Escritura?

Los Centros de Escritura surgieron en Estados Unidos en importantes universidades

desde la década de los años 60. En principio, fueron soluciones remediales para apoyar las dudas

y solventar las carencias en lectura y escritura de los estudiantes (North, 1984). Dentro de su

historia, en la década de los años 90 reconsideraron su enfoque y se convirtieron en un espacio

para la promoción de un lector y escritor reflexivo, pensante.

Cabe resaltar que actualmente, son espacios universitarios que ofrecen servicios gratuitos

y lo más importante, las tutorías se realizan entre iguales y no hay intención evaluativa en las

sesiones. Los CE pretenden apoyar los procesos de escritura y de lectura; no pretenden evaluar

los textos como productos. Waller (2002) asevera que “idealmente la mayoría de los centros de

escritura quieren ser vistos como lugares donde todos los escritores dentro de la comunidad

universitaria puedan convertirse, de manera reflexiva, en lectores competentes de su propia

escritura”.

Tal es el auge que han tenido estos espacios universitarios, que se conformó desde hace

algunos años la Asociación Internacional de Centros de Escritura (IWCA, por su sigla en inglés).

De igual manera, los CE se convierten en espacios propicios para la investigación. Entre los

medios de difusión y reflexión sobre los avances y sucesos en los CE alrededor del mundo se

encuentran The Writing Lab Newsletter, instaurado en 1977, y The Writing Center Journal,

fundado en 1980.

En Colombia, el Centro de Escritura Javeriano de Cali fue el primero consolidar su figura

como espacio de acompañamiento para el escritor universitario; y desde hace dos años, el Centro

de Escritura Javeriano de Bogotá se ha consolidado con el mismo enfoque. Esta investigación

apunta, en consecuencia, al fortalecimiento del CEJ Bogotá.

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26

5.2 Escritura entre iguales: acompañar a cambio de calificar

Para hablar de un acompañamiento entre iguales, es obligatorio mencionar a Lev

Vygotsky, quien propone el concepto de Zona de Desarrollo Próxima (ZDP), y hace referencia al

puente que hace el niño o niña con el conocimiento que pueda brindarle quien le enseña. De esta

manera, se forma un puente en el que el aprendiente se vale de las herramientas que sus modelos

le proporcionan y, a partir de estos, desarrolla sus habilidades. A este puente, se le denomina

andamiaje. En sus palabras, la “distancia en el nivel real de desarrollo, determinado por la

capacidad de resolver independientemente un problema, y el nivel de desarrollo potencial,

determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración

con otro compañero más capaz” (Vygotsky, 1988:133).

Ahora bien, Wood, Bruner & Ross (1976), con una postura muy Vygotskiana, también

consideran, gracias a la Teoría del Scaffolding, que sujetos que se encuentren en un mismo nivel

– pares- pueden desarrollar un andamiaje colectivo. En la mayoría de los CE, los tutores que

realizan las sesiones de acompañamiento son pares de aquellos que asisten; es decir, se realizan

tutorías de estudiantes para estudiantes.

Alzate-Medina y Peña-Borrero (2009) afirman que el tutor se encarga de “prestar

atenciones individuales a los estudiantes” (pág. 125). Los autores resaltan que el tutor tiene un

potencial educativo, pero que con frecuencia se le asignan tareas remediales. En cuanto a la

tutoría entre iguales, también conocida como peer-tutoring, los autores indican que se realiza de

manera individual o con grupos pequeños y que es una “modalidad del aprendizaje cooperativo,

en donde estudiantes más aventajados apoyan el aprendizaje de otros menos expertos” (pág.

125). Asimismo, resaltan que puede sucede entre alumnos de la misma o de diferentes edades.

Lo anterior, con el fin de destacar que la tutoría entre iguales también es fructífera en los

procesos de escritura.

De acuerdo con Ryan & Zimmerelli (2010), los pares de escritura desempeñan

principalmente 7 diferentes roles durante las sesiones. El primero se refiere al papel del aliado,

en donde el tutor se comporta como un amigo que apoya a su tutorado para superar dificultades

en una determinada tarea. Aquí, el tutor es comprensivo y alienta al estudiante. El segundo se

denomina el entrenador: el tutor alienta al tutorado a reconocer sus propias necesidades y

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27

fortalezas, promueve el uso de diferentes estrategias y sugiere distintas maneras de realizar las

tareas.

El tercero, el de comentarista, se cumple cuando el tutor reconoce en el tutorado aspectos

relevantes en su proceso de escritura y se lo hace saber, señala las metas logradas y por lograr de

su tutorado. Lleva un recuento paso a paso del proceso de escritura de su par. El cuarto se conoce

como el colaborador; el tutor sugiere ideas para el trabajo de los tutorados, siempre teniendo en

cuenta y promoviendo la apropiación de su propio proceso. El quinto – que también es una

percepción bastante común acerca de los tutores- es el experto en escritura. El tutor es visto por

el tutorado como alguien que sabe más. Cabe resaltar que el tutor no es un perito en todos los

temas y deberá valerse de diferentes recursos, lo que también le demuestra al tutorado que está

bien no conocer cierta información y que es importante consultar.

En el sexto papel, el tutor hace las veces del aprendiente, debido a que los tutorados

realizan trabajos de diferente índole y sobre diferentes temas, el tutor es quien usualmente resulta

con mayores beneficios, pues aprende. Además, el hecho de conocer poco sobre algún tema hace

del tutor un lector ideal, pues los tutorados aprenden a adaptar la información para distintos

lectores. Y por último, el tutor hace las veces del consejero, trata con asuntos como la

motivación y las actitudes que demuestren los tutorados hacia la escritura o hacia otros aspectos

bien sea educativos o personales. Debe tener tacto y ofrecer ayuda al estudiante.

Tal como se puede observar, la labor del tutor es beneficiosa para él mismo tanto como

para el tutorado. Debido a esto, los pares acompañantes se reafirman como los actores ideales

para apoyar los procesos de lectura y escritura en el CEJ y para la consolidación paulatina de una

cultura de la escritura en la PUJ. Con respecto a los roles desempañados por los tutores, en el

CEJ, dado el perfil diverso de los participantes como pares, se puede es decir que se cumplen la

mayoría de estos roles.

5.3 Alfabetización Académica: ineluctable en la educación superior

Un concepto clave para la promoción de una escritura epistémica en la universidad es la

Alfabetización Académica. En el contexto anglosajón, se conoce como Academic Literacy

(Geisler, 1994). Dentro del contexto latinoamericano, Paula Carlino (2003) propone que dicho

concepto se refiere al:

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28

conjunto de nociones y estrategias necesarias para participar en la cultura discursiva de las

disciplinas así como en las actividades de producción y análisis de textos requeridas para aprender

en la universidad. Apunta, de esta manera, a las prácticas de lenguaje y pensamiento propias del

ámbito académico (pág.13).

Debido a que este concepto se concentra en un ámbito muy específico, pero se configura

desde diferentes campos del saber, la autora advierte que no debe estandarizarse la manera de

instituir la Alfabetización Académica. Por el contrario, es imperativo que desde cada disciplina

se desarrollen posturas heterogéneas que respondan a la misma necesidad de producción del

conocimiento de cada área. La investigadora argentina resalta entonces que su implementación

requiere de la disposición de cada asignatura (y de sus docentes) de integrar estas habilidades sin

importar la disciplina, pues son ineludibles para la formación académica y el desempeño laboral

y profesional.

Vázquez (2005), por su parte, tiene una postura bastante similar a la de Carlino. La autora

resalta que los docentes no consideran necesario enseñar o promover actividades que desarrollen

el proceso de escritura; por el contrario, consideran que únicamente deben enseñar contenidos

exclusivamente relacionados con su disciplina, pues estas habilidades debieron haberse

desarrollado durante la etapa escolar media. Tal concepción por parte de los docentes resulta

contradictoria con la naturaleza misma de la Academia. No se puede pretender que un estudiante

aporte a su futuro campo profesional, si no está en capacidad de hacer aportes, por mínimos que

sean, desde la producción autónoma de conocimiento. Si no se enseña a pensar y a tomar una

postura crítica, el papel de la universidad se aleja del de producir conocimiento y se asemeja más

a la formación de habilidades técnicas.

En lo que a la PUJ se refiere, y como se verá en los resultados, la Alfabetización

Académica, hasta ahora se ha dejado en manos de los profesores de lenguaje; desde hace apenas

tres años se han hecho tímidos acercamientos para involucrar a profesores de otras áreas.

Reflexionando sobre lo anterior, si una IES pretende formar profesionales competentes, que sean

capaces de contribuir con nuevos saberes y avanzar en una disciplina, debe primero comprender

los contenidos necesarios. Por ende, es imperativo que desarrolle las habilidades de lectura y

escritura. Esta afirmación recalca la importancia del establecimiento y promoción de una cultura

de la escritura académica en la PUJ y a partir de allí, se deduce que la postura del CEJ es un

aporte urgente para la comunidad javeriana.

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29

5.4 La escritura desde el currículo: las perspectivas del Writing Across the Curriculum y

Writing in the Disciplines (WAC-WID)

Según Molina-Natera (2012) “la escritura es la base para la construcción y difusión del

conocimiento en la Educación Superior, aunque todas las disciplinas tengan formas particulares

de hacerlo.” (pág. 93). Así mismo, la autora colombiana añade que el WAC es una corriente de

estudio que “muestra la importancia de explicitar durante la formación profesional de los

estudiantes las especificidades en la construcción del conocimiento y los discursos en las

diferentes disciplinas, para que, entre otras cosas, puedan acceder a la información contenida en

los textos.” (pág. 95).

En el contexto anglosajón se ha insistido en la implementación de la escritura desde el

currículo. En primer lugar, la perspectiva de Writing Across the Curriculum (WAC, por su sigla

en inglés), surgió en la década de los años 70 y tenía la intención de resignificar la enseñanza de

lengua al relacionarla directamente con los contextos educativos políticos, sociales y culturales.

En posteriores momentos de su desarrollo, académicos como Alan Bullock (1975)

estudiaron la interrelación entre en lenguaje y el aprendizaje en los diferentes niveles educativos.

A esto, se le llamó Language Across the Curriculum y suscita reflexiones en torno a cómo los

estudiantes se apropian de la escritura –cómo escriben– y cómo los docentes pueden facilitarles

herramientas para enfrentan el ingreso a las comunidades –cómo escribir en las disciplinas. Estas

posturas se continuaron desarrollando desde el nombre WAC y no se profundizará más al

respecto de su historia debido a su extensión.

Dando un salto importante, David Russell distingue que la escritura “suele ser

considerada una técnica separada e independiente, algo que debería haber sido aprendido en otra

parte, enseñada por otro” (1990: 55). Más adelante, Susan McLeod (2001) admite que la

pedagogía juega un papel central en el desarrollo de las habilidades de lectura y escritura. Son

fundamentales, pues, el papel del estudiante, en tanto escritor; como el del docente, en tanto

profesores de escritura para las disciplinas. Teniendo en cuenta lo anterior, debe señalarse que

Terry Myers & Paul Rogers (2012), recalcan la importancia de integrar la formación en escritura

a partir del currículo. Esto es, la búsqueda por posicionar la escritura como una herramienta de

enseñanza, aprendizaje y comunicación.

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30

Paralelamente, el concepto de Writing in the Disciplines (WID, por su sigla en inglés) se

refiere a que la entrada a las comunidades intelectuales radica en la adquisición de sus

convenciones discursivas. De tal manera que, un estudiante universitario que apenas comienza

sus estudios, debe aprender a hablar o escribir de acuerdo al lenguaje que presente elementos

significativos para ese campo. Los estudiantes se familiarizan con el discurso de su disciplina,

sin importar cuál sea. Sus pensamientos y expresiones se empiezan a especializar gracias a la

disciplina que escogieron y lo mismo sucede con su escritura. El cambio del discurso cotidiano

que se promueve en la educación media se denomina “flexibilidad discursiva” (Anson, Perelman,

Poe & Sommers, 2008: 115).

Por su lado, Sommers & Saltz (2004) señalan que el ingreso efectivo a las distintas

comunidades discursivas puede ser la clave para el seguimiento del proceso y para el ingreso a

otros niveles educativos. Los autores, entonces, hacen una invitación enfática a las facultades

para que promuevan la entrada a los discursos de los diferentes campos a partir de la exigencia

de tareas en los primeros años de universidad. Así, la promoción de una cultura epistémica de la

lectura y la escritura es la solución que los autores estadounidenses deducen para que realmente

se escriba en las disciplinas. De aquí la relevancia que se le da desde el CEJ al trabajo con

profesores de otras disciplinas.

El enfoque WAC/WID parece ser el puente que conecte y complemente la tradición de la

lectura y la escritura en la Academia con las demás disciplinas. Todos los autores mencionados

hasta el momento resaltan la importancia de incluir y respetar el proceso de escritura en la

educación universitaria. Sin esta promoción de la formación interdisciplinar, que debiera ser

ejecutada desde el planteamiento y aplicación de los currículos, promovidos por las políticas

institucionales y sus comunidades, es muy difícil que la escritura vuelva a ganar protagonismo en

la producción y difusión del conocimiento.

Es evidente, entonces, que para la consolidación de una cultura de la escritura en la PUJ,

debe pensarse también desde el currículo y debe apoyarse desde todas las instancias posibles en

la institución.

Es importante, además que se reconozca que hay un límite entre la escritura académica,

científica y profesional, lo que quiere decir que no siempre se escribe igual. Paul Rogers (2008)

dibuja un límite entre las diferentes esferas en las que se desarrolla la escritura como medio de

participación de una sociedad. El autor estadounidense hace especial énfasis en que se debe

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fomentar la escritura a través del currículo y resalta la tradición en investigación que se ha hecho

en ese campo (WAC) a través de las últimas décadas en las IES de su país. Con el mismo

énfasis, indica que las habilidades generales de escritura y la vinculación de los estudiantes con

un campo del saber, desenvuelven la experticia en la escritura para fines específicos.

Rogers admite que la escritura es una compleja actividad social y cognitiva; por ende, su

desarrollo se convierte en una tarea de igual complejidad. Además, reflexiona acerca de lo que

significa hacer uso de la escritura en los diferentes contextos. Por ejemplo, muestra la distinción

entre la escritura profesional y la escritura disciplinar; señala que los procesos no tienen la

misma complejidad al igual que los resultados. Sin embargo, hace la aclaración de que falta

hallar evidencias que rectifiquen si hay una relación exclusiva de la escritura con una habilidad o

disciplina particular o si es una habilidad genérica, que además, puede transferirse a otro

contexto o disciplina.

De igual manera, observa que en algunos contextos educativos, los estudiantes

únicamente tienen interacciones de diálogo con sus profesores (tómese diálogo en un sentido

similar al que se ha venido tomando la escritura con fines epistémicos; con fines de producción

de conocimiento y para aportar a discusiones y reflexionar sobre asuntos que incumban a un

campo disciplinar). Tal afirmación pone en tela de juicio los logros que la educación superior

pretende alcanzar con el desarrollo de las habilidades de lectura y escritura en calidad de

herramientas que aseguren la participación intelectual de los estudiantes, pues solamente se

promueven en situaciones de solipsismo, en donde el diálogo queda anulado.

Por tal razón, se deben encontrar herramientas que asistan y apuntalen el posicionamiento

de la escritura en la formación del estudiante universitario javeriano, para este caso. Así, se

conformaría poco a poco una cultura consciente de la escritura en la Academia que permita no

solo avances en cualquier disciplina, sino también la comunicación efectiva de los mismos; que

permitan la verdadera discusión y el desarrollo de las disciplinas.

Para lograr un desarrollo de las disciplinas, es necesario fortalecer la formación en las

habilidades de lectura y escritura. El concepto de configuración didáctica propuesto por Edith

Litwin (1997), como aquella que “genera formas peculiares de práctica en lo que respecta a la

enseñanza y la manera como cada docente la organiza y lleva a cabo reconociéndolas en los

contextos institucionales.” (pág.12) también es esencial para entender las maneras en que los

docentes llevan al aula aquello que han construido a partir de sus experiencias, creencias y el

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32

entorno en el que se desenvuelven. Las configuraciones didácticas, por ende, muestran su

frecuencia e intensidad dentro del contexto en el que se aplican sin importar el campo disciplinar.

Litwin resalta que a través de sus configuraciones didácticas, los profesores enseñan los

contenidos en varias dimensiones que reflejan aspectos como su acercamiento al tema, la

importancia que le abone y la manera como considere que deba ser enseñado.

De acuerdo con lo anterior, podría no ser evidente esa relación con la materia y su

enseñanza; no obstante, Litwin asevera que la configuración didáctica se conforma desde los

modos de abordar los temas a enseñar y la decisión del docente de cuánto profundizar en estos,

los significados que el profesor genera y la forma en la que son transmitidos a sus estudiantes, la

relación entre la práctica docente y la teoría, el uso de prácticas metacognitivas y la promoción

del uso consciente de las mismas en sus estudiantes, al igual que a partir de los supuestos que el

docente tenga sobre el aprendizaje y el puente que promueva entre la clase y sus contenidos y el

posterior ejercicio profesional de sus estudiantes.

Si se tiene en cuenta que las configuraciones didácticas son “la manera particular que

despliega el docente para favorecer los procesos de construcción del conocimiento” (Litwin,

1997: 12), en relación con la escritura académica, es menester conocer las configuraciones

didácticas de los docentes sin importar en qué campo disciplinar se desempeñen, para saber de

qué manera se establece una relación con esta y cómo es o no impulsada. Esto, con el fin de que

los estudiantes se vinculen desde su área en la producción de saberes desde una cultura de la

escritura con fines epistémicos. Que la lectura y la escritura estén ausentes de las aulas, está

necesariamente representando el papel que los docentes le dan para el aprendizaje. En este

sentido, el estudiante terminará dándole muy poca o ninguna importancia, debido a que en sus

clases aparece como un instrumento de evaluación o como secundarios al aprendizaje. De esta

forma, es muy difícil que logre asociarlas con herramientas centrales para enfrentar el mundo

académico. La configuración didáctica permitiría, entonces, relacionar la lectura y la escritura

con un campo de manera efectiva.

En varios de los formatos que se analizaron se constató que para docentes y estudiantes la

escritura es un producto, dado que los profesores piden tareas de escritura que desconocen el

proceso de maduración de un texto. Y, de la misma manera, los estudiantes llegan al CEJ

esperando encontrar soluciones inmediatas para perfeccionar un texto, desconociendo los pasos

previos en su producción.

Page 33: Mónica Natalia Hernández Barrera

33

5.5 La práctica hace al maestro … ¿o al escritor universitario?

Continuando, la escritura concebida como proceso es inaplazable en la consolidación de

la escritura en función de producción del conocimiento en la universidad. Peña (2008) afirma

que escribir es un proceso de construcción de significados en función de un objetivo y en

determinado contexto que será leído por una población específica. Según el autor, el énfasis no

está en el producto final, sino en el proceso de la producción del texto. En dicho proceso, hay

operaciones mentales que sumadas a las concepciones y experiencias del escritor determinan el

producto final. Asimismo, se establece que el proceso es tan único como el escritor mismo y que

no siempre es lineal.

Sin embargo, al desarrollar el proceso de escritura académica, se deben tener en cuenta

múltiples factores como la apropiación de lecturas previas y complementarias para escribir, las

condiciones de enunciación del texto, la planificación de la estructura del texto, la escogencia del

léxico y el cuidado del registro pensando en la audiencia, así como los aspectos formales de la

lengua que también determinan el desarrollo y el texto a presentar.

Arciniegas y López (2012) mencionan que la escritura se compone de tres procesos a los

que llaman planeación, traducción y examen, cada uno con subprocesos. Estos tres permiten el

desarrollo exitoso de textos, y al igual que Peña, las autoras afirman que el proceso no es

necesariamente lineal, y que el escritor decide cuándo y cómo trasladarse entre estos, en función

de lo que quiere o necesita decir, entonces, se puede afirmar que en el proceso de escritura el

escritor ejerce un control sobre sí mismo y se encuentra en constante revisión de su escritura.

Ideas además planteada desde la cognición y la metacognición (Lacon y Ortega, 2008; Ochoa y

Aragón, 2008).

En primer lugar, se encuentra el que denominan planeación y es la representación inicial

que tiene el escritor para desarrollar su escrito. En él, el escritor contempla el contenido que

quiere desarrollar y las acciones retóricas que tomará para ese fin. A su vez, el proceso se

compone de los subprocesos que establecen los objetivos del texto a desarrollar, el

establecimiento de ideas que se quieren presentar y la posible organización del texto. Posterior a

la planeación, se encuentra la traducción, también denominada redacción, se refiere al momento

en el que el escritor traduce al código escrito sus ideas, pues tienen una intención comunicativa.

Finalmente, la etapa llamada examen, hace referencia a la revisión y evaluación de lo que se ha

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34

escrito, teniendo en cuenta las normas del código escrito, así como la intención comunicativa del

escritor.

Flower & Hayes (1996) también señalan estos procesos de composición como

fundamentales en el proceso de escritura. Añaden que influyen aspectos como la situación

retórica, que se refiere a la audiencia de su texto y a la intención comunicativa del mismo.

Además, los autores agregan otros factores que influyen, para bien o para mal, en su desarrollo;

tales como la motivación y distintos factores sociales.

De acuerdo con Ortiz (2011), se debe “enseñar a escribir a los estudiantes desde los

primeros grados, entendiendo la escritura como un proceso cognitivo que requiere del

acompañamiento del docente y la asimilación de los borradores como fase del proceso realmente

necesaria para producir textos bien escritos”. (pág. 23). Cabe señalar que, sería ideal que

sucediera esta promoción desde los primeros niveles de la educación; sin embargo, se observa

que existen carencias en la formación media en escritura y lectura que permitan un

desenvolvimiento natural en la universidad. Habiendo resaltado lo anterior, se debe evitar

enfatizar la culpabilidad a la formación media, pues es tan sólo uno de los múltiples factores que

median en el acercamiento de los sujetos a estas habilidades.

Así pues, es imperativo dejar de pensar la escritura como un dispositivo episódico de

evaluación. Si se quiere que las IES, en especial la PUJ, continúen con el desarrollo y difusión de

nuevos conocimientos, se deben apoyar desde los primeros estadios de la educación universitaria

los procesos conscientes de lectura y escritura de sus estudiantes. Adicionalmente, estos procesos

deben ser promovidos por los docentes en sus clases para asegurar la participación de cada

estudiante en la apropiación y la reflexión sobre los contenidos temáticos del campo que fuere.

5.5.1 ¿Cómo se lee y se escribe para la universidad?

Ya se mencionó anteriormente que la lectura y la escritura tienen una relación indivisible

y las prácticas de lectura influyen directamente en las de escritura (González, 2013). De acuerdo

con Carlino y Fernández (2005), los estudiantes universitarios no muestran complejidad al

momento de desarrollar textos escritos. Aparte de esto, las estrategias que usan para el proceso

de escritura implican poco esfuerzo y denotan una escritura precaria. Añaden que desde las

mismas asignaciones de la institución educativa no se fomenta el uso de prácticas de lectura y

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35

escritura que generen reflexión y una postura crítica frente a los saberes. Entonces, se debe tener

en cuenta que las prácticas docentes y su configuración didáctica (Litwin, 1997) en relación con

la lectura y la escritura influyen en las prácticas y que tienen sus estudiantes, al menos en su

asignatura.

Lo anterior muestra que, tanto estudiantes como profesores tienen prácticas de lectura y

escritura que no necesariamente responden a las dinámicas que exige la universidad, en cuanto a

la producción epistémica se refiere. De acuerdo con Caldera y Bermúdez (2007), los profesores

deben replantear su concepción acerca de la lectura y la escritura como “herramientas funda-

mentales de comunicación, adquisición y producción de conocimiento, estudio, expresión y

organización del pensamiento, y recreación”. (pág.248).

A partir de sus prácticas pedagógicas, los docentes deben enfocar parte de su atención en

el desarrollo de estrategias comunicativas que fomenten la participación epistémica de los

estudiantes, además de sembrar en ellos una preocupación real por continuar de manera

autónoma ese proceso. Paula Carlino (2003) propone que lo fundamental para la integración de

las habilidades de lectura y escritura en cada disciplina radica en reconocer la relación intrínseca

existente entre las habilidades.

A pesar de que el Centro lleva implícito el nombre de la escritura, cabe anotar que

paralelamente se trabajan estrategias de lectura. No de otra manera se podría explicar la escritura

como proceso, en la cual una de las fases consiste precisamente en documentarse y aprender a

conversar con diferentes ideas de diversos autores consultados.

5. 5. 2 Necesidades de escritura: el paso del aprendiz al escritor experto

Si no sé leer, no puedo escribir; si no puedo escribir, no me pueden leer. Esta es una

afirmación alarmante y es usual que en las tutorías del CEJ los estudiantes lleguen a esa

conclusión. Puede que haya carencias en la formación de lectura y escritura en la educación

media. Sin embargo, para el desarrollo exitoso de la lectura y la escritura en la universidad, la

cuestión no se trata de señalar un culpable, se trata de identificar las necesidades y debilidades

que tienen los estudiantes y de reforzarlas para que puedan posicionarse dentro de su proceso

universitario y apropiarse de su disciplina. De igual manera, se deben resaltar las fortalezas y

favorecer su continuo desarrollo.

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36

Massone y González (2008), ilustran las implicaciones de las necesidades de

escritura.

Quien no comprende lo que lee, quien no puede producir un texto propio con cohesión y

coherencia, quien no puede relacionar los contenidos de los diferentes campos disciplinares estará

en dificultades para desempeñarse en un contexto social que exige al ciudadano competencias

consolidadas para elucidar las señales de un medio cada vez más complejo. (pág.1)

Como puede observarse, no estar vinculado a las prácticas discursivas en una disciplina,

impide la participación del sujeto allí y en la sociedad.

Si bien es cierto que el contexto educativo es el mayor promotor de los procesos de

lectura y escritura, es necesario reconocer que los factores sociales y culturales también influyen

en este. Entonces, la concepción que el individuo tenga acerca de estas habilidades repercute

indiscutiblemente en cómo y para qué los desarrolla. Así, el vínculo que tenga un sujeto con la

escritura determinará en gran parte cómo despliega, o no, estas habilidades en su contexto

académico.

Para este caso particular, los docentes y el CEJ serían los encargados de promover su

desarrollo. En primer lugar, es necesario reconocer las debilidades o necesidades que tengan los

estudiantes y posteriormente, se deben implementar medidas eficaces que permitan al usuario

vincularse a la discusión de saberes. Este desarrollo está directamente relacionado y se puede

observar más detenidamente en el acápite siguiente, donde se trata la escritura como proceso.

5.6 Motivaciones de los estudiantes en el contexto académico ¿Y yo para qué necesito

escribir?

La motivación es un factor determinante en la realización de cualquier actividad humana

y esto no escapa a las actividades académicas en las que se involucran las personas. Dweck y

Elliott (1983) enuncian tres categorías en las que se inscriben las motivaciones de los estudiantes

en el contexto académico. La primera es la motivación por el lucimiento, en la que los

estudiantes buscan el reconocimiento de sus maestros y pares, pues consideran a la inteligencia

como un don estático. Los estudiantes que se motivan por el lucimiento le dan crédito a sus

capacidades si tienen éxito en las tareas realizadas, pero culpan a factores externos como la mala

suerte en caso de fallar.

Page 37: Mónica Natalia Hernández Barrera

37

La segunda es la motivación para evitar valoraciones negativas, en donde los estudiantes

buscan no quedar mal frente a sus pares y docentes. Al igual que en la anterior, los estudiantes

consideran la inteligencia como algo estático; sin embargo, ocurre una situación inversa al

momento de atribuirle causas a sus éxitos o fracasos: los éxitos provienen de factores externos,

ajenos a su control y los fracasos a sus capacidades. No es extraño escuchar a un estudiante

usuario del CEJ decir “es que yo soy una bestia para redactar”, o “lo mío no es escribir”. Es

decir, hay una autovaloración negativa, muchas veces generada por la tendencia del profesor a

marcar el error. La tercera es la motivación por el aprendizaje, en donde se considera a la

inteligencia como perfectible a partir del desarrollo de habilidades en el estudiante. En esta, los

éxitos y fracasos del estudiante se miden conscientemente en relación con el esfuerzo que

emplean para la realización de las tareas.

El aprendizaje de la lectura y escritura es un fenómeno social e interpersonal (Vygostky,

1979, citado por Caldera y Bermúdez, 2007). La concepción cultural acerca de estas habilidades

juega un papel determinante en la manera en que el sujeto las percibe y las utiliza; en

consecuencia, influye en la motivación que tiene una persona para desarrollarlas.

De la misma, manera como algunos usuarios tienen una autoimagen negativa de su

proceso, también llama la atención que algunos asocian el logro en la construcción de un buen

texto con cierta forma de prestigio académico.

Bruning & Horn (2000) resaltan los siguientes factores necesarios para promover la

motivación hacia la escritura. En pocas palabras, se debe, desde la Academia, fomentar la

creencia de que la escritura tiene fines específicos, que es útil y que aporta de distintas maneras a

los estudiantes. También, se debe intentar un compromiso por parte de los estudiantes para el

desarrollo de la escritura a partir del establecimiento de metas realistas y poniéndolas en

contexto; esto quiere decir que la escritura tiene que ser significativa para el estudiante.

Adicionalmente, Flower & Hayes (1996) resaltan que la motivación es fundamental en el

desarrollo de los procesos de composición escrita, pues es gracias a esta que el escritor evalúa los

pros y contras de la actividad. Para los autores, la motivación está ligada a las percepciones y

actitudes del escritor, así como a sus metas. De allí que sea importante para esta investigación

indagar por las percepciones de los sujetos participante en el CEJ.

En consecuencia, se debe promover un apoyo adecuado para el desarrollo y

fortalecimiento de la escritura, un centro de escritura, por ejemplo. No se le puede pedir al

Page 38: Mónica Natalia Hernández Barrera

38

estudiante que desarrolle esta habilidad si no sabe cómo hacerlo ni para qué. Por último, se debe

facilitar un ambiente emocional positivo. Ahora bien, Klassen (2002) afirma que “aprender a

escribir es una tarea que asusta y la falta de confianza en uno mismo para llevarla a cabo

detendrá el éxito académico” (pág.173). Esto refuerza la idea de que un estudiante debe estar

motivado para desarrollar un proceso fructífero y de que se le debe proveer un ambiente

emocional positivo (Bruning & Horn, 2000). Si el estudiante no desarrolla esa confianza en el

aula, en el CEJ podrá encontrar herramientas que lo fortalezcan. El solo hecho de ser

acompañando por un par de sus mismas condiciones le lanza un mensaje positivo de que sí se

puede ser un buen escritor y que esto no requiere de toda la vida para lograrlo.

Lo anterior demuestra que es necesario que en el CEJ, los pares de escritura motiven el

fortalecimiento de los procesos de lectura y escritura con fines específicos en la universidad, que

no se limiten a la obtención de una buena calificación, sino que generen en los estudiantes

posturas reflexivas y propuestas en sus asignaturas y en su campo disciplinar. Además, es

positivo también, que los tutores conserven su calidad de par en las sesiones, pues es esta

relación entre iguales la que fomenta más fácilmente que los estudiantes encuentren otras

razones para escribir. De igual manera, para que los usuarios del CEJ observen que escribir no es

una cuestión de talento bruto, sino que requiere de una constante práctica que se puede

perfeccionar paulatinamente. De allí las necesarias recomendaciones que desde este trabajo se

hacen para mejorar dicho acompañamiento.

5. 7 Aspectos metacognitivos de la escritura: aprender cómo se aprende

La lectura y la escritura suponen el desarrollo de aspectos cognitivos que se desarrollan a

medida en que el sujeto crece. Sin embargo, un aspecto realmente importante en el desarrollo y

perfeccionamiento del proceso de escritura individual es la metacognición.

Para (Heller y Thorogood, 1995), la metacognición se refiere a la captación consciente de

habilidades y limitaciones de los procesos de pensamiento. A partir del autoconocimiento,

señalan los autores, los sujetos pueden tener un mayor control sobre sus propios procesos,

pueden reconocer más fácilmente sus necesidades y fortalezas. En otras palabras, la

metacognición ayuda al sujeto a conocerse a sí mismo y a partir de esto implementar estrategias

o tomar decisiones conscientes frente a su proceso individual.

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39

Ahora bien, Brown (1980), asevera que la metacognición implica consciencia y control.

Así, los sujetos deben primeramente reconocer cuáles estrategias, recursos o actividades les son

útiles o necesarios para la realización exitosa de una tarea; además de aprender a identificar

cuáles de esas estrategias les son más efectivas en las diferentes tareas que realizan y metodizar

su uso consciente de acuerdo con las actividades que debe realizar.

El autor añade que el uso de las estrategias metacognitivas le permite al sujeto conocer y

regular su proceso de cognición. Siendo así, se favorece la realización exitosa de tareas y la

superación de retos que estas puedan generar. Como lo afirman Caldera y Bermúdez (2007), “el

uso de estrategias dependerá de los objetivos que se persiguen, los contenidos de aprendizaje, los

materiales de instrucción, características de los alumnos (nivel de desarrollo, conocimientos

previos, etc.) y prácticas de evaluación” (pág. 252).

Ahora bien, Heller & Thorogood (1995) reconocen el uso de estrategias metacognitivas

por parte de un lector y escritor. Con una descripción similar a la de Brown (1980), los autores

aseveran que el lector y escritor debe tener claro, en primer lugar, el objetivo de la lectura o la

tarea escrita. En segundo lugar, debe comprender lo que lee, debe seleccionar la información e

inferir a partir de ella. En tercer lugar, debe relacionar sus conocimientos o experiencias en la

realización de la tarea, lo que supone la toma de una postura crítica. Por último, pero no menos

importante, el estudiante debe identificar las dificultades que le generen las actividades de lectura

y escritura y debe aprender a corregir sus errores. Todos los procesos anteriores tienen lugar en

la mente.

Caldera y Bermúdez (2007) hacen una mención especial en relación con las estrategias

metacognitivas que posee un lector crítico:

Cabe destacar que el desarrollo de estrategias de metacognición es especialmente

importante para la formación de un lector-escritor crítico, en tanto suponen no sólo la

evaluación del texto que se lee o escribe sino la evaluación a uno mismo como lector-escritor, a

las estrategias que pueden ser usadas para lograr la comprensión-composición y a los indicios que

permiten demostrar que la comprensión y expresión de ideas ha sido logrado. (pág. 253).

Como se puede observar, las estrategias metacognitivas pueden facilitar la consolidación

del ejercicio escritural con fines epistémicos y es deber de los tutores del CEJ diagnosticarlas en

sus tutorados y promover su uso consciente.

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40

6. Metodología de investigación

Para esta investigación, de corte cualitativo, descriptivo y etnográfico, se utilizaron

diferentes técnicas e instrumentos, cuyo cruce permitió un mejor acercamiento a la realidad. El

tipo de investigación y los instrumentos escogidos por su utilidad para el objetivo del trabajo se

explicarán a continuación.

6.1 Tipo de investigación

Este trabajo de investigación adopta el enfoque cualitativo etnográfico y es de corte

descriptivo y observacional. Hernández Sampieri (2010) propone que la característica

fundamental de la investigación cualitativa persigue comprender y describir escenarios

particulares al observar acontecimientos, acciones y normas desde la perspectiva del objeto de

estudio, en vez de generar leyes universales o dogmas. En este caso, tiene características de la

investigación etnográfica puesto que se pretende involucrarse con la población particular de

aquellos usuarios del CEJ. Hernández Sampieri añade que este tipo de investigación “se enfoca a

comprender y profundizar los fenómenos, explorándolos desde la perspectiva de los participantes

en un ambiente natural y en relación con el contexto” (pág.246). De tal manera que el objeto y

sujetos a estudiar se inscriben dentro de la investigación cualitativa.

Asimismo, el presente trabajo investigativo es de carácter descriptivo. De acuerdo con

Danhke (1986), citado por Hernández Sampieri, “los estudios descriptivos buscan especificar las

propiedades importantes de personas, grupos, comunidades o cualquier otro fenómeno que sea

sometido a análisis” (pág.71). Según Hernández Sampieri, en los estudios descriptivos se

pretende describir las características de un fenómeno. En sus palabras, los estudios descriptivos

sirven para “analizar cómo es y se manifiesta un fenómeno y sus componentes (…) En un

estudio descriptivo se selecciona una serie de cuestiones y se mide cada una de ellas

independientemente, para así —y valga la redundancia— describir lo que se investiga” (pág.71).

Siendo así, para los alcances que esta investigación propende se valdrá de la investigación

descriptiva.

Page 41: Mónica Natalia Hernández Barrera

41

6.2 Procedimientos, técnicas e instrumentos

Para llevar a cabo este proyecto de investigación se seleccionaron técnicas e instrumentos

que permitan responder a la interrogante planteada y alcanzar los objetivos. De acuerdo con

Marín (2012) la recolección de información debe seguir la opción epistemológica del asunto a

indagar, puesto que los instrumentos deberán, en concordancia, un sentido y una función dentro

del mismo. El primer procedimiento a completar es, por supuesto, la descripción del problema a

tratar y la postulación de los objetivos general y específicos.

Con el fin de alcanzar los objetivos propuestos, se utilizaron instrumentos para analizar el

fenómeno anteriormente descrito, desde todas las ópticas posibles: a partir de la literatura y de

los sujetos involucrados en el problema e incluso de los fenómenos consignados en los formatos

de los tutores del CEJ que deben diligenciar al finalizar cada tutoría y de la contrastación de

estos datos con observaciones de algunas sesiones de acompañamiento.

Ahora bien, la recolección de datos se realizó a través de:

Un cuestionario piloto realizado a usuarios del CEJ (Anexo 1)

Cuestionarios resueltos por usuarios del CEJ (Anexo 2)

Matriz de evaluación de los formatos que registran las sesiones de acompañamiento de

primera vez (Anexo 3), diligenciados por los tutores del CEJ (Anexo 4)

Matriz de evaluación de los formatos que registran las sesiones de acompañamiento de

segunda vez en adelante (Anexo 5), diligenciados por los tutores del CEJ (Anexo 6)

Posterior entrevista a profundidad con dos usuarios del CEJ(Anexo 7)

Entrevista a tres tutores del CEJ (Anexo 8)

Entrevista a dos profesores de los usuarios asistentes al CEJ (Anexo 9)

Observaciones de 5 sesiones de acompañamiento que se consignaron en un diario de

campo y que fueron posteriormente evaluadas con una matriz (Anexo 10)

Todas estas herramientas para recolectar la información fueron analizadas en

concordancia con la literatura para resolver la interrogante y alcanzar los objetivos propuestos en

la investigación. Finalmente, se realizó la triangulación de resultados en donde se establecieron

las categorías de análisis (Anexo 11). A continuación se describe cada instrumento utilizado,

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42

todos los instrumentos se encuentran en los anexos 1 a 10 y la matriz de evaluación en el anexo

11.

6.2.1 Cuestionario a usuarios del CEJ

Para conocer prácticas, motivaciones y necesidades de los usuarios del CEJ se realizó un

cuestionario autoadministrado piloto (Anexo 1), que posteriormente se modificó (Anexo 2). El

instrumento piloto se aplicó a ocho (8) estudiantes que asistieron al CEJ y la versión modificada,

a veintitrés (23) usuarios del CEJ. En él se indagó brevemente acerca de la formación en lectura

y escritura que los estudiantes tuvieron en su colegio y sus percepciones y motivaciones con

respecto a la escritura, bien sea para la Academia o por interés personal. También se preguntó

acerca del tipo de textos que desarrollan, en cuáles clases y qué tan frecuente los escriben.

Además, se indagó acerca de las prácticas de planeación y desarrollo de los textos y de sus

expectativas y experiencia en la tutoría del CEJ.

Según Hernández Sampieri, “el cuestionario se los proporciona directamente a los

respondientes, quienes lo contestan. No hay intermediarios y las respuestas las marcan ellos.”

(pág.170). El cuestionario diseñado se compone de preguntas abiertas y cerradas. En cuanto a las

preguntas cerradas, señala Hernández Sampieri (2010), que los respondientes no tienen que

escribir o verbalizar pensamientos, deben simplemente seleccionar la alternativa que describa

mejor su respuesta. Respecto a las preguntas abiertas, el autor sugiere que sirven en situaciones

donde se desea profundizar una opinión o los motivos de un comportamiento.

Se debe resaltar que las preguntas cerradas se diseñaron para medir las variables

actitudinales de los tutorados con la Escala de Likert, que “consiste en un conjunto de ítems

presentados en forma de afirmaciones o juicios ante los cuales se pide la reacción de los sujetos a

los que se les administra. Se presenta cada afirmación y se pide al sujeto que externe su reacción

eligiendo uno de los cinco puntos de la escala.” Hernández Sampieri (2010: 303). Ambos tipos

de preguntas- abiertas y cerradas- fueron necesarios para cumplir con el objetivo del instrumento.

Page 43: Mónica Natalia Hernández Barrera

43

6.2.2 Matrices para el análisis de los formatos de acompañamiento diligenciados por los

tutores del CEJ

Los tutores del CEJ deben diligenciar un formato al finalizar cada sesión de

acompañamiento. Allí se registran datos que en principio son de carácter diagnóstico y que

además revelan información para el futuro desarrollo de las tutorías e incluso de la figura del

CEJ. Cuando una tutoría se realiza por primera vez, los tutores deben diligenciar un formato

inicial llamado Formato de primera vez (Anexo 3). Desde la segunda sesión, los tutores

diligencian un formato diferente, (Anexo 5) que documenta el progreso del tutorado que asiste a

las sesiones de acompañamiento. Era vital analizar estos formatos para conocer las prácticas y

necesidades de escritura de los usuarios del CEJ.

Para tal fin, se diseñó una matriz de evaluación para cada formato (Anexos 4 y 6). Las

matrices, de corte vertical, se adaptaron de los mismos formatos que se consignan por cada

tutoría realizada en el CEJ. Gracias al análisis de las matrices, se hizo un recuento de las

necesidades de escritura de los tutorados, las actitudes frente a la escritura académica y al

acompañamiento, fortalezas y debilidades en la escritura. Así, se realizó una radiografía de lo

sucedido en las sesiones que posteriormente se contrastó con la entrevista a los tutorados.

Entonces, se analizaron con las matrices noventa (90) formatos de primera sesión. Para

hacer un seguimiento del proceso que ha seguido el CEJ en 3 de los 4 semestres en los que hasta

ahora ha funcionado, se seleccionaron treinta (30) formatos de cada semestre. Asimismo, se

analizaron veinte (20) formatos de las sesiones de seguimiento. Es importante aclarar que se

escogieron únicamente los formatos completamente diligenciados para cuidar la veracidad de la

información. Igualmente, el análisis se realizó con base en la información exacta consignada allí,

a pesar de que tan sólo el 20% de los formatos expresaba los aspectos trabajados en la sesión en

vez de mostrar expresiones que denotan que el tutor calificaba o daba valoraciones al trabajo del

estudiante.

6.2.3 Entrevista a profundidad con los usuarios

Posterior a la encuesta, se seleccionaron dos usuarios del CEJ a quienes se les realizó una

entrevista semiestructurada (Anexo 7). Marín (2012), señala que en este tipo de entrevista las

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44

preguntas se presentan en el mismo orden y con las mismas palabras a los entrevistados, puesto

que se quiere que respondan acerca del mismo tema. Fue importante realizar una entrevista

posterior al cuestionario debido a que constituía una fuente de información adicional de los

javerianos que hacen uso del CEJ, que permitió contrastar la recolectada por los cuestionarios

inicialmente aplicados. Para asuntos del análisis, se le otorgaron los códigos E1TD1 y E2TD2 a

las dos entrevistas realizadas a los tutorados.

6.2.4 Entrevista a los tutores del CEJ

Sumado a la recolección de datos que representen la percepción de los tutorados, también

se realizó una entrevista semiestructurada a 3 tutores (Anexo 8) que trabajan o han trabajado en

el CEJ. Uno de ellos ha trabajado con el CEJ desde sus inicios, otro trabajó con el CEJ desde el

inicio pero hace un año dejó de hacerlo y el otro tutor empezó a trabajar en el primer semestre

del 2014. Se indagó la labor de los tutores y las percepciones que estos tienen acerca de la

escritura académica de sus tutorados además de cuestiones propias de las sesiones de

acompañamiento. Para asuntos del análisis se le otorgaron los códigos E1T1, E2T2 y E3T3 a las

tres entrevistas realizadas a los tutores.

6.2.5 Entrevista a docentes de los usuarios del CEJ

Marín (2012) afirma que la entrevista en tanto técnica es un reporte verbal del que se

obtiene información acerca de un sujeto y sus experiencias. Evidentemente, el sujeto entrevistado

ha sido partícipe de los fenómenos que se pretenden investigar. El punto de vista de los docentes

que imparten asignaturas cursadas por los usuarios del CEJ también fue tenido en cuenta. Se

realizaron entrevistas a dos profesores que imparten clase a usuarios del Centro (Anexo 9). Estas

indagaron sobre su concepción acerca de la escritura y la manera en la que es transmitida a sus

estudiantes desde su asignatura. Para asuntos del análisis se le otorgaron los códigos E1P1 y

E2P2 a las dos entrevistas realizadas a los profesores de los usuarios del CEJ.

Esta entrevista, al igual que las realizadas a tutorados y tutores, fue grabada en audio.

Page 45: Mónica Natalia Hernández Barrera

45

6.2.6 Observaciones a las sesiones de acompañamiento

Para contrastar toda la información recolectada por los otros instrumentos con lo que

sucede dentro de una tutoría, se observaron cinco sesiones de acompañamiento, cuyo objetivo

era analizar cómo se desenvuelve una tutoría en el CEJ. Como lo afirma Marín (2012), las

observaciones permiten recoger la información en el mismo lugar donde ocurren los

acontecimientos.

Para el caso de este trabajo investigativo, se realizaron observaciones estructuradas, en las

que, según Marín, el investigador determina y sabe de antemano cuáles son los aspectos que

servirán a su investigación. En el caso de este trabajo investigativo, se diseñó una matriz (Anexo

10) que evaluó lo consignado en un diario de campo de las sesiones de observación, que

pretendían establecer de primera mano cómo se desarrollan las sesiones de acompañamiento,

cómo influye en la tutoría la actitud que se percibe del estudiante frente a la escritura y a la

tutoría misma y de qué manera los tutores promueven la escritura académica, además de

identificar las necesidades de los estudiantes y las instrucciones que reciben por parte de sus

profesores.

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46

7. Recomendaciones para el fortalecimiento de las tutorías en el Centro de

Escritura Javeriano de Bogotá

El nombre de este capítulo corresponde al nombre de la investigación. Sin embargo, se

presentarán los resultados de la investigación, a partir del análisis de las prácticas, necesidades y

motivaciones para la escritura en los estudiantes que acuden al Centro de Escritura Javeriano

Bogotá.

Se ha insistido en que, para la promoción de una cultura de la lectura y escritura con fines

epistémicos en la PUJ, a través del fortalecimiento del CEJ, es fundamental reconocer las

motivaciones, prácticas y necesidades de escritura de sus usuarios. A partir del modelo propuesto

por Bonilla-Castro y Rodríguez (2005) para el análisis de datos, se establecieron en un primer

momento categorías deductivas a partir de los elementos teóricos base y de los objetivos

planteados, que sirvieran de guía para el tratamiento de la información.

Posteriormente, se analizaron los instrumentos aplicados individualmente y se agruparon

las inferencias que surgieron de este primer acercamiento al análisis de datos en categorías

inductivas. Para la agrupación de la información dada por los participantes, se utilizó la

destilación de la información a partir de la propuesta de Vásquez (2007). A partir de los datos

arrojados, se establecieron las categorías de análisis, explicadas en los acápites siguientes.

Inicialmente, se plantearon las siguientes categorías deductivas: a) fortalezas, b)

debilidades, c) necesidades d) nociones de escritura, e) tipología textual f) motivaciones y g)

prácticas. A partir del análisis detallado de las inferencias producidas por estas categorías

iniciales (categorías inductivas) y ofrecidas por los diferentes instrumentos, se establecieron las

siguientes categorías de análisis, como se aprecia en la siguiente tabla.

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47

Categorías deductivas Categorías inductivas, agrupadas

desde los diferentes instrumentos

(Observaciones, Cuestionario,

Entrevistas a usuarios, profesores de

usuarios y tutores del CEJ. (Ver anexo

11)

Categorías de análisis

Fortalezas Diversidad de acercamiento al

proceso de escritura

Diversidad de acercamiento a los

aspectos formales de la lengua

Diversidad de acercamiento a la

estructura textual

Lectura y escritura como

dispositivos de evaluación

Lectura y escritura como indicios

de prestigio y éxito en la

universidad

¿Desarrollo intensivo de

ensayos?: desconocimiento de la

silueta textual

Reconocimiento de una escritura

para la Academia

Uso o ausencia de prácticas

eficaces de lectura y escritura

para el quehacer universitario

Percepción positiva frente al

acompañamiento

Incidencia de concepciones

culturales en torno a la lectura y

la escritura

Debilidades

Necesidades

Motivaciones

Tipología textual

Nociones de escritura

Prácticas

Emergentes

Tabla 1. Estructuración de categorías para el análisis

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De igual manera, se observaron dos categorías emergentes que, si bien no estaban

contempladas en los objetivos de esta investigación, merecen ser analizadas, pues revelan

elementos que permiten el mejoramiento de las sesiones de acompañamiento en el CEJ y que, a

su vez, dan cuenta del servicio que provee este lugar. Así, pues, las categorías emergentes son:

Incidencia de concepciones culturales en torno a la lectura y la escritura y Percepción positiva

del acompañamiento en el CEJ.

En los siguientes acápites, se detallará en las categorías de análisis.

Diversidad de acercamiento al proceso de escritura

En este apartado, se nombran las diferentes relaciones que tienen estudiantes y docentes

con el proceso de escritura, halladas a partir de todos los instrumentos. Se pudo observar que los

profesores hacen un esfuerzo por promover que sus estudiantes adopten un proceso de escritura

que les permita desarrollar mejores trabajos escritos. Además, se encontró que hay estudiantes

que siguen un proceso consciente de escritura, y otros que desconocen de su existencia. Se pudo

hallar también, que, al menos desde la información recolectada por los instrumentos aplicados, el

principal promotor de que los estudiantes sigan un proceso de escritura es el CEJ.

A continuación, se explica con mayor detenimiento cada relación de los profesores y

estudiantes con el proceso de escritura.

Escaso cumplimiento del proceso de escritura por parte de los estudiantes

El escaso cumplimiento del proceso de escritura por parte de los estudiantes se encontró

principalmente en los formatos, las observaciones y las entrevistas a profesores y estudiantes.

Para este caso, se halló que algunos estudiantes, aunque como minoría, son conscientes y siguen

un proceso de escritura para cualquier asignación escrita. En los formatos, los tutores

consignaron información que permite deducir que tan sólo 7 de 110 estudiantes siguieron los

cinco pasos que hacen mención del proceso de escritura; es decir, que sí utilizaron estrategias de

documentación, sí realizaron una planeación del escrito y posteriormente un borrador y

finalmente usaron estrategias de adecuación y revisión. El anterior es un dato cuantitativamente

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reducido; sin embargo, esto muestra que el servicio del CEJ puede ser aprovechado por cualquier

escritor javeriano; se pretende un apoyo que no sea de carácter remedial.

Desconocimiento del proceso de escritura

El desconocimiento de los procesos de escritura se reflejó principalmente en los formatos,

las observaciones y las entrevistas a estudiantes.

En los formatos, el desconocimiento del proceso de escritura fue bastante evidente por

parte de los estudiantes. De los 90 formatos de primera vez, 14 documentaron que no se utilizó

estrategias de documentación por parte de los usuarios; 57 no utilizaron estrategias de

planeación; 58, no realizaron borradores; 67 no hicieron uso de estrategias de adecuación y 59 no

utilizaron estrategias de revisión, además, 4 formatos expresaron que la estrategia de revisión

utilizada era asistir a la tutoría. De los 20 formatos de segunda vez, 4 estudiantes no usaron

estrategias de documentación; 7, de planeación; 7 no utilizaron borradores; 13 de ellos no se

valieron de estrategias de adecuación y 10, de estrategias de revisión.

En los cuestionarios, todos los estudiantes afirmaron utilizar en mayor o menor medida

estrategias de planeación, de revisión y uso de borradores. Entre líneas, podría afirmarse que a

partir de ese cuestionario no se puede verificar si los estudiantes verdaderamente hacen uso de

estas estrategias en su proceso de escritura. Sin embargo, se pudo apreciar en una observación #

5 en particular que el estudiante desconocía que debía seguir pasos para escribir. Expresó: “yo no

sabía que eso existía”.

Promoción del proceso de escritura por parte del docente

Esta información fue hallada principalmente en las entrevistas a los docentes, quienes

aseguran promover los procesos perfectibles de escritura para sus asignaturas. En primer lugar,

en la E1P1, se le preguntó al docente de qué manera promovía la lectura y escritura en sus clases;

su respuesta inmediata fue:

¡Mucho!, y añade, para mí la escritura es muy importante (…) En Medición y

Evaluación… digamos que el mismo sentido de la clase, pareciera que no implicara

mucha lectura, es una clase, como su nombre lo indica de medición, entonces hay un

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contenido cuantitativo importante y también por ser cátedra entonces se esperaría que la

manera de evaluar el conocimiento de los estudiantes se limitara quizás a parciales o

exámenes que se aplican gradualmente.

Esta afirmación sugiere que en las asignaturas tipo cátedra usualmente no se promueve la

lectura y la escritura y la forma de evaluación es a través de parciales. En el mismo apartado de

la entrevista, continúa: pero para mí la escritura es muy importante, lo que sugiere que

promueve la lectura y escritura en sus clases gracias a su interés personal.

Un profesor (E1P1) asegura que recomienda a sus estudiantes la planeación de los textos como

un paso fundamental para antes de escribir, pues según el docente es una manera de externalizar

lo que se quiere expresar de manera escrita.

El mapa mental que les invito a mis chicos a realizar antes de escribir, les explico que

eso consiste en externalizar digamos la manera como están conectando las ideas en su

mente, hacer una representación mental externalizada…

Adicionalmente, los docentes expresan ser enfáticos a la hora de dar instrucciones para el

desarrollo de trabajos escritos en las clases. Ambos aseguran entregar a sus estudiantes guías que

los familiaricen con la tipología textual exigida para el ejercicio de clase; de igual manera,

afirman que sus instrucciones son claras en cuanto al objetivo y expectativas del texto. Tal como

se observa en sus entrevistas:

E1P1: Yo entrego generalmente criterios de lo que yo espero. Digamos, para los chicos

de Medición y Evaluación que tienen que hacer un ensayo crítico, yo les entrego un

documento explicando qué es un ensayo crítico, cómo voy a evaluar el escrito que ellos

están planteando en algunos casos les muestro ejemplos de chicos que lo han hecho muy

bien para que ellos miren un poquito cómo puede llegar a plantearse. Y, en el caso del

Seminario, también digamos… cuando trabajamos con protocolos, antes de iniciar su

elaboración, yo les entrego un documento sobre qué es un protocolo, cómo se hace,

documentos también escritos que explican lo que se esperaría del producto de ellos.

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Igualmente, como se aprecia en la (E1P2) los textos se entregan con una programación

que está establecida en una parcelación y usualmente se hace una… una motivación previa para

la lectura, donde se le dice al estudiante qué puede encontrar en la lectura, qué aspectos debería

tener en cuenta cuando la desarrolle…

De tal manera que, al menos en los datos recolectados, los profesores sí promueven los

procesos de escritura en sus estudiantes y enfatizan en la importancia de desarrollarlos.

Promoción del proceso de escritura en el CEJ

Se encontró que en todos los formatos se recomienda seguir un proceso de escritura;

similar al propuesto por Arciniegas y López (2012). Los tutores consignan allí que sus

recomendaciones para los asistentes, en la totalidad de los casos (n=110), son: planear mejor sus

textos; hacer borradores; revisar al final de escribir. Tales sugerencias hacen referencia a

adoptar un proceso para escribir un texto.

Continuando, tal como se aprecia en el siguiente aparte, los usuarios del CEJ reconocen

que el espacio es un lugar para desarrollar el proceso de escritura individual:

(…) ahora soy un poquito más consciente de la escritura. Aquí en el Centro de Escritura

me han enseñado como a… hacer lluvia de ideas, hacer borradores, tener como… algo

preliminar antes de tener el escrito y… realmente eso me ha ayudado bastante para el

desarrollo de mis escritos académicos (E1TD1).

Diversidad de acercamiento a los aspectos formales de la lengua

En todos los instrumentos se encontró una diversidad de acercamiento a los aspectos

formales de la lengua. Tómese aspectos formales como la puntuación, ortografía, uso de

mayúsculas y demás aspectos que se refieran a las normas del idioma.

Es alarmante que en 103 formatos se haya encontrado que los estudiantes tienen

debilidades en estos aspectos como ortografía, puntuación y uso de mayúsculas y minúsculas.

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Esta información se constata con los resultados de los cuestionarios en donde 21 respondientes

aseguraron tener dificultades con estos mismos aspectos.

De igual manera, en las entrevistas se aprecian comentarios como el siguiente, que

demuestran que la ortografía y la puntuación son las principales preocupaciones de los

estudiantes.

“prácticamente estoy enfocándome con los tutores en mi ortografía y en las comas…

porque… realmente no soy muy buena”

Diversidad de acercamiento a la silueta textual

En todos los instrumentos, se encontraron diferentes maneras en los que los estudiantes se

acercan a la silueta textual y a sus componentes. Tómese silueta textual como el adecuado uso de

oraciones en función del párrafo y de los párrafos en función de la estructura del texto.

Los resultados que más resaltan se encuentran en los formatos, se encontró que en 79 de

los 110 formatos los estudiantes desconocen cómo estructurar sus ideas en función de un párrafo

y de un texto.

Esta información se constata repetidamente en las entrevistas a estudiantes tutores y

profesores. Expresiones como la presentada a continuación se repiten constantemente en los

formatos, las observaciones, los cuestionarios y las entrevistas:

“me he dado cuenta de que… sí he mejorado bastante y ya sé cómo ordenar los párrafos

en un ensayo”.

Lectura y escritura como dispositivos de evaluación

Se evidencia especialmente en los formatos, que los estudiantes acuden a las sesiones de

acompañamiento porque su profesor solicita su asistencia (n=68), aunque no se especifica la

razón, se infiere que los profesores reconocen en sus estudiantes fallas en el despliegue de sus

habilidades de lectura y escritura; lo anterior lo confirman los cuestionarios, que revelan que 16

de los 23 respondientes asistieron al CEJ por petición de su profesor, y cabe resaltar que todos

respondieron que escriben con el fin de obtener buenas calificaciones (pregunta 48).

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De igual manera, los tutores lo ratifican. Por ejemplo, en la E1T1, se afirma que es

frecuente que haya profesores que pidan como requisito para sus clases el asistir a una tutoría.

Además, señala que a pesar de que no sea lo mejor, una de las principales motivaciones que

tienen los estudiantes para mejorar su proceso de escritura es la nota.

En el caso de E2T2, alcanza a notar que no hay como esa curiosidad o compromiso con el

tema, sino que es como por cumplir con una responsabilidad. Adicionalmente, en la E3T3 se

afirma: Yo creo que la mayoría de los estudiantes leen y escriben académicamente por encargo.

Igualmente, en la E1P1 se añade que los estudiantes se sorprenden al recibir sus notas de los

trabajos escritos, lo que sugiere que los estudiantes ven los trabajos escritos como dispositivos

de evaluación. De igual manera, en la E2P2 se encuentra que el docente aplica controles de

lectura para garantizar que sus estudiantes las realicen conscientemente.

Los hallazgos referentes a esta categoría ratifican lo que las investigaciones mencionadas

han encontrado: la lectura y la escritura en la universidad no propician estas habilidades con el

fin de incluir a los estudiantes a formas discursivas que promuevan la discusión y el diálogo

(González y Vega, 2010).

Lectura y escritura como indicios de prestigio y éxito en la universidad

Este supone un hallazgo para la presente investigación, pues era de esperarse que las

posturas frente a la escritura fueran completamente negativas. No obstante, se notó una

preocupación fuerte por parte de los tutorados de darse un prestigio por la realización eficaz de

las actividades de lectura y escritura y o minimizar el desprestigio por escribir mal.

En la E1T2 se aprecia la siguiente afirmación: he sentido en tutorados como… el afán de

escribir porque escribir mal representa como una vergüenza…como… que… se sienten

que si no escriben bien, o no son buenos estudiantes o no son exitosos. (…) que si se

escribe mal… como que no se es exitoso en la universidad o al menos no… al menos da

pena, o sea, representa vergüenza.

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El mismo tutor añade, en otro aparte, refiriéndose a la percepción que nota en sus

tutorados sobre la escritura en la universidad: “La buena escritura me hace un buen estudiante”.

Lo pondría yo en esos términos, o sea, la escritura ligada a un buen desempeño académico.

Una posición muy similar –que coincide con lo expresado con lo apreciado enla E1T2, se

encuentra en la E1TD1, en donde expresa:

Sí, creo que es importante para mi desarrollo porque escribir y leer apropiadamente es

una ventaja que puedes tener sobre otras personas que no lo hacen realmente bien y creo

que es importante más que todo saber escribir bien, especialmente… digamos... en

español porque es nuestra lengua materna, entonces creo que debemos ser buenos

escritores y también buenos lectores.

Estas percepciones de la lectura y la escritura concuerdan directamente con lo que Dweck

y Elliot (1983) consideran una motivación para el lucimiento.

¿Desarrollo intensivo de ensayos?: desconocimiento o confusión de las tipologías textuales

En relación con la tipología textual, se encontró que a partir de los 90 formatos de

primera vez el 1,11% de los estudiantes asistentes al CEJ solicitan ayuda con la escritura de

Anteproyecto de trabajo de grado; el 1,11%, con Artículo - Análisis para blog; el 2,22%, con

Blogs; el 2,22%, con una Carta; el 1,11%, con una carta comentario; el 22,22%, con un

Comentario; el 5,56%, con Comentario crítico; el 1,11%, con un Cuento; el 28,89%, con un

ensayo; el 1,11%, con un Informe; el 1,11%, con PRIN (Proyecto de Investigación, programa de

Psicología); el 2,22%, con un Proyecto; el 1,11%, con un RAE (Resumen analítico

especializado); el 1,11%, con un Recurso de reposición; el 1,11%, con una Reflexión Reseña; el

6,67% con una reseña Resumen; el 1,11%, Síntesis analítica; el 1,11%, Tesis de grado; el 1,11%,

Texto argumentativo; el 10,00%, Texto argumentativo – Comentario; el 1,11%, Texto

argumentativo corto; el 4,44%, Texto argumentativo no especificado (similar al ensayo); el

1,11%.

Nótese que los nombres de las tipologías textuales se copiaron exactamente igual a como

se encontraban en los formatos diligenciados por los tutores del CEJ. Algunos de estos nombres

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no corresponden a los estándar; como Carta comentario, lo cual da indicios de que el estudiante,

el tutor (o ninguno), no tiene completamente claro lo que debe hacer.

De igual manera, en todas las entrevistas, el primer tipo de texto que se menciona sin

mayor detenimiento es el ensayo. También se mencionan los resúmenes y las reseñas, los

protocolos y las relatorías, además de los trabajos de grado. Sin embargo, es necesario resaltar

que hay una confusión entre las tipologías textuales, y, lo que es más alarmante, entre sus

propósitos. En los formatos (n=35) los tutores consignan que el tutorado debe desarrollar cierta

tipología textual y al revisarlos con detenimiento diligencian el formato con otro nombre para el

texto en los apartados siguientes.

Así los tutorados conozcan que deben realizar otro tipo de texto, en todas las

observaciones se encontró que a todo texto por realizar se le llama ensayo. Parecer ser que el

término ensayo entró en la jerga universitaria para referirse a cualquier tipo de trabajo; se

convirtió en un nombre genérico para la escritura universitaria.

La observación # 3 reveló como ejemplo más claro |que los estudiantes desconocen y

confunden las tipologías textuales. Vale la pena narrarla en detalle para fines demostrativos. En

esta tutoría se atendió a 6 personas pertenecientes a dos grupos de trabajo diferentes. Los

estudiantes se tomaron unos 20 minutos del espacio para establecer y contarle a la tutora qué

debían realizar y con qué requerían ayuda. Tres de ellos dijeron sin duda alguna que debían

realizar un ensayo. La tutora les solicitó las instrucciones y, para su sorpresa, encontró que

debían realizar un taller con base en una lectura. Dicho taller consistía en responder unas

preguntas concretas; simplemente debían responder para asegurar la comprensión de lectura del

texto asignado.

De tal forma que, se puede sugerir que los estudiantes desconocen o confunden las

tipologías textuales por razones que no están relacionadas con la instrucción del profesor.

Reconocimiento de una escritura para la Academia

En los formatos, cuestionarios, entrevistas y observaciones, se observó que tanto

estudiantes como profesores reconocen que la Academia es lugar para la escritura.

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Por un lado, se encuentra la postura de un estudiante, que reconoce que el paso del

colegio a la universidad requiere de un esfuerzo mayor para la realización de trabajos escritos. A

pesar de que los estudiantes reconocen carencias en su formación media, no denotan una actitud

de disculpa frente a la exigencia en la educación superior. Por el contrario, asumen esas falencias

y expresan que deben enfrentarlas de manera autónoma. “Mmm... pues… en mi colegio, sí, yo

creo que no se enfocaban mucho en la escritura ni en la lectura, tampoco… era como… no…o

sea, es totalmente diferente… aquí es mucho más serio y los profesores sí hacen énfasis en que

los estudiantes escriban apropiadamente, con buena argumentación, buena ortografía…”

(E1TD1).

Otro estudiante entrevistado coincide con lo que se expresó anteriormente:

Pero, en la universidad te hacen como hacer un tejido metiéndole contexto, poniendo la

lectura en contexto de la situación actual del mundo y del país. Entonces tienes que

hacer un análisis, un tejido, más profundo de la lectura y la lectura no se queda sólo en

la lectura, sino que se aplica. (E2TD2).

Por el lado de los docentes, se observa que son conscientes del potencial epistémico de la

escritura, y que la universidad debería ser el escenario propicio para tal fin. En la E1P1 se

aprecia:

Me parece absolutamente importante, porque yo considero que la función de la escuela

en general es enseñar a pensar. La escuela no debe… digamos que muy vygotskiana un poco mi

posición, la escuela no tiene ninguna función diferente a formar el pensamiento. Si uno logra

impactar y contribuir a la formación y al pensamiento de los estudiantes es importante, pero

para formar el pensamiento la lectura es muy importante.

Sin embargo, parece ser que en ocasiones, esta concepción de los docentes se queda

únicamente en su discurso y no se traslada a sus prácticas. El ejemplo más claro de esto se

observa en la E2P2, quien afirma constantemente que es imperativo que se desarrolle la lectura y

la escritura, que los docentes deben promoverla para desarrollar la posición crítica y el

pensamiento. Sin embargo, como se aprecia en el siguiente aparte, esto dista de sus afirmaciones

anteriores:

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“Pues, yo creo que como profesores e investigadores es un factor fundamental y creo que

la mayor dificultad, además de los procesos investigativos, una de las mayores dificultades es

atreverse a escribir… eh… pues es también mi caso particular, siempre me cuesta mucho

trabajo la elaboración de textos, entonces poco a poco, pues con la práctica uno los va

desarrollando más rápidamente. Pero sin embargo, sigue siendo, quizás por la misma formación

previa, sigue siendo un aspecto que requiere de mucha dedicación”.

Uso o ausencia de prácticas eficaces de lectura y escritura

Para este caso, los formatos fueron la mayor fuente para el análisis de esta categoría, a

pesar de que se evidencia en todos los instrumentos.

La información que arrojaron los formatos (de primera y segunda sesión) que diligencian

los tutores reveló que la gran mayoría de estudiantes (n=96) sí utiliza estrategias de

documentación para realizar sus trabajos, aunque recurren a únicamente a fuentes de Internet o a

las lecturas asignadas por el profesor, pocos (n= 12) recurren a otros documentos y (n=14) no

consultan fuentes para el desarrollo de sus escritos, independientemente de la tipología textual

que deban realizar. De igual manera, la gran mayoría no utiliza estrategias de planeación, ni de

adecuación, no realizan borradores de sus escritos y no utilizan estrategias de revisión,

principalmente porque los desconocen, lo que confirma la información expresada inicialmente

por los tutores.

Como se aprecia en los formatos, los estudiantes no utilizan estrategias de

documentación, o se limitan a utilizar fuentes exigidas por el profesor y de Internet. Debido a la

naturaleza de las preguntas cerradas del cuestionario, todos los estudiantes que lo respondieron

manifestaron utilizar estrategias de documentación, de revisión y de planeación. Sin embargo, en

contraste con los formatos y las observaciones, se aprecia que no es común que los estudiantes

hagan uso de estrategias de documentación que alimenten su punto de vista frente a las diferentes

temáticas.

Casi la totalidad de los formatos muestra que los estudiantes no utilizan estrategias de

planeación, no hacen uso de borradores, no utilizan estrategias de revisión y tampoco son

conscientes de las estrategias de adecuación. Incluso, una profesora resalta el síndrome de la

hoja en blanco, que da cuenta de que los estudiantes desconocen el proceso de escritura y no

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hacen uso de prácticas que faciliten la escritura de un texto. Además, tanto estudiantes como

profesores aseguran desconocer asuntos del proceso de escritura o tener dificultades a la hora de

desarrollar los textos. Idealmente, los estudiantes universitarios realizarían prácticas conscientes

y constantes de estas dos habilidades para su despliegue exitoso en el ámbito académico y para

apropiarse autónomamente de su formación universitaria, sin importar en qué campo se ha

adscrito.

Percepción positiva del acompañamiento del CEJ

En todos los instrumentos se vio el servicio del CEJ como algo positivo, para profesores,

usuarios e incluso, para los tutores.

En los formatos, se aprecia que de 90 de primera vez, la gran mayoría de estudiantes

(n=82) recomendarían el espacio de acompañamiento, en los otros 8 formatos este numeral no se

diligenció. Además se reiteran expresiones como es útil para que te apoyen con tus problemas;

se aclaran dudas que en clase no se pueden aclarar; es distinto a una clase y no tienes un

profesor que te ponga nota. De tal manera que los usuarios del CEJ. Esto indica que los

tutorados resaltan la calidad de la sesión de acompañamiento hecha por un par de escritura. Lo

perciben como positivo, útil, productivo, como un apoyo. Igualmente, en la pregunta 13, los

estudiantes (n= 21) dieron una valoración de 5 al servicio y (n=2) de 4.

Los usuarios del CEJ también expresan en las entrevistas el atractivo y el beneficio de

tener pares de escritura. Sus reflexiones apuntan a que, como Alzate-Medina y Peña (2009)

indican, la tutoría entre iguales en los procesos de escritura es fructífera; se observa en los

siguientes extractos de las entrevistas a los tutorados.

Pues, me parece que [la relación con el tutor] se forjó de una manera positiva, porque al

tener tú una persona como igual, un estudiante igual, con el que puedes llegar a utilizar

términos que con una persona con…pues, no un mayor grado, sino como un docente…

no puedes llegar a establecer una relación así uno a uno. Entonces es súper positivo.

Añade: Me parece que es una labor excepcional, puesto que el amor que le tienen a la

lectura y a la escritura lo ponen al servicio de los demás estudiantes que tienen miedo o

que les preocupa escribir y leer. Entonces, me parece que una relación uno y uno, entre

un estudiante y otro estudiante. (E2TD2)

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Lo anterior demuestra que el usuario del CEJ percibe la labor de los tutores como

excepcional, ve a los tutores como un modelo a seguir y como actores que motivan al desarrollo

de la lectura y la escritura. Además, resulta el valor positivo de la escritura entre iguales, pues

hay un ambiente de comodidad y aparente camaradería.

Es crucial resaltar que en los formatos hay un ítem específico (ver Anexo 3) que

documenta las actitud del tutorado frente a la sesión. En los 76 formatos en los que se diligenció,

se encuentran expresiones como “es muy útil; me ha ayudado bastante; aprendí mucho…”, en los

que los usuarios resaltan el carácter positivo de asistir al CEJ.

Asociación de bajo nivel de lectura con percepciones culturales

De acuerdo con las entrevistas de los docentes, se encontró también que nuestra cultura

no promueve activamente la lectura y la escritura. Además, que los estudiantes configuran sus

percepciones y su vínculo con la lectura y la escritura a partir de las convenciones sociales con

las habilidades.

De igual manera, insiste en que se debe evitar culpar únicamente al sistema educativo por

las carencias de los estudiantes en lectura y escritura. Señala que son múltiples los factores que

inciden en la promoción o ausencia de estas habilidades y que su desarrollo limitado es también

una cuestión cultural; de la estructura social misma. Así, se resalta que:

desde el mismo contacto que tenemos con la cultura a partir de los documentos escritos,

no se ha inculcado eso en nuestra sociedad o no tanto como debería ser. (...) Siento que

no es la culpa del estudiante que está ahí sino es todo un sistema o de nuestra sociedad o

un problema… como… estructural de la sociedad en la cual no estamos formados como

buenos lectores y buenos escritores y pues, al estudiante se le dificulta mucho. (E1P1).

Aunque no se encontró que los estudiantes admitieran que su ambiente social favorece o

no su relación con la lectura y la escritura, son los profesores los que señalan que los

presupuestos frente a las habilidades afectan a los estudiantes y, en consecuencia, a su

desempeño en sus clases. De igual manera, resaltan que el gusto por la lectura y la escritura es

más preferencia personal, que se cultiva con la práctica constante.

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Al parecer, en Colombia se percibe a la gente que lee como si se estuvieran excluyendo

de la sociedad, como si fuera un escudo para evitar el contacto. La afirmación anterior se

constata en la entrevista a los docentes. Uno de ellos afirma: “En mi familia, te confieso, como

que la cultura de la lectura tampoco está muy instaurada. Mis hermanos, mis primos también

son como “eres muy ñoña… todo el tiempo leyendo” (… ) ellos son como “intégrate, ¿por qué

no vienes?”…” (E1P1).

En la entrevista al segundo docente, se reitera que existe una concepción negativa de

aquel que lee y escribe promovida por la cultura. El docente expresa que la lectura y la escritura

se deben desarrollar en todas las asignaturas de la institución puesto que

culturalmente hay un abandono o hay un desprestigio de hacer lecturas. Pareciera que

no fuera necesario y eso se refuerza con elementos culturales del ámbito de los

estudiantes de que el que lee es un ñoño y… bueno… Entonces todos esos asuntos

reforzan, refuerzan, perdón, que… que los estudiantes tengan que también hacer un

esfuerzo para querer leer.

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8. Puntos clave para el mejoramiento de las sesiones de acompañamiento del

CEJ

A partir de los resultados que arrojó esta investigación, se identificaron los siguientes

aspectos que el CEJ –y sus tutores– deben tener en cuenta para continuar con su consolidación

como una herramienta que perfeccione los procesos de escritura de sus asistentes, además de ser

promotor de una cultura de la escritura con fines epistémicos en la PUJ. A continuación, se

explican brevemente.

8.1 Recomendaciones logísticas

8.1.1 Comunicación con los usuarios del CEJ

Si bien es sabido que el CEJ lleva apenas dos años de funcionamiento, el hecho de que

actualmente funcione en un espacio físico determinado ha aumentado el alcance de su servicio y

lo seguirá haciendo. Además, es importante ampliar las estrategias para mantener una

comunicación con los usuarios que permita la retroalimentación sobre las tutorías, para así

mejorar el servicio. Todas las consideraciones de los usuarios deben ser tenidas en cuenta, pues

sus comentarios darán luces sobre los aciertos y las oportunidades de refuerzo en las sesiones de

acompañamiento.

De igual forma, se observa que son los convenios especiales, mencionados en la

justificación, que se han desarrollado en el periodo de funcionamiento del CEJ los que suplen la

demanda del servicio. De lo contrario, el CEJ estaría vacío la mayoría de las horas. En

consecuencia, se sugiere que el CEJ continúe formando relaciones con profesores de las

diferentes carreras, pues esto asegura que el servicio se preste. Ahora, también es crucial tomar

en consideración las necesidades de los profesores, o las habilidades que desea desarrollar en su

clase y cómo el CEJ puede aportarle.

8. 1.2 Difusión del servicio del CEJ

Para que el CEJ continúe su labor y extienda paulatinamente su alcance, es necesario

implementar herramientas de difusión que generen un impacto en la comunidad javeriana y que

fomenten el uso del espacio como un lugar para el escritor javeriano. El uso de redes sociales, la

voz a voz y la publicidad dentro del campus universitario podrían acrecentar la asistencia al CEJ.

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Sin embargo, no se puede extender el servicio y ganar más demanda si no se tiene la suficiente

oferta.

De ser posible, sería favorecedor también, extender las horas de servicio para fomentar la

asistencia de programas nocturnos. Uno de los profesores entrevistados expresó que en la Carrera

de Contaduría Pública también se ofrece la jornada nocturna y que sus estudiantes, que en su

mayoría trabajan u ocupan su día con otras actividades diferentes a las académicas, usualmente

no pueden acceder al servicio porque los horarios son limitados; por supuesto, debido a la

disponibilidad de horarios de los pares. El docente explicitó enfáticamente que sería ideal que el

CEJ funcionara en horas de la noche o los sábados. Con lo anterior, se resalta que, si bien todos

los estudiantes son bienvenidos al CEJ, no todos pueden acceder a él debido a la limitación en

sus horarios de funcionamiento.

Teniendo en cuenta lo anterior, puesto que también existen programas virtuales y a

distancia, también podría pensarse en una propuesta para un funcionamiento del CEJ en línea,

que dé prioridad a los estudiantes de estas carreras.

Estas dos últimas recomendaciones, se dejan en la mesa a consideración, pues se

reconoce que el CEJ funciona hace poco tiempo y paso a paso se va consolidando como un

espacio en la universidad para los escritores javerianos. Como se enfatizó en este apartado, la

demanda no puede superar la oferta. El crecimiento del espacio también deberá ser paulatino. Así

pues, en el mediano o largo plazo podrían desarrollarse a partir de la formación de más tutores

que pertenezcan a diferentes programas y jornadas de estudio.

8.2 Recomendaciones académicas

8.2.1 Formación de los tutores del CEJ

En primer lugar, dado que los pares acompañantes del CEJ no son peritos en escritura

académica ni profesionales en pedagogía, es menester realizar una constante capacitación de los

tutores, con el objetivo de abordar distintas necesidades de los estudiantes que asisten; bien sea

acerca del desarrollo de las sesiones, el establecimiento de la relación entre pares o aspectos

formales de la escritura. La formación constante de los tutores permitirá que como pares de

escritura tengan más y mejores herramientas para que las sesiones de acompañamiento sean más

fructíferas.

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Incluso, identificar las fortalezas y debilidades de los tutores y trabajar en su propio

proceso de escritura les brindará herramientas eficaces para emplear en sus sesiones de

acompañamiento.

8.2.2 Registro de las sesiones de acompañamiento

El objetivo principal del CEJ es realizar acompañamientos, servir de guía y apoyo para el

escritor y lector javeriano; igualmente, promover una cultura de la escritura consciente a través

de un proceso perfectible. Siendo así, los formatos, en calidad de registro de cada sesión y de

registro histórico del CEJ, deberían reflejar tal convicción del espacio. Los tutores deben

diligenciarlos sin evaluar los textos con calificativos de bueno, malo o regular. Si se registra

información de este tipo en los formatos del CEJ, se estaría contradiciendo el sentido y el

objetivo de las tutorías.

De igual manera, se debe fomentar el diligenciamiento total del formato de acuerdo con

los aspectos trabajados en la tutoría, de ser posible, pues la naturaleza de cada sesión es diferente

y se trabajan aspectos distintos. Se debe pensar en el formato como principal ayuda de los tutores

del CEJ, pues es desde allí donde establecen una relación con sus tutorados, registran el

desarrollo de las sesiones, consignan el proceso de los estudiantes asistentes y conservan un

registro histórico de la evolución del CEJ.

Otra recomendación que se sugiere sobre los formatos de primera y segunda sesión es que

se modifique el diseño o la manera de diligenciarlos. Parece ser, además, que muchas veces el

formato registra progresos de un texto particular y no de las habilidades del escritor. Habría que

indagar más a fondo si esto se debe al diseño del mismo o a la manera de diligenciarlo. Así, pues,

sería beneficioso modificar el formato en función de la naturaleza de la tutoría.

8.2.3 Para las sesiones de acompañamiento

Los pares de escritura forman una relación muy interesante con las personas que asisten a

tutoría. Los tutorados aprenden de los tutores, se guían, se asesoran y descubren con su ayuda sus

fortalezas, necesidades y debilidades. Se hace imperativo, entonces, que los acompañantes de

escritura del CEJ resalten y promuevan la importancia del proceso de escritura. Los pares de

escritura deben recomendar a los tutorados el uso consciente de estrategias de documentación,

planeación, borradores, adecuación y revisión. Además, deben facilitar la identificación de

estrategias metacognitivas en sus tutorados y promover su uso consciente.

Page 64: Mónica Natalia Hernández Barrera

64

Debido a que los tutores comparten experiencias similares con los acompañados y les

brinda un ambiente de comodidad, es positivo y necesario que dentro de las recomendaciones

que otorguen a sus estudiantes, promuevan la autonomía de los estudiantes a partir de las

sesiones de acompañamiento. Adicionalmente, a partir de la información que reciben de los

estudiantes acerca de las instrucciones del profesor para el desarrollo de sus trabajos, es

importante que los tutores les recomienden que clarifiquen las instrucciones con su profesor.

Finalmente, el CEJ debe impulsar el uso del servicio de los tutores por parte los docentes.

Como se apreció en los resultados, se observa que es contradictorio que pretenda exigirles a sus

estudiantes que escriban, si los docentes no practican estas habilidades. Además, los profesores

de distintas materias no necesariamente tienen una formación en el desarrollo de este tipo de

habilidades. Es por esto que la Alfabetización Académica (Carlino, 2003), debe ser en el servicio

del CEJ, a docentes que lo necesiten. Igualmente, se podría continuar con la alianzas o convenios

con profesores que deseen adquirir herramientas para que ellos mismos implementen la cultura

de la lectura y escritura desde sus configuraciones didácticas (Litwin, 1997).

Por último, es de suma importancia que los tutores establezcan estrategias de

acompañamiento para estudiantes con necesidades especiales. En esta investigación, se observó

tan sólo un indicio de que el CEJ extiende sus servicios a estudiantes con casos especiales.

Aparentemente no es frecuente, pero el espacio brinda acompañamiento a cualquier estudiante

que lo requiera. Así como la universidad tiene políticas que favorecen la inclusión de estudiantes

con necesidades especiales o en condición de discapacidad, el CEJ como espacio en la

universidad también debe estar preparado.

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65

9. Conclusiones

Una de las grandes limitaciones que ofreció la investigación, a lo largo de su proceso, fue

el análisis de los formatos que diligencian los tutores del CEJ, pues el formato requiere que se

documenten los aspectos trabajados durante la tutoría y, en su mayoría, los pares de escritura

diligencian expresiones que denotan calificación o valoración de los aspectos que encuentran en

el texto. Esto sugiere que los tutores del CEJ olvidan que su función como par acompañante y el

objetivo principal del espacio es apoyar al escritor en lugar de los escritos.

Otra de las limitaciones fue la poca disposición de los usuarios del CEJ para diligenciar

los cuestionarios. Se lograron aplicar 25 cuestionarios autoadministrados a los tutorados y se

desecharon dos de ellos porque respondieron únicamente una sección del instrumento. Sin

embargo, se logró recolectar información valiosa que pudo ser contrastada con los demás

instrumentos.

El principal alcance de la presente investigación fue el de establecer puntos clave,

mencionados en el apartado anterior, para el mejoramiento del CEJ y su consolidación como

promotor de una cultura de la escritura con fines epistémicos, más específicamente en la PUJ.

Adicionalmente, se reconoció un perfil inicial de los usuarios del CEJ, que tiene en cuenta, como

se ha mencionado en varios apartes, sus motivaciones, prácticas y necesidades de escritura.

En el caso de las motivaciones, se ratifica lo que otras investigaciones han descrito. Se

encontró que profesores y estudiantes conciben los ejercicios de escritura en la universidad como

dispositivos de evaluación (González y Vega, 2010). Sin embargo, también se encontró que los

estudiantes relacionan escribir bien con prestigio y éxito académico. Podría tomarse como

positivo el hecho de que algunos estudiantes consideren prestigioso ser un buen lector y escritor

en la universidad; no obstante, esta posición ignora la intención epistémica de este nivel

educativo, pues estas habilidades deberían desarrollarse en cualquier estudiante de cualquier

disciplina. Siendo así, se recuerda que la lectura y la escritura no son solo asunto del área de

lengua, sino que es responsabilidad de las disciplinas que pretendan desarrollarse y aportar

conocimientos a la humanidad.

Igualmente, parece ser muy difícil quitarles a los estudiantes las creencias que más de

quince años de escolaridad han construido. Ello, sumado a que tampoco es fácil motivar a los

estudiantes por otra cosa que no sea la nota. Es un proceso arduo aquel de exigir que los

Page 66: Mónica Natalia Hernández Barrera

66

estudiantes lean y escriban para suscitar reflexiones en torno a un tema o una disciplina. Como se

puede ver, el éxito académico es la principal motivación que tienen los estudiantes para asistir a

la tutoría y habrá un largo camino por recorrer para que esto cambie y se empiece a re-considerar

la universidad como un espacio para la discusión, la producción de conocimiento y el diálogo

entre saberes.

A pesar de que los profesores promuevan la lectura y la escritura en sus clases, se

enfrentan con que los estudiantes tienen necesidades y debilidades en el desarrollo de estas

habilidades. Los docentes sugieren que estas necesidades se deben a una carencia en la

formación de lectura y escritura en la educación media y algunos estudiantes también lo

ratifican. Sin embargo, es inoficioso culpar a la educación media por una formación en lectura y

escritura deficiente para la universidad. Por el contrario, se deben tomar acciones concretas que

solventen estas carencias y promuevan la consciencia en los estudiantes de que es imperativo

desarrollarlas si se quiere participar activamente en la producción de conocimiento, o al menos,

si se quiere la adquisición de conocimiento que también supone un desempeño deseado en la

universidad.

Los estudiantes reconocen que es importante ser conscientes y autónomos acerca de sus

procesos académicos, esto incluye la realización de tareas de lectura y escritura. Lo anterior

demuestra que los asistentes al CEJ tienen disposición a ser asesorados incluso cuando deben

recibir acompañamiento por solicitud del profesor. Sumado a la importancia de la autonomía,

pero también la discusión sobre lo que se escribe

En cuanto a las prácticas de lectura y escritura se encontró que, la mayoría de los

estudiantes recurren a fuentes bibliográficas exigidas por el profesor o a páginas web y que

hacen lecturas superficiales de los temas. Pocos utilizan estrategias de planeación, de borradores,

de adecuación, y de revisión. Se notó en los formatos y en las observaciones, especialmente, que

los estudiantes desconocen estas estrategias o no saben cómo desarrollarlas adecuadamente para

su beneficio. Además, los docentes también son responsables por la promoción o ausencia de

estas habilidades en sus asignaturas. Hay una incidencia de las prácticas de profesores en las

prácticas de sus estudiantes.

Así mismo, se encontró que, tanto profesores como estudiantes tienen carencias en los

procesos de desarrollo de estas habilidades. Igualmente, se observó una preocupación genuina

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67

por parte de profesores y estudiantes por desarrollar las habilidades de escritura, bien sea por una

calificación o porque en realidad las consideran importantes para su futuro profesional.

Otro alcance de la investigación, que merece ser indagado con mayor profundidad, es que

tanto estudiantes como profesores reconocen que la lectura y la escritura no se consolidan en los

sujetos desde las diferentes esferas de la sociedad. Es decir, que en el país culturalmente no se

lee ni se escribe y que al ingresar a la educación superior, supone un reto para el estudiante que

se enfrenta a lo que no conoce y en donde le exigen procesos que no tiene desarrollados y que,

peor aún, no sabe cómo hacerlo. Además que, desde percepciones culturales, está mal visto

disfrutar de la lectura y la escritura y parece ser que se conciben por la mayoría como

manifestaciones de auto-exclusión.

De acuerdo con lo anterior, puede resumirse que esta investigación hace una radiografía

del CEJ, de sus usuarios, de cómo se desarrollan las sesiones de tutoría y de cómo se promueven

los procesos de lectura y de escritura, tan necesarios en la vida académica de la educación

superior. Así, se observa que la consolidación de un cultura de la escritura con fines epistémicos

en la PUJ resta un largo camino y que es menester que se adopten más medidas desde las

diferentes instancias de la universidad y que involucren a los actores necesarios para este

objetivo.

Finalmente, se presentan recomendaciones para futuras indagaciones que apuntalen al

fortalecimiento de las habilidades de lectura y escritura en los universitarios, más

específicamente en el CEJ y en la PUJ.

Puesto que el mayor aliciente para la realización de esta investigación fue el de aportar al

mejoramiento del Centro de Escritura Javeriano Bogotá, la investigadora considera apenas

natural que sean sus mismos tutores los que se encarguen de desarrollar procesos investigativos

que den solución a retos que enfrente el espacio o, bien, que faciliten la labor de los tutores y

enriquezcan el servicio del CEJ. Se invita, pues, a la constante reflexión por parte de los sujetos

involucrados en el espacio, ya que favorecerá su consolidación. Asimismo, se invita a los

estudiantes de licenciaturas a que exploren la relación entre la labor del tutor y la labor

pedagógica en diferentes contextos. De igual manera, a estudiantes de otros campos a que

indaguen sobre la relación entre la lectura y la escritura con sus disciplinas.

Como se observó en los resultados, parece ser que es común que una persona que disfrute

de estas actividades sea mal visto, pues se le otorgan apelativos como ñoño, que usualmente

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68

tienen una connotación negativa. Entonces, valdría la pena investigar acerca de cómo las

concepciones del lector y el escritor en la PUJ afectan o fomentan el desarrollo de estas

habilidades para el actuar académico.

Encuentra, además, de especial importancia que se desarrollen investigaciones que

indaguen más profundamente acerca de las estrategias metacognitivas de los usuarios del CEJ,

pues es la manera más eficaz de promover que el estudiante se apropie de su proceso de

escritura. Igualmente, recomienda que, a partir de las reflexiones consignadas en esta

investigación, se hagan propuestas concretas que contribuyan al desarrollo del CEJ y de la

escritura epistémica en la PUJ.

También, se hace una invitación a estudiantes de otras disciplinas a que reconozcan la

importancia de la escritura y la lectura para su formación académica y su futuro profesional, a

que desarrollen proyectos que den cuenta del desarrollo de estas habilidades y de la influencia

que tienen en el aprendizaje y la producción de conocimiento de su área del saber.

Finalmente, recomienda a los docentes que se apropien de la lectura y la escritura en sus

clases, que fomenten, desde los ejercicios de clase posibles, el potencial que tienen estas

habilidades para producir conocimiento y que genere reflexión y discusión en sus estudiantes;

por supuesto, que realicen una indagación correspondiente.

Page 69: Mónica Natalia Hernández Barrera

69

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ANEXOS

Anexo 1. Cuestionario autoadministrado piloto

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Anexo 2. Cuestionario autoadministrado aplicado a usuarios CEJ

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Anexo 3. Formato registro sesiones de acompañamiento primera vez

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Anexo 4. Matriz de análisis de formatos primera vez

Se analizó en sentido horizontal, por motivos de espacio, acá se presenta a modo de lista.

Número de formato

Nombre del estudiante

Carrera o programa

Semestre

Número de sesión

Correo electrónico

Fecha y hora de la sesión

Tutor encargado

Aspectos previos al desarrollo de la sesión

El estudiante acude a la sesión

Tipo de trabajo de escritura

Longitud del texto en párrafos

Medio físico o electrónico durante la sesión

Actitudes del tutorado

El estudiante conoce los objetivos del espacio de asesoría

El estudiante manifiesta indiferencia frente al espacio de acompañamiento

El estudiante expresa interés frente al apoyo que se le ofrece

Otros aspectos de la actitud del estudiante / otras expectativas

El estudiante identifica y reconoce sus necesidades

Aspectos que el estudiante expresa como dificultades aspectos del proceso de escritura

El estudiante utilizó estrategias de documentación - ¿cuáles?

El estudiante utilizó estrategias de planeación - ¿cuáles?

El estudiante utilizó estrategias de adecuación - ¿cuáles?

El estudiante realizó borradores previos del escrito - ¿cuáles?

El estudiante utilizó estrategias de revisión - ¿cuáles?

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Aspectos trabajados en la tutoría

Superestructura

Forma (estructura global)

Silueta de un género discursivo

Macroestructura

Contenido global (estructura semántica)

Coherencia (lógica organizacional)

Macroproposiciones

Microestructura

Gramática

Cohesión

Microproposiciones

Fortalezas escriturales expresadas en el texto del tutorado

Estrategias metacognitivas del estudiante acompañado

Ayudas utilizadas en la sesión de acompañamiento

Aspectos de lectura trabajados

Comentarios del tutorado

Recomendaciones del tutor

¿El estudiante recomendaría el espacio de acompañamiento? ¿por qué?

Citación a nuevo acompañamiento por parte del tutor

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Anexo 5. Formato registro sesiones de acompañamiento segunda vez en adelante

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Anexo 6. Matriz de análisis de formatos segunda vez en adelante

Se analizó en sentido horizontal, por motivos de espacio, acá se presenta a modo de lista.

Número de formato

Nombre del estudiante

Carrera o programa

Semestre

Número de sesión

Correo electrónico

Fecha y hora de la sesión

Tutor encargado

Aspectos del proceso de escritura

El estudiante utilizó estrategias de documentación - ¿cuáles?

El estudiante utilizó estrategias de planeación - ¿cuáles?

El estudiante utilizó estrategias de adecuación - ¿cuáles?

El estudiante realizó borradores previos del escrito - ¿cuáles?

El estudiante utilizó estrategias de revisión - ¿cuáles?

Aspectos trabajados en la tutoría

Superestructura

Forma (estructura global)

Silueta de un género discursivo

Macroestructura

Contenido global (estructura semántica)

Coherencia (lógica organizacional)

Macroproposiciones

Microestructura

Gramática

Cohesión

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Microproposiciones

Fortalezas escriturales expresadas en el texto del tutorado

Estrategias metacognitivas del estudiante acompañado

Ayudas utilizadas en la sesión de acompañamiento

Aspectos de lectura trabajados

Comentarios del tutorado

Recomendaciones del tutor

Citación a nuevo acompañamiento por parte del tutor

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Anexo 7. Entrevista a usuarios del CEJ

1. ¿Cómo y por qué llegó al CEJ?

2. ¿Cuántas veces ha asistido al CEJ?

3. ¿Cuál es esa diferencia que usted encuentra, como decía ahorita, entre los hábitos de

lectura y escritura en el colegio y en la universidad?

4. ¿Cuáles eran esas prácticas de lectura o escritura que usted tenía en el colegio y cómo son

ahora en la universidad?

5. ¿cómo se forjó la relación con los tutores?

6. ¿Cómo percibe la lectura y la escritura en su carrera? ¿Qué tan importante es desarrollar

esas habilidades para su carrera?

7. Describa cómo influyó asistir al CEJ en sus trabajos escritos. ¿Hubo algún cambio? ...

¿En qué influyó asistir a las tutorías en su proceso de escritura?

8. ¿Cuáles cree que son sus debilidades y fortalezas en cuanto a escritura?

9. ¿Sigue algún proceso al escribir?

10. En términos de la escritura en la universidad, ¿los profesores le dan alguna instrucción

acerca de cómo desarrollar el trabajo?

11. En las clases que toma, ¿los profesores les dan a ustedes alguna instrucción de cómo

presentar el trabajo?

12. ¿Los profesores les dan a ustedes alguna claridad respecto a por qué están escribiendo o

para qué quieren que ustedes escriban?

13. ¿Cómo valora la labor de los tutores?

14. ¿En qué cambió su percepción de la escritura académica o del mismo CEJ al asistir a las

tutorías?

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Anexo 8. Entrevista a los tutores del CEJ

De acuerdo con su experiencia como tutor del CEJ…

1. ¿Hace cuánto trabaja en el CEJ?

2. ¿Qué lo llevó a ser tutor?

3. ¿Cuál es su posición respecto a la escritura en términos de la Academia o fuera de ella,

también?

4. En términos de las tutorías y del CEJ, ¿por qué cree que los estudiantes asisten a las

tutorías?

5. ¿Qué tipo de textos son los más solicitados por los profesores?

6. ¿En las tutorías que ha tenido, qué percepciones ha notado respecto a la escritura

académica en los estudiantes que han asistido al CEJ?

7. En las tutorías, ¿puede deducirse que las prácticas de lectura y escritura académica?

8. En ese caso, ¿cuáles son las prácticas de lectura y escritura de los estudiantes que asisten

al CEJ?

9. ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades más frecuentes de los estudiantes que asisten al

CEJ, en términos de escritura?

10. ¿Alguna otra debilidad que se haya visto, en aspectos formales, puede ser?

11. Describa el desarrollo de una sesión de acompañamiento con ud. como tutor.

12. ¿Qué opina del hecho de que los tutores sean estudiantes y no profesores?

13. ¿Cómo motiva a un estudiante a continuar con un proceso para mejorar su escritura?

14. En caso de haber tenido una relación difícil, ¿cómo sortea o cómo ha sorteado esas

situaciones difíciles con los tutorados?

15. ¿Cómo resuelve una situación de falta de conocimiento en una tutoría?

16. ¿Tiene algún comentario o reflexión adicional respecto al trabajo que se hace en el CEJ?

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Anexo 9. Entrevista a algunos profesores de los usuarios asistentes al CEJ

1. ¿Conoce el CEJ? ¿Cómo lo conoció?

2. ¿Recomienda la asistencia al CEJ a sus estudiantes?

3. ¿Cuáles asignaturas imparte, sobre qué temas?

4. ¿De qué manera promueve la lectura y la escritura en esas clases?

5. ¿Qué tipos de texto solicita para esa clase?

6. ¿Qué fortalezas y qué debilidades o necesidades de escritura ve en sus estudiantes?

7. Según su perspectiva, ¿quién debe encargarse del desarrollo de las habilidades de lectura

y escritura?

8. ¿Qué indicaciones da para el desarrollo de los textos a sus estudiantes?

9. ¿Sus estudiantes conocen o usted les hace saber el objetivo de desarrollar lecturas y

trabajos escritos en sus clases?

10. ¿En qué aspectos se concentra usted al evaluar los textos escritos en sus clases?

11. ¿Cómo concibe la lectura y la escritura?

12. ¿Cómo concibe la lectura y la escritura en la Academia?

13. En el mundo laboral y profesional, ¿qué tipos de texto produce?

14. ¿Cómo cree usted que motiva a sus estudiantes a leer y a escribir?

15. ¿Vio cambios en los escritos de los estudiantes después de que asistieran al CEJ?

16. ¿Propone alguna reflexión final o hay algo que quiera aportar?

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Anexo 10. Matriz de observaciones de las sesiones de acompañamiento

Se analizó en sentido horizontal, por motivos de espacio, acá se presenta a modo de lista.

Número de sesión de acompañamiento

Nombre(s) del (los) tutorado(s)

Carrera o programa

Semestre

Fecha y hora de la sesión

Tutor encargado

Inicio de la sesión de acompañamiento

Establecimiento de la relación tutor-tutorado

Actitud del estudiante frente al espacio de acompañamiento

Aspectos trabajados durante la tutoría

Ayudas utilizadas en la sesión de acompañamiento

Aspectos trabajados por petición del tutorado

Estrategias del tutor para el acompañamiento

Recomendaciones del tutor

Duración de la sesión de acompañamiento

Observaciones

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102

Anexo 11. Matriz de triangulación de resultados

CATEGORÍ

AS

DEDUCTIV

AS

CATEGORÍAS INDUCTIVAS

CATEGORÍ

AS DE

ANÁLISIS

ENTREVISTAS

OBSERVACIO

NES

CUESTIONAR

IOS A

USUARIOS

USUARIOS

CEJ

PROFESOR

ES DE

USUARIOS

CEJ

TUTORES

CEJ

FORMATOS

CEJ

Fortalezas

Uso de

estrategias de

planeación

Uso de

borradores por

parte del

estudiante

Preocupación por

aspectos formales

del texto por

parte del

estudiante

Preocupación por

aspectos formales

Autocorrección

como estrategia

metacognitiva

Autorreconocimi

ento de

necesidades

Uso de

estrategias

metacognitivas

Autoreconocimie

nto de fortalezas

Reconocimiento

de la escritura

para ser leído

Reconocimiento

de la importancia

del desarrollo de

procesos de

escritura

Reconocimiento

de la importancia

del desarrollo de

procesos de

lectura

Reconocimiento

de las diferencias

en las tipologías

de texto

Noción de

aspectos

formales de la

lengua

Noción de

párrafos

Noción de

oración

Noción del

registro en

función de la

silueta textual

Uso de

estrategias de

planeación

Uso de

estrategias de

documentacíón

Uso de

estrategias de

adecuación

Uso de

estrategias de

revisión

Uso de

borradores por

parte del

estudiante

Preocupación

por aspectos

formales del

texto por parte

del estudiante

Conocimiento de

normas de

referenciación y

citación

Posición crítica

Reconocimiento

de la importancia

del desarrollo de

procesos de

escritura

Reconocimiento

de la importancia

del desarrollo de

procesos de

lectura

Reconocimiento

de las diferencias

en las tipologías

de texto

Noción de

aspectos

formales de la

lengua

Consciencia de la

escritura para ser

leído

Gusto por la

escritura

Gusto por la

escritura de

textos en la

eduación

superior

Reconocimiento

de la importancia

de la escritura en

la vida

académica

Reconocimiento

de la importancia

de la escritura

con fines

epistémicos

Concepción de la

escritura como

no importante

Desarrollo de la

competencia

lógico lingüística

Concepción de la

escritura como

herramienta para

obtener buenas

calificaciones

Concepción de la

escritura como

herramienta para

obtener éxito

profesional

Cumplimiento de

los

requerimientos

solicitados por el

docente

Reconocimiento

Reconocimien

to del proceso

de escritura

Posición

crítica

Buena

ortografía

Buena

puntuación

Noción de

párrafo

Reconocimient

o de la

importancia del

desarrollo de

procesos de

escritura

Reconocimient

o de la

importancia del

desarrollo de

procesos de

lectura

Reconocimient

o de las

diferencias en

las tipologias

de texto

Noción de

aspectos

formales de la

lengua

Consciencia de

la escritura

para ser leído

Gusto por la

escritura

Reconocimient

o de la

importancia de

la escritura en

la vida

académica

Reconocimient

o de la

importancia de

la escritura con

fines

epistémicos

Concepción de

la escritura

como no

importante

Desarrollo de

la competencia

lógico

linguistica

Concepción de

la escritura

como

herramienta

para obtener

buenas

calificaciones

Concepción de

la escritura

como

herramienta

para obtener

éxito

profesional

Autoreconocimi

ento de las

necesidades de

escritura

Uso de

estrategias de

documentación

Uso de

estrategias de

planeación

Uso de

estrategias de

revisión

Uso de

estrategias de

borradores

Uso de

estrategias de

adecuación

Jerarquización

de las ideas

Conocimiento de

la silueta textual

Coherencia entre

párrafos

Noción de

párrafo

Noción de

oración en

función del texto

Expresión de la

voz del escritor

Apoyo en

fuentes

bibliográficas

Claridad en el

objetivo del

texto

Contenido

Apropiado

Uso de recursos

de cohesión

Uso de

conectores

discursivos

Lógica

organizacional

Coherencia

Noción de tipos

de párrafo

Sintaxis

adecuada

Buena gramática

Buena ortografía

Buena

puntuación

Noción del

registro de la

silueta textual

Aspectos

Diversidad de

acercamiento

al proceso de

escritura

Diversidad de

acercamiento

a los aspectos

formales de la

lengua

Diversidad de

acercamiento

a la estructura

textual

Page 103: Mónica Natalia Hernández Barrera

103

de la importancia de los derechos

de autor

Alimentación del

proceso de

escritura a partir

de la

retroalimentación

con los docentes

Concepción de la escritura

como

herramienta

para ser un

profesional

integral

Concepción de

la escritura

como

herramienta

para desarrollar

creatividad

Concepción de

la escritura

como

herramienta de

aprendizaje

Cumplimiento

de los

requerimientos

solicitados por

el docente

Reconocimient

o de la

importancia de

los derechos de

autor

Alimentación

del proceso de

escritura a

partir de la

retroalimentaci

ón con los

docentes

Formales de la lengua:

Concordancia

género - número

Dominio del

tema

Vocabularia

adecuado

Consciencia de

escritura para ser

leído

Selección y

clasificación de

la información

Comprensión de

lectura

Registro en

función de la

silueta textual

Uso apropiado

de normas de

referenciación

Citación

Referenciación

Claridad de

ideas

Uso adecuado de

mayúsculas

Apropiación del

tema

Posición crítica

Page 104: Mónica Natalia Hernández Barrera

104

Debilidades

Uso de estrategias de

documentación

exigidas por el

docente

Malinterpretación

de la instrucción

del profesor

Falta de

intrepretación y

reflexión sobre

las fuentes

Desarrollo de

párrafos

introductorios en

función del texto

Confusión de la

silueta textual

Cuidado del

registro en

función de la

silueta textual

Cuidado de

elementos de la

silueta textual

Confusión entre

referenciación y

citación en el

texto

Confusión acerca

del uso de

tiempos verbales

Documentación

únicamente a

partir de fuentes

propuestas y

exigidas por el

docente

Carencia en la formación

media:

Carencia en la

formación media

en lectura

Carencia en la

formación media

en escritura

Ejercicios

episódicos de

lectura

Confusión entre

referenciación y

citación en el

texto

Confusión de la

silueta textual

Refuerzo en el

proceso de

escritura

Uso insuficiente

de recursos de

cohesión

Confusión de

normas de

referenciación

Confusión acerca

del uso de

tiempos verbales

Refuerzo para mejorar aspectos

formales y

normativos de la

lengua

Refuerzo para

mejorar el

proceso de

escritura

Refuerzo en el

desarrollo de sus

ideas

Falta de

apropiación de

las fuentes

bibliográficas

Malos hábitos de

lectura desde la

educación media

Malos hábitos de

escritura desde la

educación media

Uso de

estrategias de

documentación

pertinentes

Refuerzo en el

registro

académico

Confusión de

normas de

referenciación

Confusión entre

referenciación y

citación en el

texto

Confusión de la

silueta textual

Confusión acerca

del uso de

tiempos verbales

Carencia en la formación

media:

Carencia en la

formación

media en

lectura

Carencia en

la formación

media en

escritura

Ejercicios

episódicos de

lectura

Confusión

entre

referenciación

y citación en

el texto

Confusión de

la silueta

textual

Refuerzo en el

proceso de

escritura

Uso

insuficiente de

recursos de

cohesión

Confusión de

normas de

referenciación

Estrategias de

documentació

n ineficaces

Refuerzo en la ortografía

acentual

Refuerzo en la

ortografía

literal

Aclaración de

la noción de

oración

Aclaración de

la noción de la

silueta textual

Estrategias de

documentación

ineficaces

Estratefias de

documentación

limitadas

Refuerzo del

registro

académico

Refuerzo del

léxico

Confusión

acerca del uso

de tiempos

verbales

Argumentación insuficiente

Confusión entre

tipologías

textuales

Malinterpretació

n de las fuentes

Estrategias de

documentación

ineficaces

Redundancia

Desarrollo de

ideas

insuficiente

Repetición de

palabras

Ortografía literal

Interferencia del

inglés

Profundidad de

análisis

insuficiente

Invención de

palabras

Perífrasis

Selección

inadecuada de la

información

Sindrome de la

hoja en blanco

Olvido del

registro en

función de la

silueta textual

Confusión

acerca del uso de

tiempos verbales

Diversidad de acercamiento

al proceso de

escritura

Diversidad de

acercamiento

a los aspectos

formales de la

lengua

Diversidad de

acercamiento

a la estructura

textual

Page 105: Mónica Natalia Hernández Barrera

105

Necesidades

Desconocimiento de estrategias de

planeación

Desconocimiento

de las tipologías

textuales

Desconocimiento

de la silueta

textual

Desconocimiento

de las normas de

referenciación

Desconocimiento

de estrategias de

planeación

Desconocimiento

de estrategias de

adecuación

Desconocimiento

de estrategias de

revisión

Desconocimiento

de la noción de

párrafo en

función del texto

Desconocimiento

de uso de

conectores

discursivos

Desconocimiento

de la silueta

textual por parte

del tutor

Desconocimiento

uso de signos de

puntuación

Desconocimiento

noción de oración

en función del

párrafo

Desconocimiento

de elementos de

la silueta textual

Desconocimiento

de uso de

conectores

discursivos

Desconocimiento

de uso de signos

de puntuación

Desconocimiento

de las normas de

ortografía literal

Desconocimiento

de las normas de

ortografía

acentual

Desconocimiento

del registro en

función de la

silueta textual

Desconocimiento de estrategias de

planeación

Desconocimiento

de las tipologías

textuales

Desconocimiento

de la silueta

textual

Desconocimiento

de las normas de

referenciación

Desconocimiento

de estrategias de

planeación

Desconocimiento

de estrategias de

adecuación

Desconocimiento

de estrategias de

revisión

Desconocimiento

de la noción de

párrafo en

función del texto

Desconocimiento

de uso de

conectores

discursivos

Desconocimiento

uso de signos de

puntuación

Desconocimiento

noción de

oración en

función del

párrafo

Desconocimiento

de elementos de

la silueta textual

Desconocimiento

de uso de

conectores

discursivos

Desconocimiento

de uso de signos

de puntuación

Desconocimiento

de las normas de

ortografía literal

Desconocimiento

de las normas de

ortografía

acentual

Desconocimiento

del registro en

función de la

silueta textual

Desconocimiento de estrategias de

planeación

Desconocimiento

de las tipologías

textuales

Desconocimiento

de la silueta

textual

Desconocimiento

de las normas de

referenciación

Desconocimiento

de estrategias de

planeación

Desconocimiento

de estrategias de

adecuación

Desconocimiento

de estrategias de

revisión

Desconocimiento

de la noción de

párrafo en

función del texto

Desconocimiento

de uso de

conectores

discursivos

Desconocimiento

de la silueta

textual por parte

del tutor

Desconocimiento

uso de signos de

puntuación

Desconocimiento

noción de

oración en

función del

párrafo

Desconocimiento

de elementos de

la silueta textual

Desconocimiento

de uso de

conectores

discursivos

Desconocimiento

de uso de signos

de puntuación

Desconocimiento

de las normas de

ortografía literal

Desconocimiento

de las normas de

ortografía

acentual

Desconocimiento

del registro en

función de la

silueta textual

Desconocimiento de

estrategias de

planeación

Desconocimie

nto de las

tipologías

textuales

Desconocimie

nto de la

silueta textual

Desconocimie

nto de las

normas de

referenciación

Desconocimie

nto de

estrategias de

planeación

Desconocimie

nto de

estrategias de

adecuación

Desconocimie

nto de

estrategias de

revisión

Desconocimie

nto de la

noción de

párrafo en

función del

texto

Desconocimie

nto de uso de

conectores

discursivos

Desconocimie

nto de la

silueta textual

por parte del

tutor

Confusión

acerca del uso

de tiempos

verbales

Desconocimie

nto uso de

signos de

puntuación

Desconocimie

nto noción de

oración en

función del

párrafo

Desconocimie

nto de

elementos de

la silueta

textual

Desconocimie

nto de uso de

conectores

discursivos

Desconocimie

nto de uso de

signos de

puntuación

Desconocimie

nto de las

Desconocimiento de

estrategias de

planeación

Desconocimien

to de las

tipologías

textuales

Desconocimien

to de la silueta

textual

Desconocimien

to de las

normas de

referenciación

Desconocimien

to de

estrategias de

planeación

Desconocimien

to de

estrategias de

adecuación

Desconocimien

to de

estrategias de

revisión

Desconocimien

to de la noción

de párrafo en

función del

texto

Desconocimien

to de uso de

conectores

discursivos

Desconocimien

to de la silueta

textual por

parte del

tutor+G6

Desconocimien

to uso de

signos de

puntuación

Desconocimien

to noción de

oración en

función del

párrafo

Desconocimien

to de elementos

de la silueta

textual

Desconocimien

to de uso de

conectores

discursivos

Desconocimien

to de uso de

signos de

puntuación

Desconocimien

to de las

normas de

ortografía

literal

Desconocimien

to de las

normas de

Desconocimiento de la silueta

textual

Desconocmiento

de la estructura

del párrafo (en

función del

texto)

Desconocimient

o de la oración

en función del

párrafo

Desconcimiento

de estructuración

Desconocimient

o de estrategias

de

documentación

Desconocimient

o de estrategias

de planeación

Desconocimient

o de estrategias

de revisión

Desconocimient

o de estrategias

de adecuación

Desconocimient

o de

herramientas de

cohesión

Desconocimient

o del registro en

función del texto

Desconocimient

o del objetivo

del texto

Desconocimient

o de conectores

discursivos

Desconocimient

o del uso de

tiempos verbales

Desconocimient

o del uso de

mayúsculas

Desconocimient

o del significado

de palabras

Desonocimiento

en la

conjugación de

verbos

Diversidad de acercamiento

al proceso de

escritura

Diversidad de

acercamiento

a los aspectos

formales de la

lengua

Diversidad de

acercamiento

a la estructura

textual

Page 106: Mónica Natalia Hernández Barrera

106

normas de ortografía

literal

Desconocimie

nto de las

normas de

ortografía

acentual

Desconocimie

nto del

registro en

función de la

silueta textual

Ausencia de

postura crítica

ortografía acentual

Desconocimien

to del registro

en función de

la silueta

textual

Ausencia de

postura crítica

Nociones de

escritura

Reconocimiento del proceso de

escritura

Reconocimiento

de la silueta

textual

Reconocimiento

del registro

textual

Reconocimiento del proceso de

escritura

Reconocimiento

de la silueta

textual

Reconocimiento

del registro

textual

Reconocimiento del proceso de

escritura

Reconocimiento

de la silueta

textual

Reconocimiento

del registro

textual

Reconocimiento del proceso

de escritura

Reconocimien

to de la silueta

textual

Reconocimiento del proceso

de escritura

Reconocimient

o de la silueta

textual

Reconocimient

o del registro

textual

Reconocimiento del proceso de

escritura

Reconocimiento

de la silueta

textual

Reconocimiento

del registro

textual

Lectura y escritura

como

dispositivos

de evaluación

Lectura y

escritura

como indicios

de prestigio y

éxito en la

universidad

Page 107: Mónica Natalia Hernández Barrera

107

Tipología

textual

Resumen Analítico

Especializado

(RAE)

Ensayo

Texto

argumentativo

Taller

Nociones de

escritura

Deconocimiento

de la tipología

textual

Conocimiento de

la tipología

textual

Ensayo Textos

Argumentativos

Resumen

Artículo

Reseña

Comentario

Síntesis

Analítica

Textos Literarios

Informe

Textos

especializados de

su diciplina

Deconocimiento

de la tipología

textual

Conocimiento de

la tipología

textual

Confusión entre

tipologías

textuales

Ensayo Reseña

Deconocimiento

de la tipología

textual

Conocimiento de

la tipología

textual

Recnocimiento

del registro

académico

Ensayo Relatoría

Protocolo

Reseña

Biografía

Documento

argumentativo

corto

Resumen

Informes

Propuestas

Deconocimien

to de la

tipología

textual

Conocimiento

de la tipología

textual

Confusión

entre

tipologías

textuales

Ensayo Reseña

Artículo

académico

Anteproyecto

de grado

Comentario

Trabajo de

grado

Deconocimient

o de la

tipología

textual

Conocimiento

de la tipología

textual

Confusión

entre tipologías

textuales

Artículo - Análisis para

blog

Blog

Carta

Carta

comentario

Comentario

Comentario

crítico

Cuento

Ensayo

Informe

PRIN

Proyecto

RAE (Resumen

analítico )

Recurso de

reposición

Reflexión

Reseña

Resumen

Síntesis analítica

Tesis de grado

Texto

argumentativo

Texto

argumentativo -

Comentario

Texto

argumentativo

corto

Texto

argumentativo

no especificado

(similar al

ensayo)

Deconocimiento

de la tipología

textual

Conocimiento de

la tipología

textual

Confusión entre

tipologías

textuales

¿Desarrollo intensivo de

ensayos?:

desconocimie

nto de la

silueta textual

Page 108: Mónica Natalia Hernández Barrera

108

Motivaciones

Tiempo de entrega de los

trabajos

Reconocimiento

de la escritura

para ser leído

Preocupación por

recibir

calificaciones en

el CEJ

Desconocimiento

del objetivo del

CEJ

Asistencia por

obligación al CEJ

Asiste al CEJ y

debe por

obligación

demostrar su

asistencia

Gusto por la escritura

Gusto por la

escritura de

textos en la

eduación

superior

Reconocimiento

de la importancia

de la escritura en

la vida

académica

Reconocimiento

de la importancia

de la escritura

con fines

epistémicos

Concepción de la

escritura como

no importante

Desarrollo de la

competencia

lógico linguistica

Concepción de la

escritura como

herramienta para

obtener buenas

calificaciones

Concepción de la

escritura como

herramienta para

obtener éxito

profesional

Concepción de la

escritura como

herramienta para

ser un

profesional

integral

Concepción de la

escritura como

herramienta para

desarrollar

creatividad

Concepción de la

escritura como

herramienta para

herramienta de

aprendizaje

Gusto por la escritura

Gusto por la

escritura creativa

Gusto por la

escritura de

textos en la

eduación

superior

Comodidad al

utilizar la

escritura como

medio de

expresión

Reconocimiento

de la importancia

de la escritura en

la vida

académica

Reconocimiento

de la importancia

de la escritura

con fines

epistémicos

Concepción de la

escritura como

una ventaja

frente a otros

Concepción de la

escritura como

garantía de éxito

académico

Temor a escribir

Temor al plagio

Temor a recibir

malas

calificaciones

Temor por

quedar mal frente

a su profesor

Reconocimiento

de su profesor

Intensidad en el

ejercicio de leer

y escribir de

acuerdo con la

carrera

Expresión de la

voz propia a

través de la

escritura

Asistencia al CEJ por

petición del

docente

Disgusto por

la lectura

Disgusto por

la escritura

Gusto por la

lectura

Gusto por la

escritura

Aversión por

la lectura y la

escritura

Evasión de la

lectura y la

escritura

Temor a

escribir

Desagrado en

la realización

de trabajos

escritos

Preocupación

por la

calificación

por parte del

estudiante

Priorización

del desarrollo

de habilidades

prácticas

Ausencia de

motivación

por leer y

escribir

Desconocimie

nto de la

presencia o

ausencia de

motivación

para leer y

escribir

Escritura para recibir una

calificación

Concepción de

la escritura

como un

pérdida de

tiempo

Concepción de

la escritura

como

herramienta de

aprendizaje en

las diciplinas

Vergüenza por

escribir mal

Concepción de

la escritura

como elemento

de estatus

Concepción de

la escritura

como garantía

del exito

académico

Concepción de

la escritura

como sinonimo

de "buen

estudiante"

Concepción de

la escritura

como prestigio

en la académia

Intensidad en

el ejercicio de

leer y escribir

de acuerdo con

la carrera

Interés genuino

por desarrollar

el proceso de

escritura

Asistencia al

CEJ por

petición del

docente

Concepción de

la motivación

como una

asunto delicado

por parte del

tutor

Concepción de

la motivación

como una

asunto delicado

por parte del

profesor

Ejercicio de

tutor para

demostrar su

habilidad en

escritura

Ejercicio de

tutor para

mejorar su

habilidad en

escritura

Lectura por

Asistencia al CEJ por petición

del docente

Disgusto por la

lectura

Disgusto por la

escritura

Gusto por la

lectura

Gusto por la

escritura

Aversión por la

lectura y la

escritura

Evasión de la

lectura y la

escritura

Temor a escribir

Desagrado en la

realización de

trabajos escritos

Preocupación

por la

calificación por

parte del

estudiante

Priorización del

desarrollo de

habilidades

prácticas

Reconocimiento de una

escritura para

la academia

Page 109: Mónica Natalia Hernández Barrera

109

obligación Escritura por

obligación

Escritura como

medio para

existir en la

académia

Page 110: Mónica Natalia Hernández Barrera

110

Prácticas

Documentación a partir de fuentes

propuestas y

exigidas por el

docente

Uso de

estrategias de

planeación

Uso de

borradores por

parte del

estudiante

Uso de

estrategias de

lectura

No uso de

estrategias de

adecuación

Uso de estategias

de planeación

Seguimiento de la

instrucción del

docente

Instrucciónes

poco claras del

docente para la

realización de

trabajos escritos

Exigencia del uso

de normas de

referenciación

Evaluación de la

capacidad de

sintesis por parte

del docente

Uso de estrategias de

documentación

sugeridas por el

docente

Uso de

estrategias de

documentación:

Uso de Libros

como estrategias

de

documentación

Uso de

Artículos como

estrategias de

documentación

Uso de Páginas

Web como

estrategias de

documentación

Uso de

Apuntes de

cuaderno como

estrategias de

documentación

Uso de Bases

de Datos como

estrategias de

documentación

Uso de Charlas

como estrategias

de

documentación

Uso de

Documentales

como estrategias

de

documentación

Uso de

estrategias de

Planeación:

Uso de la

escritura

espontánea como

estrategias de

planeacíón

Uso de lluvia

de ideas como

estrategias de

planeacíón

Uso de

borradores como

estrategias de

planeacíón

Uso de

esquemas como

estrategias de

planeacíón

Uso de

estrategias de

Revisión:

Revisión

minuciosa del

contenido

Corrección de

estilo

Verificación

del texto en

Uso de estrategias de

documentación

sugeridas por el

docente

Uso de

estrategias de

documentación

No uso de

estrategias de

Planeación

Uso de

estrategias de

Revisión:

Revisión

minuciosa del

contenido

Revisión de los

aspectos

formales del

texto

Verificación de

las normas de

citación y

referenciación

Verificación de

la argumentación

Verificación de

la presentación

del texto

Instrucciones del

docente

enfocadas en la

presentación para

la realización de

trabajos escritos

Instrucciones del

docente

enfocadas en

aspectos

formales de la

lengua

Ausencia de

instrucciones del

docente para la

realización de

trabajos escritos

Enfasis en la

revisión de

aspectos

formales por

parte del docente

Enfasis en la

revisión de

contenido por

parte del docente

Uso de estrategias de

documentaciò

n deficientes

Uso de

estrategias de

documentació

n sugeridas

por el docente

Uso de

estrategias de

documentació

n

Ausencia de

lectura

Ausencia de

escritura

No uso de

estrategias de

Planeación

Uso de

estrategias de

Revisión:

Revisión

minuciosa del

contenido

Revisión de

los aspectos

formales del

texto

Verificación

de las normas

de citación y

referenciación

Verificación

de la

argumentación

Verificación

de la

presentación

del texto

Instrucciones

del docente

enfocadas en

la

presentación

para la

realización de

trabajos

escritos

Instrucciones

del docente

enfocadas en

aspectos

formales de la

lengua

Ausencia de

instrucciones

del docente

para la

realización de

trabajos

escritos

Enfasis en la

revisión de

aspectos

formales por

Instrucciones del profesor

poco claras

Enfasis en la

revisión de

aspectos

formales por

parte del

docente

Enfasis en la

revisión de

presentación de

los trabajos por

parte del

docente

Escritura en

funcón de la

instrucción del

profesor

Lectura de

artículos web

No uso de

estrategias de

planeación

No uso de

estrategias de

documentación

No uso de

estrategias de

revisión

Uso de

estrategias de

documentación

insuficientes

Uso de

estrategias de

documentación

ineficaces

Buenas

prácticas de

lectura no

suponen

buenas

prácticas de

escritura

Uso de estrategias de

planeación:

Lluvia de ideas

Selección de

información

Esquemas

Plan de ensayo

Jerarquización

de ideas

Dieños de texto

a realizar

Uso de

borradores:

Apuntes

Uso de

estrategias de

revisión:

Lectura

posterior del

texto

Asistencia al

CEJ

Ayuda de

terceros

Revisión

ortográfica de

Word

Uso o ausencia de

prácticas

eficaces de

lectura y

escritura para

el quehacer

universitario

Page 111: Mónica Natalia Hernández Barrera

111

función de los objetivos

propuestos

Verificación

del texto dando

respuesta a los

requerimientos

del Docente

Revisión de los

aspectos

formales del

texto

Verificación de

las normas de

citaciónn y

referenciación

Verificación de

la argumentación

Verificación de

la presentación

del texto

Instrucciónes

poco claras del

docente para la

realización de

trabajos escritos

Instrucciónes

claras del

docente para la

realización de

trabajos escritos

Ausencia de

instrucciones del

docente para la

realización de

trabajos escritos

Enfasis en la

revisión de

aspectos

formales por

parte del docente

Enfasis en la

revisión de

contenido por

parte del docente

parte del docente

Enfasis en la

revisión de

contenido por

parte del

docente

Prácticas de la

educación

media

insuficientes

para la

universidad

Uso de

Lecturas en

español

Uso de

Lecturas en

inglés

Demostración

de

producciones

escritas por

parte del

profesor

Categorías

Emergentes

Incidencia de

concepciones

culturales en

torno a la

lectura y la

escritura